133446254 Heroes Maravillas y Leyendas

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HÉROES, MARAVILLAS Y LEYENDAS DE LA EDAD MEDIA

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HÉROES, MARAVILLAS Y LEYENDASDE LA EDAD MEDIA

Sumario

Prefacio . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

Arturo. . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . .. . 27El caballero, la caballería . . . . . . . . . . . . 39Carlomagno. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53El castillo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67La catedral. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81El Cid. . . . . . . . ... . . . . ... . . . . . ... . . . . ... . . . . 95El claustro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 103Cucaña. . . . . . . . . . . . .. . . .. 111El juglar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 121Melusina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . .. 131Medin 143La Mesnada Hellequin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 151La papisa Juana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 161Renart 171Robin de los Bosques 181Roldán .. .. . .. . . . .. .. . . . . 187Tristán e Isolda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 197El trovador, el trovero. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 205

10 HJ:.ROES, MARAVILLAS y LEYENDAS DE LA EDAD MEDIA

El unicornio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 213La valquiria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 225

Notas. . .. . .. . . .. . . . . .. . . .. .. 231Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . .. 239

Prefacio

Esta obra es una eclición del libro ilustrado que publi­qué er{2üü5Jen Éclitidi'i"s du Seuil. Repito aquí c~~s sonsus p~sitos. En primer lugar, subrayar la importanciade'lo íilla inarl-Q{,n la historia, y después mostrar~ue larEdad_Media c~éroeS y' maravillas'destinados a hacersoñar durante mucho tiempo, casi siempres~do lasrealidades sociales y materiales de la época: catedrales,caballeros, amor (Tristán e Isolda), juegos y espectáculos(juglares, trovadores y troveros), mujeres excepcionalessituadas entre Dios y Satán (Melusina, la papisa Juana,Isolda, Valquiria). He querido, especialmente, seguir losavatares de lo imaginario a lo largo del tie@ con suseclipses y sus resurrecciones, a las cuales con rib yeron el

[ roman.!!sism~y quefhoy~ díaJpermanecen gracias a nue­vos meclios de expresión artística como el cine y el cómic.

Todo eso, finalmente, debe dar valor y mostrar, a tra­vés de imágene¿ modernidad de la Edad Meclia/

Estoy prof~amente agradecido a Laurence D5,vi­lIairs, que tuvo la idea de este libro y que ha realizado,con inteligencia y discernimiento, la selección de las imá-

V'/'­genes.vvv-.

Introducción

La obra que propongo a la lecrura y la mirada de quie­nes se adentren en ella se sirúa en un nuevo ámbiro de la

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hisroria que esrá en plena expansión: el ámbito de lo ima-• .., / "":"'r-_ , :" "\ZF

gmarlO. ¡f¡:""-l~lyne Patlagean lo define así:t<EI ámbito de" lo ima­~o· está for~do por el conjunto de las represe~­nes que de~an el limite propuesro por las constatacio­nes de la experiencia y los encadenamientos deductivosque ésta auroriza. Es decir que cada cultura, y por lo tantocada sociedad, e incluso cada nivel de una sociedad com­pleja, tiene su imaginario. En otras palabras, e! límite en­tre lo real y lo ~ginario se revela como v§bl¿-;;unquee! territorio atravesado por él permanezca, por el contra­rio, siempre y en rodo lugar, idéntico, pues se trata de!campo entero de la experiencia humana, de lo más colec­tivamente social hasta lo más íntimamente personab) I

En mi libro L'Imaginaire médiéval' me esforcé por de­finir e! á~biro de lo imaginario. Primero,"dis·n iéndolode conceptos vecinos. De la'representación', en primer lu­gar. Évelyne Patlagean tiene razó~cir que lo imagina­rio se asemeja a un conjunro de representaciones, pero esevocablo, muy general, engloba cualquier traducción men-

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tal de una realidad exterior percibida: «Lo imaginario for­ma parte del campo de la representación, pero ocupa en élla parte de la traducciónlí§l reproducrora, no simplemen­te trasladada a imágenes de la mente,~ creadora, poéti­ca en sentido etinlológico». Lo imaginario désbo a el te­rritorio de la representación y es arrastrado mas illá por lafantasía en el sentido estricto de la palabra. Lo imaginarioc6'e y n'íille) leyendas y mitos. Puede definírselocomo e:sl~ma-cre'los su~os de una s~iedad>Ce una ci­vüizaclOn que transforma lo real en visiones apay~adasde la mente. Lo imaginario también tiene qué'disti!;'.Juir­se de lo'(si~co'.'El Occidente medieval pensó's~re elmodelo de un sistema simbólico, empezando por la cons­tante remisión del Nuevo Testamento al Antiguo, que se­ría su traducción simbólica. Para poner un ejemplo de unade las maravillas del libro de Victor Bugo, cuando el poe­ta, al hablar de otre-Dame de Parí~"vista por Cuasimo­do, señala lo siguiente «La catedral no era para él sola­mente la sociedad, sino también el universo y to~anaturaleza>~rea una cate~ólica, pero t~enuna catedralima inaria, ya que <<loda la iglesia tenía algode fantástico, de sobrenatural, de horrible: con~o~bocaque se abrían aquí y allá». Por último, hay que"dístin\-uirentre lo imaginario 111~0»Lo ideológico~in­vestIdo de una concepción del mundo que tiende a impo­~a la re resentación un sentid? qu~ l2.ervi~ tanto lo~ materi como lo otro real, lo «imaginario». El pen­samiento y el verbo medievales están estructurados poruna ideología ue, para persuadir mejor, pone lo imagina­rio a su servicio: el tema de las dos espadas que simbolizanel poder espiritual y el poder temporal, puesto al serviciode la ideología eclesiástica que subordina la espada tem­poral a la espada espiritual, alIado de la imagen de la es­pada, que es uno de los elementos importantes del imagi­nario medieval, penetrado de pasión guerrera. El términoimaginario remite sin duda a la imaginación, pero la histo-

ria de lo U:O.J~in.!Eigno s una historia de IriI¡¿ailinacJ,9n >¡

en el sentiaó t~aicionál, es una historia de la creacióndel uso de las imágenes ue hacen actuar en ar a unasociedad, ya ue se des renden de la mentalidad, de lasensibilidad y de la cultura ue les im re !lan y les ani­m;;;;-:-Esta historia ha sido posible desde hace unas déca­das gracias al nuevo uSQ que los historiadores hacen de lasimágenes.' Jean-Claude Schmitl, uno de los historiadoresque con mayor dedicación ha estudiado esta nueva histo­ria de las imágenes (ya través de las imá enes), ha señala­do que, para los historiadores, el nuevo sentido de la ima­gen se cor~nde muy bien con los significados que, enla Edad Me ·a, t~a el término <~.I«Efectivamente,esa noción está en el centrode la concepción medieval delmundo y del hOrñ re. No solamente remite a los objetosfigurados, sino también a las "imágenes" del lenguaje,además de referirse también a las imágenes "m~tales" de

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la meditación y de la memoria, de los sueños y de las vi-slOnes...

»La noción de imagen concierne por último a la antro­polo¡¡ía criwana en su conjunto, ya que la Biblia,~esus primeras palabras, califica de "imagen" al hombre.Yahvé dice que lo crea "ad imaginem et similitudinem nos- ;-... , ,)

tram" (Génesis 1,26).»' Así pues, las imágenes que este li-bro incluye han sido posible gracias a la ciencia y a las in­vestigaciones de Frédéric Mazuy, un notable iconógrafo.Esta obraroo intenta presenta;una visión global del imagi­nario medieval, sino solamente el de sus características através de algunos componentes notorios del conjunto.Como se indica en el título, trata de héroes y de maravi­llas. El término ~<h~oe>;, que en la[Antigüedad]designabaa un personaje fuera e lo com~ por su valor y sus haza­ñas, pero que no pertenecía a las caLegorías superiores de_los dioses y los semidioses, con la~dad Media y el cristia-,nismo desapareció de la cultura y del lenguaje en Occi-~

dente. Los hombres que entonces eran considerados hé-

roes, aunque no se pronunciase la palabra, eran un nuevoti o de hombre, el s~to, y un tipo de gobernante p;:;;;:;:;O­vido al primer plan';:--el !$Y. A esas dos categorías de «hé­roes» de la Edad Media he consa~ado recientemente unfuo.' Los héroes de los que se hab\¡t~9uí son personajesde alto rango o de alto copete, qu no se definen comosantos o como reyes sino de otra forma. El término que,en el lenguaje medieval, más se acerca a lo que quiero de­signar es'preux:'un término que, a finales de! siglo XII, dejóde ser un ;djetivo y se convirtió en un sustantivo. El térmi­no, de! que deriva la palabra proeza, en e! siglo XII estabavinculado al valor guerrero y al c29j~ Ycasi siempre de­signaba a alguien intrépido, a un buen caballero. En el si­glo XIII se orientó principalmenteI;;;,ia e! sentido de cor­~és, g,:!!til, bejJo, fr'!!lco. En los héroes aquí Br.esentados;,encontrarán esos laZ<)s entre e! valor !!Uerrer y a cortesía.Algunos de esos personajes son hlst.iricos, pero rápída­mente se convirtieron en le"endarios.'Es el caso de Carlo­magno y el de Er"bd. Otros son sem· egendarios, que evo-~ ~ ~

lucionaron a partir de orígenes oscuros, y a veces inciertos,hacia un estatus de héroes. Es el caso del rey bretón Artu-

".

ro, encontrado en una crónica de principios de la AltaEdad Media, o e! de! conde Roldán, sobrino real pero muyoscuro de Carlomagno. ~

Otros, por último, son puramente legendarios. Es elcaso de un supuesto papa de sexo femeni;;'6, la papisaJuana, o e! de un caballero bandido, protector de los dé­biles y vinculado al mundo del bosque, Robin de los Bos­ques, aparecido en las crónicas de! siglo xiV, sin que seaconvincente ningún acercamiento histórico. Y sin ningu­na duda son los casos del hada Melu~a y de! mago Mer­lín. Esta primera lista muestra que e@ge la historia y"laley~a, entre la realidad y la imaginación, e!~medieval construye un mundo mixto, mezclado, que~

constituye e! tejido de la realidad que nace de la irreali-dad de los ser~ que seduce~ iillaginación de los hom-

bres y mujeres de la Edad Media. Se puede apreciar que[n;)hemos incluido ningún personaje que no haya obteni­'<ro' en la Edad Media o más tarde un estatus legendario:Juana de Arco, por ejemplo, no hizo mella en las imagina­ciones ;;'edievales y, cuando se convirtió en un personajecasi legendario, no se desvinculó verdaderamente de lahistoria o, si lo hizo, fue para convertirse, para algunos,en una verdadera santa, y para otros, en la portavoz deuna ideología nacionalista. También se puede apreciarque la lista de los héroes aquí presentados es ~I­mente masculina. Corresponde a este período, a esa civi­lización que Georges Duby ha llamado la ~<Edad Media~~S~argo, la promooión de lamui~mediante I~yenda y~o, no e inexistente -nadamás lejos- en la Edad Media, y aquí se encontrarán cua­tro mujeres, muy diferentes unas de las otras. Una deellas, personaje novelesco, está en el corazón de! temade la cortesía; es Isolda, a la que no he querido separar de

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Tristán y que da fe de la presencia en la realidad social yen "'él imaginario de la Edad Media dep~ célebres:Abe!ardo y Eloísa, san Francisco y santa Clara de Asís,Tristiin e Isold;\. .. No he sep;rado en este est--;:;dio a Tris­tán-e Isolda: como despiadadamente ha querido hacer laleyenda, afortunadamente sin conseguirlo. Otra mujer ese! producto de los fantasmas de los cléri~s. ilustra per­fectamente e! miedo que esos guerreros brutales y torpestenían a la mu·er a una nueva Eva, a sus encantos y susmaleficios. Qué escándalo, qué catástrofe si una mujer seinmiscuyera a traición en el cuerpo y la función de unhombre, el único que podia cumplirla. De ese miedo, deese fantasma nació la legendaria papisa Juana.

Las otras dos mujeres de esta ob;;; son sob~aturales.Son feéricas y dan testimonio de la pervivencia en el senodel cristianismo medieval de personajes temas le ados

or las creencias aganas combatidas y más o menos bo­rradas, o simplemente superficialmente cristianizadas. De!

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mundo germánico pagano procede la vir en guerrera queguarda las puertas dd paraíso reurónico, d Walhalla. Es lav~ria. La otra viene dd mundo célrico e ~al. EsMdllsina. Querría subrayar desde abara la ~ciaque tiene en d imaginario medieval lo que se llama, vaga­menre,/l<Ja cultura opulaD>" Como es~.g.bf«(~§lha pres­tado una atención especial a los o~tos «maravillosos»-aunque se les enconrrará aliado de os héroes-, no hayningún artículo dedicado a ellos, tan importanres en elimaginario medieval: las espadas, como la Joyeuse de Car­lomagno, la Ti~na dd CiJ, la Dur~ndal deRoldán o laExcalibur de Arturo; los cuernos, d más célebre de loscual~ es d de Roldán; los filtros, que tienen un papd tanimportanre en la historiad~án e Isolda; y, por último,ese objeto misterioso y místico que se encuentra en la cús­pide dd ideal caballeresco,~.

Además de personajes individuales, este libro presenraa personajes colectivos que frecuenraron d imaginario

~ v

medieval. Como hemos dicho al hablar de las proezas, de-muestran coraje guerrero, cortesía, o bien ambas cosas a lavez. Son d caballero, en d corazón dd imaginario caba­lleresco, y d tr(;ador, en d centro dd imaginario cortesa­no. Les he añadido al gran bufón de la sociedad señorialmedieval, el salrimbanquCcreador dd juego, y d juglar,creador de la risa.

Así como los~ y los sanros han sido presenradosen otro lugar, ta~ se enconrrará aquí a otros seressuperiores. Los innumerables seres qu~'pueblan d cido ylos infiernos, y que muchas veces se pasean por n~romundo, ángdes y demonios que atacan o socorren sin ce­sar a los hmnbres, n~ pertenecen al conjunro de seresesencialmente humanos, aunque sean legendarios y míti­cos, que pueblan esta obra. Sólo hay una e?,ceP9ón: setrata de la Mesnada Hellequin, que los alemanes llaman

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«caza salvaje» o «aulladora» «<Wilde», «Wütende Heer») ,ya que esa tropa de cabalgadores fanrásticos ue atravie-

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san las noches dd imaginario de los hombres de la Edadl'V!e(fi¡¡ está formada por seres huES y represenra ungrupo <<maravilloso» de espectros .E e consignado tam­poco a los seres fanrásticos de aparo cia hum<ana, ya quecasi ninguno se distinguió hasta erpuntó de llegar a ser undemento individualizado que la Edad Media haya legadoa la posteridad. Son los gig~es y los en,!!,os. En d casode los enanos, sólo d enano de gran belleza de la canciónde gesta Huon de Burdeos, Aub~ron, ha dejado con sucuerno mágico una huella en la historia musical gracias ala ópera romántica de Weber. En cuanto a los gigantes, dúnico qu~ hay, además dd malvado Mo~holr de Trútán eIsolda, y que se convirtió en un héroe positivo, llegó a sersanro, san Cris~óbal, que lleva al Niño Jesús sobre sushombros en d imaginario conremporáneo.

Por d conrrario, se enconrrará enrre los héroes y lasmaravillas a dos representantes dd mundo animal maravi­lloso· Los animales no sólo poblaron 'd e';¡t";rnó domésti­co y salvaje de los hombres y las mujeres de la Edad Mediacon intensidad, sino que asaltaron o ilustraron su universoimaginario. Aquí están represenrados por un animal le­gendario, d unic.2rnio, y por un animal real que llegó a serlegendario gracias a la literatura, el zq::ro. Al estar puestosal mis~o nivd por los hombres y las mujeres de la EdadMedia,ambos ilustran la auSei'tcia de fronreras enrre dmundo puramente ¡ma inari~1 mu¡;'dó transformadon fantasía que caracteriza al universo medieval, que igno­

ra cualquier tipo de demarcación enrre lo natural y lo so­brenatural, este mundo y d dd más allá, la realidad y lafantasía. Pe o no e encontrará un apartado especial paraun ámbito s~cial de los animales imaginarios, d de losmOQstruos.7 Los monstruos son, en general, seres pura­menre malvados, y los héroes y las maravillas de nuestraobra son, o bíen positivos o bien, como mucho, ambiguos.

@Uí presenramostll~r"dd imaginario medieval. Laotr vertienre, con los héroes, de esta obra, son las maravi­

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19INTRODUCCIÓNHÉROES, MARAVILLAS Y LEYENDAS DE LA EDAD MEDIA18

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llas.s\o maravilloso' es una categoría re;;;dalpor la[An.Ji­güeda~cretamente por e! ~~omano, a laEdad Media cristiana. El término, que aparece sobre todoen la forma 'mirabilic!, en plural, designa realidades geo-~ ~

gráficas, y de manera general, naturales, asombrosas. Lanoción invade la literatura y la sensi5ilidad medievales através de las lenguas vulgares; merveille se encuentra enfrancés antiguo desde sig o xli en la Vida de san Alejo yen e! Cantar de Roldán; otros términos surgidos de!latinsobre e! mismo modelo se encuentran en italiano (m.!!!E!!i­gjja), español (maravilla) y portugués (maravilla); al mis­mo tiempo, e! alemán propone Wunder y e! inglés Won­der, y las lenguas eslavas, com;;- eIPolaco, utiliza-;eltérmino Cud.(Lo maravilloso forma un sistema con lo mi­la roso y lo mágico.

L~ ~--?JVoso está rere-fVado a Djgs, y se manifiesta enun aéto divino que deSafia~s leyes de la naturaleza. Lo

~mágico~aunque subsis'tau::,a forma lícita de magia blanca,~cialmente una forma condenable de bru·ería impu­table al enemigo de! género humano, e! diablo, O bien asus secuaces, los demonios y los brujos.~Lo maravillos;,'asombroso e incomprensible, si~argo~p~orden de la naturaleza. En la obriíbs Otza zmperzalza, en­ciclopedia escrita por e! emperador Otón IV hacia'[121OJe! inglés Gervais de Tilbury define lo maravilloso de la si­gu~te manera «Lo q~e esca a a nuestra comprensión,aUn;3ue sea natural>~a categoría de lo maravilloso nod~jo de ampliarse a Jtlargo de la Edad Media, ya que ha­cía eñti1ill en e! territorio terrestre y humano, bellezas que,en ciertá'forma, habían sido arrebatadas a Dios por la in-

. ---------dustrla de los hombres.El ámbito de lo maravilloso es e! de¡"asombrohde los

hombres y las mujeres de la Edad Media.~ admi­ración. Realza la vista, e! sentido más ejercido y más alaba­do por e! hombre ~dieval. Lo maravilloso hacía que loshombres y las mujeres de la Edad Media abriesen desme-

suradamente los ojos, a la vez que excitaba sus mentes. Lomaravilloso se muestra en esta obra bajo la forma de tresePi,fi<;ios, cada uno dee~ado a uno de los tresprincipales poderes que dominan y dirigen la sociedadmedieval. El primero es Di9D' sus sacerdotes, y la maravi­lla es la catedral. El segundo es e! señor feudal, y la mara­villa es e! castillo. El tercero es la sociedad monástica, y lamaravilla es e! claustro. Cada uno de estos tres edificiosabraza un espac~adomaravilloso. Son recuerdos de!Edén de! Paraíso, territorios maravillosos de! espacio.

Nuestro imaginario medieval está evidentementevinculado con e! espacio y con e! tiempo. es untode vista de! espacio, es fundamentalment euro eo Aun­que, en algunos casos, e! héroe o la mara a están másvinculados~~·parte de la cristiandad;(riO):¡uedan e~cerrados en ella: así, Arturo y Robin de lo~~sques sonprincipalmente británicos, e! Cid es sobre todo español,Me!usina hizo soñar en Francia y en Chipre, donde la fa­milia feudal de los Lusig~ubrió con ella su corona, lavalquiria en los países germánicos escandinavos.

Desde e! punto de vista cronológico, he querido pre­sentar aquí el imaginario creado y modelado por la@dad~alHe dejado~o lo que procedía, por una parte;de la btigü':9ad grecorromana, y p~ra, de On!O.nte.En e! artículo «El caballero, la caballena» se verá, a pro­pósito de las proezas, cómo los hombres de! siglo XIV

transformaron en modelos de valentía, junto a ilustrespersonajes de la Edad Media, a tres personajes antiguos(Héctor, Alejandro y César) y a tres persona·~bíblicos(Josué, David y Judas Macabeo). En esta obra~e en­co';-trarán estos modelos, que fueron aprovecha os por laEdad Media. Tras mucho dudarlo, también he e¡@i:\ido aAlejandro, que conoció una boga excepcional en~unagi­nari;;- medieval, pero que no es una creación. Asimismo,tarilR.d o he dejado a los héroes bíblicos, que no sólo nofueron inventados por la Edad Media, sino que fueron

20 HtRÚES. MARAVILLAS Y LEYENDAS DE LA EDAD MEDIA INTRODUCCiÓN 21

22 HtRüES, MARAVILLAS Y LEYENDAS DE LA EDAD MEDIA INTRODUCCiÓN 23

transformados, por los clérigos medievales, en otra cosa:en general los héroes o los modelos, con excepción de lostres modelos bíblicos, del sistema de los nueve modelos.Si bien David vivió en la Edad Media, fue tanto rey cornomúsico. Y si Salomón tuvo una historia tormentosa du­rante el período medieval, pasando de la imagen de unbrujo maléfico a la de un sabio benefactor, no se adecua ala EE.0blemática de los héroes y de las maravillas. En los~es de este mundo se sitúan, me parece, un solopersonaje del Anuguo Testamento, Jonás, maravillosa­mente engullido y vomitado por su bali;;na, y ese mundode temibles maravillas que el cristianismo incluyó en elNuevo Testamento, pero que le siguen resultando, a pesarde su éxito, extrañas: son los héroes y las maravillas mons­truosas del Ap~ipsis. Oriente, y más concretamente laI~ia, fue una de las grandes fuentes del imaginario me­dieval· Pero sólo un héroe indio, por otra parte cristiano,quedó individualizado en el Occidente medieval, es elPreste J!.lan, rey-sacerdote que habría enviado en el sigloxn una carta a los o~entales en la que describía las ma­ravillas de la India Sin mbargo, ese texto no circuló másque en medios eru ;os, y el Preste Juan no llegó a ser losuficientemente popular como para figurar entre los hé­roes y las maravillas del Occidente medieval. Esa difusiónespecial de los mitos está estrechamente ligada a la histo­ria de las civilizaciones.(EI área de este libro es la culturacristiana medieval sus ancestros:1~la Antigüedadgrecorromana y las tradiciones paganas célticas, germáni­cas y eslavas, especialmente Su amplia difusión social creaun territorio coiÚparudo entre lo que se llama la alta cul­~ y la cultur~u1ar». Así que a menudo hay quezambullirse en las pro didades del folclore europeo einternacional y evocar las lejanas herencias o comunidadesde cultura de lo que se llama el sistema indoeuro eo (evo­ca5!Q,JZor ejemplo, a propósito deArturo O Melusina).Pero~ negar esos parentescos, e Incluso pertenencias,

hemos insistidoso~do en la fuerza creadora del Occi­dente medieval, t~~o ~ el ámbito de lo imaginario comoen el conjunto de los ámbitos de la civilización y sobre laoriginalidad de la mayoría de sus creaciones. La elabora­ción datable de la utopía de la CUE-aña es un buen ~je!!1­

plo. Y para poner el ejemplo de un héroe colectivo muypresente en este imaginario, el caballero, los caballerosmedievales. ¿Pueden éstos reducirsea los héroes de la se­gunda función indo-europea, a los equites romanos, a lossamuráis japoneses? ¿O el espíritu caballeresco es unacreación y una herencia de la Edad Media europe~?

Asimismo, como en general un mito está vinculado aun tiempo o a un espacio, la manera en la que la EdadMedia occidental unió sus héroes y sus maravillas a~­~ aunque no fueran sus lugares de nacimiento, les <\.onfi­~una fijación geggráfica si nifi~, así se trataraoe

una geografía real O imaginaria.Desde un punto de vista cronolóoico, ese ima~inario

tambiép se formó a lo largo de toda latEd~d Media,jdesd:el siglctIV al Xlv)ero sobre todo f1oreclO y se consmuyoesencialmente en un universo más o menos coherente enel gran período del Occidente medieval, que no sólo co­noció su gran auge, sino que demostró su supremacía alhacer que los valores, y con ellos las imágenes, descendie­ran del cielo a la tierra\'ios héroes y las maravillas de laEdad Media son las luc6, las h-:Zañas de la instalación delos cristianos sobre ~a tierra q~decoran c mo si tuvierala glória y el en"Zanto del mundo sobrenatural. Así como laJerusalén celestial había bajado del cielo a 1 tierra, los hé­roes y las maravillas suscitados y creados por Dios fueronrecordados y exaltados por los h~mbr'7de este mundo.Esta obra quiere ser una ilustraClon de;! gran movumentode conversión a este mundo de los cristlanos e la EdadM;dia en un contexto e leyeñaas y mitOS.fO~

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--r:a !llStoria de lo imaginario es también en gran medi-da, y en profundidad, una historia duradera. Esta obra

..24 HÉROES, MARAVILLAS Y LEYENDAS DE LA EDAD MEDIA INTRODUCCiÓN 25

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propone los héroes y las maravillas de la Edad Media talcomo @ los construyó, v~ó, ~ y, posteriorme~legó a los siglos venideros. Durante ~mpo, sigúkronviviendo, transformándose en una combinación de-r~mi­sión al pasado, adaptación al presente y apertura al futuro.En cierta forma, es una historia de las actitudes con res-

~

pecto a la Edad Media, ~1ª-ful'!iMe~) (pararecuperar el título de un hermoso libro de ChristianAmalvi).

. ~;;a~o~r!.es la prGación, en el ámbito de lo ima­g!nano, de mI ensay~urope est-elle née au MoyenAge?ll [¿Nació Euro a en la Edad Media?] Verem~ueaun~~e I~Sé;;;;¡entot ;sencialesd~ea han sUQsisti~~desde la Edad Med,a, la herencia delos mit demé­roes y de las maravillas fue víctima de un olvid de una«pérdida» en los siglo{XVll 1. XVIIl~perío ;rante elcual se formó y reforzó, desde el huñianismo a la ilustra­ción, una"imagen «ne ra»" de la Edad Media: época deoscurantismo, mundo de tinieblas, dark ages. Salvo ex­cepciones, los héroes y las maravillas de la Edad Mediavolvieron a convertirse en «bárbaros» -la evolución delgótico vinculado a la catedr~ este respecto ejem­plar- o, peor aún, fueron recubiertos por un olvido se­mejante al yeso y a la cal con el que se disimulaban losfrescos románicos.

E{rom~n:icismoJpor el contrario, hace que resucit nlas leyendas y los mitos de la Edad Media, les hachevlvir

l · . . '\ "1 d d ."en o unagmano y crea una eyen a orada. ,Esta obra esunfilustración de ~vataLes e la memoria, de los eclip­ses y las resurrecciones, eras trans guraciones de unacivilización en lo que tiene de más brillante, de más bri­llantemente emblemático.

La investigación realizada hasta hoy sobre las meta­morfosis del imaginario medieval da cuenta de la maneraen la que surgen héroes y maravillas, restituyéndoles su<<verdad, sin por ello arrebatarles el aura que explica su éxi-

to Y:\ función histórica. La Edad Media está ha \demo~~ycon sus luces y sus sombras. ¡'Esta-obra quiereapo.rtar una contribución a esa boga de la «nueva» EdadMedia, mostrar de dónde viene, qué es y qué perspectivastiene de futuro, europeo o mundializado.

Al hacerlo, esta investigación, que presenta al lectormás pistas que resultados, también pone de manifiestoque(¡a-historia, hecha a partir de documentos que propi­cian ¡¿(;fcas de resurrección del pasado, cambia y setransforma junto con los medios de expresión y de comu­nicación inventados por los hombres, al ¡guwque lo escrí­tOSUstituyó a lo oral en la Edad Media. Verémas aquí, trasel~enacimiento del romanticismo, un tercer renacimientodel imaginario mediev~J con dos importantes inventos delsiglo XX: el cinel) y el cómic. i4"'Si hay alguna historia pro­fundamente perpenraáa y renovada por las grandes olea­das de las revolucioneSilelrexto y de la imagen, es I~l his­toria de lo imaginario."