1 al 15 de marzo de 2020 Estrella Solitaria...Morado 5 3ª clase Jueves Feria de Cuaresma 7:15 Misa...

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Calendario del 1 al 15 de marzo de 2020 Morado 1ª clase 1 Domingo Dominica I de Cuaresma 10:30 Misa cantada 19:00 Misa rezada Morado 3ª clase 2 Lunes Feria de Cuaresma No hay misa de 7:15 19:00 Misa rezada 20:00 Reunión Tercera Orden Morado 3ª clase 3 Martes Feria de Cuaresma 7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada Morado 2ª clase 4 Miércoles Témporas de Cuaresma · Ayuno y abstinencia para la FSSPX · 7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada Morado 3ª clase 5 Jueves Feria de Cuaresma 7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada y Exposición 19:50 Ensayo de coro Morado 2ª clase 6 Viernes Témporas de Cuaresma · Ayuno y abstinencia para la FSSPX · · Primer viernes de mes · 7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada seguida de adoración hasta medianoche Morado 2ª clase 7 Sábado Témporas de Cuaresma · Ayuno y abstinencia para la FSSPX · · Primer sábado de mes · 10:00 Inscripciones para el Catecismo 12:00 Misa rezada 17:00 Ciclo de Conferencias sobre el R.P. Osvaldo Lira 19:00 Misa rezada seguida de Exposición y meditación Morado 1ª clase 8 Domingo Dominica II de Cuaresma 10:30 Misa cantada 19:00 Misa rezada Morado 3ª clase 9 Lunes Feria de Cuaresma No hay misa de 7:15 19:00 Misa rezada Morado 3ª clase 10 Martes Feria de Cuaresma 7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada Morado 3ª clase 11 Miércoles Feria de Cuaresma 7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada 20:00 Curso de los miércoles: «La vida espiritual, según Msgr. Lefebvre» Morado 3ª clase 12 Jueves Feria de Cuaresma 7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada y Exposición 19:50 Ensayo de coro Morado 3ª clase 13 Viernes Feria de Cuaresma · Ayuno y abstinencia para la FSSPX · 7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada Morado 3ª clase 14 Sábado Feria de Cuaresma 10:00 Catecismo 12:00 Misa rezada 15:00 Reunión de la Archicofradía 19:00 Misa rezada Morado 1ª clase 15 Domingo Dominica III de Cuaresma 10:30 Misa cantada 19:00 Misa rezada Estrella Solitaria “Cuando ayunéis, no os pongáis, como los hipócri- tas, tristes. Porque ellos maceran sus rostros, para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo: ya han recibido su galardón. Tú, en cambio, cuando ayunes, unge tu cabeza, y lava tu cara, para que no vean los hombres que ayunas, sino tu Padre, que está oculto: y tu Pa- dre, que ve en lo escondido, te lo premiará”. Son las palabras de Nuestro Señor en el evangelio del miércoles de ceniza. No os pongáis tristes. Y ayunad en lo escondido. Dos cualidades que no deberían faltar en nuestra cuaresma. Tan senci- llo como eso: la alegría y la humildad. Son muy hermosas las ora- ciones que rezamos en la li- turgia del miércoles de ceniza; y eso ya es un motivo de alegría: tener el consuelo de que la liturgia católica es obra del Espíritu Santo, que ha fecundado su Iglesia inspirándole amorosamente las oracio- nes, en el contenido y en las palabras, que de- be elevar al Padre Celestial. Sin embargo, no debe quedar allí nuestra ale- gría cuaresmal, si es posible decirlo así. Es cierto que Cristo apunta al fermento de la hi- pocresía que combatió en sus tres años de mi- nisterio: no queriendo que sobre- actuemos una virtud que debe ser esencialmente sobrenatural, para que sea meritoria y capaz de sal- varnos. Un gran hombre de Igle- sia, el Abad benedictino Próspe- ro Guéranger, explica el sentido de esta alegría que nos aconseja Cristo, con estas palabras: “Alegría de Cuaresma: No quiere Nuestro Señor recibamos el anuncio del ayuno expiatorio como triste y mortificante nueva. El cristiano en- tiende lo suficiente cuán arriesgado es para él vivir en deuda con la divina justicia; ve, por consiguiente, que llega el tiempo de Cuaresma con gozo y consuelo; de antemano sabe que, si es fiel a las prescripciones de la Iglesia, aliviará su carga. Estas satisfacciones, hoy tan suavizadas por la indulgencia de la Iglesia, ofrecidas a Dios con las del mismo Redentor y fe- cundadas por esta comunicación en haz común de propiciación las obras santas de todos los miembros B IENAVENTURADOS AQUELLOS A QUIENES SE LES HA PERDONADO SU PECADO Juan García Martínez, La Penitente (1884)

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Page 1: 1 al 15 de marzo de 2020 Estrella Solitaria...Morado 5 3ª clase Jueves Feria de Cuaresma 7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada y Exposición 19:50 Ensayo de coro Morado 2ª clase 6 Viernes

Calendario del 1 al 15 de marzo de 2020

Morado 1ª clase 1

Domingo

Dominica I de Cuaresma 10:30 Misa cantada 19:00 Misa rezada

Morado 3ª clase 2

Lunes Feria de Cuaresma

No hay misa de 7:15 19:00 Misa rezada 20:00 Reunión Tercera Orden

Morado 3ª clase 3

Martes Feria de Cuaresma

7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada

Morado 2ª clase 4

Miércoles Témporas de Cuaresma · Ayuno y abstinencia para la FSSPX ·

7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada

Morado 3ª clase 5

Jueves Feria de Cuaresma

7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada y Exposición 19:50 Ensayo de coro

Morado 2ª clase 6

Viernes Témporas de Cuaresma · Ayuno y abstinencia para la FSSPX · · Primer viernes de mes ·

7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada seguida de adoración hasta medianoche

Morado 2ª clase 7

Sábado Témporas de Cuaresma · Ayuno y abstinencia para la FSSPX · · Primer sábado de mes ·

10:00 Inscripciones para el Catecismo 12:00 Misa rezada 17:00 Ciclo de Conferencias sobre el R.P. Osvaldo Lira 19:00 Misa rezada seguida de Exposición y meditación

Morado 1ª clase 8

Domingo

Dominica II de Cuaresma 10:30 Misa cantada 19:00 Misa rezada

Morado 3ª clase 9

Lunes Feria de Cuaresma

No hay misa de 7:15 19:00 Misa rezada

Morado 3ª clase 10

Martes Feria de Cuaresma

7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada

Morado 3ª clase 11

Miércoles Feria de Cuaresma

7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada 20:00 Curso de los miércoles: «La vida espiritual, según Msgr. Lefebvre»

Morado 3ª clase 12

Jueves Feria de Cuaresma

7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada y Exposición 19:50 Ensayo de coro

Morado 3ª clase 13

Viernes Feria de Cuaresma

· Ayuno y abstinencia para la FSSPX ·

7:15 Misa rezada 19:00 Misa rezada

Morado 3ª clase 14

Sábado Feria de Cuaresma

10:00 Catecismo 12:00 Misa rezada 15:00 Reunión de la Archicofradía 19:00 Misa rezada

Morado 1ª clase 15

Domingo

Dominica III de Cuaresma 10:30 Misa cantada 19:00 Misa rezada

Estrella Solitaria

“Cuando ayunéis, no os pongáis, como los hipócri-

tas, tristes. Porque ellos maceran sus rostros, para

hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os

digo: ya han recibido su galardón. Tú, en cambio,

cuando ayunes, unge tu cabeza,

y lava tu cara, para que no vean

los hombres que ayunas, sino tu

Padre, que está oculto: y tu Pa-

dre, que ve en lo escondido, te lo

premiará”.

Son las palabras de Nuestro

Señor en el evangelio del

miércoles de ceniza. No os

pongáis tristes. Y ayunad en

lo escondido. Dos cualidades

que no deberían faltar en

nuestra cuaresma. Tan senci-

llo como eso: la alegría y la

humildad.

Son muy hermosas las ora-

ciones que rezamos en la li-

turgia del miércoles de ceniza; y

eso ya es un motivo de alegría:

tener el consuelo de que la liturgia católica es

obra del Espíritu Santo, que ha fecundado su

Iglesia inspirándole amorosamente las oracio-

nes, en el contenido y en las palabras, que de-

be elevar al Padre Celestial.

Sin embargo, no debe quedar allí nuestra ale-

gría cuaresmal, si es posible decirlo así. Es

cierto que Cristo apunta al fermento de la hi-

pocresía que combatió en sus tres años de mi-

nisterio: no queriendo que sobre-

actuemos una virtud que debe ser

esencialmente sobrenatural, para

que sea meritoria y capaz de sal-

varnos. Un gran hombre de Igle-

sia, el Abad benedictino Próspe-

ro Guéranger, explica el sentido

de esta alegría que nos aconseja

Cristo, con estas palabras:

“Alegría de Cuaresma: No quiere

Nuestro Señor recibamos el anuncio

del ayuno expiatorio como triste y

mortificante nueva. El cristiano en-

tiende lo suficiente cuán arriesgado es

para él vivir en deuda con la divina

justicia; ve, por consiguiente, que

llega el tiempo de Cuaresma con gozo

y consuelo; de antemano sabe que, si

es fiel a las prescripciones de la Iglesia,

aliviará su carga. Estas satisfacciones,

hoy tan suavizadas por la indulgencia de la Iglesia,

ofrecidas a Dios con las del mismo Redentor y fe-

cundadas por esta comunicación en haz común de

propiciación las obras santas de todos los miembros

BIENAVENTURADOS AQUELLOS A QUIENES SE LES HA PERDONADO SU PECADO

Juan García Martínez, La Penitente

(1884)

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de la Iglesia militante, purificarán nuestras almas y

las harán dignas de participar de las inefables ale-

grías de la Pascua. No estemos, por tanto, tristes

porque ayunamos, ni lo estemos por haber hecho

necesario nuestro ayuno por el pecado. Otro consejo

nos da el Señor que la Iglesia recalcará a menudo

en el decurso de la santa Cuaresma: añadamos la

limosna a las privaciones corporales. Nos exhorta

que atesoremos, pero sólo para

el cielo. Tenemos necesidad de

intercesores; busquémoslos entre

los pobres”.

No estemos tristes porque

ayunamos, ni lo estemos por

haber hecho necesario nuestro

ayuno por el pecado. Más cla-

ramente: no nos entristezca-

mos por nuestros pecados

perdonados; seamos como

el hijo pródigo que acepta la

fiesta del padre. Ciertamen-

te, el gran abad no nos invita

a pecar; lejos de eso, siendo

consciente de la fragilidad humana y con un

espíritu sobrenatural, que no deja de serlo, por

el hecho de revestir una dimensión humana y

paternal; nos quiere liberar de una carga inne-

cesaria y que en nada contribuye a la edifica-

ción de nuestra alma: el escrúpulo o la angus-

tia inherente a ese terrible estado interior que

consiste en no saberse perdonar uno mismo.

Hay que reconocerlo: no somos los únicos

que hemos pecado. San Pablo a los Romanos

(5, 12) lo dice claramente, llevándonos a la

raíz del problema: “Por tanto, tal como el pecado

entró en el mundo por un hombre, y la muerte por

el pecado, así también la muerte se extendió a todos

los hombres, porque todos pecaron.”

Por supuesto, el pecado siempre se pudo, se

puede y se podrá evitar con la gracia de

Dios. Pero, si Dios, siendo eminentemente

sabio y bueno, lo ha permitido, no puede ca-

recer de sentido en orden al bien del univer-

so; aun no teniendo sentido en sí mismo, o

siendo, mejor dicho, un verdadero y absoluto

contrasentido. Nosotros no podemos aislar-

nos del bien del universo, encerrándonos en

nuestra individualidad

como si nada más existie-

se; pues, el bien del uni-

verso, bien común, se edi-

fica en la misericordia, la

compasión, la encarna-

ción redentora del Verbo,

la Iglesia y los sacramen-

tos, entre los cuales brilla

de una manera especial el

sacramento de la peniten-

cia o confesión; todo lo

cual nos ha venido con

ocasión del pecado. Qui-

siéramos no haber pecado

nunca, ni volver a pecar ja-

más. ¡Perfecto! Pero, eso no nos asegura que

seamos buenos para Dios, si consideramos la

santidad como un desafío personal, o simple-

mente como un no pecar. Lo más probable

es que sigamos pecando, incluso aún más, si

emprendemos ese camino errado. Indudable-

mente debemos esforzarnos por no pecar y

evitar las ocasiones de pecado; y, si lamenta-

blemente hemos vuelto a pecar, debemos ha-

cer reparación por nuestros pecados perdo-

nados con penitencias y mortificaciones, al

menos con ayunos, abstinencias y limosnas;

pero, el modo de hacerlo es insustituible: sin

tristeza, con alegría y un gozo que participe

de la pascua futura.

El rey David nos retrata de qué modo hizo

Pieter de Grebber, El Rey David en oración (1637)

AVISOS

Horario normal. A partir de mañana, lunes 2

de marzo, retomamos horarios normales: de

martes a viernes, misa de 7:15; sábados, de

12:00; domingos, 10:30; y todos los días, misa

de 19:00.

Catecismo. El próximo sábado 7 de marzo a

las 10:00 serán las inscripciones para el Cate-

cismo, y las clases comienzan el sábado si-

guiente, 14 de marzo.

Curso de los miércoles. El miércoles 11 de

marzo, después de la misa de 19:00, comienza

el Curso de los Miércoles, a cargo del R.P.

Camargo. El tema de este semestre será: “La

Vida Espiritual según Msgr. Lefebvre”. Los ani-

mamos a venir a profundizar en la espirituali-

dad de nuestro fundador, que no es más que

la espiritualidad de la Iglesia misma.

Ensayo de coro. Este jueves 5 de marzo reto-

mamos los ensayos de coro, y sus miembros

son vivamente conminados a asistir. Los fieles

que deseen aprender el canto de la Iglesia y

sumarse a este apostolado pueden hablar con

el R.P. Camargo para una audición.

Conferencias de los primeros sábados. El sá-

bado 7 de marzo, a las 17:00, comienza un

muy interesante ciclo de conferencias sobre la

obra del R.P. Osvaldo Lira, sscc, dictadas por

el Prof. Juan Carlos Ossandón.

reparación por su pecado perdonado, un pe-

cado bastante grave para un rey del pueblo

elegido, a saber: el adulterio y el homicidio.

En el salmo 32 dice: “Bienaventurados aquellos

a quienes se les ha perdonado su pecado, a quienes

les son cubiertas sus trasgresiones”. Una oración

que podríamos repetir interiormente una vez

que hemos recibido la absolución. Hagamos,

pues, reparación con la alegría de haber recu-

perado la gracia y la amistad de Dios en el

sacramento del perdón. Ahora bien, la beati-

tud es más que una simple alegría, es más

que la dilatación del corazón. La beatitud es

la felicidad, entendida como la perfección úl-

tima de los seres espirituales. Es un acto espi-

ritual de unión con Dios imperfectamente in

vía; perfecta y consumadamente in patria,

participación de la beatitud divina. Con esa

beatitud salgamos del confesonario, transcu-

rramos la cuaresma y esperemos la segunda

venida, aun siendo la venida de un Justo

Juez.

Finalmente, para evitar la hipocresía y una

sobreactuación fingida de la cual nos previe-

ne el divino Maestro, nuestra penitencia debe

ser una penitencia informada por la caridad.

El domingo pasado o de quincuagésima, la

Iglesia nos hacía escuchar la primera epístola

de san Pablo a los Corintios (13): “Si yo ha-

blara lenguas humanas y angélicas, pero no tuvie-

ra amor, sería como metal que resuena o címbalo

que retiñe. Y si tuviera el don de profecía, y enten-

diera todos los misterios y todo conocimiento, y si

tuviera toda la fe como para trasladar montañas,

pero no tengo caridad, nada soy. Y si diera todos

mis bienes para dar de comer a los pobres, y si en-

tregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo

caridad, de nada me aprovecharía”. Si no tengo

caridad nada soy. La referencia a la limosna:

dar los bienes para dar de comer a los pobres;

y al martirio (o al menos a la mortificación):

entregar el cuerpo para ser quemado, en el

pensamiento de san Pablo no tiene sentido sin

caridad. No deberíamos pasar por alto este

elogio de la caridad que hace el Apóstol antes

de comenzar la cuaresma. Traigámoslo a la

memoria cada día de este hermoso tiempo li-

túrgico.

Con mi bendición,

P. Sebastián De Candido