Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión...

16
Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión desde el Código de Ética de nuestro colegio Enrique A. Hernández-Villegas 1 La profesión judicial entera, abogados, jueces, profesores de derecho, se ha visto tan paralizada por la incesante actividad de los tribunales que nos inclinamos a olvidar que deberíamos ser los sanadores de los conflictos. En muchos casos de reclamos, los juicios contenciosos deberán, en un futuro, resolverse como se hacía en los antiguos juicios: a costa de batallas y sangre. Nuestro 1 Abogado, Mediador y Árbitro. Es Abogado y Maestro en Derecho de la Empresa y Maestro en Ciencias Jurídicas por la Universidad Panamericana. Actualmente cursa el primer año del Doctorado en Derecho por investigación en la Universidad Panamericana. Abogado con especialidad en Derecho Privado. Ha cursado las especialidades de Derecho Civil, Derecho Mercantil, Derecho Procesal Civil y Mercantil, Derecho Económico y Corporativo y Amparo en la Universidad Panamericana. Especialista en juicios Civiles, Mercantiles y Amparo por el Instituto de la Judicatura Federal y el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México. Especialista en juicios de Oralidad y Litigación Estratégica en asuntos Civiles, Mercantiles y Familiares por la Barra Mexicana Colegio de Abogados, A.C. y el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México. Ha tomado diversos cursos en el extranjero sobre negociación y mediación: • Commercial Mediation Training, JAMS Mediation Training Institute • Strategic Negotiations, Yale School of Management • Management Program for Lawyer, Yale School of Management • Win-Win Strategies: Tools for Corporate Dispute Management, International Chamber of Commerce en Paris, Francia • Diplomado de Coaching Transformacional en el Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México. Es Mediador Privado Certificado por el Centro de Justicia Alternativa de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra Mexicana Colegio de Abogados, A.C., en donde actualmente se desempeña como Sub Coordinador del Comité de Anticorrupción, además de que participa en las Comisiones de Ética, Constitucional, Civil y Mercantil y en la Asociación Nacional de Abogados de Empresa Colegio de Abogados A.C., en donde actualmente se desempeña como Vice Primer Presidente del Comité de Resolución de Controversias. Es miembro de la Cámara de Comercio Internacional en donde participa en las Comisiones de Mediación y Arbitraje Comercial, la International Bar Association en donde participa en el Capítulo de Insolvencia y del Colegio Nacional de Mediadores Privados Certificados, A.C. Actualmente, es profesor del Diplomado en Mediación Privada en materias Civil-Mercantil y Familiar del Centro de Justicia Alternativa de la Ciudad de México. Socio del despacho Riquelme, Sirazi & Hernández Gómez Mont, Abogados, Fundador de SCL - Solución de Conflictos Legales, S.C. y autor de diversas publicaciones sobre negociación y mediación para las revistas La Barra y Abogado Corporativo.

Transcript of Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión...

Page 1: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión desde el

Código de Ética de nuestro colegio

Enrique A. Hernández-Villegas1

La profesión judicial entera, abogados, jueces, profesores de

derecho, se ha visto tan paralizada por la incesante actividad de

los tribunales que nos inclinamos a olvidar que deberíamos ser los

sanadores de los conflictos. En muchos casos de reclamos, los

juicios contenciosos deberán, en un futuro, resolverse como se

hacía en los antiguos juicios: a costa de batallas y sangre. Nuestro

1

Abogado, Mediador y Árbitro. Es Abogado y Maestro en Derecho de la Empresa y Maestro en

Ciencias Jurídicas por la Universidad Panamericana. Actualmente cursa el primer año del

Doctorado en Derecho por investigación en la Universidad Panamericana. Abogado con

especialidad en Derecho Privado. Ha cursado las especialidades de Derecho Civil, Derecho

Mercantil, Derecho Procesal Civil y Mercantil, Derecho Económico y Corporativo y Amparo en la

Universidad Panamericana. Especialista en juicios Civiles, Mercantiles y Amparo por el Instituto de

la Judicatura Federal y el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México. Especialista en

juicios de Oralidad y Litigación Estratégica en asuntos Civiles, Mercantiles y Familiares por la

Barra Mexicana Colegio de Abogados, A.C. y el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de

México. Ha tomado diversos cursos en el extranjero sobre negociación y mediación: • Commercial

Mediation Training, JAMS Mediation Training Institute • Strategic Negotiations, Yale School of

Management • Management Program for Lawyer, Yale School of Management • Win-Win

Strategies: Tools for Corporate Dispute Management, International Chamber of Commerce en

Paris, Francia • Diplomado de Coaching Transformacional en el Tecnológico de Monterrey,

campus Ciudad de México. Es Mediador Privado Certificado por el Centro de Justicia Alternativa

de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra Mexicana Colegio de Abogados, A.C., en

donde actualmente se desempeña como Sub Coordinador del Comité de Anticorrupción, además

de que participa en las Comisiones de Ética, Constitucional, Civil y Mercantil y en la Asociación

Nacional de Abogados de Empresa Colegio de Abogados A.C., en donde actualmente se

desempeña como Vice Primer Presidente del Comité de Resolución de Controversias. Es miembro

de la Cámara de Comercio Internacional en donde participa en las Comisiones de Mediación y

Arbitraje Comercial, la International Bar Association en donde participa en el Capítulo de

Insolvencia y del Colegio Nacional de Mediadores Privados Certificados, A.C. Actualmente, es

profesor del Diplomado en Mediación Privada en materias Civil-Mercantil y Familiar del Centro de

Justicia Alternativa de la Ciudad de México. Socio del despacho Riquelme, Sirazi & Hernández

Gómez Mont, Abogados, Fundador de SCL - Solución de Conflictos Legales, S.C. y autor de

diversas publicaciones sobre negociación y mediación para las revistas La Barra y Abogado

Corporativo.

Page 2: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

2

sistema es demasiado costoso, demasiado doloroso, demasiado

destructivo, demasiado ineficiente para un pueblo verdaderamente

civilizado. Warren E. Burger, Presidente de la Corte, en el Informe

acerca de la situación del Poder Judicial, 1984

SUMARIO: 1. INTRODUCCIÓN 2. DIAGNÓSTICO DEL PROBLEMA ESTUDIADO 2.1.

Lo dispuesto en el texto legal. 2.2. Doctrina 3. PROPUESTA PARA RESOLVER EL

PROBLEMA ESTUDIADO 4. PREGUNTAS PARA DEBATIR EN EL CONGRESO

1. INTRODUCCIÓN

Aunque el tema central de nuestro XV Congreso Nacional de Abogados es

“Retrospectiva y Prospectiva de la Constitución”, a 100 años de su promulgación,

y la mayoría de los ensayos son sobre ese tópico, es oportuno y conveniente

tocar un tema distinto, pero igualmente relevante que el que nos reúne: el Código

de Ética de nuestro colegio.

La abogacía en nuestro país se encuentra en un momento de verdadera

transformación; sin embargo, a nadie escapa que nuestro Código de Ética ha

dejado de responder a la realidad actual (social y jurídica) en la que vivimos. Y la

razón es obvia, fue creado (según la historia de la Barra Mexicana Colegio de

Abogados, A.C., en lo sucesivo abreviada como BMA) el 12 de octubre de 1922,

siendo su última reforma el 8 de junio del 2006. Por lo tanto, el propósito de este

trabajo es dar cuenta de la imperiosa necesidad de reformar dos artículos

fundamentales del código, el 1 y 3, para adaptarlos al presente, a partir de la

propuesta de los nuevos textos que para tal efecto propongo; lo anterior, sin

perjuicio de sugerir que valdría la pena considerar una reforma integral al Código.

Los procesos tradicionales de solución de conflictos no logran

satisfacer las necesidades de estos tiempos.

Los tribunales están sobrecargados, los litigantes están enojados, los costos

judiciales son altísimos, las relaciones comerciales y laborales se están

destruyendo, y las partes damnificadas se rehúsan a solucionar sus conflictos por

medio de autoridades.

Page 3: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

3

Las partes se sienten frustradas con los abogados porque siempre están

demasiado ocupados con cuestiones procesales o maquinando algún recurso,

incidente o queja para obtener una mejor posición frente al adversario. Los

contendientes están enojados por la demora que se produce en las

negociaciones, la larga espera en los tribunales y, sobre todo, durante el proceso

de ofrecimiento, admisión, preparación y desahogo de pruebas que, desde luego,

conlleva grandes cantidades de tiempo y dinero para los presupuestos legales.

Durante muchos años, aquellos que han manejado conflictos se han

preguntado acerca de la eficiencia del sistema judicial. Las partes desean que sus

conflictos se resuelvan en forma rápida y justa, sin embargo, reciben, a cambio,

juicios demorados, intrusivos y altamente costosos, que éstas no entienden ni

mucho menos controlan.

2. DIAGNÓSTICO DEL PROBLEMA ESTUDIADO 2.1. Lo dispuesto en el texto legal El Código de Ética de la BMA, en sus artículos 1 y 3, dispone lo siguiente:

Art. 1 - Esencia del deber profesional

El abogado ha de tener presente que es un servidor del

derecho y un coadyuvante de la justicia; y que la esencia de

su deber profesional es defender diligentemente y con

estricto apego a las normas morales, los derechos de su

cliente.

Art. 3 - Honradez

El abogado debe obrar con probidad y buena fe. No ha de

aconsejar actos dolosos, afirmar o negar con falsedad,

hacer citas inexactas, mutiladas o maliciosas, ni realizar acto

alguno que estorbe la buena y expedita administración de

justicia.

Para todos los abogados, colegiados o no, es un hecho notorio que los

tribunales de justicia de nuestro país –en todas las materias– están colapsados

por un exceso infame de carga de trabajo. Creo que es imperativo preguntarnos,

Page 4: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

4

analizar y responder por qué los tribunales han colapsado y quién los ha llevado a

ese estado.

Dar respuestas a estas cuestiones y ofrecer un conocimiento adecuado de la

situación actual en el sector legal son los objetivos fundamentales del presente

ensayo.

Redefinir la enseñanza y encarar el problema del desprestigio de la

abogacía es hacerse cargo de una tarea que enfrenta desafíos nacionales y que,

al mismo tiempo, nos lleva a aprender lo mejor y más valioso de nosotros mismos,

en la profesión que ejercemos.

2.2 Doctrina

a) Orígenes de la Abogacía y su situación de crisis actual

La abogacía requiere de un delicado y necesario equilibrio ético. Su actual

crisis y deterioro en opinión de la ciudadanía se debe justamente a que, en el

ejercicio profesional, los abogados no nos hemos ocupado de solucionar los

conflictos de las personas. Las expresiones negativas y burlas oprobiosas sobre

nuestra profesión dan cuenta de ello. Quizá sea una aseveración un tanto

dramática, pero no está alejada de la verdad2.

Existen diferencias abismales entre el primer abogado de la antigua Roma –

el pater familias, que acudía al foro a defender a los miembros de su parentela,

incluidos los extraños llamados “clientes”–, y los despachos actuales organizados

como empresas de servicios, donde trabajan decenas o centenas de abogados de

distintos niveles de jerarquía.

El ciudadano de Grecia y Roma tenía que aplicarse en el uso de las armas

porque era soldado, pero también, en la argumentación, en el uso de la palabra y

en las habilidades de convencimiento para interesar a las personas que asistían al

foro a presenciar los litigios; el pater familias debía ejercitarse como soldado y

como abogado. Algunos de ellos destacaron en el arte de abogar mediante la

2 Hernández-Villegas, Enrique. “Abogados mediadores: un nuevo paradigma de nuestra profesión”, Revista La Barra No. 98, enero-mayo 2016, Barra Mexicana Colegio de Abogados, A.C. pág. 5.

Page 5: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

5

argumentación y adquirieron fama, como Cicerón, quien comenzó a temprana

edad, para luego escalar posiciones políticas de relevancia.

En los orígenes de la abogacía, el derecho y la moral estaban unidos; quien

acudía al foro o la asamblea a defender a sus parientes o clientes lo hacía

respetando y conociendo las costumbres, la moral de la ciudad y sobre todo,

ofreciendo como garantía su propio testimonio de vida, debía mostrar a los demás

una conducta ética que le otorgara credibilidad para sostener sus argumentos.

A muchos siglos de distancia, esa credibilidad fundamental parece ser

obsoleta, especial y dolorosamente en nuestro país. Sabemos bien que nos

encontramos inmersos en una crisis moral que incide directamente en la

administración de justicia; la abogacía es el blanco de todo género de críticas,

muchas de ellas fundadas, provenientes de todos los sectores, hasta del propio

gobierno. El hombre de a pie desconfía del derecho; para él la ley es un mandato

autoritario, indiferente y distante de la justicia.

La situación de crisis que vive la abogacía exige reflexiones profundas y

acciones concretas. Habría que iniciar por replantearnos a quién sirve nuestra

profesión en un mundo en el que los adelantos científicos y tecnológicos

frecuentemente corren en sentido contrario al respeto y reconocimiento de la

dignidad humana. Como ya anticipé, la finalidad de la abogacía es solucionar los

conflictos. Los abogados debemos ser profesionales al servicio de la justicia y de

la paz. La estrecha relación que guarda el derecho con la noción de justicia nos

muestra la necesaria vinculación entre el derecho y las leyes por una parte, y la

búsqueda de justicia por respeto a la ética, por la otra.

La abogacía es una de las profesiones jurídicas que ha sido socialmente

“castigada” en buena medida por la mala fama que ha adquirido por el

desconocimiento de su importancia y relevancia social. Profesión liberal por

excelencia, destaca, o debería destacar por su intelectualidad y su

independencia3. Se dice que sin independencia no hay abogacía y violarla

compromete la función social de la profesión4.

3 Véase Garrido Suárez, Hilda Ma., Deontología del abogado: el profesional y su confiabilidad, Madrid, Universidad Carlos III de Madrid, Fundación Gregorio Peces-Barba, Edisofer, 2011, pág. 36. 4 Cruz Barney Oscar, et al. (coords.), 2015, Dilemas contemporáneos sobre el Ejercicio de la Abogacía en México, ABA ROLI México.

Page 6: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

6

Durante los años de nuestra formación universitaria como abogados

aprendimos que la ley es abstracta y general, indiferente a las circunstancias de

los particulares, de manera que, el carácter autoritario de la ley hace que su

contenido sea incuestionable; éste es el producto acabado de un derecho que se

entiende como mandato indiscutible, pensado y querido en los palacios

legislativos o de gobierno, y frecuentemente ajeno al ciudadano que ha

incumplido. Sin embargo, para ejercer a cabalidad el arte de abogar, es decir, de

representar y de entender los intereses de terceros en un negocio o conflicto,

requerimos comprender principalmente las legislaciones, los intereses, las

necesidades, las pasiones, los vicios, las virtudes que inciden en las conductas

humanas.

Además, el abogado debe conocer la ciencia del derecho, el arte de la

argumentación oral y escrita, las habilidades de persuasión, el sentido de la

oportunidad en marcar otra estrategia procesal y mecánica de la negociación.

Desde su origen, este es el orden que seguía el “arte de abogar”: primero conocer

al hombre y luego las armas para defenderlo, porque en cada asunto en que

interviene contribuye o no a hacer realidad la justicia5.

De este modo, el abogado virtuoso lleva así su bien hacer a todos los

aspectos de su vida, mientras que, el abogado ignominioso o deshonroso arrastra

sus vicios ensuciando lo que toca. Por desgracia, en nuestra profesión, la

confusión de esos conceptos se advierte desde el inicio de la formación como

abogados. Los planes de estudios de todas nuestras facultades concentran la

mayor parte del tiempo en la enseñanza de repertorios legislativos o de códigos,

otorgando al final de la carrera un título habilitante para ejercer la profesión. Se

piensa que un abogado es aquel que memoriza y maneja los códigos, y que este

conocimiento le basta para ostentar el título de abogado. En general, a los

abogados nos hace una enorme falta todo aquello que arropa a lo que sabemos

de leyes.

Sin perjuicio de que durante nuestro congreso se comenten y debatan las

preguntas que al efecto propongo como parte integrante del presente trabajo,

anticipadamente, señalo categórica y tajantemente que, quienes han colapsado

5 Dra. María del Carmen Platas Pacheco.- Participación sobresaliente como expositora en el Comité de Ética

de la Barra Mexicana Colegio de Abogados A.C., Ciudad de México, octubre de 2011.

Page 7: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

7

los tribunales, indudablemente, han sido los abogados, colegiados o no. Lo

hemos hecho nosotros cada vez que, innecesariamente, hemos judicializado

cualquier conflicto entre las personas.

b) Misión y deber del abogado

Desde que nacemos obramos para pretender y obtener algún bien. Un bebé

llora apenas nace, ese llorar es un obrar, y ese obrar es una pretensión: él busca

alimento y cariño de la madre. Cuando obtiene lo que pretende, su ser

incrementa; es decir, crece física, intelectual y afectivamente. Hay una secuencia

que se queda a lo largo de toda nuestra vida: un modo de ser al que le sigue un

obrar particular, ese obrar particular determina nuestras pretensiones, y la

obtención de eso que pretendemos resulta en un “incremento en el ser”. Por

ejemplo, ser licenciado en Derecho es, desde cierto punto de vista, algo más que

no serlo. Cuando alcanzamos eso que pretendemos, incrementamos nuestro ser;

sin embargo, en esa búsqueda constante por obtener lo que pretendemos, nos

topamos con el conflicto de que otras personas quizá pretendan lo mismo.

Lo que ocurre en la realidad es que, en ocasiones, el enfrentamiento entre lo

que uno pretende y lo que pretende otro, tiene un grado de complejidad tal, que a

los contendientes les resulta difícil o imposible llegar a un acuerdo razonable, y

encontrar una solución que les permita el mutuo respeto de su carácter de

personas. Y, es allí donde aparecemos nosotros, los abogados como “hacedores

de paz social”, como médicos de las relaciones sociales, en donde hay dos o más

personas que están a punto de instrumentalizarse o, peor aún, de darse un tiro en

la cabeza.

Lo que buscamos como abogados es encontrar una solución razonable, una

solución a favor de la cual se puedan dar “razones”, que permita el mutuo respeto

entre uno y otro; una solución que después pueda ser modelo para la solución de

casos parecidos al que se afrontó. Desde este punto de vista, los abogados

somos personajes indispensables para la paz social.

Sin abogados cualquier ciudad sería un caos; la señora a quien le chocan el

automóvil no tendría cómo resolver el problema, no sabría cómo pedirle al seguro

que pagara su siniestro, y mucho menos sabría cómo iniciar un juicio en contra de

Page 8: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

8

la compañía de seguros, si es que ésta no cubriera el daño. Eso es un ejemplo

relativamente simple, no estamos hablando de un despido injustificado o de un

complejo contrato de mercaderías con multipartes. Los problemas elementales a

los que nos enfrentamos cotidianamente en una sociedad compleja no pueden

resolverse si no es con la ayuda de personas especialmente entrenadas en el arte

de encontrar soluciones, y esa es precisamente la función de los abogados6.

En su estupendo libro, Deontología de la profesión de abogado, la Dra.

Ángela Aparisi Miralles, quien por cierto visitó recientemente nuestro colegio, al

respecto señala lo siguiente:

De este modo, la misión principal de todo ordenamiento jurídico no es la de

resolver conflictos ya iniciados, sino la de llegar a evitarlos. Él litigio y, en

definitiva, el conflicto abierto, debe ser considerado como un recurso

extremo, un mal que, en la medida de lo posible, debe ser soslayado.

De modo congruente con esta visión, también el profesional del Derecho

entenderá que su misión fundamental es eliminar los potenciales elementos

del conflicto, promoviendo, en la medida de sus posibilidades, el acuerdo y

la integración de las partes7. Los fenómenos de la litigiosidad y la

conflictualidad social son, ciertamente, elementos consustanciales a las

sociedades humanas, pero que, en la medida de lo posible, hay que reducir

o evitar. En realidad, su incremento es signo indudable de patología social.

Al enfrentamiento personal que implica todo proceso, hay que sumar otros

factores negativos: entre ellos, podemos mencionar el gasto, no sólo para

los litigantes, sino también para el Estado; el sufrimiento, la tensión e,

incluso, el trauma psíquico, que se ocasiona a las partes – y también a sus

familiares y amigos–. Este sufrimiento se agrava, lógicamente, cuando el

proceso se prolonga en el tiempo. A ello se añade que, en muchas

ocasiones, el final de un procedimiento no conlleva, necesariamente, la

resolución de un conflicto personal o patrimonial. Así sucede, con

frecuencia, en procedimientos de familia.

En estos supuestos, como en muchos otros, un acuerdo previo, en aquellos

casos en los que sea posible, evitaría muchos problemas. Si el Abogado

busca el bien de su cliente, será consciente de que, evitando el litigio puede

conseguir en ocasiones, un resultado adecuado, con mayor celeridad y un

menor coste psicológico y económico8.

6 Hernández-Villegas, Enrique. “¿Por qué optamos por el Derecho y no la violencia?”, Revista Abogado

Corporativo No. 16, enero-febrero 2015, ANADE Colegio de Abogados, publicada por DoFiscal Editores, pág. 82.

7 Aparisi, A., “La educación para la ciudadanía: reflexiones desde el Derecho”, op. cit., págs.. 153 y ss.

8 Vid. Lega, C., Deontología de la profesión de abogado, op. cit., pág. 137.

Page 9: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

9

Por ello, el Abogado debe potenciar, siempre que le sea posible, la amigable

composición de la litis, propiciando, cada vez más el asesoramiento

preventivo.

Como señala Viñas, el pleito es siempre un recurso extremo, un mal a veces

imprescindible, pero el Abogado debe tener muy presente que tiene “el

deber primario de hacer cuanto esté a su alcance para prevenirlo y evitarlo,

ya que con ello contribuye a la paz social… La conciliación privada debe ser

intentada siempre, y en especial, en cuestiones de familia, ejecuciones,

pedidos de quiebras y todo asunto grave o de carácter dudoso. Aunque en

esa labor pueda perder la percepción de lucrativos honorarios, pues éste

debe ser un interés secundario en su labor9.

c) Enseñanza de la ética

Hoy en el medio universitario en general, la enseñanza de la ética profesional

carece de importancia. Con esta actitud se pretende pasar por alto que las

normas éticas forman parte esencial de las reglas del “arte del bien abogar”.

Desde esa negación de la ética, podría pensarse que a un cliente le conviene más

un abogado deshonroso que no dudará en corromperse para obtener un beneficio

en su interés, en lugar de respetar las normas éticas. Sin embargo, hemos de

reconocer que la sociedad se fortalece o debilita con el respeto o desprecio al

orden jurídico, cuya raíz es eminentemente ética.

En consecuencia, sostengo que la condición imprescindible para transformar el

arte del abogar es reformar los planes de estudio de las escuelas y facultades de

derecho en nuestro país; difícilmente tendremos mejores juristas en el foro, si no

empezamos por revisar el proceso de formación de los futuros abogados.

En desafortunado contraste, la idea que el ciudadano común tiene del abogado

competente es la de una persona beligerante; el consejo que se ofrece a quien se

encuentra en un conflicto legal es que debe buscar un abogado hábil para el

pleito, agresivo y violento. Características que, aparentemente, son garantía de

éxito, porque ante el conflicto, la posición que habitualmente asume el abogado

es la de derrotar al adversario e imponer el criterio del cliente a como dé lugar.

Pero en realidad, lo más importante para la sociedad y también para las partes es

la solución negociada de los conflictos de los ciudadanos que recurren a

nosotros. En pocos quehaceres influyen tanto la integridad personal y la

coherencia en el resultado de la intervención profesional.

El litigio se equipara con la guerra, puesto que se trata de una batalla legal en

donde indefectiblemente habrá saldo negativo, al menos para una de las partes

contendientes. Por lo tanto, el litigio siempre debe de ser el último recurso

disponible para la solución de un conflicto. Debemos actuar como se hace en la

diplomacia internacional. En ese ámbito, ningún país puede intentar una solución

9 Viñas, R.H. Ética y derecho de la abogacía procuración, Pannedille, Buenos Aires, 1972, págs. 143-144.

Page 10: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

10

con una declaración de guerra, por muy fuerte que sea su diferendo con otro,10

mucho menos lanzar una bomba nuclear de efectos catastróficos; antes, forzosa y

necesariamente tiene que transitar por un camino de negociación que busque la

solución del diferendo o, mejor aún, la reconciliación.

En el contexto de la reflexiones éticas que he mencionado, es indispensable que

en México se consideren alternativas como la mediación, la conciliación y el

arbitraje, a fin de abatir la saturación y el rezago de los tribunales; la

judicialización de casi cualquier conflicto societario pone de manifiesto la

necesidad de privilegiar los acuerdos, por sobre los pleitos.

Actualmente hay un especial interés nacional en la mediación, sin embargo, su

verdadera aplicación será posible si, y solo si, los abogados postulantes valoran

esta posibilidad como un deber de conciencia, independientemente de dar cabal y

exhaustivo cumplimiento a los nuevos textos del Código de Ética que al efecto

propongo.

d) El conflicto humano visto y atraído por el Derecho

Al margen de lo ya señalado, es fundamental que como abogados estemos

convencidos de que la vía judicial no es la única alternativa para resolver el

conflicto (de hecho, es la menos apropiada y conveniente). En nuestra labor

intelectual y de estudio es tan o más importante aplicar la imaginación en la

búsqueda de soluciones creativas, que el análisis jurídico del caso. Sin embargo,

es defecto jurídico que la tendencia a razonar a partir de construcciones teóricas

frecuentemente dificulte la posibilidad de conseguir la solución del conflicto por la

vía de la avenencia y de la generación de acuerdos.

Desafortunadamente, cuando el Derecho atrae el conflicto humano, lo expropia de

manera automática; es decir, se apropia tanto de él, que se convierte en un

problema jurídico y, por lo tanto, se busca sólo una solución jurídica. Y aún así,

existen muchos conflictos jurídicos, que no tienen solución jurídica porque hay

tantas reglas de por medio, que realmente no se encuentra una solución legal

para ellos, sino que, es necesario buscarles una solución práctica (o con sentido

humano, político o de negocios) y para ello, la justicia alternativa es una magnífica

opción en la solución de conflictos.

e) Fin del Derecho

El Derecho está llamado a servir al hombre con el fin de hacer justicia, tarea

exclusiva que exige conocer no sólo el texto legal aplicable, sino el contexto del

acto mismo.

Ser abogados significa que hemos asumido un compromiso ético con la sociedad.

Hemos de mirar el horizonte de nuestro futuro nacional y profesional como la

oportunidad de dignificar nuestra profesión; la oportunidad de hacer que mediante

nuestro arte de abogar se imponga la justicia en cada caso concreto como 10

En el litigio, el emplazamiento a juicio (notificación de la demanda) se equipara a la declaración de guerra.

Page 11: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

11

expresión del derecho, dando a cada quien lo suyo según mérito o demérito. Sin

duda alguna, ésta es la mejor forma de restablecer el Estado de Derecho, de

superar la violencia y la desconfianza en que vivimos, de superar la frontera de la

mera legalidad y construir una patria donde el respeto y el reconocimiento de la

dignidad de cada mexicano sean el motivo y el fin de nuestras acciones de

abogar.

3. PROPUESTA PARA RESOLVER EL PROBLEMA ESTUDIADO

Como corolario de lo anterior propongo reformar urgentemente los artículos 1 y 3

del Código de Ética para adecuarlos a nuestra realidad social y jurídica actual,

con base en lo siguiente:

Art. 1 - Esencia del deber profesional

El abogado ha de tener presente que es un servidor del

derecho y un coadyuvante de la justicia; y que la esencia de

su deber profesional es defender diligentemente11 y con

estricto apego a las normas morales, los derechos de su

cliente.

La propuesta en este artículo de “defender diligentemente” da lugar a una

interpretación errónea y hasta desafortunada de lo que pretende ser el espíritu

natural de nuestra profesión y del Código de Ética de nuestro colegio, puesto que

“defender” los derechos del cliente se traduce como la necesidad de litigar las

causas, argumentando una supuesta defensa de los derechos del cliente, y sin

que, en cambio, se haga alusión al deber ético de solucionar los conflictos de las

personas como un deber profesional y primordial de la labor cotidiana del

abogado.

Como sabemos, hacerse cargo de la “defensa” conlleva necesariamente

interponer demandas, contestarlas, promover recursos, incidentes, juicios de

amparo, denuncias penales, y más ante los tribunales correspondientes.

Desde luego, es comprensible suponer que en la época en que fue creado el

Código Ética de la BMA, el único medio para resolver los conflictos legales de las

personas era acudiendo ante un tribunal judicial a litigar las causas. Sin embargo,

las cosas han cambiado drásticamente, hoy tenemos que desaprender que

11

El resaltado es mío

Page 12: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

12

cuando existe un conflicto legal la respuesta automática sea recurrir a un abogado

para que se haga cargo del asunto en tribunales. ¡Urge desaprender este viejo

prejuicio!

Los abogados, como ya lo señalé, debemos ser profesionales al servicio de

la paz y de la justicia. Me atrevo a sostener que, en toda fuente de consulta

disponible hoy, la definición de abogado o de licenciado en derecho incluye la

palabra “solución”, pues el núcleo de nuestra labor es la solución de los

conflictos12.

Así como el médico trabaja para restituir o preservar la salud de las

personas y es reconocido por ello, el abogado defiende con su labor la justicia, la

libertad, la honra y los bienes del justiciable; quienes recurren a sus servicios

pretenden la solución de sus conflictos, evitando así el atropello de sus derechos.

Entonces, en todo momento se debe tener presente que el núcleo central de la

labor del abogado es la solución de los conflictos.

Los tiempos que corren y las sociedades actuales requieren menos

abogados beligerantes que lo mismo acusan que defienden, y más abogados

conciliadores, negociadores y mediadores. Siempre que resolvamos un pleito en

lugar de ganarlo, estaremos acercándonos a la función más elevada de nuestra

profesión.

Es por lo anterior, que considero que la esencia del deber del abogado,

referida en el artículo 1 del Código de Ética de la BMA, debe de ser clarificada y

transformada, y mejor aún, extendida en cuanto a su alcance, sirviendo de apoyo,

adicionalmente a las consideraciones ya vertidas en el Derecho extranjero que a

continuación refiero. A saber:

a. El artículo 10 del Código Internacional de Deontología Forense (que

incumbe a todo abogado por estar éste dentro de su regulación y ámbito de

aplicación), que basa su obligatoriedad en la función social de la abogacía,

a la letra señala lo siguiente: “Un abogado deberá siempre esforzarse por

12

Hernández-Villegas, Enrique. “Negociación versus Litigio: ¡Deja de Luchar!”, Revista Abogado Corporativo No. 61, mayo-junio 2014, ANADE Colegio de Abogados, publicada por DoFiscal Editores, pág. 75.

Page 13: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

13

llegar a una solución mediante un arreglo extrajudicial antes que iniciar un

procedimiento judicial. Un abogado no debe de estimar nunca que se vaya

a pleito”13.

b. En el mismo tenor encontramos lo dispuesto por el Código Deontológico de

los Abogados Europeos.

Art. 3.7.1. El Abogado deberá intentar en todo momento buscar la

solución más adecuada en función de la relación coste-

efectividad, y deberá aconsejar a su cliente en los momentos

oportunos respecto a la conveniencia de llegar a un acuerdo o de

acudir a métodos de resolución alternativa de conflictos.14

c. En sintonía con lo anterior, el comentario 6 de la Carta de Principios

Esenciales de la Abogacía Europea dispone que:

6. El papel de los abogados, ejercido tanto de manera individual

como corporativa o incluso estatal, deberá entenderse tal que

asesor y representante de confianza de cada cliente, como

profesional respetado por terceras partes, siendo participante

indispensable en una Administración de Justicia imparcial. Para

plasmar todos estos elementos, el abogado que sirve fielmente los

intereses de su cliente y protege sus derechos, debe también

desempeñar su función en la sociedad – prevención de conflictos,

garantizar que éstos sean resueltos de acuerdo con los principios

de la ley civil y penal, en consonancia con sus derechos e

intereses, para favorecer el desarrollo futuro del Derecho y la

defensa de la libertad, la justicia y el Estado de Derecho.15

d. Finalmente, es oportuno también traer a colación “El decálogo del

abogado”, de Angel Ossorio y Gallardo: “IX. Procura la paz como el mayor

de tus triunfos”16

En esta ocasión, mi propuesta de reforma a los multireferidos preceptos del

Código de Ética de la BMA es la siguiente:

13 http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/derhum/cont/14/pr/pr22.pdf (web, página 249) El subrayado

es mío. 14

http://www.abogacia.es/wp-content/uploads/2012/06/codigodeontologico.pdf (3. RELACIONES CON LOS CLIENTES 3.7.1 Relación coste-eficacia y disponibilidad de la asistencia jurídica gratuita, web, p.11). El subrayado es mío. 15 http://www.abogacia.es/wp-content/uploads/2012/07/Carta-de-los-principios-esenciales-de-los-abogados-europeos.pdf 16

http://www.juristasunam.com/el-decalogo-del-abogado-de-angel-ossorio-y-gallardo/920/ (Web).

Page 14: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

14

“Art. 1- Esencia del deber profesional

El abogado ha de tener presente que es un servidor del

derecho y un coadyuvante de la justicia; y que la esencia de

su deber profesional es defender diligentemente y con

estricto apego a las normas morales, los derechos de su

cliente.

El abogado siempre deberá de esforzarse por llegar a una

solución mediante un arreglo extrajudicial antes que iniciar

un procedimiento judicial. El abogado no debe de estimar

nunca que un asunto se vaya a pleito salvo que sea

estrictamente necesario para salvaguardar algún derecho de

su cliente, y si por alguna razón, su cliente se vio

involucrado en un procedimiento judicial y/o administrativo,

el abogado hará todo lo posible y todo lo necesario por

sacarlo de la manera más conveniente y rápida sin la

necesidad de llegar a la última instancia procesal, siempre

que se pueda.

El abogado en todo momento considerará la posibilidad de

acudir a los Mecanismos Alternativos de Solución de

Controversias cuando se trate de la solución de un conflicto

legal antes de acudir a cualquier instancia jurisdiccional.

El abogado en todo momento procurará proponer cláusulas

escalonadas en los contratos en los que intervenga desde

su creación; entendiéndose por escalonadas, aquellas

cláusulas que exigen que, previo a arbitrar o litigar un

asunto, tenga lugar una negociación, mediación o

conciliación.

Ahora bien, es claro que el artículo 3 del Código de Ética, refiriéndose a la

“honradez y a la expedita administración de justicia”, queda muy reducido en

cuanto a su alcance y sentido natural de lo que debería de ser según la realidad

social y jurídica actual, tomando en cuenta que la negociación y la mediación son

el nuevo paradigma17 para llegar a solucionar los problemas más importantes de

las sociedades y de las personas en el siglo XXI, razón por la cual propongo la

siguiente modificación:

Art. 3º- Honradez

17 Un paradigma son los mecanismos en cómo nosotros observamos el mundo; es decir, la manera en que interpretamos la realidad; los paradigmas nos dan una visión existencial de las cosas. Dicho metafóricamente, son como una gafas que nos hacen ver de un modo la realidad.

Page 15: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

15

El abogado debe obrar con probidad y buena fe. No ha de

aconsejar actos dolosos, afirmar o negar con falsedad,

hacer citas inexactas, mutiladas o maliciosas, ni realizar acto

alguno que estorbe la buena y expedita administración de

justicia”.

En cuanto a la expedita administración de justicia, el

abogado deberá de llevar a cabo todos los esfuerzos lícitos

y razonables para agilizar la conclusión definitiva de los

litigios en los que intervenga, privilegiando en todo momento

el fondo sobre la forma.

Sin perjuicio de lo anterior, el abogado, en todo momento

procurará que el asunto de su cliente no llegue a litigio y,

mucho menos, que el litigio sea la primera opción disponible

para la solución del conflicto legal de su cliente; sin

embargo, en caso de que hubiese la necesidad de acudir a

un litigio, el abogado realizará sus mejores esfuerzos y

pondrá toda su pericia para resolver el conflicto lo más

pronto posible dando por concluido el litigio de la mejor

manera posible en beneficio de los intereses de su cliente,

inclusive, sin llegar a la última instancia procesal.

Los abogados vanguardistas son los que se atreven a romper viejos

paradigmas pues apuestan a “un buen arreglo, en lugar de un gran pleito”;

entienden que la justicia alternativa está encaminada a soluciones, más que a

verdades jurídicas, más que a decir quien tiene la razón, más que a pronunciar

quién gana o pierde y, por último, entienden que el empleo de los Métodos

Alternativos de Solución de Controversias transforma el enfoque de lucha en un

mecanismo de esfuerzo múltiple para coincidir18.

Desalentad el litigio. Inducid a vuestro prójimo, cada vez que sea

posible, a componer y transigir. Hacedle ver cómo el triunfador

nominal es, a menudo, el verdadero perdedor en honorarios,

gastos y tiempo. Abraham Lincoln

4. PREGUNTAS PARA DEBATIR EN EL CONGRESO

¿Por qué razones la abogacía de nuestro país está desacreditada para la sociedad? ¿Por qué se han colapsado los tribunales de justicia de nuestro país?

18

Hernández-Villegas, Enrique, “Abogados mediadores: un nuevo paradigma de nuestra profesión”.- Revista La Barra, No. 98, enero-mayo 2016, Barra Mexicana Colegio de Abogados, A.C. pág. 9.

Page 16: Abogacía en crisis: Es urgente dignificar la profesión …scl.mx/wp-content/uploads/2017/02/Abogacía-en-crisis.pdf · de la Ciudad de México. Abogado certificado por la Barra

16

¿Quién o quiénes los han colapsado? ¿Qué podría resultar mejor para un cliente, litigar una causa o construir un acuerdo que ponga fin definitivo a su controversia?