2002 - Tomo IV, Edad Contemporánea, páginas 1 a 132.

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  • II CONGRESO DE HISTORIA DE ALBACETE

    Del 22 al 25 Novielllbre de 2000

    IVEDAD CONTEMPORNEA

    INSTITUTO DE ESTUDIOS ALBACETENSES "DON JUAN MANUEL" DE LA EXCMA. DIPUTACIN DE ALBACETESerie 111 - Congresos, Seminarios, Exposiciones y Honlenajes - Nm. 6

    ALBACETE 2002

  • COORDINADORES DE LA EDICIN:

    VOLUMEN 1:

    VOLUMEN 11:

    VOLUMEN 111:

    VOLUMEN IV:

    RUB SANZ GAMO

    AURELIO PRETEL MARN

    ALFONSO SANTAMARA CONDE, LUIS G. GARCA-SACO BELNDEZ

    y JOS SNCHEZ FERRER

    CARLOS PANADERO MOYA y MANUEL REQUENA GALLEGO

  • NDICE DEL VOLUMEN IV

    Pg.

    PRESENTACIONES

    CARLOS PANADERO MOYA: El siglo XIX en la historia de Albacete: balance historiogrfico 11 - 18

    MANUEL REQUENA GALLEGO: Estado de la cuestin sobre el siglo XX albacetense 19 - 27

    PONENCIA

    MARA TERESA PREZ PICAZO: Las cuentas del Concejo de Albacete y la oligarquizacin de sugobierno del antiguo rgimen a la revolucin liberal (1750-1845) 31 - 43

    COMUNICACIONES

    FRANCISCO FUSTER RUIZ: Datos para la historia de la historiografa de Albacete (1636-1967) .. 47 - 62

    JOS MANUEL ALMENDROS TOLEDO: Villatoya, la larga y costosa disolucin de una propie-dad seorial... 63 - 80

    LUCIO GALLEGO GINER: Desamortizacin eclesistica. Los bienes muebles de los conventos deSan Francisco y Santa Clara de la villa de Hellin 81 - 91

    CARMEN GARCA SERRANO: En torno a la creacin de la Audiencia Territorial de Albacete 93 - 104

    MATILDE MORCILLO ROSILLO: La seguridad municipal de Albacete durante el siglo XIX a tra-vs de los serenos 105 - 111

    Ma LUZ LZARO SALAS - OLGA SNCHEZ HUEDO: La actividad artistico-n1usical de Albaceteafinales del siglo XIX desde "El Diario de Albacete" 113 - 133

    ALFREDO ANTONIO LOSADA AZORN: El Ayuntan1iento de Hellin y sufuncionamiento internodurante la restauracin 135 - 145

    ALFREDO ANTONIO LOSADA AZORN: La evolucin de la poblacin hellinera desde 1875 a1950............................................................................................................................................................... 147 - 159

    MIGUEL-JUAN PEREDA HERNNDEZ: Sociedades obreras aln1anseas fundadas entre 1891 y1911............................................................................................................................................................... 161 -180

    MIGUEL LUCAS PICAZO: El ciclo vital en la provincia de Albacete. La encuesta del Ateneo deMadrid de 1901/02. Costumbres populares sobre el nacilniento, el matrilnonio y la muerte 181 - 191

    MANUEL LUNA SAMPERIO: "A las nimas benditas": cofradas y grupos para el ritualfestivo enla provincia de Albacete 193 - 198

    MARA DOLORES GARCA GMEZ: Un espacio para la lnuerte: acerca del origen del celnente-rio de Santa Ana de Villarrobledo 199 - 203

    ANTONIO CAULN MARTNEZ - MIGUEL LUQUE TALAVN: Don Francisco Ramos yBascuiiana (1845-1917): un general de brigada hellinense en Filipinas 205 - 215

    FERNANDO RODRGUEZ DE LA TORRE: El albacetense Juan Morcillo y Olalla, cumbre de laveterinaria espaola 217 - 237

  • JESS GMEZ CORTS: Herminio Almendros y la generacin del 27 en Almansa. Algunas cartasinditas desde su exilio cubano .

    Ma

    DOLORES DAZ NOGUERA - JESS GMEZ CORTS: Aproxilnacin a la figura y a lainnovadora obra pedaggica del maestro Jos Conde Garca ..

    NGEL LUIS ARJONA MRQUEZ: Aproximacin al director de fotografa Toms Duch Bebnonte ..

    ROSA MARA SEPLvEDA LOSA: El sistema de partidos en albacete durante la segunda repblica ..

    ANTONIO SNCHEZ MORENO: Evolucin poltica 111unicipal durante la II repblica enVillarrobledo .

    JOS DEOGRACIAS CARRIN IGUEZ: La persecucin religiosa en la provincia de Albacetedurante la guerra civil (1936-1939) .

    JOS DEOGRACIAS CARRIN IGUEZ: Pozo-Caada: los primeros sucesos luctuosos de nues-tra guerra civil en la provincia .

    DAMIN A. GONZLEZ MADRID: Algunas notas sobre el personal poltico franquista. Albaceteen el contexto Castellano-Manchego: las elecciones 111unicipales de 1948 y los prilneros diputadosprovinciales corporativos de 1949. Un anlisis cuantitativo y cualitativo ..

    DANIEL SNCHEZ ORTEGA: Una aproximacin al estudio de la oposicin al franquismo enAlbacete .

    FRANCISCO ALCZAR RUBIO - JAVIER HERNNDEZ PREZ: La lucha arn1ada antifranquistaen la postguerra de Albacete .

    ANTONIO ESTEBAN GARV: La lucha clandestina contra el franquislno. La resistencia contra ladictadura en Albacete .

    PABLO MARTN DE SANTA OLALLA SALUDES: La dicesis de Albacete del Concilio Vaticano11 alfinal de la transicin democrtica de la Iglesia espaola ..

    JULIN ROS CRCOLES: Arturo TaberaAraoz, Obispo de Albacete, en el Concilio Vaticano 11 .

    LUIS MIGUEL MARTNEZ-GMEZ SIMN: Las instituciones de atencin social al menor en laciudad de Albacete .

    ELlA GUTIRREZ MOZO: Tipologas arquitectnicas y arquitectos ele la ciudad de Albacete en elprimer tercio del siglo XX .

    JOS Ma ARISTTELES MAGN PERALES: La configuracin urbana de la actual ciudad deAlbacete: normativa versus realidad urbanstica .

    GABINO PONCE HERRERO: La estructura industrial de la provincia de Albacete en los inicios del"desarrollismo" .

    ROSA MARA SEPLVEDA LOSA: Un nuevo fondo doculnental para el estudio delfranquislno: lacomisara de polica de Albacete .

    BLANCA R. PASCUAL GONZALO: Archivo histrico provincial de Albacete nuevas posibilidadesde investigacin (identificacin archivstica e historia institucional) .

    JUAN RAMREZ DE LUCAS: Albacete ciudad de museos? .

    JESS MARTNEZ-MORATALLA - LUIS PIQUERAS - PEDRO A. SERRANO: Patrimonio ar-queolgico y espacios naturales de Albacete en peligro ante las centrales elicas ..

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  • PRESENTACIONES

  • EL SIGLO XIX EN LA HISTORIA DE ALBACETE: BALANCE

    HISTORIOGRFICOCarlos PANADERO MOYA

    Instituto de Estudios Albacetenses

    INTRODUCCIN

    Al realizar una mirada al estado actual sobre los estudioshistricos relativos al Albacete decimonnico, se observa elimportante salto protagonizado en los ltimos veinticinco aossobre ese perodo por lo que puede llamarse historiografaalbacetense contempornea.

    A partir de 1975 late una etapa de cambio sobre la atms-fera. Hasta entonces el conocimiento del siglo XIX pasabanecesariamente por la consulta de contados autores: Roa yErostarbe (1891) y Snchez Torres (1898,1916). Sus trabajostienen una fuerte carga erudita, muy apegados a las fuentes porellos consultadas, que mantienen su inters precisamente porel contenido documental sobre el que se apoyan. A su vez, losaspectos por ellos tratados constituyen la parte final de un cur-so histrico que se remonta a tiempos pretritos. Por tanto, noson slo acontecimientos de historia de su poca sino de todaslas que se dan cita en estas obras.

    En esta corriente de erudicin, existen otros trabajos dembito local, de inters muy desigual, en ocasiones autnticasmiscelneas, donde se amontonan acontecimientos de todotipo y de pocas muy diversas, biografas y rasgos costumbris-tas. Las biografas de los personajes relevantes de cada locali-dad tienen su inters al constituir, para nosotros, una fuentesecundaria vlida para el estudio de las lites de poder, econ-mico o poltico. En conjunto, las obras que proporcionan estosrasgos son, con todo, muy pocas. Cuentan con esta historio-grafa, Villarrobledo (Sandoval, 1961), Munera (Garca Sola-na, 1973), Jorquera (Cano, 1989), Barrax (Gonzlez Bermdez,1960), La Roda (Martnez Angulo,1985) y Caudete (SnchezDaz,1956 ).

    Al lado de esta escasa produccin, toda ella publicada conanterioridad a 1975 (a excepcin de dos), se asiste desdeentonces a un cambio de rumbo traducido en la actualidad,veinticinco aos despus, en ms de treinta ttulos de libros yen ms de cincuenta artculos, donde est presente la historiacontempornea de Albacete en sus contenidos, mtodos yaspectos lns variados.

    Este crecimiento se enmarca en el espectacular cambiovivido por la historiografa espaola contempornea desde losaos sesenta, cuya transformacin ya vislumbr en un estudiopionero Jos Mara Jover Zamora (1974) y para cuyos rasgosactuales se dispone de mltiples trabajos (vase, por ejemplo,

    a partir de Hemndez Sandoica, 1998). Enfoques tan relevan-tes en la historiografa espaola, desde la necesidad de estudiarla historia COlno totalidad hasta la subespecializacin en teInasy etapas ha tenido su reflejo en nuestra historiografa albace-tense del siglo XIX, contribuyendo, de esta forma, a otra de suscaractersticas actuales: la abundancia de historias locales, tannecesarias para una correcta interpretacin y explicacin denuestra historia nacional.

    El impulso de los estudios histricos albacetense debe rela-cionarse con otros procesos de cambio que han actuado a lavez. As, el crecimiento del alumnado universitario, y ms cer-ca de nosotros de la propia Universidad de Castilla-La Man-cha, ha impulsado el incremento de investigadores; a su vez, esnecesario, como ha ocurrido, que aparezcan organismos dedi-cados a dar salida a las investigaciones realizadas mediante supublicacin. En ello ha jugado un papel destacado el Institutode Estudios Albacetenses de la Diputacin Provincial de Alba-cete el cual ya convoc en 1983 un Congreso de Historia deAlbacete que tiene, en el que ahora celebramos, su continua-cin. Junto al LE.A. otros organismos han contribuido a difun-dir las investigaciones histricas: Ayuntamientos, DiputacinProvincial, Cajas de Ahorro, Universidad regional, ... y Junta deComunidades, bajo cuyo patrocinio se celebr en 1985 el pri-mer Congreso de Historia de Castilla-La Mancha. Ya en eseCongreso, el profesor Femndez Garca (1988) present unaponencia donde expona, a la altura de 1985, los estudios dis-ponibles para el siglo XIX en Castilla-La Mancha con sucorrespondiente anlisis y comentario.

    Los Congresos de Historia citados, tanto el de Albacetecomo el de Castilla-La Mancha, han incorporado, al igualque ste, estudios sobre el siglo XIX que pueden parecermodestos por su nmero si los comparamos con el tratamien-to historiogrfico que han recibido otras comunidades deEspaa, con un envidiable elenco de Congresos o de estudiosdebidos al formidable impulso de sus Universidades. Contodo, Albacete se ha incorporado a los aires de renovacinmetodolgica y temtica. Se ha pasado de una historia polti-ca tradicional a otra ms integradora que viene procurandocompreder todos los aspectos de la vida social de Albacete enel siglo XIX.

    LA HISTORIOGRAFA ALBACETENSE DEL OCHOCIENTOS: RENOVACINMETODOLGICA Y TEMTICA

    El que la historia de Albacete en el siglo XIX haya dadoun giro en estos ltimos veinte aos no quiere decir que nues-tro conocimiento de la centuria sea lo suficiente satisfactorio.Hay todava muchos aspectos por estudiar como tendremosocasin de presentar a continuacin al hilo de la exposicin delas distintas cuestiones histricas abarcadas por los trabajospublicados.

    En el mbito de la demografa histrica Albacete cuentacon un estudio excelente del que slo debemos lamentar que

    no haya encontrado el suficiente eco para ser utilizado comoinstrumento metodolgico para el anlisis demogrfico deotras poblaciones de Albacete. Nos referimos al trabajo deMartnez Carrin (1983) sobre Yeste, municipio al que aplicael autor la "teora de la transicin demogrfica", cuyos resulta-dos responden al de una poblacin serrana con fuerte ais-lamiento; su comportamiento demogrfico convendra contras-tarlo con el de otras poblaciones de la provincia al objeto deencontrar, si es que los hubo, inicios localizados de la transi-

  • cin demogrfica en la segunda mitad del sigo XIX. El mislTIoautor, en unin de Snchez Iniesta, present al congreso deHistoria de Albacete una comunicacin sobre la trayectoria dela mortalidad en el rea rural albacetense, tambin con Yestecomo eje (1984). En un marco temporal ms amplio, desde elsiglo XIV, Martnez Carrin y Rodrguez Llopis analizaron loscambios demogrficos de Yeste en otro trabajo (1983). Porltimo, un factor de modernizacin demogrfica, indicativo deltrnsito de un ciclo demogrfico antiguo a otro moderno, comoes el de la estacionalidad de los nacimientos, las nupcias y lasmuertes ha tenido por parte de Martnez Carrin (1984a) sucorrespondiente estudio, centrado tambin en Yeste, con resul-tados que se comparan con tasas medias provinciales. Todoparece indicar que el ciclo vital observado en el siglo XIX, nose transforma, no se moderniza, a lo largo de la centuria: losresultados estudiados por nosotros para Albacete a mediadosdel siglo (Panadero, 1979) y en sus ltimos veinticinco aosparecen confirmarlo (Panadero, 1991a).

    Las crisis de mortalidad a lo largo del siglo XIX, bien poralzas de las subsistencias como por invasiones epidmicas,cuentan tambin con estudios monogrficos. Es bien conocidala crisis de subsistencias de 1857 en Albacete, que estudiamoshace aos (Panadero,1979), cuyo enfoque debera aplicarse aotras alzas de las que se tiene seguridad de su existencia aun-que se desconoce su impacto social y demogrfico.

    En cuanto a las enfermedades epidmicas, se dispone de unestudio sobre las epidemias de viruelas en Albacete (Briones ybeda, 1988) algo tan propio del siglo XVIII, y el realizado porLosada Azorn (1988) para el siglo XIX en Helln donde seregistran las diferentes epidemias que afectaron a la poblacin.

    Sobre las epidemias de clera, se cuenta con los trabajos deGabino Ponce (1984), dedicados a Alpera y Bonete para lasepidemias de 1854-55 y 1865, Y el de Torres Falero (1993)relativo a la invasin colrica de 1885 en Albacete.

    La literatura mdica de la poca, tan dada a denunciar lascarencias de la infraestructura sanitaria, cuenta tambin con unestudioso entre nosotros: Jos Manuel Almendros, el cual hadado a conocer diversas topografas mdicas de varias locali-dades de Albacete (1988,1992). En ellas, los mdicos, al estaren contacto con las capas de poblacin n1s desprotegidas,denuncian la grave situacin sanitaria de los barrios de clasepopular.

    A la hora de enfrentarse a las distintas etapas histricas quecomponen nuestro siglo XIX se advierte la falta de estudiosque tengan por objeto la crisis del Antiguo Rgimen en tierrasde Albacete, es decir, del perodo 1808-1833. No hay manerade engarzar, porque lo desconocemos todo, los aos finales delsiglo XVIII en Albacete, con sus problemas econmicos y ten-siones sociales, con la etapa que se abre a partir del emblem-tico ao 1808, cuando los acontecimientos vividos por estepas anuncian tanto la liquidacin del viejo sistema del Anti-guo Rgimen como su pertinaz resistencia a querer morir.

    Del largo perodo que va de 1808 a 1833, que, por otra par-te, coincide en el tiempo con el reinado de Fernando VII, nece-sitamos encontrar respuestas a cmo se estructuraba la socie-dad albacetea, sus conflictos, las fuerzas productivas y lasrelaciones sociales de produccin, ideologa de los distintosgrupos sociales ante el liberalismo,..

    No obstante la ausencia de estudios histricos de enfoquetotal sobre el perodo, si existen anlisis de aspectos puntualesocurridos en esta larga etapa de 1808 a 1833. As, los efectosde la Guerra de la Independencia, el paso de las tropas france-sas, las requisas, el desorden econmico, el vaco de poder y elmovimiento juntista encuentran eco en el estudio pionero deMateos y Sotos (1974) Yse prolonga con los de Ramn Carri-lera (1984), Snchez Picaza (1988), Meya iguez (1993),

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    Navarro Gonzlez (1993) Y el trabajo conjunto de PlcidaBallesteros y Joaqun Malina Cantos (1998).

    La construccin del Canal de Mara Cristina, ejemplo per-fecto de actuacin del reformismo ilustrado, obra para cuyafinanciacin Albacete no contaba con suficientes recursos, yque, tras una visita de Carlos IV a la poblacin (1802), se con-sigui que fuera costeada por el Estado, cuenta con nuevasaportaciones al lado de las clsicas exposiciones de Blanch elIla (1866), Roa Erostarbe (1891) y Snchez Torres (1898,1916). Todas ellas han contado para sus respectivos estudios,al igual que los que han seguido tratando esta materia, con eltrabajo pionero de Cano Manuel (1830). Nos referimos a lasinvestigaciones de Guerra Martnez (1984) y de Snchez Orte-ga (1995). La primera estudia la gestin del Canal comoempresa econmica. La segunda, donde se dan a conocer pro-yectos anteriores a la aprobacin del definitivo, se enmarca enla perspectiva de la transformacin del espacio natural por elhombre. En otro trabajo, ahora de Morcillo (1995), se adviertesobre el lamentable estado del Canal en tomo a los aos sesen-ta del siglo XIX.

    La Guerra de la Independencia desencaden, a su vez, unproceso en el que las estructuras del Antiguo Rgimen sufrie-ron la sacudida de la revolucin liberal, plasmada en la obralegislativa de las Cortes de Cdiz, que Fernando VII, cuyo pasopor Albacete nos cuenta en un estudio Fuster (1977), se encar-gar de anular al restaurar el absolutismo. Un acontecimientode tanta trascendencia histrica posterior, como fue la extin-cin del rgimen seorial, en concreto la abolicin de los seo-ros jurisdiccionales y la conversin de los seoros territoria-les o solariegos en propiedad privada del seor, no poda dejarde contar tambin con estudios. El de Juan Romero permiteconocer la estructura de la propiedad de la tierra de algunos delos lugares sometidos a rgimen seorial (1983). Pedro Losaha presentado un estudio sincrnico del condado de Balazote(1993), ejemplo de seoro jurisdiccional y solariego, y JosM. Almendros ha centrado su atencin en el Estado de Jorque-ra (1987). Por ltimo, a travs de Zuazo conocemos el carizantiseorial que tuvo en Montealegre la crisis de 1808 al tra-ducirse por el campesinado en una oportunidad para liberarsedel yugo seorial (1915) Con todo, afortunadamente, el cono-cimiento de la evolucin histrica del seoro de Montealegrepasa por la consulta de la reciente investigacin de FranciscoJavier Losa (1998).

    Otra cuestin tratada, que es consecuencia del proyectoliberal de Estado y de organizacin territorial, es la creacin dela provincia durante el Trienio Constitucional, tema investiga-do por Angel acle (1990), entonces con capital en Chinchillaen contra de la candidatura de Albacete, decisin en dondecont la influencia del entonces presidente de las Cortes, elchinchi11ano Vicente Cano Manuel. De esta etapa se empiezana conocer las dificultades de aplicacin de otro de los aspectosde la obra legislativa del Trienio, en concreto de la desamorti-zacin civil en Chinchilla, dado a conocer por Plcida Balles-teros y Joaqun Malina Cantos (1993).

    La compleja etapa que se abre con el triunfo de la revolu-cin liberal, al introducir un nuevo sistema poltico y de podery al atentar contra los fundamentos sociales y econlnicos delAntiguo Rgimen en Albacete, constituye el marco donde sedan cita muy diversos trabajos.

    Los ilnportantes cambios de esta etapa en Albacete, queocupara el reinado de Isabel II y el Sexenio Democrtico, tie-nen un tratamiento particularizado en el estudio que dedicamospor nuestra parte al siglo XIX (1985).

    Al descender a nivel monogrfico es necesario comenzarcon el trabajo de Guerra Martnez, en el que nos presenta aAlbacete durante la regencia de Mara Cristina, es decir, en los

  • inicios de su andadura como capital de la recin nacida provin-cia. Se estudian en l la poblacin, la estructura socioeconmi-ca y las consultas electorales para diputados a Cortes (1987).En otra investigacin, tambin de Guerra Martnez, el temaobjeto de estudio es el impacto de la guerra carlista de 1833-1839 en tierras de Albacete (1991). En ella se muestra comotropas carlistas del Bajo Aragn y del oeste de Valencia, mslas partidas "guerrilleras" procedentes de Ciudad Real, hicie-ron muy difcil la vida a los albacetenes de aquellos momentos.La provincia, sin rodaje admistrativo, quedaba indefensa, aban-donada a sus fuerzas, siendo fcil presa del carlismo para pro-veerse de vveres y de recursos monetarios. En toda la provin-cia, slo dos poblaciones, Ossa de Montiel y Villamalea, pudie-ron contar con mayores simpatas los carlistas, segn planteacomo posible Ana Mara Guerra. Otro autor, Agustn Sandoval,se ha detenido en uno de los hechos de armas, como fue la bata-lla de Villarrobledo, acaecida el 19 de septiembre de 1836(1986). Se trata de una victoria cristina en contraste con otrohecho de armas acaecido al final de la guerra cerca de CasasIbez, el 14 de noviembre de 1839, estudiado por AlmendrosToledo (1990) Y que finaliz con una victoria carlista. Elencuentro le cost un consejo de guerra al comandante generalde la provincia de Albacete, D. Francisco Valds.

    El triunfo de la revolucin liberal acaba con las anterioresformas de propiedad (amortizacin, vinculacin y rgimenseorial) para verse sustituidas por la propiedad burguesa, ple-na, libre e individual.

    De todos los cambios introducidos en el rgimen de pro-piedad de la tierra el mejor conocido es el de la desamortiza-cin, gracias a la paciente labor investigadora de Daz Garca,cuando nicamente contbamos con los resultados de la desa-mortizacin en Helln (Molina Grande y Morales Gil, 1975).Antonio Daz empez presentando los resultados de la desa-mortizacin en los municipios de Albacete (1978) YEl Bonillo(1979), sin perder de vista el conjunto provincial. Los resulta-dos, recogidos en su tesis doctoral (1996), hablan con minu-ciosidad del derrumbe del potencial agrario de la Iglesia y delos municipios de Albacete, de los nuevos propietarios y de losgraves perjuicios causados en sus niveles de vida a las clasespopulares. Otro autor, Rodrguez de la Torre (1996), ha estu-diado la figura y obra de Jos de Salamanca, poltico y hombrede negocios, elevado a la categora de noble (marqus de Sala-manca), propietario de un enorme latifundio situado al sur deAlbacete, ejemplo de potencial agrario construido a partir de ladesamortizacin.

    Al lado de la desamortizacin, tan bien conocida, la des-vinculacin es la gran desconocida, lo cual es una pena si tene-mos en cuenta que, como hemos podido comprobar (Panadero,1991a), en la relacin de las principales fortunas rsticas deAlbacete, ya en el ltimo cuarto del siglo XIX, figuran propie-tarios con bienes en otro tiempo amayorazgados. Un trabajocomo el de Prez Picazo (1990) para Murcia, aplicado en tie-

    . rras de Albacete, ayudara a aclarar muchas incgnitas. EnAlbacete est claro que los soportes que permitieron la consti-tucin, en unos casos, o el mantenimiento, en otros, de la granpropiedad fueron la desamortizacin y la desvinculacin, oproceso por el que se pone fin a los mayorazgos y se reconocela propiedad privada a sus titulares.

    En cuanto a los efectos de la abolicin del rgimen seorialen tierras de Albacete la informacin disponible procede devarios autores. A travs de Pedro Losa (1993) y de Juan Rome-ro (1983) puede seguirse la evolucin de las rentas y propieda-des del titular del condado de Balazote, ejemplo de seoroterritorial en esta provincia. Las vicisitudes de los enfitutas delos seoros de Albatana y Ontur, que logran el rescate deldominio directo y el acceso a la propiedad, previo pago de for-

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    ma colectiva al titular del seoro, han sido dados a conocerpor Juan Romero (1987). En otra investigacin, ahora deAlmendros Toledo (1987), el punto de mira se sita en la casade Villena como titular del seoro de Jorquera, objeto deextincin. Por ltimo, hay que citar la reciente investigacin deFrancisco Javier Losa (1998) sobre el seoro de Montealegre.Su autor advierte como hay que esperar a los primeros aos delsiglo XX para que cesen las disputas entre los moradores de lavilla seorial y los titulares del dominio como consecuencia dela redencin de la renta territorial.

    Otra va de anlisis, por la que han entrado diversos auto-res, ha sido la de estudiar los efectos sobre la propiedad delconjunto de medidas legales aprobadas por el Estado liberal,comparando, para ello, la estructura de la propiedad de la tie-rra a mediados del siglo XVIII con la de los aos sesenta delsiglo XIX. En esta direccin estn los trabajos de Juan Rome-ro (1983), Rosa Seplveda (1981), Jos Snchez (1984), Fran-cisco Fernndez y Carmen Garca (1988), o bien, con un enfo-que tns centrado en la evolucin de los cultivos, el de JacintoGonzlez y Pablo Jaquero (1984).

    La industria en este perodo, en cambio, ofreci escasasmodificaciones, segn demuestran nuestros propios trabajos(1981, 1985) Ylos de Jos Miguel Martnez (1989), con secto-res destinados a cubrir las necesidades de los habita~tes de laprovincia y cuando la industria textil catalana, ya antes delestablecimiento del ferrocarril, ha logrado comercializar suproduccin en Albacete (C. Panadero, 1985). En torno a 1875,segn advierte Garca Bueno (1975), la industria tradicionalsegua siendo la nota predominante. De las Fbricas de SanJuan de Alcaraz, no obstante el trabajo pionero de FranciscoFuster (1976), cabe lamentar que no dispongamos para el sigloXIX de una investigacin del calibre de la realizada por JuanHelguera para el siglo XVIII (1984). Este autor ha dado ya, porfortuna, los primeros pasos en una investigacin cuyo ttulo lodice todo (1987).

    En cuanto a la minera, ese boom tan destacado en el sigloXIX en el que Espaa jug un itnportante papel, ha merecidola atencin de Juan B. Vilar y Pedro Mara Egea (1986) en susaspectos ms destacados: las calaminas de Ripar, los depsi-tos salinos, aqu con otro trabajo de Jos M. Almendros (1985),y el azufre de Helln, tambin estudiado por Losada Azorn(1994). Un ltimo trabajo, donde el azufre ocupa un lugar des-tacado, como no poda ser menos, es otro de Egea Bruno(1987).

    La Restauracin, a partir de 1875, constituye la etapa finaldel siglo XIX, en cuyo marco se ubican diferentes trabajos porsu temtica y enfoque. En unos, la Restauracin es un perododentro de un proceso histrico ms largo, como el de Helln, deLosada Azorn (1994) y el de Villarrobledo, donde VirgilioEspinar (1993) hace un ejercicio de transcripcin de las actasde acuerdos municipales, permitiendo repasar el turno entreconservadores y liberales y conocer las lites polticas. Enotros autores, la Restauracin es el mbito temporal donde seabre y cierra la investigacin. As, Jos Antonio Ayala (1988)ha estudiado la masonera. Comprueba que en la ciudad deAlbacete vivan cerca del 40% de los masones calculados parael conjunto provincial, siguindole en iInportancia Helln yAlmansa. Es decir, los ncleos de estructura socioprofesionalms compleja de la provincia. Matilde Morcillo, por su parte,se centra en un acontecimiento del final de la etapa, la crisiscolonial del 98, la respuesta y la repercusin que tuvo paraAlbacete la guerra contra los Estados Unidos (1996). En otroestudio anterior, Matilde Morcillo ya pudo observar el fuerteeco patritico con que Albacete respondi a las expedicionesmilitares de O'Donnell, en sintona con el comportatnientonacional (1993).

  • En la direccin apuntada de conocer la estructura social deAlbacete se encuentran otros diversos trabajos escritos pornosotros. En uno, a partir del censo electoral de 1878, se expo-nen los electores con su dedicacin profesional y cuota de con-tribucin al Tesoro (1983); en otro, la vivienda constituye lavariable utilizada como exponente de la posicin econmica desu dueo (1990 ) y, por ltimo, en otro trabajo ms (1991 b) seofrecen las posibilidades de los padrones de habitantes, de lasmatrculas de contribucin y de las escrituras de particin debienes hereditarios, que permiten, estas ltimas, presentar unavisin dinmica y ms completa de la sociedad y de sus clasessociales.

    Tambin se ha iniciado el estudio de los partidos polticosde la Restauracin y los procesos electorales para diputados aCortes (C. Panadero, 1985). Dentro de la rbita historiogrficasobre el caciquismo, hay otro trabajo, cuyo autor (BenitoSanz, 1980) analiza la constitucin de un distrito propio, el deCasas Ibez, bajo el podero de la familia Ochando.

    Otro de los campos investigados ha sido el de las activida-des econmicas entre la crisis agrcola y pecuaria de mediadosde los ochenta y los comienzos del siglo XX, donde se sita unestudio de Egea sobre la agricultura (1988).

    Centrado en tierras de Albacete existe un trabajo (Panade-ro Moya, 1991a) donde se profundiza en el conjunto de la acti-vidades econmicas y su dinmica, es decir, en la agricultura~la industria, el comercio y las finanzas, cuyos resultados encuanto a la sucursal del Banco de Espaa en Albacete fue pre-sentado en otra publicacin (C. Panadero, 1995). En este cam-po, en una investigacin de Lpez Yepes, se ofrecen los inten-tos, frustrados, de establecimiento de Cajas de Ahorro en elsiglo XIX (1984 ).

    Junto a la estructura econmica se ha profundizado en lacoyuntura: en la conocida "crisis agraria". Ya Martnez Carrin(1984) al exponer la evolucin de las explotaciones ganaderasen Albacete la utiliza como argumento explicativo de aqulla;a su vez, sabemos el amplio ilnpacto de la ""crisis agraria" aldemostrar cmo en nuestra ciudad no fue slo agraria sino queafect al conjunto de la economa, por su "efecto domin" (C.Panadero, 1991a ). Tambin, en otro estudio, el mismo autorresalta el impacto, ahora social, de la crisis (C. Panadero,1984c).

    Dentro del marco temporal en que nos movemos hay queresaltar el trabajo de Gabino Ponce (1989), un estudio geogr-fico sobre la comarca de Almansa que contiene mltiplesaspectos muy vlidos para la historia econmica. Entre otras,se resalta la actividad zapatera, motor del desarrollo econmi-ca y demogrfico de Almansa. Un ejemplo de actuacinempresarial plenamente moderno en ese sector es el protago-nizado por la familia Coloma, estudiado por Gmez Corts,Piqueras Garca y Snchez Uribelarrea (1984).

    En otra temtica, en el campo de las instituciones, hay queresaltar los trabajos que giran en torno a los Ayuntamientos ya la Diputacin Provincial, sobre cuya concepcin tanto pole-mizaron moderados y progresistas en el siglo XIX.

    La Diputacin cuenta con una publicacin sobre sus presi-dentes debida a Carmen Gil (1990) Y la obra coordinada porManuel Requena, cuya parte del siglo XIX ha sido redactadapor Ana Mara Guerra (1993), Antonio Daz (1993), Angelacle (1993a) y Carlos Panadero Moya (1993 a, 1993b). Engeneral se presentan los procesos electorales provinciales, quereproducen a esa escala lo que son las pugnas polticas a nivelnacional, la hacienda provincial, con sus ingresos y gastos, lasdificultades de la Diputacin para impulsar un programa deinversiones... Entre las obligaciones de la Diputacin destaca-ba por sus gastos el cuidado de la Beneficencia, y dentro deella, el Hospital de San Julin. Sobre l se cuenta con una sli-

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    da monografa llena de sugerencias, escrita por Jos MaraSnchez Ibez (1997). Analiza su andadura como hospitallocal y provincial, desde 1863, y aspectos como el movimien-to de enfermos, detenindose en los momentos de alta morta-lidad, personal y recursos destinados a su sosteniIniento.

    De los Ayuntamientos, del que ms aspectos conocemos essobre el de la capital. La vida de los primeros ayuntamientosde la regencia de Mara Cristina de Barbn (1833-1840), estu-diados por Ana Mara Guerra (1985). Los problemas presu-puestarios durante la Restauracin (Panadero Moya, 1984b);los pormenores sobre la instalacin de la luz elctrica y su dif-cil sostenimiento por las arcas municipales (Juan Snchez,1984) y, a partir del trabajo de Matilde Morcillo, Juan Caiza-res y Manuel Snchez (1998) conocemos muy bien el na-cimiento y evolucin, a lo largo del siglo XIX, de la guardiamunicipal y del resto de cuerpos de seguridad municipal enAlbacete.

    La Historia de la cultura tiene tambin su historiografa. ElAteneo albacetense, creado en 1880, tiene ahora su primerapoca, como refleja ngel acle (1993). El teatro, con otrasmanifestaciones culturales, contamos con la aportacin inicialde Francisco Fuster (1974) al minucioso estudio de EmiliaCorts (1999); la escuela de Magisterio de Albacete a travs delas investigaciones de Francisco Belmonte (1987, 1997, 1998)la enseanza secundaria en el trabajo de Mercedes Vico (1984)y en el de Snchez Snchez y Milln Miralles (1986); la pren-sa de Albacete como actividad elnpresarial y, por supuesto,como rgano de expresin de una ideologa poltica cuenta conlos estudios pioneros de Francisco Fuster (1971, 1972), eldetallado anlisis de Isidro Snchez (1985) Yel que toma comocentro a La Roda, escrito por Miguel Snchez (1987).

    La prensa es tambin una fuente de primer orden para elhistoriador. Y sobre fuentes tambin es posible presentar publi-caciones de series documentales vlidas para la historia delsiglo XIX en Albacete. As, el libro de Francisco Fuster y JosCano Valero (1985) a partir de los libros de correspondencia dela Audiencia Territorial de Albacete con el Gobierno de lanacin. Esta investigacin cuenta con el inconveniente de queno puede llegarse al contenido de las comunicaciones origina-les, pues tan slo se esboza el tema. En otra publicacin, encambio, si puede llegarse, nos referimos al catlogo de pleitosy expedientes albacetenses en el Consejo Supremo de Castillaen plena crisis del Antiguo Rgimen, escrito por Rodrguez dela Torre (1998). Ambos libros cuentan con un buen ndice final.

    Resta, por ltimo, citar las obras de sntesis, que tantoagradece el pblico lector, aquellas con las que los historiado-res, al descubrir el pasado de Albacete, contribuyen a hacercomprensible el presente y a proyectar el futuro.

    El conjunto de trabajos disponibles pueden agruparse endos direcciones. En una, como consecuencia de la creacin dela regin de Castilla-La Mancha, Albacete aparece con lasotras provincias castellano-manchegas en estudios relativos ala historia contempornea de la regin, como el escrito, en uno,y coordinado, en otro, por Isidro Snchez (1986, 1998 ); el tra-bajo conjunto de Eduardo Gonzlez y Javier Moreno sobre lahistoria electoral (1993); el estudio sobre la poblacin de JosCamacho (1999) Y el relativo a la industria de Miguel Pardo(1996) que ofrece, a pesar de que por su ttulo parece centrar-se nicamente en el tiempo reciente, una visin panormica delos inicios de la industrializacin.

    La otra direccin de los trabajos de sntesis se caracterizanpor centrarse en Albacete como unidad espacial. Tres autoreshan hecho su correspondiente aportacin: Francisco Fuster(1978, 1992), Carlos Panadero Moya en distintos trabajos(1984a, 1985, 1992, 1998) YManuel Requena (1999) autor delltimo esfuerzo de sntesis de nuestra historia contempornea.

  • Unas ltimas palabras para indicar que an queda muchopor hacer, sin duda; pero contemplado desde aqu podemosreconocer el importante salto cualitativo que se ha dado en el

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    conocitniento histrico de la sociedad albacetense en los lti-mos aos, gracias al notable esfuerzo intelectual de los autoresreseados en este breve balance.

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  • ESTADO DE LA CUESTIN SOBRE EL SIGLO XX ALBACETENSE

    Manuel REQUENA GALLEGO

    1. VISIN GENERAL

    2. DEMOGRAFA

    1 CASANOVA, Julin: La Historia y los historiadores. Barcelona, Crtica, 1991. Destacados trabajos metodolgicos se pueden encontrar en las prestigiosas revis-tas de Historia Social y de Historia Contempornea. Para una sntesis de las ltimas aportaciones, ver la obra de Gonzalo PASAMAR: Historia contempor-nea. Aspectos tericos e Historiogrficos. Madrid, Sntesis, 2000.

    2 Existan tres libros referidos a la capital pero ninguno a la provincia de Albacete.

    3 FUSTER RUIZ, Francisco: Aspectos histricos, artsticos, sociales y econmicos de la p,vvincia de Albacete. Valencia, Caja de Ahorros de Valencia, 1978; delmismo autor es Fondos bibliogrficos albacetenses. Albacete, Ayuntamiento, 1972.

    4 Congreso de Historia de Albacete. Vol. IV: Edad Contempornea. Albacete, lEA, 1983. Las dos obras colectivas son Historia de Albacete y su Caja de Ahorros,1833-1985. Albacete, Caja de Ahorros, 1985, pp. 143-464, e Historia de Albacete, Toledo, Azacanes, 1999, pp. 403-574.

    5 VARIOS AUTORES: Almansa siglo XX. Almansa, Ayuntamiento, 1999; LOSADA AZORN, Alfredo: HelUn en su Historia. Helln, 1994; ESPINAR, Virgilio:Villarrobledo entre las dos repblicas (1873-1936). Villarrobledo, Biblioteca de Autores y Telnas de Villarrobledo, 1993; SANDOVAL, Agustn: Historia de mipueblo. Villarrobledo, 1961.

    6 MARTNEZ CARRIN, Jos Miguel: La poblacin de Yeste er los inicios de la transicin demogrfica, 1850-1935. Albacete, lEA, 1984. En la misma lnease encuentran dos artculos del mismo autor: "Estacionalidad y cambio demogrfico: La transformacin del ciclo vital anual en tierras albacetenses durante lossiglos XIX Y XX". Al-Basit, n 13, 1984, pp. 87-136 Y "El declive de la mortalidad en el rea rural albacetense, siglo XIX-XX". Congreso de Historia deAlbacete, Vol. IV: Edad Contempornea, lEA, 1984.

    Todo Congreso supone un empuje importante a la investi-gacin y por ello este balance trata de dar a conocer los temasinvestigados y las lagunas an existentes con el fin de que seancubiertas en un futuro inmediato. El estado actual de la inves-tigacin histrica sobre el Albacete del siglo XX es buena, yaque se han publicado acerca de dicho siglo, unos ciento trein-ta artculos y 65 libros. Ello se debe, sobre todo, a la gran laborrealizada por la revista Al-Basit, el Instituto de Estudios Alba-cetenses y la Universidad de Castilla-La Mancha, junto a lasaportaciones de los Congresos de Historia de Albacete (1983)Y el de Castilla-La Mancha (1985).

    No slo se ha progresado cuantitativamente sino, y esto eslo ms importante, muchas de las obras de investigacin hansupuesto una renovacin metodolgica siguiendo las corrien-tes actuales espaolas y extranjeras. Se observan destacadasaportaciones en los estudios sobre la poblacin procedentes dela demografa histrica y acerca de la historia social en cuantoque ha incorporado conceptos y mtodos de la sociologa,antropologa y psicologa. Tambin se han registrado impor-tantes cambios en la desprestigiada historia poltica que sebasaba en los relatos de los grandes personajes y efemrides,pasando a centrarse en los sucesos populares, en las masas.Adems incorpora aportaciones de la ciencia poltica, de lasociologa y de la geografa electoral, volvindose al empleode la historia narrativa. Por lo tanto, se han ido cubriendo loscampos de investigacin del siglo XX a partir de los aosochenta, siguiendo las corrientes de la historiografa espaola l.

    La historia de la provincia de Albacete referida al siglo XXha sido poco tratada hasta finales de la dcada de los setenta2,

    Han aparecido numerosas publicaciones con importantesavances metodolgicos y aportaciones de nuevas fuentes,siguiendo las orientaciones de la demografa histrica. La obramodlica es la de Jos Miguel Martnez Carrin6 referida a lazona rural de Yeste entre 1850 y 1935. Esta se apoya metodo-lgicamente en las aportaciones de los tericos franceses,ingleses e italianos, as como en diversas y variadas fuentes(INE, el Registro Civil, registros parroquiales y archivo muni-cipal)' junto a un excelente aparato crtico. Observa que losefectos epidmicos son cada vez menores, los ciclos vitales

    fecha en la que apareci la primera sntesis de Francisco Fus-ter Ruiz sobre aspectos histricos, artsticos, sociales y econ-micos3 Posteriores investigaciones dieron lugar a dos nuevoscompendios en las que intervinieron especialistas que pusieronal da el estado de la investigacin. Uno se public en 1985,Historia de Albacete y su Caja de Ahorros, 1833-1985 y laotra, de reciente aparicin, titulada Historia de Albacete, cuyasltimas 170 pginas estn referidas al siglo XX4.

    En lo que respecta a la historia local de algunas poblacio-nes es pobre la produccin de obras referidas al siglo XX.Entre las localidades ha sido la capital quien ha merecido msatencin al dedicarle tres trabajos, aunque carecen de la meto-dologa histrica. Sin embargo, aportan una gran cantidad dedatos desde el principio de siglo hasta 1958 que las hacenvaliosas para los investigadores. De los primeros aos del sigloXX nos habla Francisco Javier Snchez Torres en sus Apuntespara la historia de Albacete, siendo ampliada por Joaqun Qui-jada Valdivieso, a mi entender la mejor de las tres, Albacete enel siglo XX (Apuntes para la historia de esta ciudad) y com-pletada por Francisco del Campo Aguilar, Albacete contempo-rneo (1925-1958). Solo tres municipios han dispuesto deobras de cierto inters sobre el perodo contemporneo, graciasal esfuerzo de investigadores e instituciones, como Almansasiglo XX, de varios autores; la de Alfredo Losada Azorn sobreHelln en su Historia y la de Virgilio Espinar, Villarrobledoentre las dos repblicas (1873-1936)5. En general, podemosconcluir que se han dedicado tres obras generales a la provin-cia y seis a los municipios, destacando tres a la capital y una aAlmansa, a Hel1n y a Villarrobledo.

    (nupcias, defunciones y nacimientos) estn directamente vin-culados a los ritmos agrarios y la transicin demogrfica no seproduce hasta las primeras dcadas del siglo XX. Fenmenoeste ltimo que ha sido observado en otras localidades comoBogarra y Albacete capital, y que podra hacerse extensible alresto de los pueblos. Dicha transicin origin un incrementorpido de la poblacin, muy superior al desarrollo econmicoprovocando un desequilibrio malthusiano que origin el pro-ceso de emigracin en busca de trabajo del campo a la ciudado a otros ncleos industriales.

  • La relacin entre poblacin y economa ha sido puesta demanifiesto en los trabajos de Jos Snchez, Juan Romero y Fran-cisco Daz. Todos estn basados en sucesivos recuentos pobla-cionales y en las tasas naturales. Los dos primeros han manteni-do que la emigracin fue consecuencia de que la poblacin hacrecido ms rpidamente que la economa. El trabajo de JosSnchez7 demuestra que la provincia de Albacete era predomi-nantemente agraria, poco modernizada y de bajos rendimientos,con escasa industrializacin y poco desarrollo comercial hasta1970. Ello sirvi de freno al incremento de la poblacin ya quese registr un alto ndice de emigracin exterior a partir de 1950.Juan Romer08 mantiene que hubo un crecimiento demogrficohasta 1950 y a partir de esta fecha hasta 1975 decay como con-secuencia de la emigracin. El ndice de aumento vegetativo fuems elevado en la provincia que en la capital hasta los aos 40,invirtindose la relacin a partir de 1960 ya que en las zonasrurales quedaba predominantemente poblacin vieja que no pro-creaba. Francisco Daz9 hace un estudio de proyeccin demo-grfica utilizando los datos poblacionales entre 1900 y 1985.Elabor una propuesta para 1986-2010 en la que seala quehabr un incremento lento de la poblacin, debido sobre todo alas zonas expansivas del noroeste y suroeste que compensarn elretroceso o estancamiento de las dems zonas. La poblacinsufrir un envejecimiento, finalizar la endmica emigracin yseguir disminuyendo la dedicada al sector primario en benefi-cio de los sectores terciario y secundario.

    Debemos aadir algunos trabajos locales referidos a aspec-

    20

    tos diferentes. El gran aumento poblacional de la capital sedebe, en gran parte, segn Miguel Panadero10, a la emigracinhacia ella del resto de los habitantes de los pueblos de la pro-vincia, especialmente entre los aos 1950-1990, originndoseuna planificacin urbana bastante catica. Sobre Helln, Anto-nio Losada11 analiza como la poblacin agraria desciende pordebajo del sector secundario y terciario a partir de 1970 y ade-ms como el cambio en la familia se aprecia menos en laspedanas rurales que en la zona urbana. Sobre la poblacinalmansea entre 1970 y 1980 est la obra de Rafael Piqueras l2

    Acerca de la evolucin y planificacin urbana de la capitaldisponemos de la obra pionera de Miguel Panadero, citadaanteriormente. Sobre este mismo tema, aparecieron posterior-mente dos investigaciones 13. La de Jacinto Gonzlez, enfocadadesde la geografa urbana y la de Jos Mara Magn, desde elcampo del derecho administrativo, quienes sealaban que lanecesidad de crecimiento acelerado, la especulacin urbana, lapoca sensibilidad del ayuntamiento en algunas etapas lo cualha originado una deficiente planificacin urbana y un gran des-cuido del patrimonio histrico, causando un caos en la estticade la construccin.

    Quedan algunos aspectos interesantes que no han sido tra-tados an. La crisis de viruela de 1918 que tanta repercusintuvo en toda la provincia, as como su incidencia sobre los dis-tintos estratos sociales y diversos barrios. Hay que indagar en laemigracin exterior, sabiendo el nmero de personas que salen,a las provincias o pases que se dirigen y las razones de ello.

    3. ECONOMA

    El plano economlCO ha sido el menos atendido por losinvestigadores, dedicndole ms atencin a lo acaecido conposterioridad a 1970. Hay un enfoque general en los trabajosde Jos Snchez Snchez, Miguel Panadero Moya y Miguel R.Pardo l4 Conocemos que esta provincia sigui manteniendouna economa agraria poco modernizada hasta 1970, obser-vndose a partir de dicha fecha unas mejoras al tiempo que seiniciaba un desarrollo de la industria ligera y del comercio.

    3.1. AGRICULTURAEl sector ms estudiado es la agricultura, ya que estamos

    hablando de una provincia agraria. Durante el primer tercio delsiglo XX se realizaron algunas mejoras en el campo que per-mitieron el incremento de la productividad y de la produc-

    cin 15. Se introdujeron cultivos ms rentables como la vid16 ensustitucin de los cereales, como sucedi en la zona de Villa-rrobledo. La concentracin de la propiedad la converta en unaprovincia latifundista a la que afect la Reforma Agraria, con-feccionndose una amplia lista de albacetenses que les expro-piaban las tierras 17, pero despus de la guerra les fuerondevueltas.

    Diversos trabajos analizan la evolucin en algunas zonas,observndose en todas la prctica de una agricultura tradicio-nal con diversas y variadas mejoras. Juan Romero 18 estudia lacomarca de Albacete partiendo de la utilizacin del AvanceCatastral de 1909, el Registro Inventariado de la PropiedadExpropiable de 1933, los censos agrarios de 1962 y 1972, losdatos reunidos por Pascual Carrin en Los latifundios en Espa-

    7 SNCHEZ sNCHEZ, Jos: Geografa de Albacete. Factores del desarrollo econmico de la provincia y su evolucin reciente. Albacete, lEA, 1982, 2 v.

    8 ROMERO GONZLEZ, Juan: La despoblacin de la Mancha. Evolucin de la poblacin de Albacete y su problemtica actual. Albacete, lEA, 1980.

    9 DIAZ MARTNEZ, Francisco: Demografa de la provincia de Albacete, bases para una planificacin econmica. Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha,

    1990.

    10 PANADERO MOYA, Miguel: La ciudad de Albacete. Albacete, Caja de Ahorros Provincial, 1976.

    11 LOSADA AZORN, Antonio: "La estructura de la poblacin econmicamente activa en Helln". Al-Basit n 13, 1984, pp. 137-161; "La composicin familiar

    en el municipio de Helln". Al-Basit n 20, 1987, pp. 67-78.

    12 PIQUERAS GARCA, Rafael [y otros]: "Evolucin de la poblacin de Almansa en el decenio 1970-1980", Congreso de Historia de Albacete. Edad

    Contempornea, Albacete, lEA, 1984.

    13 GONZLEZ, Jacinto: La ciudad nueva: Albacete 1833-2000. La Siesta del Lobo, Albacete, 2000; MAGN PERALES, J.Ma: El desarrollo urbanstico de la

    ciudad de Albacete. Albacete, LE.A., 1997.

    14 PANADERO MOYA, Miguel: "Albacete en el perodo 1939-1960" y "Estructura econmica y social de Albacete (1960-1985)", en Historia de Albacete 1833-

    1985 Y su Caja de Ahorros. Albacete, Caja de Ahorros, 1985, pp. 201-218 Y 221-270, respectivamente; SNCHEZ SNCHEZ, Jos: Geografa de Albacete.Factores del desarrollo econmico de la provincia y su evolucin reciente. Albacete, lEA, 1982, 2 v. PARDO, Miguel R.: (Coord.): Historia econmica de

    Castilla-La Mancha (siglos XVI/-XX). Biblioteca Ail, Madrid, 2000.

    15 REQUENA GALLEGO, Manuel: "Transformaciones y expansin de la agricultura albacetense, 1890-1935". Cultural Albacete, enero 1990, pp. 3-20.

    16 RODRGUEZ DE LA TORRE, Fernando: "Catastro vitcola y vincola de la provincia de Albacete". Al-Basit n 8, 1980, pp. 163-172; GMEZ ESCUDERO,

    L.J.: "El viedo en el paisaje agrario de Villarrobledo". Congreso de Historia de Albacete, Vol. IV: Edad Contempornea, lEA, 1984.

    17 ESPEJO MARN, Cayetano: "Las grandes explotaciones agrarias en la provincia de Albacete". Al-Rasit n 25, 1989, pp. 165-179.

    18 ROMERO GONZALEZ, Juan: "Agricultura tradicional y transformaciones recientes en el campo de Albacete", Al-Basit, n 7, enero 1980, pp. 37-61.

  • a y el Censo de Rstica. Lleg a la conclusin de que en todoel perodo predomin el latifundio y no sufri importantescambios la propiedad. A partir de los aos cincuenta se apreciaun progresivo aumento de la explotacin directa, sobre todo,en las grandes extensiones. El escaso nivel de desarrollo tec-nolgico y los bajos niveles de productividad podan mante-nerse gracias a la superabundancia de mano de obra y bajossalarios. A partir de los aos sesenta se introducen mejoras enlos utensilios agrarios, aumenta el ndice de mecanizacin y deabonos. Sin embargo se mantiene el empleo de los cultivos tra-dicionales con predominio de los cereales. El abundante aguasubterrnea ofreca la posibilidad de la puesta en regado deuna parte del secano, incrementando as los rendimientos, sinembargo no se realizaron importantes inversiones en regados.Hay que resaltar la labor colonizadora llevada a cabo en AguasNuevas donde 2.500 Ha. de secano expropiadas con indemni-zacin por el Estado se trasformaron en regado y fueron dis-tribuidas en lotes de unas 10 ha. entre colonos sin tierras veni-dos de otras zonas pobres.

    Benito Sanz l9 seala que Villamalea es una comunidadcampesina donde predomina el reparto de la propiedad y elcultivo de la vid. Esta dominada con la familia caciquil de losOchando y ser durante la II Repblica cuando surja el sindi-cato ugetista y los partidos obreros y republicanos. Dicha tra-dicin de izquierdas permanecer oculta durante los primerosaos del franquismo que, a travs del partido comunista, seinfiltrar a partir de los aos cincuenta, logrando controlar laHermandad de Labradores y la Cooperativa del vino. Jos Sn-chez20 analiza los graves problemas que tiene un pueblo agra-rio, aislado y de montaa como Bogarra. El escaso de-sarrolloeconmico choca con el alto crecimiento poblacional conse-cuencia de la revolucin demogrfica originando una granemigracin a partir de 1960, lo que supone un retroceso delnmero de habitantes y un progresivo envejecimiento. Parasalir de dicha decadencia se hacen unas propuestas integralesde carcter econmico para zonas de alta montaa con el fin deretener la poblacin joven.

    Falta por conocer el ritmo de mecanizacin y empleo deabonos minerales, el proceso de sustitucin de los cereales porla vid y el olivo, las oscilaciones de la productividad y sus cau-sas, a qu sector se invierten las rentas agrarias, la incidenciade las Cajas Rurales en el campo, la propiedad de las tierras yla incidencia de la poltica de precios agrarios del gobierno enlos diversos sectores propietarios.

    Una visin general de la ganadera en los siglos XIX y XXnos la ofrece Jos Miguel Martnez21 a travs de las estadsti-cas oficiales de los censos generales de ganadera. Seala que

    21

    registr un gran aumento en la etapa 1916-1924 y se fue cam-biando la ganadera extensiva por la estabulada. Ahora faltaprofundizar con trabajos puntuales y fuentes nuevas, as comola relacin entre sta y la agricultura.

    3.2. INDUSTRIALa industrializacin comienza a tener sus efectos en Alba-

    cete durante el primer tercio del siglo XX. Aparecen las fbri-cas de harinas y chocolates, las bodegas, la cuchillera y el cal-zado, entre las ms importantes. Su lenta mecanizacin estuvoapoyada, sobre todo, en la electricidad. As lo muestran losestudios de Manuel Fernndez y Jos Snchez22 Este ltimoseala que nuestra industria elctrica cubra no slo la deman-da provincial sino que enviaban gran parte de su produccin aMadrid. La empresas eran pequeas dando trabajo a un pro-medio de unos diez obreros. Son una excepcin las del calza-do de Almansa con siete fbricas y ms de cincuenta emplea-dos cada una, en especial la de los Coloma23 quienes hacia1930 iban a la cabeza de este sector en Espaa en tecnifica-cin, ocupando a 845 trabajadores y con una produccin desetecientos mil pares de zapatos anuales. Las escasas posibili-dades de la minera a finales del siglo XIX y el primer terciodel siglo XX se hacen patentes en la obra de Juan BautistaVilar y P.M. Brun024

    El renacer industrial se inicia de forma lenta aprovechandoque Albacete se encuentra bien situado respecto a los merca-dos de Madrid, Valencia y Alicante, recibiendo un impulso conla creacin de Campollano en 1960. Vivi una etapa entre 1975y 1985 de estancamiento debido a los efectos de la crisis de1975, para realizar un perodo de recuperacin en la dcadasiguiente, segn muestran los trabajos de Miguel Pard025,Carmen Garca y Carmen Romero. Se aprecia una renovacinpara poder competir con los mercados europeos tras nuestraintegracin en la CEE. Ello signific un crecimiento en la pro-duccin y en la exportacin. En la industria del calzado deAlmansa, junto a la innovacin se desarroll el trabajo a domi-cilio, dando lugar a la economa sumergida26

    3.3. TRANSPORTE, COMERCIO Y BANCAHay una gran deficiencia de estudios en estos sectores eco-

    nmicos. Necesitamos conocer el grado de abandono de lostransportes por carretera y ferrocarril, as como el avance delcomercio y los problemas de la banca albacetense. Se hanpublicado algunos trabajos como el ferrocarril a cargo deFuensanta Casado y Jacinto Gonzlez27, quienes presentaronlos diversos proyectos ferroviarios que afectaban a la provinciade Albacete y las posibilidades de realizacin como es el de

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    19 SANZ DIAZ, Benito: Villamalea, 1900-1939. Estudio sobre una comunidad rural de La Mancha. Del caciquismo a la aparicin de la organizacin de clase.Valencia, 1978. Tesis doctoral indita.

    20 SNCHEZ SNCHEZ, Jos: "Problemas de desarrollo rural en la sierra de Alcaraz, y su difcil solucin: el ejemplo de Bogarra". Al-Basit n 18, 1986, pp. 105-119.

    21 MARTNEZ CARRIN, J.M.; "Explotacin ganadera y transformaciones pecuarias en tierras de Albacete en el siglo XIX y primera mitad del XX". Congresode Historia de Albacete, Vol. IV: Edad Contelnpornea, lEA, 1984.

    22 FERNNDEZ NIETO, Manuel: Estadstica industrial de la provincia de Albacete. Albacete, 1913; SNCHEZ SNCHEZ, Jos: "Orgenes y desarrollo de la

    industria elctrica en la provincia de Albacete (1887-1932)". Congreso de Historia de Albacete, Vol. IV: Edad Contempornea, lEA, 1984.

    23 GMEZ CORTS, J., Yotros: "Orgenes de la industria del calzado en Almansa. El caso de la familia Coloma". Congreso de Historia de Albacete, Vol. IV:Edad Contempornea, lEA, 1984.

    24 VILAR, Juan Bautista y EGEA BRUNO, P.M.: "Aproximacin a la minera albacetense contempornea (1840-1930)". Al-Basit n 19, 1986, pp. 33-67.

    25 PARDO, Miguel: La industria de Castilla-La Mancha en el periodo de la recuperacin (1985-1991). Madrid, Civitas/JCCM, 1996; GARCA MARTNEZ, C.;

    ROMERO SNCHEZ, C.: Las transformaciones de la industria de Albacete dentro del contexto de la reestructuracin econmica espaola. Albacete, lEA,1996.

    26 GARCA MARTNEZ, F. J.: "La industria de calzado en Almansa: de los orgenes a la economa sumergida". Almansa, Cuaderno de Estudios Locales n 9,1990.

    27 CASADO MORAGON, Ma Fuensanta y GONZLEZ GMEZ, Jacinto: "Revisin de los proyectos de ferrocarril no realizados en la provincia de Albacete",Congreso de Historia de Albacete, Vol. IV. Edad Contempornea. Albacete, LE.A., 1984, pp. 367-393.

  • Lpez Yepes sobre la banca28 Disponemos de informacinpara los aos ochenta, la de Carmen Garca a la actividad

    22

    comercial de la capital y la de Francisco Santamara29 sobre eltransporte pblico por carretera.

    4. SOCIEDAD

    4.1. CLASES SOCIALES Y SUS AGRUPACIONESHay un gran vaco sobre la distribucin de las clases socia-

    les en el siglo XX, por lo cual debemos realizar investigacio-nes siguiendo el modelo que Carlos Panadero realiz para lacapital de finales del siglo XIX. Para ello disponemos de lasfuentes estadsticas municipales que permiten saber el nmerode artesanos, comerciantes, trabajadores, etc., as como lossalarios; las listas de los mayores contribuyentes rurales yindustriales; los censos electorales, etc. Tambin hay unaamplia laguna sobre las organizaciones obreras y patronales,as como acerca de las reformas sociales y laborales. Unavisin general al movimiento obrero la encontramos en el tra.,.bajo de Vilar y Egea30 quienes nos indican la existencia de laUnin General de Trabajadores a comienzos de siglo enAlmansa y en Albacete capital y que el sindicalismo campesi-no empez a tener fuerza a partir de 1916. Sin embargo, care-cemos de trabajos sobre las organizaciones patronales. Quedamucho por indagar de la sociabilidad durante este tercio desiglo. Una aproximacin la tenemos en la obra de Miguel Sn-chez sobre asociaciones culturales y sociales durante la Res-tauracin en La Roda31 Manuel Requena analiza la relacinentre masonera y poltica durante la II Repblica32

    Tampoco conocemos la aplicacin de las leyes laborales niel funcionamiento de los mecanismos de negociacin, exceptolos Jurados Mixtos durante la II Repblica a cargo de Pedroliver y Manuel Requena33, que sirvieron para fijar acuerdoslaborales y ser tribunal de reclamaciones que debilit los con-flictos entre una intransigente patronal y un slido sindicalis-mo ugetista. Tambin conocemos los problemas que tuvierondos instituciones del rgimen, las Hermandades y las coopera-tivas34 Ambas sufrieron en Villamalea la poltica de los comu-nistas de infiltrarse poco a poco en ambas y controlarlas.

    4.2. Los CONFLICTOS SOCIALESEste es un tema estudiado. El carcter conflictivo de la

    sociedad aparece especialmente en las etapas donde las liber-tades y la fortaleza de las organizaciones posibilita la confron-

    tacin. La etapa donde se dieron las condiciones idneas fue laII Repblica y la guerra civil, perodos en que se producenmuchos ms enfrentamientos. La provincia de Albacete sehaba caracterizado por el orden social que casi nunca fue per-turbado, excepto en la II Repblica y la guerra civil. As sepuede apreciar en la obra sobre agitaciones de Francisco Fus-ter y Jos Can035 y en el artculo de Vilar y Egea, citado ante-riormente, en el que se seala el completo orden social, excep-to en 1918-1921. Despus hubo tranquilidad social hasta la lle-gada de la II Repblica. Fue en este perodo en el que se regis-tr la mayor conflictividad. Los hechos ms destacados hansido la huelga campesina del verano de 1934, estudiada porPedro liver y Manuel Requena; la revolucin de octubre de1934, analizada por Jos Deogracias Carrin36; ste mismoestudia los sucesos campesinos de Bonete. Ser ManuelRequena37 quien analice los sucesos de Yeste, los hechos msgraves acaecidos durante el Frente Popular, donde murieron unguardia civil y 17 campesinos. La gravedad de los hechos pro-voc una interpelacin en las Cortes que pudo finalizar conuna crisis de gobierno, pero las fuerzas de izquierdas apoyarona ste, limitndose a pedir se depurasen responsabilidades enla guardia civil.

    Durante el franquislTIo el orden social se mantuvo en casitoda la provincia, producindose enfrentamientos de bajaintensidad en algunas poblaciones como Villamalea, caso estu-diado por Benito Sanz38 Durante la etapa democrtica faltanpor analizar los aos conflictivos de 1976-1980, la aparicinde otros grupos sociales como las asociaciones de barrios, losecologistas, los insumisos, etc.

    4.3. EDUCACIN y PRENSAAmbos aspectos han sido tratados, aunque con mayor pro-

    fusin el de la prensa. Los anlisis sobre la educacin nos reve-lan que la provincia de Albacete tiene un alto ndice de analfa-betismo a comienzos del siglo XX como consecuencia delatraso educativo, se aprecia en la deficiencia de la enseanzaprimaria y secundaria hasta la II Repblica en la cual se dio un

    28 LPEZ YEPES, J.:"Los proyectos de Cajas de Ahorros y Monte de Piedad de Albacete" Congreso de Historia de Albacete 1984, tomo IV, pp. 201-224.

    29 FERNNDEZ SANTAMARA, Francisco: "Transporte pblico de viajeros por carretera y accesibilidad en la provincia de Albacete", Ensayos, n 14, 1999, pp.27-42; GARCA MARTNEZ, Carmen: Actividad comercial y espacio urbano (La organizacin espacial del comercio minorista en la ciudad de Albacete).

    Cuenca, Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 1995.

    30 VILAR, Juan Bautista y EGEA BRUNO, Pedro Ma: "Movimiento obrero en Albacete durante la crisis de la Restauracin (1902-1923)", Congreso de Historia

    de Albacete, tomo IV: Edad Contempornea. Albacete, LE.A., 1984, pp. 63-95.

    31 SNCHEZ PICAZO, Miguel, "Entidades y asociaciones culturales y sociales en La Roda desde la Restauracin a la guerra civil (1875-1939)", Congreso de

    Historia de Albacete, 1984.

    32 REQUENA GALLEGO, Manuel: "Masonera y poltica en Castilla-La Mancha (1928-1936)", La masonera en la Espaia del siglo XX, Toledo, 1996, Vol. 1, pp. 153-168.

    33 OLIVER OLMO, Pedro: Control y negociacin: los jurados mixtos de trabajo en las relaciones laborales republicanas de la provincia de Albacete (1931-1936),

    Albacete, LE.A., 1997. REQUENA GALLEGO, M.: "Los jurados mixtos de trabajo en la provincia de Albacete durante la 11 Repblica", Mercado y organiza-

    ciones del trabajo en Espaa.

    34 ORTIZ HERAS, Manuel: Las Hermandades de Labradores en el franquismo. Albacete 1943-1977. Albacete, lEA, 1992. SANZ DIAZ, Benito: "Historia de la

    Cooperativa San Antonio Abad de Villamalea (1946-1977)". Al-Basit n 7, 1980, pp.113-148.

    35 FUSTER RUIZ, E; CANO VALERO, J.: Agitaciones sociales y polticas en La Mancha y Murcia, 1858-1927. Aportacin doculnental de los libros de correspon-

    dencia de la Audiencia Territorial de Albacete. Albacete, LE.A., 1985.

    36 CARRIN IGUEZ, Jos D., La insurreccin de octubre de 1934 en la provincia de Albacete. lEA, Albacete, 1990. De este mismo autor es "Suceso-de Bonete(Marzo de 1936)". Al-Basit n 20, 1987, pp. 195-210; OLIVER OLMO, Pedro: "La huelga general campesina de 1934 en la provincia de Albacete", Al-Basit,N 41,1997, pp. 279-291. REQUENA GALLEGO, M.: "La huelga campesina de junio de 1934 en Albacete", Estado, protesta y movimientos sociales. Vitoria,

    Universidad del Pas Vasco, 1998, pp. 283-294. .

    37 REQUENA GALLEGO, Manuel: Los sucesos de Yeste (mayo 1936). Albacete, LE.A., 1983.

    38 SANZ DAZ, Benito: "Bastiones de resistencia en Castilla-La Mancha: el caso de Villamalea", Espaa franquista. Causa General y actitudes sociales ante la

    Dictadura. Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha, 1993, pp. 233-246.

  • gran impulso con la creacin de nuevas escuelas y centros deenseanza media, la contratacin de un gran nmero de profe-sores as como la renovacin en los mtodos pedaggicos enlos Institutos y las Escuelas Normales. Junto a la enseanzaestatal se desarrollar tambin la privada laica y religiosa. Dela evolucin de la enseanza primaria estatal nos informa JuanPeralta, Martnez Snchez habla de la docencia privada y Enri-que Snchez del Instituto de la capital en el primer tercio delXX39. En cuanto a la labor pedaggica realizada durante laRepblica, resaltar la figura del almanseo Herminio Almen-dros40 y en la difcil tarea desarrollada por la escuela de Magis-terio durante la guerra civil, estn las aportaciones de JosDeogracias Carrin, Onofre Contreras, Pedro Serrano y Matil-de Morcill041

    Se ha de profundizar en la poltica de creacin de escuelasy de institutos, as como la evolucin y renovacin pedaggicade la Escuela de Magisterio influenciada por personalidadesdel Instituto Libre de Enseanza, indagar sobre el desarrollo dela enseanza privada, saber sobre el abandono de sta en laszonas rurales frente a las urbanas y la evolucin de las escue-las de oficios.

    El progreso y la renovacin sobre la prensa se debe al tesnde Isidro Snchez Snchez42 quien a comienzos de la dcadade los ochenta present su trabajo referido a la provincia entre1833 y 1936, aportando la relacin de ttulos, su contenido, laorientacin, las personas que trabajaban en l, el consejo dedireccin, etc. En dicho trabajo se resaltaba el gran dinamismoperiodstico en la capital y algunos pueblos importantes comoHelln, Almansa, Villarrobledo y La Roda, junto a localidadesmedianas como Casas Ibez por ser el cacicazgo de losOchando. Resalta la importancia documental para futuros tra-bajos, as como la orientacin partidista de cada peridico.Siguiendo esta metodologa, Miguel Snchez Picazo realizvarios trabajos, profundizando en el contenido de dicha pren-sa. Uno, referido al partido judicial de La Roda, otros dedica-dos a un peridico concreto como El Manchego (Tarazona deLa Mancha), La Gaceta de la Mancha y La Voz del Distrito43

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    (Casas Ibez). Adems se ha realizado un balance de lo publi-cado durante la guerra civil44

    4.4. CULTURA y ARTEExiste una amplia informacin del desarrollo cultural y

    artstico que vivi esta provincia en las etapas de 1910 a 1936y de 1970 a 1999. Destacndose la decadencia entre 1940 y1970. Juan Bravo se dedica a la obra narrativa y Jos ManuelMartnez Cano a la potica45 Ampliando este ltimo campo,Francisco Fuster se ha centrado en los autores de principios desiglo y los de la II Repblica. Matas Perier y Carmelo Blancorelatan algunas ancdotas de Federico Garca Lorca y Miguelde Unamuno durante su estancia en Albacete en 193346 Cono-cemos los perfiles de nuestro destacado fillogo Toms Nava-rro Toms gracias al estudio de Alonso Zamora Vicente47 y elde la musicloga Carmen Ibez48, gracias a Fernando Rodr-guez. Esta actividad cultural, junto a la poltica estuvo impul-sada desde el Ateneo Albacetense, creado en 1880 y que ejer-ci un gran dinamismo en el siglo XX, excepto en algunas po-cas de inactividad49

    Se realiz una gran actividad teatral50 en la capital y Helln,segn sealan Francisco Fuster y Antonio Moreno. Profundi-zando en el ambiente teatral de la capital, Francisco Linaresinvestig 10 acaecido en las dos primera pocas del siglo XX yEmilia Ochando para 1924-1936. Acerca del cine albacetensetrata la obra de Jess Garca y Jos Fidel Lpez, describiendolas diversas salas donde se proyectaban, as como las pelculasy el ambiente que les rodeaba5l . Tambin fue la poca deesplendor de los arquitectos al servicio de la burguesa enri-quecida que construyeron sus viviendas en el centro de la ciu-dad, alrededor del eje de la calle "ancha" (Tesifonte Gallego yMarqus de Molins). Destacan Miguel Ortiz, Julio Carrilero,Daniel Ortiz, entre otros, como lo muestran los trabajos deMara Victoria Cardoso y Rosa Mara Romer052

    Luis Guillermo Garca-Sauco realiz un balance de laaportacin artstica de Albacete a la exposicin de Sevilla en1929 y Jos Snchez sobre los resultados de una encuesta etno-

    39 PERALTA JUAREZ, Juan: La escuela en la provincia de Albacete. Albacete, lEA, 1997; MARTNEZ SNCHEZ, A.: "Los establecimientos de enseanza no

    oficial en la provincia de Albacete a principios del siglo XX. Elementos organizativos ms destacados". Congreso de Historia de Albacete, Vol. IV: Edad

    Contempornea, lEA, 1984; SNCHEZ SNCHEZ, Enrique: "Apuntes histricos del Instituto de Enseanza Media de Albacete, 1839-1933". Al-Basit, n 18,1986, pp. 47-61.

    40 BLAT JIMENO, Amparo: "Herminio Almendros Ibez. Vida, poca y obra", Almansa, Cuadernos de Estudio Locales, n 13, 1998.

    41 CARRIN IGUEZ, J. D.; CONTRERAS JORDN, O. R.: "Aproximacin al estudio del magisterio en la Escuela Normal durante la Guerra Civil (1936-

    1939)", Ensayos, n 7, 1987, pp. 25-38; LOSA SERRANO, Pedro; MORCILLO ROSILLO, Matilde: "La escuela de Magisterio durante la Guerra Civil a tra-

    vs de las Actas del Claustro y Junta de Gobierno", Ensayos n 7, 1987, pp. 83-96.

    42 SNCHEZ SNCHEZ, Isidro: Historia y evolucin de la prensa albacetense (1833-1939). Albacete, lEA, 1984.

    43 SANCHEZ PICAZO, Miguel: "El Manchego. Seminario de Tarazona de La Mancha", Al-Basit, n 16, 1985, pp. 179-194; del mismo autor, Prensa peridica

    del partido judicial de La Roda. Albacete, lEA, 1987. Actualmente tiene finalizado el estudio de La Voz del Distrito, semanario de la familia caciquil de los

    Ochando que dominaba el distrito de Casas Ibez y que se public entre 1917 y 1936.

    44 PELAEZ ROPERO, J.M.; OLIVER OLMO, P.: "La prensa en Albacete durante la Guerra Civil". Al-Basit, 1996, pp. 51-58.

    45 BRAVO CASTILLO, Juan: Narrativa albacetense del s. XX, Albacete, Diputacin Provincial, 1985, II Vol. MARTNEZ CANO, J.M.: Antologa potica de

    autores albacetenses. Albacete, Diputacin Provincial, 1983; FUSTER RUIZ, Francisco: "Cinco poetas del silencio: la generacin del 36 en Albacete". Cultural

    Albacete n 61, 1992, pp. 3-18 Y"Poetas albaceteos de principios de siglo: realismo y modernismo". Cultural Albacete n 67, 1993, pp. 3-22.

    46 BLANCO MAYOR, Carmelo: "Don Miguel de Unamuno en Albacete", Anales del Centro Asociado de Albacete, n 5. GOTOR PERIER, Matas: "Federico

    Garca Larca en Albacete". Al-Basit n 3, 1976, pp. 59-61.

    47 ZAMORA VICENTE, Alonso: "Toms Navarro, albaceteo ilustre", Grandes Personales de la Historia de Albacete. Albacete, Cultural Albacete, 1996, pp.

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