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CRÓNICA MARÍTIMA -53BC5- Gastos de la guerra en Inglaterra. - Movimiento de sus expor- taciones éimportaciones. Problema que plantea el exceso de las segundas á las primeras.- La economía y el ahorro son insujicientes para resolverlo. - El último empréstito. - Hi- pótesis arbitraria acerca de la duración de la guerra. lOR falta de espacio y por insuficiencia de datos, no lie ) tratado en crónicas anteriores de los gastos de la gue- S rra en ninguna de las naciones beligerantes. Con los que poseo, entresacados de alguna publicación ingle- sa y de discursos del Gobierno en el Parlamento inglés, voy á ocuparme en este artículo de lo que la guerra significa, eco- nómicamente, para Inglaterra, según los mismos ingleses lo cuentan. Ello nos dará una idea de la riqueza inmensa, in- calculable, que la guerra destruye. No tienen sus cifras para el espíritu más que un valor puramente matemático. Son, pu- diéramos decir, expresiones numéricas cuyo contenido de do- lor, de esfuerzo, de heroísmo, de patriotismo, de sacrificio, por ser inmenso, excede á nuestra capacidad de representación. Al acercarse á estas cifras se siente una impresión parecida á la que experimentamos cuando, en las lecturas ó estudios as- tronómicos, nos dicen que la luz de tal astro, tal Sol ó tal pla- neta, tarda tantas ó cuantas unidades de tiempo en herir nues- tra retina. Nos quedamos en la memoria con la cifra; nos ha- cemos la ilusión de que conocemos la distancia cuando, en rigor, no conocemos nada, por sernos imposible su represen- tación mental. Si hacemos un esfuerzo inútil de representa- ción, flota nuestro espíritu en el vacío y casi nos sentimos aniquilados. Cosa parecida ocurre con estos números de gas- tos de la guerra. Son la expresión de un dolor, de un esfuerzo inenarrable. Son la fuerza cósmica de nuestra civilización traducida en cifras; pero, inconmensurable, por su valor gi- gantesco, con la pobre medida que puede dar de sí la unidad humana. Por eso creo, algunas veces, que ignoramos las cau- sas de la guerra y los problemas que va á resolver, como igno- ramos, a priori, las causas de las catástrofes geológicas. Estu- diar la guerra en los documentos diplomáticos, es como es- tudiar la agitación ciclónica, no en el gradiente barométrico, sino en la espuma arrebatada por el viento que nos azota el rostro. No sirven para nada. Vamos á las cifras. El mecanismo de la circulación comer- cial exterior tiene cierto parecido con la de un estudio hidio- dinámico. Si sabemos la energía que ingresa por el extremo de una tubería ó canal y la que sale por el otro, la diferencia entre ambas es, según los casos, la energía utilizada ó perdida. Una nación en guerra es una máquina que funciona alocada- mente. Una idea de la energía que pierde, económicamente, nos la da la cifra representativa de la diferencia entre bUS ex- portaciones é importaciones. Exportación es ganancia de ener- gía. Importación pérdida. La diferencia entre una y otra es la medida del esfuerzo nacional á realizar para mantener el equi- librio. Este equilibrio puede ser posible ó imposible. Puede haber ó no riqueza acumulada por el ahorro, reservas econó- micas, que es el volante necesario para el mantenimiento de la circulación. En un estudio del Times se aborda el problema económico de Inglaterra, atendiendo solamente á los valores de exportación é importación, y, aproximadamente, ó en ex- tracto, lo que dice, es lo siguiente: En el año 1913 ascendieron las importaciones á la suma de 659.000.000 de libras. El valor de los empréstitos á las colo- nias ó Estados extranjeros, siempre en cifras aproximadas, á 190.000.000 de libras. Esto, claro es, no es una deuda, en el sentido estricto de la palabra; pero, un factor para el cual, como para el de las importaciones, es preciso proveer con el dinero nacional. En el pasivo, pudiéramos decir, de esta cuen- ta, figura, por consiguiente, la suma de 849.000 000 de libras. En el activo de la misma figuran las exportaciones por va- lor de 525 000 000; por intereses de imposiciones de capital en el extranjero 184.000.000; por cobros de fletes pagados por ex- tranjeros^ 100.000000; por comisiones bancadas 40 000.000. Las dos últimas cifras son profundamente expresivas de lo que significan para Inglaterra su marina mercante y sus institucio- nes bancarias. Con ellas rendía al mundo servicios que se co- braba por valor de 3.000 000.000 de francos, tres veces más, aproxiiuadamenle, que el presupuesto español, é igual á éste la cifra aislada de las comisiones bancarias. Siguiendo, ahora, con nuestra imagen del tubo ó cana!, la energía que atraviesa la sección dt entrada es igual á la que circula por la sección de salida, y está representada por la ci- fra de 845.000 000 de libras Con independencia del mecanis- mo social, económico y político que realiza trabajos ó crea valores para su vida interna, en su vida de relación con ti mun- do, la cifra mencionada indica lo que daba á éste Inglaterra y lo que de él recibía en el año 13. ¿Cuál es su posición en el año actual? Para eludir error de concepto personal, de posibilidad tan fácil en estas cuestiones, copio, literalmente, lo que expone el Times en el estudio á que me vengo refiriendo: "En primer lugar, dice este periódi- co, un grande incremento en nuestras importaciones es inevi- table por la inmensa cantidad de material de guerra que se adquiere en el extranjero. En segundo, el estado de guerra en que vivimos, reduce, también, enormemente, el volumen de nuestras exportaciones. Por ambas razones, la balanza ha de inclinarse contra nosotros muy gravemente. Si tomamos como indicación de lo que ha de ocurrir durante todo el año, lo ocurrido hasta el mes de Mayo, el inovimiento de nuestra im- portación ha de subir á 747.000.000; el de nuestra exportación se reduce á 361.000 000. El saldo en contra, por consiguiente, de nuestro comercio exterior alcanzará el valor de 386 000.000. Mr. Lloyd Qeorge, en perspectiva demasiado optimista, ha ex- presado que nuestros créditos por intereses de inversiones en el extranjero, fletes y comisiones, alcanzará la cifra de 350 mi Uones. El saldo en contra es, por tanto, de 36 000.000. En circunstancias ordinarias, nada más fácil que eliminar este dé- bito, reduciendo nuestros préstamos en el exterior; pero, en las actuales, esos préstamos, que no existen, están reemplaza- dos por los mucho mayores que hacemos y hemos de hacer á nuestros aliados para que puedan continuar la guerra. Estos no han de estimarse en menos, según manifestación de Lloyd Qeorge, de 200.000.000. La entrada, en la guerra, de Italia ha de suponer un aumento de estos préstamos. Si apreciamos este renglón en 50 000.000, tenemos un débito de 286.000 000. Pero, como parece que en las estadísticas oficiales citadas no

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CRÓNICA MARÍTIMA -53BC5-

Gastos de la guerra en Inglaterra. - Movimiento de sus expor­taciones éimportaciones. — Problema que plantea el exceso de las segundas á las primeras.- La economía y el ahorro son insujicientes para resolverlo. - El último empréstito. - Hi­pótesis arbitraria acerca de la duración de la guerra.

lOR falta de espacio y por insuficiencia de datos, no lie ) tratado en crónicas anteriores de los gastos de la gue-

S rra en ninguna de las naciones beligerantes. Con los que poseo, entresacados de alguna publicación ingle­

sa y de discursos del Gobierno en el Parlamento inglés, voy á ocuparme en este artículo de lo que la guerra significa, eco­nómicamente, para Inglaterra, según los mismos ingleses lo cuentan. Ello nos dará una idea de la riqueza inmensa, in­calculable, que la guerra destruye. No tienen sus cifras para el espíritu más que un valor puramente matemático. Son, pu­diéramos decir, expresiones numéricas cuyo contenido de do­lor, de esfuerzo, de heroísmo, de patriotismo, de sacrificio, por ser inmenso, excede á nuestra capacidad de representación. Al acercarse á estas cifras se siente una impresión parecida á la que experimentamos cuando, en las lecturas ó estudios as­tronómicos, nos dicen que la luz de tal astro, tal Sol ó tal pla­neta, tarda tantas ó cuantas unidades de tiempo en herir nues­tra retina. Nos quedamos en la memoria con la cifra; nos ha­cemos la ilusión de que conocemos la distancia cuando, en rigor, no conocemos nada, por sernos imposible su represen­tación mental. Si hacemos un esfuerzo inútil de representa­ción, flota nuestro espíritu en el vacío y casi nos sentimos aniquilados. Cosa parecida ocurre con estos números de gas­tos de la guerra. Son la expresión de un dolor, de un esfuerzo inenarrable. Son la fuerza cósmica de nuestra civilización traducida en cifras; pero, inconmensurable, por su valor gi­gantesco, con la pobre medida que puede dar de sí la unidad humana. Por eso creo, algunas veces, que ignoramos las cau­sas de la guerra y los problemas que va á resolver, como igno­ramos, a priori, las causas de las catástrofes geológicas. Estu­diar la guerra en los documentos diplomáticos, es como es­tudiar la agitación ciclónica, no en el gradiente barométrico, sino en la espuma arrebatada por el viento que nos azota el rostro. No sirven para nada.

Vamos á las cifras. El mecanismo de la circulación comer­cial exterior tiene cierto parecido con la de un estudio hidio-dinámico. Si sabemos la energía que ingresa por el extremo de una tubería ó canal y la que sale por el otro, la diferencia entre ambas es, según los casos, la energía utilizada ó perdida. Una nación en guerra es una máquina que funciona alocada­mente. Una idea de la energía que pierde, económicamente, nos la da la cifra representativa de la diferencia entre bUS ex­portaciones é importaciones. Exportación es ganancia de ener­gía. Importación pérdida. La diferencia entre una y otra es la medida del esfuerzo nacional á realizar para mantener el equi­librio. Este equilibrio puede ser posible ó imposible. Puede haber ó no riqueza acumulada por el ahorro, reservas econó­micas, que es el volante necesario para el mantenimiento de la circulación. En un estudio del Times se aborda el problema

económico de Inglaterra, atendiendo solamente á los valores de exportación é importación, y, aproximadamente, ó en ex­tracto, lo que dice, es lo siguiente:

En el año 1913 ascendieron las importaciones á la suma de 659.000.000 de libras. El valor de los empréstitos á las colo­nias ó Estados extranjeros, siempre en cifras aproximadas, á 190.000.000 de libras. Esto, claro es, no es una deuda, en el sentido estricto de la palabra; pero, un factor para el cual, como para el de las importaciones, es preciso proveer con el dinero nacional. En el pasivo, pudiéramos decir, de esta cuen­ta, figura, por consiguiente, la suma de 849.000 000 de libras.

En el activo de la misma figuran las exportaciones por va­lor de 525 000 000; por intereses de imposiciones de capital en el extranjero 184.000.000; por cobros de fletes pagados por ex­tranjeros^ 100.000000; por comisiones bancadas 40 000.000. Las dos últimas cifras son profundamente expresivas de lo que significan para Inglaterra su marina mercante y sus institucio­nes bancarias. Con ellas rendía al mundo servicios que se co­braba por valor de 3.000 000.000 de francos, tres veces más, aproxiiuadamenle, que el presupuesto español, é igual á éste la cifra aislada de las comisiones bancarias.

Siguiendo, ahora, con nuestra imagen del tubo ó cana!, la energía que atraviesa la sección dt entrada es igual á la que circula por la sección de salida, y está representada por la ci­fra de 845.000 000 de libras Con independencia del mecanis­mo social, económico y político que realiza trabajos ó crea valores para su vida interna, en su vida de relación con ti mun­do, la cifra mencionada indica lo que daba á éste Inglaterra y lo que de él recibía en el año 13.

¿Cuál es su posición en el año actual? Para eludir error de concepto personal, de posibilidad tan fácil en estas cuestiones, copio, literalmente, lo que expone el Times en el estudio á que me vengo refiriendo: "En primer lugar, dice este periódi­co, un grande incremento en nuestras importaciones es inevi­table por la inmensa cantidad de material de guerra que se adquiere en el extranjero. En segundo, el estado de guerra en que vivimos, reduce, también, enormemente, el volumen de nuestras exportaciones. Por ambas razones, la balanza ha de inclinarse contra nosotros muy gravemente. Si tomamos como indicación de lo que ha de ocurrir durante todo el año, lo ocurrido hasta el mes de Mayo, el inovimiento de nuestra im­portación ha de subir á 747.000.000; el de nuestra exportación se reduce á 361.000 000. El saldo en contra, por consiguiente, de nuestro comercio exterior alcanzará el valor de 386 000.000. Mr. Lloyd Qeorge, en perspectiva demasiado optimista, ha ex­presado que nuestros créditos por intereses de inversiones en el extranjero, fletes y comisiones, alcanzará la cifra de 350 mi Uones. El saldo en contra es, por tanto, de 36 000.000. En circunstancias ordinarias, nada más fácil que eliminar este dé­bito, reduciendo nuestros préstamos en el exterior; pero, en las actuales, esos préstamos, que no existen, están reemplaza­dos por los mucho mayores que hacemos y hemos de hacer á nuestros aliados para que puedan continuar la guerra. Estos no han de estimarse en menos, según manifestación de Lloyd Qeorge, de 200.000.000. La entrada, en la guerra, de Italia ha de suponer un aumento de estos préstamos. Si apreciamos este renglón en 50 000.000, tenemos un débito de 286.000 000. Pero, como parece que en las estadísticas oficiales citadas no

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van incluidas las mercancías compradas por nuestro Gobierno y el de ios aliados, ese débito no puede estimarse, al final del año, en menos de 400 000.000.,,

Saltan á la vista, á mi juicio, los errores de apreciación que se cometen en el párrafo que acabo de transcritjir. ¿Cómo los intereses de las imposiciones en el exterior y las utilidades de fletes y banca pueden suponerse en el año 15 inferiores á las del año 13, en un estado de guerra en que la marina mercante ha quedado completamente dislocada y mermada, enormemen­te, para el tráfico por la requisa del Gobierno y por la contrac­ción formidable del tráfico mismo, y en que la regularidad del movimiento bancario ha de haber sufrido el quebranto pro­porcional á este estado de cosas? Se funda, por otra parte, el cálculo transcrito en la hipótesis inadmisible de que el régimen comercial de iVIayo á Diciembre ha de ser, por término medio, el mismo que el de Enero á Mayo.

Cuando el artículo, firmado por un Banquero, á que hago referencia, se publicó en el Times, no había ocurrido la crisis inglesa; Lloyd George no era Ministro de municiones, el pais no vivía en esa agitación y esfuerzo para organizar la produc­ción de pertrechos de guerra en el grado gigantesco que pos­teriormente se ha pretendido. Desplazar hacia la manufaciura de guerra las masas obreras y fuerzas de la producción, es res­tringir en igual medida la capacidad de exportación, [-"or con­siguiente, el resultado á que se llega es, evidentemente, mucho, muchísimo menor que el de la realidad ha de acusar si la gue­rra, desgraciadamente, se prolonga hasta finalizar el año ac­tual.

Dejemos, por el momento, la posibilidad de estos grandes errores de apreciación, y las soluciones para el equilibrio que se exponen en el estudio del Times, porque coinciden con las propuestas por M. Asquith en discurso de mucha resonancia pronunciado en un mitin convocado por el Alcalde de Londres el 2 de Julio, con el fin de promover el ahorro nacional.

Mr. Asquith, en este discurso, no se limita á señalar las va­riaciones que en el movimiento comercial exterior ha introdu­cido la guerra. Aborda el problema en toda su integridad, fiján­dose en la producción y consumo totales de riqueza, en paz y en guerra. Si volveuios á nuestra imagen del movimiento hi­drodinámico, lo que hace Mr. Asquith es lo que haríamos si pretendiéramos estudiar y medir, además de la circulación ex­terior, el trabajo y rendimiento de los órganos y mecanismos en el interior del tubo ó canal que mantienen el movimiento del fliíido, sirviendo con él á necesidades industriales. Esos ór­ganos internos, claro es que son, los políticos, sociales y mili­tares que funcionan á plena carga en la tragedia europea. Mr. Asquith se expresa en cifras sintéticas y dice, con la famo­sa y nunca bastante loada elocuencia de los números: "La ri­queza total de nuestro país, incluyendo en el concepto lo que se posee dentro y fuera del territorio nacional, produce una renta que, segiin las estadísticas más acreditadas, oscila entre 2.500.000 000 y 2.400.000.000 de libras. El gasto normal de todas las clases sociales es algo así como 2.000.000 000. Sigúe­se de ahí que el excedente de nuestro trabajo y del rendimien­to de nuestras reservas económicas sobre nuestro consumo va­ría, anualmente, entre 300.000 000 y 400.000.000 de libras.,,

•Sobre nación en tan espléndidas condiciones económicas ha caído el rayo de la guerra, obligándola á un gasto por año, si en él se incluye la ayuda financiera á los aliados, cuando menos, de 1.000.000 000 de libras.,,

Traduzco, ahora, literalinenle, para evitar error mío de voca­blo ó concepto económico, el párrafo más importante del dis­curso:

"En las circunstancias antes expresadas, el problema para la nación es el mismo que para un individuo que se viera obliga­do á un reajuste de sus medios económicos ante gastos excep­cionales que, fatalmente, le sobrevinieran. ¿Cuáles podrían ser sus soluciones? La primera y la más obvia la venta de sus tilu-los ó de su propiedad. Las inversiones del í^eino Unido en el extranjero suman en números redondos 4 000 millones de li­bras. ¿Porqué no aspirar de esta inmensa reserva para satisfa­cer los gastos de guerra? Saltan á la vista dos objeciones que oponer á este designio. La primera, que nuestra facultad de venta está condicionada por la capacidad de compra de las naciones á quienes pretendiéramos vender, y esta última en las condicionen existentes, se encuentra estriciameute limitada y amenguada. La segunda objeción es que aun en la hipótesis de la posibilidad de tal proceder, su resultado sería el empo­brecimiento del país en términos inadmisibles. La guerra ha de empobrecernos, inevitablemente, hasta cierto grado, pero nunca hasta el límite á que nos llevaría U solución indicada.

Con las rentas de esa riqueza que poseemos en el extranjero pagamos gran parle de las mercancías y de los servicios que de él necesitamos, y esta renta quedaría reducida para lo fu­turo permanentemente. Es necesario, por consiguiente, descar­tar esta solución.,,

"Otra solución podría ser la de levantar empréstitos en el extranjero. El resultado, aunque invertidamente, sería el mis­mo que el anterior, porque el interés de esos empréstitos ha­bríamos de pagarlos con un exceso en la exportación y en nues­tros servicios al país del que nos constituyéramos deudor. Por otra parte la solución es impracticable, porque el dinero que, siguiéndola, pudiéramos obtener, es infinitesimal en rela­ción al que los gastos de guerra imponen. Hay que eliminar también esta solución..,

"Queda una tercera: pagar con nuestras reservas de oro; pero ello sería derribar el gran sistema de crédito que ha hecho de nuestra ciudad de Londres la capital y centro financiero del n¡undo.„

"¿Qué solución resta? La única aceptable y satisfactoria. Re­ducir nuestros gastos. Aumentar nuestras economías, nuestro ahorro.,,

La conclusión de Mr. Asquith es la misma que la del estu­dio del Times, á la cual se llega en este por una línea más com­plicada de razonamiento, pero sustancialmente la misma, y que podemos, me parece, sintetizar en la forma siguiente. No hay medio satisfactorio de hacer frente al gasto exterior sin que el crédito y el edificio económico del Remo Unido se resientan, que reducir el volumen de las importaciones á im mínimo, ó lo que es lo mismo, acortar en proporción máxima y compa­tible con la vida social las necesidades de ésta.

Esto en cuanto al gasto exterior. En cuanto al interior, la so­lución es la misma. Toda economía realizable en éste supone un remanente de energía traiisferible al Estado para su empleo en la guerra. Si encargo, por ejemplo, la construcción de un auto­móvil, se traduce el hecho en dos pérdidas para el Estado: una, el dinero que cuesta que se sustrae al poder aspirante de los empréstitos de guerra; otra, que el trabajo de su construcción se distrae del social disponible para la manufactura de muni­ciones ó para combatir en el frente. Razonamiento éste que se extiende, naturalmente, á todo gasto superfino. Pero hay otra más esencial porque toca directamente á las masas obreras y al funcionamiento de las Trade Unions. Todo aumento de sa­lario innecesario para el mantenimiento en la vida es depre­sión de energía económica, y por consiguiente, merma, en últi­mo resultado, de la capacidad de combate. El aumento de sa­lario supone un desplazamiento de riqueza de las clases donde está concentrada, y por tanto, en disposición de invertirse en los empréstitos de guerra, á clases donde se diluye y desparra­ma, perdiendo,//>so/acto, su virtud de poder constituirse en energía del Estado.

Como se ve, el llamamiento que en los meses de Junio y Ju­lio han hecho al cuerpo social las clases directoras de Inglate­rra es, sencillamente, trágico y demostrativo de !o que todos sabemos: que el imperio británico siente trepidar sus cimientos sacudido por la fuerza de un huracán de potencia desconocida en la Historia.

Pero, de todos modos, la solución me parece es irrealiza­ble ó impotente, dados los términos en que el problema se plantea. Rusia es un desmoronamiento económico y á Rusia hay que atender con ayuda financiera y con el pago de los pertrechos de guerra que por Arlongel y el Transiberiano le llegan. Francia está también, como Inglaterra, en posición di­ficilísima. Su comercio exterior de exportación ha disminuido en proporción enorme, porque sus energías están concentradas en combatir al enemigo invasor; gran parte de sus imposicio­nes en el extranjero son europeas y sudamericanas, cuyo mer­cado actual es restringidísimo. Sus compras en el exterior son amplísimas. Partes de estas cargas habrán de recaer sobre los hombros de Inglaterra (estudio del Times).

Al llegar á este punto me cruza la mente el pensamiento de la injusticia con que en ciertas disquisiciones se suele iratar á Inglaterra. Si comprendiéramos bien lo que es el dominio del mar, la influencia culminante, trascendental, directora de los acontecimientos que este dominio posee y que he procura­do, aunque pálidamente, reflejar en crónicas anteriores, y el esfuerzo financiero monstruoso que hace esta poderosísima nación en el socorro de sus aliados, no podríamos negarnos al leconocimiento de un hecho evidente: que Inglaterra com­bate con toda la grandeza de su poder y que, victoriosa ó ven­cida, es digna, como todo lo grande, como todo lo noble,, de admiración y de respeto.

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Volviendo al tenia. No se quiere enagenar los títulos extran­jeros. No se quiere abrir el grifo de la salida del oro. A más de lo dicho se importan en Inglaterra, anualmente, por valor de 300.000.000 de libras esterlinas de sustancias alimenticias, aproximadamente cantidad igual de primeras materias y 200.000.000 de artículos manufacturados (datos del Times); Inglaterra entera se organiza para la producción guerrera en ejércitos y máquinas de combate de todo linaje, explosivos, proyeciiles, pertrechos, artillería, etc. ¿Cómo se resuelve este gigantesco problema por el mero hecho de la economía so­cial y eliminación de toda energía que no sea la de producir y combatir? Alemania lo ha resuelto en términos aproximados, no absolutos, porque ello implica una imposibilidad. Alema­nia Importaba antes de la guerra por valor de 500.000.1 00 de libras, y hoy no importa nada, ó prácticamente nada en relación con aquella cifra. Alemania ha resuelto el problema. ¿Porqué no lo ha de resolver Inglaterra? El buen sentido parece indicar que la constitución interna política y social de Inglaterra, el escaso valor en relación á las necesidades de su produc­ción agrícola, la organización misma de sn producción indus­trial que servía necesidades del mundo entero y el quebran­to actual de su marina mercante como porteadora de las mercancías de la tierra de cuya misión está en gran parte eli­minada, son causas poderosas é incontrastables que inducen, cuando no á la afirmación, por lo menos á la sospecha, que el problema planteado es de imposible resolución, si coriio so­lución única y aceptable se presenta la de la economía y el ahorro.

En la sesión de la Cámara de los Lores del 8 de Julio, uno de sus miembros, examinando con tonos profundamente pesi­mistas la situación económica de Inglaterra, pronunció la fra­se "bancarrota de Europa,, como término de la contienda, y acaso la mejor contestación al problema que venimos exa­minando sea el comentario que á aquel concepto de Lord Lo-reburn le pone el Frankfurter Zeitung en el número de 9 de Ju­lio. Dice este periódico:

"¿Bancarrota de Europa? Sí, no significa más que un estii-pendo desplazamiento de capital de Europa á los Ejtados Uni­dos. Las potencias aliadas de Europa compran en Norte Amé­rica, á precios enormes, armas, municiones, trigo, primeras materias. El comercio exterior americano ha experimentado durante los cinco primeros meses del año corriente un incre­mento de tres mil millones de marcos, diez veces más del co­rrespondiente á los mismos meses del año anterior. A la vez economizan los Estados Unidos las sumas gigantescas que en tiempos normales fluyen de ellos á Europa en forma de los ahorros que las corrientes emigratorias europeas mandan á sus países natales (1) y en los giros y colocaciones de dinero que emplean en sus placeres las grandes masas de ricos tnrj stas americanos prodigando su riqueza en tierras europeas. Si la guerra se prolonga hasta el final del año, el exceso de exporta­ción americana, en su mayor parte para consumo europeo, se elevará á la cifra inaudita de 7 á 8 miles de millones de mar­cos. Por cantidad igual han de desplazarse de Europa, que se empobrece, á América, que se enriquece, los títulos de Estado y empresas industriales de valores americanos que antes de la guerra eran propiedad de europeos, y cuyos intereses eran contribución que América pagaba á Europa por los servicios <iue ésta la rendía. Este incremento gigantesco del capital americano ha de jugar papel prominente en la eliminación de Europa de las explotaciones y comercio sudamericanos. ¿Ban­carrota de Enrona? Es posible que ello sea la pura verdad.,,

En estos cuatro rasgos tan claros, sencillos y elocuentes (elo-^lencia genuiíiamente alemana) que traduzco del Frankfiister

fÍ^'\''ff> se me antoja que está, sustancialmente contenida, no sólo ¡a contestación al problema que Inglaterra se ha plantea­do á sí misma, sino la perspectiva de desolación que á Euro­pa entera se ofrece como término económico y fatal de la gue­rra si se prolonga unos meses más.

¿Que la traducción que acabo de hacer es sospechosa por ser alemana? Vean ustedes cómo se expresa iV\r. Haldane en la Cámara de los Lores en la sesión aludida del 7 de Julio, que traduzco del periódico alemán citado:

"Cuando la guerra haya terminado, Inglaterra será otra tie­rra, una tierra mucho más pobre, y sus nacionales se verán desjjojados de aquellas ventajas y prestigios del pasado y de las tradiciones que colocaban á Inglaterra en situación dédOminar

líhn '"? '"í'"* ''^ '*'' movimiento de dinero al país natal producido por el (Wlie?ple •) ^'"'Sración, sigriificaba para Italia 200.000.000 de dólares

el comercio y la industria del mundo sin temor á ninguna con­currencia. Todo esto pasó. No tendrá, Inglaterra, al término de la guerra exceso de capital. Sus industriales y comerciantes habrán de confiaren su propio esfuerzo..., etc.,,

¿No es verdad que la pintura es tenebrosa? Sin capital, sin disponibilidades, no hay crédito. Esta palabra, crédito, expre­sa un poder mágico cuando hay capital. No expresa nada ab­solutamente, es un aniquilamiento de contenido cuando no lo hay. Por eso, repito lo que al principio de este articulo digo. No sabemos qué problemas va á resolver esta guerra, este cósmico torbellino que arrebata á la Europa gloriosa de la ciencia, del arte, de la cultura, del poder, para lanzarla, posi­blemente, en no sé qué espacios de infinita tristeza y desola­ción. ¿No querrá Dios que acabe pronto? Somos españoles. No somos ingleses, ni franceses, ni alemanes. Somos españo­les, absolutamente españoles, infinitamente españoles; pero somos europeos, y si Europa se derrumba, algo, quizás mucho, de nuestra alma, se derrumbe también.

Mr. Mac Kenna, ministro de Hacienda, justificó en las pri­meras frases del discurso que pronunció en la Cámara, la ne­cesidad de la emisión de un nuevo empréstito, á fines del mes de Junio, diciendo que el déficit registrado desde el principio de la guerra hasta el 30 de Marzo era de 334 millones de li­bras, y el correspondiente al período desde el 30 de Marzo al 19 de Junio de 184. En total, 518 millones.

La cifra de 184 millones en dos meses y medio supone en un año, á igual régimen de gasto, 880 millones en números redondos. Pero como el gasto va y ha de ir creciendo, la cifra anual de 1.000 millones parece una expresión aproximada de la verdad.

Ofrece el empréstito particularidades muy significativas. Se ha emitido á la par sin límite superior de suscripciones y al 4 '/s por 100. A los poseedores de títulos del empréstito de guerra de Noviembre pasado se les ha facilitado la adquisi­ción de los del nuevo empréstito, mediante una conversión de aquéllos en éstos; de aquellos que rentaban el 3 '/2 del valor no­minal á éstos que rentan el 4 ' / j . A los poseedores de los an­tiguos consolidados se les ha invitado también á convertirlos en títulos del nuevo empréstito. En el año 13 la cotización de estos consolidados era la de 76 por 100. En Junio último dis­minuía esta cotización al 66 por 100. La emisión del nuevo empréstito hubiera sido fatal para el aprecio público de estos valores. El ministro propone á los poseedores la conversión, aceptando como valor efectivo del consolidado el 66 por 100 del valor nominal. El poseedor pierde en capital el 44 por 100. Gana en renta del 2 V2 por 100 del valor antiguo al 4 1/2 del valor nuevo. Pierde en capital, pero evita con la conversión una pérdida mayor y obtiene una renta superior. El Estado elimina una parte considerable de su deuda, pero carga á la nueva de la conversión con un interés ú obligación irayor. De donde resulta que en todo caso quien pierde es el contri­buyente que ha de pagar ese exceso de intereses.

Demos de lado á lo que significa en un régimen económico cualquiera la elevación de la tasa del interés. Añadamos que se ha hecho posible la suscripción al nuevo empréstito á valo­res de cinco chelines ó de sus múltiplos, y atengámonos al re­sultado del mismo. Este resultado es que, en números redon­dos, 600 millones de libras esterlinas han entrado en las Cajas del Tesoro.

El artículo del Times titulado "A Baniket's Warning„, dice, después de haber apreciado en 400.000.000 el saldo en contra de la balanza mercantil: "Para compensar este saldo será pre­ciso proveer, ya levantando un empréstito en América, F * ^ | -der que ofrece muy serias dificultades y se presta á muy gra­ves objeciones, ya vendiendo títulos americanos, ya enviando oro. En cualquier caso resulta un problema extremadamente difícil y espinoso. No podemos hacer frente á la dificultad por empréstitos interiores ó aumentando nuestra circulación fiduciaria..., etc.,. Es decir, que para los efectos de pagos en el exterior hemos de prescindir de los recursos en fcma de em­préstitos interiores, y sólo podrá hacerse, si llega á ser necesa­rio, con las adquisiciones exteriores anteriores á la guerra.

Con los datos que figuran en este articulo, ¿estamos en con­diciones de hacer un cálculo de lo que la guerra puede durar económicamente? Evidentemente, no. Pero una hipótesis ar­bitraria que nos permita obtener un resultado arbitrario, por

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consiguiente de ninguna confianza, pero dentro de su arbi­trariedad con el valor de posibilidad hipotética en armonía con las premisas en que se funda y que nos sirva de orienta­ción en este caos inaprensible de la cuestión económica de la guerra, eso se puede hacer siempre y voy á intentarlo.

Hipótesis. Inglaterra se ha transformado en un organismo ó máquina de producción guerrera y de combatir. Su ejército industrial provee con plena eficacia á las necesidades de sus ejércitos combatientes en Francia, en los Dardanelos, etc. Gra­va sobre sus hombros la obligación de otorgar crédito á sus aliados para sus compras en el exterior. Es, por consiguiente, Inglaterra (siempre en nuestra hipótesis arbitraria) el organis­mo financiero que sostiene económicamente la guerra. Rusia es un desmoronamiento económico. Inglaterra paga. Ita­lia veremos lo que será dentro de unos meses. Inglaterra paga.

til banquero del Tintes apreció en 400.000.000 el déficit de la balanza, suponiendo que el total moviirriento económico fue­ra de Mayo á Diciembre el mismo que de Enero á Mayo. Pero esto es imposible. El coeficiente angular de la curva de gastos y compras en el exterior tiene que crecer. A tiempos iguales, á partir de Enero, más compras y más gastos. La marina mer cante no puede rendir su inmensa cifra de utilidades. La ban­ca, tampoco. Rusia, vencida, actualmente necesitará crédito creciente. Italia, victoriosa ó vencida, ó contenida, necesitará crédito creciente. Esto que digo no son cifras. Tampoco soit razones. Voy montado en lo arbitrario para llegar á un resul­tado arbitrario.

Además, eirtre las arbitrariedades de la hipótesis formulada, hay uita que me parece muy grande, la de suponer á Inglate­rra transformada en una máquina perfecta de producción gue­rrera. Inglaterra, dicen los que presumen saberlo, es una per­fecta democracia. Una democracia supone para organizarse bruscamente en sentido determinado, mucho mitin, mucho discurso, mucha elocuencia, mucha agitación social, mucho Lloyd George. Tiene una democracia así cierto remoto pareci­do con una caldera acuoiubular mal proyectada. Mucha agi­tación irrolecular, mucha fomentación, mala circulación de conjunto, mucha vibracióit interna, mucha pérdida de ener­gía, que no recogemos eit el tubo de vapor. En definitiva, miiy mal rendimiento.

El error de apreciación de 400 millones es, en nuestra hipó­tesis, muy grande. ¿Lo será tanto como para poder elevar ese déficit á 800, á 1.000 millones? Admitámoslo como una hipó­tesis mas. Inglaterra dispone en el exterior de 4 500 millones. Duración de la guerra, cuatro años y medio. Llevamos uno, restan tres y medio. Pero aquí salta á la vista otro error. De esos 4.500 millones, ¿cuántos pueden ser materia negociable? Los negociables, ¿á cuántos quedarán reducidos al negociarse? La libertad, el derecho, etc., son, como demuestra la experien­cia, perfectamente compatibles con los buenos negocios. ¿Qué coeficiente aplicamos á todo este conjunto inmenso de pertur­baciones que limitan la duración de la guerra haciendo inad­misible la duración de tres años y medio? El verdadero resul­tado es que la guerra no puede durar mucho desde el punto

de vista económico y de las hipótesis arbitrarias forinuladas.

Y si nos fijamos en Alemania, ¿cuánto podrá durar la gue­rra? Yo creo que Alemania es otra democracia, aunque de tipo radicalmente distinto del supuesto en las líneas anteriores. Pero sea ó no sea una democracia, lo que parece que Alema­nia ha demostrado ó va camino de demostrar, es, que es un mundo aparte, un mundo independiente de los demás mun­dos del planeta, no ligado á ellos por ninguna ley de gravita­ción.

Si esto es así, y podemos, también en hipótesis, admitirlo, nos encontramos, como consecuencia, con un hecho económi­co formidable, que no podrá sonarse en nuestra civilización que se caracterizaba, al parecer, por establecer mayores enla­ces, más conexión, más independencia entre los pueblos. Ale­mania se ha desconectado. Dicen que se basta así misma; que es un mundo aislado é independiente; que lucha con sus pro­pios recursos para mantener y agrandar esa su libertad é inde­pendencia.

Admitamos el hecho en concepto de hipótesis, también ar­bitraria. La consecuenca económica es la siguiente: Un mundo aparte puede vivir, exclusivamente, del crédito. Crédito signi­fica transporte de capitales de regiones inactivas á regiones ac­tivas. La región esencialmente activa de Alemania es el Estado que dirige como un genio maravilloso la espantosa contienda. Los alemanes se han otorgado á sí mismos, es decir, á su Esta­do, un crédito ilimitado. Se dan á sí propios, es decir, á su Es­tado, con abnegación, con patriotismo infinito todas sus ener­gías. El Estado reconoce la inmensa deuda con papeles que dicen ó significan "pagaré».

Si este mundo hipotético que acabamos imaginariamente de forjar, es de existencia posible, no se le puede aniquilar más que militarmente. Si no se le aniquila militarmente, continua­rá luchando, grande, indestructible, el mundo aislado, inde­pendiente, libre, resuelto á mantener su libertad ó á morir, por­que, económicamente, de nadie necesita. Advirtamos, que ven­cedor ó vencido, ese mundo imaginario encierra en su "paga­ré,, otro mundo de incógnitas económicas y sociales.

Se presta este asunto á mayores reflexiones. Perdone el lec­tor que me haya colocado en un plano en que predominan lo arbitrario y lo serio ó humorístico ó extravagante, segiín se le quiera considerar. Vengamos á la realidad. ¿Cuál es ésta? Que los hombres se matan, y destruyen bienestar y riqueza en pro­porciones cada vez más aterradoras; que Europa corre vertigi­nosamente á su ruina; que Dios, al parecer, la ha dejado de su mano.

2 Agosto 1915.

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" >-

U GUERRA EUROPEA

LA SITUACIÓN INTERNACIO­NAL.—Por tierras de Francia y

Bélgica, lo mismo de hace varios meses, excepción hecha de algnna, muy poca, actividad desplegada por los británicos en Hooge, que dio lugar á que sonara el nombre de Inglaterra en los paites de lucha del frente occidental, como si ello fuese un débil eco de la magna tragedia que se viene desarrollando en el teatro oriental de operaciones. Lo cierto es, cualquiera que sea la transcendencia de lo que sucede en Rusia, que se va abriendo camino en el pueblo francés la idea de pasar un se­gundo invierno en las trincheras, salvo los casos de una paz fulminante é inesperada ó de que los países balkánicos en su totalidad abracen pronto y decididamente la causa de los aliados.

En Polonia continúa el grandioso avance combina­do de los ejércitos austro-húngaros, en poder de los cuales quedaron ya Varso-via, Ivangorod, Lukow, So-kolow, Malkin y Siedlce, dominios que suponen la absoluta incomunicación de Varsovia con el resto del imperio, pero que no han permitido copar grandes núcleos militares rusos, por­que éstos—maestros en reti­radas-abandonaron á tiem­po las posiciones que cu­brían al E. de la capital de Polonia, en tanto que sus alas eran magistralmente defendidas para evitar que los austro-alemanes, desbor­dando los flancos enemigos, hubieran a n i q u i l a d o las fuerzas principales adversa­rias. La guarnición de Nowo Qeorgiewski, aún se man­tiene en el conjunto de fuer­tes situados al NO. de Var­sovia, pero aislada aquella fortaleza y en poder de los germánicos algunos de sus baluartes del E., todo hace suponer qne—á menos de una retirada sorprendente— caerá prisionera de los sitia­dores, viniendo á ser una presa cedida á los enérgicos invasores para detener su avance victorioso y facilitar la salvación del ejército mandado por el Oran Duque Nicolás Nicolaievilch. Obtenida ya la in­mensa ventaja militar y política de dominar Varsovia, prosi­gue la ofensiva austro-alemana, y aun cuando los rusos pare­ce que rechazaron en las cercanías de Riga y Kowno al pujan­te enemigo, éste amenaza las primeras de dichas poblaciones, asi como Vilna y Dvinsk-sobre la línea de ferrocarril á Pe-trogrado—ciudades qne ya empezó á evacuar la población civil, se aproxima á Bialystok y prepara posiblemente el ase­dio de BrestLitovsk, que por su admirable situación estra­tégica, es la llave del dominio de Polonia, sin perjuicio de atacar sin descanso las retaguardias moscovitas, que van de­jando hombres y material en manos de sus perseguidore?, objetivo en el cual colaboran los zeppelines bombardeando las confluencias ferroviarias polacas, al mismo tiempo que otras unidades efectúan nuevos raids sobre la Gran Bretaña. La paz con Rusia pudo precipitarla el aniquilamiento del ejér­cito ruso; lio coronada así la actuación admirable de sus ad-

Practicando reconocinuentos en los Dardanelos desde un destróyer,

versarlos, porque el Estado Mayor de! Zar, comprendiendo el peligro de obstinarse en defender Varsovia, ordenó el repliegue de las¡fnerzas y la heroi­ca resistencia de sus flancos, no se vislumbran en Oriente pací­ficas posibilidades, que halará que buscar en otros sectores, á menos que el pueblo moscovita, percatado de los extensos territorios perdidos y de los enormes quebrantos experimenta­dos por sus ejércitos —oportunidades dejadas de aprovechar en Occidente por los aliados— no se decida por imponer la paz.

De la frontera italo-ausiriaca nada nuevo: los ataques y con­traataques indecisos que nada resuelven, ni son los más adecua­dos para fortalecer el entusiasmo de un país tan amigo de

cantar glorias y de amonto­nar t rofeos . Un dirigible destarado para bombardear Pola fué destruido y captu­rada su tripulación por los austríacos, y el litoral italia­no ha sido agraviado una vez más por contratorpede­ros enemigos. Eso es todo.

En Turqu ía realizaron nuevos desembarcos los an-glo-franceses y á través de referencias contradictorias se adivinan progresos de los aliados, impacientes y ner­viosos ante los triunfos ale­manes en Polonia, que cada vez impone con más urgen-cía el dominio de Consian-tinopla, si se quiere avitua­llar á Rusia y decidir á los países balcánicos. No fian­do excesivamente en su di­plomacia, los Imperios cen­trales parece se preparan á invadir Servia, adoptando paralelamente una actitud amenazadora para Rumania.

En su aspecto naval sigue acentuada la labor submari­na de los germanos, que han destruido numerosas naves de comercio, sin que los in­gleses nos provean de las detalladas estadísticas ante­riores; omisión que no obe­decerá seguramente á resul­tados poco halagüeños. Ale­mania niega las pérdidas de barros afirmadas por Rusia é Inglaterra, asegurando la

última que uno desús submarinos hnntiió en el mar del Norte al destróyer teutónico G. 796. En el Adriático se repitió la es­cena de iin sumergible italiano, el Nereida, hundido por otro austríaco; comunicándose de Pola que por choques con minas fueron destruidos también el Nautilus y dos torpederos italia­nos, pérdida cuádruple que tuvo su parcial compensación en el hundimiento del submarino austro-húngaro U. 3 por los cañones del contratorpedero francés Bisson. En el mar del Nor­te se fué á pique el destróyer inglés Dynx, averiado por una mina; el crucero auxiliar alemán Meteor lo voló su tripulación, cuando á raíz de destruir al vapor inglés Ramsey, iban á darle caza varios cruceros británicos; el crucero auxiliar inglés India fué torpedeado con éxito y en el Mediterráneo se asegura que hundió un submarino á otro crucero auxiliar francés destinado á vigilar el litoral africano. Los alemanes atacaron desde el mar á Riga y temiendo los rusos la rendición de la plaza, sin que puedan salvarse los barcos de guerra fondeados en sus radas por el bloqueo germánicn, han decidido desarmar esas unida-

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des antes de que se apodere de ellas el adversario. Se habla de la llegada de más subiiiariiios alemanes á los Dardanelos, iióiicia que debe ser acogida con reservas. Los países aliados encargaron á los Es­tados Unidos la construcción de nume­rosas embarcaciones automóviles destina­das á protejer á los buques mayores, y Turquía lia visto hundirse, por el ataque de un submarino, el acorazado Bárbaro-¡a, que era uno de los dos alemanes ad­quiridos mucho antes de la guerra actual, barco de más de veinte años deservicio, pero que aún podía prestar buenos servi­cios á los otomanos.

Los aliados, más astutos y numerosos que fuertes, en vista del giro desfavorable de los acontecimientos militares rusos, in­tensifican desesperadamente su actuación diplomática colectiva, y como eje de sus propósitos han presentado notas manco­munadas á Servia, Grecia, Bulgaria y Rumania, para despejar los horizontes, el búlgaro sobre todo, que por ser el inmediato á Turquía y el más orienta­do hacia Alemania es el q\ie ofrece mayor intetés. De Servia no hay que hablar, es aliada. En los tres reinos restantes, las Casas reales tienen simpatías por los Im­perios del Centro de Europa, que comparten asimismo la generalidad de los militares helenos; los pueblos ruma­no y griego están en su ma­yoría con los aliados y en Bulgaria, salvando la orien­tación arrolladora positivis­ta, tiene serias raíces de in­clinación ejermana. Los búl­garos quieren obtener lo perdido en la última desas­trosa campaña: los turcos se avienen á cederle algo; Servia - tan sacrificada ya -dice que otorgará si es in­dispensable, si le dan com­pensaciones y ve su genero­sidad compartida por los demás; Grecia, se retrae, quizás por no ver seguro lo que se le brinda en Esmirna, y Rumania - que es la que más recelos des­pierta en Alemania—no tendría inconveniente en desalojar lo que arrebató á Bulgaria, porque en la Transilvania, en la E5uko-

Desembarco de municiones en láceosla de Oaba Tepe, en Qallipoli.

vina y en Besarabia hallaría nuevos y extensos dominios, no viéndose más freno inmediato para su intervención que los in­

tereses económicos que la llevan hoy á vender sus pro­ductos á Austria-Hungría y Alemania, y siendo algo misterioso el contraste entre las negativas rumanas de dejar pasar municiones para Turquía y el gran consumo que de éstas hacen los oto­manos, sólo explicable —de ser cierto lo afirmado en Bucares t -por un nuevo mi lagro industrial teutó­nico. Así p lan teada la cuestión, se abre el Par­lamento griego, los aus­tro-alemanes se concentran al Sur de Hungría y en la frontera servia y ruma­na, y la picara Bulgaria contrata emprés t i tos en Alemania y municiones en Francia é Ing la te r ra . Es muy dfícil orientarse en tal caos, pero no puede ol­vidarse la eficacia diploniá-

Los turcos acechando en el mar de Mármara á los submarinos enemigos.

tica de los aliados 15-VIII-1915.

JOSÉ BARBASTRO.

ki.

Vista de Qoritzia, desde las alturas de Podgora,

CoiviBATE NAVAL EN EL BÁLTICO.—Noticias oficiales de Berlín dicen que: "Las fuerzas navales ale­manas del mar Báltico atacaron el día 10 de Agosto, á la entrada del Archipiélago de Arand, á las fuerzas navales rusas, entre las cuales se encontraba un crucero aco­razado del tipo Makaroff, obligándoles á retirarse.

El fuego de los buques alemanes redu­jo al silencio á las baterías de la costa. El mismo día los torpederos rusos atacaron infructuosamente á los cruceros alema­nes á la entrada del golfo de Riga. En uno de los torpederos rusos se declaró un incendio.

Los buques alemanes fueron atacados varias veces por los submarinos rusos; pero los torpedos no hicieron blanco, y la flota alemana no sufrió daño alguno.

La noticia de que se perdieron tres bu­ques alemanes es una pura invención.,,

ATAQUE Á LA ISLA DE PFLAÜOSA.— El Ministerio italiano de Marina participa que una escuadrilla de 21 barcos austría­cos y un aeroplano atacó á dicha Isla, re-clazando la guarnición al enemigo, que no intentó ningún desembarco.

Las pérdidas italianas fueron escasas.

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VIDA MARÍTIMA 359

BUQUES TORPEDEADOS.-El día 1." de este mes un crucero auxiliar de la escuadra francea destinada á la vigilancia de las costas africanas fué torpedeado, y lo mismo le ocurrió á un vapor mer­cante.

Estos hechos hacen suponer que opera en aquellas aguas del Mediterrá­neo un subma­rino alemán.

Submarino alemán «U-36», que capturó al «Zandsttoom» y el buque que avitualla á aquel. BUQUES PER-DIDOS. - Un , . , , , submarino alemán ha echado a pique, en el mar del Norte, a vapor Postia, cuya tripulación fué salvada.

Los barcos pesqueros Heliotrope y Challenger han sido hun didos por los submari­nos alemanes. Las tripu­laciones se han salvado.

El submarino italiano hundido el día 5 por otro submarino austríaco, fué el Nereida.

El 28 de Julio, por la noche, un barco chocó con una mina y se hun­dió en el golfo de Tries­te, sin que se pudiera sa­ber de qué clase era y qué víctimas había habi­do. Más tarde se ha sabi­do que fué el submarino Naiitilus, que se hundió con toda la tripulación. Ya anteriormente se hun­dieron dos torpederos italianos, por choque con minas.

Un pa i te oficial de Constantinopla asegura que el barco de guerra turco Barbarossa Haire-din ha sido echado á pi­

que por un submarino enemigo. Se salvó la dotación. Este aco­razado desplazaba 10.000 toneladas, con 17 millas de andar, cuatro cañones de 23 centímetros, dos de 28, ocho de 10,5, ocho de 8,8 y cuatro más pequeños.

Noticias pos­teriores dicen que antes de irse á p i q u e , drestruyó varios transportes, un destróyer y seis submarinos de los aliados.

El vapor sue­co Malmland, de 3.676 tonela­das, con carga de contrabando; el vapor O/írt/vj-vel, de 1.052 to­neladas, de la ma t r í cu l a de Belfast, y el pes­quero Ocean Queen, han sido echados á pique por los submarinos alemanes. Las tripulaciones fueron sal­vadas.

Hay que añadir seis nombres á la lista de las victimas de los submarinos alemanes: la goleta danesa Hans Emil, de 146 toneladas, cuya tripulación ha sido recogida por el vapor da­nés Tyr, los cinco barcos de pesca Hésperas, /van, Fisherman, Heliotrope y Challenger, cuyas tripulaciones han desembarca­do en Inglaterra.

El crucero auxiliar mg\és India, de 8.000 toneladas, fué tor-

Porta-minas alemán «Albatros» echado á pique por los rusos.

Un hidroavión suministrando informes.

pedeado el domingo por la noche en el Vest Fjord. El vapor sueco Gotland salvó á 80 tripulantes, y 72 fueron desembarca­dos en las inmediaciones de Narvik por el vapor Helbgwark.

El pesquero inglés West-minster ha sido hundido en el mar del Norte.

En el mar del Norte, el día 9, el contratorpe­d e r o i n g l é s Dynx c h o c ó contra una mina y se fuéá pique.

Se salvaron cuatro oficiales y 22 marineros. Un submarino alemán ha hundido al vapor noruego Ge-

rrauger; la tripulación se ha salvado. En el Adriático ha sido

echado á pique, por un submarino i t a l i ano , el s u b m a r i n o austríaco U-12, cuya tripulación ha perecido.

El buque ruso Baltzer y la barca noruega Nor-mao Astoriaíueron hun­didos; se salvaron las respectivas tripulaciones.

El vapor inglés Wak-woda también fué hun­dido; se salvaron 36 tri­pulantes.

El vapor inglés Rosa-//c embarrancó; se salvó la tripulación.

El vapor auxiliar ale­mán Meteor ha hundido al vapor vigía inglés Ramsey, del que se sal­varon 33 tripulantes. Al aproximarse los cruceros ingleses al lugar de la ac­ción, la dotación alema­na, obligada por la fuer­

za de las circunstancias, abandonó el Meteor y lo hizo volar. Un despacho de Copenhague participa que el vapor danés

Lynn ha desembarcado allí siete hombres y una mujer del va­por sueco Alai, que fué echado á pique el vier­nes último por un submarino alemán. Faltan noticias de otro bote en el que iban el capitán y o t ro s nueve hombres del May.

Telegrafían de Estocolmo que la cañonera sue­ca (Jrd, dedica­da á la coloca­ción de minas, chocó con un barco mercante á lo largo de Ooteborg, y se h u n d i ó nime-diataiuente.

La cañonera fué botada al agua en 1875. Su desplazamiento era de 540 toneladas y su velocidad de 12 nudos. Su arma­mento i-oiuprendía un cañón de 150, im cañón de 120 y dos de 57. Su efectivo constaba de 86 hombres, entre oficiales y marineros.

Comunican de Amsterdan que el vapor pesquero inglés Humfries fué destruido por un avión alemán cuando se halla­ba cerca del buque faro Leeman. Los tripulantes abandonaron el barco, obedeciendo el mandato del aviador.

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360 VIDA MABITIMA

SOBRE BUQUES-ASILOS

O IA Numancia se vende... Pudo creerse que tan gloriosa reliquia seguiría descansando tranquilamente en las aguas fangosas del arsenal gaditano; que el recuerdo

de antiguas campañas de oposición á su venta la defendería de morir desguazada. No fué así. La insistencia en venderla parece indicar que se trata de algo necesario en que coinciden ministros de tendencias políticas opuestas. A continuación de la noticia de quedar acordado el tal desguace, vino la de que en breve han de construirse seis guardapescas para la vigilan­cia del litoral cantábrico...

Ambas noticias me hicieron recordar la noble campaña em­prendida hace años para dar un asilo á tantos hijos de gente de mar, como por nuestras playas vagan. Buques para amparo de sus derechos y que velen para que no desaparezcan del mar las ocultas riquezas que dan de comer á tantísimos pescadores, era necesidad muy notada desde que los modernos procedimien­tos de pesca, por una parle, y la competencia extranjera por otra, amenazaban dejar exhausto profundos viveros que pare­cían casi inacabables... Vengan en buen hora esos buques; que ayuden á reglamentar la pesca y que sirvan para ahuyentar á los barcos de otras naciones que furtivamente arrebatan á nuestros pescadores lo que Dios puso al alcance de quienes viven en nuestro litoral, con idea de que pudiera servirles de sustento eterno.

Pero venga también amparo para sus hijos; pan espiritual y corporal para tantísimo niño como vemos corretear por las pla­yas españolas, sin otro amparo que el de los cansados brazos de enlutada pescadora ó los de un anciatio incapaz de hacer otra cosa qup no sea contemplar el mar desde que amanece,hasta que tornan las barcas de pescar. Que no han de ser los hijos de la gente de mar de condición distinta á los de tierra adentro. Que sufren y lloran, pasando por peligros sin cuento. Y si irnos tienen asilos donde educarse cuando niños ó en que esperar tranquilos á la muerte al llegar á viejos, ¿será mucho pedir que los del mar, los niños de playa y los ancianos que dorntitan sobre los pretiles de los muelles tengan también el amparo que les corresponde? ¿Es que por ser del mar son de otra casta y no ha de alcanzarles la protección particular, ni el Estado ha de extender su acción tutelar á quienes representan vivero de hom­bres útiles para mil necesidades de nuestra economía nacional?

Tenemos algo quienes del mar vivimos que contribtiye á que en este particular vayamos más atrasados. La cansa es di­fícil de escrutar. Pero no sólo se observa en la marii^a mer­cante y en las industrias esencialmenie marítimas. En nuestra marina de guerra se dio el caso inaudito de que mientras todos los organismos militares tenían establecidos los asilos para sus huérfanos, asegurándoles un decoroso porvenir, aiiii no había nada semejante en ella, costando trabajos inauditos con­seguir que cristalizara en hechos la idea de fundar un asilo de huérfanos. Asilo que por las misinas razones, aún no puede amparar sino aparte muy ínfitna de los que debiera sostener. Y si ésto ocurre con aquella marina que sirve en contacto más íntimo con el estado; con la que dispone de mayor suma de influencias y de tina cohesión que analiza cualquier esfuerzo colectivo, ¿qué tiene de extraño que aún no se haya podido conseguir nada práctico y definitivo en la otra marina, her­mana nuestra, pero más desamparada y menos apropiada para realizar esos ideales colectivos que requieren disciplina de es­píritu, cohesión y homogeneidad en los esfuerzos,,.?

Hace meses que un entusiasta marino mercante, el Sr. Haro, me rogaba hiciera propaganda en favor de tan benemérita idea, en la que ya se hatjía conseguido interesar á valiosos ele­mentos para crear un buque escuela-asilo en Santander. Si mal no recuerdo, decíale que miraba la institución no sólo con cariño, sino con interés egoísta. Y á medida que e! tiempo pasa, voy confirmándome en esta idea. Porque aparte de la simpatía que han de inspirarnos las desgracias de los nuestros, de aquellos seres cuyos brazos han de dar vida á las naves de guerra que la patria nos confía, hay que considerar lo que ga­naría la nación que pudiera educar á los futuros pescadores y marineros de su flota de guerra y mercante. Si por una parte las industrias marítimas habrían de notar la entrada en servi­cio de un personal más apto, mejor educado, con ideas más

claras y exactas del modo de ganar el sustento viviendo sobre el mar, por otro, dicho núcleo de personal nos proporcionaría un excelente plantel de marinería disminuyendo entre ésta la proporción de analfabetos. Y no se olvide que si antes en los buques de guerra, el saber leer constituía estorbo, hoy tal cosa concede patente de inutilidad, cuando no de verdadero pe­ligro.

¿Uii buque escuela asilo para huérfanos é hijos de marine­ros y de pobres pescadores? Concebís idea más hermosa que la de dar pan, Lalor y cultura á quienes vemos jugarse la vida desde los cinco años, correteando por las playas y saliendo á pescar día y noche, y llegando á los veinte sin tener cultura de ninguna clase; con una extraña moral que considera delito el robar una moneda de cinco céntimos, y no cree lo sea el hur­to de un remo ó un anclote! Hay que ver á esos hombres, bue­nos, toscos, que no tienen donde aprender nuevos métodos de pesca y se ven obligados á seguir lo que la tradición transmite desde tiempo inmemorial! Que no tienen más libro de estudio que el de la Naturaleza, que por su grandiosidad no pueden aprender sino dedicándole toda la vida (si antes no se la arreba­ta el mismo mar, cuyos secretos buscan afanosamente). Que son tan desgraciados que ni tienen tiempo para ver lo que ha­cen otras clases trabajadoras en beneficio de sus huérfanos, aunque, en cambio, tienen la fortuna de no ser envidiosos y de no pedir ¡Como que tenemos que pedir por ellos..!

Pero son tantos, me dirán, tantísimos son los hiiéifanosy pobres de playa, que la idea no puede realizarse sin grandes gastos; no puede pasar de la categoría de sueño, hermoso y altruista, pero sueño al fin. Yá esa objeción hay que cortarle vuelo. Que no es tan difícil crear escuelas-asilos para gente de mar, siempre que por parte del Estado se les conceda calor y protección, ayudando con los mil medios de que dispone. Porque lo que realizan en tierra los organismos civiles en gran esci\a, puede y debe exigirse s^ extienda á las desgraciadas y abandonadas poblaciones de mar. Y si hay dudas, si la idea parece muerta, me remito á lo que en distintas ocasiones han pedido populosas ciudades de nuestro litoral. Solo deseaban apoyo del Estado para lanzarse á la empresa. Como no lo con­siguieron, fracasaron sus gestiones. Hubieran pedido la cons­trucción de edificios para otra claee de benéficas empresas, y seguro tenemos que no les hubiera faltado, como atestiguan niinierosos establecimientos creados por la caridad del Estado y del individuo.

Humillante será si vemos llegar el caso de que en algunos lugares de nuestro litoral aparezcan establecimientos benéficos para la gente de mar, creados y mantenidos por las misiones religiosas, que tantos prosélitos recluían entre pescadores es­pañoles. Se dará el caso, verdaderamente bochornoso, de que sean extranjeros los únicos que cuiden de tan imperiosa nece­sidad y con miras encaminadas, principalmente, hacia la ma­yor difusión de exóticas ideas religiosas. En resumen: que el desamparo en que viven esas pobres gentes, dará lugar á que los misioneíos extranjeros las consideren como á negios de la costa de Marfil ó á costeños del Mar Rojo, aplicándoles un régimen tutelar y benéfico caracterizado por la Biblia, acom­pañada del trozo de pan, enseñada aquélla y comido éste en un ambiente que sólo tiene de español el pedazo de tierra don­de se asiente la escuela asilo.

No; no es irrealizable la idea que acariciaban almas buenas cuando pedían para una hermosa población del litoral Cantá­brico la creación de un bnqne-asilo para gente de mar. Lo esencial, que en estos casos es la intención de realizar la gran obra, tiene tortísimo arraigo.

Muchas é importantes entidades particulares prestan apoyo á la idea. Sólo falla el concurso oficial, la acción tutelar del Estado. Razones especiales han ido mermando los elementos que éste pudiera ofrecer para instalación de un buque-asilo. Pero aún quedan algunos, y habría algo de que valerse.

Más que nada, conviene difundir la idea de la conveniencia y necesidad de los buques-asilos. Porque, según decía antes, esta gente de mar, sufrida y abnegada, es tan buena, que no pide... Hay que hablar por ella...

JAIME JANER.

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FEDElCiOIl ESFMOLfl •"= CLUBS MMÜIiCOS

Regatas de San Sebastián.

El Real Club Náutico, se ha limitado el presente año, de acuerdo con lo dispuesto por la Federación Española, á organizar regatas con los yates de su matrícula. Esta circunstancia le ha permiti­do dar un gran empuje á la nueva clase local de 6,50 metros, que no es otra que la clase Nacional Francesa, llamada comunmente clase

__ de chemin de Fer. ~ Z ^ r 5 - s - ^ Los resultados no han

:?:«=^ - podido ser más satisfacto-"^- '• rios. El juicio que á todos

los in te l igen tes y aficio­nados ha merecido dicha clase, no puede ser más favorable. Son de una seguridad absolnla, hacen todas las regatas que pueda hacer un seis metros de la Fórmula Internacional, y aguantan valientemente estos mares, y eso que este es un año de prueba, pues hasta ahora son con­tados los días que se ha podido dis­frutar de las mares bellas tradicionales en verano en est? costa. Si á esto se añade su módico precio, comparado con la clase más económica déla Fór­mula Internacional, es seguro que el acuerdo de la Junta del Náutico al adoptarlos, será altamente favorable á la propaganda y desa r ro l lo del Sport.

Cuéntase ya en San Sebastián con ocho unidades, que fon; Farruco, Or-J^igó, Monitia II, Paquete, Aizia. Te-liiiga y Caresse, y que seguramente se verán aumentadas el año próximo.

Los días 10, 11 y 15 de Julio hubo regatas preparatorias, en que se han corrido distintos premios de la Socie­dad.

El 23 y 24 de Julio se ha corrido para los Sonderklasses la Copa de la Diputación de Guipúzcoa, y para la Serie local X, la copa de S. 1V\. la Reina Doña María Cristina. El 23 por la ma­ñana no pudo celebrarse la regata por fuerte viento NO. y mar gruesa, pero se verificó á las tres de la tarde del 'uisino día, con viento todavía muy 'fescachón, y la mar como por la ma­ñana.

El 24 se corrió en iguales condicio­nes.

De los Sonderkiases ganó el primer día el /m, y el segundo, el Bóriga, ganando en una tercera de­finitiva el premio de la Diputación el Ini, que recibía dos minutos de compensación de aquél, y que no pudo sacarle luás que 53 segundos de ventaja.

La Copa de la Reina la ganó el primer áia. Farruco, de don Martín Domínguez, y el segundo, Ord-agó, de Peña y Tulóu. En la definitiva salió vencedor el primero, con una ventaja de 1,37 metros en las seis millas.

El 25, 30 y 31 de Julio y 1 y 5 de Agosto corrieron los Son­derklasses una regala eu Vagabundos para disputarse las tripu-ciones un yate de 6,50 clase X, que como premio daba la So- por el orden de llegada

'Mollina.»

ciedad. Salió vencedora la tripulación Gullón Amoroto, á quien se adjudicó el yate Telinga.

Los mismos días corrieron los 6,50 metros, la Copa de En­trenamiento y el premio Dours.

Dicha Copa la ganó Farruco, y el premio Dours, el Paquete. El crucero á Zarauz del 8 de Agosto hubo que suspenderlo

por falta de viento. Las regatas continuarán el 14, 15, 19, 22 y 29 de Agosto y

días 5, 7, 8, 11, 12. 19, 23, 25, 26 de Septiembre y 2, 3, 4 y 5 de Octubre, cerrándose la temporada con un crucero á Pasages el día 10.

Santander.

Primera regata oficial.—Con asistencia del Rey y de los In­fantes se celebró el día 12, embarcando el primero en el Giral-dal V; el Infante D. Alfonso en el Meck-Toub, y los Infantes D. Carlos y D." Luisa en el Barandil.

Con viento fresco del Noroeste, salieron los yates, clasifica­dos en esta forma:

De ocho metros MekcToub, del Rey, patrón el Sr. Careaga; Rituca, patrón D. Ángel Martínez; Alai, el Sr. Candarlas, y Gi­

ralda II, D. Ángel Pérez. De siete metros. Giralda IV, que

patroneaba, el Rey; Narria por los se­ñores Chávarri y Arana, y Santauder, D. Victoriano López Dóriga.

De seis metros, Barandil, patronea­do por el Infante D. Carlos, que lleva­ba á la Princesa D." Luisa; ¿oto, patrón el Sr. Iztneta; Tragamillas, patrones los Sres. Huidobro y Corcho, y Geri-neldo, el Sr. Bayo.

De la serie de monotipos tomaron par te Cántabro, Chiqui, Mosquito, Marnay, Jibia y Sula.

Casi todos los barcos montaron en un largo la boya de San Martín, lar­gando el ala en la empopada menos los monotipos, que no entra en su fór­mula este velamen.

El recorrido de la segunda boya á la de salida, la hicieron el Barandil y el Giralda IV, terminando la primera vuelta con varios minutos de diferen­cia; dio la primera vuelta al triángulo muy distanciado de los demás de su serie, el monotipo Marnay; el Alat montó con poca diferencia.

En la segunda vuelta, terminó la re­gata con la siguiente clasificación:

Serie de seis metros. —Primer pre­mio, al Barandil, del Infante D. Car­

los; segundo, al Loto; tercero al Traga millas.

Serie de siete metros.—Primer pre­mio, al Giralda IV, del Rey; segundo, al Narria; tercero, al Santander.

Serie de ocho metros.—Primer premio, al Alai; segundo, al Meck Toub; tercero, al Silda 11; cuarto, al Rituca.

Serie de monotipos. En la primera prueba de Agosto: pri­mero, Marnay; segundo, Sula; tercero, Chiqui; cuarto, Cánta­bro, y quinto. Mosquito.

Los monotipos corrieron la primera prueba para la clasifica­ción general.

Se le otorgaron los puntos 6, 5, 4, 3, 2, 1, respectivamente,

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MISCELÁNEA NAVAL a r T 1 t 11 1 Ir j j j¿^ v v v i . i . v > . ^ . > - v - ^ w ^ -w^ v-v g

NUEVO BUQUE DE MOTOR TRANSATLÁNTICO. LOS astille­ros Burmeister and Wain, Copenhague, botaron el 36 de Ju­nio un nuevo transatlántico, construido para la Compañía Da-nish East Asiatic, Co. Es buque de 10.000 toneladas de carga, con motores Diesel de 3.100 caballos, ideado para el servicio de la nueva línea entre Copenhague y Australia.

SUBMARINOS.—Al tratar de las cuestiones referentes á los submarinos y á los enormes desplazamientos que algunos fan­taseadores les atribuyen para lo futuro, suele olvidarse el he­cho importante que á medida que crecen las dimensiones de estos buques, se sacrifican sus cualidades esenciales de invisi-bilidad y de facilidad de ser descubierto. Su perturbación en las aguas, causada por la marcha de un submarino, crece con el desplazamiento ó vo­lumen de éste, cualquiera que sea la profundidad á que navegue y no parece estar lejano el día en que se acuse la presencia de estas naves por la recep­ción del sonido producido por aquella perturbación y por la vibración de sus máquinas, que crece tam­bién con la fuerza de sus motores. Y si esta descu­bierta puede llegar á ha­cerse á algunas millas de distancia, el poder del sub­marino quedará muy dis­minuido. Por otra parte, si la sumersión del submari­no ha de ser faena expe­ditiva y rápida, su coefi­ciente de flotabilidad ha de ser siempre pequeño, por lo que su armamento será siempre muy limita­do, no debiendo, por con­siguiente, esperarse que el poder de agresión de estos buques exceda en mucho en el porvenir al conseguido en los actuales tipos perfeccio­nados.

EXPORTACIÓN DE CARBÓN AMERICANO.—Desde el 13 de Julio han salido con cargamento de carbón para puertos euro­peos, de Norforik, los siguientes vapores: Auguts, 9.100 tone­ladas, para Genova. Piainonte, 6.726 toneladas, para Ñapóles. Tairport, 6.400 id., para Genova. Swindon, 6.Q10 id., para Mes-sina. Tasmania, 4.700 id., para Livorno. Westerdyk, 6.000 ídem, para Spezia. Mar Terso, 4.830 id., para Siracusa. Fede, 5.400 id., para Livorno.

Además, sin expresión de la cantidad, de Newport, los si­guientes:

Birkhal, para Spezia. Ryndeven, para Marsella. Mariteres, para Marruecos. Sírathspey, para Spezia.

NUEVA LÍNEA DE NAVEGACIÓN PERUANA.—La Compañía peruana de vapores y dique del Callao, ha resuelto aprovechar­se de la carencia de buques por la desaparición de los alema­nes y de los grandes fletes de las líneas inglesas del Sur Amé­rica á Europa, poniendo en servicio sus buques desde el Perú y Ecuador á Europa por el Canal de Panamá. El primer vapor que ha emprendido el recorrido, es el Urubamba, con car­gamento de cobre y algodón en el Callao, y de cacao en Gua­yaquil, en Liverpool, Havre ó Rotterdam.

FINANZA MARÍTIMA.-Las acciones que las Compañías ale­manas Hamburg-American y Nort Germán Lloyd, poseían de

El vapor ruso «Barón Driesen» de 4.000 toneladas, en el Canal de Panamá.

la Holland-America Line, se han transferido, según informa­ción de La Gazette de Hollande, á una Sociedad con sede en Rotterdam, titulada "Company for the common holding of Holland-America line shares,,.

—La Compañía japonesa Nipón Yusen Kaisha ha convoca­do una Asamblea general de accionistas para proponer el au­mento á un doble del capital actual consistente en 23.000.000 yens. El nuevo capital ha de dividirse en 460.000 acciones re­servadas totalmente á los actuales accionistas.

CHINA.—Según información de los Estados Unidos, una línea china de navegación á través del Pacifico es una posibi­lidad que se supone realizable en breve.

Según esta información, se compondrá de cinco buques mo­dernos de carga y pasaje semejanle á los que reali­zan el servicio transpacífi­co de la japonesa Nippon Yusen Kaisha, ideados pa­ra hacer la ruta semitro-pical con recaladas perió­dicas en Honolulú.

La Compañía estará sub­vencionada con grandes subsidios por el Gobierno de la República. La mayor parte del capital se ha sus­crito en la China central y en el Sur. El puerto termi­nal será Shanghai, exten­diéndose la l inea has ta Hongkong y quizás hasta Manila.

CANAL DE PANAMÁ -Informes relativos á las formalidades que implica el paso del Canal se obtie­nen en una publicación editada por la Administra­ción del Canal y que se ha

repartido á todos los cónsules americanos en el mundo. Pue­den obtenerse también en las oficinas de Aduanas de los puer­tos de los Estados Unidos y en las dependencias hidrográficas de los mismos. Se han repartido también á las principales agencias comerciales del mundo.

EXPORTACIÓN DELGRANO AMERICANO.—Hasta el 22 de Ju­lio ascendió esta exportación de Filadelfia á la cantidad de 21.704.355 biishels. La del año 14 durante el mismo período fué de 9.057.941 bushels.

LA CATÁSTROFE DEL "EASTLAND,,.—En uno de los últimos días del mes pasado ocurrió este desastre en la forma siguien­te. El vapor Eastland, dedicado al transporte de excursionis­tas en el lago Michigan, dio la voltereta en el momento de desatracar del muelle, pereciendo ahogados mil de los viajeros embarcados. Una de las versiones que se han dado expl'cato-rías del suceso, es que con objeto de embarcar el gran número de pasajeros que solicitaron ingreso en el buque, se achicaron los tanques inferiores de agua con el resultado de hacer perder al buque la estabilidad imprescindible para una navegación en aguas tranquilas. Si esta versión, que nos parece dudosa, fuera auténtica, demostraría la necesidad inexcusable de que los oficiales á cuyo cargo corre la seguridad de un buque estén debidamente instruidos, no sólo en los principios generales de la estabilidad sino en las particularidades de ésta, concernien­tes al propio buque y á sus diferentes estados de carga, no sólo en evitación de peligros como éste que en todo buque son remotísimos, sino para ilustrar y comprender con arreglo

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VIDA MARITIHA 363

á normas y principios de doctrina, su manejo marinero en toda clase de tiempos y mares; manejo marinero en que la va­riabilidad de carga, y, por consiguiente, de la estabilidad, con­duce á situaciones de defensa con mares de amura ó de aleta y graduación de la velocidad de marcha, muy diferentes se­gún el estado del buque y tiempo y mar reinantes. Algunas casas constructoras entregan con el buque una memoria des­criptiva de sus cualidades náuticas, medida que, además de acertada, debe ser siempre exigible. No sólo por atender en el grado máximo posible á la seguridad de la navegación, sino por el espíritu de con­fianza en sí mismo y en sn buque que adquiere el oficial que ha de manejarlo, deben darse á éste todas las informacio­nes, todos los planos de estabilidad en los diferentes estados de carga con tantos llenos y vacíos, para que pueda siempre prever las providencias que ha de tomar en los casos que puedan sobrevenirle sin ser sorprendido por ninguno.

que podían imaginar sus promovedores. La línea posee ahora dos buques de pasaje de primera clase en actividad y un ter­cero está en vías de ser botado al agua. Posee, además, y ope­ra con ellos, tres buques de carga y ha contratado doce más, ]iara hacer frente al tráfico creciente con Norte América. Para satisfacer las necesidades de esta línea en cuanto á limpieza de fondos y reparaciones de sus buques, se construyen en el puer­to indicado diques y muelles para facilitar las tareas mencio­nadas y las de la actividad del tiáfico en la carga y descarga.

ALEMANIA Y LAS ESTACIONES RADIO­GRÁFICAS.—Digno de ser registrado por la transcendental importancia que tuvo, es el radiograma dirigido por el Gobierno alemán á sus estaciones en territorio na­cional y coloniales, el 4 de Agosto del año pasado, á las cinco de la tarde, cu­briendo con el mensaje un área de unas 2 OOÜ millas aproximadamente,siete horas antes de la declaración de guerra de Iii glaterra. El radiograma estaba concebido en los siguientes términos-: "Declarada la guerra con Inglaterra, dirigios á puerto neutral con la mayor rapidez posible».

Las estaciones de telegrafía sin hilos han costado á Alema­nia en números redondos, y según leemos en una publicación extranjera, 50.000 000 de francos. Temporal, ó definitivamen­te, muchas de ellas se han perdido con las colonias. En la se­gunda de las hipótesis no parece, aparentemente, que el nego­cio haya sido bueno; pero si atendemos al grandísimo núme­ro de buques mercantes y algunos de guerra que deben sn salvación á la recepción del mensaje, cambia completamente el aspecto de la cuestión, porque entre los éxitos de Alemania, no es acaso el más pequeño el haber podido la inmensa ma­yoría de su flota refugiarse en puertos neutrales. Uno solo de

El «Olympic» entrando en el dique Thompson en Belfast.

CONCERNIENTE AL TRÁFICO DEL CANAL DE SUEZ. —La si­guiente lista comprende las compañías de navegación cuyo tráfico á través del Canal de Suez ha importado más de 100 000 toneladas durante el año 1914.

Niímero de

Toneladas. Vapores.

Averia causada al vapor .Nebraskan» por un torpedo alemán.

sus grandes buques de guerra, que por defecto de aquel cono­cimiento hubiera caído en manos del enemigo, valdría tanto como el coste total de sus instalaciones de telegrafía sin hilos.

ACTIVIDAD COMERCIAI ENTRE NORUEOA Y LOS ESTADOS UNIDOS. - Recogemos la siguiente información de The Sfíip-Ping lllustrated. El cónsul de los Estados Unidos en Bergen 'nanifiesta que el establecimiento de la línea Norwegiani-Ame-ncaní Line entre este puerto y New York, ha estimulado po­derosamente el comercio entre ambos países, habiendo exce­dido el éxito financiero de la Empresa á mucho más de lo

P.f5:0 1.229.0001 9 ,00 nrn British India 970.000J - ^ ' - ' y "^" Ellerman Lines—

Hall 625 0001

£'&a,i::;:::::::::::: iSÍSSS ' » » » » Others 56 OOO)

Alfred Holt and Co 1.159.OOÜ Hansa 642.OOÜ Nederland 631.000 Messageries Maritimes 590.000 Rotterdam Lloyd , 564.000 Hamburg-American 537.00» Cayzer, Irvine and Co 486 000 North Germán Lloyd . 424 .üüü T. and ]. Harrison 403.000 Orient 338.ÜÜO Nippon Yusen Kaisha 337.000 Aiistrian Lloyd 311.000 T. and ]. Brocklebank 278.000 Qerman-Australian 275.000 Anglo-Saxon Petroleum Co 273.000 P. Henderson and Co 248.006 Bibby Bros, and Co 243 000 Uuion-Castle 219.000 Anchor Line " 209000 Thos. Wilson,Sons&Co 191 OOÜ East Asiatic 162.000 A. WeirandCo ! ' . 157.000 W. Thomson and Co 154.000 Societa Marittíma . . . 148.000 W. Runciman and Co •. . . 130.COO Royal Mail S. P. Co 126 OOÜ Asiatic S. N. Co 109.000 Jas. Gardinerand Co 107.ÜOO Russian Vol. Fleet 105,000 F. C. Strickand Co 103.000 T. B. Royden (Indra Line) 101.000

465

302

241 156 135 163 140 120 140 76 82 46 53 83 57 62 69 55 45 39 45 54 40 35 50 57 45 22 26 30 30 31 22

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Santander.—£•/ mercado de mariscos.-La prensa local excita el celo de las autoridades para que se higienice cuanto antes el mercado de mariscos. Se trata de un lugar donde se vende todos los años mercancía por valor de algunos miles de duros, y al cual acuden muchos vendedores y gran número de compradores. Allí hay unos cuantos puestos fijos, y junto á ellos se colocan algunos días muchas mujeres que llegan de los pueblos déla costa á expender lo que en ellos se ha pesca­do, á veces corriendo graves riesgos, como suele ocurrir cuan­do se anda trabajosamente entre las rocas buscando percebes.

En ese mercado se venden las langostas, de las cuales se hace todos los años un gran consumo, pues es uno de los pla­tos que pocas veces falta en los menús desfondas y hoteles, aun en el tiempo en que menos abunda. Y á comprar allí, á esos modestísimos puestos cobijados bajo una sencilla marquesina á un lado de la Pía, za del Pescado-acuden durante el verano los foraste­ros, para los cua­les el marisco es cosa ag radab le , apetitosa, que con­sumen con delicia, y que pagan caro si escasea... y si no escasea también, porque ya saben aprovechar las oca­siones— y hacen bien— quienes con él comercian.

Tiatándose de un tráfico de cierta impor tancia , de una mercancía que se debe tener siem­pre en las mejores condiciones, nadie se ha preocupado todaviadeconstruir unbuenmercadillo para la venta exclusiva del marisco. Dicho mercado ya debie­ra existir, con un buen servicio de agua corriente, todo él cu­bierto por el interior de materiales y que se limpien fácilmen­te: de azulejos y mármol y baldosines; bien ventilado, con fá­ciles desagües, hasta con su poquito de "cámara frigorífica», si fuese ello posible, para la mejor conservación de una tan delicada mercancía que se descompone rápidamente, despi­diendo olores insufribles.

Todos lamentan que en dicho sitio quede forzosamente arrinconada una industria, un tráfico de cierta importancia, en el cual debe intervenir la Higiene constantemente, por ra­zones de alta conveniencia pública.

Cuando las vendedoras se retiran, dejan allí mariscos des­compuestos, despojos de los "muergos,/ de que han extraído la "carnada 1, para los pescadores, residuos en plena putrefac­ción que despiden irnos olores insoportables, que se esparcen por la inmediata calle de Atarazanas y que penetran en las ca­sas próximas.

Si hubiese quien construyese un mercado especial para el marisco, modelo de higiene, de limpieza, todo él de hierro, cristal y mármol, podría el Ayuntamiento proponer condicio­nes nuiy aceptables para que el dinero que se invirtiese en la construcción, con el consiguiente interés, volviese pronto al bolsillo del constructor, á cambio de que cuando esto se hu­biese logrado, pasase el edificio á ser propiedad del Muni­cipio.

Santander. -Embarcaciones de pesca.

*% Los Exploradores del Mar.-~E\ domingo 7 de Agosto realizaron los Exploradores del Mar una excursión de prácti­cas que duró todo el día; á las ocho de la mañana estaban ci­tados en el dique de Qamazo, cerca del cual tienen su material flotante; á esta hora se encontraron todos uniformados y pro­vistos de sus comidas; poco tiempo después, á las nueve de la misma, una vez embarcados todos los pertrechos, material sa­nitario, tienda de campaña, material de salvamento, etcétera, etc., desatracaron haciéndose á la mar. La expedición la com­ponían sus tres botes, E I, E-2 y E 3; al :argo del bote 1 iba el Insfructor Sr. Haro, en el 2 el Sr. Ibáñez y en el 3 e! ins­tructor de tierra Sr. Correa.

A fuerza de remo se dirigió la pequeña escuadrilla á la se­gunda playa del Sardinero, llegando próximamente á las diez, siendo presenciada la llegada y desembarque por numerosos

forasteros que en aquel delicioso pa­raje estaban.

Seguidamente se procedió á armar una tienda de cam­paña á fin de que los muchachos pu­dieran cobi jarse para disponerse á efectuar el baño y prácticas de nata­c ión , haciéndolo casi todos; mien­tras se efectuaba el bañn, armóse la camilla de campa­ña y procedióse á establecer un servi­cio de seguridad, no t ándose gran precisión y entu­siasmo por parte de todos. Estando ya casi terminadas es­tas prácticas llegó el entusiasta jefe

provincia! Sr. Portilla, el que tuvo frases muy encomiásticas para los muchachos y al mismo tiempo les saludó en nombre de los Exploradores del Mar de Laredo, manifestándoles que en breve se reunirían los de Castro, Santander y Laredo, y que esperaba que ese día quedarían á la altura que él deseaba.

El Sr. Portilla acompañó á su regreso á la expedición hasta la playa de la Magdalena, desembarcando á las dos de la tarde y procedióse á dar descanso para efectuar la comida, presen­tando la playa im animado aspecto, al ver á los exploradores marítimos reunidos en animados grupos.

Terminada la comida y descanso correspondiente, se dirigie­ron los botes 1 y 2 al inmediato pueblo de Pedreña, distante una milla de la citada playa, mientras el 3, después de hacer ejercicio de remo, regresó á la playa á esperar el regreso de los expedicionarios de Pedreña; avistados éstos á las siete de la tarde, púsose en marcha, verificando el regreso á las ocho de la noche todos, sin que se notase fatiga ni se registrara nin­gún accidente desagradable.

Fué, por lo tanto, una excursión dura sin que por eso decre­ciera ni por un momento el ánimo. Tomaron parte en ella treinta muchachos.

En breve harán otra á la isla de la Torre, cerca de la Magda­lena, donde se condimentará la comida por ellos mismos y se harán prácticas de telegrafía á brazo y Morse, entre esta isla y otros parajes de la bahía.

Durante la excursión, se tomaron algunas interesantes foto-

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VIDA M A B Í T I M A 365

«Torpedero núm. 12» en Cartagena.

grafías que fueron hechas por un explorador marítimo. Es ver­daderamente lamentable el que este grupo marítimo no pueda disponer de otro bote más para dar cabida á todos los explo­radores hoy existentes y poder atender á las solicitudes de in­greso que continuamente reciben los instructores.

Laredo.-Z.OS Exploradores del /wa/-.-Dirigidos per el Comandante de Marina de este puerto, el Teniente de navio D. Juan Antonio Rivero, han quedado organizados los Explo­radores del mar en Laredo, tortnando un grupo como los de Santander; habiendo construido ya un hermoso bote, que tri­pularán los once inscriptos del mencionado grupo.

Análogamente á lo ocurrido en Santander, los Exploradores del mar de Laredo han llevado á cabo con toda solemnidad el acto de la botadura de su primera embarcación, concurriendo todas las autoridades locales, el comité y Exploradores, colo­nia veraniega y el pueblo entero de Laredo, que íntimamente compenetrado con tan hermosa institución, celebra como pro­pias todas las fiestas de aquellos.

Tuvo lugar el acto en la rampa Este del puerto, en el que se encontraban la mayor parte de las embar­caciones matriculadas en el mismo, con todo el elemento marinero y aficionados que residen en la villa. Al lado del bote que había de lanzarse, formaban los Ex­ploradores del mar, á quienes acompaña­ban los Exploradores de tierra.

Después de varios discursos alusivos á la importancia de la nueva institución, se bendijo el bote, y la madrina, doña Gui­llermina Calderón de Rivero, rompió la clásica botella sobre el casco del buque y éste fué lanzado al agua por los Explora­dores, en medio de los aplausos de toda la población, verdaderamente entusias niada por acto tan conmovedor y simpá­tico.

Con este motivo se puso un telegrama de saludo al señor Ministro de Marina.

Vigo.—Muelle que se hunde. - A las ocho de la mañana del día 11 se hundió el muro lateral Oeste del muelle trans­versal en una extensión de 60 metros de largo por 10 de ancho. Mide dicho mue­lle en sti totalidad 400 por 80.

Costó la obra, que el día anterior fué recibida provisionalmente, tres millones de pesetas. En la mañana del 11 algunos obreros notaron una pequeña depresión del terreno; alarmados, adoptaron algu­

nas precauciones, y momentos después se hundía toda aquella parte, resbalando el muro hacia el mar, precipitándose tras él los materiales de relleno.

En la noche del 10 se celebró el carrou-sel marítimo, fiesta de gran lucimiento, con motivo de la cual estuvieron en dicho muelle muchos centenares de personas. En la parte hundida, hay 12 metros de profundidad. El muro se había construido hace más de tres meses y nunca se había advertido nada que pudiese hacer pre­ver el siniestro.

Cádiz.—Movimiento del puerto.—Du­rante el mes de Julio último entraron en este puerto 224 barcos, que se clasifican de la manera siguiente:

2 españoles de guerra, con 12.891 tone­ladas y 56 cañones.

Barcos mercantes españoles, 201 con 142.743 toneladas; de ellos 177 mayores de 20 toneladas y 39 en lastre.

Barcos mercantes extranjeros, 41 con 20.348 toneladas, 40 mayores de 20 y 24 en lastre. 161 vapores españoles con 154.220 toneladas, de los cuales 152 eran mayores de 20 y 33 en lastre.

17 vapores extranjeros con 12.554 to­neladas, de los que 16 eran mayores de

20 y 5 vinieron en lastre. 42 veleros españoles con 1.414 tone­ladas; 25 mayores de 20 y 6 en lastre.

24 veleros extranjeros con 7.794 toneladas, todos mayores de 20 y 19 en lastre.

Procedían de Europa 183, de África, 53 de América 7 y 1 de Oceania.

Españoles de cabotaje, 127; españoles directos del extranje­ro, 56, y con escala en puerto anterior español, 10; extranjeros directos 33, y con escala en puerto anterior español, 8.

El número de tripulantes de estos barcos era de 7.310, y los pasajeros que desembarcaron en este puerto 4.579.

Por su bandera, se clasifican en 203 españoles, 1 dinamar­qués, 4 franceses, 2 holandeses, 19 ingleses, 3 italianos, 2 ru­sos, 1 sueco, 8 noruegos y 1 brasileño.

Salieron 254 barcos: 43 españoles para navegación de altu­ra, y 33 extranjeros para igual navegación; para cabotaje in­ternacional, 6.

Se refrendaron para altura, buques españoles, uno patente; para altura, buques extranjeros, uno; para cabotaje internacio­nal, 115; expidiéndose 146 despachos de pequeño cabotaje.

El «torpedero núm. 13» en Cartagena.

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Nuevas postales marítimas de Agacino.—El fecundo é ilus­tre escritor naval Sr. Agacino, acaba de publicar dos nuevas series (B y C) de sus interesantes postales marítimas ¿Por que' no tiene España marina?, qwt i continuación reproducimos.

En el anverso de la B, se lee: «Los siguientes conceptos fue­ron emitidos en un discurso pronunciado por el ministro de Marina de Alemania hace seis

pez IVIedina.-Esta notable colección, que tan asiduamente prosigue su distinguido compilador, el Sr. López iVIedina, acaba de enriquecerse con el octavo apéndice, que se ajusta en un todo á lo legislado durante el año próximo pasado so­bre la industria de pesca, por cuyo motivo ha de prestar tan i'itil servicio como los apéndices anteriores.

Letra B (800,000 ejemplapes)

años, bastante antes de la bár­bara carnicería universal que hoy aflige al mundo que lla­man civilizado. Es una opinión muy extendida en Alemania, que toda resistencia contra In­glaterra en el mar sería impo­sible y que todos nuestros pre­parativos navales son vanos esfuerzos, tiempo y dinero inú­tilmente perdidos. Es hora ya que este miedo puer i l que quiere paralizar nuestros es­fuerzos sea extirpado de raíz y destruido completamente. Aquí en España no es el miedo sino la indiferencia por la marina, lo que hay evidente necesidad de extirpar y destruir.»

En el anverso de la C,expre-sa: «Si cada ciudadano español pagase para marina al año lo que dedica un alemán, nuestro presupuesto ordinario de mari­na alcanzaría la cifra de 120 millones de pesetas. Es de 38 millones, y gracias. -Para fa­bricar un personal naval-mili-tar idóneo en los modernos tiempos, hay que gastar mucho en ejercicios, instrucción y preparación. Sin ella, son infecun­dos todos los gastos realizados. Y no debe olvidarse que el valor del coeficiente factor-hombre-electro-químico-mecánico es para la eficacia del éxito, el 50 por 100 en las grandes uni­dades de combate y el 100 por 100 en los destroyers, torpe­deros y submarinos».

¿Por qué no tiene España Marina? Oefide 1800 hasta nuestros días, tuvo España la siguiente cantidad de Ministros de. Marina:

INISTROS DE MARINA («fi ejercicio)

MINISTROS DE MARINA (nomb/ados y que no lleq.non

a lomiir posP'".i6n)

De 1800 a 1915

137

b)

c)

En 115 años, 148 Ministros —A Ministro por cada 9 meses y 12 días. En los 14 años que llevamos de siglo XX tian desempeñado la cartera de Marina; Silvela, Azcárraga, Izquierdo, Veragua, Sánchez Toca, Cobián. Ferrándiz, Azcárraga (se­gunda vez), Cobián (segunda vez), Villanueva, Weyler, Cencas, Alvarado, Alba, Jacome, Fe­rrándiz (segunda vez). Concas (segunda vez). Arias Miranda, Pidal, Jimeno y Miranda. 1121 cambios en la alta dirección de la política naval nacional, en el breve espacio de años 141! El Almir'ante alemán Von Tirpitz entró de Ministro de Marina en 1897, y todavía conti­núa—Eugenio Agacino..

* • nales,

Octavo apéndice á la Colección de Tratados inttrnacio-Ordenanzas y Reglamentos de pesca, por Francisco Ló-

Letra C (aoo,000 ejemplares)

¿Por qué no tiene España Marina? ContrltHjyen las principales naciones del mundo al sostanlrniento de su Marina de guerra

con las siguientes cantidades anuales por cada habitante:

Inglaterra

Lo que paga un cludadanú

inglés para el sostenimiento

de tu Marina

Ptas. 20>ll

Franola

Un francés

Ptai. 8*20

Estados Unidos

Un yanke^

Ptas 6'B9

Alemania

Un alemán

Ptas. 6'87

España

IJ ('70

EipiSa

Lo que paga cada

ciudadano espaAul

p a r a e l sosleni^

miento de las co­

rridas de (oros en

1915

PUS. lO'SO

Este gráfico demuestra con claridad meridiana, que si carecemos de'Marina militar para la defensa de la Patria, es sencillamente porque ni la queremos ni la pagamos.

Eugenio Agacino

Aprobado dicho trabajo y autorizada su publicación por el JVlinisterio de ¡\1arina, de conformidad con lo informado por la Dirección general de Navegación y Pesca marítima, se ha puesto á la venta al precio de cuatro pesetas ejemplar.

*V África occidental española (Sahara y Guinea), por el Comandante de Ingenieros D. Francisco del Río Joan.

La Sección colonial del Ministerio de Estado ha publicado esta obra, es cierto, con motivo de los trabajos realizados por el autor en los territorios de la Guinea espaiTola en virtud de

la comisión que le fué confe-

I rida, y con su estudio pueden ser conocidas por todos las condiciones de desar ro l lo y prosperidad de que son facti­bles nuestros territorios africa­nos de Occidente, así como el funcionamiento de los diversos organismos de la Administra­ción de aquellas Colonias.

Elegantemente impresa y con 35 láminas y 99 figuras, es una obra indispensable en la biblioteca de todo buen afri­canista, pues su lectura contri­buye poderosamente al fomen­to de nuestros intereses colo­niales.

*,„ La obra sanitaria en España, durante lósanos 191Ü á 1012.—Esta obra es una con­tinuación de Reorganización sanitaria en España, cuyo ob­jeto es dar cuenta del empleo de créditos votados por las Cor­tes para atenciones sanitarias.

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EGlSL/lCIón Y IjÚElSPRUDENCí

/nARITI/MA5

UEalSLAClON ESPAÑOLA

MARINA MERCANTE.

Puertos ingleses.—Tripulantes de buques extranjeros.—Dc-oumento de identificación.

(Estado). "El Sr. Embajador de S. M. en Londres, participa á este Ministerio que el Gobierno británico ha publicado con fecha 28 de Julio último un decreto, mediante el cual se exige á todo capitán ó tripulante de buque extranjero la presenta­ción de pasaportes, ti otro documento de identidad, con su fotografía, que no tengan más de dos años de fecha, debiendo además matricularse en el registro de extranjeros y pudiéndo­seles limitar el tiempo que han de permanecer en tierra.

Lo que se hace público para conocimiento general, Madrid 5 de Agosto de 1Q15.—El subsecretario, Eugenio

Ferraz.,, - (Gaceta del 6.)

Patrones de cabotaje.—Edad para ser admitido & examen.

(Marina). Por Real orden de 31 de Julio se desestima una instancia en que se solicitó que se modificase el reglamento de patrones de cabotaje en el sentido de que puedan los aspi­rantes examinarse á los veintiún años de edad. (D. O. núine-rol72.)

NAVEGACIÓN.

Impuesto de transportes. Naveg:aciones de aegrnrda y ter­cera clase.

(Hacienda). Real orden 19 Julio. Dispone "que la piedra martillada satisfaga el impuesto de transportes á su embarque ó carga por la partida 7.' de las navegaciones de segunda y tercera clase.,, (Gaceta del 24.)

JURISPRUDENCIA ESPAÑOLA Accidente del trabajo. —Lesión sufrida en operaciones de

descarga de un buque.-Inutilidad permanente. Indemni­zación.

En Q de Agosto de 1Q12 se hallaba José Castilla trabajando en la descarga de ini buque, por cuenta de la casa Blandy Bo-thers y Compañía, que se hallaba asegurada en la Sociedad de Seguros "La Hispania» y á consecuencia de una caída quedó inutilizado para el trabajo; que recibió asistencia facultativa hasta el 26 de Octubre siguiente, pero que, á partir de esta fe­cha se le negaron los auxilios necesarios para su curación, por lo que dedujo demanda ante el Tribunal industrial de Las Palmas, con la súplica de que se condenara á la Sociedad ase-guiadora á abonarle 960 pesetas, importe de los medios jorna­les correspondientes á 384 días, una indemnización equivalen­te á diez y ocho meses de jornal, gastos de curación é intere­ses legales, y que se le impusiera una multa de 500 pesetas.

El Juez de primera Instancia, Presidente del Tribunal, con­denó á los demandados á que, á su elección, destinase al ac­tor, con la misma reiuuneración de cinco pesetas diarias, á otro trabajo compatible con su estado, ó á satisfacerle una indem­nización equivalente á un año de salario, el importe de un año de medio jornal, desde la fecha del accidente, más el importe de la asistencia médica, no abonado, absolviéndole de los in­tereses y multa.

Contra esta senteiicia interpuso el obrero recurso de casa­ción por infracción del art. 4.o en el párrafo 2.» de su número segundo de la ley de accidentes, por estimar que, declarado que en las preguntas 3." y 4.* del veredicto (1), que la atrofia 'niposibilitaba al obrero de una manera permanente y absolu­ta, se hallaba en el caso de dicha disposición.

(1) Dicen asi) "A la 3.» ¿SI esta atrofia le imposibilita para los trabajos de carga y des­

carga de una manera absoluta y permanente?-SI. A la 4." ¿Si puede dedicarse á otros trabajos compatibles con su estado,

T'i "a ^°" ' '* '*" ^" '" earsa y descarga de buques ni ejercicios de fuer-

El Tribunal Supremo declaró haber lugar al recurso, por los siguientes fundamentos:

"Considerando que de la contestación dada por el Jurado á las preguntas 2.a y 3.* del cuestionario que le fué sometido, se deduce que el obrero recurrente quedó imposibilitado de una manera absoluta y permanente para todo trabajo relacionado con la carga y descarga de buques á que se dedicaba, y resuel­ta en estos términos la cuestión de hecho, de acuerdo con la jurisprudencia proclamada por este Tribunal Supremo, ha de entenderse comprendido el caso en el último extremo de la disposición 2.a del precepto citado, y no en !a 3.'', como por error supone la sentencia recurrida, pues ésta es aplicable solo cuando la incapacidad permanente resulta parcial para algu­nas operaciones y no todas las del oficio en que se ocupaba el obrero al ocurrir el accidente.

Fallamos, etc.,, (Sentencia 20 de Noviembre de 1914. G « Í Í -tódel29de Abril de 1915).

CONSEJO SUPREMO DE GUERRA Y MARINA.

Hechos que merecen la calificación legal de hurto y uso de nombre supuesto.

"Resultando que ¥..., que había embarcado como fogonero en el vapor inglés Cortes con el nombre de M. F., sustrajo una maleta que se encontraba en dicho buque, así como la llave de la misma que su dueño tenía colgada en la cabecera de su cama, en lugar abierto, apoderándose de cuanto dicha maleta contenía y que en total alcanzó un valor de 372 pese tas con 45 céntimos, parte de lo cual se recuperó al ser dete­nido F..., habiendo hecho expresa renuncia el perjudicado á la indemnización que en otro caso le correspondería por lo que dejó de recuperar:

Resultando que el Consejo de guerra celebrado en San Fer­nando el día 17 de Marzo último, dictó sentencia en la que se declara á dicho individuo autor, y en tal concepto responsable de un delito de hurto, definido en el art. 530 y penado en el caso 3." del 531, ambos del Código penal común, apreciando la circunstancia agravante de reincidencia, y de otro delito de uso de nombre supuesto, previsto en el párrafo primero del art. 346; de cuyo fallo disiente el comandante general del apostadero, por entender que el delito cometido es el de robo;

Visto, siendo ponente el excelentísimo señor Consejero to­gado D. Antonio Conejos d'Ocón:

Considerando que para calificar de robo los delitos contra la propiedad es necesario que exista apoderamiento de cosas muebles ajenas con ánimo de lucro, por medio de la fuerza ó empleando con el mismo objeto violencia ó intimidación en las personas; requisitos esenciales que no concurren en el hecho de autos, puesto que el acusado se limitó á extraer la lualeta y llave en cuestión del lugar abierto en que su propietario la tenía, sin emplear violencia alguna para realizar su criminal propósito, y siendo así, el hecho perseguido fué acertadamen­te calificado como huno por el Consejo de guerra, de acuerdo con las definiciones contenidas en los artículos 515 y 530 del Código penal común;

Considerando que F... ha incurrido también en la responsa­bilidad prevista por el art. 346 del mismo Código, puesto que públicamente usó un nombre supuesto, formalizando con él el contrato de embarque en el vapor mencionado;

Considerando que, según aparece docunientalmente justi­ficado en el procedimiento, dicho individuo se hallaba ejecu­toriamente condenado por oiro delito de hurto cuando come­tió el que ha dado lugar en la formación de esta causa, por lo que es de apreciar la circunstancia agravante 18 del art. 10;

Vistos los artículos y demás de general aplicación del Có­digo penal común y ley de 17 de Enero de IQOl,

Se confirma la sentencia del Consejo de guerra, en cuanto se refiere á la calificación de los hechos de autos, y se conde­na...»—(Sentencia 11 Junio 1915.)—Q. Q. P.

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ts¡eS2

MOVIMIENTO M A R Í T I M O

Vaperis esrrtis espaAolts il* Plnltlos, Izquierdo y C.>, da Cidii. - S ITUA­CIÓN DE SUS nUQUKS EN U DE AociSTii: «Príncipe de Asturias», en Barcelona.---«Infanta Isabel», en Buenos Aires. -«Barcelona», en Bai--eelona.- «CiUliz», ríe Cádiz para Las Palmas. — «Vallianera», de llabriim para Viso , el 10.-«Catalina», en Santiago de Cuba..- «Conde Wifre-do», en New Orleans. «Pío IX», de Cádiz para Las Palmas, el 12. -«Martín SAenz», en Barcelona.— «Balmes», en Habana. «M. Phiillos», en Canarias.

FLETES De San Lorenzo al Mediterráneo, vapor Tropeiro, con 2.200

toneladas, á 60 cli. De Buenos Aires al Mediterráneo, vapor Constanza, con

4.400 toneladas, á 61 ch. De Newcastleá Santander, nn vapor con 1.600 toneladaF, á

18 ch. De Cardiff á Vigo, un vapor con 1.700 toneladas, á 10 che­

lines.

lUlEHCflDO DE MINERALES V METALES

Carbones.—En Newcastle: Hulla primera calidad, 23 cheli­nes tonelada; id. segunda, 22; fragua primera, 21; cok prime­ra, 42; id. segunda 37-6

Hierros. - Inglaterra: Midlesbro, núm. 3, á 67 chelines tone­lada; Warrants en Glasgow, 73-9; mineral Bilbao: Campanil primera, á 14 chelines tonelada; rubio primera, á 14; id. se­gunda, á 12; carbonato primera, á 15; id. segunda, á 14.

Cobre.—Londres: Best Selected, 93 libras tonelada; Chile en barras. 77-17-6; Standard, 76-7 6.

P/í7m<7.—Londres: Español con plata, 24-16-3 tonelada. C/«c.—Londres: marcas ordinarias, 105 á 95 libras. fi/wí/a.—Cartagena: del 34 por 100 cinc, el 30 por 100 en

bocamina, 1,50 á 1,625 pesetas los 51 kilogramos y cada tipo de exceso, 0,25.

Mercurio. -Lonáxes: primeras manos. 18,10 libras bote. P/rt/rt.-Londres: onza inglesa, á 24-12-32 peniques.

NOTAS COMERCIALES

Pasajeros á través del Canal de Panamá.

Actualmente las comunicaciones para pasajeros entre Balboa y San Francisco están sostenidas por la "Pacific Mail Steani-ship», la "Johnson Line,, y la "Panamá Pacific Line,,.

La primera tiene establecidas sus salidas todos los días 10, de San Francisco, con escala en Punta Arenas, San Juan del Sur, Corinto, Amalpa, La Unión, La Libertad, Acajutla, San José de Guatemala, Champerico, Ocos, Salina Cruz, Acapulco, Manzanillo, San Blas y Mazatlán, y dura el viaje veintiséis dias.

La segunda sostiene el tráfico á través del Canal de Panamá y la cosía septentrional del Pacifico, con barcos suecos, envian­do uno de estos á través del Canal de Panamá á San Francis­co, casi cada dos meses. El recorrido de Balboa á San Francis­co lo hace en unos doce días.

La última sostiene á través del Canal de Panamá en servi­cio los vapores Fíniand y Kroonland, con un barco cada tres semanas. El recorrido Balboa-San Francisco lo efecli'ia en nue­ve días.

Machina flotante.

Por el Ministerio de Marina se anuncia concurso de propo­siciones libres, entre productores nacionales, para la construc­ción y entrega de dos machinas flotantes de 100 toneladas cada una, con destino á los arsenales de Cádiz y Cartagena.

El plazo para presentar proposiciones es de 50 días, sin contar los festivos.

El depósito para poder tomar parte en el concurso, de pe­setas 50.000.

Las Aduanas y la guerra.

La Memoria recienleniente publicada por la Dirección Ge­neral de Aduanas contiene los siguientes datos sobre el esta­do de la Renta pública en 1914; y para poder apreciar la in­fluencia de la guerra en este servicio, publicamos el estado correspondiente á 1913:

1 9 1 3

Derechos de importación IQO.975.976 Recargo transitorio 1.756.766 Derechos de exportación 2.548.975 Impuesto de transportes 24.951.419 Impuesto de tonelaje 1.728.411 Derechos menores !. 457.526 Derechos sanitarios 189.713 ídem por material de Obras piiblicas . 979.356

TOTALES 224.588.162

1 B 1 4

168.793.983 2.18.5.689 1.813.431

20.305.377 1.453.551 1.249.88 160.349 400.115

196.362.323

En la tabla siguiente, de la recaudación por provincias, se consigna la realizada en aquellas que recaudaron más de 1.000.000 de pesetas. La unidad es el millón:

1 8 1 3

Barcelona 66.7 Gnipiízcoa 24.7 Vizcaya 'ii.l Valencia 12.3 Gerona 20.1 Santander 12.9 Sevilla 11.8 Málaga 5.4 Alicante 6.8

1 1 1 4

65.2 18.9 18.8 14.1 12.2 11.7 9.1 6 .0 5.9

1 9 1 8 1 9 1 4

Huelva 7.0 5.8 Oviedo 6.1 4.8 Tarragona 4.0 4.5 Coruña 5.0 3.8 Pontevedra.. . . 6.0 3.7 Murcia 4.6 3.5 Cádiz 3.8 3.3 Almería 1.7 1.4 Cáceres l . l 1.4

¿Por qué no tiene £spaña Marina? 1." I'orque el pueblo espaftol, y como derivada consecuencia de una política de orienta -

dones equivocadas, ha llegado aerear gusto» e inclinaciones completamente refrac­tarios a cuanto con el mar ae relaciona.

2.° Porque damos con gusto 405 millones de pesetas cada quinquenio para loterift, y en cambio nos parecen excesivos los 160 millones que en el mismo tiempo repre­sentan los Presupuestos ordinarios de k Marina, suma inferior a la que gastan cualquiera de los Municipios de Madrid o Barcelona para el sostenimiento de sus relativas modestas obligaciones.

3 " Porque para presenciar la agonía de l.OlX) toros y el despachurramiento de doble número ds indefensos caballos, invertimos voluntariamente, con júbilo y sin más protesta que la del sentido común, 8t»% millones de pesetas en el mismo período mientras la gritería llega hasta el cielo si se piden 200 para construir barcos con que defender la integridad c independencia de nuestro territorio. f

4." Porque España paga a los extranjeros por fletes, carbón importado y buques viejos y nuevos adquiridos,,UB mUl6« de peüetaa d i a r i o . Sólo el flete, nos cuesta unas 500,000 pesetas cada 24 horas. Esta sangría nos aniquila.

L;i b.indera española podía y dcbta procurar realizar por s( y para sí este hermoso flete: el c a r b ó n lo hay en abundancia en las minas de Esparta (doble superficie carbonífera que Krancia y casi tanta como Inglaterra), y los bnqnfts m e r c a n t e s pueden construirse en Cádiz, Kerrol, Cartagena, Bilbao, Barcelona Vigü y otros puertos que se habilitarían, si preciso fuera, creando así en la naciói\ con base de arraigo, esta poderosísima industria.

5," Porque los intelectuales, la prensa, las clases llamadas directoras, los legisladores el Estado, la España oiicial. los gobernantes, cuantos pueden y deben formar y propagar nii tdoal dándole calor y vida en el coraión y en la conciencia de los espartóles, no han hecho todavía lo bastante para aprender ellos y enseñar luego al pueblo; que Esparta es una nación bañada por tres mares, punto avanzado del Con tinente y el m^s cercano a las costas de África y de las Américas, pudiendo ser la puerta del Mediterráneo (según su política) y siendo desde luego poseedora de 3,928 millas de costas y archipiálagos de islas codiciadas por su situación geográ fica y estratégica. Todo lo cual puede perderse más pronto o más tarde, pero per derse por completo, si España no i ambi.i MI orientación política volviendo la cara al mar, para crear g r a u d e s luterp^es u a v a l e * y evitar nuestra total ruit.a. Así lo hicieron en plazo nu distante, el Japón lu l ia y la misma Alemania, naciones que hace 40 artos no tenían poder naval aprenable .

Eugenio Agñcino 100,009 ejAMpl»» tlr*do«.

linint'iilii Aleniinm— l'iiiüicairal, i;iT AimliUl.

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iH^QN"^

20 Jigosfa\ ISIS.

La presencia de la Infanta Doña Isabel en el Real sitio de San Ildefonso, ha devuelto á la Granja la animación que aque­lla privilegiada residencia veraniega había perdido con la mar­cha de los Reyes al Cantábrico. La augusta dama descansa en aquel hermoso palacio y jardines del ajetreo de su rápida y su­gestiva excursión en automóvil al Norte, cuya región, como siempre, tributó á tan egregia señora, grandes simpatías y de­mostraciones de afecto.

Los reyes prosiguen en Santander su plácida temporada es­tival, asistiendo á las regatas que allí se celebran, y en las que ha tomado parte activa el Monarca, acompañado de los Infan­tes D. Alfonso y D. Carlos. La Reina madre, Doña María Cris­tina, no ha efectuado aún su excursión al Ferrol, continuando en el Palacio de Miramar, de San Sebastián, recibiendo conti­nuamente el homenaje de cariño de la población donostiarra.

La colonia veraniega no es tan numerosa en este año como los anteriores.

Para despachar con el Jefe del Gobierno y presidir el Con­sejo de Ministros, vino estos días pasados, de Santander, Su Majestad el Rey, regresando, una vez ultimados los asuntos oficiales, al Palacio de la Magdalena, preciosa residencia real en pleno litoral Cantábrico, cuyas saludables brisas tonifican intensamente el organismo de los augustos hijos de nuestros Reyes.

* « * Lo hercúleo sugestiona á las multitudes apasionadas de lo

maravilloso, sin pensar que la fuerza física, al trasponer lo real, se convierte en bufo. En los circos, vigorosos atletas han levantado como una pluma las más voluminosas pesas, al pa­recer de hierro, sin imaginar que tales artefactos fuesen de pin­tado pino. Hace pocos días, en espectáculo nocturno, á la luz de potentes focos eléctricos, que tanto se prestan al efectismo teatral, millares de espectadores han visto cómo un titán mem­brudo enroscaba á sus robustos brazos, fortísimas maromas,

sujetas á dos automóviles, que en dirección opuesta, iniciaron, á una señal dada, vertiginosa marcha, que no realizaron por­que el atleta, por cierto, de edad sexagenaria, lo impidió con su estupenda resistencia muscular, nexo de continuidad con los expresados carricoches, cuya potencia motriz, si no de 40 HP, que es lo normal en estos vehículos, sería por lo menos, de la décima parte. La Historia dice que el asesino de aquel rey del "París, bien vale una misa», al espiar su crimen amarrado por cada uno de sus cuatro remos á la cola respectiva de igual nú­mero de caballos, tuvo una mirada de estupor agónico al con­templar cómo al ser fustigados, uno de los briosos corceles, arrancó de cuajo el brazo homicida; y el discreto lector puede ahora considerar que entre aquel hecho histórico y el citado espectáculo, no media más distancia filosóficamente hablando que el salto de una pulga.

* * * La estatua de Cervantes, actualmente situada en la Plaza de

las Cortes, y cuyo monumento hace ochenta años que se eri­gió en Madrid á la memoria del insigne manco, ha sido pedi­da por dos capitales de provincia, en vista de que por virtud de las nuevas glorificaciones proyectadas en la capital de Es­paña al Príncipe de los ingenios españoles, será desplazada del mencionado sitio.

ENEf^/^L»

Ciudad Real y Toledo, que son las capitales que se disputan el honor á la concesión del mencionado monumento, alegan para ello derechos morales de gran respeto y consideración, que arrancan de la predilección con que el famoso autor del Qa^'o/f evoca en ciertos pasajes de su obra inmortal, recuer­dos y escenas que en el libro figuran en lugares de las indica­das poblaciones que, solamente por esa feliz circunstancia, han de pasar á la Historia, y las nuevas generaciones quieren tri­butar á Cervantes ese homenaje de su gratitud.

Merece loa tan noble empeño, y la estatua tan vivamente

7//- .

disputada, constituirá, seguramente, en cualquiera de las indi­cadas capitales, motivo de legitimo orgullo. Dicha estatua, vaciada en bronce, fué esculpida por Solany, y mide diez me­tros y medio de altura. El pedestal, lleva dos altos relieves de Piquer, representando alegorías del Quijote, y fué costeada con los fondos del Indulto cuadragesimal, en 1833, por expre­sa disposición del Rey D. Fernando VIL

La canícula ha sido este año rigurosa en extremo; el centí­grado ha marcado en todas partes temperaturas que hace mu­chos veranos no se registraban, y los periódicos han referido múltiples accidentes de sofocación espontánea, producidos por el excesivo calor. Pero en esto, como en tantas otras cosas, la imaginación hace prodigios, y cuantos han podido disponer de ventiladores ó de un buen abanico, se han hecho la ilusión de que el calor, digan lo que quieran los termómetros, no ha sido tan insoportable. Al agitar el aire y experimentar el ros­tro su grato rozamiento, nadie pretende que los ventiladores 6 los abanicos posean la virtud de disminuir !a temperatura ambiente, pero lo cierto es que sin tales adminículos, es más intensa la mo­lestia que produce el calor, de donde se de­duce que con un poco de buena vo lun tad , puede cualquier hijo de vecino aguan ta r impávido todas las calorías que autoriza lá térmica física, y como, por otra parte, en cuestión de molestias, cada cual tiene su límite de ebulli­ción, digámoslo así, poseyendo una voluntad férrea, cabe reírse á mandíbula batiente de los rigores estivales y esper.-ir con relativo sosiego el ocaso canicular. Por !o demás, nadie osa negar su eficiencia, que dicen ahora los técnicos, á los agi­tadores mecánicos del aire ambiente, pues al fin y al cabo, tanto los abanicos como los ventiladores eléctricos, sostienen una industria importante, que da de comer á millares de cria­turas.

* * *

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Prosigue con la mayor actividad la teórica labor municipal en materia de organización de mercados y solución problemática del conflicto de las subsistencias, mostrando de ello abundante prueba las columnas de los periódicos, que insertan mociones prolijas de lo que je va á hacer, pero que jamás se inicia. La más reciente demos­tración de tales idearios, tiende á marcar un criterio fijo, una orientación definitiva en el desarrollo de la acción municipal tocante á que el vecindario ma­drileño logre vivir con alimentos sanos y baratos; y á tal efecto, la más reciente y fresquita de las mocio-nps presentadas en el Ayuntamiento de la capital de España, tiende á lograr la reglamentación de los mercados pú­

blicos, ya que ninguno de Vf«UTAS Y ^ V V E R D U R A ^

FíTií

los actuales, según propia confesión de los regidores, responde á los fmes de un buen abas tec imien to pú­blico. En la indicada mo­ción se argumenta en pro de la más rápida construcción de un nuevo mercado para frutas, ca ldos , verduras y granos, en el paseo de los Pontones, dedicando el de los Mostenses para aves, ca­zas y pescados, y el de la Cebada para contratación y transacciones al por menor.

Las razones que se alegan en pro de ello son, al parecer, jus­tificadísimas; pero, como dice el refrán: "Si tan largo me lo fías, échame un cuartillo», lo cual quiere decir, que mientras la alimentación no se abarate y mejore con otros métodos, puede esperar sentado el benemérito vecindario de Madrid, á que con los actuales se resuelva tan magno problema.

* * * Tan pertinaz y adversamente señala desde hace muclio tiem­

po, calamidades y desventuras la veleta internacional, que muchos corazones oprimidos casi han cerrado por completo las puertas de la esperanza á un cambio mejor de las circuns­tancias, y leyendo periódicos se acentúa el pesimismo á térmi­nos de imaginar, que el denso nubarrón de los infortunios ja­

más se disipará. Sin embargo, ahora al co­nocerse el avance esta­dístico que han publi­cado los diarios, de la producción de cereales en nuestra patria este año, un suspiro de agradable satisfacción se ha escapado de lo­dos los pechos espa­ñoles: la cosecha de 1915 es verdaderamen­te espléndida.

En efecto, según esos datos, se cogerán este año en nuestros cam­pos cerca de ocho mi­llones de quintales mé­tricos de trigo más que en el anterior; cerca de tres millones más de cebada, y casi un mi­

llón más de quintales métricos de avena; todo lo cual se ha de traducir en el consiguiente aumento de bienestar, de pros­peridad y de abundancia en nuestra nación, que sobre todos esos bienes materiales hay que desear pueda gozar también del inefable de la paz.

El territorio nacional es susceptible de más intenso laboreo del que actualmente experimenta y si continúa ampliándose, como se viene haciendo ya desde hace algún tiempo, la zona de cultivos podrá muy pronto, con la ayuda de la Providen­cia divina, aumentar de un modo copioso el volumen de las venideras cosechas.

* * *

Aun cuando los preceptos de higiene pública son perennes, y lo mismo deben acatarse y cumplirse en verano que en in­vierno, parece que en lo relativo á limpieza por medio de los baños se consideran de mayor propiedad en la estación cálida que en el tiempo frío; y eso, sin amenguar lo más mínimo su

importancia y oportunidad, acaso justifique el interés que ahora, en que el termómetro alcanza

alturas desacostumbradas, despier ta la proposición de un concejal madrileño para que el municipio establezca baños públicos en los extremos de Madrid; por ejemplo, una piscina en Cuatro Caminos, al Norte; otra en el Pacífico, al Sur; otra

en las Ventas, al Este, v otra en el Manzanares, al Oeste.

Desde luego uno de los medios más importantes para garantizar la sa­lud pública es el in­dicado, que tiene la

ventaja de acostumbrar á la po­blación á bañarse, y como á más de la incuria anhidra, las clases pobres se oponen al re­mojo poi razones económicas, convendrá, como apunta un periódico, que en esos baños públicos, si es que la indicada proposición prospera, haya sec­ciones gratuitas, á fin que los menesterosos puedan chapuzar­se y limpiar sus poros sin gas­tar un céntimo. Tan convenien­te es esa iniciativa, que por lo muy saludable y ú t i l , acaso .corra el peligro, de no cuajar, pasando á dormir el sueñe del olvido en los archivos municipales. Tan importante iniciativa reviste por diversidad de conceptos gran interés, pues mediante ella puede apreciarse el desarrollo que la Higiene pública ad­quiere en la capital de España, donde carece, por desgracia, de estímulos oficiales y particulares.

* « * Una curiosa estadística de las siete Exposiciones de Bellas

Artes, celebradas con carácter nacional, en lo que va de siglo en esta Corte, expresa que han acudido en total á esos certá­menes 3.839 artistas, de ellos 401 pertenecientes al bello sexo. Se reparten ese total: Castilla, con 861 pintores y 140 esculto­res; Andalucía, 543 y 101; Cataluña, 398 y 182; Valencia, 359 y 76; Castilla la Vieja, 233 y 22; Asturias, 109 y 20; las provin­cias Vascongadas, 94 y 17; Murcia, 79 y 17; Galicia, 78 y 26; Aragón, 61 y 14; Baleares, 50 y I; Extremadura, 48 y 11; León,

37 y 19; Navarra, 24 y 1 y Canarias, 12 y 2; completando la cifra global los expositores de la Sección de Arquitectura; co­rrespondiendo el máximum á Castilla la Nueva en pintura, y á Cataluña en escultura; otorgándose 10 medallas de la Sección de pintura á Madrid, nueve á Valencia, cinco á Barcelona, tres á Sevilla, tres á Cádiz, y en exiguo número á otras provincias, y de escultura: cinco á Barcelona, dos á Madrid, dos á Tarra­gona y una respectivamente á Valencia, Córdoba, Lérida, Ge­rona y Sevilla. En la Exposición de 1915, ó sea la de este año, ha disminuido el número de obras expuestas en las tres Sec­ciones; en 1901, se presentaron 1.388; en 1904, 1.805 y en el actual, 786; dándose el caso curioso de que todo el periodo que abarca la estadística, Madrid y Barcelona, en su concepto provincial, tienen el mismo número de expositores en la Sec­ción de escultura.

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