11 CMA la España del Exilio 011

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historia ~INFORMACION E HISTORIA, S. L.PRESIDENTE: Isabel de AzcárateADMINISTRADOR UNICO: Juan Tomás de Salas.DIRECTOR: David SolarSUBDIRECTOR Javier Villalba.REDACCION: Isabel Valcárcel, José María Solé Mariñoy Ana BusteloCONFECCION Guillermo L1orente.FOTOGRAFIA: Juan Manuel Salabert.Es una publicación del Grupo 16REDACCION y ADMINISTRACION: Madrid. Hermanos

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CUADERNOS DEL

MUNDO ACTUALAngel Bahamonde Magro, Julio Gil Pecharromán,

Elena Hernández Sandoica y Rosario de la Torre del RíoUniversidad Complutense

1. La historia de hoy.• 2. Las frágiles fronteras de Europa .• 3. La sociedad española de los años 40 .• 4. Las revolu·ciones científicas .• 5. Orígenes de la guerra fría .• 6. La España aislada .• 7. México: de Lázaro Cárdenas ahoy .• 8. La guerra de Corea .• 9. Las ciudades .• 10. La ONU.• 11. La España del exilio .• 12. El Apart.heid .• 13. Keynes y las bases del pensamiento económico contemporáneo .• 14. El reparto del Asia otomana .• 15. A·lemania 1949·1989 .• 16. USA, la caza de brujas .• 17. Los padres de Europa .• 18. Africa: tribus y Estados, el mitode las naciones africanas .• 19. España: «Mr. Marshalh>.. 20. Indochina: de Dien Bien Fu a los jmeres ro·jos. e 21. Hollywood: el mundo del cine .• 22. La descolonización de Asia .• 23. Italia 1944·1992 .• 24. Nas-ser .• 25. Bélgica .• 26. Bandung .• 27. Militares y política. e 28. El peronismo .• 29. Tito .• 30. El Japón de McArt·hur .• 31. El desorden monetario .• 32. La descolonización de Africa .• 33. De Gaulle .• 34. Canadá .• 35. Mujer ytrabajo .• 36. Las guerras de Israel. .37. Hungría 1956 .• 38. Ghandi.. 39. El deporte de masas .• 40. La Cuba deCastro .• 41. El Ulster .• 42. La Aldea Global. Mass media, las nuevas comunicaciones .• 43. China, de Mao a la Re-volución cultural. • 44. España: la emigración a Europa .• 45. El acomodo vaticano .• 46. Kennedy .• 47. El feminis·mo. e 48. El tratado de Roma .• 49. Argelia, de la independencia a la ilusión frustrada .• 50. Bad Godes·berg. e 51. Nehru. e 52. Kruschev .• 53. España, la revolución del 600 .• 54. El año 1968 .• 55. USA, el síndrome

:,del Vietnam .• 56. Grecia, Z.• 57. El fenómeno Beatles .• 58. Praga 1968 .• 59. El fin del mito del Che .• 60. W.. Brandt. e 61. Hindúes y musulmanes .• 62. Portugal 1975 .• 63. El Chile de Allende. e 64. La violencia política en Eu-

ropa. e 65. El desarrollo del subdesarrollo. e 66. Filipinas. e 67. España, la muerte de Franco. e 68. La URSS de Brez·nev. e 69. La crisis del petróleo. e 70. La Gran Bretaña de Margaret Thatcher .• 71. El Japón actual. • 72. La transi·ción española. e 73. USA en la época Reagan. e 74. Olof Palme, la socialdemocracia sueca .• 75. Alternativos y ver·des. e 76. América, la crisis del caudillismo. e 77. Los países de nueva industrialización. e 78. China, el postmaoís·mo. e 79. La crisis de los países del Este, el desarrollo de Solidarnosc en Polonia. e 80. Perú, Sendero Lumino·so. e 81. La Iglesia de Woytila .• 82. El Irán de Jomeini. .83. La España del 23 F.• 84. Berlinguer, el eurocomunis-mo .• 85. Afganistán. e 86. España 1982·1993, el PSOE en el poder. e 87. Progresismo e integrismo. e 88. El peligronucleartla mancha de ozono .• 89. Gorbachov, la perestroika y la ruptura de la URSS. e 90. La sociedad postindus.trial. e 91. La guerra del Golfo.• 92. Los cambios en la Europa del Este: 1989. e 93. La OTANhoy.• 94. La unifica·ción alemana. e 95. El SIDA. e 96. Yugoslavia .• 97. Hambre y revolución en el cuerno de Africa. e 98. Las últimas mi-graciones. e 99. Clinton .• 100. La España plural.

INDICE

6Aspectos cualitativos

8La primera década (1939-1950)

10El triunfo franquista

11El exilio universitario

14Las mujeres

14Españolas en la resistencia

15Al otro lado del Atlántico

16Características del exilio en

Francia

19Las organizaciones de ayuda:

SERE y JARE

22El exilio en Latinoamérica

24Otros países de Iberoamérica

27En Iberoamérica

30En la Unión Soviética

La Españadel exilioPor M. a Fernanda Mancebo

Profesora de Historia Contemporánea.Universidad de Valencia

El exilioespañol de 1939 debe enmar-carse en las migraciones de carácter políticoy obligado, equiparable por tanto a las ini-ciadas por los judíos y demócratas alema-nes e italianos, tras la ascensión de Hitler alpoder. La guerra civil española, además desus motivaciones internas, tuvo el carácterde lucha contra el fascismo. Y también, paramuchos, fue preludio y trágica introduccióna la Segunda Guerra Mundial.

La importancia cualitativa y cuantitativade este exilio ha sido puesta de relieve, re-cientemente, en numerosas publicaciones,en especial desde 1986-1989, fechas quedelimitan el aniversario de la guerra. Pione-ra, desde dentro de España, fue la obra co-lectiva, dirigida por José Luis Abellán: El exi-lio español de 1939. Y es innegable el co-nocimiento y vivencias del propio exilio, porparte de la oposición al régimen franquista.Pero el conocimiento de este proceso (ytambién el reencuentro) entre los españolesde dentro y de fuera, se ha realizado encambio muy lentamente. No hace mucho,por ejemplo, en un curso sobre el exilio delos valencianos, los universitarios asistentesreconocían que, en todos sus años de facul-tad, no habían oído hablar nunca de estefundamental hecho de nuestra historia con-temporánea.

En el puerto:Estos que ves ahora deshechos,

maltrechos, furiosos, aplanados, sin afeitar,sin lavar, cochinos, sucios, cansados,

mordiéndose, hechos un asco,destrozados, son, sin embargo, no lo

olvides, hijo, no lo olvides nunca pase loque pase, son lo mejor de España ...

(Max Aub. Campo de almendros.)

La salida de los españoles republicanos,fieles por tanto al gobierno legítimo de Es-paña, se inició en septiembre de 1936, se-gún el ejército rebelde iba tomando posicio-nes en la Península, especialmente en el PaísVasco, Santander y Asturias. Desde allí seestableció una corriente migratoria hacia elsur de Francia, calculada entre 160.000 y200.000 personas, de las cuales 35.000, yentre ellos 19.000 vascos, se quedaron allá.

El fin del exilio masivo se sitúa en Cata-luña y Valencia. Desde la batalla del Ebro,con la derrota republicana (julio-noviembrede 1938) la caída de Barcelona (enero de1939) se inicia el éxodo también hacia Fran-cia, tanto de fuerzas del ejército como de po-blación civil. Según el informe Vali~re, unas440.000 personas cruzaron la frontera, en-tre enero y febrero de 1939. Finalmente,desde el puerto de Alicante, ya perdida lazona centro-sur y tomada Valencia, salieronlos últimos españoles, bien en dirección aAfrica del Norte, bien hacia Francia, desdela que después se dirigieron hacia diferentespaíses de América del Norte y del Sur, el res-to de Europa y la URSS. El comienzo de laSegunda Guerra Mundial marca la impor-tancia del exilio americano, del que no to-dos pudieron beneficiarse.

Así pues los lugares de instalación, y por

orden de afluencia, son: Francia, AméricaLatina (especialmente México), la antiguaURSS y el resto de Europa. El norte de Atri-ca, generalmente con e"stanciaen campos deconcentración, fue un lugar de paso paraunos y otros destinos.

Según cálculos fiables (RubioJ 1977),aunque un poco a la baja en opinión deAróstegui (1992), al terminar la guerra el nú-mero de refugiados en Francia era de430.000. De ellos, aproximadamente300.000 soldados del ejército republicano.

A éstos hay que añadir otras concentra-ciones en Túnez y Argelia, que llegaban aunas 12.000 personas. En la URSS perma- .necían los 3.000 niños evacuados en 1937,según datos de la Cruz Roja, procedentes deMadrid, País Vasco y Cataluña. Un grupomucho más reducido de aviadores y mari-nos, en proceso de aprendizaje, que llegaríaa los 400, algunas otras personas (de las queya hablaremos) y los líderes y militantes delpartido comunista. En el resto de Europa(Bélgica, Inglaterra y Dinamarca) se repar-tían unos 3.000 refugiados, incluidos niños.Para América, en estas fechas (abril de1939), Rubio habla de alrededor de 1.000exiliados, entre ellos los niños de Morelia(México) y los intelectuales acogidos en laCasa de España.

Por tanto, el número total de exiliados seacerca en principio al medio millón, aunquese ha polemizado bastante acerca de estosdatos. Sin embargo, la cifra disminuye, drás-ticamente si se considera la situación a finesde 1939. En Francia quedan entonces unos140.000 refugiados, debido a la repatria-

Clan, el éxodo a terceros países (especial-mente México, desde el comienzo de laguerra mundial), la muerte en los camposde concentración, y el enrolamiento, a ve-ces forzado, en la Legión Extranjera france-·sa.

Como balance final, debe aceptarse la ci-fra de 162.000 personas en Europa, que nopor escasa en relación a la primera oleadahay que menospreciar. Es la consideracióncualitativa -la especial calidad de los emi-grados- la que define el exilio republicanode 1939. Recientemente (Naharro-Calde-rón, 1991) se ha hablado de que fueronunas 50.000 personas las que encontraronasilo en América del Norte y del Sur. Otrosautores la rebajan no obstante hasta 25.000.No hay, pues, en esto acuerdo.

Aspectos cualitativos

Las diferentes aproximaciones que se hanrealizado hasta aquí coinciden en valorareste exilio como pérdida irreparable para laEspaña democrática del siglo XX: Nunca enla historia de España se había producido unéxodo de tales proporciones y de tal natu-raleza, dice V. Llorens.

No es posible saber lo que hubiese sidode España si hubiera triunfado el gobiernolegítimo de la República; si esta Repúblicahubiera podido desarrollar todo su progra-ma de reformas sociales, económicas, polí-ticas y culturales. Pero sí nos consta el retro-ceso que significó su derrota: Más allá de los

Juan Negrín López(Las Palmas, 1892 - París, 1956). Científico y político. De familia bur-guesa acaudalada, católica y conservadora, estudió medicina y se doc-toró en Alemania (Kiel-Leipzig, agosto 1912), a los 20 años. De talantereservado y complejo ha sido con frecuencia mal interpretado e, inclu-so, calumniado. En 1922 obtuvo por oposición la cátedra de Fisiología(Madrid). Desde estos años hasta la República desarrolló una gran laborcientífica. Figuró como diputado en las tres cortes de la República (LasPalmas, 1931; Madrid, 1933; Las Palmas, 1936). Se esforzó por impe-dir la guerra civil, pero no salió como otros científicos e intelectuales.Fue ministro de Hacienda en el Gobierno de Largo Caballero y jefe deGobierno cuando éste dimitió, tras la crisis de mayo de 1937. Fuera deEspaña, residió en París hasta el armisticio franco-alemán (junio de1940). Viajó a México en 1945 y sus discrepancias con Prieto y Martí-nez Barrio le llevaron a presentar la dimisión. Volvió a Londres y a Parisy cesó en su actividad política. A su muerte, no quiso que en la lápidafigurara su nombre.

- ..

Origen provincial y regional del exilio de -la gUerra civil española en Francia

Provincia de origen

Barcelona .Tarragona .Lérida .Gerona l .

Teruel .Huesca .Zaragoza .

Murcia .Castellón .Alicante .Valencia .

Córdoba .Almería .Sevilla .Granada .Jaén .Otras Andalucía .

Madrid .Guadalajara .Toledo .Cuenca-Ciudad Real .Albacete .

País Vasco .Santander .Oviedo .

15,49,57,24,4

7,56,24,3

4,91,22,21,8

2,23,31,31,01,21,5

1,81,41,51,21,7

1,10,93,2

8,1

100

8,1

100

números, es forzoso señalar que España per-dió con el exilio republicano la casi totalidadde cuadros obreros, sindicales, políticos,profesionales e intelectuales, que hicieroneclosión con la República, según J. Planes.

Desde el punto de vista político, la izquier-da española sufrió una ruptura de la que nOllegaría nUnca a recuperarse. La España ac-tual es, por descontado, algo completamen-te distinto a la que fue antes de la guerra,apreciación en que coinciden todos los exi-liados. Los dirigentes políticos y sindicales-republicanos, socialistas, comunistas yanarquistas-, tuvieron que salir de Españao fueron fusilados o condenados a penasdurísimas. Los obreros y campesinos mili-tantes huyeron en la medida en que pudie-ron. Profesionales liberales, universitarios ymaestros, poetas y escritores, artistas y cien-

tíficos, los nombres más prestigiosos de losaños treinta, optaron por exiliarse, intentan-do así proseguir su obra de creación, inves-tigación o cultura.

Fue aquel tiempo -dice Tuñón deLara - en que el exilio tenía que sobrevalo-rarse para no perder la esperanza, cuandoLeón Felipe acertó a escribir Un poema, querepresentaba el estado de espíritu de la in-mensa mayoría de los intelectuales exilia-dos. De todos los exiliados, ¿por qué no?:

HermanQ, tuya es la hacienda,la casael caballoy la pistola.Mía es la voz antigua de la tierra.Tú te quedas con todo y me dejas desnudoy errante por el mundo.

Mas yo te dejo mudo ..., ¡mudo!y ¿cómo vas a recoger el trigoy a alimentar el fuegosi yo me llevo la canción?

No es justo, sin embargo, insistir demasia-do en este exilio de intelectuales y poetas, yolvidar mientras tanto a los cientos de milesde españoles anónimos, que vieron cruel-mente truncadas sus vidas, que pasaronhambre, enfermedades y frío -e inclusomurieron - en los campos de internamien-to de Francia, o en los campos de extermi-nio nazi.. También hay que hacer menciónde los que lentamente fueron integrándose,rehicieron su vida, y, de una forma u otra,colaboraron con la resistencia del interiorpara, al fin, reanudar los lazos rotos y re-construir la España escindida. Pero ante laimposibilidad de atender a todo, señalare-mos a continuación en sus aspectos cualita-tivos, algunos rasgos del exilio político, el

universitario y elreferido a lasmujeres.

N o existeduda sobre laimportancia po-lítica de este exi-lio; establece-mos su periodi-zación y caracte-res (Marichal,1976) en· cuatroetapas. Las dosprimeras tienensu centro de gra-vedad en Méxi-co, nación que

acogió a los principales líderes, salvo lasgrandes excepciones de Manuel Azaña,Juan Negrín y Largo Caballero. Luego, an-tes o después, el eje se desplazó a Francia.

No es justo insistirdemasiado en elexilio deintelectuales ypoetas y olvidar alos cientos de milesde españolesanónimos

La primera década (1939·1950)

Si la República tuvo escasas posibilidadesde ganar la guerra a Franco, la situación enel exilio empeoró. Uno de los principalesproblemas con que tropezó fue la fragmen-tación y el escaso entendimiento entre par-tidos y figuras políticas ya existente y que seagravó tras la derrota.

La renuncia de Azaña a la presidencia dela República (27 de febrero de 1939) puso

en tela de juicio la legitimidad del GobiernoNegrín quien, apoyado por los diputadoscomunistas, compareció ante la DiputaciónPermanente de las Cortes en París, el 31 demarzo de 1939. Tras una sesión un tantoborrascosa, en la que dio cuenta de su ges-tión desde la reunión en el castillo de Pere-lada (Figueras), el Gobierno Negrín asumióla legalidad republicana en el exilio hasta1945. Sin embargo, la dispersión que pro-vocó el estallido de la guerra europea y elhecho de que Negrín, ante la ocupación ale-mana, estableciese su residencia en Lon-dres, dificultó la labor de este discutido Go-bierno legal.

En todo caso, el fondo de la cuestión re-sidía en el mal entendimiento o franca aver-sión existente entre los distintos líderes ypartidos políticos. Entre los socialistas, laprincipal divergencia residía en el enfrenta-miento de Prieto y Negrín. Esta rivalidad seampliaba por la desconfianza de grandessectores socialistas y republicanos hacia loscomunistas, que pretendían subordinar laoposición a las directrices que marcaban laComintern y el propio Stalin. En cuanto alos republicanos, si bien en 1940 constituye-ron Acción Republicana Española -ARE-,pronto los temores de quedar sometidosunos a otros resurgieron. Izquierda Republi-cana temía a Unión Republicana y los par-tidos menores desconfiaban de éstos, lo quefinalmente determinó su escisión y configu-ración en grupos independientes. Por últi-mo, los anarquistas constituyeron en París elConsejo Nacional del Movimiento Liberta-rio, aunque la oposición entre colaboracio-nistas y críticos o puros deshizo la posibili-dad de unión.

Pero la situación internacional iba a serun acicate para los deseos o tentativas deunificar a la oposición. La Carta del Atlán-tico (agosto 1941), a la que se adhirieroncasi todos los países (enero de 1942), erauna esperanza para las fuerzas políticas es-pañolas que finalmente constituyeron (20 denoviembre de 1943) la Junta Española deLiberación -JEL-, ratificada el 25 de no-viembre de 1943 en el Centro RepublicanoEspañol de México.

Los Gobiernos en el exilio (Negrín habíasido sustituido por Giral en agosto de 1945)confiaron en que el triunfo de los aliados lespermitiría el retorno. La condena de la ONUal régimen franquista, en 1946, avivó estasesperanzas. En esta primera etapa se inscri-be la Reunión de La Habana (1943) y la

REVISTA POPULAR HISPANOAMERICANA * MEllen, D. F., 1 DE MARZO DE 1940 * AÑO 1. NUMERO 3AllitV",,~RtiA &1 ••

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creación de la JEL. El epílogo de este mo-mento de optimismo se produjo en-los años1946-1950, en que Franco se fortaleció enel medio propiciado por la guerra fría. El 4de noviembre (;le1950, finalmente, la ONUcancelaría el aCl¡lerdode 1946.

,

El triunfo franquistaEntre 1950-1956, la diplomacia franquis-

ta se afirmó, mientras se debilitaba el poderpolítico real del exilio. Se habían sucedidolos Gobiernos de Adolfo Llopis y Alvaro deAlbornoz (1947-1950), pero el que se inau-guraba tras la resolución de la Asamblea,precedido por Gordón Ordás, sin recursoseconómicos y ayuno de todo apoyo inter-nacional [...], no tiene la menor posibilidadde lograr su finalidad esencial: derrocar alfranquismo y restaurar en España las liber-tades democráticas y la soberanía nacional.El 15 de diciembre de 1955, la Españafran-quista entraba en las Naciones Unidas,

Sin embargo, en una segunda etapa(1956-1962), se intensificó la protesta en elinterior. 1956 fue un año marcado por lagran oposición universitaria durante el mi-nisterio de Ruiz Giménez y el rectorado deLaín Entralgo. Y también por la revitaliza-ción de un movimiento obrero que operabatanto dentro como fuera de España. Tuñónde Lara ha escrito: Hasta el 55 son malosaños para la oposición. ¿Dónde poner lanueva etapa? Tal vez en la rebelión de losjóvenes estudiantes, y de otros menos jóve-nes en 1956. Entre este año y el siguiente,

Franco cambiará de equipo ... 1956 y 1960.Ahí está la bisagra hacia una nueva época_..

Esta etapa termina con el pacto de Munichen 1962. Primer encuentro público entre losespañoles opuestos al régimen y los exiliadosrepublicanos, excluidos sólo los comunistas,Munich fue el punto máximo de incidenciadel exilio en la situación española.

Después de 1962, el centro del exilio setrasladó a Francia. En esta fecha moría In-dalecio Prieto y con él acababan las gran-des figuras políticas de la República. Entre1962-1969 aumentaron los contactos entreel interior y el exterior. El exilio conocía me-jor lo que estaba sucediendo en el país yperdió sus recelos hacia determinados gru-pos del interior de España. Pero los exilia-dos sabían que su efectividad política habíade reducirse a la función de transmisión deun legado histórico.

En el verano de 1965, en una nueva cri-sis universitaria, Franco expulsó a tres pres-tigiosos profesores: José Luis López Arangu-ren, Enrique Tierno Galván y Agustín Gar-cía Calvo. Sin embargo, esta represión losconvirtió en un símbolo, y su proyección fuemayor en el extranjero. La revista Ibérica(1954-1974) se afirmó en este periodo derebelión.

Finalmente, entre 1969 y 1975 se sitúa elfin del régimen franquista. Se iniciaba conel estado de excepción y terminaba con lamuerte de Franco. Se caracterizó por la duralucha en el interior. Condenas y muertesacompañaron hasta el fin al dictador. El exi-lio fue su apoyo, y sus organizaciones y par-tidos históricos un soporte fuera del alcancede la vigilancia y represión gubernamental.

José Gira) Pereyra(Santiago de Cuba, 1879; México, 1969). Se doctoró en Farmacia (1903)y en Ciencias físico-químicas (1904) en la Universidad de Madrid. Para-lela a su actividad científica transcurrió su biografía política. Su interéspor la política se inició desde que era un estudiante, participando en mo-vimientos de renovación universitaria; más tarde se adscribió a AcciónRepublicana, transformada en 1934 en Izquierda Republicana, y fue di·putado a Cortes. Formó el primer gabinete de la guerra civil -en su ho·nor hay que decir que fue quien autorizó la entrega de armas al pueblode Madrid en los primeros momentos- y después ocupó la cartera deAsuntos Exteriores en el Gobierno de Negrín. En 1945·1947 fue de nue-vo jefe de Gobierno de la República -el Gobierno de la esperanza-manteniendo una activa presencia internacional y antifranquista. Fue vi·cepresidente de la UPUEE e intervino en cuantas acciones de carácterpolítico iniciaron los universitarios en el exilio.

Poco después, el exilio se convirtiría ya enobjeto de estudio.

El exilio universitario. Artistas,escritores y poetas

No existe acuerdo definitivosobre el núme-ro o porcentaje de intelectuales que salieronde España. Más fácil es pronunciarse acercade su calidad, pues a la vista de sus nombresilustres no cabe duda de que lo más selectode la vida científica, cultural y artística espa-ñola había estado aliado de la República. Es-tos hombres y mujeres decidieron, en partepara salvarse y salvar su trabajo, en partepara condenar el régimen impuesto por lafuerza de las armas, salir y permanecer máso menos tiempo fuera de España. Tal vezhubo algún reproche desde el interior a losque se fueron antes de terminar la guerra,pero en conjunto el exilio masivo y sobretodo la triste experiencia de los que se que-daron -un Miguel Hemández, un LeopoldoAlas- hace comprender con la perspectivahistórica aquella difícildecisión.

Los universitarios no fueron ciertamenteel grupo más numeroso de la emigración,pero entre ellos se incluía casi la mitad delos profesores de universidad y muchos másde enseñanza secundaria y maestros.Aproximadamente el 42 por 100 entre cate-dráticos y auxiliares contabilizó el Boletín dela Unión de Profesores Universitarios en elExtranjero (UPUEE). Por su parte, M. Fres-co recuerda en su libro que, al terminar laguerra, el total de catedráticos era de 305.Once años después más de la mitad se en-contraba en la emigración, o bien dentro deEspaña desposeídos desus cátedras, y algunosmuertos. No hay dudasobre el alcance de la re-presión franquista eneste sector privilegiadode la inteligencia. JorgeGuillén, en su exilio de

.Bastan, dedicó precisa-mente su poema Guir-nalda civil (1970) a lamemoria de su amigo ycompañero LeopoldoAlas legalmente asesina-do el 16 de febrero de1937.

La Unión de Profeso-

res Universitarios en el Extranjero se consti-tuyó en París al fin de la guerra (1939) conel propósito de agrupar a todos los univer-sitarios afectados por la emigración. Fuepresidida por Gustavo Pittaluga (Facultadde Medicina, Madrid) y actuó como secre-tario Alfredo Mendizábal (Filosofía del Dere-cho, Oviedo). Se nombraron delegados enlos distintos países, y ante la situación inter-nacional, se decidió trasladar la sede a Méxi-co (1943), cuya sección, presidida por JoséGiral, fue la más numerosa. Confirmada allála UPUEE, se constituyó una Junta directi-va que presidió uno de los más ancianos,pero también de mayor calidad intelectual,D. Ignacio Bolívar Urrutia (1850-1944), di-rector del Museo de Historia Natural y pre-sidente de la Junta para la Ampliación deEstudios -JAE-. Cuando la prensa inter-nacional había preguntado en Europa aleminente entomólogo qué planes podía te-ner un distinguido científico iniciando su exi-lio a los 89 años, la respuesta del maestroha quedado en la historia como una senten-cia senequista fruto de nuestra dramáticaguerra: Yo vaya México a morir con digni-dad, según recuerda Francisco Gira!.

Bajo su presidencia, en el tiempo que lequedó de vida, se organizó una comunica-ción bastante completa y continua, con ayu-das mutuas para conseguir puestos univer-sitarios y cambios de universidad o residen-cia. Fue la universidad del exilio, cuyo co-nócimiento, lentamente, se va recuperandopara el interior.

Dos actuaciones destacadas de esta vale-rosa UPUEE fueron la Reunión de La Ha-bana (1943) (Giral, 1989; Mancebo, 1988),que señalaba el máximo de actuación polí-tica antifranquista de los universitarios, y la

publicación de un Bole-tín que se repartía gratisa los centros de culturasuperior del mundo en-tero (1943-1944); enéste se recogían las pu-blicaciones de los univer-sitarios dispersos, con loque se lograba la sensa-ción de que la Universi-dad española estaba fue-ra de España (Giral,1986). Los sucesivospresidentes de la UPUEEfueron Rafael Altamira,Manuel Márquez, JoséGiral y José Puche Alva-

Los universitarios nofueron ciertamente el

grupo más numeroso de laemigración, pero entre

el/os se incluía casi a lamitad de los profesores

universitariosde la época

rezo El primer director del Boletín fue Igna-cio Bolívar y el secretario, Francisco GiralGonzález. En México quedaron enterradossiete rectores de universidades españolas einfinidad de profesores. Los rectores sonBias Cabrera (física), José Giral (químicabiológica), José Gaos (filosofía),Jaim_eSerraHunter (filosofía y letras), Pere Bosch Gim-pera (historia), August Pi i Sunyer (fisiolo-gía), Mariano Gómez (derecho) y José Pu-che (fisiología). Los profesores son demasia-dos para enumerarlos siquiera.

Otra realización importante de los univer-sitarios fue la creación de la revista Ciencia(1940) para tener un órgano propio de ex-presión, aunque no les faltaban revistas oeditoriales donde escribir. Fundada por Ig-nacio Bolívar, se publicaron 29 tomos a lolargo de treinta y cincoaños y en ella se dabancita artículos científicosde recopilación y difu-sión originalesy avancesde trabajos experimenta-les [...] como noticias ycomentarios sobre losavances de las Cienciasen todo el mundo. Cola-boraron científicos ex-tranjeros, algunos enidioma original, graciasal esfuerzo de CándidoBolívar. Algunos núme-ros o volúmenes estuvie-ron dedicados a home-naje de científicos exiliados. Esta revista fueprohibida en España, aunque jamás se es-cribió en ella sobre política. En 1989, segúnFrancisco Giral, aún no había en Españaninguna colección completa de Ciencia.

Obra a destacar es la recopilación realiza-da por Julián Amo y Charmion Shelby so-bre las publicaciones de los exiliados hasta1945 (Stanford, 1945), a falta de un estudioy reproducción facsimilar. Así como la pu-blicación-catálogo de la exposición presen-tada por el Ateneo español de México en1979, Obra impresa del exilio español enMéxico, 1939-1979. De las revistas poéticaso literarias da excelente noticia el reciente li-bro de Francisco Caudet, Las revistas litera-rias (1939-1971), que completa los anterio-res estudios de Manuel Andújar y de Anto-nio Risco en el libro colectivo dirigido porJosé Luis Abellán.

Para el numeroso cy valiosísimo núcleo queresta recordar: pintores, escultores, poetas, ci-

neastas, músicos, artistas de creación en ge-neral, creo que lo más indicado sería acercar-nos a su obra a través de algunas reproduc-ciones. Pero, aun a riesgo de algún olvido, es-timo necesario mencionar, en árida y cono-cida enumeración, a Carlos Velo, Luis Buñuely Luis Alcoriza (directores de cine entre otrasactividades). Los pintores José Moreno Villa,Elvira Gascón, Enrique Climent, RemediosVaró, Castelao, Ramón Gaya, Renau (José yJuan), Manuela y Antonio Ballester, RobertoFernández Valbuena, Alberto Sánchez, PabloRuiz Picasso, Calder, Julio González, JoséBardasano, Juana Francisca, Arturo Souto,Gregorio Muñoz (escenógrafo), Eduardo Mu-ñoz (Lalo). Los arquitectos Luis Lacasa y Ma-nuel Sánchez Arcas, Esteban Vicente y un lar-go etcétera.

y entre los poetas,cómo no recordar losnombres de Juan R. Ji-ménez, León Felipe, Al-berti, Garfias, Rejano,Cernuda, Altolaguirre(editor), Concha Mén-dez, M.a Teresa León,Salinas, Agustí Bartra,Jorge Guillén, RafaelDieste, Arturo SerranoPlaja, José Herrera Pete-re, Francisco Giner delos Ríos, Jacinto LuisGuereña, Emilio Prados,Enrique Díez-Canedo, J.F. Domenchina, Juan

Gil-Albert, Ernestina de Champourcín ... ,muchos de ellos también novelistas y ensa-yistas.

A mi juicio es·inútil proseguir esta nómi-na. y termino con el poeta que murió de Es-paña y escribió para aquellos niños de den-tro que somos todos nosotros

En el Boletín se recogíanlas publicaciones de losuniversitarios dispersos

por todo el mundo, con loque se lograba la

sensación de que la ' .Universidad española

estaba fuera de España

Si cae -digo, es un decir- si caeEspaña, de la tierrapara abajo,niños ¡cómo vais a cesar de crecer!¡Cómo va a castigar el año al mes!¡Cómo van a quedarse en diez los dientes,en palote el diptongo, la medalla en llanto!

¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabetohasta la letra en que nació la pena!

(c. Vallejo, España, aparta de mí este cáliz.)

También las mujeres hubieron de salir deEspaña en 1939. Algunas son muy conoci-

Dos imágenes del exilio infantil. Arriba, grupo de niños con dos educadores en una Casa de niños en laUnión Soviética. Abajo, el presidente de México, Lázaro Cárdenas, con un grupo de los niños de Morelia

das. Ellas mismas se han encargado de de-jar el testimonio de su actuación a través desu obra de creación, memorias y biografías:Dolores Ibarruri, Federica Montseny, Victo-ria Kent, Isabel de Palencia, María Casares,Teresa Pámies, Margarita Xirgú, MargaritaNelken, Constancia de la Mora, ConchaMéndez y un largo etcétera. -

Las mujeres

Hay otr<;lSmuchas cuya memoria y cono-cimiento se está rescatando ahora con cier-ta dificultad, tanto desde lo que fue la URSScomo desde Estados Unidos, Francia oMéxico. Pilar Uribe, Carmen Solero, las her-manas Aub, Concepción Ruiz Funes, Liber-tad Peña, Libertad Blasco Ibáñez, ManuelaBallester, las esposas e hijas de los exiliadosmás famosos a los que acompañaron en eldestierro y que, en ocasioI)~s, fueron firmespuntales para contrarrestar el desarraigo.

Pero, ¿qué hay de esa heroína colectiva,la mujer española, cuyo número, nombre yapellidos no se recogerá jamás?

Precisamente Neus Catalá (PSUC), unade las mujeres que más ha contribuido a res-catar la memoria de los exiliados en Fran-cia, ha constatado que en 25 de los 90 de-partamentos franceses ha desaparecidotodo rastro de existencia de mujeres resis-tentes. Más de cuatrocientas mujeres, .de lasque no queda ya huella ni recuerdo.

También el poeta asturiano José M." Al-varez Posada, Celso Amieva, en 1944, re-

conocía: Creo que deberíamos rendir un cá-lido homenaje a «nuestras mujeres» a lasque con frecuencia hemos olvidado. Sinellas, bien lo sabes, nosotros «los valientes»,«los heroicos guerrilleros», nos hubiéramoshundido moralmente más de una vez, en ellibro de Eduardo Pons Prades.

Aura Roces a su vez, poco después de laliberación de Francia, escribió: En esta horade entusiasmo, como en otras de más liber-tad, encontramos la triste ausencia de unsector: el femenino; nadie o muy pocos seocupan de las mujeres y nosotras, indiferen-tes a ese aislamiento ... nada hacemos poraparecer en el escenario social (A. Roces, Lavoz del exilio, enero 1946).

Nos vamos a referir a los dos países don-de la emigración-exilio fue mayoritaria y elnúcleo de mujeres presenta unos rasgos co-munes.

Españolas en la resistencia(Francia)

Con una temperatura de 2? bajo cero, alas tres de la madrugada del 3 de febrero de1944, mil mujeres procedentes de todas lascárcelesy campos de Francia llegamos a Ra-vensbrück (Catalá, 1984).

Las resistentes procedían de toda la geo-grafía española. Casi todos los testimoniosseñalan que pasaron la frontera entre eneroy febrero de 1939. Un pequeñD porcentajeresidía ya en Francia, integrante de la emi-gración económica, y se adhirieron a las or-

Max Aub MohrenwitzParís, 1903-México, 1972. Escritor, poeta, ensayista y periodista. De pa-dre alemán y madre francesa, se consideraba español por su formacióncultural y por propia elección. Su vida en el exilio estuvo traspasada porsu vinculación afectiva y política a España. A través de sus viajes entróen contacto con Madrid y el mundo cultural y de vanguardia de su épo-ca. Empezó a publicar en España, Revista de Occidente y Alfar. Políti·camente actuó al servicio de la República, desde su afiliación socialista(1929). Publicó Fábula verde en 1933. En febrero de 1936 participó ac-tivamente en la campaña del Frente Popular y co-dirigió el.periódico Ver-dad (1936). Desde 1936 hasta julio de 1937 fue agregado cultural de laembajada de España en París, colaborando en el Pabellón de la Repú-blica española (1937). A finales de enero de 1939 salió para Francia ydurante dos años pasó por varias cárceles y campos de concentración.Su actividad en el exilio fue incesante y abarcó diversos sectores: cine-matográfico, editorial, periodístico, radiofónico, y de creación literariae incluso plástica.

ganizaciones que ayuda-ban a defender la Repú-blica. El denominadorcomún era la juventud,en ocasiones plena ado-lescencia, catorce oquince años: Josefa Bas,Una Bosque, CarmenTorres. Las mujeres em-pezaron a trabajar en elmaquis ayudando a pa-dres, maridos o compa-ñeros. La hija de Alfon-sina Bueno, de 6-7 años,indicaba el camino de laestación a los que pasa-ban los Pirineos. La suerte de los niños delexilio es una asignatura pendiente, como di-cen Rose Duroux y Raquel Thiercelin (Sala-manca, 1991), ellas mismas niñas exiliadas.

La mujer que participa en la resistencia, laguerrilla, no procede de la burguesía, sino bá-sicamente de las capas populares,' rurales ourbanas de la sociedad española. Joven omujer del pueblo, que ha sido conmociona-da por los acelerados cambios económicosproducidos en España en los años veinte ytreinta. La intensificación de la lucha obreray la consolidación de los partidos políticosobreros con sus juventudes llevan a esta mu-jer hija de trabajadores, que no ha ido a laescuela sino a la fábrica, a militar en los sin-dicatos. Y después, en las filasdel ejército po-pular (lamiJjciana)o en la guerrilla del exilio.

De las más de sesenta entrevistadas porNeus Catalá, la mayor parte estaban afiliadasal Partido Comunista, al Partit Socialista Uni-ficat de Catalunya (PSUe) o a sus Juventu-des. Algunas pertenecían a la Unió de Donesde Catalunya, la Unión de Mujeres Españo-las (UME)o a las Juventudes Socialistas Uni-ficadas (JSU). También consta la activa par-ticipación de resistentes de la CNT y FA!y enla Alianza Democrática Española. No es po-sible cuantificar en este caso: no habléis decientos sino de miles. Los cálculos de MiguelAngel, Tuñón de Lara y otras fuentes han deser tomados sólo como una aproximación (M.Angel, 1971; E. Pons, 1981).

Al pasar la frontera española las mujeres,con los niños, fueron llevadas a distintos de-partamentos e internadas en los más varia-dos refugios: Campos (Adge, Sí. Etienne),cuarteles abandonados, antiguos teatros,cuadras, iglesias, incluso cárceles. En gene-ral, las condiciones no fueron tan penosascomo las de los hombres. En ciertos lugares

Al pasar la fronteraespañola, las mujeres,con los niños, fueronllevadas a distintos

departamentos einternadas en los más

variados refugios:campos, cuarteles

abandonados, iglesias ...

empezó su conexión conlos campos de los hom-bres en busca de familia-res. Muchas veces se ne-garon a las repatriacio-nes forzosas, y estosplantes solían tenercomo consecuencia eltraslado a campos decastigo (M. C. Boj, 1979y 1989).

Tras los refugios, iríanencontrando trabajo eintegrándose, con mejoro peor fortuna, en la so-ciedad rural o urbana

francesa. Fue habitual emplearse en el ser-vicio doméstico en los pueblos cercanos alos campos.

Pero estalló la guerra mundial y, sin la po-sibilidad de trasladarse a otros países, mu-chas de ellas se incorporaron a la resisten-cia. Actuaron como agentes de enlace, man-tuvieron casas de apoyo, participaron en sa-botajes y, posteriormente, ayudaron a saliro entrar de España, en equipos de paso. Dosmujeres de enlace (Carmen Blasco y, a títu-lo póstumo, Emiliana Quitian) recibieronmedallas de honor tras la liberación de Fran-cia. Pilar Ponzan, hermana del famosoguerrillero, es recordada por E. Pons (p.296). Paquita Velas, que aún vive (brutal ylargamente torturada) fue la heroína del pro-ceso de los 40, el primero de la Gestapocontra los españoles que actuaban en lazona ocupada. (J. Marín, testimonio, 1991).Muchas acabaron su vida en el campo deconcentración Ravensbrück. Algunas sobre-vivieron para contado.

En general, la situación fue menos penosapara los jóvenes y mujeres que pudieron tras-ladarse a los países latinoamericanos y, enmucho menor número, a Estados Unidos.

Pilar Domínguez, M: Luisa Capella y elArchivo de Historia oral coordinado por Eu-genia Meyer y Dolores Plá, y que compren-de un importante grupo de investigadorasespañolas y mexicanas, son las historiado-ras pioneras en esta recuperación. Reciente-mente Elena Aub, al historiar el grupoME/59, recoge la actuación de muchas jó-venes, hijas de exiliados en México, que se

propusieron ayudar a la oposición interioren su lucha contra el régimen de Franco.

Según P. Domínguez, para México, el to-tal de mujeres es muy difícil de calcular...Los expedientes personales se centran en lacabeza de familia, casi siempre hombre, yesto es un reflejo de la posición subordina-da que ocupaban las mujeres en la. estruc-tura familiar, a pesar de los cambios legalesque introdujo la Segunda República.

La muestra estudiada proporciona el si-guiente porcentaje: 21 por 100 de catalanas,14 por 100 de madrileñas, 10 por 100 de an-daluzas y 5,5 por 100 de valencianas. Laedad media es de 38 años y el estado civil:53 por 100 casadas, 14 por 100 solteras y un33 por 100 viudas. Respecto al origen social,el 61 por 100 pertenecía a capas intermediasde la sociedad. El niveleducativo era elevado ysu conciencia política re-lativa. Un 20 por 100ejercía profesiones libera-les: médicas, como Mer-cedes Maestre y LibertadPeña; profesoras, comoAna Martínez Iborra;maestras, intelectuales yartistas. Lo que indica es-tudios medios o superio-res y una formación cul-tural amplia. En muchoscasos procedían dellnsti-tuto-Escuela, EscuelaCossío u otros centros deinspiración institucionista. Sin embargo, aun-que en los años treinta había núcleos de mu-jeres con carreras y profesiones que no con-sideraban el matrimonio como única meta, laeducación de la mayoría era aún tradicional,propia de su función femenina de esposa ymadre. Así, en cuanto a la ocupación labo-ral, muchas que no están registradas podríanagruparse bajo el epígrafe ama de casa, entanto que el 18 por 100 pertenecen a la in-dustria de la confección. Para las mujeres ca-sadas, el hogar familiar fue su lugar de traba-jo, tanto del trabajo doméstico no asalariado,como el remunerado. Cosían en su domici-lio, tenían allí casas de huéspedes o realiza-ban trabajos domésticos a cambio de aloja-miento. Las mujeres solteras trabajaban sobretodo en tiendas, oficinas o editoriales, hastaque se casaban.

Respecto a la política, así como para losexiliados varones formó parte sustancial delporqué de su existencia, las contestaciones

de las mujeres de la muestra analizada has-ta ahora son más vagas: Yo, en cambio,confieso que la cuestión política nunca meha interesado mucho; he tenido mis ideaspero sin formar parte de ningún partido; yoestaba, siempre, así, al margen ... Sin embar-go, no es un punto susceptible de generali-zación. Aún está casi todo por estudiar. Co-nocemos, no obstante, casos de alto com-promiso político, como el anteriormentemencionado de Elena Aub.

Características del exilio enFrancia

La peripecia de los republicanos en Fran-cia pasa por distintos pe-riodos. El primero se ex-tiende desde febrero de1939 hasta la derrotafrancesa en junio de1940. Está caracterizadopor el éxodo desde Es-paña y el internamientogeneral en las playas delsur de Francia. Algunoshistoriadores, Pierre Vi-lar entre los más autori-zados, piden que no secalifique como camposde concentración estosimprovisados recintos(Vilar, 1989). En efecto,

no se trataba de algo parecido a los poste-riormente conocidos de Mauthausen yAuschwitz, pero las condiciones de vida enestos primeros meses fueron trágicas paralos derrotados españoles.

Según pasaban la frontera, se separaba ahombres de mujeres y niños. Los hombres,muchos de ellos soldados, desposeídos desus armas, fueron internados en aquellasplayas de exilio, donde sobrevivieron losmás fuertes, en condiciones difíciles de so-portar. Una parte de los heridos y mutila-dos, que llegaban a 10.000 (Soriano, 1989),fueron asistidos en hospitales, y otros en lospropios campos. En éstos, los refugiadoscrearon sus equipos médicos que evitaronen cuanto fue posible la tendencia de losmédicos franceses a la amputación inmedia-ta de brazos y piernas dañados. El duro in-vierno de 1939 terminó con muchas vidas.

En Bram, cerca de Carcasona, por ejem-plo, las defunciones de los primeros meses

Según pasaban la fronterafrancesa, se separaba ahombres de mujeres y

niños. Los hombres,muchos de ellos soldados,

desposeídos de susarmas, eran internados enaquellas playas de exilio...

El Gobierno vasco en el exilio: en el centro, José Antonio Aguirre; a la derecha, sentado, Leizaola (arriba).Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat, visita la sede del Gobierno de la República en París

fueron de más de treinta por semana y seles enterraba en un cementerio contiguo al.campo, así como a los que fallecían en hos-pitales. Este campo cerró en 1940 y permitecomprender la reducción del exilio de quehabla J. Rubio. Aunque no era de los peo-res. Los había también de castigo, ~omo elde Le Vernet (Aril~ge),Collioure (Pirineosorientales) o Rieucros (Lozere). y en el nor-te de Africa se habilitaron Bonarfa (Marrue-cos) y Djelfa (Argelia). En este último, des-pués de Le Vernet, estuvo internado MaxAub, donde aprendió a construir las vías deltransahariano (Aub, 1992) y como todo pri-sionero sufrió vejaciones.

En Le Vernet los primeros internados(marzo, 1939) fueron combatientes de la co-lumna Durruti. A partir de septiembre em-pezaron a llegar individuos peligrosos parala seguridad pública, tanto españoles comofranceses o de otras nacionalidades. Y cuan-do se firmó el armisticio, el Gobierno fran-

cés los entregó alos naZis, consus fichas perso-nales. En no-viembre de1942 el campoadquirió la es-tructura nazi,sólo le faltaba elcrematorio. Secerró en juniode 1944,· y losúltimos mutila-dos, ancianos yenfermos fuerontrasladados aToulouse. Entre

ellos aún quedaban españoles, incluso jóve-nes de la resistencia, alguno de los cualesconsiguió huir.

Se insiste en este trágico aspecto del exilioen Francia porque hay una acusada tenden-cia en la historiografía actual a olvidar, inter-pretar e incluso desvirtuar ciertos hechos cru-ciales, tanto del exilio exterior como del inte-rior. Desmemoria que confunde a las nuevasgeneraciones y traiciona al oficio del historia-dor. Por otra parte, es un tema al que aludentodos los testimonios de los protagonistas. Elrecuerdo de los soldados senegaleses marcóa hombres y mujeres por mucho tiempo.

El sostenimiento de los campos estuvo acargo del Gobierno francés, como no podíamenos, dice V. Uorens. Pero también contri-buyeron el Servicio de Evacuación de Repu-

La Diputaciónpermanente,presidida porMartínez Barrio yPrieto, controló eltesoro del Vita yfundó de estaforma la JARE

blicanos Españoles (SERE), organismo crea-do por J. Negrín, los cuáqueros ingleses yamericanos, y otros grupos políticos o huma-nitarios de diferentes países, así como la

. JARE.A los dos meses, y gracias al esfuerzo de

estudiantes de la FUE, maestros afiliados ala FETE y jefes militares, como el capitán Vi-llegas y otros animosos colaboradores, seconsiguió en algunos campos continuar lalabor de divulgación de la cultura, empren-dida desde la República, y también organi-zar distintas actividades para combatir la de-presión y el desánimo. (Plages d'exil, 1989.)

En la segunda etapa, que comprendetoda la guerra mundial, los campos pasarona un segundo plano. La movilización gene-ral francesa dejó puestos vacantes en la agri-cultura y la industria, que fueron cubiertospor mano de obra española. Toulouse seconvirtió en el centro de la emigración, alquedar fuera de la zona ocupada por los ale-manes. Muchos españoles, de grado o porla fuerza, quedaron enrolados en las filas delejército francés o asignados a batallones detrabajo, para fortificar el norte y este deFrancia. Algunos conectaron con la resisten-cia, que posteriormente se transformó en elmaquis contra Franco. En fin, muchísimosconocieron y murieron en los campos deconcentración y exterminio nazi. En Maut-hausen, al menos, quedaron 7.000 españo-les (Constante, 1974).

En un tercer periodo (mayo 1945-diciem-bre 1955), el español se fue integrando enla vida francesa. Pero los resistentes intensi-ficaron sus contactos con el interior e inten-taron pasar a través de los Pirineos para lu-char contra el régimen franquista que, final-mente, fue reconocido y admitido en las Na-ciones Unidas (1955).

La última etapa, la década de los sesen-ta, se caracterizó porque en Francia se fue-ron reorganizando los partidos políticos,coincidiendo con la reorganización clandes-tina del interior.

Cuando murió Franco, el núcleo de exi-liados era ya reducido y su acción, con nom-bres destacados, ha ido recuperándose endistintas conmemoraciones desde 1986,aunque falta todavía mucho por hacer. Porej~mplo, éste es el caso de José Martínez yAntonio Soriano, con la editorial Ruedo Ibé-rico y la Libreria_Española.

No hay estadísticas fidedignas de la com-posición por oficios y profesiones pero,aproximadamente (Rubio, 1977), el espec-

tro socioprofesional de la emigración políti-ca española a Francia es el siguiente:

Sector agrícola: 30,4 %Sector industrial: 45,4 %Sector servicios: 10,5 %

Aunque en Francia residió un grupo bri-llante de políticos, escritores, profesores deuniversidad,' científicos, pintores, etc., fue enAmérica, sobre todo en México, donde seconsolidó esta elite intelectual.

Las organizaciones de ayuda:SEREyJARE

Las autoridades republicanas previeron lasituación y el porvenir económico de los mi-les de españoles que cruzaron la fronterafrancesa. Muchos de ellos volverían a Espa-ña, otros quedarían en situación de exiliopermanente pero, en cualquier caso, eran

responsabilidad del Gobierno por el que ha-bían luchado.

Así, tal vez desde 1937, pero ciertamentedesde marzo de 1939, se creó, por el Go-bierno de Negrín, el SERE (Servicio de Eva-cuación de Republicanos Españoles) conobjeto de protegerlos.

El Consejo ejecutivo fue presidido por Pa-blo de Azcárate y estaba integrado por re-presentantes de todos los partidos. Habíatambién una Ponencia, presidida por Ne-grín, formada por los partidos mayoritarios,que era en definitiva la que decidía. Negríncontó, desde luego, con la ayuda de los re-presentantes del Gobierno mexicano, fun-damentalmente Bassols, Fernando Gamboae Ignacio García Téllez, y más tarde Mauri-cio FresGo, Gilberto Bosques, FernandoTorres y el médico asistente de los refugia-dos, Lara Torres.

Cuando el SERE hubo de ampliar su or-ganización a México se constituyó el CTA-RE (Comité Técnico de Ayuda a los Refu-giados Españoles) presidido por el doctor

En 1940 y 1941 todavíallegaban barcos gracias a

las negociaciones delGobierno de México con

el de Vichy, desde lospuertos de El Havre,

Burdeos, Marsella y nortede Africa

José Puche, ex rector de la universidad deValencia y gran amigo de Juan Negrín.

La controversia sobre los criterios econó-micos y de selección desde el punto de vistapolítico y sociocultural es puesta en eviden-cia duramente por J. Rubio, que llega a acu-sar a J. Negrín de intentar apropiarse decuantos bienes del patrimonio nacional eransusceptibles de ser utilizados en el exilio,como si fuera en su propio beneficio. Igual-mente este autor establece que la selecciónfue partidista (en beneficio comunista) y so-ciocultural a favor de políticos, intelectualesy artistas más o menos bien respaldadoseconómicamente con anterioridad, altoscargos en la administración republicana ysus nóminas, mientras los cientos de milesde internados en los campos de concentra-ción apenas recibíanninguna ayuda. Puntosde vista que son rebati-dos por fuentes contem-poráneas, como el pro-pio Mauricio Fresco: Nohubo nunca discrimina-ciones odiosas. Hubo, sí,simpatía a grupos huma-nos ... mi predilección seconcentra en dos gru-pos: los vascos y los ca-talanes el primero; y, elsegundo, los universita-rios, los sabios, los inves-tigadores que honrabana sus países y cuyos Go-biernos los arrojaban de sus patrias, y espe-cialmente el estudio realizado por el equipodel INAH, Concepción Ruiz Funes y Enri-queta Tuñón (México, 1982) que, a base dela militancia política y ocupación profesio-nal de los embarcados en el Sinaia y restode los barcos, desmienten las aseveracionesde Rubio. Quizá, en todo caso, los más per-judicados fueron los anarquistas. Había un5,6 por 100 de afiliados a CNT, frente al63,9 por 100 de UGT en el Sinaia.

A la larga sí hubo una selección, pues lassolicitudes superaban con mucho la posibleacogida. Selección que se hizo en virtud dedos criterios: el grado de peligro en que po-dían encontrarse y el beneficio que podíansignificar para México (Capella, 1980).

La JARE (Junta de Auxilio a los Republi-canos Españoles) fue creada en julio de1939, en París, por la Diputación perma-nente de las Cortes. Fue predominantemen-te socialista, aunque incluía a todos los par-

tidos (excepto el comunista y el nacionalistavasco, a los que daría cabida posteriormen-te). El objetivo de ayuda se completaba conel deseo de administrar el patrimonio de laRepública. L1uís Nicolau D'Olwer fue nom-brado presidente y el 10 de agosto pidió alpresidente Cárdenas que las representacio-nes mexicanas en Francia se entendierancon la Junta para cuanto se refiriese a laemigración. El promotor y administrador fueIndalecio Prieto. Pero la JARE no hubierapodido fundarse si una circunstancia fortui-ta no hubiera proporcionado los fondos ne-cesarios para su construcción y fines. JuanNegrín envió a México el yate Vita con el fa-moso tesoro que debía servir para el finan-ciamiento y mantenimiento de las sucesivasexoediciones. El destinatario del envío, José

Puche, no estaba aún enVeracrui, el 28 de mar-zo, cuando el barco llegóy sí estaba 1. Prieto, deregreso de Chile, quecontaba además con laconfianza del presidenteCárdenas. El jefe de es-colta del cargamento,Enrique Puente, se diri-gió a la máxima autori-dad republicana, queaprovechó gustoso laocasión de mermar elpoder de Negrín y, almismo tiempo, obtenerun considerable instru-

mento económico para intervenir en el exi-lio. El barco fue desviado al puerto de Tam-pico, donde descargó 160 cajas que inme-diatamente fueron transportadas a la capitaly reconocidas legalmente por el Gobiernomexicano.

Todo esto fue una consecuencia más delas desavenencias entre las distintas familiassocialistas y los partidos, características de laEspaña republicana. La historia es muchomás larga, pero en conclusión, la Diputaciónpermanente, presidida por Martínez Barrio yPrieto, controló el tesoro del Vita y fundó laJARE que, a pesar de estar regida por unaJunta presidida por L1uís Nicolau D'Olwer,fue realmente gestionada por Indalecio Prie-to y empezó a trabajar como principal orga-nismo de ayuda desde 1940.

Simultáneamente actuaron en diferentespaíses otras organizaciones de solidaridad:la Conferencia Panamericana de Ayuda alos Republicanos Españoles, diversos grupos

Varios niños, de los llamados niños de Morelia, posan ante la escuela en el año 1938 (arriba). Recepción enla Embajada de la España republicana en México; entre ellos, Alvaro de Albornoz, J. Giral y Martínez Barrio

Dimisiónde ManuelAzaña (27-11-1939).DiegoMartínezBarrio.Asume la presidenciainterinamente (1939-1945). Presidente cons-titucional(1945-1962).LuisJiménez de Asúa (1962-1971fJosé Maldonado (1971-1977).

cuáqueros, la Cruz Roja internacional. Pero,en suma, la FOARE (Federación de Orga-nismos de Ayuda a la República Española),mexica,na, aglutinó partidos, sindicatos, cen-trales y asociaciones privadas y levantó suvoz en defensa de los que permanecían enFrancia y en las cárceles españolas. Su la-bor fue enorme. José Mancisidor fue el pre-sidente ejecutivo y Amelia S. de Cárdenas,esposa del presidente de México, lo fue deforma honoraria.

A través de todos estos organismos se so-corrió, en la medida en que se pudo, al con-junto de emigrados y, en su caso, en eltransporte a México. Ya son un mito barcoscomo el Flandre, con 312 pasajeros paga-dos por el SERE, y el Sinaia, que transpor-tó 1.599 emigrados, cuyo viaje fue organi-zado por un comité inglés de ayuda, conaportaciones de cuáqueros ingleses y ame-ricanos. El Sinaia llevó a poetas como Pe-dro Garfias y Juan Rejano, y al filósofoAdolfo Sánchez Vázquez. En opinión de esteúltimo, tanto esta expedición como .las quesiguieron a bordo del Ipanema y Maxique,a diferencia de la del grupo de emigrantesintelectuales que las habían precedido, norespondían a una rigurosa selectividad inte-

lectual, y reflejaban en su composición la di-versidad social, ideológica, política y profe-sional del pueblo que había hecho la guerra(Sánchez Vázquez, 1989).

Destaca la figura de Susana Gamboa, es-posa del diplomático del mismo apellido,que llevaba la responsabilidad más alta alfrente de la expedición. Y el periódico de abordo, con el mismo nombre que el barco,que daba cuenta de las actividades y vidacotidiana de unos pasajeros, acosados en losprimeros días por la tristeza, amargura ynostalgia que, ya en México, se convirtieronen una comunidad esperanzada.

Del Sinaia son las famosas palabras delperiodista Antonio Zozaya, despidiéndosede España. El no menos conocido y emo-cionante poema de Pedro Garfias y, final-mente, el recuerdo de Sánchez Vázquez, losveinte mil obreros que nos saludan en elmuelle agitando sus brazos, alzando sus es-tandartes y pancartas entusiastas y lanzan-do sus entusiastas vítores.

En 1940 y 1941 todavía llegaban barcosgracias a las negociaciones del Gobierno deMéxico con el de Vichy, desde los puertosde El Havre, Burdeos, Marsella y norte deAfrica.

En contraste con Francia, los Gobiernosde América Latina demostraron su solidari-dad con la República española. Es necesa-rio destacar la actitud de México, presididopor Lázaro Cárdenas. Ya durante la guerra

José Benau Berenguer(Valencia, 1907-Berlín, 1982). Pintor, cartelista, e-scritor. Estudió pin-tura en la Academia de San Carlos de Valencia (1919-1925), aunquereaccionó contra el academicismo. Autodidacta en lo intelectual, escri·bía casi tanto como pintaba. Hacia 1926 se fue formando un grupo conManuela Ballester, Antonio Ballester, Francisco Carreño y Francisco Ba·dia, que posteriormente sería conocido como La Generación valencianade los Treinta. Con inquietudes literarias y políticas, formaron la Uniónde Escritores y Artistas Proletarios (UEAP) (1932). Con José Orozco,Pascual Pláy Beltrán y otros fundaron algo más tarde Nueva Cultura(1935-1937), que fue órgano de la Alianfa d'lntelectuals per a defensade la Cultura. Nombrado director general de Bellas Artes (1936-1937),fue responsable del traslado de las obras de arte de Madrid a Valenciay de allí a Figueras. Se exilió en México (1939) y colaboró con Siquei-ros. Existe una Fundación Josep Renau cuyo legado artístico está dépo-sitado en ellVAM de Valencia.

civil su Gobierno apoyóen la Sociedad de Nacio-nes ~2 precaria posicióninternacional de la Re-pública, abandonadapor los Estados demo-cráticos europeos a tra-vés del pacto de No-in-tervención. México en-vió las armas y municio-nes que le fue posible y,en junio de 1937, acogióuna expedición de 500niños de la zona republi-cana, los niños de More-lia. Sus diplomáticos,Narciso Bassols, Daniel Cosío Villegas, Al-fonso Reyes y Fernando Gamboa, colabo-raron eficazmente con la acción del presi-dente, que fue continuada por los Gobier-nos de Alvaro Camacho y de López Portillo.

También en 1937, como es bien sabido,un grupo de intelectuales y artistas muy co-nocidos había sido trasladado desde Madrida Valencia y ubicado en la Casa de la Cul-tura. Daniel Cosío, que estaba entonces enLisboa, se puso en contacto con José Giral,ministro de Relaciones Exteriores y con Wen-ceslao Roces, subsecretario de InstrucciónPública, en ausencia del ministro, Jesús Her-nández, con el encargo de Cárdenas de in-vitar a México a estas personalidades. Hizodiversas y costosas gestiones entre julio de1937 y agosto de 1938, en que apareció eldecreto de creación oficial de la Casa de Es-paña en México. Integraban el primer grupode invitados: Ramón Menéndez Pidal, T0-más Navarro Tomás, Claudio Sánchez Al-bornoz, Dámaso Alonso y José HernándezMontesinos, del Centro de Estudios Históri-cos de Madrid; José Gaos, rector de la Uni"versidad Central; Joaquín Xirau, decano dela facultad de Filosofía y Letras de Barcelo~na; Pío del Río Hortega, director del Institu-to del Cáncer de Madrid; doctores GonzaloR. Lafora y Teófilo Hernández, de Medicina;Enrique Díez Canedo y Juan de la Encina(seudónimo de Ricardo Gutiérrez Abascal),críticos de arte y escritores, y Adolfo Salazary Jesús Bal y Gay, musicólogos.

Había ya miembros residentes en México-Luis Recasens Sitges, José Moreno VillayLeón Felipe (Lida-Matesanz, 1988; Mance-bo, 1991)-. Después se fueron añadiendootros: Isaac Costero, Agustín Millares Carlo,Antonio Madinaveitia, BIas Cabrera, PedroBosch Gimpera, R. Altamira y J. Medina

Hubo una clara escisiónsocioprofesional: obreros

no cualificados yagricultores en Francia,

profesiones liberales,distintos oficios e

intelectuales enAmérica Latina

Echavarría, estos dos úl-timos estudiados por M.Peret recientemente.

La relación entre estosespañoles y los intelec-tuales mexicanos fuemuy buena desde elprincipio, pues algunosya se conocían de antes.Alfonso Reyes había es-tado en el Centro de Es-tudios Históricos, e hizoen Madrid amistadesque luego se continua-ron en México. Otros ha-bían asistido al Congre-

so de Intelectuales Antifascistas de 1937. Enfin, para los españoles, aunque no pertene-ciesen a la Casa de España, México apare-ció como un oasis de paz y una posibilidadde reanudar fructíferamente sus vidas. Ade-más, México nunca otorgó el reconocimien-to oficial al Gobierno de Franco. .

Pero no es sólo éste el aspecto importan-te del exilio americano. Una exposición sis-temática de los caracteres específicos de laemigración a Latinoamérica debe compren-der, al menos, los siguientes puntos:

a) Constituye el primer exilio político ydemocrático masivo que se recibe desde laindependencia, en 1824. Las otras emigra:~ciones habían sido para hacer las Américas,expresión que significa buscar fortuna.

b) Este éxodo de cerebros implica paralos países latinoamericanos el impacto cul-tural más importante recibido en su antiguametrópoli, y significó un avance en su de'-sarrollo. .

c) Su gran resistencia a la integración

Gobierno J~Negrín (mayo 1937-agosto1945).Gobierno J. Giral (agosto 1945-enero 1947).Gobierno A. Llopis (febrero 1947-agosfo1947)."Gobierno A, de Albornoz (agosto 1947-febre-ra 1949) ..Gobierno A. de Albornoz (febrero 1949-di-dembre 1950).Gobie,rno F. Gordon Ordás (agosto1951-abril 1960).Gobierno E. Herrera (mayo 1960-enero1962). .Gobierno C. Sánchez Albornoz (marzo1962-febrero 1971).Gobierno F. Valera (febrero 1971-junio 1977).

Al margen de Méxic01 "

Chile y la RepúblicaDominicana1 no huboningún otro país que,

respondiera positivamentea las gestiones realizadaspor Francia para acoger

emigrados

social, al menos mientras sobrevivió la pri-mera generación, y en especial durante losprimeros años, hasta el fin de la guerra mun-dial, por las mismas razones que en Francia.Los exiliados creyeron que con el triunfo delos aliados caería el régimen franquista.

d) El interés por la historia propia (nu-merosas novelas, memorias, antologías, re-vistas literarias) y, como disciplina, el culti-vo de la historia española.

e) Su gran pasión política y manteni-miento de los ideales y del Gobierno de laRepública en el exilio, frente a la España ofi-cial franquista.

f) La creación de centros de estudio y detrabajo para insertarse en el Nuevo Mundo,pero también con el propósito consciente deconservar la cultura y educación republica-nas. Además de los cita-dos, se debe recordar elColegio Madrid y el Ins-tituto Luis Vives, funda-do por J. Puche con re-cursos del SERE y cuyopresidente del consejodirectivo es, en la actua-lidad, el ingeniero JoséPuche Planas, hijo deldoctor Puche.

g) Finalmente, lacomposición socio-pro-fesional, muy distinta dela que hubo en Francia.En la América de hablaespañola el miedo a laalteración de los mercados de trabajo tuvocomo consecuencia la puesta en marcha deunos filtros, que pretendían en principio mi-nimizar las entradas del sector terciario -losprofesionales- y potenciar en cambio la lle-gada de trabajadores agrícolas, pescadorese industriales. Pero los resultados fueronmuy distintos. Los exiliados a América per-tenecieron sobre todo al sector servicios y,dentro de él, a profesiones liberales, o bienfueron artistas e intelectuales.

Frente al 30 por 100 de agricultores quese quedaron en Francia, su presencia enMéxico fue la mitad. En cambio, el sectorterciario, que allá quedaba reducido al 10por 100, en México representó más del 50por 100. Este hecho es similar en el resto delos países latinoamericanos. Su explicaciónes, sin duda, la falta de recursos para tras-ladarse a América, quizá también la espe-ranza -que veían más cercana - de volvera su tierra de España. De manera que se

puede concluir que existió una nítida esci-sión socioprofesional a ambos lados del At-lántico: obreros no cualificados y agriculto-res en Francia, profesiones liberales, distin-tos oficios e intelectuales en América.

Otros países de Iberoamérica

Aunque en menor proporción, otros paí-ses acogieron a los españoles por unas yotras razones, no siempre con la misma ge-nerosidad que México. Así, la República Do-minicana (Llorens, 1975; Malagón, 1991;Lida 1992) fue el país que, en proporción asu población, acogió más exiliados republi-canos. El dictador Trujilloquería de esta ma-

nera hacer olvidar labrutal matanza de haitia-nos en 1937 y, por otraparte, aspiraba a blan-quear la población. ASanto Domingo llegaron4.000 ó 5.000 españolesque, pese a las malascondiciones, iniciaronuna labor de cultura ytrabajo que luego conti-nuaron en otros lugares,como Rafael Supervía ysu esposa, GuillerminaMedrano, en EstadosUnidos. Antonio delToro y Ana Martínez

Iborra fueron a México (Aub, Mancebo,1989), y junto con otros muchos que reco-ge V. Llorens, él mismo residente en estepaís, son insignes testigos de esta corta es-tancia. Pero de este exilio, quedó, como dieeC. Lida, un saldo sangriento ... Tal fue elcaso de Jesús Galíndez, Alfredo Pereña yJosé Almoina, cuyas trágicas muertes entre1956 y 1960 sin duda fueron ordenadas porel propio dictador, por resultar testigos eno-josos de sus .actividades. (Sobre Galíndez,M. Vázquez, 1990).

A Chile, gracias a los esfuerzos de Gabrie-la Mistral y Pablo Neruda, llegó un únicocontingente de 2.000 refugiados desdeFrancia, a bordo del Winnipeg. A diferenciade otros lugares, esta expedición fue la másproletaria de toda América (Llorens, 1976),y Neruda recuerda que eran pescadores;campesinos, obreros e intelectuales. Entreéstos, si así puede llamarse a jóvenes deveinte años, se encontraba José Ricardo

Cuatro representantes del exilio intelectual. Pedro Salinas (arriba, izquierda) y Luis Cernuda (arriba, dere-cha) escogieron Estados Unidos. Claudio Sánchez Albornoz (abajo, izquierda) y Alberti fueron a Argentina

Morales, que ha llegado a ser profesor de laUniversidad Católica de Chile y gran drama-turgo (Anthropos n.O 133, 1992, Y Suple-mento n.O35).

Otros emigrados, como Arturo Soria y suesposa Conchita Puig, entre otros méritosreúnen el haber sido fundadores de la edito-rial Cruz del Sur, junto a Antonio Espina, es-critor y poeta. También empezó allí su des-tierro Arturo Serrano Plaja. Del resto de la ex-pedición no sabemos mucho: Después de sullegada habían encontrado trabajo 1.140 emi-grados... Los primeros en colocarsefueron loszapateros y los chóferes, luego los herrerosypanaderos, y a continuación los sastres...hubo pocos médicos (Uorens, 1976).

Al margen de estos tres países (México,Chile y la República Dominicana), no hubootro que respondiera positivamente a lasgestiones que realizadas por Francia paraobtener la acogida de los emigrados.

Argentina fue un caso especial. En aque-lla época, su ni-vel de vida erade los más altosdel mundo y suriqueza agrope-cuaria, conocidapor los españo-les, la conver-tían en una granpromesa. Sinembargo, desdeel principio de laguerra hubouna mal disimu-lada simpatíaoficial por lasfuerzas rebeldes

y un rápido reconocimiento diplomático delrégimen franquista (Lida, 1992). El decidi-do apoyo de las antiguas organizaciones decompatriotas procedentes de la emigracióneconómica, ayudó de manera decisiva a losnuevos inmigrantes. Profesores universita-rios y escritores, juristas, matemáticos ampa-rados par la presencia anterior de Julio ReyPastor, autores de teatro y escenógrafos,como Gregario Muñoz, Margarita Xirgú, Ra-fael Alberti, M: Teresa León, Castelao, RosaChacel, Dieste, Ricardo Bastid, Mariano Gó-mez, Ricardo Orozco, Teresa Ramonet, sonalgunos nombres de esta emigración. PeroArgentina fue pasando de la inestabilidadpolítica a la barbarie militar, de la depresiónal caos económico, de la crisis cultural almás empobrecedor de los brain drain$ (fuga

Colombia no teníaapenas tradicióninmigratoria y suprecaria estructuraeconómica no lepermitía absorber. . .,.,una Inmlgraclon

•copIosa

de cerebros) y este proceso, naturalmente,repercutió en los españoles que, en nuevoéxodo, se dirigieron a otras naciones lati-noamericanas, a Estados Unidos o a la Eu-ropa de la posguerra. En la década de loscincuenta eran contados ya los que perma-necían en el destierro de Río de la Plata.

Especial relieve, tanto por su importanciacientífica como política, tiene la figura deClaudio Sánchez Albornoz, que presidió laRepública en el exilio durante 10 años, se-gún ha puesto de relieve Sonsoles CabezaSánchez-Albornoz.

Finalmente, diremos que la actividad edi-torial de Buenos Aires se incrementó con laguerra de España y el exilio que la siguió,porque allí se establecieron empresas comola Editorial Sudamericana y Losada. Dierontrabajo y, al mismo tiempo, publicaron obrade emigrados, no sólo de hispano-argenti-nos sino de todo el exilio. Gracias a las edi-toriales de México y Argentina hemos podi-do conocer gran parte de la obra de este nu-meroso y selecto grupo de intelectuales lea-les a la República. Las primeras se especia-lizaron en literatura de pensamiento - filo-sofía, sociología, crítica literaria -, mientrasque Argentina se dedicó más a publicar lite-ratura de creación -poesía, teatro, novela.

El resto de países de Sudamérica y Cen-troamérica recibieron un contingente muchomenor, pero con presencia de personalida-des significativas. A Bolivia no llegaron mu-cho más de cincuenta españoles exiliados,pero allí estuvieron Vicente Rojo, despuésde algunos años en Argentina, Santiago Píi Sunyer y Manuel López-Rey. En Venezue-la encontró asilo un grupo numeroso de vas-cos, según el acuerdo firmado entre ellehen-dakari José Antonio Aguirre y el presidenteLópez Contreras, en 1938. El interés del Go-bierno venezolano para que la selección derefugiados se hiciera con criterios de religio-sidad - habían de ser fuertemente católi-cos- dio lugar a la intervención del PNV,así como a críticas por la discriminación deotras tendencias y opciones políticas. Entodo caso, la primera expedición llegó a LaGuaira a bordo del Cuba, desde Francia, enjulio de 1939. Otros dos viajes se efectuaronpor el Flandre y el Bretagne en agosto.

Al ser una inmigración favorecida por elGobierno tuvo la ventaja de la seguridad enel trabajo y subsistencia. Los gastos de viajecorrieron a cargo del SERE y del Gobiernovasco, que mostró su interés por mantenerciertas inversiones en Venezuela a cargo de

Provincia y regiónde origen

Barcelona .Gerona .Lérida-Tarragona .Cataluña .Alava-Guipúzcoa .Vizcaya .Santander .Oviedo .Región Cantábrica .Otras castellanas .Madrid .Castilla la Nueva : ..Valencia .Alicante-Castellón .Murcia .Levante .Zaragoza .Huesca-Teruel .Aragón .Otras regiones .TOTAL .

11,54,16,2

21,81,94,73,17,5

17,23,8

12,316,14,43,82,5

10,73,52,66,1

28,1100

17,03,54,1

24,63,57,34,2

12,527,53,3

14,217,53,12,42,37,82.,52,04,5

18,1100

22,43,85,3

31,52,36,11,53,8

13,75,3

16,822,14,61,41,27,21,50,82,3

23,2100

13,22,72,2

18,111,55,24,74,9

26,34,8

11,516,33,53,34,1

10,94,93,28,1

203100'

Fuente: Javier Rubio, 1977. Tomado de J. M. Azcona, "Actitudes ante la guerra ...», Historia General de la emigración'española a lberoamérica, 1I, p. 541. .

sus bienes expatriados (Tabanera, 1992).Nuevas remesas de vascos y otros españo-les se produjeron a partir del inicio de laguerra mundial, y también procedentes deSanto Domingo. Nombres conocidos de esteexilio son Augusto Pí i Sunyer, fundador dela escuela de fisiología catalana (Barona,Mancebo, 1990), José Sánchez Covisa,Eduardo Ortega y Gasset, Pascual Pla y Bel-trán, el poeta valenciano y comunista (Az-nar, 1985) y otros muchos.

Colombia no tenía apenas tradición inmi-gratoria y su precaria estructura económica,en 1939, no le permitía absorber una inmi-gración copiosa. En cambio, políticamenteestaba cercana a la República, pues su pre-sidente Eduardo Santos era amigo y admi-rador de Azaña. Las condiciones de entra-da eran severas, pero semejantes a otras re-públicas americanas. Se trataba sobre todode evitar problemas de competencia profe-sional o paro, por lo que se daba prioridadabsoluta a los que dispusieran de capital su-ficiente para establecer negocios o a los con-tratados por empresas, órganos o institucio-nes del país. Los llegados produjeron un po-sitivo impacto cultural en el país (Rubio,1977) y aunque no fueron numerosos, sífueron valiosos y más variados profesional-

mente que en Venezuela: Antonio Zozaya,Manuel Usano, Luis de Zulueta, José M." OtsCapdequí (Peset, 1992), arquitectos, inge-nieros, etc.

El exilio en este país se caracterizó porqueno hubo refugiados políticos republicanos.Estados Unidos nunca concedió el estatutode refugiados a los republicanos españoles,que hubieron de acogerse a las leyes de emi-gración vigentes. Las vías de entrada fueronvarias: establecimiento en el país como pro-fesores universitarios o profesionales - mé-dicos, abogados, arquitectos-. Su naci-miento en territorios que en el momento delexilio eran americanos, pero antes habíansido españoles. El funcionariado de organis-mos internacionales. Finalmente, el habervivido en países latinoamericanos con ad-quisición de nacionalidad y luego atraídospor sus maestros u otros profesores ya arrai-gados en el país. En general, fueron some-tidos a una previa limpieza de sangre de an-tecedentes políticos, ya que la República es-pañola no había sido vista con simpatía por

El exilio en EstadosUnidos se caracterizó

porque no huborefugiados políticosrepublicanos, Todos

hubieron de acogerse alas leyes de emigración

vigente en ese país

sectores influyentes de la vida americana.Sin embargo, frente a la posición guberna-mental, amplios colectivos políticos, religio-sos, profesionales o sindicales ayudaron acientos de españoles a trasladarse a la otraorilla del Atlántico. Nueva York, punto dellegada y partida de muchos de ellos, aco-gió el número más elevado de exiliados,pero se encuentran españoles/as en variosestados y muchas universidades. Algo quefavoreció la instalación en el país, fue el in-cremento de los estudios y enseñanza de lalengua y literatura española. Sin embargo,una dificultad que no tuvieron en Latinoa-mérica fue la distinta lengua y cultura. Ha-bía que penetrar -dice Guillermina Medra-no- en una cultura, psicología, idioma ymodo de ser muy ajeno y difícil de enten-der y asimilar.

Algunos profesores,instalados allá despuésde la guerra ya conocíanel país por haber sido in-vitados anteriormentepor universidades nor-teamericanas, como enel caso de Américo Cas-tro. Pero la mayoría,aunque de sólido presti-gio, hubo de pasar porlos filtros mencionados.Su influencia se dejósentir en las especialida-des a que se dedicaron ydos premios Nobel fue-ron presentados por universidades america-nas, Juan Ramón Jiménez (1956) y SeveroOchoa (1959).

Entre los científicos cabe destacar a Gui-llermo Cabrera, físico, que enseñó en la uni-versidad de Virginia; a José Cuatrecasas,botánico, que trabajó en el Field Museum deChicago y luego en la Smithsonian Institu-tion de Washington; Marcelino Pascua, mé-dico, conocido por sus trabajos en bioesta-dística en la Johns Hopkins; Rafael Lorentede No, neurólogo en el Rockfeller Institutede Nueva York, ete.

Pero son más numerosos los dedicados ala literatura o humanidades en general. Pe-dro Salinas y Jorge Guillén eran catedráti-cos en España y con reconocimiento univer-sal por su obra poética. Procedentes delCentro de Estudios Históricos, como Castroy Salinas, llegaron Tomás Navarro Tomás,el conocido filólogo, que se incorporó a laColumbia University, y José Fernández

Montesinos. Vicente Uorens llegó desde San-to Domingo y enseñó muchos años en la uni-versidad de Princeton, luego en la JohnsHopkins (Baltimore) y acabó siendo profesoremérito en la Stony Brook. Rafael Supervia,abogado, trabajó como profesor de españolen la Washington University.Joan Corominaspasó de la Argentina a Chicago donde pre-paró su gran Diccionario crítico-etimológicode la lengua castellana. Ramón J. Sender lle-gó de México a las universidades de NuevoMéxico y California, y realizó en el exilio mu-cha parte de su amplia obra narrativa. Fran-cisco Ayala, Sánchez-Barbudo, el gran poetaLuis Cernuda, Emilio González López, galle-go y combativo estudiante desde la época dePrimo de Rivera, catedrático de Penal, se re-cicló como profesor de literatura española en

Nueva York. José López-Rey, gran historiador delarte, Fernando de losRíos, José Ferrater Mora,Javier Malagón, el pintorEsteban Vicente, el padrey el hermano de Federi-co García Lorca. Entrelos más jóvenes, hijos deemigrados y hoy grandesprofesores, se encuentranJuan Marichal, CarlosBlanco Aguinaga y Nico-lás Sánchez-Albornozque, procedente de Ar-gentina, ha desarrolladoen Nueva York su gran

labor de historiador. Nombres ilustres todosque no podemos abarcar.

Un buen número de mujeres, esposas ehijas de emigrados, ejercieron la docenciaen escuelas o universidades. Entre las prin-cipales se encuentran, además de las men-cionadas, Justa Arroyo de López-Rey, Soli-ta Salinas de Marichal, Carmen Zulueta,Gloria Giner de los Ríos, Concha de Albor-noz, Pilar Madariaga, Laura de los Ríos,Margarita Ucelay. Finalmente recordaremosdos publicaciones de gran importancia paralos exiliados: España Libre (1939-1976), re-cientemente estudiada por M: Angeles Or-daz, que fue órgano de las Sociedades His-panas Confederadas. En ella encontró cau-ce adecuado de expresión la inquietud po-lítica de buen número de intelectuales. B.Clariana, Rubia Barcia, Sender, Ayala, Eu-genio F. Granell, son algunos nombres vin-culados a este periódico.

Más tarde apareció Ibérica (1953-1974).

Fundada y dirigida por VictoriaKent. Esta re-vista no fue portavoz de ninguna organizaciónni partido específico sino que confluyó en ella-dice A. Alted- una serie de personas que,desde un ámbito social y profesional muycompleto, vivieron de una determinada ma-nera sus creencias políticas. En ~ste grupodestacan por su coherencia los republicanosliberales. Apoyada por el prestigio de Salva-dor de Madariaga, cuenta con gran númerode colaboradores, entre ellos Manuel Tuñónde Lara, que con el seudónimo Telmo Loren-zo firmó una serie de Crónicas de Madrid,desde 1957. Ibérica fue cauce de expresiónde la oposición interna y puente de unión en-tre el exilio interior y el exterior.

Es un exilio poco estudiado. Me baso enel varias vecesmencionado ar-tículo de V. Llo-rens La emigra-ción republicanade 1939, en laobra colectivadirigida por JoséLuis Abellán, yen el trabajo deR. Crego y E.Zafra, .1990,presentado alcongreso Laoposición al ré-gimen de Fran-co. El contin-

gente es escaso desde la perspectiva de laayuda y simpatía de la Rusia soviética porEspaña, y explicable, posiblemente, por ra-zones políticas. En primer lugar, el pactogermano-soviético (24-VIII-1939) y des-pués, por la guerra mundial.

A Rusia fueron, desde Le Havre en mayode 1939, además de los afiliados al partidocomunista, los niños anteriormente mencio-nados y sus profesores, otras personas-como profesores de la Institución- y losprocedentes de los campos de concentración.

La acogida que los exiliados vivieron eneste país, tan distinto en lengua, costumbresy régimen político, mitigó las humillacionesy sufrimientos por los que habían pasado.Con más o menos dificultad, fueron inte-grándose en el mundo del trabajo médicos,

La acogida que losexiliados vivieronen la URSS, un paístan distinto enlengua ycostumbres, mitigólas humillacionesdel exilio

arquitectos, profesores, militares o artistas.Algunos nombres importantes son el del es-cultor Alberto Sánchez y su esposa Clara.José Laín, dirigente de las JSU, Vicente Sán-chez, Esteban y Vicente Talón, de la FUE,luego abogados, traductores y profesores deCasas de niños, Luis Lacasa, arquitecto delpabellón español de la Exposición Interna-cional de París (1937), César M. Arconada,Arnaldo Azzati y su esposa Alejandra Soler,periodistas, Ignacio Hidalgo de Cisneros,jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire,Carmen Solero, Pilar y Venancio Uribe,educadores, el médico Juan Planelles, etc.

Sin embargo, la situación de Rusia, ata-cada por Alemania, les afectó muy directa-mente y, como en Francia, se incorporaronal Ejército Rojo, actuaron en guerrillas oayudaron en retaguardia en hospitales otros

servicios. Hay un obelisco en Crimea, erigi-do en 1965, que perpetúa la memoria de losjóvenes españoles caídos contra los nazis.

De entre los varios aspectos de este exiliocabe destacar las Casas de niños esparcidaspor la Rusia europea. Acogieron a las expe-diciones que ya desde 1937 salieron de la Es-paña en guerra. La primera, en marzo de1937, formada por niños madrileños y me-nor número de otras provincias, que partiódel puerto de Valencia. La segunda fue con-secuencia del ataque al País Vasco en la pri-mavera de 1937. Salió en junio desde San-turce, en el barco Habana hasta Burdeos yluego en el Sontay hasta Leningrado. Lacomponían 1.485 niños, 75 profesores y dosmédicos. De Asturias y León salió una terce-ra expedición con 1.100 niños y 40 maestros.y desde Cataluña a fines de 1938, partierona Le Havre y desde allí a Leningrado.

En total, estos 3.000 niños fueron acogi-dos con gran generosidad, mantenidos yeducados. Algunos volvieron en 1956 y con-servan entre ellos muy cordiales relacionesfomentadas en el pasado común.

La peripecia del partido comunista es tanimportante que sólo apuntamos las obras deF. Claudín, Dolores Ibarruri y José Díaz. Ma-nuel Tagüeña, que murió en México, ha de-jado en su libro Testimonio de dos guerras,una reflexiónsincera sobre la Rusia estalinista.

En conclusión, esta España peregrina,este exilio, a diferencia de otros, en otrasépocas o países, fue la salida de una impor-tante representación de la sociedad españo-la en todos los niveles y grados de su estruc-tura política, social, cultural y económica.Este pueblo pasó sus fronteras con la con-vicción de la justicia de su lucha y de la ra-

zón de sus creencias. Estos españoles, a losque hemos permanecido ajenos tantos años,representaron y representan esa otra Espa-ña que tantas veces se ha querido borrar yolvidar.

Pero el pueblo español no luchó esta vezen vano. Sus convicciones democráticas, losvalores que defendía, en mucha parte hansido recuperados. Afortunadamente Españano fue sólo un territorio, un Estado. Españaera un espíritu múltiple -las Españas- queproliferó acá y allá, en Francia, en México,en otros países. Españas que supieron con-servar y acrecentar el legado que se lleva-ron. Con todas sus dificultades, su voz -sucanción - se unió por fin a la tierra. Sumuerte, pero también su obra, ahí queda.Sepamos recogerlas y continuar reunidos elcamino.

B 1 B L' 1 O G R A F 1 A

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