2 Heidegger en Su Refugio_la Casa Existencialista

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Heidegger en Su Refugio

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  • Las recientes revisiones de la figura de Mies van der Rohe ponen de relie-ve cunta riqueza de este siglo nos ha sido velada y desfigurada por estamiopa crtica e historiogrfica. Lo mismo encontraremos si nos remitimosa la forma en la que la casa se ha estudiado en la modem idad, a lamanualstica rr cdema sob re la vivienda, a la forma en la que generacio -nes enteras de arquitec tos han sido entrenadas en la ficc in de unos pro-blemas objetivos que haba que resolver.La visita inicial en este texto a la casa -patio de Mies no es un mero acci-dente sino el punto de arranque con el que aprender a olvidar esa formade entender la casa y adoptar otra predispos icin, Su testimonio nos per-mitir identificar los momentos c lave, las preguntas que nos debe remoshacer si queremos avanzar de forma fructfera, Es a su travs como se harevelado til esta taxonoma, una clasificacin que interroga al pensa-miento contemporneo sobre sus idealizac iones de la casa; una clasifi-cac in que reduce la casa positivista a una entre muchas opc iones,enmarcada dentro de la pluralidad radical del siglo.

    Heidegger en su refugio: la casa existencialista

  • La cote'a de Hedogga' en Todtnauherg. en la Selva Negra.

    )C ' t~~~ tt.~ . ...

  • "Sobre la pendiente de un ancho valle rodeado de montaas en la partesur de la Selva Negra, a UflI altitud de 1150 m, se levanta una pequetI8cabaa do esqui. Las medidas en planta son de 6 (XX 7 metros. B bajotejado colgante cubre tres habitaciones: la. COCina, qua tambin es &'Jlade estar. un donni/orio y un estudio. Esparcidas en inmensos in/ervalos alo largo de la estrecha base del valle y sobre la escarpada ladera opues-ta, se apuestan las casas de labranza 00fI sus grandes cubiertas sus-peroidas. M3s amba de la pendiente. las tierras de pastos y prados danpaso a los bosques coa sus oscuros abetos -valerosos y alineados- .Sobre todas fas cosas all se levanta un ciclo claro do verano. y en suradiante expansin dos halcones planean alrededor de amplios circulas'.Con es te prrafo comienza Heidegger su texto ' Por qu vivo en provin-cias ', Ula argumentacin contra la vida ineutntca y oesc-rczeoa de lascU:Jades escrita semanas despJs de desvncularse del partido nazi, Ypor tanto. no tm ooceue como su tono india a pensar -ms ocoo deHeidi que de Heidegger-. Ser esa pequea cabaa la casa que visita"remos ahora. en la seguridad de que su atento estudio no ser msustan-clal. Habitar en Hoidegger no es un acto simple ni osustcrca: su pen-samiento existencial ost estrechamente vinculado. especialmente a par-tir de la "Carta sobre el humanismo" escrita en 1947. al tema rretatrcode la casa . apcxJerinjose de su pcoo sistema filosfICO hasta dentifi-carse con l: "B lengt.Ja)e es la casa del8er. Ensu togar, el toroe habi -ta". La casa servir al despliegue de ma retrica arqui tectnica capaz dedesplazar al lenguaje de la filosofa. un despliegue en el que la filosofa Ie -gar a sor un pensamiento sobre la habitacin.Este pensamiento, en origen vinculado tanto a la fenomenologa deHusserl corro al nihilismo de Nietzsche, habr partido de un e-opero porVIver a las P"89J1tas prineras, por p"~tarse sooe el sentido del se;del "ser-ah'" (Dasein). como objeto primero y esencial de la uosoa. PeraHeidegger esta pregunta ontolgica no PJQde resolverse sin reconocerque alrededor de este sujeto existencial gravita todo aquel lo que le esfamiliar; los ti tiles y la casa como rnaterializacin de una vida qUG se desa-rrolla a travs de un tiempo existencial. 00 cronolgico - pasedo. presen-te y futuro experimentados desde la propia subjetividad- oEl sujeto quedaas atravesado por es te terreo ecste-ca y este marco l
  • lmnbin la forma en que Heidegger se instal y habit en ella. As pues,estos tres rronentoscompordrn los pasos ccrcoaes del recerco Quevamos a 0Cia". PeroHeideg]er no esta solo en este trayecto JJO' la ati-ca existencial al cwecio rrodero: simJltnEk'llTlente lJ1 inlkJyente a qui-tecto berlins se niega a seglir los dognas de la modemidad. sean ensu V6f"sin expresionista o en su versin sachlich, y se niega tambin aentender la tradic in como algo rre rernente reacccoa-o. HeinrichIossenow. signi~c]tivmnente recuperado para la crica profesional en lossetenta corno una retcrencia c rucial contra los epgonos rroce mos. do sa-rroll un completo cuerpo te rico . de gran paralelismo al p opu qredo porf-ieideggor, a trflvs de varios tratados CLIya secaez terroin a menudose confurdi con inocencia.Poca es la oocorca que ecconerros en el mismo hecho de qo e sealJkl Jlveslgacin etimol6gica, l origen, la que I-Ieidegg er utilice paradeSarrollar su 8J9..1T1')lacin en la ccotecoca Construid-Iabitar-Pcns.-'Yque Ie'y en el Oannstclter Gespr-achen 195 1, a los arquitectos que, trasla finalizacin de la guerra, estaban destinados a reconstruir las ciudadesalemanas. Frente al utilitarismo y el tiempo fimlista modemo -uoa con -ceocn del mundo que so 8PJY8 en 11'1 fe en un futuro de prog reso quena sentido a las acciones de hcy-, Mar tin Heidegger contrapo ne una cr-tico "mcical': una voolta l la ralees . al Oligen. Primmo es necesario me-rroqarso so bre el sentido de nuestras aceleres. No es tar1importante quo cunto construir como saber por qu construimos, cueles el signdicsi pues, cuidar ' seria lJ1 rasgo ft.nde, mental del habitar: 0/os mo1a/eshabitan en la medida en que s.3Nan la tJerra l.. .} la salvacin no slo arran-ca algo de un peligro; salvar significa pvpIamente franquearle a algo laentrada a su {XO(Jia esencia. Salvar la tierraes f7S que explotarla o inclu-so eslragarla. Satvar la uere no es aduearse de la tiefra. no es flacertanuestra sbdita, de donde slo un paso lleva a la explotacin sin limileo.Estragar la tierra es proctsarrcoto aquol lo q ue k'l. ilimitadH capacktao tc-nico heredada de la Segunda Guerra MlJncJ inl peda hacer - va lo hal) ahecho on el terreno milillr- si no se atenda a otros valores que los de unpositivismo ciogo. Elcuidado aplicado a la accin de constru ir conlleva unhabitar en el que el "ser" se despliega . Pero ello implica ante todo unaconsis tencia terrcorel. una premoenca oe la dirner1Sin lernporcd sobrela espacial: es en el terco. lfi terroo la"goQueviene de OJgenes remo-tos y se (iAsaToIla en el cooaoo de la tierra, dcn:ie se ros pemitiria acce-da" a lJ) habitar eutotco.Asi pues, esta investigacin etimolgica nos advierte contra la tcnicarnodena. exige una relacin atenta hacia la returelezay opere altercponasta un tiempo ' rndical" en el que la memoria sustituye corno valor alprogreso, nwrtieodo . por as dec irlo , 18 f1ectli1 del tiempo. Unn argll roon "tadn que sin o uda ha ido calando on la socied ad contcrroorroa aspa -ciarroote en los sectores ms sensibilizados con las cuestiones mocho-erroentaes. pero tambin en aqullos en los Que la memoria de nuestrosantepasados --los rroru nentos-, su presevacn e iocoporacn aruestro ternpo. es lJ1 progcrna de trabajo, til a forma de entlrder el sig -receco mismo de la 8JQlj tectu8 -otro de los 8J!)menlOS fuertes ele laposrrodetjded.Desde esta persoectva. la fnagen terica QUO propone del construir, iden -ncaoo flr l el habitar. no es un espacio ercerrado siro, scpre-deoteren-te , una ccostruccn eE carcter renscooat un poeote. B viejo puente deHeidolln g servir," o Hoidegger para expl i(;'
  • bajo la acvocecn a una virgen o un santo-. nena y cie lo, divinos y rror-tales quedan unidos por el puente, componiendo la cu aterded en la que cuaternidadhabi ta el ser existencial:"La tierra es la servicial portadora. la floredente tructlfic.:Jdora. que seeaecae en piedra y at;}.JiI, ascerdendo a Jo que crece ya lo arima/. Sidedroos tierra pensarnos ya las O/ras tres pero m consideraroos la urV-dad de los cuatro. B ciclo es la wrvanIe marchadel sol.el carr1Jiante gUade la .una, el viajero btiIIo de las estrellas. las estaciones del ao y sussoIstidos. luz y crepsculo del da, oscuridad y claridad de la noche. lofrtil Y lo estril del clima, la marcha de las nubes y el azuk'}{Jo abismo delter. Si decimos cielo pensamos ya las otras Ires pero no consideramosla unidad (ie los cuatro. Los divinos son los mensajeros dadores de pis-tas de la divinidad. /\ tmvs de su obrar &l gmrJo aparece el dios en supresencl~1 o se encubre en SlJ ocultacin. Si nomlJrarnos los divinos pen -samos ya las otms Ires pero no considerarnos J;J unidad cte los cuatro. tccmortales son los hombres. So donomn.11l /portales, porque pveden rron:Morir significa ser Cc1[k17 (le (1 rnverte en cuanlo muerto. Slo el hombremucre continuamente mientras pcrrnanecc sobre la tcxm. bajo el cielo,ante los dMnos. Si ncmbramos a los mortales pensamos ya k1S otms tresceo no considerarros la unidad de los cua.tro. Esta unidad la nombramosla cuaterrVdad. Los ircaccs estn en la a;atemidad rrientras hbitafl. Brasgo fundamental del habitar es el cuidar. Los mcxtafes habitan en laITlr1Jlef8 en que ellos OJkian a fa cuatcrridad en su esencia. As pues elCUtdtvjltlllitando es w."kJrupJe".8 espacio tal Y COITO kJ en lifflden los modernos no es ms Que exten-sin matentca y algebraica. la ros extensa cortesana que no es pro-piarrente el objeto ni la actividad de constnn ni la de habitar. La co-sIruccifl de lugares 00 erige en Al rasgo propio del ser existencial : tugmoscono el puente en os que quodaria ligado el destino de los rnotalcs alde lo. torra y el c ielo.Med iante esta lrerreroa cha r la que IlNieron que or, scquarnonte atoi-tos, lrquitoctos que estaban listos para cosploqar todo 01potenc ial dAIrnovirnienlo moderno, justo cuando k1 sil! a cn histrica haca casi inevi -tabo Sil pu esta en prctica a !JrHn esCt11H, Heidoggcr inl lexiujo un dos-cezencuo de intereses y un lxico que lentarrento lIegarfl a tener unagran repcrcusn. El 'Especo-Tempo' CE SiglriAd c eceo. C111 11 ciado en

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    lugar, mem oria .natura leza

    1941, quedaba competemente en enlredicho: el te-roo se inverta y tamemoria ocupaba el lugar del fululo: el espacio no serva ya para grancosa. Eran estos lugares de la cuarenked los Que podran devolver alhombre cootenoooso LIl8 dignidad Que la tc-nica contrepcesta a lanatuaeza erre-coa Lugar, tv1ernoria y NatlJalcza. so CCXltrapcri.-Tl fron-terrente a Espacio, terreoYTcnica. por prilT'Oa vez. de lI1a torna com-pletamente a10Jada, dardo k.gar a Lfl g iro que prcticanente pedadesaibi todos os cambios de vekxes que han ido sucedindose Ef1 elpanorama arquitectnico desde finales de los sesen ta hasta fechasrecientes .Propuso Martin Heidegger algm modelo, implcito o explcito. a aquellosarquitectos? Frente al inmenso programa de trabajo que stos tenbn enSlJS rneee. Heidegger les invit a considerar atentamente la minsculacabaa en la que l haba torrrmadc de escribir en 1926, Ser y tiempo ,Les dijo : 'PenSAmos por un morncnto en un;] (',F1S

  • privileg ia es ta concepcin domstica . Lo vemos en la puerta tambin .aca rreando un barreno de agua o inic iando un paseo por los alrede-dores. Y sentado a la mesa. de nuevo atentamente servida por sumuer, mien tras l. con el gesto clsico del pensador, la mira abstrado.Al contemplar1e en terdemos que quien sustenta estas cooceccoresdel tercpo Ydel espacio no es otro, no puede ser o tro. Que aqul quedetenta la autoridad. que aqul cuya existencia se constituye como undilogo con la cuaternidad: la ftgura misma del filsofo transmutada enla figura de la autor idad paterna . Mark Wtgley lo ha descrito con tal pre -cisin que bien podrta parecer un pie de foto: 'el dominio de la filoso -ta es el dominio de la casa. la autoridad pa triarcal que hace al ot roesclavo dentro de la casa. un sirviente domstico . o siervo de ladomesticidad .'Quien habita la casa es quien domina el lenguaje; quien cons tituye supensemento a su travs . Ms all do cualquier otro argumento , del mol-cal intento de Heidegger por SI ip erar la metafsica, hay en su corcepcindorrstca una nostalgia hacia ese suieto centrado y dominante Queconstruyo la casa al habitarla, dol mismo meco que el filsofo construyela casa con su pensenento. El sujeto de la casa existencial no es otroQue aqul que hereda la propiedad Y los bienes de sus padres y losadrnnistra con~ para transmitirlos a sus h jos -que se constitu-ye a s msrro COTIO Ln "puente - . Esta sujecin del sujeto a la coaters -dad. a la tierra y al cielo en lX1 comple to esquema vertical -corno quienfija la existencia a unas races y a l .... kJgar-. expresa con nitidez la JX)S -ci6n de quien detenta lradicionalrnenle la autorked. el paler famlias.0, ms exactamente . expresa la nostalgia por la coosisteocia que otor-gAban. al habitar. tales ligad lJas -no lo olvidemos. en el caso de IR caba-a. de Heki8gger se trata de U"la casa cedida . no heredada; es una casade vacaciones. no una residencia fija; m die trabaja la horra, tan slopasea por cra- . La casa de Heideg
  • del lema del habitar y la casa con su p opo intento autoexculpatorio detoda part icipacin en el nazisrm. Explica tambin cm c laridad las implicaco-es de estaviolencia de k:> pblico en ma vioIerciade lo privado. laasociacin sistemtica de la casa ecsteocet cm la autolidad paterna ysu constnucn espacial cen trada, transcerdcnte. vertical. LavioIercia dela naturaleza se reproduce en os mbitos de lo pblico y lo privR B pais situado en elcowo. Ambos estn dedicados l combatir la Grosstadt y ensalzar la

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    figura del pequeo artesano medio; su casa modesta con jardin. huerto ytaller; su pequea ciudad -li pueti:) ni nlfltr6polis. l.f1a ciujad media-----; sucoscn centrada - AJoo"lani/ilr corno tro.h1~1dor en esaposicin, donde /lOS e-covnuroe cunn io ,mlmonte SOITKJS horntxBs: enel centro do! fTKJndo f. .. /. B espritu artesanal nos mantiene unidos a lacasa. y noshace tener una tierra propia aroe situar casa, palio y jardn,y un talJe coro kJgHr (.."'f'Jf llraJ. Un taller que almacena roesttas fatig..1s y

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  • preocupaciones y tristezas, pero tambin nuestro orgullo, nueslras n'sas yc arccree. Un fa/ler con miquinasno dornasiado grandes y con no exce-sivos tooe... y todo elJo en 01 cenlro de la pequea ciudad",La prosa ms serlCilla y emotiva de Tessenow nos traslada inmedia ta-mente a lKl modelo de ciudad, h pequea ciudad de provincias, en laque tales formas de habitar alcanzan su plenitLXl. Pero Icx19 su inocenciase desverece cuando, clarividente, vaticina el papel ca trtico de laSegunda Guerra concll.JlU'do as su tratado Trabajo artCS.:)f'k1/ y pequeflaciudad: "En realidad quizs sea rilCUlo reivindicar hoy el trabajo artesa-nal y la pequea dudad o. mejo dicho: eves de que puedan tcrece defUM), quizs soa necesario algo asi como una 'lluvia de azufre', y supr>dmo f1oredrriofllO sea pOSible dentro de un esplendor que tal vezahora slo fJQdemos COfTprender vagamente y que rEqUiere, probable-f1lf!()le, de (JUebIos que hayan transitado a tralt!; del infiemo", La clarivi-dencia de Tesseno.v al conckJir de esta forma aoocetouca es cuaotomenos ascmbrosa: sern los pueblos que "11ayal trmsitado a travs delinfiemo- los qoo dcadas ms tarde reivrdiqJ8n el proyecto existencial,el trabajo artesanal y la. pequea cil.dad como an tkJoto contra la neco-nalidad del siglo.Poro VQlvarnos ahora a In casa existenciat para entrar en ena, para cono-cer su cultm) material, corno si cirClJ)Stancialmente pcdseros habitar -la. Lo perrero que resana en la cabaa de f-edeqoe o en los d ibujos deI esserow es Que no hay espado para la rep resentacin pblica, para lastestas . los invitados y todo aquello que p.Jdiera venir a romper el ordeninteno de la familia y sus estrict os cd igos. La casa es as ms bienpequea, un tamao rTlc1yOf o CualqlJiElf gesto de gramliosidwj respeta-ran recelo en el habi tanto existencial. La casa tiende a estar, por tanto,vuelta hacia dentro, con un esqoerna centrado en torno n cm SAla fami -liar y, a su Cllrodedor, clulas elementales (le reduc ida dimensin, sincomplejidad ni cua lidades "espaciales". Podramos concluir que lo casaexistencia l no tero espacio propiamente pfvaoo. invadido por esa pro-sercia de lo jerrquico , po r el peso de la familia como instituc in, perosera m s cierto aLJIl anrnar que carece de interior idad . do idea de espa-cio, toda ella sustituida por el te rr ee -08 ah esa perpetua r)('Jglcin hei-deggeriana del espaco, su analoqia con el plJente, su idenUficacin de ltlabitAr con el construir- . El espacio interior do la casa existencial no es

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    c ultura ma terial

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    cultura objetual

    sin tecnif icac i6n

    materialesnat urales

    espectacular; los interiores de es ta casa imaginaria tienen ese aspectoconvenc ional, oscuro y de violencia latente. que quizs rnejor que en nn -gt"Jn otro lugrlf poderos observar en los interiores de Heimich TCSSOflOIN.especarrcnte en esos d ibujos de habitaciones que suscitan nuestraadmiracin tanto como una cierta inquietud o perturbacin: un mundohumilde pero tambin. desde nuestra perspecva. doliente, triste, comopetrificado por la cowecco y sus codcaccoes de la rutina ,Lacasa existencial es el reino del interior, pero no del espado interior sinodel hQmtxe interior, apegado a 1Il rTKX1eIo de xofLfldidad en su forma dereelzase. Por ello. carecer prcticamente de ot::~los tcniCos o, en sucotocio. los oeseeosa La ccnua objelual que se despliega en sushabitaciones es minfna y en ella apenas exeteespado para el desarro -llo tcnico o pea la stbjelMdad irdividJaI de otros habitant es (foJa no seanel pater farmas. Los objetos SO"1 de la familia, pertenecen al lna;e, porQ.Jesu vab estriha en la ook1boracin en el esc.erna vertical : no podr haberni secretos rosones ni contradicciones, ni cono t. ni placer ird oouat,Conlemplcrros las salas de este haga'" en los di~ porrnenorizaO:: deTessenow en los que con p 'ecsco calgrica se reg istra tal Cl~h.xa mate -riaL Ni estn esos meces primorosamente conservados, todos ellosactivados por objetos que dan cuenta de la pese-ca del tiempo, el lina -je O la autoridad paterna: el bcmbn y el gabnen el perchero , las zapati-llas o la fotografa del matrimonio, el servicio de t , los guantes ."Tessonow nos te transmitido esta rurtura objetual susmuverdc la presen -cia grosera de la autoridad por su fantasma, de irdcoos las huellas deuna existencia Que quizs algurs vean corno representativa de un ordenperdido, y otros corro la rnaoestacn do la violencia que la tamua impo-ne sobre la prfvecklad .No es dificil entender la ausencia do objetos tecnlcados corno no lo esentender q liB todos los volares que la modernidad hab a de positadosob o los rmtctiales artificiales, produc idos mediante rans for macloindustrializada do las materias primas, quedan eliminados en esta loca decasa ; la casa exeter'cia l estar hecha siempre de materinlos naturales.probablemente de pied ras . ladrillos o mader-a; la misma madera y lasmismas pleo ras resu ltantes do la accin inic ial d o clarear el bosq ue parainstalarse . So intuye que as ocurri en su d a al levantarse la peqoeacabaa de la Selva Negra. Estos materiacs estn ah para sealar el

  • ingeruamente IAJeCIe derorniJ1arse coro "l1temporal": esp'eciserrento la tem:xx-a1idad extensa de esa irnagineria 13que permite el despliegue de la casa existencial corno valormql JitBclr lico.Podra pensarse en una consideracin puramente noga liv
  • engrandec idos con recursos cc rrjpositivos que aumentan sus escasasdimensionas reales como corcsponoc D tarrdlas CUYDS casas apenasson habitadas por dos generaciones, un periodo mayor de quince aros,d isminuida su estabilidad tradicional debido a la frecuencia de divorc ios ycambios de parea .En ese interior conviven muebles IrHdiOO 181es y modernos y. si bienhayun vnculo po sibo con los interiores tesseroweros. lambin hay una de-tercia respecto de su obsesivo tradicionDlismo. De hecho, se trata deuno do lOS primeros ejemplos de casas dift.ndidas en las revistas espe-cializadas que apareci. exhibida intemacia1alrnente. con Ll" l mobiliariooclctico. Y quils haya q.J8 recordar el eroscto y la sensacin liberaJizadora frente al do!Jna m:xierno que tal exposicin produjo e-scoces.para ente'"l(H amia ococros a los e o.aeoos de esagffl8l"ocin en la

    ~aci'ln del moc:IoIo l.J"IJOCO del posi tivismo.CL*memosesla""'a con IafOOlMl y ...-----------------r8'.dildcra iTagen de laneoe de Ven-ILI"i sola. seoteda en la poeta de sucasa. Y ooroaerosa CO"l esas otrasIngenes de habit.:"1rltes que berosdo acuTlJr~-m: a hroo ~tc:.io ynietzsehiano ooe Mescc: Hedog;pcoo sus rrcc-eues rasoos facialesservido por su rrujer en un inteOor casiopaco... Quizs la expresiva imagende una madre sentada en el umbral,con una actitud Que retljn a la VAl orgulloy fragilidad , muestre mejO(queningn texto la permanencia y los limites de la casa existencial, las tor-mas deb ilitadas y si se qu iero irncas en las que an puede pensarsey proyec tarse la casa existencia l, hac ia dnde pued e d irigirse su ofig i-na l consistenc ia, la evocacin de I3s races y la materialidad natural 8S0 'c iada; c mo