6827756 Latour Bruno Las Promesas Del Constructivismo Completo

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Las promesas del constructivismo1Bruno Latour Trabajo preparado para un captulo en Don Idhe (editor) http://www.bruno-latour.fr/articles/article/087.html En busca de la tecnociencia: matriz de la materialidad Para ser publicado en Indiana Series for the Philosophy of Technology

La experiencia tambin me ense una gran leccin. No haba diseado cuidadosamente un experimento que iba a ser difundido; se dio por accidente. Eso y todas las otras observaciones que haba hecho me mostraron que no era yo quien estaba a cargo, sino los moldes. Ellos me haran saber sus secretos en sus propios trminos, no en los mos. John Tyler Bonner, Lives of a biologist: Adventures in a century of extraordinary science, Harvard, 2002, p. 78 (cita provista amablemente por I. Hacking).

Qu es lo que haba salido tan mal? Al principio pareci una buena idea: era divertido, original, iluminador usar la palabra constructivismo para designar el trabajo que estaba haciendo sobre ciencia y tecnologa: los laboratorios parecan infinitamente ms interesantes cuando se los describa como sitios de construccin que cuando se los retrataba como una oscura mastabas (antigua tumba egipcia rectangular con lados inclinados y techo chato [N de la T]) protegiendo a las leyes momificadas de la naturaleza. Y el adjetivo social pareci bastante bien elegido al principio, ya que mis colegas y yo estbamos baando al venerable trabajo de la ciencia en un tubo caliente de cultura y sociedad que apuntaba a hacerlas otra vez jvenes y vitales. Y sin embargo todo1

Traduccin de Susana Tesone

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sali mal: tuve que retirar la palabra social con vergenza del ttulo del Laboratory Lifes, tal como las imgenes de Trotsky fueron suprimidas de los pinturas de los desfiles de la Red Square; y respecto de la palabra constructivismo no parece posible salvarla de las furias disparadas por las guerras de la ciencia ni de los residuos dejados por el pasaje de la deconstruccin, esta nueva Atila de la que los cascos de su caballo no dejan ninguna brizna de hierba una vez que han pasado. Todo lo que yo quera alcanzar, principalmente asociar realidad y construccin en una nica dinmica y un nico trmino se haba arruinado como un avin mal diseado. Los tiempos han cambiado: a fin de demostrar que uno no es un peligroso proscripto/marginado, parece compulsivo jurar fidelidad al realismo, - que ahora significa lo opuesto al constructivismo -. Tienes que elegir, gruen los guardianes del templo; o crees en la realidad o te adhieres al constructivismo. Y sin embargo, preservar el constructivismo es precisamente lo que deseo lograr en este trabajo: quiero hacer uso de las promesas ocultas en este confuso concepto, promesas que son a la vez epistemolgicas, morales y polticas y quizs tambin religiosas. Mi punto es que el constructivismo puede ser nuestra nica defensa contra el fundamentalismo definido como una tendencia a negar los caracteres construidos y mediados de las entidades cuya existencia pblica, sin embargo, tiene que ser discutida. Entre los constructivistas son posibles las negociaciones hacia una mundo comn viable y pacfico, pero absolutamente imposibles si se espera que los fundamentalistas se presenten a la mesa diplomtica - y la religin no es el nico dominio del fanatismo: tambin la naturaleza puede precipitar el fanatismo, y los mercados, y la deconstruccin. Entre la guerra y la paz hay una definicin realista de qu es una construccin ste es, por lo menos, mi argumento.

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Qu es lo que est mal con el constructivismo? Todo Para empezar, puede ser til revisar todo lo que est mal con la nocin de construccin. De ese modo, una vez que la lista est diseada, podemos decidir si este concepto puede ser reparado o si debera ser abandonado para siempre. Un rol inverosmil /poco probable para lo social La primera confusin es a la vez la ms diseminada y la ms fcil de corregir. Cuando las personas escuchan la palabra construccin la substituyen con la expresin construccin social, significando que la construccin est hecha de material social. Del mismo modo en que las casas construidas por Los Tres Chanchitos estaban hechas de paja, madera o piedra, se piensa que los defensores de la construccin social estn definiendo un ingrediente, un material, un tipo de tela para dar cuenta de la fabricacin de los hechos. Y exactamente en la misma forma en que el soplo del Gran Lobo Malo pudo destruir las casas de los Chanchitos hechas de paja y madera, pero no las de piedra, parece que los constructivistas sociales han elegido un material tan liviano que el ms leve viento podra desmantelarlo. Se argumentar que la casa de la ciencia est hecha de slidas paredes de hechos y no de un frgil andamio de vnculos sociales. Pero esa teora de la construccin es imputada a los constructivistas slo por sus enemigos: nunca me encontr con un constructivista social que dijera que la ciencia era una casa construida sobre arena con paredes hechas de aire. No importa cun vaga sea la palabra social y Ian Hacking, a quien regresar ms tarde, ha hecho un lindo ranking de las muchas variantes del constructivismo [1] no designa una clase de material en comparacin con otros tipos de materiales, sino el proceso a travs del cual cualquier cosa, incluyendo los hechos, han sido construidos. Las casas no caen en su lugar como pasteles desde el aire, y ni los hechos ni los bebs son trados por las cigeas. Los Tres Chanchitos construyen casas de diferente resistencia, pero todos ellos eran

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constructores de casas y, adems, todos trabajaban juntos o competan unos con otros: es a este proceso comn y colectivo al que se refiere la construccin social, no a los diversos materiales con los cuales se hacen las cosas. Por qu llamar a este proceso social? Simplemente porque es colectivo, y requiere la compleja colaboracin de muchos intercambios y habilidades. Tan pronto como la palabra construccin logre ganar algo del peso metafrico de construir, constructores, obreros, arquitectos, albailes, gras y cemento volcado en moldes sostenidos por andamios, se har claro que lo que est en cuestin no es la solidez de la construccin resultante, sino los muchos ingredientes heterogneos, el prolongado proceso, los mltiples intercambios, la necesaria y sutil coordinacin para alcanzar ese resultado. El resultado en s mismo es tan slido como puede serlo. Lamentablemente, la primera aclaracin no soluciona nada y no permite todava que uno preserve del dao al concepto de construccin. La razn es que as como el ncleo ms duro de los constructivistas sociales argumenta que las cosas que consisten de o en vnculos sociales no existen en los estudios de ciencia, existen muchas personas la mayora de ellas revisadas por Hacking que plantean que la misma sociedad, sus relaciones de poder, sus bases, sus normas, sus leyes proveen un encuadre, una estructura, una base slida, una fundacin que es tan durable, poderosa y sistemtica que podra resistir realmente el intento del Gran Lobo Malo de destruirla de un soplo. Ahora el planteo no es que la casa de los hechos est hecha realmente del material ms suave de los vnculos sociales, sino que los vnculos suaves y superficiales provistos por las leyes, la cultura, los medios de comunicacin, las creencias, las religiones, la poltica y la economa estn hechos en realidad de una material ms duro provisto por el encuadre social de las relaciones de poder. Tal es la forma estndar en que las ciencias sociales y los estudios culturales explican por qu cualquier cosa se sostiene: las cosas no se sostienen por la solidez interna de la cual estn hechas, sino porque sus fachadas superficiales estn apuntaladas por el slido acero de la sociedad. La ley, por ejemplo, no tiene solidez en s misma; slo agrega legitimidad a la fuerza oculta del poder: dejadas a su propia suerte, las leyes no

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son ms que una fina capa de pintura, una cubierta para la dominacin. [2]. Lo mismo sucede con la religin, con la cultura popular, con las relaciones de mercado, con los medios de comunicacin y, por supuesto, con la poltica. Todo est hecho de un solo y mismo material: la indiscutible, siempre lista y todopoderosa sociedad. La mayor parte de los casos revisados por Hacking caen en esta modalidad, en la que los constructivistas sociales exclaman orgullosamente: Ustedes creen ingenuamente que la ley, la religin, etc., se sostienen a s mismas, pero les mostrar que de lo que estn hechas realmente es de las relaciones sociales que son infinitamente ms slidas, ms prolongadas, homogneas y poderosas que el polvo y la paja que esconde su estructura como una cortina, un adorno, un seuelo. Aquellos que se enorgullecen de ser relativistas son, la mayor parte del tiempo, realistas sociales. Los estudios de ciencia fueron rpidos para descubrir que este tipo de explicacin enmascara la propia nocin de constructivismo - tal vez aqu yo debera hablar por m mismo!-. Primero, cmo diablos puede uno invocar la sustancia ms slida de que estn hechas las relaciones sociales para dar cuenta de la solidez de los hechos ms duros de la naturaleza? Los hechos descubiertos por los socilogos y economistas son tanto ms fuertes que los construidos por los qumicos, los fsicos y los gelogos? Qu improbable! Cmo podra el material homogneo de la sociedad todopoderosa dar cuenta de la variedad desconcertante de la ciencia y la tecnologa? El constructivismo, al menos en nuestro pequeo campo de ciencia y tecnologa, condujo a un programa completamente diferente del repetido hasta el hartazgo por la sociologa crtica. Lejos de tratar de explicar los hechos duros de la ciencia con los hechos suaves de la ciencia social, el objetivo se transform en comprender cmo la ciencia y la tecnologa estaban proveyendo algunos de los ingredientes necesarios para explicar/dar cuenta justamente de la elaboracin y estabilidad de la sociedad. Esta fue la nica manera de darle a la palabra construccin algo de su significado original, de iluminar el proceso colectivo que arriba a slidos constructos a travs de la movilizacin y coordinacin de habilidades e ingredientes heterogneos. [3]

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Las dos cosas que no necesitaron hacer los estudios de ciencia fue reemplazar el fascinante lugar/sitio/terreno que estaban descubriendo por una sociedad no construida, homognea, abarcadora, indisputable, y, por supuesto, una naturaleza indisputable, ya existente y no construida. Esta es la razn por la que los estudios de ciencia se encontraron luchando en dos frentes: el primero, contra la sociologa crtica de la cual errneamente parecan descender (como si se tratara simplemente de extender la explicacin social proveniente de la ley y la religin a la ciencia y la tecnologa), y el segundo contra los fundamentalistas de la naturaleza que queran que los hechos apareciesen misteriosamente de la nada. [4] Si el trmino social quiere decir la sustancia de la cual estn hechas las cosas de la ciencia una posicin que, hasta donde yo s, nunca ha sido defendida por nadie o la estructura ms dura que explica la prolongada solidez de las fachadas cientficas como cree todava la mayor parte de las personas, incluyendo a Hacking respecto de lo que l llama los tipos humanos es mejor abandonarlo totalmente. Esta es la razn por la cual, si bien suprim rpidamente del ttulo de mi primer libro el adjetivo social, mantuve cuidadosamente la palabra construccin ya que, gracias a los estudios de ciencia, la mayor parte de las interesantes connotaciones de las metforas de la construccin finalmente estaban comenzando a aparecer: historia, solidez, multiplicidad, incertidumbre, heterogeneidad, riesgo, fragilidad, etc. Obviamente social no se refera a la sustancia de la cual las otras cosas fueron hechas para ser seriamente acusado -, sino a las asociaciones de muy diferentes fuentes de ingredientes relativamente slidos. Las ciencias sociales se estaban transformando no en las ciencias de lo social, sino en las de las asociaciones heterogneas. [5] El constructivismo es como la palabra Repblica: cuanto ms adjetivos se le agregan socialista, islmica, ms empeoran. Buscar creadores tanto como criaturas Una vez que se ha tachado social, el problema de la construccin sigue siendo sin embargo tan irritante como antes. Esta vez la razn no tiene que ver con el

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final de la sociologa crtica, la debilidad de nuestros propios estudios de caso o la persistencia de las guerras de la ciencia, sino ms bien con el mecanismo interno de la propia construccin. El problema con el constructivismo es que nadie puede dar cuenta de la construccin de nada, an de la casucha ms simple, para usar esta metfora que ha sido popularizada en las ciencias sociales. Nada en l funciona: ni el rol dado al constructor o fabricante, ni el rol del material en uso; ni la solidez y durabilidad del resultado, ni sus contingencias o necesidad; ni su historia, ni su falta de historia. Si cualquier obrero, arquitecto, Pequeo Chanchito tratara de construir algo con la teora de la accin implicada por el constructivismo, fracasaran desesperanzadamente para ensamblar/unir/reunir un todo durable. Permtasenos medir la completa inadecuacin de esta nocin. El primero en fracasar es el rol atribuido al fabricante. Hay un agente implcito en el constructivismo que gobierna sus propios actos de fabricar utilizo un trmino neutral porque a la sociedad, a la naturaleza, a los campos de fuerza, a la estructura como asimismo a los humanos se les puede pedir que cumplan el rol de dueo-constructor en algn tema. Cuando alguien dice esto es una construccin, est implicando: fue construido por algn poder. Pero por qu clase de poder? Si este es un creador todopoderoso que tiene el completo control de lo que se produce de la nada, sta no es por cierto una versin realista de la construccin de cualquier estructura real. An si algunos arquitectos se ven a s mismos como dios, ninguno ser lo suficientemente tonto como para creer que crea de la nada (ex nihilo). [6] Por el contrario, las historias que cuentan los arquitectos sobre sus propios logros estn llenas de palabras pequeas para explicar cmo son conducidos a una solucin, constreidos por otras construcciones, limitados por otros intereses, guiados por la lgica interna del material, forzados a obedecer la necesidad del lugar, influenciados por las elecciones de sus colegas, sostenidos por el estado del arte/material (held up by the state of the art), etc. [7] Ningn dios es menos creador que un arquitecto, an el ms osado e innovador. El hacerse sensible a las muchas limitaciones que conducen a una idea/proyecto bastante autnomo, que comienza a cobrar una suerte de vida propia, es precisamente lo que ellos tratarn de enfatizar. Pero entonces, si atendemos a los modos ms

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humildes de hablar, este poder va cambiando del dueo todopoderoso a las muchas cosas, agentes, actores con quienes tienen que compartir la accin. Si uno considera a los ingenieros en lugar de los arquitectos -cubiertos por el aura del artista moderno libre-, el vocabulario de fabricar desviar la atencin del fabricante a los materiales an ms rpidamente. Aprender cmo responder a las cualidades o virtualidades inesperadas de los materiales es el modo en que los ingenieros explican el encuentro de soluciones prcticas: a ellos nunca se les pas por la cabeza describirse a s mismos como nios pequeos moldeando la realidad a voluntad. [8] Si hay algo hacia lo que fabricar no conduce, es al concepto de un actor humano completamente a cargo. Esta es la gran paradoja del uso de la palabra construccin: es usada por la sociologa crtica para mostrar que las cosas no estn ah simple y naturalmente, pero tan pronto como esta metfora de fabricar, crear, o construir comienza a brillar, el fabricante, el creador, el constructor tiene que compartir su poder con un mar de actores a los que no gobierna ni controla. Lo interesante en el constructivismo es exactamente lo opuesto a lo que a primera vista parece implicar: no hay un fabricante, ni dueo, ni creador del que pueda decirse que domina los materiales; o, al menos, se introduce una nueva incertidumbre respecto de qu es lo que se va a construir, como asimismo quin es responsable por la emergencia de las virtualidades de los materiales que se manejan. Usar la palabra constructivismo y olvidar esta incertidumbre precisamente tan constitutiva del acto de construir es una tontera. Lo segundo que falla es la concepcin del material involucrado en el proceso de construccin. Si usted piensa que los constructores no fueron tratados con realismo, espere a ver la pobre descripcin que usualmente se da del tema. Los tres nicos roles dados a las cosas en los escenarios constructivistas son ejercer una determinada y obstinada fuerza ciega, estar ah como mero apoyo de la fantasiosa ingeniosidad humana; o, simplemente, ofrecer alguna resistencia a la accin humana. La primera otorga a los poderes del material exactamente la misma funcin no plausible dada al creador en la historia del ex nihilo, pero al revs: las cosas imponen su aceptacin por su propia fuerza que simplemente debe ser obedecida. La segunda quita a las cosas cualquier posibilidad de poder:

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se las considera meramente plsticas, slo capaces de retener una abundancia de formas ofrecidas por la rica, creativa y totalmente libre mente humana. La tercera concepcin de las cosas difiere de la primera por la simple adicin de alguna resistencia cuya nica razn sera la de brindarle al creador alguna sorpresa, mientras l retiene el completo poder sobre la materia y tiene que haber un l-. Para completar este triste inventario, uno debera agregar el cmico rol de estarah-slo-para-probar-que-uno-no-es-un-idealista inventado por Kant y repetido una y otra vez por todos los filsofos desde l hasta David Bloor: las cosas estn ah pero no juegan ningn rol excepto el de mudos guardianes sosteniendo un cartel que dice: Negamos que negamos la existencia de una realidad externa. [9] Cualquier constructivista que se precie debera avergonzarse al ver por todas partes que a las cosas no se les ha hecho justicia: la primera trata a la materia como amo/dueo, la segunda apenas como arena mojada en un arenero, y la tercera como una ocasin para sentir la resistencia a la propia fuerza. Pero con tales teoras de las fuerzas nadie tiene xito en responsabilizarse siquiera por la tarea ms simple: hacer una torta, tejer una canasta, coser un botn sin mencionar erigir rascacielos o descubrir agujeros negros. Y sin embargo la mayor parte de los debates sobre realismo y constructivismo nunca van ms all de la prxima caja de juguetes de un nio a la cual, adems, uno debera agregar algunos gatos y cisnes negros. Seamos serios: si la palabra constructivista significa algo, es porque nos conduce a agentes que no caen nunca dentro de estos roles tontos e infantiles. S, actan, s, ordenan, s, resisten, s, son plsticos, pero lo interesante son todas las posiciones como intermediarios que pueden ocupar simultneamente. [10] La paradoja es que las crticas retienen tres o cuatro puntos de las trayectorias para las cuales los artistas, artesanos, ingenieros, arquitectos, personas comunes y an nios de jardn tienen un vocabulario rico y talentoso. Gianbattista Vico, por cierto, nunca construy mucho con sus manos, como para creer que lo que hizo fue conocido completa y absolutamente por esta razn. Nunca encontr cientficos que estuvieran contentos de elegir entre realismo y constructivismo, excepto por supuesto en los acalorados discursos de la guerra de la ciencia. Mustrenme un solo artista

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que denigre el complejo material al que est dndole forma hasta llevarlo al punto de un barro infinitamente plstico.[11] Mustrenme a alguna programadora que piense que tiene un control absoluto sobre el software que est escribiendo. Alguna vez han visto a un cocinero que d cuenta de un sufl de queso definiendo su delicada y crocante substancia con las simples nociones de plasticidad, resistencia y pura obediencia a las fuerzas de la naturaleza? [12] En todas partes, construir, crear, edificar, trabajar, significa aprender cmo hacerse sensible a los requerimientos opuestos, a las exigencias, a las presiones de poderes en conflicto donde ninguno de ellos est realmente al mando. [13] Especialmente no lo est el fabricante, que pasa das y noches tratando de estar a la altura de su responsabilidad frente a lo que Etienne Souriau ha llamado magnficamente instauracin, o luvre faire. [14] Cmo podemos dar cuenta de la construccin, ya sea del lado del fabricante como del de lo fabricado, con una teora de la accin que cualquiera de nuestros propios actos contradice absolutamente? Lo s, el mal ejemplo proviene de ms arriba: el Creador ex nihilo jugando con Su polvo, barro y respiracin nos ha dado a todos nosotros un mal nombre. Pero no porque haya sido el primer constructivista social que invent todo desde la fantasa de Su propia imaginacin tenemos que seguir Su ejemplo O tal vez, cuando fuimos expulsados del Jardn del Edn, perdimos tambin el sentido de esta historia de la Creacin. No solamente nos esforzaremos con el sudor de nuestra frente y pariremos con dolor a nuestros hijos sino que tambin seremos maldecidos con la imposibilidad de comprender lo que significa laborar, construir y crear. Nunca ms comprenders el significado del poder de Dios. Viviremos por siempre castigados por el pecado original de confundir constructivismo con constructivismo social? Una oracin imposible: cuanto ms construido ms real No hay retorno al Jardn del Edn: sin embargo puede ser posible recuperar algunos de los poderes perdidos del constructivismo original si slo pudiramos deshacer la maldicin que paraliza nuestras lenguas cada vez que deseamos

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usarlo. Por eso, no slo es necesario suprimir la palabra social para redistribuir los agentes y agregar alguna incertidumbre referida a qu est haciendo la construccin, como hice recin. A fin de salvar el modo de hablar constructivista, se nos requiere otro movimiento ms difcil an: tambin tenemos que poder ajustarnos a la prctica de la misma manera en que las versiones sofisticadas del constructivismo nos prohben hacer. Cualquier arquitecto, obrero, planificador urbano, arrendatario, que da cuenta de la realidad del la construccin que disea, construye, planifica o habita, considerar el monto de trabajo hecho como una de las razones por las que la construccin est bien diseada, bien construida, bien planeada o bien amueblada. De modo que, para ellos, trabajar duro y tener un edificio slidamente erigido e independiente de su trabajo es una y la misma cosa descontando que est bien hecho. En su sistema contable implcito, tienen una columna del haber en la que ingresan su propio trabajo y la solidez autnoma del edificio, y una columna del debe en la que ingresan lo que no ha estado bien diseado, planeado o construido y que por esta razn es peligroso, dbil, incompleto, feo, inhabitable. Cmo puede ser que constructivistas bastante malos les pidan que tengan otro libro con una prctica contable completamente diferente? Una en la que todos los tems que muestran que el edificio est erigido slida e independientemente son ingresados en la columna del haber mientras que todos los tems tendientes a mostrar que el trabajo se ha hecho se anoten en la columna del debe. Ni siquiera Enron y Arthur Andersen osaran manipular sus libros contables hasta ese punto. Y, sin embargo, esto es exactamente lo que hacemos cuando nos movemos del lenguaje prctico de la construccin al terico. Engaamos, mentimos, ingresamos a una deshonestidad inaceptable. Es exactamente esta traicin del constructivismo lo que los estudios de ciencia han discutido. En la jerga prctica de los cientficos cuando trabajan, es a causa de que trabajan y trabajan bien que los hechos son autnomos y se erigen independientemente de su propia accin (la de los cientficos). [15] Y sin embargo, tan pronto como reflexionan sobre lo que han hecho o tan pronto como caen bajo la influencia de algn filsofo realista cambian su libro, cambian sus

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registros

y comienzan a delinear dos lneas opuestas: una para la realidad

independiente de los hechos (el crdito) y otra para el trabajo mundano, humano, social y colectivo que han hecho (el dbito). [16] Un trato tonto, primero porque la misma palabra hecho retiene an rastros del otro sistema contable torpemente eliminado les faits sont faits; segundo, porque al manipular este nuevo registro, los cientficos pierden la oportunidad de obtener un crdito por su propio y duro trabajo, que ahora va a la columna del debe!; y tercero, porque se privan a s mismos de la autoridad para pedir fondos ya que parece, al leer sus libros contables manipulados, que si no trabajaran, si no tuvieran instrumentos, ni un hacer colectivo, ni un sitio de construccin, conoceran mejor, ms rpido y ms verdaderamente. La realidad independiente se erige sola y ellos estn del otro lado de una brecha gigante, sin poder achicarla. Pero la cuarta razn es realmente la que expone mejor la tontera de esta deshonestidad: la diferencia entre la buena y la mala ciencia, entre un experimento bien y mal diseado, hechos bien o mal fabricados, ha desaparecido, mientras que fue exactamente esta crucial diferencia la que el otro sistema contable captur tan bien y hacia la que se ha dirigido toda la atencin de los cientficos que trabajan: la diferencia entre un buen y un mal cientfico. [17] Si es claro que en el caso de los arquitectos la nica opcin interesante es entre una construccin buena y otra mala y no entre la construccin y la realidad autnoma, por qu no sucede lo mismo con los cientficos y los hechos? Por dos rasgos agregados/sumados que parecen condenar al lenguaje del constructivismo. Cuando decimos de un edificio que est erigido sobre su propio peso luego del trabajo de los ingenieros, planificadores, arquitectos y albailes, y en razn de su buen trabajo, no tenemos que embarcarnos en una tramposa cuestin metafsica: todos acordarn, cualquiera sea su autonoma: el edificio no estaba antes ah. No importa cun elegante, coherente, necesaria, ajustada al paisaje termine siendo la forma de una casa; no importa cun necesaria parezca ser, ni cun placentera sea a la vista, eso no brinda la clase de necesidad requerida para la cuestin. Esta tiene todava una fuente y un origen en algn estudio de arquitectura sealado por una placa de mrmol o de bronce fijada en algn lugar de la pared -como todos

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nosotros tenemos la marca de nuestro ombligo en nuestra panza para tirar abajo nuestro sueo de la autoconstruccin. Pero es precisamente este ombligo el que irrita (con razn) a los cientistas y a los filsofos cuando ven que se usa la palabra fabricacin con relacin a los hechos, an cuando puedan estar dolorosamente concientes de la maldita etimologa de la palabra. La autonoma que se empean en lograr es la de un edificio que siempre se mantuvo erigido sobre su propio peso sin importar qu trabajo fue necesario para descubrir su ubicacin exacta, para medir su peso y para visitarlo o habitarlo. Tal grado de certeza, tal ocupacin del tiempo y el espacio, tal incuestionable autonoma, solidez y durabilidad, no la puede brindar ninguna expresin de la construccin, ni ninguna metfora arquitectnica an si nos adherimos tan estrechamente como sea posible a la confusa prctica de construir realmente edificios reales ya que la construccin, por definicin, deja exactamente esos rastros que deberan ser eliminados. Si el libro de doble entrada del sistema contable puede ser expuesto para los arquitectos e ingenieros, no parece posible hacer lo mismo cuando estn en cuestin los duros hechos: autonoma y trabajo realmente parecen contradictorios. Es ste entonces el ltimo suspiro del constructivismo? Es probable, especialmente cuando, para sumar el insulto a la injuria, la sociologa crtica mide esta mxima dificultad de todas las preguntas metafsicas y la trivializa en una Q & A al final del curso de Teora Continental 101: La realidad construida es construida o real? Respuesta: Ambas Comentado con una ligera sonrisa indiferente: Somos tan ingenuos como para pensar que tenemos que elegir? No sabemos que an las ideologas ms locas tienen consecuencias reales? Qu vivimos en un mundo de nuestra propia construccin y que no por eso es menos real? [18] Cmo desprecio este ambas que de forma tan barata aparenta una cubierta de profundidad, y que no obstante pasa por ser el mximo espritu crtico. Nunca la crtica fue menos crtica que cuando acepta como una respuesta obvia lo que, por el contrario, debera ser una fuente de absoluta confusin. Nosotros nunca construimos un mundo de nuestra propia ilusin porque no existe en nosotros tal libre creador y porque no existe un material lo suficientemente flexible como para retener las marcas de nuestra ingeniosidad

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juguetona. Nosotros nunca fuimos engaados por un mundo de fantasa, porque no existe una fuerza lo suficientemente fuerte como para transformarnos en meros esclavos de poderosas ilusiones. En ambas versiones -como creaciones de nuestra propia imaginacin, o como lo que esas criaturas imponen sobre nosotrosel espritu crtico fracasa ya que utiliza la definicin menos realista posible de lo que es crear, construir, estar influido, ilusionar. Transforma en una cosa simple lo que precisamente es lo ms misterioso en la puesta en comn de los agentes con otros actores, con los ajenos. El espritu crtico se adormece justo cuando debera estar despierto: nadie ha sido nunca engaado por la realidad que retorna de un mundo hecho por uno mismo. Una vez ms, el constructivismo es una vctima de sus propios aparentes amigos, y la versin menos probable de qu es construir un mundo de uno mismo se utiliza para hacer imposible cualquier versin/relato/registro de esta misma construccin. Esta creencia en una ingenua creencia es la nica ingenua creencia siempre visible slo si usted tiene un Ph.D. en teora crtica puede mantener esta ilusin contra la permanente refutacin de la prctica. De modo que, al final, las cosas no se ven muy bien: parece no haber una manera creble de decir que algo es slido, durable, independiente, autnomo y necesario, debido a que ha sido construido y bien construido an cuando esto es lo que los muchos lenguajes de la prctica no se cansan de explicar, y lo que los estudios de la ciencia han tratado de extraer permaneciendo lo ms cerca posible del banco. La amenaza se llevar a cabo, tendremos que someternos al examen: Tienes que elegir: o es real, o es construida, y si osamos contestar ambos nuestro propio y seguro ambos ser confundido con la respuesta dbil, barata y negativa de nuestros peores enemigos - ej. nuestros queridos amigos los socilogos crticos. Parece ser que si la deconstruccin, ms vorazmente que las termitas, ha podido convertir en polvo todos los reclamos de solidez, autonoma, durabilidad y necesidad, es porque el constructivismo fue un material demasiado frgil con el que comenzar. No parecen existir tratamientos antitermitas, ni fumigacin que proteja al constructivismo de quedar en ruinas. Slo lo que no ha sido construido soportar la prueba del tiempo.

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Una escala para calificar el monto correcto de constructivismo Una solucin podra ser abstenerse completamente de la palabra constructivismo. [19] Pero para quin quedara el campo? Naturalistas, por un lado; deconstruccionistas, por el otro. Habra un lugar en el sol slo para aquellos que vinculan la realidad con la ausencia de trabajo, y para aquellos que aparentan usar el trabajo para desacreditar los reclamos de existencia, solidez, necesidad y durabilidad. Los estudios de ciencia no tendrn un lugar propio. Un extrao sistema contable que obligue a la prctica a volverse opaca a la indagacin. Afortunadamente, Ian Hacking ha hecho un buen trabajo clarificando este tpico tan confuso en La construccin social de qu?. Gracias a su intento, puedo tener xito en ofrecer un inventario convincente de qu podran significar oraciones tales como X debera ser considerado como construido, donde X representa leyes de la naturaleza, divinidades, tecnologas, representaciones polticas, organizaciones de mercado, subjetividades. Y necesitamos que dichas oraciones posean un significado claro ya que designan todos los ingredientes que estn disponibles en la progresiva definicin del mundo comn el nombre que ahora le doy al proceso poltico. [20] Podra levantarse la maldicin sobre la teora de la accin implicada por las muchas metforas de la construccin? Hacking comprendi que la razn por la que estas disputas sobre la mezcla correcta de realidad y construccin disparan tanta pasin es que son polticas: parecen hablar sobre epistemologa pero realmente tratan sobre cmo deberamos empezar a vivir juntos. Para clasificar las muchas escuelas de constructivistas sociales (slo una rama de esta familia, como mostrar), ofrece una escala que va desde el estado 0 (X est dado por la naturaleza), luego pasa a estado 1 (X podra haber sido de otra manera), luego a estado 2 (X es malo), luego a estado 3 (X debera ser derrocado) (p.6). En esta visin los constructivistas sociales pueden ordenarse desde el ms inocuo las cosas no siempre fueron como son, tienen una historia, al ms radical: deberan

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cambiarse. Y todos los productos se oponen al estado 1, que Hacking implica pero no define: X es lo que es, punto. Aunque es muy importante ayudar a revelar la naturaleza inherentemente poltica de este argumento, el gradiente de Hacking es demasiado asimtrico. Si bien ordena bien los diferentes tipos de constructivistas sociales, no dice nada de las polticas de aquellos que deberan ser llamados naturalistas, principalmente aquellos que necesitan este implcito estado 1 que permite que X est ah como un objeto fijo de la naturaleza. Para poder usar el esquema de Hacking, parece ms justo incluir tambin las polticas de aquellos que usan esta indisputable necesidad de la naturaleza de definir el mundo comn: ya est hecho y queda fuera de los lmites de cualquier proceso poltico. Una vez que est hecho, tanto los constructivistas como los realistas se implican en lo que yo llamo epistemologa poltica, a saber, la organizacin de la arena en la que los candidatos que reclaman habitar el mismo mundo compartido humanos y no humanos estn representados en todos los mltiples significados de la palabra. De este modo, el debate no debera verse como algo en donde los estudiosos que objetan la politizacin de la naturaleza se miden contra los militantes que politizan todo, incluyendo los hechos de la naturaleza para sus muy diferentes objetivos radicales: por el contrario, permite que diferentes facciones, partidos, ligas, hagan explcito y pblico cmo se supone que van a distribuir lo que es discutible y lo que no lo es, qu es contingente y qu necesario, qu debera mantenerse y qu debera cambiarse. Para usar un set tradicional de metforas, la epistemologa poltica no es una distorsin desafortunada de buena epistemologa o buena poltica, sino ms bien la necesaria tarea de aquellos que escriben una Constitucin distribuyendo poderes en las varias ramas de este vasto gobierno de las cosas, buscando el mejor equilibrio entre cheques y balances. [ 21] Una vez que esta base comn es reconocida -una vez que el tratamiento asimtrico de Hacking de los muy diferentes reclamos ha sido corregido- puede ser posible abandonar, por un momento, las diversas etiquetas dadas a las partes contendientes realistas, naturalistas, constructivistas, deconstruccionistas, etc. para observar en cambio la lista de garantas que todos ellos desean obtener de

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los participantes en el mundo comn, aunque a travs de diferentes medios. Me parece que la lista que sigue ofrece ms generalidad, y tal vez ms claridad que la ofrecida por Hacking, para ordenar la sub-familia de constructivistas sociales. Utiliza sus mismos puntos de adherencia, pero ofrece una alternativa diplomtica diferente. Primera garanta: una vez ah, no importa cmo surgi, la discusin sobre X debera detenerse. Esto es un reaseguro esencial contra las controversias interminables, interrupciones, dudas superfluas y deconstruccin excesiva. Este es uno de los dos significados de la palabra hechos: una vez ubicada, no debera permitirse que la realidad sea disputada y debera usarse como la premisa indiscutible de otros razonamientos. Es la nica manera de asegurar una base de hechos slida y estable sobre la que descansar. Si esto no se hace, parece que la discusin ya no es posible (punto de adherencia de Hacking N 3, p.84). Si una parte llamada constructivistas parece estar poniendo en peligro esta garanta esencial, entonces es la guerra, y no sorprender que las otras facciones tratarn de excluirla de cualquier parlamento. [22] Lo que sali tan mal en los primeros debates sobre construccin social fue que se ignor esa garanta o se confundi con la siguiente, igualmente importante. Segunda garanta: a pesar de la indisputabilidad asegurada por la primera, debera mantenerse un proceso de revisin, una apelacin de algn tipo, para asegurarse de que los nuevos reclamantes que la orden previamente establecida no permiti que se tengan en cuenta-, podrn hacer or su voz y voz, por supuesto, no est limitada a los humanos. Esto es exactamente lo que el conjunto revisado por Hacking requiere cuando ellos atacan el naturalizado, indiscutible, dado por seguro estado 0. Solamente lo que ha sido hecho puede deshacerse o rehacerse, lo cual es una fuente de energa indispensable. Si se remueven todas las formas de revisin, si simplemente nos enfrentamos con las materias indisputables de los hechos que siempre han sido del modo que son, se ha puesto en peligro una garanta esencial y eso, tambin, significa guerra. Los nuevos candidatos a la existencia tendrn prohibido el acceso al mundo comn. Si una parte llamada naturalistas parece prevenir todas las discusiones, las revisiones,

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porque usa el estado de la naturaleza para acortar el debido proceso en nombre de la ley y el orden, entonces no debe sorprender que las otras facciones traten de excluirla del parlamento. El delicado sistema de balances de la epistemologa poltica requiere de ambas garantas, no hay debido proceso sin ellas. Pero la discusin no se detiene en estas dos. Tercera garanta: el mundo comn se compone progresivamente, no est listo ah de una vez y para siempre. Esta garanta es totalmente confundida cuando se la transforma en una discusin entre contingencia vs. necesidad - y es ah donde Hacking cae en la trampa (su punto de adherencia N 1). Se arguye que para probar que las materias de los hechos han sido construidas, uno simplemente tiene que mostrar que son contingentes, que podran haber sido de otro modo, que no son necesarias. [23] Para refutar la versin constructivista, se contra-arguye, uno tiene que mostrar simplemente que no hay dos maneras de que exista X, slo una. Pero tal debate es una muy mala lectura del argumento verdadero en los estudios de ciencia, especialmente en la historia de la ciencia: el punto no es demostrar la existencia de una fsica, qumica o gentica alternativa, sino la imposibilidad de absorber el mundo en singular, de un solo mordisco. [24] El mundo unificado es una cosa del futuro, no del pasado. Mientras tanto todos estamos en lo que James llama el pluriverso, y aquellos cientficos, filsofos, activistas, personas comunes de todas clases que intentan hacerlo uno estn arriesgndose y pueden caer. El peligro, la contingencia, la incertidumbre, no califican el resultado que bien puede ser la propia Necesidad sino el proceso a travs del cual el mundo se transforma en un mismo mundo progresivamente compartido. La oposicin no es entre contingencia y necesidad, sino entre aquellos que quieren ordenar el mundo de una vez por todas sobre el barato pretexto de que ya es uno, de modo que puedan deducir todo lo dems de l, y aquellos que estn listos para pagar el precio de su progresiva composicin en uno porque no pueden deducir nada.

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Cuarta garanta: los humanos y los no-humanos estn embarcados en una historia que har imposible su separacin. De nuevo, cuando este rasgo del constructivismo es visto como un debate entre realismo y nominalismo, est profundamente mal interpretado. (punto de adherencia N 2 de Hacking, p. 80). Las palabras y los mundos no representan dos estatuas enfrentadas que marcan los respectivos territorios de dos reinos a uno solo de los cuales se le jurar lealtad. Por el contrario, las palabras y los mundos marcan extremidades posibles y no tan interesantes, puntos finales de un complejo juego de prcticas, mediaciones, instrumentos, formas de vida, compromisos, participaciones a travs de las cuales se generan nuevas asociaciones. Imaginar que se tiene que elegir entre declaraciones y hechos, sera como hacer que las orillas de un ro compitan una contra la otra, ignorando el grande y poderoso ro que corre entre ellas. Si la filosofa slo ha registrado la opcin entre realismo y nominalismo, eso no tiene nada que ver con la forma en que lidiamos con el verdadero contenido de los hechos, sino con una precisa orden poltica que ha requerido una separacin estricta entre humanos y no-humanos. [25] Tan pronto como la asamblea poltica se modifica y esto es precisamente lo que es registrado por los estudios de ciencia la garanta no es obtener finalmente una clara separacin entre palabras y mundos, naturaleza y cultura, hechos y representacin, sino justamente lo opuesto: asegurar que no hay tal separacin. Quinta garanta: las instituciones que aseguran el debido proceso deberan poder especificar la calidad del buen mundo comn que tienen que monitorear. Como mostr antes, lo que es crucial para una apropiada explicacin del constructivismo es poder diferenciar una buena construccin de una mala y no quedar atascado para siempre en una opcin absurda: est construido o no? Aunque la tradicin filosfica ha separado la cuestin moral de la buena vida de la epistemolgica del mundo comn, slo es cuestin de ver qu mundo comn es mejor y cmo puede ser compartido como un mundo que ocupe el escenario cuando el sutil discurso de la prctica sea destacado. [26] Es aqu donde la composicin del mundo comn cobra su sentido, lo que ha sido expresado desde los griegos en adelante por la palabra cosmos por oposicin a kakosmos. [27] La bsqueda del mundo comn

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no puede siquiera comenzar a elevarse cuando se establece una oposicin entre un mundo no construido que ya est ah, unificado, desprovisto de valores, por una parte, y un construido y heterogneo grupo de conflictivos valores sociales o subjetivos por la otra. Estar ah no es suficiente para que los hechos/las prcticas (matter of fact) sean absorbidas, asociadas, digeridas, y finalmente compatibles con otros reclamos conflictivos: tienen que componerse, tienen que llegar a ser en lugar de ser considerados estados de hecho. [28] La idea (muy aproximada) de mi lista es que ahora debera ser posible comparar las proposiciones que ingresan a la arena comn de el nuevo espacio pblico para chequear si conducen hacia un fortalecimiento o un debilitamiento de ese conjunto de cinco garantas. Mi planteo es que este listado permite una clasificacin mucho ms eficiente que la propuesta por Hacking (p.199). [29] A falta de un trmino mejor (a m me gustara presentar/introducir composicionismo pero no tiene pedigree), quiero retener la palabra constructivismo para las ideas o proposiciones que aceptables en la constitucin, y naturalismo o deconstruccin para las que no lo hacen la primera porque maximiza la quinta garanta y es a la vez indiferente a las otras, y la ltima porque se adhiere a la segunda y quinta garanta, pero minimiza las otras. Estoy preparado para abandonar completamente el trmino, mientras se utilice uno nuevo para describir el orden constitucional que he deseado describir con esta desconcertante palabra. Cualquier trmino va a funcionar mientras pueda permitirme designar algo que a) no siempre estuvo ah, b) tiene un origen humilde, c) est compuesto por partes heterogneas, d) nunca estuvo por completo bajo el control de sus hacedores/fabricantes, e) pudo no haber llegado a existir, f) brinda oportunidades tanto como obligaciones, g) por esta razn necesita ser protegido y mantenido si va a continuar existiendo. Muchos rasgos, confieso, para una pobre y pequea palabra y una que termina con esta condenada terminacin ismo.

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Si tan solo el construccionismo y la deconstruccin pudieran romper relaciones La razn ms probable por la que mi solucin va a fracasar no es slo porque su utilizacin levanta la bandera roja para los guerreros de la ciencia (todava pienso que ellos pueden tranquilizarse), [30] sino por su mucho ms peligrosa asociacin con la de-construccin. [31] An cuando el prefijo de debera ser suficiente para indicar que va exactamente en la direccin opuesta, el espritu crtico siempre inclinar irnicamente su cabeza y exclamar con placer: Si X est construido, entonces puedo fcilmente deconstruirlo y hacerlo polvo. La relacin parece tan inevitable como la que hay entre la presa y el predador. Cuando se pronuncia la palabra construccin, en lugar de ver inmediatamente qu herramientas y recursos aseguraran su mantenimiento y quizs an restauraran la estructura construida, el Gran Lobo Malo se anticipa gustosamente a clavar sus mandbulas deconstruccionistas. La razn es que las mentes crticas comparten al menos una cosa con los fundamentalistas, sus crueles enemigos: ellos tambin creen que si algo es construido, ello es slo una prueba de que es tan dbil que debera ser deconstruido hasta que uno alcance el ideal ltimo que todos comparten, principalmente lo que no ha sido construido por ninguna mano humana. [32] La deconstruccin serpentea por una empinada cuesta que el construccionismo o el composicionismo trata de ascender a travs de dolorosos zigzag. Es extrao que estos dos movimientos se confundan cuando sus objetivos son tan diferentes. Es verdad que vistos desde arriba y de lejos parezcan iguales ya que ambos difieren mucho de la lnea directa que los fundamentalistas suean con trazar. Ambos insisten en el inevitable tropismo de las mediaciones, en el poder de todos esos intermediarios que hacen imposible cualquier acceso directo a la objetividad, la verdad, la moralidad, las divinidades, o la belleza. Sin embargo, el parecido se termina aqu. La deconstruccin va empeorando para evitar el peligro de la presencia, el composicionismo se va esforzando para tratar de captar tanta presencia como sea posible. La primera se comporta como si el peligro mayor fuera que las palabras cargasen demasiado significado, el segundo lucha por

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extraer tanta realidad como sea posible de los frgiles mediadores que dolorosamente recopil/recogi. Si la primera serpentea tanto es porque constantemente tiene que demorar el decir algo, mientras el otro se esfuerza por conseguir la rectitud y slo se desva por la extrema empinadura de la loma que trata de ascender. La una trata de huir tan lejos como sea posible del rostro del dios que desea borrar, el otro sabe que no hay un rostro de Dios, de modo que no hay nada que deba ser borrado. En su lugar se producir un rostro, para ser pintado y repintado a travs de tantas reproducciones y representaciones no mimticas como sea posible. [33] Los deconstruccionistas se comportan ms como aquellos ilustres generales franceses que siempre estaban una guerra atrs: luchan una vieja batalla contra la ingenuidad, la inmediatez, la naturalizacin, como si los intelectuales todava tuvieran que liberar a las masas del exceso de creencia. No se han dado cuenta de que las mentes crticas murieron hace mucho de una sobredosis de descreimiento? La miniaturizacin de la crtica, como la de las computadoras, ha abaratado tanto la duda que ahora todos, sin esfuerzo, podemos dudar de la certeza ms fuerte y ms arraigada, deconstruir la construccin ms slida y elevada sin ningn costo cualquier cuter lo har. Por qu son tan lentos para darse cuenta de que la difusin de la teora de la conspiracin ha tomado el lugar de la confianza ingenua en la autoridad; que este revisionismo expandido, popularizado y barato ha llevado a que el criticismo se transforme exactamente en su opuesto, lo que uno podra llamar ingenuo retraimiento de la autoridad o barbarie crtica? [34] En contraste, los composicionistas no tienen que derribar la creencia, sino ms bien producir lentamente la recuperacin de la confianza. Ellos no ven la ingenuidad como el pecado ltimo, sino como una virtud refrescante a ser recuperada con mucho dolor. No corren a buscar su revlver cuando se pronuncia la palabra certeza, pues saben cul es el precio que se paga por producir un pequeo trozo de su mercadera/producto ms preciado. Para convencer a las mentes crticas de que el constructivismo significa nuestro nico lento y progresivo acceso a la objetividad, la moralidad, la paz civil y la piedad, y que, por esta razn, todas las sutiles mediaciones de la prctica

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deberan ser protegidas y cuidadas en lugar de ser lentamente derribadas y destruidas, se requerir una alteracin tan profunda en nuestra ecologa intelectual que es difcil ver cmo suceder. [35] Y sin embargo, sera necesario este primer movimiento si se intentara el siguiente, an ms problemtico: convencer principalmente a los fundamentalistas que el idioma del constructivismo puede brindarles ms slidas y durables garantas de preservar los valores por los cuales ellos estn tan dispuestos a morir. Cunto pasar antes de que la palabra construccin deje de sonar como un insulto a ser pagado con sangre o como una confesin de debilidad que invita a la deconstruccin? Cunto pasar antes de que la palabra se escuche no como un grito de guerra que incite a tomar las armas o los martillos, sino como una apelacin a la extensin del cuidado y la prudencia, un pedido para elevar otra vez la pregunta: Cmo puede construirse mejor?? Para terminar con una encuesta (con el espritu del sistema de puntuacin /scoring system) de Ian Hacking), propongo el siguiente test: Cuando escucha que algo que usted aprecia/valora es una construccin, su primera reaccin es: (tildar la opcin correcta) tomar un arma agarrar un martillo erigir un andamio

Respuesta: Si tild la primera, usted es un fundamentalista listo para aniquilar /hacer desaparecer a aquellos que piden la destruccin de lo que permanece fuerte slo si no fue construido por manos humanas; si tild la segunda, entonces usted es un deconstruccionista que debera ser prensado hasta quedar totalmente chato a fin de facilitar un estructura mejor y ms firme no tocada por manos humanas; si tild la tercera, usted es un constructivista, o, mejor, un composicionista involucrado a la vez en la tarea de mantener y nutrir esas frgiles habitaciones; confundido. si tild todas, entonces usted est desesperanzadamente

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[ ] Traduccin al ingls corregida amablemente por Duana Fullwiley. Agradezco a Isabelle Stengers y a Graham Harman por sus sugerencias. [1] Hacking, I. (1999) The Social Construction of What? Cambridge, Mass,

Harvard University Press. [2] Para una versin estndar, Bordieu, P. (1986). La Force du droit. Actes de la recherche en sciences sociales (64); 3-19; para una crtica poderosa y definitiva, ver Favereau, O., Lconomie du sociologue ou penser (lorthodoxie) partir de Pierre Bourdieu en Le Travail sociologique de Pierre Bourdieu, Dettes et critiques, Edition revue et augmente. B. Lahire (editor). (2001) Pars, La Dcouverte: 255314 [3] Para ejemplos de este constructivismo realista, ver Haraway, D. (1989). Primate Visions, Gender, Race and Nature in the World of Modern Science. Londres, Routledge y Kegan Paul; Pickering, A. (1995). The Mangle of Practice. Time, Agency and Science. Chicago, The University of Chicago Press; Rheinberger, H. J. (1997). Toward a History of Epistemic Thing, Synthetizing Proteins in the Test Tube. Stanford, Stanford University Press; Knorr-Cetina, K. (1999). Epistemic Cultures. How the Sciences Make Knowledge. Cambridge, Mass, Harvard University press. Para una discusin ms filosfica ver Latour, B. (1999). Pandoras Hope. Essays on the reality of science studies. Cambridge, Mass, Harvard University Press. [4] En lo que sigue no distingo entre sociologa crtica y deconstruccin: la primera destruye en grande, la otra en detalle; la primera est sacrificando el presente a la revolucin, la segunda sacrifica todo, incluyendo los sueos de la revolucin, al celoso dios de la presencia.

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[5] Tarde, G. (1999 re-edicin). Monadologie et sociologie. Pars, Les empcheurs de penser en rond y mi versin de su teora social (2002). Gabriel Tarde and the End of the Social. The Social in Question. New Bearings in the History and the Social Sciences. P. Joyce. Londres, Routledge: 117-132 [6] Yaneva, A. (2002). Scaling Up and Down: Models and Publics in Architecture. Case Study of the Extensions of Whitney Museum for American Art., trabajo presentado en el seminario del Max-Planck Institute for the History of Science en Berln, departamento II, 21 de Marzo de 2002. [7] Para un repertorio rico en dichos trminos ver el ahora clsico trabajo de Koolhaas, R. y B. Mau (1995). Small, Medium, Large, Extra-Large. Rotterdam, Office for Metropolitan Architecture. [8] Pueden encontrarse muchos ricos ejemplos en Suchman, L. (1987). Plans and Situated Actions. The Problem of Human Machine. Cambridge, Cambridge University Press; MacKenzie, D. (1990). Inventing Accuracy. A Historical Sociology of Nuclear Missile Guidance. Cambridge Mass, MIT Press; McGrew, W. C. (1992). Chimpanzee Material Culture. Implications for Human Evolution. Cambridge, Cambridge University Press; Lemmonier, P., Ed. (1993). Technological Choices. Transformation in Material Cultures since the Neolithic. Londres, Routledge; Bijker, W. (1995). Of Bicycles, Bakelities, and Bulbs. Toward a Theory of Sociotechnical Change. Cambridge, Mass, MIT Press; Petroski, H. (1996). Inventing by Design. How Engineers Get from Thought to Thing. Cambridge, Mass, Harvard University Press. [9] Ver Bloor, D. (1999). Anti-Latour. Studies in History and Philosophy of Science 30(1): 81-112 y mi respuesta For Bloor and Beyond en la misma edicin. [10] Latour, B. y P. Lemonnier, Eds. (1994). De la prhistoire aux missiles

balistiques lintelligence sociale des techniques. Pars, La Dcouverte.

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[11] Van der Leeuw, S. (1994). Innovation et tradition chez les potiers mexicains. De la prhistoire aux missiles balistiques lintelligence socials des techniques. B. Latour y P. Lemonnier (eds.). Pars, La dcouverte: 290-310. [12] Fsica de superficie, como ha sido bellamente mostrado por Bensaude-

Vincent, B. (1998). Eloge du mixte. Pars, Hachette tiene una compleja ontologa que tampoco podra mantenerse un minuto en el pobre vocabulario materialista, como ha mostrado antes Gaston Bachelard en muchos de sus ejemplos. [13] De acuerdo con Jullien, F. O. (1995). The Propensity of Things. Toward a History of Efficacy in China. Cambridge, Mass, Zone Books y (1997). Trait de lefficacit. Pars, Grasset, aquellos pensamientos seran mucho ms fciles de conceptualizar en chino. [14] Souriau, E. (1935). Loeuvre faire.; Souriau, E. (1939). Linstauration

philosophique. Pars, Flix Alcan. [15] Latour, B. (19969. Petite rflexion sur le culte moderne des dieux Faitiches. Pars, Les Empcheurs de penser en rond. [16] Todava inspirado o bastante contaminado por el antifetichismo de la teora crtica malinterpret este cambio en Laboratory Life: pens que el producto de los hechos fabricados por su propia mano comenz a ser que los hechos no fabricados no haban sido producidos por ninguna mano, de modo que los cientistas, como los buenos fetichistas, estaban invirtiendo la causalidad, concediendo a lo que ellos mismos haban hecho la razn por la que lo haban hecho. Pero estaban en lo correcto y tambin lo estaba yo: en efecto, haba realmente un cambio, pero desde el primer sistema contable cuantas ms manos ms autonoma al segundo usted tiene que elegir entre trabajo y

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autonoma. Aunque para descubrir esto, tuve que buscar en el corazn/ncleo del antifetichismo que sigue siendo hasta hoy el elemento principal de la teora crtica. [17] Diferencia que est en el corazn de la epistemologa de Isabelle Stengers, Stengers, I. (1993). Linvention des sciences modernes. Pars, La Dcouverte; Stengers, Il (1997). Power and Invention. Minneapolis, University of Minnesota Press. [18] Para un tpico ejemplo ver Heinich, N, (1993). Les objets-personnes. Ftiches, reliques et oeuvres drt. Sociologie de lart (6): 25-56. Para una crtica de esta posicin crtica, ver Robert Koch The critical gesture in philosophy, en Latour, B. y P. Weibel, Eds. (2002). Iconoclash. Beyond the Imge Wars in Science, Religin and Art. Cambridge, Mass, MIT Press, pp. 524-537. [19] Y suprimir la palabra construccin del subttulo de Laboratory Life despus de haber suprimido la palabra social antes de que los hechos, estoy seguro, se vayan tambin!. [20] El vnculo necesario entre constructivismo y diplomacia est explorado en Latour, B. (2002). War of the Worlds: What about Peace?, Chicago, Prickly Press Pamphlet. Chicago University Press, que es un trabajo muy compaero de ste. [21] Para todo este complejo set de movimientos, ver Latour, B. (1999). Politiques de la nature. Comment faire entrer les sciences en dmocratice. Pars, La Dcouverte (traducido por Harvard University Press). [22] Stengers, I. (1998). La guerre des sciences: et la paix? Impostures

scientifiques. Les malentendus de laffaire Sokal. B. Jurdant (ed.). Pars, La dcouverte: 268-292

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[23] En los estudios de tecnologa el mismo rol es jugado por la desgastada y vieja nocin de flexibilidad interpretativa o adaptabilidad, como si el ser flexible y adaptable fueran los nicos dos estados de la materia dignos de ser registrados. [24] El mismo Hacking, en el hermoso ltimo captulo 7 sobre la dolomita muestra cmo, - an en un caso sencillo como el de las rocas el mismsimo Steven Weinberg gustaba de patear con su pie para probar que eso estaba ah! , la unicidad de el mundo es difcil de conseguir/obtener, a causa del multirealismo al que conduce cualquier investigacin. El autor no parece advertir que este captulo hace discutible su primer anlisis del punto de adherencia. Mi lista de garantas trata simplemente de hacer justicia a su captulo emprico de un modo mejor de lo que l ha podido hacer. [25] Para una historia poltica e intelectual del nominalismo, ver de Libera A. La querelle des universaux. De Platon la fin du Moyen Age. (1996). Pars, Le Seuil. [26] Los estados 2 y 3 de la lista de Hacking apuntan a esto cuando transforman la historia contingente de X, estado 1, en lo que es malo y debera ser descartado, pero abandonan la cuarta garanta, como asimismo la tercera, ya que su mundo, el prometido por la revolucin es exactamente tan no compuesto y tan innegociable como el que ellos quieren reemplazar. [27] El objeto principal de Politiques de la nature op. cit., son las condiciones bajo las cuales la distincin hecho/valor podra reemplazarse por otro set de dos preguntas: qu entidad deberamos tomar en cuenta? cmo podrn estar asociadas?. [28] Para registrar las diferencias entre la tradicin del empirismo y los dos

escenarios en epistemologa poltica que implican, trato de dar un significado tcnico a la diferencia en ingls entre lo realista (matters of fact) y la situacin (state of affairs).

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[29] Con el cual simplemente no puedo clasificarme a m mismo aunque soy uno de los conejillos de indias de su libro - y con el cual sera imposible, para m, clasificar el propio captulo de Hacking sobre las dolomitas. [30] Esto es al menos lo que intent en (1999). Pandoras Hope. Essays on the reality of science studies. Cambridge, Mass, Harvard University Press. [31] Es interesante notar que hay un arquitecto explcitamente

deconstruccionista, an derridiano, Daniel Liebeskind, pero an as una rpida visita a su conmovedor, claustrogene (claustrofbico ?) y magnfico museo judo en Berln, es suficiente para mostrar que l tambin es, antes que nada, un constructivista, y uno excelente por cierto. [32] Sobre este sueo aqueropoitico (? acheropoietic dream) ver los artculos de Galison, Koerner, Mondzain en Iconoclash. Beyond the Image Wars in Science, Religion and Art. B. Latour y P. Weibel. Cambridge, Mass, MIT Press. [33] Ver Koerner, J. (2002). The Icon as Iconoclash en op.cit. 164-214. [34] No creo que sea una coincidencia que estas dos barbaries crticas hayan golpeado al World Trade Center una despus de la otra: la primera reducindolo a escombros, la segunda, sumando insulto a la injuria, planteando que fue la misma semilla de las vctimas, ayudada por la CIA o el Mossad. Pero es Baudrillard quien tiene el honor de poner el ltimo clavo al fretro del criticismo: Acaso no ha planteado que las Torres, - conos de un capitalismo auto destructivo (Sr. Bin Laden dixit), se han deconstruido a s mismas al atraer a las aeronaves que pasaban a cometer suicidio? (2002) Lesprit du terrorisme, Galile, Pars). Uno slo puede esperar que este gesto extremo, esta mxima auto destruccin del pensamiento nihilista sobre un acto nihilista de auto destruccin, ser el ltimo

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suspiro de la barbarie crtica. La historia muestra, lamentablemente, que el nihilismo no tiene fondo. [35] La exhibicin Iconoclash ver el catlogo en la op.cit. fue, para m, un

pequeo esfuerzo que apunt a la alteracin ecolgica local en los jardines de nuestros prejuicios.

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