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Soteriología: Perspectiva Histórica Carlos Raúl Sosa Siliézar La doctrina de la salvación es cuestión inherente a todo cristiano. De ahí que a lo largo de la historia creyentes de todas las épocas han hecho un esfuerzo intelectual por comprenderse a sí mismos en su relación con Dios hecha posible por Cristo. Las discusiones soteriológicas a lo largo de las épocas inevitablemente tocan aspectos tan importantes como la predestinación, el libre albedrío, la seguridad de la salvación, la salvación en la historia, etc. Para discutir estos temas, los creyentes han echado mano de la filosofía, la Escritura y su propia experiencia. Padres Apostólicos La doctrina soteriológica de estos padres se articula las más de las veces a la luz del martirio. Por eso es razonable que muchos de ellos consideren que el verdadero cristiano puede llevar esa distinción solamente si su obediencia es incondicional. De esa cuenta, la salvación consiste en experimentar la gracia de Dios y ser capacitado por ella para resistir la persecución y el martirio. 1 Controversias a raíz de la persecución La brutal persecución que sufrieron los creyentes de los primeros siglos dio origen a controversias soteriológicas. En el 250 A.D. el emperador Decio ordenó que cada habitante del Imperio debía obtener un certificado que atestiguara que había hecho sacrificios al emperador. La persona que se negara a obtener ese certificado era castigada con la pena de muerte. 2 Como es natural, muchos cristianos no obtuvieron ese certificado y murieron como mártires. Sin embargo, otros –dentro de las filas del cristianismo– obtuvieron sus certificados. Después de la persecución los cristianos que ofrecieron sacrificios se arrepintieron y deseaban volver a la iglesia. 3 Ellos recibieron la designación de lapsi. Esto dio origen a cuatro categorías dentro de la iglesia: los mártires, los apostatas, los confesores y los lapsi. 4 Estos últimos eran reintegrados a la iglesia después de hacer público su arrepentimiento. En aquella época predominaba la idea de que fuera de la iglesia no hay salvación. 5 Por tanto, los que se apartaban de ella perdían la salvación. 6 Ignacio de Antioquia Ignacio consideraba que Dios vive en el cristiano. 7 La vida verdadera del cristiano es Cristo mismo. 8 La gracia de Dios en el cristiano hace que este rompa con toda doctrina extraña, como el judaísmo. 9 Además, la fe en Cristo debe llevar al cristiano a ser un verdadero discípulo que resista con paciencia las adversidades. Clemente de roma Clemente tiene una concepción paulina de la salvación en Cristo. 10 Y así nosotros, habiendo sido llamados por su voluntad en Cristo Jesús, no nos justificamos a nosotros mismos, o por medio de nuestra propia sabiduría o entendimiento o piedad u obras que hayamos hecho en santidad de corazón, sino por medio de la fe, por la cual el Dios Todopoderoso justifica a todos los hombres que han sido desde el principio.... 11 La salvación fue hecha posible por Cristo y junto con él las personas pueden arrepentirse para alcanzar la salvación. 12

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Notas de clase de última unidad.

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Soteriología: Perspectiva Histórica Carlos Raúl Sosa Siliézar

La doctrina de la salvación es cuestión inherente a todo cristiano. De ahí que a lo largo de la historia creyentes de todas las épocas han hecho un esfuerzo intelectual por comprenderse a sí mismos en su relación con Dios hecha posible por Cristo. Las discusiones soteriológicas a lo largo de las épocas inevitablemente tocan aspectos tan importantes como la predestinación, el libre albedrío, la seguridad de la salvación, la salvación en la historia, etc. Para discutir estos temas, los creyentes han echado mano de la filosofía, la Escritura y su propia experiencia.

Padres Apostólicos

La doctrina soteriológica de estos padres se articula las más de las veces a la luz del martirio. Por eso es razonable que muchos de ellos consideren que el verdadero cristiano puede llevar esa distinción solamente si su obediencia es incondicional. De esa cuenta, la salvación consiste en experimentar la gracia de Dios y ser capacitado por ella para resistir la persecución y el martirio. 1

Controversias a raíz de la persecución

La brutal persecución que sufrieron los creyentes de los primeros siglos dio origen a controversias soteriológicas. En el 250 A.D. el emperador Decio ordenó que cada habitante del Imperio debía obtener un certificado que atestiguara que había hecho sacrificios al emperador. La persona que se negara a obtener ese certificado era castigada con la pena de muerte. 2 Como es natural, muchos cristianos no obtuvieron ese certificado y murieron como mártires. Sin embargo, otros –dentro de las filas del cristianismo– obtuvieron sus certificados. Después de la persecución los cristianos que ofrecieron sacrificios se ÛarrepintieronÜ y deseaban volver a la iglesia. 3 Ellos recibieron la designación de lapsi.

Esto dio origen a cuatro categorías dentro de la iglesia: los mártires, los apostatas, los confesores y los lapsi. 4 Estos últimos eran reintegrados a la iglesia después de hacer público su arrepentimiento. En aquella época predominaba la idea de que Ûfuera de la iglesia no hay salvaciónÜ. 5 Por tanto, los que se apartaban de ella perdían la salvación. 6

Ignacio de Antioquia

Ignacio consideraba que Dios vive en el cristiano. 7 La vida verdadera del cristiano es Cristo mismo. 8 La gracia de Dios en el cristiano hace que este rompa con toda doctrina extraña, como el judaísmo. 9 Además, la fe en Cristo debe llevar al cristiano a ser un verdadero discípulo que resista con paciencia las adversidades.

Clemente de roma

Clemente tiene una concepción paulina de la salvación en Cristo. 10 ÛY así nosotros, habiendo sido llamados por su voluntad en Cristo Jesús, no nos justificamos a nosotros mismos, o por medio de nuestra propia sabiduría o entendimiento o piedad u obras que hayamos hecho en santidad de corazón, sino por medio de la fe, por la cual el Dios Todopoderoso justifica a todos los hombres que han sido desde el principio...Ü. 11 La salvación fue hecha posible por Cristo y junto con él las personas pueden arrepentirse para alcanzar la salvación. 12

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La salvación en Clemente de Roma es eminentemente cristológica. ÛÉsta es la manera, amados, en que encontramos nuestra salvación, a saber, Jesucristo el Sumo Sacerdote de nuestras ofrendas, el guardián y ayudador en nuestras debilidades... Por medio de él fueron abiertos los ojos de nuestro corazón; por medio de Él nuestra mente insensata y entenebrecida salta a la luz...Ü. 13

San Policarpo

La soteriología de Policarpo también es muy paulina. Esto se deja ver en la siguiente frase: Û...es por gracia que somos salvos, no por obras, sino por la voluntad de Dios por medio de JesucristoÜ. 14 Ante el fuego del martirio, Policarpo sabía que renegar de su fe significaría la condenación eterna: Û...el procónsul dijo: ‘tengo fieras aquí y te echaré a ellas como no te retractes’. Pero él dijo: ‘Que las traigan; porque el arrepentirse de lo mejor a lo peor es un cambio que no nos es permitido; pero es notable el cambiar de lo perverso a lo justo’. Entonces le dijo: ‘haré que ardas con fuego si desprecias las fieras, como no te arrepientas’. Pero Policarpo dijo: ‘Tú me amenazas con fuego que arde un rato y después se apaga; pero no sabes nada del fuego del juicio futuro y del castigo eterno, que está reservado a los impíosÜ. 15

Otros escritos de la época

Otros escritos de la época atribuyen cierta cualidad salvífica al bautismo. La Epístola de Bernabé, por ejemplo, tiende una relación estrecha entre la cruz y el bautismo: ÛPero inquiramos si el Señor tuvo cuidado en dar a entender de antemano respecto al agua y la cruz. Ahora bien, con respecto al agua, está escrito con referencia a Israel que ellos no querían recibir el bautismo que traía remisión de pecados... Bienaventurados son los que ponen su esperanza en la cruz, y descienden al agua... Descendamos al agua cargados con nuestros pecados e inmundicia y nos levantamos de ella dando fruto en el corazón, reposando nuestro temor y esperanza en Jesús en el espírituÜ. 16

El pastor de Hermas relata en su tercera visión lo que le dijo una anciana: ÛOye, pues, por qué la torre es edificada sobre las aguas: es porque vuestra vida es salvada y será salvada por el agua. Pero la torre ha sido fundada por la palabra del Todopoderosos y el Nombre glorioso, y es fortalecida por el poder invisible del SeñorÜ. 17

En la novena parábola el Pastor relata en una visión apocalíptica que los que entran en el Reino son aquellos que han recibido al Hijo y sus poderes (espíritus santos) que revisten al creyente. 18 Tales poderes son: fe, continencia, poder, paciencia, inocencia, simplicidad, pureza, alegría, verdad, entendimiento, concordia, amor. En contraste, hay otros “poderes” que impiden el ingreso al Reino: incredulidad, intemperancia, desobediencia, mentira, tristeza, maldad, lascivia, irascibilidad, falsedad, locura, calumnia y rencor. 19

En esa misma visión se describe a los que se condenan. Cada grupo surge de una de las once montañas. Para la mayoría hay posibilidad de arrepentimiento.

(1) Los rebeldes, blasfemos y traidores. No arrepentimiento. (2) Los hipócritas y maestros de maldad. Sí arrepentimiento porque no blasfemaron. (3) Los ricos. Sí arrepentimiento si lo hacen pronto. (4) Los indecisos y los de fe labial. Arrepentimiento presto. (5) Los fieles pero lentos para aprender. Sí arrepentimiento.

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(6) Los que tienen algo contra el prójimo. Sí arrepentimiento. (7) Los que no tienen nada contra el prójimo. Deben permanecer así hasta el final. (8) Apóstoles y maestros Tendrán entrada con los ángeles. (9) Diáconos que ejercieron mal su oficio. No hay esperanza de vida si permanecen. (10) Obispos y personas hospitalarias Recibirán asilo del Señor para siempre. (11) Los mártires. Vida eterna con frutos.

Observaciones y preguntas

1. La salvación de Dios no solamente nos salva sino que también nos capacita para una vida de obediencia. ¿Qué decir de un evangelio cuyo lema es Para de sufrir?

2. No existe salvación fuera de la Iglesia. Pero debe entenderse el concepto de Iglesia como Iglesia Universal.

3. ¿Cuánta fidelidad demanda el Señor para conceder su salvación al ser humano? ¿Podemos llegar a ser salvos sin pasar por el martirio en contextos de persecución?

4. ¿Cómo es posible la habitación de Dios en el creyente si este es por naturaleza pecador e impuro?

5. ¿Posee el bautismo cierta cualidad salvífica? En el Nuevo Testamento el bautismo está íntimamente ligado a la confesión de pecados y arrepentimiento. ¿Se puede decir por lo menos que el bautismo forma parte del plan salvífico de Dios?

Padres Apologistas

Los padres apologistas están muy interesados en dialogar con la filosofía griega, de tal suerte que muchas de sus afirmaciones soteriológicas no son bíblicamente exactas. Se esfuerzan por conceder al ser humano capacidad de decisión y atribuyen al conocimiento un papel demasiado importante. Con todo, aun se puede aprender de sus esfuerzos intelectuales por entender la salvación del ser humano.

Justino mártir

Justino tenía una concepción griega de la gracia. Él relacionaba la gracia con el conocimiento. La gracia, creía él, conduce al verdadero conocimiento. La gracia ilumina la razón y esta puede descubrir la huellas de Dios en la creación. Consideraba que los gentiles reciben la actuación de Cristo a través del Logos divino. De esa cuenta consideró que Sófocles y Heráclito, por ejemplo, vivieron con el Logos, aunque algunos los tengan por impíos. 20

Clemente de Alejandría

Enfatiza la libre voluntad humana para escoger entre lo bueno y lo malo. Se refiere al sexo como el pecado de Adán y Eva. Por eso, niega el pecado original como depravación total del hombre, y lo designa como un desorden de índole puramente sexual. 21 La salvación del pecado se da por medio de la fe, pero esta solamente es un paso en el proceso de ÛdivinizaciónÜ del hombre interrumpido por el pecado. Después de la fe viene el temor y la esperanza, luego el amor y finalmente la gnosis. 22 Clemente subordina el conocimiento a la fe,

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convirtiéndose así en precursor del principio Ûcreo para entenderÜ (Fides quarens intellectum). 23

Otro detalle interesante en la concepción soteriológica de Clemente se encuentra en su poco estudiado opúsculo ¿Quién es el rico salvo? Al parecer, Clemente tuvo que lidiar con la cuestión de la salvación de los ricos que poco a poco iban creciendo en las iglesias, que eran mayormente pobres. A fin de cuentas, Clemente señala que los ricos se pueden salvar siempre y cuando recuerden que los bienes materiales han sido creados por Dios para que sean compartidos. 24

Orígenes

Para entender la soteriología de Orígenes se debe empezar por entender sus postulados en cuanto a la creación. De inspiración más platónica que bíblica, el pensamiento de Orígenes en cuanto a la creación resulta un tanto extraño. Antes de crear el mundo material, Dios creó el mundo de los intelectos. El propósito de estos era contemplar la Imagen de Dios, que es el Verbo. Además estaban dotados de libertad. Haciendo uso de su libertad, los intelectos se apartaron de la contemplación original y se enfriaron hasta convertirse en almas. De allí vienen los seres celestiales y los seres humanos, entre otros.

La ÛsalvaciónÜ consistirá en que los seres racionales sean restaurados a la contemplación original del Verbo. De esa cuenta, los demonios y el Diablo también serán restaurados a esa contemplación original. Los seres son incapaces por sí mismos de retornar al estado original de contemplación. Por eso, la obra de Cristo los libera para que puedan regresar a su estado intelectual anterior. La obra de Cristo es un sacrificio vicario pagado a Satanás. La efectividad de la obra de Cristo solo es posible dentro de la iglesia por medio del bautismo. 25

Orígenes es uno de los precursores más antiguos de la noción teológica de la libre voluntad o libre elección del ser humano. Durante su época estuvo de moda la filosofía estoica del fatalismo y el determinismo. ÛLos nósticos enseñaban (...) que algunos hombres eran elegidos y salvados por Dios, por haber sido provistos de una naturaleza buena, mientras que otros eran separados desde su nacimiento y recibían una naturaleza malaÜ. 26 Ante esto, Orígenes pone un fuerte énfasis en que Dios ha creado al ser humano libre. E indica que la predestinación se basa en la presciencia divina, por la que Dios conoce de antemano todos los acontecimientos futuros. Dios conoce de antemano los actos libres de cada hombre.

Tertuliano

Tertuliano se vio obligado a articular una soteriología bíblica en respuesta al hereje Marción. Este hereje consideraba que el dios del Antiguo Testamento y el dios de este mundo es el responsable de los males que padece el hombre. El dios creador (demiurgo) es revelado en la ley y adorado por los judíos. Este repudio hacia el dios creador nace de la observación de una naturaleza imperfecta. En contraposición a ese dios debe haber un dios óptimo. Este dios óptimo no tiene que ver nada con el dios creador malo. El dios de Marción trae la salvación al mundo sin ningún mediador. La intervención del dios óptimo libera al hombre del dios creador. Bajo el demiurgo, el hombre está condenado a vivir bajo la ley. Sólo el dios óptimo puede liberar al hombre de la esclavitud del creador y su ley. Eso sí, la salvación del dios óptimo es totalmente por gracia. El hombre esclavizado no puede ni debe hacer nada para ganar esa liberación. El dios óptimo salva lo que no creó. Finalmente, debe apuntarse que la salvación tal y como la concibe Marción es puramente ÛespiritualÜ. El dios óptimo solo salva el alma porque la materia es mala, creación del demiurgo. 27

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La respuesta de Tertuliano no se hizo esperar. Tertuliano inició por destacar la bondad de la creación. Acentuó el carácter bello de la creación y el orden del universo (kosmos). La belleza de la creación revela a un Dios creador bondadoso. A Dios se le puede conocer por medio de la naturaleza, pero el acceso más efectivo a él es por medio de la predicación.

Después, Tertuliano reflexionó acerca del libre albedrío. Para este teólogo, el pecado humano no es creación divina sino decisión humana a la luz de su autonomía. El ser humano es responsable por sus actos. 28 Por eso, Tertuliano rechaza el bautismo de adultos, pero indica que es necesario pasar por las aguas bautismales para ser salvo. 29

Ireneo

Al igual que en Orígenes, para entender la soteriología de Ireneo hay que partir de sus ideas en cuanto a la creación. El ser humano –según Ireneo– fue creado con el propósito de crecer hasta llegar a ser Ûcomo DiosÜ. El diablo interviene y trata de acelerar ese proceso. La desobediencia del ser humano estanca el proceso de crecimiento y lo somete a la potestad del Diablo. La encarnación de Cristo es la liberación de la esclavitud del Diablo y le devuelve al ser humano la capacidad de crecer hasta alcanzar la plenitud de la semejanza de Cristo. Sin embargo, el inicio de ese proceso restaurador se da en el seno de la iglesia por medio de bautismo que es sello de la vida eterna y la regeneración de Dios. 30 Para Ireneo el hombre será salvado secundum carnem. Al teólogo asiático no le interesa tanto la salvación del alma cuanto la de la carne. 31

Ireneo es uno de los primeros padres de la iglesia en explicar la teología desde la perspectiva de la historia de la salvación. 32 Según Ireneo, la historia trasncurre hacia la ÛrecapitulaciònÜ (avnakefalai,wsij): Jesucristo es el nuevo Adán que contiene a toda la humanidad, concentra en torno a sí a todo el universo y en su persona se congrega el misterio de la revelación de Dios. 33 Cristo revertió el proceso iniciado por Adán así:

Adán Cristo Primer Adán Segundo Adán Violó la ley Obedeció la ley Perdió la vida eterna para el hombre Recuperó para el hombre lo que Adán perdió

Cipriano

Cipriano de Cartago da testimonio del poder transformador de la gracia en su propia vida: ÛCon la infusión del Espíritu Santo, el segundo nacimiento me convirtió en un hombre nuevo, e inmediatamente, de modo maravilloso, se desvanecieron mis dudas. Se hizo patente lo misterioso, se hizo claro lo oscuro, se hizo fácil lo que antes parecía difícil, se pudo realizar lo que antes se creía imposible. Y pude comprender entonces que era terreno el que, nacido de la carne, vivía sujeto a los pecados, pero que empezaba a ser de Dios este mismo, a quien vivificaba ya el Espíritu SantoÜ. 34

Cipriano es importante en soteriología porque da a esta doctrina un énfasis eclesiológico. Haciendo uso de la interpretación tipológica del Antiguo Testamento es que Cipriano llega a la convicción de que la iglesia es como el arca de Noé, fuera de ella no hay salvación (extra ecclesiam nulla salus). El obispo de Cartago decía que ÛNo puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia por MadreÜ. Con estas palabras se expresa Cipriano al respecto: ÛLa esposa de Cristo no puede ser adúltera, inmaculada y pura como es. Ella sólo ha

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conocido una casa (...). Ella nos guarda para Dios, encamina hacia el reino a los hijos que ha engendrado. Quien, separándose de la Iglesia, se une a una adúltera, se separa de las promesas de la Iglesia, y no alcanzará los premios de Cristo quien abandona su Iglesia (...). No puede ya tener a Dios por padre quien no tiene a la Iglesia por madre. Si pudo salvarse alguien fuera del arca de Noé, también se salvará quien estuviera fuera de la IglesiaÜ. 35

resumen

Justo González ha diseñado un estudio comparativo de tres tipos de teología representativos de los padres apologistas. Su enfoque es importante para este curso porque el argumento transita por la doctrina de la salvación. 36

A B C

Localización Cartago Alejandría Asia Menor y Siria

Representantes Tertuliano Orígenes Ireneo

Interés Moral Metafísico Pastoral

Categoría Ley Verdad Historia

Filosofía Estoica Platónica ¿Ninguna?

creación nueva creación

cristianos

gentiles

logos­gnosis (gracia)

Intervención del maligno. Mal uso de la libertad. Trasgresión de la ley.

Restauración (Orígenes) Recapitulación (Ireneo) Arrepentimiento (Tertuliano)

fe (bautismo)

Temor y esperanza

amor

gnosis

martirio

1. Creación y Salvación.

2. Diálogo con la filosofía griega.

3. Soteriología teleológica.

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Precursores Clemente de Roma Filón – Justino Policarpo Clemente y Teófilo (Alejandría)

Dios Legislador Juez

Inefable Trascendente

Pastor Padre

Creación Completada Espiritual Doble

Comenzada Continuada

Pecado Romper la ley No contemplar al Inefable Desobediencia a Dios

Pecado original Herencia Individual En uno todos pecaron

Problema Deuda moral Ignorancia Sujeción al Maligno

Obra de Cristo Perdón Iluminación Liberación

Necesidad Pago Nueva Ley Enseñanza Victoria

Nueva Creación

Bautismo Lavacro Símbolo Iluminación Injerto

Comunión Fuerza moral Símbolo Alimento

Consumación Reino legal Retorno a la contemplación Nuevo Reino de libertad

Observaciones y preguntas

1. Verdad y salvación. Según los apologistas solamente existe una verdad. Por eso, no veían problema en entablar diálogo con la filosofía griega. ¿Cómo afecta nuestra práctica misionera el hecho de la existencia de una única verdad?

2. Según algunos apologistas, parte de la salvación es transitar por el camino de la divinización. Este lenguaje sirvió como herramienta misionera para su época. Pero, ¿hay en el Nuevo Testamento sustento para esta forma de concebir la soteriología?

Padres Teólogos

Menguada la persecución, los cristianos tuvieron más tiempo para la especulación teológica. Así, la reflexión soteriológica se intensifica durante la época patrística. Algunos problemas relacionados con la salvación llegarán hasta resoluciones conciliares, otros se quedarán en

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disputas personales.

Cirilo de Jerusalén

Cirilo relaciona la acción del Espíritu con la salvación como una iluminación. La acción del Espíritu tiene por objeto la iluminación de la persona: Ûsu venida es pacible, su percepción fragante, su yugo suavísimo. Antes de su venida refulgen rayos de luz y ciencia. Viene con entrañas de un verdadero bienhechor, porque viene a salvar y a curar, a enseñar, corregir, fortalecer, consolar, iluminar la mente, primero, del que le recibe, y, después, también de otros por su medio. Y como cuando uno está primero en la oscuridad, y después ve de repente la luz, la vista del cuerpo se ilumina y ve lo que antes no veía claramente, así al que se ha hecho digno del Espíritu Santo se le ilumina el alma y ve por encima de su capacidad humana lo que no conocíaÜ. 37 Para Cirilo la salvación es obra de la Trinidad. El Espíritu participa de esa maravillosa obra salvífica: ÛUna espada de fuego había cerrado antes la entrada del paraíso, una salvadora lengua de fuego restauró la graciaÜ. 38

Atanasio

Atanasio es conocido en la historia de la iglesia por su controversia con Arrio en cuanto a la Trinidad. No obstante, su aporte soteriológico también es digno de consideración. El pecado en el ser humano lo destruye, de tal forma que la única posibilidad para él de salvación es una re­creación. Puesto que la salvación debe ser una re­creación de la humanidad caída, sólo Dios está en capacidad de salvar a los seres humanos. 39

La soteriología de Atanasio está profundamente conectada con las controversias cristológicas. De hecho, hecha mano de la soteriología para defender su propuesta cristológica. Û...habíamos dicho que ningún otro podía atraer a la incorruptibilidad a un ser corruptible, excepto el Salvador, que al principio había creado todas las cosas de la nada. Ningún otro podía recrear a los hombres según su imagen, excepto quien es la imagen del Padre; ningún otro podía resucitar y hacer inmortal a un ser mortal, excepto quien es la Vida misma, nuestro Señor Jesucristo y ningún otro podía hacer conocer al Padre y destruir el culto de los ídolos, excepto el Verbo que ha ordenado el universo y que sólo él es el Hijo verdadero y unigénito del PadreÜ. 40

Juan Crisóstomo

Juan de Constantinopla fue un destacado predicador que no temió denunciar los escándalos clericales de su época. Sus ardientes homilías le ganaron el apodo de Ûboca de oroÜ (Crisóstomo para los griegos y Osaureus para los latinos). Nunca escribió un tratado de soteriología. Las opiniones que vertió al respecto están diseminadas en varios de sus escritos. San Juan consideraba que aquellos que se decían cristianos pero llevaban una vida de vicios no debían participar de los dones de la iglesia. 41 Otra idea soteriológica de Crisóstomo tiene que ver con el bautismo. Escribiendo al monje Demetrio, le recordaba, ÛTambién tú, por medio del bautismo, has sido capaz de beneficiarte de la gracia divina y te has hecho partícipe de Espíritu; aunque no haya sido para realizar milagros, sino para adquirir cuanto basta en orden a llevar adelante una vida recta y santamente ordenadaÜ. 42 Con todo, es probable que Crisóstomo tendiera un poco hacia el pelagianismo. 43 Otra posibilidad en Crisóstomo es que creyera en la perdida de la salvación. 44

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Agustín de Hipona

La soteriología de Agustín está profundamente marcada por su propia experiencia. La teología de San Agustín es un tapete en donde se entretejen los hilos de la reflexión y de la pasión. Su vida se caracterizó por una incesante búsqueda de la verdad. ÛAndaba yo irresoluto y dudado de cuáles eran las cosas que debía retener y cuáles las que debía abandonar... Una vez instalado en Italia, reflexioné conmigo mismo y pensé no en si continuaría en aquella secta [de los maniqueos] 45 , en la que lamentaba de haber caído, sino en cuál sería el método para hallar la verdad, verdad por cuyo amor... suspiraba ardientemente.... mi alma se agitaba sin descanso en medio de todas esas cosas, con ansias de encontrar la verdad... Entre estas dificultades sólo me faltaba pedir con lágrimas y llanto a la divina Providencia que me socorrieraÜ. 46

Posteriormente, el problema de Agustín no fue la búsqueda de a verdad sino su apego a las cosas terrenales. Durante su peregrinaje por esta vida el deseo de consagrarse a Dios era intenso pero su voluntad se lo impedía. 47 Al fin, después de una profunda crisis, Agustín se entregó al Señor a través de la lectura providencial de Romanos 13:13. Esta experiencia marcó una ruptura clara entre su vida antigua y su nueva vida en Cristo. Además, su experiencia de conversión le convenció que la gracia de Dios no necesita de la cooperación humana para ser efectiva. La cooperación humana es imposible porque su inclinación es hacia el mal.

San Agustín creía en el bautismo como sacramento que borra el pecado. Û[El] don del bautismo... fue concedido para que borrase por la regeneración lo que se había contraído por nacimiento. [El bautismo también]... borra... todos los pecados personales que se hubieren cometido por pensamiento, palabra y obraÜ. 48

Pelagio

Pelagio no concordaba con la propuesta soteriológica de Agustín. Consideraba que la doctrina de la gracia de su oponente era una amenaza a la libertad y responsabilidades humanas. Pelagio consideraba que ningún ser humano le puede echar la culpa a su naturaleza de los pecados que comete. Así negaba el pecado original transmitido desde Adán. Otra deducción que obtenía Pelagio de su postura teológica era que los niños que mueren sin bautizo no se pierden. La iglesia oficial condenó la teología de Pelagio. En el 431, el Concilio de Éfeso condenó el pelagianismo. 49 Esta condena oficial no será la muerte de este movimiento. Años más tarde, surgirá un movimiento semipelagiano. Con el tiempo, la misma iglesia católica, aunque reconoce a Agustín como padre de la Iglesia, poseerá una soteriología semipelagiana.

Agustín Pelagio

TRASFONDO Vida llena de pecado, frustraciones religiosas y mala conducta

Probablemente un monje habituado a la vida ascética. Lleno de buenas obra y buena

conducta

PECADO ORIGINAL

Es por el pecado de Adán que entra el pecado a toda la humanidad. El hombre no puede hacer nada, excepto pecar (ÛEl hombre peca porque

es pecadorÜ)

No existe pecado original. El pecado de Adán solamente le afectó a él. Su pecado es un mal ejemplo nada más. El hombre nace sin pecado (ÛEl hombre es pecador porque

pecaÜ)

LIBRE ALBEDRÍO Después de la caída, Adán sólo era libre para pecar. La humanidad perdió la libertad de

El hombre tiene plena capacidad para decidir hacer lo bueno al igual que Adán

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escoger el bien, no la libertad en sí

GRACIA Es inmerecida e irresistible. El hombre no se salva a sí mismo, ni contra su voluntad

La gracia de Dios está presente en el libre albedrío (gracia creadora) y la ley (gracia

humanadora)

PREDESTINACIÓN Dios soberanamente elige a unos para salvación. Este es un acto de misericordia y justicia

La ÛpredestinaciónÜ se basa en la presciencia divina. Dios ya sabía quienes

serían rectos y a estos predestinó

Entre la postura de Agustín y la de los seguidores de Pelagio surgió la de Juan Casiano. Sin embargo, el sínodo de Orange (529 d.C.) condenó la postura ecléctica de Casiano y se aproximó más al pensamiento agustino. De manera que se puede decir que al inicio de la edad media existían cuatro tendencias soteriológicas:

Agustín de Hipona: La salvación proviene totalmente de Dios. Sínodo de Orange: La salvación se origina en Dios y prosigue con el hombre. Semi­pelagianismo: La salvación se origina en el hombre y prosigue con Dios y el hombre. Pelagianismo: La salvación proviene totalmente del hombre.

Período Medieval

La teología medieval abre sus puertas de par en par a la filosofía. Durante este período, la especulación racional era el fundamento académicamente reconocido para hacer teología. En ese contexto surgen diversas controversias. Es durante esta época que la iglesia es testigo de las mayores discusiones en torno a la doctrina de la obra de Cristo (Anselmo y Abelardo). Este período también es importante porque en él predomina la idea de que la mente humana, la capacidad de razonar, no fue totalmente afectada por el pecado original.

época Carolingia

Durante el período el período carolingio (ca. 776­850) surgieron varias disputas teológicas. Estaban relacionadas con la trinidad (adopcionismo, el ÛfilioqueÜ), liturgia (culto a las imágenes, eucaristía), etc. Dentro de esas controversias aparece la disputa referente a la predestinación.

El origen de esta disputa se encuentra en la lectura descontextualizada de San Agustín. Este había sostenido –en contra del pelagianismo– que la voluntad salvífica de Dios es universal, pero los que se salvan son predestinados por Dios y los que se condenan son abandonados por Dios.

El monje benedictino Gothescalco (alemán Gottschalk) concluyó hacia el año 848 que había dos predestinaciones absolutamente equivalentes (similiter omnino). Unos estaban predestinados a la vida eterna y otros, a la muerte eterna. Negó la voluntad salvífica universal de Dios y la libertad humana para responder a la gracia. La diócesis de Reims (Francia) presidida por Hincmaro convocó un sínodo (849) para discutir el asunto. Años más tarde (853) otro sínodo fue convocado. Ambos sínodos condenaron la doble predestinación sostenida por Gothescalco y afirmaron una única predestinación: Dios destina de antemano a todos los hombres a la salvación eterna, aunque algunos optan por la gracia y otros la rechazan. 50

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Pedro Abelardo

Para Abelardo la gracia infunde la virtud de la fe, que es el fundamento de la caridad y del resto de las virtudes. El hombre que alcanza cierta madurez en la gracia, ya no necesita de su auxilio para realizar moralmente cada paso de su vida. 51 En cuanto a la fe, Abelardo era partidario de la frase Ûcomprende para creerÜ. El ser humano ha sido dotado de capacidades intelectuales que, bien desarrolladas, lo habilitan para creer. Sin embargo, no consideraba correcto llamar pecado a la ignorancia de los infieles, y las consecuencias que surgen de tal ignorancia. No es posible culpar de no creer en el Evangelio a aquellos que no han oído nunca hablar de Cristo. 52

Otra idea soteriológica de Abelardo se halla expuesta en su comentario a Romanos (Expositio in Epistulam Pauli ad Romanos, 1128). Allí subraya la idea que el centro de la redención es el magisterio de Cristo. Él no solo salvó a los hombres con su sangre sino también con su mensaje. 53 Esta idea, sin embargo, le fue censurada por la iglesia oficial del entonces.

En cuanto a la obra de Cristo, Abelardo propuso una teoría que ha sido llamada “de la influencia moral” o “del ejemplo”. El punto de partida de la expiación no es la pecaminosidad del hombre sino la benevolencia de Dios. Dios entonces demanda arrepentimiento no justicia. De modo que la muerte de Cristo provee el ejemplo necesario para practicar el arrepentimiento. La obra cruenta de Cristo tuvo como propósito impresionar de tal modo al hombre para que éste se sintiera impulsado a la contrición. Cristo es un ejemplo a seguir, un modelo de arrepentimiento.

San Anselmo de Canterbury

San Anselmo de Bec (ca. 1033­1109) es famoso en teología por su soteriología. Más allá de las pruebas de la existencia de Dios, el Becense articuló la soteriología para llegar a la cristología. Su lógica es más o menos como sigue. Previendo el pecado de Adán, Dios dispuso que la salvación del hombre se hiciese en satisfacción plena. Tal satisfacción consiste en pagar un precio justo por la salvación del hombre. El pago (redención) es hecho por Cristo satisfaciendo la justicia divina ofendida. Sus tesis soteriológicas aparecen en su opúsculo Cur Deus homo. 54 Su teoría en cuanto a la expiación es llamada “de la satisfacción” o “de la sustitución”.

Tomás de Aquino

Sin duda, una de las mentes teológicas más impresionantes de la antigüedad medieval es Tomás de Aquino. El tratamiento que este teólogo hizo de la soteriología empezó por el tema de la gracia. Para ello, Aquino parte de la antropología. El pecado del ser humano no lo corrompe totalmente. El intelecto humano posee una luz natural que puede conocer, entender y experimentar la verdad. A la par de esto, el ser humano tiene libre albedrío. No obstante, reconoce que solamente aquel que posee la gracia está en condiciones de cumplir con la ley de Dios en forma completa. 55

La gracia puede dar al hombre la libertad del pecado. Pero una vez liberado, el hombre necesita de la gracia habitual para poder vivir sin pecado. Por tanto, aquel que ha sido receptor de la gracia se ve obligado a realizar buenas obras que le merezcan la vida eterna. 56 De hecho, Aquino distingue entre una gracia operante (operans) y otra cooperante (cooperans). Esta última posibilita al libre albedrío humano para que avance en el proceso de comunión con Dios. 57 Así, la realización de obras meritorias es una posibilidad abierta por la

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gracia cooperante.

En cuanto a la justificación por la fe propiamente dicha, Tomás de Aquino la considera como el perdón o remisión de los pecados. Pero para poder ser justificado, el hombre primero tiene que desearlo. El libre albedrío, entonces, toma la iniciativa al sentir un anhelo sincero y auténtico de comunión con Dios. La justificación discurrirá en un instante pero también en un proceso de acuerdo a la buena disposición de la persona. 58

Ante los movimientos de reforma, el Concilio de Trento volverá a los postulados tomistas para defender una soteriología cooperante. 59 Ya antes Bonifacio VII había dicho en 1302 “Declaramos, afirmamos definimos y proclamamos que es absolutamente necesario para la salvación de cada criatura humana su sujeción al pontífice de Roma”.

Observaciones y preguntas

1. La categoría soteriológica durante la época medieval fue la antropología. Su reflexión soteriológica partía del hombre no de Dios.

2. ¿El creyente es receptor de la gracia divina o la gracia capacita al ser humano para ser creyente? ¿Se necesita auxilio constante de la gracia de Dios o esta es otorgada una sola vez en la conversión?

3. ¿Cuánta comprensión se requiere para creer? ¿Es necesario creer para comprender, o comprender para creer? Bíblicamente, solamente se requiere de la audición de la palabra de Dios para creer.

Período de la Reforma

La cuestión fundamental debatida en la reforma fue la soteriología. La soteriología de la edad media no ofrecía mayor esperanza a los fieles de la iglesia. Los que tenían dinero podían obtener el perdón de sus pecados y el de sus familiares. Los que tenían mucho dinero podían acceder al perdón de pecados a través de las indulgencias. Aquellos que no podían obtener tales privilegios estaban condenados al purgatorio, en el mejor de los casos. Contra esta imagen oscura de la soteriología reaccionarán con vehemencia los denominados pre­ reformadores y los reformadores mismos.

Martín Lutero

Como se notó arriba, a principios del siglo V tuvo lugar una de las controversias teológicas más importantes de la historia del cristianismo. Los protagonistas fueron Agustín y Pelagio. Agustín, obispo de Hipona, hacía depender totalmente la salvación humana de la gracia de Dios. Pelagio no tenía la misma postura. El consideraba que hacer depender la salvación humana únicamente de la gracia de Dios atentaba contra la libertad y responsabilidad humanas. 60 La antropología de Pelagio era muy optimista. Para él, el ser humano no regenerado es capaz de hacer el bien. Pero Agustín creía lo contrario: el ser humano es totalmente pecador.

Por varias razones que no expondremos aquí, la postura soteriológica de Pelagio se impuso en la iglesia durante el resto de la Edad Media. Para la época de Martín Lutero, era indudable que la iglesia consideraba que la salvación es el resultado de la fe apoyada por las obras humanas. El razonamiento lógico no podía entender como la salvación era posible solamente

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por la gracia de Dios sin la mediación humana.

La soteriología medieval descendió a las masas populares. De ahí que era común ver a los parroquianos hacer largas peregrinaciones a Roma, mortificar la “carne” a través de tormentosas penitencias, confesarse constantemente con el sacerdote, etc. Prácticamente, solo los santos podían ir al cielo. El resto de la raza humana estaba condenada al purgatorio o al infierno. 61 La salvación se obtenía y conservaba cumpliendo con los siete sacramentos y realizando las siete obras de misericordia. 62

También, por aquel entonces, el Papa León X autorizó a Alberto de Brandemburgo la venta de indulgencias en su territorio con la única condición de dar a la iglesia la mitad de las ganancias. Ese dinero lo destinaría León X para concluir la construcción de la suntuosa Basílica de San Pedro. El monje dominico Juan Tetzel se encargó de la venta de indulgencias en varios sectores de Alemania. Llegó a vender indulgencias cerca del pueblo en donde Lutero se encontraba. Como el pueblo anhelaba escapar del purgatorio y liberar de él a sus parientes, el negocio de Tetzel resultó un éxito.

Lutero como hijo de su época había transitado por todo el sistema soteriológico que la iglesia le ofrecía. Sin embargo, su alma no encontró reposo. A la luz de su experiencia y sus estudios bíblicos, Lutero se dio cuenta que la salvación tal y como la concebía la iglesia no compaginaba con el pensamiento bíblico. En respuesta al negocio de Tetzel, Lutero hace públicas sus famosas 95 tesis. La número veintiuno afirma, ÛEn consecuencia, yerran aquellos predicadores de indulgencias que afirman que el hombre es absuelto a la vez que es salvo de toda pena, a causa de las indulgencias del PapaÜ. 63

Al contrario, la justificación del pecador es posible únicamente por la fe. En su comentario a la carta a los Romanos explica: “El significado de este pasaje [1:17] parece ser, pues, el siguiente: La justicia de Dios es sola y exclusivamente una justicia por la fe...”. 64 Ninguna obra humana justifica al ser humano ante Dios. Antes bien, ÛEstas dos sentencias son, por consiguiente, ciertas. Primera: “Las obras buenas y justas jamás hacen al hombre bueno y justo, sino que el hombre bueno y justo realiza obras buenas y justas”. Segunda: “las malas obras nunca hacen al hombre malo, sino que el hombre malo ejecuta malas obras”Ü. 65

Esta verdad bíblica en cuanto a la justificación también fue subrayada por la insipiente iglesia Luterana. La Confesión de Augsbugo enseña que Û...no podemos lograr el perdón del pecado y la justicia delante de Dios mediante nuestro mérito, obra y satisfacción, sino que obtenemos el perdón del pecado y llegamos a ser justos delante de Dios por gracia, por causa de Cristo mediante la fe, si creemos que Cristo padeció por nosotros y que por su causa se nos perdona el pecado y se nos conceden la justicia y la vida eterna. Pues Dios ha de considerar e imputar esta fe como justicia delante de sí mismo, como San Pablo dice a los romanos en los capítulos 3 y 4Ü. 66

La salvación tal y como la entendió Lutero depende únicamente de la fe. Sin embargo, el resultado consecuente de esa fe son las buenas obras. Lutero no desechó las buenas obras. Rechazó aquellas obras que pretendían justificar al ser humano ante Dios. Las buenas obras son el resultado natural de la justificación por la fe. Esto es subrayado igualmente por las Confesiones de la iglesia Luterana. La Confesión de Augsburgo lo enseña en el siguiente párrafo: ÛAdemás, se enseña que las buenas obras deben realizarse necesariamente, no con el objeto de que uno confíe en ellas para merecer la gracia; sino que han de hacerse por causa de Dios y para alabanza de él. La fe se apodera siempre sólo de la gracia y del perdón del pecado. Y ya que mediante la fe se concede el Espíritu Santo, también se capacita el

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corazón para hacer buenas obras... Por consiguiente, no se le ha de recriminar a esta doctrina de la fe que prohíba las buenas obras; al contrario, antes bien ha de ser alabada por enseñar que se deben hacer buenas obras y por ofrecer la ayuda con la cual realizarlasÜ. 67

Un resumen útil del pensamiento de Lutero en cuanto a la justificación por la fe se encuentra el los Artículos de Esmalcalda, Û...por la fe recibimos un corazón distinto, nuevo y puro, y que Dios desea tenernos por totalmente justificados a causa de Cristo, nuestro mediador. Aunque el pecado no haya desaparecido del todo ni muerto en la carne, Dios no quiere tenerlo en cuenta ni darse por enterado. Las buenas obras son una consecuencia de esta fe, de este nuevo ser y del perdón de los pecados... Nosotros añadimos, además, que si no se siguen las buenas obras, la fe será falsa y nunca verdaderaÜ. 68 En suma, Lutero creía en cuanto a la justificación que el creyente es Ûsimul iustus et pecatorÜ.

Juan Calvino

No cabe ninguna duda que el teólogo de la Reforma por excelencia es Juan Calvino. Su obra cumbre Institución de la Religión Cristiana aun hoy es texto vigente para aproximarse a las doctrinas bíblicas. En cuanto a la soteriología su aporte fue valiosísimo. Calvino parte de la idea del pecado original. Para él el pecado original Ûes una corrupción y perversión hereditarias de nuestra naturaleza, difundidas en todas las partes del alma; lo cual primeramente nos hace culpables de la ira de Dios, y, además, produce en nosotros... ‘pecado’Ü. 69

Consecuentemente, la salvación tiene que venir fuera (extra) del hombre, no de su propio interior (intra). La salvación es posible solo mediante Jesucristo. Su obediencia –lo que era imposible para el hombre– merece el favor del Padre. Su muerte y su sangre satisface el juicio de Dios. El pagó el rescate de la muerte de la humanidad. 70

Sin embargo, no se ha dicho todo en cuanto a la salvación. Queda la pregunta referente a cómo se apropia el ser humano de los beneficios obtenidos por Cristo. Calvino continua afirmando que es por medio del Espíritu Santo. Û...nuestras almas son purificadas por la incomprensible aspersión del Espíritu Santo con la sangre sacrosanta, que fue una vez derramada, a fin de que tal derramamiento no quede en vanoÜ. 71 El ser humano debe ser informado por el evangelio acerca de la salvación en Cristo y responder con fe. ÛPor tanto, el verdadero conocimiento de Cristo es que lo recibamos tal como el Padre nos lo ofrece; a saber, revestido de su Evangelio. Porque así como nos es propuesto cual blanco de nuestra fe, así también jamás llegaremos a Él más que guiados por el Evangelio. De hecho, en él se nos abren los tesoros de la gracia, que si permanecieran cerrados, de muy poco nos aprovecharía CristoÜ. 72

Otro elemento importante de la soteriología de Calvino tiene que ver con el arrepentimiento. El arrepentimiento no puede existir sin la fe, pero tampoco hay fe si no se muestra arrepentimiento. Û...el arrepentimiento en definitiva consiste en alejarnos de nosotros mismos y convertirnos a Dios; en dejar nuestra vieja y propia voluntad y revestirnos de otra nueva... es una verdadera conversión de nuestra vida a Dios, la cual procede de un sincero y verdadero temor de Dios, y que consiste en la mortificación de nuestra carne y del hombre viejo, y en la vivificación del EspírituÜ. 73

Finalmente, Calvino habla de la predestinación. Es importante y justo notar que el tratamiento de esta doctrina se da después de tratar en detalle la condición del hombre, la salvación en

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Cristo y la justificación por la fe. El arreglo que Calvino da a los temas de la soteriología parecen develar que la predicación del evangelio debe explicar precisamente el evangelio y aquellos que lo reciben deben ser informados de su predestinación eterna. Como sea, Calvino llama Ûpredestinación al eterno decreto de Dios, por el que ha determinado lo que quiere hacer de cada uno de los hombres. Porque Él no los crea a todos con la misma condición, sino que ordena a unos para la vida eterna, y a otros para condenación perpetua. Por tanto, según el fin para el cual el hombre es creado, decimos que está predestinado a vida o a muerteÜ. 74

Concilio de Trento

La formulación de la soteriología tridentina se realizó negativamente, en pugna con la propuesta del protestantismo. La iniciativa divina, la conversión, la santificación, la noción de santidad y la predestinación son elementos esenciales de la soteriología de Trento. La iniciativa divina. Ni Trento ni los protestantes negaban la iniciativa divina en el proceso de justificación. Católicos y protestantes podían confesar juntos que son los beneficios de Cristo aplicados al creyente los que conceden la justificación. Ûsomos justificados gratuitamente, porque nada de aquello que precede a la justificación, sea la fe, sean las obras, merece la gracia misma de la justificaciónÜ [Ds 492]. Puesto que la justificación es iniciativa divina, Trento puede sostener el siguiente anatema: ÛSi alguno dijere que el hombre puede justificarse delante de Dios por sus obras que se realizan por las fuerzas de la humana naturaleza o por la doctrina de la Ley, sin la gracia divina por Cristo Jesús: sea anatemaÜ [Ds 499].

Conversión. La gracia de Dios excita al ser humano y lo ayuda en su conversión. El llamado de Dios no requiere de la mediación humana. La gracia ayuda al ser humano a disponerse para su propia justificación asintiendo y cooperando libremente a la misma gracia. Ûde suerte que, al tocar Dios el corazón del hombre por la iluminación del Espíritu Santo, ni puede decirse que el hombre mismo no hace nada en absoluto al recibir aquella inspiración, puesto que puede también rechazarla; ni tampoco, sin la gracia de Dios, puede moverse, por su libre voluntad, a ser justo delante de ÉlÜ [Ds 489].

Santificación. Trento confunde la santificación con la justificación. Para este Concilio Ûla justificación misma (...) no es sólo remisión de los pecados, sino también santificación y renovación del hombre interiorÜ [Ds 490]. Lo que el protestante conoce como santificación es entendido por Trento como aumento de la justificación: ÛSi alguno dijere que la justicia recibida no se conserva y que no se aumenta ante Dios por las buenas obras, sino que las obras mismas son solamente fruto y señales de la justificación alcanzada, no causa también de aumentarla: sea anatemaÜ [Ds 502].

Causas de la justificación Causa final: La gloria de Dios y de Cristo y la vida eterna. Causa eficiente: Dios misericordioso, que gratuitamente lava y santifica. Causa meritoria: Su Unigénito Jesucristo. Causa Instrumental: El sacramento del bautismo. Causa formal: La justicia de Dios, no aquélla con que él es justo, sino aquélla

con que nos hace a nosotros justos.

Seguridad de la salvación. Nadie puede jactarse de una plena y certera confianza en la remisión de sus pecados. ÛMas tampoco debe afirmarse aquello de que es necesario que quienes están verdaderamente justificados establezcan en sí mismos sin duda alguna que

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están justificados (...). Cualquiera, al mirarse a sí mismo y a su propia flaqueza e indisposición, puede temblar y temer por su gracia, como quiera que nadie puede saber con certeza de fe, en la que no puede caber error, que ha conseguido la gracia de DiosÜ [Ds 493]. Por eso, la justificación debe ser mantenida por los esfuerzos humanos a través de la cooperación de las buenas obras. Por medio de ellas, el ser humano se justifica más. Los que caen de la gracia pueden ser readmitidos en la justificación a través del sacramento de la penitencia.

Predestinación. Nadie puede saber con certeza, a no ser por divina revelación, que se halla en el número de los predestinados. Para Trento, la doctrina del libre albedrío ocupa un lugar capital en la doctrina de la justificación.

El anatema que más aflige al creyente evangélico es el canon 9: ÛSi alguno dijere que el impío se justifica por la sola fe, de modo que entienda no requerirse nada más que con que coopere a conseguir la gracia de la justificación y que por parte alguna es necesario que se prepare y disponga por el movimiento de su voluntad: sea anatemaÜ [Ds 501]. Para los protestantes la gracia es el favor de Dios que concede la justificación. Para Trento, la gracia es la ayuda divina necesaria para cooperar con la justificación.

Conclusión

Durante la reforma las discusiones soteriológicas se centraron las más de las veces en los decretos de Dios. Algunos sectores del cristianismo apostaron por el supralapsarianismo (antes de la caída), otros por el infralapsarianismo (después de la caída), y no faltaron quienes apoyaron el sublapsarianismo (similar al infralapsarianismo).

Supralapasarianismo 1. Dios decreta glorificarse a sí mismo por medio de la elección de unos y la reprobación de otros.

2. Para alcanzar ese objetivo Dios decreta la creación de los electos y los reprobados. 3. Dios decreta permitir la caída.

4. Dios decreta proveer redención para los electos a través de Cristo. 5. Dios decreta aplicar la salvación a los elegidos.

Infralapsarianismo 1. Dios decreta glorificarse a sí mismo por medio de la creación de la humanidad.

2. Dios decreta permitir la caída. 3. Dios decreta elegir a unos y reprobar a otros.

4. Dios decreta proveer redención en Cristo para los elegidos. 5. Dios decreta aplicar la salvación a los elegidos.

Sublapsarianismo 1. Dios decreta glorificarse a sí mismo por medio de la creación de la humanidad.

2. Dios decreta permitir la caída. 3. Dios decreta proveer redención en Cristo suficiente para todos.

4. Dios decreta elegir a los que creen y dejar en su justa condenación a los que no creen. 5. Dios decreta aplicar la salvación a los que creen.

Período de la Post-Reforma

Durante el siglo XVI se llegó a un acuerdo básico en cuando a la doctrina de la justificación por la fe por parte de los distintos representantes de la Reforma. El período posterior se

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caracterizará por un alejamiento –a veces alérgico– de las doctrinas romanas y un esfuerzo por acercase lo más posible a las enseñanzas del Nuevo Testamento. Además, durante la época de la post­reforma surgen grupos heréticos con ideas soteriológicas que vale la pena mirar.

Hugo grocio

Grocio (1583­1645) desliga el carácter de Dios de su voluntad y resulta proponiendo una nueva teoría sobre la expiación. El nombre de la teoría es “gubernamental”. Según esta teoría, la razón por la que Cristo murió fue mostrar que aunque Dios estaba dispuesto a perdonarnos, todavía consideraba la transgresión de su ley como una seria ofensa que no podía quedarse sin consecuencias. La ley misma solamente es el producto de la voluntad de Dios, no su voluntad misma. De manera que Dios puede alterar o abrogar la ley. Entonces no había necesidad de ningún pago o satisfacción de las justas demandas del carácter de Dios. Así las cosas, el propósito de la muerte de Cristo es asegurar el gobierno moral de Dios, sirviendo de ejemplo y advertencia a la humanidad.

Anabaptismo

El anabaptismo se conoce por ser el ala radical de la reforma. Reaccionaron contra muchas de las propuestas de los primeros reformadores. No aceptaron la predestinación como el presupuesto para que una persona tenga fe, ni mucho menos para culpar a Dios por el mal que comete el ser humano. La fe solamente se produce al escuchar la Palabra. Luego, la respuesta que se espera es la conversión, en la que el ser humano abandona el pecado y se entrega a Dios. Luego, el bautismo es una señal externa de una realidad interior. El bautismo es símbolo de la conversión y del lavacro de los pecados. Solamente aquellos que han hecho profesión de fe (adultos) pueden recibir las aguas bautismales. 75

Jacobo Arminio

Después de nutrirse de la teología calvinista y pastorear durante quince años, propuso algunas enseñanzas que se oponían al calvinismo. Sus seguidores publicarán una ÛProtestaÜ que condensa el sistema conocido como arminianismo: (1) el decreto de salvación se aplica a todos los que creen en Cristo y perseveran en obediencia y fe, (2) Cristo murió por todos, (3) el Espíritu Santo tiene que ayudar a los hombres para hacer cosas que son verdaderamente buenas, tales como tener fe salvadora en Cristo, (4) la gracia salvífica de Dios no es irresistible, (5) es posible que los cristianos caigan de la gracia. 76 Además, los arminianos piensan que el resultado de la muerte de Cristo tiene que ver solamente con los pecados presentes, no con los futuros o presentes.

Juan Wesley

Criado en la iglesia anglicana, Wesley experimentó su conversión después de servir como misionero. Curiosamente, se convirtió mientras escuchó la lectura del prólogo del comentario de Lutero a la Carta a los Romanos. Posteriormente se le acusó de arminiano. Aunque no estaba de acuerdo con el debate arminiano­calvinista, aceptó la acusación pero precisó su opinión. Afirmó la predestinación de ciertos individuos para tareas particulares. Rechazó la predestinación para salvación o condenación. Sostuvo que existe una gracia universal que prepara al ser humano para responder positivamente al llamado de Dios (que se puede resistir). También creía que habían grados de fe. Û[yo creo que] hay grados de fe, y que es

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posible tener cierto grado de ella antes que todas las cosas sean hechas nuevas, antes de tener la completa seguridad de la fe, el testimonio interno del Espíritu, o la clara percepción de que Cristo mora en unoÜ. 77

T Te eo or ríía as s d de e lla a e ex xp piia ac ciió ón n Categoría INFLUENCIA MORAL PAGO A SATANÁS GUBERNAMENTAL ARMINIANA SATISFACCIÓN

Personaje Abelardo Orígenes Hugo Grocio Arminio Anselmo y Reforma

Propósito Innecesaria Liberación Demostrar el gobierno de Dios

Demostrar el gobiern de Dios y salvar criaturas

Demostrar el gobierno de Dios y

salvar criaturas Realidad del acto Opcional Necesario opcional necesario Necesario

Enfoque Ejemplo de una vida virtuosa Pago a Satanás Ejemplo y

advertencia

Retributivo (sustituto de una pena)

Retributivo (sustituto de una

pena)

Resultado Estímulo a imitar a Cristo

Liberación de la esclavitud

Prevenir el pecado futuro

Tratar con el pecado pasado

Tratar con el pecado pasado,

presente y futuro

Baruch de Spinoza

Filósofo racionalista procedente de una familia judía (1632­1677). Fue expulsado de la sinagoga en el año 1656. La idea central que domina toda la filosofía de Spinoza es que hay una sustancia infinita, que es identificada con la naturaleza. Solamente existe una verdad, la verdad filosófica, la razón. Según este filósofo, fuera de la salvación, el filósofo no halla en el mundo nada que merezca la pena ser buscado. El ser humano quiere ser feliz y libre. Y solo puede serlo uniéndose a Dios. Pero el itinerario de la salvación es la filosofía, y ésta es la obra de la razón. La salvación es a la vez simple y difícil: consiste en pensar a Dios de verdad, formándose del mismo una idea clara. Es el conocimiento de este mundo donde reside el conocimiento de Dios, es decir, la salvación. Así, la salvación no se adquiere a través de los métodos religiosos tradicionales sino por medios puramente racionales. 78

Así las cosas, la pregunta es inevitable: si la salvación está estrechamente ligada al conocimiento, ¿cómo se produce la salvación de los ignorantes? El problema se resuelve si se admite que el objetivo de la filosofía es alcanzar la verdad mientras el de la religión, buscar la obediencia y la piedad. De modo que se tienen dos niveles de salvación: el que proporciona la filosofía, que es en régimen de interioridad, y la salvación por la fe, que es en régimen de exterioridad.

Período Contemporáneo

La teología contemporánea no tiene en su centro de reflexión la soteriología. Sus intereses han sido variados, desde la historia hasta la hermenéutica bíblica. Como en todas las épocas de la historia de la teología, la teología contemporánea ha usado, mal que bien, las filosofías de turno. Dentro de las diversas propuestas teológicas de estos últimos siglos se tratará de describir a grandes rasgos el impacto que han tenido en la concepción de la soteriología.

Albrecht Ritschl

Fiel a su contexto ilustrado, Ritschl concibió la salvación como un cambio de ideas respecto a

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Dios y Cristo. El pecado es más bien producto de la ignorancia y consiste en acciones malas antes que en un estado del ser. Consideró que la salvación es una conducta ética orientada por los ideales del Reino. Las ideas de Ritschl pretendían ser accesibles a la sociedad docta de su entonces por medio de propuestas que afrontaran los problemas del mundo desde una perspectiva evangélica. No podía presentar una soteriología ÛespiritualÜ a un mundo altamente científico y con necesidades más urgentes que la salvación del alma. Sus opiniones respecto a la soteriología se hallan en tres amplios volúmenes que conforman La doctrina cristiana sobre la justificación y la reconciliación. 79

Paul Tillich

El aporte más novedoso de Tillich es su método teológico denominado de correlación. Según el mismo Tillich, este método consiste en Û...que las preguntas y las respuestas se determinan recíprocamente y en el que la cuestión acerca de la manifestación del Nuevo Ser se plantea a la vez partiendo de la condición humana y situándose bajo la luz de la respuesta que se considera como la respuesta del cristianismoÜ. 80 En una palabra, Ûel método de correlación [consiste] de las preguntas existenciales con las respuestas teológicasÜ. 81

Con este método desarrolla lo que podría llamarse una doctrina acerca de la salvación. En primera instancia, Tillich parte del hecho de que todo ser humano está imbuido de la necesidad de autorrealización existencial que se traduce en libertad y destino. El ser humano es ser alienado. Su anhelo es ser re­unido con Dios. Con ese antecedente, Tillich describe varios métodos de autosalvación que ha perseguido el hombre a lo largo de la historia y que han fracasado. 82

Ante el fracaso de estos métodos, Tillich propone un acontecimiento salvífico histórico y no histórico del Nuevo Ser. El histórico está presente en la cultura occidental y el no histórico en la oriental. Pero el cristianismo considera como centro de la historia el acontecimiento de Cristo. Así, la salvación es histórica. ÛEl Mesías no salva a los hombres conduciéndolos fuera de la existencia histórica; el Mesías existe para transformar la existencia histórica. El hombre entra, pues, en una nueva realidad que incluye a la sociedad y a la naturaleza... El Nuevo Ser... lleva a la plenitud la totalidad del ser finito al vencer su alienación existencialÜ.

La paradoja del cristianismo en cuanto a la salvación es la aparición del Nuevo Ser bajo las condiciones de la existencia, a las que juzga y vence. 83 En otras palabras, es una paradoja cristológica. Por eso, la soteriología de Tillich parte de la cristología. Para hablar de salvación (entendida como realización o re­unión del ser) es menester entender la mediación de Cristo como Dios­hombre. A la vez, la salvación está muy ligada a la revelación: Û(...) la naturaleza de la experiencia salvadora, que es un elemento en la experiencia reveladora precisamente como esta última es a su vez elemento en la experiencia salvadoraÜ. 84

Rodolfo Bultmann

Dos son los aportes más significativos del teólogo de Marburgo: su propuesta hermenéutica de ÛdesmitologizaciónÜ y su programa de interpretación existencial de la tradición cristiana. 85 Bultmann se preguntaba en el contexto de una época científica: qué es lo que dice verdaderamente el Nuevo Testamento y qué tiene que decirle al hombre de hoy. Con estas cuestiones en mente, Bultmann propone que la visión mítica del Nuevo Testamento (cielo, tierra e infierno) debe ser desmitificada, es decir, se debe interpretar el mensaje que intentaron comunicar los autores bíblicos a través de mitos comprensibles para su época. Bultmann

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indicaba que es imposible hablarle al hombre contemporáneo de la encarnación de un ser preexistente, muerte expiatoria, resurrección, descenso a los infiernos, ascensión al cielo, retorno al fin de los tiempos etc. Por eso, estas categorías míticas deben ser interpretadas para comunicarlas al hombre contemporáneo. 86

Debe recordarse que Bultmann fue colega de Heidegger en Marburgo. Heidegger fue un filósofo existencial y su influencia fue notable en el desarrollo teológico de Bultmann. Bultmann dirá que el hombre sin Dios vive en existencia inauténtica (pecado entendido como autosuficiencia, encadenamiento al pasado, miedo a sí mismo, vida fallida, cerrazón al futuro). La solución del hombre es existencia auténtica (abandono radical en Dios, nueva comprensión de sí mismo). 87

La existencia auténtica solo es posible mediante el acontecimiento de la salvación. La pregunta clave es ¿cómo se realiza el acontecimiento de la salvación? Bultmann responde: el acontecimiento de la salvación se realiza en el kerygma cristiano. Dicho sea de paso, el kerygma es el evangelio desmitificado. El anuncio cristiano es palabra que interpela, llama la conciencia del hombre a una decisión. La salvación viene con la palabra y llega al hombre cuando la palabra es acogida en fe. La salvación es aquí y ahora (hic et nunc). 88 Así, la salvación es una decisión existencial. La salvación es un acontecimiento de salvación (Heilsgeschehen). Cristo no da sentido a la historia, sino que da sentido a la vida individual, a la historia interior (Geschichtlichkeit). 89

Jürgen Moltmann ha hecho una perspicaz crítica a las propuestas de Bultmann. Por un lado, señala que Bultmann partía del predominio del principio de causalidad en la imagen mecánica del mundo. No obstante, no tomó en cuenta el desarrollo de la física cuántica y de la teoría biológica de los sistemas vitales abiertos. Por otro lado, Moltmann señala que ÛLa interpretación existencial también ha resultado demasiado estrecha. En Heidegger y Bultmann iba unida a una crítica cultural romántica de la sociedad moderna y se dirigía sólo a las clases cultivadas, para quienes la ‘existencia’ significaba una experiencia propia y no un sobrevivir económico, social y políticoÜ. 90

Contexto Nuevo Testamento

Época científica Visión mecánica del mundo

Mundo precientífico Visión mítica del mundo

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Oscar Cullmann

Estudiando el Nuevo Testamento, Cullmann llegó a la conclusión de que el elemento central del mensaje cristiano es la revelación de Dios en la historia de la salvación. Cullmann coloca los hechos salvífico en un contexto temporal. Para él, la desmitificación es válida, pero no es válido omitir todo elemento histórico temporal de la historia de la salvación. La sucesión histórica temporal de los acontecimientos salvíficos (desde la creación hasta la parusía) no es desmitificable. Los hechos salvíficos forman una historia de la salvación (Heilsgeschichte). 91

El centro de esta historia de la salvación es el acontecimiento de Cristo. Los acontecimientos cristológicos del pasado (ÛyaÜ) son la garantía de los futuros (Ûtodavía noÜ). Cristo ya ejerce funciones histórica salvíficas y todavía no las ha ejercido todas. En un trabajo exegético, Cullmann llega a la conclusión que el título salvador (swth,r) alude a toda la obra de Jesús tanto terrena como celeste. Cristo ha realizado su obra de salvación, pero realizará plenamente su función de swth,r al final de los tiempos. 92

Eso no significa que la historia de la salvación sea una distinta a la historia universal. En medio de la historia general, Û...Dios escoge únicamente ciertos acontecimientos particulares que están ligados entre sí por un nexo soteriológico en progresivo desarrollo, y revela tal nexo soteriológico a los profetas y a los apóstoles... La historia de la salvación... descansa ciertamente sobre el principio de la elección...Ü. 93

Dentro de este marco histórico teológico, la fe no es la llamada a la decisión (Bultmann). Antes bien, la justificación es aplicación y participación de los bienes salvíficos acaecidos en el pasado. 94

Dietrich Bonhoeffer

Llevó su doctrina soteriológica hasta las últimas consecuencias –la muerte. Durante la Alemania Nazi, gran parte de teólogos protestantes apoyaron el proyecto de Hitler. Bonhoeffer y otros más no se sometieron a su dictadura. Particularmente, Bonhoeffer fue hecho prisionero y muerto en los campos de concentración acusado de conspirar contra Hitler. Su temprana muerte cegó una vida teológica prometedora. Con todo, escribió un tratado acerca de la gracia que popularizó las frases Ûgracia barataÜ y Ûgracia caraÜ.

El libro del que hablamos abre con esta contundente frase: ÛLa gracia barata es el enemigo mortal de nuestra iglesiaÜ. 95 Más adelante detalla esta gracia barata: ÛLa gracia barata es la justificación del pecado y no del pecador... es la predicación del perdón sin arrepentimiento, el bautismo sin disciplina eclesiástica, la eucaristía sin confesión de pecados, la absolución sin confesión personal... es la gracia sin seguimiento de Cristo, la gracia sin la cruz, la gracia sin Jesucristo vivo y encarnadoÜ. 96

En contraposición a ella está la Ûgracia caraÜ: ÛLa gracia cara es el tesoro oculto en el campo por el que el hombre vende todo lo que tiene; es la perla preciosa por la que el mercader entrega todos sus bienes; es el reino de Cristo por el que el hombre se arranca el ojo que le escandaliza; es la llamada de Jesucristo que hace que el discípulo abandone sus redes y le siga... Es cara porque llama al seguimiento... es cara porque le cuesta al hombre la vida... es cara porque condena el pecado... es cara porque ha costado cara a Dios, porque le ha costado la vida de su Hijo...Ü. 97

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Después de tratar el tema de la gracia en esta dimensión, Bonhoeffer llega la conclusión de que Ûsólo el obediente puede creerÜ. 98 ÛLa respuesta del discípulo no cosiste en una confesión de fe en Jesús, sino en un acto de obediencia... No hay otra indicación de un camino que conduzca a la fe, al seguimiento; el único camino hacia la fe es el de la obediencia a la llamada de JesúsÜ. 99

Jürgen Moltmann

Su propuesta soteriológica es compleja, pero aquí solo se destacará su opinión en cuanto a la seguridad de la salvación. Moltmann pregunta y responde a la vez: “La fe (...) ¿puede o no puede perderse? ¿Es la certeza en la fe también una certeza de perseverar y de resistir hasta el final, a pesar de todos los obstáculos? (...) la fe verdadera no puede perderse. Puesto que el nacimiento a la vida nueva viene del Espíritu santo, perdura en la fidelidad de Dios y jamás abandona a los creyentes. Si esta fe es el nuevo nacimiento a la vida eterna, entonces este nacimiento es eterno e indestructible”. 100 Luego agrega, “aunque yo me pierda a mí mismo, no me pierdo sin embargo para el Dios fiel; aunque yo me dé por vencido, Dios no me abandona”. 101

Además, Moltmann tiene una perspectiva “integral” de la salvación: “No somos salvados de esta tierra, de modo que pudiéramos renunciar a ella. Somos redimidos juntamente con ella. No somos salvados del cuerpo, sino vivificados eternamente con él... Por eso, la esperanza original de los cristianos no se dirigía al mas allá en el cielo, sino a la venida de Dios y de su reino a esta tierra. Los hombres somos criaturas terrenales y no unos aspirantes a ángeles (...). Permanecemos fieles a la tierra, porque es en esta tierra donde se levantó la cruz de Cristo”. 102

Karl Rahner

Karl Rahner es, para muchos, el teólogo católico más importante del siglo XX. Su contribución al Vaticano II fue amplia. Una de sus ideas más novedosas y, a la vez, muy conflictivas fue la de los Ûcristianos anónimosÜ. Con esta tesis, Rahner abre las fronteras de la iglesia a los hombres del mundo. Ser hombre se constituye para Rahner en ser auténticamente cristiano anónimo. Si el cristianismo es el ser humano en la mejor expresión de su humanidad, aquellos que no son cristianos pero sí humanos son, en realidad, cristianos anónimos. 103

Rahner también intenta explicar la identidad de la fe frente a la nueva autocomprensión del pensamiento moderno, a través de una aproximación trascendental: el sujeto no puede ser neutralizado en el conocimiento de la fe, sino que está siempre necesariamente implicado. Dios se revela al ser humano gratuitamente, pero esta revelación se da en términos antropológicos. El sujeto, entonces, es la “gramática” de la autocomunicación de Dios en el mundo. 104

Dios

Teología: análisis del dato revelado. Revelación Análisis de la implicación del sujeto

en la comprensión del dato revelado (antropología)

Ser humano

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La soteriología de Rahner es importante porque supera la concentración semántica del tema en la cruz de Cristo (sacrificio, redención, satisfacción y mérito), de modo que replantea la soteriología de esta forma: La autocomunicación salvífica de Dios a todos los hombres en la vida y en la muerte de Jesús aparece realizada irreversiblemente en la resurrección. 105

Karl Barth

La Dogmática de Barth cuenta con 9.185 páginas compiladas en doce gruesos tomos. Debido a que la muerte lo alcanzó, este teólogo suizo dejó inconclusa su monumental obra. El último volumen –el número cuatro– está destinado a la reconciliación (Versöhnung), y esperaba tratar el tema de la redención (Erlösung) en el número cinco. No obstante, lo que Barth logró escribir en vida es suficiente para tratar de percibir su soteriología. 106

La salvación tiene su origen en Dios. Es Él quien toma la iniciativa para revelarse a través de su Palabra. Dios mismo es el revelador, la revelación y lo revelado. La reconciliación es la obra pasada de Dios, la cruz y resurrección en Cristo, evento único y definitivo. La redención es la acción de Dios presente y aún por venir, garantizada por el Espíritu Santo. Para Barth, la salvación es un acontecimiento esencialmente abierto al futuro, un evento escatológico.

La salvación tiene su origen en el amor de Dios. Dios es totalmente libre (aseidad divina). Dios no nos ama porque busque Su gloria o nuestra salvación. Al contrario, puesto que Dios nos ama toma la iniciativa para nuestra salvación. La salvación no se origina por causa del pecado humano. El pecado es un suceso grave más no determinante. ÛEl pecado no es suficientemente fuerte como para constreñir a Dios. Tan sólo ofrece a Dios ocasión para que demuestre su fidelidad a la alianzaÜ. 107

Puesto que la salvación no es algo negativo –que parta del pecado del hombre– sino algo positivo –la iniciativa gratuita y salvífica de Dios– el esquema clásico de la teología reformada se ve trastocado. Según esta teología el orden de la historia de la salvación es: creación–ley– pecado–gracia. Según Barth, el orden es simple y enmarcado en el contexto de la gracia de Dios: creación–reconciliación.

Teología reformada clásica

Creación ê

Ley ê

Pecado ê

Gracia

Teología neo­ortodoxa de Barth

Gracia â

CreaciónèèèèèReconciliación

Para el teólogo suizo, la Ley no es algo independiente o anterior a la gracia, sino que es sustancialmente una gracia del Creador, Reconciliador y Redentor. Por eso, no es frente a la Ley como el hombre descubre su pecado, sino frente a la gracia de Dios, bajo su triple forma de gracia creadora, reconciliadora y redentora. Sólo porque la luz brilla sobre él, puede el hombre comprender que estaba en las tinieblas y regocijarse por haber salido de ellas.

La salvación no se puede separar de la cristología. La reconciliación culmina en la cruz y la resurrección. ÛDespués de la resurrección de Cristo, ya no reina la muerte ni el pecado. En verdad, la muerte, el pecado, el diablo continúan existiendo, pero como realidades ya

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vencidasÜ. 108 ÛEl diablo ha recibido ya el ‘jaque mate’, pero en su ignorancia sigue jugando todavíaÜ.

Diálogo ecuménico

Peritos de distintas confesiones cristianas están activamente dialogando para llegar a acuerdos doctrinales en cuanto a las doctrinas fundamentales de la fe. La soteriología, como doctrina insoslayable del cristianismo, ha estado en el centro del debate. El acuerdo más importante que se ha concretado al respecto es la ÛDeclaración conjunta sobre la doctrina de la justificaciónÜ, firmada por la Federación Luterana Mundial y el Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos. 109

La Declaración es demasiado ecléctica y escueta. Trata de reducir demasiado la doctrina de la justificación para que católicos y luteranos puedan afirmarla juntos. 110 Insatisfactorios para un evangélico resultan los párrafos 8­12 que trata del mensaje bíblico de la justificación. Estos párrafos se limitan a afirmaciones Ûdiplomáticamente religiosasÜ sustentadas por una cadena de versículos bíblicos.

Los consensos alcanzados son básicamente los siguientes: (1) la justificación es obra del Dios trino, (2) en lo que atañe a la salvación el ser humano depende enteramente de la gracia redentora de Dios, (3) la gracia de Dios perdona el pecado del ser humano y, a la vez, lo libera del poder del pecado, confiriéndole el don de una nueva vida en Cristo, (4) el pecador es justificado por la fe en la acción salvífica de Dios en Cristo, (5) en el bautismo, el Espíritu Santo hace a los creyentes uno en Cristo, justifica y renueva verdaderamente al ser humano, pero el justificado, debe acudir constantemente a la gracia incondicional y justificadora de Dios, (6) el ser humano es justificado por la fe en el Evangelio Ûsin las obras de la leyÜ, (7) el creyente puede confiar en la misericordia y en las promesas de Dios, (8) las buenas obras surgen después de la justificación y son fruto de ella. 111

La crítica a la Declaración más inteligente que conozco proviene de un protestante europeo con convicciones ecuménicas. 112 Para Eberhard Jüngel la Declaración constituye una decepción. 113 Bien observa Jüngel que ÛEn la Declaración conjunta, la parte luterana renunció a insistir en la partícula exclusiva únicamente por medio de la fe. Esto es sorprendente en gran manera. Sin embargo, una de las macabras facetas de la controversia en torno a la Declaración conjunta es que sus apologetas luteranos... justificaron ese paso afirmando que ya Melanchton... había renunciado a la partícula exclusiva sola fide... Parece que algunos apologetas luteranos de la Declaración conjunta se sienten más intensamente obligados a él [el concilio de Trento] que a la Confesión de AugsburgoÜ. 114

Como sea, el diálogo ecuménico aun debe afrontar los problemas soteriológicos de una iglesia católica que presenta a María con un papel muy especial dentro de la historia de la salvación 115 , que se considera la única iglesia verdadera 116 , que proclama una indulgencia para el año del jubileo 2000 117 , etc.

Resumen

La historia de la soteriología ha transitado por un camino bastante amplio. Algunos creyentes de la antigüedad enfocaron las dimensiones salvíficas del ministerio de Cristo (Ireneo) o entrelazaron la salvación con la doctrina de la creación (Orígenes); mientras que otros prestaron mayor atención a las dimensiones salvíficas de la cruz de Cristo (Anselmo,

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Abelardo, los reformadores). Posteriormente, la soteriología toma diversos rumbos en la teología contemporánea, siempre jalonando los logros teológicos de los predecesores.

1 Cf. Alexandre Ganoczy, De su plenitud todos hemos recibido. La doctrina de la gracia, trad. Claudio Gancho (Biblioteca Herder, Sección de Teología y Filosofía, Volumen 192; Düsseldorf: Patmos Verlag, 1989; Barcelona: Herder, 1991): 115. 2 Roland H. Bainton, La Iglesia de nuestros padres, trad. Laura Jorquera y Adam F. Sosa (Buenos Aires: La Aurora, 1969): 33. 3 Peter Toon, “Decio”, en Wilton M. Nelson, ed. Diccionario de historia de la Iglesia (Nashville, TN: Editorial Caribe, 1989): 331. 4 Justo L. González, Desde la era de los mártires hasta la era de los sueños frustrados, tomo 1 de Historia del Cristianismo (Miami, FL: Unilit, 1994): 108. 5 Roland H. Bainton, La Iglesia de nuestros padres: 35. 6 Una disputa similar surgirá en el siglo tercero a raíz de la persecución. Muchos caían en apostasía durante la persecución, pero luego pedían ser readmitidos en la iglesia. Novaciano no estaba dispuesto a perdonar a los apostatas en contra de Calixto que no veía problema alguno en su readmisión. 7 Ignacio de Antioquia, ÛA los efesiosÜ, en J. B. Lightfoot, Los padres apostólicos (Barcelona: Clie, 1990): 175. 8 Ibid., 174 e Ignacio de Antioquia, ÛA los magnesianosÜ, Lightfoot, Los padres: 181. 9 Ignacio, ÛA los magnesianosÜ, Lightfoot, Los padres: 180­1. 10 Incluso interpreta el Antiguo Testamento desde la redención en Cristo. Hablando acerca de Rahab comenta que Û...le dieron una señal, que debía colgar fuera de la casa un cordón de grana, mostrando con ello de antemano que por medio de la sangre del Señor habrá redención para todos los que creen y esperan en DiosÜ. Clemente de Roma, ÛA los corintiosÜ, Lightfoot, Los padres: 75. 11 Ibid., 87. 12 Ibid., 71. Existe una antigua homilía de autor desconocido que algunos atribuyen a Clemente. En el sexto párrafo se encuentras frases muy particulares de Clemente: Û...del mismo modo nosotros, en tanto que estamos en este mundo, arrepintámonos de todo corazón de las cosas malas que hemos hecho en la carne, para que podamos ser salvados por el Señor en tanto que hay oportunidad para el arrepentimiento. Porque una vez hemos partido de este mundo ya no podemos hacer confesión allí, ni tampoco arrepentirnosÜ. ÛAntigua homilíaÜ, Lightfoot, Los padres: 113­4. 13 Ibid., 90. 14 San Policarpo, ÛA los filipensesÜ, Lightfoot, Los padres: 225. 15 La Iglesia de Dios que reside en Esmirna, ÛCarta de los esmirneanosÜ, Lightfoot, Los padres: 260. 16 ÛEpístola de BernabéÜ, Lightfoot, Los padres: 347­8. 17 ÛEl pastor de HermasÜ, Lightfoot, Los padres: 490. Otra referencia al bautismo relacionado con la remisión de

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pecados se halla en pág. 508. Debe tenerse en cuenta que más adelante, el Pastor indica que la salvación es por fe para los elegidos de Dios. Ibid., 494. 18 Ibid., 573­4. 19 Ibid., 576. 20 Ganoczy, De su plenitud: 116­7. 21 Clemente considera que Adán solamente es un paradigma de lo que sucede a cada cristiano individualmente: ejercer las funciones sexuales antes de lo que Dios había ordenado. Justo L. González, Desde los orígenes hasta el Concilio de Calcedonia, tomo 1 de Historia del pensamiento cristiano (Nashville: Caribe, 1992, 2002): 199. 22 Ibid. En armonía con algunas de las ideas de los padres apostólicos, Clemente considera el bautismo como sacramento salvífico. No obstante, el bautismo solo es el primer paso dentro de la escala de divinización que ya se ha descrito. 23 Alfonso Ropero, Lo mejor de Clemente de Alejandría (Barcelona: Editorial CLIE, 2001): 30. 24 Ibid., 189. 25 Ibid., 215­219. 26 Alfonso Ropero, ÛIntroducciónÜ a Orígenes, Tratado de los principios (Barcelona: Editorial CLIE, 2002): 33. 27 Samuel Fernández E., ÛLa salvación sin mediaciones según Marción y la respuesta de TertulianoÜ, Teología y Vida 42 (2001): 50­73. 28 Ibid. 29 Julio Andino Marán, “Introducción”, en Tertuliano, El apologético (Biblioteca de Patrística 38; Madrid: Editorial Ciudad Nueva, 1997): 12. 30 González, Desde los orígenes, tomo 1 de Historia del pensamiento: 161­8. 31 Ireneo de Lión, Demostración de la predicación apostólica: 34. 32 Eugenio Romero­Pose, “Introducción” a Ireneo de Lión, Demostración de la predicación apostólica (Fuentes Patrísticas 2; Madrid: Editorial Ciudad Nueva, 1992, 2001): 33. 33 Ibid., 63. 34 Cipriano, A Donato, en La unidad de la Iglesia. El Padrenuestro. A Donato, trad. Joaquín Pascual Torró (Biblioteca de Patrística 12; Buenos Aires: Ciudad Nueva, 1991, 2001): 118. 35 La unidad de la Iglesia: 49. 36 Justo González, Retorno a la historia del pensamiento cristiano. Tres tipos de teología (Buenos Aires: Kairós, 2004). 37 Cirilo de Jerusalén, El Espíritu Santo (1990): 47. 38 Ibid., 81. 39 González, Desde los orígenes, tomo 1 de Historia del pensamiento: 283­4. 40 Atanasio, La encarnación del verbo, trad. José C. Fernández Sahelices (Biblioteca de Patrística 6; Madrid: Ciudad Nueva, 1989, 1997): 77. 41 ÛNosotros, movidos por vanagloria y necia ambición... acogemos indiscriminadamente en la comunión de nuestros misterios a corruptos e infieles, gente llena de toda suerte de vicios. Y, sin que hayan dado antes una prueba segura de su propia intención, les descubrimos todos los dogmas de la fe y acogemos masivamente en los sagrados banquetes a gente que no debería ver ni siquiera el vestíbuloÜ. Juan Crisóstomo, ÛSobre la compunciónÜ, en La verdadera conversión, trad., José Fernando Toribio Cuadrado (Biblioteca de Patrística 40; Madrid: Ciudad Nueva, 1997): 66. 42 Ibid., 76. y ÛSobre la compunción IIÜ, en Ibid: 105. 43 La siguiente frase parece apoyar esta postura: ÛSi la conducta admirable de los apóstoles no hubiera dependido de su libre voluntad, sino únicamente de la gracia de Cristo, ¿qué impediría a todos llegar a ser como ellos? Si la gracia no exigiere en primer lugar nuestra colaboración, se difundiría igualmente sobre todas las almas...Ü. Ibid., 78. Cf. la n. 48 en la misma página. 44 Ibid., 53­4. 45 Maniqueos: Secta dualista que integraba elementos nósticos, budistas, socráticos y cristianos. 46 Agustín de Hipona, ÛDe la utilidad de creer (De utilitate credendi)Ü, en Lo mejor de Agustín de Hipona, tomo 1, trad. Alfonso Ropero (Grandes Autores de la Fe. Patrística; Barcelona: Clie, 2001): 180­1. 47 ÛPorque la nueva voluntad que había empezado a nacer en mí de servirte gratuitamente y gozar de ti, ¡oh Dios mío!, único gozo cierto, todavía no era capaz de vencer la primera, que con los años se había hecho fuerte. De este modo las dos voluntades mías, la vieja y la nueva, la carnal y la espiritual, luchaban entre sí y discordando destrozaban mi almaÜ. San Agustín, Confesiones (Buenos Aires: Lumen, 1999): 167.

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48 Agustín de Hipona, ÛEnquiridión. Tratado de la fe, la esperanza y la caridad (Enchiridion sive de fide, spe et caritate)Ü, Lo mejor de Agustín, tomo 1: 284. En otro lado, Agustín dirá algo más acerca del bautismo: ÛCuando un bautizado recibe el sacramento del nacimiento, recibe un sacramento, un gran sacramento divino, santo e inefable. Fíjate bien: tan grande que crea un hombre nuevo por el perdón de todos sus pecados. Pero que escrute bien su corazón para comprobar si en él se ha realizado lo que ha acontecido en su cuerpo. Que mire si tiene amor y, si es así, que diga: ‘he nacido de Dios’. Y si no lo tiene, está ciertamente en posesión del carácter del sacramento que se le ha administrado, pero no deja de ser un desertor. Que tenga amor; y si no lo tiene, que no diga que ha nacido de Dios. Pero dice que tiene el sacramentosÜ. Agustín de Hipona, Comentario a la primera carta de San Juan, trad. Teodoro H. Martín y José María Hernández (Ichthys 22; Salamanca: Sígueme, 2002): 100. 49 Justo L. González, Desde San Agustín hasta la Reforma Protestante, tomo 2 de Historia del pensamiento cristiano (Nashville: Caribe, 1992, 2002): 30­3. 50 Josep Ignasi Saranyana, ÛPeríodo EscolásticoÜ, en ídem. y José Luis Illanes, Historia de la teología (Sapientia Fide; Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1995, 1996, 2002): 12. 51 Ganoczy, De su plenitud: 173. 52 Francisco Lacueva, ÛPedro AbelardoÜ, en Diccionario teológico ilustrado (Barcelona: Clie, 2001): 18­9. La teoría de la expiación propuesta por Abelardo se denominará ÛsubjetivaÜ. 53 Silvia Magnavacca, “Estudio preliminar” en Pedro Abelardo, Diálogo entre un filósofo, un judío y un cristiano (Obras Maestras del Pensamiento 30; Buenos Aires: Editorial Losada, 2003): 43. 54 Saranyana, ÛPeríodo EscolásticoÜ: 20. Anselmo será famoso por proponer una Ûexpiación subjetiva o jurídicaÜ. 55 Ganoczy, De su plenitud: 177­9. 56 A ese respecto es interesante la triple definición que Aquino da de la gracia divina. En primer lugar, la gracia es amor que asegura una benevolencia. En segundo lugar, la gracia es un don que deriva de ese amor. Finalmente, la gracia es una respuesta de agradecida que va del obsequiado al donante. Ibid., 182. 57 ÛTomás de Aquino toma en serio el libre albedrío al que no puede ver asaltado por la gracia. Y es que el hombre no es una cosa... que Dios caprichosamente pueda aprovechar para su construcción o pueda rechazarlaÜ. Ibid., 185. 58 Ibid., 188­9. ÛPor vía de la cooperación el justo tiene que hacerse más justo, el santo más santo y el libre más libreÜ. p. 193. 59 Recientemente, el autor protestante Eberhard Jüngel ha rebatido la concepción tomista de la gracia adoptada por el tridentino articulando varias afirmaciones contundentes. Û..el Espíritu, el amor de Dios y su gracia no deben entenderse en absoluto como un estado infundido e inherente en nosotros..., sino más bien como energías y sucesos que actúan de tal modo en nosotros que nos hacen salir de nosotros mismoÜ (p. 230). Û...la distinción entre gracia increada y gracia creada es inadmisible... Esta [la gracia creada] se halla en contradicción con el concepto del Dios clemente, del que forma parte la gracia como autodefinición del propio ser, de suerte que esta gracia no puede distinguirse nunca de Él como una criatura suyaÜ (p. 232). ÛSegún la concepción católica, la gracia de Dios se entiende finalmente como una especie de acción sustitutiva: efectúa lo que el hombre, como pecador, no es capaz ya o no es capaz todavía de efectuar. Prepara..., realiza muchas cosas, más aún, lo realiza casi todo. Pero entendida como realización, esa gracia es estimada en el fondo como una competidora o como una estructura paralela con respecto al hombre a quien se exigen realizaciones piadosasÜ (p. 232). Eberhard Jüngel, El evangelio de la justificación del impío como centro de la fe cristiana. Estudio teológico en perspectiva ecuménica, trad. Constantino Ruiz­Garrido (Verdad e Imagen 156; Tübinga: J.C.B. Mohr, 1999; Salamanca: Sígueme, 2004). 60 Justo Gonzáles, Desde San Agustín hasta la Reforma Protestante, tomo 2 de Historia del pensamiento cristiano (Nashville, TN: Editorial Caribe, 1992, 2002): 30. 61 La idea de la eternidad como un estado espiritual dividido entre el paraíso, el purgatorio y el infierno está vividamente representada en la Divina Comedia de Dante Alighieri (ca. 1307­1320). 62 Los siete sacramentos son –aun hoy para la iglesia romana–: el bautismo, la confesión, la confirmación, la santa cena, el matrimonio, la extremaunción y la ordenación. Las siete obras de misericordia consisten en dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar a los enfermos, dar hospedar al forastero, rescatar a los cautivos y sepultar a los muertos. Bainton, La Iglesia: 118. 63 Martín Lutero, ÛDisputación acerca de la determinación del valor de las indulgenciasÜ, en Carlos Witthaus, ed., Obras de Martín Lutero, tomo 1 (Buenos Aires: Editorial Paidós, 1967): 9. 64 Martín Lutero, Comentarios de Martín Lutero. Carta del apóstol Pablo a los Romanos (1522), trad. Erich Sexauer (Barcelona: Clie, 1998): 44. 65 Lutero, ÛLa Libertad CristianaÜ, en Witthaus, ed., Obras, tomo 1: 161, ß 23. 66 ÛLa Confesión de AugsburgoÜ, en Andrés Meléndez, ed., Libro de Concordia. Las confesiones de la Iglesia

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Evangélica Luterana (San Luis: Concordia, 1989): 29, ß 1­3. 67 Ibid., 36, ß 25­7, 32. 68 Martín Lutero, ÛLos artículos de SchmalkaldaÜ (1537­1538), en Teófanes Egido, ed., Lutero. Obras (El peso de los días 1; Salamanca: Sígueme, 1977, 2001): 356. En otro lado, Lutero indica: Û...la fe es una obra divina en nosotros que nos transforma y nos hace nacer de nuevo de Dios... mata al viejo Adán y nos hace ser un hombre distinto de corazón, de ánimo, de sentido y de todas las fuerzas, trayendo el Espíritu Santo consigo. La fe es una cosa viva, laboriosa, activa, poderosa, de manera que es imposible que no produzca el bien sin cesarÜ. Lutero, Carta a los Romanos: 15. 69 Juan Calvino, Institución de la religión cristiana (1597), trad. Eusebio Goicoechea (Grand Rapids: Nueva Creación, 1988, 1996): 168, ß 8. Para Calvino la corrupción total del ser humano es evidente. Û...el hombre de tal manera se halla cautivo bajo el yugo del pecado, que por su propia naturaleza no puede desear el bien en su voluntad, ni aplicarse a élÜ: 213, ß 1. 70 Ibid., 394­6. 71 Ibid., 401, ß 1. 72 Ibid., 409, ß 6. Para Calvino la fe Û...es un conocimiento firme y cierto de la voluntad de Dios respecto a nosotros, fundado sobre la verdad de la promesa gratuita hecha en Jesucristo, revelada a nuestro entendimiento y sellada en nuestro corazón por el Espíritu SantoÜ: 412, ß 7. 73 Ibid., 451, ß 5. Después de exponer todos estos asuntos Calvino se explaya explicando la justificación por la fe. ÛSerá justificado por la fe aquel que, excluido de la justicia de las obras, alcanza la justicia de la fe, revestido con la cual, se presenta ante la majestad divina, no como pecador sino como justo. De esta manera afirmamos nosotros en resumen, que nuestra justificación es la aceptación con que Dios nos recibe en su gracia y nos tiene por justos. Y decimos que consiste en la remisión de los pecados y en la imputación de la justicia de CristoÜ: 558, ß 2. 74 Afirmaciones como estas harán que los seguidores de Calvino formulen los famosos Ûcinco puntosÜ referentes a la soteriología: Depravación total del hombre, elección incondicional, redención limitada, gracia irresistible y perseverancia de los santos. 75 Justo L. González, Desde la Reforma Protestante hasta el siglo veinte, tomo 3 de Historia del pensamiento cristiano (Nashville: Caribe, 1992, 2002): 92­3. 76 Robert G. Clouse, ÛArminianismoÜ en Diccionario de historia de la iglesia: 74. 77 González, Desde la Reforma, tomo 3 de Historia del pensamiento: 314­21. 78 La información para este apartado ha sido tomada de Evangelista Vilanova, Historia de la teología cristiana, tomo 3 (Barcelona: Editorial Herder, 1992): 81­87. 79 Ibid., 383­6. 80 Paul Tillich, La existencia y Cristo, tomo 2 de Teología sistemática, trad. Damián Sánchez­Bustamante Páez (Verdad e Imagen 74; Chicago: The University of Chicago Press, 1963; Salamanca: Sígueme, 1982): 128. 81 Paul Tillich, La vida y el Espíritu. La historia y el reino de Dios, tomo 3 de Teología sistemática (1984): 144. 82 (1) la religión: buscar la salvación a través de ella y no hacerla una práctica de los que ya han sido salvos, (2) los métodos legalistas: obediencia estricta al mandato con el propósito último de encontrar la salvación, (3) la ascesis: intentar extinguir el deseo para alcanzar la autorrealización, (4) la mística: alcanzar la re­unión por medio de ejercicios corporales y mentales, (5) sacramental: la salvación depende del acto sacramental que el sacerdote realiza, (6) doctrinal: la salvación depende de la adhesión intelectual a cierta formulación doctrinal como la verdad, (7) emocional: la salvación a través de emociones creadas artificialmente, no auténticas. Ibid., 1:110­20. 83 Ibid., 127. La paradoja es algo opuesto a la autocomprensión del hombre y a sus expectaciones. 84 Ibid., 3:142. 85 Jürgen Moltmann, ¿Qué es teología hoy? Dos contribuciones para su actualización, trad. Adolfo Olivera (Verdad e Imagen minor 2; Freiburg, 1988; Salamanca: Sígueme, 2001): 95. 86 Rosino Gibellini, La teología del siglo XX, trad. Rufino Velasco (ÛPresencia TeológicaÜ 94; Brescia: Editrice Queriniana, 1993; Santander: Sal Terrae, 1998): 37. 87 Ibid., 42. 88 Ibid., 42­3. 89 Ibid., 277. Como se verá más adelante, Oscar Cullmann rebate con vehemencia la propuesta de Bultmann. Cullmann no está de acuerdo con la desmitologización como interpretación del evangelio para el hombre moderno. ÛTenemos que añadir una vez más que la dificultad de creer en la revelación cristológica no consiste en el hecho de que hayamos superado la concepción mitológica del mundo, propia de la Biblia, ni en el hecho de que el progreso técnico de nuestra época (con electricidad, radio y bomba atómica) hayan convertido la fe en Jesús, centro de la

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historia divina de salvación, en algo que es más inaccesible para los hombres del siglo XX que para el hombre antiguo. El escándalo, la locura está en el hecho de que unos acontecimientos históricos datables, ‘bajo Poncio Pilato’, representen el centro indiscutible de la revelación de Dios y en el hecho de que deban comprenderse desde allí todas las demás revelaciones. Esto era tan difícil de admitir para el hombre antiguo como lo es hoy para nosotrosÜ. Oscar Cullmann, Cristología del Nuevo Testamento, trads. Carlos T. Gattinoni y Xavier Pikaza (Biblioteca de Estudios Bíblicos 63; Tubinga: J. C. B. Mohr, 1957; Salamanca: Sígueme, 1997, 1998): 414­5. 90 Moltmann, ¿Qué es teología hoy: 99. 91 Gibellini, La teología del siglo XX: 272­8. 92 Cullmann, Cristología del Nuevo Testamento: 317, 19. 93 Gibellini, La teología del siglo XX: 275. 94 Aunque la propuesta de Cullmann ha sido ampliamente difundida en círculos teológicos, Jürgen Moltmann encuentra algunas deficiencias. La más notable se resume en esta mordaz crítica: ÛLa teología de la historia de la salvación, que se fundamenta en un ‘plan salvífico’ de Dios que ha sido programado previamente, es teología propia de la Ilustración. No es sino un deísmo histórico. A Dios se le convierte en el relojero de la historia del mundo y en el forjador de planes que establece un plan maestro de la providencia. Una vez que este plan consta firmemente, Dios no necesita intervenir... ¿Dónde queda entonces la libertad de Dios? ¿Dónde se experimenta su presencia viva?... Cristo no viene seguramente ‘con el tiempo’, sino que viene para transformar el tiempoÜ. Jürgen Moltmann, La venida de Dios. Escatología cristiana, trad. Constantino Ruiz­Garrido (Verdad e Imagen 149; Gütersloh, 1995; Salamanca: Sígueme, 2004): 35. 95 Dietrich Bonhoeffer, El precio de la gracia. El seguimiento, trad. José L. Sicre (Verdad e Imagen 95; Chr. Kaiser Verlag, 1937; Salamanca: Sígueme, 1968, 1999): 15. 96 Ibid., 15­6. 97 Ibid., 16­7. 98 Ibid., 18. Ûsólo el creyente es obediente y sólo el obediente creeÜ: 31. Cursiva original. 99 Ibid., 26­7. Aunque MacArthur no lo reconoce considero que la Ûsalvación de señoríoÜ encuentra muchos de sus fundamentos en la doctrina y vida de Bonhoeffer. Ver el libro John F. MacArthur, hijo, El evangelio según Jesucristo. ¿Qué significa realmente el ÛsíguemeÜ de Cristo Jesús?, trad. Rafael C. de Bustamante (Grand Rapids: Zondervan Publishing House, 1988; El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1991, 1994, 1997). 100 Jürgen Moltmann, El Espíritu Santo y la teología de la vida. La fuente de la vida, trad. José María Garrido Luceño (Verdad e Imagen minor 11; Salamanca: Sígueme, 2000): 46­7. 101 Ibid., 47. 102 Ibid., 94. 103 Moltmann, ¿Qué es teología?: 108­9. Cp. Karl Rahner, Escritos de teología, tomos 4 y 5 (Madrid: Taurus Ediciones, 1969 y 1964, respectivamente): 256­70 y 135­56, respectivamente. 104 Franco Giulio Brambilla, El crucificado resucitado: Resurrección de Jesús y fe de los discípulos, trad. José María Hernández (Verdad e Imagen 160; Salamanca: Ediciones Sígueme, 2003): 218­19. 105 Ibid., 236. 106 Aquí seguiré a Jean­Louis Leuba, “Dios salvador según Karl Barth. Un modelo de soteriología protestante”, trad. Luis Miguel Blanco, en El Dios de nuestra salvación (Semana de Estudios Trinitarios XI; Salamanca: Ediciones Secretariado Trinitario, 1977): 113­35. 107 Citado en ibid., 127. 108 Karl Barth, La Confesión de foi de l’Eglise (Cahiers théologiques del’Actualité protestante 2; Neuchătel y París, 1946): 56­57. Citado en ibid., 133. 109 El texto se puede leer en <www.ehristusrex.org/www1/maracaibo/justificacion.htm>. La Declaración fue firmada el 31 de octubre de 1999 en la ciudad de Augsburgo. 110 La misma Declaración indica que solamente se hace referencia al consenso sobre las verdades básicas de dicha doctrina. Se dejan de lado las diferencias que separan a ambas iglesias (ß 5). 111 Después de cada párrafo encabezado por ÛJuntos confesamos que...Ü le siguen dos párrafos destinados a hacer distinciones por parte de la iglesia luterana y de la iglesia católica. En algunos casos, las distinciones de cada Iglesia obligan a revisar el postulado de consenso. 112 Cf. supra n. 35. De hecho, el libro de Jüngel es una exposición ÛpositivaÜ de la doctrina de la justificación por la fe desde la perspectiva protestante. 113 ÛSegún mi opinión, en ella [la Declaración] no se habían asentado, desde luego, sólidos fundamentes teológicos ‘para la superación de la división de la Iglesia’. Porque en ella, o bien se habían oscurecido, o bien se habían abandonado por completo ideas decisivas de la Reforma... [La Declaración está compuesta por] enunciados que se

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mueven casi de manera general dentro del horizonte y en el plano del decreto sobre la justificación que la Iglesia católica romana aprobó en el concilio de Trento... en contra de la doctrina de los Reformadores sobre la justificaciónÜ Jüngel, El evangelio: 10. 114 Ibid., 275­6, n. 215. La primera reacción luterana a la Declaración estuvo formada por 140 teólogos alemanes que firmaron un escrito en el cual pedían a la FLM que rechazara el acuerdo. Incluso aquellas iglesias que aceptaban la Declaración recomendaban que se discutieran con más profundidad algunso puntos. Michel Fédou, ÛEl acuerdo luterano­católico sobre la justificaciónÜ, trad. Miquel Sunyol, Selecciones de teología 156 (octubre­ diciembre 2000): 277­8. 115 Juan Bosch, Para comprender el ecumenismo (España: Verbo Divino, 1991, 1999): 167­70. 116 Juan Pablo II, Carta Encíclica ÛUt Unum SintÜ sobre el empeño ecuménico (Dada en Roma, el 25 de mayo de 1995). 117 Jüngel, El evangelio: 16.