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    SUBALTERNIDAD, ANTAGONISMO, AUTONOMA

    MARXISMOS Y SUBJETIVACIN POLTICA*

    Como citar este documento: Modonesi, Massimo, Subalternidad, antagonismo, autonoma. Marxismos y subjetivacinpolticaen Cuadernos del Pensamiento Crtico Latinoamericano N 34. CLACSO, septiembre de 2010. Publicado en LaJornada de Mxico, Pgina 12de Argentina y Le Monde Diplomatique de Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Espaa y Per.

    MASSIMO MODONESIHistoriador y socilogo. Doctor en Estudios Latinoamericanos. Profesor de la Universidad Autnoma de la

    Ciudad de Mxico (UACM) y Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM).AUTONOMA, INDEPENDENCIA Y EMANCIPACIN

    La presencia y la utilizacin del concepto de autonoma en el marxismo es, sin duda, difusa y variada.Por ser una palabra de uso mucho ms comn y frecuente que las de subalternidad y antagonismo, en su

    acepcin lingstica general como sinnimo positivo de independencia permite su utilizacin, por parte de Marxy Engels, en numerosos y diferentes planos descriptivos, que van de la autodeterminacin de los pueblos a laprdida de autonoma del obrero frente a la mquina, pasando por la autonoma relativa del Estado y lateorizacin del bonapartismo. Por otro lado, una nocin de autonoma, an en ausencia de referenciasnominales, puede rastrearse en las reflexiones de Marx sobre el trabajo vivo y la formacin de la subjetividad

    obrera en la bisagra entre ser social y conciencia social. Por ltimo, el concepto ocupa un lugar fundamentalcuando explcitamente designa la independencia de clase, la autonoma poltica del proletariado, laautoactividad, selbstttigkeiten alemn.

    Al mismo tiempo, en la medida en que una acepcin especfica de autonoma se desprende del uso tericoy poltico del concepto por parte de los anarquistas, la palabra queda desacreditada, a los ojos de Marx y delos marxistas, en su calidad prescriptiva, orientadora en el plano de las definiciones y del proyecto poltico.

    ()Este rechazo a la idea de autonoma como esencia, mtodo y forma de las luchas y del proceso

    emancipatorio ser una constante en la concepcin marxista de la poltica como correlacin de fuerzas, en lacual la autonoma figura como un dato siempre relativo de construccin de la independencia del sujeto-claseque no tiene valor en s sino en funcin de la relacin conflictual que configura. Sin embargo, ms all de lapolmica con el anarquismo, Marx y Engels aceptaban y promovan la idea del comunismo como realizacin deuna autonoma social e individual, aun sin nombrarla como tal, en forma de una asociacin en que el libredesarrollo de cada uno condicione el libre desarrollo de todos y de una sociedad regida por el principio de Decada cual, segn sus capacidades; a cada cual segn sus necesidades!, y la posterior s uperacin de lanecesidad: el reino de la libertad. Desde este ngulo, la autonoma integral poda ser considerada un puntode llegada, la autorregulacin de la sociedad futura, textualmente, la condicin-situacin de autodeterminacinen la que los sujetos establecen las normas a las que se someten, la negacin positiva de la heteronoma y ladependencia. En este sentido, Marx y Engels distinguan un principio de auto-determinacin vlido para

    * Fuente: El texto publicado en este Cuaderno es una versin editada del captulo Autonoma, independencia y emancipacinpublicado en Modonesi, Massimo Subalternidad, Antagonismo, Autonoma. Marxismos y subjetivacin poltica , CLACSO, BuenosAires, Octubre 2010. La versin completa de este captulo est disponible enwww.biblioteca.clacso.edu.ar.

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    caracterizar el objetivo pero no los pasajes del proceso de la emancipacin, entendido como contraposicin y

    lucha, es decir relacional y, por lo tanto, irreductible a esferas o mbitos totalmente separados eindependientes, que implicaba asumir la exterioridad de la clase trabajadora de la relacin de dominacin y delconflicto que la atravesaba.

    Por otra parte, tampoco la idea de autogestin una nocin especfica de autonoma obrera surgida amediados del siglo XX figura en el ideario marxiano y, sin embargo, Marx abord una temtica afn, la de lascooperativas asumiendo un postura claramente polmica que, si bien reconoca su valor como creacionesautnomas, desconfiaba de su carcter localizado y su relacin con el Estado y el mercado porqueconsideraba que podan tener sentido anti y poscapitalista solo despus del triunfo de la revolucin socialista yen la medida en que el modelo cooperativo pudiera extenderse a la escala de la sociedad en su conjunto.

    Sin embargo, en una acepcin ms general y laxa, como sinnimo de independencia de la clase proletaria,la nocin de autonoma aparece en forma constante y reiterada en el centro de las preocupaciones polticas de

    Marx y Engels en relacin con la formacin de la clase como construccin poltica. Recita, en esta direccin, elManifiesto: el movimiento proletario es el movimiento autnomo de una inmensa mayora en inters de unamayora inmensa. En estos trminos generales, como adjetivo calificativo ms que como sustantivo, la idea deautonoma ronda el pensamiento poltico de Marx y Engels como un pasaje fundamental del proceso deemancipacin que solo ser si es obra de los trabajadores mismos, es decir expresin de su poder autnomo.Solo con este significado relativo a una condicin que posibilita un ejercicio de poder, el concepto aparece ensentido prescriptivosiendo expresin de la existencia de la clasepara s y se inserta en una lgica procesualque se expresa con mayor precisin en la idea de autonomizacin y de construccin y ejercicio de poderqueen las de independencia o autonoma a secas, asumiendo, con Thompson, que la clase (el sujeto) no se formapara despus luchar sino que se forma en la lucha. An en ausencia de una explicitacin conceptual, estaacepcin abre la puerta a la valoracin de los procesos de subjetivacin correspondientes a la incorporacin de

    la experiencia de la emancipacin, empezando por sus albores, la condicin de independencia relativa a laemergencia y la formacin de la clase.

    En sntesis, aun en medio de las suspicacias derivadas de las polmicas con el anarquismo, la idea deautonoma aparece como una pieza importante del engranaje categorial marxiano: como principio de rupturapoltica, como expresin de emergencia poder de la clasepara s; y, solamente en segundo plano y con mayorambigedad conceptual, como una forma de la futura sociedad comunista.

    Veamos cmo, sobre estas bases, el debate marxista posterior retomar esta problemtica.El tema de la autonoma ha sido indiscutiblemente el que, entre los tres que nos ocupan, ms debates y

    polmicas ha suscitado al interior del marxismo a raz de la apertura semntica de la palabra y su mayor gradode oscilacin conceptual.

    ()Sin embargo, en el fondo, los usos marxistas del concepto de autonoma pueden resumirse a dos

    vertientes: la autonoma como independencia de clasesubjetiva, organizativa e ideolgica en el contexto dela dominacin capitalista burguesa y la autonoma como emancipacin, como modelo,prefiguracin oprocesode formacin de la sociedad emancipada. La primera, desde Marx, constituye un pilar indiscutible delpensamiento marxista. La segunda en sus matices no es patrimonio comn de los marxistas sino que hasido, como veremos, desarrollada por algunas corrientes y autores. En las posibles articulaciones entre ambasencontramos el meollo del debate marxista contemporneo y los caminos de una potencial apertura yconsolidacin conceptual.

    Antes de adentrarnos en este terreno, no hay que olvidar que tambin, a nivel nominal, la palabraautonoma aparece estrechamente asociada a la problemtica cultural y territorial de las autonomas locales y

    el problema de la autodeterminacin de los pueblos y las autonomas locales. Este uso aparece

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    constantemente en la literatura marxista y contribuye a la prdida de especificidad del concepto en otros planos

    tericos. Para poner un ejemplo sobresaliente, el artculo de Paul Lafargue titulado La autonoma estcentrado en el tema del Estado y el territorio y, solo en ltima instancia, se refiere a la descentralizacinproductiva con tonos polmicos que asocian las propuestas pequeo-burguesas a las anarquistas. En general,Lafargue defiende la centralizacin en contra de las autonomas y, con una irona totalmente francesa, critica elcarcter impreciso del concepto: Hay tantas autonomas como omelettes y morales, no es un principio eterno,sino un fenmeno histrico (Lafargue, 1981).

    Al mismo tiempo, recordemos que la lnea crtica en contra del autonomismo anarquista basado en laexaltacin de la espontaneidad y la accin directa no dejar de ser una constante en el debate marxista delsiglo XX.

    ()En efecto, una sola acepcin de autonoma, la de independencia de clase heredada del Manifiesto,

    constituye un pilar terico y aparece constantemente en sentido positivo en funcin de un pasaje fundamentalde la construccin del movimiento revolucionario.

    Al mismo tiempo, en la segunda acepcin -como experiencia de emancipacin y desde la ptica de losprocesos de subjetivacin poltica- aparece en las intuiciones de Rosa Luxemburg, las cuales resultanparticularmente fecundas en la medida en que, aun sin pasar por el concepto de autonoma que se reservabapara al debate sobre la cuestin de las nacionalidades, la revolucionaria polaca insiste en el movimientomismo de la clase y en la espontaneidad como recurso la coordinacin espontnea de los actos polticosconscientes de una colectividad apuntado hacia la experiencia la lucha cotidiana como factorfundamental de dilogo entre el ser social y la conciencia social. Al mismo tiempo, en medio de las polmicassuscitadas por sus posturas, Rosa Luxemburg ser una sino la principal fuente de inspiracin de lascorrientes marxistas que con mayor nfasis incorporar la idea de autonoma como emancipacin.

    En efecto, el debate suscitado por estas posturas se volvi medular en la medida en que el tema de laespontaneidad produca y produce cortocircuitos en el marxismo en tanto, con la excepcin de la aperturaoperada por Rosa Luxemburg, dominaban las posturas que lo asociaban con la inconciencia y que, desdeKautsky hasta Lenin, sostenan la necesidad de su superacin por medio de una intervencin exterior delpartido, de la vanguardia consciente. La trayectoria de Trotsky -del consejismo al bolchevismo centralista yfinalmente a un bolchevismo pluralista en este debate es una muestra de diversos matices que puede asumirla valoracin de la combinacin entre espontaneidad y conciencia y su traduccin estratgica y organizativa. Latendencia dominante a la identificacin entre espontaneidad y autonomaversus el anarquismo llev a que alinterior del marxismo contemporneo el tema de la autonoma de clase como principio de separacin fuera unsupuesto aceptado mientras la idea de autonoma como emancipacin, como objetivo o como proceso deautodeterminacin progresiva fuera patrimonio solo de perspectivas y corrientes especficas. En esta ltimaacepcin, con excepcin de los casos que mencionaremos ms adelante, el concepto de autonoma no ha sidoobjeto de teorizaciones especficas aun cuando ha estado presente como referencia constante, con diversosalcances y grados de apertura. En esta lnea, sera el llamado el consejismo inspirado en las intuiciones deRosa Luxemburg la corriente marxista que con ms conviccin e insistencia articulara la idea de autonomade clase en funcin de su realizacin concreta como expresin de poder y de autodeterminacin no tanto nisolo como principio de existencia subjetiva -de fundacin poltica de la clase para so en funcin de suexpresin en la forma partido, sino como la valoracin de la accin de masas, de la espontaneidad conscientey, en particular, de la apropiacin inmediata de los medios de produccin.

    En esta corriente, an sin aparecer siempre a nivel nominal, el concepto de la autonoma se vincula con lasprcticas y las experiencias de autodeterminacin realizadas en los consejos obreros. Vimos la aparicin de

    este planteamiento en el pensamiento del Gramsci precarcelario, en la etapa del Ordine Nuovo, as como

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    veremos su expansin terica en las reflexiones de Socialismo o Barbarie promovidas por Cornelius

    Castoriadis y prolongadas en el debate francs de los aos setenta sobre la autogestin.El marxismo consejista inspirado en el modelo de los soviets de las revoluciones rusas de 1905 a 1917,

    forma una lnea de pensamiento que atraviesa la historia del marxismo del siglo XX. Sus orgenes arrancan porlo tanto con las reflexiones de Lenin y Trotsky. Encuentra en Rosa Luxemburg una teorizacin importante.Pasa por otras teorizaciones bolcheviques sobre la gestin de la economa socialista entre 1918 y 1921 ascomo por las reflexiones ligadas a las experiencias de ocupaciones de fbricas en Hungra en 1919, en Italiaentre 1919 y 1920, en la huelga en Gran Bretaa y los delegados de fbrica entre 1918 y 1920 y en losConsejos en Alemania en los mismos aos. Se desarrolla en los aportes de los trotskistas en los aos treinta,de Mao sobre los soviets en Tsinkiang y Kiangsi, de la revolucin espaola, del comunismo libertario y, enparticular, de la corriente germano-holandesa del Comunismo de los Consejos encabezada por AntonPannekoek y Paul Mattick, posiblemente la ms sistemtica y radical en este terreno. Despus de la Segunda

    Guerra Mundial, el consejismo encontrar otros afluentes en las prcticas de autogestin como formainstitucional en Yugoslavia y en Argelia pero tambin como formas de resistencia en las rebeliones obreras enPolonia, Alemania oriental y en Hungra. Por ltimo, en los aos sesenta, el florecimiento de los debatesmarxistas volver a animar las preocupaciones consejistas en Italia y, como veremos en detalle, en Francia.

    Toda la produccin terica del consejismo gira alrededor de la idea de autonoma social y poltica de laclase trabajadora como conjunto de prcticas y de experiencias de autodeterminacin que se despliegan endireccin de la ocupacin y autogestin de las fbricas. Al mismo tiempo, esta centralidad no se traduce enuna teorizacin del concepto de autonoma en cuanto tal.

    ()La idea de autonoma como horizonte de emancipacin vuelve a aparecer con una frecuencia e intensidad

    sorprendente a inicio de milenio, asociada a un retorno del pensamiento libertario y del anarquismo en

    coincidencia con las movilizaciones altermundistas pero tambin con una nueva oleada de reflexionesmarxistas, neo o post. Aparece, por otra parte, explcitamente en el proyecto del neozapatismo en Mxico apartir de 1994, pero vinculada a la temtica de la autodeterminacin territorial y socio-cultural indgena ms quea la formacin de subjetividades anticapitalistas y, con una explcita apertura hacia un horizonte emancipatoriointegral, en los movimientos argentinos de 2001-2002, en un mayor apego a las preocupaciones clsicas sobrela autonoma como liberacin, suscitando una produccin terica particularmente fecunda y un conjunto deestudios empricos sobre los procesos de subjetivacin poltica correspondientes.

    Adems del Negri de la Multitud, cuyas ideas ya hemos analizado, un ejemplo destacado y ampliamentereconocido del pensamiento surgido de stas experiencias es el de John Holloway, quien asume el desafo dela comprensin de la dinmica de la subjetivacin en trminos similares a los que estamos destacando.

    En su libro ms conocido Cambiar el mundo sin tomar el poder Holloway desarrolla una importante ypolmica reflexin terica, partiendo del anlisis de la dominacin como fetichizacin el proceso deseparacin del hacedor de su hacer y asumiendo la distincin spinoziana entre poder sobre y poder hacer,como contraposicin entre subordinacin y no-subordinacin.

    ()Sin la pretensin de mencionar y analizar a fondo todas las expresiones del consejismo y su extensin en el

    autonomismo contemporneoque mereceran un tratamiento monogrfico actualmente inexistente ni muchomenos la totalidad de las referencias implcitas al problema de la autonoma, podemos sintetizar, en primerainstancia, el debate marxista en relacin a dos dimensiones o acepciones de la nocin. La primera generalizada de independencia social, poltica e ideolgica del sujeto-clase y la segundamenos difusa queasume a la autonoma como emancipacin, entendida como proceso, prefiguracin o modelo de sociedad. Al

    interior de esta bifurcacin, emergen distinciones y articulaciones que complejizan el debate.

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    Las reflexiones de Socialismo o Barbarie sobre la idea de autonoma y su traduccin terico-prctica enautogestin en los movimientos de los aos setenta en Francia desarrollan los alcances del concepto ypermiten especificar su contenido.

    Por una parte, articulan su acepcin como independencia de clase a partir de su separacin de la clasedominanteel nacimiento del sujeto asumiendo las implicaciones subjetivas de su formacin permanente conla emancipacin en su cudruple dimensin: como medio, como fin, comoproceso y comoprefiguracin. Por laotra, como contraparte de esta extensin procesual, relacionan la autonoma a una determinada forma desubjetivacin poltica que se desprende de prcticas y experiencias de liberacin, forjadas en el dilogo entreespontaneidad y conciencia.

    En cuanto al primer aspecto, hay que recordar que la asociacin de la autonoma a la emancipacin acarrealos debates relativos a su ubicacin entre presente y futuro, entre el nfasis sobre el valor en s de las luchas

    autonmicas de hoy y el acento en la autonoma como autoregulacin societal futura. Este ltimo nfasis noimplica forzosamente la existencia de un modelo, sino el reconocimiento del papel poltico de una abstraccin,un mito en la lnea trazada por Georges Sorel y retomada por Gramsci y Maritegui un eco del pasado como sugera Walter Benjamin un horizonte de futuro y una utopa posibleel todava no planteado por ErnstBloch.

    Por otro lado, como intento de articulacin entre temporalidades, destaca la hiptesis de laprefiguracin. Eneste caso la autonoma no designa solo la forma de la sociedad emancipada del porvenirel fin o elsignificado de las luchas del presente el proceso sino que caracteriza su sentido y su orientacin comoanticipacin de la emancipacin, como representacin en el presente de la liberacin futura.

    En este sentido, se presente o no como modelo abstracto, como proyecto definido o como mito, laautonoma empieza a existir en las experiencias concretas que la prefiguran, dando vida a un proceso

    emancipatorio que adquiere materialidad si la entendemos, como Marx y Engels entienden al comunismo,como un movimiento real que anula y supera el estado de cosas actual. En esta direccin, la autonomapuede pensarse como sinnimo de comunismo, un sinnimo que apunta al mtodo y al contenido libertario ydemocrtico, una utopa procedimental que corresponde a la utopa substancial o material propia delcomunismo.

    Ya sea referente abstracto o experiencia concreta, la autonoma orienta un proceso real: la autonomizacin,el camino hacia la autonoma integral, plagado de autonomas parciales o relativas, lo cual supone el rechazo atodo autonomismo que comporte una idealizacin de una propiedad metafsica del sujeto.

    Por otra parte, si la autonoma es, por definicin, la capacidad de establecer normas, es poder y, por lotanto, se desprende de relaciones de poder, es poder entendido como relacin y no como cosa u objeto,relacin entre sujetos. La autonoma surge y se forja en el cruce entre relaciones de poder y construccin desujetos. En esta interseccin, la autonoma aparece como parte del proceso de conformacin del sujeto socio-poltico, es decir como la condicin del sujeto que, emancipndose, dicta sus propias normas de conducta.

    (...)Regresando a la doble acepcin independencia-emancipacin , evitando su petrificacin temporales decir

    que una precede y es condicin de la otra podemos asumirlas como caras de la misma moneda,manifestaciones simultneas de un mismo proceso.

    En el debate marxista se ha asumido que la independencia de clase es una condicin sine qua non para lamaduracin de una lucha de clases en la cual son representados los intereses de los oprimidos, la clase paras. Sin embargo, tambin se ha considerado que esta condicin es el resultado de un proceso de construccinsubjetiva, es decir de una primera etapa de emancipacin, de salida de la subalternidad.

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    En este sentido, se justifica considerar que este primer peldao de conquista de autonoma no

    necesariamente tiene que ser circunscrito a la emergencia del sujeto en un contexto de dominacin, en sudelimitacin escisin dira Sorel sino que se prolonga en el tiempo, en la circunstancias del conflicto hastaconvertirse en la forma por excelencia de la sociedad emancipada.

    Con esta connotacin procesual la idea de autonoma entra en el acervo marxista como una categorafundamental para el anlisis y la comprensin de los procesos de subjetivacin poltica correspondientes a lasexperiencias de independencia y emancipacin y, de esta manera, se coloca potencialmente a la par de losconceptos de subalternidady antagonismo.