Algunos Aspectos generales de la supervisión como proceso de análisis (lectura N° 2)

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:.: .. ;. í! ,, ' o' ,• .: Eséucllar las prictlcas Bibliografía · S RITOS, Nora. Ambito profesional y mundo del trabajo . Es- pacio Editorial. Buenos Aires. 2006. · CARBALLEDA, Alfredo. La interven c ión en lo social. Edito- rial Paidós. Buenos Aires. 2002. CARBALLEDA, Alfredo. Del desorden de los cuerpos al or- den de la sociedad. Espacio Editor ial. Buenos Aires. 2004. CARBALLEDA, Alfredo. El Trabajo Social desde una mirada histórica centrada en la Intervención. Edi torial Espacio .. Buenos Aires. 2007. FOUCAULT, Michel. · Un diálogo sobre el poder y otras con- versaciones. Editorial Alianza. Madrid. 1995. CORTÉS MORATÓ, Jordi y MARTÍNEZ RIU, Antbni. Diccio- nario de filosofla. Editorial Herder. Barcelona. 1996. HELER, Mario. Cienci .a Incierta. Edición Editorial Biblos. Buenos Ai res. 2004. HELER, Mario. Filosoffa y Trabajo Social. Editórial B iblos. Buenos Aires. 2002. SIMMEL, G. El individuo y la l ibertad. Editorial Penfnsula. Barcelona. 1986. 30 ). ' t ¡· ¡ 1 J r . ···. '• 2 Algunos aspectos generales de la supervisión como proceso de análisis La demanda. Inscripciones históricas. Genealogía. Autonomía Intervención, supervisión y demanda En principio. la supervisión -al igual que la intervención- se tunda en una demanda . Ésta puede provenir de un equipo · de trabajo, de algunos integrantes de él o. en algunos casos de diferentes instituciones. La demanda de supervisión i mplica un primer punto a trabajar, dado que ésta se relaciona con diferen- tes c uestiones instituciona les, micro s ociales, contextuales, y la singularidad del proceso de trabajo que se pretende desarrollar. Los motivos de solicitud de supervisión suelen ser varia- dos, a veces las situaciones de conflicto e xistentes dentro de un equipo de tr . abajo derivan en una demanda de supervisión asentada en la idea de las posibilidades de un tercero exter- no en la resolución de estos casos. En este caso, la demanda como posible vfa de entrada se orienta hacia las diferentes posibilidades de visualización de esas situaciones en la búsqueda de consenso referidas a las diferencias o ideológicas dent ro del grupo de trabajo. 31

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Análisis Institucional 9° Semestre

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.: Eséucllar las prictlcas

Bibliografía ·

S RITOS, Nora. Ambito profesional y mundo del trabajo. Es­pacio Editorial. Buenos Aires. 2006. · CARBALLEDA, Alfredo. La intervención en lo social. Edito-rial Paidós. Buenos Aires. 2002.

CARBALLEDA, Alfredo. Del desorden de los cuerpos al or­den de la sociedad. Espacio Editorial. Buenos Aires. 2004.

CARBALLEDA, Alfredo. El Trabajo Social desde una mirada histórica centrada en la Intervención. Editorial Espacio . . Buenos Aires. 2007.

FOUCAULT, Michel. ·Un diálogo sobre el poder y otras con-versaciones. Editorial Alianza. Madrid. 1995.

CORTÉS MORATÓ, Jordi y MARTÍNEZ RIU, Antbni. Diccio­nario de filosofla. Editorial Herder. Barcelona. 1996.

HELER, Mario. Cienci.a Incierta. 2° Edición Editorial Biblos. Buenos Aires. 2004.

HELER, Mario. Filosoffa y Trabajo Social. Editórial Biblos.

Buenos Aires. 2002. SIMMEL, G. El individuo y la libertad. Editorial Penfnsula.

Barcelona. 1986.

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Algunos aspectos generales de la supervisión

como proceso de análisis La demanda. Inscripciones históricas.

Genealogía. Autonomía

Intervención, supervisión y demanda

En principio. la supervisión -al igual que la intervención­se tunda en una demanda. Ésta puede provenir de un equipo ·de trabajo, de algunos integrantes de él o .en algunos casos de diferentes instituciones. La demanda de supervisión implica un primer punto a trabajar, dado que ésta se relaciona con diferen­tes cuestiones institucionales, micro sociales, contextuales, y la singularidad del proceso de trabajo que se pretende desarrollar.

Los motivos de solicitud de supervisión suelen ser varia­dos, a veces las situaciones de conflicto existentes dentro de un equipo de tr.abajo derivan en una demanda de supervisión asentada en la idea de las posibilidades de un tercero exter­no en la resolución de estos casos.

En este caso, la demanda como posible vfa de entrada se orienta hacia las diferentes posibilidades de visualización de esas situaciones en la búsqueda de consenso referidas a las diferencias conc~ptuales o ideológicas dentro del grupo de trabajo.

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Escuchar las prácticas

Otro plano de demanda de supervisión se vincula con la ne­cesidad de revisar procedimientos, metodologías o prácticas desde una perspectiva teórica y contextua l. Estas circunstancias se relacionan con nuevas preguntas hacia diferentes campos de sa­ber en la perspectiva de resolver situaciones, optimizar la interven­ción o revisar en profundidad sus aspectos teóricos y conceptuales.

A su vez, una parte significativa de la demanda también concierne a la complejidad de las interpelaciones que se gene­ran hacia un equipo de trabajo o un profesional tanto desde la institución como desde los propios sujetos de la intervención. · · Es decir, la demanda; desde la perspectiva de la supervi­

sión, se presenta cOmo un texto a analizar, siendo una vía de entrada necesaria para el desarrollo de ésta. La demanda real como parte integrante del proceso de sup~rvisión, no necesa­riamente aparece en el primer momento d¡;! ésta, sino que se torna, en tanto ,punto de arranque, en una presencia recurren­te que atraviesa la mayor par:tE! del proceso.

ESta presencia puede cambiar de rostro o de forma de enun­ciarse, pero llega (dentro de la supervisión) hasta el final estan­do ahí, en forma sobresaliente o encubiertq,

La demanda de supervisión, se inscribe en procesos históri-GOS, tanto personales coni'o del propio grupO o la institución. Se vincula con la relación entre el grupo de trqbajo, equipo o per­sona, la institución y el contexto. Además d·~ las caracteristicas de la intervención que generan nuevos interrogantes, mantie­nen preguntas no respondidas completamente, o trabajan des­de respuestas provenientes de otros contexto~ y escenarios tan~ to sociales como institucionales.

De allí que dentro del proceso de supervisión, la mirada a la historia, tanto de la institución como del complejo de situacio­nes sobre las que se interviene y las modalidades de interven­ción más ligadas al pasado, son objeto sobre el cual trabajar,

·en tanto están o no presentes en forma explícita. Al analizar diferentes situaciones de intervención .es obser­

vable que·aquello que se presenta como nuevo -en cuanto a

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Algunos aspectos generalas de la supervisión

las formas de hacer- tenga fuertes inscripciones que vienen de la historia de la intervención y que estaban allí antes de la "lle­gada" de quien está interviniendo.

Esta condición hi~tórica de la intervención, dialoga en forma sugerente con la supervisión, en tanto la presencia de restos del pasado en el presente.

La mirada histórica desde la supervisión implica la posi­bilidad de aplicación de una perspectiva genealógica en el desarrollo de la tarea.

En otras palabras, la posibilidad de rastrear los orígenes de las configuraciones, atributos, características metodológicas, marcos conceptuales, contextos de justificación y escenarios antiguos de intervención en lo que respecta a cómo predeter­minan las prácticas influyendo en el presente de ellas.

La exposición y representación en tanto visualización de esas condiciones de la intervención le confieren al proceso de supervisión una posibilidad de mirada que se profundiza en la búsqueda de sentidos del presente en las rafees del·pasado.

La recuperación de la historia como herramienta de super­visión, desde una perspectiva genealógica, también implica un diálogo con algunas cuestiones filosóficas, donde la interven· ción "habla1

' con sus propios antecedentes éticos y con su cons­trucción desde una perspectiva moralizante. Desde esta pers~ pectiva genealógica, la relación entre la intervención en lo so· cial y la estbra de los valores surge como un-punto de debate, donde la supervisión como proceso de análisis marca otra serie · de cuestiones, ahora ligadas a la propia "genealogía de la inter­vención" y su relación con los mandatos fundacionales, tratan­do de comprender el sentido de los conceptos morales que ro­dean a la intervención y que Federico Nietzsche denominó "pre­juicios morales" en su Genealogía de la Moral.

La Genealogía, en este aspecto, no sólo aporta una posible construcción ordenada del origen de los conceptos o categorías con los cuales se trabaja, sino que· también ~bre una puerta para

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Escuchar las prActtcas

imbricar ·a las mismas con el sentido moralizahte que en muchos aspectos da origen a la intervención en el marco de la moderni­dad. Desde allí es posible rastrear el surgimiento (como mandato construido en el contexto de la ilustración). de la búsqueda de cambio de subjetividad de ese "otro" sobre el cual se interviene.

Por otra parte, la recuperación histórica como proceso de supervisión, también implica una mirada a las diferentes ins­cripciones de las prácticas, discursivas y ext,ra di~cursivas, s?­bre el "otro", la institución, los equipos de trabaJo Y la propta subjetividad, componiendo diferentes textos que dan cuenta de encuentros, a veces insospechados. .

Otro elemento sobresaliente dentro del proceso de supervi­sión es la aplicación de la noción de autonomía, desde el de­senvolvimiento de las prácticas dentro del campo de interven­ción. "Si la autonomía significa poseer la capacidad de autode­terminarnos entonces no debemos olvidar que, por ser una ca-, . pacidad, es un poder y, como todo poder, aumenta o dismmu-ye en las relaciones con los otros, n~ necesariamente ,contra la capacidad-poder de los otros, tamb1én puede potenc1arse con los otros, a favor de todos."10

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Las modalidades de hacer que preceden a la intervención en la actualidad, pueden ser visualizadas como fuente de recor­te de la autonomía de ésta, marcando límites que se muestran a veces en forma explícita y otras de manera velada.

Los límites a la autonomía de la intervención, también se re­lacionan con cuestiones institucionales, políticas, contextuales, y representaciones sociales.

Así como desde otras profesiones o campos de intervención much;s veces truncan la autonomía a partir de enunciados o acciones de tipo prescriptivo o normativo.

10. Heler, Mario. Filosofía y Trabajo .Social. Editorial Biblos. Buenos Aires. 2002.

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AlgÍJnos aspectos generales de la supervisión

La autonomía puede ser entendida en términos de análisis de los procesos de intervenCión, desde la capacidad de cada proceso de ellos de bastarse a sí mismo, reafirmando la propia individuali­dad del campo frente a otras formas o modalidades de intervenir:

En este aspecto la autonomía es otro punto sobresaliente en la supervisión, dado que inscripciones del pasado y actitudes del presente marcan diferentes campos con mayor o menor libertad para hacer y especialmente para construir conocimiento.

Este último punto se presenta como relevante pa ra anali­zar los límites y posibilidades de un campo de saber deter­minado o disciplina, dado que la propia libertad de éste se liga estrechamente con sus contingencias de construcción autónoma de conocimiento y de posibilidades de hacer des­de sus propias perspectivas y leyes.

La tensión entre campos autónomos y heterónomos (depen­dientes de otros) es una de las cuestiones que aparecen con fre­cuencia en diferentes escenarios de supervisión, a veces ligadas a una profesión, otras a equipos de trabajos interdisciplinarios que se encuentran entre lo autónomo y lo heterónomo. De modo tal que dentro del proceso de supervisión es importante la visualiza­ción de los límites de los territorios y espacios, la autonomía de ca­da práctica y sus relaciones con los contornos de lo heterónomo.

Dados los condicionamientos actuales de la intervención, posiblemente sea muy difícil encontrar campos de saber abso­lutamente autónomos. De todas maneras, la presencia de pre­dominios de distintos campos de conocimiento sobre otros, se mantiene vigente, pero construida en muchos casos sobre ba­samentos históricos que se encuentran en crisis.

Las perspectivas de autonomfa en una práctica o un equipo de trabajo se presentan desde: reglamentaciones, incumbencias profesionales, códigos de ética y especialmente a través de la práctica misma. De todos modos, la existencia de esos elemen­tos da cuenta de la existencia de diferentes "analizadores", da­do que no alcanza con un reglamento, ley o normativa para

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Escuchar las prácticas

construir o conferir autonomía a un campo de intervención. Des­de esta perspectiva los analizadores actúan como "catalizadores", es decir aceleran la posibilidad de visualización de procesos tanto institucionales como ligados a la intervención misma.

El catalizador "revela" diferentes estructuras de orden micro social, dentro de la institución, equipo de trabajo y escenarios de intervención. Se expresa desde Jo emplrico, lo organizacio­nal, lo político, o da cuenta de un emergente. Entendiendo es­te último como a un integrante de un grupo o grupo en sí mis­mo que manifiesta conductas inesperadas o atípicas que lla­man la atención, especialmente por mostrarse fuera de los ob­jetivos grupales e institu.cional~s .

El escenario de la intervención, muchas veces se presenta como un territorio donde diferentes formas de saber pujan pa­ra apropiarse de espacios del mismo, utilizando las "armas" que poseen para lograr su cometido.

Desde esta perspectiva, y especialmente a partir de las ca­racterísticas actuales de las instituciones, parecería que la lu­cha por dominar el campo, coartando la autonomía de la otra disciplina, se presenta como una manera de reafirmar legitimi­dades y prestigios perdidos, ratificándolos desde el un "uso de la fuerza" que se termina encerrando en un sin sentido.

En definitiva, la mirada a la "autonomía" dentro del territo­rio de la intervención, implica un recorrido necesario, que va desde la construcción histórica de ésta, las luchas por ampliar­la y mantenerla, hasta los límites actuales.

La supervisión v la intervención en lo social

En este aspecto, las posibilidades de supervisión se relacio­nan con un· análisis sistemático de la intervención desde pará­

metros acordados y relacionados con la institución o el campo donde se llevan adelante las prácticas.

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Algunos aspectos generales de la supervisión

También, el análisis de la intervención puede ser tomado desde las "formas típicas" de éstall.

Estas modalidades "típicas", implican diferentes visiones de orden conceptual y metodológico que van desde la concep­ción de: sujeto de intervención, la discusión acerca de la de­manda de intervención, la comprensión y la· explicación de los problemas sociales, el sentido de la intervención, los atrave­samientos institucionales, las agendas que se construyen d ia­riamente y las representaciones sociales.

Estas cuestiones tienen un punto de referencia asible, que son las prácticas en sí mismas desde lo metodológico, es decir, los diferentes instrumentos de intervención que se utilizan, cuá­les son los. que se manejan en forma más frecuente, y esencial­mente la mirada a las diferentes formas de explicación de esas opciones desde el sentido de éstas.

También, desde un vistazo hacia la intervención, es posible trabajar los diferentes marcos conceptuales que la sostienen, en diálogo con las nociones mencionadas más arriba y los ins­trumentos d~ intervención. Así, los interrogantes .acerca de ¿qué se escucha?, lqué se observa?, lqué.se registra? delimi­tan· una vía de entrada que se relaciona con otra serie de pre­guntas que sintetizan muchas veces situaciones y perspectivas dentro de un equipo de trabajo: lpara quién se escribe?

Esta serie de interrogantes dialoga en forma permanente con el sentido de la intervención desde sus fundamentos conceptuales. Por ejemplo: determinada forma de entrevista, la actitud de escu­cha en la misma y la observación de determinados rasgos muestran una interrelación con marcos conceptuales definidos y construccio­nes teóricas que dan dirección al tipo de pregunta, la modalidad de registro o el acento sobre la infomiación que se quiere obtener.

11. Esta elaboración de tipologlas se relaciona con la noción de "Tipo ldealw desarrollada por Max Weber e investigaciones desarrolladas alrededor del con­cepto de "modelos de intervención".

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Escuchar las prácticas

Una perspectiva de intervención ligadá al funcionalismo -por ejemplo- hace énfasis en la búsqueda de características disfuncionales en el otro, que darfan cuenta de sus dificultades de integración y aporte al sostenimiento e integración de la so­ciedad como un todo.

De este modo, la intervención se construye con una direc­ción centrada , en este caso, en la tensión función-disfunción, desde características familiares, personales •. de vivienda, el ba­rrio donde vive ese otro, etc.

En el proceso de supervisión también se trata de develar la presencia de la teoría allí donde no puede,· a veces, ser clara­mente visualizada y estudiada desde una perspectiva crítica o conceptual. En el análisis de la situación de la in1ervención, en tanto presentación de dificultades, surgen una serie de cuestio­nes que van desde las formas de percepcióh del problema so­cial, las diferentes significaciones del mismo, la manera de nombrarlo, como es descripto, las relaciones con la historia y el contexto y la articulación de todas estas cuestiones con las mo­dalidades típicas de intervención.

Este material de trabajo se suma al análisis del impacto subje­tivo, en el equipo de trabajo, en las otras disciplinas y en la institu­ción. Es decir, atravesar el análisis desde categorías teóricas, orga­niza y hace ver el porqué de respuestas, actitudes y contextos.

Desde la búsqueda de. construcción racional de cada situa­ción, surgen interrogante~ como ldesde dónde es entendida?, lcon quién se dialoga? para intervenir.

La noción de "modelo" como instrumento · de análisis en la supervisión

La utilización de la noción de "modelo", permite un análisis organizado y sistemático de la intervención en lo social desde

·diferentes perspectivas y situaciones.

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Algunos aspectos generales de la supervisión

Este tipo de procedimientos facilita las posibilidades de es­tudiar diferentes componentes de una práctica desde diversos ángulos que van desde su perspectiva conceptual - marco- · la noción de sujeto que utiliza; la visión que posee de la de~ manda; la configuración situacional de la intervención· sus

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formas de acción recurrentes -desde los instrumentos de intervención-; su relación con el contexto macro social y el espacio micro social.

Estas cuestiones se expresan en las capacidades analíticas y re­flexivas de una determinada práctica, especialmente desde el hacer, desde su cotidianeidad y de la construcción permanente de sentidos que genera en diferentes contextos y con distintas influencias.

Es al lí, en el lugar de la práct ica cotidiana, donde se expre­san los tem,as sobresalientes de la agenda social; las represen­taciones sociales de un fenómeno que genera demanda de in­tervención; las políticas hacia las diferentes prácticas y los di­ferentes atravesamientos institucionales.

Desde una perspectiva de supervisión orientada al análi­sis, todas estas cuestiones se llevan adelante en el escena­rio de la intervención.

Por un lado, la aplicación de la noción de modelo se pre­senta como instrumento de sistematización de las prácticas, pero P,or otro también implica la posibilidad de utilización de una herramienta de estudio y análisis de éstas. En los aspec­tos mencionados sobresalen las posibilidades de acceso a los fundamentos epistemológicos de las disciplinas desde una perspectiva ordenada y especialmente en relación con la práctica cotidiana. De este modo, la intervención en lo social se construye en una estrecha relación con los escenarios de intervención y su vinculación con los condicionantes históri­cos, macro sodales y contextuales.

Los obstáculos, posibilidades y perspectivas oe las experien­cias concretas, son ordenados de manera práctica desde la apli­cación de la noción de modelo, dado que también es posible,

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E$cuchar las prácticas

desde ésta, desarrollar estudios comparativos centrados en la intervención, por ejemplo desde el análisis de las formas de intervención que se sostienen en el tiempo y que se repiten; desde esta perspectiva, se las entiende como "intervenciones

típicas", como un producto de relaciones complejas entre la intervención, los marcos conceptuales, las representacio* nes sociales, los atravesamientos del imaginario social y el desarrollo de metodo/ogfas especfficas.

La aplicación de la noción de modelo surge desde la necesi*

dad de trabajar con urí número significativo de variables e inte-·

racciones, estudiando y analizando las consecuencias que se de* rivan de ellas, sometiendo a prueba a una importante cantidad

. ' de conjeturasl2 que atraviesan el escenario de la práctica.

En definitiva, la utilización de la noción de modelo en la su-

pervisión es de orden instrumental, orientada a analizar las di­

ferentes formas de intervención, determinando obstáculos y po­sibilidades de cada una, de modo tal que la misma se transfor* ma en un instrumento de descripción, comprensión y explica­ción de la práctica y especialmente de elaboración de nuevas

estrategias para la construcción y revisión de ésta.

Los modelos de intervención se transforman en instrumen­

tos conceptuales que también pueden ser útiles para estudiar las relaciones entre diferentes variables, pesde la construcción de hipótesis, la relación con el contexto, la transmisión del co-nocimiento y las representaciones sociales.

·Desde esta perspectiva, un modelo es esencialmente diná*

mico, dado que da cuenta de la interacción de los factores mencionados, percibe las influencias cont~xtuales y el predomi­nio de desarrollos específicos en la activiqad donde se inserta.

12. "Modelos de intervención del Trabajo Social en el campo de la Salud: Obstáculos, posibilidades y nuevas perspectivas de actuación", por Alfredo J. M. Carballeda, Mariano Barberena y otros. revista Margen N' 20.

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Algunos aspectos generales de la supervisión

La utilización de la noción de modelo es variada13• un·mo­delo puede entenderse desde el uso de esta noción en el esce­nario de la supervisión; en este aspecto "modelo" es definido como un instrumento de análisis que utiliza una serie de ele­

mentos básicos: a) la vinculación entre los aportes teóricos; b) la aplicación de éstos; e) los atravesamientos institucionales, y d) los elementos contextuales. ·

De este modo, en el proceso de análisis de una intervención institucional o de un equipo (por ejemplo) relacionada con el cam-

po de la Convención de los Derechos del Niño, es posible trabajar

desde el siguiente. esquema aplicando la noción de modelo:

Derechos Marco Formas de Caracterfsticas Indicadores Contexto amenazados conceptual intervención institucionales de restitución o vulnerados u picas

13. Un mp~elo puede entenderse como una interpretación adecuada de un siste­ma axiomático. En ese aspecto, existen diferentes trabajos que pueden ser anali· zados desde esta perspectiva. Por ejemplo la obra de Durkheim La división del trabajo socia/, con relación a la existencia en la misma de términos primitivos, y la derivaci6r1 de éstos, en teoremas. Este método es caracterizado como descrip· tivo y con dificultades de expresar la dinámica o el cambió social. Otra forma de axiomatización e5tudiada, se refiere al análisis de las reglas de casamiento en las sociedades "primitivas". El término "modelo" también puede ser concebido como una noción que designa "un esquema sintético y abstracto que ordena en una construcción rigurosa los elementos de la realidad", f'?r otro lado1 al modelo.es posible definirlo como imag~n o representación, de un Sistema, pr~. organ1smo, fenómeno, artefacto, soc1edad o ente de cualquier clase, material o abstracto. A su vez un modelo de práctica profesional constituye una construcción simbólica cuyos principales objetivos son el conocimiento y transformaciqn del objeto que modeliza. Por último, un uso más simple plantea al modelo corno un Instrumento de descripción y explicación de los problemas que manifiestan dificultad en su definición. Desde lo metodológico, la noción de mode· lo implica trabajar con la construcción de hipótesis, en principio relacionadas con las características más relevantes de los problemas. En este aspecto; las hipótesis son conjeturas provisorias que pueden ser comprobadas o refutadas, circunstan· cia que darla más dinamismo a la perspectiva de análisis que se plantea. "Modelos de intervención del Trabajo Social en el campo de la Salud: Obstáculos, posibilidades y nuevas perspectivas de actuación", por Alfredo J. M. Carballeda, Mariano Barberena y otros, en revista Margen N" 20.

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De esta manera es posible sistematizar la intervención para introducirla en un proceso de análisis. Donde es posible

relacionar los derechos, en este caso como horizonte de in­tervención, y las diferentes influencias que condicionan o fa­cilitan la intervención.

Las perspectivas conceptuales (marcos)

Los marcos conceptuales se construyen desde la integración de diferentes conceptos, teorías e hipótesis acerca de los temas que atraviesan el problema sobre el cual se iriteNiene. Las perspectivas conceptuales componen básicamente tradiciones de pensamiento q~e poseen cierta articulación y ordenamiento lógico en un diálogo permanente con el escenario de la inteNención y los aspectos con­textuales más ligados a lo histórico y lo macro social.

Estos marcos, en lo ·que respecta a su vinculación con la inter­vención en lo social, se fueron cimentando históricamente alrede­dor de diferentes miradas y representaciones para la resolución de la problemática de la integración de la sociedad.

En este aspecto se pueden nombrar dos tradiciones bási­cas; una relacionada con lo "societario" y otra con la noción de "comunidad". Ambas se relacionan de manera intensa con la intervención en lo social y le dan diferentes formas a ésta. Tanto desde el · desarrollo de la acción como desde sus componentes analíticos.

En otras palabras, ·esta forma de clasificación y organiza­ción de las tradiciones de pensamiento que enmarcan las perspectivas conceptuales puede ser una herramienta para develar cómo se expresan y conviven en forma peculiar en el escenario de· intervención distintas visiones, a través de los procedimientos que se utilizan, su justificación y su en­cuadre institucional.

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Algunos aspectos generales de la supervisión

La mirada a lo conceptual desde los procedimientos utiliza­dos en la intervención, muestra un camino "inverso" que va

desde la práctica hacia la teorización de ésta, en la perspecti­va de entender a la inteNención como un saber "a posteriori".

· De alllla importancia de "escuchar las prácticas" y desde ese lugar correlacionarlas con la teoría, como alternativa al ca-, mino inverso, dado que los componentes empfricos de éstas suelen ser variados y contradictorios.

La supeNisión como proceso de análisis intenta buscar posi­bles lógicas y articulaciones impensadas o imposibles desde la teoría, que· se expresan en forma desembozada u oculta en el te­

. rreno de la inteNención, pero que dan cuenta de las diferentes po­siciones dElsde cada una y, en definitiva, son resultado de las pu­jas de poder que se dan en el escenario de la intervención.

. De allí la designación de disciplinas a las prácticas que inter­vienen en lo social; en este aspecto la noción dé disciplina se re­laciona con las tramas que construyen el sentido de las capacida­des técni~s; la·s ~omunicaciones y las relaciones de poder que concuerdah a parttr de fórmulas o metodologfas preestablecidas.

Desde esta perspectiva, el análisis empírico genera puentes de ida y de vuelta con la teorfa, ahora signados desde el hacer cotidiano -en definitiva, desde la intervención en lo social.

El escenario de la intervención . desde una perspectiva micro social

Otra aproximación a la noción de escenario de intervención puede construirse desde la epistemologfa, dado que este esce­nario también se relaciona con diferentes condicionantes histó­ricos, políticos, culturales y sociales que influyen en el proceso de elaboración de la comprensión-explicación de lo que se ha­ce, es decir •. de la "trama escénica" de la práctica.

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Escuchar las prácticas

La relación entre los aspectos contextuales y el conocimiento, también es constitutiva del escenario de la intervención y puede ser explicada desde determinadas corrientes epistemológicas de esta manera: "Toda acción racional presupone conocimientos, y éstos no pueden relacionarse tan sólo con hechos singulares o ais­lados, sino que deben incluir correlaciones, ligaduras, pautas ge­nerales que gobiernan la estructura de lo real ... Por ello, la activi­dad clínica desarrollada por psicólogos y psiquiatras, la interven­ción social, habitual entre los especialistas en Trabajo Social, y en general de todas las vertientes de aplicación de las ciencias socia­les, requieren de teorías científicas como arma indispensable pa­ra fundar su acción práctica y desarrollar técnicas exitosas" (Kii­movsky, G.; Hidalgo, C.: 17-18).

En definitiva, el escenario es un elemento imprescindible para analizar la intervención, como tal, puede ser aprendido y sistematizado. a través de diferentes procesos de. a propia­ción y conocimiento.

En e·l escenario de la intervención -entendido como el es­pacio micro social donde ésta se construye y desarrolla-, se conjugan una serie de componentes que lo forman, lo cargan de sentidos y significados. Éstos dialogan con las prácticas in­teractuando en forma constante, generando, en diferentes as­pectos, diversas resignificaciones de dichas prácticas.

El concepto pe escenario de intervención surge de la nece­sidad de conoc~·r de la manera más amplia posible el contexto de la misma, sus relaciones con lo macro so~ial, en la singula­ridad y heterogt;neidad de cada situación.

En la intervención en lo social, los atravesa(T)ientos contextua­les son múltiples, e inaprensibles en su totalidad, de allí las posibi­lidades de aplicación de la noción de escenario como una forma de aproximación más ajustada al conocimiento micro social desde los diferentes campos de relación que se construyen en cada escena.

El escenario de la intervención es un lugar donde transcurren en distinta forma una serie compleja de textos que se presentan

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Algunos aspectos generales de la supervisión

como tramas discursivas. Éstas se tornan en una acción cargada de sentidos en función de las características materiales y simbóli­cas del escenario, la singularidad de los actores y la especificidad de los guiones y papeles que se construyen en cada situación.

Surgen, de esta forma, discursos y lenguajes que dan cuen­ta y permiten cierta aproximación a la situación que se está presentando, su significación, sus formas de inscripción en el sujeto, la memoria, las instituciones, y también sobre quién se está interviniendo.

A su vez, en el escenario de la intervención se conjuga la re­lación entre' espacio, situación y procedimientos. La interven­ción en lo social forma parte de una "puesta en escena".

De este modo, la intervención se "apropia" del papel prin­cipal dentro de los diferentes guiones, otorgando de esta forma dirección a la trama.

En el escenario de intervención, el cl ima de la puesta en es­cena está dado por la palabra; el lenguaje del cuerpo y la signifi­cación de cada l;Jno de los componentes de ese espacio. Desde es­ta perspectiy¡3, los actores que componen diferentes papeles en la intervención son el factor clave en la puesta en escena, en tanto construcción del escenario de ésta, como en su desenvolvimiento esperado, r~Gtificado, a veces también corregido; dentro del guión.

El escenéjrio de la intervención puede ser observado, leído e interpretado· por quienes intervienen, y es un lugar de mirada relevante en la intervención y la supervisión.

Este escenario, se presenta como un texto a develar, a de­codificar desde los diferentes procedimientos que se utilizan, como también respecto de su sentido, signiHcado, simbolis­mo, imposición y diálogo con lo real.

El escenario, en tanto espacio, "habla", da cuenta de una serie de características a las cuales es posible aproximarse des­de una sistematización clara y definida.

Allí, donde la palabra es el primer factor de creación del cuadro de fondo, sosteniendo su estructura arquitectónica,

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Escuchar las prácticas

su composición escénica, sus diversos telones de fondo, los mo­vimientos de la iluminación, ha~ta la "música" de la escenifica­ción, ligada a las representaciones sociales, la cultura y la cons- .

. trucción de significados desde la vida cotidianá. De este modo, el escenario de la intervención construye un

ámbito "dramático", donde se conjugan diferentes aspectos ac-cesibles para el análisis de ésta. ·

El escenario de la intervención también puede ser entendido como un espacio de puja de poder, en una pequeña porción del · territorio donde diferentes factores luchan por la hegemonía del lugar, produciendo diversas formas de ten~iones a revelar.

Desde el concepto de elementos escéhicos y composición escénica es posible desarrollar algunas aproximaciones que permiten sistematizar y analizar las prácticas que se constru­yen dentro del escenario de intervención.

Los elementos escénicos. La composición escénica

Es posible utilizar el concepto de elementos escénicos para in- . corporar elementos de análisis del escenario de la intervención. Especialmente desde la perspectiva de la construcción del mismo, tanto desde lo discursivo como a partir de lo extra discursivo.

La modernidad agrega movilidad a la escena, donde la lógi­ca del movimiento que ésta incorpora requiere de nuevos dis­positivos que tornen dinámico al escenario. Para que éste se mueva es nece_saria una maquinaria, es decir una nueva forma de trama cuya función es facilitar el encuentro de diversas tra­mas, telones de fondo y guiones. Además de la incorporación de más elementos en la escena.

Cada "puesta en escena" en el escenario de la interven­ción tiene su propio estilo y su conjugación de guiones, otor­gando distintos papeles a los diferentes actores. Pero incluye dentro de un plano principal a quien aplica los instrumentos

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Algunos aspectos generales de la supervisión

de intervenciórt, el cual, otorga un tipo definido de movimien­to y direccionalidad a la escena .

. Los elementos escénicos son, désde esta· perspectiva, por un lado, =Jas diferentes expresiones de las representaciones so­ciales que se tienen de la situación que se está exteriorizando en el escenario de la intervención. Sumadas .a la forma de pre­sentación de éstas, tanto desde el sujeto que demanda inter­vención, como desde la institución misma, las pollticas de in­tervención, la "cultura" de presentación14 (tanto del sujeto co­mo de quienes intervienen), la "presentación institucional"15•

Por otro lado, también forman parte de la escena, como ele­mentos escénicos, las posibilidades de resolución del problema que se presenta como producto de una trama de diferentes inscripcio­nes relacionad_as con distintas formas de intervención ya realizadas y esperadas, tanto por el sujeto como por las instituciones. · El concepto de elementos escénicos abarca también al es­

pacio de la escena de la intervención, en cuanto a los objetos, mobiliario, arquitectura, diseño; se trate de un consultorio, una vivienda o un espacio barrial.

La noción de composición escénica

En definitiva,· las significativamente heterogéneas articula­ciones de la intervención, en cuanto a su diálogo con la prácti­ca cotidiana, implican también las posibilidades de utilización y adaptación del concepto de composición escénica. Enten­diéndola como el conjunto de articulaciones inestables confor­madas por: /os actores, /os diferentes guiones, fa escena en si

14. Se toma el concepto de cultura de presentación de E. Goffman. 15. Se entiende por presentación institucional a la forma en que las ·insti­tuciones, prácticas, profesiones se visualizan a sí mismas y son percibidas desde la sociedad .

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Page 10: Algunos Aspectos generales de la supervisión como proceso de análisis (lectura N° 2)

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E¡cuchar las prácticas

misma, su historicidad, en definitiva su puesta en acto co­mo presencia en la intervención en lo social.

En la composición escénica se conjugan tiempo y espacio desde la memoria, a partir de lo colectivo, expresado en el es­

. pacio de lo micro social. La experiencia colectiva del espacio y

del tiempo responde a las diferentes contingencias de construc­ción simbólica intersubjetiva de ese ámbito de conexiones rea­les donde se proyecta la coexistencia social dotada de sentido.

El espacio en tanto escenario no es una realidad absoluta , autodeterminada, por fuera del sujeto que la distingue. Consig­na, ante todo, el modo en que una sociedad hace viable la apropiación y aprehensión imaginarias de las relaciones del in­dividuo consigo mismo, con el otro y con el mundo. El espacio alude, por tanto, a la dimensión de trayectoria de la vida huma­na, obteniendo desde allí historicidad y sentido.16

Episteme y dispositivos de intervención

En el escenario de la intervención, también puede ser estu­diado desde la noción de episteme -según la perspectiva de Michel Foucault-, como La sumatoria qe una amalgama de categorías y saberes que conforman la a¡jertura y cierre de co­nocimientos, vinculados a través de rei{Jciones de vecindad, aparición, permanencia de analogfas y d{ferencias17•

La episteme, entonces, se hace presente en el escenario desde la intervención, lo atraviesa, lo carga de' sentido y cons­truye desde allí nuevas representaciones.

16. Vidal Jiménez, Rafael. "Nacionalismo y globalización. Localización-deseo­localización simbólica del espacio social." En: Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid, 1999 (versión electrónica). 17. Albano, Sergio. Michel Foucault. Glosario de aplicaciones. Editorial Quadrata. Buenos Aires. 2004.

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Algunos aspectos generales de la supervisión

Si bien Foucault refiere que la noción de episteme se vincu­la con grandes corrientes de pensamiento, reconociendo bási­camente tres: la clásica, la renacentista y la moderna, es posi­ble pensar una aproximación micro social y en diálogo con la práctica cotidiana, especialmente si se pone el acento en los procesos discursivos que se . dan en su interior, teniendo en cuenta que a partir de ellos se presentan, emergen, desapare­cen y quedan latentes determinados enunciados, categorías, marcos teóricos y corrientes epistemológicas.

En el texto de Foucault La Voluntad de Saber, este autor plantea la noción de dispositivo como una la red que implica discursps, disposiciones, instituciones, reglamentos, leyes, enunciados científicos, proposiciones filosóficas y mo"rales. Donde lo sobresaliente son las formas de las relaciones que puede existir entre los diferentes elementos .

Es en el escenario de la intervención donde confluyen los po­sibles analizadores de ésta y se hacen presentes los dispositivos de interv~nción, reconstruyéndose en un· juego de diferentes inte­raccione~. heterogéneas y singulares. De alll que el trabajo sobre el escenario implique una forma de desarrollar la supervisió~. El escenario es, de este modo, uno de los primeros espacios a ob­servar y trabajar en una supervisión como proceso de análisis.

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