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Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006 54 CAPÍTULO 1.1.5. MÉTODOS PARA LA DESINFECCIÓN DE LOS ESTABLECIMIENTOS DE ACUICULTURA A. MÉTODOS PARA LA DESINFECCIÓN DE PISCIFACTORÍAS 1. PRINCIPIOS GENERALES La elección de los procedimientos de desinfección depende del tamaño, el tipo y la naturaleza de los materiales y sitios que hay que desinfectar. Con la excepción de la piel del personal y los huevos, que se deben desinfectar con productos no corrosivos, las superficies a desinfectar constan de tejidos o materiales entretejidos (vestidos, redes), superficies duras (plástico, cemento) o materiales permeables (tierra, grava). La desinfección es más difícil en el caso de las superficies permeables y requiere más tiempo. En el cuadro 1 se indican los ingredientes más comunes y los métodos a utilizar en función de esos criterios. El uso de productos químicos conlleva la implementación de medidas para proteger al personal y a los animales de cultivo y mitigar los efectos medioambientales. En primer lugar, es necesario proteger la piel y los ojos del contacto con sustancias peligrosas utilizando vestimenta impermeable, botas, protección ocular y un sombrero. El aparato respiratorio debe protegerse con una máscara y el operador no debe tocar alimento alguno sin haberse lavado a conciencia las manos. Finalmente, los productos deben almacenarse de forma que no represente ningún peligro directo o indirecto para la vida del animal/pez o para la vida humana o el medioambiente. El material debe limpiarse a fondo antes de su desinfección. El material orgánico generado/eliminado durante el proceso de limpieza, como el fango de un estanque, etc., debe eliminarse de una forma adecuada que impida la propagación de enfermedades por dicho material y de forma segura para el medio ambiente.. Lo ideal es que se establezcan procedimientos regulados para el uso de desinfectantes en acuicultura. Un esquema para la aprobación debe tomar en consideración el efecto de la desinfección contra los patógenos diana, así como las propiedades toxicológicas y eco-toxicológicas de los productos. Después de la desinfección o eliminación, el criadero debe reabastecerse de fuentes libres de la enfermedad Cuadro 1. Desinfección y método de uso Procesos Indicaciones Método de uso * Comentarios Físicos Desecación, luz solar Patógenos de los peces en el fango de los fondos Secar durante 3 meses a una temperatura media de 18°C El período de secado puede reducirse mediante el uso de un desinfectante químico Calor seco Patógenos de los peces sobre superficies de cemento, piedra, hierro, cerámica Lanzallamas, soplete Calor húmedo Patógenos de los peces en las cisternas de los vehículos de transporte Vapor a 100°C o más durante e 5 minutos

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Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006 54

C A P Í T U L O 1 . 1 . 5 .

M É T O D O S P A R A L A D E S I N F E C C I Ó N D E L O S E S T A B L E C I M I E N T O S D E A C U I C U L T U R A

A. MÉTODOS PARA LA DESINFECCIÓN DE PISCIFACTORÍAS

1. PRINCIPIOS GENERALES

La elección de los procedimientos de desinfección depende del tamaño, el tipo y la naturaleza de los materiales y sitios que hay que desinfectar. Con la excepción de la piel del personal y los huevos, que se deben desinfectar con productos no corrosivos, las superficies a desinfectar constan de tejidos o materiales entretejidos (vestidos, redes), superficies duras (plástico, cemento) o materiales permeables (tierra, grava). La desinfección es más difícil en el caso de las superficies permeables y requiere más tiempo. En el cuadro 1 se indican los ingredientes más comunes y los métodos a utilizar en función de esos criterios.

El uso de productos químicos conlleva la implementación de medidas para proteger al personal y a los animales de cultivo y mitigar los efectos medioambientales. En primer lugar, es necesario proteger la piel y los ojos del contacto con sustancias peligrosas utilizando vestimenta impermeable, botas, protección ocular y un sombrero. El aparato respiratorio debe protegerse con una máscara y el operador no debe tocar alimento alguno sin haberse lavado a conciencia las manos. Finalmente, los productos deben almacenarse de forma que no represente ningún peligro directo o indirecto para la vida del animal/pez o para la vida humana o el medioambiente.

El material debe limpiarse a fondo antes de su desinfección. El material orgánico generado/eliminado durante el proceso de limpieza, como el fango de un estanque, etc., debe eliminarse de una forma adecuada que impida la propagación de enfermedades por dicho material y de forma segura para el medio ambiente..

Lo ideal es que se establezcan procedimientos regulados para el uso de desinfectantes en acuicultura. Un esquema para la aprobación debe tomar en consideración el efecto de la desinfección contra los patógenos diana, así como las propiedades toxicológicas y eco-toxicológicas de los productos.

Después de la desinfección o eliminación, el criadero debe reabastecerse de fuentes libres de la enfermedad

Cuadro 1. Desinfección y método de uso

Procesos Indicaciones Método de uso * Comentarios Físicos Desecación, luz solar

Patógenos de los peces en el fango de los fondos

Secar durante 3 meses a una temperatura media de 18°C

El período de secado puede reducirse mediante el uso de un desinfectante químico

Calor seco Patógenos de los peces sobre superficies de cemento, piedra, hierro, cerámica

Lanzallamas, soplete

Calor húmedo Patógenos de los peces en las cisternas de los vehículos de transporte

Vapor a 100°C o más durante e 5 minutos

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006 55

Cuadro 1 (continuación). Desinfección y método de uso

Procesos Indicaciones Método de uso * Comentarios Rayos ultravioleta UV-C (254 nm)

Virus y bacterias 10 mJ/cm2 Dosis letal mínima

Físicos Rayos ultravioleta UV-C (254 nm)

Necrosis pancreática infecciosa (NPI) y nodavirus (VNN/VER8) en el agua

125−200 mJ/cm2

Químicos Ácido acético Anemia infecciosa del

salmón (AIS) 0.04–0.13%

Amonios cuaternarios

Virus, bacterias, manos, superficies de plástico

0.1–1 g/litro durante 1–15 minutos

Resistente al virus de la NPI

Cala Patógenos de los peces sobre base de tierra seca

0,5 kg/m2 durante 4 semanas Reemplazar en estanques con agua o vacíos desinfectados manteniendo los afluentes a pH <8,5

Hipoclorito cálcicoa

Bacterias y virus sobre cualquier superficie limpia y en el agua

30 mg disponibles de cloro/litre. Dejar que inactive durante varios días, o neutralizar con tiosulfato Na después de 3 horas

Puede neutralizarse con tiosulfato sódico. Ver las recomendaciones especiales

Cianamida de calcioa

Esporas en fondos de barro

3000 kg/ha sobre superficies secas; dejar en contacto durante 1 mes

Cloramina T Destruye la AIS 1% durante 5 minutos Cloramina T Destruye la NPI 1% durante 30 minutos Dióxido de cloro AIS 100 ppm durante 5 minutos En agua de baja carga orgánica Ácido fórmico Ensila los restos de peces pH <4 después de al menos

24 horas Destruye los patógenos bacteriales de los peces y la AIS, pero no la NPI

Formalina Patógenos de los peces en instalaciones precintadas

Liberado desde sustancias formogénicas, generalmente trieximetileno. Seguir las instrucciones

Resistente a los Nodavirus

Peróxido de hidrógeno

Virus de la AIS 0.02–0.06%

Yodo (yodóforos) Bacterias y virus en redes, botas y vestimenta

200 mg de yodo/litro durante unos segundos

Ver recomendaciones especiales

Yodo (yodóforos) Manos superficies lisas >200 mg de yodo/litro unos pocos segundos

Ozono Esterilización del agua, patógenos de los peces

0.2−1 mg/litro durante 3 minutos

Costoso y muy tóxico para peces y humanos

Ozone en agua de mar

Superficies, equipos 0.5–1 mg/litro de TRO9 durante 30–60 minutos

Compuestos de peróxido, v.g. Virkon

Virus de la NPI 1% durante 1 minuto

Ácido peracético Virus de la AIS 0.08–0.25% Hidróxido de sodioa

Patógenos de los peces sobre superficies resistentes con grietas

Mezcla: Hidróxido de sodio, 100 g Teepol®, 10 g Hidróxido de calcio, 500 g Agua, 10 litros Spray, 1 litro/10 m2 Dejar durante 48 horas

El desinfectante más activo Ca(OH)2 mancha las superficies tratadas; Teepol® es un agente tensioactivo.

8 Necrosis nerviosa vírica /Encefalopatía y retinopatía víricas 9 TRO: Oxidante residual total

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

56 Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006

Cuadro 1 (continuación). Desinfección y método de uso

Procesos Indicaciones Método de uso * Comentarios Químicos Hipoclorito sódicoa

Bacterias y virus sobre cualquier superficie limpia y en el agua

30 mg de cloro/litro disponible. Dejar que inactive durante unos pocos días o neutralizar con tiosulfato Na después de 3 horas

Hipoclorito sódicoa

Redes, botas y vestimenta De 200 mg a 1 g de cloro/litre disponible durante varios minutos. Dejar que inactive unos pocos días o neutralizar con tiosulfato Na después de 3 horas

Hipoclorito sódicoa

Manos Lavar con agua limpia o neutralizar con tiosulfato

a Peligroso − Véanse las precauciones indicadas en las recomendaciones generales

* Las concentraciones indicadas son las de la sustancia activa. NB: Los productos químicos deben ser aprobados para el uso prescrito de acuerdo con las especificaciones del fabricante.

2. NEUTRALIZACIÓN DE HALÓGENOS

El cloro y el yodo son muy tóxicos para los animales acuáticos y, a fin de evitar accidentes graves debido a una manipulación errónea, se recomienda neutralizar estos productos con tiosulfato de sodio – cinco moles de tiosulfato neutralizan cuatro moles de cloro. Las proporciones moleculares son las mismas para el yodo.

Por lo tanto, para inactivar el cloro, la cantidad de tiosulfato usada debe ser 2.85 veces la cantidad de cloro (expresada en gramos):

Número de gramos de tiosulfato = 2.85 × número de gramos de cloro.

Para el yodo, la cantidad de tiosulfato debe ser 0.78 veces la cantidad de yodo expresada en gramos:

Número de gramos de tiosulfato = 0.78 × número de gramos de yodo.

También es posible preparar una solución de tiosulfato al 1% por peso, en cuyo caso los volúmenes son los siguientes (en ml):

1. para el cloro:

28.5 × [número de litros de la solución desinfectante × concentración de mg/litro] / 100

2. para el yodo:

Hay que multiplicar por 7.8 en vez de por 28.5.

B. MÉTODOS PARA LA DESINFECCIÓN DE CRIADEROS DE MOLUSCOS

1. PRINCIPIO GENERALES

Los principios generales relativos a la desinfección de los criaderos de moluscos (criaderos, instalaciones) conllevan la aplicación de tratamientos químicos en concentraciones suficientes, y durante periodos suficientes, para matar todos los organismos patógenos que, en caso contrario podrían acceder a los sistemas de agua que los rodean. Como la toxicidad propia de los desinfectantes impide un uso seguro en aguas abiertas o en sistemas de agua abiertos, la desinfección sólo se puede aplicar de forma razonable a los criaderos y a las instalaciones donde se encuentran los tanques, y,

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006 57

como norma, deben neutralizarse todos los desinfectantes antes de su vertido en el medio ambiental que las rodea. Además, como los criaderos de moluscos están ubicados en agua marina, también deben eliminarse con cuidado los compuestos que se forman durante la desinfección del agua marina (oxidantes residuales).

Se considera que no es práctica la desinfección de los huevos y fases larvarias para la mayoría de los sistemas de moluscos. Además hay poca información sobre procedimientos específicos de desinfección para los patógenos de los moluscos (i.e. Marteilia spp., Haplosporidium spp., Bonamia spp., Perkinsus spp., iridovirus y niveles patógenos de los microbios marinos) o el agua marina. Por tanto, los desinfectantes y las concentraciones dependen de los patógenos de que se trate y de la esterilización del agua marina. Pueden considerarse tres fases en la desinfección de los criaderos:

a) pre-tratamiento del agua entrante, v.g. filtros (1,0 y 0,22 µm) o desinfección química (véase la sección B.2.) = protección de las existencias de moluscos;

b) tratamiento dentro de las instalaciones (especialmente los sistemas de reciclado) = protección de las existencias de moluscos;

c) tratamiento del agua entrante = protección del entorno.

2. DESINFECTANTES* − TUBERÍAS Y TANQUES

Se recomienda encarecidamente la desinfección de las tuberías y los tanques; la frecuencia de la desinfección variará de acuerdo con el volumen de producción de existencias de moluscos. Las concentraciones grandes de moluscos deberían ser sometidas a rotación entre tanques desinfectados tan a menudo como resulte práctico, y/o mantenerse en agua marina que haya sido desinfectada con ozono (véase la sección B.3.a) o con cloro (véase la sección B.3.b) y, a continuación, neutralizada. Debería colocarse en tanques previamente desinfectados cada nuevo lote de moluscos introducido en la instalación.

Puesto que la presencia de materia orgánica reducirá el poder de desinfección de la mayoría de los desinfectantes, se recomienda el filtrado del agua entrante (véase la sección B.1.a). Además, deben limpiarse concienzudamente todas las superficies antes de la desinfección. El detergente utilizado debe ser compatible con el desinfectante y uno y otro deben ser compatibles con la superficie tratada (v.g. las soluciones yodóforas son, por lo común, acídicas, por lo que no se pueden utilizar con sobre el cemento, que es alcalino). Debe asegurarse que los desechos resultantes del lavado son desinfectados antes de su eliminación. Es preciso cubrir por completo las superficies, v.g., usando un aspersor o empapador de de alta presión. Se ha de llevar ropa protectora adecuada mientras se trabaja con cualquier desinfectante (véase la sección A.1).

También se recomienda el secado (diario) al aire o el secado con calor de las tuberías, tanques y otro equipamiento (v.g. bombonas para el cultivo de algas), además de la desinfección de todas sus superficies, (especialmente en los casos de brotes de enfermedades de etiología desconocida).

a) El cloro normalmente se aplica como hipoclorito sódico (Chlorox®, la lejía casera, etc.). Se llenan todas las tuberías con 50 mg de cloro/litro (= 50 partes por millón [ppm]). Se deja expuesto un tiempo de al menos 30 minutos antes de aclarar con agua marina limpia. Esa solución es efectiva contra la mayoría de los agentes microbianos y los protozoos labirintúlidos. El agua marina clorada debe neutralizarse antes de antes de liberarla desde la instalación en que se encuentra. Se consigue una neutralización óptima filtrándola con carbón vegetal activo (elimina el exceso de cloro y cloraminas). También pueden usarse agentes reductores como el tiosulfato de sodio o la aireación (que no eliminan las cloraminas tóxicas).

* Está comprobado que los productos especificados son satisfactorios para los fines indicados; eso no implica que otros

productos no puedan ser igualmente satisfactorios.

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

58 Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006

b) Los yodóforos se aplican, por lo general, como soluciones alcalinas (Wescodyne®, Betadine®) a 200–250 mg de yodo/litro (ppm) con un tiempo de contacto de al menos 10 minutos.

NOTA: Los yodóforos no son efectivos contra ciertos protozoos en suspensión, v.g. más de 1000 mg de yodo/litro es tolerado por Labyrinthuloides haliotidis del abulón. Los yodóforos pueden ser efectivos contra los parásitos protozoos tras un secado al aire o con calor de las superficies de los tanques y de las tuberías.

3. DESINFECTANTES − AGUA EFLUENTE

a) Se ha usado con éxito el ozono para el control del contenido microbiano del agua efluente de las instalaciones de cuarentena.. Los componentes residuales, que se forman como resultado de la interacción del ozono con el agua marina (oxidantes residuales), a niveles de 0,08–1,0 mg/litro se consideran suficientes para reducir de forma significativa los microbios vivos (sobre todo bacterias).

NOTA: La existencia de una cantidad de ozono residual en agua marina es problemática debido a la formación rápida y continua de productos oxidantes en el agua marina. Los residuos formados por el ozono y el agua marina (hipobromito, bromina o ácido hipobromoso) son tóxicos para las larvas de la ostra (y posiblemente para las larvas de otros moluscos) y deberían eliminarse utilizando un filtro de carbón vegetal antes de circular a través/fuera de la instalación de moluscos. Para lograr una esterilización completa, , v.g. para cuarentena, puede que se necesite un tratamiento del agua marina con UV tras la ozonización.

b) El cloro administrado como hipoclorito sódico a una concentración de 25 mg de cloro/litro es efectivo contra ciertos protozoos (L. haliotidis); sin embargo, se recomiendan 50 mg de cloro/litro para la esterilización microbiana completa (como en el caso de las tuberías y tanques – véase sección B.2.a). Se pueden usar concentraciones más altas bajo ciertas condiciones (v.g. la cuarentena); sin embargo, dichas concentraciones requieren un tratamiento de neutralización proporcionalmente mayor y sistemas de escape para humos tóxicos que se producen.

c) Los yodóforos no son tan efectivos para eliminar los protozoos como los dos tratamientos mencionados anteriormente.

4. DESINFECTANTES − VESTIMENTA Y EQUIPO

Se limpian las superficies con detergente y desinfectantes antes de la desinfección propiamente dicha.

a) Se pueden usar yodóforos (v.g. Wescodyne®, Betadine®) a 200–250 mg de yodo/litro para un pediluvio. NOTA: Los yodóforos tiñen la ropa.

b) El cloro (solución de lejía casera con 50 mg de cloro/litro) también es efectivo para pediluvios o para el lavado del equipo.

c) El hidróxido de sodio (1% de NaOH + 0,1% de Teepol® u potro detergente) proporciona un pediluvio efectivo para las botas de goma. NOTA: No usar con calzado/botas de calle.

5. RECOMENDACIONES ESPECIALES

a) El cloro y el ozono producen compuestos oxidantes residuales de larga permanencia en el agua marina. El agua marina con una salinidad 35 partes por mil (ppt) contiene 60 ppm de iones de bromuro, que produce hipobromito en presencia de ozono. El agua marina artificial desinfectada, a la misma salinidad, produce bromina y ácido hipobromoso. Como estos y otros compuestos residuales son tóxicos para las ostras en fase larvaria (y posiblemente también para otros moluscos), debe pasarse el agua marina por un filtro de carbón vegetal antes de usarse con larvas de moluscos vivas.

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006 59

Los protocolos alternativos para la neutralización de halógenos incluyen el tratamiento con tiosulfato de sodio o potasio (véase la sección A.2).

b) Deben controlarse periódicamente los oxidantes residuales, especialmente en los lugares en los que hay fluctuación de la temperatura. Como no se puede medir con precisión el ozono residual del agua marina, deben establecerse protocolos de control alternativos, como un bucle de realimentación.

Debe haber sistemas de escape de humos para eliminar los humos tóxicos (producidos durante la desinfección) de áreas de trabajo cerradas. Para la eliminación de los humos tóxicos debe cumplirse la normativa local relativa a la atmósfera.

c) Pueden utilizarse las siguientes prácticas de manejo para la reducción de la proliferación de patógenos oportunistas dentro de un criadero de moluscos o de una instalación de mantenimiento:

i) se han de mantener existencias de algas y cultivos libres de patógenos;

ii) se utiliza un filtrado de agua adecuado, desinfección regular de los tanques, tuberías y equipo, baños de pies y cambios de agua;

iii) se aíslan las existencias infectadas y el equipo asociado al primer indicio de enfermedad;

iv) se elimina la existencia infectada y se esteriliza el equipo;

v) se identifica la fuente de infección en la instalación de mantenimiento para evitar infecciones adicionales (existencias de algas, sistema de agua entrante, reproductores, existencia de larvas).

C. MÉTODOS DE DESINFECCIÓN PARA CRIADEROS DE CRUSTÁCEOS

1. PRINCIPIOS GENERALES

La elección del método de desinfección a utilizar en un criadero de crustáceos depende de muchos factores, entre los que se encuentran: la razón o razones de la desinfección, tanto si se trata de una instalación con reproductores, o criadero de engorde; y también depende del tipo de criadero de engorde. Puesto que los camarones peneidos son hospedadores de todas las enfermedades de los crustáceos excepto una actualmente incluida en la lista del Código de animales acuáticos, en la presente sección, se ocupará del camarón peneido.

2. RAZÓN/RAZONES DE LA DESINFECCIÓN

La desinfección es una herramienta común en el manejo de las enfermedades en la producción de camarones. Puede usarse como práctica rutinaria en programas de bioseguridad diseñados para excluir enfermedades específicas, así como una medida sanitaria rutinaria empleada para reducir la incidencia dentro de los criaderos, o puede utilizarse como parte de los esfuerzos para la erradicación de enfermedades. El motivo específico de la desinfección será determinante en la estrategia de desinfección utilizada y la forma en que ésta se aplica.

3. OCURRENCIA DE ENFERMEDADES DE LA LISTA OFICIAL

Cuando una enfermedad de la lista de la OIE, o una enfermedad emergente de importancia que no figura en esa lista ocurre por primera vez en un criadero concreto (i.e. en una instalación de cuarentena), o dentro de una región o país que se cree que previamente han estado libres de esa enfermedad, puede ser aconsejable, o incluso necesario, erradicar la enfermedad despoblando la

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

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instalación y llevando a cabo una desinfección concienzuda de toda o de parte de la instalación. En algunas situaciones puede ser necesario dejar inactiva una instalación durante un periodo definido de tiempo (véase el capítulo 1.7.1, Directrices para el cultivo rotatorio en acuicultura en el Código de animales acuáticos).

4. PREVENCIÓN DE LA EXTENSIÓN DE LA ENFERMEDAD A POBLACIONES SILVESTRES

El vertido directo de poblaciones enfermas de camarones vivos (en cualquier fase de vida; i.e. huevos fertilizados o sin fertilizar, larvas, postlarvas, juveniles o adultos) o productos de desecho provenientes de los mismos (i.e. desechos de la planta procesadora tales como conchas, trozos de camarones rotos, etc.) en aguas receptoras (i.e. arroyos, ríos, estuarios, bahías, áreas del litoral) constituye una práctica peligrosa que facilita la propagación de la enfermedad desde las poblaciones de cultivo a las existencias de crustáceos silvestres o a los criaderos cercanos en los que se usa el mismo suministro de agua, y eso no debería permitirse. Con existencias de cultivo, cuando se toma la decisión de eliminar una población (i.e. que se está cultivando en un tanque de piscifactoría o en un estanque de crecimiento) debido a la presencia de la enfermedad (o a una pobre actuación de cultivo que puede deberse a una enfermedad no diagnosticada), La existencia de un tanque o estanque debería recogerse y/o sacrificarse de forma humanitaria en el tanque o estanque. Debe desinfectarse el agua del tanque o estanque (véanse la subsecciones específicas que tratan de la desinfección de tanques y estanques en la sección 5) antes del vaciado. El tanque o estanque vacío debe desinfectarse antes de la repoblación.

5. SANEAMIENTO RUTINARIO Y BIOSEGURIDAD

Muchos criaderos de crustáceos, especialmente los destinados al cultivo del camarón peneido, emplean medidas que incluyen una serie de métodos de desinfección para la prevención y control de la enfermedad. Tales medidas pueden formar parte de un programa de bioseguridad rutinario que puede haberse diseñado para la exclusión de enfermedades específicas y o constituir medidas de exclusión de pestes y enfermedades.

5.1. Desinfectantes

La siguiente lista contiene los desinfectantes recomendados para usarse en criaderos de (el régimen de los desinfectantes adecuados para cada aplicación específica se discuten en la subsección correspondiente):

– cloro (a hipoclorito cálcico, HTH™ o una solución con lejía que contenga suficiente concentración de hipoclorito);

– gas formaldehído (de paraformaldehído sublimado o reacción concentrada de permanganato de formalina /potasio);

– yodo (del que contienen los yodóforos); – cal (como óxido de calcio o hidróxido de calcio); – luz UV (de la luz solar natural); – ozono; – vapor; – agua caliente (60ºC); – ácidos concentrados; – desecación; – detergentes (para limpieza general, teniendo algunos productos un cierto grado de poder

desinfectante).

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006 61

5.2. Criaderos y cultivo de reproductores/instalaciones de mantenimiento

Prácticamente en todos los criaderos de camarón peneido e instalaciones de cría/mantenimiento de reproductores se usa agua marina que ha sido desinfectada para eliminar posibles patógenos, insectos nocivos y agentes portadores de enfermedades por vía de filtrado mecánico, irradiación con UV y/o desinfección química. Esta se puede realizar mediante filtrado pasivo del agua originaria (i.e. mediante el uso de pozos de agua marina o puntos de los pozos) o mediante filtración mecánica con bombas de alta presión y una gama de mecanismos y tamaños de los poros para la filtración del agua. En algunas instalaciones se usa la filtración junto con la desinfección con luz UV del agua originaria, mientras que en otras se utilizan métodos de desinfección química, mediante cloración y descloración de grandes dosis de ozono y la subsiguiente eliminación de oxidantes residuales. Es típico que la desinfección química del agua original requiera la utilización de uno o más reservorios de almacenamiento en los que el agua se trata y se desintoxica antes de su uso en el criadero de camarón o la instalación con los reproductores. Hay numerosos manuales disponibles que se ocupan de los detalles relativos al diseño y manejo del cultivo del camarón, y en los que se ofrecen detalles sobre la desinfección del agua original.

a) Desinfección de los huevos y larvas en los criaderos de camarón peneido

Ciertas enfermedades víricas del camarón peneido (i.e. la Baculovirosis esférica, la Baculovirosis tetraédrica, las infecciones por Pavovirus hepatopancreático) se transmiten por contaminación fecal de los huevos depositados. Estas enfermedades, y las infecciones debidas a algunos otros virus de los camarones, tales como el virus de las manchas blancas, y ciertos agentes fúngicos y bacterianos de enfermedades pueden eliminarse o ver reducida su incidencia mediante el uso rutinario de protocolos de desinfección cuando se utilizan para desinfectar la superficie de los huevos y/o los nauplios recién incubados. A continuación se ofrece un método ampliamente utilizado:

Para huevos fertilizados10

Se recogen los huevos fertilizados. Se lavan con agua marina durante 1–2 minutos. Se sumergen totalmente los huevos en 100 ppm (partes por millón) de formalina durante 1 minuto. Se sumergen totalmente los huevos en yodóforo (0,1 ppm de yodo) durante 1 minuto. Se lava en agua marina corriente durante 3–5 minutos. Se transfieren a los tanques de cría de larva desinfectados.

Para nauplios11

Usando la respuesta fototáxica a la luz, se recogen los nauplios con redes o con cedazo. Se lavan con agua marina corriente durante 1–2 minutos. Se sumergen los nauplios en 400 ppm de formalina durante 30–60 segundos. Se sumergen completamente los nauplios en yodóforo (0,1 ppm de yodo) durante 1 minuto. Se aclara con agua de mar corriente durante 3–5 minutos. Se transfiere a tanques de cría de larvas desinfectados.

b) Desinfección de los tanques, equipo, tuberías, aireadores de piedra, etc..

Para el saneamiento rutinario, los tanques de incubación de huevos y los de los reproductores (i.e. tanques para la maduración de los reproductores, el apareamiento el desove, la cría de larvas, los viveros interiores) deben limpiarse, desinfectarse y secarse entre uso y uso. Los tanques utilizados para los fines antes expuestos en criaderos de crustáceos (especialmente los camarones) son normalmente tanques prefabricados de fibra de vidrio, o se construyen con cemento y madera, y recubiertos o pintados con material de resina (v.g. resina epoxy o resina y fibra de vidrio) o recubiertos con forros de plástico fabricados para ese fin. Tras recolectar la

10 Los huevos fertilizados son más sensibles a la formalina que los nauplios. 11 Los nauplios son mucho más fáciles de recoger que los huevos fertilizados en los criaderos

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

62 Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006

existencia del tanque, deben eliminarse todos los objetos sueltos y los restos orgánicos de tamaño grande, tales como algas, heces, y restos alimenticios. Cuando se trate de tanques de tamaño relativamente pequeño, es aconsejable, tras la recolección de la existencia, llenar el tanque completamente, sumergir todo el equipo que no tenga poros y sea resistente a la corrosión (i.e. tuberías de aire, piedras aireadoras, tubos verticales, pantallas, recipientes de muestreo, etc.) en el tanque y añadir, a continuación hipoclorito cálcico para obtener un mínimo de 200 ppm de cloro libre. Se deja que éste actúe toda la noche. Transcurrido un tiempo conveniente de empapado con el cloro, se puede vaciar el tanque y lavarlo con agua dulce. Antes de drenar el sistema, se debe desclorar el agua tratada (véase la subsección específica sobre cloración en la presente sección), salvo que se cuente con sistemas adecuados de colección y tratamiento de efluentes. Después de lavar el tanque se le deja que seque por completo. Si los tanques son grandes, se debe hacer una limpieza inicial del mismo para eliminar los restos sueltos y luego una desinfección con una solución concentrada (~1.600 ppm de cloro) de hipoclorito de calcio. Se deja reposar varias horas el contenido del tanque y luego se lava, se llena y se vacía. Luego se frotan las superficies hasta que queden limpias de cualquier resto. Tras la desinfección con cloro, tanto los tanques pequeños como los grandes deben lavarse con agua limpia, luego se llenan y vacían para asegurarse de que no quedan restos de cloro antes de repoblar el tanque para otra cosecha.

5.3. Desinfección de los estanques de crecimiento

Una vez efectuada la recogida rutinaria de la cosecha de un estanque de engorde (o de un tanque grande o canal utilizados para el engorde de una cosecha), debe inspeccionarse el fondo del estanque (o tanque). Deben tratarse o eliminarse los depósitos grandes de restos orgánicos. Eso es fácil cuando se trata de tanques forrados, canales, o estanques (i.e. vaciando y limpiando con una manguera de presión), pero representa un problema cuando se trata de estanques grandes con fondo de tierra. Se aplican muchos métodos para la desinfección y tratamiento del fondo de los estanques entre cosecha y cosecha. Esos métodos se describen detalladamente en varios manuales de acuicultura del camarón, y aquí nos limitaremos a listar brevemente algunos de ellos sin entrar en muchos detalles:

a) Cloración

Este desinfectante puede usarse para el tratamiento rutinario de los estanques entre cosechas o cuando el objetivo es erradicar la enfermedad. Después de vaciar el estanque, se retiran (y eliminan [véase la subsección sobre eliminación de cadáveres en la sección C.6]) tantos animales del sistema como sea posible (esto puede resultar difícil en sistemas en los que no sería práctica la eliminación de grandes cantidades de camarones muertos). Se rellena parcialmente el estanque (o se llena totalmente si es preciso), se interrumpe la adición de agua nueva, se interrumpe el vaciado del agua saliente, y se retira cualquier fuente interna o externa de aireamiento o cualquier medio de aireamiento que pudiera corroerse. Luego se distribuye una cantidad suficiente de hipoclorito cálcico granulado (como Olin HTH™) a fin de proporcionar una concentración de cloro residual libre de, como mínimo, 10 ppm dentro de todo el sistema de agua. (NB: La persona o personas que aplican el cloro deben llevar indumentaria externa impermeable para protegerse al piel, una máscara contra el cloro homologada y gafas o máscara facial para proteger los ojos.) Se redistribuye hipoclorito cálcico adicional con la frecuencia necesaria para mantener una concentración residual a 10 ppm. Deja que el sistema se asiente durante un mínimo de 24–48 horas (sobre todo si se aplica a sistemas grandes) a esa concentración mínima de cloro. El cloro matará todas los camarones y la mayoría, si no todos, de los organismos que ocupan la columna de agua o residentes en el estanque. Una vez que se ha tratado con cloro el estanque durante el tiempo mínimo necesario y antes de vaciar el agua, se neutraliza el cloro ya sea de forma pasiva por exposición a la luz solar y al aire durante aproximadamente 48 horas (sin añadir más cloro) ya sea añadiendo tiosulfato de sodio en una proporción de cinco (5) moléculas de tiosulfato de sodio por cada cuatro (4) moléculas de cloro (o de forma que el peso del tiosulfato de sodio sea 2.85 veces mayor que el peso del cloro del agua; ver el ejemplo siguiente).

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006 63

Tamaño del estanque

Profundidad media

Volumen Dosis de cloro

Cloro necesario

HTH (65% de Cl activo)

Tiosulfato necesario

1 hectárea 1 m 10.000 m3 10 ppm 100 kg 154 kg 285 kg

Debería comprobarse de forma periódica la presencia de cloro residual; no debe vaciarse el agua hasta que alcance 0 ppm. Una vez verificado que el nivel de cloro es 0 ppm, el agua del sistema puede descargar al sistema de salida del agua del criadero. En algunos sistemas de cultivo, más concretamente en los canales, tanques y pequeños estanques recubiertos (i.e. aquellos sistemas en los que la mayor parte de los camarones no se eliminaron antes de la desinfección), deben recogerse los camarones muertos para su adecuada eliminación (ver el apartado sobre eliminación de animales muertos en la sección C.6).

b) Encalamiento

La cal, en forma de óxido de calcio y de hidróxido de calcio, debe aplicarse en suelo muy húmedo en una proporción de 5.000 kg/ha o 1.500 kg/ha, respectivamente. Ha de procurarse extender la cal de modo uniforme por la superficie del suelo. Se mantiene el estanque encalado durante al menos una semana, o hasta que el suelo se haya secado y esté quebradizo con grietas de unos 10–20 cm de una profundidad. Se puede añadir más cal después de roturarlo (ver más adelante) en una proporción del 50% de la cantidad normalmente prescrita. Se debe dejar que se seque el estanque durante al menos una semana, dependiendo del tiempo atmosférico.

c) Secado y roturado

Tanto si un estanque es tratado con cloro o encalamiento o se deja que se seque sin tratamiento como si no, el roturado se usa comúnmente para tratar el fondo del estanque a fin de reducir su contenido orgánico, mejorar el reciclado de los nutrientes, el pH de los tampones, eliminar los insectos nocivos y lograr la desinfección mediante una combinación de degradación microbiana, exposición a la luz solar, aireamiento y desecación. En algunas regiones, el secado y roturado del fondo de los estanques secos sólo se puede realizar durante la estación seca. Cuando es posible secar el estanque, debería dejarse que el estanque se seque hasta que la superficie del fondo se agriete hasta una profundidad de unos 10 cm. Una vez alcanzado ese nivel de sequedad, debe roturarse el suelo hasta una profundidad de unos 20 cm con un arado, labrador, rastra de discos, escarificador de dientes u otra herramienta agrícola similar. Los estanques así tratados deben mantenerse en ese estado durante al menos una semana antes de volver a llenarlos y repoblarles.

5.4. Desinfección del agua originaria

Como varias de las enfermedades de los camarones de la lista del Código de animales acuáticos, al igual que otras varias enfermedades importantes, pueden introducirse en los criaderos de camarones por medio del agua originaria entrante cuando ésta contiene vectores o portadores (i.e. cangrejos marinos o larvas de camarones silvestres infectados), la mayoría de los criaderos operan con planes de bioseguridad que incluyen normas para la desinfección del agua entrante. Eso se puede lograr por diversos medios que pueden incluir la combinación de una o varias de las siguientes estrategias:

a) Filtración del agua entrante – el agua se bombea a un canal de suministro/sedimentación donde pasa en primer lugar por unas tramas gruesas de barras para eliminar animales acuáticos y restos de gran tamaño. Luego se pasa el agua por una serie de tamices cada vez más finos, y el filtrado final se hace pasando el agua por un tamiz de saco de malla fina (150–250 µm) antes de ser introducida en un estanque de cultivo o en un reservorio de almacenamiento.

b) En vez de usar redes de malla, algunos criaderos colocan estructuras de filtrado en el sistema de canales de suministro. Dentro de esas estructuras, hay una serie de compartimentos que se

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

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llenan con matrices de filtros, comenzando con grava gruesa para una primera eliminación de animales acuáticos y restos de gran tamaño, una sección intermedia con una matriz más fina de de arena y gravilla y la sección final, que contiene arena fina.

c) La cloración y descloración – se bombea el agua original a un canal de suministro o directamente a los estanques de cultivo o reservorios (con o sin filtrado) y se trata con suficiente cloro para eliminar cualquier vector o portador potencial del agua original.

d) ‘Intercambio de agua reducido o intercambio “cero”: En algunos criaderos se utilizan el aireamiento y re-circulación de agua suplementarios en estanques de cultivo y dentro de los sistemas de suministro y vaciado del criadero a fin de simplificar los requisitos relativos al agua original. Esto reduce el volumen de agua original que se ha de desinfectar antes de su uso y también reduce la pérdida de nutrientes en criaderos con agua efluente.

6. ERRADICACIÓN DE ENFERMEDADES Y LIMPIEZA COMPLETA DE LA INSTALACIÓN

Esta acción puede se necesaria para el control de las enfermedades cuando en un lugar ocurren enfermedades importantes que son intratables y en los que existe la opción de erradicarlas. El diagnóstico confirmativo de una enfermedad registrada en la lista o de una enfermedad emergente importante, aunque no listada, que ocurre por primera vez en un criadero concreto, en un lugar concreto (i.e. en una instalación de cuarentena), o dentro de una región o país de los que se creía que estaban libres de esa enfermedad, constituyen eventos indicativos de que puede ser aconsejable o necesario erradicar la enfermedad despoblando la instalación afectada y realizando una desinfección exhaustiva de toda la instalación o de parte de la misma.

El cultivo rotatorio en la instalación afectada durante un periodo de tiempo definido puede ser aconsejable en algunas situaciones (véase el capítulo 1.7.1, Directrices para el cultivo rotatorio en acuicultura en el Código de animales acuáticos).

Se pueden realizar los siguientes pasos/acciones para lograr la erradicación de una enfermedad mediante la limpieza completa de una instalación (LCI):

6.1. Despoblación de todas las existencias de camarones vivos de una instalación afectada

a) Se interrumpe la repoblación de la instalación.

b) Recolectar y vender (en caso de que esté permitido) las existencias comercializables en los circuitos comerciales normales. En algunas circunstancias puede ser aconsejable cocinar el producto antes de su comercialización. La cocción al vapor en agua hirviendo matará o inactivará todos los agentes conocidos de la enfermedad de los camarones.

c) Cuando se trata de existencias no comercializables, caben las siguientes opciones para su eliminación tras la recolección:

i) Incineración: se queman los camarones recogidos en una incineradora que esté homologada (si es necesario) por el gobierno. Las limitaciones de este procedimiento son inherentes a la eliminación de los camarones. Es decir, los camarones contienen gran cantidad de agua y, por tanto, este procedimiento puede sólo puede aplicarse con pequeñas cantidades de camarones o con cantidades mayores si los camarones se han secado antes de la incineración.

ii) Soterramiento: aunque esta técnica debería aplicarse en un número mayor de casos, aún tiene sus limitaciones. Se deben colocar los camarones en un hoyo de suficiente profundidad para que quepan todos, con 50 cm adicionales para el relleno que ha de cubrir los camarones. El hoyo debe estar a cierta distancia de la instalación sometida a LCI (limpieza completa de la instalación) TCU y a una distancia similar de cualquier otra

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006 65

instalación de cultivo de camarones. El agua del drenaje de la zona del hoyo no desembocará en el acuífero desde el cual se bombea el agua original al lugar de limpieza completa (o cualquier lugar de cultivo de camarones) o en la zona (estuario o playa) desde la que procede el agua original. Una vez seleccionado el lugar adecuado, se puede proceder al soterramiento. El fondo del hoyo debe cubrirse con óxido de calcio (cal viva) en una proporción de aproximadamente 500 g/m2 (5.000 kg/ha) o con hidróxido de calcio (cal rebajada o hidratada) en una proporción de unos 150 g/m2 (1.500 kg/ha). Los camarones deben colocarse dentro del hoyo en capas de unos 10 cm de espesor, cubriendo cada capa con cal rebajada o con cal viva en cantidad suficiente para cubrir por completo la capa de camarones (equivalente a más o menos 33–100% del peso de los camarones). El hoyo completo, incluyendo la capa superior de camarones debe cubrirse con un mínimo de 50 cm de tierra de relleno. En algunos lugares, debe consultarse a los funcionarios locales de medioambiente, sanidad pública y zonificación antes de cavar los hoyos para el soterramiento de los camarones.

6.2. Desinfección de tanques y estanques de cultivo

Para los métodos de desinfección, véase el apartado correspondiente de la sección C.5.

6.3. Procedimientos de limpieza de los componentes de una instalación distintos de las áreas de cultivo

Para que la LCII sea efectiva, puede ser necesaria una desinfección de la instalación completa después de que se hayan recolectado o eliminado los camarones de alguna otra forma. Tras la despoblación de la instalación, debe identificarse a cualquier portador animado o inanimado del agente de la enfermedad para su eliminación o para la desinfección exhaustiva de la instalación. Es fácil comprender el movimiento de los agentes patógenos entre los camarones vivos o los numerosos camarones muertos, lo que no puede decirse de su movimiento por la vía de los componentes inanimados. De ahí que todas las áreas, unidades, subunidades o componentes que se contaminan o son potencialmente contaminables deben someterse a un proceso de limpieza y desinfección. Consúltese la lista de desinfectantes y los correspondientes métodos de aplicación en el cuadro 1 de la sección A y la sección C.5.1.

a) Edificios

El régimen de desinfección debe ser específico para cada edificio y depende del patrón de uso del mismo.

i) Edificios de oficinas: lo más frecuente es que por estos edificios transiten a pie las personas que han estado en edificios o áreas de cultivo contaminadas. Por esa razón, los principales focos de atención deberán ser los suelos y las unidades de almacenamiento en frío del edificio Deben limpiarse los suelos de forma exhaustiva (si no son porosos) con detergentes estandarizados y soluciones de limpieza, y a continuación secarse de forma concienzuda. Si los suelos tienen alfombras, deberían de aspirarse y limpiarse con un detergente adecuado para las alfombras, o limpiarse al vapor. Todas las demás áreas de estos edificios, como paredes, lavabos, mesas, neveras, congeladores, etc., deben examinarse para ver si hay materiales contaminantes (i.e. camarones congelados en los congeladores) y cualquiera de esos elementos y su contenedor deben limpiarse y eliminarse siguiendo pautas sanitarias.

ii) Edificios de cultivo: debe suponerse que estos edificios han estado en contacto directo con agentes causales de enfermedades y, por tanto, habrá de tratárseles de forma diferente a la empleada con los edificios de oficinas. El régimen de desinfección de estos edificios consta de dos fases. En la primera, debe barrerse y/o aspirarse a fondo el edificio para eliminar la mayor cantidad posible de desechos tanto orgánicos como inorgánicos. En la segunda fase se aplica el tratamiento con cloro. Debe aplicarse una solución de cloro (~1600 ppm) rociando todas las superficies a prueba de corrosión por el cloro. Las

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

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superficies que no deban clorarse, se pasa una esponja con solución yodófora de, como mínimo, 200 ppm de yodo libre. Luego se las cubre con plástico u otro material protector. Las superficies del suelo pueden clorarse con una solución de cloro de 200 ppm, suficiente para que las superficies se empapen hasta una profundidad de 5 cm. Se las deja en ese estado durante un mínimo de 48 horas. Si alguna de las superficies rociadas es susceptible a la corrosión por cloro, se lava con agua dulce tras las 48 horas de tratamiento.

Para los edificios en los que la desinfección con cloro no resulta práctica, puede considerarse la fumigación con gas formaldehído. Después de una limpieza general se puede iniciar la fumigación de un edificio que se pueda sellar. El proceso completo, desde la primera fumigación hasta que el edificio puede ocuparse de nuevo debe durar un mínimo de 36–60 horas. Debe sellarse bien el edificio durante la fumigación, de forma que el gas no pueda escapar por ningún medio tras la fumigación. Si es posible, debe cortarse el fluido eléctrico del edificio. Para la desinfección con gas formaldehído, debe haber una atmósfera de 18°C con una humedad relativa alta (preferiblemente saturada, i.e. los suelos mojados, etc.). Para preparar el gas formaldehído, se añaden 17.5 g de permanganato potásico a cada 35 ml de formalina al 100% (una solución acuosa al 37–39% de gas formaldehído) por cada 2.83 m3 (100 pies3) de espacio. Lo ideal sería que cada compartimiento del edificio tuviese su propia fuente de gas formaldehído para asegurarse de que todas las áreas del edificio se tratan de modo uniforme. Deben pesarse por separado las cantidades adecuadas de cada compuesto (permanganato potásico y formalina); la formalina debe colocarse en un recipiente que no sea de plástico, con un volumen 10 veces superior al volumen combinado del permanganato potásico y la formalina juntos. (La persona que realice la fumigación con gas formaldehído debe llevar vestimenta externa impermeable para protegerse la piel y una máscara para gas formaldehído homologada y unas gafas o una pantalla facial para protección de los ojos.) Deben colocarse los recipientes con las cantidades adecuadas de los dos reactivos en el suelo, en el centro de la habitación y sobre una esterilla protectora (de plástico) desechable. En ese momento no deben mezclarse aún la formalina y el permanganato potásico. Cuando todas las habitaciones tengan las cantidades adecuadas de cada uno de los dos componentes, se haya sellado herméticamente el edificio y se haya acondicionado convenientemente la atmósfera, puede iniciarse la fumigación. Debe hacerse la mezcla de los dos componentes de forma rápida y cuidadosa, ya que la reacción se produce de forma inmediata y en cierto modo violenta a medida que se emite el gas formaldehído. Comenzando por la habitación más alejada de la salida al exterior, se añade el permanganato a la formalina y hace los mismos en la siguiente habitación. Cuando se haya terminado con todas las habitaciones se cierra con llave la puerta exterior y se sella con cinta desde el exterior. Se deja que el edificio permanezca en esas condiciones durante un mínimo de 12 horas. Transcurrido ese tiempo, se deja que el edificio se ventile con aire limpio durante 24–48 horas. Cuando se permita el acceso de la gente al edificio, no debe haber olor a formaldehído.

Una forma alternativa de generar gas formaldehído es la sublimación de paraformaldehído en polvo. Por cada 2.83 m3 (100 pies3) de espacio, deben usarse unos 28 g de paraformaldehído. Se puede sublimar colocándolo en una sartén eléctrica, que, a su vez, se coloca en alto. Este procedimiento es algo más peligroso, porque el formaldehído es inflamable y una chispa producida por la sartén puede, en teoría, encender el gas. Para el uso del paraformaldehído, deben seguirse los mismos procedimientos indicados anteriormente para la mezcla de la formalina y el permanganato y para la ventilación, etc..

iii) Edificios de procesamiento: estos edificios se suelen construir para permitir una desinfección rutinaria. Los procedimientos seguidos en la operación rutinaria de tales edificios son adecuados para la limpieza completa de las instalaciones (LCI), siempre que también se desinfecten y se sequen a fondo el edificio, sus habitaciones de frío y sus

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006 67

congeladores. Si se estima conveniente, puede aplicarse la fumigación con gas formaldehído a fin de asegurar la destrucción de los agentes patógenos pertinentes.

iv) Otros edificios: edificios como almacenes de alimentos, mantenimiento, cuartos de herramientas, etc, deben tratarse de forma similar al edificio de oficinas. Debe ponerse especial cuidado en la eliminación de de todos los desechos de tamaño grande, que suelen encontrarse en abundancia dentro de esos edificios. Las superficies potencialmente contaminadas de tales edificios deben rociarse con cloro y dejarse en ese estado 24–48 horas. A continuación deben lavarse con agua dulce. Todo el equipo, que no deberá exponerse a la acción corrosiva del cloro, será retirado antes del rociado, y se desinfectará con 200 ppm de yodóforo mediante el tipo de desinfección utilizada con superficies. Tras su desinfección, el equipo puede introducirse de nuevo en el edificio. Otra opción para este tipo de edificios es la fumigación con gas formaldehído.

b) Equipamiento y sistemas de soporte para el cultivo

Se trata de unidades operativas de la instalación de cultivo de camarones que pueden estar alojadas en un edificio.

i) Sistemas Artemia: todas las unidades y tanques de descapsulación y eclosión de los quistes de Artemia deben tratarse de la misma forma que los demás tanques. Deben limpiarse los desechos de tamaño grande de los tanques, luego deben llenarse completamente de agua limpia e hipoclorito cálcico para lograr una concentración final de 200 ppm (de Cl2 libre). Dejar que la cloración continúe durante 24–48 horas. Se puede clorar la parte exterior de esos tanques mediante rociado (1.600 ppm de cloro). Los tanques tratados pueden descolorarse luego con tiosulfato de sodio, vaciarse, lavarse con agua dulce dejando que se sequen durante un mínimo de una semana. Pueden retenerse los recipientes cerrados de quistes de Artemia de la instalación. No obstante, su superficie debe desinfectarse con cloro (200 ppm) o yodóforo (200 ppm).

ii) Sistemas de algas: los recipientes, tanques, estufas y habitaciones utilizadas para producir algas para la alimentación de formas larvarias de los camarones pueden manejarse y desinfectarse de modo casi idéntico al empleado para otros sistemas de tanques. La única diferencia importante es que debe asegurarse de que se han lavado todos los residuos de cloro de las unidades antes de volverlas a usar. En el caso de los tubos, frascos, bombonas y recipientes para cultivo de algas, puede usarse una combinación de lavado con ácido (10% HCl) y esterilización al vapor en lugar de la desinfección con cloro o con yodóforos.

No es posible la desinfección de cultivos existentes de algas vivas. La utilización de la desinfección está claramente fuera de lugar; cualquier compuesto que matara al agente de la enfermedad acabaría igualmente con las algas. De ahí que sólo existan dos formas de minimizar la probabilidad de que el agente patógeno este presente en las existencias de cultivo.

– Dilución: todos los cultivos stock pueden clonarse a partir de las propias existencias. Cada cultivo debe diluirse ya sea por diluciones seriadas (para caldo de cultivos) o veteado para colonias individuales (cultivos en agar). Todas las diluciones se deben hacer empleando técnicas estrictamente asépticas, autoclavando adecuadamente todos los medios. El paso desde los cultivos stock no debe ocurrir hasta que la habitación para cultivo de algas haya sido desinfectada según los procedimientos referidos anteriormente para los edificios. Una vez que un cultivo se haya diluido y clonado por cualquiera de esos métodos hasta el punto en que sólo permanece una célula del cultivo original, es insignificante el riesgo de que el agente de la enfermedad (de los camarones) pueda estar presente

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

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– Nuevos cultivos stock: Si se desechan los cultivos stock existentes como parte de una LCI, deben comprarse nuevas existencias en los laboratorios suministradores de algas, u obtenerse de otras fuentes en las que no es probable la existencia de contaminación por el agente causal de la enfermedad (de los camarones), como es el caso de las fuentes en las que las especies deseadas son aisladas de las poblaciones silvestres de algas. Los nuevos stocks de cultivo no deben proceder de una instalación que también cultive camarones y pueda estar contaminada con los agentes de la enfermedad de los camarones.

iii) Equipamiento de los criaderos: las redes, jábegas, mangueras de aire porosas, etc., que son relativamente baratas y fáciles de obtener deben desecharse y eliminarse de las instalaciones durante la LCI en lugar de desinfectarlas, puesto que no son fáciles de desinfectar y el cloro puede dañarlas y acortar su vida útil.

El equipo no desechable, como las mangueras flexibles de plástico de gran tamaño, las bombas y tubos, tanques de transferencia, jaulas, jaulas de cosecha, mesas de cosecha, discos Secchi, menaje de vidrio del laboratorio, etc., debe empaparse con cloro en soluciones de 200 ppm durante 24–48 horas. La mejor forma de hacerlo es colocar esos objetos en los tanques llenos con soluciones de cloro de 200 ppm. Deben sumergirse totalmente todos los elementos (poniendo los objetos más pesados sobre los que tienden a flotar). Un buen truco es colocar todo lo que esté suelto o pueda desatarse de su punto de atadura (excepto lo que se vaya a desechar), en la solución de cloro de 200 ppm de los correspondientes tanques.

En el caso de elementos similares asociados con los estanques, aquellos deben colocarse en series especiales de tanques colocados junto a los respectivos estanques. Esos tanques deben llenarse con soluciones cloradas de 200 ppm. Después de la cloración, esos elementos deben dejarse secar quedando expuestos a esterilización natural por UV (luz solar). Se les debe dar la vuelta al menos una vez para exponer todas las superficies de los elementos a la luz solar directa.

Las herramientas y la maquinaria, como tractores, camiones, generadores de luz portátiles y fijos, etc., deben limpiarse concienzudamente con soluciones de limpieza estándar. Debe retirarse de esos elementos cualquier resto de lodo, alimento para camarones, etc. A continuación, la desinfección de superficies que han podido contaminarse durante su uso normal, debe complementarse con un lavado a base de una solución yodófora (a una concentración de 200 ppm) o con limpieza al vapor.

Las pequeñas herramientas e instrumentos, como las básculas y balanzas, instrumentos de prueba, pequeñas herramientas eléctricas, etc., deben limpiarse cuidadosamente con una esponja empapada con solución de cloro de 200 ppm si son de plástico inerte, o con 200 ppm de yodóforo si son de otros materiales. Luego se deberían colocar de nuevo en sus respectivos edificios durante la fumigación con formaldehído. El equipo electrónico de prueba de alta precisión no debe someterse a fumigación, sobre todo si la probabilidad de que se haya contaminado en alguna ocasión es muy pequeña.

iv) Tuberías de “agua nueva”: todas las tuberías de agua nueva que se hallan dentro de los edificios, especialmente las que están cerradas por un extremo o terminan con varias ramificaciones deben rellenarse con una solución de cloro de al menos 200 ppm. La solución de cloro debe mantenerse dentro de la tunberías durante un mínimo de 24–48 horas, y a continuación deben lavarse las tuberías con agua limpia. Las tuberías también pueden desinfectarse recirculando en ellas agua caliente (>60ºC) durante varias horas.

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Capítulo 1.1.5. — Métodos para la desinfección de los establecimientos de acuicultura

Manual de pruebas de diagnóstico para los animales acuáticos 2006 69

v) Uniformes, botas, etc.: todos los elementos de la indumentaria de los empleados se deben o bien desechar o bien lavar a fondo y desinfectar. En el caso de la vestimenta, como los monos, un lavado con lejía de cloro es suficiente, especialmente si se acompaña de secado al sol. Otros elementos, como botas, guantes, y cualquier otro elemento que no forme parte de la indumentaria pueden empaparse sin problema con una solución de cloro a 200 ppm. A continuación se lavan con agua dulce. Estos elementos deberían encontrarse dentro de los correspondientes edificios en el momento de la fumigación con formaldehído.

vi) Elementos relacionados con la alimentación: todos los elementos utilizados para la alimentación, como piensos preparados, alimentos frescos (i.e. calamares, lombrices acuáticas rojas cortadas, Artemia congelada, moluscos bivalvos, etc.) deben retirarse de la instalación remplazándolos con nuevos alimentos procedentes de fuentes que se sabe que no están contaminadas con agentes causales de enfermedades de camarones

7. REPOBLACIÓN DE CRIADEROS DESINFECTADOS

Después de una LCI, la repoblación de las instalaciones desinfectadas de los criaderos se debe realizar con existencias que se sabe que están libres de las enfermedades que aparecen en la lista del Código de animales acuáticos o de otras enfermedades emergentes o importantes.

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