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ALIMENTACIÓN HUMANA
Historia
Ya desde hace 2400 años, se conocía la relación entre la alimentación y la salud:
Hipócrates decía que nuestra alimentación era nuestra medicina. Es bien sabido, que los
factores alimentarios están asociados a enfermedades como la diabetes, la osteoporosis,
el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión, el infarto, la embolia, algunos tipos de cáncer y
otras más. La ingesta de demasiados ácidos grasos saturados y colesterol puede
provocar aterosclerosis. En contrapartida, en el siglo XX se demostró el vínculo que hay
entre las carencias alimentarias y las enfermedades graves. Estas diferentes formas de
malnutrición siguen siendo, aún ahora, problemas de salud pública.
Desarrollada la tecnología de la agricultura, la penuria de la población no depende de la
escasez de recursos, sino de la organización de estos recursos. Un Desarrollo sostenible,
que básicamente es no dañar el medio ambiente, también es que este desarrollo llegue a
todos o reparto equitativo de riqueza; pero no es tan simple el paradigma del desarrollo.
La vía de solución estaría en la organización de los recursos o una logística de
industrialización y distribución o de la adecuación del medio ambiente a la alimentación
humana. A nivel mundial, el concepto de hambre extrema, para un núcleo de la población,
es la hambruna. Tiene un planteamiento dentro del desarrollo, de la demografía, de la
Ecología humana y en el ámbito de la Organización social o de la Estructura social,
porque los condicionantes son estructurales, no son circunstanciales o coyunturales. No
es ya problema de productividad del equipo productivo o almacenamiento o distributivo.
En un planteamiento neocapitalista no se agota así la cuestión. Otro acercamiento al tema
han sido los enfoques de organismos internacionales, que se han ido sucediendo, para
problemas de subdesarrollo. Pero muy esencialmente tiene que ver con valores
prioritarios sobre la dignidad humana dentro de las organizaciones sociales e
intelectuales. Otros enfoques como la escuela austriaca abogan por liberalizar el tránsito
de mercancías a nivel mundial en una primera fase, seguido por el tránsito de personas
en una segunda fase. Se sugiere que el propio motor económico aminoraría las
desigualdades.
COMPORTAMIENTO ECOLÓGICO
La conservación del medio empieza por el respeto de los ciudadanos hacia el propio
entorno. Los problemas medioambientales adquieren fácilmente grandes dimensiones. La
solución de problemas como el debilitamiento de la capa de ozono, la desertización, la
contaminación de los acuíferos o la acumulación de residuos radiactivos parece estar
fuera del alcance de cualquier ciudadano, y tal vez sea así si lo pensamos en términos de
su solución definitiva. Pero, en realidad, es la presión de los ciudadanos, tanto como la
necesidad, lo que fuerza a quienes tienen la responsabilidad de administrar los recursos
comunes a comprometerse en la solución de dichos problemas a escala mundial.
La sinceridad de la conciencia ecológica, no obstante, debe medirse, más que en
palabras, en hechos, en acciones concretas. O, lo que es lo mismo, su valor se expresa
en unidades de comportamiento cívico. Los recursos naturales son para el uso colectivo,
nunca para la apropiación exclusiva ni para el abuso. Por esta razón, todo ciudadano
debe tener incorporadas en su comportamiento una serie de conductas ecológicas
básicas:
Usar correctamente bienes naturales tan preciados como el agua, aun cuando se disponga de ella en abundancia; la tierra, las plantas y los animales.
Procurar la limpieza del entorno, el mantenimiento de las mejores condiciones posibles de salubridad y el ahorro energético.
Utilizar con comedimiento los productos químicos y las sustancias nocivas que se vierten por un conducto u otro a la naturaleza, tales como detergentes, insecticidas o plaguicidas.
Preferir productos y sustancias biodegradables. Evitar la acumulación incontrolada de detritos y escombros, y proceder a la
recogida selectiva de los materiales de desecho y de las basuras para someterlos a operaciones de reciclaje.
Todas estas conductas, y otras similares, son propias del comportamiento ecológico
correcto que debe exigirse a todos los ciudadanos. No obstante, no puede olvidarse que
las mayores agresiones al medio natural proceden de los países económicamente más
desarrollados del planeta, y principalmente de sus clases sociales de mayor nivel
socioeconómico; por esta razón, son estos los sectores sociales que deben asumir en
primer lugar el compromiso de un comportamiento cívico basado en el respeto
medioambiental.
En otros países, y sobre todo en sectores de la sociedad faltos de estructuras sociales o
sanitarias suficientes y donde la vida se desarrolla a menudo en condiciones muy
precarias, muchas de estas conductas están necesariamente supeditadas al desarrollo
previo de las mejoras de la calidad de vida de las personas; una calidad de vida difícil de
alcanzar y que debe construirse sobre bases de equidad y de justicia social.
No obstante, las transgresiones contra el deber de respetar los ecosistemas, de no
ensuciar ni destruir el propio entorno natural, se deben en muchos casos a la irreflexión.
La progresiva deforestación de las grandes selvas; las catástrofes provocadas por las
centrales de producción de energía, por los vertederos inadecuados, por la caza y la
pesca de especies en peligro de extinción, por las talas indiscriminadas que abren paso a
la creciente desertización del planeta, por la grave contaminación de lagos y ríos..., son
resultado de una indiferencia que, por sus efectos, debe corregirse mediante una mayor
conciencia ecológica y la educación de la conducta cívica y solidaria.
Sería una irresponsabilidad imperdonable dejar que la negligencia, la inconsciencia o la
indiferencia de hoy impidieran a las generaciones de mañana conocer la naturaleza tal
como nosotros la conocimos y disfrutamos en nuestra juventud. También aquí el civismo
puede decir la última palabra de fe en la humanidad y de esperanza en su futuro.
TECNOLOGÍA PARA SALVAR AL PLANETA
NUEVA YORK.- Semanas atrás, la Academia Nacional de Ingeniería de Estados Unidos
emitió el informe Grandes desafíos a la ingeniería en el siglo XXI . Su propósito es llamar
la atención sobre cómo la tecnología puede ayudar al mundo a encarar la pobreza y las
amenazas al medio ambiente. Enumera adelantos potenciales tales como la energía solar
barata, la eliminación segura del dióxido de carbono emitido por las centrales, la fusión
nuclear, nuevas tecnologías educacionales y el control de los efectos colaterales de los
fertilizantes nitrogenados sobre el ambiente. La Fundación Gates ha publicado una lista
similar de desafíos en materia de salud mundial. Ambos informes destacan una nueva
prioridad global: promover tecnologías avanzadas para lograr un desarrollo sustentable.
Estamos habituados a considerar la cooperación mundial en ciertas áreas: política
monetaria, control de las enfermedades o proliferación de las armas nucleares. No lo
estamos tanto cuando se trata de promover nuevas tecnologías, por ejemplo, energía
limpia, una vacuna contra la malaria o cultivos resistentes a las sequías par ayudar a los
pobres agricultores africanos. Por lo general, en vez de ver en ellas otras tantas
oportunidades de resolver problemas globales, creemos que su desarrollo incumbe a las
empresas y está al servicio del mercado.
Sin embargo, las enormes presiones globales que afrontamos -la gran desigualdad en los
ingresos, los daños ambientales masivos, etc.- nos obligan a buscar nuevas soluciones
tecnológicas a nuestros problemas. Tomemos por caso la expansión mundial del
consumo de energía. La única forma de mantenerla sin correr riesgos es cambiar
drásticamente nuestros métodos de producción de energía, propulsión de los automóviles
y climatización de los edificios. Depender, como ahora, del carbón, el gas natural y el
petróleo, sin reparar en las emisiones de dióxido de carbono, es simplemente demasiado
peligroso. Estamos ocasionando cambios climáticos que propagarán enfermedades,
destruirán cultivos, traerán más sequías e inundaciones y, quizá, elevarán el nivel del mar
a tal punto que se inundarán las regiones costeras.
... "este tipo de tecnología sólo servirá si su aplicación se difunde, sobre todo en China e
India"...
... "este tipo de tecnología sólo servirá si su aplicación se difunde, sobre todo en China e
India"....
La Academia Nacional de Ingeniería señala algunas respuestas posibles: aprovechar la
energía nuclear segura, reducir el costo de la energía solar, o bien, capturar y almacenar
el dióxido de carbono generado por el uso de combustibles fósiles (por supuesto,
cumpliendo las normas de seguridad). Pero las tecnologías todavía no están listas y no
podemos quedarnos sentados esperando que el mercado las provea. Queremos que sean
confiables y aceptables para el hombre común. Eso requerirá cambios complejos en las
políticas públicas. Por lo demás, no existen incentivos de mercado que induzcan a las
empresas privadas a invertir en su desarrollo.
Este tipo de tecnología sólo servirá si su aplicación se difunde, sobre todo en China e
India. Aquí, la innovación tecnológica lanza otro desafío: tendremos que apoyar la
transferencia de tecnologías comprobadas a las naciones más pobres. Si los países ricos
monopolizan las nuevas tecnologías, no cumpliremos el objetivo de su uso mundial para
resolver problemas globales. Por eso el desarrollo tecnológico debería implicar, desde el
vamos, un esfuerzo de colaboración internacional.
Los países ricos deben financiar fuertemente estos esfuerzos. Deben llevarlos a cabo en
colaboración con naciones pobres y con el sector privado. Los avances tecnológicos
logrados pueden brindar a la humanidad beneficios asombrosos. Serán tiempos
apasionantes para los científicos o ingenieros que enfrenten los desafíos del desarrollo
sustentable.