Actitudes Para Pensar Sentir y Actuar de Una Forma Sistemica PDF

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    1/476 CUADERNOS DE PEDAGOGA. N360 SEPTIEMBRE 2006} N IDENTIFICADOR: 360.017

    En sentido amplio y considerando la vida como un proce-so de enseanza y aprendizaje, la pedagoga sistmica nosensea a reconocer y asentir la realidad tal y como es mos-trndonos cmo tomar la vida y respetar la muerte, ordenan-do el amor y reestableciendo la paz para beneficio de las

    Actitudes para pensar, sentiry actuar de una forma sistmica

    La autora propone algunas orientaciones para aplicar la teora de las constelaciones familiares en el contexto

    escolar. Invita al educador a reconciliarse con su propia historia familiar y a entablar relaciones de confianza

    mutua con las familias del alumnado, a las que intentar transmitir la importancia del vnculo y del orden que

    ocupa cada componente.

    AMPARO PASTOR BUSTAMANTE

    Directora del Instituto INHERENTIA (Formacin, Consultora y Desarrollo

    Personal, SL). Psicloga, psicoterapeuta Gestalt y diplomada en

    Pedagoga Sistmica, con formacin en constelaciones familiares.

    RAQUEL

    TROCH

    O

    Pedagoga sistmica

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    generaciones pasadas, presentes y futuras. En el presenteartculo revisamos algunas actitudes que posibilitan su puestaen prctica en el contexto de la escuela partiendo bsica-mente del trabajo desarrollado por Anglica Olvera en M-xico y de los frutos de su expansin internacional, especial-mente en Espaa.

    Para Olvera, La pedagoga sistmica es la interrelacin delproceso de trabajo personal de los maestros, el trabajo con losalumnos y la contextualizacin dentro de los rdenes del amorde ciertos contenidos curriculares a nivel educativo, junto conla necesaria inclusin de los padres de los alumnos dentro delproceso de educacin (Olvera, 2004). Lo interesante de estenovedoso paradigma educativo es que aplicando la teora delos rdenes del amor y de las constelaciones familiares de BertHellinger demuestra los beneficios acadmicos y emocionalesde incluir a los padres y aporta herramientas didcticas que,como los movimientos sistmicos, posibilitan que educadoresy alumnos se desarrollen en lo personal y en lo emocional den-

    tro del contexto escolar.

    Sobre el proceso de trabajo personal del educador

    En la prctica de la pedagoga sistmica est implcito elque los maestros estn en un proceso de desarrollo perma-nente, especialmente en el aspecto humano. Asimismo, comoesta visin sistmica de la pedagoga se inspira bsicamenteen el trabajo fenomenolgico transgeneracional de Bert He-llinger, y antes de educadores hemos sido alumnos, y antes depadres, hijos, resulta crucial para este paradigma identificar,

    ordenar y asentir las etapas de los procesos vitales y honrar lahistoria y a los propios padres; slo as podremos hacer lomismo con nuestros alumnos (Pastor, 2003). Entre las herra-mientas que utilizamos con esta finalidad estn los movimien-tos sistmicos, el genograma, la autobiografa personal y laautobiografa acadmica. Entre las actitudes que recomenda-mos adoptar a los educadores estn las que presentamos acontinuacin.

    Reconciliarse con la propia historia familiar y acadmica

    Y hacerlo incluyendo en el corazn a personas, etapas ycontextos que nos inspiran gratitud y a aquellos excluidos, noreconocidos y olvidados del sistema familiar y acadmico.

    Es importante que el educador se predisponga a conocersu historia para ordenarla y para sanar sus vnculos familiaresy acadmicos desarrollando automensajes e imgenes inte-riores que fomenten la paz, slo as podr impulsar este tra-bajo en su entorno. Como seala Hellinger, es ms saludabley ms mgico, aunque ms costoso, realizar algo que fomen-te la vida en memoria de los seres queridos y tomar la propiavida haciendo que tambin otros participen en ella. Es msvaliosa la reconciliacin (Hellinger, 2001a).

    Honrar y tomar a las propias familias de origen y a los propiospadres

    Deben propiciarse contextos, a travs de las actividades ylos contenidos escolares, para que los alumnos y sus familiastambin honren a su familia:

    - Honrar a los padres y a la familia significa tomarlos y amar-los tal y como son. No hay nada ms fuerte que la familia, nos

    hallamos vinculados a ella y a sus destinos; de hecho, somosnuestra familia. Desde la perspectiva sistmica, la sanacin oliberacin de las heridas familiares se logra a travs de lareconciliacin y no del reproche o la exigencia.

    - Tomar desde la perspectiva sistmica propuesta por He-llinger es algo diferente de aceptar. Aceptar es condescen-diente. Tomarsignifica lo tomo tal y como es. Este tomareshumilde, asiente a los padres tal y como son. Tomndolostambin me asiento a m mismo, tal y como soy. Es algo pro-fundamente reconciliador, una llegada a la paz, y se halla msall de toda valoracin ni bien ni mal (Hellinger y Hvel,2000, p. 123).

    Asentir a la realidad tal y como es, adoptando una miradaamorosa, inclusiva, flexible y dirigida hacia delante; hacia lavida y las futuras generaciones

    Ms que pretender cambiar la realidad se trata de ubicar-nos adecuadamente en nuestro lugar dentro de ella para dis-

    poner de una mirada amplia y de un amor que puede ver.Una mirada as no se entretiene en reproches ni en lamenta-ciones por lo que no pudo ser o lo que no es respecto a supropia historia o a la de sus alumnos y alumnas.

    Enfocar la mirada a las soluciones ms que a los problemas,adoptando una actitud de humildad y de cooperacin, con-fiando en que lo esencial se da cuando es su momento

    Mirar a la solucin conlleva asumir la cooperacin. Comosealan Olvera y Schneider, muy a menudo el aspecto de so-lucin se ve ocupado por reproches y culpas: Nosotros cul-pamos a los padres de los problemas familiares y ellos llenan

    de reproches nuestra tarea docente. As, ni ellos como pa-dres ni nosotros como maestros miramos la solucin, tampo-co miramos lo que la conducta del alumno est diciendo.Esto es lo que se hace en el trabajo con constelaciones fami-liares, ver el conflicto desde un punto de vista sistmicodonde la solucin principalmente tiene que ver con la alian-za que se genera entre los padres y la escuela. As la visinde la pedagoga en este siglo es una visin sistmica (Olveray Schneider, 2004, p. 12).

    Sobre la mirada hacia el alumnado y sus familias

    Este paradigma educativo requiere de una mirada ampliaque necesariamente incluya a los padres y a la familia del alum-no, asumiendo la existencia de la fuerza del vnculo y de la soli-daridad entre familiares y generaciones. Asimismo, requiereque los profesionales, desde el trabajo en equipo, adoptenuna actitud de confianza en los recursos del alumno y de su sis-tema familiar para afrontar su destino. En este sentido, entrelas actitudes recomendables estn las que siguen.

    Ver ms all de los procesos de enseanza y aprendizaje

    Dejar de mirar a los alumnos como vctimas, respetar sudestino y mirarlos como personas que actan por amor, y as

    tambin a sus padres.En esta nueva orientacin el nio no es la vctima, y aun en

    sus acciones destructivas es una persona que acta desde elamor. No se trata de intentar librar necesariamente a los alum-nos y alumnas de todas sus implicaciones, porque de ellas

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    tambin surge su fuerza; se trata de acompaarlos respetuo-samente. Por otra parte, la prctica revela que el nio tiene elamor ms fuerte y, donde hay un destino grave, toma la cargadel progenitor ms necesitado integrando a travs suyo a ex-cluidos o no reconocidos del sistema, manifestando, por ejem-plo, problemas escolares. Como sealan Olvera y Schneider(2004), en su conducta problemtica se demuestra que tantoel nio como sus padres estn liga-dos a un destino comn de fami-lia y de clan, y la conducta delnio hace resaltar algo que es-taba escondido y sin solucin.Cuando los maestros frente alalumno asumen que estn frenteal alumno y su familia, se vuelvenms humildes en sus aspiracionessabiendo que an hay ms, que noslo hay fallos en el proceso de ense-

    anza y aprendizaje, sino que los hijos,junto con los padres, tienen dinmi-cas familiares ocultas que influyen ensu proceso educativo.

    Reconocer y respetar a las familias delos alumnos

    Actuar con humildad desde nues-tro lugar y no sentirnos mejor que lospadres, ocupando inconscientemente sulugar bajo la creencia de que los espe-cialistas lo sabemos hacer mejor.

    Frente a los etiquetajes (hiperactividad, atencindispersa, acoso, etc.), la especializacin y el abuso deinstrumentos de evaluacin que actualmente proliferanen educacin, en pedagoga sistmica apostamos por unamirada amplia, humilde y amorosa. En esta lnea, Olvera ySchneider (2004) nos invitan a cuestionar ms que a diagnosti-car: Cuando veo a mis alumnos con su atencin puesta en otrolado, no en la escuela, me pregunto: adnde se dirige esaatencin? Desde el fondo de su alma, qu es lo que para l oella es de suma importancia, si todo nio acta por amor,adnde se dirige ese amor? Mi experiencia con el sndrome deatencin dispersa es que esta dispersin puede deberse a unaconcentracin en otro lado. Sera mejor que nos preguntra-

    mos: a quin cuida?, dnde est su amor?Las preguntas que nos podemos hacer como docentes ante

    las dinmicas familiares de nuestros alumnos seran: hastadnde intervengo yo como maestro?, cmo puedo teneruna visin ms amplia del conflicto?, hasta dnde la solu-cin a los problemas del aprendizaje est centrada en el esti-lo de aprender? o cmo yo como maestro facilito el apren-dizaje de los contenidos?, o bien si hay algo ms all denuestra interaccin con el alumno que sin la ayuda de lospadres no podramos resolver para el bien de nuestros alum-nos, sus hijos (Olvera y Schneider, 2004, p. 12).

    Sobre relaciones constructivas

    Hay unas actitudes recomendables para que todos (institu-cin, educadores y familias) contribuyamos a que el amor se

    ordene y fluya posibilitando que las relaciones intrasistemase intersistemas escolar y familiar sean constructivas.

    En ocasiones, los esfuerzos de padres, maestros y terapeu-tas resultan poco tiles ante algunos nios y adolescentesque representan un desafo particular para su entorno, espe-cialmente cuando intentan resolverlo ellos solos o cuandoslo miran los sntomas. Desde la pedagoga sistmica des-cubrimos que, con frecuencia, las causas se encuentran ocul-tas y son el resultado de un orden daado del sistema fami-liar. Al desvelarse y reestablecerse los rdenes del amor, segeneran soluciones que hacen fluir el amor para el bienestary alivio de todos los componentes de la familia repercutien-do favorablemente en los mbitos escolar y social. En estesentido, son actitudes recomendables para todos.

    Recordarse y recordar, a travs de actividades y metodolog-as que propicien el sentido de la vinculacin, que pertene-cemos y que no estamos solos

    Cuando como maestros, familias o alumnos nos sentimossolos en la labor educativa, ello nos lleva a la exclusin y/o laagresin, derivando en que se agudice el miedo inherente ala educacin que todos experimentamos desde nuestro lugar(Olvera y Pastor, 2004). Perteneces, eres uno de nosotrosson frases que vinculan y con un enorme poder reconciliador.En su libro (2004), Marianne Franke-Gricksch brinda numero-

    sos ejemplos prcticos en este sentido.

    Transmitir a las familias lo necesarias que resultan supresencia y su colaboracin

    Y tambin la importancia de su actitud hacia

    la institucin, los educadores y la enseanzapara equilibrar el dar y el tomar entre fami-lia, alumnos y escuela. En este sentido

    es muy importante que la institucineducativa haga saber a las fami-

    lias cunto beneficia a sus hijose hijas si ellas con sus actitu-

    des se predisponen a:- Reconocer y respe-tar a la institucin ya los docentes tal y

    como son, confiandoen su labor.

    - Actuar con humildady respeto de modo que la

    familia ocupe su lugar, sin sen-tirse mejor que los educadores.

    - No hablar mal a los hijos de su centro escolar ni de suseducadores. Dignificar la labor de la institucin educativa yde los educadores propiciando oportunidades para hacer vera los hijos todo lo que reciben.

    - Asumir que los problemas de los hijos son problemas aresolver en comn cooperando y no compitiendo, dignifi-cndose y respetndose mutuamente, familia e institucineducativa.

    Contribuir a potenciar el orden en los sistemas a los que per-tenecemos y no contribuir al caos

    Respetar la jerarqua y ocupar nuestro lugar para quepueda fluir el amor:

    RAQUELTRO

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    - En la familia: los hijos no deben ocupar el lugar de lospadres, deben tomarles tal y como son y no pretender sermejores que ellos. Los padres han de procurar no hacer creera los hijos que stos son mejores que ellos mismos, pues asles dificultan la necesaria tarea de que los tomen comopadres y los honren tal y como son. Asimismo, los padres hande procurar que los hijos no carguen con responsabilidadesemocionales o funciones que no les corresponden y que ellosmismo han de asumir, pues los hijos, dada la fuerte vincula-cin que sienten, tendern a asumirlas por amor. En este sen-tido, los padres pueden liberar a los hijos apelando a auto-mensajes o a frases verbalizadas del tipo gracias por tuintencin pero esto no te corresponde, es asunto mo y meocupo yo.

    - En la escuela: se reconocer la diversidad y se respetarla jerarqua. Es necesario un respeto mutuo entre los maes-tros y los padres. Sobre todo, es importante que los maestrosno se sientan superiores a los padres y tengan presente que

    los alumnos son leales a sus padres. El maestro ver al alum-no como miembro de una familia y al sistema familiar comouna unidad o totalidad. A su vez, ha de contribuir a que elequipo directivo del centro educativo pueda ocupar su lugarno restndole credibilidad o poder con actitudes crticas ocomentarios negativos a otros miembros de la comunidadeducativa; y lo mismo, el equipo directivo con respecto alpersonal docente y no docente que trabaje en el centro edu-cativo. Por otra parte, al entrar en un centro educativo y enun aula, el educador forma parte, lo quiera o no, de dichossistemas y ha de ocupar el lugar que le corresponde cum-pliendo con su responsabilidad y asumiendo la autoridad que

    le confiere su papel. Si lo hace o no, quedar reflejado en laestela de impresin que su presencia deja en los restantesmiembros de los sistemas implicados: alumnos, familias, ins-titucin educativa y sociedad.

    - Dentro del equipo de profesores: se considerar la anti-gedad en el centro y, en correspondencia, se asignar suasiento y turno de palabra en las juntas y claustros.

    - Dentro del aula: el maestro debe respetar a los maestrosque estuvieron antes y fomentar el que el alumno muestrerespeto al maestro anterior.

    Se considerarn las diferentes edades de los alumnos alubicarles en el espacio: los mayores atrs y los menoresdelante. Los menores respetarn a los mayores. Como sea-

    la Ten Herkel (2004), cada nio necesita un buen lugar en laclase, y conviene tener presente que los nios marginadosocupen un buen lugar en el aula. Nos aseguraremos de queno se produzca favoritismo y de que ningn nio se vuelva laoveja negra de la clase; por ejemplo, hacindose cargo decosas que pertenecen a otros del grupo.

    Finalmente, sealar como apunta Hellinger (2001b) queel amor crece y florece dentro de un orden que da a cadamiembro del sistema (familia y/o escuela) un lugar de digni-dad y respeto. El olvido, la exclusin o el no reconocimientode cualquier persona perteneciente a dicho sistema soncausa de infelicidad y desdicha. Si se respeta la jerarqua y

    cada miembro ocupa su lugar, podr fluir el amor. En estesentido, rdenes fundamentales en educacin son: que losmaestros y los padres son grandes y los alumnos y los hijospequeos, y que los maestros y los padres dan y los alumnosy los hijos reciben.

    Franke-Gricksch, Marianne (2004): Eres uno de nosotros. Buenos

    Aires: Alma-Lepik.

    Hellinger, Bert; Hvel, Gabriele ten (2000): Reconocer lo que es.

    Barcelona: Herder.

    Hellinger, Bert (2001a): Religin, psicoterapia, cura de almas.

    Barcelona: Herder.Hellinger, Bert (2001b): rdenes del amor. Barcelona: Herder.

    Olvera, Anglica (2004): Mdulo III del Diplomado en Pe-

    dagoga Sistmica celebrado en el CUDEC. Material elaborado

    por el Centro Universitario Doctor Emilio Crdenas (CUDEC).

    Tlalnepantla, Mxico.

    Olvera Garca, Anglica; Schneider, Sieglinde (2004): Los con-

    flictos de los alumnos en la escuela como una expresin de amor

    a su familia, en Revista Mexicana de Pedagoga, n. 77, mayo-

    junio, pp. 10-12.

    Olvera Garca, Anglica; Bolzman, Tiiu (2004): Pedagoga sist-

    mica con el enfoque de Bert Hellinger: cada quien en su lugar

    para poder educar, en Revista Mexicana de Pedagoga, n. 79,

    septiembre-octubre, pp. 9-11.

    Olvera, Anglica y Pastor, Amparo (2004): Pedagoga sistmica

    con el enfoque de Bert Hellinger. Redes de amor y respeto en el

    aula, en Revista Mexicana de Pedagoga, n. 80, noviembre-

    diciembre, pp. 11-13.

    Pastor Bustamante, Amparo (2003): Los adolescentes y sus edu-

    cadores desde una perspectiva sistmica y evolutiva. Ponencia-

    coloquio en el encuentro: Los adolescentes y sus emociones:

    actitudes saludables para la vida, organizado por la Casa de la

    Juventud de las Rozas, Madrid. 10 de mayo de 2003. Publicada

    en el libro de ponencias de las jornadas.

    Ten Herkel, Jutta (2004): El pensamiento sistmico. Los rdenes

    del amor en contextos variados. Documento sin publicar tradu-cido por Julio Ortiz Achar.

    Weber, Gunthard (2001): Felicidad dual: Bert Hellinger y su psi-

    coterapia sistmica. Barcelona: Herder.

    para saber ms