1973 Mirada Masónica a 40 Años Del Golpe.

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25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 años del golpe http://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 1/15 1973: mirada masonica a 40 años del golpe Por primera vez en la historia de Chile contemporánea, se abre una muy interesante perspectiva intra masónica acerca de los hechos anteriores y posteriores al golpe militar de 1973, cuyo trabajo presentamos a continuación y que fue expuesto en la Gran Logia de Chile el 30 de abril pasado. El texto ha sido modificado para deleite y lectura del público general, con expresa autorización del autor. LA CRISIS INSTITUCIONAL DE 1973. UNA MIRADA MASÓNICA A 40 AÑOS DE LOS HECHOS. Sebastián Jans Pérez, Primer Gran Vigilante, de la Gran Logia de Chile Este año se cumplen 40 años del desenlace de la crisis institucional de 1973, que significó el derrumbe de la democracia en Chile. Era una democracia llena de imperfecciones, pero era una democracia. Y no

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Autor Sebastián Jans PérezEste año se cumplen 40 años del desenlace de la crisis institucional de 1973, que significó el derrumbe de la democracia en Chile. Era una democracia llena de imperfecciones, pero era una democracia. Y no hay sistema político, por muy perfecto que sea, que pueda reemplazar a la democracia como forma de ordenar institucionalmente una república. Democracia y república, desde la paradigmática práctica política ateniense hasta nuestros días, son el complemento insustituible para un ejercicio político ciudadano efectivo y tangible. Y Chile lo era – republicano y democrático - hasta que sobrevino el doloroso desenlace de 1973, que queremos analizar con distancia y equidistancia esta noche.

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25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 1/151973: mirada masonica a 40 aos del golpePor primera vez en la historia de Chile contempornea, seabre una muy interesante perspectiva intra masnicaacerca de los hechos anteriores y posteriores al golpemilitar de 1973, cuyo trabajo presentamos a continuacin yque fue expuesto en la Gran Logia de Chile el 30 de abrilpasado. El texto ha sido modificado para deleite y lecturadel pblico general, con expresa autorizacin del autor.

LA CRISIS INSTITUCIONAL DE1973.UNA MIRADA MASNICA A 40AOS DE LOS HECHOS. Sebastin Jans Prez, Primer Gran Vigilante, de la Gran Logia de Chile Este ao se cumplen 40 aos del desenlace de la crisis institucional de 1973, que signific el derrumbede la democracia en Chile. Era una democracia llena de imperfecciones, pero era una democracia. Y no25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 2/15hay sistema poltico, por muy perfecto que sea, que pueda reemplazar a la democracia como forma deordenar institucionalmente una repblica. Democracia y repblica, desde la paradigmtica prcticapoltica ateniense hasta nuestros das, son el complemento insustituible para un ejercicio polticociudadano efectivo y tangible. Y Chile lo era republicano y democrtico - hasta que sobrevino eldoloroso desenlace de 1973, que queremos analizar con distancia y equidistancia esta noche.Lo haremos desde una mirada masnica, y con ello no debemos entender que se trata de una miradainstitucional, ya que frente a una contingencia o a un evento de la historia, la Orden no puede tener unamirada unvoca y oficial, bsicamente porque ello es parte de la libertad de comprender el pasado decada uno de nuestros miembros. De hecho, hay muchos Hermanos que tienen una interpretacinespecfica sobre los eventos que culminan en 1973, as como hay muchos que tienen otra muy distinta.Es legtimo que as sea, sobre todo en medio de un ambiente ilustrado como el que da forma a nuestramembresa a lo largo y ancho de nuestra Repblica.En qu consiste entonces la mirada masnica de los eventos que cumplen 40 aos? En quetrataremos de mirar tales sucesos traumticos para nuestra comunidad nacional, desde la fortaleza delas convicciones masnicas construidas desde nuestra Iniciacin, y que trabajamos cada da para quesean parte virtuosa de nuestra conciencia y de nuestro obrar.Las opiniones que construyen esta visin, entonces, solo expresan una visin particular, la de esteexpositor, que usando las herramientas masnicas, quiere aportar al tratamiento sanatorio de lasheridas que se han resistido a cerrar en nuestro pas, y por lo tanto, que tambin se expresan en laOrden, cuando se revisan las conductas observadas en extramuros y por cierto en intramuros, porquienes fueron protagonistas de uno de los episodios ms traumticos de nuestra historia nacional.Efectivamente, hace 40 aos, Chile tuvo el desenlace de uno de los procesos de quiebre institucionalms graves de su historia, solo superado por las guerras civiles del siglo XIX, cuando an el pasbuscaba consolidarse como repblica, o cuando los basamentos de la democracia moderna no habanlogrado articular condiciones institucionales que involucraran alternativas de resolucin de conflictosbasados en instancias de ejercicio poltico.Si miramos lo que ocurre en Chile, despus de la guerra civil de 1891, veremos que el pas tuvo a lomenos 3 crisis polticas y sociales profundas: la de 1918-1919, la de 1924-1925 y la de 1931-1932. Ellaspusieron en jaque la institucionalidad, y en la tercera que mencionamos, decididamente hubo unaruptura de las bases polticas que la sostenan, pero los efectos no tuvieron ni el alcance ni laprofundidad que tendra la que culmina en 1973.Diramos que, en aquellas crisis, an con la pasin poltica que desencadenaron y las circunstanciasque rodearon los acontecimientos, hubo la capacidad de encontrar respuestas que impidieran quehubiese un costo humano involucrado, factor determinante en la evaluacin de todo proceso polticomarcado por una confrontacin que se sale de las formas.De alguna manera prim siempre el sentido comn, y aunque hubo algunas vidas que se perdieron,25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 3/15ellas fueron a consecuencia de excesos de algunos protagonistassecundarios, pero siempre hubo entre los actores principales unacomprensin de que la fuerza del Estado deba aplicarse solo encondiciones limitadas. Ocurri cuando los militares protagonizaron el ruidode sables en 1924, cuando se instaur el rgimen de Carlos Ibez delCampo y, despus, cuando sobrevino su derrumbe, y tambin cuando sedesarroll la crisis institucional que se extendi durante 1932.En cada una de ellas, hubo algo subyacente: el peso de una institucin ticaque ayud a morigerar las intensidades, y que contribuy a racionalizar laspasiones, a travs del protagonismo de sus miembros. Hablo de la improntade la Masonera en aquellos que fueron protagonistas principales de loseventos que sucedieron desde 1918 en adelante, hasta el comienzo de la crisis que culminadramticamente en 1973, y cuyos inicios comienzan a gestarse diez aos antes. La calidad masnicade aquellos que estuvieron en las cpulas decisionales, hasta inicios de los aos 1960, fue un factor quela historiografa alguna vez deber recoger en toda su importancia determinante. Sin embargo, nodebemos ser excluyentes. La presencia de las instituciones ticas en el desarrollo republicano.Aquellas crisis que he mencionado le dieron a Chile una percepcin dentro de Amrica Latina, de ser unpas donde no existan los excesos que afloraban en los dems pases de la regin. La capacidad deresolver polticamente los conflictos adquiri una dimensin relevante, y ello se expres en mltipleshechos, aun cuando las condiciones del debate estuvieran en un mbito de crispamiento elevado. Escierto que hubo muchos momentos en que la ley y la institucionalidad fueron sobrepasadas, pero endefinitiva se terminaba imponiendo la conveniencia de evitar prdidas de vidas, por lo menos comovoluntad de quienes estaban siendo protagonistas de las decisiones que determinaban el escenariopoltico.Mi impresin es que ello no fue producto de la simple disposicin de los actores polticos y losprotagonistas de la primera lnea, sino que hubo un peso especfico de las instituciones ticas, a lascuales aquellos actores estaban asociados por opciones de conciencia, y donde aquellas tenan lacapacidad de pesar en los procesos en desarrollo desde la multilateralidad de sus integrantes.Nunca se ha hecho un estudio sobre el impacto que las instituciones ticas ms importantes tuvieron enesos desarrollos histricos, que creo que daran luces a decisiones importantes asumidas en lassuperestructuras polticas como consecuencia de un obrar de serenidad que incidi en los momentosculmines en que se tomaron las decisiones ms relevantes.Personalmente creo que, a pesar de sus profundas diferencias, a travs de aquellos procesos de crisis,y tras la evolucin de la poltica chilena, desde 1891 hasta inicios de los aos 1960, se advierten los25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 4/15equilibrios entre la Masonera y la Iglesia Catlica, que ejercanuna evidente influencia tica en los protagonistas de taleshechos. Y si se busca en los protagonistas de la crisis delgobierno de Sanfuentes, entre 1918 y 1919, que culmina con laeleccin de Alessandri en 1920; o en aquellos que actuaron en elperiodo de 1924 y 1925; o entre los actores de los sucesos queocurren entre 1931 y 1932, siempre se advertir la presencia demasones, que aunque se confrontaran seguan reconociendo elpeso moral de su condicin.No en vano, an con toda la envergadura del peso de laconfrontacin de dos enormes liderazgos por tres dcadas,como fueron los de los Hermanos Arturo Alessandri y CarlosIbez del Campo, que pudieron incendiar el pas en cruentoschoques polticos, nunca se excedieron ms all de lo razonable,y si hubo excesos ellos no fueron consecuencia de sus reciasvoluntades.Hubo sectores interesados en destruir ese concepto de equilibrio y capacidad de producir acuerdos, quebuscaron siempre su desprestigio, calificndola peyorativamente de componenda u otros calificativos.Los hubo por el lado de los sectores conservadores y de parte de aquellos que buscabanrecurrentemente escalar los conflictos en beneficio de sus protagonismos personales o grupales.Pero tambin es importante considerar la capacidad de proyectar esa voluntad cvica en laconfrontacin moral entre la Masonera y la jerarqua clerical de la Iglesia Catlica, donde tambin hubouna capacidad de interactuar en momentos dramticos por el bien del pas. Uno de ellos, por ejemplo,es expresivo de esas capacidades de dilogo an en las mayores diferencias. Ocurri cuando fueelecto Presidente de la Repblica el masn Pedro Aguirre Cerda.El obispo de Iquique y luego de La Serena, Jos Mara Caro Rodrguez, haba destacado por su posicinprofundamente antimasnica, siendo autor de uno de los ataques ms afamados de la Iglesia en contrade la Orden, que trascendi ms all de nuestras fronteras: el libro Misterio! Descorriendo el velo, deponzoosos contenidos en contra de la Orden. Hacia fines de los aos 1930 era una figura de granprestigio e influencia dentro de la Iglesia, con mucha cercana con la Nunciatura Apostlica, lo que severa refrendado en 1939 con su nombramiento como Arzobispo de Santiago, y un lustro despus con elcapelo cardenalicio, el primero recibido por un chileno.El Hermano Cerda fue electo Presidente de la Repblica, en un proceso lleno de dificultades y dolorososeventos, en medio de la recia confrontacin de fondo entre Ibez y Alessandri. Quien haba sido GranDignatario de la Orden, en el cargo de Gran Orador,encabezaba el Frente Popular, una coalicin polticacuya dirigencia se caracterizaba por su agnosticismo e incluso en muchos casos por un atesmofranco.25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 5/15Apenas electo Aguirre Cerda, en medio de un enrarecido clima poltico, el obispo de La Serena le harllegar un conceptuoso saludo, reconociendo su eleccin y validando el proceso poltico-institucional quetendra una influencia innegable sobre la feligresa de buena parte del pas, y por lo mismo, que ayudaraal desarme de los espritus ms belicosos. La misma actitud cvica la tendra Jos Mara Caro con lossiguientes gobiernos de coalicin presididos por miembros del aconfesional Partido Radical.Pero, en la crisis que culmina en 1973, no encontr a esos actores ticos influyendo de maneraomnipresente. Por lo menos no dentro del contexto de un peso moral regulador ante los excesos quetoda crisis produce. La evolucin de los hechos y el carcter de la crisis.A partir de los aos 1930, a pesar de las crisis a que he hecho referencia, Chile desarroll unainstitucionalidad poltica slida, donde el respeto a la ley y la Constitucin tena una coherencia bastanteexpresiva en su funcionamiento, ya que gobiernos absolutamente contrapuestos eran electos y losresultados se respetaban.Yo invito a imaginarse el choque de dos figuras enormes, de personalidades avasallantes, como las delos Hermanos Alessandri e Ibez, en cualquier otro pas latinoamericano, y no cabe duda que unaconfrontacin de esa especie habra terminado en una guerra civil. Pero, ello no ocurri en Chile. Y creoque, esa confrontacin entre dos hombres, de indudable influencia masnica, permeados por nuestradoctrina, a pesar de sus profundas diferencias y de sus personalidades hasta agobiantes para cualquiersistema poltico sano, fueron capaces de conducir a Chile hacia una institucionalidad que, por sobretodas las cosas, se respetaba y se robusteca. De la misma forma, creo que, visto el tema desde unpunto de vista estrictamente poltico, ambos de alguna manera fueron una garanta para que las cosasfuncionaran dentro del marco legal.Sin embargo, pese a la solidez que pudo lograrse en el plano institucional, que permiti consolidar unade las democracias ms prolongadas del mundo, y seera en Amrica Latina, tena un mar de fondosocio-econmico, que se arrastraba desde el siglo anterior: haba una enorme desigualdad. A pesar quehoy las diferencias en el reparto del ingreso y de la riqueza son proporcionalmente mucho mayores enrelacin a lo que entonces ocurra, en los primeros 60 aos del siglo XX, Chile estaba dividido en dosmundos que parecan ser inconciliables desde el punto de las oportunidades el oligrquico y elproletario -, y movindose entre esos dos mundos exista una clase media creciente, pero que, porfactores econmicos mayoritariamente tenda hacia el empobrecimiento.La institucionalidad y el Estado de Bienestar que ello produjo, como todas las cosas que se hacen enChile a la chilena - permiti la movilidad social como no haba ocurrido en el anterior siglo XIX, y unaparte importante de sectores proletarios pudieron acceder a la educacin y a una nueva realidad social,pero tambin la prdida de clase media siempre se produca hacia la pobreza, y solo un porcentaje muymenor hacia una niveles de ingreso superior.25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 6/15La desigualdad fue un problema que la institucionalidad no fue capaz de superar, y ello incub losgrmenes de una confrontacin social ascendente. Mientras haba terratenientes con millones dehectreas improductivas, miles y miles de inquilinos o campesinos vivan en chozas miserables, en elanalfabetismo y la marginalidad ms absoluta. Mientras haba una burguesa que se enriqueca con elproteccionismo del Estado y la inflacin crnica, haba obreros que apenas tenan para comer un trozode pan todos los das. Miles de nios y jvenes estaban al margen de la educacin y para una parte dela clase media, la posibilidad de asegurar esa condicin estaba en riesgo permanente, por los factorescrnicos de la inflacin y el costo de la vida. La mujer estaba marginada de buena parte de lasposibilidades de trabajo y, a pesar de haber logrado el derecho a voto, en su gran mayora estabadestinada a ser solo una duea de casa. Un sector importante de la poblacin careca de vivienda, lamorbilidad era elevada, la desnutricin afectaba a un importante porcentaje de los nios pobres.Problemas sanitarios insolutos, se manifestaban en las ciudades, producto del hacinamiento.Muchas veces se habla con ligereza para analizar los procesos polticos de los aos 1960, en que seproducen un conjunto de hechos que terminan en la crisis de 1973, a partir de una visin esencialmentepoltica y superestructural, sin embargo, es necesario estudiar las condiciones socio-econmicas quedeterminaban las expectativas de los sectores ms retrasados de la sociedad chilena de entonces, ycomo ellos quisieron ser protagonistas de cambios de fondo en un sistema econmico que segregaba ypostergaba implacablemente.Los procesos que indujeron hacia la confrontacin fueron varios, y no debemos minusvalorar a ningunode ellos: el atraso socio-econmico de un importante porcentaje de la poblacin chilena, la sensacin deexpoliacin de amplios sectores de asalariados y campesinos, y la sensacin, en el mismo sentido, devastos sectores nacionales respecto de empresas extranjeras que explotaban los recursos nacionales,la falta de vivienda digna en amplios sectores urbanos y rurales, bajos sueldos de los trabajadores,insensibilidad social de los dueos del capital, de la industria y de la tierra, etc. Pero tambin, estaba elpeso de una situacin internacional marcada por la guerra fra.En ese escenario, hubo distintos actores. Algunos de ellos ms determinantes que otros. Pero, dos deellos han sido objetos de la atencin de este expositor, y que dan luces desde otra perspectiva sobre losantecedentes de la crisis: la Iglesia Catlica y la Masonera. Las instituciones ticas y sus efectos en 1973.Analizada la crisis de 1973, en su carcter esencialmente poltico, desde la distancia que dan 40 aos,esta comenz cuando los factores que haban construido la estabilidad institucional por treinta aos,fueron debilitndose o desapareciendo. Al respecto, desaparecieron las figuras seeras de ArturoAlessandri y Carlos Ibez del Campo. De la misma forma, el partido que haba articulado la polticachilena el antiguo y poderoso Partido Radical, que haba dominado la escena poltica desde 1925 enadelante sufri una sucesin de reveses electorales que redujeron abruptamente su influencia.25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 7/15Los personajes que llenaron el vaco de Alessandri e Ibez, me refiero al Hermano Salvador Allende yel socialcristiano Eduardo Frei, a pesar de su amistad por mucho tiempo, cuando ella se quebr nohubo factores ms all de lo poltico que lograran poner puentes y generar aproximaciones quepermitieran ayudar al reencuentro, y con ello generar un dilogo benigno en bien del pas.Influy de manera determinante otra contradiccin que estaba en el centro de la escena poltica,encubierta con formalismos y episodios solapados: la pugna de influencias entre el confesionalismo y ellibre pensamiento, que vena dndose por casi un siglo. Ciertamente, los procesos de inicios de losaos 1920, cuando se separ la Iglesia del Estado, haban significado una progresin significativa dellibre pensamiento en el proceso poltico y la cultura nacional. Una demostracin de ello es que lasorganizaciones polticas que surgen de esa poca en adelante son generalmente no confesionales,agnsticas o con predominio de no creyentes. La fuerza poltica que representaba histricamente losintereses confesionales, el Partido Conservador, comenz a vivir una crisis profunda, que terminara ensu extincin en 1965.Ante esa realidad, los miembros de la estrategia eclesial devenida de la encclica Quadragsimmo Anno- la Accin Catlica - intervino activamente para desarrollar en la juventud conservadora un grupodirigencial capaz de levantar una nueva fuerza poltica, con contenidos renovados y un lenguaje conpreeminencia social. En ello tuvo un rol fundamental la Compaa de Jess, asociada a esa nuevapoltica vaticana de manera activa. Despus de varios intentos, y de contradicciones emanadas de lasinfluencias congregacionales dentro de la Iglesia, por fin surgi un Partido que tendra un rol sustancialen el desarrollo de la crisis que culminara en 1973.Era un partido vinculado a un proyecto internacional de la Iglesia, que haba tenido un exitosodesempeo en la reconstruccin alemana, luego del desastroso paso del nacismo y el redibujo de lasopciones poltica que son consecuencia de la II Guerra Mundial. Lo propio ocurra en Italia. Desde esospases, el llamado socialcristianismo se proyect con fuerza hacia los pases con una arraigadapresencia catlica.Los aos 1960 sern sin duda el momento en que el catolicismo arremete con esa nueva propuestapoltica, desligada del conservadurismo histrico, y lo hace con un mensaje social, que en muchospases tuvo un sesgo fuertemente radical. Es lo que ocurrir en Chile, donde tomar como plataformade accin uno de los problemas endmicos de la estructura econmica y social: el atraso agrario. Yaquello que los partidos no confesionales no haban sido capaces de afrontar con decisin,especialmente el determinante Partido Radical, se transform en la bandera del confesionalismo msdinmico: la reforma agraria.Confluyeron factores favorables para ello. Uno de ellos fue la eleccin en EE.UU. del primer presidentecatlico de su historia, John Kennedy, que desarroll una estrategia poltica de gran alcance, conrecursos y ayuda social, para oponerse a la influencia del castrismo en Amrica Latina, en un plan decooperacin que se llam Alianza para el Progreso y que tuvo en Chile a la Iglesia Catlica como suprincipal medio de distribucin y canalizacin de los recursos, expresados en alimentos y vestuario.25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 8/15Pero tambin fue coadyuvante el aggiornamiento impulsado por el Papa Angelo Rocalli, al convocar alConcilio Vaticano II.El rol del sector ms dinmico de la Iglesia Catlica, a travs de esta nueva fuerza poltica, estuvocentrado en la agudizacin de los conflictos. De este forma, entre 1964 y 1965, los sectoresconfesionalistas lograran su mayor xito histrico, desde los tiempos de la restauracin pelucona de1833: los chilenos elegiran un presidente catlico, como no haca desde mucho tiempo, y al aosiguiente el nuevo partido confesional se convertira en una fuerza arrolladora que pudo operar en lainstitucionalidad como virtual partido nico por el resto de la dcada, merced a los resultados de laselecciones parlamentarias de marzo de 1965.Los resultados de esos procesos electorales, que se manifiestan en el primer quinquenio de los aos1960, lograron desplazar del centro poltico al laicista Partido Radical, como fuerza articuladora de lapoltica nacional; el partido Liberal que tambin representaba un cierto sesgo agnstico, desapareci; yel socialismo, al perder parte de sus reivindicaciones en manos de los social cristianos, opt porradicalizarse, arrinconando dentro de su organizacin a aquellos que representaban una influencialaicista y libre pensadora, y que representaban polticas ms moderadas. Sectores como elampuerismo y los que darn forma a polticas cubanizadoras del proceso poltico chileno, atacaron lacalidad masnica de varios dirigentes, entre ellos al mismo Salvador Allende. Ello se vivi en diversosmomentos de manera muy agresiva. Qu ocurri en esos aos? Atropelladamente sobrevino unareforma agraria que trat de ser manejada desde el Estado, y que termin en manos de losmovimientos sociales, sobrepasando a todos quienes trataron de controlarla. Con demagogia seimplant una reforma educacional que destruy los basamentos fundamentales de uno de los mejoressistemas educacionales de Amrica Latina en su concepto docente, pero que haba carecido de losrecursos para ampliar su acceso de manera sustancial, pero donde haba una coherencia absoluta conobjetivos nacionales y sociales, y que haba permitido una movilidad social limitada pero efectiva. En esareforma improvisada y demaggica se encuentra el germen de la crisis educacional chilena de lasdcadas posteriores, y que, en definitiva, se convirti en negocio prspero para muchos, especialmentepara la hegemona confesional sobre la sociedad chilena y sobre su sistema educativo. Claramente hoypodemos constatar el impacto de la Universidad Catlica en la educacin terciaria, y el porcentaje delnegocio de la educacin en manos de organizaciones eclesiales, gozando del subsidio del Estado.Si ponemos la raya, y ejecutamos la suma y resta matemtica, tenemos claro quienes ganaron yquienes perdieron con ese proceso de escalamiento de conflictos y de enervamiento. Gan elconfesionalismo, por cierto, y perdi el libre pensamiento, hasta el da de hoy.Yo creo que, quienes impulsaron proyectos ideolgicos tan radicales, en los aos 1960, y en ello implicoa quienes hablaban de revolucin en libertad o va chilena al socialismo, desde una perspectivaredicalizadora, no encontraron virtudes en nada de lo que se haba construido desde 1925 en adelante,aunque la gran posibilidad pudo haber estado en su profundizacin institucional y no en su sustitucinradical. Es la ceguera de los dogmatismos.25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 9/15Se ha hecho un lugar comn acusar de la crisis y derrumbe de la democracia genricamente a losmarxistas. Pero, objetivamente, por conveniencias polticas de las coyunturas de los ltimos 20 aos,nunca se ha tratado con profundidad en nuestro pas, como la Iglesia Catlica y el partido querepresent sus intereses en los aos 1960 y 1970, contribuy a la radicalizacin de los conflictospolticos y como horad la institucionalidad poltica surgida y desarrollada desde 1925 en adelante. Unestudio historiogrfico ecunime, que se haga de los procesos vividos entre 1963 y 1973, asombrarapor el protagonismo de la Iglesia Catlica en poltica contingente, y pondra en evidencia que ella, desdesu posicin institucional, fue un factor decisivo en la confrontacin poltica y en los eventos queagudizaron las pasiones y contribuyeron de manera decisiva al incordio poltico.Tengo la conviccin que, el actuar excluyente del partido que controlaba el parlamento y dominaba enlos municipios, destruy toda amistad cvica y los soportes de conciliacin que haban existido conanterioridad. Efectivamente, aquello que hubo en las crisis anteriores, no estuvo presente en aquellosaos de polarizacin exacerbada.En ese contexto, la Masonera sufri su propia crisis. De alguna manera, aquello que haba estadohaciendo de manera eficaz desde principios del siglo XX, dej de hacerlo: esto es, ser un referente ticosustancial en el desenvolvimiento de la realidad chilena. No fue capaz de poner en evidencia suspreocupaciones frente a los problemas que afectaban a la democracia y no percibi con claridad losefectos que se comienzan a vivir a inicios de los aos 1960.Creo que no hubo un sentido de urgencia frente a los procesos que se estaban desarrollando, y sebusc el camino de la prescindencia poltica, confundiendo con ello la prescindencia tica. La Orden noreaccion frente a la escalada del confesionalismo, y no hubo la agudeza histrica en su direccinsuperior para entender los procesos en marcha. De alguna manera se despolitiz en sus decisiones,despolitizando el anlisis de lo que aconteca, sin poner en perspectiva la consecuencia de los hechosen desarrollo. La necesaria equidistancia de la poltica partidista fue entendida como equidistancia frentea la observacin atenta de los hechos polticos, lo cual le hizo perder las capacidades para entendercules eran los grandes conflictos que se sucedan. Tampoco su direccin superior orient con claridadrespecto a los aspectos ticos que deban unir a su membresa, evitando que la crisis y la confrontacinentrara por sus puertas y tomara lugar en su seno. No reaccion con vigor, cuando la calidad masnicafue perseguida por los confesionalistas y los estalinistas, y estos no tuvieron un contrapeso moralcuando fagocitaron lo ms slido del ejercicio institucional que tena Chile: la capacidad de negociaciny de resolucin pactada de los conflictos. Esa misma que se calificaba despectivamente desdesectores confesionalistas de componenda.De esta forma, la Masonera como ocurri con el resto del pas tambin se fue dividiendo en dosposiciones que no se conciliaban fuera de nuestros templos. Esto se agudiz entre 1972 y 1973. Unosapoyaban decididamente el proceso de cambios econmicos y polticos, mientras otros estaban nomenos decididos a apoyar cualquier solucin que significara el trmino del gobierno constitucional. 25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 10/15Nuestras vctimas institucionales.Las consecuencias de ese proceso doloroso dejaron vctimas por doquier. La Masonera no escap aesa realidad. La crisis que analizamos tuvo mltiples efectos y variadas expresiones. Cuando seprofundiz desencaden procesos que trajeron dolorosas consecuencias. En medio de ella, hubomuchos masones que eran propietarios de actividades comerciales o productivas, que fueron afectadospor tomas ilegales de sus bienes, o amenazados sus patrimonios por los excesos de grupos exaltados.En nuestra membresa, siempre ha habido hombres de trabajo, muchos de los cuales tienen patrimonioy generan oportunidades o fuentes de trabajo. Ello es producto de un sacrificado esfuerzo personal o elde sus antecesores. As ocurra en esos aos y ninguno era un potentado que se beneficiara de laexplotacin de otros seres humanos.Hubo muchos Hermanos Masones que sufrieron las consecuencias de la violencia. Los hubo aquellosque sufrieron agresiones fsicas. Estn los que fueron violentados en su propiedad. Otros fueronimprecados injustificadamente en sus roles. No pocos fueron motejados de manera vil. De uno y otrobando, como en la ltima guerra civil que tuvo el pas en 1891. Propietarios, empleados pblicos,profesionales, etc., sufrieron las consecuencias de la polarizacin, como muchos chilenos. No pocosdebieron exiliarse o sufrieron prisin de manera arbitraria.Pero hubo algunos que pagaron el precio de su vida, de manera dramtica. De ellos mencion cincocasos paradigmticos:El Querido Hermano Andrs Pereira Salzberg, tcnico mecnico de 54 aos, 4 hijos, propietario de unamaestranza en Paine, miembro de la Logia Avance Victoria N 97 en la cual tena el grado deAprendiz. Fue detenido la noche del 16 de octubre de 1973, junto a otras 21 personas de esa comuna, yde ellos nunca sus familiares supieron ms. No hubo una explicacin sobre su destino, no hubo entregade un cadver, nunca se inform su lugar de detencin. Informacin imprecisa entregada comoresultado de la Mesa de Dilogo constituida bajo el gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle,indic 30 aos despus de su desaparicin, que habra sido arrojado al mar desde un helicptero en lascercanas de Pichilemu.El Querido Hermano Mario Ramrez Seplveda, profesor, 44 aos, iniciado en la Logia Renacimiento N 8 de Santiago, en 1963, donde obtuvo sus 3 grados simblicos. Emigr posteriormente a La Serena,para desempearse como acadmico universitario, donde asisti regularmente a los trabajos de laRespetable Logia Luz y Esperanza N 11. Llamado a presentarse ante una unidad policial o militar porel rgimen de facto, lo hizo el 27 de septiembre de 1973, siendo detenido y llevado a la crcel de esaciudad, donde permaneci a la espera de la formulacin de cargos. El 16 de octubre, una comitivadirigida por el general Arellano Stark lo sac de la crcel junto a otros 14 detenidos polticos, siendollevados al regimiento Arica, donde fueron fusilados sin proceso ni derecho a defensa.El Querido Hermano Hctor Garca Garca, mdico de 40 aos, regidor de Buin, padre de familia,Maestro Masn de la Logia Avance Victoria N 97, de la cual fue su Venerable Maestro. Llevaba 1525/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 11/15aos en la Orden. Fue detenido en su trabajo, en el Hospital de Buin y posteriormente fusilado sin juicioel 13 de agosto de 1974, por un piquete de militares provenientes de San Bernardo.El Querido Hermano Alberto Bachelet Martnez, General de la Fuerza Area, padre de dos hijos, MaestroMasn de la Logia La Cantera N 130 de la entonces Comuna de Las Condes, de la cual fue fundador.Un masn impecable y cabal. Fue detenido en tres oportunidades a partir del 11 de septiembre. En laltima, fue sometido a Consejo de Guerra y a tratos inhumanos que le provocaron la muerte el 12 demarzo de 1974, segn lo estableci un informe pericial de sus restos en el 2012, que concluy que lacausa de la muerte estaba asociada a torturas.El Querido Hermano Salvador Allende Gossens, Presidente de la Repblica, que puso fin a su enormevida republicana en el Palacio de La Moneda, en el momento final del asalto de las tropas insurrectas ala casa de Gobierno. Iniciado en una Logia de Valparaso, su vida masnica en la capital la hizo en laLogia Hiram N 65. Se puede discrepar de lo que fue su posicin poltica, de lo que fue su accionar enaquellos das, pero no podemos dejar de considerar que fue un hombre fuertemente permeado por losprincipios masnicos, desde su cuna hasta el ltimo da de su vida, y por una conducta republicanaimpecable en el servicio pblico, al que se dedic toda su vida.Los aprendizajes.Por cierto, todos los chilenos aprendimos dolorosamente con las consecuencias que trajo la crisis de1973. Todas las instituciones aprendieron de aquella crisis, alguna ms rpidamente que otras, y lasque no aprendieron desaparecieron. Prueba de ello fue que los actores de aquel periodo aprendieron aconciliarse, y a desarrollar una poltica de consensos que permiti la recuperacin de la democracia, yconstruir una nueva institucionalidad que deja an mucho que desear, pero que es democrtica, auncuando quede mucho por democratizar.Para algunos, la ms dura leccin fue aprender a que no estaban protegidos por ningn determinismodivino, y que uno de los componentes principales de todo hecho poltico, de toda prctica poltica, es eldilogo. Y el dilogo trae consigo la posibilidad de alianzas en la diversidad, donde se pueden construirproyectos comunes con fuerzas polticas muy diversas en su origen y su historia.Otros aprendieron a establecer en sus prcticas, que la poltica como suceso, como acontecimiento, esms importante que la ideologa, y que tiene ms relacin con la cotidianidad de las personas de lo quelos determinismos dogmticos pueden lograr. La ideologa es un marco referencial, pero nunca puedeser el camino que permita labrar una conducta en el plano de la bsqueda de caminos para hacerposible la paz social, logro supremo de toda buena y sincera poltica.Tambin hay una enseanza para todo inductor de ideas radicales de cambio. Las revoluciones sonbuenas, efectivamente, cuando la opresin subyuga y los derechos de las personas son sepultados consus cadveres. Pero toda reforma radical desencadena una dramtica contrarreforma. La historia de lasrevoluciones est plagada de reversiones generalmente brutales y autoritarias.25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 12/15Tengo la conviccin de que quien tuvo el aprendizaje ms rpido de todo lo ocurrido, fue un prncipe dela Iglesia Catlica, el cardenal y arzobispo de Santiago, Ral Silva Henrquez. Fue alguien que fue capazde posicionarse por sobre la propia Iglesia y a pesar de su Iglesia. La virtud de determinados hombresradica en saber establecer la dimensin de las tragedias en desarrollo, antes que el comn de laspersonas. Y creo que ese pastor de su grey, entendi la profundidad de lo que estaba ocurriendo, apesar de los suyos. De all su compromiso con los derechos humanos y su decidido aporte a laproteccin de los perseguidos, ms all de su filiacin poltica y de toda percepcin religiosa.Por nuestro lado, la primera percepcin de que la Masonera no haba estado a la altura, la dio el GranMaestro Oscar Pereira Henrquez, cuando asume los acontecimientos que marcan la primera parte delos aos 1980, en que se desencadena la protesta social contra la dictadura. Hay un pronunciamientopblico de la Masonera a travs del Gran Maestro, a travs de la declaracin El despertar de lasconciencias. Algunos aos despus, el mismo Gran Maestro convoca al Tercer Convento Nacional dela Masonera Chilena, proceso de anlisis y discusin de la realidad chilena que dura dos aos, y en quela Masonera, en los hechos, fue puesta en debate sobre los grandes problemas nacionales. Ello an entiempos de dictadura.Y cuando ya haba sido electo un gobierno mediante elecciones libres y se entraba derechamente enuna efectiva transicin a la democracia, la labor del Gran Maestro Marino Pizarro vino a representar unaefectiva capacidad de reposicionamiento de la Orden, como una institucin que efectivamente asumasus falencias y sus propios errores, y pona un nuevo acento en los temas ticos, propios de sucarcter e identidad, en el mbito que su propia naturaleza le impone.Pero, cules fueron los aprendizajes para la Masonera, despus de tantos traumas nacionales, y quenos importa hoy en esta mirada frente a lo acontecido? Lecciones para las organizaciones ticas.Desde mi punto de vista de miembro de nuestra institucin, que se considera escuela de tica en eldesenvolvimiento de la sociedad, he sostenido hace algunos meses, en una columna de opinin, que loque viene a ser el aporte de las organizaciones ticas en la complejidad moderna, es precisamenteayudar a la reflexin del hecho moral y al fortalecimiento de las perspectivas que coadyuvensecularmente a determinar reglas vlidas para todos. En ese contexto, las organizaciones ticas debenaportar distintas miradas sobre la ciudad del hombre, sobre la condicin citerior del hecho humano,para construir los consensos que permitan la construccin y reconstruccin del hecho moral, entendidoeste como un proceso no como una norma ptrea e inconmovible.La validez de toda organizacin tica debe descansar sin duda en su carcter y en la coherencia de sumensaje. El valor de su aporte ser medido siempre por su cualidad secular, ya que los problemas delvivir del hombre son de su tiempo y de su vida. Pero por sobre todo ser medido por la coherencia consu propsito. Toda organizacin tica que se aleje de ese factor que establece su razn de ser,25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 13/15terminar inevitablemente en el descrdito y en la intrascendencia. Por ello, cuando una institucin ticase aleja de su rol puede ser profundamente daino para su credibilidad. Siendo su fin tico, le estvedado el concurso en los temas polticos, como tambin las incursiones en el mbito de los negocios.No est su rol ni en el mercado ni en la poltica, y en la medida que se comprometan con opciones deese tipo, la sombra de su propia inhabilidad crecer de modo proporcional a la participacin en aquellosespacios que le estn vedados.La experiencia vivida por organizaciones ticas que se inmiscuyeron en opciones polticas siempreseala que las contingencias terminan por horadar el valor superior de su aporte. Lo mismo ocurre conaquellas que han incursionado en negocios con los ms variados y bien intencionados propsitos. Losproblemas polticos y el actuar poltico en una democracia, vienen a ser materia de las institucionespolticas que la sociedad genera en esa perspectiva. Estn los partidos polticos, el parlamento, lasinstituciones del Estado que deben normar la vida colectiva y prever los instrumentos que permitanhacer efectivo el cumplimiento de las regulaciones de la vida y el actuar en sociedad.Los problemas ticos en tanto, son importantes de radicar en aquellas instituciones que estndestinadas a influir en las conductas personales, en el ms ac, antes de las limitaciones que impone laley como consecuencia del debate poltico. Es por ello que las instituciones ticas tienen un valorfundamental, al poner en la mesa los problemas desde un punto de vista de la creacin de costumbresque garanticen un actuar vlidamente aceptado, y que construya una trama sostenible de validacionesconceptuales que, luego, la poltica debe acoger en su convencionalidad. Sin ese proceso previo quedeben cumplir las organizaciones o las institutas ticas, todo proceso generativo de la ley setransformar en una imposicin o una norma impracticable o moralmente vulnerable.El mundo moderno tiene innumerables organizaciones que buscan, precisamente, tener alcancesespecficos respecto a cmo el ser humano debe desarrollar su convivir y caracterizar sus conductasen una universalidad llena de alternativas. Las hay de muchos tipos. Organizaciones que promueven losderechos del hombre, los derechos polticos, el medio ambiente, la diversidad, la igualdad de trato, elrespeto a las minoras, la vida animal, reivindicaciones con alcances morales, etc. y que proponenderechos o plantean deberes de la sociedad y de los individuos, desde un plano individual y colectivo.Tambin estn aquellas que tienen una visin ms integral y absoluta del hombre y su existir, vinculadasa cosmovisiones religiosas, y otras que, equidistantemente, buscando tambin una visin ms integral,proponen cosmovisiones seculares, basadas en condiciones y exigencias citeriores, sin lapreeminencia ulterior.Cada una debe tener la virtud de entender claramente su propsito, ya que de ello depende su propiarazn de ser, y su influencia efectiva y eficaz en el cambio de las conductas humanas, en aquellosaspectos que impiden o distorsionan la ms plena realizacin individual en el marco del arreglocolectivo. 25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 14/15La Masonera como institucin tica.La Masonera es por esencia una institucin tica y cito la vieja definicin que especifica que es ella unpeculiar sistema de moral, velado por alegoras e ilustrado por smbolos, lo cual marca su trnsito,existencia y especificidad en el mbito de las organizaciones de la sociedad civil. No persigue finespolticos ni comerciales. No persigue objetivos de poder. No tiene programas que ofrecer desde el puntode vista de las alternativas en pugna o las instancias de resolucin de los problemas y conflictos quemueven y conmueven la cotidianidad social de cada da. Sin embargo, est llamada a influir sobreaquellos problemas y conflictos a partir del hecho moral de sus miembros, y de su palabra serenadirigida a la sociedad. La cualidad de la Masonera en la sociedad civil apunta a manifestar en lacotidianidad de las mociones y conmociones de extramuros las expresiones conductuales de hombresiniciados en sus prcticas y doctrinas, capaces de debatir y confrontarse dentro de canales civilizados,pacficos, democrticos y respetuosos de los derechos fundamentales de todos los seres humanos.Con ese fin, promueve entre sus adeptos un conjunto axiolgico que debe convertirse en manifestacinefectiva de virtud. Desde la Iniciacin hasta la Maestra, el masn recibe contenidos especficos quedeben plasmarse en actitudes y conductas, haciendo tangibles en voluntad y accin - los valorespromovidos en el proceso inicitico. Ninguna idea, ningn contenido, ninguna liturgia, tendra sentido enMasonera si ello no se traduce en una expresin virtuosa en el Iniciado.Lo que pretende entonces la Masonera, como institucin tica, es aportar a la sociedad, al pas y almundo, hombres virtuosos que pueden ser capaces de encontrar y/o construir los puntos de encuentroque permitan la superacin de las diferencias irreconciliables, hombres que acten dentro deparmetros morales, racionales y justos, en mrito de consensos y convenciones que hagan posible lapaz, la justicia y la integracin.El masn, en la comprensin clara de nuestros principios, acta en el contexto normativo del espritu yla letra de la ley, pero, por sobre todo en la comprensin de que la actitud tica es una manifestacinpersonal, que cada cual toma sin esperar convencer a los dems de que as resulta mejor para todos, ytiene siempre presente que los principios que la Orden le entrega, deben ser parte de sus conviccionesms profundas, con el inteligente coraje de actuar en consecuencia. Conclusiones frente a lo tratado esta noche.Haciendo una profunda mirada de los hechos de hace 40 aos, desde nuestros principios, creo quehubo muchos integrantes de la Orden que no pusieron un nfasis necesario en nuestra doctrina, enaquellos das de crisis institucional que culminaron hace 40 aos. Y creo que an no hemos asumidofrente a la sociedad chilena haber fallado institucionalmente cuando debimos ser ms asertivos. Y hoy yen el futuro, debemos ser mucho ms precisos en nuestro rol fundamental. Es cierto que laresponsabilidad fue de quienes entonces dirigan e integraban la Orden, pero somos nosotros los quedebemos cerrar ese captulo poco feliz, porque heredamos a esta institucin con toda su historia, con25/7/2014 1973: mirada masonica a 40 aos del golpehttp://www.ilayra.cl/index.php/2011-06-30-23-44-03/179-1973-mirada-masonica-a-40-anos-del-golpe?tmpl=component&print=1&layout=default&page= 15/15sus virtudes y sus defectos.Y creo que es til y necesario que reconozcamos los errores que cometieron nuestros QueridosHermanos que nos precedieron, cuando fueron protagonistas de muchos eventos en los campos yciudades, que socavaron la institucionalidad; cuando, teniendo responsabilidades pblicas, no fueroncapaces de trabajar para que hubiera justicia, cuando ella ms se necesitaba. Debemos reconocer quehubo quienes olvidaron el sentido profundo de la doctrina que forma e informa al masn, donde uno delos aspectos fundamentales tiene que ver con el respeto a la ley y la institucionalidad. Pero, de maneracentral, olvidaron la naturaleza esencialmente fraternal de toda prctica masnica verdadera. Creo quenecesariamente tenemos que construir tambin un nunca ms, como lo han hecho otrasorganizaciones de la sociedad civil, para indicar cuanto aprendieron. Nos corresponde tambinestablecer con claridad nuestros aprendizajes, y nunca es tarde para ello. Debemos tomar concienciade que nunca ms debe separarnos inconciliablemente el presente, ni menos el futuro. Pero, por sobretodo, nunca debe separarnos el pasado.Y lo que debemos hacer ms all de los muros de nuestros templos, construyendo el gran aporte quelos masones deben hacer en todo tiempo presente y futuro, es colaborar activamente para que nuncams nuestra Patria sea avasallada por la violencia fratricida, sembrando en extramuros la tolerancia, lacaridad, la fraternidad - los valores del Aprendiz - para que ellos se transformen en fructferas virtudesque adornen perennemente a nuestra sociedad.Nuestra Orden se sustenta en su tradicin y principios. Su tradicin est sealada con claridad en loscontenidos de sus rituales, en cada uno de los textos iniciticos de sus ceremonias de paso y, lo allespecificado, es lo que permite la construccin virtuosa de un Hombre Nuevo, un hombre puesto en unaperspectiva de perfectibilidad, que colabore activamente en torno a las convenciones superiores delespritu humano. Su principios, en tanto, orientan a la sociedad toda sobre la misin que asume laMasonera entre las diversas organizaciones humanas, con un distingo peculiar que pretende aportar auna moral centrada en el hombre y en sus capacidades de hacer el bien. Todas nuestras prcticas ydoctrinas apuntan hacia ese objetivo, y nuestro xito o fracaso, individual y colectivo, ser medidosiempre en la capacidad de evidenciarlo en cada uno de nuestros iniciados.En virtud de ello, Queridos Hermanos, con las virtudes que la Masonera nos propone, trabajemos enextramuros, en el espacio previo del cumplimiento de la ley, donde se construye la sana y meritoriacostumbre, que haga del respeto a toda persona el hecho moral sustancial para hacer posible unasociedad mejor. Muchas GraciasCorporacin Ilayra.cl - Fono # - Direccin - mail informaciones: [email protected]