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CORRESPON NSABILIDAD PARROQUIAL Julio 2013 Señor Te Damos Gracias Señor, te damos gracias por los abundantes dones que nos has dado. Tú nos has bendecido más allá de nuestras expectativas y sueños, incluso más allá de la mayoría de la gente en nuestro mundo. Nosotros tenemos alimento, calefacción, luz, ropa, medios de transporte y todas las demás cosas que traen confort a la vida. Nosotros tenemos una familia y amigos para que no estemos solos. Tenemos una comunidad de fe llena de amor y de apoyo. Tenemos educación y trabajo que nos permiten desarrollar nuestros dones y talentos. Nosotros estamos agradecidos por todos estos dones. Pero sobre todo estamos agradecidos por el don de Tu Hijo Jesucristo. Él nos encontró dignos no sólo de su amor, sino de ser también discípulos y corresponsables de Su Evangelio. Es un privilegio que se nos haya pedido traer una porción de nuestros dones colectivos e individuales a la mesa Eucarística y unirlos con Cristo. Juntos podemos transformar toda la vida para Tu gloria. Como familia parroquial comprometida a hacer tu voluntad, te pedimos que inspires en nosotros la gracia de ser aún más agradecidos y la sabiduría para entender cómo podemos ser mejores corresponsables de todo lo que nos ha sido dado. Nosotros te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén -Adaptada de una oración publicada por la Parroquia Santa Juana de Arco, Toledo, Ohio ORACIÓN PARROQUIAL DE CORRESPONSABILIDAD Para el Mes de Noviembre Noviembre 2013 HALLOWEEN, SANTOS Y DIFUNTOS Halloween significa “All hallow’s eve”, palabra que proviene del inglés anti- guo, y que significa “víspera de todos los santos”, ya que se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. La celebración del Halloween se inició con los celtas, antiguos pobladores de Europa Oriental, Occidental y parte de Asia Menor. Entre ellos habitaban los druidas, sacerdotes paganos adoradores de los árboles, especialmente del roble. Ellos creían en la inmortalidad del alma, la cual decían se introducía en otro individuo al abandonar el cuerpo; pero el 31 de octubre volvía a su antiguo hogar a pedir comida a sus moradores, quienes estaban obligados a hacer provisión para ella. Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las cos- tumbres paganas. Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el día siguiente, hizo que se mezclara. En vez de recor- dar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos. El 31 de octubre por la noche, en los países de cultura anglosajona o de he- rencia celta, se celebra la víspera de la fiesta de Todos los Santos, con toda una escenografía que antes recordaba a los muertos, luego con la llegada del Cristianismo a las ánimas del Purgatorio, y que ahora se han convertido en una ensalada mental en la que no faltan creencias en brujas, fantasmas y cosas similares. Sin embargo, para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verda- deramente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido “templos del Espíritu Santo” El día siguiente, de los difuntos, al rezar por los muertos la Iglesia contempla sobre todo el misterio de la Resurrección de Cristo que por su Cruz nos ob- tiene la salvación y la vida eterna. La Iglesia espera en la salvación eterna de todos sus hijos y de todos los hombres. Las oraciones de intercesión y de súplica que la Iglesia no cesa de dirigir a Dios tienen un gran valor. El Señor siempre se conmueve por las súplicas de sus hijos, porque es Dios de vivos. La Iglesia cree que las almas del purgato- rio son ayudadas por la intercesión de los fieles, y sobre todo, por el sacrificio propiciatorio del altar, así como por la caridad y otras obras de piedad. En razón de esto, se nos invita a los católicos a rezar con fervor por los di- funtos, por sus familias y por todos nuestros hermanos y hermanas que han fallecido, para que reciban la remisión de las penas debidas a sus pecados y escuchen la llamada del Señor que les invita a participar de su misma vida divina.

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Boletín de Corresponsabilidad Parroquial de Noviembre de 2013

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CORRESPONSABILIDAD PARROQUIAL Julio 2013

Señor, ayúdame a ser agradecido por todas las cosas que me das, especialmente cuando la vida es desafiante.

Ayúdame a ser agradecido por todas las cosas grandiosas, majes-tuosas que me das, especialmente cuando la vida está muy ocupada.

Ayúdame a ser agradecido por todas las cosas bellas que me das, especialmente cuando la vida parece oscura y sombría.

Ayúdame a ser agradecido por to-dos los sufrimientos que me das, especialmente cuando mi vida parece apartada de Ti

Ayúdame a ser agradecido por todos los conocimientos que me das, especialmente cuando la vida parece tan difícil de comprender.

Ayúdame a ser agradecido por todo el amor que Tú me das, especialmente cuando la vida parece tan difícil.

Señor, ayúdame a confiar en Tí en el trayecto de este tiempo obs-curo hacia la Luz.

Amén.

ORACIÓN DE CORRESPONSABILIDAD

HOY Auténtico Sucedáneo FE vs IDEOLOGÍA ESPERANZA vs UTOPÍA CARIDAD vs FILANTROPÍA

Que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más gran-de que el que da la vida por sus amigos. (cf. Jn 15, 7-17)

Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos. Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, perma-neceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.Este es mi mandamiento: que os améis unos a otro como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigo si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervo: porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. 16 No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado par que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros. La fe nos desinstala de nosotros mismos El amor se expresa en el servicio. No está mal recordar que la Santa Cuares-ma que tuvo su inicio con la imposición de la ceniza en la cabeza recordán-donos la necesidad de la conversión y termina en los pies, haciendo que la conversión alcance a todo nuestro ser. Pero es más aún, ya que los pies no son los propios sino los del prójimo, haciendo real el amor al prójimo y no sólo un mero deseo. Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos (cf. Jn 15, 15)

Iniciativa divinaResponder al amor de DiosDel esfuerzo moral a la relación de amistadDe la Ley de Moisés a las Bienaventuranzas

Elogio de la virtudNo un amor cualquiera, barato, sin compromiso… El amor exige una vida virtuosa, orientada al bien, constante, perseveranteLas virtudes se asocian al AmorP. Lombardo: el amor es la causa de las virtudesG. magno: el amor madre y custodio de las virtudesT. de aquino: el amor informa a las demás virtudes

La fe actúa por el amor

CORRESPONSABILIDAD PARROQUIAL Julio 2013

Señor, ayúdame a ser agradecido por todas las cosas que me das, especialmente cuando la vida es desafiante.

Ayúdame a ser agradecido por todas las cosas grandiosas, majes-tuosas que me das, especialmente cuando la vida está muy ocupada.

Ayúdame a ser agradecido por todas las cosas bellas que me das, especialmente cuando la vida parece oscura y sombría.

Ayúdame a ser agradecido por to-dos los sufrimientos que me das, especialmente cuando mi vida parece apartada de Ti

Ayúdame a ser agradecido por todos los conocimientos que me das, especialmente cuando la vida parece tan difícil de comprender.

Ayúdame a ser agradecido por todo el amor que Tú me das, especialmente cuando la vida parece tan difícil.

Señor, ayúdame a confiar en Tí en el trayecto de este tiempo obs-curo hacia la Luz.

Amén.

ORACIÓN DE CORRESPONSABILIDAD

HOY Auténtico Sucedáneo FE vs IDEOLOGÍA ESPERANZA vs UTOPÍA CARIDAD vs FILANTROPÍA

Que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más gran-de que el que da la vida por sus amigos. (cf. Jn 15, 7-17)

Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos. Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, perma-neceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.Este es mi mandamiento: que os améis unos a otro como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigo si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervo: porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. 16 No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado par que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros. La fe nos desinstala de nosotros mismos El amor se expresa en el servicio. No está mal recordar que la Santa Cuares-ma que tuvo su inicio con la imposición de la ceniza en la cabeza recordán-donos la necesidad de la conversión y termina en los pies, haciendo que la conversión alcance a todo nuestro ser. Pero es más aún, ya que los pies no son los propios sino los del prójimo, haciendo real el amor al prójimo y no sólo un mero deseo. Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos (cf. Jn 15, 15)

Iniciativa divinaResponder al amor de DiosDel esfuerzo moral a la relación de amistadDe la Ley de Moisés a las Bienaventuranzas

Elogio de la virtudNo un amor cualquiera, barato, sin compromiso… El amor exige una vida virtuosa, orientada al bien, constante, perseveranteLas virtudes se asocian al AmorP. Lombardo: el amor es la causa de las virtudesG. magno: el amor madre y custodio de las virtudesT. de aquino: el amor informa a las demás virtudes

La fe actúa por el amor

International Catholic Stewardship Council

Corresponsabilidad Católicae-Boletín • Noviembre 2013

La Corresponsabilidad y el Día de Acción de Gracias

El Día de Acción de Gracias, tanto en Canadá como en Estados Unidos, es una fiesta especial Norteamericana. Aunque no es una fiesta en el calendario litúrgico católico, numerosas parroquias celebran la Eucaristía con la Misa de Acción de Gracias. Algunas de ellas tendrán una canasta de frutas y semillas, o cuerno de la abundancia, adornando el pie del altar. El Día de Acción de

Gracias mantiene verdaderamente un significado espiritual para el cristiano corresponsable. Es un día que nos hace prestar atención a los fundamentos de la corresponsabilidad y a la importancia de tener un corazón agradecido.

El Día de Acción de Gracias es un día que nos da una oportunidad para mostrar nuestra gratitud, proveer hospitalidad y celebrar con nuestros seres amados. Para el corresponsable cristiano, el día festivo está arraigado profundamente en la creencia bíblica de que el mundo fue creado por un Dios amoroso como un don para cada uno de nosotros. Por las dos narraciones de la creación en el Libro del Génesis, nosotros sabemos que este don de la creación está destinado a ser recibido por nosotros en acción de gracias y mantenido en corresponsabilidad. En realidad, este principio es uno de los puntos iniciales para una verdadera visión católica del mundo, de que toda la creación es buena y que la respuesta a este don solamente pueda ser de admiración y sentimiento de gratitud que nos impulse al deseo de compartir este don.

La corresponsabilidad en la tradición católica afirma que dentro de esta creación, Dios envió a Jesucristo para vivir entre nosotros y enseñarnos los caminos de Dios, y mostrarnos que nuestra corresponsabilidad del mundo incluye cultivarlo y construirlo en un mundo mejor y más lleno de gracia; un mundo que revele la luz de Cristo y sea devuelto a Su Padre con aumento.

Los corresponsables se esfuerzan por abrazar una vida de gratitud; una vida que les recuerde la abundancia relativa que ellos disfrutan. Es una abundancia que no está disponible para la mayoría de los habitantes de la tierra. La mayoría de nosotros tenemos mucho más de lo que en realidad necesitamos, y el espíritu de gratitud debe impulsarnos a compartir esta relativa abundancia con aquellos menos afortunados.

Al acercarse el Día de Acción de Gracias, hagamos un balance de las maravillosas e incontables bendiciones que nosotros disfrutamos. Asegurémonos de darnos tiempo para agradecer a Dios en oración por nuestra abundancia; evitemos el pecado de un corazón desagradecido; y consideremos cómo podríamos ser aún mejores corresponsables de los dones que Dios nos ha confiado.

ORACIÓN PARROQUIAL DE CORRESPONSABILIDAD Para el Mes de Noviembre

Señor Te Damos Gracias

Señor, te damos gracias por los abundantes dones que nos has dado. Tú nos has bendecido más allá de nuestras expectativas y sueños, incluso más allá de la mayoría de la gente en nuestro mundo.

Nosotros tenemos alimento, calefacción, luz, ropa, medios de transporte y todas las demás cosas que traen confort a la vida.

Nosotros tenemos una familia y amigos para que no estemos solos. Tenemos una comunidad de fe llena de amor y de apoyo. Tenemos educación y trabajo que nos permiten desarrollar nuestros dones y talentos.

Nosotros estamos agradecidos por todos estos dones. Pero sobre todo estamos agradecidos por el don de Tu Hijo Jesucristo. Él nos encontró dignos no sólo de su amor, sino de ser también discípulos y corresponsables de Su Evangelio.

Es un privilegio que se nos haya pedido traer una porción de nuestros dones colectivos e individuales a la mesa Eucarística y unirlos con Cristo. Juntos podemos transformar toda la vida para Tu gloria.

Como familia parroquial comprometida a hacer tu voluntad, te pedimos que inspires en nosotros la gracia de ser aún más agradecidos y la sabiduría para entender cómo podemos ser mejores corresponsables de todo lo que nos ha sido dado.

Nosotros te lo pedimos en el nombre de Jesús.

Amén

-Adaptada de una oración publicada por la Parroquia Santa Juana de Arco, Toledo, Ohio

International Catholic Stewardship Council

Corresponsabilidad Católicae-Boletín • Noviembre 2013

La Corresponsabilidad y el Día de Acción de Gracias

El Día de Acción de Gracias, tanto en Canadá como en Estados Unidos, es una fiesta especial Norteamericana. Aunque no es una fiesta en el calendario litúrgico católico, numerosas parroquias celebran la Eucaristía con la Misa de Acción de Gracias. Algunas de ellas tendrán una canasta de frutas y semillas, o cuerno de la abundancia, adornando el pie del altar. El Día de Acción de

Gracias mantiene verdaderamente un significado espiritual para el cristiano corresponsable. Es un día que nos hace prestar atención a los fundamentos de la corresponsabilidad y a la importancia de tener un corazón agradecido.

El Día de Acción de Gracias es un día que nos da una oportunidad para mostrar nuestra gratitud, proveer hospitalidad y celebrar con nuestros seres amados. Para el corresponsable cristiano, el día festivo está arraigado profundamente en la creencia bíblica de que el mundo fue creado por un Dios amoroso como un don para cada uno de nosotros. Por las dos narraciones de la creación en el Libro del Génesis, nosotros sabemos que este don de la creación está destinado a ser recibido por nosotros en acción de gracias y mantenido en corresponsabilidad. En realidad, este principio es uno de los puntos iniciales para una verdadera visión católica del mundo, de que toda la creación es buena y que la respuesta a este don solamente pueda ser de admiración y sentimiento de gratitud que nos impulse al deseo de compartir este don.

La corresponsabilidad en la tradición católica afirma que dentro de esta creación, Dios envió a Jesucristo para vivir entre nosotros y enseñarnos los caminos de Dios, y mostrarnos que nuestra corresponsabilidad del mundo incluye cultivarlo y construirlo en un mundo mejor y más lleno de gracia; un mundo que revele la luz de Cristo y sea devuelto a Su Padre con aumento.

Los corresponsables se esfuerzan por abrazar una vida de gratitud; una vida que les recuerde la abundancia relativa que ellos disfrutan. Es una abundancia que no está disponible para la mayoría de los habitantes de la tierra. La mayoría de nosotros tenemos mucho más de lo que en realidad necesitamos, y el espíritu de gratitud debe impulsarnos a compartir esta relativa abundancia con aquellos menos afortunados.

Al acercarse el Día de Acción de Gracias, hagamos un balance de las maravillosas e incontables bendiciones que nosotros disfrutamos. Asegurémonos de darnos tiempo para agradecer a Dios en oración por nuestra abundancia; evitemos el pecado de un corazón desagradecido; y consideremos cómo podríamos ser aún mejores corresponsables de los dones que Dios nos ha confiado.

ORACIÓN PARROQUIAL DE CORRESPONSABILIDAD Para el Mes de Noviembre

Señor Te Damos Gracias

Señor, te damos gracias por los abundantes dones que nos has dado. Tú nos has bendecido más allá de nuestras expectativas y sueños, incluso más allá de la mayoría de la gente en nuestro mundo.

Nosotros tenemos alimento, calefacción, luz, ropa, medios de transporte y todas las demás cosas que traen confort a la vida.

Nosotros tenemos una familia y amigos para que no estemos solos. Tenemos una comunidad de fe llena de amor y de apoyo. Tenemos educación y trabajo que nos permiten desarrollar nuestros dones y talentos.

Nosotros estamos agradecidos por todos estos dones. Pero sobre todo estamos agradecidos por el don de Tu Hijo Jesucristo. Él nos encontró dignos no sólo de su amor, sino de ser también discípulos y corresponsables de Su Evangelio.

Es un privilegio que se nos haya pedido traer una porción de nuestros dones colectivos e individuales a la mesa Eucarística y unirlos con Cristo. Juntos podemos transformar toda la vida para Tu gloria.

Como familia parroquial comprometida a hacer tu voluntad, te pedimos que inspires en nosotros la gracia de ser aún más agradecidos y la sabiduría para entender cómo podemos ser mejores corresponsables de todo lo que nos ha sido dado.

Nosotros te lo pedimos en el nombre de Jesús.

Amén

-Adaptada de una oración publicada por la Parroquia Santa Juana de Arco, Toledo, Ohio

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Corresponsabilidad Católicae-Boletín • Noviembre 2013

La Corresponsabilidad y el Día de Acción de Gracias

El Día de Acción de Gracias, tanto en Canadá como en Estados Unidos, es una fiesta especial Norteamericana. Aunque no es una fiesta en el calendario litúrgico católico, numerosas parroquias celebran la Eucaristía con la Misa de Acción de Gracias. Algunas de ellas tendrán una canasta de frutas y semillas, o cuerno de la abundancia, adornando el pie del altar. El Día de Acción de

Gracias mantiene verdaderamente un significado espiritual para el cristiano corresponsable. Es un día que nos hace prestar atención a los fundamentos de la corresponsabilidad y a la importancia de tener un corazón agradecido.

El Día de Acción de Gracias es un día que nos da una oportunidad para mostrar nuestra gratitud, proveer hospitalidad y celebrar con nuestros seres amados. Para el corresponsable cristiano, el día festivo está arraigado profundamente en la creencia bíblica de que el mundo fue creado por un Dios amoroso como un don para cada uno de nosotros. Por las dos narraciones de la creación en el Libro del Génesis, nosotros sabemos que este don de la creación está destinado a ser recibido por nosotros en acción de gracias y mantenido en corresponsabilidad. En realidad, este principio es uno de los puntos iniciales para una verdadera visión católica del mundo, de que toda la creación es buena y que la respuesta a este don solamente pueda ser de admiración y sentimiento de gratitud que nos impulse al deseo de compartir este don.

La corresponsabilidad en la tradición católica afirma que dentro de esta creación, Dios envió a Jesucristo para vivir entre nosotros y enseñarnos los caminos de Dios, y mostrarnos que nuestra corresponsabilidad del mundo incluye cultivarlo y construirlo en un mundo mejor y más lleno de gracia; un mundo que revele la luz de Cristo y sea devuelto a Su Padre con aumento.

Los corresponsables se esfuerzan por abrazar una vida de gratitud; una vida que les recuerde la abundancia relativa que ellos disfrutan. Es una abundancia que no está disponible para la mayoría de los habitantes de la tierra. La mayoría de nosotros tenemos mucho más de lo que en realidad necesitamos, y el espíritu de gratitud debe impulsarnos a compartir esta relativa abundancia con aquellos menos afortunados.

Al acercarse el Día de Acción de Gracias, hagamos un balance de las maravillosas e incontables bendiciones que nosotros disfrutamos. Asegurémonos de darnos tiempo para agradecer a Dios en oración por nuestra abundancia; evitemos el pecado de un corazón desagradecido; y consideremos cómo podríamos ser aún mejores corresponsables de los dones que Dios nos ha confiado.

ORACIÓN PARROQUIAL DE CORRESPONSABILIDAD Para el Mes de Noviembre

Señor Te Damos Gracias

Señor, te damos gracias por los abundantes dones que nos has dado. Tú nos has bendecido más allá de nuestras expectativas y sueños, incluso más allá de la mayoría de la gente en nuestro mundo.

Nosotros tenemos alimento, calefacción, luz, ropa, medios de transporte y todas las demás cosas que traen confort a la vida.

Nosotros tenemos una familia y amigos para que no estemos solos. Tenemos una comunidad de fe llena de amor y de apoyo. Tenemos educación y trabajo que nos permiten desarrollar nuestros dones y talentos.

Nosotros estamos agradecidos por todos estos dones. Pero sobre todo estamos agradecidos por el don de Tu Hijo Jesucristo. Él nos encontró dignos no sólo de su amor, sino de ser también discípulos y corresponsables de Su Evangelio.

Es un privilegio que se nos haya pedido traer una porción de nuestros dones colectivos e individuales a la mesa Eucarística y unirlos con Cristo. Juntos podemos transformar toda la vida para Tu gloria.

Como familia parroquial comprometida a hacer tu voluntad, te pedimos que inspires en nosotros la gracia de ser aún más agradecidos y la sabiduría para entender cómo podemos ser mejores corresponsables de todo lo que nos ha sido dado.

Nosotros te lo pedimos en el nombre de Jesús.

Amén

-Adaptada de una oración publicada por la Parroquia Santa Juana de Arco, Toledo, Ohio

Noviembre 2013Halloween, SantoS y DifuntoS

Halloween significa “All hallow’s eve”, palabra que proviene del inglés anti-guo, y que significa “víspera de todos los santos”, ya que se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. La celebración del Halloween se inició con los celtas, antiguos pobladores de Europa Oriental, Occidental y parte de Asia Menor. Entre ellos habitaban los druidas, sacerdotes paganos adoradores de los árboles, especialmente del roble. Ellos creían en la inmortalidad del alma, la cual decían se introducía en otro individuo al abandonar el cuerpo; pero el 31 de octubre volvía a su antiguo hogar a pedir comida a sus moradores, quienes estaban obligados a hacer provisión para ella.Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las cos-tumbres paganas. Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el día siguiente, hizo que se mezclara. En vez de recor-dar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.El 31 de octubre por la noche, en los países de cultura anglosajona o de he-rencia celta, se celebra la víspera de la fiesta de Todos los Santos, con toda una escenografía que antes recordaba a los muertos, luego con la llegada del Cristianismo a las ánimas del Purgatorio, y que ahora se han convertido en una ensalada mental en la que no faltan creencias en brujas, fantasmas y cosas similares.Sin embargo, para los creyentes es la fiesta de todos los Santos la que verda-deramente tiene relevancia y refleja la fe en el futuro para quienes esperan y viven según el Evangelio predicado por Jesús. El respeto a los restos mortales de quienes murieron en la fe y su recuerdo, se inscribe en la veneración de quienes han sido “templos del Espíritu Santo”El día siguiente, de los difuntos, al rezar por los muertos la Iglesia contempla sobre todo el misterio de la Resurrección de Cristo que por su Cruz nos ob-tiene la salvación y la vida eterna. La Iglesia espera en la salvación eterna de todos sus hijos y de todos los hombres.Las oraciones de intercesión y de súplica que la Iglesia no cesa de dirigir a Dios tienen un gran valor. El Señor siempre se conmueve por las súplicas de sus hijos, porque es Dios de vivos. La Iglesia cree que las almas del purgato-rio son ayudadas por la intercesión de los fieles, y sobre todo, por el sacrificio propiciatorio del altar, así como por la caridad y otras obras de piedad.En razón de esto, se nos invita a los católicos a rezar con fervor por los di-funtos, por sus familias y por todos nuestros hermanos y hermanas que han fallecido, para que reciban la remisión de las penas debidas a sus pecados y escuchen la llamada del Señor que les invita a participar de su misma vida divina.

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Santa Rosa Filipina Duchesne

Nacida en Grenoble, Francia, en 1769, Rosa fue hija de un abogado prominente. Fue educada en la escuela de un convento e ingresó a la vida religiosa cuando cumplió 18 años de edad. Eventualmente ella se convirtió en miembro de la Sociedad del Sagrado Corazón, y en 1815 estuvo enfocada en establecer un convento en la ciudad de Paris.

La Hermana Rosa había escuchado el llamado para ser misionera desde su juventud. Ella reveló una experiencia espiritual que había tenido la noche de un Jueves Santo durante la adoración ante el Santísimo Sacramento: “Pasé la noche entera en el Nuevo Continente… llevando el Santísimo Sacramento por todas partes…tenía que ofrecer tantos sacrificios: ¡madre, hermanos, familia, mi montaña!”

A la edad de 49 años, la Hermana Rosa respondió al llamado. En 1818, ella fue enviada a Estados Unidos debido a la petición del obispo del territorio de Louisiana quien buscaba una congregación de educadores. Ella llegó a New Orleans y viajó al norte, a Saint Charles, cerca de Saint Louis, Missouri. Allí estableció el primer convento de la sociedad fuera de Francia, en una cabaña de troncos. La

pequeña comunidad, la cual incluyó un internado para las hijas de los pioneros, enfrentó muchas luchas incluyendo la falta de fondos y los fríos extremos del invierno. La Hermana Rosa tuvo también gran dificultad para aprender el inglés. Sin embargo, para 1828, después de mucha oración, trabajo y perseverancia, la Hermana Rosa había fundado ya seis escuelas.

Cuando la Hermana Rosa tenía 72 años, se abrió una escuela para niños de la tribu Potawatomi en Sugar Creek, Kansas. Aunque muchos pensaban que Rosa estaba muy enferma para ir, el Jesuita que dirigía la misión insistió: “Tiene que venir; quizás no podrá hacer mucho trabajo, pero con su oración por nosotros alcanzará el éxito de la misión. Su presencia atraerá muchos favores del cielo para la obra.” Sus largas horas de oración inspiraron a los indios a llamarla, “La mujer que siempre reza.”

La Hermana Rosa estuvo solo un año con la tribu Potawatomi, ya que su salud no logró resistir los rigores de la vida en el poblado. En julio de 1842, regresó a Saint Charles donde pasaría los últimos diez años de su vida. Ella murió el 18 de noviembre de 1852 a la edad de 83 años. Fue canonizada en 1988 por el Beato Juan Pablo II. Su fiesta es el día 18 de noviembre.

Santo de la Corresponsabilidad PARA EL MES DE NOVIEMBRE

Zaqueo: Modelo de Corresponsabilidad para San LucasLa lectura del Evangelio para el primer fin de semana de noviembre revela el encuentro de Jesús con el recaudador de impuestos llamado Zaqueo, en la ciudad de Jericó (Lucas 19:1-10). Este incidente, encontrado solamente en el Evangelio de San Lucas, nos da una visión de la teología de Lucas sobre la corresponsabilidad del dinero y la riqueza. Esta reunión puede ser considerada como una de las más importantes, porque ilustra la preocupación del evangelio por alguien que muestra una generosidad substancial hacia el pobre y el explotado para disfrutar la amistad de Jesús.

Zaqueo es descrito como un hombre de baja estatura, que subió a un árbol para ver pasar a Jesús. Cuando Jesús lo vio, se dirigió a él por su nombre, y le dijo que deseaba visitar su casa. La multitud estaba escandalizada de que Jesús condescendiera a ser huésped de un recaudador de impuestos. Los recaudadores de impuestos, frecuentemente eran corruptos,

Zaqueo arriesga no solo su reputación, sino su

seguridad financiera y su posición social.

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Santa Rosa Filipina Duchesne

Nacida en Grenoble, Francia, en 1769, Rosa fue hija de un abogado prominente. Fue educada en la escuela de un convento e ingresó a la vida religiosa cuando cumplió 18 años de edad. Eventualmente ella se convirtió en miembro de la Sociedad del Sagrado Corazón, y en 1815 estuvo enfocada en establecer un convento en la ciudad de Paris.

La Hermana Rosa había escuchado el llamado para ser misionera desde su juventud. Ella reveló una experiencia espiritual que había tenido la noche de un Jueves Santo durante la adoración ante el Santísimo Sacramento: “Pasé la noche entera en el Nuevo Continente… llevando el Santísimo Sacramento por todas partes…tenía que ofrecer tantos sacrificios: ¡madre, hermanos, familia, mi montaña!”

A la edad de 49 años, la Hermana Rosa respondió al llamado. En 1818, ella fue enviada a Estados Unidos debido a la petición del obispo del territorio de Louisiana quien buscaba una congregación de educadores. Ella llegó a New Orleans y viajó al norte, a Saint Charles, cerca de Saint Louis, Missouri. Allí estableció el primer convento de la sociedad fuera de Francia, en una cabaña de troncos. La

pequeña comunidad, la cual incluyó un internado para las hijas de los pioneros, enfrentó muchas luchas incluyendo la falta de fondos y los fríos extremos del invierno. La Hermana Rosa tuvo también gran dificultad para aprender el inglés. Sin embargo, para 1828, después de mucha oración, trabajo y perseverancia, la Hermana Rosa había fundado ya seis escuelas.

Cuando la Hermana Rosa tenía 72 años, se abrió una escuela para niños de la tribu Potawatomi en Sugar Creek, Kansas. Aunque muchos pensaban que Rosa estaba muy enferma para ir, el Jesuita que dirigía la misión insistió: “Tiene que venir; quizás no podrá hacer mucho trabajo, pero con su oración por nosotros alcanzará el éxito de la misión. Su presencia atraerá muchos favores del cielo para la obra.” Sus largas horas de oración inspiraron a los indios a llamarla, “La mujer que siempre reza.”

La Hermana Rosa estuvo solo un año con la tribu Potawatomi, ya que su salud no logró resistir los rigores de la vida en el poblado. En julio de 1842, regresó a Saint Charles donde pasaría los últimos diez años de su vida. Ella murió el 18 de noviembre de 1852 a la edad de 83 años. Fue canonizada en 1988 por el Beato Juan Pablo II. Su fiesta es el día 18 de noviembre.

Santo de la Corresponsabilidad PARA EL MES DE NOVIEMBRE

Zaqueo: Modelo de Corresponsabilidad para San LucasLa lectura del Evangelio para el primer fin de semana de noviembre revela el encuentro de Jesús con el recaudador de impuestos llamado Zaqueo, en la ciudad de Jericó (Lucas 19:1-10). Este incidente, encontrado solamente en el Evangelio de San Lucas, nos da una visión de la teología de Lucas sobre la corresponsabilidad del dinero y la riqueza. Esta reunión puede ser considerada como una de las más importantes, porque ilustra la preocupación del evangelio por alguien que muestra una generosidad substancial hacia el pobre y el explotado para disfrutar la amistad de Jesús.

Zaqueo es descrito como un hombre de baja estatura, que subió a un árbol para ver pasar a Jesús. Cuando Jesús lo vio, se dirigió a él por su nombre, y le dijo que deseaba visitar su casa. La multitud estaba escandalizada de que Jesús condescendiera a ser huésped de un recaudador de impuestos. Los recaudadores de impuestos, frecuentemente eran corruptos,

Zaqueo arriesga no solo su reputación, sino su

seguridad financiera y su posición social.

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Parece que el hecho de estar siempre ocupados, la complejidad y la persecución implacable del placer y las posesiones, son tristemente, para mucha gente en Norteamérica, una forma de vida. Las personas están siendo oprimidas por el consumismo y por el hecho de estar siempre ocupadas, y están en una necesidad desesperada de una alternativa, aunque ellas aún no se den cuenta de esto. Para encontrar un equilibrio en todo esto, nosotros hacemos bien en reconocer que somos bendecidos abrumadoramente, y en dar gracias siempre y en todo lugar a nuestro bondadoso Dios. La verdad es, que cuando nosotros reducimos la velocidad y tomamos el tiempo para agradecer por todo lo que tenemos, y por quienes somos, nosotros apreciamos el don tan abundante que es la vida. Es la gratitud la que nos guiará de manera natural hacia la sencillez.

Un estilo de vida de sencillez nos permite la oportunidad de caminar de manera mucho más relajada y libre de estrés dentro y a través del materialismo y del consumismo que es una gran parte de nuestra sociedad. Un estilo de vida sencillo no requiere que eliminemos el consumismo por completo, ya que todos necesitamos consumir. La belleza de la sencillez es que al discernir entre necesidades y deseos, nosotros somos entonces capaces de consumir sensiblemente, y esta es la buena corresponsabilidad. La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener siempre lo que nosotros queremos. Se siente bien cuando nosotros tenemos la disciplina de deshacernos de algunos de nuestros excesos y vivimos sencillamente.

¿Cómo podemos abrazar la sencillez en nuestra vida diaria de una manera práctica? Una manera de empezar es desarrollar el hábito de tomar nuestras decisiones (especialmente las decisiones de comprar) basadas en nuestras necesidades y no en nuestros deseos. Aprender a decir no a las actividades que no estén alineadas con nuestras prioridades es otro buen hábito de sencillez.

Vivir sencillamente es un camino seguro hacia una mayor corresponsabilidad, ya que la sencillez nos permite hacer nuestra parte para ayudar a aquellos en el mundo que son menos afortunados que nosotros. Es gratificante saber que quienes luchan por vivir pueden ser los beneficiarios de nuestra sencillez. Al compartir los frutos de los sacrificios que hacemos al vivir una viva más sencilla, aquellos de nosotros a quienes se ha dado mucho, podemos ofrecer esperanza a aquellos quienes tienen poco o nada.

Este artículo es la quinta parte de una serie de 12 reflexiones sobre las virtudes de la corresponsabilidad, escrito por un miembro de ICSC, Dan Potvin, Director de Corresponsabilidad de la Arquidiócesis de Winnipeg, Canadá.

La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener

siempre lo que nosotros queremos.

LA SENCILLEZ

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Parece que el hecho de estar siempre ocupados, la complejidad y la persecución implacable del placer y las posesiones, son tristemente, para mucha gente en Norteamérica, una forma de vida. Las personas están siendo oprimidas por el consumismo y por el hecho de estar siempre ocupadas, y están en una necesidad desesperada de una alternativa, aunque ellas aún no se den cuenta de esto. Para encontrar un equilibrio en todo esto, nosotros hacemos bien en reconocer que somos bendecidos abrumadoramente, y en dar gracias siempre y en todo lugar a nuestro bondadoso Dios. La verdad es, que cuando nosotros reducimos la velocidad y tomamos el tiempo para agradecer por todo lo que tenemos, y por quienes somos, nosotros apreciamos el don tan abundante que es la vida. Es la gratitud la que nos guiará de manera natural hacia la sencillez.

Un estilo de vida de sencillez nos permite la oportunidad de caminar de manera mucho más relajada y libre de estrés dentro y a través del materialismo y del consumismo que es una gran parte de nuestra sociedad. Un estilo de vida sencillo no requiere que eliminemos el consumismo por completo, ya que todos necesitamos consumir. La belleza de la sencillez es que al discernir entre necesidades y deseos, nosotros somos entonces capaces de consumir sensiblemente, y esta es la buena corresponsabilidad. La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener siempre lo que nosotros queremos. Se siente bien cuando nosotros tenemos la disciplina de deshacernos de algunos de nuestros excesos y vivimos sencillamente.

¿Cómo podemos abrazar la sencillez en nuestra vida diaria de una manera práctica? Una manera de empezar es desarrollar el hábito de tomar nuestras decisiones (especialmente las decisiones de comprar) basadas en nuestras necesidades y no en nuestros deseos. Aprender a decir no a las actividades que no estén alineadas con nuestras prioridades es otro buen hábito de sencillez.

Vivir sencillamente es un camino seguro hacia una mayor corresponsabilidad, ya que la sencillez nos permite hacer nuestra parte para ayudar a aquellos en el mundo que son menos afortunados que nosotros. Es gratificante saber que quienes luchan por vivir pueden ser los beneficiarios de nuestra sencillez. Al compartir los frutos de los sacrificios que hacemos al vivir una viva más sencilla, aquellos de nosotros a quienes se ha dado mucho, podemos ofrecer esperanza a aquellos quienes tienen poco o nada.

Este artículo es la quinta parte de una serie de 12 reflexiones sobre las virtudes de la corresponsabilidad, escrito por un miembro de ICSC, Dan Potvin, Director de Corresponsabilidad de la Arquidiócesis de Winnipeg, Canadá.

La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener

siempre lo que nosotros queremos.

LA SENCILLEZ

Parece que el hecho de estar siempre ocupados, la complejidad y la persecución implacable del placer y las posesiones, son tristemente, para mucha gente en Norteamérica, una forma de vida. Las personas están siendo oprimidas por el consumismo y por el hecho de estar siempre ocupadas, y están en una necesidad desesperada de una alternativa, aunque ellas aún no se den cuenta de esto. Para encontrar un equilibrio en todo esto, nosotros hacemos bien en reconocer que somos bendecidos abrumadoramente, y en dar gracias siempre y en todo lugar a nuestro bondadoso Dios. La verdad es, que cuando nosotros reducimos la velocidad y tomamos el tiempo para agradecer por todo lo que tenemos, y por quienes somos, nosotros apreciamos el don tan abundante que es la vida. Es la gratitud la que nos guiará de manera natural hacia la sencillez.

Un estilo de vida de sencillez nos permite la oportunidad de caminar de manera mucho más relajada y libre de estrés dentro y a través del materialismo y del consumismo que es una gran parte de nuestra sociedad. Un estilo de vida sencillo no requiere que eliminemos el consumismo por completo, ya que todos necesitamos consumir. La belleza de la sencillez es que al discernir entre necesidades y deseos, nosotros somos entonces capaces de consumir sensiblemente, y esta es la buena corresponsabilidad. La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener siempre lo que nosotros queremos. Se siente bien cuando nosotros tenemos la disciplina de deshacernos de algunos de nuestros excesos y vivimos sencillamente.

¿Cómo podemos abrazar la sencillez en nuestra vida diaria de una manera práctica? Una manera de empezar es desarrollar el hábito de tomar nuestras decisiones (especialmente las decisiones de comprar) basadas en nuestras necesidades y no en nuestros deseos. Aprender a decir no a las actividades que no estén alineadas con nuestras prioridades es otro buen hábito de sencillez.

Vivir sencillamente es un camino seguro hacia una mayor corresponsabilidad, ya que la sencillez nos permite hacer nuestra parte para ayudar a aquellos en el mundo que son menos afortunados que nosotros. Es gratificante saber que quienes luchan por vivir pueden ser los beneficiarios de nuestra sencillez. Al compartir los frutos de los sacrificios que hacemos al vivir una viva más sencilla, aquellos de nosotros a quienes se ha dado mucho, podemos ofrecer esperanza a aquellos quienes tienen poco o nada.

Este artículo es la quinta parte de una serie de 12 reflexiones sobre las virtudes de la corresponsabilidad, escrito por un miembro de ICSC, Dan Potvin, Director de Corresponsabilidad de la Arquidiócesis de Winnipeg, Canadá.

La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener

siempre lo que nosotros queremos.

LA SENCILLEZ

Parece que el hecho de estar siempre ocupados, la complejidad y la persecución implacable del placer y las posesiones, son tristemente, para mucha gente en Norteamérica, una forma de vida. Las personas están siendo oprimidas por el consumismo y por el hecho de estar siempre ocupadas, y están en una necesidad desesperada de una alternativa, aunque ellas aún no se den cuenta de esto. Para encontrar un equilibrio en todo esto, nosotros hacemos bien en reconocer que somos bendecidos abrumadoramente, y en dar gracias siempre y en todo lugar a nuestro bondadoso Dios. La verdad es, que cuando nosotros reducimos la velocidad y tomamos el tiempo para agradecer por todo lo que tenemos, y por quienes somos, nosotros apreciamos el don tan abundante que es la vida. Es la gratitud la que nos guiará de manera natural hacia la sencillez.

Un estilo de vida de sencillez nos permite la oportunidad de caminar de manera mucho más relajada y libre de estrés dentro y a través del materialismo y del consumismo que es una gran parte de nuestra sociedad. Un estilo de vida sencillo no requiere que eliminemos el consumismo por completo, ya que todos necesitamos consumir. La belleza de la sencillez es que al discernir entre necesidades y deseos, nosotros somos entonces capaces de consumir sensiblemente, y esta es la buena corresponsabilidad. La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener siempre lo que nosotros queremos. Se siente bien cuando nosotros tenemos la disciplina de deshacernos de algunos de nuestros excesos y vivimos sencillamente.

¿Cómo podemos abrazar la sencillez en nuestra vida diaria de una manera práctica? Una manera de empezar es desarrollar el hábito de tomar nuestras decisiones (especialmente las decisiones de comprar) basadas en nuestras necesidades y no en nuestros deseos. Aprender a decir no a las actividades que no estén alineadas con nuestras prioridades es otro buen hábito de sencillez.

Vivir sencillamente es un camino seguro hacia una mayor corresponsabilidad, ya que la sencillez nos permite hacer nuestra parte para ayudar a aquellos en el mundo que son menos afortunados que nosotros. Es gratificante saber que quienes luchan por vivir pueden ser los beneficiarios de nuestra sencillez. Al compartir los frutos de los sacrificios que hacemos al vivir una viva más sencilla, aquellos de nosotros a quienes se ha dado mucho, podemos ofrecer esperanza a aquellos quienes tienen poco o nada.

Este artículo es la quinta parte de una serie de 12 reflexiones sobre las virtudes de la corresponsabilidad, escrito por un miembro de ICSC, Dan Potvin, Director de Corresponsabilidad de la Arquidiócesis de Winnipeg, Canadá.

La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener

siempre lo que nosotros queremos.

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Parece que el hecho de estar siempre ocupados, la complejidad y la persecución implacable del placer y las posesiones, son tristemente, para mucha gente en Norteamérica, una forma de vida. Las personas están siendo oprimidas por el consumismo y por el hecho de estar siempre ocupadas, y están en una necesidad desesperada de una alternativa, aunque ellas aún no se den cuenta de esto. Para encontrar un equilibrio en todo esto, nosotros hacemos bien en reconocer que somos bendecidos abrumadoramente, y en dar gracias siempre y en todo lugar a nuestro bondadoso Dios. La verdad es, que cuando nosotros reducimos la velocidad y tomamos el tiempo para agradecer por todo lo que tenemos, y por quienes somos, nosotros apreciamos el don tan abundante que es la vida. Es la gratitud la que nos guiará de manera natural hacia la sencillez.

Un estilo de vida de sencillez nos permite la oportunidad de caminar de manera mucho más relajada y libre de estrés dentro y a través del materialismo y del consumismo que es una gran parte de nuestra sociedad. Un estilo de vida sencillo no requiere que eliminemos el consumismo por completo, ya que todos necesitamos consumir. La belleza de la sencillez es que al discernir entre necesidades y deseos, nosotros somos entonces capaces de consumir sensiblemente, y esta es la buena corresponsabilidad. La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener siempre lo que nosotros queremos. Se siente bien cuando nosotros tenemos la disciplina de deshacernos de algunos de nuestros excesos y vivimos sencillamente.

¿Cómo podemos abrazar la sencillez en nuestra vida diaria de una manera práctica? Una manera de empezar es desarrollar el hábito de tomar nuestras decisiones (especialmente las decisiones de comprar) basadas en nuestras necesidades y no en nuestros deseos. Aprender a decir no a las actividades que no estén alineadas con nuestras prioridades es otro buen hábito de sencillez.

Vivir sencillamente es un camino seguro hacia una mayor corresponsabilidad, ya que la sencillez nos permite hacer nuestra parte para ayudar a aquellos en el mundo que son menos afortunados que nosotros. Es gratificante saber que quienes luchan por vivir pueden ser los beneficiarios de nuestra sencillez. Al compartir los frutos de los sacrificios que hacemos al vivir una viva más sencilla, aquellos de nosotros a quienes se ha dado mucho, podemos ofrecer esperanza a aquellos quienes tienen poco o nada.

Este artículo es la quinta parte de una serie de 12 reflexiones sobre las virtudes de la corresponsabilidad, escrito por un miembro de ICSC, Dan Potvin, Director de Corresponsabilidad de la Arquidiócesis de Winnipeg, Canadá.

La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener

siempre lo que nosotros queremos.

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Parece que el hecho de estar siempre ocupados, la complejidad y la persecución implacable del placer y las posesiones, son tristemente, para mucha gente en Norteamérica, una forma de vida. Las personas están siendo oprimidas por el consumismo y por el hecho de estar siempre ocupadas, y están en una necesidad desesperada de una alternativa, aunque ellas aún no se den cuenta de esto. Para encontrar un equilibrio en todo esto, nosotros hacemos bien en reconocer que somos bendecidos abrumadoramente, y en dar gracias siempre y en todo lugar a nuestro bondadoso Dios. La verdad es, que cuando nosotros reducimos la velocidad y tomamos el tiempo para agradecer por todo lo que tenemos, y por quienes somos, nosotros apreciamos el don tan abundante que es la vida. Es la gratitud la que nos guiará de manera natural hacia la sencillez.

Un estilo de vida de sencillez nos permite la oportunidad de caminar de manera mucho más relajada y libre de estrés dentro y a través del materialismo y del consumismo que es una gran parte de nuestra sociedad. Un estilo de vida sencillo no requiere que eliminemos el consumismo por completo, ya que todos necesitamos consumir. La belleza de la sencillez es que al discernir entre necesidades y deseos, nosotros somos entonces capaces de consumir sensiblemente, y esta es la buena corresponsabilidad. La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener siempre lo que nosotros queremos. Se siente bien cuando nosotros tenemos la disciplina de deshacernos de algunos de nuestros excesos y vivimos sencillamente.

¿Cómo podemos abrazar la sencillez en nuestra vida diaria de una manera práctica? Una manera de empezar es desarrollar el hábito de tomar nuestras decisiones (especialmente las decisiones de comprar) basadas en nuestras necesidades y no en nuestros deseos. Aprender a decir no a las actividades que no estén alineadas con nuestras prioridades es otro buen hábito de sencillez.

Vivir sencillamente es un camino seguro hacia una mayor corresponsabilidad, ya que la sencillez nos permite hacer nuestra parte para ayudar a aquellos en el mundo que son menos afortunados que nosotros. Es gratificante saber que quienes luchan por vivir pueden ser los beneficiarios de nuestra sencillez. Al compartir los frutos de los sacrificios que hacemos al vivir una viva más sencilla, aquellos de nosotros a quienes se ha dado mucho, podemos ofrecer esperanza a aquellos quienes tienen poco o nada.

Este artículo es la quinta parte de una serie de 12 reflexiones sobre las virtudes de la corresponsabilidad, escrito por un miembro de ICSC, Dan Potvin, Director de Corresponsabilidad de la Arquidiócesis de Winnipeg, Canadá.

La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener

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Parece que el hecho de estar siempre ocupados, la complejidad y la persecución implacable del placer y las posesiones, son tristemente, para mucha gente en Norteamérica, una forma de vida. Las personas están siendo oprimidas por el consumismo y por el hecho de estar siempre ocupadas, y están en una necesidad desesperada de una alternativa, aunque ellas aún no se den cuenta de esto. Para encontrar un equilibrio en todo esto, nosotros hacemos bien en reconocer que somos bendecidos abrumadoramente, y en dar gracias siempre y en todo lugar a nuestro bondadoso Dios. La verdad es, que cuando nosotros reducimos la velocidad y tomamos el tiempo para agradecer por todo lo que tenemos, y por quienes somos, nosotros apreciamos el don tan abundante que es la vida. Es la gratitud la que nos guiará de manera natural hacia la sencillez.

Un estilo de vida de sencillez nos permite la oportunidad de caminar de manera mucho más relajada y libre de estrés dentro y a través del materialismo y del consumismo que es una gran parte de nuestra sociedad. Un estilo de vida sencillo no requiere que eliminemos el consumismo por completo, ya que todos necesitamos consumir. La belleza de la sencillez es que al discernir entre necesidades y deseos, nosotros somos entonces capaces de consumir sensiblemente, y esta es la buena corresponsabilidad. La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener siempre lo que nosotros queremos. Se siente bien cuando nosotros tenemos la disciplina de deshacernos de algunos de nuestros excesos y vivimos sencillamente.

¿Cómo podemos abrazar la sencillez en nuestra vida diaria de una manera práctica? Una manera de empezar es desarrollar el hábito de tomar nuestras decisiones (especialmente las decisiones de comprar) basadas en nuestras necesidades y no en nuestros deseos. Aprender a decir no a las actividades que no estén alineadas con nuestras prioridades es otro buen hábito de sencillez.

Vivir sencillamente es un camino seguro hacia una mayor corresponsabilidad, ya que la sencillez nos permite hacer nuestra parte para ayudar a aquellos en el mundo que son menos afortunados que nosotros. Es gratificante saber que quienes luchan por vivir pueden ser los beneficiarios de nuestra sencillez. Al compartir los frutos de los sacrificios que hacemos al vivir una viva más sencilla, aquellos de nosotros a quienes se ha dado mucho, podemos ofrecer esperanza a aquellos quienes tienen poco o nada.

Este artículo es la quinta parte de una serie de 12 reflexiones sobre las virtudes de la corresponsabilidad, escrito por un miembro de ICSC, Dan Potvin, Director de Corresponsabilidad de la Arquidiócesis de Winnipeg, Canadá.

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Parece que el hecho de estar siempre ocupados, la complejidad y la persecución implacable del placer y las posesiones, son tristemente, para mucha gente en Norteamérica, una forma de vida. Las personas están siendo oprimidas por el consumismo y por el hecho de estar siempre ocupadas, y están en una necesidad desesperada de una alternativa, aunque ellas aún no se den cuenta de esto. Para encontrar un equilibrio en todo esto, nosotros hacemos bien en reconocer que somos bendecidos abrumadoramente, y en dar gracias siempre y en todo lugar a nuestro bondadoso Dios. La verdad es, que cuando nosotros reducimos la velocidad y tomamos el tiempo para agradecer por todo lo que tenemos, y por quienes somos, nosotros apreciamos el don tan abundante que es la vida. Es la gratitud la que nos guiará de manera natural hacia la sencillez.

Un estilo de vida de sencillez nos permite la oportunidad de caminar de manera mucho más relajada y libre de estrés dentro y a través del materialismo y del consumismo que es una gran parte de nuestra sociedad. Un estilo de vida sencillo no requiere que eliminemos el consumismo por completo, ya que todos necesitamos consumir. La belleza de la sencillez es que al discernir entre necesidades y deseos, nosotros somos entonces capaces de consumir sensiblemente, y esta es la buena corresponsabilidad. La sencillez se trata simplemente de satisfacción; de querer lo que nosotros tenemos, en lugar de tener siempre lo que nosotros queremos. Se siente bien cuando nosotros tenemos la disciplina de deshacernos de algunos de nuestros excesos y vivimos sencillamente.

¿Cómo podemos abrazar la sencillez en nuestra vida diaria de una manera práctica? Una manera de empezar es desarrollar el hábito de tomar nuestras decisiones (especialmente las decisiones de comprar) basadas en nuestras necesidades y no en nuestros deseos. Aprender a decir no a las actividades que no estén alineadas con nuestras prioridades es otro buen hábito de sencillez.

Vivir sencillamente es un camino seguro hacia una mayor corresponsabilidad, ya que la sencillez nos permite hacer nuestra parte para ayudar a aquellos en el mundo que son menos afortunados que nosotros. Es gratificante saber que quienes luchan por vivir pueden ser los beneficiarios de nuestra sencillez. Al compartir los frutos de los sacrificios que hacemos al vivir una viva más sencilla, aquellos de nosotros a quienes se ha dado mucho, podemos ofrecer esperanza a aquellos quienes tienen poco o nada.

Este artículo es la quinta parte de una serie de 12 reflexiones sobre las virtudes de la corresponsabilidad, escrito por un miembro de ICSC, Dan Potvin, Director de Corresponsabilidad de la Arquidiócesis de Winnipeg, Canadá.

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siempre lo que nosotros queremos.

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7.07.13. Décimo Cuarto Domingo del TOLos setenta y dos discípulos que Jesús envió en treinta y seis direcciones estaban sorprendidos de su éxito. ¿Tenían verdaderamente fe en Jesús cuando salieron a su misión? Casi podemos escucharles refunfuñando, “Él nos envía como ovejas entre lobos, sin dinero, sin provisiones, sin sandalias, y no podemos siquiera saludar a la gente en el camino. ¿Acaso Él espera que hagamos milagros?” Pero ellos salieron, e hicieron milagros. A pesar de sus dudas, tuvieron fe en Jesús y obraron grandes cosas por su fe. Cuando nos sentimos llamados a intensificar la fe para imitar a Jesús en nuestro mundo, ¿tenemos dudas? O ¿actuamos a pesar de ellas, sorprendidos de lo que podemos lograr cuando tenemos fe en Jesús? Fruto de nuestro Bautismo es nuestra responsabilidad nutrir nuestra fe en Jesús, para que así podamos sorprendernos constantemente de lo que podemos lograr en Su nombre.14.07.13. Décimo Quinto Domingo del TOCuando el erudito de la ley (Judía) le preguntó, “Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?” Jesús respondió con una pregunta, “¿Qué está escrito en la ley?” El erudito citó Deuteronomio 6:5 Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma y con todas tus fuerzas y Levítico 19:19…y a tu prójimo como a ti mismo. El erudito conocía la ley. Había sido legada por Moisés. Pero, siendo estudioso de la ley, buscaba una ambigüedad: “¿Quién es mi prójimo?” Jesús respondió esta pregunta con la historia del Buen Samaritano, entonces preguntó, “¿Quien pues, te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?” El erudito respondió “Aquel que mostró misericordia con él.” El erudito no tuvo otra opción. Si somos auténticos creyentes en Jesús tampoco nosotros la tenemos. Jesús nos desafía a querer para nuestro prójimo lo que queremos para nosotros mismos. Y todos son nuestros prójimos, a pesar de lo detestable que algunos pudieran parecer.21.07.13 Décimo Sexto Domingo del TOMarta hacía lo que se esperaba de una buena mujer judía de sus días – preparar los alimentos para su fa-

milia e invitados. Su hermana María se sienta a los pies de Jesús y es cautivada por sus palabras. Final-mente. Marta confronta a Jesús, “Señor, dile que me ayude.” Jesús sabe que Marta no hace algo equivo-cado. Ella hace lo que cree que se espera de ella; y lo hace muy bien. Jesús le sugiere que no debe pre-ocuparse tanto por lo que los demás esperan de ella, pero debe procurar un tiempo para discernir lo que Dios espera de ella. Lo que Dios espera de nosotros puede ser relativamente diferente de lo que el mundo espera de nosotros. Discernimos la voluntad de Dios para nosotros en oración – no la oración que decimos a Dios, sino en la que estamos dispuestos a escuchar de Dios. Un sacerdote decía: “frecuentemente mi ora-ción no es, ¡Dios hágase tu voluntad! Sino ¡Dios, que tu voluntad sea cambiada!” ¿Nosotros oramos? ¿Cuál es nuestra oración?28.07.13. Décimo Séptimo Domingo del TOAbraham negocia salvar a Sodoma. Desconfía de encontrar cincuenta, y negocia con Dios bajando el número hasta diez, de no encontrarlos Sodoma sería destruida. Los convenios del Antiguo Testamento fue-ron regateos con Dios. Dios siempre cumplió su par-te. Los patriarcas e israelitas no siempre fueron fieles. Los discípulos vieron a Jesús como una persona que fue fiel al Convenio y un hombre de oración. Ellos le pidieron, “Señor, enséñanos a orar.” Él les enseña el Padre Nuestro. Entonces les narra las historias, de la determinada mujer y de los padres que dan a sus hijos pan y huevos, no serpientes y escorpiones. Nosotros, confiamos cuando oramos a Dios, nuestro Padre en el cielo, que Su Reino, no el nuestro, ¿vendrá?; que Su voluntad, no la nuestra, ¿se hará?; por nuestro pan de cada día, no el de mañana o del año próximo; y por el perdón de nuestros pecados ¿como nosotros perdo-namos los de otros? ¿Somos buenos corresponsables que persistimos en la oración para aprender la volun-tad de Dios? Si al inicio no lo logra, puede ser que el paracaidismo no sea su habilidad. En cambio, trate de orar. ¡Y continúe tratando!

Para el fin de semana del 31 de octubre/ 1º de noviembre de 2009 Solemnidad de Todos los Santos

En el Evangelio de hoy Jesús inicia el “Sermón en la Montaña,” con las “Bienaventuranzas.” Muchos comentaristas Cristianos creen que estos pequeños mensajes de consuelo y esperanza hablan de la esencia de vivir una vida en Cristo. Pero, ¿qué significa para el Cristiano corresponsable ser pobre en espíritu, tener hambre de justicia, ser humilde, limpio de corazón, o ser un conciliador de paz? Abrazar la corresponsabilidad Cristiana es vivir las Bienaventuranzas, y tornar al revés las expectativas de la sociedad; vivir con valores diferentes, y disponer otros estándares. ¿Qué podemos hacer hoy para ser buenos corresponsables de las Bienaventuranzas?

Para el fin de semana del 7/8 de noviembre de 2009Trigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario

Jesús habla a sus discípulos acerca de la pobre viuda que depositó dos sencillas monedas de cobre en el cofre del templo. Él ilustra con esta narración, la enseñanza sobre la corresponsabilidad. A pesar de su pobreza, la pobre viuda en el Evangelio de hoy no rechaza su generosidad para Dios. Aún en su desesperada vida, empobrecida, ella contribuye a una institución terrenal para dar gloria y alabanza a Dios. Lo más importante no es el valor monetario, sino el amor, la confianza y la gratitud expresados a través de la donación. De la misma manera el Evangelio nos hace persuasivas preguntas de corresponsabilidad: ¿qué valoramos nosotros? ¿En qué, o en quién ponemos nuestra confianza? ¿Cómo reflejan nuestra generosidad hacia Dios, las contribuciones que hacemos a nuestra comunidad de fe?

Para el fin de semana del 14/15 de noviembre de 2009Trigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario

¿Cómo viviría su día, si supiera que este es su último día de vida en la tierra? Indudablemente, este no sería un día normal. El punto de la lectura del Evangelio de hoy es que el final

UN MOMENTO DE CORRESPONSABILIDAD

del tiempo es siempre inminente. El buen corresponsable permanece piadosamente en alerta, listo para dar cuentas, y vivir cada día en conocimiento del juicio y la salvación por venir. ¿Cómo ejercitamos diariamente la corresponsabilidad en nuestras vidas? ¿Estamos preparados para entregar cuentas? ¿Cómo permitiremos a Cristo trabajar en nosotros, y a través de nosotros, en la preparación para la reconciliación de los cielos y la tierra?

Para el fin de semana del 21/22 de noviembre de 2009Solemnidad de Cristo Rey

La lectura del Evangelio de hoy registra, posiblemente el intercambio de información más importante en toda la literatura, el diálogo entre Jesús y Pilatos. Pilatos asume la conversación en términos terrenales, “rey” político; Jesús, por el contrario, sugiere a Pilatos que él es ese “testimonio verdadero” de un reino totalmente trascendente, aquel que es anunciado por Daniel y la lectura del Libro de las Revelaciones. Esta semana, al aproximarse, la estación de Adviento, podría ser un buen momento para reflexionar acerca de cómo entendemos nuestro rol como corresponsables de este reino trascendente y cómo podemos servir mejor a Cristo para traer este nuevo reino.

Para el fin de semana de 28/29 de noviembre de 2009 Primer Domingo de Adviento

En la segunda lectura de hoy, San Pablo ofrece una profunda bendición a los Tesalonicenses. Él impulsa a la comunidad a continuar mostrando amorosa preocupación por sus miembros y a cuidar de las necesidades de otros. Nosotros atestiguamos por primera vez la espiritualidad de la corresponsabilidad en el trabajo, en una comunidad del Nuevo Testamento que está poniendo la Eucaristía en acción. Prevalece en ella un espíritu de Adviento que transforma y llena con anticipación la venida del Señor Jesús. ¿Qué estamos haciendo para promover este espíritu de corresponsabilidad en nuestras vidas personales y en nuestra comunidad de fe?

Le recomendamos encarecidamente explorar el Foro del ICSC en el sitio www.catholicstewardship.org en el área de “miembros” donde los socios pueden compartir ideas y preguntas. La sección de Corresponsabilidad Parroquial es revisada diariamente por miembros del Comité de Educación y Servicios de Corresponsabilidad Parroquial.

International Catholic Stewardship Council

1275 K Street, NW, Suite 880Washington, DC 20005-4077T: (800) 352-3452F: (202) 682-9018

www.catholicstewardship.org • [email protected]

UN MOMENTO DE CORRESPONSABILIDAD

Trigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 2/3 de Noviembre de 2013La narración del Evangelio del encuentro de Jesús con Zaqueo hace una reflexión ideal de corresponsabilidad. Así como también la primera lectura de hoy del Libro de la Sabiduría. Los buenos corresponsables tienen fe, y dan gracias por un Dios todopoderoso y fuerte que transciende el universo, pero que da atención personal a cada ser humano.

Dios ama su creación, su gente. Él vive en ellos, y a través de su Espíritu Santo, inspira una bondad fundamental en ellos. Los buenos corresponsables reconocen este movimiento del Espíritu como un don, y hacen esfuerzos para cultivarlo y crecer en su fe. Esta semana tome un tiempo para detenerse y ver a su alrededor, para estar consciente de la impresionante creación de Dios, y dar gracias por el cuidado amoroso y la preocupación de Dios por cada uno de nosotros.

Trigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 9/10 de Noviembre de 2013En la segunda lectura de hoy nosotros escuchamos a San Pablo motivar a los miembros de la comunidad en Tesalónica a dirigir sus corazones al amor de Dios a través de Cristo. Él quiere que estén completamente enfocados en Cristo, y en nada más. Él desea que ellos sean fortalecidos por el Señor y protegidos de lo que no sea como Cristo.

Los buenos corresponsables cultivan un “agudo rayo láser” enfocado en Cristo; no en las cosas que podrían darles imágenes o ideales falsos o superficiales. Pensemos acerca de nuestro propio enfoque cotidiano: ¿dirigimos nuestros corazones hacia Cristo o hay ahí otros “dioses” que reclaman nuestra atención? Como: ¿nuestra carrera profesional? ¿Las posesiones materiales? ¿La sexualidad? ¿Nuestro equipo deportivo favorito? ¿Nuestras inclinaciones políticas? ¿Nuestra vida cotidiana señala a Cristo para que aquellos que son más jóvenes y menos maduros en su fe aprendan de nuestro ejemplo?

Trigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 16/17 de Noviembre de 2013En el Evangelio de hoy Jesús sugiere que sus discípulos deben estar preparados para sufrir el ridículo, la persecución y tal vez hasta la muerte si ellos van a seguirle. Tal vez nosotros nos preguntemos algunas veces si soportar el ridículo y el desprecio son cosas que nosotros aceptamos cuando recibimos los sacramentos de iniciación. ¿No podríamos mejor caminar furtivamente en la vida con el menor dolor posible? Los buenos corresponsables toman seriamente su fe y encuentran consuelo en las palabras finales del Evangelio de hoy: “Ustedes serán odiados por todos a causa de mi nombre, pero aquel que persevere hasta el final, se salvará. En cuanto a ustedes hasta sus cabellos están todos contados.” Hagamos parte de nuestra rutina cotidiana de oración el pedir al Espíritu Santo el valor de actuar en el nombre de Jesús sin importar las consecuencias.

Nuestro Señor Jesús Cristo Rey del Universo Fin de Semana del 23/24 de Noviembre de 2013En el Evangelio de hoy nosotros escuchamos acerca de los jefes que despreciaban a Jesús, los soldados que se burlaban de él, el malhechor que lo insultaba, y la gente que estaba allí sólo observando. La cruz en nuestra parroquia se encuentra elevada. A pesar de ello, cada domingo hay quienes se paran frente a ella y no son conmovidos por ella. Hay gente que camina justo frente a la cruz, con actitud indiferente hacia ella. Tal vez han caminado tantas veces frente a ella que ya no lo le dan importancia. ¿Podría ser que son indiferentes porque el corazón de este ladrón incrédulo está en ellos/as? Los buenos corresponsables caminan frente a la cruz, le prestan atención y se preguntan a sí mismos: “Haz hecho todo esto por mí, ¿qué he hecho yo por ti Señor?”

Le recomendamos encarecidamente explorar el Foro del ICSC en el sitio www.catholicstewardship.org en el área de “miembros” donde los socios pueden compartir ideas y preguntas. La sección de Corresponsabilidad Parroquial es revisada diariamente por miembros del Comité de Educación y Servicios de Corresponsabilidad Parroquial.

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www.catholicstewardship.org • [email protected]

UN MOMENTO DE CORRESPONSABILIDAD

Trigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 2/3 de Noviembre de 2013La narración del Evangelio del encuentro de Jesús con Zaqueo hace una reflexión ideal de corresponsabilidad. Así como también la primera lectura de hoy del Libro de la Sabiduría. Los buenos corresponsables tienen fe, y dan gracias por un Dios todopoderoso y fuerte que transciende el universo, pero que da atención personal a cada ser humano.

Dios ama su creación, su gente. Él vive en ellos, y a través de su Espíritu Santo, inspira una bondad fundamental en ellos. Los buenos corresponsables reconocen este movimiento del Espíritu como un don, y hacen esfuerzos para cultivarlo y crecer en su fe. Esta semana tome un tiempo para detenerse y ver a su alrededor, para estar consciente de la impresionante creación de Dios, y dar gracias por el cuidado amoroso y la preocupación de Dios por cada uno de nosotros.

Trigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 9/10 de Noviembre de 2013En la segunda lectura de hoy nosotros escuchamos a San Pablo motivar a los miembros de la comunidad en Tesalónica a dirigir sus corazones al amor de Dios a través de Cristo. Él quiere que estén completamente enfocados en Cristo, y en nada más. Él desea que ellos sean fortalecidos por el Señor y protegidos de lo que no sea como Cristo.

Los buenos corresponsables cultivan un “agudo rayo láser” enfocado en Cristo; no en las cosas que podrían darles imágenes o ideales falsos o superficiales. Pensemos acerca de nuestro propio enfoque cotidiano: ¿dirigimos nuestros corazones hacia Cristo o hay ahí otros “dioses” que reclaman nuestra atención? Como: ¿nuestra carrera profesional? ¿Las posesiones materiales? ¿La sexualidad? ¿Nuestro equipo deportivo favorito? ¿Nuestras inclinaciones políticas? ¿Nuestra vida cotidiana señala a Cristo para que aquellos que son más jóvenes y menos maduros en su fe aprendan de nuestro ejemplo?

Trigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 16/17 de Noviembre de 2013En el Evangelio de hoy Jesús sugiere que sus discípulos deben estar preparados para sufrir el ridículo, la persecución y tal vez hasta la muerte si ellos van a seguirle. Tal vez nosotros nos preguntemos algunas veces si soportar el ridículo y el desprecio son cosas que nosotros aceptamos cuando recibimos los sacramentos de iniciación. ¿No podríamos mejor caminar furtivamente en la vida con el menor dolor posible? Los buenos corresponsables toman seriamente su fe y encuentran consuelo en las palabras finales del Evangelio de hoy: “Ustedes serán odiados por todos a causa de mi nombre, pero aquel que persevere hasta el final, se salvará. En cuanto a ustedes hasta sus cabellos están todos contados.” Hagamos parte de nuestra rutina cotidiana de oración el pedir al Espíritu Santo el valor de actuar en el nombre de Jesús sin importar las consecuencias.

Nuestro Señor Jesús Cristo Rey del Universo Fin de Semana del 23/24 de Noviembre de 2013En el Evangelio de hoy nosotros escuchamos acerca de los jefes que despreciaban a Jesús, los soldados que se burlaban de él, el malhechor que lo insultaba, y la gente que estaba allí sólo observando. La cruz en nuestra parroquia se encuentra elevada. A pesar de ello, cada domingo hay quienes se paran frente a ella y no son conmovidos por ella. Hay gente que camina justo frente a la cruz, con actitud indiferente hacia ella. Tal vez han caminado tantas veces frente a ella que ya no lo le dan importancia. ¿Podría ser que son indiferentes porque el corazón de este ladrón incrédulo está en ellos/as? Los buenos corresponsables caminan frente a la cruz, le prestan atención y se preguntan a sí mismos: “Haz hecho todo esto por mí, ¿qué he hecho yo por ti Señor?”

Le recomendamos encarecidamente explorar el Foro del ICSC en el sitio www.catholicstewardship.org en el área de “miembros” donde los socios pueden compartir ideas y preguntas. La sección de Corresponsabilidad Parroquial es revisada diariamente por miembros del Comité de Educación y Servicios de Corresponsabilidad Parroquial.

International Catholic Stewardship Council

1275 K Street, NW, Suite 880Washington, DC 20005-4077T: (800) 352-3452F: (202) 682-9018

www.catholicstewardship.org • [email protected]

UN MOMENTO DE CORRESPONSABILIDAD

Trigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 2/3 de Noviembre de 2013La narración del Evangelio del encuentro de Jesús con Zaqueo hace una reflexión ideal de corresponsabilidad. Así como también la primera lectura de hoy del Libro de la Sabiduría. Los buenos corresponsables tienen fe, y dan gracias por un Dios todopoderoso y fuerte que transciende el universo, pero que da atención personal a cada ser humano.

Dios ama su creación, su gente. Él vive en ellos, y a través de su Espíritu Santo, inspira una bondad fundamental en ellos. Los buenos corresponsables reconocen este movimiento del Espíritu como un don, y hacen esfuerzos para cultivarlo y crecer en su fe. Esta semana tome un tiempo para detenerse y ver a su alrededor, para estar consciente de la impresionante creación de Dios, y dar gracias por el cuidado amoroso y la preocupación de Dios por cada uno de nosotros.

Trigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 9/10 de Noviembre de 2013En la segunda lectura de hoy nosotros escuchamos a San Pablo motivar a los miembros de la comunidad en Tesalónica a dirigir sus corazones al amor de Dios a través de Cristo. Él quiere que estén completamente enfocados en Cristo, y en nada más. Él desea que ellos sean fortalecidos por el Señor y protegidos de lo que no sea como Cristo.

Los buenos corresponsables cultivan un “agudo rayo láser” enfocado en Cristo; no en las cosas que podrían darles imágenes o ideales falsos o superficiales. Pensemos acerca de nuestro propio enfoque cotidiano: ¿dirigimos nuestros corazones hacia Cristo o hay ahí otros “dioses” que reclaman nuestra atención? Como: ¿nuestra carrera profesional? ¿Las posesiones materiales? ¿La sexualidad? ¿Nuestro equipo deportivo favorito? ¿Nuestras inclinaciones políticas? ¿Nuestra vida cotidiana señala a Cristo para que aquellos que son más jóvenes y menos maduros en su fe aprendan de nuestro ejemplo?

Trigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 16/17 de Noviembre de 2013En el Evangelio de hoy Jesús sugiere que sus discípulos deben estar preparados para sufrir el ridículo, la persecución y tal vez hasta la muerte si ellos van a seguirle. Tal vez nosotros nos preguntemos algunas veces si soportar el ridículo y el desprecio son cosas que nosotros aceptamos cuando recibimos los sacramentos de iniciación. ¿No podríamos mejor caminar furtivamente en la vida con el menor dolor posible? Los buenos corresponsables toman seriamente su fe y encuentran consuelo en las palabras finales del Evangelio de hoy: “Ustedes serán odiados por todos a causa de mi nombre, pero aquel que persevere hasta el final, se salvará. En cuanto a ustedes hasta sus cabellos están todos contados.” Hagamos parte de nuestra rutina cotidiana de oración el pedir al Espíritu Santo el valor de actuar en el nombre de Jesús sin importar las consecuencias.

Nuestro Señor Jesús Cristo Rey del Universo Fin de Semana del 23/24 de Noviembre de 2013En el Evangelio de hoy nosotros escuchamos acerca de los jefes que despreciaban a Jesús, los soldados que se burlaban de él, el malhechor que lo insultaba, y la gente que estaba allí sólo observando. La cruz en nuestra parroquia se encuentra elevada. A pesar de ello, cada domingo hay quienes se paran frente a ella y no son conmovidos por ella. Hay gente que camina justo frente a la cruz, con actitud indiferente hacia ella. Tal vez han caminado tantas veces frente a ella que ya no lo le dan importancia. ¿Podría ser que son indiferentes porque el corazón de este ladrón incrédulo está en ellos/as? Los buenos corresponsables caminan frente a la cruz, le prestan atención y se preguntan a sí mismos: “Haz hecho todo esto por mí, ¿qué he hecho yo por ti Señor?”

Le recomendamos encarecidamente explorar el Foro del ICSC en el sitio www.catholicstewardship.org en el área de “miembros” donde los socios pueden compartir ideas y preguntas. La sección de Corresponsabilidad Parroquial es revisada diariamente por miembros del Comité de Educación y Servicios de Corresponsabilidad Parroquial.

International Catholic Stewardship Council

1275 K Street, NW, Suite 880Washington, DC 20005-4077T: (800) 352-3452F: (202) 682-9018

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