7. Giddens - Método Sociológico en Durkheim

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  • 7/24/2019 7. Giddens - Mtodo Sociolgico en Durkheim

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    C P TULO VI

    SU CONCEPCI )N DEL MTODO

    SOCIOLGICO

    Las nociones que Durkheim trat en La divisin del t ra ba jo

    constituyen los fundamentos de su sociologa, y la mayor parte

    de sus escritos posteriores viene a ser una serie de elaboracio-

    nes de los temas emprendidos originariamente en aquella obra.

    Esto se ve en forma clarsima en sus dos publicaciones ms

    importantes antes del cambio de siglo. Las reg las del mtodo

    so ciol gic o 1895) y E l s ui ci dio 1897). En Las reg las Durkheim

    explica los' presupuestos metodolgicos que ya aplic en La

    divisin del t ra ba jo . Y el teme del suicidio, si bien parece a

    primera vista totalmente distinto del de La div isin del traba jo,

    se entrelaza estrechamente con ste, tanto dentro del contexto

    del pensamiento del mismo Durkheim como dentro del marco

    ms amplio de los escritos del siglo XI X robre cuestiones de

    tica social. Desde fines del siglo

    XVIIl,

    diversos escritores se

    sirvieron del estudio del suicidio como de un problema especi-

    fico en cuyos terminas podan analizarse aspectos morales ms

    amplios, El anlisis que hace

    Dur kheim

    en El sui cidi o

    se

    basa

    en los trabajos de estos autores, pero toma tambin como pun-

    to de partida algunas de las conclusiones generales que esta-

    bleci en La divisin del trabajo y que afectan al orden mo-

    ral de di stint as formas de sociedad.

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    EL PROBLEM A DEL SUIC ID IO

    Durkheim empez a interesarse por el suicidio, y a familia-

    rizarse con prolija literatura ya existente sobre el tema, bas-

    tante antes de,1897. En 1888 ya escribe: es bien cierto que

    un aumento potable de suicidios siempre test ifica un serio tras-

    torno de las condiciones orgnicas de la sociedad.' Quiz

    1 0

    ms fundamental que intenta Durkheim en El suicidio es de-

    mostrar con documentos, por medio del anlisis minucioso de

    un fenmeno concreto, la naturaleza de esta laguna en las sa-

    ciedades contemporneas. Pero a ste debe aadirse un objet ivo

    merodolgico: la apl icacin del mtodo, sociolgico a la expli-

    cacin de lo que a primera vista parecera un fenmeno comple-

    tamente individual.

    Durkheim adopta un punto de vista bsico, propuesto por

    numerosos escritores que anteriormente t rataron del suicidio,

    segn el cual debe trazarse una estricta separacin analtica

    entre la explicacin de la distribucin de los

    ndices

    de suicidio,

    y

    la etiologa de sus casos individuales. Los estadsticos del

    siglo

    XIX

    pusieron previamente de manifiesto que el ndice de

    suicidio de una sociedad se distribuye en forma estable ao por

    ao, intercalada con fluctuaciones per idicas que se pueden pre-

    cisar. Llegaron a la conclusin de que los modelos de ndices de

    suicidio tienen que depender de fenmenos de tipo geogrfico,

    biolgico o social, distr ibuidos de manera es table. En El sui-

    cidio Durkhei rn estudia con cierto detal le los dos primeros t ipos,

    y los descarta como posibles explicaciones de la distribucin de

    los ndices de suicidio. Por consiguiente, tenemos que ijarnos

    en el tercer tipo de factor, el social, para explicar los modelos

    de ndices de suicidio.

    La distribucin del suicidio en los pases de Europa occi-

    dental muestra una estrecha relacin entre ndices de suicidio y

    1. .Sulcide et natal

    t,

    tude de stat tst que morales, p, 447.

    2,

    Prcttcamente todas

    las

    relaciones estsdtsttcaa entre el lIuicld.lo y

    109 fenmenos sociales que usa Durkheim en El 8UW1dio hablan aldo

    eatablecdaa por 108 autores precedentes. Vase mi articulo. cThe sutcde

    problem in French 8ociology~. Bri ll8n Journal 01 BocioloJlll. vol. 16.

    1966, pp. 3-18, .

    3. ES, pp,

    51,

    152

    adscripcin religiosa: los ndices de suicidio en los pases p[~-

    dominantemente catlicos son ms bajos que en los pases prin-

    cipalmente protestantes. Es ta diferencia constante en las cuotas

    de suicidio no puede explicarse por referencia al distinto grado

    en que los dos credos condenan el suicidio; ambos desde lue-

    go lo prohiben con el mismo rigor. La explicacin debe buscar-

    se en diferencias enraizadas ms genricamente en la organiza-

    cin social de las dos Iglesias. La disparidad ms obvia entre

    las dos consiste, segn Durkheim, en que el protestantismo se

    funda en la promocin de un espritu de libreexamen. La Igle-

    sia catlica se constituye alrededor de la jerarqua tradicional

    del sacerdocio, cuya autoridad obliga en materia de dogma re-

    ligioso; e protestante, en cambio, se encuentra a solas con

    Dios: lo mismo que los fieles, el ministro no dispone de otra

    fuente que l mismo, y su conciencia. En expresin de Dur-

    kheim, e protestantismo es una Iglesia con una integracin

    menos firme que e catolicismo,

    De esto puede sacarse como consecuencia que, para expliclf

    el efecto preventivo de catolicismo, no se necesi ta recurr 1

    a nada especicamente inseparable de la religin como tal. En

    otras palabras, que el grado de integracin en los dems aspectos

    de la sociedad se relaciona con las cuotas de suicidio de una

    manera semejante. Durkheim descubre que sta es la realidad.

    Los individuos solteros muestran en general cuotas de suicidio

    m s

    elevadas que las personas casadas de la misma o semejan-

    te edad; y hay una relacin inversa entre el suicidio y las pro-

    porciones del grupo familiar: a mayor nmero de hijos, cuota

    de suicidio ms baja. Esto est en la misma lnea que la relacin

    entre suicidio y adscripcin religiosa, y nos ofrece

    a

    este nivel

    una medida de la relacin entre suicidio y grado de integracin r

    de la est ructura famil iar. Puede demostrarse una relacin simi-

    lar entre ndice de suicidios y grado de integracin social en

    atto contexto institucional completamente distinto. El ndice

    de suicidios disminuye en tiempo de crisis poltica nacional

    y'

    en tiempo de guerra, y en este ltimo caso, no slo entre los

    que han sido movilizados, sino tambin en medio de la pobla-

    4. ES, p.

    119.

    Durkheim reconoce

    que

    el anglicanismo constituye

    una excepcin parcial de esto: pero Inglaterra tiene un Indlce Infer ior

    5

    1

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    cion civil de ambos sexos. La razn est en que las CrlSIS po

    lricas y las guerras, al estimular un nivel elevado de compro-

    miso dentro de un conjunto determinado de acontecimientos

    al menos por un tiempo producen una integracin ms fuerte

    de la sociedad.

    Hay, por tanto, una relacin entre integracin social y sui-

    cidio, que se mantiene constante, prescindiendo del sector ins-

    .ti tucional de la sociedad que se analice en concreto. Se estable-

    ce la siguiente proposicin: el suicidio vara en razn inversa

    del grado de integracin de los grupos sociales de que forma

    parte el individuo. As este tipo de suicidio puede llamarse

    egos ta, y es consecuencia de un estado de cosas donde el

    yo individual se afirma con exceso frente al yo social y a expen-

    sas de este ltimo [ ... ]

    .8

    El suicidio egosta es particula r-

    mente caracterstico de las sociedades contemporneas, pero

    no es el nico tipo de suicidio que se encuentra en ellas. Un

    segundo tipo de suicidio dimana del fenmeno que Durkheim

    trata

    Cal

    cierta extensin en

    La divisin del trabajo:

    la situa-

    cin anmica de falta de normativas morales que caracteriza a

    las relaciones econmicas. Indice de esto es la correlacin que

    puede demostrarse entre CUOtllSde suicidio y estructura profe-

    sional. Durkheim indica que las cuotas de suicidio son ms

    elevadas en las personas que trabajan en industria y comercio

    que en las que trabajan en agricultura. Ms an, dentro de las

    profesiones no agrcolas las cuotas de suicidio se relacionan in:

    versamente con el nivel socioeconmico: son ms bajas entre

    los pobres habituales,

    y

    ms elevadas entre los acomodados y

    los quc ejercen profesiones liberales. Esto se debe a que la po-

    breza es en s misma una fuente de cohibicin moral; las pro-

    [esiones de un nivel superior son precisamente las que ms -se

    h.i n liberado de una reglamentacin moral permanente. La re-

    lacin entre anoma y suicidio puede demostrarse tambin con

    referencia a otro jenmeno que trata Durkheim en La divisin

    del trabu] o como resultado de la situacin anmica de la indus-

    tria: b incidencia de crisis econmicas. En tiempos de depre-

    5. En

    ninguno

    de estos casos. segun

    Durkheim. puede atrtbu

    rsr- el

    Jl'srl'nso de lOS tnd ces de suicidio a una docunu-ut actn olldu.l ,1, ~tli-

    ,Iio rns imprecisa en tiempos df' guerra (ES, 1'1'. JG~I(;ll.

    6. ES,

    p.

    16-1; LS,

    p.

    ~ZZ.

    7.

    ES,

    p. 16-1;

    LB,

    P. ~~3.

    .\ - ;S, fJ 1'. J (;1 .;,: {,:-'., 1 : ~ ~ : \

    l 1

    - -

    s i n econmica, las cuotas de suicidio muestran un notable in-

    cremento. Esto no se puede explicar simplemente por la pri-

    vacin econmica que implican, puesto que en tiempos de

    notable prosperidad econmica las cuotas de suicidio aumentan

    en un grado equivalente. Ambas fluctuacioncs, ascendente y

    descendente, del ciclo econmico, coinciden precisamente en el

    hecho de producir una desintegracin del modo habitual de

    vida. Entran en un estado de tensin las expectativas ordina-

    rias de los que experimentan un sbito descenso o una sbita

    elevacin de sus circunstancias econmicas. De dIo se sigue

    una situacin anrnica, de falta de normativas mornles ,

    Por tanto, la anoma,

    1 0

    mismo que el egosmo, es un fac-

    tor regular y especfico de suicidios en nuestras sociedades rno-

    demas; es una de las fuentes donde se alimenta su contingente

    anua].

    El estudio que hace Durkheim de las diferencias entre

    suicidio egosta y suicidio anmico no dcja de tener alguna am-

    bigedad, lo cual ha sido motivo para que algunos comenta-

    ristas supongan que los dos tipos de suicidio, partiendo de lo

    esencial del anlisis de Durkheim, no pueden en realidad dis-

    tinguirse en forma significativa.

    lo

    Pero tal posicin es difcil de

    mantener si se lee atentamente la descripcin de Durkheim,

    lcniendo presente la perspectiva ms amplia de

    La

    divisin del

    trabajo. Vincula claramente el suicidio egosta al crecimiento

    del culto al individuo en las sociedades con temporncas. El

    protesta.ntismo es el precursor religioso y la fuente primaria del

    individualismo moral moderno, el cual se ha secularizado corn-

    plewmente en los dems campos de la vida

    social.

    El suicidio

    egosta es, pues, un vstago del culto a la persona. Donde

    el hombre es un Dios para el hombre, es inevitab~e cierto

    crecimiento del egosmo: el individualismo, sin duda, no es

    Ilecesariamente el egosmo, pero se le acerca. No se puede es-

    I

    irnular al uno sin extender ms el otro. As se produce el sui-

    lidio egosta .'2 El suicidio anmico, por 01 ra parte, procede

    ~I, };,~, p.

    2(H;,

    LS, p.

    288

    Para un desarrollo

    de estas id

    ca s.

    co

    ns i-

    ,I,'rl\df\,'~ en J (' H.('ln con la

    t

    eo, psicolgica, v?'ase m ar u culo eA t yno-

    lo ',\.' \\r

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    A'j chive. eUl';,'~?nnes de

    S()Cojo J~e,

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    156

    15 7

    .1< -

    la

    fa lt,\

    de reglamentacin moral particularmente

    caracteris-

    rica de importantes sectores de la industria moderna. En la

    medida en que la anorna es, segn Durkheim, un fenmeno

    patolgico, el suicidio anmico es tambin patoigico y, por

    tanto, no es una caracterstica ineludible de las sociedades con-

    rernporaneas. Sin embargo el suicidio egosta y el anmico

    estn estrechamente relacionados entre s, especialmente al nivel

    de suicidio individual. Hasta es casi inevitable que el egosta

    tenga cierta aptitud para el desorden; porque, corno se ha se-

    parado de la sociedad, sta no ejerce sobre l el suficiente do-

    minio para irnponerle reglas. 14

    En las sociedades t radicionales el suicidio adquiere una

    forma distinta de los tipos egosta y

    anmico.

    Esto se puede

    estudiar siguiendo las caractersticas de su organizacin social,

    especificadas en La divisin del trabajo, por las cuales difieren

    de la forma moderna de sociedad. En una clase de suicidio, que

    se da en sociedades tradicionales, es un deber del individuo,

    situado en ciertas ci rcunstancias, matarse a s mismo. Una per-

    sona se mata a s misma porque tiene obligacin de hacerla.

    ste es el suicidio alt ruista obl igatorio. Hay otras clases de

    suicidio altruista que no implican una obligacin determinada,

    pero en ellas el suicidio est asociado al estmulo de deterrni-

    nades-cdigos de honor y de prestigio (suicidio altruista op-

    cional -factlltatif-). Ambos gneros de suicidio altruista

    se apoyan en la existencia de una intensa conscience collec-

    tiue,

    que domina las acciones de los individuos hasta el punto

    de sacrificar su vida en aras de un valor colectivo.

    Es la constitucin moral de la sociedad la que fija en cada instante

    el contingente de muertes voluntarias. Existe, por tanto, para cada pue-

    blo una fuerza colectiva, de determinada energa, que impulsa a los

    hombres a matarse. Los' movimientos que el paciente ejecuta Y que, en

    el pr imer momento, parecen expresar tan slo su temperamento perso-

    nal, son, en realidad, la continuacin y la prolongacin de un estadu

    social que manifiestan exteriormente.l~

    EXTERIORIDAD y COERCIN

    Esto no significa, aade Durkheim seguidamente, que la

    psicologa no tenga nada que decir en la explicacin del sui-

    cidio: la aportacin propia del psiclogo es el estudio de los

    motivos y circunstancias particulares que movieron a individuos

    concretos, cuando se encontraron en las circunstancias sociales

    que venan al caso (por ejemplo, en una situacin de anoma ),

    a cometer suicidio. Si bien expone en forma particularmente

    sistemtica los aspectos merodolgicos en Las reglas del m-

    todo sociolgico, Durkheim considera que el enfoque ofrecido

    en esta ltima obra arranca directamente de los importantes

    estudios representados por La divisin del trabajo y El suicidio.

    El mtodo que acabamos de describir no es ms que un re-

    sumen de nuestra prctica. 111

    La necesidad de clarificar la naturaleza del objeto de la

    sociologa y de delimitar su campo de investigacin es uno de

    los principales temas de Las reglas. Durkheim pone de' relieve

    repetidas veces que la sociologa sigue siendo en gran parte una

    disciplina filosfica, compuesta de un sur tido heterogneo de

    generalizaciones que se apoyan ms en la deduccin lgica a

    partir de unos preceptos a priori que en un estudio emprico

    sistemtico. La sociologa, advierte Durkheim al principio de

    El suicidio, no ha salido an de la etapa de las construcciones

    y de las sntesis filosficas. En lugar de imponerse la tarea de

    arrojar luz sobre una porcin rest ringida del campo social, busca

    preferentemente las bril lantes general idades] ...

    J

    .17 Tal dis-

    ciplina se interesa evidentemente de algn modo por el estudio

    del hombre en sociedad, pero la categora de lo social se usa

    a menudo de una manera muy vaga. Cules son las caracte-

    Las ideas expuestas en El suicidio constituyen un testimo-

    nio especialmente elocuente de la fecundidad de la concepcin

    que tiene Durkheim del mtodo sociolgico. l mismo expresa

    el punto de vista fundarnenta] subyacente en dicha obra sobre

    el suicidio:

    13. Durkhelm sostiene que cierto nlvl m nirno de anomla es un

    elemento necesar-Io en sociedades empeadas en un cambio progresivo.

    Toda moralidad dE avance

    y

    progreso presupone, por tanto. cierro gra-

    do de anomla . ES, p. 293; LS, p. 417.

    14. ES,

    p. 231;

    LS,

    p. 325.

    15. ES, p. 24l.

    16. La soctooxte en France au XIX' sicle . Revue bleue, vol. 13.

    1900. p. &19. Durkheim tambin dice en Las ,coIM Que el mtodo Que

    8111expone

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    -

    Lo que se juzga inadmisible en relacin con los hechos sociales, se

    admite libremente en los dems dominios de la naturaleza. Donde se com-

    binan algunos elementos, y por el hecho de su combinacin producen

    nuevos fenmenos, es evidente que estos nuevos fenmenos residen, no

    en los elementos originales sino en el todo formado por su unin. La

    clula viva no cont iene nada ms que partculas minerales, lo mismo que

    la sociedad slo contiene individuos; y sin embargo, es completamente

    imposible, sin duda alguna, que los fenmenos carac tersticos de la vida

    residan en tomos de

    hidrgeno,

    oxgenos, carbono

    y

    nitrgeno [ ... ].

    Apliquemos este principio a la sociologa. Si, como se reconoce, esta sn

    tesis' sui ge neris que constituye la sociedad produce fenmenos nuevos,

    diferentes de los que hay en las conciencias solitarias, es preciso admitir

    que estos hechos especificas residen en la sociedad misma que los produce

    y no en sus partes, es decir, en sus miembros.

    I

    IISIi,.I';

    especficas 'de la clase de fenmenos que se pueden aco-

    1.11' Cl\IIlO sociales, y con ello deslindarse de otras categoras

    lOIIl(\ LIS biolgicas y psicolgicas? 18

    El intento de Durkheim de definir la especificidad de lo

    social se basa en

    lOS

    famosos criterios de exterioridad. y

    co ercin

    contraintc).

    A pesar de las diferentes interpretacio-

    nes que se han hecho del razonamiento de Durkheirn en este

    punto, aqu puede dilucidarse sin dificultades lo esencial de su

    posicin. Los hechos sociales son externos) al individuo en

    dos sentidos conexos. En primer lugar, todo hombre nace den-

    tro de una sociedad en marcha que ya tiene una organizacin o

    estructura determinada,

    1 0

    cual condiciona su propia persona-

    lidad: hablando de las creencias y prcticas religiosas, el fiel

    las ha encontrado hechas por completo al nacer; si existan

    an tes que l, es claro que existen fuera de l .19 En segundo

    lugar, los hechos sociales son externos al individuo en el

    sentido en que cualquier individuo es slo un elemento den-

    tro de la totalidad de relaciones que constituyen una sociedad.

    Ningn individuo singular crea estas relaciones, sino que se

    componen de mltiples interacciones entre individuos. El sis-

    tema de signos de que me sirvo para expresar mi pensamiento,

    el sistema de moneda que empleo para pagar mis deudas, los

    instrumentos de crdito que utilizo en mis relaciones comer-

    ciales, las prcticas seguidas en mi profesin, etc., funcionan

    independientemente del uso que yo hago de todo ello.

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    racin) . Durkheim advirt i posteriormente que en este punto,

    y con razn, haba sido 1001 comprendido:

    , l e - (()[1\'Cr irseen padre de una criatura mediante ei acto de la

    proc reacin.

    Pero la paternidad es tambin un fenmeno social:

    por costumbre o por ley, un padre viene obligado a actuar de

    una manera determinada en los distintos aspectos de su rela-

    cin con su prole (y, naturalmente, tambin los dems miem-

    bros de su. familia). Estos modos de accin no los crea- el in-

    dividuo correspondiente, sino que forman parte de un sistema

    de deberes morales en cuya red l est cogido junto con los

    Jems hombres. Si bien un individuo puede burlar estas obli-

    gaciones, al hacerla percibe la fuerza de stas, con lo cual se

    confirma su carcter coercitivo: Aunque, en realidad, puedo

    liberarrne de estas reglas y violarlas con xito, estoy obligado

    ineludiblemente a luchar contra ellas para conseguirlo. Aunque

    al fin son vencidas, hacen sentir su poderosa coaccin por la

    resistencia que ellas oponen. 2~ Esto, naturalmente, es ms pal-

    pable en el caso de las obligaciones jurdicas, que estn san-

    cionadas por todo un aparato de rganos coercitivos: polica,

    tribunales, etc. Pero existen tambin otros muchos tipos de

    sancin que refuerzan la adhesin a obligaciones no expresadas

    en el derecho.

    Durkheim, con todo, repite frecuentemente que la confor-

    midad a las obligaciones raras veces se apoya en. el miedo a las

    sanciones que se aplican contra su infraccin. En la mayora de

    las circunstancias los individuos aceptan la legimitidad de la

    obligac in, y de este modo no perciben conscientemente su

    carcter coercitivo: cuando yo estoy completamente de acuer=

    do con estos tipos de conducta o de pensamiento, esta coaccin

    no se hace sentir, o lo hace levemente, y por ello es innecesa-

    ria. Pero no .de]a de ser una caracterstica intrnseca de estos

    hechos, y la prueba es que ella se afirma desde el momento en

    que intento resist ir. El nfasis de Durkheim sobre la impor-

    tancia de la coercin se dirige evidentemente en primer lugar

    contra el utilitarismo. Pero la obligacin moral siempre tiene

    dos aspectos. El segundo es la aceptacin de un ideal que est

    en la base de la obligacin (por parcial que pueda ser su acep-

    Porque hemos hecho de la coercin el

    s i gno ex ter io r

    en el que pue-

    den reconocerse ms fcilmente los hechos sociales y disflguirse de los

    hechos de la psicologa individual, se ha credo que, para nosotros, la

    coercin f si ca era lo esencia l de la v ida socia l. En realidad, j ams hemos

    visto en ella ms que la expresin material

    y

    aparente de un hecho in-

    terior y profundo que, l s , es absolutamente ideal: es la

    a ut or id ad mo -

    rlll.~

    LA LGICA DE LA GENERALIZACIN EXPLICATIVA

    En el prlogo a la segunda edicin de Las reglas, Durkheim

    responde a objeciones que se hicieron l la que vino a ser la ms

    clebre proposicin contenida en el l ibro:

    considerar los hechos

    sociales como cosas.

    Es evidente que se trata de un pos-

    tulado ms metodolgico que ontolgico, y t iene que enten-

    derse dentro de la concepcin que Durkheim tom de Compre

    sobre el modo de desarrollarse la ciencia. Todas las ciencias,

    antes de aparecer como disciplinas conceptuallllente precis~s y

    empricamente rigurosas, son conjuntos de nociones rudimen-

    tarias

    y

    sumamente generalizadas, fundadas al principio en la

    rel ig in: El pensamiento y la reflexin son anteriores a la

    ciencia, la cual no hace ms que usados metdicamente. Pero

    estas nociones nunca son puestas a prueba sistemt icamente;

    los hechos no intervienen ms que de un modo secundario, en

    calidad de ejemplos o de pruebas confirmatorias.29 La intro-

    duccin del mtodo emprico, y no slo el debate conceptual,

    rompen este estadio precientfico. Esto es quizs an ms im-

    portante en las ciencias sociales que en las naturales, puesto

    que en las ciencias sociales el objeto pertenece a la misma acti-

    vidad humana, y por tanto es natural que haya una fuerte ten-

    dencia a tratar los fenmenos sociales o bien corno si no tuvieran

    realidad consistente (como puras creaciones de la voluntad in-

    dividual) o bien, por el contrario, como si ya fueran completa-

    25. RM, p. 35. Al apucar este criterio. Durkheim traalada lo que

    Weber denomine. eusos ,-comportamlento habitual, pero que lal normas

    no perdonan nI condenan- al limite de la aocotogta, llegando as en

    realidad a una conclusin bastante semejante a la de Weber. et. ms

    nde lante, pp. 255-266.

    ~6.

    RM,

    p. 34;

    RMS,

    p. 4.

    27. FR, p. 246, nota 6: FE, p. 200 (nota al pie de pgtna). Ct. Ray-

    mond Aron:

    Ma\n

    C,.rrentn ,n

    Sociolog\cal Thou.Qht,

    Londrea. 1967. vol. 2.

    pp. 63-4.

    28. RM,

    p. 43 .

    29. RM, p. 44.

    160

    161

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  • 7/24/2019 7. Giddens - Mtodo Sociolgico en Durkheim

    7/10

    mente conocidas: as palabras como democracia, cornunis-

    mo, erc., se usan libremente como si designaran hechos cono-

    cidos con precisin, cuando la verdad es que no revelan en

    nosotros ms que nociones confusas, mezclas indistintas de im-

    presiones vagas, de+prejuicios y de pasiones; Para prevenir-

    se contra estas tendencias avanz la proposicin de que los

    hechos sociales deben tratarse como cosas. De modo que

    Durkheim asimila los hechos sociales al mundo de la realidad

    natural slo en la medida en que, como los objetos de la na-

    turaleza, sus propiedades no pueden conocerse inmediatamen-

    te por intuicin directa y la voluntad humana individual no

    las puede modelar a su gusto. En efecto, se reconoce princi-

    palmente una cosa por el signo de que no puede ser modi-

    ficada por un simple decreto de la voluntad. No es que sea

    refractaria a toda modificacin. Pero, para producir un cam-

    bio en ella, no basta con quererlo ( ... ]. Ahora bien, hemos

    visto que los hechos sociales t ienen esta propiedad. 81

    Para mantener el principio de objetividad, de tratar los

    hechos sociales como cosas, se requiere un riguroso desapego

    por parte del investigador de la realidad social. Eso no quie-

    re decir que su enfoque de un campo determinado de estudio

    deba realizarse absolutamente sin ninguna idea previa, sino

    ms bien que debe adoptar una actitud emocionalmente- neu-

    tral con relacin a lo que se propone inves tigar

    3~

    Esto, a su vez,

    depende de la fijacin de conceptos formulados con precisin,

    que eviten la terminologa confusa y variable del pensamiento

    popular . Es evidente, de todos modos, que al comienzo de la

    investigacin dispondremos probablemente de pocos conoci-

    mientos deducidos sistemticamente del fenmeno en cuestin:

    de modo que tenemos que proceder mediante una conceptua-

    lizacin de nuestro objeto sirvindonos de aquellas propedades

    que sean bastante exteriores para ser visibles inrnediatarnen-

    te,33 En

    La divisin del

    trabajo ,

    por ejempo, Durkheim pre-

    tende delimitar lo que constituye delito o crimen mediante

    la caracterstica externa de la existencia de sanciones purll-

    tivas; delito es cualquier accin que evoca castigo. Pero esto

    es un medio para elabor..ar un concepto ms satisbctorio de de-

    lito: un acto qlle infringe los sentimientos y crecncias que tiene

    la colectividad como tal. Puede criticarsc este enfoque en el

    sentido de que da demasiada importancia a los atributos super-

    ficiales del fenmeno a expenS4S de sus caractersticas profun

    das ms fundamentales. Durkhcim responde a esta crtica afir-

    mando que la definicin basada en cal;1.ctrrsticas externas

    no' es ms que 011 tratawi.ento preliminar, puesto con el fin

    de establecer contacto con las cosas .~5 Tal concepto, ai per-

    mitir que se empiece por fenmenos observables, ofrece una

    entre a UDcampo de investigacin.

    Las observaciones de Durkheim sobre la lgica de la ex-

    plicacin y la demostracin en sociologa estn estrechamente

    vinculadas con su anlisis de las caractersticas principales de

    los hechos sociales. La explicacin de los 'fenmenos sociales

    puede hacerse de una manera funcional

    y

    de una manera his-

    trica. El anlis is funcional de un fenmeno social si.gnifica es-

    tablecer la correspondencia entre el hecho que se considera

    y

    las necesidades generales del organismo social,

    y

    en qu con-

    siste esta correspondenci [ ...

    ].

    d~l1ncn debe distinguirse

    de finalidsd u objetivo psicolgico, (,porque los Ienrne-

    DOS sociales no existen genemlmente con miras a los resulta-

    dos tiles que ellos producen

    30

    Las motivaciones o senti-

    mientos que llevan a los individuos a participar en las activi-

    dades sociales no son exactamente iguales a las funciones de

    dichas actividades. La sociedad no es un simple agregado de

    motivaciones individuales, sino una realidad especfica que tie-

    ne sus propias caracterlsticas. Se sigue, por tanto, que tales

    motivaciones no puedp.n explicar los hechos sociales.

    El haber descubierto la funcin social no nos explica, segn

    Durkheim, el porqu de la existencia del fenmeno social

    cJrrespondiente. Las causas que producen un hecho social se

    pueden distinguir. de la funcin que ste tiene en la sociedad.

    Cualquier intento de ~uponer una conclusin explicativa entre

    Iunrin y causa, indica Durkheim, conduce a una explicacin

    30.

    RM,

    p. 49.

    31. RM, p. 54.

    32. Durkhelm advert e que eu n excesivo desapego en relacin con

    las propostconea que se quIeren poner a prueba llene el serio Inconvc-

    nIente de impedir la continuidad de esfueraos y reftexlone8, eSur le

    totmsrnes,

    AS,

    vol.

    5 , 1900-1,

    p.

    89.

    33. RM, p. 59. Vase el penetrante anllsle Que presenta Roou LA'

    COMSl I: La mth.odl' 30c10ODiqul' de Durkh.clm, Parla. 1926, PP. 67 y

    B

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  • 7/24/2019 7. Giddens - Mtodo Sociolgico en Durkheim

    8/10

    \ \ ; \ ,:1,,1

    del desarrollo- social en trmino s Je causas finle

    1 : 1 .\

    ',l'xplicacin en trminos de causas f inales entraa aquel

    Iipo de razonamiento engaoso que Durkheim critica, tanto

    en La dicision del traboio como en El suicidio:

    NORMALIDAD Y PATOLOGIA

    Durkheim dedica una importante seCClOnde

    Las reglas

    a

    establecer criterios cientficos de patologa social. Lo que in-

    tenta en su estudio es un desarrollo directo de

    1 0

    que le preo-

    cupaba en sus' primeros artculos y tiene, sin duda, una irn-

    ponam:ia central dentro del conjunto de su pensamiento. Mu-

    chos tericos sociales, indica Durkheim, sostienen que hay un

    abismo absoluto entre las proposiciones cientficas (juicios de

    hecho)

    y

    los juicios de valor. Segn esta concepcin, los datos

    cientficos pueden servir como medios tcnicos que facilitan

    la consecucin de determinados objetivos, pero estos mismos

    objetivos no pueden recibir su valor por medio del uso de pro-

    cedimientos cientficos. Durkheim rechaza este dualismo kan-

    tiano al negar que pueda justificarse de hecho la divisin que

    presupone entre medios

    y

    fines. Para Durkheim, la dice-

    tomizacin abstracta de medios y fines implica en el mbito de

    la filosofa general los mismos errores que entraa de una ma-

    nera ms concreta el modelo u tili taris ta de sociedad: es decir,

    que los medios

    y

    tam bin

    los fines que pretenden los hom-

    bres, empricamente son un producto de la forma de sociedad

    de la que son miembros.

    Es as como Cumple atribuye roda la fuerza progresiva de la especie

    humana a esta tendencia fundamental que impulsa directamentc al horn-

    bre a mejorar sin cesar, bajo todos sus aspectos, su estado o condicin,

    sea la que sea; y Spenccr la atribuye a, la necesidad de una felicidad

    mayor [ .. ,), Pero este mtodo confunde dos cuestiones muy diferen

    tes [ ... ), La necesidad que tenemos de las cosas no puede hacer que

    sean tales o cuales

    y,

    por consiguiente, no es esta necesidad la que

    puede sacarlas de la nada y conferirles el scr.

    37

    Las causas que originan un determinado hecho social deben,

    por tanto, descubrirse separadamente de cualquier funcin social

    que puedan desempear. Ms an, es un procedimiento meto-

    dolgico apropiado identificar las causas antes que intentar es-

    pecificar las funciones. Esto se debe a que el conocimiento de

    las causas que dan el ser a un fenmeno puede permitirnos, en

    ciertas circunstancias, deducir algn discernimiento de sus po-

    sibles funciones. La distincin entre causa

    y

    funcin no impide,

    segn Durkheim, la existencia de una relacin recproca entre

    ambas. Sin duda, el efecto no puede existir sin su causa; pero

    sta, a su vez, tiene necesidad de su efecto, El efecto saca su

    energa de la causa; pero tambin l, a su vez, se la restituye

    y, por consiguiente, no puede desaparecer sin que ella se re-

    sienta. 38 As, en el ejemplo que da Durkheim en

    La divisin

    del trabajo,

    la existencia del castigo t iene como causa el pre-

    dominio de sentimientos colectivos firmemente arraigados. La

    funcin del castigo consiste en mantener estos sentimientos

    con el mismo grado de intensidad: si no se castigaran las trans-

    gresiones, no se mantendra el sentimiento con la firmeza nece-

    saria para la unidad social.

    Pero iodo medio es, en s mismo, un fin; porque para ponerlo en

    prctica es preciso quererlo como el fin cuya realizacin prepara este

    medio. Hay siempre varios caminos que llevan a un fin dado; por tanto,

    hay que elegir entre ellos. Ahora bien, si la ciencia no puede ayudamos

    en la eleccin del mejor fin, cmo podra enseamos cul es el camino

    mejor para conseguirlo? Por qu nos iba a recomendar el camino ms

    rpido con preferencia al ms econmico, el ms seguro antes que el

    ms sencillo, o a la inversa? Si no puede guiamos en la determinacin de

    105 fines ltimos i ins su prieu rs , no ser menos impotente cuando se

    trate de' estos fines secundarios y subordinados, llamados medios.8~

    Puede salvarse la dicotoma entre medios y fines, al pare-

    cer de Durkheim, aplicando principios semejantes a los que en

    biologa rigen la distincin entre lo normal

    y

    lo

    pa tolgi-

    37.

    RM,

    pp, 105-106.

    38,

    RM,

    p. 110,

    39. RM, n. 70; RMS,

    p.

    48, Como crItica impl\cita a la oli

    lllil

    ' d,'

    Weber sobre este asunto, esta. indicacin es parecida a la de Strliu>_,

    Leo

    S..-RAUS8:

    Natural Rillht and History, Chlcago. 1953. p. 41.

    164

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  • 7/24/2019 7. Giddens - Mtodo Sociolgico en Durkheim

    9/10

    co.

    Durkheirn

    reconoce que caracter izar la patologa en el

    campo sociolgico presenta problemas particularmente

    difciles.

    Por ello pretende aplicar el 'mismo principio

    rnetodolgico

    que

    antes emple: en el dominio de las cosas sociales, lo que es nor-

    mal puede identificarse por la caracterstica externa y per-

    ceptible de la universalidad. En otras palabras, la normalidad

    puede determinarse, de una manera preliminar, por referencia

    al predominio de un hecho social dentro de sociedades de un

    determinado tipo. Cuando un fenmeno social se encuentra en

    . todas las sociedades de un mismo tipo, o en la mayora de ellas,

    tal fenmeno puede considerarse como normal para aquel'

    tipo de sociedad, exceptuando los casos en que una investiga-

    cin ms minuciosa muestre que se aplic mal el criterio de

    universalidad. Por tanto, un hecho social que es general en

    un determinado tipo de sociedad, es normal cuando se pone

    de manifiesto que esta generalidad se funda en las condiciones

    de funcionamiento de aquel tipo de sociedad. Esto se aclara

    haciendo referencia a la tesis principal de

    La divisin del tra-

    bajo.

    En esta obra Durkheim muestra que la existencia de una

    conscience collectiuc

    firmemente determinada es incompatible

    con el funcionamiento del tipo de sociedad que tiene una divi-

    sin del trabajo bastante avanzada. El creciente predominio

    de la solidaridad orgnica entraa un descenso de las formas

    tradicionales de creencia: pero precisamente porque la soli-

    daridad social se hace ms dependiente de la interdependencia

    funcional en la divisin del trabajo, el descenso de las creencias

    colectivas es una caracterstica normal de tipo moderno de

    s o -

    ciedad. Con todo, en este caso concreto, el criterio preliminar

    de generalidad no nos proporciona un modo prctico de de-

    terminar la normalidad. Las sociedades modernas se encuentran

    todava en un perodo de transicin. Las creencias tradiciona-

    les siguen siendo importantes para algunos escritores, hasta-el

    punto de que defienden el carcter patolgico de la decadencia

    de stas. La generalidad de tales creencias que todava persis-

    te no es, por tanto, en este caso, un ndice preciso de lo

    que es normal y de lo que. es patolgico. As, en tiempos de

    rpido cambio social, cuando el tipo entero se encuentra en

    proceso de evolucin, sin que se haya estabilizado todava en

    su nueva forma, subsisten an elementos de lo que es normal

    en el tipo que va quedando superado. Es necesario rastrear

    166

    - - - -

    las condiciones que han determinado esta generalidad en el

    pasado e [ ... ] investigar a continuacin si se dan todava estas

    condiciones en el

    presente.

    Si no corresponden estas condi-

    ciones, el fenmeno en cuestin, aunque sea genera , no

    puede considerarse normal.

    El clculo de criterios de normalidad en relacin con tipos

    especficos de sociedad nos permite, segn Durkheim, abrir-

    nos paso, en el campo de ia teora tica, entre

    105

    que conciben

    la historia como una serie ,de acontecimientos nicos e irrepe-

    tibles, y los que pretenden formular principios ticos iranshis-

    tricos. Segn los pr imeros, se excluye la posibilidad de cual-

    quier tica generalizada; los segundos, en cambio, formulan

    reglas ticas una vez por todas, para todo el gnero hu mano.

    Puede aducirse un ejemplo que Durkheim usa muchas veces.

    El gnero de ideas morales propio de la

    po lis

    griega clsica

    estaba enraizado en concepciones relig{osas, y en una forma con-

    creta de estructura de clases basada en la esclavitud: de ah

    que muchas de las ideas ticas de aquel perodo sean ahora

    absoletas, y es cosa vana intentar resucitarlas 'en el mundo mo-

    derno. En Grecia, por ejemplo, el ideal del hombre cultiva-

    do perfectamente, educado en todas las ramas

    cien tf ica s

    y li-

    terarias, era intrnseco a la sociedad. Pero se trata de un ideal

    que est en desacuerdo con las exigencias de un orden basado

    en un alto grado de especializacin en la divisin del trabajo.

    Evidentemente puede criticarse la posicin de Durkheim

    en este punto dic iendo que lleva a la complicidad con el

    st a tu

    quo,

    puesto que da la impresin de identil1car lo moralmente

    deseable con cualquier estado de cosas que exista en el presen-

    te.lI Durkheim rechaza tal acusacin; al contrario, slo por

    medio del conocimiento preciso de las tendencias que virtual-

    mente estn surgiendo en la realidad social puede tener algn

    xito la intervencin activa para fomentar el cambio social.

    El futuro ya est escrito para el que lo sabe leer [ ... ] .' El

    estudio cient f ico de la moralidad nos permite discernir aquellos

    ideales que estn en curso de constitucin, pero que siguen

    todava escondidos en gran parte paru L \ conciencia pblica. Po -

    40. RM,

    p.

    80.

    41. Los crttlcos no tardaron en aru.ar psto. Du rk he lm rc spoud

    es de ellos en AS, vol. 10. 1905-6,

    pp.

    3&2-69.

    42. 1bid .

    p.

    368.

    16-

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  • 7/24/2019 7. Giddens - Mtodo Sociolgico en Durkheim

    10/10

    niendo de manifiesto que estos ideales no son merasaberracio

    nes, y analizando las condiciones socia les cambiantes que los

    sustentan y que sirven para fomentar su crecimiento, podre-

    mos mostrar qu tendencias deben alentarse, y cules deben

    rechazarse por obsoleras. Naturalmente, la ciencia nunca ser

    tan completa corno para permitirnos eludir totalmente la nece-

    sidad de actuar sin su gua. Tenemos que vivir, y

    a

    menudo

    tenemos que anticipamos a la ciencia. En tales casos no nos

    queda ms remedio que actuar como podamos,

    y

    hacer uso de

    cuantas disposiciones cientficas estn a nuestra disposi-

    cin [ ... ] .H

    No se trata, arguye Durkheim, de que la adopcin de este

    punto de vista vuelva completamente vanos todos os intentos

    filosficos abstractos de crear una tica lgicamente coheren-

    te. Si bien es verdad que la moralidad no espera las teoras de

    los filsofos para constituirse y para ponerse en marcha, esto

    no significa que, dado el conocimiento emprico del marco social

    dentro del cual existen las reglas morales, la reflexin filosfica

    no pueda desempear un papel en la introduccin de cambios

    en las reglas morales existentes. De hecho, los filsofos a menu-

    do han ejercido este papel en la historia, pero generalmente

    sin ser conscientes de ello. Pretendieron enunciar principios

    morales universales, pero en realidad actuaron como precurso-

    res y progenitores de cambios inmanentes en su sociedad.

    C PTULO

    vn

    INDIV ID U ALISMO , SO C IAL ISMO

    Y ~GRU PO S PRO FESIO NALE S

    LA CON FRONT AClN CON EL SOCIALISMO

    La teora que Durkhem desarrolla en

    La divi sin de l tr a-

    bajo, y

    sus posteriores intentos de ahondar en los temas all

    propuestos, culmin im:vitablemcnte provoc:ando un a confron-

    tacin directa con las doctrinas sodalistas. Segn el testimonio

    de Mauss, Durkheim cuando estudiante ya haba. decidido de-

    dicarse al estudio de las relaciones de l individualismo Y el

    socialismo'; Por entonces Durkheim estaba familiarizado con

    las doctrinas de Saint-Simon y de Proudhon,

    y

    haba empezado

    a tratar los escritos de Marx. Pero, cuando escribi

    L a divisin

    del trabajo,

    su conocimiento de la teora socialista era bastante

    eSC8S0. El tipo de socialismo con que se senta ms prximo y

    ms interesado en los primeros aos de su actividad, era la

    teora reformista socialdemcrata tal como la proponan Schif-

    fle

    y

    los Katbedersozialisten-

    Durkheim hace alusin a 1 : 1 crisis que experimentan las

    .43. .The determinallon or moral fact s . en Sociology and Philosophy,

    Londres. 19fi,

    pp.

    60 Y s~.

    4.4. bid., p. 67.

    15. Rl>,

    p. 88. Marx Indica algo parecido, cuando trata del carcter

    innova.dor de la s.ct ivldad dellctlva. Teorl de la 1 11.vala, ed , Bcn ner

    and Bur ns, P. 376.

    1. MARCKL lViAUSS: