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Número 127 / 27 de Noviembre de 2013

EL JUEZ AMABLE

El Sporting es un equipo de Segunda División. Lo dice la realidad: esa es la categoría en la que milita, hasta que se demuestre lo contrario. Pero es un equipo llamado a marcar la diferen-cia. Por presupuesto, plantilla, esta-dio, historia y respaldo social, nunca debe ser uno más. Aunque eso debe demostrarlo sobre el campo. Ahí está el Deportivo de La Coruña; ha em-pezado a marcar las diferencias. El Sporting también debe hacerlo.

Todos los años suben a Primera Di-visión tres equipos. Ser este año uno de esos tres privilegiados es un ob-jetivo, pero no la meta definitiva. El Sporting debe aspirar a hacerlo sobre una base, sobre un proyecto serio, con una personalidad definida.

A nadie se le escapa que apoyarse en Mareo es una obligación para un equipo como el gijonés. El partido de Lugo sirvió para confirmar dos axio-mas: que en la cantera hay jugado-res que, con confianza y continuidad, pueden aportarle mucho a este equi-po, y que nadie pondrá pegas a que eso se complemente con jugadores que lleguen a Gijón a marcar la dife-rencia. Scepovic y Lekic lo están ha-ciendo, y por eso la secretaría técnica

GijónSport - Editorial

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se merece un aplauso. No siempre es así. Mareo, reforzado con lo que no haya en Mareo. Eso es y debe ser el Sporting.

Decía Sandoval, al acabar el partido de Lugo, que a él le da igual que los futbolistas salgan de Mareo o vengan de fuera. Cierto es que lo importan-te es que ofrezcan buen rendimiento. Pero si encima salen de la casa, eso significará que ha triunfado el escalón formativo del club.

Hoy, a las páginas de GijónSport, traemos a un árbitro que también ha marcado la diferencia: Mejuto Gon-zález. Lo ha hecho con una labor profesional impecable, pero también por unos valores humanos que le han granjeado la simpatía del mundo del fútbol. Y todo ello lo contamos en una revista digital que también pretende, humildemente, marcar la diferencia. Al menos, no ser una más.

“En Lugo quedó claro que en Mareo hay materia prima y que eso, reforzado con lo que no hay en Mareo, puede triunfar”

10. Enrique MejutoEl ex árbitro internacional comparte con GijónSport al-gunas de sus mil anécdotas como profesional del fútbol.

04. AnálisisRepasamos los detalles que no dejó el pasado domingo el Lugo-Sporting.

06. Borja LópezEl jugador del Mónaco de-butó este fin de semana con el primer equipo del Monaco y nos lo cuenta en su carta.

22. AlcorcónConocemos de cerca al próximo rival del Sporting.

28. Un asturiano en La MasíaEl portero José Aurelio Suárez nos habla sobre sus experiencias como jugador del Barça.

36. Raúl EntrerríosEl jugador del Barça de balonmano atiende a Gi-jónSport durante su paso por la ciudad para medirse al Juanfersa Grupo Fegar.

NÚMERO 127, 27 DE NOVIEMBRE DE 2013

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Especiales

C O N T E N I D O S

Otros temas

Y además...

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El pasado domingo, cuando faltaba algo menos de una hora para el partido en el Ángel Carro, a alguno se le atragantó el chocolate con churros que estaba tomando. Sandoval sorprendía con una alineación inédita hasta el momento y con la que asumía además un enorme riesgo. El de Humanes hizo buena aquella frase de “puerta grande o enfermería” que pronunció hace algo más de un año durante su presentación con el Sporting.

Jugar con una defensa de tres, dar entrada en el once a Sergio Álvarez y colocar a dos delante-ros en punta dividió rápidamente las opiniones. Había quienes consideraban esta apuesta como un auténtico suicidio, otros veían en el once un bandazo de Sandoval y no faltaban tampoco los que consideraban que la idea podía salir bien.

Sea como fuere lo cierto es que a los pocos mi-nutos de comenzar el partido a todos nos entró un poco el miedo. El Lugo se adelantaba con

uno de esos goles ante los que hay poco que decir y parecía que la mañana iba a volverse bastante negra. De hecho los gallegos busca-ron desde ese momento el hueco en la banda izquierda rojiblanca y tuvieron alguna que otra llegada con la que podrían haber sentenciado el partido.

Lekic y Stefan deben jugar juntos. Es-tán en racha y condicionan al rival.

Sin embargo en esta ocasión las cosas salie-ron bien para el Sporting. El equipo fue ganando confianza a medida que avanzaban los minutos y supo aprovechar la altura de algunos de sus jugadores para tener ventaja en las acciones a balón parado. De ahí llegaron precisamente los goles. Uno de Luis Hernández, que tuvo por cierto una curiosa dedicatoria. El madrileño, o es muy lector o ha querido mandar algún men-saje a ciertas críticas.

CON UN PAR...DE SERBIOS

GijónSport - Análisis

GijónSport - Análisis

Imágenes: www.ligaadelante.es

Lo que ya se está convirtien-do en toda una tradición es el hecho de tener que destacar a Lekic y a Stefan, la pareja de serbios que mantiene vivo a este Sporting. El domingo los dos volvieron a marcar, en-tre ambos se asistieron para sus goles y demostraron que juntos pueden hacer aún más daño que cuando juegan por separado.

Sandoval ha dado por tanto con una tecla importante para seguir avanzando en la clasifi-cación. Lekic y Stefan deben jugar muchos más partidos, lo primero porque ambos están en racha, lo segundo porque solo su presencia en el terreno de juego condiciona al rival.

El Sporting ha vuelto por tanto muy reforzado de Lugo. Allí lo-graron una importante victoria ante un equipo que es ahora mismo un rival directo en la lu-cha por el ascenso. Allí se qui-taron también la espina de sa-ber lo que es ganar lejos de El Molinón, algo que aún no había ocurrido esta temporada. Allí se le dió también una oportuni-dad a Sergio Álvarez. El de Avi-lés formó un centro de campo hecho cien por cien en Mareo. Entre Sergio, Nacho Cases y Álex Barrera demostraron que este equipo tiene recursos y que la gente de casa, si tiene oportunidad, lo hace bien.

Desde el otro Principado

Por Borja López

Capítulo XI

Este si que ha sido un buen fin de semana para el Sporting y para el Mónaco.

El sábado por la tarde, viajé con el primer equi-po para Nantes. Desde allí pude seguir el partido del Sporting por mi portátil. Nada más llegar al hotel, después del pequeño entrenamiento que realizamos el domingo por la mañana, lo prime-ro que hice fue encender mi portátil y poner el partido del Sporting. Era el minuto 25, y el Lugo ganaba 1-0. Pero lo puse justo a tiempo, porque a continuación celebré los goles de Luis, en el minuto 28, y de Lekic , en el 34.

Como a las 13:30 teniamos marcada la hora de comer, solo pude ver los primeros 25 minutos de la segunda parte, con lo cual también pude celebrar el tercero, el de la conexión Serbia (gol de Scepovic a pase de Lekic). Los últimos mi-nutos me tocó seguirlos como pude desde mi móvil en la comida.

Al final llegó la primera victoria del Sporting fue-ra de casa. Me sorprendió mucho el once, muy arriesgado, que sacó Sandoval, pero me alegró ver a tres ex-compañeros y sobre todo amigos,

en el medio del campo. Nacho, Barrera y Ser-gio no tenían un partido nada fácil en Lugo, y se marcaron un partidazo. Me alegro muchísimo por Sergio, un gran ejemplo de profesionalidad para todos.

Por otra parte, de noche nos tocó el turno a no-sotros. Yo tuve que ver el partido desde la gra-da,ya que eramos veinte en convocatoria, y dos tenían que quedarse fuera para el partido. Des-pués de los últimos resultados que habíamos tenido en liga, y después de las victorias del PSG y del Lille esta jornada, no podíamos fallar. Al final un gol de Obaddi, con ayuda del defensa en el disparo, hizo que volviéramos a Mónaco con los tres puntos. El ambiente en el estadio fue espectacular. Cerca de 32.000 aficionados del Nantes animando sin parar. De esta manera, seguimos terceros, a cinco puntos del líder y a un punto del segundo clasificaco.

La próxima semana nos visita el Stade Rennais, y el Sporting recibe al Alcorcón, que llegará con muchas bajas El Molinón. Ojala sea otro buen fin de semana para ambos.

Un saludo.

El Sporting vuelve a casaTras jugar dos partidos lejos de El Molinón, los rojiblancos afrontan este fin de semana otro encuentro importante ante el Alcorcón. El equipo de Sandoval tiene la oportunidad de sumar por primera vez dos victorias consecutivas.

El de este fin de semana en El Molinón será el primer partido del mes de diciembre para el Sporting. Por delante quedan por tanto cuatro encuentros antés del parón navideño. Por eso en el equipo quieren aprovechar la buenas sen-sanciones que ha dejado la victoria en Lugo para continuar escalando puestos en la clasificación.

Los de Sandoval saben por otro lado que termi-nar bien el año puede ser un empujón importan-te de cara a lo que está por llegar en 2014. No hay que olvidar tampoco que el equipo tiene la ocasión de sumar por primera vez dos triunfos consecutivos.

Lo que está por ver es si Sandoval sigue apos-tando por el esquema que vimos el pasado do-mingo en tierras gallegas o si bien prefiere vol-ver al bloque habitual. Parece claro en cualquier caso que la pareja de moda, formada por Stefan y Lekic, volverá a repetir este fin de semana ante el Alcorcón. En cualquier caso lo importante es que el equipo pueda obtener unos buenos nú-meros en estos últimos cuatro partidos y ganar de paso en confianza de cara al año próximo. Ahora solo cabe pensar en Alcorcón, Hércules, Mirandés y Barça B, los cuatro próximos equi-pos con los que tendrá que enfrentarse el Spor-ting.

Sporting - AlcorcónDomingo 1/12 17:00

Hércules - SportingSábado 7/12 18:00

Sporting - MirandésDomingo 15/12 17:00

Barça B - SportingSábado 21/12 17:00

EL ÁRBITRO QUE HIZO AMIGOSPor David González / Fotos Gabino Jove

GijónSport - En portada

Su bagaje profesional es espectacular. Pero Manuel Enrique Mejuto González no presume tanto de haber pitado en dos Eurocopas, finales de Copa del Rey, varios clásicos o aquella histórica final de la Champions League entre el Liverpool y el Milan como de la cantidad de amigos que ha dejado en el mundo del fútbol. Y eso que el papel del árbitro, nunca es fácil.

A Mejuto González siempre se le recorda-rá por aquel “Rafa, no me jodas. Me cago en mi madre. ¿Penalti de quién?”.

Todo el mundo recuerda su conversación con el asistente Rafa Guerrero en La Romareda, captada con un micrófono indiscreto a través de una tecnología que, por excesiva, posterior-mente dejó de utilizarse. En realidad, aquella in-tromisión en una conversación privada no hacía más que reflejar al Mejuto real, natural expre-sivo y campechano. Un hombre que, aunque por su profesión pudiera parecer lo contrario, ha sembrado simpatía, naturalidad y honradez y, a cambio, ha recolectado amistades enormes en el mundo del fútbol. Y eso que era el encargado de juzgarles.

Quique sonríe cuando se le recuerda por enési-ma vez aquella anécdota. “Son cosas que pa-san en el oficio. Lo tengo asumido. A algunos les vino muy bien. Yo no lo utilizo para nada. Como mucho, creo que sirvió para que se viera el sufrimiento de un árbitro a la hora de decidir”.

Este funcionario de correos de 48 años ha deja-do el arbitraje activo, pero aporta ahora su ex-periencia como delegado arbitral y formador de colegiados. Ha sido uno de los mejores árbitros españoles, aunque afirma que lo mejor que le ha pasado ha sido “hacer amigos”.

Lo de Mejuto por el arbitraje no fue un impul-so vocacional. Al menos no fue suyo el primer paso. Le empujaron. “Alguien me vio carácter de árbitro”, explica. Ese alguien fue Enrique Blanco, organizador de un torneo de fútbol sala escolar en el Gervasio Ramos de Sama de Lan-greo. Entre los participantes, iba a estar un jo-ven Quique Mejuto, que tenía entonces catorce años. Él, que practicaba diferentes deportes, quería participar, como uno más. Pero Blanco le animó a hacer un cursillo de árbitro. “Era un chico serio, responsable y quizás por eso me eligió”. Le hizo falta carácter para aguantar las primeras presiones, al tener que dirigir partidos de chicos 3 ó 4 años mayores que él. Pero Qui-que resolvió la papeleta con brillantez.


“Llegaba con la bolsa a los campos y la gente se alegraba de que pitara yo”


Su buen hacer llegó a oídos de Gu-tiérrez, responsable de árbitros de la zona. “Me animó a meterme en el co-lectivo. Me dijo que había gente joven. Cuando llegué, me encontré que el más joven tenía 30 años”, explica con buen humor.

Asegura que recuerda incluso con más cariño aquella etapa que la pro-fesional. El arbitraje empezó a darle satisfacciones pronto. Pocos se lo decían, pero él notaba que se le valo-raba. “Llegaba con la bolsa a los cam-pos y sentía que la gente se alegraba de que pitara yo. En aquellos vestua-rios, entre los tabiques, se oía todo .Y escuchaba comentarios del tipo ‘hoy viene Mejutín’. Aunque no te lo digan o intenten disimularlo, sabes cuando eres bien recibido en un campo de fútbol”.

Rodeado de gente mayor que él y sa-biendo convivir con la exigencia y la presión que requiere la labor arbitral, Quique maduró a pasos agigantados. Mientras el resto de chicos imitaban a sus ídolos de la televisión, en las acciones brillantes y en las pillerías o malos comportamientos, a él le toca-ba corregirles, poner paz, tratar con presidentes o redactar un acta que se ajustara escrupulosamente a lo suce-dido. Por eso considera que el arbitra-je fue para él, pero también en gene-ral, “una escuela de vida”.

Cree que la sociedad ha tomado con-ciencia de la dificultad de su labor y ha evolucionado en el trato hacia los árbitros. Recuerda los comportamien-tos intolerables de algunos padres. Curiosamente, de entre los momentos desagradables, el que más le impactó fue uno que no le afectaba personal-mente. “Tuve que echar a un padre de Ganzábal II. Su hijo era el portero y él estaba detrás de la portería. Cada vez que el chico encajaba un gol, su padre le increpaba. Hasta que llegó a entrar al campo y darle una patada en el tra-sero. El chaval rompió a llorar. Fue el colmo. ¡Era un crío! Fui al delegado de campo, que me dijo que no podía hacer nada porque el padre ya había salido del campo. Le dije que enton-ces suspendía el partido. El delega-do habló con el padre y este se vio sorprendido y paró su actitud. Espero que fuera sensato y se diera cuenta de lo que estaba haciendo”. Tristemente, no es un caso aislado.


“Ahora triunfa la polémica. Cada uno sabe donde pone su dignidad”


Los insultos y descalificaciones que sufrió en su propia piel le duelen me-nos, aunque cuando se para a reflexio-nar lo lamenta. “Desgraciadamente, parece que está asumido que insultar al árbitro es algo natural. La gente cree que tiene derecho a hacerlo por haber pagado una entrada. Yo siempre pon-go el ejemplo del tenis; la gente paga su entrada y no tiene derecho a insul-tar a nadie. El derecho a animar o a protestar no te da libertad para ser un energúmeno. Recuerdo a profesiona-les prestigiosos, educadores algunos, subidos a una valla insultando a un ár-bitro”. Mejuto invita a una reflexión co-lectiva, asumiendo la dificultad de que esto cambie.

Desde su experiencia, y en su actual labor de formador, tanto de árbitros jó-venes como de profesionales, también hace autocrítica. “Tenemos lo que me-recemos”, dice enfadado cuando se le

recuerda la actitud de algunos excom-pañeros que ‘despellejan’ al colectivo para hacerse famosos. “El árbitro no nace en una nube. Forma parte de la sociedad. Y es un reflejo de lo que está pasando hoy en día. No triunfa el educado, el disciplinado y el profesio-nal; vende la polémica. Cada uno sa-brá donde pone su dignidad”.

Él lo ha tenido claro en todo momento. Ha rechazado ofertas para ser analista en medios de comunicación, sabien-do lo que pretendían de él. Cuando ha hecho colaboraciones, por ejemplo en TPA, ha tratado de ser instructivo y di-dáctico.

Se le ha quedado la espina de no pi-tar un Mundial. Debió hacerlo, pero la mala forma de uno de sus asistentes le condenó a quedarse fuera de Ale-mania 2006. “Era la guinda. Lo peor de aquello fue la espera: después de ha-ber sido el mejor en las pruebas, tener que esperar veinte días para saber la solución y que al final se diera aque-lla circunstancia. Fue duro, pero me hizo fuerte. Y sentí el cariño de mucha gente. De compañeros, futbolistas, in-cluso recuerdo a un señor que se bajó de un coche en Oviedo para darme un abrazo”.

Mejuto se siente querido, y sabe que siendo árbitro eso no es fácil. Recuer-da el reconocimiento que recibió du-rante su despedida de la Liga, en San Maméso la llamada de Jose Mourinho para desearle suerte antes del parti-do en el que colgó el silbato: la final de Copa de 2010 entre el Atlético de


Madrid y el Sevilla. Ese mismo día, el sevillista Dragutinovic, lesionado, se acercó con las mu-letas para darle un abrazo. Agradece que Ca-sillas recordara la conversación que tuvieron el primer día que le pitó, que el propio Íker le refrescó tiempo después: “Me señalaste un pe-nalti y cuando te dije que no era respondiste que creías que sí, pero que igual te habías equivo-cado”, rememoraba tiempo después el propio capitán madridista. O alguna cena ganada tras apostar con algún futbolista si había acertado o no al tormar una decisión.

Entre sus grandes amigos destaca también su paisano David Villa, con el que alguna vez tuvo que discutir en un campo. Broncas curiosas en-tre buenos amigos, como también lo son el res-to de asturianos de la élite. O Ballesteros y Salva Ballesta, con los que también tenía muy ‘buen rollo’. “Me llevaba mejor con los jugadores gue-rrilleros. Quizás porque sabía como tratarlos”, explica.

Alguien con quien también le unía una relación especial era Manolo Preciado. De hecho, escri-bió el epílogo para el libro de Rubén Díaz ‘¿Quién mejoraría a Preciado?’. Un texto lleno de cariño que agradece que Manolo pudiera leer. “Ahora lo releo y se me pone la piel de gallina. Sien-to como si fuera una premonición. A Manolo le hizo llorar. Yo le conocía desde los tiempos de la Gimnástica, cuando no tenía licencia de entre-nador y actuaba como delegado. Teníamos un carácter parecido y nos llevábamos muy bien. Era entrañable y no se merecía acabar así. En el banquillo era temperamental, pero respetaba la labor de los árbitros”.

Como buen juez, permanece neutral. No revela sus colores. “Yo soy asturiano”, y con eso zanja cualquier pregunta sobre a qué bando pertene-ce, deseando lo mejor a todos los equipos de la región. Y así se despide Mejuto González. Un buen árbitro. Un buen profesional. Y un buen tipo. El fútbol se lo ha sabido reconocer. Y eso, como él mismo dice, “a pesar de ser árbitro”.

“Me llevaba mejor con los jugadores guerrilleros. Quizás porque sabía tratarlos”


GijónSport - Opinión

A Javier Fernández se le agotan los días. Su aniversario como consejero del Sporting se presenta anodino. Va a resultar una tarea ardua encontrar sus aportaciones en esos 365 días. Llegados a tal nivel de degeneración, se trataba de actuar con contundencia, de adentrarse sin ambages ni pasos dubitativos. Sin embargo, su peregrinaje de los últimos doce meses no mere-ce de momento titulares noticiosos.

Como si fuera un paseo de domingo por la tar-de, Fernández se ha dejado ir. Todo hace indi-car que la Junta de diciembre se convertirá un año más en ese ejercicio ya consagrado en el que el Consejo presenta sus labores a la defen-siva, como si cada diciembre tuvieran que rendir cuentas sobre el legado de un gobierno anterior.

El balance, la cuenta de pérdidas y ganancias o el presupuesto anual, bien aliñados, se expon-drán con bríos de trabajo extenuante, de esfuer-zos titánicos contra la crisis general del fútbol.

La gran mayoría del capital social respaldará cada punto del orden del día. Las explicacio-nes, si se dan, quedarán en entredicho –cuando no refutadas por los hechos– en los meses si-guientes. Quizá se intente ofrecer una renovada imagen edulcorada, de tacto sigiloso con el ac-cionista minoritario. Nuevas formas que traten de esconder el fondo de siempre.

Un año después, el oscurantismo, uno de los principales males del Sporting, sigue reinando en las oficinas de Mareo. Poco se cuenta, casi nada se explica. Llegaron Iñaki Eraña y Fernan-do Losada, pero sigue Alfredo García Amado. Se fue Vega-Arango, pero continúa Antonio Vei-ga. La permanencia de dos de los tres hombres fuertes del Sporting en los últimos años sería la muestra más clara de que la vida sigue igual. No se conocen nuevos proyectos, nuevas ideas, formas distintas de gestión. En Mareo es im-prescindible un giro radical, no un cambio leve de decorado.

Javier Fernández va a cumplir un año dentro del Sporting. Se encontró un edificio tan destruido que parecía sencillo levantar algunos pilares. Por ello la decepción será aún mayor si en di-ciembre la vida continúa (casi) igual.

La vida sigue igualCarlos LlamasPeriodista@DeportesCopeA

Un año después, el oscurantis-mo sigue reinando en las ofici-

nas de Mareo

A.D. Alcorcón

El Alcorcón es un equipo que defensivamen-te está bien trabajado. Mantiene las líneas

juntas, intentando dejar poco espacio entre sus jugadores. No son tan intensos como en tempo-radas anteriores pero demuestran un gran com-promiso en el trabajo. No pierden la posición y es complicado crearles demasiadas ocasiones de gol

Ofensivamente intentan mantener la posesión de balón para salir combinando desde atrás pero sin arriesgar demasiado . No es un equipo excesivamente ofensivo y de ahí sus números. Tiene muchos problemas para ver puerta. Son el equipo menos goleado junto al Dépor, pero también es de los conjuntos que menos goles está acreditando, con 10. En el último partido fueron expulsados Nagore, Sergio Mora y An-tonio Martínez.Su entrenador trabaja mucho y bien las jugadas a balón parado, por lo que son peligrosos en este aspecto.

Entrenador: Miguel ÁlvarezEstadio: Santo DomingoCapacidad: 5.880Puesto en la clasificación: 14º (19 puntos)

GijónSport - El rival

Últimos resultados

PORTERODani Giménez: Llegó en verano procedente de Vallecas. Ha sido titular desde la primera jor-nada dejando al gijonés Manu Fernández en el banquillo. Está teniendo grandes actuaciones y demostrando muy buen nivel. Es un portero muy ágil y muy rápido en sus acciones . Bajo palos destaca más que en el juego aéreo, as-pecto que domina con tanta seguridad. Tiene un saque de volea preciso que a veces lo utiliza para montar alguna contra.

DEFENSABabin: Defensa con un gran poderío físico. Muy fuerte, con buen golpeo de balón y muy agresi-vo en sus acciones defensivas. Peligroso en las jugadas de estrategia.

Hector Verdés: Fichado este verano del Elche. Central que da sensación de seguridad y muy inteligente en su juego. No arriesga ni se com-plica con el balón. Demuestra gran atención en la marca y es muy regular en su rendimiento. No es rápido pero lo compensa con una buena colocación. Jugador muy fiable.

Ángel: Lateral muy disciplinado tácticamente. Con muy buena condiciones defensivas. Muy difícil de superar en el uno contra uno. No suele incorporarse demasiado en tareas ofensivas.

Iribas: Ex del Mirandés. Lateral que garantiza un gran despliegue físico en cada partido y muy intenso en la marca. Tiene recorrido e intenta incorporarse al ataque asiduamente aunque no destaca por su técnica.

MEDIOFernando Sales: Suele jugar por la derecha. Muy vertical , busca siempre encarar al defensa para buscar portería. A pesar de la edad está demostrando una buena condición física y man-tiene una aceptable velocidad lo que le hace pe-ligroso con espacios. Con el balón controlado tiene criterio y buena técnica.

Javito: Puede jugar como delantero o por ban-da. Destaca por su velocidad. Tira buenos des-marques de ruptura buscando la espalda de la defensa y posee un golpeo potente. Técnica-

mente aceptable. Defensivamente poco inten-so.

Dani Pacheco: El año pasado jugó desde Ene-ro en el Huesca cedido por el Liverpool. De los jugadores más desequilibrantes del conjunto alfarero. Gran técnica, buena visión de juego y capacidad para definir con eficacia las jugadas. Puede jugar en la mediapunta o tirado a una banda. Tiene movilidad, lo que hace complica-do su marcaje.

DELANTEROSergio Prendes: El asturiano está gozando de más continuidad este año tras tener pocas op-ciones durante la temporada pasada. En su eta-pa en Gijón jugaba por banda pero en Alcorcón también lo están poniendo de delantero. Juga-dor muy técnico, con buen primer toque y muy buen regate. Puede salir para cualquiera de los dos perfiles y tiene una velocidad aceptable. Se asocia bien con los compañeros con movilidad y desmarques.

Quini: Delantero que destaca por su capacidad para el remate dentro del área y por su juego de espaldas. Utiliza muy bien su cuerpo. Posee un remate de cabeza muy bueno y es muy inteli-gente en sus movimientos. Juega al límite del fuera de juego.

GijónSport - El rival

GijónSport - Reportaje

La primera vez que entré en la redacción de la extinta Punto Radio fue el primer rostro del que me acuerdo. Ella era becaria y yo empezaba en Madrid. Todo ha cambiado desde entonces y ambos hemos progresado por distintos

caminos. Es hora de que ella tenga la oportunidad de hablar claro de tópicos.

Rodrigo Fáez habla con...

Irene Junquera


GijónSport - Entrevista

Puedes ver a Irene Junquera cada noche en Punto Pelota (Intereconomía Tv)

Una de geografía. El ser de Madrid, ¿impide saber dónde está Asturias?Para nada, sé dónde está y he ido bastantes más veces de lo que la gente cree.

¿Me estás insinuando que has estado en Gi-jón?No, te digo que, además de Gijón, he estado en muchos sitios más.

¿Y Gijón te gustó?Sí, tiene ese encanto especial que también tiene el resto de Asturias. La playa de San Lorenzo, la gente, la sidra... La verdad que es un sitio pre-cioso que recomiendo a todo el mundo.

Eres un poco (punto) pelota...No, es que es la realidad.

Con Josep Pedrerol habláis sólo de Real Ma-drid y Barcelona...No, no y no. Yo hago cada poco reportajes de otros equipos. El año pasado, sin ir más lejos, hice reportajes del Athletic en Europa League y de la Real. Ah, y del Sporting también, no sé si conoces a unos chicos muy majos que se lla-man Lora y Nacho Cases...

Sí, los conozco, pero de majos nadaPues son muy majos. Se portaron genial y se nota que llevan al Sporting muy dentro.

Ok. ¿Ves al Sporting en Primera?Sí. Me gustaría que subiese, como el Dépor u otros equipos, pero el Sporting es un equipo histórico y su sitio es la élite. Da un aire distinto a la Liga BBVA y tiene que estar arriba caiga quien caiga.

A Sandoval le tuviste en Madrid, en el Rayo. ¿Cómo le ves?Lo veo como un buen entrenador. En el Rayo había jugadores, como en todo equipo que se precie, que no estaban muy contentos con él, otros que sí... Tiene un grandísimo equipo y es-pero que suba al Sporting.

¿Harías alguna promesa si sube el Sporting?No, eso de lo dejo a sportinguistas como tu, que bastante paliza dais en Twitter (risas).

GijónSport - Entrevista

“Gijón es un sitio precioso que recomiendo a todo el mundo”

Por Marcos Martín / Fotos: Cris Valle

Savia asturiana en La Masía

José Aurelio Suárez


A pesar de formar parte de uno de los clubes más importantes del planeta futbolístico, José Aurelio Suárez no ha cambiado. Sigue siendo el mismo ‘guaje’ dicharachero que, hace algo más de dos años, abandonó Gijón para defender la portería de uno de los equipos juveniles del Barça.

Dos años y tres meses en los que no ha parado de aprender. Tampoco de crecer. A José le ha tocado madurar lejos de casa. “En este tiempo, he empezado a valorar más las cosas. Porque echo de menos a mucha gente y porque te das cuenta de que eres un privilegiado”, explica.

También ha progresado bajo palos. Su pugna con el camerunés Ondoa ha dotado a la por-tería de los juveniles azulgranas de una calidad que no ha dejado indiferente a los técnicos de La Masía. Ambos aporrean con fuerza la puerta del filial del Barça; ese en el que hace no tantos años jugaban dos Campeones del Mundo como Pedro y Sergio Busquets.

Con ellos, y con el resto de estrellas de la cons-telación barcelonista, convive José en Sant Joan Despí. Aunque el primer equipo mantiene las distancias. “Es muy difícil tener contacto con ellos, cuando se están entrenando, no puedes verles”, explica el portero gijonés, que recuerda las veces en las que ha podido hablar, cara a cara, con ellos: “He hablado con Dani Alves al-guna vez, a Busquets me lo presentaron un día y con Villa sí hablaba más”.

Al de Tuilla le tiene un especial cariño, pero su ídolo –casi por exigencia del guión– es Víctor Valdés. “Reconozco que, de pequeño, me gus-taba Casillas. Ahora soy más de Valdés, me pa-rece más completo. Pero ya había cambiado de opinión antes de fichar por el Barça, ¿eh?”, ad-vierte entre risas.

Con Valdés comparte más que un puesto. Mu-chos en La Masía ven en José Aurelio Valdés un digno sucesor del internacional español. Ambos compartieron un entrenamiento en el que “estu-vimos todos los porteros de la cantera; nosotros entrenábamos y él nos iba corrigiendo los erro-res que teníamos”.


“Soy del Sporting, pero el Barça, el Atlético y el Real

Madrid me llamaron antes”


El Camp Nou ha sido una plaza de grandes guar-dametas. Con Valdés, el Barça ha encontrado en la portería una estabilidad que había perdi-do desde la marcha de Zubizarreta; hoy director deportivo del club. Otro mítico portero, Carles Busquets, también forma parte del organigrama técnico del Barça. Ambos son importantes en el camino de José hacia el primer equipo: “No entrenamos con ellos, pero Andoni nos ha dado charlas y Busquets, que es entrenador de porte-ros del filial, también”.

Su vida en la ciudad deportiva del Barça es muy sistemática. “Es muy tranquilo, y solemos hacer siempre lo mismo: desayunamos, entrenamos, comemos y por la tarde, vamos a clase”. Los residentes en Sant Joan Despí tienen libertad, pero sí deben rendir cuentas al club en algunos aspectos: “Podemos ir a comer fuera cuando queramos, por ejemplo, pero hay que decirlo porque llevan un control de las comidas”.

En La Nueva Masía, donde hay una placa con su

nombre por ser uno de sus primeros residentes, está contento. “Se vive bien, y no estamos muy lejos del centro. Por ejemplo, al Camp Nou va-mos en tranvía y tardamos media hora”. Pero a las puertas de los 18 años, José tiene ganas de abandonar la residencia y vivir en un piso, como muchos chavales de su edad. Lo podrá hacer la próxima temporada si sigue en Barcelona.Es su deseo. Después de tres años progresando en el equipo juvenil, llegar al filial es el próximo objetivo. José confía en sus posibilidades y es-pera en el andén de la estación, pendiente de coger el primer tren que pase por delante de él: “Quiero llegar al Barça B, es mi último año de contrato aquí, pero creo que puedo llegar al filial y estoy trabajando para ello”.

Ya está dando que hablar. A pesar de la dura competencia con Ondoa, sus buenas actuacio-nes en las últimas jornadas con el equipo de Di-visión de Honor generan debate en la Ciudad Condal. El Mini Estadi quiere disfrutar de sus paradas, como ya ha hecho en la Champions League juvenil.

“Soy gijonés… ¡Claro que me gustaría ser el portero del Sporting algún día!”


“Es una experiencia espectacular”, explica con una sonrisa en la cara José, “viajar por Euro-pa para jugar contra grandes equipos como el Milán o el Celtic… Y luego, ver los partidos del primer equipo, vivir el ‘You’ll never walk alone’ en Celtic Park es algo que no se puede olvidar”. A pesar de que su mente sólo piensa, de mo-mento, en azulgrana, su corazón no puede re-primir su sportinguismo. No oculta que, algún día, le gustaría ser el portero del Sporting. “Soy gijonés y del Sporting, no del Barça”. Pero el equipo de sus amores no le llamó cuando ya despuntaba en el Roces.

“Me quisieron varios equipos: el Real Madrid, el Atlético,… Y llegó el Barça”. Cuando se publicó el interés del club azulgrana, el Sporting quiso incorporarlo a Mareo, pero ya era demasiado tarde: José ya había tomado una decisión. “No sé lo que hubiese pasado si me hubiesen llama-do antes, pero me decanté por el Barça porque es el mejor club del mundo, y porque era ir a jugar a La Masía”.

Ahora, plenamente integrado en la vida barce-lonesa, trabaja duro para seguir progresando en una carrera en la que apenas ha dado los prime-ros pasos. Quién sabe, quizás dentro de unos años le vemos hacer el camino inverso que, en su día, hicieron Abelardo, Luis Enrique o David Villa. Sería una buena noticia para él. Y sobre todo, para el Sporting.


GijónSport - Balonmano

Por Marta Tejerina

El regreso más esperado

Raúl Entrerríos


Doce años después de la desaparición del Deportivo Gijón, el central del mejor equipo del mundo volvió a pisar la cancha del Palacio de los Deportes de La Guía, el último pabellón

donde jugó antes de marcharse de Asturias en busca del éxito del que ahora disfruta en Bar-celona. Su reencuentro con el lugar que le vio crecer como jugador supuso también el regreso

a la ciudad del mejor espectáculo del balonmano tras tres décadas sin Asobal.

Dice Sabina que al lugar donde fuiste feliz no debieras tratar de volver pero, al menos por

esta vez, sobraban los motivos para contrade-cir al maestro. Raúl Entrerríos llevaba muchos años soñando con vivir una noche como esta: la del reencuentro con el pabellón que le vio cre-cer como jugador de balonmano; la del abrazo sobre la pista con compañeros y amigos con quienes compartió sus primeros entrenamien-tos. Fue, en definitiva, el regreso a su casa, a la ciudad que tanto quiere y echa de menos. Gijón, donde empezó todo.

Alberto y Raúl eran tan sólo unos críos cuando les surgió la posibilidad de iniciarse en el ba-lonmano como una actividad extraescolar en su colegio, el Noega, en el barrio de Contrueces. Los hermanos Entrerríos decidieron apuntarse y probar un deporte en el que pronto empezaron a destacar. Ya entonces apareció en sus vidas un hombre que marcaría sus carreras: Alberto Suárez, el entrenador exigente que, siendo bien pequeños, supo ver en aquellos dos “guajes” a dos futuras promesas. “Desde el primer mo-mento hacía que tuviéramos seriedad y estuvié-ramos comprometidos con el equipo. Y eso es algo que me ha servido luego a nivel profesional. Sacrificarme, trabajar para el colectivo. Alberto nos lo intentó inculcar desde muy pequeñitos y siempre lo he tenido presente”, recuerda Raúl mientras observa algunas fotos de aquella épo-ca.

El tiempo fue pasando, los hermanos crecieron y dejaron de ser unos niños para convertirse en dos prometedores jugadores de balonmano. Al-berto, cuatro años mayor, inició su camino en solitario, separándose de Raúl que continuó en Gijón unas temporadas más. David Pellitero, Pablo Fernández, Javier Ancizu, Antonio Car-tón, Fernando Manuel, Jesús Álvarez “Chechu” y el propio Raúl Entrerríos, entre muchos otros, formaron el club Deportivo Gijón, entrenado por Alberto Suárez. El Palacio de los Deportes de La Guía fue testigo de los éxitos de aquel equi-po que, en 2001, se proclamó Campeón de Es-paña junior. “Guardo muy buenos recuerdos de aquella época, sobre todo con mis compañeros. Compartíamos todo. Salíamos de fiesta, estu-diábamos en el mismo instituto, íbamos juntos en coche a entrenar… Tenemos miles de histo-rias, no sabría quedarme con una sola. Todos estos, que éramos amigos del barrio, seguimos siéndolo ahora. Del poco tiempo que puedo pa-sar en Gijón, al menos un día lo dedico a estar con ellos. Ahora gracias al Juanfersa estoy mu-cho más en contacto con algunos”.

Eran buenos tiempos para el balonmano gijo-nés pero las dificultades económicas acabaron asfixiando aquel proyecto y, pocas semanas después de alzarse con el campeonato de Es-paña junior, el Deportivo Gijón desapareció, lo que supuso la estampida de grandes jugadores asturianos a diferentes clubes fuera del Princi-


“Estoy muy ilusionado y feliz, lo que estamos viviendo con el Juanfersa es muy importante para

los que llevamos dentro este sentimiento”.


pado. Raúl no se fue demasiado lejos. Fichó por el Ademar, equipo que conocía bien gracias a su hermano, que ya había pasado por el conjunto leonés unos años antes. A pesar de la cercanía con Asturias, dejar su casa no le resultó nada fácil. “Yo todavía era un crío, estaba acostum-brado a vivir con mis padres, a estar en casa con mi gente... así que me costó. Pero era el momento idóneo para salir y jugar en Asobal. Además, las referencias que tenía por Alberto eran muy positivas. Quizás me hubiera gustado seguir más tiempo en Asturias pero la desapari-ción del Deportivo Gijón lo forzó todo un poco. Al final, creo que fue una buena decisión”.

Tras seis temporadas, una Copa del Rey y una Recopa de Europa, Raúl dejó el Ademar para irse a Valladolid, donde logró su segundo título continental. Tres años pasó en Pucela hasta que en 2010 dio el gran salto de su carrera fichando por el Barcelona, su actual equipo. Ha ganado una Champions y tres Ligas, ha sido elegido mejor central de la Asobal dos temporadas con-secutivas y sobre la pista del Palau blaugrana ha vivido momentos inolvidables. Pero hay uno en concreto que fue especial para él por muchos motivos. Ocurrió hace tan sólo unos meses, la noche del 13 de abril. “Estaba jugando en casa contra el Balonmano Aragón de mi amigo Anto-nio Cartón y los dos estuvimos muy pendientes

de cómo iba el partido entre el Juanfersa y el Puente Genil. Cuando terminó nos llevamos una enorme alegría, nos hicimos una foto y la su-bimos a Twitter. Queríamos celebrarlo de algu-na manera, ya que no podíamos estar en Gijón. Además, nosotros, el Barça, ganamos aquel partido, así que para mí aquella noche todo sa-lió redondo…”, comenta riendo. Asturias volvía a tener un equipo en Asobal.

Raúl Entrerríos, al igual que muchos otros gran-des jugadores asturianos “en el exilio”, ha apo-yado desde el principio el proyecto del Juanfer-sa Grupo Fegar. Por eso celebró el ascenso del equipo como si, de alguna manera, también fue-ra un poco suyo. “Supuso un premio a todos los jugadores que llevan muchos años trabajando en Asturias. Había llegado el momento de tener, por fin, un equipo en la máxima categoría otra vez. El Gijón Jovellanos es un espejo en el que puede y debe mirarse toda la base del balonma-no asturiano. Los niños a los que les gusta y es-tán empezando en este deporte tienen ahora un referente en casa y eso es fundamental. Estoy muy ilusionado y feliz, lo que estamos vivien-do con el Juanfersa es muy importante para los que llevamos dentro este sentimiento”. Para él, la clave del éxito de este equipo se define con dos palabras: ilusión y hambre. “Hay mucho de-seo de hacer las cosas bien por parte de todos:


jugadores, cuerpo técnico, directiva… unido al impresionante apoyo de la afición. Eso también se traslada a la pista. Son un equipo muy unido, funcionan muy bien en lo colectivo, todos su-man. Defienden con mucha intensidad, se dejan la piel en ataque… Son rasgos muy representa-tivos del balonmano asturiano.” Raúl celebra la respuesta del público que, cada fin de semana, es si cabe más fiel al Juanfersa. “La gente esta-ba deseando tener balonmano de élite en casa. Además, después de vivir un partido en La Guía, ver cómo está el equipo, cómo se entregan… es inevitable que se enganchen. Se disfruta mu-cho, se pasa bien, este es un deporte que da muchas cosas al espectador.” Ahora, confía en que ese apoyo se mantenga en el tiempo para que el club pueda consolidarse y convertirse en un referente. “Hay que tener las cosas claras y saber que se seguirá necesitando el mismo apoyo que ha tenido este año durante las próxi-mas temporadas. La primera siempre es la de la ilusión, la de disfrutar de lo nuevo… pero luego hay que consolidarse. Es fundamental mantener ese bloque de jugadores y sumar gente que se amolde a lo que es este club. Pienso que están haciendo las cosas bien, con una filosofía cla-ra, sacando chavales… Con la cantera que hay en Asturias creo que tendremos Juanfersa para rato.”

La alegría del ascenso del Juanfersa llegó me-ses después de que Raúl Entrerríos sufriera el mazazo más duro de toda su carrera. Una le-sión en la muñeca días antes de comenzar el Campeonato del Mundo celebrado en España le impidió formar parte del equipo nacional que, liderado por su hermano Alberto, se hizo con el oro. “Fue el momento más duro que he vivido como deportista. Creo que a día de hoy toda-vía no he conseguido encajarlo. Después de ju-gar tantos campeonatos fuera de casa, tenía la oportunidad de competir en mi país, de hacer

algo grande delante de mi gente y además junto a mi hermano… Se daban muchos factores para hacer de este Mundial algo muy especial. Tenía muchísimas ganas de disputarlo. Y lesionarme justo durante la preparación, ya con el equipo, fue un palo terrible. Por supuesto que me alegré un montón por todos mis compañeros, también por Carlos Ruesga que entró en mi lugar, pero ha sido muy duro para mí.” Raúl guarda en su casa la medalla de oro que Valero Rivera qui-so que tuviera, como parte del grupo que es, a pesar de no haber podido jugar. Un trofeo que tiene, para él, un sabor dulce y amargo a la vez. Junto a ella, sus otros grandes logros con la Se-lección Española: el oro en el Mundial de 2005 y la plata en el de 2011, la plata en el Europeo de 2006 y, la niña bonita, la medalla de bron-ce en los Juegos Olímpicos de Pekín, en 2008. “Todos tienen su importancia… Ser Campeones del Mundo como lo fuimos en Túnez fue algo in-creíble. Es de esos títulos tan grandes que veías por la tele y te parecían inalcanzables, así que cuando lo consigues es como un sueño... Pero creo que la medalla olímpica es incluso más es-pecial. Unos Juegos Olímpicos son lo máximo para un deportista, es muy difícil poder estar ahí, y encima traer un metal significa haber lle-gado a lo más alto. Guardo ese bronce en Pekín como el más importante de todos los títulos que he conseguido en mi vida.”

Esa medalla la ganó junto a su hermano Alberto, una de las mayores estrellas del balonmano a nivel mundial. Raúl le considera un ejemplo, en todos los sentidos. “Ha sido una suerte tenerle como hermano y como espejo en el que mirar-me. Tiene una filosofía de juego que pocos tie-nen. Siempre está pensando en ayudar, en crear espacios para los demás, en forzar situaciones que favorezcan al compañero… Es muy disci-plinado y comprometido. Sus valores son los que todo jugador debería tener.” Los Entrerríos


nunca compartieron equipo, tan sólo han coin-cidido en la Selección. “Habría sido muy bonito poder vivir con él la dinámica de un club, com-petir juntos por títulos como la Champions… Habría estado genial pero no pudo ser. Ahora ya lo veo muy complicado, pero me quedo con lo que hemos disfrutado juntos con España.” No es fácil ser el hermano pequeño de la estrella, pero Raúl nunca se ha sentido a la sombra de Alberto. Los dos han logrado llegar a lo más alto por sí mismos. “Quizás haya quien pudo pensar que yo, por ser el hermano de Alberto Entrerríos, tenía que rendir o hacer lo mismo que él… Y no es así. Comparto su filosofía de juego, tenemos la misma idea del balonmano y de hecho nos entendíamos muy bien en la pista, pero somos diferentes. Yo he ido poco a poco mostrando mi manera de jugar, he tratado de hacerme un ca-mino por mi cuenta y me ha salido bien.”

Con gran parte de su familia y amigos en las gradas, algunos de ellos también sobre la pista en el equipo contrario, Raúl volvió a pisar la can-cha de la que se despidió hace ya doce años. Impresionado por volver a ver el Palacio de los Deportes de La Guía casi a rebosar gracias al balonmano, no pudo disimular una emoción

que ya había empezado a sentir semanas an-tes de viajar a Gijón. “Ya viendo los vídeos del Juanfersa para preparar éste y algún otro par-tido me hacía muchísima ilusión ver el Palacio. Les decía a mis compañeros que se me ponía la piel de gallina…Ha sido muy especial volver a esa pista donde tanto entrené. Fue el último sitio donde jugué en Gijón, así que siempre es bonito regresar y más haciéndolo con el Barça. Siento que todo el trabajo que hice en ese pa-bellón ha dado sus frutos”. ¿Volverá algún día a jugar aquí como local? “Ahora mismo estoy muy contento en Barcelona, tengo todavía edad para competir en lo más alto por un tiempo, pero no descarto volver a casa algún día. Retirarme en el sitio donde empecé sería algo maravilloso, una manera perfecta de cerrar mi carrera deportiva. Y tal y como se están haciendo las cosas en el Juanfersa, no lo descarto en absoluto. Me haría mucha ilusión.”

Raúl Entrerríos es feliz en Barcelona, disfruta del mejor momento de su carrera siendo el eje del mejor equipo del mundo. Pero las raíces siem-pre tiran y, tanto él como su mujer, echan de me-nos Asturias. “Lo que más extraño es a la gente, a mi familia. Desde que juego en el Barça los


veo menos porque estoy más lejos que antes y eso se hace un poco duro a veces. Ahora, con las redes sociales, veo las fotos de Gijón que cuelgan mis amigos y me da un poco de envidia ver que ellos pueden disfrutar de la tierrina y yo no…” Algún día, espera, regresará a su ciudad para quedarse. Aunque quizás antes tenga que convencer al pequeño Iyán, que a sus cuatro años ya se ha convertido en un culé acérrimo. “A mi hijo le encanta ir al Palau a verme jugar. Cuando acaban los partidos, los niños pueden bajar a la pista, así que se lo pasa bomba. Y creo que me ha salido del Barça para toda la vida, está bastante obsesionado (risas)”. Todavía es muy pequeño pero si quisiese seguir los pasos de su padre y su tío, Raúl estaría encantado. “Aunque ahora las cosas están muy complica-das para nuestro deporte… ojalá para cuando él sea algo mayor haya mejorado todo”. Lo que sí tiene claro es que le gustaría que practicase un deporte colectivo, sea balonmano o cualquier otro. “Creo que es muy positivo porque yo lo he vivido así. Jugar en un equipo me ha aportado muchísimas cosas, unos valores, una manera de afrontar las distintas situaciones de la vida… Pienso que sería bueno para él.” De momento, para que no olvide sus orígenes, ha prometido llevarle a Iyán una camiseta del Juanfersa. “Se la pondré encantado. Le deseo lo mejor a este equipo. Aunque seamos rivales, no deja de ser el equipo de mi gente y de mi ciudad”.

Desde que conoció el calendario de Asobal, Raúl esperaba que llegase este día, el de su re-greso a casa. Gijón y Asturias llevaban mucho más tiempo, más de tres décadas, aguardando poder disfrutar de nuevo del balonmano de élite en la ciudad. El Barcelona brilló en un Palacio de los Deportes de La Guía a rebosar mientras a Raúl Entrerríos le brillaban los ojos de emoción ante los aplausos de su gente. Fue el regreso más esperado, por todos.


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