Actualidad Clínico terapéutica MEDICINE 2013

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Medicine. 2012;11(23):1389-96 1389 Diagnóstico y tratamiento de la fibrosis pulmonar idiopática J. Ancochea y C. Valenzuela Servicio de Neumología. Hospital Universitario de La Princesa. Madrid. España. Instituto de Investigación Sanitaria Princesa (iP). Universidad Autónoma de Madrid. Madrid. España. Resumen La fibrosis pulmonar idiopática (FPI) es una enfermedad diferenciada de la neumonía intersticial crónica idiopática, progresiva y fibrosante. Afecta generalmente a adultos mayores de 50 años y cursa con disnea de esfuerzo progresiva y tos seca. Se auscultan estertores crepitantes de predo- minio en bases en la mayoría de los pacientes, y existen acropaquias en el 50%. El diagnóstico de- finitivo requiere: a) la exclusión de otras entidades clínicas definidas o enfermedades pulmonares difusas de causa conocida y b) la presencia de un patrón histológico de neumonía intersticial usual (NIU) en el examen de tejido pulmonar obtenido mediante biopsia quirúrgica, la evidencia radioló- gica de patrón definido de NIU en la tomografía computerizada de alta resolución (TCAR) o ambos. La precisión diagnóstica mejora con la valoración multidisciplinar entre clínicos, radiólogos y pató- logos expertos. El mejor conocimiento de la patogenia de la FPI ha permitido poner en marcha dis- tintos ensayos clínicos en busca de estrategias terapéuticas más selectivas y eficaces ante el mal pronóstico de la enfermedad. Abstract Diagnosis and treatment of idiopathic pulmonary fibrosis Idiopathic pulmonary fibrosis (IPF) is a disease differentiated from chronic, progressive and fibrosing interstitial pneumonía. It generally affects adults over 50 years and evolves with progressive stress dyspnea and dry cough. Crackling rales with predominance in bases is auscultated in most of the patients and clubbing in 50%. The final diagnosis requires: a) exclusion of other defined clinical conditions or diffuse pulmonary diseases of known cause and b) the presence of a histological pattern of usual interstitial pneumonia (UIP) in the pulmonary tissue obtained by surgical biopsy, radiological evidence of UIP in the high resolution computed tomography (HRCT) or both. Diagnostic precision improves with multidisciplinary evaluation among expert clinicians, radiologists and pathologists. Better knowledge of the pathogeny of the IPF has made it possible to initiate different clinical trials in search for more selective and effective therapeutic strategies against the poor prognosis of the disease. Palabras Clave: - Fibrosis pulmonar idiopática - Neumonía intersticial usual - Diagnóstico radiológico e histológico - Tratamiento Keywords: - Idiopathic pulmonary fibrosis - Usual interstitial pneumonia - Radiologic and histological diagnosis - Treatment ACTUALIZACIÓN

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  • Medicine. 2012;11(23):1389-96 1389

    Diagnstico y tratamiento de la fibrosis pulmonar idiopticaJ. Ancochea y C. ValenzuelaServicio de Neumologa. Hospital Universitario de La Princesa. Madrid. Espaa. Instituto de Investigacin Sanitaria Princesa (iP). Universidad Autnoma de Madrid. Madrid. Espaa.

    ResumenLa fibrosis pulmonar idioptica (FPI) es una enfermedad diferenciada de la neumona intersticial crnica idioptica, progresiva y fibrosante. Afecta generalmente a adultos mayores de 50 aos y cursa con disnea de esfuerzo progresiva y tos seca. Se auscultan estertores crepitantes de predo-minio en bases en la mayora de los pacientes, y existen acropaquias en el 50%. El diagnstico de-finitivo requiere: a) la exclusin de otras entidades clnicas definidas o enfermedades pulmonares difusas de causa conocida y b) la presencia de un patrn histolgico de neumona intersticial usual (NIU) en el examen de tejido pulmonar obtenido mediante biopsia quirrgica, la evidencia radiol-gica de patrn definido de NIU en la tomografa computerizada de alta resolucin (TCAR) o ambos. La precisin diagnstica mejora con la valoracin multidisciplinar entre clnicos, radilogos y pat-logos expertos. El mejor conocimiento de la patogenia de la FPI ha permitido poner en marcha dis-tintos ensayos clnicos en busca de estrategias teraputicas ms selectivas y eficaces ante el mal pronstico de la enfermedad.

    AbstractDiagnosis and treatment of idiopathic pulmonary fibrosis

    Idiopathic pulmonary fibrosis (IPF) is a disease differentiated from chronic, progressive and fibrosing interstitial pneumona. It generally affects adults over 50 years and evolves with progressive stress dyspnea and dry cough. Crackling rales with predominance in bases is auscultated in most of the patients and clubbing in 50%. The final diagnosis requires: a) exclusion of other defined clinical conditions or diffuse pulmonary diseases of known cause and b) the presence of a histological pattern of usual interstitial pneumonia (UIP) in the pulmonary tissue obtained by surgical biopsy, radiological evidence of UIP in the high resolution computed tomography (HRCT) or both. Diagnostic precision improves with multidisciplinary evaluation among expert clinicians, radiologists and pathologists. Better knowledge of the pathogeny of the IPF has made it possible to initiate different clinical trials in search for more selective and effective therapeutic strategies against the poor prognosis of the disease.

    Palabras Clave:

    - Fibrosis pulmonar idioptica

    - Neumona intersticial usual

    - Diagnstico radiolgico e histolgico

    - Tratamiento

    Keywords:

    - Idiopathic pulmonary fibrosis

    - Usual interstitial pneumonia

    - Radiologic and histological diagnosis

    - Treatment

    ACTUALIZACIN

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    ACTUALIDAD CLNICO-TERAPUTICA (I)

    Definicin y terminologa

    La terminologa aplicada a las neumonas intersticiales idio-pticas (NII) ha sido histricamente muy confusa y no es hasta la publicacin del documento de consenso entre la American Thoracic Society (ATS) y la European Respiratory So-ciety (ERS) hace una dcada cuando se homogenizan concep-tos y se empieza a hablar en un idioma comn1.

    La fibrosis pulmonar idioptica (FPI) es una enfermedad de etiologa desconocida, limitada a los pulmones, que cursa con fibrosis progresiva y se caracteriza por una fisiologa pul-monar restrictiva y alteraciones radiolgicas e histolgicas de neumona intersticial usual (NIU). Se manifiesta habitual-mente ms all de la quinta dcada de la vida. El diagnstico de FPI requiere de la exclusin de otras formas de neumona intersticial tanto idiopticas como asociadas a enfermedades sistmicas, exposicionales o por frmacos1-3 (fig. 1). La mejora en el abordaje diagnstico y teraputico de la FPI ha sido

    posible en gran medida gracias al inters mostrado por la co-munidad cientfica en los ltimos aos, y las normativas y consensos realizados por distintas sociedades cientficas1-3.

    Epidemiologa

    Segn la definicin de la Unin Europea, las enfermedades raras, minoritarias o hurfanas son aquellas con peligro de muerte o de invalidez crnica que tienen una prevalencia menor de 5 casos por cada 10.000 habitantes. La FPI es una de ellas.

    Con una prevalencia estimada en Espaa que se sita en-tre 13 casos por cada 100.000 habitantes en mujeres y 20 por cada 100.000 en hombres, se cree que en Espaa la FPI pue-de estar afectando a unas 7.500 personas.

    Se estima que la FPI afecta a ms de 5 millones de per-sonas en el mundo. En los ltimos aos, se ha observado un

    incremento en su incidencia4. Den-tro del espectro de las enfermeda-des pulmonares intersticiales difu-sas (EPID), la FPI seguida de la sarcoidosis son las dos ms fre-cuentes5-7. La FPI representa un 50-60% de todas las NII2. A dife-rencia de la sarcoidosis, la FPI sue-le afectar con mayor frecuencia a hombres y con una mayor edad media8. Tambin es una enferme-dad de fumadores, encontrando algunos estudios una mayor proba-bilidad de desarrollar FPI en pa-cientes con historia de tabaquismo (20-40 paquetes-ao), con una odds ratio de 2,3 (intervalo de confianza del 95%, 1,3 a 3,8)9. El nmero de muertes asociadas a esta enferme-dad se ha incrementado de una ma-nera muy significativa en los lti-mos 20 aos10.

    Historia natural

    La historia natural de la FPI es va-riable e impredecible en el momen-to del diagnstico (fig. 2). La mayo-ra de los pacientes presentan una lenta progresin con deterioro cl-nico y funcional que ocasiona insu-ficiencia respiratoria crnica. En otros casos, existen periodos de re-lativa estabilidad, con episodios de agudizacin (exacerbaciones agudas u otras complicaciones) que son la causa de una alta morbilidad y mor-talidad. En una minora, la enfer-medad es de corta duracin, con

    De causa conocida

    FPI55%

    NINE

    NIA

    NOC

    BR-EPID

    NID

    NIL

    Neumonas intersticiales idiopticas

    Enfermedad granulomatosa

    Entidades nicas

    Otras NII

    25%

    < 2%

    < 5% < 1%

    10-15%

    Fig. 1. Clasificacin de las enfermedades pulmonares intersticiales difusas (en revisin). BR-EPID: bronquio-litis respiratoria asociada a EPID; EPID: enfermedad pulmonar intersticial difusa; FPI: fibrosis pulmonar idio-ptica; NIA: neumona intersticial aguda; NID: neumona intersticial descamativa; NII: neumonas intersticia-les idiopticas; NIL: neumona intersticial linfoide; NINE: neumona intersticial no especfica; NOC: neumona organizada criptogentica.

    0

    Func

    in

    resp

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    as

    Acelerada Exacerbacionesagudas

    Progresin lenta

    1 2 3 4

    Fig. 2. Historia natural de la fibrosis pulmonar idioptica.

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    DIAGNSTICO Y TRATAMIENTO DE LA FIBROSIS PULMONAR IDIOPTICA

    una progresin ms rpida (forma acelerada). En general, la supervivencia media es de 2-5 aos desde el inicio de los sn-tomas3. Se desconoce si las diferentes formas de historia na-tural representan fenotipos diferentes de la enfermedad.

    Etiologa y factores de riesgo

    La etiologa de la FPI no se conoce, aunque probablemente es debida al efecto de diversos factores en sujetos con predis-posicin gentica3.

    Factores genticos

    Las alteraciones genticas ms relevantes son: mutaciones en los genes que mantienen la longitud de los telmeros (TERT, TERC) en la protena C-del surfactante y en la regin pro-motora de la mucina 5B (MUC5B).

    Factores ambientales

    El tabaquismo (ms de 20 paquetes al ao) y la exposicin al latn, acero, plomo y polvo de madera son considerados fac-tores de riesgo.

    Reflujo gastroesofgico

    Varios estudios han demostrado que el reflujo gastroesofgi-co es un factor de riesgo para la predisposicin y progresin de la FPI.

    Infecciones vricas

    No existe evidencia suficiente para considerar que las infec-ciones vricas (virus de la hepatitis C, herpes virus, citomega-lovirus) sean factores etiolgicos de la FPI.

    Autoinmunidad

    El posible origen autoinmune de la FPI se basa en que las manifestaciones radiolgicas y/o histolgicas de la NIU se asocian tambin a enfermedades del tejido conectivo.

    Caractersticas clnicas y pruebas complementarias

    El cuadro clnico es de comienzo insidioso y se caracteriza por disnea de esfuerzo progresiva, en muchas ocasiones acom-paada de tos improductiva. El inicio de los sntomas es lento, pero van empeorando con el tiempo. La demora entre el ini-cio de la sintomatologa y el diagnstico final oscila entre los 6 meses y los dos aos11. La presencia de sntomas sistmicos debe hacer sospechar un diagnstico alternativo. Se auscul-

    tan estertores crepitantes en el 90% de los pacientes y se ob-servan acropaquias en el 50%. Los datos obtenidos de la ex-ploracin fsica son poco especficos, por lo que la exploracin en estos pacientes debe estar en gran parte dirigida a identi-ficar otra serie de signos que puedan sugerir que estamos en presencia de una entidad diferente.

    Tampoco hay alteraciones de laboratorio especficas para esta enfermedad. Aun en ausencia de signos o sntomas de enfermedades del tejido conectivo se deben realizar determi-naciones serolgicas en todos los pacientes3. Se puede detec-tar positividad en los anticuerpos antinucleares (ANA) o fac-tor reumatoide (FR) hasta en un 20% de los casos de FPI. Por otra parte, en los ltimos aos ha cobrado inters la posibilidad de emplear nuevos biomarcadores en el diagns-tico y caracterizacin de esta enfermedad. Algunos como KL-6, SP-A y SP-D, fibrocitos circulantes y metaloproteina-sas 1 y 7 estn bajo investigacin en el momento actual12-14. Se han detectado valores elevados incluso en pacientes asin-tomticos. Mientras que ningn marcador de manera indivi-dual es capaz de predecir con seguridad la presencia o ausen-cia de FPI, es posible que un panel compuesto de distintos biomarcadores pueda emplearse en el futuro con utilidad diagnstica15.

    El lavado broncoalveolar (BAL) es una tcnica que ha sido ampliamente empleada en el estudio de las EPID. Su anlisis en la FPI suele mostrar neutrofilia discreta con o sin eosinofilia, y su empleo clsicamente ha estado relacionado con su capacidad para descartar otras entidades. En el ltimo consenso ATS-ERS-JRS-ALAT, se recomienda que el BAL con anlisis celular no debera realizarse rutinariamente a todos los pacientes en el proceso diagnstico pero, sin embargo, podra ser apropiado para una minora3. No obstante, en ocasiones el anlisis celular del BAL puede ayudarnos a valorar otras po-sibilidades que nos lleven a descartar una FPI. As, Oshimo S et al, en una serie de 74 pacientes con diagnstico previo de FPI en base a la tomografa computerizada de alta resolucin (TCAR) y que fueron sometidos a una biopsia pulmonar qui-rrgica entre otras investigaciones, observaron que 6 de los pacientes con una linfocitosis mayor del 30% en el BAL pre-sentaron como diagnsticos finales neumonitis por hipersen-sibilidad (NH) o neumona intersticial no especfica (NINE)16.

    Diagnstico

    El consenso ATS/ERS1 sent las bases del diagnstico de la enfermedad apoyndose en una serie de criterios mayores y menores que combinaban datos clnicos, fisiolgicos, radio-lgicos y patolgicos. Debido a la insuficiente sensibilidad y especificidad de estos criterios a la hora de realizar el diag-nstico de FPI y a la alta correlacin existente entre deter-minados hallazgos del TCAR y la biopsia, en la ltima revi-sin del consenso3 estos criterios han sido eliminados y se refuerza el papel esencial de los hallazgos de la TCAR en el diagnstico.

    El diagnstico definitivo de FPI requiere: a) la exclusin de otras entidades clnicas definidas o enfermedades parenqui-matosas pulmonares difusas de causa conocida (por ejemplo,

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  • 1392 Medicine. 2012;11(23):1389-96

    ACTUALIDAD CLNICO-TERAPUTICA (I)

    exposicin ambiental u ocupacional, enfermedades del tejido conectivo, toxicidad por frmacos, etc.) y b) la presencia de un patrn histolgico de NIU en el examen del tejido pul-monar obtenido mediante biopsia pulmonar quirrgica, la evidencia radiolgica de patrn NIU en la TCAR o ambos3.

    Una valoracin multidisciplinar en la que participen neumlogos, radilogos y patlogos expertos en el diagns-tico y manejo de las EPID consigue aumentar la precisin diagnstica3,17.

    Radiologa

    El patrn definitorio de NIU incluye la presencia de altera-ciones reticulares de predominio subpleural y basal acompa-adas de reas de panalizacin con o sin bronquiectasias de traccin (fig. 3). En estos casos, siempre que no existan datos inconsistentes, se puede definir como un patrn radiolgico tipo NIU. Entre los hallazgos radiolgicos inconsistentes est un predominio en campos medios o superiores, un pre-dominio de las lesiones a nivel peribroncovascular, abundan-te vidrio deslustrado o microndulos, presencia de quistes

    (especialmente si son mltiples, bilaterales y alejados de las reas de panalizacin), patrn en mosaico o datos de atrapa-miento areo y consolidaciones segmentarias con bronco-grama areo3 (tabla 1).

    Patrn histopatolgico

    El patrn histolgico de NIU viene definido por el cumpli-miento de cuatro criterios: a) evidencia de fibrosis marcada o distorsin de la arquitectura pulmonar asociada o no a panalizacin y con un predominio subpleural y paraseptal; b) presencia de lesiones parcheadas en las que se combinan reas fibrticas con zonas de pulmn sano; c) presencia de focos fibroblsticos y d) ausencia de hallazgos histopatol-gicos inconsistentes con NIU. Entre las caractersticas no compatibles con patrn NIU estara la presencia de membra-nas hialinas, la presencia de focos con neumona organiza-da, granulomas, marcado infiltrado inflamatorio intersticial alejado de las zonas de panalizacin y cambios predomi-nantemente centrados en la va area o la presencia de otros hallazgos sugestivos de un diagnstico alternativo (tabla 2).

    Diagnstico diferencial

    El diagnstico de FPI debe ser preciso y riguroso. La aproxi-macin diagnstica, basada en el algoritmo que se presenta en la figura 4, ha de ser dinmica, integrada y multidiscipli-nar.

    El actual consenso define, segn los hallazgos de la TCAR, un patrn radiolgico caracterstico de NIU, un pa-trn de posible NIU y concreta los hallazgos no concor-dantes con un patrn NIU radiolgico3.

    De la misma manera, la anatoma patolgica de las mues-tras obtenidas mediante biopsia pulmonar permite definir un patrn histolgico de NIU caracterstico, un patrn de pro-bable NIU y un patrn de posible NIU en funcin de los datos histolgicos3.

    La integracin de los hallazgos de la TCAR con el patrn histopatolgico nos sirve para establecer el diagnstico de

    FPI, excluirlo o, si los datos no son concluyentes, mantenerlo como pro- bable o posible.

    A pesar de lo anteriormente ex-puesto, el diagnstico diferencial de la FPI nos sigue planteando im-portantes desafos. As, pueden existir hallazgos patolgicos com-patibles con NIU en pacientes con NINE (principalmente en su for-ma fibrtica), enfermedades del tejido conectivo, neumopata in-tersticial secundaria por exposicin al asbesto o a determinados frma-cos y en la NH.

    Por otra parte, puede observar-se un patrn de NIU en la TCAR

    Fig. 3. Patrn de la neumona intersticial usual (NIU) en la tomografa computa-dorizada de alta resolucin (TCAR) torcica.

    TABLA 1

    Criterios de patrn de la neumona intersticial usual (NIU) en la tomografa computadorizada de alta resolucin (TCAR)

    Patrn de NIU (las 4 caractersticas)

    Posible patrn de NIU (las 3 caractersticas)

    No concordante con patrn de NIU (cualquiera de las 7 caractersticas)

    Predominio basal, subpleural Predominio basal, subpleural Predominio en campos superior o medio

    Predominio peribroncovascular

    Anomala reticular Anomala reticular Alteracin extensa en vidrio esmerilado (extensin > alteracin reticular)

    Abundantes microndulos (bilateral, predominantemente en lbulos superiores)

    Panalizacin con o sin bronquiectasia por traccin

    Quistes discretos (mltiples, bilaterales, adems de las reas de panalizacin)

    Ausencia de caractersticas incompatibles con el patrn de NIU

    Ausencia de caractersticas incompatibles con el patrn de NIU

    Discreta atenuacin en mosaico/atrapamiento areo (bilateral, en tres o ms lbulos)

    Consolidacin en segmento(s)/lbulo(s)

    Modificada de Raghu G, et al3.

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  • Medicine. 2012;11(23):1389-96 1393

    DIAGNSTICO Y TRATAMIENTO DE LA FIBROSIS PULMONAR IDIOPTICA

    en todas estas entidades y en for-mas avanzadas y poco habituales de sarcoidosis18,19.

    En pacientes de edad avanzada debe considerarse la posible inha-lacin de txicos (trabajo, ambien-te, hobbies), la afectacin pulmonar en el seno de una enfermedad sist-mica, el reflujo gastroesofgico crnico, la enfermedad infecciosa residual y la toma de frmacos.

    Cmo llegar a una mayor confianza en el diagnstico?

    Para optimizar el diagnstico de FPI ante su sospecha clnica es pre-ciso tener en cuenta una serie de consideraciones que enumeramos a continuacin.

    Aplicar de forma adecuada las recomendacionesEs fundamental realizar una ex-haustiva historia exposicional para evitar sobrediagnsticos, as como establecer probabilidades de patrn NIU al analizar la TCAR o las piezas de biopsia. Es preciso, de forma dinmica, llevar a cabo una discusin multidisciplinar y consensuar el diag-nstico. Este proceso debe llevarse a cabo en unidades espe-cializadas.

    Mejorar la capacidad diagnstica de las pruebas de imagen Imgenes en pronacin, aplicacin de herramientas de post procesamiento de imagen como la proyeccin de mnima in-tensidad (mIP), determinar scores de fibrosis o aplicacin de nuevas herramientas como el anlisis de texturas o del um-bral de mtodo de segmentacin20-22.

    Emplear predictores de diagnstico clnicoEs lo que se apunta en un estudio de Fell et al23 en donde analizaron a un grupo de pacientes sin panalizacin en la TCAR. Determinaron que una edad elevada y un score de enfermedad intersticial en la TCAR elevado eran factores predictores de FPI. En pacientes mayores de 50 aos, con una TCAR score mayor de 0,8 el valor predictivo positivo (VPP) de FPI que encontraron fue del 97%. Estos resulta-dos, aunque pendientes de ser confirmados en una cohorte de validacin, es posible que abran la puerta para conseguir una mayor certeza en la estimacin del diagnstico de la FPI. Por otra parte, es posible que un panel determinado de bio-marcadores pueda ser de utilidad diagnstica en un futuro prximo.

    FPI/No FPIFPI No FPI

    Debate multidisciplinar

    Histologa:Probable NIUPosible NIU

    No-clasificable EPID

    Histologa:Patrn claro de NIU

    Biopsia pulmonar quirrgica Otras EPID

    TCAR Posible NIUNo concordante con NIU

    Patrn radiolgico claro de NIU

    Sospecha de FPI

    Otras enfermedades pulmonares brosantes

    No

    S

    S

    S

    S

    Fig. 4. Algoritmo diagnstico de la fibrosis pulmonar idioptica (FPI). EPID: enfermedad pulmonar intersticial difusa; FPI: fibrosis pulmonar idioptica; NIU: neumona intersticial usual; TCAR: tomografa computadoriza-da de alta resolucin.

    TABLA 2Patrn de neumona intersticial usual (NIU): criterios histopatolgicos

    Patrn de NIU (los 4 criterios) Patrn de NIU probable Patrn de NIU posible (los 3 criterios) No patrn de NIU (alguno de los 6 criterios)

    Evidencia de marcada fibrosis/deformacin de la arquitectura +/- panalizacin con distribucin predominantemente subpleural/paraseptal

    Evidencia de marcada fibrosis/deformacin de la arquitectura +/- panalizacin

    Afectacin parcheada o difusa del parnquima pulmonar por fibrosis, con o sin inflamacin intersticial

    Membranas hialianas

    Afectacin parcheada del parnquima pulmonar por fibrosis

    Ausencia de la afectacin parcheada o de los focos fibroblsticos, pero no de ambos

    Ausencia de otros criterios de NIU (ver columna patrn NIU)

    Neumona organizada

    Presencia de focos fibroblsticos Ausencia de caractersticas incompatibles con diagnstico de NIU que sugieran un diagnstico alternativo

    Ausencia de caractersticas compatibles con diagnstico de NIU que sugieran un diagnstico alternativo

    Granulomas

    Ausencia de caractersticas incompatibles con diagnstico de NIU que sugieran un diagnstico alternativo

    Slo cambios tipo panalizacin Marcado infiltrado celular inflamatorio intersticial adems de la panalizacin

    Cambios centrados predominantemente en las vas areas

    Otras caractersticas sugestivas de un diagnstico alternativo

    Modificada de Raghu G, et al3.

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    ACTUALIDAD CLNICO-TERAPUTICA (I)

    Optimizar las pruebas diagnsticas clsicasEl BAL, en casos determinados, puede ser de gran ayuda en el diagnstico diferencial con otras entidades como la NH o la NINE16. El seguimiento estricto y protocolizado de la funcin pulmonar, fundamentalmente de la capacidad vital forzada (FVC) y de la difusin de monxido de carbono (DLCO) pueden orientarnos a una u otra patologa. As, se ha visto que una cada mayor del 5% en la FVC y mayor del 7,5% de la DLCO en un seguimiento longitudinal de 6 me-ses es ms frecuente en los pacientes con FPI que con NINE24.

    Mejorar el rendimiento de la biopsia pulmonarEn este sentido, cada vez disponemos de mayor experiencia sobre los beneficios y seguridad de la utilizacin de crioson-das en la biopsia pulmonar transbronquial en las EPID. Por otra parte, en caso de indicarse, debe optimizarse la tcnica para obtener la mejor rentabilidad diagnstica de la biopsia pulmonar quirrgica por video-ciruga toracoscpica (VATS).

    Tratamiento

    Previo al inicio del tratamiento se debe valorar el estadio de la enfermedad, los factores pronsticos y las comorbilidades asociadas. El abanico teraputico incluye25: a) considerar los tratamientos antifibrticos disponibles en la actualidad; b) evitar factores agravantes de la enfermedad (reflujo gas-troesofgico, infecciones respiratorias, hipertensin pulmo-nar); c) tratar los sntomas; d) considerar siempre el trasplan-te pulmonar en casos seleccionados y e) ofrecer terapia paliativa en la fase final de la enfermedad.

    Tratamiento farmacolgico

    Tras diversos avances en el conocimiento de la patogenia de la FPI (enfermedad reparativa epitelio-mesenquimal), se abrieron diferentes vas de investigacin con el objetivo de inhibir el proceso fibrognico, lo que fue el inicio de la era anti-fibrtica. En 2003, una revisin Cochrane demostr que los glucocorticoides no poseen ninguna eficacia para el trata-miento de la FPI26.

    N-acetilcistenaLa N-acetilcistena (NAC) aumenta la sntesis de glutatin (potente mediador antioxidante) y disminuye la respuesta fi-brtica en modelos animales de fibrosis pulmonar. Un estu-dio prospectivo multicntrico en fase III evalu la eficacia de NAC (1.800 mg/da) en una cohorte de pacientes con FPI27. Los pacientes recibieron NAC o placebo, en combinacin con prednisona y azatioprina. Despus de un ao de segui-miento, los pacientes que recibieron NAC mostraron una tasa menor de deterioro funcional. El nmero limitado de pacientes incluidos, la ausencia de grupo placebo y el corto periodo de tiempo evaluado son limitaciones de este estudio. A pesar de ello, la combinacin de glucocorticoide, azatiopri-na y NAC ha sido el tratamiento de eleccin hasta que se han conocido los resultados del estudio PANTHER28 El estudio

    PANTHER compar la eficacia de placebo frente a NAC y frente a glucocorticoides asociados a NAC y azatioprina. Este estudio ha demostrado mayor mortalidad e ingresos hospitalarios en los pacientes que reciban la triple terapia en comparacin con el placebo o con el tratamiento con NAC. Por tanto, no se aconseja utilizar esta triple terapia. En la actualidad, el ensayo continua con slo dos ramas: NAC y placebo. Los resultados finales del estudio podrn dilucidar la verdadera eficacia de la NAC en el tratamiento de la FPI.

    Pirfenidona (Esbriet)Pirfenidona es un frmaco con propiedades antiinflamatorias y antifibrticas. Inhibe la proliferacin fibroblstica y la sn-tesis de protenas pro-fibrognicas y citocinas. Diversos es-tudios experimentales han demostrado el efecto antifibrtico de pirfenidona. Su eficacia clnica se ha evaluado en tres en-sayos clnicos fase III, multicntricos, aleatorizados, doble-ciego, controlados con placebo en pacientes con FPI en Eu-ropa y EE. UU. (estudio CAPACITY) y Japn. Los resulta-dos han mostrado que pirfenidona en dosis de 2.403 mg cada 24 horas (3 cpsulas de 267 mg cada 8 horas) reduce la pro-gresin de la enfermedad en un 30%, y disminuye en un 30% la cada de la FVC. Adems, un menor porcentaje de pacientes presentaron progresin rpida (20% pirfenidona frente a 35% placebo), y se observ una mejora significativa en la capacidad de esfuerzo, determinada por la distancia re-corrida en la prueba de la marcha de los 6 minutos, as como un aumento del intervalo libre de progresin de la enferme-dad29-31. Hasta la fecha, pirfenidona es el nico frmaco con eficacia contrastada en el tratamiento de la FPI. En marzo de 2011, fue aprobada por la Agencia Europea del Medicamen-to (EMA) para el tratamiento de la FPI de leve-moderada intensidad, definida por una FVC mayor del 50% y DLCO mayor del 35% (www.ema.europa.eu). El frmaco est dispo-nible en varios pases de la Comunidad Europea, y prxima-mente en Espaa. Debe considerarse como el frmaco de primera lnea para el tratamiento de la FPI leve-moderada. La dosis que se utiliza es de 1 cpsula de 257 mg/8 horas durante una semana, en la segunda semana 2 cpsulas/8 ho-ras, y a partir de la tercera semana 3 cpsulas/8 horas. La duracin recomendable del tratamiento es de 12 meses como mnimo. Si existe mejora o estabilizacin de la enfermedad, se debe continuar el tratamiento. En caso de empeoramien-to, debe considerarse en cada paciente si es aconsejable con-tinuar el tratamiento o instaurar otras estrategias teraputi-cas. Las principales contraindicaciones son hipersensibilidad al frmaco, uso concomitante de fluvoxamina, hepatopata o nefropata grave y embarazo (no comprobado su uso en esta poblacin). Los efectos secundarios ms frecuentes son foto-sensibilidad (imprescindible proteccin solar cutnea y ocu-lar), molestias digestivas y alteraciones de la funcin hepti-ca, en general reversibles al disminuir la dosis.

    BIBF-1120BIBF-1120 es un potente inhibidor de la tirosincinasa que acta sobre los receptores de factores de crecimiento endo-telial vascular (VEGF), plaquetario (PDGF) y fibroblstico (FGF). Los resultados comunicados recientemente tras la fase II del ensayo clnico TOMORROW han evidenciado

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    DIAGNSTICO Y TRATAMIENTO DE LA FIBROSIS PULMONAR IDIOPTICA

    que la administracin de BIBF-1120 150 mg/12 horas con-lleva una tendencia positiva a la reduccin de la prdida de la FVC y de las exacerbaciones de la enfermedad y una mejora de la calidad de vida32. Actualmente se est llevando a cabo un ensayo clnico en fase III para evaluar la eficacia del BIBF-1120 en el tratamiento de la FPI.

    Otros frmacos antifibrticosDurante la ltima dcada se han realizado varios ensayos cl-nicos aleatorizados, fase II y III, con frmacos considerados experimentalmente antifibrticos, pero que no han demos-trado ninguna eficacia para el tratamiento de la FPI3. Entre ellos se incluyen mesilato de imatinib (Gleevec), interfern gamma 1-beta, ambrisentan, antagonistas del factor de ne-crosis tumoral- (etanercept), anticoagulante (warfarina), antagonistas de la endotelina (bosentan, macitentan) y silde-nafilo (tabla 3). Por otra parte, estn en desarrollo ensayos clnicos en fases I o II, con el objetivo de comprobar la segu-ridad del frmaco y evaluar su posible eficacia teraputica (www.clinicaltrial.gov): anticuerpo anti-IL13/IL4 (SAR156597), antagonista del receptor AT1 de la angiotensina-II (losartan), anticuerpo monoclonal anti-integrina v6 (STX-100), co-lgeno V (IW-001), anticuerpo anti-IL13 (QAX576), anta-gonista del factor de crecimiento conectivo (FG-3019), anti-cuerpo anti-LOXL2 o GS-6624 (AB0024), protena recombinante pentraxin-2 o rhPTX-2 (PRM-151) y siroli-mus. Finalmente, existen infinidad de opciones experimenta-les consideradas como posibles antifibrticos. Entre ellos cabe destacar el anticuerpo monoclonal anti-TGF-1 CAT-192, el factor de crecimiento hepatoctico (HGF), la prostaglandina-E2 (PGE-2) o los RNA de interferencia (nkRNA y PnkRNA). Es previsible que, en el futuro, el tratamiento de la FPI inclui-r la asociacin de frmacos que acten sobre diferentes vas patognicas de la enfermedad de forma sinrgica.

    Tratamiento no farmacolgico

    Oxigenoterapia domiciliariaLa indicacin de oxigenoterapia domiciliaria en pacientes con FPI e hipoxemia en reposo emana, fundamentalmente, de extrapolar las conclusiones de los estudios realizados en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crnica (EPOC) con insuficiencia respiratoria crnica. Se recomien-da administrar oxigenoterapia crnica domiciliaria si existe hipoxemia significativa en reposo (SaO2 igual o menor de 88%) o desaturacin importante durante el ejercicio (reco-mendacin fuerte, calidad de evidencia muy baja).

    Trasplante pulmonarEl trasplante pulmonar es el nico tratamiento para la FPI en estadios evolucionados que ocasiona una importante me-jora funcional e incremento de la supervivencia, con tasas comunicadas a 1, 5 y 10 aos del 74, 45 y 22%, respectiva-mente, superando los resultados del mejor tratamiento far-macolgico disponible en este subgrupo de pacientes. Los pacientes con FPI deben evaluarse en una unidad de tras-plante pulmonar independientemente del tipo de tratamien-to mdico que reciban, siempre que no existan contraindica-

    ciones para tal procedimiento quirrgico (recomendacin fuerte, calidad de evidencia baja)33.

    Rehabilitacin respiratoriaLa revisin Cochrane de 2008 actualizada en 2010 confirma que la rehabilitacin es segura en pacientes con EPID en gene-ral, y con FPI en particular, en trminos de mejora de la distan-cia recorrida en la prueba de la marcha de los 6 minutos y de calidad de vida relacionada con la salud34. No estn documen-tados los efectos beneficiosos de la rehabilitacin sobre la su-pervivencia a largo plazo. Se recomienda incluir a pacientes con FPI en un programa de rehabilitacin respiratoria en las fases iniciales, antes de que la enfermedad alcance estadios evo-lucionados (recomendacin dbil, calidad de evidencia baja).

    Conflicto de intereses

    Julio Ancochea ha recibido honorarios por impartir confe-rencias en eventos educacionales y/o por asesora cientfica y/o investigacin de Boehringer Ingelheim, Novartis, Take-da-Nycomed, Almirall, GlaxoSmithKline, InterMune, Faes Farma, Chiesi y Actelion. Claudia Valenzuela declara no te-ner ningn conflicto de inters.

    Bibliografa

    Importante Muy importante Metaanlisis Artculo de revisin Ensayo clnico controlado Gua de prctica clnica Epidemiologa

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    TABLA 3Tratamiento farmacolgico de la fibrosis pulmonar idioptica (FPI) basado en la evidencia actualmente disponible

    Agente Recomendaciones

    Recomendado en pacientes seleccionados

    Pirfenidona S (recomendacin moderada)*

    NAC en monoterapia No (recomendacin dbil)

    No recomendados

    Esteroides + azatioprina + NAC No utilizar

    Anticoagulacin No utilizar

    Bosentan No utilizar

    Esteroides en monoterapia No utilizar

    Esteroides + terapia inmunomoduladora No utilizar

    Colchicina No utilizar

    Ciclosporina A No utilizar

    Etanercept No utilizar

    Interferon gamma No utilizar

    *FPI leve-moderada.

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    ACTUALIDAD CLNICO-TERAPUTICA (I)

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  • Medicine. 2012;11(23):1397-405 1397

    Actualizacin en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2C. Marcuello Foncillas y A.L. Calle Pascual Servicio de Endocrinologa y Nutricin. Departamento de Medicina. Universidad Complutense de Madrid. Madrid. Espaa. Hospital Clnico San Carlos. Madrid. Espaa.

    ResumenLa prevalencia de la diabetes mellitus contina aumentando de forma alarmante. El manejo de la diabetes se ha ido volviendo ms complejo en los ltimos aos con la incorporacin de varios fr-macos orales nuevos que amplan mucho las posibilidades teraputicas. Parece claro que la met-formina es el primer frmaco que se recomienda utilizar, inicialmente en dosis bajas, simultnea-mente a inducir cambios en el estilo de vida. Sin embargo, existe poca evidencia acerca de las me-jores combinaciones a utilizar y por eso las recomendaciones de las guas de prctica clnica cada vez son menos prescriptivas. La tendencia en el momento actual es recomendar un tratamiento in-dividualizado para cada paciente, basado en su estilo de vida y hbitos, su edad, peso corporal y estado evolutivo de la enfermedad, siendo sta la clave del xito para obtener unos buenos resul-tados.

    AbstractUpdate in the treatment of diabetes mellitus type 2

    Prevalence of diabetes mellitus continues to increase at an alarming rate. Management of diabetes has become more complex in recent years with the incorporation of several new oral drugs that greatly increase the therapeutic possibilities. It seems clear that metformin is the first drug whose use is recommended, initially at low doses, while simultaneously inducing changes in the style of life. However, there is little evidence on the best combinations to use and thus the recommendations of the clinical practice guidelines are increasingly less prescribed. The current tendency is to recommend an individualized treatment for each patient, based on their style of life and habits, age, body weight and evolutive state of the disease, this being the key to success to obtain some good results.

    Palabras Clave:

    - Estilo de vida

    - Glucosa capilar

    - Estrategias farmacolgicas

    Keywords:

    - Lifestyle

    - Capillary blood glucosa

    - Phamacological strategies

    ACTUALIZACIN

    Introduccin

    La prevalencia de la diabetes mellitus contina aumentando a nivel mundial de una forma alarmante. La Federacin In-ternacional de Diabetes predice que la prevalencia global aumentar de 366 millones en la actualidad hasta 552 millo-nes en el ao 2030, siendo los pases en desarrollo los que se vern ms afectados1.

    En un estudio espaol publicado en el ao 2012 ([email protected]) se estima que casi el 30% de la poblacin espaola pre-senta algn tipo de alteracin del metabolismo hidrocarbo-nado, siendo la prevalencia de la diabetes de casi un 14%. Lo que resulta ms preocupante es que casi el 50% de las personas afectadas por diabetes no estn diagnosticadas. Se observ un au-mento de la prevalencia con la edad y una mayor afectacin de los hombres. Este estudio incluy una muestra amplia y

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  • 1398 Medicine. 2012;11(23):1397-405

    ACTUALIDAD CLNICO-TERAPUTICA (I)

    representativa de la poblacin espaola, y la mayora de diag-nsticos de diabetes fueron realizados mediante sobrecarga oral de glucosa, por lo que los datos obtenidos suponen un hallazgo veraz2.

    La diabetes tipo 2 tiene una larga fase asintomtica y, cuando se diagnostica, una proporcin elevada de los pacien-tes ya presenta complicaciones derivadas de la enfermedad que pueden ser irreversibles. En el momento del diagnstico casi la mitad de sujetos en el United Kingdom Prospective Dia-betes Study (UKPDS) tena una o ms complicaciones3. Por lo tanto, es necesaria una modificacin de los programas de sa-lud para realizar una deteccin y tratamiento precoz de esta enfermedad.

    En esta revisin se va a abordar el tratamiento de la dia-betes tipo 2 de acuerdo con la evidencia disponible en la li-teratura, pero basndose en la idea de individualizacin del tratamiento para cada paciente.

    Objetivos de control

    El abordaje del paciente con diabetes debe ser multifactorial, contemplando, adems del control glucmico, el control del resto de los factores de riesgo cardiovascular. Esta aproxima-cin ha demostrado ser muy eficaz en el estudio STENO-24, realizado con pacientes con diabetes tipo 2 y microalbuminu-ria, una intervencin simultnea e intensiva de todos los facto-res de riesgo con una combinacin de mltiples frmacos y modificacin del estilo de vida, demostrndose efectos benefi-ciosos sobre complicaciones vasculares y en cuanto a tasas de muerte cardiovascular o de cualquier etiologa. Este estudio ha servido de base para lo que conocemos como tratamiento multifactorial. En la tabla 1 se muestran los objetivos a conse-guir dependiendo de los diferentes factores de riesgo.

    Existen controversias acerca del objetivo ptimo de HbA1c. ste debe individualizarse para cada paciente, as pues, cifras menores del 6,5% es el nivel deseado en pacientes con prolongada expectativa de supervivencia, sin enfermedad cardiovascular significativa y corta duracin de la enferme-dad, siempre y cuando pueda obtenerse sin efectos adversos e hipoglucemias graves. Un objetivo menos estricto, en torno al 7,5% podra considerarse en el extremo opuesto, es decir, pacientes con una expectativa de vida limitada, complicacio-nes avanzadas y comorbilidades importantes, en los que in-tentos previos de optimizar el control se han asociado con un riesgo de hipoglucemia que resulta inaceptable.

    Lgicamente, los objetivos ms ambiciosos son ms atractivos, especialmente si pueden conseguirse con regme-nes de tratamiento sencillos y mnimos efectos adversos.

    Pozzili et al5 llegaron a la conclusin de que es impres-cindible tener en cuenta la edad biolgica del paciente. Consideran que en pacientes jvenes se debe buscar una HbA1c lo ms baja posible (incluyendo el rango de la norma-lidad) y actuando de una forma rpida, mientras que en an-cianos con comorbilidades se debe actuar ms despacio pri-mando la seguridad del tratamiento. No obstante, no se debe caer en la inercia teraputica (mantenerse en expectativa sin modificar el tratamiento) porque el paciente presente edad avanzada.

    Ahora bien, si la persona de avanzada edad presenta un buen nivel funcional y cognitivo, con una expectativa de vida razonable, se debera perseguir el mejor control posible al igual que en los adultos jvenes, siempre que se realice de forma segura.

    Tanto en el Diabetes Control and Complications Trial (DCCT)6, en la diabetes tipo 1, como en el UKPDS7, en la diabetes tipo 2 con una corta evolucin de la enfermedad, se observ un beneficio a largo plazo en el grupo que inicial-mente recibi un tratamiento intensivo, con respecto al gru-po estndar, que persista al menos por una dcada y aun cuando en los ltimos aos las cifras de HbA1c fueron simi-lares en ambos grupos de tratamiento8,9. Esto se denomina la memoria metablica.

    Por tanto, no buscar valores de glucemia casi normales en diabticos tipo 2 de bajo riesgo es difcil de justificar, pues la experiencia del DCCT y UKPDS sugieren que individuos con un diagnstico reciente de diabetes sin otras enfermedades se benefician de un tratamiento intensivo precoz, permaneciendo este efecto positivo incluso aos despus. Esto se atribuye a la posible existencia de una memoria metablica10 que consistira en que la hiperglucemia transitoria podra inducir una activa-cin prolongada de cambios epigenticos. Se producira una alteracin de la funcin mitocondrial mediante glicacin proteica que sera un fenmeno irreversible.

    Estudios ms recientes que se publicaron en 2008; Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes Study Group (ACCORD)11, el Veterans Affairs Diabetes Trial (VADT)12 y el ADVANCE13 mostraron que esfuerzos teraputicos vigoro-sos aplicados demasiado tarde (los pacientes eran individuos con diabetes establecida y alto riesgo de evento cardiovascu-lar) pueden tener un beneficio a corto plazo limitado (no se pudo demostrar reduccin significativa de los end points car-diovasculares) e incluso causar algo de dao11. La causa del riesgo que acompaaba al tratamiento intensivo permanece incierta, aunque la ganancia de peso y la hipoglucemia son candidatas obvias.

    TABLA 1Objetivos de control metablico

    Factor Objetivo de control

    HbA1c < 6,5 %*

    Glucemia preprandial capilar < 110 mg/dl

    Glucemia postprandial capilar < 140 mg/dl

    Tensin arterial < 130/80 mm Hg

    HDL > 40 mg/dl en hombres y > 50 mg/dl en mujeres

    LDL < 100 mg/dl o < 70 si evento CV previo

    Triglicridos < 150 mg/dl

    Permetro de cintura Hombres 94,5 cm**

    Mujeres 89,5 cm**

    Tabaco Cese del hbito tabquico

    Estado protrombtico Antiagregacin en prevencin secundaria

    Antiagregacin en prevencin primaria si alto riego

    CV: cardiovascular.*El objetivo de HbA1c a conseguir debe ser individualizado, en funcin principalmente de la edad, presencia de comorbilidades y riesgo de hipoglucemia grave.**Los datos deseables de cintura se han obtenido de un estudio espaol que determin puntos de corte especficos para que tuvieran la mayor sensibilidad y especificidad para detectar 2 componentes de sndrome metablico o resistencia a la insulina. Fuente: Martnez-Larrad MT, et al42.

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  • Medicine. 2012;11(23):1397-405 1399

    ACTUALIZACIN EN EL TRATAMIENTO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2

    Por tanto, el objetivo de HbA1c debe ser individualizado y revisado peridicamente, teniendo en cuen-ta beneficios, seguridad y tolerabi-lidad.

    Existe tambin controversia en cuanto a los niveles de glucosa ca-pilar deseables. Mientras la Ameri-can Diabetes Association (ADA) y la European Association for the Study of Diabetes (EASD) recomiendan al-canzar valores de glucemia en ayu-nas y preprandial entre 70 y 130 mg/dl y 2 horas postprandial entre 70 y 180 mg/dl, la American Associa-tion of Clinical Endocrinologists (AACE/ ACE) considera entre 70 y 110 mg/dl y entre 70 y 140 mg/dl respecti-vamente14,15.

    Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2: estilo de vida

    Existe evidencia suficiente en la li-teratura acerca de la efectividad del tratamiento nutricional y la activi-dad fsica en la prevencin y mane-jo de la diabetes tipo 2. Diferentes estudios han comunicado descen-sos en la HbA1c entre el 1-2%, de-pendiendo de la duracin de la dia-betes y el nivel de control glucmico16. En el UKPDS17 la intervencin inicial nutricional fue muy efectiva en el des-censo de los niveles de glucemia tras el diagnstico, y algu-nos pacientes fueron capaces de mantener un buen control glucmico durante muchos aos, slo con modificaciones nutricionales. El principal problema es que la modificacin del estilo de vida es difcil de mantener a largo plazo.

    Se debe aconsejar al paciente incrementar el consumo de frutas enteras y verduras, frutos secos, pescado azul y fibra, y reducir el consumo de grasa saturada y trans, as como ali-mentos con carga glucmica elevada. El consumo de caf se ha demostrado que puede ser beneficioso para reducir la apa-ricin de diabetes. En cuanto al alcohol, aunque en dosis ba-jas es saludable, no se debe recomendar su consumo, si el paciente no lo tomaba previamente.

    El estudio Look AHEAD es un ensayo clnico que ha de-mostrado que una intervencin intensiva sobre el estilo de vida y la prdida de peso consigue una reduccin significati-va de HbA1c y de varios factores de riesgo cardiovascular que se mantienen en el tiempo al menos durante 4 aos18.

    En un estudio espaol realizado en sujetos de elevado riesgo se demostr que una dieta mediterrnea era capaz de reducir la incidencia de diabetes an en ausencia de prdida de peso en un 52%, comparado con el grupo control de die-ta baja en grasas19.

    Nuestro propio grupo ha elaborado un cuestionario que rene una serie de 16 tems sobre actividad fsica y ejercicio (tabla 2), recogidos en orden de importancia, que se le da a cada uno de los hbitos para su modificacin. A cada tem del cuestionario se le asigna una puntuacin de 1 si la recomen-dacin beneficiosa se realiza de forma regular, -1 si no se lleva a cabo y 0 si se realizan ingestas intermedias o ejercicio intermedio entre individuos saludables y no saludables. El cuestionario se dise en base a las recomendaciones nutri-cionales de la ADA20, adaptado a la poblacin espaola y pre-viamente validado21. Esta herramienta es til para programar estrategias con el fin de mejorar el estilo de vida de las per-sonas en riesgo y con diabetes tipo 2. El cuestionario se com-pleta con 6 tems que evalan la frecuencia de consumos de alimentos que no tienen una evidencia definitiva o son neu-tros, para recomendar de forma alternativa su consumo en sustitucin de alimentos cuyo consumo es desfavorable, y tambin para diferenciar el consumo de los alimentos ms desfavorables (carnes procesadas) dentro de las carnes rojas o grasas, para limitar su consumo especfico.

    Asimismo, la realizacin de ejercicio fsico es una parte primordial para un buen control metablico. Prdidas de peso modestas, entre un 5 y un 10 % ya suponen una mejora en el control glucmico. Antes de recomendar la realizacin de un tipo de ejercicio fsico se debe evaluar al paciente para descar-

    TABLA 2Cuestionario para la evaluacin y seguimiento de los cambios en el estilo de vida

    Actividad fsica (A +1) (B, 0) (C, -1) Puntos

    Pasea al da 1 h > 1/2 h < media hora

    Subo pisos por da > 16 Entre 4 y16 < 4

    30 minutos o ms de deporte moderado (por semana)

    > 3 das > 1 da 1 da

    Alimento (nmero de veces que se consume por semana) (A +1) (B, 0) (C, -1) Puntos

    Verduras y/o ensaladas de 12 veces Entre 6 y 12 < de 6

    Piezas de frutas 12 piezas Entre 6 y 12 < de 6

    Frutos secos > de 3 das Entre 1 y 3 < de 1 da

    Aceite de oliva virgen 6 das 3 das < 3 das

    Pescado azul y/o embutidos ibricos > de 3 das Entre 1 y 3 < de 1 da

    Pan y cereales integrales 6 das Entre 3 y 6 < de 3 das

    Legumbres > de 2 das Entre 1 y 2 < de 1 da

    Lcteos/quesos desnatados de 6 veces Entre 3 y 6 < de 3 das

    Carne roja < de 3 das Entre 3 y 6 > de 6 das

    Salsas mostaza o similares de 2 das Entre 2 y 4 > de 4 das

    Bebidas azucaradas de 2 das > 2 das > de 4 das

    Galletas/molde de 2 veces > 2 das > de 4 das

    Alcohol (nmero de bebidas cada da) Entre 1 y 4 Ninguna, o entre 4 y 6 Ms de 6

    No puntan (n/semana)

    Pescado blanco Cules

    Marisco/concha Cules

    Carnes procesadas Cules

    Productos funcionales Cules

    Caf (de cualquier tipo) > 3 cada da < 3

    Agua con comidas Exclusiva Mixta Nunca

    A: efecto favorable; B: neutro; C: desfavorable, se debe modificar.Objetivo: puntuacin deseable; actividad fsica: al menos 1 punto; nutricin: al menos 7 puntos. En caso de no beber alcohol, no se recomienda iniciarlo.Adaptada de Duran A, et al35.

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    ACTUALIDAD CLNICO-TERAPUTICA (I)

    tar enfermedad coronaria. En pacientes de elevado riesgo hay que comenzar con ejercicio de baja intensidad durante cortos periodos de tiempo e ir incrementndolo de forma paulatina. Hay que tener cuidado si existe hipertensin no controlada, neuropata autonmica grave, neuropata perifrica, lesiones en los pies o retinopata proliferativa. Un ejercicio muy vigo-roso podra aumentar el riesgo de hemorragia vtrea o des-prendimiento de retina en pacientes con retinopata.

    Se aconseja realizar al menos 150 minutos a la semana de ejercicio aerbico de intensidad moderada, repartidos en 3 das por semana. Para que sea beneficioso no debe estar ms de 2 das sin realizar ejercicio22 Asimismo, el ejercicio de resistencia realizado al menos 2 veces por semana mejora la sensibilidad a la insulina en pacientes diabticos mayores igual o ms que el ejercicio aerbico, independientemente de los cambios en el peso22-24 Pacientes mayores o con alguna discapacidad deben mantenerse lo ms activos fsicamente que les sea posible.

    Terapia farmacolgica

    El tratamiento se iniciar habitualmente con un frmaco, que si no existe intolerancia o contraindicacin ser metfor-mina. Tanto la ADA como la EASD14 abogan por el inicio conjunto de metformina y modificaciones del estilo de vida desde el diagnstico de diabetes, excepto si existe contraindi-cacin para el uso de la misma. Esta recomendacin se basa en los efectos favorables de metformina sobre el peso, bajo riesgo de hipoglucemia y un posible efecto beneficioso sobre eventos cardiovasculares, aunque los datos en este aspecto no son consistentes. Es importante monitorizar la intolerancia gastrointestinal y la funcin renal. Se aconseja no utilizar metformina en caso de aclaramiento inferior a 60 ml/minu-to, aunque las guas NICE25 son menos restrictivas en este aspecto, aconsejando una titulacin de dosis si el aclaramien-to es menor de 45 ml/minuto y no utilizarlo slo en caso de que exista insuficiencia renal grave (filtrado glomerular infe-rior a 30 ml/minuto). Se debe empezar con dosis pequeas de medio comprimido de 850 mg diario e ir aumentado de forma progresiva cada 4-5 das hasta llegar a una dosis de 850 mg 2 o 3 veces al da. Si no se consigue el objetivo se requie-re una intensificacin del tratamiento. Un metaanlisis su-giere que la mayora de las combinaciones de dos frmacos descenda la HbA1c en un porcentaje similar (en torno a un 1%)26. No hubo datos concluyentes acerca de la efectividad de los diferentes grupos de antidiabticos orales (ADO) en cuanto a mortalidad cardiovascular o de prevencin de even-tos a nivel microvascular. No existen consensos ni estudios comparativos que se decanten claramente por una combina-cin de frmacos a la hora de elegir un segundo escaln26 y, por tanto, los algoritmos no podrn estar basados en la evi-dencia. La eleccin de un segundo frmaco debe hacerse con carcter individual y depender del riesgo de inducir hipo-glucemias, de la influencia en el peso corporal, del impacto preferente sobre la glucemia basal o prandial, de las compli-caciones o patologas asociadas que presente el paciente y del riesgo de efectos adversos relacionados con el frmaco5,27.

    Se dispone de una amplia variedad de frmacos: sulfoni-lureas (SU), glinidas, tiazolidindionas, inhibidores de la di-

    peptildipeptidasa tipo 4 (IDPP4), anlogos de pptido gluca-gn like (GLP) 1, inhibidores de las alfa glucosidasas y anlogos de dopamina como la bromocriptina y glucosricos (estos dos ltimos de uso muy limitado en EE. UU. y todava no aprobados en Europa para el tratamiento de la diabetes). Todava se encuentran en vas de estudio frmacos glucos-ricos que actan como inhibidores selectivos del cotranspor-tador sodio-glucosa en el tbulo renal proximal. En la tabla 3 se detallan las caractersticas y dosificacin de cada uno de los antidiabticos, que puede resultar de ayuda a la hora de elegir un frmaco como segundo escaln, y pueden guiar la individualizacin del tratamiento.

    La Sociedad Espaola de Diabetes (SED) en un consen-so elaborado en 2010 propone en determinados casos (si la Hba1c es mayor del 8,5%) iniciar el tratamiento con dos frmacos en el momento del diagnstico si se considera que es poco probable que un solo frmaco logre los objetivos de glucosa deseados27.

    Las SU presentan las desventajas de la posibilidad de hi-poglucemia, ganancia de peso e incluso algunos estudios in-dican que podran inducir el fallo secundario de la clula beta antes que la metformina o las glitazonas28. Dado que la hipo-glucemia puede exacerbar la isquemia miocrdica y causar arritmias, es aconsejable evitar frmacos que predispongan ms a la hipoglucemia en pacientes con isquemia coronaria. Las glinidas tienen un perfil similar, aunque con accin prin-cipalmente postprandial.

    Los IDPP4 resultan una alternativa atractiva para su uti-lizacin como primer escaln en caso de intolerancia a met-formina, ya que prcticamente no presentan riesgo de hipo-glucemia, son neutras con respecto al peso y su tolerancia es buena27. Es necesario reducir la dosis en los casos de enfer-medad renal avanzada, excepto para linagliptina que se elimi-na por va enteroheptica.

    Los agonistas de GLP 1 son frmacos de administracin subcutnea, cuya principal ventaja es que son capaces de con-seguir una prdida de peso mantenida en un porcentaje im-portante de pacientes, e incluso algunos estudios han sugeri-do descensos discretos en la tensin arterial y mejora en el perfil lipdico29. Por tanto, son una opcin atractiva en pa-cientes con obesidad que no consiguen ninguna prdida de peso con dieta y ejercicio. Exenatide est contraindicado en estadios con aclaramientos menores a 30 ml/minuto. Todava no existen datos con liraglutide, aunque parece que no re-quiere funcin renal para su aclaramiento.

    El perfil de seguridad de los nuevos grupos farmacolgi-cos, como los inhibidores DPP4 y anlogos de GLP 1, toda-va requieren de estudios observacionales a largo plazo.

    En la enfermedad heptica avanzada, los secretagogos de-beran evitarse por mayor riesgo de hipoglucemia. En la enfer-medad heptica leve, las incretinas pueden prescribirse, excep-to si hay historia previa de pancreatitis. En pacientes con insuficiencia heptica es preferible el tratamiento con insulina.

    Los efectos secundarios de las tiazolidindionas y dudas con respecto a su seguridad han llevado a una disminucin en su utilizacin y retirada de rosiglitazona en Europa a fina-les del 2010. Los efectos adversos ms comunes de rosiglita-zona eran la ganancia de peso y la retencin de lquidos, que puede ocasionar un edema perifrico e insuficiencia cardiaca

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    ACTUALIZACIN EN EL TRATAMIENTO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2

    congestiva. Se ha observado un incremento de fractura, espe-cialmente en las mujeres. La pioglitazona no se ha asociado con un incremento del riesgo cardiovascular, y el estudio PROactive detect una reduccin modesta de eventos car-diovasculares mayores en pacientes con enfermedad macro-vascular establecida30. Pero recientemente se ha descrito que pacientes tratados con pioglitazona durante ms de un ao podran tener un mayor riesgo de cncer de vejiga31.

    En las figuras 1 y 2 se muestran algoritmos para intentar la prescripcin de un segundo frmaco en funcin de los nive-les de glucosa pre y postprandial capilar, ya que pensamos que se trata de una forma mejor de ajuste que la basada nicamen-te en las cifras de HbA1c que es emprica, y coloca al segundo frmaco en funcin de la experiencia del mdico o su precio.

    Por ltimo, si no se consigue el grado de control desea-ble, ser necesaria la insulinizacin o la adicin de triple te-rapia, en cualquier caso individualizada al paciente. Debido a

    la prdida progresiva de clulas beta, especialmente en dia-betes de muchos aos de evolucin, en pacientes con 2 fr-macos y con HbA1c mayores de 8,5% estara indicado aadir insulina, ya que probablemente la adicin de un tercer fr-maco ser insuficiente para lograr objetivos.

    El primer paso sera la adicin de una insulina basal (NPH), glargina o detemir, en dosis de 0,1-0,2 U/kg de peso, o si presenta mayor hiperglucemia a 0,3-0,4 U/kg peso. To-das las insulinas se asocian con ganancia de peso. Las dos primeras se asocian de forma modesta con algo menos de hipoglucemia nocturna y detemir con menor ganancia de peso. No se debe caer en la inercia a la hora de la modificacin del tra-tamiento y retrasar innecesariamente el inicio de la insulinizacin. Se puede continuar con metformina, y si la nica insulina utilizada es basal tambin se pueden mantener otros frma-cos orales de accin sobre la glucemia postprandial. Algn estudio ha demostrado una menor ganancia de peso cuando

    TABLA 3Caractersticas de los principales antidiabticos

    Frmaco (dosis mxima/da) Ventajas Desventajas Contraindicaciones

    Biguanidas No hipoglucemia Efectos secundarios gastrointestinales Insuficiencia renal (FG < 60 ml/min)

    Metformina (850 mg/8-12 horas con las comidas)

    No aumento de peso Acidosis lctica (raro) Insuficiencia cardiaca aguda grave

    Reduccin en eventos cardiovasculares y mortalidad (UKPDS)

    Malabsorcin de vitamina B12 Insuficiencia heptica

    Insuficiencia respiratoria

    Alcoholismo

    Sulfonilureas

    Gliclazida (30-120 mg/da)

    Glimepirida (1-4 mg/da)

    Glibenclamida/gliburida (2,5-15 mg/da)

    Glipicida (5-20 mg/da)

    Reduccin en eventos cardiovasculares y mortalidad (UKPDS)

    Riesgo de hipoglucemia que puede ser prolongada

    Aumento de peso

    Duracin de la eficacia hipoglucemiante inferior a metformina

    Si existe isquemia previa puede producir arritmias si hipoglucemia

    Insuficiencia renal grave

    Insuficiencia heptica grave

    Alergia a sulfamidas

    Glinidas Control de hiperglucemia postprandial Hipoglucemia

    Aumento de peso

    Coste elevado

    Insuficiencia heptica grave

    Repaglinida (2 mg cada 8 horas 15 minutos antes de las comidas)

    Nateglinida (60-120 mg/8 horas)

    Inhibidores de DPP4

    Sitagliptina100 mg/da

    Vildagliptina 50 mg /12 horas

    Saxagliptina 5 mg/24 horas

    Linagliptina (5 mg/da)

    No hipoglucemia

    Efecto neutro sobre el peso

    Buena tolerancia

    Seguridad a largo plazo no conocida

    Coste elevado

    Urticaria

    Insuficiencia heptica

    En insuficiencia renal con FG < 30 reducir dosis a la mitad

    Anlogos de GLP 1

    Exenatide (10 mcg/12 horas subcutneo, 1 hora antes de las comidas)

    Liraglutide (1,2-1,8 mg/da subcutneo independiente de la ingesta)

    Reduccin de peso

    Posible incremento de clulas beta

    No hipoglucemia

    Acciones protectoras cardiovasculares?

    Efectos secundarios GI (diarrea, nuseas)

    Casos de pancreatitis

    Hiperplasia medular tiroides en animales

    Administracin subcutnea

    Eficacia a largo plazo no conocida

    Insuficiencia renal FG < 30 ml/min para exenatide

    Liraglutide pendiente evaluar

    Tiazolidindionas o glitazonas No hipoglucemia Aumento de peso

    Pioglitazona (15-45 mg/da) Disminucin de TG, aumento de colesterol HDL

    Edema/Insuficiencia cardiaca

    Fracturas seas

    Cncer de vejiga?

    Insuficiencia cardiaca

    Insuficiencia hepticaDisminucin de eventos cardiovasculares?

    Inhibidores de las alfa glucosidasas Disminucin hiperglucemia postprandial Efectos secundarios gastrointestinales (diarrea, flatulencia)

    Dosificacin frecuente

    Efecto modesto sobre HbA1c

    Enfermedad intestinal crnica

    Insuficiencia heptica grave

    Insuficiencia renal (< 60 ml/minuto miglitol y < 30 ml/minuto acarbosa)

    Acarbosa (50-100 mg/8 horas antes de las comidas)

    Miglitol (50-100 mg/8 horas)

    Agonistas dopaminrgicos -2 No hipoglucemia Mareo Cardiopata isqumica grave

    Bromocriptina Nusea HTA no controlada

    Astenia

    Efecto modesto sobre la hiperglucemia

    Modificada de ADVANCE Collaborative Group13 y Bennett WL26.FG: filtrado glomerular; HTA: hipertensin arterial; TG: triglicridos

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  • 1402 Medicine. 2012;11(23):1397-405

    ACTUALIDAD CLNICO-TERAPUTICA (I)

    se mantiene metformina en pacientes con insulinizacin ba-sal32. El tratamiento insulnico debera ser diseado de forma individual para el paciente y acoplar la insulina a sus hbitos de dieta y ejercicio, segn los datos de monitorizacin de glucosa capilar, realizndose la intensificacin en la insulino-terapia segn las necesidades.

    Si el paciente se presenta con sntomas importantes de hiperglucemia o tuviera cifras muy elevadas de glucosa, 300-350 mg/dl o cifras de HbA1c entre 10 y 12% se recomienda iniciar un tratamiento con insulina en un primer momento. Esto es obligatorio si existe cetonuria o clnica catablica.

    Automanejo o self management y monitorizacin capilar de la glucosa

    La educacin en el paciente diabtico es una pieza fundamental para un buen control metablico, que se debe realizar de forma

    continuada por el equipo diabetolgico. Ha cambiado desde una aproximacin ms terica a otro modelo que persigue propor-cionar al paciente diabtico los recursos suficientes para tomar decisiones propias. Si esto se lleva a cabo de forma adecuada, se ha demostrado en diversos estudios un mejor control glucmico, del peso y perfil lipdico, especialmente a corto plazo33.

    La monitorizacin capilar de glucosa (MCG) est am-pliamente aceptada como una parte integral del manejo au-tnomo del paciente en tratamiento con insulina. Sin embar-go, existe controversia sobre su utilizacin en pacientes en tratamiento con dieta, ejercicio y/o frmacos orales.

    Existen datos a favor del beneficio de la MCG en pacien-tes sin insulina. En una revisin sistemtica de ms de 3.200 pacientes se asoci a una reduccin significativa en la HbA1c. Este efecto tenda a ser mayor en pacientes con pobre con-trol glucmico. Adems, se asoci con una mayor deteccin de hipoglucemia leve y moderada34.

    La MCG debera ser considerada como una parte inte-gral del tratamiento de los pacientes desde el momento del diagnstico, ya que le permiten adaptar su estilo de vida de una forma ms efectiva para obtener un buen control gluc-mico (una herramienta educativa), as como detectar hipo-glucemias. En un estudio publicado por nuestro grupo35 se demostr que la MCG mejoraba el control glucmico en pacientes con reciente diagnstico de diabetes, consegua mayores tasas de regresin de diabetes y tena como resulta-do una mayor adherencia a las recomendaciones nutriciona-les saludables. Adems, sirve de ayuda para la seleccin del tratamiento ms adecuado, para el control de glucosa pre o postprandial segn corresponda y para realizar un ajuste de dosis de una forma ms precoz que basndose en la HbA1c. La HbA1c traduce un riesgo cardiovascular pero no provee de informacin en tiempo real y no puede ser utilizada para adaptar el tratamiento a las oscilaciones de la glucosa.

    Por otro lado, la variabilidad glucmica representa un riesgo cardiovascular independiente36,37, y la MCG permite monitorizar las excursiones glucmicas minimizndolas.

    La frecuencia ptima de la monitorizacin capilar tampoco est establecida. En el momento del diagnstico o tras una mo-dificacin en el tratamiento se aconseja realizar al menos un perfil de 6 puntos (pre y postcomidas) cada 3 das y, posterior-mente, un perfil completo cada 2 semanas en caso de pacientes con frmacos orales. Si la realizan con menos frecuencia de la anteriormente citada, se debe medir por parejas (pre y post-prandial) en relacin con cada comida que se quiera monitori-zar, de forma escalonada, para que aporte informacin til.

    En los pacientes con insulina basal o premezclada estn indicadas entre 2-4 determinaciones cada da.

    Para personas con un rgimen intensivo bolo-basal se recomiendan entre 4-8 determinaciones diarias y especial-mente preprandial y antes de dormir. Las determinaciones postprandiales se deberan realizar entre 7 y 10 a la semana y una determinacin nocturna una vez por semana38.

    Aspectos psicolgicos

    El bienestar psicolgico es un objetivo importante en el cui-dado de la diabetes. Se debera explorar la situacin social y

    DosicarIgual

    Se alcanzan objetivos

    S No

    Aadir/sustituirinsulina basal

    Igual

    Alcanza objetivos

    S No

    GLP-1Aadir insulina basal

    < 30 Kg/m2 > 30 Kg/m2

    IMCIgual

    Se alcanzan objetivos

    S No

    Dosicar metformina hasta alcanzar dosis mxima tolerada

    Igual

    Cambios en el estilo de vidaMetformina 1/2 - 0 - 1/2

    Considerar Ciruga Baritricasi IMC > 30 Kg/m2

    Se alcanzan objetivos

    S No

    Fig. 1. Algoritmo de decisin en funcin de la glucosa capilar en ayunas. IMC: ndice de masa corporal. Adaptada de Durn A, et al35.

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  • Medicine. 2012;11(23):1397-405 1403

    ACTUALIZACIN EN EL TRATAMIENTO DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 2

    las creencias del paciente. En un medio con los suficientes recursos econmicos el equipo debera ser entrenado en tc-nicas de comunicacin y motivacin para que fueran capaces de establecer una comunicacin sin juicios. En un metaan-lisis la presencia de diabetes supona el doble de riesgo para desarrollar depresin con respecto a la poblacin general39.

    Ciruga baritrica

    La ciruga baritrica puede ser considerada como una opcin para adultos con ndice de masa corporal (IMC) igual o su-perior a 35 kg/m2 y diabetes tipo 2, especialmente si presen-ta otras comorbilidades y la diabetes es difcil de controlar a pesar del tratamiento farmacolgico adecuado. Necesitan un

    seguimiento de por vida para de-tectar la aparicin de osteoporosis y deficiencias de vitaminas y mine-rales. Algn estudio ha mostrado beneficio en el IMC entre 30 y 35 kg/m2 cuando la diabetes no puede ser bien controlada con tratamien-to mdico ptimo y especialmente en presencia de factores mayores de riesgo cardiovascular, pero to-dava no existen datos suficientes para recomendarlo. Las tasas de remisin de diabetes parece que son menores en las tcnicas restric-tivas que en las derivativas. Ade-ms, se ha postulado que los proce-sos de bypass intestinal pueden tener efectos beneficiosos sobre la glucemia, independiente de la pr-dida de peso y quiz en relacin con el eje incretnico40.

    Direcciones futuras

    1. Los datos comparativos entre frmacos orales son escasos y no permiten la elaboracin de algorit-mos teraputicos basados en la evi-dencia. Dado que nuevos frmacos han sido introducidos en el trata-miento de la diabetes tipo 2, su be-neficio y seguridad debe ser de-mostrado en estudios a largo plazo.

    2. Es necesario realizar estudios acerca de la durabilidad del control glucmico, que sera equiparable a evaluar el potencial para la conser-vacin de clulas beta de los dife-rentes frmacos. Algunas eviden-cias sugieren que la funcin de la clula beta puede conservarse me-jor tras un tratamiento inicial in-tensivo con insulina para el control de la diabetes tipo 2, seguido de

    una terapia oral, frente al tratamiento oral nicamente41. Un extenso estudio est en marcha para estudiar el efecto de la utilizacin de una insulina basal de forma precoz en pacien-tes diabticos tipo 2 con alto riesgo cardiovascular, la mayo-ra de los cuales ya han tenido un evento cardiovascular. Se trata del estudio Origin (The Outcome Reduction with an Initial Glargine Intervention) que ha reclutado ms de 12.500 pa-cientes con diabetes tipo 2 tratados con un cambio en el es-tilo de vida con o sin un agente oral. Los resultados de este estudio tienen el potencial de definir los riesgos y beneficios del uso precoz de insulina basal en pacientes con alto riesgo cardiovascular. Dicho estudio ha demostrado ser eficaz para controlar la glucemia y el peso corporal sin inducir efectos indeseables cardiovasculares.

    Insulina prandialIgual

    Se alcanzan objetivos

    S No

    DosicarIgual

    S No

    Aadir GLP1Aadir glidinao inhibidor DPPT4

    Aadir glidinao inhibidor DPPT4

    Aadir Su

    G > 200 mg/dl G < 200 mg/dl

    < 25 Kg/m2 < 25 Kg/m2 > 30 Kg/m2

    IMCIgual

    Cambios en el estilo de vidaMetformina 1/2 - 0 - 1/2

    Considerar ciruga baritricasi IMC > 30 Kg/m2

    Se alcanzan objetivos

    Se alcanzan objetivos

    S No

    Fig. 2. Algoritmos de decisin en funcin de la glucosa capilar postprandial. IMC: ndice de masa corporal; Su: sulfonilurea. Adaptada de Durn A, et al35.

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    ACTUALIDAD CLNICO-TERAPUTICA (I)

    3. Es necesario utilizar dianas teraputicas sobre el peso corporal y los permetros de cintura adaptado a las poblacio-nes locales42.

    4. La farmacogentica podra guiar la toma de decisiones en el futuro, basndose en diversos predictores de respuesta y susceptibilidad a efectos adversos.

    5. La Federacin Internacional de Diabetes (IDF) reco-noce diferentes estrategias de tratamiento de la diabetes tipo 2 adaptado a los niveles de desarrollo del sistema sanitario donde reciben asistencia los pacientes con diabetes tipo 243.

    Conflicto de intereses

    Los autores declaran no tener ningn conflicto de intereses.

    Bibliografa

    Importante Muy importante Metaanlisis Artculo de revisin Ensayo clnico controlado Gua de prctica clnica Epidemiologa

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    Diagnstico y tratamiento del insomnioF. Ferre Navarretea e Y. Vilches AguirrebaServicio de Psiquiatra. Hospital General Universitario Gregorio Maran. Madrid. Espaa. bUnidad de Cuidados Paliativos. Hospital Universitario La Paz. Madrid. Espaa.

    ACTUALIZACIN

    ResumenEl sueo