9 Mito, religión y política en Huarochirí (Semana 9)(2)

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1 Mito, religión y política en Huarochirí siglos XV al XVI Carlos Carcelén Reluz 1 Resumen Consideramos que para tener una aproximación del desarrollo histórico de los pueblos andinos se hace indispensable el análisis de los mitos, leyendas y tra- diciones recolectadas desde la época colonial hasta nuestros días, ya que aún hoy la población andina cuenta su pasado en términos míticos o legendarios. Para este ensayo, nos basamos fundamentalmente en la información recopila- da en los siglos XVI y XVII por los cronistas, evangelizadores y extirpadores y en nuestros propios trabajos de campo. El objetivo es presentar un análisis del proceso histórico de la zona desde los tiempos míticos pasando por el dominio de la zona estudiada por las etnias yungas, las invasiones de yauyos e incas, terminando con el establecimiento de las características generales del dominio cristiano en la zona. Palabras claves: Huarochirí, Yauyos, Chaclla, Perú, Colonia Abstract We consider that to have an approximation of the historical development of the Andean peoples makes to himself indispensable the analysis of the myths, leg- ends and traditions gathered from the colonial period until our days, since still today the Andean population tells his past in mythical or legendary terms. For this essay, we base fundamentally on the information compiled in the centuries XVI and XVII for the chroniclers, evangelists and extirpators and on our own works of field. The objective is to present one analysis of the historical process of the zone from the mythical times passing for the authority of the zone studied by the ethnic group Yungas, the invasions of Yauyos and Incas, ending with the establishment of the general characteristics of the Christian authority in the zone. Key words: Huarochiri, Yauyos, Chaclla, Peru, Colonia. 1 Profesor del Departamento de Historia de la Universidad Nacional Mayor de San Mar- cos. Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Máster y Candidato a Doctor en Historia de América Latina por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.

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    Mito, religin y poltica en Huarochir siglos XV al XVI

    Carlos Carceln Reluz1

    Resumen

    Consideramos que para tener una aproximacin del desarrollo histrico de los pueblos andinos se hace indispensable el anlisis de los mitos, leyendas y tra-diciones recolectadas desde la poca colonial hasta nuestros das, ya que an hoy la poblacin andina cuenta su pasado en trminos mticos o legendarios. Para este ensayo, nos basamos fundamentalmente en la informacin recopila-da en los siglos XVI y XVII por los cronistas, evangelizadores y extirpadores y en nuestros propios trabajos de campo. El objetivo es presentar un anlisis del proceso histrico de la zona desde los tiempos mticos pasando por el dominio de la zona estudiada por las etnias yungas, las invasiones de yauyos e incas, terminando con el establecimiento de las caractersticas generales del dominio cristiano en la zona.

    Palabras claves: Huarochir, Yauyos, Chaclla, Per, Colonia

    Abstract

    We consider that to have an approximation of the historical development of the Andean peoples makes to himself indispensable the analysis of the myths, leg-ends and traditions gathered from the colonial period until our days, since still today the Andean population tells his past in mythical or legendary terms. For this essay, we base fundamentally on the information compiled in the centuries XVI and XVII for the chroniclers, evangelists and extirpators and on our own works of field. The objective is to present one analysis of the historical process of the zone from the mythical times passing for the authority of the zone studied by the ethnic group Yungas, the invasions of Yauyos and Incas, ending with the establishment of the general characteristics of the Christian authority in the zone.

    Key words: Huarochiri, Yauyos, Chaclla, Peru, Colonia.

    1 Profesor del Departamento de Historia de la Universidad Nacional Mayor de San Mar-

    cos. Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Mster y

    Candidato a Doctor en Historia de Amrica Latina por la Universidad Pablo de Olavide

    de Sevilla.

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    Introduccin

    La mitologa de la provincia de Huarochir es muy rica y variada, resulta ser muy importante para su historia, ya que a travs de su interpretacin se puede llegar a tener una aproximacin del desarrollo histrico de la zona en estudio, porque lamentablemente no se encuentra documentacin histrica para la poca prehispnica, ya sea por la falta de escritura o porque los datos orales que da la poblacin son confusos e imprecisos en cuanto a fechas. Ms an, no desligan los hechos histricos del mito y la leyenda.

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    Esto hace necesario interpretar los mitos, leyendas y tradiciones de la zona, ya que en el fondo la fantasa que nos relatan tiene un contenido histrico, y ms an la poblacin andina en general, an hoy en da, nos cuenta su historia en trminos mticos. Esto hace que para tener una aproximacin del desarrollo histrico de los pueblos andinos, se haga indispensable el anlisis de los mitos, leyendas y tradiciones, recolectadas desde la poca colonial a nuestros das.

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    En particular nos basamos en este ensayo en la informacin recopilada en los siglos XVI y XVII por los cronistas, evangelizadores y extirpadores, quienes de manera peyorativa designaron a las narraciones mticas andinas como fbu-las, demostrando as su juicio de valor sobre las creencias y expresiones reli-giosas andinas prehispnicas

    2.

    Para el entendimiento de los mitos, leyendas y tradiciones, en busca de las ca-ractersticas de los vestigios de la religin prehispnica de cualquier zona de los Andes, se hace necesario e indispensable, el "contar con una experiencia andina"

    3, es decir realizar un adecuado trabajo de campo, con fines etnogrfi-

    cos.

    Esta experiencia de campo nos permite reconocer el importante valor de lo sa-grado, y en el caso especial de los vestigios de la religin prehispnica, pode-mos entender mejor el valor sentimental que une a los comuneros con sus an-tiguos rituales y que se pueden observar en los comportamientos cotidianos y con ms claridad en la mentalidad de la gente. Teniendo en cuenta tambin que nuestra aproximacin de campo se encuentra cargada de valoraciones propias de nuestra experiencia o herencia social y cultural.

    As tambin, la experiencia de campo nos permite interpretar mejor el significa-do de la relacin social e histrica de las costumbres y/o rituales considerados como tradicionales, folklricos o sencillamente vestigios del pasado. Pero sin perder de vista la posicin de los sujetos sociales dentro de sus relaciones so-ciales y de poder, para as comprender sus determinadas experiencias emo-cionales

    4. Tambin con el trabajo de campo entendemos la forma simblica

    con la cual sus antiguas costumbres nos reflejan su conocimiento e interaccin con la realidad que los rodea, es decir la relacin ecolgica existente. Partien-do de esto tenemos que aceptar el valor de lo sagrado dentro de un medio histrico concreto, y es que:

    "... Lo sagrado conlleva siempre un sentido de obligacin intrnseco: no slo estimula la devocin, la exige; no slo induce a un asentimiento in-telectual, sino que impone un compromiso emocional..."

    5.

    Pero es necesario sealar que reconociendo que el historiador de las religiones "se preocupa solamente por los smbolos religiosos"

    6, planteamos en este en-

    2 El catolicismo espaol del siglo XVI [y por extensin el siglo XVII] acoga las experien-

    cias religiosas indgenas en la medida en que le permitan alcanzar el estadio de la fe

    verdadera (Urbano 1993: 25). 3 Lo cual se sigue recomendando como forma indispensable de conocimiento de lo

    andino. Por ejemplo ver lo expuesto por Ina Rsing : "Entender la religin andina sin

    contar con una experiencia andina, sin haber pasado en vela muchas noches de

    curaciones rituales y muchos das y noches de rituales colectivos religiosos andinos no

    es, as lo creo, posible" (1994: 192). 4 Rosaldo 1989: 15.

    5 Geertz 1973: 15.

    6 Adems se considera, aparte de esta generalidad que "en un sentido estricto el

    historiador de las religiones no puede ignorar lo histricamente concreto. Se dedica a

    descifrar en lo temporal e histricamente concreto el curso inevitable de experiencias

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    sayo un conocimiento un tanto ms profundo del hecho religioso -en este caso el prehispnico-, con el fin de ligarlo siempre con el proceso histrico ms ge-neral -sea estructural o coyuntural- en la zona en estudio, desde la poca mti-ca prehispnica hasta la organizacin de las caractersticas iniciales del domi-nio colonial en la zona.

    Es as que este ensayo contiene un anlisis del proceso histrico de la zona desde los tiempos mticos pasando por el dominio de la zona estudiada por las etnias yungas, las invasiones de yauyos e incas, terminando con el estableci-miento de las caractersticas generales del dominio cristiano en la zona.

    1.- Huallallo y los yungas

    Los mitos de Huarochir recopilados a comienzos del siglo XVII por el padre Francisco de vila, nos cuentan que en un inicio y desde que se tiene memoria las tierras y los hombres de estas provincias eran dominados por dos divinida-des, Yanaamca y Tutaamca. Esta poca representa a la oscuridad y caos que reino antes del establecimiento del orden que representa la vida de los hombres en sociedad

    7.

    Estos dioses son peculiares de esta zona pero lo que representan es general. La oscuridad y caos de la poca en que existen, se encuentra en mitos de di-versas zonas de los Andes, recopiladas por diversos cronistas

    8.

    Los mitos responden al sentido comn de cualquier tipo de poblacin ya que generalmente los pueblos cuentan que antes del orden y de la historia de sus sociedades, existi una poca donde reinaba el caos y la oscuridad en la vida de los hombres. Esta poca de oscuridad y caos en los pueblos, como los an-dinos, acab por la accin de un dios o dioses que establecieron el orden y que en agradecimiento los pobladores le rinden culto y sacrificios

    9. Esta poca co-

    rrespondi al Perodo Formativo, donde se consolid el poder poltico de la casta sacerdotal y por tanto de la construccin de los mitos de origen -como los estudiados-

    10.

    Esta generalidad es apreciada en toda el rea andina. En el caso de la provin-cia de Huarochir se refleja en la accin del dios denominado Huallallo Car-huincho

    11.

    Este dios derrot a los dioses Yanaamca y Tutaamca, estableciendo su do-

    que surgen del deseo irresistible del hombre de trascender el tiempo y la historia"

    (Eliade y Kitagawa 1987: 118 - 119). 7 vila 1966, Taylor 1987, Urioste 1983 y Salomon y Urioste 1991.

    8 Tales como: Santa Cruz, 1950; Guamn Poma, 1980; Betanzos 1968; Molina 1959,

    entre otros. 9 Idea tomada de Eliade 1986.

    10 Amat 1992: 76-77.

    11 vila 1966, Urioste 1983, Taylor 1987 y Salomon y Urioste 1991.

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    minio sobre los hombres y tierras de esta provincia. Pero lo importante de este mito es que refleja como fue invadida la zona por habitantes provenientes de la zona costera, denominados yungas o huallas, y que tenan como dios a Hualla-llo.

    La gente venida de la costa trajo consigo una nueva forma de organizacin so-cial, que se refleja en los mitos a travs de la regulacin del culto al dios, el cual hace que las tierras sean ms productivas mediante el sacrificio de nios por sus propios padres. En el mito, el dios Huallallo estableci que cada pareja slo tuviese dos hijos y uno de ellos sera sacrificado. A pesar de lo mtico, es-to refleja una racionalidad, que es el mantenimiento del nmero de habitantes dando lugar a una adecuada distribucin de la produccin agrcola y evitando cualquier desequilibrio ecolgico

    12.

    El mito nos cuenta adems que las tierras de esta provincia eran de clima cli-do teniendo una fauna y flora de zonas selvticas, llegando incluso a sembrar en las altas punas. Esto nos refleja que el tiempo de origen del mito debi pre-sentar caractersticas climticas distintas a las presentes

    13 o en todo caso nos

    relatan una situacin ideal o deseada por los habitantes de la regin. El dios Huallallo se presentaba temporalmente en alguno de los templos que le cons-truyeron en su honor, en las partes altas como Curipata y Marcahuasi en las cercanas de la actual Comunidad Campesina de San Pedro de Casta

    14.

    Pero su templo principal, donde estaba su dolo, se encontraba en una laguna al pie del cerro de Pariacaca, cerca del antiguo camino que viene de Lima y va para Jauja

    15. La laguna donde se encontraba el dolo de Huallallo, es el lugar

    en el cual, segn el mito, se realiz la pelea entre este dios y Pariacaca, que es representado por el cerro que se encuentra a lado de la laguna. El dolo de Huallallo. Es decir el espritu del dios qued en el lugar en el que fue derrotado por otro dios que asumi sus funciones.

    As presentados entendemos que aquellos hroes y sus respectivas funciones:

    conforman un discurso global acerca de la sociedad andina precolom-bina [en este caso Chaclla - Huarochir]. Las palabras y los gestos heroi-cos expresan de esa manera una imagen ideal de sus propios orgenes y de los fundamentos organizativos de la sociedad

    16.

    El dios Huallallo, segn J. C. Tello tuvo su santuario en la meseta de Mar-cahuasi, pero para Pedro Eduardo Villar Crdoba:

    "... las caractersticas de aquella construccin son las de una fortaleza que defenda a "MarcaWasi", por el lado del Occidente, de los posibles ataques de los hombres de la Costa... La ausencia de ex-votos, de co-

    12

    dem. 13

    dem. 14

    Tello 1923: 510. 15

    Dvila 1965, vila 1966, Urioste 1983, Taylor 1987, Salomon y Urioste 1991. 16

    Urbano 1982: 40.

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    nopas, amuletos, altares y corrales sagrados, est demostrando que aquel monumento no fue un templo, sino una fortaleza..."

    17.

    Distrito Arqueolgico de Casta18

    .

    17

    Villar Crdoba 1935: 347-348. 18

    Tello y Miranda 1923.

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    Lamentablemente an no se han podido precisar las funciones de Marcahuasi, ya que no hay trabajos arqueolgicos serios, pero nos resulta ms conveniente la hiptesis de Villar Crdoba, ya que cualquiera que sea la poblacin de la meseta, sta escogi ese lugar con claros motivos defensivos, ya sea de ata-ques de costeos o de serranos. Si hubo el templo de Huallallo en la parte alta de la meseta, como dice J. C. Tello, sera necesario realizar excavaciones para encontrar o no los restos que demanda Villar (que slo observ superficialmen-te sin llegar a excavar); para poder as determinar con mayor aproximacin la funcin de Marcahuasi.

    Lo que resulta raro es que la poblacin que eligi la meseta como zona de re-sidencia, la eligiera, aparte por sus defensas naturales, por las lagunas que se encuentran en ella, pudiendo as asegurarse el aprovisionamiento del agua sin necesidad de recurrir a otras fuentes. Ms an si asumimos que algunas de las estructuras arquitectnicas llamadas Chulpas o Culpis, eran destinados a de-psitos de alimentos, se reforzara la hiptesis que Marcahuasi, ms que un adoratorio fue una fortaleza.

    Tello recogi informacin oral que le indic que Huallallo al ser derrotado por Pariacaca, huy hacia el norte, llegando a la zona de San Pedro de Casta, en-seorendose all y estableciendo su templo en la parte alta de la meseta, con el fin de defenderse del ataque de sus vecinos, que envidiaban su riquezas

    19.

    Esta informacin nos permite entender en algo la funcin defensiva de Mar-cahuasi, as como el proceso de invasiones y desplazamientos en la zona en cuestin. En la poca que Tello visit la zona de San Pedro de Casta, recogi informacin oral que nos muestra que el recuerdo de Huallallo es ms fuerte y presente que el de Pariacaca, lo que le hace pensar que Marcahuasi fue su adoratorio.

    Pero parece que la fuerza del recuerdo de Huallallo se debe a que tanto mito y tradicin indican que por esta zona no lleg el culto a Pariacaca, o que, en todo caso Marcahuasi, representa una especie de fortaleza de las gentes que ado-raron a Huallallo y que no se sometieron al dominio de los yauyos, resistiendo en estas tierras mucho tiempo el avance de los invasores, hasta que muy tard-amente fueron sometidos.

    Histricamente alrededor del ao 1450, parece que los yauyos dominaban todo el territorio huarochirano, incluyendo el norte (Chaclla), pero por slo unos diez aos, ya que en 1460 aproximadamente se fecha la llegada de los Incas

    20.

    Esta hiptesis se refuerza, en la medida que en la actualidad21

    al preguntar a los "mayores"

    22 de la Comunidad de San Pedro de Casta, sobre cual fue el

    19

    Tello 1923: 513. 20

    Bueno 1992: 50 21

    Informacin recogida en los trabajos de campo realizados entre 1993 y 1994 en las

    comunidades de la cuenca alta del ro Santa Eulalia, antes llamado Chaclla. 22

    Los "mayores", son los comuneros respetados en la Comunidad por haber pasado

    todos los cargos de la administracin comunal.

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    dios de esta zona, ellos contestaron que era Huallallo Carhuincho, que habita-ba en Marcahuasi. Adems los informantes sealan la existencia en aquella poca de un santuario o "huaca" en el sitio llamado "Orkohuasi", lugar que pre-sumen sirvi como base para la construccin de la Reduccin de San Pedro de Casta en el siglo XVI

    23.

    Sitios Arqueolgicos de Chaclla y alrededores24

    23

    Informacin recogida de los profesores comuneros del Colegio Nacional Jos Carlos

    Maritegui de San Pedro de Casta. 24

    Bueno Mendoza 1992: 65.

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    La resistencia a los yauyos en la zona de San Pedro de Casta fue muy larga, ya que estos atacaban desde distintos lugares, donde ya se haban estableci-do, en sitios como Carampoma y Chaclla, muy cercanos de Casta, pudiendo as establecer un dominio efectivo de la zona. Tal vez llegando a implantar el culto a Pariacaca, pero este culto haba tenido una corta duracin, desde su imposicin hasta la llegada de los espaoles. Pudo ser de tan corta duracin que no dejo recuerdos en los habitantes de la zona.

    En la actualidad, en las creencias mtico-religiosas, Huallallo Carhuincho es considerado como un dios andino, al cual se la atribuye el poder sobre la tierra y los hombres controlando su fecundidad, pero el dios tiene una importancia fundamental en el sentido del poder hacer crecer los cultivos a travs del agua. Este dios refleja el poder natural del rayo, que anuncia las lluvias, cuyas aguas regarn las tierras cultivadas por los hombres para que ellos vivan

    25.

    Este poder sobre el agua, el elemento ms esencial para la vida de la pobla-cin de estas tierras, fue la base del culto y los sacrificios a este dios, y fue tambin la base que en el mito explica su cada, ya que lleg otro dios, llamado Pariacaca, que vencer y desplazar a Huallallo. Pero a pesar de esta derrota mtica y del desplazamiento de sus creyentes -los yungas-, la tradicin hecha vida, da lugar a que el dios:

    "... Guallallo es un hroe nacional huarochirano, por todos los datos dis-ponibles y cronolgicamente se sita en este tiempo propicio a la apari-cin de hroes culturizadores, ms tarde convertidos en deidades por la tradicin oral y la memoria social. Efectivamente, oralidad y mentalidad social transmitida de generacin en generacin, elevaron a Guallallo en los tiempos posteriores a divinidad multiregional andino-central"

    26.

    2.- Pariacaca y los yauyos

    El mito de la llegada de los yauyos y su dios Pariacaca, nos dice que cuando ste lleg a las tierras de Huarochir, observ como un poblador, con mucha tristeza llevaba a su hijo; el dios le pregunt por qu la tristeza y l respondi que llevaba a su hijo para sacrificarlo al dios Huallallo, para que sus tierras si-gan siendo frtiles y que si no haca el sacrificio de su hijo, el dios Huallallo ma-tara a todos; Pariacaca le contest que no temiese puesto que l peleara con el dios y lo echar de las tierras de la provincia; que regresara a su casa y que desde ahora le rindan culto a l y slo le sacrifiquen llamas y alpacas

    27.

    El sacrificio de nios como una prctica ritual en un culto establecido, nos se-ala una caracterstica simblica de la religin de los yungas, la cual apoya es-ta prctica y la presenta como correcta socialmente, ya que la religin (en este

    25

    vila 1966: 200. 26

    Bueno 1992: 43. 27

    Dvila 1964: 161, vila 1966, Urioste 1983, Taylor 1987 y Salomon y Urioste 1991.

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    caso una prehispnica) se plantea como "un mundo en el que tal comporta-miento es tan slo sentido comn"

    28.

    Este mito nos refleja una transformacin histrica, contada en trminos de mito pero que explica como se realiz la invasin de un pueblo que vena de la sie-rra sur y traa un nuevo dios. Estos invasores fueron los Yauyos que llegaron por oleadas y establecieron en la zona un dominio basado en el control de las aguas en las lagunas naturales y artificiales de las alturas que servan para re-gar las tierras bajas de los valles

    29. Esto se puede apreciar en el mito de la pe-

    lea entre Huallallo y Pariacaca; en el cual el dios de los Yauyos vence al de los Yungas por el manejo del agua, llegando a formar una laguna en el lugar de la pelea

    30.

    El triunfo de Pariacaca, dio lugar a la expulsin del dios Huallallo, hacia la zona que se encuentra pasando la cordillera occidental de los Andes; a la zona de Jauja y Huancayo

    31. Adems el triunfo de Pariacaca dio lugar al establecimien-

    to del dominio de los Yungas, que en un origen remoto estuvieron en el sur del Per y como consecuencia del avance aymara llegaron por oleadas a estable-cerse en la sierra central, llegando as hasta la provincia de Huarochir

    32.

    Los Yauyos llegaron a establecerse en la regin de Tupe, en la sierra del valle de Caete, antes llamado Huarco; esto hacia finales del Horizonte Medio (ao 1000 d.C.)

    33. Los acontecimientos histricos de este lento desplazamiento

    pueden ubicarse aproximadamente entre los aos 1200 al 1300 d.C.34

    . Este pueblo era bsicamente guerrero y se dedicaba al pastoreo de llamas

    35.

    Este pueblo tuvo la necesidad de expandir sus dominios, ya que sus tierras de cultivo y pastoreo eran insuficientes. Los yauyos llegaron por oleadas derro-tando y desplazando paulatinamente el dominio de los yungas, al mando de hombres como Chucpayo, Chancharuna, Huariruma, Utcochuco, Tutayquiere, Sasenmale, Pachachuyro, etc., todos ellos considerados Hijos de Pariacaca

    36.

    Estos lderes establecieron a sus gentes primero en lo que se conoce como Anan-Yauyos, que corresponde a las partes altas de la provincia de Yauyos, para luego avanzar paulatinamente hacia el norte, siguiendo la cordillera, y ba-

    28

    Geertz 1973: 19. 29

    Rostworowski 1972, 1977 y 1978. 30

    Dvila 1966: 161. 31

    Esto etnogrficamente se prueba porque en la actualidad el Dios Huallallo Carhuincho

    es reconocido como el antiguo dios de los habitantes huancas. vila 1966, Dvila 1965

    y Taylor 1987. 32

    Hernndez Prncipe 1919 y 1923; Rostworowski 1972, 1977 y 1978; Gentile, 1976, 1977

    y 1981. 33

    Rostworowski, 1972, 77, 78; Dvila, 1965, vila 1966, Urioste 1983, Taylor 1987 y

    Salomon y Urioste 1991 34

    Bueno 1992: 50. 35

    Dvila 1965. 36

    Para el caso de Huarochir la importancia de las figuras mticas relacionadas por el pa-

    rentesco y las caractersticas del mismo, son explicadas con amplitud por Billie Jean Is-

    bell (1997) y Frank Salomon (1997).

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    jando hacia la costa por el valle del Rmac37

    .

    El avance de los yauyos planteaba ms que el desplazamiento de los yungas, el sometimiento de estos, a una minora de guerreros

    38, que se establecieron

    en las partes altas de la zona, controlando las fuentes de agua, dominando as la vida de los pobladores de los valles, los que para tener agua, tuvieron que someterse, dando un tributo a los yauyos.

    Las oleadas de yauyos a Chaclla y a Carampoma, fueron las que llegaron a dominar gran cantidad de tierras en diversas zonas, a lo largo del valle de San-ta Eulalia -antes llamado Chaclla- , llegando a tener terrenos en Carapongo, Pariachi, Huampan y Huachipa. Los Chaclla dominaron terrenos, en los valles de Lima y Chilln, como las zonas de Jicamarca

    39.

    Los mitos sobre estas invasiones nos dicen que la llegada de Pariacaca, signi-fic el fin de la poca de caos y oscuridad, en la cual:

    "... los hombres que vivan en aquellos tiempos no hacan otra cosa que guerrear y luchar entre s, y reconocan como sus curacas slo a los va-lientes y a los ricos. A estos llamamos los Purum Runa..."

    40.

    En los mitos sobre la invasin de los yauyos, se dice que los hijos de Pariacaca al ir avanzando por la tierra, iban implantando el culto a su padre, como una forma de su dominio. De acuerdo con el mito, los yungas olvidaron a su dios antiguo Huallallo, y empezaron a adorar a Pariacaca, ya que consideraban que era el que animaba todos los fenmenos naturales, pero fundamentalmente los habitantes de estas tierras le rendan culto por su poder sobre el agua

    41.

    El poder sobre el agua tena una explicacin divina para la poblacin de estas tierras, ya que como se observa en los mitos, el culto y los sacrificios a los dio-ses, tanto Huallallo y Pariacaca, eran asumidos por los pobladores como cues-tiones necesarias, para poder tener agua, elemento indispensable para vivir, no slo en esas pocas sino tambin en nuestros das, por eso que se ven an hoy en da ceremonias y ritos que tienen su origen en tiempos mticos, que estn relacionados con el uso y manejo del agua

    42.

    37

    vila 1966, Urioste 1983, Taylor 1987 y Salomon y Urioste 1991. 38

    Dvila 1965. 39

    Rostworowski 1972, 1977 y 1978. 40

    Taylor 1987: 85. Purum Runa, significa Hombre Guerrero, es decir poca de los

    hombres-guerreros; esta poca aparece nombrada en todos los mitos referentes a los

    orgenes de los pueblos andinos. Purum runa poques. Barbado salvaje sin ley ni Bey (Gonzlez Holgun 1989 [1608]: 297).

    41 vila 1966, Urioste 1983, Taylor 1987 y Salomon y Urioste 1991.

    42 Este es el caso de la fiesta tradicional que se celebra todos los aos llamada

    "Champera" o fiesta del agua. Celebrada de manera muy especial en las actuales

    Comunidades Campesinas de la cuenca alta del ro Santa Eulalia. En la comunidad de

    San Pedro de Casta esta fiesta, en pocas palabras, consiste en una ceremonia-ritual de

    limpieza de las acequias antes de la temporada de lluvias, a comienzos de octubre de

    cada ao.

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    Estas ceremonias y ritos cumplen funciones especficas en los vestigios de la religin andina, que se manifiesta tanto en la poca colonial como en la repu-blicana. Esta funcin constituye el ncleo de la accin religiosa que es el "ritual de la ofrenda y la invocacin"

    43. El culto y los sacrificios a Pariacaca nos refleja

    una nueva forma de sometimiento; ya que nos muestra una nueva forma de organizacin social, que como dice el mito era implantada por los hijos de este dios que eran los yauyos.

    Los sacrificios nos demuestran como se haca real el dominio, es decir como la poblacin sometida daba productos agrcolas y ganaderos, al nuevo dios, re-presentado en sus hijos los yauyos, con el fin de que el dios les diera lo que ms necesitaban, es decir el agua, elemento que era dado no por el dios, sino por sus hijos, que se haban apoderado de las zonas donde se encontraban las fuentes del preciado elemento.

    Este dominio econmico se puede apreciar en varias partes de los mitos reco-pilados en quechua por el padre Francisco de vila, que fueron traducidos por Jos Mara Arguedas y luego por George Urioste, Gerald Taylor, entre otros. En la parte sobre los triunfos de Pariacaca, se puede leer, como supuestamen-te el dios impone un tributo en coca, que ser dado a su hijo Chuquihuampo que se estableci en la localidad de Mama, hoy Ricardo Palma.

    El mito nos transcribe lo que supuestamente Pariacaca dijo:

    "... Toda la poblacin de estos valles te traer las primicias de sus cose-chas de coca antes que alguien la haya probado; slo cuando t la hayas probado, la gente podr mascar la coca de sus plantaciones; despus te sacrificarn una llama estril que nunca ha parido; t siem-pre comers primero las orejas cortadas de las llamas sacrificadas..."

    44.

    La llegada de los yauyos, en los mitos tambin nos muestra la derrota que in-fringen a la diosa llamada Manaamca que tena su santuario en la localidad de Mama. El mito nos dice que Pariacaca se enfrent a la diosa, mujer de Hua-llallo Carhuincho, logrando vencerla y expulsarla de la zona, dejando Pariacaca a uno de sus hijos llamado Chuquihuampo para que impida el regreso de la diosa

    45.

    Los mitos nos dicen tambin que Pariacaca estableci en el templo de Mama a su hermana y diosa llamada Chaupiamca

    46. Otro mito, nos dice que la diosa

    que habitaba en el templo de Mama, era la mujer del dios Pachacamac47

    . Es-tos mitos nos muestran, primero el desplazamiento de los dioses yungas, por los yauyos lo que significa al final de cuentas el avance de los yauyos sobre la zona de Mama, dominando a los yungas de la zona.

    43

    Rsing 1994: 195. 44

    Taylor 1987: 159. 45

    vila 1966, Urioste 1983, Taylor 1987 y Salomon y Urioste 1991. 46

    dem. 47

    Dvila 1966.

  • 14

    Los yauyos lograron extenderse desde las partes altas del valle de Caete has-ta las cuencas altas de los ros Rmac y Chaclla (hoy llamado Santa Eulalia). Esta expansin fue detenida por pueblos que mantuvieron guerras y pugnas constantes por territorios, hasta el tiempo en que se estableci el Rgimen Co-lonial. El avance de los yauyos fue limitado por pueblos como los Yungas cos-teos, en el occidente; los Chocorbos en el sur; los Huancas de Jauja y Tarma, en el oriente; y los Atavillos de Canta, en el norte

    48.

    Los yauyos se diferenciaron de estos pueblos tanto por sus costumbres religio-sas y por su lengua, no tanto por su organizacin econmica y social, ya que las estructuras del poder en estos pueblos y tambin en los yauyos, eran simi-lares, teniendo todos ellos una aristocracia con funciones muy delimitadas, b-sicamente encargados de organizar la produccin; y con la mayora de la po-blacin a su servicio, manteniendo a sus seores con sus excedentes producti-vos.

    La aristocracia de estos pueblos, tambin tuvo algo en comn, cuando fueron conquistados por los incas, todos fueron asimilados a la cultura de los domina-dos, llegando a adoptar el runa-shimi o quechua como idioma

    49.

    3.- La llegada de los incas

    Histricamente los Incas llegaron a la regin central de los Andes50

    (incluyendo las de Huanca, Yauyos, Pachacamc, Ichma, etc.) aproximadamente entre el 1460 y 1470, al mando operativo del hijo del Inca, el general Tupac Yupan-qui

    51. Cuando las tropas incaicas al mando del inca Pachacutec Inca Yupanqui,

    llegaron a las tierras de Huarochir, los jefes yauyos con gran habilidad, en lu-gar de resistir, se unieron y ms an les sirvieron en las guerras de expan-sin

    52. As fue como Marcahuisa, hijo de Pariacaca, ayud al Inca a conquistar

    a las comunidades de los amaya y los jihuaya53

    .

    El mito nos dice:

    "... que cuando Tupac Yupanqui seoreaba y haba ya conquistado to-dos los pases, descans varios aos con gran regocijo. Entonces algu-nas comunidades se sublevaron. Los alancurnarca, los colancomarca y los choquemarca no queran ser sbditos del inga..."

    54.

    Estos sublevados lograron difundir su causa, y aumentar su nmero, dando lu-

    48

    Dvila 1965: 155. 49

    dem. 50

    Sobre las caractersticas del Dominio Inca en la regin de Huarochir ver el trabajo de

    Waldemar Espinoza Soriano (1992). 51

    Bueno 1992: 50. 52

    Dvila 1965: 155. 53

    Taylor 1987: 285. 54

    Taylor 1987: 337.

  • 15

    gar a mantenerse en guerra contra los Incas durante unos doce aos, hasta que Tpac Inca Yupanqui convoc a los dioses, o como dice el mito, a los "huacas", de todas las comunidades.

    El dios Pachacamac arguy no poder hacer nada ya que su poder era hacer temblar la tierra y si lo haca contra los enemigos del Inca, se corra el riesgo de que tambin destruyera a todos. Ante esto Marcahuisa le dijo al Inca que l s derrotara a sus enemigos; cosa que realiz utilizando los poderes sobre las aguas.

    El mito nos dice que desde un cerro Marcahuisa:

    "... comenz, poco a poco, a caer en forma de lluvia. Los hombres de las comunidades rebeldes empezaron a organizarse preguntndose qu podra significar este fenmeno. Atacndoles con sus rayos, aument la lluvia y as cre quebradas por todas partes y arrastr a los miembros de todas estas comunidades con sus aguas torrenciales. Aniquil a los cu-racas principales y a los hombres valientes con sus rayos. Slo una par-te de la gente comn se salv. Si hubiera querido habra aniquilado a todos..."

    55.

    La Meseta de Marcahuasi. Entradas: 1. Kishka Kumo, 2. Portachuelo, 3. Kankausho, 4. Pitiki, 5. Kallkanin, 6. Shika

    56.

    55

    Taylor 1987: 345. 56

    Tello y Miranda 1923: 496.

  • 16

    Luego de esta hazaa el Inca en agradecimiento le ofreci varias cosas pero l slo acepto el "mullo" como alimento, y adems el dios Marcahuisa le dijo al Inca que slo quera que l se haga "huacsa", y que as celebrara su culto co-mo los yauyos, cosa que el soberano acept, y desde entonces:

    "... los incas tambin eran sus huacsas en Jauja donde bailaban tenin-dose en gran estima..."

    57.

    Los Incas en agradecimiento rindieron culto tambin a Pariacaca, ya que los poderes de Marcahuisa fueron concebidos por su padre Pariacaca

    58. Este par-

    te nos refleja como los yauyos sirvieron en los ejrcitos incaicos no slo duran-te el proceso de expansin, sino tambin como agentes de represin de otros pueblos, que como ellos eran dominadas por los Incas.

    Estos servicios, no fueron gratuitos, y en el caso preciso de los servicios de Marcahuisa, como recompensa se dice en el mito que el Inca le "otorg cin-cuenta yanas", a Pariacaca

    59. Aparte de estos servicios los yauyos tambin

    fueron enviados como mitimaes o mitmas, as como otros pueblos, a tareas de infraestructura en beneficio de sus dominadores, los cuzqueos. Esto se puede observar en la Relacin de Juan Santa Cruz Pachacuti, cuando nos dice que el Inca Pachactec Inca Yupanqui envi a trabajar a los dioses y huacas:

    Panorama de Marcahuasi60

    .

    57

    Taylor 1987: 349. 58

    Taylor 1987. 59

    Taylor 1987: 347. 60

    Tello y Miranda 1923

  • 17

    "... llamados Ayssavillca, Pariacaca, Chinchacocha, Vallallo, Chuquina-cra, y otros dos de los Caares... les manda que fuera al Cuzco trava-jar Sacssaguaman la fortaleza; y mas lo abia mandado, que despues en acabando la tara, les fueran hazer otra obra de miradores en la ori-lla de la mar de Pachacama Chincha, &, levantandoles de la misma la mar;..."

    61.

    La organizacin incaica en huarangas62

    .

    61

    Santa Cruz 1950: 239-240. 62

    Silva y Marcus 1988: 57.

  • 18

    Este mito nos dice que los dioses son enviados a trabajos, pero puesto que ellos no trabajan, los que acudieron a la construccin de Sacsayhuamn fueron los pueblos que les rendan culto. Todas estas tareas o servicios cumplidos en beneficio del Estado Imperial Inca, tuvieron para los yauyos excelentes recom-pensas. Estas fueron el otorgamiento de tierras tanto como para cultivo, como para pastoreo. Como las tierras dadas para el pastoreo en territorio de los Chocorbos, trabajadas por mitimaes

    63.

    Tambin, los incas otorgaron tierras para el cultivo de coca a los yauyos de Chaclla, en la localidad de Quivi, actual Santa Rosa de Quivi, cuando Tpac Inca Yupanqui aniquil a la poblacin masculina de Quivi

    64. As, como tambin

    el inca, permiti que tuvieran mitimaes en tierras de Jauja65

    .

    Estas tierras dadas a los yauyos, as como a otros pueblos, tienen la finalidad de incrementar la produccin, incrementando con ello el tributo en especie que se daba a los incas, los que al final de cuentas no hacan otra cosa que reor-ganizar la posesin de las tierras, enviando mitimaes a zonas donde escasea-ba la mano de obra. Este mecanismo era aceptado como conveniente por los seores de los pueblos sometidos, ya que ellos tambin se beneficiaban con una mayor productividad, porque de esta manera se incrementaban sus rentas, como seores locales

    66.

    Otra cosa importante durante estos aos fue que para un mejor ejercicio del dominio la administracin incaica dividi el territorio de Huarochir en siete gua-rangas: Checa, Langasica, Colcaruna, Quinti, Picoy y Yaucha, Chaucarima y Chaclla

    67.

    4.- La llegada de los cristianos

    Los repartimientos:

    En el ao de 1534 Francisco Pizarro desde la ciudad de Jauja, que se convirti en la primera capital del Per, reparti el territorio de los Yauyos, que se divida en Anan Yauyos en la parte Sur y Lorin

    68 Yauyos en la parte Norte, en cinco

    repartimientos asignndolos a otros tantos encomenderos que se encargaran,

    63

    Dvila 1965: 155. 64

    Rostworowski 1972 y Gentile 1976. 65

    Estas tierras de Jauja, pertenecieron a los yauyos de Chaclla hasta la poca colonial

    (Gentile 1976b). 66

    Sobre las formas de posesin de tierras de los Yauyos en Huarochir, as como de

    algunos aspectos de su estructura social tenemos el captulo 3 "La red desintegrante",

    del libro De Indio a Campesino de Karen Spalding (1974). Pero que se explican mejor y

    con muchos ms detalles en Spalding 1984. 67

    Silva y Marcus 1988: 57. 68

    En el presente trabajo usamos la palabra `Lorin', en lugar de `Hurin', siguiendo la

    transcripcin de Dvila Briceo, quien se basa en la variante lingstica propia del

    quechua de esa zona. Para un conocimiento del lenguaje, sus formas y significados, en

    cuanto al Manuscrito de Huarochir puede leerse la tesis de George Urioste (1973).

  • 19

    segn lo establecido, de civilizar y cristianizar a la poblacin conquistada.

    Esta poblacin mantuvo en ciertos lugares una resistencia a los espaoles, lo que dio lugar a que Francisco Pizarro mandar entradas al mando de los capi-tanes Hernando de Soto y Diego de Agero, en 1534

    69. Los repartimientos

    creados por Francisco Pizarro fueron y tuvieron como encomendero hasta 1586, a:

    1.- Mancos y Laraos, en el Anan Yauyos, que se encomend a Francisco de Herrera, y le sucedieron su mujer Mara Martel y con ella sus maridos Juan Ramiro, Garca de Len y Hernando Martel.

    2.- Atun Yauyos, en el Anan Yauyos, que se encomend a Hernando de Soto y a Hernn Ponce de Len para que juntos la administrasen, y le sucedie-ron Francisco de Chaves, su mujer Mara de Escobar que caso con Pedro Puertocarrero, los que dejaron esta encomienda a cambio de una en Cusco, sucedindoles en el cargo Jernimo de Loaysa quien luego fuera el primer Ar-zobispo de Lima, el que luego la dej a cargo de la corona.

    3.- Huarochir, en medio de la provincia, que se encomend primero a Garca de Saucedo que la cambi por la de Nazca, hacindose cargo Antonio Picado que fue muerto por Diego de Almagro `el Mozo', por lo que qued en el cargo su mujer Ana Jurez que se caso con Sebastin Snchez de Merlo, a quien le sucedi Beatriz Marroqun de Montehermoso y con ella su marido Die-go de Carvajal. "Este era el mayor repartimiento de los cinco desta provincia" (Ib.).

    4.- Mama, que tuvo como primer encomendero a un hermano de Garca de Saucedo que estuvo a cargo tambin del quinto y ltimo repartimiento de la provincia, el de Chaclla. Dej estos repartimientos por otro en Arequipa, hacindose cargo el Capitn Juan Fernndez a quien le sucedi su mujer Ana Cermeo y con ella su segundo marido Jernimo de Silva, al que le sucedi Mariana de Ribera y con ella su marido Juan de Mendoza.

    5.- Chacalla o Chaclla, en la parte ms septentrional de Lorin Yauyos, y tuvo como primer encomendero el antes mencionado hermano de Garca de Saucedo, a quien le sucedi Francisco de Ampuero y luego su hijo Martn de Ampuero

    70.

    Despus del gobierno de Dvila Briceo la provincia de Yauyos fue dividida; Anan Yauyos, a la que pertenecieron los repartimientos de Mangos y Laraos, y el de Atun Yauyos, los que se convirtieron en la Provincia o Corregimiento de Yauyos. Mientras que Lorin Yauyos a la que perteneca Huarochir, Mama y Chaclla, se convirti en el Corregimiento de Huarochir. Esta divisin dur todo el resto del dominio colonial y contina hasta nuestros das republicanos.

    69

    Dvila 1965: 157. 70

    Dvila 1965.

  • 20

    Mapa de la Provincia de Yauyos, que incluye los antiguos corregimientos de Huarochir y Yauyos de la poca colonial, siglos XVI y XVII

    71.

    En esta provincia al momento de la conquista de los espaoles, haban diez mil indios tributarios "que se entienden de cincuenta aos para abajo y de diez y ocho para arriba..."; pero para 1586 fecha de la "Descripcin y Relacin..." de Dvila Brizeo que se basa en la Visita General ordenada por el Virrey Toledo slo haban siete mil indios tributarios incluidos los mitimaes que estaban en los territorios de Chocorbo y Jauja

    72.

    La poblacin:

    Esta baja demogrfica es explicada en la descripcin de Dvila por los efectos de las Guerras Civiles entre espaoles ya que se sacaron muchos indios por ser estos "gente inclinada a la guerra" (Dvila 1965: 155-156), con el fin de ser enrolados en las respectivas fuerzas en contienda.

    Aparte de esto, este documento escrito por el Corregidor Dvila Briceo, no nos hace referencia a otra causa de la baja demogrfica que se registro, la que

    71

    Dvila Briceo 1965 (1586). 72

    Sobre la distribucin del tributo, la organizacin del mismo y los montos tributados,

    tenemos como trabajos referenciales los estudios pioneros de Mara Rostworowski

    (1977) y Margarita Gentile (1976a, 1976b y 1977); as como el ms reciente trabajo de

    Lorenzo Huertas (1992), que en conjunto nos presentan la dinmica del tributo indgena

    en los siglos XVI y XVII en Chaclla.

  • 21

    no es necesaria ante la evidente situacin de un "estado de guerra permanen-te", que nos parece suficiente para explicar la cada demogrfica comn a toda la zona conquistada desde los aos del establecimiento de los conquistadores, pasando por las guerras civiles y los levantamientos indgenas

    73.

    Para el caso especfico de la zona en estudio la cada demogrfica tambin tiene como causa importante la presencia del camino real entre la Ciudad de Los Reyes y el interior de los Andes, esto se explica:

    "...pues sobre los naturales de la zona debi de pesar una suerte de servidumbre pblica de hecho y de derecho. Esta servidumbre unida a las exacciones exigidas por el poder seorial residente bastaron para provocar la contraccin poblacional aludida, la que es necesario com-prender en todas sus manifestaciones concomitantes: fallecimientos por exceso de trabajo, migraciones a zonas de refugio (forasterismo), incre-mento de la morbilidad infantil y descenso de los nacimientos..."

    74.

    Para toda la provincia de Yauyos (incluyendo Anan, es decir el Yauyos colonial, y Lorin, la Huarochir colonial), se observ un proceso de despoblacin cons-tante con una tasa aproximada de 3:2 entre los aos 1525 a 1571, con una poblacin de unos 50.000 habitantes para 1525 y 35.000 para 1571

    75. La des-

    poblacin en la provincia de Huarochir, continu durante los aos posteriores, es as que para 1624 haban 15.241 habitantes, mientras que para 1754 slo haba 6.835

    76. Con lo que se puede decir que la reduccin de la poblacin se

    debi ms a la explotacin colonial que a los procesos de guerras de la con-quista y al contacto epidemiolgico consiguiente.

    Las lites:

    Al producirse la invasin de los espaoles la lite de la poblacin, integrada por los seores regionales yauyos buscaron repetir su poltica de alianzas que les resulto beneficiosa con los incas pero con los hispanos no consiguieron ningn xito similar.

    Pero por lo menos conservaron su prestigio y poder sobre la poblacin nativa, en la medida que se adaptaron a los nuevos mecanismos de dominacin. De hecho los curacas conservaron una fraccin mnima de su poder en la medida que llegaron a someterse y a servir a los espaoles, lo cual les permiti en De-recho conservar un estatus por encima del resto de la poblacin dominada, como por ejemplo: poder montar a caballo, no pagar tributo, tener sirvientes, que los indgenas de su jurisdiccin les paguen tributo, etc. Todo lo cual les es reconocido por la ley de los conquistadores.

    73

    Para una mejor explicacin histrica de la cada demogrfica durante los aos de la

    Conquista tenemos el importante captulo I del libro de Carlos Sempat Assadouriam

    Transiciones hacia el Sistema Colonial Andino (1994). 74

    Lazo 1992: 42 43. 75

    Smith 1967-68: 78. 76

    Kubler 1946: 338.

  • 22

    Esta ley de los conquistadores, que reconoca derecho a los que se sometan, tambin impona una serie de mecanismos y disposiciones para la eliminacin de aquello que no le convena a sus fines de dominacin.

    Las doctrinas de Huarochir:

    Para la consecucin de los fines de dominacin a todo nivel se hizo imprescin-dible la unidad de los intereses entre el poder temporal y el poder eclesistico, puesto que se asuman como banderas polticas de la conquista y la coloniza-cin, el proceso de civilizacin y cristianizacin de la poblacin indgena.

    La manifestacin del poder eclesistico en la zona en estudio se enmarc en el llamado proceso de Evangelizacin, por el cual se organizaron los mecanismos institucionales de las Doctrinas o Parroquias Rurales, que necesariamente iban unidas a la constitucin de las Reducciones o Pueblos de Indgenas, donde se instalaron las cedes parroquiales

    77.

    Las Doctrinas o `beneficios' de la entonces provincia de Huarochir, en el ao de 1586

    78 eran:

    1.- En el Repartimiento de Mancos y Laraos que tena siete pueblos, haban tres y media, la cual comparta con indios de Atun Yauyos;

    2.- En el Repartimiento de Atun Yauyos que tena once pueblos, haban tres;

    3.- En el Repartimiento de Huarochir, que contaba con siete pueblos, tena cuatro curatos.

    4.- El Repartimiento de Mama, que contaba con cinco pueblos, tena tres doctrinas;

    5.- En el caso especfico del Repartimiento de Chaclla, que contaba con cinco pueblos, segn la "Breve Relacin..." del Corregidor de la provin-cia, Dvila Briceo de 1586, tena dos doctrinas y media, la ltima que comparta con unos indios de Mama.

    Las doctrinas o curatos o beneficios, del Repartimiento de Chaclla, fueron:

    La primera doctrina abarcaba el pueblo de Santiago de Carampoma;

    La segunda doctrina abarcada los pueblos de San Francisco de Chaclla, San Pedro de Casta y el de San Jernimo de Puna;

    La tercera doctrina uni el pueblo de Santa Olalla de Caiao, (de Chaclla) con los de Santa Ins de Chechima y San pedro de Mama del Reparti-miento de Mama.

    77

    Carceln 1994. 78

    De acuerdo a la "Breve Relacin..." de Dvila Briceo.

  • 23

    Esta divisin de las doctrinas de los cinco Repartimientos de Huarochir, sigui el criterio sealado por el Virrey Toledo en su Provisin de 1573, en la cual se observa con claridad la unidad existente entre la creacin de las doctrinas y las reducciones; se seala:

    ... que los dichos yndios sean rreducidos donde sea compatible el po-der tener doctrina por un sacerdote hasta quatrocientos o quinientos yn-dios tributarios en un lugar y es posible o quando no lo fuere por no te-ner tierras para todos en dos o tres lugares en torno o comarca de una legua o dos como no aya ympedimento de poder yr el dicho sacerdote a administralles los sacramentos y a dalles la doctrina..."

    79.

    Consideraciones finales

    Este breve repaso por los mitos y la historia de Huarochir, nos permite sealar que las tradiciones y costumbres reflejadas en los relatos recogidos por los ex-tirpadores de idolatras nos muestran los mecanismos de organizacin y los elementos de identidad cultural de los pueblos ubicados en la zona. Mecanis-mos y elementos que permitieron la sobrevivencia de muchas de las tradicio-nes y costumbres a pesar de la llegada de los invasores ibricos, la conse-cuente imposicin de una nueva organizacin poltica y sus sistemticos inten-tos de destruccin a lo largo de los aos coloniales.

    79

    A.A.L., Sec. Papeles Importantes, Leg. 7, fol. 4v. Tambin es citado por Gentille 1976a:

    28.

  • 24

    Derrotero de Visitas Pastorales en la Provincia de Huarochir80

    .

    80

    A.A.L., Visitas, Legajo 25: expediente VII, folio 1.

  • 25

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