16 domingo ordinario - B

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Como ovejas sin pastor 16º domingo ordinario - B

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Como ovejas sin pastor16º domingo ordinario - B

Se fueron en la barca a un sitio desierto y apartado, pero les vieron ir, y muchos supieron dónde iban y, a pie, de todas las ciudades, concurrieron a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, vio una gran muchedumbre y se compadeció de ellos, porque eran como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles con calma.

Mc 6, 30-34

Jesús cuida de los suyos. Después de enviarlos de dos en dos a predicar busca un tiempo de sosiego para hablarles al corazón. Quiere darles descanso, pero no puede. Tal ha sido

el éxito de su misión que las gentes los persiguen. Ni tiempo tenían para comer…

Esta es la gran misión de la Iglesia: anunciar sin cansarse el reino de Dios en el mundo. Cuánta gente deambula sin

horizontes, perdida, buscando sin encontrar, intentando dar sentido a su existencia. Jesús no puede desatender esa

llamada, tampoco puede hacerlo la Iglesia. Debe responder a las inquietudes de la sociedad de hoy.

La Iglesia no puede dormir. Son muchos los que necesitan luz en su corazón. Son muchos los que ansían escuchar palabras de aliento y esperanza. Jesús nos da ejemplo:

viendo tanta gente sin fe, sin guías, necesitada de llenar su alma, no puede darse reposo.

El Papa Francisco dice a los pastores: tenéis que oler a oveja. Jesús interpela a los pastores que predican bien, pero no se ensucian las manos. Hablan, pero no viven

acordes con lo que enseñan. La coherencia vital es clave en los líderes del pueblo y en aquellos que ejercen una

labor pedagógica o pastoral.

En medio de las guerras, los conflictos y las necesidades que sufren tantos pueblos perseguidos, emigrados o refugiados, no podemos estar impasibles.No podemos dejar de predicar, pero tampoco de rezar, y ser solidarios con los que sufren injustamente.

Dios nos puede dar la paz interior que necesitamos

para no cansarnos jamás de luchar.

Cada cristiano es un pastor allí donde está: en su

familia, en su entorno vecinal, en el trabajo…

Allí donde vive está transmitiendo valores a

quienes le rodean.

La oración nos dará fuerzas para que nunca se agote el torrente de aguas cristalinas que Dios hace manar en

nuestro corazón.

Textos: Joaquín Iglesias Arandahttp://homilias.blogspot.com

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