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3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y PERIÓDICOS MOVILIZADOS DURANTE LA CAMPAÑA ELECTORAL DE 1965-1966 «Raras veces en la historia de Colombia han coincidido los distintos grupos políticos en estar de acuerdo en cuanto a los objetivos últimos, pero también jamás han estado tan distanciados sobre los medios para alcanzarlos»^ 3.1 La ANAPO: constantes políticas y la reaparición de "Alianza Popular" A medida que avanzaba la década del sesenta se multiplicaban los movimien- tos de oposición. Novatos en su mayoría, comenzaban apenas a levantar el edificio de su nueva enunciación política. Tenían en su contra haber saludado con entusiasmo, gran parte de sus dirigentes, el advenimiento de un Frente Nacional venido a menos. Sus posturas a veces indefinidas, a veces contradic- torias, no tenían la permanencia necesaria para provocar la credibilidad popu- lar 2 . La ANAPO en cambio no estaba improvisando. Había sido vertical en sus posiciones frente a su adversario. Otros grupos, como el comunismo o el emerrelismo para legitimarse ante el pueblo como oposicionistas de verdad, tuvieron que empezar por explicar sus buenas relaciones con «la gran coali- ción» durante sus primeros años. Al contrario, los anapistas habían señalado y reiterado hasta la saciedad cada una de las insuficiencias que las nuevas agrupaciones le enrostraban ahora al sistema: su esencia antipopular, antinacional y sus lazos con los organismos que monopolizaban la vida econó- mica del país. El anapismo entraba a la nueva contienda electoral con destinata- rios positivo y negativo definidos. La ANAPO pues, aventajaba a todos los enunciadores del discurso electoral de la oposición al régimen. Al lado de nuevos contenidos ideológicos convivían sus permanencias: «En oposición a ese totalitarismo de privilegio, escribieron los ideólogos en la plataforma de 1964, Alianza Nacional Popular busca que el pueblo colombiano, llámese conservador, liberal o sin partido, se una y luche contra el enemigo común que es la explotación de los poderosos y sus condiciones de miseria, imposibilidad 1 Véase López M. Alfonso. vE\ país no necesita una endclopedia sino un gobierno fuerte que no esté sujeto a presiones». En: Posdata a la Altemadón. Intervenciones Políticas de 1964 a 1970. Bogo tá. Editorial Revista Colombiana Limitada, didembre de 1970,p. 100 2 El jefe del lauroalzatismo por ejemplo, no obstante haber empezado una bebgerante campaña contra la candidatura del bberalismo ofidalista, de pronto a comienzos de octubre de 1965 tendió puentes de acercamiento hada Lleras Restrepo. A finales del mismo mes en una reunión en Cali mani- festó: <¿Lleras no. Con esa bandera vamos a disputar y a ganar las elecdones». Véanse los editoriales de Alianza Popular «La Capituladón». de odubre 14 y «El Oportunista» del día 28 del mismo mes. 105

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3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y PERIÓDICOS MOVILIZADOS DURANTE LA CAMPAÑA ELECTORAL DE 1965-1966

«Raras veces en la historia de Colombia han coincidido los distintos grupos políticos en estar de

acuerdo en cuanto a los objetivos últimos, pero también j amás han estado tan distanciados sobre

los medios p a r a alcanzarlos»^

3.1 La ANAPO: constantes políticas y la reaparición de "Alianza Popular"

A medida que avanzaba la década del sesenta se multiplicaban los movimien­tos de oposición. Novatos en su mayoría, comenzaban apenas a levantar el edificio de su nueva enunciación política. Tenían en su contra haber saludado con entusiasmo, gran parte de sus dirigentes, el advenimiento de un Frente Nacional venido a menos. Sus posturas a veces indefinidas, a veces contradic­torias, no tenían la permanencia necesaria para provocar la credibilidad popu­lar2. La ANAPO en cambio no estaba improvisando. Había sido vertical en sus posiciones frente a su adversario. Otros grupos, como el comunismo o el emerrelismo para legitimarse ante el pueblo como oposicionistas de verdad, tuvieron que empezar por explicar sus buenas relaciones con «la gran coali­ción» durante sus primeros años. Al contrario, los anapistas habían señalado y reiterado hasta la saciedad cada una de las insuficiencias que las nuevas agrupaciones le enrostraban ahora al sistema: su esencia antipopular, antinacional y sus lazos con los organismos que monopolizaban la vida econó­mica del país. El anapismo entraba a la nueva contienda electoral con destinata­rios positivo y negativo definidos. La ANAPO pues, aventajaba a todos los enunciadores del discurso electoral de la oposición al régimen. Al lado de nuevos contenidos ideológicos convivían sus permanencias: «En oposición a ese totalitarismo de privilegio, escribieron los ideólogos en la plataforma de 1964, Alianza Nacional Popular busca que el pueblo colombiano, llámese conservador, liberal o sin partido, se una y luche contra el enemigo común que es la explotación de los poderosos y sus condiciones de miseria, imposibilidad

1 Véase López M. Alfonso. vE\ país no necesita una endclopedia sino un gobierno fuerte que no esté sujeto a presiones». En: Posdata a la Altemadón. Intervenciones Políticas de 1964 a 1970. Bogo tá. Editorial Revista Colombiana Limitada, didembre de 1970,p. 100 2 El jefe del lauroalzatismo por ejemplo, no obstante haber empezado una bebgerante campaña contra la candidatura del bberalismo ofidalista, de pronto a comienzos de octubre de 1965 tendió puentes de acercamiento hada Lleras Restrepo. A finales del mismo mes en una reunión en Cali mani­festó: <¿Lleras no. Con esa bandera vamos a disputar y a ganar las elecdones». Véanse los editoriales de Alianza Popular «La Capituladón». de odubre 14 y «El Oportunista» del día 28 del mismo mes.

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de educar a los hijos, enfermedad, carencia de vivienda, violencia capitalis­ta»3.

El once de octubre de 1965, luego de un cese de actividades, reaparece el órgano de difusión de la ANAPO: «Alianza Popular. Diario del Pueblo». Fue uno de los últimos periódicos en aparecer en el concierto de los voceros de la oposición4. A diferencia de los otros órganos de la oposición, el anapista era diario vespertino en la capital y matutino en la provincia. En recuadro de primera página, el periódico señaló su papel de la siguiente manera: «...de­nunciaremos todos los atropellos y crímenes del Frente Nacional, los negocia­dos de los señores del gobierno, los delitos de la clase que detenta el poder en su mano sucia, los abusos que se cometen en nombre de la democracia que no es sino una falsa palabra convencional, manchada de sangre y de cieno. Aquí denunciaremos también todos los crímenes que se cometen contra el pueblo, contra las masas humildes y desamparadas, contra los campesinos sin hori­zonte, contra los proletarios olvidados, contra la voluntad propia, contra la economía nacional, contra la salud de los pobres. Este será sencillamente el diario del pueblo, para defender sus derechos y buscar la solución de sus an­gustias»5.

Celebraban los anapistas, con la reaparición de su periódico, un aniversario más del regreso de Rojas al país6. Alianza Popular buscaba neutralizar la campaña de desprestigio que la gran prensa adelantaba en contra de Rojas y del anapismo. Pero ante todo, fue la voz del movimiento. En el periódico se plasmaron sus opiniones y se analizaron temas y problemas del acontecer na­cional. De otro lado, el 20 de marzo y el 1 de mayo de 1966 tendrían lugar las elecciones legislativa y presidencial respectivamente, razón principal para que los anapistas renovaran su actividad periodística.

Gracias a su periódico, los anapistas lograron establecer una comunicación directa con militantes y simpatizantes de todo el país. El órgano se difundía a través de los comandos de barrio en las grandes ciudades y de los Comandos departamentales en la provincia. El líder anapista puso en conocimiento de sus coterráneos las tesis que el periódico de su movimiento reproducía: comu­nicados y mensajes del jefe del movimiento, resoluciones, comunicados de los

1 Véase Plataforma de Alianza Nadonal Popular... Op. cit. p. 9. 4 MRL de Colombia, del lepismo emerrebsta; La Calle, de la Línea Dura del MRL; Batalla dd Pueblo del FUAR, MDN diario nadonalista y La Nueva Prensa, del MDN; el Frente Unido, del FUP; Pueblo y Libertad, del Partido Sodal Demócrata Cristiano y Argumentos, del Movimiento Sodalista Colombiano. 5 Véase Alianza Popular, octubre 11 de 1965, No. 62,p.l. 6 En la introduedón a la entrevista concedida por Rojas Pinilla al Diario en su primer número se lee: «Publicamos el siguiente reportaje que tuvo a bien conceder para este diario el general Rojas Pmilla al cumplirse, en el día de hoy 11 de octubre de 1965, el séptimo aniversario de su regreso al país». Véase Alianza Popular No 62 octubre 11 de 1965, p. V

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comandos de barrio y regionales; cartas de colombianos que manifestaban su acuerdo con las tesis anapistas, mensajes y escritos de agrupaciones políticas y gremios sociales que, como los sindicatos y las cooperativas o políticos de las agrupaciones de la oposición, coincidían con sus críticas al establecimiento.

Como en su primera época. Alianza popular traía doce páginas y escasa pu­blicidad. Y como entonces, continuó denunciando las debilidades y errores del régimen a través de sus artículos y crónicas o ilustrando gráficamente las pau­pérrimas condiciones de vida de los sectores populares. Ese fue su estilo de proselitismo político desde el periodismo. Como la mayoría de agrupaciones o personajes adversos al pensamiento hegemónico del Frente Nacional, los anapistas fueron condenados por los principales medios de comunicación, al ostracismo.

La nueva dirección de Alianza Popular la conformaban hombres expertos en la combinación del periodismo con la actividad política. Sus directores habían hecho carrera en la prensa alzatista: Hernando Olano Cruz, Samuel Moreno Díaz y Ovidio Rincón. Diez años atrás, Olano había tenido bajo su dirección el periódico prorrojista Diario del Pacífico. El honor de «Fundador e Inspira­dor», naturalmente le correspondía a Rojas Pinilla. El consejo de redacción lo integraban Arturo Villegas Giraldo, Fernando Pardo Quintana, Parmenio Za­pata, Mario Montoya, Carlos Monroy Reyes y Ricardo Bejarano. Los tres pri­meros venidos del liberalismo popular; los otros provenientes de antiguas disi­dencias conservadoras. En el Diario escribieron con regularidad María Eugenia, Néstor Forero G, el director y fundador del semanario bumangués La Nota, Roberto Harker Valdivieso y Carlos D. Roca, entre otros7.

A continuación reconstruimos el discurso político-electoral de la ANAPO (su evolución hacia 1966) a través de un estudio en detalle de los contenidos de Alianza Popular. El material ha sido clasificado en los bloques: editoriales, artículos de análisis, documentos y crónicas y mensajes políticos publicitarios Se tratará en lo posible de establecer la dinámica del discurso anapista desde éste tipo de fuentes. Presentaremos inicialmente los resultados obtenidos con una muestra de 25 editoriales comprendidos entre el primero de octubre de 1965 y el 16 de marzo de 1966. Las unidades de análisis seleccionadas son las siguientes; «Contra el establecimiento», «Destinatarios Sociales», «Naciona­lismo», «Anapo-Rojas», «Denuncia de», «A favor de», «Religión», «Revolu­ción», «Problemas» y «Soluciones».

7 A mediados de jubo de 1966 aparedó la columna del diredor y fundador de la desapareada revista LNP Alberto Zalamea. Después de las decepdones políticas de 1965 y del derre de su revista un mes antes, Zalamea se indino máspor la acdón política y cambió el nombre de su antigua columna en LNP, Diario de un periodista, por Diario Político pubbcado en la última página de «Alianza Popu­lar».

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3.2 Editoriales y contradestinatario anapista

El contenido de los editoriales fue el punto de partida del discurso que distin­guió a los anapistas de los demás movimientos de la oposición. Tiene impor­tancia este tipo de documento por tratarse de la voz oficial de la agrupación, por constituir su respuesta directa e inmediata a los ataques provenientes de su adversario político. En los editoriales, se le confiere gran importancia a lo que podríamos llamar culminación del proceso de configuración del contra­destinatario de sus mensajes. Es decir, el acabado de un contradiscurso que los anapistas venían construyendo desde sus remotos orígenes. El segundo lugar de importancia en los editoriales lo ocupan las referencias a Rojas y a su movi­miento. En un tercer lugar, el documento está dedicado a reafirmar su destina­tario positivo.

Desde el primer editorial de la nueva edición de Alianza Popular, titulado «La lucha contra el sistema», el anapismo reafirmó el lenguaje y el tono de su irreversible oposición al régimen político imperante. Sin ninguna duda, el Frente Nacional se había convertido en el destinatario negativo de la totalidad de su discurso. Ocupaban lugar de preferencia vocablos y frases dirigidos con­tra todas las partes integrantes del establecimiento: políticos e ideólogos; la gran prensa y la oligarquía, sus actividades, pasos y medidas. Los editorialistas escribieron con profusión sobre la «melancólica evolución» del Frente Nacio­nal; siguieron sosteniendo su tesis de que con la llegada de «la gran coalición» al poder, «el oligopolio había entrado a la política». Presentaron a los gobier­nos frentenacionalistas como la causa de todos los desastres del país. Ocupa­ron destacado lugar también, las referencias y alusiones a las personalidades más sobresalientes del bipartidismo oficial: Carlos y Alberto Lleras. Por con­centrar estos dos personajes el espíritu de la coalición bipartita en el poder, sobre ellos recae la mayor parte de los ataques de los editorialistas. Alberto Lleras Camargo, creador del Frente Nacional, era recordado como el más en­conado y eterno adversario del anapismo. Escribían que «por sus crímenes contra las clases humildes», se habían cerrado «los horizontes de la decen­cia»; le enrostraban su responsabilidad en la dirección oligárquica del Estado colombiano8. A Carlos Lleras Restrepo se le relacionó directamente con los desastres nacionales. «Combatimos al doctor Lleras Restrepo porque él ha sido el inspirador de esa horrenda injusticia y de esa explotación innoble que ha dado por resultado un estrecho círculo de opulentos que cabalgan sobre la angustia y miseria de nuestra patria...Combatimos al doctor Lleras Restrepo como a uno de los representantes de la oligarquía, liderato supremo que com­parte con su consanguíneo Lleras Camargo y con el doctor Mariano Ospina Pérez»9. A Lleras Restrepo le adjudicaron la autoría de los decretos de las

Véase «El fracaso de la famüia Lleras», Alianza Popular 3-9 de didembre de 1965, p. 4. Véase La lucha contra el sistema. Editorial. Alianza Popular, octubre 11 de 1965, p. TV.

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últimas devaluaciones que, según el anapismo, no habían tenido otro efecto que «aumentar las ingentes ganancias de los poderosos y la ruina y la desola­ción de las clases desposeídas»10.

Estas eran las imágenes que de los más hábiles y prestigiosos ideólogos libera­les del Frente Nacional proyectaba Alianza Popular. Posiblemente, por co­rresponderá ejercer la presidencia al partido liberal en el siguiente cuatrenio, los dardos del discurso antiestablecimiento recayeron en las personalidades de esa agrupación. La activa presencia de los Lleras en la vida política del país fue presentada «como un peligro mortal». Su diagramación de la nueva políti­ca económica hizo que ambos fueran presentados como modelos de insensibi­lidad con los problemas de los más necesitados. A Lleras Camargo, en particu­lar, se le relacionó con la penetración del capital norteamericano al país. No carecia, pues, el discurso de la prensa anapista de legitimación. A través de los pasos de los Lleras, los ideólogos del anapismo demostraron sin mucho esfuer­zo el carácter excluyente, elitista y oligárquico del régimen; lo mismo que su olvido de los problemas más sentidos por la mayor parte de la población co­lombiana. Presentando a los Lleras como «amenaza mortal» para los colom­bianos pobres, la prensa anapista, de manera inconsciente, puso a girar su campaña electoral en los términos del bien y del mal que conscientemente el gobierno quería. Lleras Restrepo era presentado por los periódicos oficiales como tabla de salvación del sistema y el órgano anapista presentaba a su cau­dillo como el salvador del pueblo. De la misma forma que en la campaña electoral anterior, el anapismo procuró mostrarse ante los colombianos como una agrupación decididamente opuesta al orden establecido por el Frente Na­cional y en ese sentido se creía la única capaz de beneficiar a las «mayorías nacionales».

A partir de este momento advertimos avances en el discurso electoral de la ANAPO. A diferencia de su anterior participación en las campañas electora­les, ahora no bastaba la inmoralidad e insensibilidad social de los Represen­tantes del Frente Nacional para que el movimiento les declarara su oposición. Tampoco era suficiente oponerse al nuevo orden por el simple hecho de haber sido desplazados los rojistas del poder o por autodenominarse y erigirse como «los verdaderos voceros del pueblo». Ahora los ideólogos de la agrupación esgrimían con mayor claridad y énfasis sus concepciones del desarrollo social. La particularidad del discurso anapista consiste en la utilización del lenguaje popular, en la explicación de sus tesis con emotividad y pasión. A las formas religiosas de su lenguaje politico-electoral, se incorpora la racionalidad del análisis objetivo. A diferencia de sus anteriores participaciones en política, la ANAPO además de dirigir sus ataques a los orígenes políticos y sociales de sus adversarios, critica en igual medida sus programas electorales. Comportamiento

Ibid.

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que se daba, en cierta medida, conscientemente como resultado de su partici­pación en la política desde 1961".

La ANAPO no abandona su fijación de salvadora del pueblo. Entre sus desti­natarios políticos, los editoriales se refieren a los problemas y padecimientos de «los humildes», «los desamparados», «los desposeídos», «los humillados». Atributos que reafirman los componentes paternalistas y religiosos de su dis­curso. La representación de «pueblo» se encontraba muy ligada al imperativo cristiano de «ayudar a los más necesitados».

Como se ha esbozado y demostrado con el análisis del comportamiento de la colectividad anapista en el Parlamento, para mediados de la década del sesen­ta, la ANAPO se proyectaba ante sus contemporáneos como una agrupación política madura. De allí la importancia de resaltar que casi el 10% de los indicadores de la categoría «Destinatario» están dirigidos específicamente a la cooptación de simpatizantes de otros grupos políticos, en particular del libera­lismo. Pero, el llamado que se hace a los liberales es selectivo. Se trataba de «las mayorías populares del liberalismo», de «los liberales rojistas», «los libe­rales de abajo», «el caudal liberal anapista», en fin de «los liberales del pue­blo». Con escasas reiteraciones convocaron también a los «Demócratas-cris­tianos» y a «los socialistas». A medida que avanzaba el tiempo, los editorialistas de Alianza Popular diversificaban los destinatarios de su mensaje: «los estu­diantes», «los colombianos», «las multitudes», «los consumidores», «los inte­lectuales», «los ciudadanos», «los pequeños comerciantes», «los loteros», «los artesanos», e inclusive «los lustrabotas», «las verduleras» y «los indigentes». La ANAPO se autoproclama defensora de sus intereses. En ese sentido deni­gra de: «los tenderos aristócratas», «los nobles gerentes», «los distinguidos señoritos del comercio», «las damas aristocráticas de la oligarquía», «las gen­tes adineradas», y a «los grupos plutocráticos». Si, desde los destinatarios de un discurso electoral, se pudiera establecer la composición social de un movi­miento político podríamos estar de acuerdo con los editorialistas de Alianza Popular: «... nosotros seguiremos llenando las plazas y calles en Colombia, con las multitudes humildes y desharrapadas, con los maleantes y marihuaneros, con los lustrabotas y las verduleras, con todo el conglomerado humano y que constituye las mayorías colombianas y que está con nosotros; nosotros segui­mos con el pueblo, que es precisamente donde reside la legítima voluntad popular y del cual emana la verdadera legalidad...»12

11 Una amplia informadón sobre el comportamiento de los legisladores anapistas tanto en el Con­greso como en los Concejos Municipales puede verse en: Ayala Diago César Augusto. El Discurso Parlamentario de la Representadón Anapista en las Corporadones Púbbcas durante la legislatura 1964-1966. Eh: Revista Politeía déla Facultad de Derecho, Ciendas Políticas y Sedales de la Uni­versidad Nadonal de Colombia. No. 15 1994, p. 56-84. 12 Véase Por qué las Calumnias ?. En: Alianza Popular No.74, febrero 4 de 1966, p. 4.

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La ANAPO no perdía tiempo excusándose ante la clase dirigente de su con­ducta pasada o presente, como sí lo hacía el líder de la Línea Blanda del MRL. Todo lo contrario. El editorialista anapista es contestatario. Mientras el go­bierno a través de la gran prensa presentaba a los anapistas como individuos al margen de la ley, la ANAPO mostraba a sus principales adversarios políticos en su cualidad de perversos. Empero, muchas veces, los anapistas no rechaza­ron en su totalidad los juicios que sobre ellos hacía el régimen, sino que se servían de los mismos para condenar las medidas y pasos oficiales y, ante todo para proclamarse como los «únicos voceros del pueblo». «Nosotros somos -decía un editorialista - para la dorada oligarquía que peca y delinque en gran­de, una turbamulta feroz, maleducada y rebelde; y eso nos complace, tenemos una espléndida masa de pelea, capaz de empujar con el pecho desnudo las más afiladas armas y de combatir en las más difíciles circunstancias»13. Así, depo­sitando toda su razón de ser en «el pueblo» o en «las masas», los anapistas pretendían dejar sin legitimidad popular al Frente Nacional.

Cuando la ANAPO presentó por primera vez listas para el parlamento en 1962, y por lo regular siempre que se acercaban las elecciones, el Frente Nacional mediante la gran prensa, para desacreditar al movimiento, volvía sobre las contradicciones y fallas del régimen militar. Ahora, el impulso que venía to­mando el anapismo desde las elecciones de mitaca de 1964 y las multitudinarias manifestaciones que recibían a Rojas en las localidades, hizo que los periódi­cos que respaldaban el régimen oficial, arreciaran las tormentas de inculpaciones contra los anapistas14. Estos sin embargo, ya no respondían, a las «tergiver­saciones y calumnias de la gran prensa», únicamente con las referencias a las «bondades y medidas populares» del gobierno militar. Aunque éstas se men­cionan, no se tienen en cuenta tan sólo para presentarlas en calidad de solucio­nes políticas y sociales. Para ellos, el cambio de las estructuras, es decir: «la reforma del aparato estatal, la asistencia estudiantil, la producción de materias primas, la creación y participación en nuevos mercados o la protección de la moneda nacional», son propuestas tratadas en los editoriales como planes a desarrollar para alcanzar la armonía social y el equilibrio político. Ahora la defensa del orden social no la hacían con el único propósito de instaurar un modelo del pasado, sino que con base en ese modelo pretendían la «moderni­zación» del Estado.

También revelan los editoriales de Alianza Popular, el nacionalismo que se gestaba dentro de la organización desde comienzos de la década. Nacionalis­mo que salió a flote a raíz de la invasión de las tropas norteamericanas a República Dominicana y de la consolidación de empresas estadounidenses tanto en Colombia como en el resto del continente. Desde la Cámara de Represen-

Véase «La Violenda rojista». En: Alianza Popular No. 63. Odubre 14 de 1965,p. 4. Véase «Por qué las calumnias ?». En: Alianza Popular, No. 74, febrero 4 de 1966, p. 4.

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tantes los voceros anapistas venían denunciando el «comportamiento extranjerizante» de la clase dirigente. La mayor parte de las referencias de los editoriales tuvieron que ver con los Estados Unidos como enemigo externo. Se conservan todavía las apelaciones al «patrioterismo» a la manera del Rojas de los tiempos del gobierno militar. Apenas se advierten algunas alusiones a las experiencias nacionales de algunos de los paises del «tercer mundo».

De otra parte, los editoriales del vocero anapista denunciaron ante todo la represión del régimen y defendieron los derechos del ciudadano, en otras pala­bras, los logros de la democracia burguesa. Prestaron atención a los problemas y a las soluciones de los más acuciantes problemas de la gente común. El costo de la vida, la miseria, los impuestos tenían su puesto preferencial en los escri­tos editoriales de Alianza Popular. Día tras día los lectores del periódico eran testigos de la preocupación del movimiento por las alzas en el transporte, en los artículos de primera necesidad y en los arriendos, consecuencia, según escribían, de las políticas económicas del Frente Nacional. «Alianza Nacional Popular -afirmaba un editorialista- rechaza en ésta, como en todas las veces, las alzas en los costos de la vida. No es simplemente una posición demagógica; consideramos que el gobierno ha violentado la lógica en los altos gastos oficia­les; que la ha violentado en la continuidad de una política de préstamos inter­nacionales, cuya incorporación a la prosperidad colombiana es muy discuti­ble; que la ha violentado en el exceso burocrático. Que ha permitido la voraci­dad de los oligopolios, el exceso en la ganancia, los turbios negociados en dólares, la especulación.,.»15.

Desde su victoria electoral en marzo de 1964, los anapistas habían empezado a renunciar a la vía conspirativa como forma de alcanzar el poder. Se habían decidido, aunque a regañadientes por la vía electoral. «No es éste nuestro me­dio ni era éste nuestro programa -señalaba uno de los editorialistas-. Los rojistas llegamos al estadio nacional como una falange subversiva. Propusimos el des­cuartizamiento de las oligarquías y convocamos al pueblo en pleno, ya estra­gado de sectarismos para que abandonara las odiosas prácticas y se preparara para la toma del poder»16. Así, anotaban que los medios habían cambiado pero no los fines. No obstante aceptar las reglas del juego, el discurso electoral anapista no estaba exento de reservas, «frecuentamos las votaciones porque allá nos esperan nuestros enemigos y a éstos hay que buscarlos donde se en­cuentren. Declaramos que aquello es una farsa, una mentira endomingada, un truco de los magnates del dinero para hacer creer a los humildes que partici­pan en las dirección del Estado. El episodio es un vicio nacional que promete­mos extinguir desde el gobierno. Para entonces crearemos la auténtica consul­ta de las clases trabajadoras»17. Lo que en principio podría revelarse como una

Véase «Menos arroz en la sopa». En: Alianza Popular, febrero 12 de 1966, No 81, p. 4. Véase Las Malditas Elecdones. En: Alianza Popular No.66, octubre 20 de 1965, p.4. Ibid.

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actitud contradictoria y confusa, redundaría en una acertada estrategia políti­ca. Es decir, conservando el discurso agresivo y revanchista en momentos col­mados de tensiones sociales y reiterando con intransigencia su oposición irre­conciliable al sistema, la ANAPO aceptaba los mecanismos establecidos por el nuevo orden. «Absurdo seria, -leemos en uno de los editoriales- despreciar el procedimiento que el adversario nos ofrece para derrotarlo. Además no le te­memos a la reyerta cívica porque la mayoría del pueblo habita nuestros cam­pamentos»18. Así, pues, la Alianza Nacional Popular reafirma su política de participación electoral, autodefiniéndose a la vez como abanderada de la revo­lución nacionalista y popular que según sus ideólogos «reclamaba el país». En realidad, no carecían los anapistas de ninguno de los componentes claves para participar en la política colombiana. Con caudillo definido y fogueado, depo­sitaban en el pueblo «la legítima voluntad popular y la verdadera legalidad». Le invitaban a sacudir «el yugo de la iniquidad y de la miseria» y a «levantar su cabeza inconforme, en un violento gesto de rebeldía para protestar por to­das las injusticias y por el desorden social en que se debaten las gentes humil­des de Colombia»19. Y cuando la crítica los asediaba por su discurso beligeran­te, sacaban a relucir su vocación conciliatoria: «Hemos insistido en que la revolución puede hacerse pacíficamente; que es posible realizar en el acuerdo de los ciudadanos las transformaciones esenciales que el país requiere, que nuestro pueblo es bueno, es confiado, es cristiano»20.

La edición del 27 de enero de 1966 de Alianza Popular estuvo dedicada a la publicación de la nueva plataforma del movimiento anapista. No era una pla­taforma nueva, permanecían intactos todos los planteamientos que contenía la de diciembre de 1964, Sin embargo, por su difusión, por el espacio que había ganado ya el anapismo y por la proliferación de documentos en la arena polí­tica, el documento de los anapistas fue el último en aparecer; hecho que lo puso en ventaja frente al resto de programas políticos que circulaban en el país. El documento resplandece no sólo por haber podido sintetizar la expe­riencia de la historia del anapismo, sino, además, por haberse erigido sobre los planteamientos y propuestas que los otros movimientos de oposición venían esgrimiendo. Los redactores de la plataforma lograron adaptar a sus formas de concebir los problemas sociales, los programas y consignas de lucha de movi­mientos políticos que habían desaparecido o empezado a languidecer: La Lí­nea Dura del MRL, el Frente Unido, el Movimiento Democrático Nacional y el Partido Demócrata Cristiano, entre otras agrupaciones.

Ibid Véase «Por qué las calumnias ?». En: Alianza Popular, febrero 4 de 1966,p. 4. Véase «La violenda rojista». En: Alianza Popular, odubre 14 de 1965, p.4

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Para complementar nuestras observaciones sobre la evolución del anapismo, seleccionamos 57 documentos publicados en Alianza Popular antes del 20 de marzo de 1966.21

3.3 Rojas ejerciendo su poder

En recuadros bajo la denominación de «Advertencia» y «Prevención» se pu­blicaron en el diario oficial de la ANAPO, los mensajes que el General envia­ba a los comandos regionales, para dirimir conflictos. La mayor parte de ellos ocasionados por desacuerdos en la conformación de listas para los Cuerpos Colegiados. Esto revelaba, superficialmente, el crecimiento del movimiento. Mostraba una de las variables que podría explicar ese intempestivo auge: la necesidad que tenían amplios sectores de la población de conquistar nuevos espacios por encima de la estrechez del Frente Nacional.

Los contenidos de 15 testimonios firmados por Rojas muestran las tempranas crisis por las que atravesaba internamente el movimiento. Rojas entonces, de­cidió poner la casa en orden. No era difícil. Precisamente se caracterizaba el Movimiento por su estructura militar jerarquizada. Rojas le recuerda a los destinatarios de sus mensajes, que la ANAPO es «un movimiento jerarquiza­do» en el cual se hacía necesario «preservar la disciplina y defender la unidad perfecta». En esto residía, para él, la fuerza de su agrupación22.

Es característico de los documentos producidos por Rojas Pinilla sus apelacio­nes por igual al «pueblo liberal», al «pueblo conservador» y al «pueblo rojista». En ellos están presentes las denuncias contra la devaluación y el alto costo de la vida, como efectos del establecimiento y fracaso del Frente Nacional. Rojas lo mismo que los editorialistas de Alianza Popular, inculpa a las «oligarquías liberales y conservadoras», y en particular a Carlos Lleras Restrepo y Alberto Lleras Camargo, de los problemas del país.

21 37 de ellos pertenecen a integrantes y directivas de la ANAPO y 20 a organizaciones gremiales y particulares, cuyos planteamientos son muy cercanos a los del Movimiento. Los documentos anapistas son: 15 mensajes y avisos firmados por Rojas Pinilla; 8 capítulos de la plataforma programática; 5 cartas de dirigentes de la ANAPO; 3 documentos de diferentes comandos anapistas; 2 dos discursos radiales, uno de María Eugenia y el otro del general (r) Gregorio Duarte Jiménez; y un mensaje de Roberto Harker Valdivieso al anapismo santandereano. 22 El siguiente es el texto compldo del documento: «MENSAJE DE ROJAS PINILLA A LOS COMANDOS DE SANTANDER./ Dodores Roberto Harker Valdivieso, Edmundo Morales Behrán, Paúl Duran Reyes, Carlos Parra./ Fin respuesta a su mensaje de ayer permítame manifestarles Reinaldo Hernández no pertenece Alianza Nadonal Popular pues fue expulsado movimiento por indecoroso y traidor. Ruégoíes transmitir este mensaje comandos municipales Santander fin nuestros amigos sepan aditud deben adoptar frente audaces prdensiones dicho sujeto ha querido utilizar posidones exaltólo ANAPO, solamente para benefido personal. Este es un movimiento jerarquizado y estoy dispuesto toda costa preservar disdplina fin mantengamos unidad perfecta pues ahí reside parte nuestra tuerza. Desde ahora condeno cualquier intento disidente de quienes hadándose pasarpor rojaspinillistas quie­ren engañar a algunos ingenuos amigos didéndoles que voten por hstas distintas a las autorizadas./ Estas listas serán elaboradas por mi y oportunamente las haré conocer a fin de que mis amigos no tengan la menor duda sobre su autentiddad. Cordial saludo./Gustavo Rojas Pinilla. Véase Alianza Popular,febrero 11 de 1966,No. 80,p 11. y marzo9 de 1966,No.l02,p. 2.

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Ante la opresión y exclusión de los sectores populares, originados en la admi­nistración de Lleras Camargo y continuados en la de Guillermo L. Valencia, la ANAPO era para Rojas, la mejor opción en el próximo debate electoral. Con un lenguaje sencillo, recargado de un vocabulario cristiano. Rojas proyectaba así las imágenes suya y de la ANAPO: «El Movimiento nació con un hombre salido de una cárcel donde pagó el tremendo delito de haberle servido durante cuatro años a los pobres trabajadores colombianos sin perseguir a las oligar­quías y fue creciendo poderoso por encima de la delincuencia oficial y la per­versión de las oligarquías que no ahorraron calumnias y atropellos para dete­nerlo hasta conseguir que la verdadera justicia social, por la cual Jesucristo murió en la cruz hace dos mil años, esté imperando ya hasta en la misma conciencia de los señores del gran dinero y de la indecente politiquería, que reconocen la verdad de nuestros programas doctrinales y la necesidad de una transformación revolucionaria para que esajusticia social sea una realidad en Colombia»23.

A diferencia de la plataforma general, donde sus redactores proyectan la Alianza Nacional Popular como comunidad política, los Editoriales y documentos de Alianza Popular proyectan ante todo al jefe máximo de la organización. Re­saltan de él sus cualidades y virtudes, sus dotes de caudillo, su honestidad y ecuanimidad. En esto tuvieron que ver las coyunturas políticas. La plataforma fue difundida en el sosiego que les produjo a sus redactores el avance electoral de 1964, mientras que para 1965 la agitación política que vivía el país y el crecimiento de la ANAPO imponía la necesidad de poner a girar el movimien­to en torno a Rojas. En la medida en que se desdibujaban las candidaturas antilleristas y todo el establecimiento se reunía alrededor de lafigura de Lleras, los ideólogos de la ANAPO se esforzaban por que la atención popular se diri­giera hacia el General. Cuando de mencionar a Rojas o a la ANAPO se trata, el 75.1% de las referencias tuvieron que ver con Rojas, el 15.5% con la comu­nidad rojista-anapista y sólo el 9.4% con la ANAPO. (Ver Tablas 1 y 2).

Para muestra los ejemplos: Alianza Popular publicó en la primera edición de su nueva salida, una carta que María Eugenia Rojas le enviara al dirigente rojista Benjamín Burgos siete años atrás. En ella, la hija del General respondía detalladamente a las acusaciones que contra su padre proferían sus detracto­res. La imagen de Rojas, que proyecta la misiva es la de un hombre valeroso que se había enfrentado a sus acusadores únicamente con la confianza en sí mismo, en su honestidad, y con la seguridad «de que saldría adelante con el triunfo de la verdadera justicia». «Rojas Pinilla, escribía la dirigente, simboli­za la luz de esperanza ante las fuerzas del mal que buscan condenarlo en 1958 y en 1966»24. En otra carta que reproduce el órgano oficial del anapismo.

21 Véase «Transformadón Revoludonaria». Entrevista a Rojas Pinilla en el séptimo aniversario de su regreso al país. Alianza Popular, odubre 11 de 1965. p. V. 24 Véase carta enviada por María Eugenia a Benjamín Burgos el 29 de septiembre de 1958. En: Alianza Popular No. 62, octubre 11 de 1965,p 8.

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Page 12: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

TABLA No. 1 REFERENCIAS A ROJAS Y A LA ANAPO EN

LA PLATAFORMA 1960-1966

N o .

1

2

Indicadores

Alianza Nacional Popular

Frecuencia 7 5

Rojas Pinilla

Frecuencia 6 3

TOTALES

N o .

1 2

3 4 5 6 7

8

A : 1 2 3 4 5

6 7 8 9

10 11

12 13 14 15

B: 1 6 17 18

19 20 21 22

Subindicadores

Alianza Nacional Popular Movimiento de Alianza Nacional Popular El Movimiento Movimiento nacionalista Nuestro Nuestro Movimiento En el orden nuevo que propi­ciamos Movimiento nacionalista y cristiano

GOBIERNO DE ROJAS Fuerzas Armadas Fin de una etapa sangrienta Gobierno militar Su mandato Vigoroso movimiento militar de poder popular Regreso de los exiliados Su obra de gobierno El 13 de junio de 1953 Libertad de los presos políticos Nuevo régimen militar Créditos de las entidades bancarias oficiales Convivencia colombiana Seguridad para todos Empresa de pacificación Justicia social ROJAS PINILLA: El General Rojas Pinilla Rojas Pinilla Ex presidente Gustavo Rojas Pinilla Presidente Rojas Pinilla Jefe del Gobierno militar Et perseguido Conductor y capitán de esperanzas

(8 O

c 3 O 41

3 8

16 8 5 4 2

1

1

8 7 7 4 2

2

15 4

1 1 1 1

1

1 3 8

a.

50.6

21.4 10.7

6 .7 5 . 3 2 .6

1.3

1.3

12.6 11.1 11.1

6 . 3 3 , 2

3 .2 1.6 1.6 1.6 1.6

1.6 1.6 1.6 1.6 1.6

23.8 6 . 3

1.6 1.6 1.6 1.6

1.6

CS

!? O

54.3

45.7

1 0 0

116

Page 13: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

TABLA No. 2 REFERENCIAS A ROJAS Y A LA ANAPO EN 25 EDITORIALES

DE "ALIANZA POPULAR" (Octubre 1965 - marzo 1966)

N o .

1

2

Indicadores

Rojas Pinilla

Frecuencia 154

Alianza Nacional Popular

Frecuencia 1 1 1

TOTALES

No.

1

2

1

2

3

4

Subindicadores

ROJAS (General Rojas Pinilla 55; Rojas Pinilla 16; Ex presi­dente de la República 15; cau­dillo 6; jefe de la Colombia nueva 2) GOBIERNO DE ROJAS (Gobierno militar 52; régimen de las Fuerzas Armadas 5; Go­bierno de Rojas 3)

EL ROJISMO (Los rojistas 34; rojismo 7; rojismo colombiano 2; pensamiento rojista 1; paci­ficación 1) ANAPO (Alianza Nacional Popular 16 Alianza Popular 16; ANAPO 2; Movimiento de Alianza Nacio­nal Popular 1) NOSOTROS (Nosotros 15; nuestro movimiento 7: nues­tra plataforma 3) GENERALIDADES (contra la presión del comunismo 7; opo­sición de verdad 3; contra ei izquierdismo nacional 2; mís­tica sin precedente y devoción sin h'mites 1; haremos cuanto sea necesario 1; los soldados de la reconquista 1; salvación de las angustias 1)

o c U

u.

94

60

45

25

25

16

265

to

Q.

61 .0

39.0

40.5

22.5

22.5

14.5

58.1

41 .9

1 0 0

117

Page 14: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

Rodrigo Villarreal, político anapista santandereano se dirige a Rojas para re afirmarle el respeto a sus ordenes, a la disciplina y a la jerarquía del Movi­miento. De su parte, el Comando de ANAPO en Barrancabermeja, en un deta­llado informe sobre el fracaso de una gira del candidato oficial del Frente Nacional a esa localidad, anotó: «los rojistas hemos librado otra gran batalla contra el sistema carcomido del Frente Nacional; hoy esta ciudad se enorgulle­ce y cierra filas en torno al General Gustavo Rojas Pinilla»-3.

Después de publicada con gran profusión la Plataforma de la ANAPO, Alian­za Popular continuó reproduciendo apartes. Entre ellos se destacaron aque­llos que tenían que ver con: el costo de la vida, el hambre, el acaparamiento, la especulación, el endeudamiento de la nación, la pobreza, la lucha de clases y la salud. Se reproducían ante todo aquellos documentos en donde lo importan­te no consistía en plantear los problemas sino en presentar sus respectivas soluciones. Para alcanzar «el bien común» como uno de sus principales obje­tivos, por ejemplo, este tipo de materiales insisten en la propuesta de una «Asam­blea Nacional Constituyente y Legislativa» que estableciera los canales propi­cios para creación del «Estado popular y nacionalista».

Otro aspecto interesante que los documentos reiteran en calidad de solución a los problemas nacionales, es la participación directa del ciudadano común en la conducción y desarrollo del país. Se proponen mecanismos directos de parti­cipación como la elección popular de alcaldes y la «participación de los traba­jadores en las utilidades de las empresas». Los anapistas manifestaban, a tra­vés de su diario, que con las orientaciones y bases de un «Estado nacionalista y popular», era posible colocar un freno a la explotación y dominio de los monopolios nacionales e internacionales, desplazando «el mundo de los nego­cios» de la esfera pública y logrando devolverle su sentido de organización al servicio de los intereses generales, a las instituciones políticas.

En relación con la plataforma, los documentos ideológicos y editoriales aquí analizados tienen algunas diferencias que valen la pena ser resaltadas. Mien­tras que en la plataforma general del movimiento son mayores ias referencias a la ANAPO como organización colectiva, en los documentos y editoriales la relación es inversa. Lo mismo sucede con el destinatario de los documentos de carácter ideológico. Si en la plataforma ocupa el primer lugar «el pueblo» seguido por «el pueblo colombiano», en aquellos son las denominaciones «co­lombianos» y «pueblo colombiano» las que ocupan los dos primeros lugares seguidas de «el pueblo». La razón de tal ordenamiento consiste en que mien­tras la plataforma es elaborada y publicadas después del respaldo popular que recibiera la ANAPO en los comicios de 1964, pasado cierto tiempo el interés está en resaltar su imagen de Movimiento Nacionalista.

25 Véase «Gastan 110.000 en Barranca vno Movilizan 200 personas. En: Alianza Popular. N° 93. febrero 26 de 1966. p. 8.

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Para darle un hilo de continuidad a todas sus actividades. Alianza Popular reproduce medidas que los representantes del movimiento promueven en los Cuerpos Colegiados en contra del Frente Nacional y a favor de las mayorías nacionales.

Antes de finalizar con el análisis de los documentos seleccionados de Alianza Popular, queremos referirnos a tres casos mas: el documento «Llamado a Santander» de Roberto Harker Valdivieso26 y un par de intervenciones radia­les, pronunciadas por los dirigentes Mario Montoya27 y por el General en reti­ro Gregorio Duarte Jiménez28. Los tres documentos datan de diciembre de 1965. Todos ellos reafirman, lo que para la comunidad anapista significaba el Frente Nacional: oligarquía, privilegios, exclusión, monopolios, corrup-ción,lucha de clases y, la propia comprensión de la ANAPO como una síntesis de ideales cristianos, populares y nacionalistas. Cuando se dirigían a sus des­tinatarios positivos, los cuadros dirigentes en mención, utilizaban con fre­cuente reiteración expresiones como «la lucha», «la batalla», «El Combate». Para ellos, del triunfo en las elecciones de 1966 dependería la «redención del pueblo colombiano»29. Mario Montoya, secretario general del anapismo en Antioquia y veterano periodista de los tiempos de Diario de Colombia, peroraba así en Cereté Córdoba: «Ahora nos enfrentamos a una votación que para Co­lombia resultará decisiva por muchos años. La votación de la cual depende que en el próximo futuro Colombia no continúe inflamada por el dominio plutocrático, que los jueces y alcaldes y magistrados y policías y gobernadores no sean instrumentos al servicio de caciques y poderosos nacionales o pueblerinos, de que el interés nacional sea reconquistado y sacado adelante siempre por sobre los intereses ajenos al país y contrarios a él»30. Así, los acontecimientos cotidianos fueron llevando a la colectividad de los anapistas a ejercer la política según las reglas de juego establecidas. «Esta batalla -conti­nuaba Montoya- que dirige el señor General Rojas Pinilla ha tenido la virtud y la eficacia necesarias para clarificar la conciencia política de las mujeres y los hombres de Colombia. Esa conciencia política se ha venido fortaleciendo en el sentido de aceptar la lucha en el campo en que ha sido planteada por los ene­migos y en el de no rehuirla o disfrazarla»31. Empero, como tantas veces lo hemos anotado - la ANAPO abandona sus proyectos conspirativos, pero con­serva el lenguaje de confrontación directa entre dos opuestos como mecanismo eficaz de convencimiento popular. La actitud a tomar era clara: «La dictadura del Frente Nacional es necesario liquidarla -manifestó Harker Valdivieso en su

26 Alianza Popular No 69, 3 de diciembre de 1965,p.l0. 21 Alianza Popular No.70, diciembre 20-25 de 1965, p 11. 28 Alianza Popular No. 70, diciembre 20-25 de 1965, p. 4. 29 Véase «La Salvación del país está en el Triunfo de Alianza Nacional. En: Alianza Popular No 70, diciembre 20-25 de 1965, p . 4. í0 Véase «Mario Montoya plantea la acción de Alianza Nacional. Discurso emitido por La Voz de Cereté. En: Alianza Nadonal N° 70, diciembre 20-27 de 1965, p. 11. " Ibid.

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Page 16: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

mensaje de posesión como Presidente del Comité Ejecutivo Departamental de la ANAPO en Santander-. La revolución colombiana se debe hacer a cualquier precio porque para los buenos patriotas es más importante morir una sola vez en el campo de batalla combatiendo y destruyendo a un enemigo insolente, que continuar agonizando en silencio mientras las aves agoreras se asoman a los balcones de San Carlos para presenciar nuestro holocausto y el holocausto de la Patria»32. Y, como en todas las fuentes que hemos venido estudiando, el nacionalismo es la fragua de las tesis anapistas; no hay documento en donde no aparezcan las expresiones: «Colombia», «patria», «independencia», «indoamérica», «patria nueva», «revolución nacionalista», «batalla colombia­na». En la base de la configuración del tipo de nacionalismo que distinguía a la ANAPO, estaba su tesis de la incongruencia entre quienes dirigían el Esta­do y quienes componían la nación. La expresión nacionalista del discurso de plaza pública era distinta a la del discurso parlamentario. Aquí se podía expo­ner en detalle la intervención económica de los monopolios en la economía nacional o los vínculos políticos y económicos entre la clase dirigente colom­biana y la política norteamericana. En las manifestaciones públicas el proble­ma nacional que ocupa el centro de la atención, más que un hecho concreto protagonizado por un agresivo país extranjero, es el tema de la usurpación de los derechos elementales del pueblo por parte de una «casta minoritaria»33. Se acude dentro de un contexto regional-nacionalista, al ejemplo de los proceres de la Independencia. Considerando a la mujer contemporánea como víctima principal de la violencia, Harker apela al ejemplo de Manuela Beltrán con el propósito de atraer al movimiento la participación activa de la mujer. Por su parte, el general en retiro Gregorio Duarte Jiménez considera que la mujer del pueblo es fuente de cohesión social. «Si ella acude con su voto -decía Duarte Jiménez - el amor por sus padres, por su novio, por su esposo y por sus hijos encontrará en Colombia el dulce ambiente, la seguridad familiar y el progreso constante en un reencuentro con la verdad social»34.

3.4 La oposición y el destinatario de sus discursos

Después de los anapistas, el padre Camilo Torres se atrevió a lanzar a la arena de la discusión política, una nueva plataforma. En el mismo mes de marzo de 1965, una agrupación guerrillera que había hecho su aparición en enero de ese año, comisionó a uno de sus ideólogos, Jaime Arenas, para que redactara una Declaración programática que sentara las bases del Ejército de Liberación Nacional ELN. En agosto, el Movimiento Democrático Nacional y el Partido

n Véase Alianza Nacional No 69, 3 de diciembre de 1965, p 10. " Véase Alianza Popular No 69, 3 de diciembre de 1965, p 10. 54 Véase La Salvación del País está en el Triunfo de Alianza Nacional Popular. Discurso Radial del General (r), abogado Gregorio Duarte Jiménez. En: Alianza Popular No 70, febrero 20 de 1966p. 4.

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Social Demócrata Cristiano publicaron sus respectivas plataformas. Desde julio, el emerrelismo lopista arremetió en la contienda política. Participaron en la campaña electoral con el periódico MRL de Colombia y con el radioperiódico La Calle. El Partido Comunista lo hizo en enero de 1966. En mayo de ese año, con el fin de integrar en agrupaciones guerrilleras de tipo moderno a los campesinos combatientes de Marquetalia, oriente del Huila, Caquetá, Río Chiquito, 26 de septiembre. Guayabera y zona sur occidental del Tolima, se crearon las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC. La nueva agrupación guerrillera incorporó a su declaración política fundacional, «el Programa Agrario de los guerrilleros» en circulación desde el 20 de julio de 196435. Puede decirse que en la segunda mitad de la década se dispararon los documentos programáticos de las organizaciones políticas en Colombia.

Los contenidos de los nuevos documentos radicalizaron el discurso político en el país. Como era de esperarse los nuevos programas recogían preocupaciones populares consignadas a su vez en los programas de los movimientos progresistas existentes o desaparecidos. Continuaban en la circulación de las ideas los textos célebres de los primeros años del MRL: El Plan de Enero y la Plataforma de 1961. Salvo innumerables intervenciones de López Michelsen durante la campaña 1965-1966, la Línea Blanda del MRL no configuró un programa que por su trascendencia reemplazara los anotados36. A su vez, la Línea Dura aunque prolífera en documentos, tampoco presentó ante la opinión pública, durante su permanencia en la escena política, un acabado programa o plataforma política37. A partir de la segunda mitad de 1965, el aguerrido emerrelismo de Alvaro Uribe Rueda empezó a languidecer.

35 Véanse: Guzmán Campos Germán. La Violencia en Colombia. Parte descriptiva. Ediciones Progreso. Cali, primera edición, 13 de agosto de 1968p. 469-471. Arenas Jacobo. Cese el Fuego. Una historia política de las FARC. Bogotá, editorial Oveja Negra, febrero de 1985 p.86-88. ! í El estudio de quince discursos pronunciados por Alfonso López Michelsen durante su campaña electoral de 1965-1966, permite conocer la orientación política que guiaba a la «Linea Blanda» del MRL: Liberemos del chantaje a la libertad, en Posdata a la Alternación pp 125-138; Vivimos bajo el signo de la incertidumbre y de la duda, en MRL de Colombia, julio de 1965; Manifiesto de la Junta Asesora a la militancia del MRL, en MRL de Colombia, julio 10 de 1965; Ante todo la verdad, en MRL de Colombia, octubre 1 de 1965; Falta de conocimientos falta de carácter, en Posdata a la Alternación pp. 89-95; Dialéctica de las chequeras dialéctica de las pistolas, en Posdata a..., p 139-147; El país no necesita una enciclopedia sino un gobierno fuerte que no este sujeto a presiones, en Posdata a..., pp. 97-107; El Movimiento Revolucionario Liberal es lapaz, en Posdata a.. ,pp 109-113; Si Lleras Restrepo sale elegido no tendrá poder decisorio, en Posdata a..., pp 149-158; Alfonso López se dirige a los ingenieros de Antioquia, en MRL de Colombia, diciembre 17 de 1965 p 5; La cuestión es eco dinero, en Posdata a la Alternación, pp 117-124; El Frente Civil ha dejado de ser un punto de convergencia para convertirse en un extremismo, en Posdata a...,pp 159-178; La disidencia del MRL beneficia al partido liberal, en Posdata a...,pp 179-193; Alberto Lleras al bate, en MRL de Colombia, octubre 1 de 1965 p 1; Una Colombia difícil, en MRL de Colombia, noviembre 5 de 1965. " Para llenar este vacío hemos sometido a nuestro análisis cuantitativo catorce importantes documentosproducidos entre 1963y 1965.1963: 1. Declaración del Comité de Acción Revolucionaria del MRL (LNP No 99-100 junio 15); 2. Frente Popular de Explotados propone Uribe (Diario de LNP jubo 22); 3. En Colombiano existe hoy un orden democrático que valga lapena defender (Diario LNP agosto 2); 4. El MRL solidario con FEDEPETROL (Declaración del Comité de Acción Revolucionaria en Diario LNP agosto 5); 5. Reagrupación nacionalista en tomo a las Tesis revolucionarias buscara la

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Simultáneos, los documentos de Camilo y el redactado por el dirigente urbano del ELN Jaime Arenas, llevaron a la discusión política en la ciudad, algunos de los problemas, que el movimiento guerrillero planteaba desde las montañas del país38. Arenas escribió varios años después, que el programa político del ELN buscaba «ser amplio, dentro de lincamientos incuestionablemente revolucionarios, sin sectarismo ni complicaciones de orden filosófico, con el objeto de que su comprensión por parte de las masas populares a quienes iba dirigido el discurso fuera fácil y su aceptación se realizara rápida y conscientemente...»39. Como la plataforma de Camilo, el documento del ELN recalcaba la necesidad de crear un amplio frente democrático de «obreros, campesinos e intelectuales de avanzada, estudiantes y sectores progresistas de las capas medias». Ambos programas se erigían desde las ruinas del Movimiento Obrero Estudiantil y Campesino MOEC que lanzara al mercado de los documentos políticos sus tesis programáticas en julio de 1960. Los tres estaban inspirados, en parte, por la nueva ola guerrillera que sacudía al tercer mundo después de la segunda guerra mundial. El MOEC le había conferido en su programa, gran importancia a los sectores vinculados con la educación, particularmente a los estudiantes. Estos ocuparon más espacio como destinatario positivo que los obreros y los campesinos. Pero más que a los estudiantes, el MOEC dirigió su palabra al pueblo. En cambio, el Frente Unido de Camilo nacido varios años después en la universidad y que había contado con el entusiasmo de los universitarios, no le concedió siquiera una mención en su plataforma a los estudiantes. Es muy posible que los ideólogos del Frente Unido, consideraran definitivamente cooptado a su favor el sector estudiantil. Para ellos, más que un destinatario supuestamente cooptado, ló importante eran los paradestinatarios: las totalidades y organizaciones sin discriminación social: los colombianos, la familia, hombres y mujeres, las Juntas de Acción Comunal, las cooperativas. Los campesinos no aparecen para nada. El 10.2% de sus referencias llaman a los obreros, otro tanto a la clase media (ver Tabla N° 4); se trata, pues, de un movimiento de carácter urbano. Carácter urbano que no se refiere en concreto al vocablo pueblo. Habla de clase popular o de

Linea Dura en la Asamblea del 10 (Declaración en Diario LNP octubre 4); 6. La Conferencia Nacional del MRL (Diario LNP octubre 11); 7. La Declaración de los 18 (LNP No 96); 8. Conclusiones de la Asamblea Nacional (Diario LNP octubre 14). 1965: 1. Un llamamiento a la nación (LNP No 127 enero); 2. Asamblea Nacionalista. Carta circular a todos los dirigentes de opinión pública que en una u otra forma se han preocupado por el proceso revolucionario colombiano (LNP febrero No 129); 3. Carta de A. Uribe Rueda dirigida a Ruiz Novoa, en respuesta a las declaraciones del ex-ministro al abandonar el MDN (Anales del congreso mayo 18); 4. El Hundimiento del Estado Liberal (en Recorrido a la intemperie, Op. Cit.); 5. Entrevista a Alvaro Uribe Rueda de C. Bula y A. Benedetti (El Nacional octubre 9); 6. Candidato presidencial de la oposición antes de las elecciones pide Uribe (El Nacional abril 2). 18 Por ejemplo: al igual que el programa agrario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC, documento firmado por Manuel Marulanda Vélez el 20 de julio de 1964, la Plataforma del FUP preveía la propiedad de la tierra para quien la trabajara directamente. Véase «Voz Proletaria» de agosto 6 de 1964, p.8. 39 Véase Arenas Jaime. La Guerrilla Por Dentro. Análisis del ELN Colombiano. Bogotá, Tercer Mundo. Colección Universal, 5 edición, 1975, p. 54-55.

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organizaciones populares. Son las organizaciones las que están en la mira de sus intereses, creen que en ellas está reunido el pueblo organizado y disciplinado. Aunque dirigido por un sacerdote, el FUP no apela -por lo menos en su documento esencial- a recursos mesiánicos de cooptación popular. Nada de desheredados de la fortuna, de misericordiosos, de los humildes.

El ELN, al contrario del FUP tuvo en cuenta al pueblo como el principal destinatario de su discurso. Las totalidades sin discriminación social ocupan el segundo lugar. A diferencia del FUP, el ELN como en sus tiempos el MOEC, tiene en cuenta a los campesinos, a los estudiantes. (Ver Tablas 3 y 4).

Las FARC -fieles a su origen- fueron el único movimiento que se declaró abiertamente campesinista. A este sector de la población colombiana, en especial, dirigieron sus programas. En calidad de protodestinatarios no acudieron a los obreros, sino a los intelectuales: periodistas, escritores y artistas progresistas y sectores vinculados con la educación y las letras, como medida consciente para neutralizar la mala prensa de la que venían siendo objeto desde sus remotos comienzos. En enero de 1966, los comunistas colombianos publicaron el texto del más importante documento de su historia: la Resolución Política del Décimo Congreso40. Todas las actividades posteriores del comunismo se orientarán de acuerdo a las líneas trazadas por dicho congreso. Se confundirán y complementarán con el paso del tiempo tanto los documentos que emanan de las FARC como los que se aprueben en el seno del partido comunista. Si las primeras dirigieron su mensaje político a los campesinos, el segundo convoca a los obreros. A los sectores obreros con cierto grado de organización y de conciencia política va dirigida la Resolución Política divulgada a inicios de 1966. La documentación de las FARC tiene un carácter espontáneo, producto de un contacto directo con sus realidades. Escoger entre los sectores vinculados con la educación a sus protodestinatarios era cuestión de sobrevivencia. Entre los ideólogos del comunismo y los del Frente Unido hay puntos coincidentes. Aunque no en las dimensiones del comunismo, Camilo tiene en alta estima a los sectores obreros. Ambos consideran como clave en sus mensajes a los trabajadores organizados. A los dos los distingue una preocupación epocalista. No se movían los comunistas ni los amigos de Camilo, de acuerdo a los patrones convencionales de la manera tradicional de ejercer la política en Colombia. No trabajaban sobre las opiniones de las mayorías, sino sobre las que ellos mismos tenían. Los guerrilleros reciben más ilustración en el documento del PCC que el que ocupan los demás movimientos insurreccionales, el ELN o, en su tiempo el MOEC o, el proguerrillero Frente Unido.

40 Véase Documentos Políticos. Revista del PCC No. 57, febrero de 1966. p. 90-104. Documento del 28 de enero de 1966.

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TABLA No 3

DESTINATARIOS POSITIUOS DE LOS MOUIMIENTOS

POLÍTICOS DE OPOSICIÓN AL FRENTE NACIONAL 1959-1961

DESTINATARIO POLÍTICO SOCIAL

No

1

2

3

4

5

6

7

8

%_

18

11

12

13

14

15

16

17

18

19

20

21

INDICADORES

PUEBLO

LAS NASAS

OBREROS

CAMPESINOS

EMPLEADOS

TRABAJADORES

ESTUDIANTES

PROFESIONALES

I O M L Í M S E O SIN DISCRI­MINACIÓN SOCIAL NI POLI-TICA

SECTORES UICULADOS CON LA EDUACION

LA CLASE NEDIA

ORGANIZACIONES SIN DIS­CRIMINACIÓN SOCIAL

SECTORES INSTITUCIONALES (POLICÍA, MILITARES, CURAS)-

GRENIOS ECONÓMICOS

LA BURGUESÍA

PEO ECC

UENOS SECTORES DE LA NOMIA

LA OPOSICIÓN POLÍTICA

GUERRILLEROS

REVOLUCIONARIOS

MINORÍAS ÉTNICAS

BIPARTIDISMO

TOTALES

HOUIHIENTOS POLÍTICOS 1959 - 1961

MOEC

26.2

8.3

9.5

1.2

2.4

14.3

1.2

8.3

6,0

2.4

2.4

6.0

4.7

8,3

84

FLAN DE ENERO

28

20

4

44

4

25

ANAPO

39.2

3.6

10.7

14.3

3.6

10.7

7.14

7.14

3.6

28

MIL

34.1

16.4

3.5

8.2

5.8

1.2

27.1

1.2

1.2

1.2

85

PARTIDO COMUNISTA

10.5

15.8

15.8

5.3

31.6

5.3

5.3

10.5

19

124

Page 21: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

TABLA No 4

DESTINATARIOS POSITIUOS DE LOS MOUIMIENTOS POLÍTICOS DE OPOSICIÓN AL FUENTE NACIONAL

1963-1966

DESTINATARIO POLÍTICO SOCIAL

No

1

2

3

4

5

6

7

8

9

18

11

12

13

14

15

16

17

18

19

20

21

INDICADORES

PUEBLO

LAS NASAS

OBREROS

CAMPESINOS

EMPLEADOS

TRABAJADORES

ESTUDIANTES

PROFESIONALES

TOTALIDADES SIN D I S ­CRIMINACIÓN SOCIAL,N! POLÍTICA

SECTORES VINCULADOS CON LA EDUCACIÓN

LA CLASE HEDÍA

ORGANIZACIONES SIN DISCRIMINACIÓN SOCIAL

SECTORES INSTITUCIO­NALES (POLICÍA, M I L I ­TARES, CURAS)

GREMIOS ECONÓMICOS

LA BURGUESÍA

PEQUEÑOS SECTORES DE LA ECONOMÍA

LA OPOSICIÓN POLÍTICA

GUERRILLEROS

REVOLUCIONARIOS

MINORÍAS ÉTNICAS

BIPARTIDISHO

T O T A L E S

MOVIMIENTOS POLÍTICOS 1 9 6 3 - 1966

ANAPO

3 1 , 7

6.5

5.6

5.6

6.8

2,2

1 7 , 1

5.9

5,6

3 . 4 -

9.6

322

LINEA BLAND

1 8 . 4

1.7

1,3

1 1 . 3

1,7

0 . 4 3

0 . 4 3

3 5 . 1

2,4

0 , 4 3

2.0

8,9

1 6 . 0

293

LINEA DURA

2 3 , 2

7.0

6,1

4,3

2,1

2,1

6.7

2 1 . 6

5.3

2.1

0.6

1 6 , 4

2,1

327

PSDC

4 2 , 8

4.8

5 2 . 4

21

NDN

6,5

6,5

4.5

6,5

4 7 . 8

1 9 , 5

8.7

46

FRENTE UNIDO

8.1

2.1

1 0 , 2

2.2

4.1

4 0 , 8

8,1

1 4 , 3

6.1

6.1

49

PCC

2 0 . 2

8,7

2 6 , 2

1 4 . 8

3.8

0.5

0,5

5,5

1.2

2,2

2,7

2,7

1 0 , 4

1.6

183

FARC

1 3 , 8

4,6

2 5 , 3

3,4

2,3

3.4

4.6

1 3 . 8

3,4

2.3

8,0

4,6

5.7

4.6

3.4

87

ELN

3 2 , 5

1 0 , 8

2.3

8,6

1 0 . 8

6,5

1 7 , 3

4,3

2.3

2,3

2.3

46

125

Page 22: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

Otra familia de movimientos, alejada del espíritu guerrillero, estaba conformada por el Movimiento Democrático Nacional, las líneas blanda y dura del MRL y el Partido Social Demócrata Cristiano. El MDN, el PSDC, y el dirigente de la Línea Blanda del MRL Alfonso López Michelsen, al igual que el Frente Unido convocaron a las totalidades sin discriminación social. Entre los Movimientos en estudio fueron estas cuatro organizaciones las que pusieron en el primer lugar de sus destinatarios a ese tipo de conglomerado: El primero y el último llamaron a los colombianos, a la juventud y a la comunidad en general. El segundo apeló a ésta y a los ciudadanos. Para el MDN es menos importante el pueblo a secas (6,5%), que para el PSDC (42.8%). Los ideólogos del Movimiento Democrático Nacional fieles también a su procedencia y prédica, apelan con más intensidad a los sectores institucionales: Las Fuerzas Armadas, la Policía, etc.( 19.5%). En la Plataforma del MDN no tuvieron espacio los pequeños sectores de la economía nacional, ni las minorías étnicas, ni siquiera los conglomerados que por excelencia eran los receptores de su discurso: la clase media, los sectores vinculados con la educación. Es muy posible que como en el caso del Movimiento de Camilo Torres, el MDN considerara cooptados para si dichos sectores. (Obsérvese la Tabla N° 4).

Al igual que los anapistas, la «Linea Dura» colocó al pueblo como el principal destinatario de su discurso. Hay sin embargo algunas diferencias de orden cualitativo: las formas de recurrir al pueblo. Para los anapistas las referencias al pueblo se hacen de manera directa No pocas veces, los ideólogos del anapismo se presentan ante la opinión pública como sus portavoces y redentores. La Línea Dura, en cambio, en ningún momento se consideró su abanderada. «En las conciencias de las mayorías -leemos en uno de los documentos de la Línea Dura- se abren paso a paso, cada día con más fuerza, dos objetivos de lucha popular: la consecución del poder para las clases que trabajan y el logro de una plena independencia nacional»4'. Para la «Línea Dura» pesaba la solución política sobre las reformas sociales. Es decir, la reforma de las instituciones estatales era para ellos una de las formas de impulsar el desarrollo nacional, la armonía y la igualdad social. Mientras que los anapistas al igual que le daban importancia primordial a la conquista del poder, trabajaban mientras tanto a favor de soluciones efectivas a los problemas sociales del colombiano del pueblo. Por supuesto que el anapismo también pugnaba por la consecución de «derechos», «libertades públicas», «igualdad», etc, pero en las formas y enunciados de su discurso político sobresalen las deficiencias en las condiciones de vida de amplios sectores de la población, a diferencia de «los duros» que revelan una gran preocupación por las formas antidemocráticas del régimen sin olvidar sus efectos sociales. Para la ANAPO, el «pueblo» como generalidad que incluía la mayor parte de la población, era el principal sujeto en su discurso político. Parala «Linea Dura» del MRL la utilización del pueblo, como principal

41 Véase Diario La Nueva Prensa, Agosto 2 de 1963, p.8.

126

Page 23: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

sujeto político, era la posibilidad de realizar el objeto de sus preocupaciones ideológicas: alcanzar el desarrollo por medio de la autonomía nacional.

Como se anotó arriba, el primer lugar entre los destinatarios positivos del discurso de Alfonso López Michelsen lo ocupan totalidades como; «colombianos», «las gentes», «la opinión pública». La explicación de este primer lugar dedicado a las «totalidades», la encontramos en las concepciones y percepciones que tenía el jefe de la Línea Blanda de los que para él constituían los verdaderos problemas del país: El Estado, la acción del gobierno, los problemas globales de la sociedad. En una palabra, la ciencia de la política Así lo aseguraba una noche de enero de 1966 en el recinto conservador del Centro de Estudios Colombianos: «En la discreta penumbra de una cátedr; procuré enseñar, no el derecho constitucional, que generosamente se me atribuye, sino, apenas, ciencia política, que es el esbozo de las doctrinas acere: de la misión del Estado y el proceso de cambio de las estructuras en el seno de las sociedades. Es lo que puedo ofrecer a mi auditorio de esta noche. Una cierta familiaridad con las cuestiones que atañen a la acción del gobierno, su razón de ser como guardián del orden y el logro de la paz. Porque ¿qué es, al fin y al cabo, el estudio de la ciencia política sino el recuento de los esfuerzos de los hombres para vivir en armonía? ¿Y qué son las doctrinas políticas sino los distintos caminos que, en el curso de los siglos, han trazado los ideólogos para guardar la concordia en la sociedad?». Ahora, en la campaña de 1966, el discurso de López antes diseminado y confundido entre los planteamientos de las distintas corrientes que conformaron en un principio el MRL, se torna diáfano, transparente. Más que el discurso de un político, parece el de un hombre hablando desde la cima del poder. Si de una parte señalaba que no se sentía «ningún Moisés, cargado de experiencia y de años, designado por la Divina Providencia para llevar al pueblo escogido a la tierra prometida», por otra, ahora más que en la campaña de 1962, sin la incómoda presión de los comunistas o de los que ahora campaban en la otra tolda del MRL, se sentía llamado a salvar, por supuesto no al pueblo, sino al Estado colombiano. Mientras que en su plataforma de 1961 el MRL había apelado en primera instancia al pueblo y en segundo lugar a las totalidades, López, en su discurso de 1965 invierte las categorías. Atrás quedaba el entusiasmo por rescatar para el partido liberal la vena popular que -según él- lo había distinguido en la historia política nacional42. Los obreros que tuvieron significativo reflejo en los documentos de la primera mitad de la década, empiezan a desaparecer de su discurso. El «pueblo» no existe en el esquema del discurso de López como su preocupación por la situación en que viven ni por sus demandas. Al igual que los emerrelistas de la «Línea Dura», le inquieta, en primer lugar, las consecuencias de las

42 Al respecto véase: «El Oficialismo liberal como partido al servicio de los factores del poder y como promotor de la Mano Negra.» Ea: López Michelsen A. Colombia en la Hora Cero. Tomo II. Bogotá, ed. Tercer Mundo. 1963,p.l2.

127

Page 24: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

medidas del Frente Nacional sobre las estructuras sociales y políticas de Colombia, y de allí, por extensión, el pueblo. En cuanto a sectores específicos de la sociedad, son los campesinos quienes sobresalen en el discurso lopista de recinto cerrado. Habiéndose excusado ante sus camaradas para hablar en su nombre propio, el líder de la Línea Blanda aprovechaba las invitaciones de entidades particulares, tanto para suavizar el discurso revolucionario de los otros cuadros del movimiento, como para expresar su vocación de líder reequilibrador de la sociedad, «...si el primer cómplice en la división colombiana, entre una sociedad monopolística industrial y una sociedad agrícola indefensa, entre una sociedad industrial soberbia y una sociedad agrícola mansa, es el propio Estado y sus propios organismos, no sé a donde vamos a desembocar. Lo digo porque es de conocimiento de todos ustedes - decía López hablando en Manizales ante los dirigentes de ventas- y fenómeno de carácter universal el de que, si en las ciudades la transformación se va alcanzando por medio de la evolución, gradualmente, sin apelar a la acción directa o a los medios violentos a través de la lucha de los sindicatos con los patronos sobre la mesa de una junta directiva, en los campos, no solo en Colombia sino en el continente y en todos los continentes, el problema del mejoramiento de la clase campesina no se está resolviendo con pliegos de peticiones ni con papel sellado sino por medios violentos, por la inconformidad traducida en rebeldía que recurre a la acción directa»43. En un momento histórico en que empezaba a hablarse poco de los campesinos, cuando los movimientos políticos habían, siguiendo el curso de los tiempos, optado por los habitantes de las ciudades, López se inclina por el campesinado, conglomerado para el que hablaban por lo regular bien los dirigentes de extracción conservadora, bien los líderes guerrilleros. Así se expresaba López: «Colombia va a tener que decidirse dentro de lo que yo llamo la estrategia global a largo plazo si sigue prestándole atención preferente a la clase industrial y hablo de la clase industrial comprendiendo tanto a los empresarios y a los directores y a los accionistas como a los obreros, o si se le presta atención a la clase campesina que es el talón de Aquiles, la parte débil, la parte limitativa de nuestro propio desarrollo industrial. Si no se mejora la condición campesina, si no se mejora el ingreso campesino, nos vamos a encontrar con el doble problema de que la expansión industrial hallará un limite forzoso por la falta de mercados con que la inconformidad que hoy llamamos bandolerismo y antes llamábamos violencia no aplazará sus reivindicaciones pacíficamente sino recurrirá por todos los medios a tener un puesto igual al que se les está negando por los propios mecanismos del Estado»44.

La tabla de correlaciones elaborada para el presente caso permite aventurar algunas interpretaciones: El plan de enero, donde es evidente la influencia directa de López, está mejor correlacionado con los discursos del jefe de la

43 «Vivimos bajo el signo de la incertidumbre y de la duda» Dijo Alfonso López ante los Dirigentes de Ventas reunidos en Manizales. Véase MRL de Colombia, julio 10 de 1965, p.4. 44 Ibid.

128

Page 25: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

Línea Blanda en 1965 que con la Línea Dura; en cambio la Línea Dura se acerca más a la plataforma de 1961 aprobada por todo el conjunto del MRL, que el López de mediados de la década. (Ver Tabla N° 5)

Reflexionar sobre los problemas, surgidos o agudizados a raíz del nuevo orden, en dimensiones como: Colombia, el Estado, etc, lleva a López a convocar a los «colombianos», a «las gentes», etc. a diferencia de quienes -como los anapistas-advierten que las consecuencias del régimen afectan directamente al pueblo y por ello acuden directamente a él. De otra parte, es común a todos los movimientos de oposición al Frente Nacional considerar como destinatarios de su discurso político, en porcentajes representativos, las totalidades sin discriminación social ni política. La concentración de nuevos grupos humanos en las ciudades (estudiantes, trabajadores, empleados, obreros, profesionales, marginados, etc) produjo cambios lógicos en el lenguaje político.

En calidad de paradestinatarios, las dos vertientes en que se encontraba dividido el MRL, dirigen también su discurso a los colombianos reunidos alrededor del resto de movimientos de la oposición. En sus intervenciones, López, consciente de la fuerza electoral de la ANAPO, no descarta una eventual coalición antifrentenacionalista de anapistas y emerrelistas contra «el partido único del Frente Nacional»45. En realidad, el dirigente ha constatado que después de las elecciones de 1964, el partido liberal ha dejado de ocupar definitivamente el puesto de protesta social y popular que lo había identificado en el pasado. La intención pues, de rescatarle al partido la vena popular que el dirigente se había propuesto desde los comienzos del MRL había fracasado. Ocuparse de la Alianza Nacional Popular y vislumbrar con ella una eventual alianza electoral significaba en primera instancia un importante reconocimiento político, aunque en el fondo López, cuyo comportamiento político demostraba que no daba puntada sin dedal, pretendía con este paso mediatizar la simpatía popular liberal que hacia el movimiento de Rojas se había desplazado. La cúpula liberal no entendió la táctica de quien quería ocupar el puesto de oráculo de la clase dirigente del país, vacante después de la muerte del viejo López Pumarejo. De nada valieron extensas cartas del jefe de la Línea Blanda, dirigidas a Darío Echandía, presidente de la Dirección Nacional Liberal, explicándole su conducta. En una de ellas, López escribía: «El mal que ustedes como dirigentes le han hecho al partido en estos años, cuando se han empecinado en no permitir que una de sus alas abandere el descontento social, reviste proporciones incalculables. ¿Qué sería del liberalismo si no hubiera tenido al MRL en contra del impopular Frente Nacional? Los mismos efectivos militarían en el comunismo o en la ANAPO. Pienso que sirvo más al partido pudiendo entenderme en el futuro como jefe de las masas liberales descontentas con la

45 Véase «Si Lleras R. sale elegido no tendrá poder decisisorio» (Discurso en el Restaurante Jaroslov, diciembre 12 de 1965) En: Posdata... Op. cit p 154.

129

Page 26: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

TABLA No 5

CORRELACIÓN ENTRE LOS DESTINATARIOS DE LO OPOSICIÓN 1959-1965

AGRUPACIONES POLÍTICAS

HOvIMIENTQ OBRERO ESTUDIAN -

TIL V CAMPESINO (MOEC)

FLAN DE ENERO (PLANENERO)

ALIANZA NACIONAL POPULAR 1961

(ANP 61)

MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO

LIBERAL (NRL 19(1)

PARTIDO COMUNISTA DE COLOMBIA

(PCC 1961)

ALIANZA NACIONAL POPULAR

(ANP 64-66)

LINEA BLANDA D E MRL (L.BLAN)

LINEA DURA DEL MRL (L.DURA)

PARTIDO SOCIAL DEMÓCRATA

CRISTIANO (PSDC)

MOVIMIENTO DEMOCRÁTICO NACIO­

NAL (MDN)

FRENTE UNIDO (F.UNI)

PARTIDO COMUNISTA DE COLOMBIA

(PCC 1966)

FUERZAS ARMADAS REVOLUCIONA­

RIAS DE COLOMBIA (FARC)

EJERCITO DE LIBERACIÓN NACIO­

NAL (ELN)

MOEC

1

0,21

8,79

0,70

0.28

0,74

0,37

0.51

8.59

0.15

0 . 1 9

0,53

0.54

0.76

PLAN ENER

1

0.29

0,58

0.28

0,33

0.65

0.45

0 . 5 5

0 . 7 4

0 , 7 6

0 . 4 7

0 . 2 5

0 , 2 9

ANP 61

1

0 . 8 1

0.30

0.86

0.51

0 , 6 6

0 . 6 7

0 . 2 4

0 . 2 6

0 . 6 9

0 . 5 1

0 , 8 5

MRL 1 9 6 1

1

8.37

0.90

8.69

0,78

0.89

0.57

8.62

0.61

0,29

8,81

PCC 1961

1

0.41

0.18

0.13

0.17

0.12

8,87

8.47

0.39

0.38

ANP 64-66

1

0,58

0.72

0.83

0,47

0.41

8,52

8.43

3.84

L.BLA

1

0,74

0,84

8.71

0.72

0.23

0,24

8.62

L.DUR

1

0.81

0.50

8.60

0.40

0.27

0.72

PSDC

0.74

0.76

8.32

0.19

0.81

MDN

1

0.79

0.14

0.08

0.48

F .UNI

1

0,15

- 0 . 0 7

0,42

PCC 1966

1

0.46

0,52

FARC

1

0.35

ELN

1

130

Page 27: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

ANAPO que habiéndolas dejado agruparse, bajo el nombre del anapismo liberal, conducidas por el general Rojas, como masas propias»46. Sin embargo, los dirigentes del oficialismo liberal estaban más dispuestos a perdonarle al descarriado López sus acercamientos con el comunismo criollo que con el rojismo. «...Usted ha hecho algo que considero peor que coligarse con los comunistas - le escribía Echandía - y es aliarse con los partidarios de la dictadura tropical que constituye, como usted bien lo sabe, el más inmediato peligro para la subsistencia, no sólo del partido liberal, sino de cualquier forma de vida republicana en Colombia»47. López entonces, consideró necesario establecer diferencias entre el rojismo y el movimiento de la ANAPO. En una manifestación en la población antioqueña de Puerto Berrío, enfatizó: «Nosotro? no estamos con el rojismo, estamos con la Alianza Nacional Popular, que poco tiene que ver con la mayor parte de la gente del régimen que cayó el 10 de mayo. La Alianza Nacional Popular es un movimiento que persigue fines socio­económicos y al cual se halla incorporado aquí en Antioquia, Jaime Piedrahita, como su máximo dirigente. ¿De qué pecado se le acusa en Antioquia bajo el gobierno del general Rojas? Quienes aprovecharon de ese gobierno, cuando el exgeneral era un político bisoño, sin experiencia en estas bregas, fueron viejos políticos conservadores como el doctor Pabón Núñez, el doctor Antonio Alvarez Restrepo, Don Carlos Villaveces, el doctor Evaristo Sourdis, el doctor Castor Jaramillo Anubla y tantos otros, que fueron quienes se identificaron con el rojismo en el rojismo en el gobierno y hoy constituyen el Estado Mayor del doctor Carlos Lleras Restrepo»48.

López reconocía al anapismo la eficacia de su conformación bipartita y popular para enfrentar el «nuevo partido» del Frente Nacional. Si en los comienzos del MRL había partido de principios alzatistas, ahora en el ocaso de su movimiento, recurría no solo a tácticas probadas por la ANAPO, sino también a conceptos trajinados por ella49. En una conferencia pronunciada en el Centro de Estudios Colombianos, López dijo: «...tenemos que tratar el nuevo partido, como cualquier otra de las colectividades políticas, semejante por su carácter bipartidista a la ANAPO, por su gran desproporción entre liberales y conservadores dentro de la coalición, con la sola diferencia de que la Alianza Nacional Popular, como su nombre lo indica, tiene una mística popular, de la que carece el partido único de la Transformación Nacional»50. A diferencia de

46 Véase carta a Darío Echandía de Alfonso López M. de marzo 17 de 1966. En: Postada a la Alternación... Op. cit. p. 190. 47 Véase carta de Darío Echandía a Alfonso López Michelsen de marzo 17 de 1966 p. 186 En: Posdata a la Alternación... Op. cit. 48 Véase «El país no necesita una enciclopedia sino un gobierno fuerte que no este sujeto a presiones» en Posdata a la... p 101. 49 En laplataforma de 1964, el anapismo había consignado: «El Frente Nacional unió las oligarquías liberales y las plutocracias conservadoras, creando así un partido único, con intereses propios, que ejerce el poder de manera exclusivista y hegemónica». Véase Plataforma de la Alianza Nacional Popular, 1964. p. 8. 50 Véase «El frente civil ha dejado de ser un punto de convergenciapara convertirse en un extremismo». En: Posdata a la Alternación... Op. cit. p 162.

131

Page 28: 3. PLATAFORMAS, DOCUMENTOS PROGRAMÁTICOS Y …

la «linea dura» que buscaba acercar a «los revolucionarios», López dirigiéndose a los «lauroalzatistas» a «los conservadores progresistas», y a «todos los grupos de oposición», etc, no está interesado en cooptar los sectores de extrema izquierda, por el contrario es claro al mencionar como destinatarios políticos «los grupos anticomunistas», o bien «la resistencia». A López le importaba más el destinatario liberal en toda su extensión, es decir, tanto «los compañeros liberales», «el liberal del pueblo», como los «liberales extraviados», aquellos que se encontraban por fuera de la «Línea Blanda». Esto por la responsabilidad que le correspondía al liberalismo frente a los cambios que el Frente Nacional adelantaba. Cuando en Santa Fé de Antioquia mencionó su próximo itinerario por el Caribe, López dijo que iría allí «donde se está incubando por igual el porvenir económico de Colombia, como nación exportadora y el porvenir del Partido Liberal, como partido revolucionario»51.

Al igual que otros dirigentes políticos de la oposición, el jefe de la «Línea Blanda» conserva un espectro amplio de destinatarios político-sociales. En sus discursos encontramos nominaciones dirigidas a: «la clase media», «la burguesía», «las masas», «los trabajadores», «los obreros», «los empresarios», «los profesionales», «los estudiantes». Todas estas referencias, a excepción de «la burguesía», con pocas significación frente a las otras agrupaciones de la oposición. López Michelsen no tiene como destinatario negativo a la burguesía. La enjuicia pero no la rechaza abiertamente como lo hace la ANAPO ni la condena como lo hizo el líder de los duros cuando respondió a un periodista que sondeó su opinión sobre una supuesta capacidad revolucionaria de la burguesía colombiana: «ni siquiera creo en la burguesía progresista de los países colonizados»52. López en cambio tiene otra opinión. Para él si bien la tradición de la burguesía colombiana había sido la de anticiparse siempre a los acontecimientos y asumir el liderazgo del cambio, no representaba ahora ese papel53. En este sentido manifestaba lo siguiente: «... a diferencia de la burguesía ilustrada y reformista de 1936 que tomó la bandera de anticiparse a los acontecimientos y le garantizó 20 años de paz a la Nación, la de 1966 se ha tornado frondista, renunciando a hacer voluntariamente las concesiones que los tiempos demandan y prefiere, bajo una dirección miope, desafiar el deseo de cambio, encarnado por una nueva clase económica y social, ofreciéndole al país una transformación sin presentarle como equipo nuevo cosa distinta que una pléyade de exministros, exembajadores y exalcaldes»54. Aunque no lo manifiesta abiertamente, López convoca a la burguesía, para que no abandone su interés por el desarrollo de un Estado autónomo libre de presiones externas.

51 Véase «El Movimiento Revolucionario es la Paz» en Posdata a la Alternación ... Op.cit. p 115. 52 Véase «23 preguntas de Alberto Galindo» en Recorrido a la intemperie... Op. cit. p 137. 53 Véase «El país no necesita una enciclopedia...» En Posdata a la Alternación ... Op. cit. p. 106. 54 Véase<<ElFrenteCivühadejaQV5deserunpuntodeconvergencia...>)En: Posdata a la Alternación... Op. d t p . 169.

132

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Hasta aquí podemos aventurar una síntesis. De todos los movimientos analizados entre 1959 y 1961, fue la ANAPO el que dedicó la mayor parte de sus mensajes al pueblo. (Ver tabla N° 3). Entre las agrupaciones estudiadas entre 1963 y 1966 la ANAPO y el ELN continúan en esa tónica. Como se puede apreciar en la Tabla N° 4, no es que no les interese el pueblo a los demás movimientos de la oposición. Sólo que sus mensajes preferencialmente se dirigen a otros colectivos sociales. Una mirada atenta sobre la Tabla N° 5 permite también hacer algunas observaciones pertinentes. Se trata por lo regular de discursos políticos altamente correlacionados entre sí. Veamos en concreto el caso de la ANAPO. Hacia 1961, el Movimiento estuvo cercano a los idearios que se expresaban en el combativo MRL de entonces. A su vez las agrupaciones políticas que surgieron momentos después estuvieron cercanos a ella: La Línea Dura del MRL, el Partido Social-Demócrata Cristiano PSDC, el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Años después, cuando es divulgada la plataforma de 1964, la ANAPO continúa identificándose con las formas como el MRL de 1961 apelaba al pueblo. Es decir, el anapismo estaba más cercano a la versión original del MRL que los mismos emerrelistas que intervenían en la campaña electoral de 1966. Obsérvese que el rango de correlación entre la plataforma emerrelista de 1961 y la plataforma anapista 1964-1966 es de 0.90.

En esta contienda, el mensaje popular de la Línea Dura, del PSDC, y del ELN estuvo altamente identificada con las formas que la ANAPO utilizaba para acercarse al pueblo. Se trató de un discurso muy correlacionado entre sí. Los 14 movimientos sometidos a nuestro análisis comparten la mayoría de sus planteamientos. Precisamente para detectar lo que los diferenciaba emprendimos este estudio. El 60% de las agrupaciones están relacionadas entre sí por su manera de concebir el destinatario de sus mensajes. A medida que avanzaba la década mayor era la identificación entre ellos. El partido comunista, para poner un caso, no estaba altamente correlacionado con movimiento alguno en 1961; en cambio, en 1966 cuando se reunió en su X Congreso se acercó significativamente no sólo con los anapistas, sino que, además recogió las experiencias del MOEC y de las plataformas de emerrelistas y anapistas divulgadas en 1961.

3.5 La oposición construye su contradestinatario

Como los anapistas, también las corrientes del MRL dirigieron sus intervenciones «Contra el Establecimiento». Aquí se cruzan los discursos de manera más evidente que en el caso de los destinatarios positivos. Cuando leemos extractos de enunciados como el siguiente: «Buscamos la redención política y económica del pueblo colombiano, como base para estructurar una patria cimentada en la concepción individual, y no que su apoyo sean los planes oligárquicos, la burocracia esclavizante que explota al individuo convirtiéndolo en palafrenero de los grupos de presión donde siempre se estrella todo propósito

133

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de mejoramiento comunal y por la culpa de los cuales siempre se llega a la miseria de los menos favorecidos», podríamos creer que se trata del discurso de un anapista, pero en realidad es la intervención de un líder local de la Línea Blanda del MRL55. Así mismo coincidían los dirigentes de base del MRL lopista, los dirigentes de la Línea Dura y los anapistas en su lectura de la experiencia frentenacionalista: «Quiebra en lo económico y servilismo en lo internacional al imperialismo yanqui, bancarrota y devaluación, miseria y hambre para el pueblo colombiano es el inventario de estos años corridos del Frente Nacional»56. En otras palabras, el contradestinatario o destinatario negativo de la mayor parte de los discursos de los partidos políticos de oposición en 1965 era el Frente Nacional.

Incisivos al respecto, también como los anapistas, fueron los dirigentes de la Línea Dura. Su oposición tenía un marcado acento político. Para ellos, que habían colaborado denodadamente en la entronización del Frente Nacional desde la fundación de La Calle, el nuevo orden se había convertido en la expresión perfecta de la antidemocracia. Pero a diferencia de la ANAPO, que en su crítica al establecimiento destacaba ante todo los problemas que afectaban las condiciones de vida de la mayoría de la población y que por ende merecían, a su parecer, solución inmediata, la «Linea Dura» concentra sus denuncias en las precarias condiciones con que se contaba en el país para el ejercicio de la política no oficial. La represión desatada contra los sectores populares y en particular contra los obreros, por ejemplo, fue considerada uno de los mayores lastres del establecimiento.

Tanto la ANAPO como la Línea Dura coincidieron en definir al Frente Nacional como oligárquico, elitista y antipopular. Empero, mientras el vocabulario de los anapistas se enriquecía apelando a una herencia popular colombiana, la Línea Dura traía a la circulación de los términos políticos, vocablos extractados de otras experiencias, particularmente del caso egipcio que apasionaba a la cúpula del movimiento. En ese sentido para la dirigencia de esta agrupación eran las «castas» colombianas («casta dirigente», «casta gobernante», «casta opresora»), el sector social que usufructuaba los beneficios del poder.

Anapistas y «duros» escogen al liberalismo como su contradestinatario por excelencia. Corría una campaña electoral que terminará con la elección de un presidente liberal. Sin embargo, las acusaciones de la Línea Dura contra los dirigentes del liberalismo oficial son menos emocionales que las de los anapistas. Al referirse a Carlos Lleras Restrepo, por ejemplo, ambas colectividades lo llaman «el devaluador». Pero, el grupo de la «Linea Dura» nunca le inculpa

55 Díaz Pineda Lucas. Discurso pronunciado en la elección del Comando en Corregimiento Nueva Granada. En: MRL de Colombia, octubre 1 de 1965,p. 8. 56 Romero Peñaranda Luis José. La Crisis del Frente Nacional. En MRL de Colombia, octubre 1 de 1965,p. 8.

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del hambre, del alto costo de la vida, de la especulación reinantes, como lo hacían los anapistas, sino de los efectos negativos de la devaluación en la esfera económica y fiscal del Estado.

Mientras que el anapismo enfatizaba en su discurso el problema del costo de la vida como la consecuencia más inmediata del establecimiento del Frente Nacional, los voceros de la «Linea Dura», destacaban en ese mismo sentido la «devaluación», «el déficit fiscal y presupuestal», «los monopolios», «los impuestos», y los diferentes componentes de las políticas económicas y laborales. Por ello, el politico anapista tenía más posibilidad de cooptación popular. Era él quien en lenguaje sencillo y directo llegaba a los problemas concretos del hombre común de la ciudad colombiana. Por supuesto el político profesional emerrelista producía un discurso profundo, de recepción en ambientes de buen nivel en cultura política, pero complejo y abigarrado para las gentes que apenas asimilaban las formas de la vida urbana. Era ésta la característica general que distinguía a ambos discursos.

3.5.1 La Línea Dura del MRL, ¿ un tercer partido ?

No existen personajes conservadores que preocupen a la cúpula de la Línea Dura. Destacan sí la decadencia de ambos partidos tradicionales. Es en esta parte de su discurso político donde la Línea Dura parece apartarse de lo que podría entenderse como una disidencia liberal. Es donde la agrupación pretende erigirse como un tercera opción. A diferencia de los comienzos del MRL, cuando La Calle intentaba rescatar el viejo y popular partido liberal, la Línea Dura entre 1963 y 1965 hace conciencia en los colombianos de la imposibilidad de ese proyecto. En 1963 intentó la creación de un «Bloque Nacionalista» con amplia cobertura social. No se conformaba entonces con un frente de izquierdas como lo querían los comunistas. «Debe procurarse de entrada -escribía Alvaro Uribe- una gran concentración de fuerzas interesadas en el cambio social sin limitación de rótulos. Se trataría de la gran alianza de los explotados de todos los partidos, de los nacionalistas de todas las vertientes, de los revolucionarios de todos los credos, sin que ninguno de los adherentes se sintiere repelido por haber llegado de los campamentos de la derecha o de la izquierda»57. Mas adelante, en octubre de 1963 cuando sesionó la Primera Conferencia Nacional de Dirigentes de la Línea Dura, Uribe señaló; «El Partido nuevo, es la vieja aspiración de los humildes, de los humillados de Colombia /Un partido nuevo con mando centralizado, jerarquía de autoridad, disciplina, eficacia del sistema de comunicación nacional; espíritu de cuerpo, solidaridad, lealtad/ Viva el

57 Véase: Uribe emplaza al Partido Comunista. En Colombia no existe hoy un Orden Democrático que valga la pena defender. En Diario Vespertino La Nueva Prensa, agosto 2 de 1963 ,p.4 y 8.

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nuevo partido del pueblo. Viva la Línea Dura de la revolución colombiana/»58. De acuerdo con Uribe Rueda era necesario que el «Estado popular estuviera penetrado por un partido revolucionario», que impidiera cualquier desvío «en la obra de transformación revolucionaria»59. Además de interpretar ese partido como «una vieja aspiración de los humildes, de los humillados, de Colombia», y por ello popular, el líder emerrelista propuso la «unidad de mando» como componente fundamental en el Estado y el gobierno popular. En 1965, cuando el general Alberto Ruiz Novoa instó a Uribe a renunciar de la candidatura presidencial, como lo había hecho él, so pretexto de la unión del partido liberal, el dirigente de los duros le replicó: «No creo que uno de los problemas más graves del país se encuentre en la división del partido liberal. Presumo, más bien, que no ha sido la división sino la desaparición del liberalismo como partido del pueblo, lo que impidió que el país cosechara los frutos del armisticio firmado hace ocho años. Y ha sido bajo el pretexto de preservar la unidad del viejo partido, como sus dirigentes oficiales en los últimos tiempos han dejado convertir las tropas de Gaitán y Uribe Uribe y el López de la Revolución en marcha.. en un dócil instrumento de masas al servicio de los grupos de presión del privilegio económico que usted ha estigmatizado valerosamente. Así, el prestigioso nombre de partido liberal ha ido muriendo poco a poco en la conciencia pública, en la misma medida en que ha venido siendo otorgado como fiador solvente de la persecución a los obreros, el despojo a los campesinos, la inflación y el déficit fiscal, la inmoralidad administrativa, el desgobierno, la inseguridad ciudadana, la incapacidad, el imperio del privilegio, la especulación y el atraso»60. Es en este estilo político donde la Línea Dura colinda con la ANAPO. A la postre serán los anapistas quienes resulten concentrando esa expresión de partido que anhelaban los ideólogos de la Línea Dura. Atrás quedaba el optimismo de los gestores del emerrelismo cuando creyendo aún en ellos, llamaron a colaborar en la financiación del semanario a Carlos Lleras Restrepo y Virgilio Barco, entre otros. Ahora, su crítica cubre por igual a ambos partidos tradicionales. Ni uno ni otro, en el discurso de la agrupación, tienen en sus miras el bienestar común. Para la Línea Dura, ambas colectividades han puesto sus potencialidades al servicio de los grandes grupos económicos.

En 1961, cuando el MRL, la ANAPO y el PCC, lanzaron sus respectivos programas políticos, entre los dos primeros existía una diferencia sobre la percepción del proceso político que se iniciaba. Los emerrelistas presentaron un detallado análisis de la situación del país, recurriendo a la estadística, a los avances de las ciencias sociales y a la hermenéutica del derecho para respaldar

58 Véase: Comenzamos una nueva batalla por Colombia. Discurso de Uribe ante la Primera Conferencia Nacional de Dirigentes de la Línea Dura. En: Diario Vespertino La Nueva Prensa, octubre 11 de 1963, p.4 y 5. 59 Ibid. 60 Carta de Alvaro Uribe Rueda al General Alberto Ruiz Novoa. Bogotá, mayo 11 de 1965. En: Anales del Congreso, mayo 18 de 1965,p. 226-227.

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todas sus argumentaciones. De su parte la ANAPO, publicó una plataforma política simple e identificada en gran parte con la experiencia del gobierno militar. Sin considerar las diferencias en la elaboración de aquellos documentos, demostramos en donde coincidían y en donde se distanciaban. Ahora, durante la campaña electoral de 1965-1966, anapistas y emerrelistas conservan en los estilos del discurso político, en la manipulación del vocabulario, en los elementos que respaldan sus juicios y verdades, algunos lincamientos advertidos ya en 1961. Por ejemplo, el MRL utilizaba la estadística para explicar la trascendencia de un problema, mientras que la ANAPO, cuando comienza a utilizar datos y números, lo que pretende es afinar más sus denuncias en contra del sistema.

A pesar de la fragmentación del MRL, entre «duros» y «blandos», no obstante sus discrepancias ideológicas y políticas, los emerrelistas de una y otra linea se identifican por sus inquietudes intelectuales. Venidos de la universidad, s preocupan por probar en la praxis política todo lo asimilado en las aulas. En 1963 Uribe Rueda, que para la fecha es un político con imagen nacional, afirmó, en torno a las libertades públicas: «Si aceptamos que existe una ciencia social, que tiene sus leyes y sus principios confrontados con la experiencia, debemos entonces partir de la base de que las libertades formales son el resultado de situaciones y hechos reales, de relaciones de trabajo y producción en un momento dado, lo que nos lleva a concluir que un régimen plutocrático como el que impera en Colombia, de marcada intención minoritaria, termina por negar tales libertades...»61. Los elementos de una formación académica moderna, tenían un peso grande en las actividades de los hombres del MRL. Sus reflexiones, sus discursos, sus propuestas de solución, sus formas de pensar los problemas de la sociedad; los diferencia de una agrupación como la ANAPO. Esta, recurre ante todo a elementos tradicionales en el ejercicio de la política, tales como la apelación a los sentimientos y factores emocionales del hombre. En los discursos de los «duros» y los «blandos» en cambio, se reflejan los conocimientos elaborados y mediatizados por la razón de la investigación empírica. Para los anapistas, los problemas que padecen amplios sectores de la población son tratados considerando el sentimiento de desprotección y abandono que padecen «quienes nada tienen». Cuando recurrían a las cualidades de Rojas, a la moral, y cuando manifiestan su identificación con los padecimientos del pueblo, los políticos de la ANAPO no se dirigen al intelecto de sus destinatarios sino que intentan conmoverlos con recursos emocionales. Por supuesto el «predominio» de la razón o de los sentimientos no se presenta en ningún caso como resultado de un proceso racional y meditado. Simplemente son elementos determinantes en cada una de las agrupaciones que permiten evaluar sus comportamientos en el escenario de la política colombiana.

61 Véanse los apartes de la carta que Uribe envía a Gilberto Vieira en; «En Colombia no existe hoy un orden democrático que valga la pena defender». La Nueva Prensa Diario ilustrado de la tarde, agosto 2 de 1963, pp 8,4.

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3.6 Nacionalismo y Estado en los documentos programáticos42

La mayoría de agrupaciones políticas contrarias al Frente Nacional, sino todas, vieron en el Estado la fuente de la armonía social y al supremo benefactor. Aunque la «Linea Dura», cuantitativamente, es superada por los anapistas en sus referencias al Estado, su importancia no era para los «duros» menos relevante. Varias de las propuestas en torno al Estado y a las reformas que necesitaba, planteadas por la segunda plataforma anapista, fueron expresadas poco más tarde por el líder de la «Linea Dura»63. A su vez, la redacción de aquella se hizo por los tiempos de mayor combatividad del conjunto de hombres que se reunieron alrededor de la Línea Dura. Entre 1963 y 1964 los duros dieron todo lo que podían dar. No dudamos que la plataforma anapista de diciembre de 1964 haya recogido para sí postulados defendidos por el Senador Alvaro Uribe Rueda y sus seguidores. No fue casual por ello, su sonada presencia, en noviembre de 1964, en el recibimiento que los anapistas le tributaron a Rojas procedente del exterior.

Los «duros» colocaban la culminación del proceso de configuración de la nación mediante el intervencionismo del Estado. «La nación -decía Gustavo Vasco, uno de sus dirigentes por Bogotá, se construye en el mundo actual desde el Estado y con el poder y los instrumentos del Estado. La soberanía nacional se afirma, se ejerce y se preserva por intermedio del Estado»64. En ese orden de ideas la Línea Dura propugnaba por un nuevo Estado que alcanzara un acuerdo sobre la organización social y que fuera diferente, por su carácter nacionalista, no sólo de las instituciones del Frente Nacional, sino que también superara las del fracasado «Estado liberal». Según Alvaro Uribe Rueda este tipo de instituciones habían permitido «que una casta minoritaria se apoderara del Estado y lo administrara en su exclusivo beneficio»65. Para él era importante la participación del pueblo en las reformas de las instituciones, de allí su propuesta de un plebiscito «para que el pueblo decida sobre la arquitectura y el contenido del Estado nuevo»66.

En un artículo de una afamada revista universitaria, Uribe afirmó que las instituciones colombianas eran inadecuadas para superar el subdesarrollo y sus consecuencias de desigualdad. Como si se dirigiera a sus copartidarios oficialistas, Uribe escribió: «En estas condiciones, hay que tener la imaginación y el valor suficientes para buscar nuevos organismos políticos congruetes con

62 Favor seguir las Tablas 6 y 7. 61 Véase «El hundimiento del Estado liberab>, artículo pubhcado en la revista Uhiversitas de la Facultad de Derecho de la Universidad Javeriana. En: Recorrido a la intemperie... Op. cit. p 140. 64 Véase Sólo un Estado Nacionalista Reencontrará a Colombia. En: Diario Vespertino La Nueva Prensa, octubre 11 de 1963, p. 5 y 6. 65 Véase El Hundimiento del Estado Liberal. En: Recorrido a la Intemperie... Op. cit. p. 142. 66 Véase 23 preguntas de Alberto Galludo. Semanario Al Día, septiembre de 1964. En: Recorrido a la Intemperie Op. cit. p 136.

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TABLA No 7

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la economía del siglo XX. Hay que resolverse a pagar 'el precio de la invención de nuevas formas políticas' acordes con la época»67. Y para ello propuso una Asamblea Legislativa y Técnica -idea esbozada en la primera plataforma de la ANAPO en abril de 1961 y desarrollada completamente en la segunda- como cambio fundamental que permitiría al país llegar alcanzar el desarrollo y la igualdad social. En concreto la «Línea Dura», proponía «una cámara de cuestiones constitucionales y políticas y una cámara de planeación del desarrollo económico y social».

La gente de la Línea Dura pensaba que la ausencia de un proyecto nacionalista de gobierno le originaba innumerables problemas al país. La dependencia económica y la carencia de autonomía política de Colombia, eran motivo de preocupación. En general para todos los movimientos adversos al establecimiento, el Frente Nacional favorecía intereses extranjeros en detrimentc de los nacionales. Todos enjuician la actitud sumisa y extranjerizante de) gobierno. Algunos movimientos, los proguerrilleros, por ejemplo, expresan su nacionalismo manifestándose a favor del internacionalismo y en contra del imperialismo. Hay que anotar, sin embargo, que todos los movimientos de oposición estaban atravesados al igual que por los mitos del intervencionismo de Estado, por los del nacionalismo. En cuatro movimientos: PCC, Línea Dura, ANAPO y ELN el nacionalismo ocupa el segundo lugar de importancia en su discurso; en otros cuatro: FARC, MDN, FUP y MOEC el tercero. Es interesante por ejemplo, que el comunismo, partido comúnmente conocido como intemacionalista, le dedique el 25.6% de los temas de su discurso político al nacionalismo.

Nacionalismo con diferentes matices, por supuesto. La ANAPO, las dos vertientes del MRL y el MOEC colocaron en el primer lugar de sus evocaciones nacionalistas a Colombia. Por tal entendían la nación, el país, la patria. La primera tuvo en cuenta en sus argumentaciones políticas «los problemas de la nacionalidad». A este indicador acudieron también la Línea Dura, el PCC, los demócratas cristianos, las FARC, el ELN. Pero a diferencia de éstos, la crítica de la ANAPO no iba especialmente dirigida contra un supuesto contradestinatario externo sino contra la clase dirigente del país68. La Línea Dura por ejemplo, invitaba a mirar hacia modelos políticos nacionalistas que en países parecidos al nuestro presentaban resultados favorables a la superación del subdesarrollo. Gustavo Vasco, manifestaba en una de las sesiones de la primera Conferencia Nacional de su movimiento: «el subdesarrollo es ante todo un fenómeno de supeditación y el nacionalismo airado y fervoroso es la gran bandera que enarbola la revolución. He allí el gran enfrentamiento en el

61 Uribe Rueda Alvaro <díl Hundimiento del Estado Liberal». En: Recomido a la Intemperie...Op. cit. p. 145. 68 Ver en detalle la Tabla N" 6 que trata de los referentes nacionalistas de todos los Movimientos de Oposición al Frente Nacional.

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seno de la sociedad colombiana. Es ese el dilema de la hora; supeditación y subdesarrollo o soberanía y prosperidad»6<>. La ANAPO por su parte declaraba que «El país real, la Colombia verdadera han sido supeditados, escarnecidos y explotados hasta el punto que este país real se ha hecho casi invisible. El Estado, de conductor de la nacionalidad se fue convirtiendo en máquina abstracta de represión al servicio de los poderosos. Por eso la tierra, el prestigio, el agua, los servicios, la cultura, el acceso al mando, le es ajeno al pueblo. Todo es de los señoritos satisfechos que nos dominan. Alianza Nacional Popular justifica su aparición en la escena política y se enfrenta en la batalla por el poder porque ese estado monstruoso de cosas existe y eso hace necesario recuperar la nacionalidad para si misma»70. ANAPO y los duros acuden al tema del subdesarrollo. Empero la Línea Dura resalta como indicador de ese carácter antinacional: «el fortalecimiento de la empresa privada extranjera y sus efectos para la economía y el desarrollo nacional», mientras que para la ANAPO lo es el desplazamiento de «el pueblo» de las riquezas naturales y culturales.

Siguiendo el ejemplo de las corrientes tercermundistas, tales como el panafricanismo, los ideólogos anapistas y duros propusieron una «tercera vía». En este aspecto fue incisiva entre todos los movimientos estudiados, la Línea Dura: el 12.7% de sus reiteraciones nacionalistas se refieren a ello. La ANAPO sólo le destaca el 2.1%. Lo importante de señalar es que las dos son las únicas agrupaciones que proponen este tipo de soluciones. Fuera de la Línea Dura, ninguna otra fuerza política se ocupó de América Latina. En este sentido promovió la creación de un nuevo movimiento hispanoamericano. «La imposición del liberalismo utilitarista sobre el continente hispánico -argumentaba Uribe Rueda- destruyó el destino manifiesto de nuestros pueblos que es la unidad pensada por Bolívar, y frenó el curso de la nación hispanoamericana»71. Uribe Rueda consideraba que aunque los problemas de América Latina no se solucionarían con empréstitos del capital extranjero, como creía la CEPAL, sino con recursos propios, aceptaba los postulados de esa entidad económica en lo relacionado con la creación de grandes mercados en el continente que según él beneficiarían a los países de la región. Sólo a través de la unidad latinoamericana, los países del continente alcanzarían la independencia económica. De ésta manera, se consolidaría «una gran nación articulada, económica y políticamente, para implantar en este gran espacio los polos de desarrollo de la industria común»72.

Véase Solo un Estado Nacionalista Reencontrará a Colombia. En Diario Vespertino La Nueva Prensa, octubre 11 de 1963, p 5 y 6. ™ Véase Plataforma de Alianza Nacional Popular. En: Alianza Popular, N° 72, enero 27 de 1966, p 3. " Ibid. 72 Véase El Hundimiento del Estado Liberal. En: Recorrido a la Intemperie... Op, cit. p 143.

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Los ideólogos de la Línea Dura juzgan al Frente Nacional por la falta de autonomía nacional en el desarrollo de políticas y reformas. Se interesan más en rebatir las medidas económicas que los gobiernos del Frente Nacional tomaban por insinuación de Lleras, las cuales habían traído, a su parecer, nefastas consecuencias en «la vida nacional», que por las cualidades humanas del jefe liberal. La ANAPO, como la Línea Dura también aludía a la responsabilidad de Lleras Restrepo en el deterioro económico del país, pero era recalcitrante en demeritar las cualidades humanas y políticas del dirigente.

En resumen, las propuestas nacionalistas de la Línea Dura no eran ajenas a las realidades nacionales e internacionales. Pero en la explicación que daba a este tipo de problemas prevalecían las referencias a los factores extemos. Epocalista.' a morir, se apuntaban a esquemas de explicación tales como el siguiente: «la controversia capital de nuestro tiempo no es la que se plantea entre oriente y occidente, entre capitalismo y socialismo, sino entre imperialismo > nacionalismo». Los anapistas en cambio mimetizaban su nacionalismo más en el plano nacional que en el internacional, veían más los enemigos adentro que por fuera.

La Línea Blanda al igual que el resto de Movimientos de oposición le da importancia a la creación de un Estado y un gobierno fuertes, como alternativa al Frente Nacional. Por ello propone, acomodar las instituciones, a las nuevas realidades.

El Estado fuerte que proponía López no se salía de los marcos de la idea original del Frente Nacional. En cambio, la propuesta de Uribe Rueda, quien también aspiraba al mismo tipo de Estado, condenaba la fórmula frentenacionalista. Para él lo importante era crear algo nuevo. López no se comportaba indiferente al discurso tercermundista. Cuando afirmaba que «la llamada democracia occidental ha ido padeciendo variantes» y en general cuando se refería a la nacionalidad tenía en cuenta la paz y el entendimiento como elementos indispensables para el desarrollo. Empero sus referencias al «tercer mundo» nada tienen que ver con una supuesta asimilación del nacionalismo tercermundista o con la elaboración de un nacionalismo popular como nutriente esencial de su nuevo MRL.

A López le preocupa la nacionalidad entendida como un todo. No como la culminación de un proceso, sino como su corrección, López no cree en la primacía del desarrollo económico sobre la paz, todo lo contrario «La paz es en toda sociedad el primero de los bienes», afirmaba. Por ello es constante en su referencia a ella como un objetivo político imprescindible, al igual que el Frente Civil cuando la colocaba como motivación y objetivo del nuevo régimen. «Todos tenemos que seguir pensando en la paz y aplicando el criterio de la rectificación cada vez que nos parezca amenazada, porque, admitiendo aún, en gracia de discusión, que el Frente Nacional en un determinado momento

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hubiera consolidado la paz, el espectáculo al que estamos asistiendo, con la teoría de que las instituciones del plebiscito son solamente aplicables a los amigos del Frente Nacional, es tal, que un número cada día mayor de colombianos está siendo reducido a la condición de proscrito como ocurría bajo los gobiernos de los partidos hegemónicos. La paz de que se habla es entonces apenas una partija burocrática entre un grupo de amigos de ciertos jefes, paz que ha perdido ya dimensiones nacionales, como norma de convivencia, al punto que ya comienzan a reconocerlo los propios autores del sistema»73. Aunque el jefe de la Línea Blanda -ya lo hemos dicho- reconocía el carácter elitista y antipopular del Frente Nacional, su oposición no se dirigía a su destrucción sino a volverlo sobre lo que él creía habían sido sus cauces originarios, «...lo que busca la coalición -argumentaba- es una normalidad institucional que se ha perdido, el levantamiento del estado de sitio, la igualdad de condiciones y garantías para todos los ciudadanos.»74.

En las referencias nacionalistas de los documentos programáticos de la Línea Blanda, del PSDC, del PCC y en el de las FARC no hay espacio para las nacionalizaciones. Cuestión que le interesa bastante al Movimiento de Camilo Torres. Es éste quien más insiste en nacionalizar la economía del país. En esto era cercano el Frente Unido a la ANAPO y al MDN. Para aquellas organizaciones «los problemas de la nacionalidad» son más importante que las nacionalizaciones».

3.7 Las categorías menores

En un segundo nivel de importancia, los movimientos políticos contrarios al orden del Frente Nacional utilizaron en sus discursos referencias agrupadas en nuestro análisis cuantitativo en el resto de categorías no argumentadas arriba. Una mirada a la Tabla N° 8a, permite afirmar lo siguiente: Los movimientos que mayor preocupación muestran por la «Ciencia y el desarrollo» son el MDN y la ANAPO. Por los «Derechos Ciudadanos» se preocupa el PSDC, las FARC se interesan por la reforma agraria y por el costo de la vida; los comunistas demuestran estar más interesados en los asuntos internacionales que sus pares de la oposición; a diferencia de los demás grupos opositores, el FUP presenta mayor sensibilidad por los problemas de vivienda urbana y la planeación. Con las excepciones del PCC y las FARC, el resto de Movimientos apelaron a mecanismos religiosos, destacándose el PSDC, la ANAPO y el MDN. Hablaron con intensidad de educación y salud el FUP, el ELN y el MDN. Salvo la Línea Dura todo el mundo habló de reforma agraria. Sin excepción todos tuvieron en cuenta en sus discursos los logros científicos necesarios de ser aplicados en

73 Véase «Elpaís no necesita una enciclopedia sino un gobierno fuerte queno esté sujeto a presiones». Discurso de Puerto Berrío, noviembre 11 de 1965. En Posdata a la Alternación... Op. cit. p.99. 71 Véase «Una coalición difícil». En MRL de Colombia, noviembre 5 de 1965, p 3.

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Colombia. En la Colombia de estos tiempos nadie podía dejar de mencionar los derechos ciudadanos. Comunistas, demócratas-cristianos, al igual que el ELN, muestran particular interés por los vaivenes de la política internacional

En realidad, no estaban lejanos entre sí, los movimientos politices de mediados del decenio del sesenta. Todos tomaban sus ideas de la fragua del discurso hegemónico. A ninguno se le escapó la revolución, el cambio, el tercer mundo, el desarrollo, el crecimiento de la población. Los contenidos se cruzan en múltiples coincidencias. Para la época en que se concentra esta investigación, no se puede hablar ya de la identidad ideológica de los partidos tradicionales. Con Carlos Lleras Restrepo se pierde definitivamente el mito, como se verá más adelante, del liberalismo como partido de antireligiosos o anticatólicos Nadie pues, tenía el monopolio de las ideas en boga. Se trata de matices, de formas de enunciar, de intensidades y fijaciones en el planteamiento de las tesis y en últimas de los sujetos que enuncian el discurso, de sus capacidades de convocatoria y de sintonizarse de manera natural y no artificial con los anhelos de la comunidad. Empero, no eran los movimientos de la oposición portadores del sentimiento de cambio. Por reacción o por convicción, por presión o por necesidad, el establecimiento puso a prueba su capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos. No estaría completo el discurso político de la década en estudio, si no intentáramos saber cómo respondía el establecimiento a los mismos problemas que planteaba la oposición.

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Hernando Olano Cruz, ideólogo conservador de la ANAPO.

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