2005, Chernilo Mascareno (1)

30
17 PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX N o 3 / 2005 · pp. 17 - 45 · UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO D. CHERNILO Y A. MASCAREÑO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL Daniel Chernilo * y Aldo Mascareño ** UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL: OBSTÁCULOS Y PERSPECTIVAS DE LA SOCIOLOGÍA EN AMÉRICA LATINA RESUMEN Lo propio del conocimiento sociológico es intentar capturar las particularidades históricas, geográficas y culturales del mundo moderno mediante la adopción del punto de vista universalista que permite la idea de sociedad. Hoy en día, a inicios del siglo XXI, eso significa describir la sociedad contemporánea como sociedad mundial: ya no existen regiones particulares del globo que escapen a la presión por una integración normativa universalista bajo criterios cosmopolitas ni a la coordinación estructural bajo las exigencias de la diferenciación funcional. El objetivo de este artículo es reconstruir, a partir de la tensión entre universalismo y particularismo, tres obstáculos que la sociología latinoamericana ha enfrentado, así como también esbozar caminos en los que ellos se desdoblan y parecen indicar soluciones posibles. PALABRAS CLAVE Sociología, América Latina, sociedad mundial, cosmopolitismo, diferenciación funcional I La definición de la sociedad sobre la base de criterios normativos universalistas o desde el punto de vista de su diferenciación sistémica, tiene como consecuencia la existencia de sólo una sociedad: la sociedad mundial. Sea en un sentido neokantiano, bajo el cual la * Sociólogo, Universidad de Chile. Doctor en Sociología, Universidad de Warwick (UK). Académico del Departamen- to de Ciencias Sociales de la Universidad Alberto Hurtado. E-mail: [email protected]. Este trabajo es parte del proyecto FONDECYT (3040004). ** Doctor en Sociología, Universidad de Bielefeld. Académico del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Alberto Hurtado. E-mail: [email protected]. Este trabajo es parte del proyecto FONDECYT (1040266).

description

ch

Transcript of 2005, Chernilo Mascareno (1)

  • 17

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    Daniel Chernilo* y Aldo Mascareo**

    UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL:OBSTCULOS Y PERSPECTIVAS DE LA SOCIOLOGA EN

    AMRICA LATINA

    RESUMEN

    Lo propio del conocimiento sociolgico es intentar capturar las particularidadeshistricas, geogrficas y culturales del mundo moderno mediante la adopcin del puntode vista universalista que permite la idea de sociedad. Hoy en da, a inicios del siglo XXI,eso significa describir la sociedad contempornea como sociedad mundial: ya no existenregiones particulares del globo que escapen a la presin por una integracin normativauniversalista bajo criterios cosmopolitas ni a la coordinacin estructural bajo las exigenciasde la diferenciacin funcional. El objetivo de este artculo es reconstruir, a partir de latensin entre universalismo y particularismo, tres obstculos que la sociologalatinoamericana ha enfrentado, as como tambin esbozar caminos en los que ellos sedesdoblan y parecen indicar soluciones posibles.

    PALABRAS CLAVESociologa, Amrica Latina, sociedad mundial, cosmopolitismo, diferenciacin

    funcional

    I

    La definicin de la sociedad sobre la base de criterios normativos universalistas odesde el punto de vista de su diferenciacin sistmica, tiene como consecuencia la existenciade slo una sociedad: la sociedad mundial. Sea en un sentido neokantiano, bajo el cual la

    * Socilogo, Universidad de Chile. Doctor en Sociologa, Universidad de Warwick (UK). Acadmico del Departamen-to de Ciencias Sociales de la Universidad Alberto Hurtado. E-mail: [email protected]. Este trabajo es parte delproyecto FONDECYT (3040004).

    ** Doctor en Sociologa, Universidad de Bielefeld. Acadmico del Departamento de Ciencias Sociales de la UniversidadAlberto Hurtado. E-mail: [email protected]. Este trabajo es parte del proyecto FONDECYT (1040266).

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    18 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    nocin de humanidad operacionalizada en el siglo XX a travs de la frmula de derechoshumanos que no pueden ser sino universales, es decir, aplicables a la humanidad comoun todo; sea en un sentido sistmico que observa la expansin evolutiva de estructurasfuncionales de creciente alcance universal, lo cierto es que en los inicios del siglo XXI yano es posible encontrar islas de socialidad, es decir, no existen ya regiones del globo en lascuales la integracin normativa universalista bajo criterios de cosmopolitas o lacoordinacin estructural bajo las exigencias de una comunicacin sistmicamentecoordinada, no tenga consecuencias importantes, en muchos casos decisivas, para losordenamientos regionales y/o nacionales a lo largo del planeta, sean ellas observadas ono.1

    La sociologa, toda sociologa que desde cualquier espacio regional del globo quieraser elaborada, no puede sino tener en cuenta este hecho; no puede sino pensar que susdiagnsticos localmente situados, intereses temticamente restringidos y conclusionesespacialmente acotadas, encuentran sus obstculos y tambin sus nuevas perspectivas enese horizonte normativo ltimo y en esas condiciones estructurales universales que hemosdenominado sociedad mundial.

    Lo que puede ser comprendido como sociologa latinoamericana, no es ajena a estaexigencia, aunque la ha manejado con indecisin. Por un lado, su referencia a AmricaLatina ha sido, con mucho, ms importante que la tematizacin de las tradicionesnacionales. Sin embargo, le ha sido difcil zafarse de una idea de sociedad identificadacomo estado-nacin y de una concepcin identitaria entendida como ethos inmutable.Por otro, ha debido apropiarse de las teoras sociolgicas ms abstractas y generalesdisponibles pero que han sido creadas en, y pensadas para, momentos histricos y contextossociales que no son los vividos en Latinoamrica. La relativa debilidad terica de lasociologa latinoamericana le ha obligado a confrontar el carcter universalista que espropio del canon sociolgico. A su vez, sin embargo, parte de ella (buena parte) no halogrado superar una visin particularista y ha entendido la modernidad latinoamericanacomo versin incompleta de la europea o ha reflexionado sobre el ethos identitario propio,ponindose al servicio de los actores.

    En este texto queremos develar los obstculos de la sociologa latinoamericana frentea la universalidad normativa y estructural de la sociedad mundial. Buscamos describir susperspectivas y posibilidades en un mundo que ya no acepta descripciones falsamenteabstractas ni ingenuamente particularistas. Intentamos observar las debilidades de lareflexin sociolgica latinoamericana frente a un nuevo escenario universalista realizado,rescatar sus fortalezas ante ese estado de cosas y proponer caminos de exploracin para

    1 Para el concepto de sociedad mundial, vase LUHMANN, NIKLAS, Die Gesellschaft der Gesellschaft, Suhrkamp, Frankfurt,1997, y STICHWEH, RUDOLF, Die Weltgesellschaft. Soziologische Analysen, Suhrkamp, Frankfurt, 2000. En espaol sobreel concepto de sociedad mundial, MEREMINSKAYA, ELINA y ALDO MASCAREO, La desnacionalizacin del derecho yla formacin de regmenes globales de gobierno, en MARTINIC, MARA DORA y MAURICIO TAPIA (eds.), Sesquicentenariodel Cdigo Civil de Andrs Bello: Pasado, presente y futuro de la codificacin, Tomo II, Lexis-Nexis, Santiago, 2005, pp.1391-1427.

  • 19

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    avanzar en su conocimiento. Un esfuerzo de esta naturaleza gana en amplitud, pero nopuede sino limitar su profundidad. Por esto, nuestro objetivo ltimo no es seguir cadasugerencia hasta sus consecuencias finales, sino fundamentalmente sustentar laplausibilidad de lo propuesto. De ello deriva el carcter programtico de estas pginas.

    El texto se inicia con una reflexin sobre la pretensin de conocimiento universalistaque es propia del canon sociolgico a partir de la referencia inmanente a la idea de sociedad,para desde aquel punto de vista abstracto formular los obstculos epistemolgicos a losque ha de hacer frente la sociologa latinoamericana del siglo XXI (II). El artculo continacon una crtica a lo que denominamos el obstculo estructural de la sociologalatinoamericana: la bsqueda de una identidad sustantiva que ha conducido a la sociologacontinental a observar Amrica Latina como versin limitada de la modernidad europea,y que se opone a la posibilidad de ser comprendida como una trayectoria posible de lamodernidad (III). El momento estructural da paso al obstculo normativo, una crtica ala adopcin de los estados-nacin o del ethos identitario regional como equivalentes de laidea de sociedad, lo que en un contexto contemporneo puede situarse frente a losprincipios del cosmopolitismo: la semntica universalista de la sociedad mundial a la quela sociologa latinoamericana no logra acceder con claridad (IV). Ambos obstculos danas vida al tercer desafo, el de la autonoma del saber sociolgico en Amrica Latina. Unacrtica a la autocomprensin de la disciplina en la regin latina como una tecnologa detransformacin social al servicio de particularismos polticos antes que como un modode interpretacin, descripcin y crtica de la creciente interpenetracin entre los contextosregionales y el contexto global de una emergente sociedad mundial (V). Finaliza el artculocon una breve conclusin (VI).

    II

    Desde su nacimiento, la sociologa busc siempre un alto nivel de abstraccin en susformulaciones. Mientras los antroplogos recorran el mundo en busca de lo extico y elhistoricismo se fascinaba con los principios ideogrficos, las primeras generaciones desocilogos que hoy reconocemos como clsicos de la disciplina (desde Marx a Parsons,pasando por Weber, Durkheim y Simmel), buscaban un fundamento universalista quepermitiera examinar la unidad de las diferencias observadas. Por cierto, cada uno de ellosdesarroll estrategias metodolgicas diferentes para responder a esa pretensin poco nosimporta aqu si este desafo se resolvi mediante una dialctica entre esencia y apariencia,tipos ideales o positivismo. Todos, no obstante, cimentaron con claridad un fundamento:cuando se trata de la sociedad, la mirada debe situarse en el ms alto nivel de abstraccin.En ello radica lo clsico de la sociologa clsica: en la pretensin universalista que operacomo principio regulativo del anlisis social.2

    2 CHERNILO, DANIEL, A quest for universalism: Re-assessing the nature of classical social theorys cosmopolitanism,European Journal of Social Theory, 9, 4, 2006, en prensa.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    20 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    Esta pretensin universalista implica hacerse la pregunta respecto de qu hace a lasociologa sociologa, o en otras palabras, requiere hacerse cargo del problema del nivelde abstraccin en que ha de fundarse la reflexin sociolgica para merecer tal apelativo.En ello, el universalismo de la sociologa no es una renuncia a la particularidad cultural nial acontecimiento histrico. Es ms bien el intento de establecer las condiciones deposibilidad de algo que podamos denominar conocimiento a partir de la incontestablevariabilidad emprica del mundo despus del quiebre del antiguo rgimen. Unordenamiento social estratificado resuelve la unidad en su interior y califica como anomalalo ajeno o como ajeno lo anmalo. Un ordenamiento moderno debe buscar otro camino.La sociologa es la ciencia de ese camino; es la ciencia de la sociedad, de una sociedad quees mundial en los inicios del siglo XXI.

    La idea de sociedad se mueve as en un equilibrio precario entre lo particular y especficoque es propio de la descripcin de cualquier fenmeno emprico, y el momento universal,general e incluso necesario en que el caso particular se hace pertinente. Con la idea desociedad lo concreto y nico adquiere sentido universal: se hace empricamente relevanteaquello que ya es filosficamente plausible y filosficamente necesario aquello que ya esempricamente urgente. En este sentido, la sociedad puede entenderse como idealregulativo, como el objeto de conocimiento tanto imposible como necesario de lasociologa.3 Imposible porque su unidad no puede ser aprehendida empricamente, ni laabstraccin de su concepto descrita exhaustivamente; necesario porque sin la sociedad nohay posibilidad de formular lo particular como variacin o como momento de lo universal;no hay posibilidad de dar cuenta de la sociedad mundial. En cada trazo de sociologa seactiva esta diferencia, en cada descripcin concreta se elude y, a la vez, se alcanza lasociedad, pues toda reflexin sobre relaciones sociales lleva siempre consigo alguna idea ms o menos explcita, ms o menos abstracta de ella. Slo por esto, la sociologa puededescribir lo local reencontrando en ello lo universal y de ese modo criticar lo particularcomo momento incompleto de lo universal; se convierte as en una disciplina de ladescripcin estructural y crtica normativa de la sociedad mundial.

    Qu sucede, sin embargo, cuando la sociologa se ve presa de particularismos y renunciaa encontrar lo universal en su objeto?, qu sucede cuando las exigencias polticas y lospesos ideolgicos se instalan por sobre las consideraciones tericas y las evidenciasempricas?, qu ha de hacerse ante conclusiones y opciones sociolgicas de pretensingeneralista formuladas desde y para rincones nacionales o resguardos ticos autovalidantes?,cul es el camino que se debe seguir cuando lo universal se confunde con homogeneidady la diferencia con atraso? Desde los das arcaicos del pensamiento protosociolgicodecimonnico, pasando por el ensayismo parasociolgico de la primera mitad del siglo

    3 CHERNILO, DANIEL, El rol de la sociedad como ideal regulativo: Hacia una reconstruccin del concepto de sociedadmoderna, Cinta de Moebio, 21, 2004, en www.moebio.uchile.cl (enero 2006); tambin SCHRADER-KLEBERT, KARIN,Der Begriff der Gesellschaft als regulative Idee, Soziale Welt, 19, pp. 97-118, 1968. Sobre el concepto de idealregulativo en la filosofa, EMMET, DOROTHY, The role of the unrealisable: A study in regulative ideals, New York, St.Martins Press, 1994.

  • 21

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    XX y los esfuerzos disciplinarios por consolidarse en la segunda mitad, buena parte de lasociologa latinoamericana ha visto lo universal como un horizonte que debe ser negadopor la fuerza de una particularidad sustentada en liberacin poltica, convencionalismomoral o eticidad esencialista.

    Sin duda en cada momento han existido excepciones. Largos pasajes en las obras deGermani, Lechner, Larran, Cardoso y Faletto, por ejemplo, expresan el ms claro sentidode abstraccin que permite captar la universalidad del acontecimiento, su interdependenciacon el mundo, su contribucin a la formacin de la sociedad mundial tanto en el planoestructural como normativo. Sin embargo, en buena parte de la tradicin sociolgicalatinoamericana, la reificacin de lo propio ha prevalecido. Por compromisos polticos omotivaciones personales se oscurece el componente universal de los clsicos y se calificasus intentos de aplicacin en Amrica Latina como colonialismo terico; se degrada aMarx al estatus de activista, a Durkheim al de pequeoburgus, a Weber y Parsons al dereaccionarios; algo similar a lo que parece comenzar a suceder hoy con la calificacin deHabermas como moralista y de Luhmann como tecnlogo. El empleo de sus categorassera slo prueba de la alienacin de quien las usa respecto del verdadero sentido de AmricaLatina.

    Con una visin de este tipo es difcil constituir en Amrica Latina una sociologa quequiera entender la particularidad de la regin como momento de la universalidad de lasociedad mundial, tanto en un sentido estructural como normativo. La sociologalatinoamericana se ve, en reiteradas ocasiones, impedida de la descripcin estructural yde la crtica normativa de la sociedad mundial desde la especificidad de lo local, puestiende a ver lo local como una imagen autocontenida sin sustrato de universalidad. As,cualquier descripcin estructural es preferentemente de nivel estatal-nacional ygeneralmente entendida en trminos de caractersticas demogrficas y datos econmicos,y las evaluaciones normativas son regularmente prescripciones concretas de carcterpreconvencional o convencional, rara vez postconvencionales.

    En la tradicin de Gaston Bachelard y que Luhmann ha popularizado para la sociologacontempornea,4 queremos hablar aqu de los obstculos epistemolgicos de la sociologalatinoamericana que le dificultan a ella la descripcin estructural y la crtica normativa dela sociedad mundial. Las consecuencias especficas de cada obstculo, sus principalesrepresentantes y lo que por ellos no se observa, se vern en los apartados posteriores.Ahora, formulados sintticamente, los obstculos de la sociologa en Amrica Latina paraenfrentar la descripcin estructural y crtica normativa de la sociedad mundial suponen:

    que la modernidad latinoamericana es una versin limitada de la modernidadeuropea (o de la derivada norteamericana) y que, por tanto, sta seala el caminofuturo de aquella o su punto de fuga (obstculo estructural);

    4 LUHMANN, NIKLAS, op. cit.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    22 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    que la sociedad de la sociologa latinoamericana adquiere la forma de la unidadterritorial del estado-nacin o de comunidades ticas de carcter particularista(obstculo normativo);

    que el conocimiento sociolgico es un instrumento al servicio de la modelacinpoltica de la sociedad y que consecuentemente debe transformarse en programade accin para ser aplicable al contexto latinoamericano (obstculo de falta deautonoma).

    En ello, los obstculos funcionan integradamente. Si el conocimiento sociolgico esentendido desde el primer obstculo la versin limitada de la modernidad europea lapregunta ser en qu medida el estado-nacin o la comunidad tica se adapta a, o rechaza,ese estndar y, consecuentemente, qu tipo de conocimiento sociolgico es til para unou otro propsito. Si, en cambio, la sociologa es observada desde el segundo obstculo desde la unidad del estado-nacin o de la comunidad se le exigir un determinado tipode eleccin poltica que identifique a esa nacin o a esa comunidad, as como consecuenciaideolgica y prctica con tal eleccin y un posicionamiento ante modelos europeos deaceptacin (desarrollismo, liberalismo, democratizacin) o de rechazo (indigenismo,esencialismo, populismo). Finalmente, si el punto de entrada es el tercer obstculo lasociologa como instrumento de modelacin poltica ella se pone al servicio de los actoresen el plano nacional para entregarles justificaciones acerca de decisiones ideolgicas sobrecmo avanzar en Amrica hacia estndares europeos, o sobre cmo realizar en la prcticalas utopas de las comunidades que las sustentan (catlicos, proletarios, indigenistas,feministas, liberales).

    Si la sociologa, en tanto disciplina de la descripcin estructural y crtica normativa dela sociedad mundial, requiere de un concepto de sociedad lo suficientemente abstractocomo para acceder a un nivel autnomo de discusin sociolgica y que, adems, permitahacer comparables los diagnsticos en distintas regiones del globo, una sociologa sometidaa los obstculos descritos tendr dificultades para cumplir estos objetivos. No logra lasuficiente abstraccin para describir las condiciones de interpenetracin y acoplamientode lo local y lo global y, por tanto, no logra ejercer una crtica normativa bajo criteriosuniversalistas de esas condiciones.

    La presencia de estos obstculos no debe ser vista como la imposibilidad absoluta parala sociologa latinoamericana de poner en relacin el particularismo de sus descripcionesempricas con la pretensin de conocimiento universalista a que aspira el canon disciplinar.Del mismo modo, la adopcin de esta posicin universalista que hoy ms que nuncaviene dada por las condiciones estructurales (diferenciacin funcional) y normativas(cosmopolitismo) del presente no implica ni propicia desconocer la importancia de loparticular en la bsqueda de lo universal. Tal vez si lo propio de la sociologa del sigloXXI que se nutre de aquello que constituye lo clsico de la sociologa clsica no seaotra cosa que buscar procedimientos con los que trascender tanto el particularismo quese cierra a lo universal en razn de una esencia histrica, comunidad tica o Sonderweg,como el universalismo abstracto que ve en lo particular la mera aplicacin, derivacin o

  • 23

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    ejemplificacin de lo que la teora general postula. Ambas posiciones resultan igualmenteinviables. Hoy en da, no parece posible concebir lo particular fuera de lo universal ni louniversal con abstraccin de lo particular; estamos condenados a pensar lo universal y loparticular como los dos lados de una misma distincin. Estructuralmente, producto de laemergencia de una nica sociedad mundial con mltiples trayectorias; normativamente,porque el cosmopolitismo de la sociedad mundial es condicin de posibilidad de unaconvivencia pacfica; metodolgicamente, porque contribuir sociolgicamente al mundo,exige autonoma de las operaciones cientficas frente a particularismos normativos.

    La sociologa en la que estamos interesados busca trascender estos obstculos. En susentido programtico, stos se despliegan en oportunidades y/o posibilidades para pensarsociolgicamente sobre Amrica Latina.

    El obstculo estructural de la modernidad latinoamericana como versinlimitada de la europea se desdobla en descripcin estructural de la trayectorialatinoamericana a la modernidad como diferenciacin funcional ordenadaconcntricamente.

    El obstculo normativo de la reificacin de los particularismos nacionalistas oidentitarios se desdobla en el establecimiento de las condiciones de posibilidad deuna crtica normativa a partir de los principios universalistas del cosmopolitismo.

    El obstculo de la instrumentalizacin poltica del conocimiento sociolgicose desdobla en el reconocimiento de que, dado que la sociedad es un ordenemergente, ella no se deja modelar por los actores, sino que se prestacrecientemente a la neutralidad procedimental.

    Las secciones siguientes buscan caracterizar estos obstculos, mostrar su operacin enla sociologa latinoamericana y la forma en que ella ha buscado superarlos.

    III

    El primer obstculo al que nos enfrentamos es de orden estructural y constituye unacrtica al modo de comprender la modernidad latinoamericana como una versin limitadade la modernidad europea o de la trayectoria norteamericana. De lo que se trata aqu esde observar la problemtica relacin entre universalismo y particularismo que se expresaen el intento por capturar la unidad de la diferencia en la descripcin estructural de lamodernidad. Nos enfrentamos a la paradoja, ya expresada en todo su dramatismo porWeber, de que el surgimiento de la modernidad est anclado y puede especificarse temporal,geogrfica y culturalmente, pero que lo distintivo y ms esencial de la propia modernidades el horizonte y alcance universal de su proyecto.5

    5 WEBER, MAX, Ensayos sobre sociologa de la religin, Vol. 1, Taurus, Madrid, 1998, vase especialmente pp. 11-24;HABERMAS, JRGEN, El discurso filosfico de la Modernidad, Taurus, Madrid, 1999, vase especialmente pp. 11-15.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    24 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    Dos distinciones han caracterizado el pensamiento social del siglo XIX y el sociolgicodel siglo XX en Amrica Latina, respectivamente, la distincin civilizacin/barbarie y ladistincin desarrollo/subdesarrollo. Con ellas, se construy una imagen de mundo queobservaba el lado externo de la civilizacin y el desarrollo como negatividad, como lo quedeba ser suprimido y absorbido por su forma positiva. Amrica Latina qued situada enel marco de ese horizonte como ausencia primero e incompletitud despus; su misin,por tanto, era hacer el cruce de un lado al otro de la distincin, desde la barbarie a lacivilizacin, desde el subdesarrollo al desarrollo, es decir, se vio exigida de pensar elproblema en trminos de la transformacin de la alteridad de lo propio en la unidad de loque no se es.

    La lgica de ese tipo de pensamiento sigui regularmente un impulso lineal, jerrquico,progresivo, y por cierto no nicamente presente en el pensamiento latinoamericano. Ladistincin civilizacin/barbarie, adquiere su forma en el siglo XIX gracias al evolucionismo,especialmente Morgan, quien haba formalizado su visin en una teora de los estadiosque distingua salvajismo, barbarie y civilizacin en una secuencia unilineal e incremental.6

    La idea positivista francesa de un progreso enmarcado en estructuras de orden que habalogrado formular Comte, era complementaria a tal imagen de la evolucin que acontecahacia arriba y adelante.7 Con ese prisma haba que observar la sociedad, pues la combinacinde evolucionismo y positivismo dejaba poco espacio para no pensar en la necesariedad eidentidad de evolucin, progreso y civilizacin. A su vez, un hegelianismo materialista,como el que presentaba especialmente Engels, desprovisto de la inquieta dinmica deidea y realidad propia de Hegel, haca que los pueblos sin historia fuesen ahora aquellosque no mostraban una estructura capitalista y que, por tanto, no podan aspirar a accederal momento de unidad final. Con mayor fuerza se trat entonces, tambin desde elmarxismo, de impulsar el avance de los atrasados, pues la unidad del mundo sin clasesrequera la unidad de las precondiciones revolucionarias.8 En definitiva, el evolucionismodecimonnico y el positivismo, en sus mltiples formas, buscaron universalizar loparticular, universalizar la civilizacin eliminando la barbarie, y no lograron observar elsuplemento que diversas trayectorias nacientes de modernidad podan representar en elmarco de una sociedad de horizonte mundial.9

    6 HARRIS, MARVIN, El desarrollo de la teora antropolgica. Una historia de las teoras de la cultura, Siglo XXI, Madrid, 2003.7 Ibd.8 Engels era particularmente crudo en la expresin de esta verdad histrica. Celebrando que los norteamericanos le

    hayan arrancado la magnfica California a los haraganes mexicanos, Engels concluye: Con ello podr sufrir laindependencia de algunos californianos y texanos de origen espaol, y ser vulnerados aqu o all otros postuladosmorales, pero qu vale eso contra tales hechos de trascendencia histrica mundial?. Engels, Friedrich, en ROSDOLSKY,ROMAN, Friedrich Engels y el problema de los pueblos sin historia, Ediciones Pasado y Presente, Mxico, 1980, p. 161.

    9 Interesante es que los brbaros aplicaban la misma distincin a los civilizados, por ejemplo en el caso japons delsiglo XIX, los samurai se oponan a la construccin de nuevos puertos pues la expulsin de los brbaros sera entoncesimposible... Tendramos que doblar el pliegue izquierdo sobre el derecho, ponernos a escribir de un lado a otro de lapgina y usar su hediondo calendario. Citado en MOORE, BARRINGTON, Los orgenes sociales de la dictadura y de lademocracia, Pennsula, Barcelona, 2002, p. 343. En Amrica Latina un ejemplo de fines del siglo XIX es Juan EnriqueRod, quien define al americano latino como opuesto a la barbarie utilitaria de Estado Unidos. ROJAS, MIGUEL, Loscien nombres de Amrica, Lumen, Barcelona, 1991, p. 362.

  • 25

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    No lo observaron al menos en Amrica Latina. Lo propio de Latinoamrica fue siemprela ausencia total o parcial de lo que la civilizacin (europea, norteamericana) representaba.Fue su lado oscuro. Mediante la distincin civilizacin/barbarie, popularizada porSarmiento en la regin, la conclusin era una paradoja: lo latinoamericano debe ser excluidode Amrica Latina. Elementos autctonos como la cultura gaucha son calificados comouna condicin de barbarie que en nada contribuye al progreso de la nacin. Se trata deun proyecto urbano que refleja un orden territorial centralizado y un correlato geogrficode lo civilizado y lo brbaro: la distincin entre ciudad y campo. Una sociedad dual quedefine a la ciudad como centro del progreso, del gobierno, de las leyes, de los medios deinstruccin. Ms all de ella, la barbarie es condicin normal.10

    De ello se deriva el rol central del estado como instancia de intermediacin del procesocivilizatorio, en el campo de la educacin, en el ordenamiento institucional, en el comercio,en la transformacin cultural, lo que est en el origen de la trayectoria de la diferenciacinfuncional que adopta Amrica Latina. Sarmiento y Bello asumen fervientemente la radicalimportancia de la educacin para alcanzar la civilizacin.11 Lastarria por su parte, fascinadocon la revolucin americana, indica que el primer deber del hombre de Estado en AmricaLatina es imitar a Estados Unidos, acelerando, como ellos lo han hecho, los efectosbenficos de las leyes naturales que gobiernan la humanidad,12 en orden a construir unainstitucionalidad como la del pas del norte. Alberdi, en tanto, es quien mayor nfasispone en el comercio y la transformacin cultural. Su idea de progreso es la idea de unaEuropa industrializada y civilizada a la que Amrica Latina poda acceder va comercio,aunque no slo materialmente, sino tambin espiritualmente, gracias al continuo contactocomercial y a la inmigracin europea en el continente.13

    Amrica Latina como ausencia o limitacin de civilizacin, es la frmula que podracaracterizar tanto el lineal pensamiento evolucionista-progresista decimonnico comolos modos de organizacin poltica que de ah se derivaron. El evolucionismo, de cualquiermodo, a pesar de su unilinealidad y en parte gracias a ella, logr establecer un principioque pareca operar con independencia de variaciones regionales, un principio en estesentido cognitivamente universal,14 aunque ideologizado y particularizado por la semnticade superioridad eurocntrica propio de la modernidad temprana. Slo con las obras deSpencer,15 aunque especialmente con La divisin del trabajo social de Durkheim, se sientan

    10 SARMIENTO, DOMINGO FAUSTINO, The dual society: Argentina, en Liss, SHELDON und PEGGY LISS (eds.), Man, stateand society in Latin American history, Pall Mall Press, London, 1972, pp. 228-233.

    11 En frmulas famosas de la poca: Gobernar es educar (Sarmiento), la educacin es la base de todo progreso (Bello).Vase MASCAREO, ALDO, La irona de la educacin en Amrica Latina, Nueva Sociedad, N 165, enero-febrero2000, pp. 109-120.

    12 LASTARRIA, JOS VICTORINO, Recuerdos literarios [1885], citado en VLIZ, CLAUDIO, The centralist tradition ofLatinamerica, Princeton University Press, Princeton, New Jersey, 1980, p. 172.

    13 HALE, CHARLES, Political ideas and ideologies in Latin America, 1870-1930, en BETHELL, LESLIE (ed.), Ideas andideologies in Twenty Century Latin America, Cambridge University Press, Cambridge, 1996, pp.133-205, p. 140.

    14 STICHWEH, RUDOLF, Der Zusammenhalt der Weltgesellschaft. Nicht-normative Integration in der Soziologie,Working Papers del Institut fr Weltgesellschaft, 2004, en www.uni-bielefeld.de/soz/iw/index.html (enero 2006).

    15 SPENCER, HERBERT, The man versus the state, Williams and Northgate, London, 1884, en http://oll.libertyfund.org(enero 2006).

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    26 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    las bases para comenzar a desjerarquizar la relacin Europa-otras latitudes, al dar formatcnica en una teora de la diferenciacin a la transformacin estructural que sufra lasociedad moderna.16 Si Kant haba sido el primero que llam la atencin sobre eldecantamiento moderno de principios normativos universales, ha sido Durkheim quienpor primera vez, sistemticamente, logr formular una teora sociolgica de la emergenciay evolucin estructural de la sociedad moderna basada en el principio de aumento de lacomplejidad y la diferenciacin.

    No cabe duda que histricamente el proceso de diferenciacin funcional se inicia slouna vez en Europa y desde ah expande su dimensin institucional y su semntica haciaotros espacios regionales. El pensamiento social decimonnico (evolucionismo unilineal,positivismo) entendi esto, sin embargo, como superioridad europea sobre el resto delmundo y, en base a ese reconocimiento, se propuso eliminar la barbarie en nombre de lacivilizacin. La novedad de la teora de la divisin del trabajo de Durkheim es que noexcluye la barbarie de su interpretacin estructural y normativa de la sociedad moderna. Lasociedad tradicional no es lo otro de la sociedad moderna, sino que est integrada con ella ensu funcionamiento estructural por ejemplo, en modos anmicos de divisin del trabajoy en su comprensin normativa por ejemplo, en la permanencia de estados fuertes deconciencia colectiva en forma de derecho penal. Con ello comienza a abrirse la posibilidadde distinguir entre momentos de una misma unidad. De la exclusin de la barbarie por lacivilizacin se poda pensar ahora en la dialctica de desarrollo y subdesarrollo.

    Lo que la teora de Durkheim logra captar es que la expansin concreta de ladiferenciacin funcional no sera posible sin un contacto continuo con espacios regionalesorganizados bajo otros principios de diferenciacin. Por eso se trata de una teorauniversalista: la sociedad es una y se organiza por una combinacin de tipos distintos deintegracin que coexisten. Ello no elimina una relacin jerrquica entre espacios de mayoro menor diferenciacin funcional, pero destaca su necesaria interdependencia. Estadualidad entre jerarqua e interdependencia es lo que se mantiene y desarrolla en lasformulaciones de Parsons a travs de las pattern-variables, en la teora del sistema mundialde Wallerstein o en la teora de la modernizacin de Rostow, y que resuena de distintosmodos en la interpretacin de Amrica Latina como regin subdesarrollada, pero partedel sistema mundial.

    En la sociologa latinoamericana del siglo XX, las teoras de la modernizacin, elpensamiento cepalino, la teora de la dependencia y el marxismo latinoamericano hansido los mejores exponentes de la idea de Amrica Latina como incompletitud.17 No se

    16 DURKHEIM, EMILE, La divisin del trabajo social, Akal, Madrid, 1995.17 Habra, especialmente en la primera mitad del siglo XX, una segunda corriente sociolgica que podramos denominar

    de taburete, de menor presencia intelectual, probablemente slo de impacto en aulas y que sigue presa de la semnticadecimonnica del progreso y la civilizacin, aunque ya no emplea el concepto de barbarie. Su idea de incompletitudde Amrica Latina es formulada en trminos de civilizaciones de distinto nivel de desarrollo. Vase CENTRO DEESTUDIANTES DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, Apuntes sociolgicos, Buenos Aires, 1909; VENTURINO,AGUSTN, Sociologa primitiva chileindiana. La conquista de Amrica y la guerra secular austral, Editorial Cervantes,Barcelona, 1927; DE LA CUADRA, JORGE, Prolegmenos a la sociologa y bosquejo de la evolucin de Chile desde 1920,Editorial Jurdica de Chile, Santiago, 1957.

  • 27

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    trata aqu de la ausencia radical de civilizacin en un mundo brbaro, pero s de la idea deincompletitud en forma de obstculo al desarrollo, de Amrica Latina como una copiainfeliz de los pases industrializados.18 Las teoras de la modernizacin vean estosobstculos, por ejemplo, en las diferencias de estructura social, cultura y tipos depersonalidad entre Europa y Amrica Latina y en la asincrona de la secuencia de loscambios que en cada caso haba tenido lugar.19 Para CEPAL, la causa de la incompletitudde Amrica Latina radicaba en la diferencia en los trminos de intercambio,20 y para lasteoras de la dependencia, en tanto, estaba en los propios ordenamientos de cada pas yen las formas de acoplamiento que las clases a nivel nacional construan con el sistemamundial.21 Para el marxismo en tanto, tal incompletitud se expresaba en la dificultad delcontinente para la construccin del socialismo sin una industrializacin que acentuaralas contradicciones.22 En todos los casos, la va es una y el esfuerzo radicaba en cmoempujar el carro hacia adelante, persiguiendo a una Europa que inevitablemente searrancaba de los intentos latinoamericanos por alcanzarla.

    Amrica Latina como ausencia en el siglo XIX y como incompletitud en el XX. Pocospensaron que poda tratarse de una trayectoria distinta de la modernidad. La idea detrayectoria a la modernidad tiene un antecedente directo en la sociologa de mediadosdel siglo XX en la obra de Barrington Moore.23 La tesis central del clsico estudio deMoore es la existencia de tres rutas que dan cuenta de la transicin desde un orden socialtradicional a la poca moderna: la ruta democrtica, la fascista y la comunista. Lasdiferencias entre ellas se explican a partir de la forma que adopta la lucha de clases en cadaruta. Lo propio de la ruta democrtica (Inglaterra, Estados Unidos, Francia) es que ah seexperiment una revolucin burguesa exitosa que result en la instalacin de institucionesrepresentativas. Si las revoluciones burguesas son derrotadas, el triunfo de las antiguasaristocracias da vida a la ruta fascista (Japn, Alemania) y si las que priman son las clasespopulares, surge la ruta comunista (Rusia y China). Lo que nos importa destacar aqu esel hecho de que con su idea de rutas, Moore entiende que si bien la modernidad consiste

    18 Todava en los aos 80 se hablaba de Amrica Latina como reflejo deformado de la industrializacin de los pasesavanzados. Vase FAJNZYLBER, FERNANDO, La industrializacin trunca de Amrica Latina, Nueva Imagen, Mxico,1983.

    19 GERMANI, GINO, De la sociedad tradicional a la participacin total en Amrica Latina, en CARDOSO, FERNANDOHENRIQUE y FRANCISCO WEFFORT (eds.), Amrica Latina. Ensayos de interpretacin sociolgico-poltica, EditorialUniversitaria, Santiago, 1970, pp. 220-236.

    20 CEPAL, El pensamiento de la CEPAL, Editorial Universitaria, Santiago, 1969.21 CARDOSO, FERNANDO HENRIQUE y ENZO FALETTO, Dependencia y desarrollo en Amrica Latina, Siglo XXI, Mxico,

    1990.22 Vase MARINI, RUY MAURO, Subdesarrollo y revolucin, Siglo XXI, Mxico, 1985.23 MOORE, BARRINGTON, op. cit. Se podra ir incluso ms atrs rastreando la idea de trayectoria a la modernidad, en las

    distinciones que Marx haca en los Grundrisse entre los cuatro caminos alternativos que seguan al sistema comunalprimitivo. Se trata del oriental, el antiguo, el germnico y el eslavo, cada uno con modificaciones esenciales,localmente, histricamente, etc.. MARX, KARL, Elementos fundamentales para la crtica de la economa poltica, SigloXXI, Buenos Aires, 1971, p. 436. Esta imagen evolutiva multilineal contrasta altamente con la versin popular delPrlogo a la Contribucin, que distingue pocas de progreso sucesivo y secuencial: el modo de produccin asitico,antiguo, feudal y moderno burgus. MARX, KARL, Contribucin a la crtica de la economa poltica, Siglo XXI, Mxico,1980.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    28 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    en la aparicin de un conjunto de atributos universales el estado centralizado, ladiferenciacin de clases sociales y una economa industrial evolutivamente estos atributosse expresan en tres formas particulares, todas igualmente legtimas, de ser parte del mundomoderno y ninguna de ellas constituye una versin limitada o un espejo invertido de loque sucede en las otras.

    En la misma lnea, en la sociologa contempornea Gran Therborn habla de rutas ay a travs de la modernidad. Pretende con ello oponerse a lo que, segn l, es elunilinearismo de los primeros socilogos y el progresismo secuencial de las teoras de lamodernizacin. Therborn propone una distincin global de cuatro grandes rutas a y atravs de la modernidad:24 la endgena europea; la del nuevo mundo que resulta de lasmigraciones europeas tempranas (Estados Unidos y Amrica Latina); la colonial quederiva de los imperios europeos de finales del siglo XIX y del siglo XX y, finalmente, lamodernizacin externamente inducida, representada con el caso de Japn. En rigor, nose trata realmente de una distincin, pues para Therborn cada ruta a la modernidadconstituye tambin un camino histrico especfico a travs de la misma. Al igual que enel caso de Moore entonces, importa destacar que cada una de estas rutas marcaefectivamente una trayectoria histrica actualmente existente, que todas son igualmentemodernas y mutuamente irreductibles.

    En la discusin sobre Amrica Latina ha sido Jorge Larran quien ha formulado estaidea en detalle.25 El argumento de Larran es similar al que esgrimamos para destacar launiversalidad de la teora durkheimiana: Con frecuencia, se piensa que la modernidades un fenmeno esencialmente europeo occidental y se olvida que su propia tendenciaglobalizadora hace que se extienda por todo el mundo, obligando a esa modernidad arelacionarse con diferentes realidades y adquirir diferentes configuraciones y trayectorias.26

    Larran distingue cinco trayectorias: la estadounidense, la japonesa, la africana, la europea,la latinoamericana, y las concibe y describe histricamente, es decir, tomando como basede las periodificaciones de cada trayectoria acontecimientos o eventos histricos propiosde cada espacio. Asumiendo esta idea de trayectoria de la modernidad, pero situndolaen un nivel de mayor abstraccin al histrico, esto es, en el plano evolutivo de ladiferenciacin funcional como proceso de constitucin de la sociedad mundial, queremoshablar de los tipos ideales de diferenciacin policntrica y concntrica.

    La sociedad mundial es una sociedad que opera estructuralmente bajo el primado dela diferenciacin funcional,27 pero sus distintos espacios regionales muestran combinaciones

    24 THERBORN, GRAN, European modernity and beyond. The trajectory of European societies 1945-2000, Sage, Londres,1995, p. 5.

    25 LARRAN, JORGE, Identidad y modernidad en Amrica Latina, Ocano, Mxico, 2000. Ms sintticamente, LARRAN,JORGE, La trayectoria latinoamericana a la modernidad, Estudios Pblicos, 66, 1997, pp. 313-333. Tambin LARRAN,JORGE, Amrica Latina moderna? Globalizacin e identidad, Lom Ediciones, Santiago, 2005.

    26 LARRAN, JORGE, op. cit., 2000, p. 37.27 Como antes hubo un primado de la estratificacin, de un orden de centro y periferia o de una estructura segmentaria.

    Vase LUHMANN, NIKLAS, Die Gesellschaft der Gesellschaft, op. cit. Ver tambin LUHMANN, NIKLAS y RAFAELLE DEGIORGI, Teora de la sociedad, Triana, Universidad Iberoamericana, Mxico, 1998.

  • 29

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    desiguales de orientaciones policntricas y concntricas de la diferenciacin funcional.Por orientaciones policntricas hay que entender arreglos evolutivos heterrquicos desistemas autnomos relacionados predominantemente por mecanismos de acoplamientoestructural28 o por indiferencia estructural de cada esfera operativamente clausurada;29 deorientaciones concntricas hablamos cuando esos arreglos evolutivos de sistemasautnomos estn cruzados por episodios de desdiferenciacin de alta frecuencia eintensidad que jerarquizan las constelaciones de coordinacin sistmica.30 Episodios dedesdiferenciacin ocurren cuando un sistema utiliza elementos de la complejidad de otropara reproducir su propia complejidad y defrauda con ello las expectativas del sistemaafectado de generar sus propios elementos a partir de sus propios elementos. En talescasos, es el medio de comunicacin simblicamente generalizado de un sistema el queregula elementos en la complejidad de otro.31 Se trata de episodios, pues las situacionesde desdiferenciacin no son temporalmente permanentes ni tpicamente extendidas atodas las comunicaciones sistmicas: hay corrupcin en ciertas zonas, pero no en todas;hay intervencin poltica en espacios jurdicos, pero no siempre.

    La trayectoria latinoamericana de la diferenciacin funcional ha seguido, durante lossiglos XIX y XX, preferentemente un patrn de ordenamiento concntrico en torno a lacomunicacin poltica, como se desprende de los arreglos institucionales altamentepolitizados hechos bajo la gua de la distincin civilizacin/barbarie o del rol interventordel estado en el siglo XX para lograr el trnsito del subdesarrollo al desarrollo, sea bajoformas democrticas, populistas o autoritarias.32 La razn de esta trayectoria puederastrearse en la dificultad regional para deconstruir, especialmente en el siglo XIX, elorden estructural y semntico de la sociedad estratificada, un orden particularista basadoen el principio de la jerarqua, que en buena medida explica un tipo de diferenciacinfuncional como la latinoamericana con altos niveles de exclusin. Las estructuras coloniales

    28 Ibd. Tambin GLAGOW, MANFRED y HELMUT WILLKE (eds.), Dezentrale Gesellschaftssteuerung. Probleme der Integrationpolyzentrischer Gesellschaft, Centauros-Verlagsgesellschaft, Pfaffenweiler, 1987.

    29 WILLKE, HELMUT, Systemtheorie III: Steuerungstheorie, UTB, Stuttgart, 1995; tambin WILLKE, HELMUT, SystemtheorieII: Interventionstheorie, UTB, Stuttgart, 1996.

    30 Sobre este tema, vase MASCAREO, ALDO, Diferenciacin funcional en Amrica Latina: Los contornos de la sociedadconcntrica y los dilemas de su transformacin, Persona y Sociedad, Vol. XIV, N 1, 2000, pp. 187-207; Lareinvencin del futuro. Condiciones estructurales del trnsito hacia la sociedad del conocimiento en Chile, Personay Sociedad, Vol. XIV, N 1, 2001, pp. 105-120; Teora de sistemas de Amrica Latina. Conceptos fundamentales parala descripcin de un orden social concntrico, Persona y Sociedad, Vol. XVII, N2, 2003, pp. 9-26; Sociologa delgolpe, Persona y Sociedad, Vol. XVII, N 3, 2003, pp. 117-141; Sociologa del derecho (chileno y latinoamericano),Persona y Sociedad, Vol. XVIII, N 2, 2004, pp. 63-94. Para el modelo general, vase del mismo autor: FunktionaleDifferenzierung und Steuerungsprobleme in Lateinamerika. Entstehung, Entwicklung und Auflsung der konzentrischorientierten Ordnung, Fakultt fr Soziologie, Universitt Bielefeld, 2001.

    31 MASCAREO, ALDO, Teora de sistemas de Amrica Latina. Conceptos fundamentales para la descripcin de un ordensocial concntrico, op. cit. Sobre la idea de medios de comunicacin simblicamente generalizados vase CHERNILO,DANIEL, The theorization of social-coordinations in differentiated societies, British Journal of Sociology, 53, 3, 2002,pp. 431-449.

    32 Vase COUSIO, CARLOS y EDUARDOVALENZUELA, Politizacin y monetarizacin en Amrica Latina, Cuadernos delInstituto de Sociologa de la Pontifica Universidad Catlica de Chile, Santiago, 1994.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    30 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    no eran compatibles con el principio de organizacin heterrquico de una crecientediferenciacin, ni con la semntica liberalista y antimonrquica de los procesos deindependencia, pero tampoco su herencia pudo deshacerse fcilmente. De ello derivandos resultados que caracterizan la trayectoria concntrica de la diferenciacin funcionalen Amrica Latina. El primero es que la reestabilizacin de las estructuras evolutivas de ladiferenciacin funcional en un contexto postestratificado se ve caracterizada por una altafrecuencia de relaciones de desdiferenciacin de la comunicacin poltica sobre otrosespacios en diferenciacin, especialmente durante el siglo XIX y buena parte del XX.33 Elsegundo es que la integracin de condiciones de estratificacin en el primado de ladiferenciacin funcional, produce una doble desigualdad: la desigualdad funcional,crecientemente institucionalizada en sociedades funcionalmente diferenciadas, y ladesigualdad por estratificacin, con cada vez menos legitimacin en el nivel semntico.Ello genera consecuentemente una duplicacin de las condiciones de exclusin, en la queventajas iniciales frente a una funcin especfica se amplifican exponencialmente dada lainterdependencia de sistemas.34 La trayectoria concntrica es entonces interventora yexcluyente.

    Sin embargo, Amrica Latina no es hoy un modelo estratificado de sociedad, menosuna sociedad tradicional; es un orden donde prima la diferenciacin funcional de sistemas,como prima en el resto de la sociedad mundial. Su particularidad est en su trayectoriaconcntrica, que es paralela a la trayectoria predominantemente policntrica europea onorteamericana, pero esa trayectoria policntrica no es su horizonte, al modo en que lacivilizacin era el horizonte de la barbarie y el desarrollo el horizonte del subdesarrollo.Al entender a Amrica Latina de este modo, podemos situarla en el marco de una sociedadmundial con combinaciones desiguales de orientaciones policntricas y concntricas. Estonos abre una puerta como lo ha hecho Norbert Lechner a travs del anlisis de losdistintos modos de coordinacin social,35 y como sin duda la abri Larran al hablar de latrayectoria latinoamericana a la modernidad a entender que Amrica Latina no es unaversin limitada de la modernidad europea, sino un espacio regional con particularidadespropias, pero a la vez parte del universalismo de la diferenciacin funcional y, por ello,parte de la mirada universalista de una sociologa de la sociedad mundial.

    IV

    Para este segundo obstculo de orientacin normativa el vnculo entre lo universaly lo particular se traduce en la cuestin de si la pretensin de conocimiento universalista

    33 MASCAREO, ALDO, Sociologa del derecho (chileno y latinoamericano), op. cit.34 Para la idea de duplicacin de las condiciones de exclusin, vase MASCAREO, ALDO, La imposibilidad de la igualdad

    por la va educativa, Asuntos Pblicos, Informe N 513, 2005, www.asuntospublicos.org (diciembre 2005).35 LECHNER, NORBERT, Tres formas de coordinacin social, Revista de la CEPAL, 61, 1997, pp. 7-17.

  • 31

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    de la sociologa puede hacerse compatible con una idea de sociedad definida en trminosgeogrficos (estado-nacin) o culturales (ethos latinoamericano propio). Nos preguntamospor el estatuto terico de la idea de Amrica Latina en su relacin con cada sociedadnacional, por una parte, y con la idea de sociedad mundial, por la otra.

    En el debate sociolgico de los ltimos treinta aos, la discusin sobre la referenciageogrfica del concepto de sociedad ha girado en torno al problema del nacionalismometodolgico. La pregunta es aqu, en qu medida las ciencias sociales operan con unaecuacin entre desarrollo histrico del estado-nacin y el concepto terico de sociedad. Elsupuesto ms problemtico del nacionalismo metodolgico es que las sociedadesnacionales evolucionan desde dentro: el desarrollo social debe ser explicado a partir defactores internos a la propia sociedad.36

    En el marco de la discusin sobre los procesos de globalizacin en los ltimos quinceaos, las referencias al nacionalismo metodolgico ha tenido lugar en dos planos distintos.Desde el punto de vista del desarrollo conceptual de las ciencias sociales, por un lado, lapregunta es si las teoras, conceptos y metodologas de estas disciplinas han asumido alestado-nacin como su presupuesto natural y necesario. La discusin gira aqu en tornoa la revisin de los marcos de referencia tradicionales de las ciencias sociales ante lascondiciones crecientes de globalizacin y constitucin de una sociedad mundial. A estenivel, el problema surge y ha de ser resuelto tericamente por los propios cientficossociales.37 Desde el punto de vista de la evolucin histrico-semntica de la modernidaden tanto, emerge la pregunta por el surgimiento y caractersticas centrales del estado-nacin. En este caso, se trata de evaluar la posicin y desarrollo reciente del estado-nacin en la evolucin estructural de la modernidad. El punto central radica no tanto enlo que sucede al interior de las ciencias sociales, sino en la forma en que las mismassociedades nacionales se autodescriben o dejan de hacerlo como estado-nacin. Ellose expresa, por ejemplo, en la forma en que distintos actores polticos y sociales discutensobre si el estado-nacin estara viendo afectadas sus capacidades respecto del conjuntode actividades que habran constituido lo propio de su quehacer en el pasado.38

    36 El trmino nacionalismo metodolgico lo acu Herminio Martins para referirse, en analoga con la idea deindividualismo metodolgico, a una cierta concepcin de sociedad nacional como un ente aislado, autocontenidoy autosuficiente que interacta exclusivamente con otras sociedades nacionales que poseen las mismas caractersticas.Ver MARTINS, HERMINIO, Time and theory in sociology, en REX, JOHN (ed.), Approaches to sociology, Routledge andKegan Paul, London, 1974. Sobre el tema del nacionalismo metodolgico, ver CHERNILO, DANIEL, Social theorysmethodological nationalism: myth and reality, European Journal of Social Theory, 9, 1, 2006, pp. 5-22, yMethodological nationalism and its critique, en DELANTY, GERARD y KRISHAN KUMAR (eds.), The SAGE Handbookof Nations and Nationalism, London, Sage, 2006.

    37 Por ejemplo, en los trabajos de Albrow, Martin, The global age, Polity Press, Cambridge, 1996; BECK, ULRICH, Theterrorist threat. World risk society revisited, Theory, Culture & Society, 19, 4, 2002, pp. 39-55; URRY, JOHN, Sociologybeyond societies, Routledge, London, 2000. Una versin ms sobria de este argumento se encuentra en FINE, ROBERT,Cosmopolitismo sin ismo: Un ensayo reconstructivo, en Persona y Sociedad, 18, 2, 2004, pp. 239-262 yOUTHWAITE, WILLIAM, The future of society, Blackwell, Oxford, 2006.

    38 Ver SMITH, ANTHONY, Nationalism in the twentieth century, Martin Robertson, Oxford, 1979.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    32 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    Para la sociologa, lo que se deriva de esta polmica es el cuestionamiento del programade carcter universalista que se inaugura con los clsicos, pues el encuadre de la sociedaden la idea de estado-nacin no dejara a la sociologa otra alternativa que reconocer laimpotencia de la pretensin universalista frente a la diversidad histrica, heterogeneidadcultural y particularismo normativo que impone el nuevo contexto histrico. Mientras lasociologa clsica nace con la formulacin de una idea universalista de sociedad, elpensamiento social latinoamericano del siglo XIX surge en el marco de una tensin entreuna dimensin normativa de solidaridad y unidad continental y una dimensin estructuralasociada a la formacin de las repblicas. Esta tensin se mantiene en el siglo XX a travsde la distincin entre identidad y desarrollo, y si bien con ella se puede situar a AmricaLatina en el mundo, sea identitariamente como lo otro de Europa y estructuralmentecomo incompletitud, la negatividad de ambas formulaciones impide observar a AmricaLatina normativamente desde el universalismo del proyecto cosmopolita oestructuralmente desde la unidad de diferencias (trayectorias) de la sociedad mundial.

    Una doble distincin caracteriz la formacin de la independencia americana haciafinales del siglo XVIII y comienzos del XIX: la distincin Amrica/Espaa, que sita laregin como unidad con un referente externo, y la distincin Hispanoamrica/estado-nacin, que reflexiona sobre la unidad regional ante su fragmentacin interna. Elamericanismo decimonnico tiene su origen en el sentimiento americanista de finalesdel siglo XVIII que se opona a la presin poltica y econmica espaola sobre las colonias.39

    Esa unidad semntica subsiste en el siglo XIX a travs de la idea bolivariana deHispanoamrica. Esta es la primera frmula que intenta equilibrar la fragmentacinamericana provocada por las sociedades nacionales con un constructo supranacionaloperacionalizado en trminos de una misma lengua, una misma raza, formas de gobiernoidnticas, creencias religiosas y costumbres uniformes, multiplicados intereses anlogos,condiciones geogrficas especiales, esfuerzos comunes para conquistar una existencianacional e independiente.40 Por contrapartida, el proyecto civilizatorio de los estadosamericanos del siglo XIX, cruzado por la semntica del progreso de Sarmiento y Alberdia la que hemos referido ms arriba no puede sino funcionar nacionalmente: se trata delcontrol territorial, de la presencia del estado va transporte, telecomunicaciones, ocupacinmilitar y subordinacin poltica centralizada de los espacios que comienzan a formar loslmites geogrficos del estado-nacin latinoamericano.

    El siglo XX, observa esta tensin en trminos de identidad y desarrollo.41 El diagnsticocepalino de los aos 50, ledo desde el obstculo, revela una de las paradojas de todo el

    39 GUERRA, FRANOIS-XAVIER, La desintegracin de la monarqua hispnica: Revolucin de Independencia, enANNINO, ANTONIO, LUIS CASTRO LEIVA y FRANOIS-XAVIER GUERRA, De los imperios a las naciones: Iberoamrica, Cajade Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragn y Rioja, Zaragoza, 1994, pp. 195-227.

    40 COVARRUBIAS, LVARO, Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, nota al embajador de Espaa, 1864, en ROJAS,MIGUEL, op. cit., p. 63.

    41 Vase el artculo de Jorge Larran en este nmero.

  • 33

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    pensamiento desarrollista de la segunda mitad del siglo XX: el problema es comprendidoen trminos mundiales (centro-periferia, desequilibrio en los trminos de intercambio,sistema mundial), pero su propuesta de solucin se centra exclusivamente en el nivelnacional. La industrializacin sustitutiva de importaciones es la gran tarea de cada estadolatinoamericano.42 Las teoras de la dependencia, incluso en la versin ms compleja deCardoso y Faletto, muestran un movimiento similar: el diagnstico de dependencia esglobal, pero su explicacin final es nacional.43 En este sentido, el marxismo latinoamericanopareci estar siempre en mejores condiciones que el desarrollismo para superar elnacionalismo metodolgico en la sociologa latinoamericana. Ruy Mauro Marini, porejemplo, inspirado en los grmenes de un nuevo orden social que representaban Chile yCuba, escribe en los aos 60: La visin del Che de una revolucin continental, queexprese en los hechos el internacionalismo proletario, se est pues haciendo realidad enAmrica Latina.44 La dimensin continental aparece vinculada afirmativamente (no comonegatividad) al espacio mundial expresado en trminos de internacionalismo proletario.

    Las reflexiones identitarias del siglo XX, en buena medida producto de la afirmacintanto estructural como normativa del estado-nacin, fueron abandonando la semnticade la unidad racial o lingstica, y la desplazaron al de una unidad tica fundamental.Con ello lograron ir ms all de la semntica del estado-nacin, pero no superaron elparticularismo de la observacin en tanto definieron lo propio de lo latinoamericano.La literatura fue la que ms contribuy a ello, desde las formulaciones del almalatinoamericana en Ariel de Rod, hasta la unidad de lo real-maravilloso en Carpentier yGarca Mrquez.45 En las ciencias sociales, uno de los movimientos ms notables en estecampo es el de Claudio Vliz, quien en principio pareciera querer acercar a AmricaLatina a criterios universalistas y cosmopolitas con su metfora del nuevo mundo delzorro gtico, no obstante a poco andar emerge el verdadero objetivo: el reemplazo delparticularismo tico barroco de Amrica Latina (y de cada espacio regional no anglosajn)por el particularismo tico norteamericano o europeo, empleando frases del tipo: Hayun Mark Twain de Singapur?, dnde est el Henry Ford de Taiwn?46 que, por una

    42 LARRAN, JORGE, Theories of development. Capitalism, colonialism and dependency, Polity Press, Cambridge, 1989. Lasteoras del desarrollo endgeno o territorial, son la expresin actual de este problema. Vase al respecto BOISIER, SERGIO,El humanismo en una interpretacin contempornea del desarrollo, Persona y Sociedad, Vol. XIX, N 2, 2005, pp.77-92.

    43 Indican los autores: fuerzas internas son las que redefinen el sentido y el alcance poltico-social de la diferenciacinespontnea del sistema econmico. CARDOSO, FERNANDO HENRIQUE y ENZO FALETTO, Dependencia y desarrollo enAmrica Latina, Siglo XXI, Mxico, 1990, p. 27. Para una evaluacin actual de las teoras de la dependencia en elcontexto de la globalizacin, vase el artculo de Cristbal Rovira en este nmero.

    44 MARINI, RUY MAURO, op. cit., p. 204.45 MATZAT, WOLFGANG, Lateinamerikanische Identittsentwrfe. Essayistische Reflexion und narrative Inszenierung,

    Gunter Narr Verlag, Tbingen, 1996, pp. 15-16.46 VLIZ, CLAUDIO, The new world of the gothic fox. Culture and economy in English and Spanisch America, University of

    California Press, Berkeley, 1994, p. 157.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    34 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    parte, recuerdan el modo de argumentacin eurocntrico del siglo XIX y, por otra,muestran el nulo inters de Vliz por lo que importa para la superacin de este obstculo:la construccin de un horizonte cosmopolita para observar Amrica Latina.

    Ha sido principalmente Stephen Toulmin quien, mediante la idea de cosmopolitismo,ha reconstruido la tensin entre universalismo y particularismo en que se funda elpensamiento moderno. Toulmin plantea la tesis de que ya en la Grecia clsica apareceuna primera idea de cosmopolitismo basada en el siguiente principio universalista: tantolas regularidades sociales como las naturales son aspectos del mismo todo (...) La ideaprctica de que los asuntos humanos estn influenciados y proceden alineados con losasuntos divinos, se transforma en la idea filosfica de que la estructura de la Naturalezarefuerza un Orden Social racional.47 Ya a mediados del siglo XVII con la publicacinde tres de las obras centrales del pensamiento moderno: El Discurso del Mtodo de RenDescartes (en 1637), los Principia Matemtica de Isaac Newton (1642) y el Leviatn deThomas Hobbes (1651) se hace explcita la pretensin por fundamentar un principioque resulte vlido en la explicacin del mundo natural, psquico y social. La respuesta a laincertidumbre de las guerras y el cisma religioso que caracterizan ese perodo de la historiaeuropea es una desesperada bsqueda de la certeza, que deviene en la idea de razn comoel estndar que ha de unificar todos los distintos mbitos de indagacin cientfica. Eluniversalismo de la razn es la caracterstica distintiva de la cosmpolis moderna.

    La tradicin de pensamiento cosmopolita tiene un punto de inflexin con la obra deImmanuel Kant, quien hacia finales del siglo XVIII reintroduce el concepto decosmopolitismo en un sentido que ya nos acerca bastante a la nocin contempornea.48

    La principal innovacin de Kant es usar la idea de cosmopolitismo para darle contenidojurdico-institucional concreto a lo que hasta el momento no era ms que una intuicinen el plano de las ideas: un tipo nuevo de regulacin de las relaciones entre estadossoberanos. Kant distingue y acepta las formas tradicionales de derecho de su tiempo. Haynos dice un derecho Poltico de los hombres reunidos en un pueblo (derecho civil),y un derecho de Gentes o de los pases y sus relaciones mutuas (el derechointernacional).49 Ambas formas de derecho no constituyen, sin embargo, el total de lasformas jurdicas que se imponen a la razn prctica. Es aqu donde Kant propone unainnovacin institucional mayor. A su juicio, es necesario introducir un derecho de laHumanidad, donde hay que tomar en cuenta seres y estados relacionados recprocamente(...) Una especie de ciudadana universal entre seres humanos.50

    47 TOULMIN, STEPHEN, Cosmopolis. The hidden agenda of modernity, The University of Chicago Press, Chicago, 1990, p.67-8.

    48 KANT, IMMANUEL, Idea de una historia universal en sentido cosmopolita, en KANT, IMMANUEL, Filosofa de la historia,Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1994 [1784] y La Paz Perpetua, Longseller, Buenos Aires, 2001 [1795].

    49 KANT, IMMANUEL, op. cit., 2001, p. 30.50 Ibd., p. 30.

  • 35

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    Este derecho de la humanidad ha de fundarse en la pertenencia de los individuos auna especie humana que es concebida sin restricciones de ninguna clase. El ncleo de esederecho propiamente cosmopolita radica en la forma en que los estados han de acoger yrespetar los derechos de los forasteros que se encuentran en su territorio. Para Kant, eltrato al forastero ha de basarse en el principio de hospitalidad, que se resume en lamxima siguiente: nadie tiene ms derecho que otro a estar un sitio determinado delglobo.51 La figura del forastero en Kant es paradjica. Por una parte, el forastero es pordefinicin aquel individuo que hace evidente la diversidad cultural, la particularidad ycontingencia de nuestras formas vida (en su idioma, sus rasgos fsicos, sus hbitosalimenticios, su forma de vestir, etc.). Por otra, la imagen del forastero sirve a Kant parareforzar el punto que, precisamente a partir de tales diferencias, es que somos capaces dediscernir aquello que nos hace uno con l: ese mnimo comn denominador del quenadie puede ser despojado si ha de ser considerado como un ser humano. As, ningunacaracterstica particular (tnica, nacional, religiosa, poltica o de otra clase) ha de impedirel trato digno y justo al forastero. En rigor, el principio de hospitalidad usa aquello quenos diferencia del forastero como el fundamento que nos obliga a tratarlo como uno delos nuestros. El derecho cosmopolita se funda as tanto en el reconocimiento de la diferenciaentre el forastero y el local, como en la filiacin comn de todos los individuos comomiembros de la especie humana.

    En el contexto contemporneo, el horizonte normativo de la idea kantiana decosmopolitismo retiene tanto su encanto como su relevancia. El horizonte del sentido depertenencia de los individuos parece ampliarse crecientemente, por lo que la nocin decosmopolitismo toma fuerza ya no slo en el plano de las ideas sino que tambin en el delos hechos. Sin embargo, en lo que respecta a su estrategia de fundamentacin, la cuestinha dado un giro importante. Hacia finales del siglo XVIII Kant todava poda confiar enque la Providencia habra necesariamente de guiar la insociable socialidad de los sereshumanos hacia un estado de paz perpetua cosmopolita. Kant puede echar mano al derechonatural y as justificar que el horizonte cosmopolita es tanto deseable como posible puestoque se adecua a esa naturaleza humana conocida e inmutable.

    Debemos entonces buscar las condiciones que hacen pertinente el cosmopolitismocomo marco normativo de la sociedad mundial. Eso implica, como lo seala Habermas,intentar mantener, renovndolo, el horizonte universalista del cosmopolitismo kantiano.52

    El corazn del proyecto cosmopolita es el universalismo moral que se encuentra a subase: los individuos han de ser tratados conforme a derecho nica y exclusivamente enrazn de su condicin de individuos. El trato discriminatorio en funcin de caractersticaso adscripciones particulares ha de ser rechazado. La renovacin, sin embargo, viene por el

    51 Ibd., p. 50.52 En palabras de Habermas: La puesta en prctica de un derecho cosmopolita expuesto de manera conceptual requiere

    obviamente algo ms de imaginacin institucional. Pero, en cualquier caso, permanece como una intuicin reguladoradel universalismo moral que gui a Kant en su proyecto. HABERMAS, JRGEN, La Inclusin del Otro, Paids, BuenosAires, 1999, p. 172.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    36 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    lado de la estrategia de fundamentacin de ese universalismo moral, lo que a su vezimplica asumir que la transformacin de la estrategia de fundamentacin delcosmopolitismo modifica tambin el contenido del propio proyecto cosmopolita. Se trata,usando libremente la terminologa que sido propuesta por el propio Habermas, del trnsitodesde un cosmopolitismo metafsico que como en el caso de Kant haca depender lapertinencia y plausibilidad de sus argumentaciones en una concepcin de naturalezahumana conocida, universalmente aceptable y con una direccionalidad histrica que vienegarantizada por la Providencia a uno postmetafsico, es decir, un cosmopolitismo queslo puede surgir y justificarse como resultado de un procedimiento discursivo: Lasdeterminaciones positivas se han tornado imposibles porque todo producto cognitivoslo puede ya acreditarse merced a la racionalidad del camino por el que se ha obtenido,merced a procedimientos, y en ltima instancia a los procedimientos que implica eldiscurso argumentativo.53 Esta transicin hacia un nuevo tipo de cosmopolitismo setraduce, por una parte, en la transformacin de la idea de razn prctica en razncomunicativa mediante su procedimentalizacin y anclaje discursivo y, por la otra, en elrediseo de una arquitectura institucional a partir de principios que puedan justificarsediscursivamente como cosmopolitas.

    A juicio de Habermas, el equivalente contemporneo de la idea kantiana del derechode la humanidad son los derechos humanos: los derechos humanos representan el nicofundamento reconocido para la legitimidad poltica de la comunidad internacional;54 elcosmopolitismo de los derechos humanos radica justamente en que responden a unsentido de validez que transciende los ordenamientos jurdicos de los estados nacionales.55

    Esta particularidad les otorga la apariencia de mximas morales: estos derechosfundamentales comparten con las normas morales esa validez universal referida a losseres humanos en cuanto tales,56 pero a diferencia de ellas, los derechos humanos han deser considerados como derechos pues aspiran a una validez jurdica que es cosmopolitajustamente porque aspira a ser independiente (e incluso en ocasiones puede estar en lasantpodas) de los ordenamientos de una agencia estatal cualesquiera. Por cierto, Habermasreconoce que no hemos llegado a un punto en que se pueda hablar de la institucionalizacinefectiva de una arquitectura institucional internacional con orientacin cosmopolita, sinoque hemos de describir nuestra situacin, en el mejor de los casos, como una situacinde transicin desde el derecho internacional hacia el derecho cosmopolita.57

    Vivimos en una poca de cosmopolitismo como certeramente lo ha formulado RobertFine58 en la medida que la pretensin decididamente universalista del cosmopolitismo

    53 HABERMAS, JRGEN, Pensamiento postmetafsico, Taurus, Madrid, 1990, p. 48.54 HABERMAS, JRGEN, La constelacin posnacional, Paids, Madrid, 2002, p. 154.55 HABERMAS, JRGEN, op. cit., 1999, p. 175.56 Ibd., p. 176.57 Ibd., p. 167.58 FINE, ROBERT, Cosmopolitan outlook in social theory, en DELANTY, GERARD (ed.), Handbook of contemporary

    European social theory, Routledge, Londres, 2005.

  • 37

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    aparece de modo creciente como el nico marco normativo posible de la sociedad mundial.Nunca antes, el sentido literal de la expresin cosmopolita ciudadano del mundo, parecahaber tenido alguna clase de resonancia institucional. Sin, embargo, no es sta an unapoca propiamente cosmopolita en tanto las instituciones y prcticas actualmente existentesno responden y en muchos casos ni siquiera se acercan a esos ideales. La discusin, portanto, se lleva a cabo tanto a nivel normativo como institucional. En el primero, la preguntacentral es aquella que indaga en las posibilidades de fundamentacin en un contextocontemporneo de aquel principio universalista que ha de servir de base al proyectocosmopolita de los derechos humanos; en el segundo, el tema es de qu modo han dereformarse las actuales instituciones internacionales para hacerse consistentes con principiospropiamente cosmopolitas.

    La sociologa latinoamericana y el pensamiento social continental que logr mantenersu distancia con la semntica del progreso, estuvo en mucho mejor posicin que aquellasposturas guiadas por la distincin civilizacin/barbarie o desarrollo/subdesarrollo, paraavanzar en la construccin de las bases de una perspectiva cosmopolita a nivel continentaly de paso avanzar en la superacin del nacionalismo metodolgico. Quien ms se acerca ello en el siglo XIX fue Eugenio Mara de Hostos: Hubo en los tiempos anteriores a lacivilizacin cosmopolita que conocemos una sociedad establecida en una pennsulainsignificante por su extensin [...] De todas las sociedades antiguas, la nica que reconciliaa la razn humana con la especie humana es aquella sociedad helnica que todo, hasta supropia genialidad intelectual, se lo debi a su situacin geogrfica.59 Para Hostos laposicin de Cuba y las Antillas es anloga a la de la antigua Grecia; ello les define elideal que pueden y deben realizar. Ms grandioso, ms estimulante, ms benfico jamssociedad alguna lo tuvo en el horizonte de su espritu.60

    En el siglo XX, el historicismo indigenista de Maritegui apunta en un sentido que noes de alcance universal, pero que permite una transnacionalizacin de la observacin sincaer en la idea de Amrica como comunidad tica que caracteriza al obstculo:nicamente la lucha de los indios, proletarios y campesinos, en estrecha alianza con elproletariado mestizo y blanco contra el rgimen feudal y capitalista, puede permitir ellibre desenvolvimiento de las caractersticas raciales indias (y especialmente de lasinstituciones de tendencias colectivistas) y podr crear la ligazn entre los indios dediferentes pases, por encima de las fronteras actuales que dividen antiguas entidadesraciales.61 El vnculo es, en todo caso histrico, no tico: el problema de la tierra y elenfrentamiento de condiciones semifeudales,62 una idea que Ernesto Laclau llevaraposteriormente a nivel de modelo terico sobre el modo capitalista latinoamericano.63 Elsiglo XXI en tanto, ha encontrado nuevas perspectivas sociolgicas de orientacin

    59 HOSTOS, EUGENIO MARA DE, El problema de Cuba [1874], en TERN, OSCAR, Amrica Latina: Positivismo y nacin,Editorial Katn, Mxico, 1983, pp. 45-60, pp. 59-60.

    60 Ibid., p. 60.61 MARITEGUI, JOS CARLOS, Obras Completas, XIII, Amauta, Lima, 1988, p. 86.62 ROJAS, MIGUEL, op. cit., p. 295.63 LACLAU, ERNESTO, Poltica e ideologa en la teora marxista. Capitalismo, fascismo, populismo, Siglo XXI, Madrid, 1977.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    38 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    cosmopolita en Amrica Latina o predispuestas hacia ella, por ejemplo, en la reflexinsobre comunidades transnacionales y migraciones,64 en los intentos de aplicacin delprincipio rawlsiano de equidad y el procedimentalismo habermasiano al plano institucionalen Chile,65 o en los esfuerzos liberales de inspiracin kantiana por una esfera pblica y unorden democrtico de mayor apertura y pluralismo.66

    En sntesis, as como en la seccin anterior el universalismo de la diferenciacinfuncional permita la evaluacin de Amrica Latina como momento de la sociedadmundial, como trayectoria especfica de su universalidad, as tambin el universalismocosmopolita permite la manifestacin de la particularidad de Amrica sobre un trasfondode unidad normativa en el contexto de la sociedad mundial. Como la diferenciacinfuncional en el plano estructural, el cosmopolitismo es, en el plano normativo, la unidadde la diferencia de la sociedad mundial. Tanto la creciente integracin acadmica en unsistema cientfico de alcance mundial como la consolidacin de una semntica universalistay cosmopolita impulsada desde mltiples espacios, permiten augurar que estos serncaminos privilegiados por la sociologa latinoamericana del siglo XXI; una sociologa queno negativice a Amrica Latina y que observe lo local y particular en el movimiento de suuniversalidad.

    V

    El tercer obstculo epistemolgico de la sociologa latinoamericana apunta a la faltade autonoma en sus operaciones cientficas. Lo especfico de este obstculo es la transicinapresurada y sin mediaciones desde una legtima aspiracin por producir conocimientorelevante hacia la demanda porque la sociologa se coloque, como tal, al servicio de lamodelacin poltica de la sociedad. En vez del reconocimiento del carcter emergente delo social, en vez del desarrollo de explicaciones e interpretaciones de procesos socialescomplejos, en vez de la exploracin de la pertinencia del canon sociolgico para un contextoque difiere al de su origen pero que no obstante se haya inserto en l, en vez de la crticanormativa al eurocentrismo como forma espuria de universalismo a partir de unapretensin universalista aun ms abstracta, se aspira a un conocimiento que se transformerpida y ntidamente en programa de accin aplicable. Este obstculo es distinto a los dosanteriores puesto que mientras aquellos hacan referencia a procesos y fenmenos que

    64 Vase el artculo de Carolina Stefoni en este nmero.65 Vase especialmente SALVAT, PABLO, El porvenir de la equidad. Aportaciones para un giro tico en la filosofa poltica

    contempornea, Lom Ediciones, Santiago, 2002. Vase tambin MASCAREO, ALDO y ELINA MEREMINSKAYA, Hacia laconsolidacin de la equidad: Un defensor del pueblo para Chile, en Coleccin de Investigaciones Jurdicas N 7, Escuelade Derecho Universidad Alberto Hurtado, Santiago, 2005.

    66 Vase ORELLANA BENADO, ME, Pluralismo: Una tica del siglo XXI, Editorial de la Universidad de Santiago de Chile,Santiago, 1994. Especialmente en el tema de la esfera pblica SIERRA, LUCAS, La transicin y la esfera pblica, Personay Sociedad, Vol. XVIII, N 2, 2004, pp. 113-120.

  • 39

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    ocurren en la sociedad, ste refiere a la propia forma interna de operar de la sociologa. Es,en ese sentido, un asunto ms metodolgico que sustantivo.

    Los clsicos de la sociologa son clsicos, en buena medida porque operativamente nosucumbieron a este obstculo, porque por primera vez en la historia del pensamientoacerca de la sociedad, lograron diferenciar entre reflexin sociolgica y opciones ideolgicas,y subordinaron el particularismo de las segundas al universalismo de la primera. Porcierto, nadie podra afirmar que de los modelos de Marx, Durkheim, Weber, Parsons, nose derivan consecuencias polticas u orientaciones normativas crticas o afirmativas acercade la sociedad. Es ms. Probablemente el impulso original de estos autores en el diseode sus modelos no ha sido la construccin de teora sociolgica, sino la reaccin enocasiones directamente poltica y en todo caso siempre cruzada por componentesnormativos frente a acontecimientos histricos de cada poca.67 Sin embargo, lo distintivode los clsicos es que, en lo que respecta al nivel de teora sociolgica, ese impulso originariose subordina a la autonoma de la construccin conceptual en el proceso de produccinde teora. Marx es sin duda el ms claro ejemplo. Como ninguno en el marco depensamiento econmico de los siglos XVIII y XIX, Marx logra describir el fundamentoltimo de la economa capitalista clsica con la teora del valor. A partir de ello diseauna construccin poltica para la transformacin de ese estado de cosas que tieneconsecuencias determinantes para la historia del siglo XX. Las condiciones de complejidady la evolucin normativa de las sociedades contemporneas han descartado la aplicabilidadde estos principios polticos, pero las descripciones acerca del funcionamiento delcapitalismo clsico, de su correspondencia con una determinada estructura de clases y desu relacin con componentes valorativos, son independientes de cualquier predefinicinpoltica, son en estricto rigor, teora sociolgica, quizs la ms sofisticada del siglo XIX.

    Con Durkheim sucede algo parecido. Su opcin de modelamiento polticoprotocorporativista a travs de las asociaciones profesionales, no parece tener mayorresonancia en la actualidad, pero el universalismo de su teora sociolgica de ladiferenciacin funcional y sus consecuencias para el individuo son hoy incluso ms clarasy actuales que en la poca de Durkheim. En tanto, el pronstico valrico-poltico msbien sombro de Weber, visible en sus tesis del desencantamiento y la burocratizacin,son un resultado de sus anlisis sociolgicos acerca de la universalizacin de la racionalidadorientada a fines como proceso fundamental de la modernidad, anlisis que siguenestrictamente la mxima weberiana de distinguir entre juicios de hecho y de valor. Parsonsfue probablemente quien llev ms lejos esta distincin. l pudo participar activamentede los debates polticos de su tiempo y tomar partido decididamente por la va polticademocrtica. Tanto en su oposicin al nazismo, en los debates sobre la (re)construccindemocrtica de Alemania y Japn despus de la Segunda Guerra, como en las discusionesacerca de una sociedad diferenciada, inclusiva y de bienestar en los aos 60 y 70, Parsons

    67 Vase GIDDENS, ANTHONY, El capitalismo y la moderna teora social, Idea Books, Barcelona, 1998.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    40 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    no mostr la ms mnima ambigedad en su opcin poltica.68 Su teora sociolgica, sinembargo, no se vio nunca dirigida por particularismo alguno, al punto de constituirse enel momento de mayor abstraccin y universalidad al que pudo llegar la teora sociolgicadel siglo XX y erigirse como la segunda mejor teora despus de la de Newton, al decirdel propio Parsons.69 Que paradjicamente ese nivel de abstraccin le haya valido sercalificado como conservador o reaccionario,70 no tiene que ver con el pretendidoparticularismo de la teora parsoniana, sino con el principio particularista que opera enquien lo observa.

    En la teora social contempornea, la reaccin a este problema ha venido por elreconocimiento explcito de que la sociedad es un orden emergente. Lo emergente de lasociedad es que su cambio resiste ajustarse a un programa de accin determinado. Cuandola sociedad cambia, lo hace en una direccin que nunca coincide exactamente con el planque los actores se haban trazado. Esto es lo que se expresa a nivel descriptivo con lasnociones de doble contingencia de la comunicacin (Luhmann), juego mutuo entreestructura y agencia (Archer) o tensin entre sistema y mundo de la vida (Habermas).71

    El hecho de que la sociedad sea un orden emergente explica las frustraciones que estetercer obstculo provoca a los socilogos tanto como a los propios actores.72 Es la propiacondicin de la sociedad como orden emergente lo que interpela permanentemente a losactores a formular sus pretensiones normativas. Si la normatividad es un dato del carcteremergente de la sociedad, sta siempre retorna a la sociologa como problema, comodesafo, a pesar de que (o posiblemente dado que) la emergencia de la sociedadconstantemente la neutralice. As, lo nico que la sociologa puede hacer es afirmar, sinclaudicar, que el reconocimiento del cambio social no nos permite controlar la forma,sentido o consecuencias de ese cambio, pero que a la vez ello no implica la ilegitimidadde la pretensin normativa, aunque s exige procedimentalizarla para dotarla deaplicabilidad universal.

    La procedimentalizacin permite articular la tensin entre emergencia de la sociedady pretensin normativa de los actores,73 o puesto en otros trminos, entre lgica sistmica

    68 GERHARDT, UTA, Talcott Parsons: An intellectual biography, Cambridge University Press, Cambridge, 2002.69 LUHMANN, NIKLAS, Introduccin a la teora de sistemas: Lecciones, Universidad Iberoamericana, Mxico, 2002.70 MILLS, CHARLES WRIGHT, La Imaginacin sociolgica, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1986, pp. 44-67, y

    DAHRENDORF, RALF, Out of utopia: Towards a reorientation of sociological anlisis, American Journal of Sociology,64, 2, 1958, pp. 115-127.

    71 Respectivamente vase LUHMANN, NIKLAS, Sistemas sociales. Lineamientos para una teora general, UniversidadIberoamericana, Alianza Editorial, Mxico, 1991; HABERMAS, JRGEN, Teora de la accin comunicativa, 2 Vols.Taurus, Madrid, 1989; ARCHER, MARGARET, Realist social theory: The morphogenetic approach, Cambridge UniversityPress, Cambridge, 1995.

    72 Para las frustraciones que la emergencia provoca en el plano de la investigacin sistmica, vase MASCAREO, ALDO,Sociologa del mtodo. La forma de la investigacin sistmica, en ARNOLD, MARCELO y FRANCISCO OSORIO (Eds.),La nueva teora social en hispanoamrica. Introduccin a la teora de sistemas constructivistas, Editorial UniversidadAutnoma del Estado de Mxico, Toluca, 2006; tambin MASCAREO, ALDO, El trazo y la metfora. Qu puedeaportar la investigacin sistmica?, Cinta de Moebio, 20, 2004, en www.moebio.uchile.cl (enero 2006).

    73 Es slo en el procedimiento que la racionalidad cientfica y las argumentaciones morales se tocan: las modernasciencias experimentales y una moral que se ha vuelto autnoma slo se fan ya de la racionalidad de su propio avancey de su procedimiento, a saber: de mtodo del conocimiento cientfico o del punto de vista abstracto desde el que esposible resolver algo en moral. HABERMAS, JRGEN, op. cit., 2000, p. 45.

  • 41

    PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    y razn prctica. Es el mecanismo mediante el cual la diferencia encuentra un punto deanclaje lo suficientemente abstracto como para dar espacio efectivo a lo particular, losuficientemente concreto como para ser empleado en distintos contextos y losuficientemente neutro como para permitir la formacin de criterios de convivenciauniversalmente aceptables. Es la nica estrategia que no sucumbe cuando, por la propiaemergencia de la sociedad, ella se orienta en un sentido distinto al acordado o definidoprocedimentalmente, pues el procedimiento es neutralidad suprimida y a la vez conservadaen el acuerdo, pero no es el acuerdo mismo. Las ltimas dcadas del siglo XX nos hanentregado formas variadas y altamente refinadas de ese procedimiento: la posicin original,el velo de ignorancia y el equilibrio reflexivo (Rawls), la democracia deliberativa (Habermas,Held), la intervencin contextual (Willke), una poltica de opciones (Teubner).74 Lasociologa del siglo XXI parece estar, entonces, en buenas condiciones de emprender esatarea. Lo est tambin la sociologa latinoamericana?

    En Amrica Latina esta relacin entre conocimiento sociolgico y modelamientopoltico ha sido tanto ms problemtica. En la tensin entre universalismo terico yparticularismo normativo, la teora sociolgica pocas veces sali airosa. La sociologalatinoamericana que comienza a despuntar hacia fines del siglo XIX sigue impregnadadel particularismo de la semntica civilizatoria empleada por la generacin del 37(Sarmiento, Alberdi, Echeverra); incluso van ms all. El venezolano Jos Gil Fortoul,por ejemplo, refuerza la poltica positivista de progreso propia de los gobiernos de lapoca por medio de las nociones de raza y herencia, identificando con claridad a los msaptos para esa tarea: Aun suponiendo verificable la hiptesis de la unidad primordial delgnero humano, cmo negar las diferencias radicales de organizacin cerebral existentesentre los grupos tnicos menos semejantes; por ejemplo, entre el blanco de la Europaoccidental y el negro del frica interior?75 Se trata, probablemente, de una de las msclaras renuncias al universalismo en favor de un particularismo racial impulsado por latarea poltica de civilizar la barbarie. Algo similar ocurre con Carlos Octavio Bunge, cuyobiologicismo racial lo lleva a defender la posicin dominante de las elites sustentado enuna interpretacin fatalista de las leyes biolgicas e histricas;76 y tambin con JosIngenieros, aunque de manera ms sutil y matizada; ms sutil, pues contrasta las posicionessobre superioridad blanca con las argumentaciones antiraciales de los que denomina lossentimentalistas; y ms matizada, pues en su anlisis de la evolucin social argentina,Ingenieros sigue la argumentacin racial clsica hasta el momento de surgimiento delcapitalismo, y cuando llega a l, se distancia de la argumentacin racial y adopta la lgica

    74 Vase respectivamente RAWLS, JOHN, Teora de la justicia, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1997; HABERMAS,JRGEN, Facticidad y Validez, Trotta, Madrid, 2000; HELD, DAVID, Democracy and the global order. From the modernstate to cosmopolitan governance, Polity Press, Cambridge, 1995; WILLKE, HELMUT, Ironie des Staates. Grundlinien einerStaatstheorie polyzentrischer Gesellschaft, Suhrkamp, Frankfurt, 1996; TEUBNER, GNTHER, Law as an autopoietic system,Blackwell, Cambridge-Massachusetts, 1993.

    75 FORTOUL, JOS GIL, La raza, en TERN, OSCAR, op. cit., pp. 101-118.76 BUNGE, CARLOS OCTAVIO, La evolucin del derecho y de la poltica, Revista de Filosofa, N7, 1918, pp. 46-73.

  • PERSONA Y SOCIEDAD, VOL XIX No3 / 2005 pp. 17 - 45 UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO

    42 D. CHERNILO Y A. MASCAREO, UNIVERSALISMO, PARTICULARISMO Y SOCIEDAD MUNDIAL

    y los nfasis descriptivos de la lucha de clases.77 De cualquier modo, ninguno de ellosdud que la sociedad poda ser modelada a gusto de los proyectos normativosparticularistas, ninguno dud que la modernidad poda ser inducida en Amrica Latinaa imagen y semejanza de una Europa que siempre era distinta.

    Las teoras de la modernizacin, en tanto, abandonaron la semntica racial, hereditariay de progreso, pero la sustituyeron por la del desarrollo. Como hemos dicho, con ellolograron situar en un continuum lo europeo (desarrollo) y lo latinoamericano(subdesarrollo); dejaron de definir a Amrica Latina como ausencia y la caracterizaroncomo i