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“Los vínculos internacionales del movimiento raizal durante los años noventa: en

búsqueda de autonomía y reconocimiento”

Trabajo de Grado

como requisito parcial para optar al título de

Politólogo

en la Facultad de Ciencia Política y Gobierno

Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario

presentado por

Sally Ann García Taylor

Semestre I, 2003

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A Dios, por brindarme la fortaleza y la sabiduría para realizar este sueño.

A la cálida población del archipiélago de San Andrés y Providencia y Santa Catalina,

que es la razón de inspiración de éste trabajo, y que cuyo momento histórico despierte

la curiosidad analítica de politólogos e internacionalistas para la realización de

trabajos de investigación posteriores.

A las personas que con su solidaridad y apoyo, contribuyeron a la realización de un

trabajo exploratorio de la problemática raizal.

Al abogado y amigo, Mauricio McNish, que con su elocuencia, sinceridad y

generosidad con el conocimiento, que me ayudó a descubrir una dimensión

desconocida de mi cultura.

Al Pastor Irmo Howard, por sus palabras sabias y apreciaciones sinceras, que me

ayudaron a comprender una parte de la verdad de la dimensión histórica actual del

archipiélago.

Al líder del Movimiento KETNA, Juvencio Gallardo, por su paciencia, disposición y

madurez conceptual, que facilitó la realización de la monografía.

Al Alto Comisionado de la Comisión Consultiva Departamental, Juan Ramírez, por

su atención, compromiso y ánimo.

Al Historiador y Asesor internacional del Movimiento Raizal, Juan Carlos Gamboa,

por su solidaridad, apoyo y buenos consejos, que siempre animó a un análisis crítico

del problema raizal.

A la directora de la Monografía, Socorro Ramírez, que con su conocimiento, aplomo

y palabras de aliento, me ayudó a construir un proyecto interesante para el

archipiélago.

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2.1 ANTECEDENTES HISTÓRICOS 12

2.2 EL SURGIMIENTO DEL MOVIMIENTO RAIZAL EN EL CONTEXTO DE LOS

AÑOS NOVENTA 16

2.3 EL CONCEPTO DE LA RAIZALIDAD Y SU RELACIÓN CON EL CARIBE 18

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3.1 LAS ORGANIZACIONES DE BASE DEL MOVIMIENTO RAIZAL COMO

ARTICULADORAS CON LO INTERNACIONAL 22

3.1.1 Movimiento AMEN-SD. 22

3.1.2 Movimiento KETNA. 24

3.2 EN EL SISTEMA INTERGUBERNAMENTAL 25

3.2.1 Organización de Naciones Unidas (ONU). 26

3.2.2 Foro Permanente de Asuntos Indígenas. 30

3.2.3 Organización Internacional del Trabajo (OIT). 32

3.3 LAS RELACIONES CON LOS GRUPOS ÉTNICOS 36

3.3.1 El pueblo Kuna de Panamá. 36

3.3.2 El Pueblo Rom de Colombia. 38

3.3.3 Las comunidades negras. 40

3.4 LAS RELACIONES CON LAS ONG 42

3.4.1 Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).

42

3.4.2 Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (GITAI). 43

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3.4.3 Organización Nacional de Indígenas de Colombia (ONIC). 44

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INTRODUCCIÓN

�El llamado de atención por parte del movimiento raizal a la vía internacional

es un tema de actualidad que permite interrogarse sobre los elementos y factores que

condicionaron la búsqueda de otros caminos posibles a lo nacional para dar voces de

protesta y de inconformismo por parte de la población étnica nativa del archipiélago,

con relación al desplazamiento: económico, laboral y social que los raizales padecen

en su propio territorio. En esta medida, la vinculación internacional del movimiento

raizal, se convierte en el factor principal para la iniciativa de conexiones y contactos

internacionales adelantados por este grupo de isleños, que tiene como propósito final

el apoyo, la simpatía y la expresión solidaria de grupos étnicos por un lado, y por el

otro, la obtención de reconocimiento como pueblo indígena, minoría o etnia, que

busca su autonomía territorial y que aspira a tener una mayor atención por parte del

estado colombiano.

A partir de los objetivos planteados en el proyecto de investigación, es

importante, recordar que el eje principal de la construcción de la monografía

corresponde a determinar la manera en que los vínculos internacionales del

movimiento raizal durante los años noventa, contribuyen a la construcción de

autonomía y reconocimiento. De acuerdo con esto, la estructura planteada en la

monografía corresponde al tejido conductor que ha determinado las relaciones

internacionales del movimiento raizal. Dentro de los objetivos propuestos, es preciso

recordar elementos como: la identificación de los diferentes actores que han

intervenido en la dinámica de conexión de los raizales con lo global, la naturaleza de

los contactos y la identificación de los momentos más representativos en la

vinculación internacional.

La realización de este trabajo es motivado por el compromiso con la región a

la cual pertenezco, y el deseo de animar a los espacios académicos a que asuman al

archipiélago como una alternativa de análisis interesante que puede estimular la

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discusión sobre el futuro de una tierra que a Colombia le pertenece, y que podría

desempeñar un mejor papel en nuestro enlace con el Caribe. En esta aspiración, el

programa de investigación ³&ULVLV \�&RQYLYHQFLD�HQ�XQ�7HUULWRULR�LQVXODU´, a través

de la colaboración de la investigadora del Instituto de Estudios Políticos y de

Relaciones Internacionales, (IEPRI), Socorro Ramírez, fue determinante para la

exploración de un tema arduo y comprometedor para el futuro del archipiélago.

Por otra parte, cabe recordar que la metodología utilizada para la elaboración

de la monografía es de carácter cualitativo, lo que implica que se establecieron unas

categorías de observación anteriores, que permitían ilustrar la recopilación,

procesamiento y el análisis de la información obtenida. De esta manera, el análisis de

categorías como: el movimiento raizal, el papel de los grupos étnicos nacionales y de

diferentes países en los enlaces regionales e internacionales, el desempeño de las

ONG en el desarrollo tales contactos, y en especial, los acercamientos y logros

obtenidos en el ámbito intergubernamental para el caso de la ONU y la OIT, se

constituyen en los elementos ordenadores de éste trabajo de investigación. Asimismo,

para el procesamiento e interpretación de la información fue necesario, la realización

de entrevistas a líderes raizales de diferentes tendencias, para observar con

detenimiento los puntos convergentes y divergentes relacionados con el papel del

movimiento raizal en la defensa de los derechos de los nativos y la iniciativa de la

búsqueda de ayuda internacional. También es importante anotar que parte de las

impresiones recogidas con respecto a la posibilidad de ayuda internacional a la causa

de los raizales, fue lograda a través del trabajo de los investigadores del IEPRI,

Socorro Ramírez y Luis Alberto Restrepo, quienes compilaron en su trabajo

Cuadernos del Caribe No 4 “Textos y testimonios del archipiélago”, las opiniones y

conceptos de isleños que se han destacado en diferentes espacios de la vida del

departamento insular.

La monografía está articulada en tres partes estructurales. La primera sección

contempla los referentes teóricos que iluminan el llamado de atención de un

movimiento local en el escenario global. La segunda sección establece los elementos

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y antecedentes configuradores de las diferentes manifestaciones isleñas que tuvieron

alcances internacionales, con el fin de contextualizar el renacimiento de los contactos

exteriores del movimiento raizal en los años noventa. Y la tercera sección consiste, en

el planteamiento del esquema de los diferentes espacios en donde se han adelantado

contactos y enlaces que han facilitado la acción coordinada y vinculante de

organizaciones étnicas regionales, de ONG y del Sistema Intergubernamental con la

situación de los raizales de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. Finalmente, el

capítulo de las conclusiones presenta el análisis y la percepción del estado actual de

las relaciones internacionales del movimiento isleño y algunas perspectivas hacia el

futuro, e intenta establecer los procesos adelantados, los logros obtenidos y las

debilidades en la búsqueda de vinculación del problema raizal en lo internacional.

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4

1 ARTICULACIÓN DE LO LOCAL Y LO GLOBAL

Para un mayor entendimiento del proceso de vinculación internacional del

movimiento raizal durante los años noventa en su búsqueda de autonomía y

reconocimiento, es preciso exponer los referentes teóricos que mejor explican la

dinámica local de los movimientos sociales, de carácter identitario y de grupos, que

en el contexto del mundo globalizado han logrado contacto a través de redes que

permiten una interacción estructurada, con coherencia y una mayor capacidad de

acción. Por ello, resulta pertinente involucrar las diferentes posturas que contribuyen

a comprender el proceso de los raizales en lo internacional, ya que la mayoría de los

acercamientos obtenidos son el resultado de actividades de las organizaciones

internas que tienen el apoyo de algunas ONG nacionales y que a su vez, ha

estimulado los enlaces con organizaciones globales.

En el marco teórico planteado en el proyecto de investigación, se escogieron

como principales exponentes del desarrollo de las dimensiones globales en las

sociedades de red a los autores: Néstor García Canclini, con la noción de “la

globalización imaginada”, a Manuel Castells, con su aproximación sobre “La

globalización, la política y la información en una sociedad de red”, y Renato Ortiz y

sus análisis sobre “La globalización y las dinámicas locales”. Todos estos son

representantes explícitos del rol de los movimientos sociales en la globalización y lo

que conllevan en cada uno de los espacios sociales, políticos y económicos.

A pesar de que en la actualidad existe conocimiento sobre los grandes cambios a

los cuales la humanidad ha tenido que enfrentarse, como por ejemplo, la transición de

una sociedad industrializada a una sociedad basada en la información y de

interconexión de redes, estos cambios han estimulado el surgimiento de grupos de

reivindicación cultural, social, de género y de antiglobalización para hacer frente de

manera reactiva a la homogeneización impulsada por el capitalismo1. Si bien el

movimiento raizal posee una construcción histórica basada en el inconformismo y en

1 Ver Castells Manuel, “/D�JOREDOL]DFLyQ��VRFLHGDG�\�SROtWLFD�HQ�DO�HUD�GH�OD�LQIRUPDFLyQ”, p.8.

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el llamado de atención nacional, sus motivaciones en el contexto de los años

noventa para la búsqueda de ayuda internacional concuerdan con la emergencia de

expresiones de particularismos identitarios y culturales a nivel global. La observación

de diferentes procesos de reivindicación de movimientos de tendencia africana y

afroamericana, por un lado, y los procesos de emancipación de países víctimas de la

colonización2, por el otro, constituyen los referentes frecuentes de inspiración para la

formación de varias organizaciones internas que iniciaban una lucha por los derechos

de la comunidad raizal, como pueblo, etnia o nación. En este sentido, las contiendas

adelantadas en otros escenarios internacionales, han servido de ejemplo para la toma

de conciencia y de puesta en acción de ideas relacionadas con el reconocimiento de

los derechos económicos, sociales, políticos, culturales y territoriales.

Teniendo en cuenta los aportes teóricos de los autores ya mencionados, el marco

de las sociedades ha cambiado, el rol del estado-nación se ha transformado y ha

experimentado un viraje en el que sus líneas de ocupación y ejecución tradicionales,

son desplazadas para ocuparse de los grandes desafíos que la comunidad global debe

enfrentar para incorporarse en la lógica incluyente de la sociedad de red3. Todo esto

es posible, en la medida en que el estado-nación debe atender las exigencias del

mercado para asumir una posición competitiva dentro del sistema de redes globales,

(es decir, incorporar los aspectos y los requisitos necesarios para implementar las

medidas de carácter neoliberal). Sin embargo, Castells reconoce que si bien el

desempeño del estado es mucho más limitado dentro de éste nuevo contexto, también

enfatiza sobre otros instrumentos o nuevos actores que permiten dinamizar los

enlaces de la sociedad civil con otras instancias, para la canalización de recursos

económicos y humanos, e incluso, la transferencia de información. Estos nuevos

2 Ver Ramírez Socorro y Restrepo Luis Alberto, “(VWD� OXFKD� HV� HQWUH� HO� HVWDGR� FRORPELDQR� \�QRVRWURV”, p. 197. 3 Castells menciona en “la globalización, sociedad y política en la era de la información” que dentro del proceso globalizador, los estados-nación entran en crisis o pierden su legitimidad debido a la pérdida del enfoque de su accionar en las cuestiones sociales para estimular procesos internos que conlleven a una preparación del estado para enfrentar la competitividad de economías más fuertes e industrializadas.

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elementos los constituyen, las ONG4. Estas organizaciones son sin duda los brazos

largos que el estado utiliza para su acceso a los espacios de los cuales no puede

ocuparse y que al mismo tiempo le permiten recobrar en cierta medida, su legitimidad

perdida.

Contrastando la situación del Estado colombiano y su relación con el

movimiento raizal, es pertinente aclarar, que el impacto de la apertura económica

únicamente afectó a los sectores comercial y turístico, del archipiélago. En estos

campos, la comunidad raizal no ha tenido participación, ya que gran parte de la

población raizal se desplazó al sector público para engrosar la burocracia, a través del

clientelismo y de los malos manejos administrativos. De esta forma, los grandes

desafíos económicos y sociales a los que tuvo que enfrentarse el estado para

incorporarse en el gran proceso global, involucró al mismo tiempo los retos, para las

diferentes comunidades minoritarias y étnicas, en el sentido en que estos grupos han

luchado por el reconocimiento y la participación en las decisiones que

comprometieran el desarrollo de sus culturas.

En el caso colombiano, la constitución política de 1991 evidencia un

mejoramiento de la situación de las comunidades étnicas minoritarias nacionales, ya

que existen los mecanismos y los instrumentos necesarios para incentivar la

participación de los indígenas y las comunidades negras en el proceso de

autoconstrucción y consolidación de derechos como organizaciones capaces de tomar

decisiones y de definir los destinos de sus territorios y de sus recursos naturales. Ante

esto, es posible inferir que el estado se encuentra enfrentado a dos desafíos

importantes: uno, es la adaptación que éste debe hacer para insertarse en los grandes

cambios de las economías globales o sociedades de red. Y el segundo, corresponde a

su enlace y comprensión de los procesos internos de exaltación de identidades y de

grupos que buscan la realización y desarrollo natural de sus expresiones, culturales,

sociales, étnicas, etc.

El cambio de concepción del estado-nacional en el contexto global, se traduce en

la trascendencia del uso de esta categoría tradicional de identificación de una cultura

4 Ver Castells Manuel, ³*OREDOL]DFLyQ��LGHQWLGDG�\�HVWDGR”, p. 10.

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y una nacionalidad que representa a una colectividad, por una acepción mucho más

funcional y acorde, con el surgimiento de manifestaciones identitarias, y de grupos

tales como: de género y medio ambiente.

El papel que los movimientos sociales asumen dentro de la lógica global como

formas de expresión de sus procesos locales, y el uso de los medios de comunicación

masivos y el Internet se constituyen en los instrumentos necesarios para ganar la voz,

la difusión y el reconocimiento de sus ideales y consignas, enviando mensajes al

mundo sobre sus creencias, tradiciones y manifiestos como grupos. Frente a esto

Castells, elabora un poco más la relación entre los movimientos sociales y el Internet

como medio de acceso a diferentes culturas, experiencias y situaciones que pueden

servir de ilustración para los procesos internos de pequeños grupos o sociedades que

se encaminan hacia la vía de la interconexión en redes. En este sentido, los

movimientos sociales se desarrollan cada vez más en torno a códigos culturales y

valores propios. Es decir, los movimientos sociales que tengan reivindicaciones

tradicionales o de carácter temático como medio ambiente, ecologismo, género y

derechos humanos, son movimientos que nutren su actuar de valores, por cuanto “son

movimientos que dependen sobretodo de la capacidad de comunicación y de la

capacidad de llevar a cabo un reclutamiento de apoyos y estímulos mediante esa

exaltación de principios y de ideas”5. Al seguir la línea de análisis de Castells y su

teoría de las sociedades de red en un mundo globalizado, se observa que la

transmisión de ideas en un marco amplio e internacional permite la coalición, la

ganancia de apoyos y simpatías en torno a valores. En el caso de las organizaciones

de base del movimiento raizal, AMEN-SD y KETNA, han adelantado contactos con

diferentes organizaciones especializadas, que han contribuido a la difusión de la

causa raizal y de los problemas que aquejan al archipiélago. En la actualidad, existen

en la Web varios trabajos relacionados con la situación raizal, en los cuales, algunos

líderes raizales han publicado documentos y artículos acerca de los sucesos locales e

internacionales de interés. En definitiva, el Internet es uno de los mecanismos que

5 Ver Castells Manuel, ³*OREDOL]DFLyQ��LGHQWLGDG�\�HVWDGR´��p. 13.

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permiten la transmisión de procesos sociales, de los valores y las expresiones

culturales, que facilitan la configuración de nuevas formas de relación social.

En el marco teórico que se planteó en el proyecto de investigación, existe otra

postura interesante con respecto a la situación de los movimientos sociales e

identitarios en la dinámica global. García Canclini, en su obra más reciente, “La

Globalización Imaginada”, recopila muchos de los conceptos elaborados en trabajos

anteriores como “Culturas Híbridas”, “Consumidores y ciudadanos”, entre otros. La

globalización imaginada, es la interpretación que el autor hace con relación “al

conjunto de procesos de homogeneización y, a la vez de fraccionamiento articulado

del mundo, en el que se reordenan las desigualdades sin suprimirlas”6. De acuerdo

con esto, la globalización debe ser entendida como una dinámica que no solamente

busca la homogeneización para volvernos más próximos, sino que multiplica las

diferencias y engendra nuevas desigualdades. Es decir, el gran sistema global no

podría ser entendible sin el surgimiento de conflictos o dramas de la interculturalidad

y la exclusión, las agresiones o las autodefensas xenofóbicas y del racismo. Por esta

razón, es preciso entender a la interculturalidad como parte del proceso globalizador.

No obstante, para pensar este concepto, no hay que suponer que todo lo que no se

ajuste a la pretendida homogeneidad de la sociedad occidental es resistencia o forma

parte de la tendencia antiglobalizante, ya que se cometería el error de pensar que los

movimientos sociales, de identidad de grupo, culturales y hasta las organizaciones de

antiglobalización, no aprovechan los espacios que la sociedad de red les ofrece para

interconectarse, obtener información, conocer y apropiarse de lo diverso que puede

enriquecerlos. En resumen, la conclusión a la que llega el autor consiste en que la

globalización “es mejor concebirla como un proceso con varias agendas, reales y

virtuales que se estacionan en fronteras o en situaciones translocales, y trabajan con

su diversidad”7.

Al establecer los elementos que contribuyen a analizar la dinámica global e

incorporarla a los desarrollos internos del movimiento raizal, es posible inferir que

6 Ver García Canclini Néstor, “/D�JOREDOL]DFLyQ�LPDJLQDGD”, p. 49.7 Ver García Canclini Néstor, “/D�JOREDOL]DFLyQ�LPDJLQDGD”, p. 51.

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esta organización no se encuentra abiertamente en contra de la globalización, ni de la

interculturalidad, por el contrario, el aprovechamiento de los lazos de proximidad con

el Caribe a través de un pasado, una lengua y una herencia común, han permitido

profundizar los vínculos familiares y de hermandad con las Antillas, formando parte

de una identidad regional, que les permita establecer contactos con otras partes de

mundo, como por ejemplo, África8. De acuerdo con esto, el estímulo para participar

en las interconexiones desde lo local hacia lo global, es comprensible en el sentido

que “son procesos en los que participa la gente como articuladora de las relaciones

sociales”9, para establecer redes de colaboración, de flujos de recursos e

informaciones, etc. Cuando el movimiento raizal protesta, se manifiesta, expresa su

inconformismo y acude a los escenarios internacionales, reconoce la dimensión de la

interconexión de redes solidarias y la globalidad de los procesos culturales,

identitarios y de derechos humanos. Este proceso local raizal explora, sin duda, su

dimensión geográfica, sus características culturales y lingüísticas particulares, para

utilizarlas como herramientas de proyección en lo internacional, y así obtener la

atención que buscan.

Por otro lado hay que entender, que a pesar de que gran parte del ideario que

prevalece en la población raizal es occidental por el eurocentrismo marcado, al

mismo tiempo está desarrollando un tipo de resistencia cultural arraigada en las

tradiciones, la religión y el lenguaje. Estas características de la comunidad raizal

permiten recobrar y reconstruir su identidad como pueblo en contra del proceso de

colombianización avanzado. De este modo, si bien a través de la historia se generaron

mecanismos para el proyecto de una nación homogénea, católica y con el idioma

español, como elementos que fortalecen la soberanía y preservación del territorio

insular, es evidente, que esta condiciones eran propias de la concepción del estado-

nación, que surgió como una forma de integrar lo político, lo cultural y lo territorial

8 En la experiencia de la Pre-Conferencia de la Cumbre contra el Racismo, celebrada en Barbados, se destacó la confluencia de diferentes etnias, tribus, pueblos indígenas y minorías negras, que junto a la condición caribeña de los raizales, permitió una interlocución mucho más integrada y abierta al reconocimiento de la diversidad. 9 Ver García Canclini� ³OD�JOREDOL]DFLyQ�LPDJLQDGD´, p.197.

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10

como unidad indisoluble, en donde las particularidades y las diferencias no daban

lugar.

El tercer exponente teórico de la globalización que tiene en cuenta el rol de los

movimientos sociales y los desafíos culturales de las sociedades de red, es el

brasilero, Renato Ortiz. El análisis que realiza el autor, sobre la diversidad cultural en

el contexto del mundo interconectado en que vivimos, permite concebir que “la

diversidad se plantea actualmente como el punto de contradicción, en donde surgen

una cantidad de conceptos debatidos en la dualidad excluyente o incluyente, de

integración y diferencia, o de localización y globalización”10. Igualmente, el autor

coincide también en la tendencia analítica de los autores expuestos anteriormente, en

el sentido en que hay una comprensión clara con respecto a los efectos que el

proceso globalizador trae consigo el efecto de la homogenización, producto de la

propagación de las ideas neoliberales por parte de las sociedades industrializadas,

pero al mismo tiempo, plantea que frente a esa tendencia cultural, existen respuestas

que sobrevaloran los procesos de los movimientos sociales, ya sea para reafirmarlos o

para rechazarlos, ya que son una amenaza a cualquier propuesta de unificación. De tal

manera que la lógica global se traduce en el conflicto de “formar parte de” o ser

“diferente de”. La denominación que Ortiz utiliza para definir la dinámica actual se

traduce en el término de “mundo esquizofrénico”11en el que, por una parte, intenta ser

posmoderno y por otro, intenta ser idéntico y mantener un statu quo. Frente a la

dimensión de lo internacional, el autor responde con la definición de la sociedad

global que “como totalidad, penetra y atraviesa, las diversas formas de organización

social, produciendo un movimiento integrador que traspasa las diversidades étnicas,

civilizadoras y nacionales”, y que a su vez, fomenta nuevos tipos de relaciones

sociales que no se limitan únicamente a los individuos que viven en el contexto de

una y otra cultura local, sino que participan en una lógica desterritorializada y

desencajada.

10 Ver Ortiz Renato, “'LYHUVLGDG�FXOWXUDO�\�FRVPRSROLWLVPR´� p.29. 11 Ver Ortiz Renato, “'LYHUVLGDG�FXOWXUDO�\�FRVPRSROLWLVPR”, p.30.

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11

Además, el autor evalúa las categorías de estado-nación, cultura y movimientos

sociales. En el sentido en que, la situación actual de la sociedad global contempla un

desencaje de las formas tradicionales de relación social a nivel planetario. Todo esto

explica que la nueva concepción del mundo contemporáneo exige su comprensión

como un movimiento integrador y no homogéneo, en el que el sistema de relaciones

entre culturas, países y naciones, cambia, y los vínculos dejan de ser “inter” culturales

o “inter” civilizatorias, para ser funcionales a la globalización12. En este sentido, la

articulación de procesos, organizaciones e individuos, incentivan la participación en

la construcción de proyectos con visiones coincidentes y antagónicas, que permiten

interactuar en una dinámica de la sociedad civil articulada, con un espacio público

que permita la discusión y puesta en común de ideas. La metodología en que deben

ser asumidas las relaciones estructurales al movimiento de globalización y la

búsqueda de lazos articuladores de la construcción de una gran sociedad global,

coincide en cierta forma con el proceso de reivindicación raizal, ya que a través de las

ligazones establecidas en lo nacional y lo internacional, coadyuvan a la construcción

y reafirmación de una identidad de un grupo étnico o minoría que no intenta alejarse

de los grandes procesos globales, sino que por el contrario, encuentre a través de los

enlaces, la posibilidad de expresarse y de incorporar experiencias de otras culturas.

Finalmente, estos planteamientos teóricos permite la comprensión del proceso de

apelación internacional del movimiento raizal, como parte de la dinámica de

transformación globalizadora, que ofrece al grupo, explorar los diferentes campos que

este medio le ofrece para la llamada de atención, la expresión de su voz y la posible

búsqueda de soluciones que ilustren su construcción de autonomía y reconocimiento

nacional e internacional.

12 Ver Ortiz Renato, “1RWDV�VREUH�ODV�SUREOHPiWLFDV�GH�OD�JOREDOL]DFLyQ�GH�ODV�VRFLHGDGHV”, p.4.

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12

2 LAS MANIFESTACIONES DE AUTONOMÍA: UNA HISTORIA

QUE CONTAR

2.1 ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El desapego y el desconocimiento del Estado colombiano con respecto al

archipiélago de San Andrés y Providencia estaba condicionado por dos elementos

importantes: la lengua y la religión. El idioma inglés, fruto de la herencia de los

primeros habitantes colonos cuya estructura lingüística se transmitió a los negros

esclavos y que fue difundiéndose de generación en generación, y la religión

protestante que llegó a las islas a través de los mismos, fueron determinantes para el

nacimiento de una cultura distinta, que, en medio de su particularidad social, étnica y

lingüística, miró a Colombia con los ojos de la lealtad.

Las diferentes expresiones de inconformismo por parte del pueblo nativo con

respecto al manejo de los destinos del archipiélago por parte de los gobiernos

centrales de turno, se ha caracterizado más por la búsqueda de atención nacional que

internacional. Si bien la dinámica de los movimientos isleños ha sido interna, este

proceso solamente tuvo dos momentos importantes de llamado de atención ante

instancias intergubernamentales, como es el caso de la Organización de Naciones

Unidas, ONU. Las motivaciones para la reclamación internacional surgen a partir de

la sensación de abandono de los isleños con respecto a los gobiernos centrales de

turno, ya que el Estado colombiano ha malinterpretado las verdaderas necesidades

económicas, políticas, sociales y culturales de los nativos. Es por esta razón, que este

acápite establece los instantes más trascendentes de manifestaciones isleñas

relacionadas con la reivindicación de sus derechos como pueblo, etnia o nación y al

mismo tiempo, evidencia los momentos de vinculación internacional.

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13

De acuerdo con el politólogo isleño Harold Bush, “las tendencias separatistas

del pueblo raizal isleño, se pueden dividir en dos momentos históricos, que están

diferenciados por los móviles o causas del problema, los alcances que proyectaron sus

dirigentes y la intensidad de sus expresiones”13. Un primer momento que va desde

1822, año en el que el archipiélago ratifica formar parte de la Gran Colombia, hasta

1926, cuando las islas reciben a los misioneros capuchinos, cuya presencia generó

grandes conflictos culturales y religiosos. Y un segundo momento que va desde 1926

hasta 1980 aproximadamente, cuando en los años sesenta y setenta se evidenció

claramente el movimiento separatista14. Esta segunda etapa forma parte del eje de

análisis del surgimiento de movimientos autóctonos que luchaban por el

reconocimiento de sus derechos como pueblo originario del archipiélago.

Para Bush, el primer período se caracterizó más por el inconformismo de los

nativos frente al manejo centralista del futuro del archipiélago y de dependencia

administrativa de Cartagena, que por las claras intenciones de separación o secesión.

Al contrario, según el actual defensor del pueblo y abogado, Fidel Corpus, las

expresiones de lealtad isleñas no pudieron ser más claras, especialmente con la

marcha por la defensa de la soberanía, realizada en 1927, “cuando el pueblo marcha

en el sector de North End, y ocupa el muelle Carpenter Yard, apoyando a la policía

municipal, comandada por el legendario Joan Juan Escalona Archbold, para defender

la soberanía y si es preciso pelear contra las naves nicaragüenses que habían llegado a

invadir al archipiélago, por presiones norteamericanas. Los nicaragüenses no

pudieron desembarcar dada la resistencia que encontraron con la policía y el pueblo

juntos”15. No obstante, la defensa de la soberanía colombiana por parte de los nativos

fue insuficiente para evitar la posesión de Nicaragua de gran parte del territorio

insular y el alquiler a la potencia norteamericana de tales dominios. Ambas

circunstancias históricas presionaron al gobierno colombiano para la firma del tratado

Esguerra-Bárcenas, en el cual, no se tuvo en cuenta por parte de ambos gobiernos, el

13 Ver Bush Harold; “1DFLRQDOLVPR�\�VHSDUDWLVPR�HQ�ORV�DxRV����\���´� p.36. 14 Ver Bush Harold, “1DFLRQDOLVPR�\�VHSDUDWLVPR�HQ�ORV�DxRV����\���”, p.36. 15 Ver Corpus Fidel, “/DV�PDUFKDV�GHO�SXHEOR�GH�6DQ�$QGUpV�LVODV”, p. 7.

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14

futuro del archipiélago y de su gente, ya que la delimitación fronteriza desgarraría los

lazos y vínculos familiares con las islas Corn, Bluefields, Puerto Limón, Puerto

Cabeza y Panamá, entre otras regiones de Centroamérica.

Por otra parte, el segundo momento mencionado por Bush se caracterizó por

fuertes tensiones, como producto del intento del estado colombiano de integrar e

incorporar a las islas en el proyecto de construcción de nación homogénea y mestiza.

Durante este período, es posible destacar dos hechos fundamentales: uno, es la

llegada de los misioneros capuchinos al archipiélago para tomar las riendas del

proceso de aculturación que inició el gobierno colombiano en 1926, a partir de la

educación y la religión. Y otro, es la apertura del puerto libre en 1953 con una

dinámica desarrollista hacia fuera y en contravía de los intereses y aspiraciones del

pueblo isleño16. Este último episodio sirvió de antesala para la configuración de dos

movimientos separatistas. El primer movimiento nativo fue dirigido por Marcos

Archbold durante los años sesenta, que pretendía la formación de un estado soberano,

tomando como referencia principal el modelo del estado puertorriqueño17. Mientras

que el segundo movimiento isleño de 1966, estaba dirigido a la intervención y

seguimiento de los destinos del archipiélago. Este último, dirigido por el abogado

Mauricio McNish junto con varios líderes isleños se dirigió a la Oficina de

Fideicomiso de las Naciones Unidas, con una carta respaldada con 6000 firmas para

reclamar por la vigilancia o intervención de esta sección, bajo el argumento de que

“las islas estaban siendo colonizadas por el estado colombiano”18. El dirigente isleño,

apeló ante esta instancia porque dentro de sus facultades contempla la defensa del

derecho fundamental a la autodeterminación de las minorías de los países

independientes. Ante esta situación el abogado comentó: “Yo no pedí la separación

de Colombia sino la vigilancia o intervención. Pusimos la queja de que nos sentíamos

colonizados por los colombianos, que reclamábamos y nadie nos escuchaba, y les

pedimos que acudieran a una de las dos iniciativas que da el reglamento: que le

llamaran la atención al gobierno e iniciaran un seguimiento, o que le quitaran la

16 Ver Bush Harold, “1DFLRQDOLVPR�\�VHSDUDWLVPR�HQ�ORV�DxRV����\���´, p. 37. 17 Ver Bush Harold, “1DFLRQDOLVPR�\�VHSDUDWLVPR�HQ�ORV�DxRV����\��”, p. 37. 18 Entrevista al abogado Mauricio McNish, 23 de diciembre de 2002.

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15

administración de la isla y se hicieran cargo de nosotros”19. Sin embargo, pese a los

esfuerzos de los nativos, la diplomacia colombiana resolvió hábilmente la situación,

al argumentar que Naciones Unidas era una organización de naciones, no de pueblos

y que el pueblo de San Andrés hace parte de la nación colombiana20.

Posteriormente, a partir de la insistencia de los movimientos isleños separatistas

para la atención de las Naciones Unidas, en el año de 1970, fue enviado un delegado

del alto comisionado para derechos humanos de este organismo, pero el gobierno

colombiano nuevamente logró evadir el asunto.

Aunque surgieron diferentes grupos de isleños que buscaban una solución ante

los problemas del impacto de la colombianización del archipiélago, solamente dos

grupos gestionaron contactos internacionales durante los años ochenta. El primero,

formado por intelectuales y académicos dedicados a estudiar la problemática de las

islas, adelantó gestiones con organismos y organizaciones internacionales para que

observaran y examinaran la situación de los isleños en su propio territorio. Y el

segundo, que nació a mediados de los años ochenta, y en parte recogió algunos de los

propósitos del grupo anterior, formó un nuevo movimiento cuyo nombre es Sons of

the Soils Movement, más conocido como el movimiento S.O.S21.

El movimiento de los Hijos de la Tierra, fue fundado en abril 16 de 1984,

cuando un grupo de jóvenes bajo la consigna, “Justice, respect, prosperity and self-

determination”, decidió oponerse y protestar ante el proyecto de (Inscredial), de

construir una urbanización para continentales y extranjeros, en el sector nativo de San

Luis22. Esta gran oposición se realizó con el fin de proteger los derechos de

preservación cultural y la protección de los espacios urbanos y tradicionales del

archipiélago. Dentro de los grandes objetivos del movimiento, es posible rescatar

algunos elementos relacionados con la unión del pueblo isleño en torno a la defensa

de los derechos como grupo étnico, la defensa del derecho a vivir con dignidad en sus

19 Ver Ramírez Socorro y Restrepo Luis Alberto, “+D\�TXH�DFDEDU�FRQ�HVWR�\�FRPHQ]DU�RWUD�YH]”, p.142. 20 Ver Bush Harold, “1DFLRQDOLVPR�\�VHSDUDWLVPR�HQ�ORV�DxRV����\�80”, p.37. 21 Ver Bush Harold, “1DFLRQDOLVPR�\�VHSDUDWLVPR�HQ�ORV�DxRV����\���´, p.37. 22 Ver Corpus Fidel, “/DV�PDUFKDV�GHO�SXHEOR�GH�6DQ�$QGUpV”, p.10.

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16

territorios, y la lucha por el derecho a la autodeterminación del pueblo isleño, entre

otros. Aunque el movimiento S.O.S existe en la actualidad, sin la fuerza que tuvo en

los años ochenta, dicha iniciativa pertenece a las organizaciones de base del

movimiento raizal.

En la década de los noventa, por medio de la Constitución de 1991, se otorga

reconocimiento a las comunidades raizales como parte de las comunidades negras,

categorización que figura en la Ley 70 de 1993, y en las disposiciones para la

protección de la integridad cultural y poblacional, del Decreto 2762 de 1991, los

cuales evidencian un mayor acercamiento entre el gobierno nacional y los nativos.

Sin embargo, esto no fue suficiente para evitar el crecimiento de la población

continental y el desplazamiento económico y social de la población raizal en el

archipiélago. Es por esta razón que a finales de los años noventa, aparecen

nuevamente movimientos de carácter cívico, religioso y ambiental para manifestar las

preocupaciones y reclamos de la población raizal. Con el fin de examinar los

diferentes momentos de apelación internacional, la siguiente parte analizará el

proceso de formación de los movimientos internos que constituyen el movimiento

raizal y su proceso evolutivo hasta nuestros días.

2.2 El SURGIMIENTO DEL MOVIMIENTO RAIZAL EN EL CONTEXTO DE

LOS AÑOS NOVENTA

En el año de 1999, luego de varios acontecimientos en donde la fuerza pública,

cometiera algunos excesos y abusos de autoridad en contra de la población raizal en

el sector del Barrack, la comunidad acudió a los pastores bautistas y a un sacerdote

católico para que intervinieran y defendieran los derechos de los raizales. Luego de

varias manifestaciones y marchas pacíficas, ocurrió la toma del aeropuerto

Sesquicentenario, en la que el movimiento raizal exigía la presencia inmediata de la

comisión negociadora del gobierno nacional para buscar soluciones a la crisis

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17

económica, poblacional y turística del archipiélago. La delegación del gobierno

Pastrana llegó a un acuerdo con los líderes del movimiento y prometió la creación de

un estatuto raizal para la protección e integridad del pueblo nativo, además de la

asignación de recursos para el fortalecimiento de la Oficina de Control para la

Circulación y Residencia, OCCRE23.

No obstante, tras dos años sin respuesta, nuevamente, el 13 de junio de 2001, el

movimiento raizal decidió tomarse las instalaciones de la compañía distribuidora del

combustible en el archipiélago, TEXACO, para protestar “por el desconocimiento por

parte del gobierno nacional de los acuerdos pactados con las autoridades espirituales

y comunitarias en el aeropuerto de San Andrés el 29 de julio de 1999 y

especialmente, por incumplir sus propios Decretos 2547 y 2548 del mismo año”24. El

movimiento raizal insistió por segunda vez con las exigencias de: “la transferencia de

recursos para el eficaz funcionamiento de la OCCRE; la deportación de ilegales, la

reubicación de los índices de la población”25, entre otros.

Posteriormente, a los encuentros, documentos y comunicados, el movimiento

raizal tuvo un momento de silencio parcial y finalmente, los raizales se manifestaron

por tercera vez en el mes de abril del año 2002, cuando los algunos dirigentes del

movimiento apoyaron al sector de la población de Schooner Bigth, cuyos líderes

comunitarios protestaban por la grave situación ambiental y sanitaria de la zona

periférica al relleno de basuras Magic Garden. A pesar de la complicada situación de

salud pública y el intento de negociación pacífica del gobernador Ralph Newball con

la comunidad, las presiones desde el gobierno central no daban espera. Las exigencias

de la Procuraduría General de la Nación y de la Superintendencia de Servicios

Públicos al exgobernador Newball, concluyeron con la suspensión del dirigente

isleño, ya que a los ojos del gobierno central y de sus instituciones no había utilizado

los medios necesarios para garantizar el bienestar de la comunidad en general. Ante

varios intentos fallidos de negociación con el gobierno nacional, el movimiento

raizal, a modo de refuerzo de su capacidad de negociación, apeló a la gestión de

23 Ver Gamboa Juan Carlos, “8Q�6�2�6�SDUD�OD�SREODFLyQ�UDL]DO”, p.4. 24 Ver Demandas del pueblo raizal, 13 de junio de 2001, p.1. 25 Ver Demandas del pueblo raizal, 13 de junio de 2001, p.1

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18

contactos con diferentes organizaciones no gubernamentales y con las Naciones

Unidas para obtener la atención, la asesoría y la simpatía de las instancias que

muestren interés por el tema. Es así, como en mayo de 2002, el archipiélago de San

Andrés y Providencia recibió la visita del delegado del Alto Comisionado de

Derechos Humanos para Colombia, Richard Klark, para escuchar las impresiones de

los diferentes sectores involucrados en la crisis étnica, poblacional y económica de las

islas. A partir de allí, el delegado elaboró una carta informe, “recomendando al

gobierno nacional, especial cuidado sobre la situación comprometida de la integridad

étnica de las islas y la tensa situación de los raizales frente a la fuerza pública”26.

Igualmente, es importante reseñar que en el mes de diciembre del año 2002 se

celebró el Primer Congreso Indígena Nativo, con el ánimo de crear un proyecto

unificado como movimiento y concretar de manera específica, los lineamientos para

la reclamación de los derechos de autodeterminación, las herramientas para

implementar la etno-educación, el ordenamiento territorial, y los derechos de la

comunidad raizal sobre el manejo responsable y seguro de sus recursos naturales.

Este evento congregó a conferencistas procedentes del Caribe, de indígenas

centroamericanos y de algunos indígenas del territorio nacional que mostraron sus

experiencias en cuanto a la lucha por su autonomía y reconocimiento en sus países

respectivos. De esta forma, este evento es una prueba de la búsqueda de interconexión

con organizaciones y pueblos que han adelantado una lucha similar a la del pueblo

raizal.

2.3 EL CONCEPTO DE LA RAIZALIDAD Y SU RELACIÓN CON EL CARIBE

+DEHU�QDFLGR�HV�XQD�JUDFLD�GH�'LRV�+DEHU�QDFLGR�KRPEUH�R�PXMHU�HV�XQD�RSFLyQ�GH�OD�QDWXUDOH]D�+DEHU�QDFLGR�FULVWLDQR�HV�XQ�DFWR�GH�IH�+DEHU�QDFLGR�VDQDQGUHVDQR�HV�XQ�DFFLGHQWH�JHRJUiILFR�~QLFR�+DEHU�QDFLGR�UDL]DO�HV�XQ�DFWR�GH�RUJXOOR�\�FRPSURPLVR�SHUVRQDO���26 Ver Informe de Naciones Unidas, Alto Comisionado de Derechos Humanos, 27 de junio de 2002. 27 Ver Movimiento AMEN-SD, Estatutos, p.1.

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19

A pesar de que no existe una concepción unificada de la condición de ser

raizal, los nativos o raizales, realizan una exploración de sus debilidades y fortalezas

con respecto a la cultura que los conforma, para establecer la definición de lo que

podría acercarse a su condición en el archipiélago. En este sentido, resulta importante

retomar las siguientes definiciones recogidas a través de las entrevistas y el proyecto

de estatuto raizal para establecer las bases que delinean la raizalidad y de cómo dicha

categoría se incorpora a la configuración y formación del movimiento nativo.

La condición de ser raizal se encuentra ligada de manera determinante con la

relación que el isleño o el nativo desarrolla con su entorno. Para el caso de San

Andrés y Providencia su cercanía con las islas antillanas y los lazos de hermandad

que se han tejido durante la historia a partir de una misma lengua y una cultura

similar, han generado conceptos que reflejan esa fraternidad y esa integración con el

caribe anglo. En este sentido es pertinente, plantear las concepciones de algunos

líderes del movimiento raizal y de algunos profesionales que se han atrevido a

conceptuar sobre una condición innata, ligada a la esencia del nativo.

William Bush ha planteado su visión con respecto a la condición Caribe que

caracteriza al raizal así: “El hombre Caribe tiene un modo de ser distinto, muy

peculiar frente a la forma de reaccionar ante el mundo, unos lo llaman, “un estado del

alma”…Hablando desde mi condición de hombre Caribe lo defino de la siguiente

manera: tenemos rasgos comunes, privativos y únicos por ser distintos, sino por ser

integrados a una unidad humana que se llama Caribe exótica y natural…El hombre

Caribe, lo caracteriza su composición étnica, su naturaleza y su mestizaje. El hombre

Caribe no es prepotente ni suficiente, simplemente es un hombre auténtico, que se

mueve en todas partes con la sencillez y seguridad de quien esta en paz con su origen

y circunstancia nativa”28.

Por otra parte, si se contrastara esta concepción de ser Caribe con la definición

de la condición raizal encontramos, la conceptualización que hace el Padre Marcelino

Hodson de la siguiente manera:

28 Ver Bush Howard William, “(O�FDULEH��8Q�GHVDItR�SDUD�OD�FRRSHUDFLyQ�\�OD�LQWHJUDFLyQ”, p.2.

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“El raizal es aquel nacido en la isla y que tiene sus antecedentes en la isla,

son aquellas personas reconocidas como nativas, criadas en la isla. Esta

condición nos hace un grupo diferente en todo el conglomerado colombiano,

nos especifica en relación con otros grupos, tan es así, como no nos pueden

comparar con el negro de la costa atlántica o pacífica. Somos diferentes,

tenemos una historia diferente, un legado cultural formado por el

componente inglés y español, y sobretodo por el africano. Tenemos una

riqueza cultural que se expresa en nuestro idioma el Criol, en la practicidad

de vivir y es por eso que nos es difícil meternos en un mundo lleno de

formalismos y leyes”29.

De igual manera, el Proyecto de Estatuto Raizal intenta recoger las ideas y la

complejidad de la condición Caribe para incorporar a través de la ley una

denominación que permita el reconocimiento y el entendimiento nacional, pero esto

no ha pasado de la discusión del proyecto de ley. Para ello, es importante retomar el

significado de la condición de ser raizal y los derechos que involucra como individuo

o como colectividad.

Juvencio Gallardo, como miembro de una de las organizaciones que

conforman el movimiento reivindicativo raizal, representó a la comunidad nativa ante

el gobierno para el diseño y preparación de un proyecto de ley que ampare a la

colectividad raizal, con el propósito de preservar su integridad cultural dentro del

territorio insular. Dicha iniciativa expresó el concepto de pueblo raizal así: “etnia

anglo-africana tradicionalmente asentada en el archipiélago, con lengua, cultura,

historia y ancestro propio”30.

Por otra parte, si se tuviera en cuenta la visión de los isleños que no están

involucrados con el movimiento, se podrían encontrar algunos acercamientos a la

definición general de raizal. Esta es una representativa consideración con respecto a

29 Ver Britton Consuelo,�³8QD�SURSXHVWD�HGXFDWLYD�SDUD�OD�JHVWLyQ�GH�OD�SDUWLFLSDFLyQ�FRPXQLWDULD�HQ�OD�SREODFLyQ�UDL]DO�GH�6DQ�$QGUpV´.p. 35. 30 Ver Ramírez Socorro y Restrepo Luis Alberto, “6tQWHVLV�GHO�SUR\HFWR�GH�OH\�SRU�HO�FXDO�VH�DGRSWDQ�PHGLGDV�SDUD��SURWHJHU�OD�LGHQWLGDG�FXOWXUDO�GHO�SXHEOR�UDL]DO”, p. 51.

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la identidad raizal. “Ser raizal o ser isleño, es ser de diferente cultura y creencias. No

somos muy sociables con las personas extrañas. El isleño se apega mucho a su

religión cristiana, independientemente que sea católica o protestante. El isleño tiene

mucha fe en sus líderes religiosos”31.

Si bien se han hecho esfuerzos para categorizar o conceptuar la condición

identitaria nativa, en búsqueda de una claridad colectiva, las principales

características que delinean al isleño son perceptibles tanto en los líderes del

movimiento como de otros sectores que no están directamente relacionados con la

causa del movimiento, ya que es un modo de ser y una mentalidad con la que se nace.

Después de establecer unas referencias conceptuales para entender el

significado de la condición raizal, es pertinente señalar, que la condición raizal y

caribeña, es positiva para entablar relaciones con grupos y causas similares, que

conviven en el Caribe. En este sentido, la identificación de los nativos con el

fenómeno de la creolización que plantea García Canclini32, se constituye en una

forma particular de hablar y de entenderse entre hermanos, que pueden ser solidarios

ante la situación de los crioles de San Andrés y Providencia. Para el próximo

capítulo, se profundizará en los principales desarrollos de las organizaciones de base

del movimiento raizal, en especial, aquellas que han establecido los contactos

internacionales.

31 Entrevista a Francisco Taylor Taylor, educador y profesor de inglés en la Universidad Cristiana, 11 de enero de 2003. 32 Ver García Canclini Néstor, “/D�JOREDOL]DFLyQ�LPDJLQDGD´� p. 109.

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22

3 EN BÚSQUEDA DE APOYO Y RECONOCIMIENTO

3.1 LAS ORGANIZACIONES DE BASE DEL MOVIMIENTO RAIZAL COMO

ARTICULADORAS CON LO INTERNACIONAL

El movimiento raizal, durante los últimos años se ha manifestado como el conjunto

de diversas organizaciones nativas que se organizan en un nivel local para la

búsqueda de solución a los problemas que aquejan a sus comunidades. En este

movimiento convergen diferentes grupos de carácter cívico, religioso, comunitario y

ambiental. Para un mayor entendimiento de las conexiones internacionales

adelantadas por los movimientos de base, el siguiente acápite contempla las gestiones

en marcha del movimiento AMEN-SD y del movimiento KETNA.

3.1.1 Movimiento AMEN-SD�Movimiento étnico raizal que responde al nombre de Archipelago Movement

for Etnhic Natives–Self Determination, esta forma de organización es liderada por los

pastores bautistas y un padre católico, y tiene como propósito “la defensa, protección,

promoción y sostenimiento de los derechos humanos de la población raizal (grupo

étnico raizal) que habita en el departamento archipiélago de San Andrés, Providencia

y Santa Catalina”��. Dentro de los estatutos de esta organización se plantea que

AMEN-SD es “la organización reconocida por y para el pueblo raizal, bajo cuyos

lineamientos y directrices se guiarán todas las organizaciones de base del grupo

étnico raizal del departamento archipiélago de San Andrés y Providencia y Santa

Catalina”��.

Dentro de algunos objetivos importantes del movimiento AMEN-SD

citaremos con gran énfasis, las directrices que tengan que ver con el desarrollo de

conexiones nacionales o internacionales, la defensa del derecho a la

autodeterminación, la exploración de contactos con grupos étnicos, ONG y otras

33 Ver Movimiento AMEN-SD ,Estatutos , p.1 34 Ver Movimiento AMEN-SD, Estatutos , p.1

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formas de organización, con el fin de identificar si existen propósitos relacionados

con los tópicos ya mencionados.

El principio ordenador de la organización es “garantizar el derecho a la

preservación espiritual, cultural, social, política, económica, ambiental y a la

educación, en igualdad de condiciones del pueblo étnico raizal, del archipiélago de

San Andrés, Providencia y Santa Catalina”35.

Por otra parte, más adelante en el documento aparecen los siguientes objetivos

importantes36:

a. Encontrar los medios por los cuales el pueblo étnico raizal sea una población-

autodeterminada.

b. Buscar protección nacional e internacional en beneficio de los derechos humanos

de la población raizal.

c. Promover y recuperar el alto nivel moral y recuperar y mantener el respeto por las

culturas y tradiciones; tales como los días considerados sagrados, el

reestablecimiento de los nombres originales de los distintos lugares, remoción de

los nombres y de cualquier otra materia relacionada con el asunto.

d. Promover y mantener el inglés Criol, la lengua materna e inglés como primera

lengua del archipiélago.

e. Buscar exigir ante todas las instancias y por todos los medios la perpetuación del

pueblo raizal como tal, basados en el concepto jurídico de la Corte Constitucional

de que somos “un pueblo en peligro de desaparecer”. El pueblo raizal, sea

reestablecido a su condición de mayoría y propietario de terrenos

estratégicamente ubicados las cuales fueron usurpados o adquiridos por terceros

no importando la forma de adquisición.

De estos objetivos podemos destacar la búsqueda de la autodeterminación, el

respeto a la cultura, la preservación de la lengua y ante todo, la búsqueda de ayuda

nacional e internacional en materia de derechos humanos. Posteriormente, en uno de

35 Ver Movimiento AMEN-SD, Estatutos, p. 2. 36 Ver Movimiento AMEN-SD, Estatutos, p. 2-3.

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los apartes que componen el capítulo de los principios y valores, el movimiento

reconoce que “las actuaciones individuales o colectivas de los miembros de la

comunidad, generaran oportunidades para el desarrollo del tejido social que conforma

el pueblo étnico raizal”37. De esta manera, los acercamientos y vínculos

especializados en materia de derechos humanos y de protección a la integridad étnica

y cultural del movimiento raizal, forma parte de su estrategia común. También es

importante resaltar que las acciones individuales y colectivas direccionadas a

estimular la dinámica de construcción del tejidos sociales, coincide con el proceso

globalizador que estimula la configuración de espacios para la colaboración y

conexión de redes que animan tanto a la participación de la comunidad local como de

otros actores que deseen involucrarse en el reforzamiento o fragmentación de las

identidades u otros movimientos sociales38.

3.1.2 Movimiento KETNA�Corresponde al grupo de organizaciones de base del movimiento raizal

denominado Ketlenian National Association, conocido con la sigla KETNA. Según el

líder del movimiento, Juvencio Gallardo, esta iniciativa tiene algunos puntos de

convergencia con relación a las propuestas de los otros movimientos. Sin embargo, el

líder raizal expresó su percepción en cuanto a la lucha de su movimiento así:

“Nosotros estamos buscando cambiar la dirección del movimiento raizal en general,

de pronto los movimientos han estado concentrados y empeñados en cuestiones de

protesta. Yo quiero que el movimiento raizal sea mucho más positivo, proactivo, para

no quedarnos únicamente con las protestas y las denuncias. Yo creo que vamos a

tener éxito así”��. Para mayor claridad de los objetivos y propuestas, es posible

mencionar algunos de ellos:

a. Restauración del archipiélago como territorio del pueblo raizal y como territorio

donde florecen y priman, su cultura, lengua y valores.

b. El reconocimiento internacional de los raizales como pueblo indígena.

37 Ver Movimiento AMEN-SD, estatutos, “ORV�SULQFLSLRV�\�YDORUHV”, capítulo II, p. 8. 38 Ver Castells Manuel, ³*OREDOL]DFLyQ��VRFLHGDG�\�SROtWLFD�HQ�DO�HUD�GH�OD�LQIRUPDFLyQ” ,p. 15 39 Entrevista a Juvencio Gallardo, líder del movimiento KETNA, 18 de diciembre de 2002.

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c. La libre autodeterminación del pueblo raizal, en virtud de la cual persigue

libremente su condición política y su desarrollo económico, social y cultural.

d. El reconocimiento, promoción y garantía de los derechos colectivos del pueblo

raizal por parte del estado colombiano.

e. Aprobación de un estatuto de autonomía para el pueblo raizal en coordinación con

éste.

En suma, existe una coherencia dentro de los objetivos propuestos que permite

interpretar las similitudes entre las organizaciones de base y sobretodo, la claridad

sobre la búsqueda de garantías a los derechos de autodeterminación, preservación

cultural, protección al medio ambiente, la obtención de apoyo y atención

internacional, entre otros. A continuación, resulta importante esquematizar los

diferentes espacios internacionales (intergubernamental, entre grupos étnicos y ONG)

en donde se han tocado puertas para la obtención de apoyos, simpatías y ayudas con

respecto a la situación del pueblo raizal en su territorio.

3.2 EN EL SISTEMA INTERGUBERNAMENTAL

Para el análisis de lo vínculos internacionales es importante partir desde el

proceso que se ha adelantado en dos instancias específicas: la primera, es la

Organización de Naciones Unidas, ONU y la segunda, corresponde a la Organización

Internacional de Trabajo, OIT. Estos dos espacios se constituyen en los enlaces más

importantes del movimiento raizal, en la medida en que existen evidencias que

indican la apelación a lo internacional para la solicitud de soluciones a unos

problemas internos de inconformismo, de reclamación y reconocimiento de sus

derechos. En este sentido, es preciso profundizar en los acercamientos con estas

instancias, para el enriquecimiento de análisis posteriores, relacionados con el

contexto del movimiento raizal en lo global. Igualmente, es pertinente señalar que

parte de los contactos internacionales adelantados por el movimiento raizal, han

tenido como principal herramienta el uso del Internet para enlazarse con diferentes

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organizaciones, expertos e instrumentos internacionales que puedan aportar a la

incursión del movimiento raizal en el ámbito internacional.

3.2.1 Organización de Naciones Unidas (ONU)�Para el estudio de los vínculos internacionales del movimiento raizal y la

forma como tales nexos pueden contribuir a la construcción de su autonomía y

reconocimiento, es importante aclarar, que el siguiente aparte desarrolla el análisis

con respecto a las apelaciones de las organizaciones internas raizales durante los años

noventa ante las Naciones Unidas, tomando como referencia los diferentes

instrumentos internacionales o convenciones que sustentan su lucha en lo local y en

lo global.

En materia de búsqueda de vínculos internacionales, el movimiento raizal, ha

tomado como ejemplo las diferentes luchas adelantadas por pueblos que han sido

víctimas de la colonización, de la violación de sus derechos civiles y políticos, y

sobre todo, de la falta de garantía de los derechos económicos, políticos y sociales.

De tal manera, que el apoyo en los instrumentos internacionales que contemplan los

elementos ya mencionados, se convierten en los marcos de referencia constantes, para

los grandes debates globales y locales que adelantan los pueblos por la lucha de la

autonomía y el reconocimiento.

La búsqueda de atención internacional que adelanta el movimiento raizal,

descansa en los principios de la Declaración sobre la Concesión de Independencia a

los países y pueblos coloniales, y hace especial énfasis, en la disposición relacionada

con que “todos los pueblos tienen derecho a la libre determinación; en virtud de ese

derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su

desarrollo económico, social y cultural”40. Así mismo, en la resolución se afirma que

“los pueblos pueden, para sus propios fines, disponer libremente de sus riquezas y

recursos naturales sin perjuicio de las obligaciones resultantes de la cooperación

económica internacional, basada en el principio del provecho mutuo, y del derecho

40 Ver Declaración sobre la concesión de independencia a los países y a los pueblos coloniales. p. 56.

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internacional”41. Si bien el movimiento raizal utiliza los recursos de los instrumentos

jurídicos internacionales para la reivindicación de sus derechos como pueblo capaz de

tomar las decisiones de su destino, también es cierto que la noción de independencia

o separación, no es el propósito en sí mismo de la iniciativa raizal, ya que según la

declaración de los raizales en la Pre-conferencia contra el racismo celebrada en

Barbados en mayo de 2001, señalan que “el estado colombiano conserva una

permanente falta de creencia en las propuestas para un gobierno autónomo, ya que el

estado siempre ve erróneamente en ellas argumentos para la secesión, separación, o

independencia, por la cual mantiene un pie de fuerza en nuestro territorio” 42. Al

establecer una relación entre los argumentos expuestos por el movimiento raizal en

los diferentes escenarios internacionales, se observa que el avance de estos procesos

facilitan la lucha de los raizales en los ámbitos globales y al mismo tiempo presionan

al estado colombiano para que asuma con obediencia los compromisos adquiridos

con la suscripción de tratados internacionales y adelante las acciones contempladas

domésticamente para la protección del pueblo raizal. De esta forma, la explicación

para la ayuda internacional y la búsqueda de los escenarios intergubernamentales para

dar voz a su lucha se sustenta en que:

“El estado colombiano, en su tiempo, no cumplió su deber de informar sobre

nosotros como un pueblo colonial que debe ser considerado bajo los

términos de la resolución 1514 (XV) del 14 de diciembre de 1960 de la

ONU, ni ha estado aplicando de manera integral a nosotros, miembros del

pueblo SIFAPARAN, los derechos constitucionales establecidos para grupos

étnicos, ignorando deliberadamente nuestra sociedad histórica y adaptación

específica en el status reconocido internacionalmente para pueblos indígenas

bajo la dominación colonial, y demostrando así la forma asimétrica de poner

en práctica las legislaciones existentes para la protección de la integridad

41 Ver Declaración sobre la concesión de los derechos de independencia a los países y a pueblos coloniales, p. 56. 42 Ver Declaración de las Familias Indígenas Soberanas de los Pueblos Afro-descendientes del Archipiélago de St. Andrew, Providence y Katheleena, para la Pre-conferencia mundial contra el racismo celebrado en Barbados del 24-27 de mayo de 2001. p. 3.

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étnica, cultural del estado a favor de otros grupos mientras se niega esos

mismos derechos a nosotros, los miembros del pueblo SIFAPARAN”43.

Otra de las consideraciones que el movimiento raizal contempla para la

articulación con la ONU y a su vez, con la OEA, es convocar a ambas instancias para

que reconozcan que “los pueblos indígenas son pueblos en el sentido en que se utiliza

y se interpreta el vocablo en las leyes internacionales”44. De este modo, la búsqueda

de reconocimiento va mucho más allá de la aplicación del concepto pueblo para los

pueblos indígenas, en la medida en que existe un interés por parte del movimiento

raizal de asumir ésta última categoría como estrategia concreta para su acogida al

derecho internacional. Así mismo, a través de este mecanismo el movimiento raizal

considera que “los estados y la comunidad internacional deben reconocer que el

derecho a la autodeterminación de los pueblos es un principio en las leyes

internacionales como se encuentra incorporado en el artículo 1o, parágrafo 1 de la

carta de las Naciones Unidas y el pacto internacional sobre los derechos civiles,

políticos, y además, deben establecer un proceso de implementación del derecho a la

autodeterminación sea de acuerdo con los puntos de vista e inspiraciones del mayor

número de pueblos del mundo y no solamente de aquellos que viven bajo el tipo de

colonización tradicional”45. El significado de ésta argumentación descansa

precisamente en la búsqueda del movimiento raizal por obtener el reconocimiento

como pueblo víctima de la colonización del estado colombiano. Sin embargo, esta

consideración no es válida, ya que el archipiélago de San Andrés y Providencia, no

fue invadido por el gobierno Colombiano. El territorio insular formó parte del estado,

incluso, desde antes de su formación, a partir de la ratificación de los dirigentes

isleños de la época en su deseo de formar parte de la Gran Colombia.

Después de señalar los argumentos más importantes sobre los cuales se

sustenta la insistencia de la iniciativa raizal, conviene revisar los logros obtenidos de

toda esta contienda. Aunque la lucha del movimiento raizal en su apelación a lo

43 Ver Declaración de las Familias Indígenas Soberanas de los Pueblos Afro-descendientes, p.3 44 Ver Declaración de las familias indígenas soberanas de los pueblos Afro-descendientes, p.6. 45 Ver Declaración de las familias indígenas soberanas de los pueblos Afro.descendientes, p. 6.

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global es reciente y no se ha establecido una queja formal ante la ONU, es importante

reconocer la labor que la comisión de isleños adelantó en el año 2001, en Ginebra,

ante el grupo de trabajo de la subcomisión de derechos humanos de esta misma

instancia. Este grupo de raizales académicos elaboró un informe sobre los problemas

históricos, y el deterioro progresivo de los derechos económicos y sociales que

padecen los nativos y que son producto de la discriminación46. Como respuesta a esas

conexiones y presentaciones del movimiento raizal como una organización que lucha

por los derechos de una minoría en su propio territorio, la ONU ha mostrado un

mayor interés en la situación del archipiélago, ya que para junio de 2002, las islas

recibieron la visita del delegado de la oficina del Alto Comisionado de Derechos

Humanos en Colombia, Richard Klark, con el fin de conocer las opiniones y

percepciones de los diferentes sectores, y en especial, para ocuparse de los llamados

de atención del movimiento raizal e iniciar un seguimiento sobre la situación de los

derechos humanos de los nativos. Como resultado final de esta visita, la oficina

reseñada emitió un informe y envió una carta dirigida al canciller de ese entonces,

Guillermo Fernández de Soto, dando recomendaciones al estado colombiano para que

“tomara medidas tendientes a disminuir las tensiones existentes entre los sectores de

la población raizal e instituciones estatales”47. La carta informe, también abarca la

situación de abandono y desapego de la comunidad raizal frente al estado como parte

de la justificación de la falta de identidad con el resto de la colectividad colombiana.

Y para ello la oficina recomendó, “el fortalecimiento de la etno-educación en las

escuelas para que los raizales puedan beneficiarse de la formación de su cultura e

historia en su propio idioma”48.

Por otra parte, la situación de la problemática raizal ya estaba reseñada en el

informe de abril de 2002. La Alta Comisionada de derechos humanos de las Naciones

Unidas para la asamblea general, Mary Robinson, destaca en su informe ante la

Asamblea General, la grave situación de los pueblos y minorías étnicas en el conflicto

46 Ver Ramírez Socorro y Restrepo Luis Alberto, “(VWD�OXFKD�HV�HQWUH�HO�HVWDGR�\�QRVRWURV”, p.202. 47 Ver Informe de la oficina del Alto Comisionado de derechos humanos, 27 de junio de 2002, p.2. 48 Ver Informe de la oficina del Alto Comisionado de derechos humanos en Colombia Naciones Unidas, 27 de junio de 2002, p.2.

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armado colombiano y a su vez, se refiere a las condiciones del pueblo nativo como

parte de los grupos afectados particularmente por distintas formas de discriminación y

de desconocimiento de sus derechos específicos49.

Ante los contactos recientes del movimiento raizal con la alta instancia

intergubernamental, es importante reconocer que existe una mayor claridad por parte

de la lucha raizal en cuanto al establecimiento de los lazos y los alcances que quieren

imprimirle a su situación en las esferas internacionales. La visita del delegado de la

oficina del Alto Comisionado para los derechos humanos en Colombia y la referencia

a la problemática raizal como un grupo étnico que ha sido víctima de las formas no

convencionales de discriminación, sirven de estímulo para la discusión de la situación

del archipiélago en los diferentes escenarios internacionales. Sin duda, el movimiento

raizal ha interpretado su salida hacia lo global como una forma de despertar interés,

apoyo y simpatía, tanto en el sistema intergubernamental como en los contactos con

grupos étnicos de otros países y ONG interesadas en la situación de los derechos

humanos del pueblo nativo.

3.2.2 Foro Permanente de Asuntos Indígenas.

A partir de la resolución 2000/22 de 28 de junio de 2000, el Consejo

Económico y Social, decidió establecer un Foro Permanente para Asuntos Indígenas

con el mandato de “examinar las cuestiones indígenas relativas al desarrollo

económico y social, la cultura, el medio ambiente, la educación, la salud y los

derechos humanos”��. Este foro tiene como propósito fundamental, prestar

asesoramiento especializado y la formulación de recomendaciones sobre las

cuestiones indígenas al consejo, así como a los programas, fondos y organismos de

las Naciones Unidas para difundir las actividades relacionadas con los asuntos

indígenas y promover su integración y coordinación dentro del sistema de la ONU,

para que prepare y difunda información sobre cuestiones indígenas.

49 Ver Declaración del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Bogotá, Abril de 2002. p. 66 50 Ver Informe de Foro permanente de las Cuestiones Indígenas, 13 a 24 de mayo de 2002, p. 1

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Las gestiones adelantadas por el movimiento raizal con esta organización se

concretaron en los contactos a través del vicepresidente del Foro Permanente para

cuestiones indígenas, Antonio Jacanamijoy Tisoy, indígena Inga del Putumayo,

encargado de representar los intereses de los indígenas de Suramérica y el Caribe. El

vocero para los intereses indígenas de esta región del continente, tuvo contacto con

Juvencio Gallardo, líder de la organización KETNA, para visitar el archipiélago de

San Andrés y Providencia, y hablarles sobre el Foro Permanente de Asuntos

Indígenas, y de la conveniencia del uso del término de pueblo indígena para la

comunidad raizal, en el caso de adelantar posibles gestiones en los ámbitos

intergubernamentales e interinstitucionales.

Por otra parte, es importante señalar, que dicho contacto con Jacanamijoy, se

realizó en el ámbito regional, por medio de las organizaciones COICA y ONIC, y su

designación como representante de América del Sur y Caribe, contó con la

participación y votación del movimiento raizal a su favor, en el Foro Permanente de

Asuntos Indígenas. En definitiva, la comunidad raizal, tiene un vocero conocedor de

la situación del archipiélago, que se ha ganado la confianza de los líderes raizales y

que a su vez, ha estimulado el contacto con otras organizaciones étnicas y no

gubernamentales. De esta forma, las relaciones sociales como factores dinamizadores

del fenómeno globalizador, han logrado articular procesos internos con enlaces

globales, evidenciando los caminos posibles que refuerzan la búsqueda de solución a

una problemática local en lo global.

Para concluir, una de las recomendaciones que Jacaminojoy hace, con

respecto a la asimilación del concepto de pueblos indígenas es que “el movimiento

indígena en el mundo tiene bastantes logros dentro del sistema de la ONU, como en

el caso del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, la Unión Europea, el

convenio de Diversidad Biológica, el Convenio de Cambio Climático, donde se ha

reconocido nuestros derechos”51. Y a su vez, el líder indígena recomienda, la

51 Entrevista a Antonio Jacaminojoy Vicepresidente de las cuestiones indígenas en Foro Permanente de Asuntos Indígenas, en Naciones Unidas, 18 de enero de 2003.

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necesidad de organización y de autoconstrucción como organización que representa a

una comunidad raizal, con unos planteamientos concretos que pueda participar en los

foros nacionales, regionales e internacionales, para obtener la solidaridad de los

pueblos indígenas y grupos étnicos.

3.2.3 Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La OIT es considerada tal vez, como el único miembro del sistema de

Naciones Unidas que se ha interesado de manera constante y progresiva en los

derechos de los pueblo indígenas. Esto se debe en gran medida a los acontecimientos

históricos de maltrato y sobreexplotación generalizada del trabajo de los indígenas en

el mundo. Además, la OIT fue pionera en adoptar un instrumento internacional que

protegiera a los indígenas en 1957. No obstante, a partir de este instrumento se

buscaba fomentar la asimilación de los pueblos indígenas en un contexto de medidas

aperturistas o de proteccionismo, pero los alcances del convenio sobre las

poblaciones indígenas y tribales, generó descontento debido a la falta de respeto con

la identidad y los pueblos indígenas��. Debido a ello, en 1986 este instrumento es

revisado bajo el principio de que los pueblos indígenas deberían “gozar del mayor

control posible sobre su propio desarrollo económico, social y cultural”��. Años

después, en 1989, luego de un período de revisión de dos años, fue aprobado el

convenio 169 de la OIT, sobre los pueblos indígenas y tribales en países

independientes.

Para el caso de la población raizal, si bien no ha participado de estos procesos

históricos de explotación, igualmente es cierto, que los raizales han sido objeto de

exclusión y discriminación dentro de su propio territorio. Por eso, las organizaciones

de base del movimiento étnico, en especial, el grupo AMEN-SD y el movimiento

KETNA, han incorporado los argumentos de la convención 169 de la OIT, que recoge

la defensa de los derechos de tercera generación o derechos colectivos y los aportes

de este instrumento en cuanto a la autonomía y a la definición de pueblo indígena. Sin

52Ver Mackhay Fergus, “/RV�GHUHFKRV�GH�ORV�SXHEORV�LQGtJHQDV�HQ�HO�VLVWHPD�LQWHUQDFLRQDO”, p.146. 53Ver Mackhay Fergus, “/RV�GHUHFKRV�GH�ORV�SXHEORV�LQGtJHQDV�HQ�HO�VLVWHPD�LQWHUQDFLRQDO”, p. 146.

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embargo, a pesar de sus alcances, este convenio fue muy criticado por los pueblos

indígenas sobretodo por la falta de términos y de cuestiones específicas en materia de

autodeterminación, aspecto que ha limitado el accionar de los indígenas de cada uno

de los países firmantes, hasta el punto que muchos pueblos indígenas desconfiaron

del compromiso real de la OIT, y se retiraron de las discusiones.

Por otra parte, en una expresión democrática, el grupo de trabajo de la OIT,

convocó a la revisión del convenio, invitando a los pueblos indígenas que creían en el

ajuste de este instrumento para llegar al acuerdo de que la motivación fundamental de

su análisis y examen consiste en “reconocer el principio del respeto por la identidad y

deseos de los pueblos indígenas (interesados), y promover un aumento de consultas y

de participación de estas poblaciones en las decisiones que las afectan”54. Esto quiere

decir que se busca promover la participación de los pueblos indígenas en las altas

decisiones que comprometan su destino y las actividades vinculadas al desarrollo. Sin

embargo, el convenio es explícito en que no necesariamente se requiere del

consentimiento de los pueblos indígenas implicados, y lo que se pretende

simplemente es aprovechar el espacio de las consultas para llegar a un acuerdo de

buena fe. El experto Mackhay, es muy preciso al afirmar que “el convenio 169 es de

alguna manera impreciso y permite interpretaciones flexibles de sus disposiciones.

Por lo tanto, este convenio puede ser interpretado de una forma bastante abierta,

ampliando el alcance de sus disposiciones, o de manera restrictiva, logrando efectos

inversos”55. En este sentido, el movimiento raizal en su apelación internacional y en

los diferentes espacios de negociación doméstica (ya sea con el gobierno y las

organizaciones indígenas, comunidades negras y el pueblo Rom), ha planteado el

instrumento internacional de la OIT como parte del marco de sus argumentaciones en

materia de “autonomía interna, desarrollo económico, social y cultural; el respeto por

ciertos aspectos de las culturas indígenas, o el derecho consuetudinario; derechos a

54Ver Mackhay Fergus, “/RV�GHUHFKRV�GH�ORV�SXHEORV�LQGtJHQDV�HQ�HO�VLVWHPD�LQWHUQDFLRQDO´, p. 149. 55Ver Mackhay Fergus, “/RV�GHUHFKRV�GH�ORV�SXHEORV�LQGtJHQDV�HQ�HO�VLVWHPD�LQWHUQDFLRQDO”, p. 149.

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tierras y territorios, incluyendo los derechos de uso, actividades económicas

tradicionales y el uso de los recursos naturales”56, entre otros.

De otro lado, el instrumento internacional que el convenio 169 como aporte a

las disposiciones de los pueblos indígenas y tribales ha permitido que la iniciativa

raizal incorpore su noción de pueblos indígenas. Algunos líderes del sector raizal,

comentan sobre la conveniencia de utilizar la disposición del convenio y el concepto

de pueblo indígena en la lucha por la autonomía y reconocimiento. Sin embargo, la

Constitución Política colombiana, no reconoce a los raizales como indígenas pero los

reconoce como parte de las comunidades negras. Esto lo manifestó, el Ministerio del

Interior, a través de la dirección general de asuntos indígenas y la dirección general

jurídica, en una carta dirigida al líder del movimiento KETNA, Juvencio Gallardo, en

la que se argumentan las razones por las cuales, “las comunidades negras del

archipiélago de San Andrés y Providencia y Santa Catalina no estarían incluidas

dentro de la población indígena, pues sus ascendientes no habitaban América antes de

la época de la conquista, sino que fue un proceso de afro-colonización posterior a la

conquista”57. Así mismo señalan los proyectos de Ley No O25/99 en el Senado y

217/99, en la Cámara, por los cuales se reglamenta el artículo 176 de la Constitución

donde han señalado que “las comunidades raizales del archipiélago de San Andrés,

Providencia y Santa Catalina, se entenderán incluidas, para todos los efectos de la

presente ley, dentro de las comunidades negras”58.

Otra de las posturas que el Estado arguye con relación a la aplicación del

convenio 169 de la OIT, es que “les parece improcedente hablar de indígenas raizales

cuando ellos mismos han planteado en foros nacionales que son un… pueblo

autóctono del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, de raza

predominantemente negra, somos un grupo étnico con una cultura totalmente

diferente de los demás colombianos. También tenemos nuestra propia cultura, nuestra

56Ver Mackhay Fergus, “/RV�GHUHFKRV�GH�ORV�SXHEORV�LQGtJHQDV�HQ�HO�VLVWHPD�LQWHUQDFLRQDO”, p. 150. 57Ver carta del Ministerio del Interior, Dirección de asuntos indígenas y dirección general jurídica. 1 de febrero de 2002.p.3. 58Ver carta del Ministerio del Interior, Dirección de asuntos indígenas, p.1.

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propia lengua, que es el Criol, y nuestro propio territorio”59. De igual modo, el pueblo

raizal posee la mayoría de características que se amoldan a las definiciones

manejadas en la OIT de pueblos indígenas, pero sus alcances dentro del estado no

van más allá de su reconocimiento como parte de las comunidades negras. Sin

embargo, el pueblo raizal ha querido aprovechar el espacio de las negritudes para

manifestar sus creencias a través del actual comisionado de la comisión consultiva,

Juan Ramírez, cuya labor en dicha instancia se profundiza en la sección de las

relaciones del movimiento raizal con otros grupos étnicos.

Otro avance importante del convenio169 de la OIT, es su modesto aporte a la

discusión del término de autonomía. A pesar de que esta disposición no reconoce

explícitamente un derecho a la libre autodeterminación, a la autonomía o

autogobierno para los pueblos indígenas, si plantea que “los pueblos indígenas tienen

derecho a alguna forma de autogobierno en relación a sus instituciones y en la

determinación de la dirección y alcance de su desarrollo económico, social y

cultural”60.

Por otra parte, la naturaleza de las relaciones entre el gobierno y los pueblos

indígenas se constituye en un factor importante para la aplicación de las disposiciones

contempladas en el convenio de la OIT con respecto a la autonomía, ya que esto

depende de la manera en que los mandatos puedan llevarse a la práctica. Frente a la

cuestión de autonomía tratada en el Primer Congreso Étnico Raizal, que se celebró

del 10 al 13 de diciembre de 2002, el Alto Comisionado de la Comisión Consultiva,

Ramírez Dawkins, expresó que “la autonomía territorial a la cual nos referimos,

estaría sujeta a un arreglo concertado con el gobierno de Colombia, de las personas

nacidas en el departamento y de los residentes legales. Este tema igualmente estaría

condicionado al modelo de autonomía territorial y gobierno propio por parte de los

raizales con los contenidos democráticos de derecho internacional61”.

59Ver carta del Ministerio del Interior, Dirección de asuntos indígenas, p.3. 60Ver Mackhay Fergus, “/RV�GHUHFKRV�GH�ORV�SXHEORV�LQGtJHQDV�HQ�HO�VLVWHPD�LQWHUQDFLRQDO”, p.154. 61Ver Ramírez Dawkins Juan, “/RV�UDL]DOHV�GHO�DUFKLSLpODJR�GH�6DQ�$QGUpV�LVODV�OXFKDQ��SRU�OD�DXWRGHWHUPLQDFLyQ�SDUD�OD�FUHDFLyQ�GH�XQ�WHUULWRULR�DXWyQRPR”, p. 3.

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Concluyendo esta sección, cabe recordar que estos son los argumentos y las

disposiciones que el movimiento raizal utiliza para desenvolverse en el escenario

intergubernamental, utilizando como marco de apoyo a las diferentes disposiciones

internacionales para luchar por el reconocimiento y atención internacional que están

buscando.

3.3 LAS RELACIONES CON LOS GRUPOS ÉTNICOS

En esta sección se tendrá en cuenta el papel de algunos grupos étnicos en los

enlaces internacionales del movimiento raizal. Para examinar los desarrollos de

dichos contactos y los aportes obtenidos, en cuanto a las experiencias de autonomía

de cada uno de estos grupos. A su vez, este esquema de los lazos étnicos del

movimiento raizal, permite establecer el comportamiento de los vínculos, sobretodo

en la articulación de los movimientos sociales e identitarios de la sociedad de red.

3.3.1 El pueblo Kuna de Panamá�Las relaciones del archipiélago con el pueblo Kuna de Panamá, ha tenido

varios momentos de conexión. El primero, data desde la época en que ambas regiones

formaban parte del territorio colombiano; el segundo momento, que involucra a los

isleños en la construcción del canal de Panamá; y el tercer momento, en que se

desarrollaron dinámicas migratorias a raíz de las crisis del coco. Después de años de

conexión pasiva, estas relaciones con los Kunas fueron retomadas, a partir de la lucha

raizal por la búsqueda de autonomía y reconocimiento. Es por esa razón, que la

asistencia del delegado Irik Limnio en representación del pueblo Kuna al primer

congreso nativo realizado en diciembre de 2002, es una evidencia del renacer de los

contactos regionales del archipiélago. El representante de la comunidad Kuna

comentó sobre los procesos y experiencias históricas que acompañaron la

construcción de la autonomía como pueblo indígena. Para ello, inició con la noción

de autonomía desde la visión Kuna, que está constituida, a partir del modelo Nega,

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que significa casa o sede. “La casa Kuna es símbolo de identidad, unidad,

participación y solidaridad”��. Junto a la unidad conceptual de Nega aparece la tierra,

como complemento a esa identidad individual. De acuerdo con esto, la combinación

de estos dos conceptos señala la capacidad que tiene el individuo de decidir en el

futuro de su hogar, la planeación de su forma de subsistencia y el cultivo de la tierra.

Esto es sólo un acercamiento a las construcciones internas de autonomía individual

que contribuyen a la construcción de la autonomía colectiva.

Posteriormente, el ponente esboza los momentos más significativos en cuanto

a la búsqueda de autonomía política de los Kunas que se encuentra fundamentada en

“la memoria histórica de aglutinar todas las comunidades Kunas que habitaban la

Gran Colombia, es así como en 1880 se convocó al primer congreso a nivel de todos

los territorios Kunas, en el cual participaron 10 comunidades”63. Este encuentro fue

de carácter religioso, pero el espacio fue aprovechado para comentar sobre las

experiencias comunales de cada pueblo Kuna.

Si bien esta es una pequeña expresión del pueblo Kuna en cuanto a la auto

construcción histórica, conceptual, identitaria y de relación con otros pueblos, resulta

ilustrativo para el movimiento raizal el contacto tanto con los indígenas a nivel

nacional como de la región centroamericana. En la medida en que, la vinculación de

los procesos de los pueblos indígenas contactados permitirían establecer los

lineamientos necesarios para iniciar el proceso de edificación interna de lo que los

raizales entienden por autonomía, autodeterminación, lo que formaría parte de sus

instituciones, su auto denominación o nombre, y, además de la conveniencia del

manejo del término de pueblo indígena para su lucha nacional e internacional.

El delegado Kuna participó activamente como moderador y consejero en

algunas mesas temáticas de trabajo, y recomendó en reiteradas ocasiones la

62Ver Limnio Irik, “6tQWHVLV�GHO�SURFHVR�DXWRQyPLFR�GHO�SXHEOR�.XQD�GH�OD�FRPDUFD�.XQD�<DOD��3DQDPi´, p. 1. 63Ver Limnio Irik, “6tQWHVLV�GHO�SURFHVR�DXWRQyPLFR�GHO�SXHEOR�.XQD�GH�OD�FRPDUFD�.XQD�<DOD��3DQDPi´, p. 2.

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importancia de la búsqueda de bases que permitan el diseño de instituciones propias y

lo que el movimiento raizal desea manifestarle al mundo.

3.3.2 El Pueblo Rom de Colombia�El pueblo Rom, comúnmente conocido como gitanos, “son un pueblo tribal

que practica el nomadismo estructural, cuya presencia en nuestro país se remonta a la

época de la dominación hispánica en América”��. Este pueblo utilizó como

mecanismo de resistencia, la invisibilidad étnica que se transformó en una

marginación voluntaria. En este sentido, tal estrategia le sirvió al pueblo Rom para

mantenerse como pueblo diferenciado inmerso en la gran población colombiana.

Aunque el pueblo Rom no aparece de manera explícita en la constitución colombiana,

esta comunidad ha adelantado una carrera importante de divulgación de su existencia

y de sus necesidades como pueblo o como “minoría de las minorías”, ya que, si bien

dentro de las disposiciones domésticas no existen las normas para la protección de la

integridad cultural, étnica y económica de los gitanos de Colombia, en los podios

internacionales, si existen mecanismos que protegen a este tipo de etnias. Este es el

caso de la Convención169, retomada también por los raizales de San Andrés,

Providencia y Santa Catalina para la apelación al concepto de pueblo indígena. En

esta medida, a partir de la cercanía de la lucha del pueblo raizal y el pueblo Rom, se

han tejido unos lazos de apoyo, colaboración y ayuda para la búsqueda de autonomía

y reconocimiento de ambos pueblos. Un gran ejemplo de ello, es la mención que hace

la Alta Comisionada para asuntos de derechos humanos en su informe, ante la

asamblea general durante el mes de abril del año anterior, cuando destaca la situación

del pueblo Rom y de los raizales, al señalar que ambos pueblos “son víctimas de

formas no convencionales de discriminación y del desconocimiento de sus derechos

específicos”��.

64Ver Gómez Fuentes Venecer, “3URSXHVWD�GHO�SXHEOR�5RP�SDUD�VHU�LQFRUSRUDGR�GHQWUR�GHO�UpJLPHQ�VXEVLGLDGR�GHO�VLVWHPD��JHQHUDO�GH�VHJXULGDG�VRFLDO��HQ�VDOXG”, p. 198. 65 Ver Declaración de Mary Robinson Alta comisionada de las Naciones Unidas para Derechos Humanos, abril de 2002, p.66.

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Por otra parte, los vínculos entre el movimiento raizal y los gitanos de

Colombia, se han articulado en parte, por la labor que ha venido adelantando el

vicepresidente del foro para asuntos indígenas ante la ONU, Antonio Jacaminojoy,

que a partir de su gestión como coordinador de los países de la coordinadora de las

organizaciones indígenas de la cuenca de la amazónica (COICA), ha podido enlazar

la lucha raizal y la lucha gitana ante las esferas intergubernamentales. La gestión de

contactos a través de organizaciones especializadas será tratada en la próxima

sección.

Otro punto de convergencia de la lucha raizal y Rom, corresponde a la

apelación de la utilización cotidiana del idioma como forma de identificación y

preservación cultural. Sin embargo, en la búsqueda de reconocimiento doméstico el

pueblo Rom fue incluido de manera explícita por primera vez, en el plan de desarrollo

Cambio para Construir la Paz, en febrero de 1998, al igual que los indígenas, los

grupos afrocolombianos y las comunidades raizales. Esto indica de alguna manera,

que si bien el reconocimiento del pueblo Rom, es de carácter parcial y reciente, la

situación de la comunidad raizal con respecto a los gitanos de Colombia es mucho

más ventajosa, ya que cuenta con mayor capacidad de acción y participación en los

espacios reconocidos por la constitución, así como en otros momentos de

colaboración y negociación con diferentes organizaciones étnicas. Este es el punto de

partida donde surge la verdadera concepción de la articulación de los diferentes

movimientos sociales, de identidad o de género, ya que, el estímulo a la negociación,

la expresión de una simpatía o la lucha por un interés común responde a la lógica de

la sociedad de red.

En resumen, el pueblo Rom de Colombia reconoce al movimiento raizal como

el par dentro del proceso de la lucha por la autonomía y el reconocimiento para

decidir sobre el futuro de los pueblos y minorías étnicas en el país. En este sentido, el

movimiento raizal y los gitanos de Colombia han comenzado una dinámica interna e

integrada. Es interna, porque depende de la edificación de los elementos que

identifican a una cultura con respecto a la otra, y es integrada, porque permite

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involucrar a los diferentes movimientos o grupos étnicos regionales, nacionales e

internacionales, que estén interesados en dar voz y conocimiento sobre la situación

que los aqueja.

3.3.3 Las comunidades negras�Este grupo representa el ejemplo más ilustrativo que le podría servir al

movimiento raizal para negociar en lo nacional y obtener el apoyo con otros grupos

étnicos. Los instrumentos nacionales como la Constitución Política, la ley 70/93 y el

decreto 1371, se constituyen en las disposiciones domésticas para la protección y

participación de las comunidades negras en Colombia. Esta iniciativa ha ganado gran

terreno en la lucha por la preservación de la identidad cultural, la autonomía de lo

territorial, el fomento de diferentes formas de participación de los afrocolombianos en

la articulación de lo local con lo departamental, entre otros elementos. La Colombia

negra está constituida por las comunidades del Atlántico, Valle, Cauca, Antioquia,

Nariño, y San Andrés y Providencia. Para el caso del archipiélago, su representante,

Juan Ramírez Dawkins, fue elegido para la Comisión Departamental en 1995,

posteriormente, fue nombrado como Alto Comisionado de la Comisión Consultiva

Nacional, para asumir la representatividad de las comunidades Afrocolombianas ante

el gobierno nacional y en el ámbito internacional, siendo reelegido hasta el año de

2003, en dicha misión. Este líder isleño respondió a la importancia de la Comisión

Consultiva de Alto Nivel enfatizando en los propósitos de esta instancia así: “soy

miembro de ese espacio y soy representante de la comunidad ante el gobierno

colombiano como Comisionado Consultivo del Alto Nivel para generar un espacio de

interlocución, concertación con todo lo que puede afectar la vida institucional del

pueblo raizal, entonces, yo tengo esa representatividad en estos momentos, y por

consiguiente, la organización mía forma parte del conjunto de organizaciones que

lidera el proceso de búsqueda de autodeterminación del pueblo raizal”��. Según el

Alto Comisionado de la Comisión Consultiva, “las disposiciones para las

66 Entrevista a Ramírez Juan, representante de la Comisión Consultiva de Alto Nivel y miembro de la Comisión Consultiva Departamental, 20 de diciembre de 2002.

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comunidades negras tienen elementos muy buenos como lo que se refiere a la

educación, lo que tiene que ver con el medio ambiente, con la consulta previa a la

población antes que el estado tome decisiones que las afectan, con la titulación de

tierras para la gente del pacífico, pero no cubre toda la problemática de San

Andrés”��. En este sentido, es evidente que existen unos espacios de interlocución y

negociación con las comunidades homólogas, pero los alcances de la legislación

actual no contemplan el problema de la tierra en las islas, ni el régimen especial sobre

el cual se debe proteger la integridad étnica de la comunidad raizal.

De otro lado, la explicación que Ramírez Dawkins plantea como la falta de

aplicación de la ley 70/93 en el archipiélago “es porque la gente que maneja las

instituciones cree que la ley es para negros, y ellos no se consideran negros. Así de

sencillo. Algunos reivindican sus raíces “british” pero pretenden ignorar las “afro”. Y

eso, es falta de información sobre nuestra procedencia. Refleja el eurocentrismo

dominante, especialmente acá en San Andrés”68. En esta medida, la falta de identidad

con respecto a las comunidades afrocolombianas y el poco reconocimiento de la

herencia negra en el archipiélago se han convertido en los limitantes de una lucha

más contundente en el ámbito nacional. No obstante, los ejemplos de superación y de

ganancia de autonomías en otras partes del mundo, han ilustrado la búsqueda de

vínculos internacionales, tomándolas como fuentes de inspiración y seguimiento.

Por otra parte, en ningún momento, el movimiento raizal ha considerado

abandonar los lazos de hermandad y actividad dentro del conjunto de las

comunidades negras colombianas, puesto que este escenario representa una

oportunidad para la discusión, expresión de apoyo y solidaridad con la causa nativa.

Es posible afirmar que a través de estas asociaciones de carácter étnico resulta mucho

más fácil la construcción de argumentos y posiciones para luego insertarse dentro del

esquema global para el establecimiento de contactos con pueblos o grupos étnicos

con padecimientos similares.

67 Ver Ramírez Socorro y Restrepo Luis Alberto,”(VWD�OXFKD�HV�HQWUH�HO�HVWDGR�\�QRVRWURV”, p.197. 68 Ver Ramírez Socorro y Restrepo Luis Alberto,“(VWD�OXFKD�HV�HQWUH�HO�HVWDGR�FRORPELDQR�\�QRVRWURV”, p.197.

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3.4 LAS RELACIONES CON LAS ONG

A partir de las dinámicas de enlace dentro de las redes sociales globales, el

papel de las ONG dentro del proceso de interconexión resulta importante, ya que la

gestión de recursos humanos, financieros y de transmisión de información, conllevan

a la articulación ordenada de los individuos, movimientos sociales e identitarios y de

las sociedades, hacia una incorporación en lo global, a partir de la colaboración

mutua. De acuerdo con esto, se examinará a continuación el papel de algunas

organizaciones y las ONG que han contribuido a la experiencia raizal en la

vinculación internacional a través de diferentes puntos de enlace y de posible

entendimiento en los escenarios intergubernamentales.

3.4.1 Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica

(COICA).�Los contactos que se han establecido entre las organizaciones de base del

movimiento raizal: el grupo AMEN-SD y la asociación KETNA., con la

Coordinadora de Organizaciones Indígenas en la Cuenca de la Amazónica, COICA,

corresponde a una de las relaciones de colaboración y apoyo más fuertes del

movimiento nativo. La COICA, congrega la agrupación de organizaciones nacionales

y regionales de Guyana francesa, Guyana, Surinam, Venezuela, Colombia, Ecuador,

Perú, Bolivia y Brasil. Siendo coordinador general de la COICA, Antonio

Jacaminojoy Tisoy, fue invitado, para realizar una visita oficial al archipiélago donde

interactuó en discusiones con algunos líderes del movimiento, sobre el proceso de los

pueblos indígenas en el sistema de Naciones Unidas y los aportes del convenio 169

de la OIT��.

69 Entrevista a Antonio Jacaminojoy, Vicepresidente del Foro Permanente de Asuntos Indígenas, en Naciones Unidas, 18 de enero de 2003.

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Gracias a la muestra de interés de Jacaminojoy en la problemática del

archipiélago, los líderes del movimiento confían en la obtención de reconocimiento

de la comunidad raizal ya sea como pueblo indígena o como pueblo, que busca la

autonomía y el reconocimiento internacional, para decidir sobre los destinos de su

territorio. De esta forma, la articulación de contactos con organizaciones regionales

ha permitido el enlace del movimiento raizal con lo global. Si bien es cierto, que el

movimiento nativo adelantaba unos procesos con la ONU ante la Oficina de

Fideicomiso y luego ante el Comité de Derechos Humanos de Ginebra, no habían

explorado el campo de pueblos indígenas en las Naciones Unidas, que en materia de

disposiciones y garantía para estos grupos étnicos existen mayores ventajas en la

legislación internacional. Así mismo, la conexión del movimiento raizal con la

COICA, en el escenario regional, ha servido de articulador de una posible atención

internacional en lo global. En el marco de la lógica globalizadora, las organizaciones

no gubernamentales reunidas por un propósito común como la defensa de los

derechos indígenas de su región y de sus comunidades, han podido establecer redes

de solidaridad, colaboración, asesoría y transferencia de información. Es decir, se ha

desarrollado una fase del proceso estructural de la globalización, que es la

configuración de redes sociales, a partir de individuos, organizaciones, en el cual el

movimiento raizal ha sabido aprovechar esta plaza.

3.4.2 Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (GITAI). �Esta organización con sede en Copenhague, es reconocida por el Foro

Permanente de Asuntos Indígenas como parte del Comité de Organizaciones no

Gubernamentales de carácter consultivo en el Consejo Económico y Social. Esta

institución, realizó todos los trabajos preparativos de asesoría y vinculación del

movimiento raizal ante la instancia de cuestiones indígenas de la ONU��.

70 Entrevista a Antonio Jacaminojoy, Vicepresidente del foro permanente de Asuntos Indígenas, en Naciones Unidas, 18 de enero de 2003.

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El interés y seguimiento de la problemática raizal, a partir de su vocero

Antonio Jacaminojoy, ha vinculado al Grupo Internacional sobre Asuntos Indígenas,

en la asesoría y transmisión de recursos. Una evidencia de ello, es la financiación del

Primer Congreso Étnico-Nativo, realizado en diciembre de 2002. Sin embargo, por

problemas financieros esta organización no pudo asistir al congreso71. El GITAI, a

través de las publicaciones de unas revistas de la organización, ha difundido la

información actual sobre la situación del archipiélago de San Andrés Providencia y la

importancia de la participación del movimiento raizal, en el escenario de las

cuestiones indígenas. Dichas publicaciones son: el anuario y la revista trimestral de

asuntos indígenas, donde han aparecido noticias relacionadas con las manifestaciones

de los raizales.

3.4.3 Organización Nacional de Indígenas de Colombia (ONIC).�La Organización Nacional de Indígenas, ha interactuado con el movimiento

raizal, de manera reciente. No obstante, los contactos con los indígenas de Colombia,

se establecieron por primera vez, a partir de la Constitución de 1991, ya que las

demandas de los raizales para su reconocimiento a nivel nacional se lograron a través

de la representación de los indígenas en la constituyente. Esta organización junto con

la COICA y KETNA, asistió a la elección del delegado para asuntos indígenas

Jacanamijoy, para la zona Suramericana y el Caribe.

Igualmente, la ONIC, ha participado en la difusión, apoyo y simpatía con

respecto a la situación de la comunidad raizal en su propio territorio. En este sentido,

“la publicación de las injusticias cometidas en contra del exgobernador Ralph

Newball, fueron ampliamente denunciadas en sus publicaciones realizadas en Web”72

Finalmente, a lo largo del capitulo, es posible esquematizar el desarrollo de los

contactos del movimiento raizal en tres niveles: el intergubernamental, el de grupos

71 Entrevista a Juan Carlos Gamboa, Historiador y Asesor Internacional del movimiento raizal, 8 de enero de 2003. 72 Entrevista a Juan Carlos Gamboa, Historiador y Asesor Internacional del movimiento raizal, 8 de enero de 2002

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étnicos y el de organizaciones no gubernamentales. Cabe recordar que la mayoría de

estos contactos se establecieron por medio del Internet, como método interactivo de

conexión, transmisión rápida de información, y expresión de valores y creencias

propios de los diferentes actores de la sociedad de red.

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4 CONCLUSIONES

Después de examinar los procesos de formación, consolidación y

desenvolvimiento del movimiento raizal durante los años noventa y sus relaciones

con diversos actores del sistema de sociedades de red, resulta importante preguntarse

sobre los desarrollos de tales contactos internacionales. El movimiento raizal, en su

lucha reciente, ha logrado obtener resultados en el escenario internacional, a partir de

las conexiones con grupos regionales, nacionales e internacionales, que le permiten

aumentar su capacidad de negociación con los ámbitos intergubernamentales y el

estado colombiano.

El análisis de esas conexiones permite comprender que el movimiento raizal,

ha retomado nuevamente sus lazos de hermandad, en particular con el Caribe, a través

de una herencia histórica y un lenguaje común, que les ha permitido alimentar los

vínculos familiares y de relaciones comerciales a su propio ritmo, pese a las

interferencias fronterizas. En contraste a determinados momentos importantes de

relaciones dinámicas de la vida del archipiélago, dichos acercamientos con la región

se apaciguaron, como resultado de la política centralista del estado colombiano para

la vinculación de los nativos al proyecto de nación homogénea, y la garantía de su

soberanía en el territorio insular. Los lazos raizales han vuelto a ser retomados en la

actualidad para observar los ejemplos de búsqueda de autonomía y de proximidad con

las raíces africanas y británicas, con el propósito de alimentar la posibilidad de

entablar una comunicación mucho más interactiva, basada en la transmisión de la

información y de vivencias. La experiencia del Primer Congreso Nativo de diciembre

de 2002, es una prueba de ello. La confluencia de delegaciones procedentes de

diferentes países y etnias, se constituye en el gran compromiso del movimiento raizal

en la lucha por su autonomía y reconocimiento, en la medida en que, su apelación a

grupos étnicos con situaciones similares, podría estimular la formación de redes de

colaboración, basadas en el apoyo, transmisión de recursos, difusión y simpatía ante

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la situación de los nativos, a través de los medios de comunicación e instrumentos

como el Internet, entre otros.

La gestión de las relaciones del movimiento raizal ante el Sistema

Intergubernamental, en el caso de la ONU, muestra un gran proceso de seguimiento,

apelación y construcción de argumentos para involucrar a esta instancia en el

problema del departamento de ultramar. La reciente visita del delegado de Naciones

Unidas, Richard Klark al archipiélago, traduce el interés de este organismo en el

deseo de contribuir a la solución pacífica y a la protección de los derechos de una

minoría étnica, en su propio territorio. No obstante, la apelación al sistema

intergubernamental no significa que se obtenga de manera inmediata la solución a la

situación raizal. Más aún, cuando el movimiento nativo ha decidido encaminarse por

la acogida del concepto de pueblo indígena como estrategia para la ganancia del

reconocimiento internacional. Este es un camino arduo, que no solamente

compromete a la comunidad nativa para su consolidación como grupo étnico capaz de

presentar un proyecto unificado y coherente, y asumir la responsabilidad de una

posible autonomía territorial, sino que debe procurar por un acercamiento con el

estado, dejando de lado los resentimientos e intentando actuar con la lucidez y

madurez de sus planteamientos, para así, lograr en los podios nacionales, el

reconocimiento y el respeto a la cultura, a la lengua y a la forma de vida de los

raizales.

Igualmente, resulta importante agregar que si bien la situación de los raizales

en su territorio se encuentra afectada principalmente por el crecimiento de la

población, el desplazamiento laboral y económico, es necesario recomendarle al

estado colombiano y a la comunidad raizal, adelantar nuevamente las negociaciones

para hallar mecanismos que permitan resolver de manera justa la situación de los

raizales y de los residentes legales en el archipiélago.

Por otra parte, sin desconocer los logros obtenidos por los isleños ante las

Naciones Unidas, en las labores adelantadas ante el Comité de Derechos Humanos y

la gestión de los contactos del movimiento KETNA con organizaciones no

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gubernamentales, es preciso actuar de manera mucho más coordinada entre las

organizaciones de base que conforman el movimiento raizal. La realización de

contactos individuales, de alguna manera, si nutre la causa de la búsqueda de

reconocimiento en lo internacional y contribuye al fortalecimiento de las redes

sociales73, pero asimismo, resulta mucho más fácil, si los contactos que se desarrollan

y las acciones que se adelantan son producto del consenso interno de las

organizaciones que componen al movimiento raizal. De esta manera es posible

involucrar a todos los sectores de la comunidad nativa para garantizar su

participación e identificación con los procesos que se adelanten en los escenarios

nacionales e internacionales. Esto conllevaría a un mayor esfuerzo por difundir sus

acciones, utilizando los medios de comunicación que el mundo contemporáneo

ofrece, para concederle a la comunidad nativa y a los diferentes sectores sociales,

económicos y turísticos, una concepción mucho más elaborada de que la lucha raizal

no se traduce únicamente en la protesta, la marcha y la denuncia, sino que también

puede ejercer un rol mucho más proactivo, con la capacidad de explorar nuevas

alternativas de difusión de información y de conocimiento de la cultura nativa a

través de proyectos de educación para la comunidad raizal y continental, que

contemple como estrategia concreta el uso cotidiano del Criol, como forma y método

para la preservación de la cultura del archipiélago.

Por otra parte, del contacto raizal con los grupos étnicos, es pertinente resaltar,

que se ha realizado una dinámica solidaria, de entendimiento y de respaldo del pueblo

Kuna, el pueblo Rom, las comunidades negras y los indígenas de Colombia, con los

nativos del archipiélago. El recurso que estas relaciones ofrece, resulta convincente,

en el sentido en que sus aportes y experiencias dentro de su lucha nacional e

internacional, estimulan la armazón de una gran red que permite intercambiar ideas y

argumentos para una lucha integrada. De acuerdo con esto, la apelación a los grupos

étnicos no solamente debe estar circunscrita a lo que puedan aportar a la causa raizal,

sino que al mismo debe estimularse una retroalimentación de lo que la lección nativa

73 Ver García Canclini; “/D�JOREDOL]DFLyQ�LPDJLQDGD”, p. 49.

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puede contribuir a otros movimientos étnicos, ya sea en lo nacional o internacional.

Así como también, puede facilitar una mejor la lectura y comprensión del estado de

sus argumentos y propuestas.

Igualmente, la ejecución de vínculos con organizaciones especializadas en

materia de derechos humanos y de protección de los derechos indígenas, ha

involucrado positivamente a la realidad raizal en los contextos no gubernamentales,

ya que se han generado, acercamientos basados en la difusión de la situación raizal

por medio de revistas y foros especializados, así como también, la transmisión de

recursos financieros y humanos para la búsqueda conjunta de soluciones que permitan

una mejor interlocución del movimiento raizal en los foros internacionales. Estos

contactos han servido de manera determinante en la asesoría y seguimiento del

pueblo raizal en el ámbito global.

Finalmente, la vinculación internacional del movimiento raizal es enmarcada

en lo global y logra contrastarse con las diferentes expresiones identitarias, siendo

parte de las consecuencias del mal manejo del estado-nación en cuanto a las

diferencias culturales. De acuerdo con esto, la búsqueda de atención internacional es

evidente y mucho más elaborada en el ámbito intergubernamental, aunque falten

acciones concretas como el establecimiento de una queja formal sobre la situación de

la etnia raizal en su propio territorio. Es de destacar, que la dinámica interna de las

organizaciones de base ha permitido un gran esfuerzo por establecer un proyecto de

comunidad unificado, pero la debilidad en los conceptos de autodeterminación, en la

autodefinición (ya sea como pueblo, pueblo indígena o minoría étnica), podría

terminar en un desgaste, que no solo condenaría a la comunidad raizal al vaivén de

los individualismos y la falta de liderazgo, sino que generaría un conflicto de

identidad entre los nativos. La asimilación del concepto de pueblo indígena, según la

legislación internacional resulta conveniente para los raizales, pero la verdadera

contienda por enfrentar es a nivel nacional. No hay que limitar la lucha raizal a la

aplicación de un concepto, hay que construir estrategias desde la comunidad isleña

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para combatir y convivir con la colombianización por medio de las tradiciones y el

uso de la lengua nativa como símbolo de identificación y preservación cultural.

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diciembre de 2002.

NORMAS

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