2 p' 9StJJ-a A 1 2. A I Imrc · ' p' I A "2" 1 9StJJ-a 2. A I Imrc Rubio murió en Vale la pena...

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' p' I A "2" 1 9StJJ-a 2. A I Imrc Rubio murió en Vale la pena detenerse en el 25 años, cuando primer poema, Semblanza. que t's- !isper$:% en revis- ta edición destaca -y con razón-- iayor parte inédi- como el pórtico de los quc siguen. :ir ya a un poeta "La vida y yo nos juntamos/ o1ii.n- , e! poeta Alhcrin rlonos romo perrosi que no puedc n e ~ S P lihrn mtii- spnararse/ sino hasta acabar "1 r--~~-~ ~ ~ ~ ~ ~.~ no ~a greda IG- xdena .. y prologa tio/ aunque dientes me ensenaha io. que aparecen i;i.cn.'. c...). "Timeroso fui cedie?- Mas yo tamhien le enseñé/ mi den- o de Ciiidndano tadura apropiada / Con lodo s~ a) Recuerdo ha. olor. la xicia me Ilamaha hacia r.1 n un comentario ro poemas de .4r- e ganaron aleijn I conjunto dri su 4eccibii de toda 'a mucho más ca- ie fue o que pro- ndose de poemas a los 22, a los '25 pirle una calidx! uestra los tanteos drfiniciones ado- ituición y su Ien. nte es que contie- aciertos rotundos ira. amor./ No pudimos separarno51 hasta que el juego acahd". Es evi- dente la madurez de lenguaje qiie aicanzan ya estos cuartetOS. en ve"- so octosi!abo con rima asonante: s:~ aplomo. la calidad imaginativa dil su plantramicnto. 1% sintesis d? vcrdadera semblanza que el poCtd rrinsizur m lii asociación de la Y : da con una triple familia de sign:- ficaciones: el seso. la "vida de pe- rro", el juego. Si seguimos a lo largo del lihrii la proyeccibn de estas tres imáge- nes de su ohertura, encontramo!. alusiones más bien escasas y leves al sexo. La más significativa de ellas se cierra con la admonicihn de la muerte -con mayúscula e? el original- y comienza asi: "Cuando las liccanas de I'nris, (?e Roma o de Santiago/ se arracima- han cimamerasi bajo el ruhio por- tal de los cinematógrafos! y Ins PO- chos les temhlahan como grankr- das/ en manos de púhcres solti? ti~s..:'. La imagen <:el perro tam- hién se continiia a lo largo dc otros poemas, y en el ultimo de e!los. CXudadano, se clausura nuevamen- te con e! expreso vaticinio de l;i muerte: gitanas predicen al poeta "que tend+ vida cara con un final de perros;.' o sea qiie no pienso morir como Ihs mancla". A la luz del acto ulteriiir que puso fin a su vida, ei difícil no leer este poema -v varios otros, como hace el pro- logiiista y padre- en término5 de premonición. si hien la poesía dict. lo que dice al margen de posterio- res cumplimientos en la existencia del autor. Por más que la muerte sea, en efecto, el hilo conductor del lihro. dejémoslo de momento para seguir la tercera alusiim inicial. el jiieqo, que no está shlo mentado como te- ma, sino actuado como forma en los numerosos poemas lúdicos. JU- guetones de esta ohra. Hr aqui uno de sus muchos aciertos. Rlnncn Nieaes: "iQui6n es la mas k?r- moss?,/ al espejo pregunta Blanca Nieves./ ;Yo!, responde su ima- gen./ Y a Blanca Kieves, cnvidio- sa,/ se le quiebra la cara entre so- Ilozos/ que en el suelo relumhran". Es excelente la identidad de riistro \I espejo - d e imagen y realidad- que producen los dos últimos ver- sos: la cara se quiebra como un es- pejo, sus sollozos en el suelo rehm- tiran: óptimo final de un hieve PO- ema que invierte el sentido del IP- gendario cuento, para revelar con precisión un motivo proustiano: la imagen es más real que la reali- dad. Algunos de los mejores po- emas de este lihro son textos como de juego, que apuntan siempre, sin embargo, 3 una referenria "seria": "Si la vida consiste en poner ca- ras,! pondré unos ojos dulces/ y labios sonrientes./ para (Iur Dios, fotógrafo en las nubes./ compkte su áihum famiiiar". De pron!n hay una voz como de Vallejo en estas salidas tragicómicas: ";Voltear los autohuses, y tocarles! la Oreja a los absurdos transeúntes./ saher de -- ahuelar suyas y de hermana! de la fecha Ztroz en quc racir La existencia atroz, la vi<:a ( masrarada. los tran.;?iin'<.c r!os, r?or:r 11 :io niorjr "wn,i .\landa" ... i,as imágenrs de ia muert( la corriente secreta que iiniii? ta hrrre ohra, adopfanrk al i 1-ariadas formas. Y;] ~s!:iino\ :y tos: "Que mi rostro, s!c:: ! prr/ palido:/ así: nadii. ri/ mi muerte". A In? 21 tan Iargw qiie se me vi jiieeo!". ICn l?mirdntorin. !a n te es "also serio", y I:, ,.irla "mientras tanto". En ii:~m~j. garrillli invita al port:i ii iicsx Pero el hilo wi<tcnci;il (!I1 va a la muerte mris irasiva a!: sa diversas irn.ipn<>i c!iL la vi,' mo desolaciim y rmsiinci:). + crpscrndo qiic se c!+?rri! ('o11 presión desnuda y lileral de, rlndnm. % : I tvdio a la w? ivl crnte y maduro miicv? ?'tx< genr de dcsolaci!in, rii!ina. n: nadie: "Ninguna iioveiiari ho la tardp.. La ciudad y sil curs( vitah1e.i Yo, hcstia umhi1ic;ii husra expresarw ?n los zes*: tuales qur es!r lihro prrxli:n i otra vw como signos di. :ilia rrenria muerta: "Iiasta <,ti> no5 \'amos a lavar! lw rn! dientes;! ¿,para qiii<;n?". i)ir:i, otro eco valiejiano: "E?ta !'I<": tumbrr en roiist-cueiici:i ' r!i ncrer caiisatiri cada d!a/ ron ra <!e siempre, 1.1 mi!;ino asp 4nrclero cstuupfacto. :no ha re&o!". Haria'el fina1:""rn s PS!& agotanilo la paciewi,i mut-rtf, natural ya nadi? niu La mucrlc no soporta ,I , ?I'll< Estos end<~cniil;ihor r(,s;j<~x!! fin cn los aiejaniirinr~s rJv iii il pagina: "...que trndr;, vifi:t coil un fina! de prrws: o ::,': no pienso morir co!.iin I)io? da". Intensa vida. inti?ns:i I'YW cia dr la ciesolarión. iiiti,ns:i 11

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Rubio murió en Vale la pena detenerse e n el 25 años, cuando pr imer poema, Semblanza. que t 's-

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Mas yo tamhien le enseñé/ mi den- o de Cii idndano tadura apropiada / Con lodo s~ a ) Recuerdo ha. olor. la xicia me Ilamaha hacia r.1 n un comentario ro poemas de .4r- e ganaron aleijn I conjunto dri su 4eccibii d e toda 'a mucho más ca- i e f u e o que pro- ndose d e poemas a los 22, a los '25 pirle una calidx! uestra los tanteos drfiniciones ado- ituición y su Ien. nte es que contie- aciertos rotundos ira.

amor./ No pudimos separarno51 hasta que el juego acahd". Es evi- dente la madurez de lenguaje qiie aicanzan ya estos cuartetOS. en ve"- so octosi!abo con rima asonante: s : ~ aplomo. la calidad imaginativa dil su plantramicnto. 1% sintesis d? vcrdadera semblanza que el poCtd rrinsizur m lii asociación de la Y: da con una triple familia d e sign:- ficaciones: el seso. la "vida de pe- rro", el juego.

Si seguimos a lo largo del lihrii la proyeccibn de estas t res imáge- nes d e su ohertura, encontramo!. alusiones más bien escasas y leves

al sexo. La más significativa de ellas se cierra con la admonicihn d e la muerte - c o n mayúscula e? el original- y comienza asi: "Cuando las liccanas de I'nris, (?e Roma o de Santiago/ se arracima- han cimamerasi bajo el ruhio por- tal de los cinematógrafos! y Ins PO- chos les temhlahan como grankr- das/ en manos d e púhcres solti? ti~s..:'. La imagen <:el perro tam- hién s e continiia a lo largo dc otros poemas, y en el ultimo de e!los. CXudadano, se clausura nuevamen- te con e! expreso vaticinio de l;i muerte: gitanas predicen al poeta "que tend+ vida cara con un final d e perros;.' o sea qiie no pienso morir como I h s mancla". A la l u z del acto ulteriiir que puso f in a su vida, e i difícil no leer este poema -v varios otros, como hace el pro- logiiista y padre- en término5 de premonición. si hien la poesía dict. lo que dice al margen de posterio- res cumplimientos en la existencia del autor.

Po r más que la muerte sea, e n efecto, el hilo conductor del lihro. dejémoslo de momento para seguir la tercera alusiim inicial. el j i ieqo, que no está shlo mentado como te- ma, sino actuado como forma en los numerosos poemas lúdicos. JU- guetones d e esta ohra. Hr aqu i uno de sus muchos aciertos. Rlnncn Nieaes: "iQui6n es la mas k?r- moss?,/ al espejo pregunta Blanca Nieves./ ;Yo!, responde su ima- gen./ Y a Blanca Kieves, cnvidio- sa,/ s e le quiebra la cara entre so- Ilozos/ que en el suelo relumhran". Es excelente la identidad de riistro \I espejo - d e imagen y realidad- que producen los dos últimos ver- sos: la cara se quiebra como un es- pejo, sus sollozos en el suelo rehm- tiran: óptimo final de un hieve PO- ema que invierte el sentido del IP- gendario cuento, para revelar con precisión un motivo proustiano: la imagen es más real que la reali- dad.

Algunos de los mejores po- emas de este lihro son textos como de juego, que apuntan siempre, sin embargo, 3 una referenria "seria": "Si la vida consiste en poner ca- ras,! pondré unos ojos dulces/ y labios sonrientes./ para (Iur Dios, fotógrafo en las nubes./ compkte su áihum famiiiar". De pron!n hay una voz como d e Vallejo e n estas salidas tragicómicas: ";Voltear los autohuses, y tocarles! la Oreja a los absurdos transeúntes./ saher de --

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La existencia atroz, l a vi<:a ( masrarada. los tran.;?iin'<.c r!os, r?or:r 11 :io niorjr "wn,i .\landa" ...

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tos: "Que mi rostro, s!c:: ! p r r / palido:/ así: nadii. r i / mi muerte". A In? 21 tan Iargw q i ie se me v i jiieeo!". ICn l ? m i r d n t o r i n . !a n t e es "also serio", y I:, , . i r la "mientras tanto". En i i : ~ m ~ j . garrillli invita al port:i ii iicsx

Pero el hilo wi<tcnci;il (!I1 va a la muerte mris irasiva a!: sa diversas i rn . ipn<>i c ! i L la vi,' mo desolaciim y rmsiinci:). +

crpscrndo q i i c se c!+?rri! ('o11 presión desnuda y lileral d e , r l n d n m . %:I t vd io a la w? ivl crnte y maduro miicv? ?'tx< g e n r de dcsolaci!in, rii!ina. n: nadie: "Ninguna iioveiiari ho la tardp.. La ciudad y sil curs( vitah1e.i Yo, hcstia umhi1ic;ii

husra expresarw ?n los zes*: tuales q u r es!r lihro prrxli:n i otra v w como signos di. :ilia r renr ia muerta: "Iiasta <,ti> no5 \'amos a lavar! lw rn! dientes;! ¿,para qiii<;n?". i)ir:i, otro eco valiejiano: "E?ta !'I<": t umbr r en roiist-cueiici:i ' r ! i ncrer caiisatiri cada d!a/ ron ra <!e siempre, 1.1 mi!;ino asp 4 n r c l e r o cstuupfacto. :no ha re&o!". Haria'el fina1:""rn s PS!& agotanilo la paciewi,i mut-rtf, natural ya nadi? niu La mucrlc no soporta , I , ? I ' l l < Estos end<~cniil;ihor r(,s;j<~x!! f i n cn los aiejaniirinr~s rJv iii il pagina: "...que trndr;, vifi:t coi l u n fina! de p r r w s : o ::,':

no pienso morir co!.iin I)io? da".

Intensa vida. inti?ns:i I 'YW cia dr la ciesolarión. iiiti,ns:i 11