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EXPRESIÓN CORPORAL EN EDUCACIÓN FÍSICA: UN COSTOSO ENTENDIMIENTO

GALO SÁNCHEZ y JAVIER COTERÓN 1

EXPRESIÓN CORPORAL EN EDUCACIÓN FÍSICA: UN COSTOSO ENTENDIMIENTO Autores: Galo Sánchez Sánchez y Javier Coterón López Galo Sánchez: Escuela Universitaria de Magisterio de Zamora (UNIVERSIDAD DE SALAMANCA) Avda. Cardenal Cisneros, 34 49022 ZAMORA 980 54 50 10 – 616000541 [email protected] Javier Coterón: Instituto Nacional de Educación Física. INEF (UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID) Avda. Martín Fierro, s/n. [email protected] INTRODUCCIÓN ¿Sirve de algo tener a la Expresión Corporal entre los contenidos de la Educación Física obligatoria si no se imparten en la totalidad de los centros escolares de este país?. En un análisis intuitivo podríamos decir que el término “expresión corporal” está asumido como habitual en el léxico profesional de los docentes de la Educación Física. Puede que sea aceptado con agrado como algo necesario. Pensamos que la mayoría lo entienden como un bloque más del currículum que desde los años 90 se introdujo en la enseñanza oficial y que tiene una justificación racional. Bien es cierto que para que los profesores nos hagamos verdaderos transmisores del espíritu de la ley creemos que debemos pasar por tres fases de carácter personal, ineludibles y condicionantes del resultado de nuestras prácticas. La primera responde al QUÉ, la segunda al POR QUÉ-PARA QUÉ y la tercera al CÓMO. El QUÉ y el POR QUÉ-PARA QUÉ de la Expresión Corporal ha quedado puesto de manifiesto en las intenciones explícitas del diseño curricular con suficiente claridad. Podríamos resumirlas en un interés por dar un espacio al uso de la creatividad y la comunicación motriz de los alumnos, de la improvisación para el movimiento y del desarrollo de las capacidades rítmicas. Unos valores que, en lo corporal, tienen un peso en si mismos como para animar a los docentes a buscar formas de trabajo que desemboquen en esos objetivos. En su desarrollo teórico-práctico se manejan unas cualidades específicas que no se manifiestan con el trabajo de otros bloques de contenido, por lo que con más razón, deberían ser incorporadas al total del universo de la asignatura, ya que sin ellos podríamos decir que estaríamos dando una visión incompleta. En la realidad práctica, durante los quince últimos años se ha incrementado el interés de muchos profesores por investigar en este campo de forma individual o en grupos de trabajo y seminarios permanentes que se han afanado en la búsqueda del sentido de la materia dentro de la Educación Física (Torre, E. y Viciana, V.(2003); Learreta et al. (2005); Cachadiña et al.(2006); Sánchez, G. y Coterón, J. (2003), etc). Afortunadamente cada año se incorporan al mercado editorial novedades sobre la Expresión Corporal en la Educación Física que van llenando lagunas epistemológicas y metodológicas. Obras que surgen ya del conocimiento y la práctica de profesionales de nuestro país con propuestas que en general han sido ya experimentadas. Es una buena noticia y así ha de seguir para no tener que depender –como hace treinta años atrás-, de la bibliografía francesa o sudamericana. Han cambiado muchas cosas y entre otras la necesidad de vincular el movimiento expresivo a una sed de libertad, de grito y de



manifestación colectiva espontánea surgida del mayo 68 (During, 1992) que ya hemos superado. La cuestión es que aunque las propuestas que se publican con cierta frecuencia tratan de incidir en un mayor conocimiento disciplinar, no parece que sea fácil progresar en un aumento de prácticas de Expresión Corporal en las clases de Educación Física obligatoria. Muchísimos docentes son aún reacios a su introducción pues no se atreven a enfrentar unos contenidos que no les merecen confianza. Para propiciar la elaboración y puesta en marcha de unidades didácticas y sesiones de clase los profesores y maestros deben estar seguros de que merece la pena hacer planteamientos de clase que conduzcan a esos territorios. Deben llegar a estar seguros de que merece la pena plantear situaciones de aprendizaje a sus alumnos ya que de lo contrario están escondiendo una visión –tan importante como cualquier otra- y con ello colaborando a crear una laguna en la formación de sus estudiantes. Es natural pensar que las buenas palabras del discurso oficial (decretos, normas, etc) no sirvan por si solas para disuadir al profesor. Todos sabemos que nuestras prácticas son inseparables de nuestras experiencias vividas y de nuestros conocimientos arraigados en lo más profundo, por lo que el esfuerzo va mucho más allá de incorporar unas sesiones de clase y unos ejercicios. En realidad nos parece que el término “expresión corporal”, desgraciadamente, está aún muy vacío de contenido incluso para el grupo de docentes que, aún viendo claro el qué y el por qué-para qué, no acaban de encontrar un CÓMO en su intervención educativa cotidiana. El proceso requiere un largo recorrido porque además tampoco la formación inicial aporta un equipaje suficiente al aprendiz de maestro o licenciado. En ella sabemos desde dentro que nos queda mucho por ganar en rigor científico aun cuando existen ricas experiencias prácticas que nos hacen ser optimistas. Y sin embargo, para quienes nos movemos cada día en este campo, para quienes nos planteamos la dinámica educativa como una continua investigación en la acción, nos consta que hay un trasfondo mucho más profundo. Que hay mucho más de lo que acierta a entrever en la espesura y que es una tremenda pena que los niños y niñas de este país no estén viviendo experiencias de Expresión Corporal en su formación básica. Es una contrariedad que la Educación Física escolar de hoy, la del siglo XXI, no haya sabido captar las bondades del trabajo expresivo, creativo y comunicativo. Una dimensión que no solo vive en el ser humano, como creo que nadie pone en duda, sino que es quizá hoy más que nunca, una posibilidad muy atrayente para seguir evolucionando, para seguir construyendo de verdad un currículo abierto, flexible y diverso. EN QUÉ MOMENTO NOS ENCONTRAMOS. UN ARRIESGADO DIAGNÓSTICO Aquí es donde la cuestión se disuelve en un conjunto de situaciones individuales que diluyen todo el sentido de lo admitido como base común. Cualquier propuesta legislativa vale de poco si los agentes que deben materializarlo no lo asimilan ni se sienten dispuestos, o capaces, o con suficiente estímulo para llevar a cabo experiencias y prácticas que den forma a la intención.



Algunos profesores se han sentido atraídos por esclarecer las causas que puedan estar detrás de la falta de identificación con los contenidos de la Expresión Corporal. Así, en el contexto del I Congreso Internacional de Expresión Corporal y Educación celebrado en Zamora en julio de 2003, la profesora Ángela Vaquero aportaba datos de gran interés en su comunicación titulada “La presencia de los propósitos educativos vinculados a la dimensión expresiva del movimiento en educación primaria”. Desde su óptica de profesora universitaria vinculada a la formación inicial del maestro, su análisis nos ayuda a conocer los argumentos más admitidos por los participantes en el estudio.

Cuando preguntamos a los docentes los motivos por los cuales uno de los bloques de contenido que para la Educación Física señala el D.C.B. es absolutamente ignorado en su práctica, las respuestas giran en torno a: “son muy difíciles de preparar”; “a los críos no les gustan”; “no las conocemos”; “me dan miedo”, “no tengo recursos”, “no las identifico con contenidos propios de la materia”, “me preocupa que sean rechazadas por los chicos por ser de chicas”; “porque la Educación Física se identifica solo con el deporte”, “no se domina la materia”; “no motivan”..... Resulta curioso que preguntados sobre qué habría que incluir en la formación del profesorado para hacer realidad el trabajo asociado a este bloque de contenido no surgen apenas respuestas y las que surgen apuntan hacia: “mayor conocimiento”; “mayor convencimiento”.

La reflexión sobre los datos aportados llevan a la autora a unas conclusiones,

A modo de síntesis podemos decir que la influencia de la concepción dominante, el escaso apoyo institucional y el factor cultural 1, son elementos que condicionan la presencia de estas actividades en espacios marginales y periféricos dentro de la práctica docente, y que el docente, tal y como ha sido socializado, no pueda cuestionar esa concepción dominante que le lleva a privilegiar unos propósitos sobre otros.

En sintonía con estas opiniones creemos que aún no se ha llegado a una verdadera convicción por parte de todos los profesionales de que los objetivos afines a la creatividad motriz sean “de verdad” una parte más de la Educación Física. Debemos entender que la Expresión Corporal es un contenido incorporado hace relativamente poco tiempo y que la hegemonía de otros contenidos como los deportes o las habilidades dominan un terreno del que su pertinencia dentro de la Educación Física no es preciso convencer a nadie. Podríamos preguntarnos si este panorama es exclusivo de la Educación Primaria o si se mantiene en la Secundaria. Con intención de tomar referencias, nos apoyaremos ahora en un estudio realizado por profesores de la Escuela Universitaria de Magisterio de Segovia (Archilla y Pérez, 2003) mediante el estudio de casos de una muestra de profesores de secundaria. Sus aportaciones sobre el tema que nos ocupa nos ofrecen una realidad bien contrastable a través de diversos instrumentos de evaluación (cuestionarios, entrevistas personales, uso de diarios,...). Sobre las razones dadas por los profesores para no abordar con decisión estos contenidos,

En general hay una opinión común sobre la poca continuidad de estos contenidos a lo largo de ESO. Se piensa que en el currículum quedan a la libre

1 La negrita es nuestra.



interpretación del profesorado. Y esto favorece que la selección de los contenidos a desarrollar sea conflictiva. En cuanto a la metodología para algunos difiere de los otros contenidos en cuanto a la implicación activa en la clase, donde no a todo el profesorado le gusta participar, (les supone una barrera personal). Existen algunas incoherencias en cuanto a que con estas actividades se pretende favorecer momentos de creación y sin embargo en los ejemplos propuestos no existen.

Sobre las sensaciones de índole personal de cada profesor, los autores expresan que,

Al analizar sus pensamientos, sensaciones y sentimientos internos algunos confiesan no realizar este contenido como realmente quisieran por diversas razones como: inseguridad ante el desconocimiento de una correcta progresión o aplicación de estos contenidos en su aula por la falta de recursos didácticos. Por resistencias y miedos ante la implicación corporal que le supone y le compromete ante el alumnado, bloqueos por inhibición, por la supuesta pérdida del control de la clase que puede aparentar una metodología basada en la creatividad, en estas prácticas. Resaltan también la falta de coordinación y apoyo entre el propio profesorado del departamento para desarrollar con estos contenidos una correcta programación siendo una buena excusa para no desarrollarlos tampoco.

Los maestros y profesores están aún muy huérfanos de conocimientos y de experiencias que les aproximen con cierto grado de éxito a estos contenidos. La bibliografía publicada desde los años 70 y la más actual ayudan a centrar propuestas y pautas a quienes ya se han empezado a familiarizar con ellos, pero no consiguen nada con quienes están muy lejos por convicciones personales o por miedo a incorporar tareas de las que no se sienten seguros. Creemos que la Educación Física como disciplina también debe abrirse con más generosidad a este ámbito. El discurso más potenciado es sin duda el del deporte y casi siempre con exclusión de los demás. Se necesita una revisión conceptual que incorpore más a menudo la dimensión expresiva al discurso hegemónico de la Educación Física. Una mirada a algunos de los artículos más influyentes de los últimos años de la revista APUNTS, tomada aquí como una referencia de gran divulgación entre los docentes, nos hace reflexionar con un interés interpretativo:

- El desconocimiento de la materia es tan grande que, incluso en nuevas visiones más abiertas como la Praxiología Motriz apoyada en las investigaciones de Parlebas y su equipo, si bien se entienden las actividades diferenciadas entre Lúdicas, Deportivas y Expresivas, -lo cual ya es un avance-, a la hora de hablar de ellas con profundidad faltan aún muchos datos para que lo expresivo se sitúe en un nivel similar que lo lúdico y lo deportivo que, con mucho, disponen de más experiencias teórico-prácticas realizadas (Hernández Moreno y otros, 2000).

- Asimismo las aportaciones siempre interesantes de las editoriales firmadas por

el profesor Olivera, son reflejo de una visión que no contempla más que pequeños datos sobre la importancia de promover la creatividad motriz pero donde se percibe claramente un desconocimiento de las muchas posibilidades que puede ofrecer este tipo de actividades (Olivera, 2000 y 2001).



- Una última reflexión sobre la fuerza actual de la Educación Física “de siempre”.

Cuando la profesora Julia Blández realiza un estudio basado en la opinión libre de alumnos de secundaria sobre la Educación Física que reciben (Blández, 2001), de entre las muchas opiniones anónimas que los alumnos vierten en los buzones habilitados para ello, ni una sola de las observaciones tiene relación con actividades de expresión. Y eso, para quienes tenemos responsabilidad en la formación inicial de la Expresión Corporal sea de maestros o licenciados, nos llama poderosamente la atención ya que sabemos que nuestras propuestas pocas veces dejan indiferentes a nuestros alumnos.

Si echamos un vistazo a alguna de la bibliografía extranjera más influyente de los quince últimos años, tampoco podemos decir que hayan hecho mucho por ayudarnos a interiorizar la mirada de lo expresivo y creativo (Kirk, 1990; Tinning, 1992). Ante este diagnóstico entreverado de esperanzas positivas y dudas razonables, creemos que es un buen momento –siempre tiempos de cambio y reformas- para impulsar con decisión un bloque de contenidos que debe aspirar cada día a una mayor legitimidad conceptual y a un lugar más central en el desarrollo curricular de la Educación Física. Habría que hacer más esfuerzos por vincular de un modo más natural las situaciones de aprendizaje y los mecanismos metodológicos que la Expresión Corporal puede ofrecer a la Educación Física. Seguramente para ello tendremos que investigar más en los orígenes, en los momentos históricos que han marcado un itinerario y que, en España –que no en otros países europeos, por ejemplo-, han ligado los contenidos de la Expresión Corporal a la Educación Física. En nuestro país la realidad de su incorporación a la Educación Física es, ciertamente reciente. Las primeras experiencias de formación de profesorado nacieron en el INEF de Madrid de la mano de la música. Es interesante saber que quienes realmente defendieron la posibilidad de hacer un trabajo compartido son los profesores de música más avanzados, formados en los métodos Dalcroze y Orff. Ellos representaron una avanzadilla de las nuevas reformas por las que se apostó en la ley de Educación del 70. Sus propósitos educativos se plantearon como un quehacer global denominado Expresión Dinámica. A esa punta de lanza se iban a sumar los nacientes Departamentos de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de las Escuelas Universitarias de Formación del Profesorado. Es fruto del esfuerzo personal de algunos profesores que creían en el valor del movimiento como elemento inseparable para el aprendizaje de la música, como llegamos a la consideración del bloque de contenidos de Expresión Corporal en el DCB de la LOGSE2. Si bien hay que decir que la evolución disciplinar de las nuevas formas de Gimnasia irían desembocando en una renovada visión de las formas de enseñanza a las que también contribuiría la experiencia de los estudiosos europeos de la danza moderna. Por lo tanto, para seguir avanzando en superar la falta de entendimiento que estamos formulando, es necesario que el colectivo de docentes de la Educación Física haga un esfuerzo de re-apropiación del Movimiento Expresivo y Creativo. Que en su momento vino a nosotros como parte inseparable de un modo de hacer didáctica musical y que, 2 Algo que no pasó ni siquiera en Argentina donde aun con todo el desarrollo de un corpus científico que hizo Patricia Stokoe, nunca consiguió que entrara a formar parte del currículum de la Educación Física (Kalmar, 2005).



dada nuestra singular historia reciente de la Educación Física española, se entendió siempre como una parte no propia. Sin embargo, creemos que en el siglo XXI todos debiéramos tener capacidad para razonar que la mirada hacia el ejercicio físico, hacia el movimiento humano, pasa por una amplia visión de conjunto. Algunos creemos que ya va siendo hora de incorporar con legítimo derecho una punto de vista del movimiento humano como hecho expresivo, estético, artístico y comunicativo que ha de ser impulsada también en la educación obligatoria, repetimos, con el mismo énfasis e interés con el que se impulsan otros contenidos más clásicos. Es curioso que haya muchos docentes que nos reconozcan que, tras superar las primeras resistencias tanto de alumnos como de profesores, los contenidos de Expresión Corporal se hacen imprescindibles dentro del programa. Porque son los alumnos quienes finalmente entienden su porqué y reivindican su presencia. Cansados a veces de practicar una sucesión de técnicas y modelos establecidos a priori, desean encontrar un movimiento más personal, un proceso de trabajo creativo y colectivo que les muestre con más sinceridad quiénes son y les ayude a comprender mejor sus motivaciones para el movimiento. Estamos seguros de que el trabajo de Expresión Corporal les implica por completo y les muestra la cara más humana del ejercicio físico. La experiencia docente y los años de práctica como formadores nos reafirman en la idea de que es preciso estar convencido de que una intervención adecuada en Expresión Corporal favorece profundamente el proceso educativo (el desarrollo de la personalidad y la socialización), provocando una actitud de implicación total en el alumno que hace que las experiencias vividas sean realmente una aportación muy significativa a su proceso de maduración como persona. Es necesario que el docente aprenda a cultivar ciertas actitudes y aptitudes sea cual sea el nivel en que ejerza, manteniendo una actitud abierta y participativa, capaz de aceptar sus limitaciones y de actualizar sus observaciones y reflexiones. Como nos recuerda Ivonne Berge (2000), el movimiento sincero, vivido con todo el ser, sólo puede transformar y mejorar al hombre hasta sus raíces más profundas. Y eso da argumentos para buscar una clase de Educación Física donde el cuerpo no solo se mueva, sino también se sienta.

CONCLUSIONES Nos parece muy importante que enfrentemos el siglo XXI desde una mirada renovadora y progresista de la Educación Física. Desde una mirada crítica que nos ofrezca nuevas posibilidades de enseñar y aprender (Sicilia y Fernández-Balboa, 2005). Creemos que en los próximos años los profesionales de la formación inicial tenemos que implicarnos más en ofrecer experiencias vividas con los alumnos que subrayen el valor educativo de la Expresión Corporal en las clases de Educación Física. Presentando actividades que den muestras de progreso, de mejora. No podemos caer en el estatismo y dejarnos arrollar por los contenidos que, siendo los más conocidos, practicados y apoyados aumenten aún más las distancias. Pensamos que si estamos ante contenidos socialmente construidos, este momento histórico exige una mirada sostenida desde el movimiento expresivo y comunicativo para la sociedad actual. Necesitamos, sin duda, un mayor apoyo desde dentro, confiados quienes nos empujen de que el valor educativo de la Expresión Corporal es hoy, más valioso que nunca.



Tenemos que afrontar la problemática de la expresividad dentro de la Educación Física tratando de hacerla más próxima a la didáctica de la asignatura. Tenemos que promover encuentros, jornadas de investigación y congresos que respalden sin titubeos la eficacia educadora de la materia. Llevar las conclusiones al papel y realizar publicaciones que animen a la investigación en la acción. A realizar procesos creativos que desemboquen en montajes escénicos y materialicen el aspecto artístico de la conducta corporal expresiva (Harf, R.; Kalmar, D. y Wiskitski, J., 1999). En definitiva, debemos mejorar la credibilidad de la disciplina y demostrar su validez para el aprendizaje motor.

”Desarrollar la creatividad debería ser el fundamento de la pedagogía…. aprender a hacer como los demás es un condicionamiento que no favorece la creatividad personal…” (P. Chauchard).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ARCHILLA, M.T. y PÉREZ, D. (2003) Los conflictos y problemas a los que nos enfrentamos el profesorado a la hora de desarrollar actividades expresivas en Educación Física. En SÁNCHEZ, G. (Coord..) Expresión, Creatividad y Movimiento. Actas del I Congreso Internacional de Expresión Corporal y Educación (pp.333-338). Salamanca: Amarú. BERGE, Y. (1979). Vivir tu cuerpo. Para una pedagogía del movimiento. Madrid: Narcea. BERGE, Y. (2000) Danza la vida. Madrid: Narcea. BLÁNDEZ, J. (2001). Lo que el alumnado de Educación Secundaria piensa de las clases de Educación Física y no se atreve a decirle a su profesor/a. En Revista APUNTS, nº 66 (pp. 20-30). Barcelona: INEFC. CACHADIÑA, P.; RODRÍGUEZ, J.J. y RUANO, K. (2006). Expresión Corporal en clase de Educación Física. Sevilla: Wanceulen.

DURING, B. (1992). La crisis de las pedagogías corporales. Málaga: UNISPORT. (En particular el capítulo 3. Expresión Corporal y críticas del deporte (139-147). HARF, R.; KALMAR, D. y WISKITSKI, J. (1999). La Expresión Corporal va a la escuela. En VARIOS. Artes y Escuela. Aspectos curriculares y didácticos de la educación artística. Buenos Aires: Paidós. HERNÁNDEZ, J. y otros (2000). ¿Taxonomía de las actividades o de las situaciones motrices?. En Revista APUNTS, nº 60 (pp. 95-100). Barcelona: INEFC. KALMAR, D. (2005). Qué es la Expresión Corporal. A partir de la corriente de trabajo creada por Patricia Stokoe. Buenos Aires: Lumen.



KIRK, D., 1990, Educación Física y currículum. Valencia: Servicio de publicaciones de la Universidad. LEARRETA, B.; SIERRA, M.A. y RUANO, K. (2005). Los contenidos de Expresión Corporal. Barcelona: INDE. OLIVERA, J. (2000). Algunas orientaciones sobre la educación (la educación física). En Revista APUNTS, nº 61 (pp. 3-4). Barcelona: INEFC. SÁNCHEZ, G. y COTERÓN, J. (2003). Las actividades de Expresión Corporal. En Tabernero, B. (Coord.). Educación Física. Propuestas para el cambio.(pp.199-238) Barcelona: Paidotribo. SICILIA, A. Y FERNÁNDEZ-BALBOA, J.M (Coord..). La otra cara de la enseñanza. La Educación Física desde una perspectiva crítica. Barcelona: INDE. TINNING, R. 1992, Educación Física: la escuela y sus profesores. Valencia: Servicio de publicaciones de la Universidad. TORRE, E. y VICIANA, V. (2003). Las dimensiones de la motricidad expresiva. En SÁNCHEZ, G. (Coord..) Expresión, Creatividad y Movimiento. Actas del I Congreso Internacional de Expresión Corporal y Educación (pp.233-237). Salamanca: Amarú. VAQUERO, A. (2003) La presencia de los propósitos educativos vinculados a la dimensión expresiva del movimiento en educación primaria. En SÁNCHEZ, G. (Coord..) Expresión, Creatividad y Movimiento. Actas del I Congreso Internacional de Expresión Corporal y Educación (pp.239-243). Salamanca: Amarú.

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