24778854 Rodriguez Carmona Antonio Predicacion Del Evangelio de San Marcos

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PREDICACIN DEL EVANGEUO DE SAN MARCOS GUIA PARA LA LECTURA Y PREDICACIN FORMACIN PERMANENTE COMISIN EPISCOPAL DEL CLERO

CONTENIDO resentacin. itroduccin: Predicar el Evangelio de Marcos. Seleccin bibliog rfica sobre Marcos . 1. Comesstao exegtico. . Introduccin a la catequess de Marcos. : . Trptico introductorio (1,1-13) . . Revelacin de Jess y reaccin de los fariseos (1,1 4-3,6). . Revelacin de Jess y feaccin del pueblo (3,7-6, 6a). > Revelacin de Jess y re accin de los discpulos (6, 6b-8, 30) . 3. Catequess sobre la muerte y resurreccin (8 , 31-10,52) . L Actuacin mesinica en Jerusaln (1113). . Pasin y resurreccin (14,1-16,8 ). UI.Teologa de Marcos. \. Temas teolgicos. 1. Evangelio. 1. Mesas y Reino de Dios . 3. Jess, Hijo de Dios. \. Discipulado. 3. Para trabajar la teologa de Marcos. 1. Metodologa. 2. Pistas para el estudio de algunos temas. IV.Predicar a Marcos. 1. Marcos en el leccionario de la misa. El leccionario B. El leccionario ferial. T emas ms importantes de cada evangelio dominical. 2. Pistas para una catequess sobr e Marcos. Marcos es un escrito catequtico. Catequess sobre Marcos. 3. Notas exegtic as a las lecturas de Adviento y Navidad. . Notas exegticas a las lecturas de Cuare sma. Contenido.

PREDICAR EL EVANGELIO DE MARCOS

PRESENTACIN El sacerdote es el hombre dedicado al servicio de la Palabra de Dios. El tiene q ue intensificar este estudio y meditacin de la Palabra de Dios; tiene que identif icarse cada vez ms con ella, pues slo si la encarna en su vida, ser capaz de actual izarla en la vida de los dems, segn lo que se le dijo el da de su ordenacin sacerdot al. "Transmitid a todos la Palabra de Dios que habis recibido con alegra, y al med itar en la ley del Seor, procurad creed lo que leis, ensear lo que creis y practicar lo que enseis" (R. O. V, n. 14). Este anuncio vivo y coherente de la Palabra de D ios, exige al sacerdote un esfuerzo de renovacin y comprensin de la misma. El sace rdote necesita escucharla en su interior con una sensibilidad exquisita, con tem blor y amor, con humildad y obediencia. Slo as podr, despus, traducir con un lenguaj e claro, limpio y sencillo los' grandes misterios del reino y comunicarlos con u n estilo directo y alegre en la misa dominical,en donde se alimenta la fe de la gran mayora de los fieles que no tienen otra ocasin de ponerse en contacto con la Palabra de Dios. La Comisin Episcopal del clero ha evaluado en distintas ocasione s este instrumento de formacin permanente que viene ofreciendo a los sacerdotes, y cuya finalidad inmediata es ayudar a un mejor conocimiento del Evangelio. No s e trata, pues, de ofrecer homilas ni es3 Edita EDITORIAL EDICE c/Toms Redondo s/n (Edificio Luarca) Apartado de Correos 47 090 28080 Madrid Depsito Legal M-25932 1987 Imprime: Orinoco Artes Grficas, S A c/ Caucho,9 Tel 675 14 33 - 28850 Torrejon de Aidoz (Madrid)

quemas de homilas; sobre este particular ya existen materiales buenos y variados. Lo que se pretende es estudiar el Evangelio en s mismo, aprovechando el ciclo li trgico del ao. De este estudio y conocimiento del Evangelio, se beneficiar no slo la predicacin homiltica, sino tambin la catcquesis y la misma vida de oracin del sacer dote. Hoy presentamos la publicacin que titulamos "PREDICACIN DEL EVANGELIO DE SAN MARCOS" (ciclo B). Su autor, ya conocido,es D. Antonio Rodrguez Carmona, Profeso r del Nuevo Testamento de la Facultad de Teologa de Granada. El autor, en esta pu blicacin, ofrece como novedad una serie de materiales que ayudan a programar y pr eparar homilas y catequesis. Asimismo, presenta un buen estudio sobre el Evangeli o de San Marcos en el leccionario de la misa, con pistas para una catequesis y n otas exegeticas al leccionario de Adviento, Navidad y Cuaresma. El contenido es variado, pensado en funcin de las diversas situaciones de los destinatarios. Este servicio para el estudio del Evangelio lo ofrecemos en el momento en el que la Conferencia Episcopal Espaola acaba de programar el Plan de Accin Pastoral para el trienio 1987-1990, cuyo objetivo general es 'ANUNCIAR A JESUCRISTO EN NUESTRO M UNDO CON OBRAS Y PALABRAS". Creemos, pues, que este instrumento de trabajo puede ser muy valioso para el fin que pretendemos: 'ANUNCIAR A JESUCRISTO". Antonio C eballos Atienza Director del Secretariado de la Comisin Episcopal del Clero. PREDICAR EL EVANGELIO DE MARCOS La homila Los problemas de la comunidad de Marcos Actualidad de esta problemtica Contexto eucarstico Finalidad y contenido de la obr a 4

INTRODUCCIN PREDICAR EL EVANGELIO DE MARCOS Como es sabido, la finalidad de la homila es ayudar al dilogo Dios-hombre, que tie ne lugar durante la celebracin de la Eucarista, ayuda que implica tres servicios ( 1) ayudar a entender la Palabra de Dios, viva y actual, pero que se presenta en un lenguaje diferente al nuestro; (2) ayudar a acoger esta Palabra, respondiendo desde la propia vida, que la matiza y da un sentido propio y concreto. (3) Fina lmente ayudar a realizar este dilogo en el contexto de la celebracin eucarstica, qu e le confiere un carcter peculiar cristolgico y actual. Porque la Eucarista es Memo rial de Jess muerto y resucitado, actualiza aqu y ahora toda la obra de Jess, nico m ediador. Ya no se trata de la proclamacin abstracta y atemporal de la Palabra de Dios, como si se dirigiera a un hombre abstracto y ahistrico: ahora Dios habla po r Jess y en Jess, que encarna y concretiza lo que Dios quiere decir al hombre. Por ello la Palabra proclamada es primaramente proclamacin de Jess, al que el Padre no s presenta como camino para llegar a El. Por ello acoger la Palabra es aceptar a Jess y comprometerse a actualizar su camino en la propia existencia. De aqu el gr an valor evangelizador y transformador de la predicacin homiltica, cuando logra re alizar estos tres servicios. Son servicios que exigen al predicador un esfuerzo de estudio, de contemplacin y de encarnacin en la vida real, y que debe asumir com o parte integrante de su espiritualidad. 7

A la luz de esto, predicar a Marcos exige (1) un estudio exegtico, que permita co nocer la comunidad en que surgi esta catcquesis, la problemtica por la que surgi y la respuesta concreta que el autor quiere dar. Esta respuesta, por ser inspirada , es Palabra de Dios vlida para los cristianos de todos los tiempos, pero es nece sario verla en el contexto histrico en que cristaliz culturalmente, primero para p oder distinguir entre aspectos fundamentales y permanentes y entre aspectos secu ndarios y contingentes, y adems para conocer el tipo de problemtica que directamen te ilumina la Palabra. Varios motivos se presentan hoy dia como causas que motiv aron la aparicin de esta catcquesis, en los comienzos de la segunda generacin cris tiana, hacia el ao 70, cuando ya haban muerto los grandes apstoles fundadores (vase Comentario exegtico I o : Introduccin a la catequesis de Marcos). En funcin de la p redicacin es importante destacar dos, desnimo ante las dificultades y peligro de p erder de vista el carcter histrico de la obra de Jess. A. La comunidad cristiana es t desanimada ante las frecuentes y variadas dificultades, que sufre, especialment e ante las persecuciones, Me cree que la causa de esto es que la comunidad no ha llegado a conocer a Jess, Mesas e Hijo de Dios. Lo ve como un Mesas poderoso, que libera aqu y ahora de toda dificultad a los suyos, pero cmo compaginar este Mesas co n la triste situacin presente? La crisis en el fondo es una crisis cristolgica. Pa ra ayudar a superar esta crisis, Me invita a la comunidad a hacerse discpulos, a plantearse en serio y aprender quien es Jess y cmo es su mesianismo: Jess es el cum plimiento de la promesa Evangelio, promesa hecha durante el destierro babilnico, en la que Dios promete reinar, pero como Dios oculto, en aparente debilidad. Por ello recoge y ordena las tradiciones sobre Jess que le permiten presentarle como el Mesas, que proclama y realiza el Reino de Dios, como compete al Hijo de Dios, no de forma triunfalista sino en la debilidad, es decir, como Dios oculto cf 1, 1. Todo esto implica que los discpulos seguidores de Jess han de recorrer este mis mo camino y no han de ver las dificultades como algo extrao. Por todo ello la tar ea ms importante del discpulo es conocer a Jess. B. El uso indebido del lenguaje ca tequtico de tipo doctrinal que emple Pablo, que hace que en ciertos crculos de carct er pregnstico se tienda a presentar al cristianismo como una gnosis ahistrica, por una parte, y por otra el peligro de que se perdieran las tradiciones orales sob re los hechos y dichos de Jess, como consecuencia de las 8 perturbaciones sociales que acompaaron a la guerra juda en torno al ao 70, inducen a Me a montar su catequesis a base de lenguaje catequtico narrativo para asegurar las tradiciones narrativas y subrayar el carcter histrico que tiene el seguimient o de Jess. El Evangelio naci en la vida y ha de continuar en la vida, sin intentar reducirlo a meros conocimientos abstractos, sin relacin con el pasado. El presen te eclesial se funda en el pasado de Jess y sus discpulos y ha de ver en l su norma . (2) Exige por otra parte un estudio y reflexin sobre el hombre de hoy que va a recibir la Palabra, viendo cmo y en qu medida los problemas de la comunidad de Mar cos, siguen siendo actuales y, por ello, le afecta la Palabra. La problemtica de Me tiene plena actualidad en nuestra Iglesia, en la que estamos comprometidos en un proceso de evangelizacin. Fue precisamente Me el hagigrafo que se plante como o bjetivo el presentar a Jess como Evangelio para ayudar a sus cristianos a descubr ir en profundidad quien es Jess, la pregunta fundamental del cristiano. Se dice c on frecuencia que la homila es el nico medio de relacin catequtica con muchos cristi anos, que slo van a misa los domingos. El ciclo B invita a evangelizarlos, ayudndo les a descubrir a Jess-Evangelio, Mesas, Hijo de Dios. El ser discpulos y plantears e seriamente quien es Jess y cmo acta sigue siendo hoy la tarea ms urgente que tiene n los cristianos, necesitados de descubrir a Jess Resucitado, que acta hoy eficazm ente, pero por medios pobres, como la proclamacin, y en contextos pobres, como la persecucin. Por otra parte, la presentacin histrico narrativa que crea Me, debe ay udar a ver el cristianismo, no como una doctrina abstracta, ahistrica y apersonal , sino como el seguimiento histrico en nuestro mundo de hoy de una persona concre ta, que ha resucitado, est presente entre nosotros y a la que se reconoce como Ma estro. Ser cristiano es un discipulado vital, histrico y concreto, en comunin con los discpulos histricos de Jess. (3) Finalmente exige presentar estos contenidos co mo presencia en el contexto del Memorial de Jess. Lo que fue historia, es ahora a ctualidad. Es quiz este aspecto el que ms dificultades presenta al predicador, per

o es tambin el ms evangelizador. Un predicador que no es testigo, no ha visto y no vive en la celebracin la presencia de Jess-Evangelio, difcilmente puede prestar es te servicio, que exige mucha contemplacin. Por todo ello predicar a Me implica 9

* ayudar a tomar conciencia de que Jess, por su obra salvadora en la debilidad, f ue la alegre noticia salvadora y se ofrece ahora como tal; * ayudar a tomar conc iencia y a celebrar el que su obra salvadora histrica es ahora actual en su Memor ial. Como consecuencia de esto proclamar el sumario sobre la actividad de Jess (1 , 14s), no es slo recordar un hecho histrico que realiz Jess y fundamenta histricamen te nuestra fe, es tambin una invitacin actual que dirige Jess ahora al creyente par a que tome conciencia de la irrupcin actual del Reino de Dios y se abra a ella po r la conversin y la fe; proclamar un milagro de Jess, no es slo recordar el hecho h istrico que realiz como signo de la presencia y alcance del Reino, es tambin una in vitacin a comprender este sentido y alcance, a tomar conciencia de que ya estamos participando de su dinamismo salvador, especialmente en la Eucarista, momento fu erte de salvacin, y a colaborar con l, realizando signos de su presencia; proclama r una percopa sobre el seguimiento de los discpulos, no es slo recordar un hecho hi strico paradigmtico para los discpulos de todos los tiempos, es tambin una invitacin actual que hace Jess a seguirle en su camino a Jerusaln; proclamar textos sobre ad miracin, interrogacin, incomprensin y rechazo, no es slo recordar las diversas respu estas histricas que dieron los contemporneos de Jess ante su revelacin en la debilid ad, es tambin una invitacin actual a plantearse el misterio de la persona de Jess y a ver qu tipo de respuesta se est dando. El cuadro siguiente resume los tres aspe ctos: ^> se io p\ O a, c o 3 K tu a. lo O 52 a s O S pe> queo-escndalo (42.43) * escandalizar-fue go (43.44.48) fuego-sal (49) sal (50 ab). Est dirigida a los Doce. > * El mayor ( 9,33-37). Recorriendo "el camino" (9,33.34) van discutiendo todos los discpulos s obre quien es el mayor entre ellos. Me subraya el contraste: Jess camina al lugar de su muerte, los discpulos creen que van al lugar de la manifestacin mesinica tri unfal y de la llegada gloriosa del Reino de Dios. Jess se sienta como maestro y l lama a los Doce, ensendoles que el que quiera ser el mayor debe hacerse el menor y servidor de todos. Se trata de una enseanza vlida para todos, pero Me subraya su necesidad especialmente para los Doce: aprender el cambio de valores que supone acoger y colocar al nio en el lugar de honor; acoger al nio en el nombre de Jess es acogerle a l y al Padre que le envi. * El exorcista extrao (9,38-40). Los discpulos han de evitar ser exclusivistas, creyndose los nicos colaboradores de Jess en la o bra del Reino. Jess tambin acta fuera de su Iglesia. Todo el que obra en nombre de los valores de Jess trabaja en su favor. Para estar con los discpulos, basta no es tar positivamente contra Jess. * Acoger al pequeo y no escandalizarlo (9,4148). Ac oger al discpulo como tal tendr su recompensa, en cambio escandalizar y destruir l a fe del discpulo pequeo (moral o/y social?) es nefasto para quien lo haga. Hay que evitar con toda firmeza todo lo que escandaliza al hermano y a uno mismo. 120 * Sentencias sobre la sal (9,49-50): todos deben ser purificados por la prueba c f fuego y sal como elementos de sacrificios de purificacin. La sal-revelacin, don de Cristo-que-preserva, debe conservarse intacta, sin desvirtuarla. Vivir mutuam ente en paz, con la sal de la alianza cf tema inicial sobre la ambicin, que rompe la unidad. b. Sobre el comportamiento cristiano (10,1-31). Esta unidad probable mente desarrolla una fuente antigua que recoga reglas prcticas sobre el comportami ento especfico cristiano ante el matrimonio, los pequeos y los bienes. Me la aplic a a todos los discpulos en funcin del tema del conocimiento de Jess, en cuanto que la valoracin que se tenga de estas tres realidades condiciona el conocimiento de Jess, el que habla de muerte y resurreccin, y de la vida comunitaria. * Sobre el m atrimonio indisoluble (10,1-12). El relato se desarrolla segn el esquema "en pblic o-en privado a los discpulos". En pblico: Jess est llegando a Judea, ya est en Perea, junto a la frontera. Caminan con l los discpulos y una gran masa del pueblo, a lo s que iba enseando, como era su costumbre. Unos fariseos preguntan sobre la licit ud del divorcio para "ponerlo a prueba", viendo si, siendo consecuente con su do ctrina de la fraternidad, era capaz de oponerse a la ley de Moiss. Jess declara qu e la prescripcin mosaica se debe a la dureza del corazn judo, pero que no responde al designio original de Dios, que quiso la igualdad y unidad del hombre y mujer en el matrimonio cf Gen 1,27;2,24. En privado: vueltos a casa, los discpulos de n uevo le preguntan sobre el mismo tema. Jess responde afirmando que hay adulterio si un hombre repudia a su mujer y se casa con otra. Me explcita a continuacin esta sentencia de Jess, aplicndola a su contexto sociolgico, en el que se permita tambin la iniciativa de la mujer en el divorcio. * El Reino es de los nios (10,13-16). J ess se enfada con sus discpulos, que impiden que le acerquen los nios para que les imponga las manos y bendiga. Quiere que se los acerquen porque de los tales es e l Reino de Dios. En el contexto sociolgico judo el nio no tiene derechos: es un don nadie y pura dependencia, y adems vive su pequenez y dependencia con naturalidad y confianza; en todo dependen del amor de sus padres. Esta situacin concretiza d e forma plstica la situacin del hombre ante el Reino. Por eso Jess, dirigindose a su s discpulos que no comprenden la grandeza de lo pequeo, 121

declara a los nios destinatarios privilegiados del Reino y les invita a hacer suy as estas disposiciones para acoger ahora el Remo que l anuncia y entrar despus def initivamente en el * Las riquezas (10,17-31) Se trata de una composicin en la que se han unido tres tradiciones, la del neo, unas sentencias sobre las riquezas y otras sobre la recompensa a las renuncias, articuladas segn el esquema en public o (primer episodio) y en privado (los otros dos) Me se sirve de la negativa del rico para introducir una leccin a los discpulos sobre la dificultad que crean las riquezas a la salvacin, subrayando la extraeza y maravilla de estos ante la enseanz a y ofreciendo una perspectiva escatologica al seguimiento y a las renuncias que comporta - Vocacin concreta de un rico para el seguimiento (10,17-22) La escena tiene lugar "en el camino" Para heredar la vida eterna no bastaba al rico que hi zo la pregunta el cumplir los mandamientos sobre el prjimo en abstracto, cumplimi ento cuya veracidad Jess reconoce, le faltaba hacerlo en el seguimiento total a J ess, porque este le miro con amor y de esta mirada naci la invitacin a hacerlo de f orma concreta, siguindole, y para ello, vendindolo todo, renuncia que, por otra pa rte, no es perdida sino invertir en el cielo, meta a la que aspira cf la tercera escena, que es una rplica a esta El rico rehuso la invitacin de Jess y se march tri ste - Riquezas y Reino de Dios (10,23 27) El rechazo del rico determina una ensea nza-comentario dirigido a los discpulos sobre la dificultad de entrar en el Reino de Dios por parte de los que tienen bienes Pero esta dificultad para la convers in y entrada en el Remo la pueden superar con el poder de Dios, para el que nada es imposible Me subraya la admiracin y falta de comprensin de los discpulos (el tem a aqu es artificial, pues a continuacin Me va a presentar a los discpulos manifesta ndo que lo han dejado todo no tiene, pues, razn de ser la maravilla ante la afirm acin de Jess) A la luz del contexto de toda esta seccin, que subraya la dificultad de los discpulos para entender, conocer y seguir a Jess, este desarrollo es centra l los bienes impiden el conocimiento y seguimiento de Jess - Los discpulos lo han dejado todo por seguir a Jess (10,28-31) Para los que lo dejan todo por Jesus-Eva ngeho hay ahora una buena recompensa, aunque, ,vision realista', con persecucion es la comunidad cristiana, en donde, al desprenderse, podran encontrar una nueva familia, y despus la vida eterna La perspectiva escatologica es esen122 cial en la concepcin marquiana del seguimiento Todo esto significa que el seguimi ento de Jess implica un cambio de valores, de forma que los primeros sern ltimos y los ltimos primeros C. Tercer desarrollo (10,32-52) l Anuncio de la muerte y resu rreccin (10,32-34), dirigido a los Doce Este anuncio es el mas amplio de los tres , tanto desde el punto de vista de los detalles con que se anuncia la muerte, co mo desde las reacciones de los discpulos van todos, los Doce y dems discpulos (cf 1 5,41, alude al grupo de mujeres), subiendo hacia Jerusalen Jess, consciente de su destino, camina con decisin delante de ellos, pero los seguidores caminan atnicos y muertos de miedo (de nuevo el tema del miedo cf 9,32) Entonces Jess se dirige a los Doce, que deben ser testigos cualificados (son los elegidos para estar-con -el) de los hechos que se avecinan y se los anuncia para que los asuman libre y conscientemente, como ha hecho el No habla Me explcitamente de incomprensin, pero todo el contexto la sugiere cf atnitos, miedo y especialmente el tema de la ambic in de la pencopa siguiente ii Enseanza Necesidad del servicio (10,35-45) La peticin de Santiago y Juan muestra que la ambicin les ciega y que no han comprendido Jess camina hacia Jerusalen, hablando de muerte y resurreccin y ellos siguen pensando en una manifestacin mesiamca y llegada triunfal del Reino y, por ello, en primer os puestos Jess les dice que no saben lo que dicen y les invita a compartir su ca hz y bautismo por la muerte Esto es lo que a el compete, invitar a su seguimient o, que lleva a la muerte y la resurreccin La acogida en el Reino compete al Padre , protagonista del mismo Los otros diez tampoco entienden y se indignan ante la peticin de los zebedeos Jess les invita a no seguir modelos de poder polticos, fund ados en la opresin, sino su modelo, que consiste en servir y dar la vida en favor de muchos Por ello el que quiera ser algo, debe hacerse esclavo de los dems con una entrega existencial ii Conclusin de toda la seccin curacin del ciego de Jenco (1 0,46-50) Se trata de un relato paradigmtico, como las dos curaciones progresivas que cierran las secciones del pan (cf 7,31-37 y 8, 22-26) es necesario reconocer la propia ceguera para pedir y recibir la iluminacin y asi poder seguir a Jess "e

n el camino" hacia Jerusalen (Me ha colocado la curacin a la salida de Jenco, es decir en el 123

camino de Jerusalen) Discpulos y pueblo han de imitar al ciego, si quieren compre nder, seguir y compartir el destino de Jess X LEON-DUFOUR, Estudios de Evangelio. Estudios 3 o (la transfiguracin de Jess) y 6 o (el nio epilptico), Barcelona, Estela, 1969 D MUOZ LEN, Logion de la parusia o log ion de cumplimiento mesinico? (Posible sustrato arameo y nueva interpretacin del l ogion de Jess a partir de Me 9,1), Miscellanea Comillensis 41 (1983) 135-152 (Pal abra y Vida Homenaje al P Jos Alonso Daz, editado por A Vargas-Machuca y G Ruiz) E NARDONI, La transfiguracin de Jess y el dilogo sobre Elias segn el Evangelio de S. Marcos (tesis defendida en el P I Bblico), Buenos Aires, Ediciones de la Facultad de Teologa de la Universidad Catlica Argentina/Editora Patria Grande, 1976 A PREZ GORDO, Notas sobre los anuncios de la pasin, Burgense 17 (1976)251-270 L F RIVERA , El misterio del Hijo del Hombre en la transfiguracin, Revista Bblica (Argentina) 28 (1966) 19-34 79-89, El relato de la transfiguracin en la redaccin del Evangeli o de Marcos (tesis defendida en el P I Bblico), Roma 1968 El relato de la transfi guracin en la redaccin del Evangelio de Marcos, Revista Bblica (Argentina) 31 (1969 ) 143-158 229-243 A RODENAS, La entrada de Jess en Jeric (Me 10,46), Naturaleza y Gracia 22 (1975) 225-264 R SILVA, El relato de la transfiguracin. Problemas de crt ica literaria y motivos teolgicos en Me 9,2-10, Mt 17,1-9; Le 9, 28-37, Compostel lanum 10 (1965) 5-26 R TREVIJANO ETCHEVERRIA, Matrimonio y divorcio en Me 10,2-1 2, Burgense 18 (1977) 113-152 A del VALLE J , Interpretacin origeniana a Me 10,18 a la luz de la tradicin eclesistica, Analecta Calasanctiana 13 (1965) 5-59 II. PARA PROFUNDIZAR / 1 Consultar comentarios 2. Estudios monogrficos E BETANCOU R, La vocacin del rico en el Evangelio de Marcos, CT Medelhn 14 (1979) 5-22 G BOR NKAMM, Pneuma lalon Estudio sobre el Evangelio de San Marcos, en Estudios sobre e l Nuevo Testamento (Salamanca, Sigeme, 1983)261-278 M de BURGOS NUEZ, La salvacin c omo "Gratia Dei". Una interpretacin eclesilogica de Me 10,23-27, Ciencia Tomista 1 04(1977)513-555 J BURILLO GARCA, El ciento por uno (Me 10,19-30 par): Historia de las interpretaciones y exegesis, Estudios Bblicos 36 (1977) 173-202, 37 (1978) 2 9-55 J O'CALLAGHAN, Notas crticas a Me 8,36, Bblica 64 (1983) 116-117 B CELADA, Na die es bueno sino solo Dios (Me 10,18) Cultura Bblica 26 (1969) 106-108, Problema s acerca de la riqueza y seguimiento de Jess en Me 10,17-31, Cultura Bblica 26 (19 69) 218-222 A DIEZ MACHO, La cristologa del Hijo del Hombre y el uso de la tercer a persona en vez de la primera (cf Me 8,38) Scnpta Theologica 14(1982) 189-201 S GAROFALO, Me 9,40 "apertura ecumnica"?, Euntes Docete 9(1956)343-349 M HERRANZ, Qu dar el hombre a cambio de su alma? (Me 8,37), Cultura Bblica 31 (1974) 23-26 124 125

III. MARCOS Y EL HOMBRE DE HOY La presente seccin est centrada en dos grandes foco s de inters, la presentacin del modo del mesianismo de Jess y la tica que favo.rece este conocimiento. Sigue siendo un tema de muchsima actualidad entre los cristian os, ya que todos aceptan a Jess como Salvador, pero no estn de acuerdo a la hora d e definir el modo de esta salvacin. * A la luz de los textos de esta seccin, cmo es el mesianismo de Jess? Por qu Jess presenta su mesianismo aludiendo a la figura del Siervo de Yahveh? Para Jess este camino es un final fatalmente impuesto o una opcin libremente asumida? por qu? qu asume positivamente Jess, el conflicto por el conflic to o los valores del Reino del Padre, a pesar del conflicto? Describir las difer entes formas de ver el mesianismo de Jess que se dan en mi ambiente y juzgarlas a la luz del pensamiento de Jess. * Por qu exige Jess una opcin radical para poder con ocerle y seguirle? Se puede conocer y seguir a Jess, sin estar comprometido con lo s valores del Reino? Cules son estos valores, segn Marcos? Se pueden reducir a la li beracin de los marginados o van ms all en profundidad y extensin? por qu favorecen el conocimiento de Jess? Cules son los contravalores que impiden conocer y seguir a Je ss? tiene el Padre, que por nosotros "no perdon" a su Hijo). En contexto cuaresmal no s recuerda el camino de la pasin, que conduce a una meta de gloria, garantizada p or el Padre, que no falla. Esta meta no es un lugar sino una persona amada, Jess glorificado. En el contexto eucarstico nos invita a unirnos al camino de muerte y resurreccin, personificado y presente en Jess, que de nuevo se "transfigura" en e l pan y el vino para ayudarnos a recorrer su camino en la oscuridad de la fe. Es el Hijo amado, el entregado por el Padre y el que nos revela su amor, que garan tiza nuestra esperanza. * En el domingo 25 ordinario la liturgia lee Me 9,29-36 ( 2 o anuncio y discusin sobre puestos) junto con Sab 2,17-20 (los impos prueban al justo con tormentos para que demuestre que es hijo de Dios cf Me 15,39) y Sant 3 ,16-4,3 (verdadera y falsa sabidura). Mientras Jess camina hacia la muerte, los di scpulos le acompaan pensando en su propia gloria y no le comprenden. Hay que evita r la tentacin de manipular la vida cristiana y su mxima expresin, la Eucarista, para ponerla al servicio del propio afn de dominio. Slo comprende a Jess y lo que es la Eucarista el que vive en actitud de servicio. * En el domingo 26 ordinario la lit urgia lee Me 9,37-42 (exorcista extrao; acoger nios) junto con Num 11,25-29 (elecc in de los 72 ayudantes de Moiss: "Estis celosos? Ojal todo el pueblo fuera profeta!") y Sant 5,1-6 (Ay de los ricos!). Slo puede comprender y seguir a Jess el que tiene un corazn fraternal, es decir, el que es consciente de que todos somos iguales, l imitados, necesitados y solidarios. Jess, presente en la Eucarista, es el hermano que sirve y da vida y, por ello, la Eucarista es fuente de vida fraternal, especi almente con los ms necesitados. Optar por los pobres es connatural con la fratern idad cristiana. Por otra parte la conciencia de fraternidad debe alejar del cris tiano la pretensin de creerse con la exclusiva en la colaboracin con el Reino; hay otros hombres que no forman parte de la asamblea eucarstica, que tambin se consag ran a los valores del Reino: la Eucarista no debe crear sectas sino comunidades a biertas a colaborar con todos los hombres de buena voluntad. * En el domingo 27 o rdinario se lee Me 10,2-16 (matrimonio indisoluble y nios) junto con Gen 2,18-24 (proyecto de Dios sobre el matrimonio) y Hebr 2,9-11 (Jess se hizo solidario de t odos los hombres; muriendo, nos salva y realiza la vocacin humana de poseer la gl oria). Ser nio (vivir la propia limitacin y dependencia) es condicin para conocer a Jess y compartir el Reino, significado sacramen127 IV. MARCOS PROCLAMADO EN LA EUCARISTA La liturgia, en el leccionario B, seleccion a dos percopas del primer desarrollo, el primer anuncio de la pasin, unido a la co nfesin de Pedro, en el domingo 24 ordinario (cf tema anterior) y la transfiguracin en el domingo 2 o de cuaresma; el segundo desarrollo lo presenta casi completo, el anuncio y la primera serie de enseanzas en los domingos 25 y 26 ordinarios y la segunda serie en los domingos 27 y 28; del tercer desarrollo slo ofrece la percopa d e los zebedeos en el domingo 29 ordinario. * En el domingo 2 de cuaresma se lee M e 9,1-9 junto con Gen 22,l-2.9a.l 5-18 (Abraham se fia de Dios y est dispuesto a ofrecer a su hijo; Dios no le defrauda y le "perdona" el hijo) y Rom 8,31b34 (es tamos salvados en esperanza, garantizada por el amor que nos

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talmente en la Eucarista, pues slo el nio, no el autosuficiente, es capaz de vivir la filiacin y la fraternidad, que esencialmente implican depender. Esta fraternid ad hay que vivirla en todas las esferas de la existencia humana, incluida la sex ual. El matrimonio es una forma concreta de vivir la fraternidad, y por ello, ex cluye el divorcio, fruto de un corazn duro, que considera al otro cnyuge como una cosa que ya no le sirve. La Eucarista es fuente de vida fraternal. * En el doming o 28 ordinario se lee Me 10,17-30 (el rico) junto con Sab 7,7-11 (la sabidura es l a mayor riqueza y fuente de bienes) y Hbr 4,12-13 (elogio de la palabra de Dios) . En contexto eucarstico el texto de Me invita a renovar el seguimiento total de Jess, el mayor y primer valor, ante el cual tenemos que relativizar las riquezas, compartirlas y desprendernos totalmente de ellas, si lo exige el seguimiento. S in relativizar los bienes es imposible conocer a Jess, seguirle y vivir la Eucari sta. En sta, por otra parte, experimentamos la presencia de la nueva familia, que da Jess a los que se desprenden y le siguen. Finalmente en ella encontramos la ga ranta del premio futuro, que es la comunin plena con el Resucitado. * En el doming o 29 ordinario el leccionario presenta Me 10, 3545 (peticin de los zebedeos) junto con Is 53,10-11 (4 o poema del Siervo de Yahveh: justificar a muchos) y Hebr 4,1 4-16 (fue tentado como nosotros, y por ello, nos puede comprender y tener miseri cordia). En contexto eucarstico el texto de Me subraya la presencia del servicio de Jess, el que da la vida, crea y alimenta a la comunidad presente. Unirse a Jess exige renunciar a todo tipo de ambicin y dominio sobre los hermanos. Sin esto no se puede ni comprender a Jess ni vivir la Eucarista. * En el domingo 30 ordinario se lee Me 10,46-52 (ciego de Jeric) junto con Jer 31,7-9 (Dios har volver del dest ierro a ciegos y coIOS...) y Hebr 5,1-6 (condiciones para el sacerdocio). Procla mado en este contexto, el texto de Me invita a imitar al ciego: reconocer la pro pia ceguera, pedir la curacin, experimentar la salvacin, para poder as unirse a Jess y seguirle en el misterio de la muerte y resurreccin que se hace presente. 7. ACTUACIN MESIANICA EN JERUSALEN (Me 1 1 - 1 3 ) I. Exposicin del tema 1. Contexto, finalidad y contenido de la seccin 2. Visin del texto A. Entrada mesinica (11,1-26) i. Entrada en Jerusaln y visita del Templo (11 ,1-11) ii. Descalificacin del Templo (11,15-19) iii. Maldicin de la higuera (11,12 -14.20-26) B. Controversias (11,27-12,44) i. Jess y el sanedrn (11,27-12,12) a. Po der de Jess (11,27-35) b. Parbola de los prfidos viadores (12,1-12) ii. Tributo al Cs ar (12,13-17) iii. Revivificacin de los muertos (12,18-27) iv. Primer mandamiento (12,28-34) v. Origen davdico del Mesas (12,35-37) vi. Conclusin (12,38-44) C. Disc urso escatolgico (13) Nota. Escatologa y apocalptica i. Origen ii. Sentido bsico iii . Divisin iv. Visin del texto II. Para profundizar III. Marcos y el hombre de hoy IV.Marcos proclamado en la Eucarista 128

ACTUACIN MESIANICA EN JERUSALEN (Me 11-13) I. EXPOSICIN DEL TEMA. 1. Contexto, finalidad y contenido de la seccin. En la segu nda parte de su obra, dedicada a presentar el modo del mesianismo de Jess, Hijo d e Dios, Me ofrece primero una catequesis sobre la muerte y resurreccin (primera s eccin) en la que Jess afirma que Dios quiere que suba a Jerusaln y consume all su ob ra mesimca, actuacin que le va a llevar a la muerte y resurreccin Asume con liberta d este camino e igualmente lo han de asumir sus discpulos, si le quieren comprend er y seguir. Ahora, en la segunda seccin, Me describe el comienzo de esta actuacin en la Ciudad Santa, tipo de todo el pueblo judio y sntesis de toda la Historia d e la Salvacin Jess viene al corazn del judaismo a realizar la proclamacin mesinica de l Remo, que hasta ahora ha hecho en Galilea, entra en la ciudad como Mesas y visi ta oficialmente el Templo, como Mesas Y lo tiene que descalificar, por no encontr ar los frutos que espera Dios La visita tiene carcter de juicio Ante esto, la Ciu dad, representada en el sanedrn, le rechaza y decide matarle porque ha descalific ado el Templo y se ha presentado como el Hijo Una sene de discusiones de los dis tintos grupos con Jess muestran esta ruptura Jess, por su parte, condena a los esc ribas, anuncia la destruccin del Templo y ofrece a sus discpulos unas perspectivas sobre el futuro, en el que l, con su parusa, tendr la ultima palabra As, pues, toda esta seccin sirve de introduccin a la seccin siguiente, el relato de la muerte y r esurreccin, ofreciendo las claves para entenderlo 131

La seccin se divide en tres desarrollos A. Entrada mesinica en Jerusaln y en el Tem plo (11,1-26) i Entrada en Jerusaln (11,1-11) n Descalificacin del Templo (11,15-1 9) m Maldicin de la higuera (11,12-14 20-26) B. Controversias (11,27-12,44), que manifiestan la oposicin general a Jess i Sanedrn a Poderes de Jess (11,27-33) b Parbo la de los prfidos viadores (12,1-12) u Fariseos y herodianos el tributo al Cesar ( 12,13-17) m Saduceos la resurreccin (12,18-27) v Un escriba mandamiento ms importan te (12,28-34) v Pregunta de Jess sobre el Hijo de David (12,35-37) vi Conclusin co ndenacin de los escribas y alabanza de la viuda (12,38-44) C. Discurso escatolgico (13) 2. Visin del texto. A.Entrada mesinica en Jerusaln y en el Templo (11,1-26) E ste desarrollo presenta la proclamacin mesinica de Jess en Jerusaln no con palabras, sino con hechos, proclamacin que resulta negativa por no encontrar frutos en la Ciudad i Entrada en Jerusaln y visita del Templo (11,1-11) Me presenta la entrada de Jess, describiendo una escenificacin de Zac 9,9 (cf Gen 49,11) y aludiendo a r itos de entronizacin regia, para manifestar el sentido profundo de este hecho Jess es consciente de lo que va a hacer y libremente dispone los acontecimientos va a entrar a Jerusaln, lugar de la violencia y la muerte, como Mesas, rey de la paz, con mansedumbre Le aclaman los discpulos y otras personas, que le acompaan desde Galilea y que fueron testigos de la curacin del ciego de Jenc, el que le aclam como Hijo de David Los gestos (ramos cf 2 Sam 14,4, 2 Re 6,26, vestidos cf 1 Re 1, 3 8-40, 2 Re 9, 13) y las aclamaciones aluden al Rey Mesas, Hijo de David, que vien e a su ciudad a establecer su reino 132 La escena es ambigua Ms adelante Jess cuestionar el ttulo Hijo de David (cf 12,35-37 ) El trmino de la entrada es el Templo All llega Jess y echa una mirada sobre todo, como el que toma posesin de un lugar y se da cuenta de la situacin en que se encu entra Los jerosolimitanos no aparecen en toda la escena Jess se retira a Betania, acompaado por los Doce, testigos especiales de este acontecimiento n Descalifica cin del Templo (11,15-19) Jess expulsa a los mercaderes del Templo, ilustrando su gesto con dos textos profeticos, uno que habla de lo que deba ser (Is 56,7 casa d e oracin universal) y otro que describe lo que es (Jer 7, 11 cueva de ladrones) L a accin se prolongo durante un tiempo largo, como dejan entrever los imperfectos no permita, enseaba, deca Jess, pues, descalifica al Templo, declarando que esta ins titucin ya no responde al plan de Dios (en 13,2 anunciara su destruccin) Los princ ipes de los sacerdotes, responsables directos de esta situacin, y los escribas de ciden matar a Jess, pero no ejecutan inmediatamente su decisin por temor al pueblo , que escucha maravillado la doctrina de Jess ni Maldicin de la higuera (11,12-14 20-26) Se trata de una parabola en accin, en dos tiempos, antes y despus de la des calificacin del Templo, dando as sentido a este hecho Jess maldice la higuera, que no tiene frutos, aunque no es tiempo de ellos La higuera es una imagen de Israel , pueblo estril, Dios-juez es libre para visitar a su pueblo y pedirle los frutos en el momento que el determine Ahora lo hace por Jess Al comprobarse al da siguie nte que la higuera se haba secado, Jess comenta el hecho con una exhortacin a la fe , la oracin y el perdon A la luz del contexto se trata de hacer ver a la comunida d como debe reaccionar ante el hecho de la incredulidad judia la fe, sostenida p or la oracin y el perdn, pueden librar al hombre del juicio B. Controversias, que manifiestan la oposicin de los dirigentes contra Jess (11,27-12,44) i Jess y el san edrn (11,27-12,12) Dos pencopas muy importantes, pues describen el primer encuent ro de Jess con la representacin oficial de su pueblo, el sanedrn Jess desenmascara s u falsa religiosidad y ellos deciden acabar con el 133

a Pregunta sobre el poder de Jess (11,27-35) Representantes de los tres estamento s del sanedrn (sacerdotes, escribas, ancianos) preguntan a Jess quien le autoriz pa ra proceder en el Templo como lo hizo Jess responde con una contrapregunta a la q ue se niegan a responder, poniendo as de manifiesto su mala voluntad Por ello Jess tambin se niega a responder directamente Les responder con la siguiente parbola b Parbola de las prfidos viadores (12,1-12) Jess condena la postura del sanedrn, que ah ora quiere matar al Hijo amado, el enviado escatolgico de Dios, rechazando al que es piedra angular de la salvacin Por ello, por presentarse como Hijo, el sanedrn decide acabar con Jess, pero no lo ejecuta inmediatamente por temor al pueblo Est os, pues, sern los dos motivos por el que el sanedrn matara a Jess descalifica el T emplo y se presenta como Hijo cf relato de la pasin ii Tributo al Csar (12,13-17) Los sanedntas envan a unos fariseos y herodianos para ver si lo cogen en alguna d eclaracin comprometedora Me subraya la mala intencin de la embajada Los enviados c omienzan con una declaracin lisonjera sobre la independencia de juicio de Jess, qu e slo acta en conciencia ante Dios, pretenden con ello forzarle a manifestar su pe nsamiento, sin temor a los presentes. La pregunta se plantea en linea de princip ios generales abstractos 6es lcito pagar el tributo al Csar, si, como dicen los he rodianos, o no, como defienden los fariseos9 Jess replantea la cuestin, situndola e n un plano existencial concreto Ellos tienen y emplean la moneda del Cesar, porq ue les interesa beneficiarse del sistema econmico del Imperio Romano, pero no les gusta pagar impuestos y se excusan con motivos religiosos (pagar el impuesto es signo de la aceptacin del dominio de Roma, y ellos ,solo aceptan el dominio de D ios!) Para Jess hay que estar a las duras y a las maduras con relacin a la moneda y ser consecuentes con el propio comportamiento Por ello deben dar a Dios lo que es suyo, es decir, todo incluida la esfera poltica y econmica, y a Csar lo que le pertenece, es decir, la moneda que de hecho usan (la interpretacin frecuente que identifica a Dios con Iglesia-culto y a Csar con la esfera poltica es falsa) m Cue stin sobre la revivificacin (12,18-27) Los saduceos niegan la resurreccin por ser n ovedad teolgica Proponen un sofisma basado en una falsa concepcin de la resurreccin , que conciben como revivificacin de cadveres para volver a una vida que basicamen 134 te seguira siendo igual a la de este mundo Jess rechaza el planteamiento, afirmand o primero que se trata de una vuelta a la vida para vivir en el mundo de Dios, c omo los ngeles, y en segundo lugar que ser posible por el poder de Dios, que segn l a Escritura, es el Dios de la vida v El primer mandamiento (12,28-34) Este dilogo tiene carcter positivo, al contrario de los anteriores Viene un escriba, pertenec iente al mundo de los otros interlocutores, que con su comentario a la contestac in de Jess, va a poner en evidencia la mala intencin de sus colegas no es cuestin de aclarar principios, pues en el fondo estn de acuerdo, sino de poner pegas, que r evelan sus malas disposiciones internas Por eso, desenmascarados, los enemigos d e Jess ya no se atreven a hacer ms preguntas El escriba, que ha estado presente en la escena anterior y estaba de acuerdo con la respuesta de Jess, preguntaba por el primero de los 613 preceptos del AT La respuesta de Jess, citando la shem (Dt 6 , 4s) y Lev 19,19, y uniendo amor a Dios y amor al prjimo, est en linea con el jud aismo helenista El escriba alaba esta respuesta, subrayando en su comentario que el amor es mucho mejor que los holocaustos y sacrificios, con lo que sugiere qu e est de acuerdo con la condenacin del Templo que ha hecho Jess y por la que le van a matar En un comentario final Jess afirma que el escriba y el mundo teolgico que encarna no est lejos del Remo de Dios, que es en esencia amor filial y fraternal, pero le falta algo La percopa siguiente sugiere que es la referencia a Jess, profu ndizando para ello en la Escritura v El origen davdico del Mesas (12,35-37) Ahora Jess toma la iniciativa y, enseando en el Templo, pregunta al pueblo que le escuch a con agrado, sobre el ttulo mesimco Hijo de David, con el que le han aclamado a l a salida de Jenco y en la entrada a Jerusaln Es un ttulo ambiguo e insuficiente, p ues si David llama al Mesas Sefior (Ps 110,1) cmo puede ser hijo suyo 7 Es una invi tacin a profundizar en el misterio de su persona a la luz del ttulo Kynos que le d a David en la Escritura vi Conclusin condenacin de los escribas y alabanza de la v iuda (12,38-44) Termina el desarrollo con la oposicin de dos tipos de religiosida d, la de los escribas y la de la viuda Hablando al pueblo, Jess le invita a evita

r la religiosidad de los escribas, al servicio de su vanidad y de su rapacidad P or ello tendrn 135

un juicio severo. La enseanza sobre la viuda est dirigida a los discpulos: su pequeo don es mejor que el de los dems, porque tiene carcter existencial. Los discpulos d eben de valorar a los pequeos cf 9,37.41s. C. Discurso escatolgico (13). Es la ltim a enseanza de Jess antes de la pasin y tiene carcter de panormica sobre el futuro de Jerusaln y de los discpulos. Est dirigido a cuatro de stos, los mismos que fueron te stigos del comienzo de la proclamacin del Reino (13,3 cf 1,16-20). La razn de esta restriccin est en el uso de un lenguaje perteneciente al gnero apocalptico, que exi ge pocos oyentes, pero el contenido est dirigido a todos (13,37): todos los discpu los han de vigilar, esperando la parusa del Seor, cuyo tiempo se ignora, vigilando ante los falsos mesas y profetas, afrontando con nimo las persecuciones y realiza ndo cada uno su propia tarea. La escatolgica y la apocalptica son dos concepciones diversas del futuro, estn relacionadas, pero son diferentes y hay que evitar con fundirlas. Ambas hablan del futuro, concebido como fin al que tiende la historia por voluntad de Dios, que as lo ha prometido, ambas persiguen la misma finalidad , consolar a los creyentes en tiempos de dificultades. Pero lo hacen de formas p rofundamente diferentes: la escatolgica nace dentro del profetismo, que anuncia e l Dia de Yahveh, la intervencin final de Dios, justo y fiel. Su fuente de inspira cin es la palabra, con la que Dios ilumina y critica la historia, anuncia el fina l y seala las condiciones para participar en l. A ella ha de responder el hombre a ceptndola con la fe, pero como la palabra no dice cuando es el final y, por otra parte, la fe es oscura, el hombre ha de vigilar constantemente para poder respon der en el momento adecuado, convirtindose y obrando en el presente para tomar par te en el futuro, pues hay un nexo entre ellos (visin positiva de la historia). Ha y que temer el juicio futuro, convirtindose en el presente. La escatologa, pues, e s una concepcin religiosa de la espera del futuro. Por su parte la apocalptica pro cede de la escatologa proftica desarrollada dentro del movimiento sapiencial, que pretende conocerlo todo, cosmologa, historia y, naturalmente, el futuro, que cons tituye un campo muy importante de la curiosidad humana. Su fuente es tambin la Pa labra de Dios, pero pone a su lado otro manantial, al que tambin atribuye un orig en divino que prcticamente anula al primero, la visin, que dar nom136

bre al gnero apocalptico (cf apokalypsis, visin): un personaje privilegiado tiene u na serie de visiones en las que Dios le da a conocer con detalle el presente con todas sus dificultades y el futuro con el anuncio del juicio divino (si el pers onaje que tiene la visin es "volador", como Henoc y Elias, mucho mejor, pues adems de informar sobre el futuro, podrn describir el viaje por tierra y cielos y ofre cer mucha informacin cosmolgica, de la que tambin se ocupa la apocalptica). La apoca lptica, pues, ya conoce el futuro, pues Dios se lo ha revelado, aunque en clave, y por ello, no vigila sino que calcula con curiosidad el sentido que tiene el mo mento presente para ver lo que falta para el final. De esta manera se consuela, animndose a seguir aguantando este mundo malo, y con la amenaza del juicio inmine nte, pretende infundir temor a los impos y a los que no siguen su modo de procede r. Por otra parte tiene una concepcin totalmente negativa sobre este mundo, total mente malo, y el mundo futuro, que va a crear Dios, despus de destruir ste, por el lo su postura ante los males presentes es la huida, el quitarse de en medio, com o el que se esconde mientras pasa un huracn, ante el cual no tiene nada que hacer . A lo ms, puesto que este mundo est llamado a la destruccin, su cooperacin consisti r en la rebelin armada para acelerar el final de este mundo y la llegada del Reino de Dios. Hay, pues, diferencias claras entre estas dos concepciones del futuro: Esc. Palabra fe curiosidad -vigilar mundo positivo Apoc. Visin curiosidad claridad ~ calcularmundo negativo temor-co n versin temor-huida-amenaza. El espritu apocalptico cre un gnero literario muy importante para expresar sus convicciones, que consta de los siguientes elementos. 1. El vidente recibe informacin de toda la historia, dividida en diversos perodos: unos presentados con detalle y el ltimo de forma ge nrica y a base de tpicos, inspirados en el Da de Yahveh: fenmenos csmicos, calamidade s fsicas y morales, persecuciones, falsos profetas, llegada del Mesas, destruccin d el mundo, resurreccin, juicio, paraso, gehenna... Esta forma de presentar la histo ria responde a la situacin del que est creando la visin: conoce el pasado por la Bi blia y , por 137

ello, lo describe con detalle, pero ignora el futuro, y por ello, amplifica dato s del Da de Yahveh (as, determinando el momento en que se acaba lo concreto y empi eza lo genrico, se puede averiguar el momento en que escribe el autor) 2 Uso de l a pseudoepigrafia, atribuyendo la visin a un personaje importante del pasado, par a darle autoridad y para que el relato pueda tener carcter de visin del futuro El personaje recibe la visin en su poca con el mandato de sellarla y ocultarla para q ue no se conozca hasta que se est en vsperas del ltimo perodo 3 Uso frecuente del le nguaje simblico para presentar los acontecimientos cf alegoras, colores, nmeros, an imales, cuernos, ojos El gnero apocalptico es importante, porque la escatologa tamb in lo emplea, por su gran valor sugerente, para presentar realidades transcendent es, pero con una finalidad totalmente diferente i Origen del discurso escatolgico El mensaje de Jess es claramente escatolgico, pues niega el principio de la apoca lptica, que es el conocimiento del fin ni el Hijo conoce el da ni la hora del fina l (13,32) Por ello es difcilmente atnbuible este discurso a Jess, tal como se encu entra en Me 13, lleno de tpicos apocalpticos Tampoco es atnbuible en todos sus ele mentos a Me, aunque hay algunos caractersticos suyos La cuestin del origen concret o es muy discutida todava hoy, aunque hay cierto consenso de que se trata de un a ntiguo documento apocalptico, que fue cristianizado con la adicin de elementos esc atolgicos Una posible explicacin sera la siguiente DJess predijo la destruccin del Te mplo v, por otra parte, la consumacin de su obra, 2) la comunidad primitiva (un g rupo de escribas judeocnstianos) explcita el pensamiento de Jess en linea apocalpti ca, valindose para ello de tpicos apocalpticos y de algunas sentencias de Jess El do cumento resultante sera Me 13,2 4 7-8 12-13 14-20 24-27 28-29, es decir, prediccin de la destruccin del templo, pregunta de los discpulos sobre el cuando de la cons umacin pn138 mera serie de signos del final (tpicos), segunda serie (tpicos), final, parbola de la higuera, 3)Mc reinterpreta este documento apocalptico en linea escatolgico, int ercalando en el conjunto una serie de sentencias de Jess sobre la necesidad de la vigilancia y su razn, no se sabe el da ni la hora (cf apartado ni minscula = docum ento apocalptico, mayscula = adiciones escatolgicas) Deja as sin sentido "probativo" a los signos del documento apocalptico, pero mantiene su estructura general y as ume su sentido bsico, en el que coinciden escatologa y apocalptica la historia cami na hacia su fin, cumplimiento de las promesas de Dios El resultado es un discurs o en el que sigue presente el tema de los signos del final, pero sin fuerza prob ativa, y en el que el tema bsico es escatolgico la historia camina hacia un final, prometido por Dios y que consiste en la parusa de Jess que vendr a reunir a sus el egidos Como se desconoce el cuando, hay que vivir en constante vigilancia para s uperar las dificultades futuras, como los falsos mesas, falsos profetas y persecu ciones n Sentido bsico Jess, al terminar su ministerio publico, ofrece a los discpu los una visin del futuro el Templo ser destruido, la comunidad sufrir diversos tipo s de dificultades, como falsos mesas, falsos profetas, persecuciones, por lo que deben de vivir en vigilancia, pero l tiene la ltima palabra en la historia y en su parusa vendr a realizar la congregacin escatolgica de su pueblo m Divisin * + * + * + * * introduccin prediccin, cuando, signos del cuando (13,1-5a) EXHORTACIN CONTRA FALSOS MESAS VIGILAD (13,9-13) signos negativos que "se oyen" (13, 5b-6) EXHORTAC IN PARA EL TIEMPO DE PERSECUCIN VIGILAD (13, 9 13) signo positivo que "se ve" la a bominacin de la desolacin que da paso a la "gran tribulacin" en la primera parte de "aquellos das" (13,14-20) EXHORTACIN CONTRA FALSOS MESAS Y PROFETAS VIGILAD (13,21 23) consumacin en la segunda parte de "aquellos das" parusa (13,24-27) parbola de l a higuera para aplicar lo dicho sobre los signos (13, 28-29) 139

+ NOTAS ESCATOLOGICAS: AFECTARA A ESTA GENERACIN (13, 30); EL FINAL ES CIERTO (13 ,31); NO SE SABE EL CUANDO (13,32). + EXHORTACIN CONCLUSIVA A LA VIGILANCIA GENER AL (13,3337) tienen como finalidad afirmar la presencia de Dios para juzgar). El que aparece en la teofana es Jess en su parusa: viene a reunir a sus elegidos. La historia, pue s, camina hacia la reunin del Pueblo de Dios, cumplindose as la promesa (cf Dt 30, 4s; Is 11,11.16; 27,12; 60,4s; Ez 29,37; Zac 2,6-11 (LXX)... la misma idea en Jn 11,51, pero en perspectiva de escatologa realizada: en la Iglesia ya comienza la reunin escatolgica universal). g. Parbola de la higuera (13,28-29). En Palestina l as ramas tiernas de la higuera son signos de que ya ha comenzado el verano: son, pues, fenmenos simultneos. Igualmente son simultneos la parusa y sus signos. h. Pre cisiones complementarias (13,30-32): * El juicio de la parusa afectar a toda gener acin incrdula (13, 30: sentencia oscura y muy discutida. Se desconoce su contexto histrico primitivo; la interpretacin propuesta se justifica a la luz del actual co ntexto en que la coloca Me). * Lo anunciado por Jess se cumplir con toda certeza ( 13,31). * aunque ni el mismo Jess conoce el da ni la hora: slo el Padre (13,32). i. Parbola del portero (13,33-37). Se trata de una composicin de Me a base de la parb ola del portero (Le 13,36-38), la de los talentos (Mt 25,14-15) y elementos prop ios cf falta de lgica que tiene el relato ha de estar el portero vigilando constan temente durante una ausencia larga? Todos tienen que vigilar, porque el hecho es cierto, aunque se desconozca la hora. Vigilar es "no dormir" y orar para evitar la "tentacin escatolgica" (cf Me 14,37.40), para superar el peligro de renunciar a Jess y su obra, el peligro de no responder a los tiempos inaugurados por Jess cf Mt 6,13. iv. Visin del texto. a. Introduccin (13,1-5a). El conjunto est estructurado segn el esquema "en pblico" (declaracin sobre el Templo) en privado" (discurso a cuatro dis cpulos). Jess predijo la destruccin del Templo como un hecho escatolgico, pertenecie nte al final de "este" mundo. La pregunta de los discpulos deja suponer que entie nden final de "este" mundo como final de la historia. b. Exhortacin contra falsos mesas y profetas (13,5b-6.21-23). Por dos veces se exhorta a los discpulos a esta r en guardia para evitar el engao de las especulaciones apocalpticas y de los fals os mesas. c. Signos negativos que "se oyen" (13,7-8). Se trata de una serie de tpi cos del lenguaje apocalptico, que slo indican que la historia ya camina hacia su " parto" (cumplimiento de la promesa de Dios) y que ya han comenzado los "dolores" . d. Exhortacin ante la persecucin (13,9-13): La comunidad debe vivir alerta, pues ser perseguida a causa de Jess y esto lo debe aprovechar para dar testimonio de f orma oficial ante los tribunales. Exhortacin a asumir esta responsabilidad eclesi al, en la que el discpulo ser asistido por el Espritu Santo. Es necesario persevera r hasta la muerte para salvarse. En este contexto difcil ha dispuesto Dios que el Evangelio sea proclamado en todo el mundo. e. Signo positivo que "se ve" (13,14 -20) es la abominacin desoladora, que se concibe como un personaje, el anticristo . Ante su presencia, hay que huir, pues van a comenzar los dias finales, cuya pr imera parte se describe con lenguaje tpico. f. El final (13,24-27) tendr lugar en la segunda parte de aquellos das. Una serie de fenmenos csmicos acompaan la teofana-j uicio (cf tpicos inspirados en la descripcin del Da de Yahveh y que 141 140

II. PARA PROFUNDIZAR 1. Consultar comentarios. 2. Estudios monogrficos. R. BEGUER , Estudio crtico-exegtico de Me 13,32 (significacin escatolgica), AnSem Valencia 5 ( 1965) 131-153. M. de BURGOS NUEZ, Hemos sido creados para la vida y no para la mu erte. La enseanza de Jess sobre la resurreccin segn Marcos 12,18-27. Ciencia Tomista 105 (1978) 529-560. E. CORTES, El secamiento de la higuera a la luz de los prof etas y de sus targumin (Me 11,12-14.20-21), Estudios Franciscanos 69 (1968) 41-6 8 y 70 (1969) 5-23. H. GOLLINGER, La entrada de Jess en Jerusaln: cuna marcha triu nfal? (Mateo 21,1-9; Marcos 11,1-10; Lucas 19,28-40) en Exgesis Bblica. Textos, mto dos, interpretaciones (Madrid, Paulinas, 1979) 127-135. X. LEON-DUFOUR, Estudios de Evangelio. Estudio 9 o (parbola de los viadores homicidas), Barcelona, Estela, 1969. J.L. MESAG, Oseas y la higuera y el templo de Marcos (Me 11,12-25), Miscel lanea Comillensis 41 (1983) 153-158 (= Homenaje al P. Jos Alonso Diaz, ed. por A. Vargas-Machuca y G. Ruiz). S. TALAVERA TOVAR,El pago de impuestos a la potencia ocupante. Jess no se mantuvo neutral, Ciencia Tomista 108 (1981)3-40.

cimiento de Jess es algo que doy por supuesto o constituye una tarea en la que ten go que profundizar constantemente? * Segn Marcos por qu motivos decide el sanedrn ma tar a Jess? por qu? cmo se manifiesta la mala voluntad de los adversarios? Tiene actua lidad todo esto entre nosotros? La religiosidad de mi comunidad se identifica con la de los escribas o con la de la viuda? * De qu tipo es la esperanza de mi comun idad, escatolgica o apocalptica? Cmo debe ser la esperanza cristiana? en qu se debe ma nifestar? Qu significa hoy dia velar? Son frecuentes en nuestro ambiente las actitu des apocalpticas cf "apariciones", testigos de Jehov...? por qu? en qu se manifiesta? e dan casos de falsos cristos y falsos profetas? Vemos la persecucin como ocasin mi sionera? IV. MARCOS PROCLAMADO EN LA EUCARISTA El leccionario B lee cinco percopas de esta seccin, pero de forma que, por la seleccin concreta de percopas y por hacerlo en tr es contextos litrgicos diferentes, no es posible seguir la dinmica interna de Me 1 1-13. * En el Domingo de Ramos se lee Me 11,1-10 inmediatamente antes de la proc esin de los ramos, invitando de esta manera a actualizar en nosotros la decisin fi rme que tuvo Jess de recorrer el camino del mesianismo regio por la muerte y resu rreccin. * En el domingo 31 ordinario presenta el leccionario Me 12,2834 (el manda miento principal) junto con Dt 6,2-6 (mandamiento del amor a Dios) y Hebr 7,23-2 8 (Jess, sacerdote eterno y consumado). En el contexto de la Eucarista las palabra s de los dos mandamientos del amor son una definicin de Jess, el que am con totalid ad a Dios y a sus hermanos, muriendo y resucitando, creando as un nuevo sacerdoci o y sacrificio existencial y convirtindose l mismo en Reino, autobasilea. Slo el qu e ama con totalidad puede llegar a conocer a Jess y participar plenamente la Euca rista. * En el domingo 32 ordinario la liturgia lee 12,38-44 (condenacin de los esc ribas y elogio de la viuda) junto con 1 Re 17, 10- 16 (la viuda de Sarepta que d a a Elias todo lo que tiene) y Hebr 9,24-28 143 III. MARCOS Y EL HOMBRE DE HOY Desde tres puntos de vista esta seccin interpela a los creyentes de hoy, cuestionndoles sobre la idea que tienen de Jess y su obra, sobre la respuesta que estn dando y sobre el carcter de su esperanza. * Cmo^ es Jess, a la luz de los rasgos ofrecidos por estos textos? en qu consiste su obra mesinica ? cmo la realiza? El cono142

(Cristo se ha ofrecido una sola vez, ha entrado en la presencia de Dios y nos ha quitado los pecados). En el contexto de la Eucarista el elogio de la viuda, diri gido especialmente a los discpulos, nos invita a ver a Jess como el que se entrega totalmente y exige esta misma actitud de entrega existencial para poder unirse a l, a la vez que condena como una profanacin el hacer de la Eucarista un medio al servicio de la propia vanidad, orgullo y ambicin. * En el domingo 33 ordinario se lee Me 13,24-32 (parusa) junto con Dan 12,1-3 (resurreccin final de los miembros d el pueblo de Dios) y Hebr 10,11-14.18 (Cristo ofreci un solo sacrificio, est senta do a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta para que sus enemigos sean puestos bajo sus pies). En el contexto del final del ao litrgico el texto de Me ev oca la parusa de Jess, cuando vendr a reunir a su Pueblo, y en el contexto de la Eu carista nos presenta al que est sentado a la derecha de Dios, "sometiendo" a la hu manidad, invitndola a integrarse en su pueblo ahora en la asamblea eucarstica para formar parte despus del pueblo escatolgico. * En el domingo I o de adviento la li turgia lee Me 13,33-37 (exhortacin a la vigilancia) junto con Is 63, 16b-17; 64,1 .3b-8 (el pueblo reconoce su pecado y pide ardientemente la venida salvadora de Dios) y 1 Cor 1,3-9 (fundamentos de la esperanza cristiana: ya han recibido el n uevo ser, ahora tienen que crecer hasta la venida del Seor). La liturgia abre y c ierra el ao litrgico recordando a la Iglesia que es un pueblo peregrino, que camin a en la esperanza hacia la segunda venida del Seor. La Eucarista es presencia del futuro en Cristo resucitado, y por ello, es alimento de la esperanza e invitacin a la vigilancia, tomando en serio el quehacer que el Seor de la Casa ha dejado a cada uno de sus siervos. 8. PASIN Y RESURRECCIN (14,1-16,8) I. Exposicin del tema 1. Origen del relato 2. Contexto finalidad, carcter y conten ido del relato de Me. 3. Visin del texto A. Pasin y muerte i. Preparacin prxima (14, 1-42) a. Conspiracin (14, 1-2) b. Uncin en Betania (14,3-9) c. Ofrecimiento de Jud as (14,10-11) d. Cena Pascual (14,12-31) 1) Preparacin (14,12-16) 2) Anuncio de t raicin (14,17-21) 3) Eucarista (14,22-26) 4) Anuncio de abandono (14,27-31) e. Get seman (14,32-42) ii. Pasin y muerte (14,43-15,47) a. Detencin (14,43-52) b. Proceso judo (14,53-15,1) 1) Introduccin (14,53-54) 2) Sesin nocturna del sanedrn (14 55-64 ) 3) Burlas (14,65) 4) Negaciones de Pedro (14,66-72) 5) Sesin diurna (15,1) c. P roceso romano (15,2-15) 1) Interrogatorio de Pilato (15,2-5) 2) Jess y Barrabs (15 ,6-15) d. Suplicio y muerte (15,16-41) e. Sepultura (15,4247) B. Proclamacin de l a resurreccin (16,1-8) Apndice (16,9-20) II. Para profundizar III. Marcos y el hom bre de hoy IV. Marcos proclamado en la Eucarista. 144

PASIN, MUERTE Y RESURRECCIN (14,1-16,8) I. EXPOSICIN DEL TEMA 1. Origen del relato. Muerte y resurreccin de\fess constituye n el centro de la fe especficamente cristiana, que empez con la experiencia de la resurreccin de Jess, el maestro, cuya muerte haban presenciado los discpulos poco ti empo antes. Esto explica-que el documento ms antiguo del NT, el credo que cita 1 Cor. 15,3-7, tenga como nico contenido este misterio, y el que desde el primer mo mento la muerte de Jess fuera objeto de reflexin teolgica para profundizar en su se ntido y consecuencias a la luz de las Escrituras, interpretada a su vez por la f e pascual, que es la que ilumina positivamente lo que, desde el punto de vista d e la experiencia humana, puede llamarse el fracaso de Jess. Esta reflexin catequtic a sobre el misterio de la muerte y resurreccin de Jess se fue ampliando poco a poc o con las tradiciones sobre el ministerio pblico de Jess, con la finalidad de ofre cer la causa y sentido de este hecho, que es el culmen de toda una existencia. C on razn, pues, se ha dicho que "el Evangelio es la historia de la pasin con un gra n prlogo" (M. Khler). Puesto que los cuatro evangelios tienen en comn el mismo esqu ema bsico desde la detencin hasta la muerte, se suele afirmar que existi un relato breve, con este contenido, que sirvi de fuente a Marcos y Juan. Este relato fue a mpliado de diversas formas por cada evangelista, dando lugar a los cuatro relato s amplios actuales. 147

2. Contexto, finalidad, carcter y contenido del relato de Me. Lo dicho anteriorme nte es totalmente vlido en Me, cuyo relato tiende hacia este momento. En la prime ra parte Jess se revela como Mesas en un contexto en el que los fariseos y herodia nos deciden acabar con l y el pueblo le rechaza. En la segunda parte la primera s eccin est centrada en el anuncio de la muerte y resurreccin, la segunda explica por qu motivos concretos el sanedrn decide matarle. Ahora se va a narrar con amplitud este hecho, al que se dedican 127 versculos, proporcionalmente muchos ms que a to do el resto de la obra (539 versculos). Como seala A. Vanhoye, se trata de un fenme no desconcertante el dedicar tanto espacio al relato de un fracaso, pues todos l os puntos de vista inclinan, si no a la negacin del hecho, s ciertamente a la brev edad. Desde el punto de vista psicolgico, el hombre normal suele amplificar los xi tos y empequeecer los fracasos; desde el Antiguo Testamento y la tradicin juda no s e esperaba un Mesas fracasado y muerto en la cruz... pero la fe, lejos de destrui r el dolor, lo ilumina y lo transforma. La resurreccin ilumina la muerte. La obra principal de Jess es transformar la muerte real en resurreccin. Puesto que el pro blema que tienen los destinatarios de esta obra era una crisis de fe, originada por una concepcin falsa de un Jess triunfal, que incapacitaba para asumir las difi cultades de la vida cristiana, ahora Me. va a subrayar de una forma especial cmo es el mesianismo de Jess, un mesianismo que histricamente se realiza en la debilid ad y en el aparente fracaso, pero que en la misma hondura de este fracaso revela toda su validez, pues le revela como Hijo de Dios. Este es el Jess al que debe c onocer la comunidad cristiana. Entonces no lo conocieron los discpulos, porque an te la dificultad y el aparente fracaso le abandonaron. Slo le reconoci el centurin, al ver cmo mora (15,39). Pero el Resucitado convoca a sus discpulos a Galilea, don de le podrn "ver" y donde contina actuando del mismo modo como actu en su ministeri o terreno, poderoso pero en aparente debilidad. El relato de la pasin est caracter izado por los contrastes y la paradoja. Me. va a presentar la realizacin de un de signio divino, la revelacin del Hijo de Dios, pero lo hace subrayando su debilida d, su angustia, su soledad, el abandono y traicin de sus discpulos, las burlas de los testigos, y todo ello sin explicaciones, dando a todo el relato el tono de u na proclamacin: es la proclamacin del fracaso apa148 rente de Jess, pero un fracaso, que desde la fe es revelador y fuente de vida. Po r ello opone constantemente experiencia histrica y visin de fe. Ciertamente no es la muerte de un hroe estoico, que muere impasible rodeado por sus amigos. Este co ntraste aparece en todo el conjunto (cf 15,39: la muerte revela a Jess como Hijo de Dios) como en muchas de las percopas cf Eucarista en contexto de traicin y aband ono; en Getseman el que se considera Hijo aparece muerto de miedo y angustia, ora , pero el Padre aparentemente no le escucha; vienen los enemigos y sus discpulos le traicionan y abandonan; se declara solemnemente Mesas ante el sanedrn y ste se b urla de l; acusan a Jess y ste calla; Pilato le reconoce justo, pero le condena; el pueblo prefiere Barrabs a Jess; los transentes se burlan de Jess con unas afirmacio nes que son burlas desde la experiencia, pero verdad desde la fe; Jess se siente abandonado y la respuesta histrica es tiniebla, burla e incomprensin... Entre todo s los evangelistas Me. es el que ms insiste en esta caracterstica y lo hace para q ue los discpulos comprendan que Jess vivi una autntica existencia humana, propia de este mundo, donde el fracaso se vive experimentalmente en toda su crudeza y dond e la providencia del Padre se percibe frecuentemente slo desde la profundidad de la fe. Dos temas sirven de hilo conductor a este relato paradjico, el Templo y el Hijo: por ambos motivos deciden matar a Jess (11,18; 12,12), ambos motivos estn e n el centro del interrogatorio del sanedrn (14,58.61s) y de las burlas (transentes : templo cf 15,29s; pontfices: Mesas, Rey cf 15,32), finalmente, despus de la muert e de Jess, dos signos aluden a los dos temas, presentndolos desde una perspectiva ms profunda y real: el velo del templo se rasga, significando que Jess muerto es e l nuevo Templo (15,38) y el centurin, viendo cmo haba muerto, confiesa a Jess Hijo d e Dios (15,39). Tambin subyace al relato Sab. 2 (los impos prueban al justo para v er si es hijo de Dios) cf los impos discurren equivocadamente, oprimen al justo, le ponen trampas (Sab. 2,1.10.12.21.22; Me. 11,18; 12,12.13; 14,1-2.11), porque condena su conducta (Sab. 2,12.14.16; Me. 11,15-17; 12,1-11; 12,38-40) y se pres enta como hijo de Dios (Sab. 2,13.16; Me. 12,6-8; 14,60-62); por ello lo ponen a

prueba con ultrajes y tormentos (Sab. 2,19-20; Me. 15,32) y le condenan a muert e (Sab. 2,20; Me. 14,63-64; 15,1). El relato consta de dos partes desiguales, pr oclamacin de la pasin y muerte, y proclamacin de la resurreccin. A. Pasin y muerte (1 4-15) 149

i. Preparacin prxima (14,1^-2) a. Conspiracin de los adversarios (14,1-2) b. Uncin d e Betania (14,3-9) c. Ofrecimiento de Judas a los pontfices (14,10-11) d. La Cena Pascual (14,12-34): 1) Preparacin (14,12-16) 2) Anuncio de la traicin (14,17-21) 3) La Eucarista (14,22-26) 4) Anuncio de dispersin y congregacin de los discpulos (1 4,27-31) e. Getseman (14,32-42) ii. Pasin y muerte (14,43-15,47) a. Detencin (14,43 -52) b. Proceso judo (14,53-15,1) 1) Introduccin: Personajes (14,53-54) 2) Sesin no cturna del sanedrn (14,55-64) 3) Insultos de los criados (14,65) 4) Negaciones de Pedro (14,66-72) 5)Conclusin y transicin: sesin diurna (15,1) c. Proceso romano (1 5,2-15) 1) Interrogatorio de Pilato (15,2-5) 2) Confrontacin con Barrabs (15,6-15) d. Suplicio y muerto (15,16-41) e. Sepultura (15,42-47) B. Proclamacin de la res urreccin y convocatoria a Galilea (16,1-8) Apndice (16,9-20) mala voluntad) y con la de Judas (relato posterior: entrega por dinero). Jess apa rece como conocedor de su destino mortal, que acepta libremente y, por ello, a p esar de las crticas, acepta la uncin de la mujer como uncin de su cadver, invitando a los presentes a no contraponer esta accin con el cuidado a los pobres. La comun idad deber venerar a Jess y a los pobres. c. Ofrecimiento de Judas a los pontfices (14,10-11). Breve noticia que prepara 14,17ss y 14,43ss. El relato subraya la al egra de los pontfices y el hecho de que Judas fuera "uno de los Doce", es decir, u no del grupo llamado por Jess a la intimidad es el que le traiciona y busca oport unidad para "entregarle" (verbo inspirado en el 4 o poema del Siervo de Yahweh). La entrega va a consistir en avisar a los pontfices, cuando Jess se encuentre en un lugar solitario, donde le puedan prender sin peligro de tumulto popular. d. L a Cena Pascual (14,12-31). Me. da mucho relieve a la cena, que para l es pascual, fiesta de solidaridad y liberacin, que Jess va a vivir en contexto de traicin, aba ndono y prisin. Me. subraya el contraste, colocando el relato de la Eucarista entr e dos anuncios de traicin y abandono. 1) Preparacin (14,12-16). El relato tiene co mo finalidad dar realce a la cena pascual, que se narra a continuacin, y subrayar la libertad del Maestro (slo aqu en labios de Jess), que de dispone a dar una lecc in especial. 2) Anuncio de la traicin de Judas (14,17-21). Me. alude a la presenci a de los Doce, los llamados a convivir especialmente con l y testigos privilegiad os de su obra. Jess anuncia al grupo que uno de ellos, que ahora est comiendo con l , le va a "entregar"; l asume esta situacin de acuerdo con la voluntad del Padre, pero a su vez pondera la malicia y consecuencias de la accin. 3) La Eucarista (14, 22-26). Jess da a los Doce su cuerpo, anticipando la nueva relacin (cuerpo en la a ntropologa hebrea es todo el hombre en cuanto capacidad de relacin), el nuevo modo de estarcon-l, que crear con su muerte y resurreccin. Igualmente les da su sangre, su vida, que, al "entregarse", sellar una nueva alianza, un nuevo modo de estar con l, con Dios y entre ellos, y les promete la consumacin de esta nueva relacin en el banquete del Reino futuro. 4) Anuncio de la dispersin y nueva congregacin de l os discpulos (14,27-31). Despus de la cena, Jess anuncia el abandono general, 151 3. Visin del texto A. Pasin y muerte (14-15) i. Preparacin prxima (14,1-42). a. Cons piracin de los adversarios (14,1-2) La introduccin del relato sita al lector cronolg icamente dos das antes de la fiesta de Pascua y presenta las malas disposiciones de los sanedritas, representados aqu por pontfices y escribas: estaban una y otra vez haciendo planes para apoderarse de Jess con engao (cf 12,12s) para matarle, pe ro quieren hacerlo despus de la fiesta, para evitar tumultos populares. b. Uncin d e Jess en Betania (14,3-9). La postura generosa de la mujer contrasta con la de l os pontfices y escribas (relato anterior: 150

por lo que deber culminar solo su camino, camino para el que han sido especialmen te llamados los Doce, el que hasta ahora han seguido con temor y sin comprender, fracasando as en su vocacin. Pedro, a pesar de sus protestas, llegar incluso a neg arle. Pero Me. subraya que queda an una esperanza, despus de resucitar, Jess los co nvocar a un nuevo encuentro en Galilea, donde reconstruir su discipulado. e. Getse man (14,32-42). Los discpulos acompaan a Jess a Getseman; elige a tres para que sean testigos especiales de la revelacin que va a tener lugar, los mismos que presenci aron su poder taumatrgico y su gloria. Jess se va a revelar como el hombre-hijo, q ue, lleno de temor, angustia y tristeza mortal, pide filial y confiadamente al P adre otra salida a esta situacin, pero aceptando de antemano la soberana decisin d ivina. Una y otra vez persevera en esta oracin (tres veces, nmero perfecto), ante la pasividad y el sueo de los acompaantes, que se duermen y no velan. Me. subraya los aspectos humanos de Jess: comenz a "sentir una terrible sorpresa" ante la muer te inminente cf ekthanbeisthai; "se sinti amenazado por un acontecimiento que ang ustia" cf ademonein; experiment una angustia capaz de producir la muerte; se desp lom en tierra. Subraya igualmente la postura negativa de los discpulos, que no vig ilan, a pesar de que hay que orar para superar la debilidad de la carne, que arr astra consigo las buenas intenciones. Porque no vigilan, a continuacin abandonarn a Jess, a pesar de las buenas declaraciones anteriores cf 14,27-31. Aparentemente no hay respuesta a la oracin de Jess, que tiene que asumir su destino mortal, per o realmente la hay: la misma actitud de asumir resueltamente la muerte, demostra ndo as su cualidad de Hijo, que al final de este proceso declarar el centurin cf 15 ,39. ii. Pasin y muerte (14,43-15,47) a. Detencin (14,43-52). El relato pone de re lieve la libertad de Jess, que afronta conscientemente los acontecimientos, los c ondenj y declara su sentido. Actu pblicamente en el Templo y nadie le pudo acusar ni rebatir entonces; ahora vienen a prenderlo en la oscuridad con garrotes y esp adas, como a un ladrn. Pero todo esto tiene un sentido segn las Escrituras, que Je ss acepta. Con relacin a los discpulos se subraya la gravedad de la traicin por part e de Judas, "uno de los Doce", de los llamados a la intimidad, que hace del beso la seal de la entrega. El resto de los discpulos no saben ms que reaccionar violen tamente en un primer momento y despus huir, dejando slo al Maestro. Es la hora del fracaso del grupo de los llamados a estar-con-l. Por ello no estarn presentes en la hora de la mxima revelacin de Jess. 152 Las alusiones a la Escritura hay que interpretarlas a la luz de la mentalidad mi drsica que tiene el pueblo judo. Esta mentalidad, que consiste en la tendencia a v erlo todo a la luz de la voluntad de Dios y, para ello, relacionado con la Escri tura, en la que est contenida y manifiesta, tiene como finalidad iluminar los hec hos especialmente los difciles, para encontrar consuelo y fortaleza que ayude a a frontarlos. Es una mentalidad que tambin compartimos nosotros los cristianos ahor a, cuando referimos con esta finalidad un hecho difcil a Dios, pero mientras que nosotros lo hacemos de forma genrica, contentndose con saber que Dios hace coopera r todas las cosas, incluso las negativas, para el bien de los que le mana (cf Ro m 8,28), aunque no sepamos en concreto cmo esta realidad negativa pueda ser buena , el judo, que tiene una mentalidad concreta, buscar textos bblicos concretos que l e permitan realizar la conexin entre el hecho y Dios. La finalidad, pues, de esta s referencias a la Escritura no es afirmar que Dios predijo y quiso positivament e que Jess muriera violentamente, sino que este hecho negativo, causado directame nte por la mala voluntad de los hombres, tiene un sentido ante Dios, por lo que Jess lo asume. Realmente es una consecuencia de la opcin que ha hecho Jess de hacer la voluntad del Padre hasta las ltimas consecuencias, lo cual revela su amor al Padre y el amor del Padre a los hombres. Dios Padre quiere positivamente esta op cin. b. Proceso judo (14,53-15,1). Dos procesos llevan a Jess a la muerte, uno judo y otro romano. El judo est centrado en las dos reuniones del sanedrn, tribunal supr emo del pueblo judo, que le juzga sobre su mesianismo. 1) Despus de una introduccin (14,53-54), en la que se presentan los diversos personajes que van a intervenir (Jess, sanedrn, criados, Pedro), se pasa a la 2)Sesin nocturna del sanedrn (14,55-6 4), uno de los puntos capitales del proceso y que, desde un punto de vista histri co y jurdico, es problemtico. Por vez primera se encuentra Jess ante el mximo organi

smo oficial de su pueblo, que se rene oficialmente para juzgarlo (anteriormente h ubo otro encuentro, pero no fue oficial cf 11,27-12,12). Reaparecen los dos moti vos contra Jess, el Templo y el Hijo. Jess se revela oficialmente como Hijo del Be ndito, pero el tribunal le condena a muerte y los criados se burlan cf tema del contraste. 153

Me. seala la mala intencin del tribunal. Presenta a los falsos testigos que acusan a Jess de anunciar la destruccin del Templo (modo paradjico de presentar que tiene Me: no dijo realmente Jess esto? por qu, pues, es falso testimonio?). Jess no respon de. Pregunta solemne sobre el Mesas, Hijo (cf. 1,1). Es un momento cumbre en la r evelacin de Jess, en que cesa el secreto mesinico. Jess afirma ser el Mesas, Hijo, pe ro de una forma que determina el contexto en que se encuentra, en la pasin. Esta pasin ser el comienzo de su exaltacin-parusa, a la que est sujeto el tribunal que lo juzga. El pontfice considera blasfema esta respuesta y el tribunal le condena a m uerte. 3)Insultos a los criados (14,65), que se rien de Jess con motivo de su dec laracin mesinica. Se burlan del Mesas-Profeta cf Dt. 18, 15. 4) Pedro niega a Jess ( 14.66-72) por tres veces (cf nmero perfecto), cobardemente, mientras Jess, valient emente y jugndose la vida, estaba dando testimonio de su persona y misin. Pedro sie mpre con su nombre teolgico haba seguido a Jess "desde lejos", pero en el momento de la dificultad le niega. Me. subraya la fuerza de la negacin de este discpulo (cf 14,71), con una misin especial dentro del grupo llamado a la intimidad, pero tamb in que record lo que le haba anunciado Jess y llor. Por este arrepentimiento tendr la posibilidad de volver y ser convocado a Galilea. 5) La sesin diurna del sanedrn (15 ,1) sirve de conclusin y transicin al proceso romano. Se renen con la finalidad de r atificar legalmente lo acordado en la sesin nocturna, que no tena valor legal? Me. subraya la "entrega" oficial del sanedrn a Pilato. c. El proceso romano (15,2-15 ) consta de dos escenas y est centrado en la realeza de Jess. 1)interrogatorio de Pilato (15,2-5). El sanedrn traduce el ttulo Mesas a trminos inteligibles por un gen til, rey de los judos, que dicho sin ms resulta tremendamente ambiguo y polticament e peligroso. Esto les permite presentar la acusacin contra Jess de forma que inter ese al gobernador romano. Pilato pregunta a Jess s es verdad que es rey de los judo s. El "t lo has dicho" de Jess tiene como finalidad subrayar la ambigedad de la pre gunta, que Jess ni afirma ni niega. Los pontfices aparecen muy activos en la causa contra Je154 sus. Pilato le invita a defenderse, pero Jess ya no hablar nada hasta el grito de la cruz; por ello el gobernador se maravillar ante este silencio misterioso (cf I s. 53,7) que le desconcierta. 2) Confrontacin con Barrabs (15,6-15). Me. destaca p or una parte el contraste paradjico entre el justo y el criminal: el Justo va a m orir en lugar del criminal, hecho que anuncia el carcter sustitutivo que va a ten er esta muerte. Por otra parte, destaca la envidia de los pontfices, que manejan al pueblo. Ellos ponen las ideas y el pueblo los gritos. As el rey de los judos es rechazado por su pueblo y el dbil Pilato lo "entrega" a la crucifixin, "despus de haberle hecho azotar" (ntese como Me. no subraya los aspectos dolorosos). d. Supl icio y muerte (15,1641). Es el culmen de la revelacin de Jess, junto con la procla macin de la resurreccin. Me. subraya los contrastes paradgicos: l)Los soldados se b urlan de Jess como rey (15,16-20), de acuerdo con el tema central de este proceso (cf los criados del sanedrn como mesas). Desde la experiencia histrica todo es una burla, pero desde la fe es una realidad: en la pasin Jess se est haciendo rey. 2) La crucifixin (15,21-28). El relato es sobrio, sin subrayar los aspectos sangrien tos. Simn de Cirene, personaje conocido, es testigo de este hecho. El dato de que Jess no tomara el vino mirrado, sugiere que quiere morir conscientemente. El rep arto de ropas alude al salmo 22,18s, oracin de un justo oprimido. Al afirmar que era la hora de tercia (9 de la maana) cuando le crucificaron, introduce Me. un es quema horario, que seguir a continuacin (cf sexta y nona) y que posiblemente se in spira en el lenguaje apocalptico y tiene como finalidad presentar los acontecimie ntos como pertenecientes a la consumacin final y con un sentido dentro del plan d e Dios. El ttulo sobre la cruz evoca de nuevo la paradoja de la realeza de Jess, a l igual que el dato de los malhechores crucificados con l (15,28 es una glosa y n o es autntico). 3) Las burlas (15,29-32) estn relacionadas con los dos motivos de la muerte. Los transentes se rien de Jess como el-que-est-destruyento-y-reedificand o-el-Templo (participio de presente, ahora, en este momento est realizando la acc in y se le puede designar con ella). Paradoja: burla desde la experiencia, pero v erdad desde la fe. A su vez los pontfices se burlan del que se ha confesado MesasRey y le piden igualmente que baje de la cruz para que crean. Jess se 155

quedara en ella, haciendo asi de la cruz un motivo de credibilidad Igualmente se burlan los que estaban con el Jess aparece asi solo, rodeado por la burla y el d esprecio de todos, incluso de sus compaeros de suplicio 4)Muerte de Jess (15,33-37 ) La hora de sexta aparece como hora de tinieblas, la hora del juicio de Dios (A m 8,9) y Jess la vive como opresin, no como liberacin, sintindose psicolgicamente aba ndonado por el Padre Pero en su soledad se aferra a el y en la hora de nona grit a con todas las fuerzas su abandono con las palabras del salmo 22,1 De nuevo la paradoja Dos oraciones enmarcan asi la pasin de Jess, Gttsemam y esta que sugieren confianza filial y abandono, cercana y lejana de Dios La reaccin de los presentes marca el contraste no entienden ni el sentido del grito ni el del mesianismo de Jess Y Jess, dando una fuerte voz expiro 5) Signos (15,38-41) que siguen a la muer te y explican su sentido El \elo rasgado del Templo certifica la verdad de la ob ra de Jess, elque-destruye-y-edifica-el-Templo La confesin del centurin romano (pro totipo del lector de Me) reconoce al hombre Jess como Hijo de Dios "al ver como h aba muerto" La cruz es asi la gran epifana de Jess Los discpulos han huido y no estn presentes en ella, pero s lo estn las mujeres-discipulas, una especie de replica d e los tres discpulos predilectos, que han acompaado a Jess y son testigos de este h echo real e Sepultura (15,42-47) Los discpulos han huido, solo un simpatizante ti ene la audacia de reclamar y enterrar el cadver de Jess El relato subraya la reali dad de la muerte La presencia de las mujerestestigos lo confirma y prepara la pe ncopa siguiente B Proclamacin de la resurreccin (16,1-8) La finalidad del relato n o es contar el hecho de la resurreccin de Jess, que no se narra en todo el Nuevo T estamento, sino presentar uno de los momentos en que se proclama el misterio que ya ha sucedido * Nueva paradoja las mujeres van al sepulcro con un proyecto car itativo, preocupadas por la piedra grande, y se encuentran con lo inesperado, la proclamacin de la resurreccin * El kerygma pascual se conoce por revelacin de Dios y por la fe, no como consecuencia de la piedra removida ni del sepulcro vacio, 156 que son hechos ambiguos que, en este contexto, solo subrayan el poder de Dios El joven vestido de blanco es el enviado de Dios y el temor de las mujeres muestra la reaccin ante la presencia de lo celestial ambos elementos muestran que el men saje viene de Dios Dios quiere revelar el misterio, por eso "no temer" ante su r evelacin Fl kerygma se formula con una formula antittica, como las que usa la comu nidad primitiva buscan al hombre histrico Jess de Nazaret, el Crucificado ^ a resu citado' y, por eso no esta aqu Pueden ver el sitio donde lo colocaron 6 se usaba este relato en una celebracin de la resurreccin junto al sepulcro vacio 9 * Mandat o de avisar a Pedro y todos los dems discpulos que vayan a Galilea, donde le podra n "vei" Galilea es un lugar geograeoteologico el lugar donde actu y se revelo Jess en la debilidad durante su ministerio y el lugar donde continua actuando eficazm ente ahora, resucitado, pero tambin en aparente debilidad Los discpulos, que le ha n abandonado, reciben una nueva invitacin de seguir a Jess Deben de "ir a Galilea" y "ver" all al Resucitado para ser testigos, reanudar el estar-con-el y seguirle sin temor, actualizando el seguimiento en la misin entre dificultades Pero para ello deben aceptar el nuevo orden de valores proclamado por Jess con su muerte y resurreccin * Las mujeres, llenas de espanto, no dicen nada Final discutido fe pa scual de la comunidad no procede del testimonio de las mujeres sino del de Pedro y los discpulos, que vieron a Jess en Galilea} 6Se perdi el fmal primitivo, que ac aba con el relato de una aparicin en Galilea cf Mt 28,16-20) Posiblemente Me deja conscientemente la obra incompleta, sin narrar ninguna aparicin fmal a pesar de que conoce por la tradicin que Jess se apareci a Pedro y a los discpulos y que a tra vs de su testimonio les ha llegado la fe Con ello invita al lector a completar el relato con su propia experiencia personal de seguimiento a Jess, superando el te mor, yendo a Galilea, "viendo" a Jess y dando testimonio de el Solo asi se puede conocer a JesusEvangeho, que es el objetivo de esta catequesis 6la El apndice (16,9-20) recoge tradiciones paralelas a Jn 20, 11-18 (Mara Magdalena), Le 24, 12-35 (Emaus), Le 24, 36-49 Jn 20, 1923, Mt 28, 18-20 (comida y misin), L e 24,50-53 (ascensin) No es autntico, es decir, no ha sido compuesto por Me, pero

es cannico e inspirado y, por ello, palabra de Dios Est atestiguado desde I a part e deis II T>7

II. PARA PROFUNDIZAR 1 Consultar comentarios. 2 Estudios monogrficos i. Generales P BENOIT, Pasin y resurreccin de Jess, Madrid, Fax (Actualidad Bblica 24), 1971 H C OUSIN, Los textos evanglicos de la pasin, Estella, Verbo Divino, 1981 J JEREMAS, Te ologa del Nuevo Testamento (Salamanca, Sigeme, 1974) 321-359 (para aspectos histric os y bblicos). W KASPER, Jess el Cristo (Salamanca, Sigeme, 1976) 138-196 (para asp ectos teolgicos) A RODRGUEZ CARMONA, Comentario exegtico-homiltico a Marcos 14-15: l a pasin, Misin Abierta 66 (1973) 73-76. * A VANHOYE, Estructura y teologa de los re latos de la pasin en los sinpticos, Selecciones de Teologa 9 (1970) 107-118. ii. Pa rticulares X ALEGRE, Un silenci eloquent, o la paradoxa del final de Marc: "I no digueren res a ning perqu tenien por" (Leccin inaugural del curso 1984-85), Barcel ona, Facultad de Teologa, 1984 J ALONSO DAZ, Historicidad del Evangelio de Marcos en la presentacin de la muerte de Jess como redentora, Estudios Bblicos 21 (1962) 2 3-36, La resurreccin de Jess en las discusiones recientes, Cultura Bblica 27 (1970) 12-23. A BENITO, Marcos 16. Redaccin y hermenutica, Salmanticensis 24 (1977) 279305 M de BURGOS NUEZ, La comunin de Dios con el crucificado. Cristologa de Me. 15,2 2-39, Estudios Bblicos 37 (1979) 243266 J CABA, El mensaje de Marcos sobre la res urreccin de Jess, en Resucit Cristo, mi esperanza (Madrid, BAC, 1986) 117-138. B CE LADA, Resurreccin al tercer da, segn las Escrituras. Antecedentes antiguo-testament arios, judos y orientales, Cultura Bblica 27 (1970)337-342 158 F R COLINO, Autenticidad crtico-histrica de la conclusin cannica (Me. 16,9-20), Stud ium Legionense 7 O 966) 177-224 J. DELORME, Resurreccin y tumba de Jess. Me. 16,18 en la tradicin evanglica, Selecciones de Teologa 9 (1970) 119-130 P FIEDLER, Quin e s el culpable de la muerte de Jess? (Marcos 15,1-15). Un viejo reproche y sus con secuencias, en Exgesis Bblica: textos, mtodos, interpretaciones (Madrid, Paulinas, 1979) 137-144 J GARCA de GALDEANO La muerte de Jess El hecho y su significado, May euca 10 (1984) 3-41 M HERRANZ MARCO, El proceso ante el Sanedrn y el ministerio pbl ico de Jess, Estudios Bblicos 34 (1975) 83-111, 35 (1976) 49-78 187-221, Un proble ma de crtica histrica en el relato de la pasin: la liberacin de Barrabs, Estudios bbli cos 20 (1971) 137-160. J JEREMAS, La Ultima Cena Palabras de Jess, Madrid, Cristia ndad, 1978 0 KNOX, Por qu buscis entre los muertos al que est vivo? (Mateo 28, 1-10; Marcos 16, 1-8; Lucas 24,1-11. Juan 20,1-18), en Exgesis Bblica: textos, mtodos, i nterpretaciones (Madrid, Paulinas. 1979) 151-157 X LENDUFOUR, La fraccin del pan. C ulto y existencia en el Nuevos Testamento (Madrid, Cristiandad, 1983)220-228 237 -258 J LUZARRAGA, Retrotraduccin semtica de Phobeomai en Me. 16,8, Bblica 50 (1969) 497-510 1 MAISCH, La fecha de la pasin de Jess (Marcos 15,42-47, Juan 19,38-42), en Exgesis Bblica: textos, mtodos, interpretaciones (Madrid, Paulinas, 1979) 145-15 0 F MENDOZA, El jueves, da de la Ultima Cena, Estudios Bblicos 23(1964)5-40. E NAR DONI, Por una comunidad libre. La Ultima Cena segn Me. 14,22-25 y el xodo, Revista Bblica (Argentina) 33 (1971) 2742 J. R SCHEIFLER, El salmo 22 y la crucifixin del Seor, Estudios Bblicos 24 (1965) 5-83 M. de TUYA, La doctrina eucarstica en los si npticos, Ciencia Tomista 84 (1957) 217-281. .59

A. VARGAS MACHUCA, Por qu condenaron a muerte a Jess de Nazaret?, Estudios Eclesisti cos 54 (1979) 441-470. III. MARCOS Y EL HOMBRE DE HOY Marcos no intenta darnos u na crnica pormenorizada de la pasin y resurreccin de Jess sino que ofrece una relect ura de estos hechos centrales de Jess para que descubramos en el