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  • La capoeira y sus Aspectos mtico-religiosos

    LA CAPOEIRA, UNA DE LAS MS IMPORTANTES Y SIGNIFICATIVAS MANIFESTACIONES DE LA

    CULTURA AFROBRASILEA, SE CARACTERIZA POR SU ASPECTO PLURAL Y MULTIFACTICO

    QUE TANTO PUEDE SER ENTENDIDA COMO LUCHA O DANZA, COMO PUEDE SER CONSIDERA-

    DA JUEGO O DIVERSIN. ALGUNOS LA CONSIDERAN ARTE Y, OTROS, DEPORTE. CMO PODR-

    AMOS, ENTONCES, DEFINIRLA?

    Pedro Rodolpho Jungers Abib

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    La capoeira y sus Aspectos mtico-religiosos

    Como deca Mestre Pastinha (Vicente Ferreira Pastinha, que vivi en Baha y falleci en 1980), la capoeira es todo que la boca come y todo lo que el cuerpo da!. Esta frase di-cha por uno de los mayores guardianes de esta manifesta-cin muestra el carcter mltiple y dinmico de la capoeira, que se transmuta y se adapta, que se rebela y se acomoda, que crea y reproduce, que ya sirvi para defenderse e in-cluso matar, y que actualmente sirve para educar, pero que siempre fue un grito de libertad y de reafi rmacin de una cultura y de un pueblo oprimido, refl ejo de la triste historia de cuatro siglos de esclavitud en Brasil.

    Entre los varios aspectos expresados por la capoeira, el componente mtico-religioso fue siempre uno de los que ms suscit curiosidad, debates, opiniones y muchas his-torias contadas y recontadas a travs de la tradicin oral presente en la cultura popular, una de las formas ms im-portantes de transmisin de los saberes y conocimientos.

    En el imaginario de la prctica de la capoeira y de los ca-poeiras, no existe fi gura ms expresiva y representativa que Besouro Mangang, Manuel Henrique Pereira. Todava hoy muchos dudan de su existencia. Hubo quien afi rmase cate-gricamente, como el fallecido Mestre Cobrinha Verde (Ra-fael Francia), haber convivido y aprendido capoeira con Be-souro. Slo recientemente fue encontrada una prueba de su existencia: su certifi cado de defuncin, localizado en la Santa Casa de Misericordia de Santo Amaro de la Purifi cacin.

    En la memoria de los ms antiguos habitantes del Re-cncavo Bahiano, la fi gura de Besouro vive y protagoniza innumerables historias y cuentos, revelando su astucia en el enfrentamiento con la polica, su valenta al luchar y al derrotar a varios oponentes al mismo tiempo, y, principal-mente, su fama de tener el cuerpo cerrado por obra de su iniciacin en las artes de la magia africana que le permita transformarse en una cosa y volver a su forma original, ob-jeto o bicho, e incluso salir volando en caso de necesidad.

    Mestre Pastinha

    Entre los varios aspectos expresados por la capoeira, el componente mtico-religioso fue siempre uno de los que ms suscit curiosidad, debates, opiniones y muchas historias contadas y recontadas a travs de la tradicin oral presente en la cultura popular, una de las formas ms importantes de transmisin de los saberes y conocimientos.

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    (1) Bimba, Pastinha y Besouro Mangang. Antonio Liberac Pires. Tocantins: NEAB, 2002(2) Cntico de dominio pblico(3) Feijoada no paraso: a saga de Besouro, o capoeira. Marco Carvalho. Rio de Janeiro: Record,

    2002(4) Capoeira angola: ensaio scio-etnogrfi co. Waldeloir Rego. Salvador: Itapu, 1968

    Besouro Mangang, el Besouro Preto, o tambin Besou-ro Cordo de Ouro, como lo llamaban sus compaeros de aventuras, es el eslabn con la capoeira del siglo XIX, afi rma el investigador Antonio Liberac Pires1, tradicin de los esclavos y de las luchas por la libertad, tiempo de confl icto entre cua-drillas, disputas a navaja, capangas electorales. Pasado legen-dario de vida callejera, de hazaas memorables en las luchas contra la polica. Besouro es cantado, todava hoy, en las rue-das de capoeira, en prosa y verso. Su valenta y perspicacia fueron y continan siendo una referencia para los capoeiras desde hace mucho tiempo. Por la fama que logr, incluso por las cualidades adquiridas de tener el cuerpo cerrado, Besouro se volvi una leyenda tambin en vida.

    Zum, zum, zum, Besouro MangangGolpeando a los soldados de la polica militarZum, zum, zum, Besouro MangangQuien no puede con mandingano anda con patu......2

    El Mestre Joo Pequeno de Pastinha (Joo Pereira dos Santos), discpulo ms importante de Mestre Pastinha, toda-va en actividad y cerca de cumplir noventa aos, afi rma que Besouro era primo de su padre, y que, desde nio, oa hablar de sus proezas y, por eso, quera aprender capoeira para ser valiente como Besouro. Segn su padre contaba, Besouro se esconda de una persona en cualquier lugar, pasaba por ella y la persona no lo vea. Joo asegura que su padre tambin era preparado en materia de oracin y tena ciertas cuali-dades, incluso, como Besouro, la de desaparecer: l estaba andando as, en un camino y cuando vea a una persona que l no quera que lo viera, la persona no lo vea.

    En el campo de la literatura, el personaje Besouro, que narra sus historias en el bello libro Feijoada no Paraso, de Marco Carvalho3, cuenta como aprendi capoeira con Tio Alpio, ...que ya era viejo cuando lo conoc, pero pareca ha-ber sido as desde siempre. Caminaba suavemente, pisando con cuidado en el piso como si fuera un gato. Tio Alpio era un ex-esclavo que, cuando era joven, despert pasiones en la seora del ingenio azucarero, causando la ira del patrn, que mand matarlo, lo que solamente no ocurri, porque el muchacho ya estaba iniciado, preparado en la creencia de los linajes de fe del pueblo yorub. Contina el perso-naje Besouro, revivido por Carvalho:

    Tio Alpio me ense de todo un mucho. Con la calma del partero de los aos que la eternidad engendra. l era un negro, de aquellos que mi-raron profundamente en los ojos de la maldad y vieron la nica forma de salir vivo de all. La capoeira es el arte del dueo del cuerpo y de otros tantos. Porque si no el que come prime-ro, el astuto, es el que no es ni nunca fue, el de pie redondo, el remolino, el no hablado, el tris-

    tn, no. Capoeira es de Dios. Mundo y gentes muchas tienen mandinga, cuerpo tiene poesa, pjaro tiene pico. Capoeira tiene ax. Mi padre y mi mestre me ense. Y esto no es poca cosa. Pero miel no conoce fl or ni reconoce abeja. El que me ense capoeira conoca.

    El juego de la capoeira - Acervo del Instituto Jair Moura

    El aspecto mgico y misterioso, conocido en el universo

    de la prctica de la capoeira como mandinga, es un ele-mento fundamental para la comprensin ms profunda sobre esta manifestacin. El sustantivo mandinga, segn el investigador Waldeloir Rego4, se refi ere posiblemente a la regin Mandinga, en frica occidental, baada por los ros Nger, Senegal y Gambia, ya que entre los africanos tra-dos a Brasil exista la creencia de que en esta regin vivan muchos hechiceros. As, en lo que atae a la participacin del capoeirista con la magia, constituyeron mitos todava fuertes en la memoria colectiva de la capoeira.

    CapoeiraLa Capoeira y sus Aspectos Mtico-religiosos

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    (5) O jogo da capoeira: cultura popular no Brasil. Luiz Renato Vieira. Rio de Janeiro: Sprint, 1998. (2) Associao Brasileira de Apoio e Desenvolvimento da Arte Capoeira.

    El gran Mestre Valdemar da Liberdade, otro tambin que ya no est ms por aqu, dijo una vez al investigador Luiz Renato Vieira5 que los mestres del pasado ...tenan mucha mandinga, se convertan en hoja, en bicho. Aquello era propio para barullo. Besouro era un gran capoeirista, pero todo debajo de oracin.

    Mestre Joo Pequeno da una de las versiones de la muer-te de Besouro, segn la cual su mandinga fue quebrada:

    La mandinga existe en la capoeira, tambin un patu que se usaba en el cuello. Dentro del patu, haba oraciones, oraciones que prepa-raban al cuerpo, oraciones que el cuchillo no toca. Pero personas con el cuerpo sucio que tienen relaciones sexuales no estn prepara-dos y estn con el cuerpo abierto. Fue as que aprovecharon para matar a Besouro. l durmi en la casa de una mujer y al da siguiente cuan-do estaba volviendo, pas por debajo de una cerca de alambre, y el alambre hiri sus espal-das, entonces l vio que en aquel da l estaba dbil (...) Fue en ese da que mataron a Besouro, con un cuchillo preparado de tucum, que es una palmera del monte.

    Joo Pequeno tambin cuenta que quien le dio el pri-mer entrenamiento de capoeira fue un negro llamado Ju-vencio, que trabajaba como herrero, eso cuando todava viva en Mata de So Joo, interior de Baha. l cuenta que Juvencio era amigo de Besouro, con quien convivi mucho tiempo, y, por eso poda contar muchas historias.

    El Mestre Cobrinha Verde era uno de los que ms valori-zaba las artes de la mandinga, atribuidas a las enseanzas que recibi de Besouro y de otros conocedores de estos ofi cios en Santo Amaro de la Purifi cacin, en el Recn-cavo Bahiano. l cuenta que esas enseanzas lo ayudaron a librarse de multitud de situaciones de peligro enfrenta-das durante sus aventuras por los varios lugares por donde pas, incluso referentes a su participacin en bandos arma-dos que recorran el interior del Nordeste brasileo:

    El escapulario que yo usaba tena oracin de San-ta Ins, de Santo Andr, de Siete Capillas, tena Siete hojas. Despus que yo usaba, lo pona enci-ma de la mesa en un plato virgen. l se quedaba saltando, porque era vivo. Pero hubo algn pro-blema, porque l huy y desapareci de m. Fue algn error que yo comet y l se fue y me dej. Cuando entr al bando de Horacio de Montes con diecisiete aos, yo ya tena ese escapulario. Fue l que me libr de muchas cosas. Quien me

    El Meste Cobrinha Verde era uno de los que ms valorizaba las artes de la mandinga, atribuidas a las enseanzas que recibi de Besouro y de otros conocedores de estos o cios en Santo Amaro de la Puri cacin, en el Recncavo Bahiano.

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    (6) Capoeiras e Mandingas. Cobrinha Verde/Marcelino dos Santos. Salvador: A Rasteira, 1991(7) Capoeiras e Mandingas. Cobrinha Verde/Marcelino dos Santos. Salvador: La Zancadilla, 1991

    dio ese escapulario fue un africano que hasta la fecha, cuando yo hablo de l, mis ojos se quedan llenos de agua. l se llamaba tio Pascoal6 .

    Cobrinha Verde se deca catlico, pero no dejaba de re-currir tambin a las tradiciones religiosas africanas para el cierre de su cuerpo con la intencin de protegerse de los enemigos de ese mundo y del otro. Una de las oraciones que usaba era la siguiente:

    Valedme So SilvestreY los ngeles 27 por la camisa que visteAs como ablandasteLos corazones de los tres leonesEncima del cerro clavado de pie y manoAblandadlos debajo de mi pie olvidadosMs mansos que la cera blancaSi ojos traen, no me vernSi boca traen no me hablarnSi me pagan, no me alcanzarnSi cuchillo me traen,Es de agarrarse como Nuestra Seora agarr al arco celesteCachiporra para m debe ser quebrada,As como N. Seora quebr las ramitas para her-vir la lecheDe su Bendito HijoArma de fuego hacia m apuntada,Es de correr agua por el cao, sangre por el ga-tillo, As como N. SeoraLlor lgrimas por su Bendito Hijo.Amn7

    Las palabras de los capoeiras ms antiguos defi nen a la mandinga como un componente fundamental de la capoei-ra. En el contexto de la capoeira, el trmino mandinga designa tanto a la malicia del capoeirista durante el juego, haciendo cintas, fi ngiendo golpes y engaando al adversario, como una cierta dimensin sagrada, un vnculo del jugador de la capoeira con el misterio de las religiones afrobrasileas.

    La mandinga es uno de los elementos que diferencian las caractersticas de la capoeira angola y de la regional, segn la visin de algunos mestres. La capoeira regional, segn ellos, se ha distanciado cada vez ms de los elementos mtico-religiosos presentes en la tradicin africana, salvo algunas excepciones. Eso acaba determinando una esttica de juego y un sistema simblico propios, que dan ms importancia a la objetividad que a la subjetividad, a la tcnica que a la malicia, al enfren-tamiento directo que a la disimulacin, caractersticas que, a diferencia de las primeras, se acercan ms a la mandinga de la capoeira angola. Eso no quiere decir que no existan algunos de estos elementos entre los practicantes de la capoeira regio-nal, sin embargo se presentan en menor escala.

    Mestre Electricista (Edlson Manuel de Jess) dice que la mandinga no se ensea...a la mandinga usted la apren-de, refi rindose al trayecto individual que cada capoeirista tiene que recorrer para llevar adelante las artes de la man-dinga, proceso casi religioso de iniciacin, sin embargo siempre teniendo como referencia a los antepasados que nos transmitieron esto, concluy Electricista.

    Al pie del berimbau, los dos capoeiristas se agachan, prontos para iniciar el juego. Ese es un momento muy especial, porque en la rueda de capoeira angola, segn la tradicin del Mestre Pastinha, el juego comienza y termina con los mismos jugadores. Existe el tiempo para que cada jugador estudie a su aliado, intente descifrar su juego, pre-pare con cuidado su golpe, que es dado en el momento adecuado. Un capoeirista considerado mandinguero es aquel que va cebando al otro, o sea, va aguardando, sin prisa, un descuido para, entonces, aplicar su golpe certero.

    Por eso, el pie del berimbau, local de ingreso y salida del juego en la capoeira angola, es un lugar sagrado donde se juntan el inicio y el fi nal, el pasado y el presente, el cielo y la tierra, el bien y el mal, la vida y la muerte. La muerte es siempre una posibilidad latente. Todo capoeirista siente su presencia al agacharse al pie del berimbau. El corazn late ms fuerte, la respiracin se altera y los ojos se fi jan en los de su aliado de juego, que puede convertirse en su verdugo. Por eso, al pie del berimbau, algunos capoeiristas se persignan. La mandinga all se expresa: por la seal de la cruz, o por los trazados que el capoeirista hace con las manos tocando el piso, hbito que se pierde en el tiempo entre los antiguos angoleiros. Sea tambin por la protec-

    Joo Pequeno y Joo Grande listos para iniciar un juego (1968) Foto: Jair Moura

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    cin que pide a los orixs8 o a los santos, a travs de gestos propios, con las manos y con el cuerpo, o incluso mientras se canta una ladainha. El berimbau resuena con sonidos ancestrales y pide la proteccin de los antepasados. El be-rimbau era usado en frica para conversar con los muertos. Solamente entonces los dos se estrechan las manos, y el juego puede comenzar.

    Otra situacin muy caracterstica de la capoeira angola que presenta elementos de la mandinga es la llamada de angola. La llamada es un momento de quiebra e interrup-cin en el curso del juego. Es un parntesis en la sucesin de movimientos de ataque y de defensa, incluyendo tam-bin a la ginga, cuando un jugador promueve la ruptura de esta dinmica, llamando al otro y asumiendo una posici-n esttica y de observacin. El aliado, entonces, se acerca lenta y cuidadosamente, porque puede ser sorprendido por un ataque inesperado, incluso conseguir un contacto cor-poral con el jugador que el llam. Comienza, entonces, un baile entre los dos, que se desplazan algunos pasos para adelante y hacia atrs, sin que sus cuerpos se des-peguen uno del otro. La tensin entre ambos es visible, porque, a cualquier instante, uno de ellos puede intentar alguna maldad contra el otro. La llamada es interrumpida en el momento en que quien llam toma la iniciativa de recomenzar el juego, invitando a su aliado a travs de ges-tos caractersticos. Y el juego recomienza.

    En esta simulacin, representada por la llamada de ango-la, la mandinga se presenta en la forma en que cada jugador

    La llamada de angola siendo ejecutadaFoto: Acervo del Instituto Jair Moura

    El berimbau resuena con sonidos ancestrales y pide la proteccin de los antepasados. El berimbau era usado en frica para conversar con los muertos. Solamente entonces los dos se estrechan las manos, y el juego puede comenzar.

    (8) N. del E: Orix divinidad de los cultos afrobrasileos.

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    ((9) Maior a capoeira, pequeno sou eu. Jos Umberto. Revista da Bahia, n 33 Salvador: Fundacin Cultural del Estado de Baha, 1999

    (10) O ABC da capoeira angola: manuscritos do mestre Noronha. Frederico Abreu. Braslia. DEFER, 1993 (fue mantenida la grafa utilizada en el manuscrito).

    (11) Mestre Bimba: corpo de mandinga. Muniz Sodr Rio de Janeiro: Manati, 2002 (p.36)

    enfrenta esa situacin, demostrando su malicia, su sagacidad y su habilidad de expresarse disimuladamente, difi cultando para el aliado la interpretacin de sus verdaderas intencio-nes, cuando un cierto clima de preocupacin se cierne sobre los dos capoeiristas. La llamada es un momento que siempre mantiene un cierto misterio durante una rueda de capoeira angola. En una llamada todo puede suceder. Los dos capo-eiristas tienen que estar atentos y preparados para posibles sorpresas, que no raramente suceden en esas situaciones.

    Es esencial estar prevenido, estar alerta en cual-quier ocasin, en la vigilancia de las vastas ata-layas, ya que toda atencin es poca. As mandan los preceptos de la mandinga, porque el diablo sabe por diablo, pero ms sabe por viejo. (...) El secreto de la artimaa est dentro de s mismo, en lo ntimo de su misterio, verdadero y nico. Ya que el martirio existe dentro de las siete llagas de Cristo, entonces camarada conserve la fe en lo que usted tiene y desconfe hasta de su sombra...con simpata, disciplina e iluminacin en el alma9

    Analizar la mandinga en la capoeira signifi ca ms que

    identifi car algunos aspectos del ritual presentes en la rue-da, de la malicia, del gestual o del discurso de los capoei-ras. Signifi ca buscar un entendimiento ms profundo sobre determinados comportamientos que ciertos angoleiros presentan, que pueden ser considerados como aprendizajes que se inician en la rueda de capoeira, y, como dice el Mestre Moraes (Pedro Moraes), se expanden, posteriormente, a la vida cotidiana de esos sujetos, expresndose en sus formas de relacionarse con el mundo.

    Ciertos procedimientos, creencias, supersticiones y hbi-tos observados, principalmente entre los practicantes de la capoeira angola, habitantes de Salvador y alrededores, que se extienden hasta el Recncavo Bahiano, son caractersticas muy peculiares de un cierto tipo de sujeto social que se dife-rencia justamente por haber adquirido, a partir de la vivencia en la capoeira angola, un comportamiento basado en otra lgica, que escapa de una racionalidad predominante en las sociedades modernas y que se expresa en la forma en que se relaciona con la realidad en que vive. Normalmente son personas que desarrollan una atencin, una sagacidad, una presencia de espritu, un sexto sentido incluso, caractersticas un tanto diferenciadas de un comportamiento considerado estndar en las sociedades urbanas contemporneas.

    Esta otra lgica est relacionada con caractersticas mtico-religiosas oriundas de la cultura afro-brasilea, que, a travs de la capoeira, se expresan de diversas formas, desde tiempos inmemoriales.

    El famoso Mestre Noronha (Daniel Coutinho), que vivi en las primeras dcadas del siglo XX en medio de la picarda de la capoeira bahiana, dej un legado valioso: sus manus-critos, que retratan muchos aspectos de la prctica de la ca-

    poeira de esa poca, son una referencia importantsima para historiadores que buscan reconstruir ese periodo de valenta y desrdenes. En uno de los trechos, trascripto fi elmente de los originales, l afi rma que:

    Mis colegas y yo practicamos el mismo arte, de capoeira, porque actualmente est en todos los medios sociales y en el mundo entero porque es una defensa personal de gran valor que es su mandinga para vencer todas las situaciones que aparezcan estando la hora sufi ciente para que no deje para otra ocasin, porque existe otro en-cuentro, porque quien es golpeado nunca olvida y quien da un golpe no recuerda, esta es la mali-cia del capoeirista (p.18).10

    La mandinga de Besouro Mangang - que segn Mestre Bimba (Manuel dos Reis Machado), creador de la capoeira re-gional, era capaz de saltar de espaldas y caer de nuevo dentro de sus chinelas11 -, y tambin de Mestre Noronha, Pastinha, Cobria Verde y de tantos otros capoeiras antiguos, conside-rados mandingueros, que pueblan el imaginario popular de Salvador y del Recncavo, parece ejercer sobre el capoeirista de hoy en da una infl uencia que va ms all de la que se refi e-re a las cualidades de revoltosos y valentones.

    Ese componente de magia que reviste al universo de la capoeira, aunque proveniente de ese imaginario popular,

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    expresa el vasto campo de signifi cacin de esta manifesta-cin afrobrasilea y de sus conexiones con lo sagrado, as como muchas de las manifestaciones y tradiciones presen-tes en el universo de la cultura popular en Brasil. La dimen-sin de lo sagrado tiene para el pueblo simple de nuestro pas un sentido muy especial y profundo, que determina sus creencias, sus modos de vida, sus sueos, sus luchas, sus victorias y sus derrotas.

    El capoeirista de la actualidad, conciente o inconciente-mente, es heredero de esta carga ancestral que la capoeira trae consigo y no puede quedar inmune a los sentidos y signifi cacin implicados en el proceso de identifi cacin cul-tural por el cual pasa un iniciado de la capoeira, que acaba adquiriendo otras actitudes, acaba desarrollando otras for-mas de relacionarse con el mundo, con el peligro, con la adversidad, con lo desconocido, con lo inesperado.

    La prctica de la capoeira, en los ltimos aos, se ha transformado en mera mercanca de consumo, sirviendo para atraer y deslumbrar a los turistas a travs de saltos mortales y de un juego cada vez ms espetacularizado, alejndose de sus caractersticas ms tradicionales, de la ritualidad, de la ancestralidad, de la mandinga.

    Sin embargo, ese proceso no se produce sin resisten-cias y oposiciones. Al mismo tiempo, van sucedindose importantes experiencias en el mundo que se caracterizan por la afi rmacin del legado histrico de la capoeira, la re-verencia a sus antepasados y a las formas tradicionales de su prctica, valorizando y dando dignidad a esta manifesta-cin surgida de la creatividad, de la creencia, de la alegra y del sufrimiento de un pueblo.

    Pedro Rodolpho Jungers Abib. Profesor Adjunto de la Facultad de Educacin de la Universidad Federal de Baha. Autor del libro: Capoeira Angola: cultura popular e o jogo dos saberes na roda (Edufba/CMU-Unicamp,2005). Capoeirista formado por el Mestre Joo Pequeno de Pastinha.

    La dimensin de lo sagrado tiene para el pueblo simple de nuestro pas un sentido muy especial y profundo, que determina sus creencias, sus modos de vida, sus sueos, sus luchas, sus victorias y sus derrotas.

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