Albert Sánchez Piñol “El 11 de septiembre en Cataluña ha sido...

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33 LA GACETA Martes, 22 de enero de 2013 Albert Sánchez Piñol (Barcelona, 1965) es el autor en catalán más internacional. De La piel fría y Pandora en el Congo ha vendido miles de ejemplares en decenas de países. Con Victus: Barcelona 1714 (La Campana) ha multiplica- do su prestigio y sus seguidores. Es una novela histórica, picares- ca y de aventuras, que atrapa desde la primera línea. También es un libro con enjundia que se adentra en el espinoso asunto de por qué los catalanes no se sienten españoles. Y sobre todo es litera- tura de primera división. –¿Por qué el tono del protagonis- ta y narrador es irreverente? Porque, para los catalanes, el 11 de septiembre de 1714 es una fecha sagrada y la gracia es tratar las fechas sagradas con un tono irreverente, eso es lo que refuerza el relato. La defensa de Barcelona estuvo en las clases populares y hablaban en un tono irreverente, en esa época y en todas. –¿Por que eligió a Martí Zuviría como protagonista? Es un personaje histórico curiosí- simo, está constatado que era tra- ductor de francés, que era ayudan- te del general Villarroel y que hacía misiones dentro y fuera de la ciu- dad durante el asedio. Da una pers- pectiva militar y civil porque hago que sea ingeniero, que son los más militares de los civiles y los más civiles de los militares. –En ‘Victus’ hay mucha polior- cética. Es que realmente los asedios fun- cionaban así a principios del siglo XVIII, y el asedio más bestia fue el de Barcelona. –¿Por qué muchos catalanes no se sienten españoles? Eran reinos distintos, lo único que los unificaba era la Corona. Espa- ña era un reino compuesto, una suma de reinos, la idea que se sen- sido muy parasitado por la política. Si describo a Felipe V, pensarían que estaba todo tergiversado, pero es que Felipe V al final de su vida dormía en ataúdes, era un demente que se dejaba uñas de 30 centíme- tros de largo, que vestía con andra- jos... No puedo poner eso, prefería criticar a Casanova. Me dije, criti- ca a los tuyos porque si no te van a tomar por un panfletario. –No hay muchas novelas sobre la Guerra de Sucesión. Es llamativo. Es una guerra que duró decenios: no terminó en Euro- pa hasta 1725, hubo 200.000 muer- tos y no se ha escrito prácticamen- te nada. Y que los españoles lucha- ran por poner en su trono a un rey francés es difícil de entender. –Empezó a escribir ‘Victus’ en catalán y se pasó al castellano. Una historia catalana, en catalán y por un catalán... Sería lógico escri- birlo en catalán, pero las cosas creativas tiene un factor irracional que cuesta entender y me di cuen- ta de que me iba muy bien escribir en castellano porque podía marcar distancias. Albert Sánchez Piñol Escritor Civilización “El 11 de septiembre en Cataluña ha sido parasitado por la política” Su novela sobre la Guerra de Sucesión española y el asedio de Barcelona en el año 1714 derriba mitos, critica a los dirigentes catalanes del momento y ensalza al general castellano que encabezó la defensa de la ciudad Al catalanismo romántico no le gustaba que el capitoste de las tropas catalanas fuera un castellano La crispación de ahora no es nada comparado con lo que había hace 300 años. Estamos la mar de bien –En ‘Victus’, los castellanos aparecen como holgazanes y autocráticos y los catalanes, como demócratas amantes de la libertad. ¿No cree que es un poco maniqueo? La frase de la filosofía política castellana del momento era “la palabra de rey es ley”; en cambio, en Cataluña se tenía muy presen- te que el Parlamento estaba por encima del rey. No hay más que ver las fuentes políticas para saber lo que pensaban unos de otros. Lo de ahora no es nada comparado con lo que había hace 300 años. Cuando la gente me habla de crispación política, yo digo: “Pero si ahora estamos la mar de bien”. –Su libro ha disgustado a algu- nos nacionalistas catalanes. Sí, a algunos, porque consideran que no se da protagonismo a los catalanes. Pero me parece extra- ño que no lo hayan criticado más. –Usted desmitifica a Casanova. Sobre todo al catalanismo román- tico del siglo XIX no le gustaba que el capitoste de las tropas catalanas fuera un castellano, no lo podían tolerar los burgueses catalanes, así que pasaron de puntillas por el hecho de que Villarroel era caste- llano. El hombre sufrió una doble exclusión. Fátima Uríbarri Madrid tía de España era confederal, ni siquiera federal. Cuando se dice España en el siglo XVIII era una cosa muy distinta a la de hoy en día. En 1714 no sólo es que muera la nación catalana, como se le ha dado en llamar, sino que también muere determinado sentido de España. España es lo que había hasta 1714, luego viene otra cosa que es Castilla. Con el triunfo bor- bónico, el régimen y las leyes de Castilla se extienden a toda Espa- ña, eso es lo que nos cuesta enten- der. Por eso muchos catalanes que defendían Barcelona dicen que luchan por España, por la España que existía en aquel momento. –¿Fue un disparate empecinarse en la defensa de Barcelona? Hay una parte irracional en esa defensa. Pero gracias a ella los catalanes de 300 años después tie- nen un capital simbólico que muchas naciones quisieran tener. Es muy difícil valorar esas cosas. –Rafael Casanova no sale bien parado. Era el jefe político catalán y es lógi- co que le pongan un monumento, aunque no hizo el papel más glorio- so. Pero, con todos sus peros, esta- ba en primera línea con la bandera, y lo hirieron. –Del general Villarroel apenas se sabe nada. Por eso me gustaba reforzarlo como personaje. Es un castellano que acaba prisionero y torturado por defender la capital de los catalanes. Era un general muy querido por las tropas. No tiene un monumento pero tiene una calle en Barcelona que es paralela a la de Casanova. –En la novela mete el dedo en el ojo de los políticos catalanes. Claro, no quería hacer un panfleto. Los dirigentes catalanes actuaron como se cuenta en el libro, hubo casos que rozaban la traición. Se conoce poco de ese periodo y los dos bandos han querido manipular la Historia. Hay mucha ignorancia y un revisionismo que da pena. –¿Por qué razón luchaban los catalanes? Por sus libertades. Era un reino aparte, ni siquiera tenía derecho a comerciar con América. –No se enfrentaron a Carlos II. Carlos II era muy amado por los catalanes porque no se metía con ellos, les dejaba en paz. –También algunos dicen que es un libro catalanista. Aunque hubiera nacido en Para- guay o en Bulgaria habría escrito la novela igual. Lo que se cuenta es verdad. De Felipe V no puse nada porque la gente pensaría que lo estaba caricaturizando. Habrían creído que es un libro muy partidis- ta, porque el 11 de septiembre ha ÉXITO. ‘Victus’ está en las listas de libros más vendidos.

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33LA GACETA Martes, 22 de enero de 2013

Albert Sánchez Piñol (Barcelona, 1965) es el autor en catalán más internacional. De La piel fría y Pandora en el Congo ha vendido miles de ejemplares en decenas de países. Con Victus: Barcelona 1714 (La Campana) ha multiplica-do su prestigio y sus seguidores. Es una novela histórica, picares-ca y de aventuras, que atrapa desde la primera línea. También es un libro con enjundia que se adentra en el espinoso asunto de por qué los catalanes no se sienten españoles. Y sobre todo es litera-tura de primera división.–¿Por qué el tono del protagonis-ta y narrador es irreverente?Porque, para los catalanes, el 11 de septiembre de 1714 es una fecha sagrada y la gracia es tratar las fechas sagradas con un tono irreverente, eso es lo que refuerza el relato. La defensa de Barcelona estuvo en las clases populares y hablaban en un tono irreverente, en esa época y en todas.–¿Por que eligió a Martí Zuviría como protagonista?Es un personaje histórico curiosí-simo, está constatado que era tra-ductor de francés, que era ayudan-te del general Villarroel y que hacía misiones dentro y fuera de la ciu-dad durante el asedio. Da una pers-pectiva militar y civil porque hago que sea ingeniero, que son los más militares de los civiles y los más civiles de los militares.–En ‘Victus’ hay mucha polior-cética.Es que realmente los asedios fun-cionaban así a principios del siglo XVIII, y el asedio más bestia fue el de Barcelona.–¿Por qué muchos catalanes no se sienten españoles?Eran reinos distintos, lo único que los unificaba era la Corona. Espa-ña era un reino compuesto, una suma de reinos, la idea que se sen-

sido muy parasitado por la política. Si describo a Felipe V, pensarían que estaba todo tergiversado, pero es que Felipe V al final de su vida dormía en ataúdes, era un demente que se dejaba uñas de 30 centíme-tros de largo, que vestía con andra-jos... No puedo poner eso, prefería criticar a Casanova. Me dije, criti-ca a los tuyos porque si no te van a tomar por un panfletario. –No hay muchas novelas sobre la Guerra de Sucesión.Es llamativo. Es una guerra que duró decenios: no terminó en Euro-pa hasta 1725, hubo 200.000 muer-tos y no se ha escrito prácticamen-te nada. Y que los españoles lucha-ran por poner en su trono a un rey francés es difícil de entender.–Empezó a escribir ‘Victus’ en catalán y se pasó al castellano.Una historia catalana, en catalán y por un catalán... Sería lógico escri-birlo en catalán, pero las cosas creativas tiene un factor irracional que cuesta entender y me di cuen-ta de que me iba muy bien escribir en castellano porque podía marcar distancias.

“Albert Sánchez PiñolEscritor

Civilización

“El 11 de septiembre en Cataluña ha sido parasitado por la política”Su novela sobre la Guerra de Sucesión española y el asedio de Barcelona en el año 1714 derriba mitos, critica a los dirigentes catalanes del momento y ensalza al general castellano que encabezó la defensa de la ciudad

Al catalanismo romántico no le gustaba que el capitoste de las tropas catalanas fuera un castellano

La crispación de ahora no es nada comparado con lo que había hace 300 años. Estamos la mar de bien

–En ‘Victus’, los castellanos aparecen como holgazanes y autocráticos y los catalanes, como demócratas amantes de la libertad. ¿No cree que es un poco maniqueo?La frase de la filosofía política castellana del momento era “la palabra de rey es ley”; en cambio, en Cataluña se tenía muy presen-te que el Parlamento estaba por encima del rey. No hay más que ver las fuentes políticas para saber lo que pensaban unos de otros. Lo de ahora no es nada comparado con lo que había hace 300 años. Cuando la gente me habla de crispación política, yo digo: “Pero si ahora estamos la mar de bien”. –Su libro ha disgustado a algu-nos nacionalistas catalanes.Sí, a algunos, porque consideran que no se da protagonismo a los catalanes. Pero me parece extra-ño que no lo hayan criticado más.–Usted desmitifica a Casanova. Sobre todo al catalanismo román-tico del siglo XIX no le gustaba que el capitoste de las tropas catalanas fuera un castellano, no lo podían tolerar los burgueses catalanes, así que pasaron de puntillas por el hecho de que Villarroel era caste-llano. El hombre sufrió una doble exclusión.

Fátima Uríbarri Madrid

tía de España era confederal, ni siquiera federal. Cuando se dice España en el siglo XVIII era una cosa muy distinta a la de hoy en día. En 1714 no sólo es que muera la nación catalana, como se le ha dado en llamar, sino que también muere determinado sentido de España. España es lo que había hasta 1714, luego viene otra cosa que es Castilla. Con el triunfo bor-bónico, el régimen y las leyes de Castilla se extienden a toda Espa-ña, eso es lo que nos cuesta enten-der. Por eso muchos catalanes que defendían Barcelona dicen que luchan por España, por la España que existía en aquel momento.

–¿Fue un disparate empecinarse en la defensa de Barcelona?Hay una parte irracional en esa defensa. Pero gracias a ella los catalanes de 300 años después tie-nen un capital simbólico que muchas naciones quisieran tener. Es muy difícil valorar esas cosas.–Rafael Casanova no sale bien parado.Era el jefe político catalán y es lógi-

co que le pongan un monumento, aunque no hizo el papel más glorio-so. Pero, con todos sus peros, esta-ba en primera línea con la bandera, y lo hirieron.–Del general Villarroel apenas se sabe nada.Por eso me gustaba reforzarlo como personaje. Es un castellano que acaba prisionero y torturado por defender la capital de los catalanes.

Era un general muy querido por las tropas. No tiene un monumento pero tiene una calle en Barcelona que es paralela a la de Casanova.–En la novela mete el dedo en el ojo de los políticos catalanes.Claro, no quería hacer un panfleto. Los dirigentes catalanes actuaron como se cuenta en el libro, hubo casos que rozaban la traición. Se conoce poco de ese periodo y los dos bandos han querido manipular la Historia. Hay mucha ignorancia y un revisionismo que da pena.–¿Por qué razón luchaban los catalanes?Por sus libertades. Era un reino aparte, ni siquiera tenía derecho a comerciar con América.–No se enfrentaron a Carlos II. Carlos II era muy amado por los catalanes porque no se metía con ellos, les dejaba en paz.–También algunos dicen que es un libro catalanista.Aunque hubiera nacido en Para-guay o en Bulgaria habría escrito la novela igual. Lo que se cuenta es verdad. De Felipe V no puse nada porque la gente pensaría que lo estaba caricaturizando. Habrían creído que es un libro muy partidis-ta, porque el 11 de septiembre ha

Éxito. ‘Victus’ está en las listas de libros más vendidos.