MI CUENTO HISTÓRICO

LOS MONSTRUOS DE LA NOCHE

Autor:Aitor Del Prado

Un día en Navarra en el siglo XlV su rey, Eneko Aritza estaba comiendo tranquilamente en su castillo. El castillo era inmenso, maravilloso, no tenía muralla pero sí un gran pozo de agua envenedada que lo rodeaba y además contaba con muchos arqueros, guerreros, caballos y nobles para protegerlo. Ese mismo día llegaron los visigodos y casi lograron conquistar el castillo, pero los Navarros fueron muy fuertes y vencieron. Al día siguiente los visigodos que sobrevivieron lanzaron con sus arcos flechas en llamas y con lanza piedras dispararon rocas matando a muchos Navarros, luego huyeron veloces.Esa misma tarde, un mensajero le dijo al rey que unos barcos se habían hundido en la playa de San Sebastián. Eneko Aritza decidió ir a verlo con sus diez mejores hombres. En el camino había un cementerio y todos lo sabían. Al día siguiente empezaron el camino. Antes de salir de Navarra cruzaron un bosque y todos

sabían que ese bosque era muy especial y que tenía árboles con formas muy raras y que parecían muertos. De repente un hombre de los diez se cayó a unas arenas movedizas, los otros no pudieron hacer nada, se hundió y murió tragado por la arena. Unas horas más tarde encontraron un cementerio con muchas tumbas y calaveras y al final

decidieron dormir allí. Al día siguiente, muy temprano,

Eneko Aritza se despiertó y sedio cuenta de que había perdido a cinco de sus hombres y

que éstos se habían convertido en zombis (muertos vivientes). Los que quedaron con vida (4 y Eneko) salieron corriendo y por fin llegaron a Gipuzkoa tras tres días de acampada. Solo les faltaba llegar a San Sebastián. Llegaron a Zegama a las seis de la mañana y se quedaron a comer y a descansar, luego se marcharon y 13 horas más tarde llegaron a Usurbil tras haber atravesado Segura, Zerain, Beasain, Albiztur, Tolosa, Anoeta, Asteasu y Oria .Tras 5 días de camino, llegaron a Donosti, luego fueron a la playa y cuerpos de personas destrozados por las maderas de sus barcos. Pasado un tiempo, las olas se llevaron todo al fondo del mar, luego compraron comida para el viaje de vuelta al castillo. Por casualidad pasó por allí un perro con cara de pocos amigos. De repente le saltó encima y le mordió la mano, luego se fue tranquilamente. Al día siguiente llegaron al bosque y una hora más tarde se encontraron en su castillo donde le curaron y vendaron la mano. Un año después se puso enfermo y ese mismo día vinieron los zombis a atacar el castillo.13 dias más tarde ,todavía seguía la guerra y Eneko Aritza se curó y cuando se iba a bañar vio el agua y se puso agresivo, tan agresivo que le rompió el brazo a un guerrero que intentó tranquilizarle. El guerrero

fue a que le vendaran la mano y ese mismo día un noble le dijo a un escriba que escribiera esto:-Recuerdo el día en el que empezó la guerra más larga y desastrosa que hubo en la historia, flechas lloviendo por todos lados, rocas llenas de fuego y sobre todo zombis.El noble se fue a descansar mientras pensaba qué

enfermedad podría tener Eneko Aritza. Nadie sabía qué enfermedad tenía y nadie podía sospechar que lo que tenía era lo que se llamaba ´´La Rabia´´. Un médico estuvo una hora el leyendo un libro medicinal hasta que encontró la cura, que consistía en encontrar un hongo especial. Comenzaron a buscar ese hongo y justo vieron uno pero estaba podrido. Uno pensó que el hongo con la humedad se podría rehidratar. Funcionó, pero rápidamente se hizo polvo. Un soldado vio un hongo igual que el otro que estaba en el foso envenenado .

Fue a cogerlo y de

repente una roca se cayó y casi le aplasta.Cogió el hongo y lo lanzó por el aire. El hongo casi se partió pero el soldado se cayó al foso y se ahogó. Un soldado le dijo a Eneko Aritza que se lo comiera y al final se lo comió. Al instante se sintió más fuerte y ágil, Eneko Aritza fue matando a todo el que se acercaba a él. Llegó al centro del bosque y encontró una fruta extraña, era una mezcla de hongo y fruta, tenía la forma de una naranja pero su color era más fuerte y llamativo. Cuando lo cogio, un viento fuerte casi derribó un árbol. Eneko Aritza dijo que las guerras se habían terminado y que se logró la paz gracias al poder de ese hongo que hizo que perdiera su agresividad. Eneko Aritza lo llamó ´´Boletum o Boletus”. Durante mucho tiempo el signo del hongo permaneció en la bandera de Navarra. Eneko Aritza tenía 56 años cuando se puso muy enfermo y 35 años más tarde murió por una infección en los pulmones.