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  • 7/25/2019 5_sobrexigencia

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    CCAP Volumen 11 Nmero 3 59

    La sobreexigencia en la crianza

    Juliana Trujillo Gmez, MDResidente de pediatra

    Universidad de Antioquia

    Juan Fernando Gmez Ramrez, MDPediatra puericultor

    Mucha magia y mucha suerte tienenlos nios que logran ser nios.

    Eduardo Galeano

    Segn cifras de la Organizacin de las Naciones

    Unidas (ONU), 1 de cada 5 nios sufre de algn

    trastorno psicolgico. Si bien no es un problema

    nuevo, sino probablemente una enfermedad ms

    reconocida y, por ende, ms detectada en los

    ltimos aos, no deja de ser alarmante, entre

    otros motivos, por su creciente incidencia y por

    las consecuencias que ello trae.

    Depresin infantil, ansiedad, suicidio,

    estrs familiar, son trminos que cada vez

    escuchamos con ms frecuencia. Y aunque es

    un fenmeno multicausal, las omisiones o, por

    el contrario, los excesos o sobreexigencias que

    se hagan por parte de la familia y la escuela

    juegan un papel importante en su etiologa.

    Es bien sabido que el acompaamiento que

    se hace de los nios, nias y adolescentes en

    la familia y en el colegio son la base para la

    formacin integral, la construccin de la feli-cidad, la autonoma, la solidaridad, la salud

    y la autoestima.

    En la crianza humanizada, es fundamental

    la proteccin, es decir, acompaar, favorecer y

    defender a nios, nias y adolescentes, as como

    resguardarlos de peligros. Adems, es necesaria

    la exigencia, entendida como las prcticas de

    crianza con lmites y normas razonables segn

    la edad.

    Por el contrario, en la crianza que no es

    humanizada, es muy comn la sobreexigencia,

    en la cual se espera y exige de los hijos altos

    rendimientos acadmicos, artsticos y deporti-

    vos; hay un control milimtrico y excesivo del

    tiempo, se ingresan en un nmero exagerado

    de actividades extracurriculares y se pretende

    que adquieran destrezas a edades cada vez

    ms tempranas.

    Desde luego, el impulso por sobreexigir a

    los hijos y desear que sean nios y adolescentes

    sobresalientes no es algo nuevo. A personajes

    famosos como W. A. Mozart le fueron des-

    cubiertas sus aptitudes musicales desde muy

    temprana edad; y en esa poca, siglo XVIII, se

    puso de moda que muchos europeos educaran a

    sus propios hijos con la esperanza de conseguir

    nios prodigio.

    Hoy en da, sin embargo, la presin porconseguir lo mejor de los nios se ha disparado

    al mximo y se ha convertido en una especie

    de reto para los padres y, al mismo tiempo,

    una competencia entre ellos. Los nios se han

    convertido ms que en ningn otro momento

    de la historia en una extensin del ego paterno,

    en una proyeccin de las posibles frustraciones

    personales, en una especie de miniyo.

    L a s o b r e e x i g e n c i a e n l a c r i a n z a

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    La sobreexigencia en la crianza

    cultura, la igualdad de gneros. Se dispone de unos

    derechos consagrados por el derecho internacio-

    nal. Se es el centro del universo de los padres.

    Sin embargo, esto no es suficiente. La infanciamoderna parece extraamente insulsa, saturada

    de accin, logros y consumo; en cierto sentido,

    vaca y sucednea. Los nios se convierten en

    una especie de proyectos de los padres. Y, como

    tales, se pretende tener el control hasta del ms

    pequeo detalle: la forma en que deben hablar,

    como se deben comportar, las clases que deben

    tomar incluso imponiendo las actividades que

    deben desarrollar y aprender. Al tiempo que los

    tratan de proteger, o ms bien sobreproteger, para

    evitarles el ms mnimo percance y mantenerlos

    en una urna de cristal. Por supuesto que esto

    se hace con la idea de proporcionar lo mejor para

    sus hijos y facilitarles la vida, pero lastimosa-

    mente muchas veces tiene el efecto contrario:

    nios, adolescentes y adultos inseguros, que no

    saben afrontar retos ni enfrentar las dificultades

    de la vida, sin resiliencia, que, ante los pequeos

    obstculos, se derrumban y buscan salidas como

    las drogas, el alcohol, el suicidio; el incremento

    de la obesidad y enfermedades que en otra poca

    eran casi exclusivas de la edad adulta, as como

    el riesgo de enfermedades mentales, como laansiedad y la depresin.

    En la posmodernidad, el mensaje implcito

    que vemos a diario es que la infancia es algo

    demasiado precioso para dejarlo en manos de

    los nios, y los nios son demasiado valiosos

    para dejarlos solos.

    Cada vez son menos los momentos que se

    les permite para vivir su niez. Como afirma el

    autor canadiense Carl Honor, en su libro Bajopresin, quien se refiere a este fenmeno como

    el secuestro de la infancia: Cuando los adul-

    tos secuestran la infancia, los nios se pierden

    aquello que confiere textura y significado a

    una vida humana: las pequeas aventuras, los

    viajes secretos, los contratiempos y percances,

    la gloriosa anarqua, los momentos de soledad

    y hasta el aburrimiento.

    La niez del siglo XXI. El riesgode la infancia postergada

    El fenmeno del que estamos hablando es un

    hecho estrechamente ligado, o, ms bien, unaconsecuencia de los cambios que traen consigo

    los nuevos tiempos. Desde finales de siglo XX y

    ahora en pleno siglo XXI, estamos enfrentados,

    ms que en ningn otro momento de la historia,

    a un impacto enorme de los medios de comu-

    nicacin, la tecnologa y el mercado.

    La poca actual o posmodernidad, como es

    llamada por algunos autores, se caracteriza por

    un ambiente competitivoy a la vezindividualista,

    en el que, ms que dar lo mejor de s, se fijan

    expectativas exageradas, con el objetivo de

    superar al otro y de llenar nuestro ego. Estamos

    ante la cultura del perfeccionismo, que tiene

    que ver con la del consumo, la que nos vende

    la idea de que todo tiene que ser perfecto: la

    casa, el cuerpo, las vacaciones, los hijos, la vida

    misma es mucho ms importante el tener;

    luego, el hacer; y, por ltimo, queda el ser.

    Estos fenmenos se ref lejan de forma direc-

    ta en la crianza de los nios y adolescentes

    de nuestra poca. Estamos criando toda unageneracin de nios para que complazcan a

    los adultos, para que nos hagan sentir felices

    y orgullosos, para ser moldeados tal como

    queremos que sean. A medida que la familia se

    ha ido centrando en el nio, los padres se han

    volcado en sus hijos para satisfacer en mayor

    medida sus necesidades emocionales.

    Ahora bien, no se pueden negar las ventajas

    que tiene crecer en esta poca: menos probabi-

    lidades de desnutricin, abandono, maltratos ymuerte aunque an con brechas enormes entre

    los llamado pases desarrollados y los pases en

    desarrollo. Se est rodeado de comodidades

    materiales inimaginables hace solo una genera-

    cin. Grandes aportes en el rea de la ciencia y

    la tecnologa, con el impacto positivo que esto

    ha trado en la morbimortalidad infantil. Mayor

    preocupacin por temas como la educacin, la

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    Juliana Trujillo Gmez - Juan Fernando Gmez Ramrez

    los ms pequeos es la mquina de aprender

    ms potente que hay. Basados en esto, en las

    ltimas dcadas, se ha realizado una cantidad

    de experimentos e investigaciones donde se ha

    evidenciado la importancia de los estmulos aedades tempranas para sacar el mximo provecho

    de esas conexiones sinpticas que se efectan

    en los primeros aos de vida.

    Con esta informacin como premisa, el

    mercado se ha ideado un conjunto inmenso

    de productos para estimular lo ms temprano

    posible el cerebro desde la etapa intrauterina y

    en los primeros meses y aos de vida. El efecto

    Mozart, Baby Einstein, cursos de ingls y de

    lectura para bebs, programas de iPods y dis-

    positivos digitales son algunos ejemplos de los

    artculos que ha generado la industria. Y, por

    supuesto, los padres, y en general la sociedad,

    maravillados con proporcionar a sus nios

    habilidades ms tempranas, han cado en este

    mercadeo de forma impresionante.

    El problema es que no es tan claro que esta

    cantidad de estmulos extras tenga un efecto

    real y duradero. Es decir, es evidente la relevan-

    cia de los estmulos sensoriales desde etapas

    tempranas, pero pareciera que los videos y losmviles electrnicos no tienen ms efecto que

    las interacciones individuales con abundante

    contacto visual. Los contrastes fuertes y los

    colores fascinan a los lactantes, y, precisamente,

    eso es lo que encuentran en el rostro humano;

    el observar y examinar la cara de sus padres es

    un ejercicio neuronal inmenso, a la vez que se

    convierte en un estmulo para la corteza prefron-

    tal, la parte social del cerebro que gobierna la

    empata, el autocontrol y la capacidad de leer

    seales no verbales de otras personas.

    Cuando en los aos 90 un grupo de investiga-

    dores encontr que escuchar a Mozart mejoraba

    el razonamiento espacial en los universitarios,

    surgi toda una industria alrededor de esto, y se

    volvi una moda colocarle este tipo de msica a

    los ms pequeos e, incluso, desde la etapa fetal.

    Posteriormente, se hall que el efecto benfico

    Y es que la lnea entre la niez y la adultez

    cada vez es ms estrecha, e, incluso, tiende a

    desaparecer, segn algunos autores, entre ellos

    Neil Postman, quien lo deja plasmado en su libro

    La desaparicin de la infancia. De acuerdo coneste autor, la sociedad moderna no distingue

    claramente el mundo del adulto y del nio, lo

    cual resulta ser muy peligroso, pues el nio

    necesita descubrir los misterios de la vida muy

    lentamente y de una manera psicolgicamente

    aceptable.

    Postman indica que la gran diferencia entre

    el adulto y el nio siempre se haba basado

    en el conocimiento, y que el nio durante su

    infancia descubra lentamente los secretos de

    la vida adulta, ah era cuando el concepto de

    inocencia, de conocimiento progresivo, de

    abordaje y de capacidad de asombro creciente

    se iba dando, pero infortunadamente esto est

    muy lejos de ocurrir en el nio actual, al que

    no le quedan secretos por descubrir, puesto

    que todo lo sabe.

    Son los nios de las clases sociales media y

    alta quienes estn ms expuestos a este fen-

    meno, precisamente por la presin social que

    se presenta, sea de forma implcita o explcita,para hacer desus hijos unos supernios. Los

    nios y adolescentes de las clases sociales menos

    favorecidas estn expuestos a otro tipo de sobre-

    exigencia: la explotacin laboral, el estar a cargo

    de labores hogareas que van en contra de sus

    derechos, el maltrato fsico, mental y emocional,

    y, de forma contraria a lo que sucede con los

    nios de los estratos medios y altos, la falta de

    oportunidades de participar en actividades que

    les aporten para el desarrollo de su autoestima,

    autonoma y creatividad.

    El boom de lasobreestimulacin temprana

    No hay duda de que el cerebro es un rgano con

    muchas propiedades y caractersticas nicas,

    que lo hacen motivo de estudio constante. Y,

    a su vez, se ha demostrado que el cerebro de

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    La sobreexigencia en la crianza

    conocimientos de forma paulatina de acuerdo

    con su edad, vale la pena preguntarnos es

    este el nicoo, ms bien, el msimportante de

    los objetivos? Probablemente no. La capacidad

    expresiva, analtica y crtica, la creatividad, ladisciplina, la tica y, de forma muy especial, el

    deseo por aprender, son caractersticas que pue-

    den primar sobre la enseanza de definiciones

    y conceptos. No basta con tener la informacin

    si no se sabe qu hacer con ella; aprender a pen-

    sar, a debatir, a resolver problemas, a imaginar

    puede ser mucho ms til para enfrentarnos a

    los desafos actuales.

    Las escuelas empujan a los nios a aprender

    a leer, escribir y calcular cada vez ms rpido, y

    apartan el arte, la msica y las humanidades, a fin

    de tener ms tiempo para la memorizacin.

    Uno de los ejemplos ms claros que tene-

    mos de esto es la educacin en el continente

    asitico, donde las culturas locales han con-

    cedido una gran importancia al esfuerzo y la

    competitividad. Largas jornadas escolares y

    una vida que se ha llamado infierno de ex-

    menes caracterizan a las escuelas de pases

    como Japn, China y Corea del Sur. No obs-

    tante, estos lugares distan mucho de tener elsistema educativo ideal. El nmero de nios

    que abandonan la escuela o se suicidan ha

    aumentado en el este de Asia. Los estudiantes

    de Asia oriental obtienen unas de las mejores

    notas en matemticas y ciencias en los ex-

    menes internacionales, pero de las peores en

    el disfrute de estas materias. Relativamente

    pocos se dedican a la investigacin.

    Y, de forma opuesta, tenemos un pas como

    Finlandia. All los nios no entran en la escuelaoficial hasta que cumplen siete aos. Mantie-

    nen la competitividad en un nivel mnimo, y

    los exmenes como tal pasan a un segundo

    plano; el arte, la msica y los deportes tienen

    un espacio fundamental. Y, aun as, los alum-

    nos finlandeses siempre quedan en primer o

    segundo lugar casi en cualquier categora en

    los exmenes internacionales. Finlandia cuenta

    sobre el razonamiento espacio-temporal de dicha

    msica no duraba ms all de 20 minutos. El

    efecto Mozart fue derrumbado.

    Algo similar ha sucedido con el intento deensear lenguas extranjeras a los lactantes.

    Existe en el mercado una gran cantidad de CD

    y videos para ensear otros idiomas a este grupo

    de nios. Sin embargo, dos evidencias recientes

    tambin desmoronan la idea de ser el mtodo

    ideal para aprender una segunda lengua. Pri-

    mero, para aprender otro idioma, es mucho ms

    importante una conexin humana y prctica, no

    estmulos artificiales. Y lo segundo es que, para

    llegar a ser bilinges, los nios necesitan estar

    expuestos a una lengua extranjera como mnimo

    durante el 30% de sus horas de vigilia, no una

    o dos horas al da antes de ir a la siguiente clase

    o mientras duerme. Nuevamente, el marketing

    parece habernos convencido de que entre ms

    rpido mejor, sin una evidencia clara sobre ello

    y, ms an, sin tener en cuenta lo contraprodu-

    cente que podra llegar a ser.

    La sobreexigenciaen la educacin

    Dirigir, encaminar, doctrinar. Esta es unade las definiciones que tiene la Real Academia

    de la Lengua para el verbo educar. Pero, pro-

    bablemente, tal definicin se queda corta para

    lo que debe significar en la vida de un nio y

    adolescente su paso por la escuela.

    A los padres se les ofrece una gran cantidad de

    opciones de guarderas y colegios, convirtiendo

    en un lo el escoger ese sitio en el cual pasarn

    gran parte del tiempo sus hijos. Y es probable

    que una de las caractersticas que ms llama laatencin son aquellos colegios en los cuales sus

    alumnos obtienen los primeros puestos en los

    exmenes, o que les ensean el mayor nmero

    de materias.

    Aunque es importante que los jardines

    infantiles y colegios sean lugares que guen a

    los nios y adolescentes en la adquisicin de

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    Juliana Trujillo Gmez - Juan Fernando Gmez Ramrez

    Como afirma Carl Honor, en su libro Bajo

    presin,basado en un trabajo de campo donde

    visit muchos de estos lugares y habl con exper-

    tos en el tema: Lo que ms parece drseles a los

    nios en los aos de preescolar es la libertad deexplorar el mundo circundante en un entorno

    seguro y relajado repleto de cuentos, rimas,

    canciones, charlas y juegos. Necesitan esforzarse,

    luchar y ponerse a prueba, pero no del modo

    que tal vez imaginan muchos adultos.

    Nuevamente, otra moraleja que podemos

    sacar es que un exceso de exmenes, trabajo y

    competencia termina por ser contraproducente;

    los nios aprenden mejor cuando disponen de

    tiempo y libertad para profundizar en temas

    que les interesan y que requieran el uso de la

    imaginacin.

    Como seala en otro apartado el mismo

    autor canadiense: En educacin, como en todo

    lo concerniente a la infancia, tenemos que dar

    un paso atrs y aprender a dejar que las cosas

    sucedan sin forzarlas.

    Qu podemos hacerpara devolverles a losnios su infancia?

    Si bien vemos que, a travs de la historia de la

    humanidad, se han cometido grandes atropellos

    contra la niez, y nunca se les ha dado el lugar

    que les corresponde, estamos en un mundo con

    todas las oportunidades y herramientas para

    realizar un verdadero cambio. El mundo de

    hoy est repleto de oportunidades para apren-

    der, viajar y divertirse. La misma internet y la

    tecnologa se pueden convertir en aliadas si las

    sabemos utilizar.

    Tenemos que empezar por reconocer a los

    nios como nios, y detenernos en este fen-

    meno de adultizacin de la niez. Ese rol de

    madurez que ahora se ve reflejado en muchos

    nios es lo que los est llevando a desdibujar

    lo ms valioso de esta importante etapa de su

    vida, su infancia.

    con uno de los mejores ndices de licenciatura

    universitaria del mundo y tiene una economa

    dinmica repleta de empresas creativas.

    Esta paradoja entre los dos ejemplos anteriorespuede explicarse, segn las palabras de Rainer

    Domisch, un alemn experto en educacin que

    vive en Finlandia hace ms de 30 aos, en que el

    sistema finlands antepone las necesidades de los

    nios a los ambiciosos deseos de los padres. Aqu

    no se considera a los nios cubos que haya que

    llenar con 10 o 15 clases por semana y despus

    medir con un montn de exmenes.

    Y, aunque es cierto que no se pueden extra-

    polar estas experiencias educativas de un pas

    con unas caractersticas econmicas, sociales

    y culturales totalmente diferentes a las nues-

    tras, un mensaje s es implcito: hay una clara

    alternativa al planteamiento actual de hacerles

    empezar temprano y exigirles mucho.

    Otro ejemplo en el que podemos ver plas-

    mado este planteamiento es en los jardines

    infantiles de la pequea ciudad italiana de

    Reggio Emilia, y en la cual se han inspirado

    otras filosofas educativas, como Montessori y

    Steiner Waldorf.

    En los jardines infantiles de Reggio, se

    evitan los exmenes y las notas; no hay com-

    petencia por hacer el mejor dibujo ni el libro

    ms limpio; tampoco hay prisa por acabar un

    trabajo: el calendario se establece conforme los

    nios avanzan. Se trata el arte como el medio

    natural para que los nios exploren, analicen

    y comprendan el mundo. En vez de imponerles

    un plan de estudios, los maestros les animan a

    relacionarse a su manera con el mundo.

    Y todo apunta a que dichos planteamientos

    parecen funcionar. Estudios realizados demues-

    tran que los nios de esos jardines llegan a la

    primaria ms preparados para aprender mate-

    mticas, leer y manejar problemas complejos.

    Adems, tienen una habilidad especial para

    jugar y trabajar con sus compaeros.

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    La sobreexigencia en la crianza

    Volver al sentido comn de los padres y

    cuidadores. Definitivamente, no hay recetas

    mgicas para educar a los hijos, aunque puede

    haber unas pautas para apoyar la tarea de la

    crianza. El sentido comn, la flexibilidad,el amor, el respeto, los lmites y la toma de

    conciencia de que los hijos no son trozos de

    barro a los que moldear, sino personas a las

    que debemos acompaar en la vida.

    Si bien no se trata de negar que estamos en

    una poca diferente, en la cual tenemos mltiples

    opciones de aprendizaje y entretenimiento, no

    debemos caer en la trampa del consumismo

    desmedido y de creer que lo nuevo, lo ms caro,

    lo ms extravagante es lo mejor. Se debe tener

    un justo equilibrio entre lo nuevo y sofisticado

    que ofrece la poca y las vivencias tradicionales

    y enriquecedoras.

    Si tenemos claro que la niez es una etapa

    nica en la cual la inocencia, la magia, la sin-

    tona con la vida y la capacidad de asombro

    constituyen un hito fundamental, podremos

    comprender la importancia de volver a lo sen-

    cillo, a lo natural, a rescatar la espiritualidad.

    Esto, por una parte, permitir vivir la infancia

    en su mxima expresin, a la vez que aportarherramientas invaluables para afrontar la ado-

    lescencia y la adultez.

    Volver al juego libre, a los juegos tradiciona-

    les, al rescate de las prcticas deportivas, a las

    actividades en familia, a la visita a las bibliotecas

    y ludotecas pblicas, a los museos, zoolgicos y

    parques recreativos, a disfrutar la naturaleza, la

    lectura, la literatura, la reflexin sobre lo que se

    ve y se oye. Incluso, los momentos de soledad, de

    crear e inventar actividades individuales duranteciertos perodos son indispensables.

    Reivindicar el papel del juego como priori-

    tario para aprender a vivir. Se ha demostrado

    que el juego bsico, puro, sencillo, que hace

    un nio con un lpiz y un papel o una caja de

    cartn es mucho ms frtil, sano y til para su

    desarrollo cerebral.

    Es vital hacernos ciertos cuestionamientos.

    Por qu y para qu tantos esfuerzos a edades tan

    tempranas? Por qu tanta prisa? Es cierto que a

    veces puede dar el tipo de resultados que causan

    el asombro de los dems y el orgullo de los padres;nios que, al ingresar a la guardera, leen libros

    adaptados a sus edades, escriben su nombre y

    saben las tablas de multiplicar. Pero qu sucede

    a largo plazo? Probablemente, alcanzar los hitos

    de aprendizaje temprano no garantiza el xito

    escolar futuro, y, lo ms importante, no hace

    nios ni adolescentes ms felices.

    La inocencia, la magia, la capacidad de

    asombro son caractersticas propias de la niez,

    y la funcin de los padres no es obstaculizar ni

    adelantar el proceso. Por el contrario, se trata

    de acompaar a los nios en el descubrimiento

    lento de los secretos de la vida adulta. Se hace

    necesaria una secuenciacin gradual y progre-

    siva, no traumtica, sino lenta y presente en el

    recorrido de las distintas etapas de la vida.

    Algo indispensable es que los padres y cui-

    dadores deben aprender a relajarse, a dejar de

    lado el perfeccionismo, a ir despacio. Los nios

    tienen una determinada cantidad de aptitudes

    e intereses. La infancia no es una carrera quesolo pueden ganar los mejores, los nios alfa.

    Cada nio es nico y diferente. Se debe per-

    mitir que el nio viva su vida, y no pretender

    vivirla por ellos.

    La clave para educar espiritualmente a los

    hijos est en que los padres sean sensibles a

    los matices de la personalidad de estos y a sus

    necesidades individuales.

    No se trata de crear proyectos, se trata deformar personas con valores, capaces de enfren-

    tar retos, de establecer relaciones de amistad,

    de pareja, de descubrir el mundo. Personas

    capaces de desarrollarse en el campo que ms

    disfruten, en el cual se descubran aptitudes y

    actitudes. En este punto, los padres y cuidadores

    pueden desempear un papel facilitador nico

    durante la infancia.

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    Juliana Trujillo Gmez - Juan Fernando Gmez Ramrez

    Y como conclusin

    En ninguna poca los nios han elegido

    su propia infancia. Los adultos han elegido

    siempre cmo vivirla. Pero, en este siglo XXI,estamos ante unas circunstancias que ponen

    cada vez ms en peligro el verdadero sentido

    de esta etapa de la vida. Como indic el poeta

    ingls John Betjeman: La niez transcurre

    entre sonidos y olores y percepciones, antes

    de que aparezca la oscur idad de la razn. No

    apaguemos la luz antes de tiempo. Abramos

    nuestra mente y nuestro espritu para por fin

    poder darle a la niez el puesto que le corres-

    ponde por derecho propio.

    Infancia es vida, ms que unamera preparacin para la v ida.

    J. S. Plant

    Ahora bien, la internet y las nuevas tecnolo-

    gas se deben convertir en aliadas ms que en

    el temible enemigo. El acceso a una cantidad

    infinita de informacin y recursos educativos

    en todas las reas, el despertar la capacidad deexplorar, indagar, investigar en temas que les

    guste, y el interactuar con nios y adolescentes

    de otras regiones o, incluso, con los padres,

    cuando por algn motivo se deben distanciar,

    son las principales ventajas que nos pueden

    ofrecer. Pero, para hacer de esto una experiencia

    enriquecedora y sana, se necesita un acompaa-

    miento permanente de los adultos responsables,

    en el cual se establezcan lmites y se proporcione

    una asesora acerca de los aspectos positivos y

    negativos de la red, en especial para evitar que

    tengan acceso a actividades ilcitas y a pginas

    con contenidos indeseables que puedan afectar

    de forma negativa su desarrollo fsico, mental,

    espiritual y social.

    Lecturas recomendadas

    1. Honor C. Bajo presin: cmo educar a nuestros hijos en un

    mundo hiperexigente. Barcelona: RBA Libro; 2010.

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