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Es bien sabido que alrededor del año 650 d.C., cuando Teotihuacan comen- zaba a perder hegemonía, se generó un desequilibrio social, político y econó- mico que provocó grandes movimientos poblacionales principalmente en el centro de México. También es ya muy reconocido que estos grupos que salie- ron de la gran urbe teotihuacana, buscaron establecerse siguiendo un nuevo patrón de asentamiento que se distinguió por la fundación de nuevas ciudades en las partes elevadas de cerros, esto en respuesta a la inestabilidad e inseguri- dad que preponderaba en la región. La caída de Teotihuacan y el surgimien- to de nuevos sitios se convirtieron en aspectos diagnósticos que entre otras cosas permitieron a Jiménez Moreno (1959) definir el Epiclásico. No obstante, a pesar de la amplia presencia de ciudades ubicadas sobre ce- rros, también hay muchos sitios epiclásicos que no siguen este patrón, pero presentan rasgos arquitectónicos que podrían considerarse de carácter defensi- vo, una vez más, como resultado de las condiciones antes señaladas. A partir del debilitamiento teotihuacano, alrededor del año 650 d.C., surgen varios sitios con características defensivas en toda Mesoamérica. Se ha considerado a Xochicalco como una ciudad de orden defensivo y militar, desde la primera vez que se visitó en 1777, dada la presencia de murallas, bastiones y fosos. Investigaciones recientes —aunadas a trabajos ante- riores en una de las entradas principales a Xochicalco— ratifican que entre los años 650 y 1100 d.C., estos elementos arquitectónicos tuvieron una función defensiva, a pesar de que involucran diferentes áreas de actividad, incluyendo las de tipo ritual. La ciudad tenía todo previsto para efectuar la defensa ante un asalto, un ataque frontal o por los costados, la inva- sión, la escalada, el confinamiento, todo menos un conflicto interno que le llevaría a su total abandono. It has been proposed that many cities that arose after the fall of Teotihuacan (ca. AD 650) had a defensive function. Since the first recorded visit to Xochicalco (in 1777), it has been regarded as a military, defensive center due to the appearances of walls, pits and bastions. Recent excavations at Xochicalco—along with earlier explorations at one of the main entrances to the city—show that between AD 650 and 1100 these architectural features had a primarily defensive function, even though they enclosed areas that involved different kind of activities, including ritual ones. The city was ready for almost any attack, from the front or the sides, by climbing, siege or invasion; but they never expected that an internal revolt would lead to its final abandonment. Claudia Itzel Alvarado León* Silvia Garza Tarazona* El carácter defensivo de Xochicalco (650-1100 d.C.) El carácter defensivo de Xochicalco (650-1100 d.C.) El carácter defensivo de Xochicalco (650-1100 d.C.) El carácter defensivo de Xochicalco (650-1100 d.C.) El carácter defensivo de Xochicalco (650-1100 d.C.) * Centro INAH Morelos, Proyecto Xochicalco.

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    Es bien sabido que alrededor del ao 650 d.C., cuando Teotihuacan comen-zaba a perder hegemona, se gener un desequilibrio social, poltico y econ-mico que provoc grandes movimientos poblacionales principalmente en elcentro de Mxico. Tambin es ya muy reconocido que estos grupos que salie-ron de la gran urbe teotihuacana, buscaron establecerse siguiendo un nuevopatrn de asentamiento que se distingui por la fundacin de nuevas ciudadesen las partes elevadas de cerros, esto en respuesta a la inestabilidad e inseguri-dad que preponderaba en la regin. La cada de Teotihuacan y el surgimien-to de nuevos sitios se convirtieron en aspectos diagnsticos que entre otrascosas permitieron a Jimnez Moreno (1959) definir el Epiclsico.

    No obstante, a pesar de la amplia presencia de ciudades ubicadas sobre ce-rros, tambin hay muchos sitios epiclsicos que no siguen este patrn, peropresentan rasgos arquitectnicos que podran considerarse de carcter defensi-vo, una vez ms, como resultado de las condiciones antes sealadas.

    A partir del debilitamiento teotihuacano, alrededor del ao 650 d.C., surgen varios sitios concaractersticas defensivas en toda Mesoamrica. Se ha considerado a Xochicalco como unaciudad de orden defensivo y militar, desde la primera vez que se visit en 1777, dada lapresencia de murallas, bastiones y fosos. Investigaciones recientes aunadas a trabajos ante-riores en una de las entradas principales a Xochicalco ratifican que entre los aos 650 y1100 d.C., estos elementos arquitectnicos tuvieron una funcin defensiva, a pesar de queinvolucran diferentes reas de actividad, incluyendo las de tipo ritual. La ciudad tena todoprevisto para efectuar la defensa ante un asalto, un ataque frontal o por los costados, la inva-sin, la escalada, el confinamiento, todo menos un conflicto interno que le llevara a su totalabandono.

    It has been proposed that many cities that arose after the fall of Teotihuacan (ca. AD 650)had a defensive function. Since the first recorded visit to Xochicalco (in 1777), it has beenregarded as a military, defensive center due to the appearances of walls, pits and bastions.Recent excavations at Xochicalcoalong with earlier explorations at one of the main entrancesto the cityshow that between AD 650 and 1100 these architectural features had a primarilydefensive function, even though they enclosed areas that involved different kind of activities,including ritual ones. The city was ready for almost any attack, from the front or the sides, byclimbing, siege or invasion; but they never expected that an internal revolt would lead to itsfinal abandonment.

    Claudia Itzel Alvarado Len*Silvia Garza Tarazona*

    El carcter defensivo de Xochicalco (650-1100 d.C.)El carcter defensivo de Xochicalco (650-1100 d.C.)El carcter defensivo de Xochicalco (650-1100 d.C.)El carcter defensivo de Xochicalco (650-1100 d.C.)El carcter defensivo de Xochicalco (650-1100 d.C.)

    * Centro INAH Morelos, Proyecto Xochicalco.

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    De acuerdo con Garca y Merino (1997:367),en Mxico los asentamientos humanos forti-ficados o ubicados en posicin estratgica seencuentran desde hace 2,000 aos (tal es el casode Monte Albn); sin embargo, no es sino haciafinales del Clsico, entre el 600 y 900 d.C.,cuando este tipo de asentamientos se multipli-can. Al parecer, los datos arrojados por diferen-tes estudios que se relacionan con fortificacionesen varias partes alrededor del mundo, indican questos son fenmenos sociales definidos geogr-fica y temporalmente (Parkinson y Duffy, 2007:98). Un ejemplo de ello es el rea mesoameri-cana durante el periodo Epiclsico del centrode Mxico o el Clsico tardo del rea maya.

    En el caso de Xochicalco, la ubicacin estra-tgica rene varios aspectos de gran relevanciapara su desarrollo, no solo limitndose a la me-ra localizacin de la ciudad en un cerro con fi-nes defensivos, sino tambin a su situacin enun punto de enlace entre las rutas que unen elcentro con el este y el sur de Mesoamrica, ascomo su extraordinaria visin hacia el horizon-te geogrfico para fines astronmicos (fig. 1).Contrario a lo que pudiera pensarse, los bene-ficios ambientales de la regin no fueron unarazn de gran peso para asentarse en un rea enla que las tierras con buenas posibilidades decultivo se encuentran lejos aproximadamen-te en un radio de seis kilmetros (Hirth, 2000:247) sin mencionar que el acceso a una bue-

    Mxico; Oztuma y Piedra Labrada, Guerrero;Cantona, Tepeaca, Tepeji el Viejo (de Rodr-guez) y Cerro Zapotecas en Puebla; Ranas yToluquilla, Quertaro; Cacaxtla, Tlaxcala;Cuajilote, Veracruz; La Quemada y Alta Vistaen Zacatecas; Yaxchiln y Tonin, Chiapas;Comalcalco en Tabasco y Piedras Negras, Gua-temala, entre muchos otros.

    Xochicalco emergi bajo una planeacin es-tratgica, que implic desde la eleccin del reageogrfica que iba a ocupar y las modificacio-nes que requerira el cerro homnimo para elasentamiento, hasta la orientacin y diseo delos espacios y edificios que lo conformaran. Laprevisin fue fundamental para la configuracinde una ciudad que surga en un momento deinestabilidad; por lo tanto, los fundadores pre-firieron una elevacin de 120 metros sobre elnivel de la planicie rodeado por varios cerros; asi-mismo, en su diseo buscaron crear todo un sis-tema defensivo permanente incluyendo unplano arquitectnico concntrico, un cerro te-rraceado con muros de contencin que fungie-sen como murallas, un foso que flanqueara laparte ms baja al sur y este del cerro (sus zonasms vulnerables) y la construccin de bastio-nes localizados en las tres entradas principalesa la ciudad (figs. 2 y 3).

    Desde los primeros exploradores que llega-ron a Xochicalco se concibi a la ciudad comouna fortificacin. As, Alzate (1791) primer

    W Fig. 1 Visin general de Xochicalco, hacia el Oriente.

    na fuente de agua, el ro Tembem-be, se localiza a 200 m en verticaldel centro de la ciudad.

    Xochicalco

    Xochicalco se localiza en la parteoccidental del actual estado deMorelos, Mxico. Cronolgica-mente se sita dentro del perio-do Epiclsico mesoamericano(650-1100 d.C.), siendo contem-porneo de otros sitios con los quecomparte un patrn de asenta-miento similar, como: Huapalcal-co y Teotenango en el Estado de

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    las ciudades fortificadas de Eu-ropa. Visitantes posteriores entreviajeros e investigadores comoDupaix (1969), Nebel (1963),Chambon (1994), Togno (1892),Kisch (1988), Armillas (1991) yWeimer (1995), entre otros tam-bin expresan sus observacionessobre el modo de fortificar la ciu-dad describiendo con gran impre-sin la altura de las murallas, lalongitud del foso y su construccinhecha a mano (Alzate, 1971: 10).

    Hasta el momento se descono-ce el alcance que tuvo el poder ycontrol de Xochicalco en la regin.Sin embargo, a pesar de la falta deestudios dedicados a ello, es bienconocida la presencia de caminosque salen del centro de la ciudady que comunican hacia diferentespoblados a ms de ocho kilme-tros de distancia, siendo stos unareferencia que permiten definir laextensin y territorialidad de Xo-chicalco durante sus 400 aos deexistencia (fig. 3). Hirth (1991:212) establece que estos caminospavimentados parecen haber sidoparte de una red de comunicacinregional relacionada con el papelde Xochicalco como centro polti-co, social y religioso en el oestede Morelos. Ya Togno en 1892,encuentra parajes en la mismaserrana en la que est Xochicalco,observando cortaduras, lneas pa-ralelas, fosos [...] que se extien-den hasta Xochitepec formandouna extensa frontera fortificada(Togno, 1892: 2).

    Los trabajos arqueolgicos delProyecto Xochicalco iniciaronformalmente en el ao 1984, cuan-do el arquelogo Norberto Gonz-

    W Fig. 2 Cerro Xochicalco en el que se distinguen las terrazas sobre lasladeras; hacia el Noreste se distingue el cerro La Bodega y hacia elOeste el Ro Tembembe.

    W Fig. 3 Calzadas y bastiones.Bastiones

    Caminos

    La Bodega

    Ro T

    embe

    mbe

    0 100 200 400 m

    cientfico en visitar el lugar en 1777 la des-cribe como una fortificacin cuya defensa va dela circunferencia al centro, comparndola con

    lez dirigi las excavaciones que tenan comopropsito liberar el muro de contencin de laprimera terraza (uno de los tres grupos de bas-

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    tiones) y la calzada que comunica la llamadaLoma Sur con el centro de la ciudad (Gonzlezet al., 1984) (fig. 4). A partir de los resultados deesa temporada, se pudo obtener la informacinque confirmara lo ya antes descrito en las visitasde viajeros e investigadores desde el siglo XVIII.

    La defensa

    Una fortaleza, segn Gendrop (1997: 96), es unadefensa natural que tiene un lugar debido a sumisma situacin. Las caractersticas geogrficasy topogrficas del asentamiento son a primera

    W Fig. 4 Plano de Xochicalco en el que se seala en la parte inferior el rea trabajada en 1984 y en el lado derechoel Sector L.

    PLAZAPRINCIPAL

    0 1020 50 100 mFoso

    Loma Sur

    PLAZA DE LA ESTELADE LOS DOS GLIFOS

    N

    Sector L

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    vista un aspecto evidente de defensa. Al oestese ubica la marcada pendiente y el ro Tem-bembe, principal fuente de abastecimiento deagua para la ciudad; hacia el norte, una laderaterraceada, ms la presencia de elevaciones querodean el cerro principal; stos son rasgos natu-rales que proporcionan proteccin a la ciudad(fig. 2). Hacia el este de Xochicalco se encuen-tra el cerro llamado La Bodega, que presentaevidencia de construcciones de orden militar,como murallas y pasos de ronda; este cerro quese comunica con el cerro Xochicalco por unaamplia calzada pavimentada y estucada (fig. 3).Otros cerros que conforman esta barrera natu-ral de proteccin son Loma Larga, La Vbora yEl Jumil, este ltimo tambin muestra una cla-ra presencia de arquitectura de carcter militar.

    Por otro lado, la misma topografa exponareas de vulnerabilidad para un posible ataqueexterno, sobre todo en la ladera sur y en la par-te oriental, donde justamente se levantan cons-trucciones muy especficas con el afn de darmayor proteccin a la ciudad.

    Entre los elementos que destacan y ponenen relieve la cuidadosa planeacin de Xochi-calco, est la forma en que los constructoresmodifican la topografa al rellenar la barrancaque separa el lbulo oeste del Cerro de la Ma-linche y el aprovechamiento del espacio crean-do terrazas en todo lo alto de la elevacin, ge-

    la ciudad, los cuales permitieron determinar lafuncin defensiva de Xochicalco; asimismo, serevela una discusin y planteamiento de las di-ferentes definiciones utilizadas en distintostrabajos sobre la presencia de esos mismos ele-mentos reportados en otras reas y sus impli-caciones.

    Caminos

    Existen dos tipos de accesos al sitio (Salomn yGarza, 1994: 46): los internos y los externos. Pa-ra el propsito de este artculo nos enfocaremosen estos ltimos, los caminos, que se refieren alas rutas que se dirigen a la ciudad desde diferen-tes y distantes regiones, algunas de ellas ubica-das a 8 km. Se trata de caminos de aproximada-mente 11 m de ancho, pavimentados con lajasde piedras calizas que cumplen la funcin de ca-nalizar y direccionar a todo aquel que pretendellegar a Xochicalco desde el exterior (fig. 4).

    Los caminos hasta ahora reportados cubrenlos cuatro puntos cardinales: el del sur culminajustamente en Loma Sur para dar paso al accesosur de la ciudad; hacia el norte solo se ha iden-tificado un tramo que cruzara la barranca a tra-vs de un puente desconociendo su direccinfinal hacia la ciudad; hacia el oeste se encuentraotro tramo que alcanzara uno de los tres gruposde bastiones reportados, dando paso a la entra-

    W Fig. 5 Ejemplo de camino.

    nerando al mismo tiempo tantoespacios para la construccin, co-mo elementos de defensa. El te-rraceado lleva implcita a su vezuna segmentacin de orden jerr-quico, ubicando en la parte msbaja las zonas de habitacin; cuan-do se va ascendiendo a la partealta, se tiene acceso a las reas demayor nivel hasta alcanzar la cimaen la que se encuentra distribui-do el aparato gubernamental contodo lo que ste implica: reas deadministracin, almacenamiento,residencias de elite, etctera.

    A continuacin se dar una de-tallada descripcin de cada uno delos elementos hallados dentro de

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    da oeste de Xochicalco; y finalmente por el este,se halla el camino procedente de la actual pobla-cin de Acatlipa, aproximadamente a 7 km deXochicalco, cuyo trayecto desde aquel pobladoalcanza la entrada oriental al sitio, por el tercergrupo de bastiones localizados hacia el mismolado del cerro La Bodega (fig. 3). Una vez pasa-do este punto de control, el camino se convier-te en una calzada camino al interior de la ciu-dad que flanquea el lado sur del mismo cerro,cruzando un foso a travs de un puente hastallegar a una confluencia de dos calzadas, unaque se dirige a la parte alta de La Bodega y otrams que conduce directamente a otro accesoque da paso al centro mismo de la ciudad a tra-vs del denominado Sector L.

    Los caminos son una referencia del alcanceque tuvo la ciudad durante sus 400 aos de exis-tencia, pero al mismo tiempo consideramos questos son indicadores y delimitadores que per-miten definir la extensin y territorialidad deXochicalco. Hirth (1991: 212) establece que es-tos caminos pavimentados parecen haber sidoparte de una red de comunicacin regional queindica el papel de Xochicalco como centro po-ltico, social y religioso en el oeste de Morelos.

    Muros de contencin

    Los definimos como aquellos muros de piedraque permiten sostener el relleno utilizado paraampliar o generar una terraza. En Xochicalcoestos muros varan tanto en su longitud como ensu altura, sin embargo, todos stos mantienenun sistema constructivo idntico, que se carac-teriza por su forma en talud y el uso de piedracaliza careada y estucada.

    Muchos de los autores que se han referido aXochicalco, consideran a estos muros como mu-rallas. Hemos hecho una diferencia entre ambostrminos, dado que las murallas se encuentranexentas de cualquier otro elemento arquitec-tnico, mientras que los muros de contencinestn anexados al cerro mismo. Cualquiera quesea el caso, para Gendrop (1997: 142) una mura-lla es un muro u obra defensiva que rodea unaplaza fuerte o protege un territorio. Sin embar-go, existen distintas opiniones acerca del carc-

    ter de las murallas, atribuyndoles funcionesde ndole ritual, social o simblica, de demar-cacin de territorio, de creacin de categorasinterna/externa, de barreras aduanales, as comode proteccin, defensa o ambas para una pobla-cin, para reas de produccin intensiva de ali-mentos, reas de control y almacenamiento debienes de prestigio y de importantes fuentesde recursos naturales (Arkush y Stanish, 2005:6; Keeley et al., 2007: 57-58; Rice y Rice, 1981:272, 283).

    Para Brown (2009: 262) esta variedad de inter-pretaciones demuestran lo difcil que es conci-liar la evidencia de rituales (u otras actividadesdentro de un sitio fortificado) con el hecho deque la fortificacin es un indicador de guerra,una muy buena propaganda que enva inequvo-cos mensajes de fuerza, poder e invulnerabili-dad para los que se encuentran fuera, creandoal mismo tiempo miedo, proteccin y la posibi-lidad de necesitar un lder para los de adentro(Arkush y Stanish, 2005: 6). A pesar de que lasmurallas, o en este caso los muros de conten-cin, actan como barreras, no siempre tienenuna funcin de proteccin; segn Keeley et al.(2007: 57) para considerarlas defensivas debentener sobre todo una funcin militar, actuandocomo un escudo en contra de los ataques exter-nos o como pantalla para maniobrar desde elinterior. Coincidimos con la postura de Dahlin(2000: 294), en cuanto a que una ciudad amu-rallada puede no reflejar guerra, sino la prcti-ca o amenaza de tcticas de asalto.

    A pesar de que se habla de una desestabili-zacin en el centro de Mxico a partir de la ca-da de Teotihuacan, no existe evidencia arqueo-lgica contundente de guerras entre grupos ociudades durante el Epiclsico. Consideramosque el surgimiento de nuevos sitios en la cimade cerros implic un temor fundamentado porla inseguridad y falta de un centro rector comoera Teotihuacan, pero que una vez que los pue-blos se asentaron y levantaron sus ciudades conuna serie de elementos defensivos, el miedodecreci dado que cada ciudad adopt su pro-pio papel dentro del desarrollo sociopoltico desus regiones y en el conjunto conformado porMesoamrica. No obstante, se encuentran re-

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    La evidente inversin de tiempo y mano deobra, as como la calidad constructiva, reflejanla relevancia de crear un muro que no solo impli-ca delimitar un espacio en el que vive gente dealto estatus, sino protege y defiende toda unaciudad desde el momento mismo de su fun-dacin. Armillas (1942-44: 173) nota que el dis-positivo de defensa escalonada en profundidad(terraceado y muros de contencin que les sos-tienen) es muy efectiva y revela una tcnicamilitar altamente evolucionada.

    Contrario a lo que sucede en Xochicalco, lapresencia de murallas o palisadas en el rea ma-ya fechadas en momentos posteriores a las cons-trucciones que circundan, se clasificaron comode orden defensivo, dada la premura en su cons-truccin, lo cual se refleja en la mala calidad yfalta de planeacin (como Dos Pilas, Ak, Cucay Uxmal). Segn Webster (1980: 843), si estetipo de murallas se hubieran utilizado solo paradelimitar reas de alto estatus, su construccintendra que haber sido ms formal, planificaday con alta atencin en su diseo y cuidado, comopasa en Xochicalco. Sin embargo, consideramosque las circunstancias por las que aparecen mu-rallas en zona maya y centro de Mxico es multi-factorial y por ello, los resultados en sus cons-trucciones son tan diferentes. Por tanto, esindispensable sealar que la funcin de un mu-ro, muralla o barrera que circunda un espacio,tendra que determinarse a partir de varios as-

    presentaciones en monumentos esculpidos yen pinturas murales que son fieles muestras depersonajes y escenas que indudablemente su-brayan el carcter belicoso de la poca, pero quequiz se fechan para los momentos ya tardosdel Epiclsico.

    Los muros de contencin hallados en Xochi-calco se encuentran desde la primera terraza,en la parte ms baja de la ciudad, hasta la partems alta que est rematada por la Acrpolis. Setrabajo en el muro de contencin de la primeraterraza en las temporadas 1984-1986, liberndo-se y consolidndose aproximadamente 423 mde largo de muro y con un espesor mximo ensu base de 3.5 m (fig. 6). En aquel momento sepudo determinar que su altura mxima alcanzcuatro metros. Su forma constructiva es de unmuro de dos caras en talud: la frontal de pie-dras calizas careadas y la posterior sin carear.Una vez que se construy el muro que arrancadesde la roca madre, se cort el cerro para rea-lizar una nivelacin (ese recorte permiti crearel siguiente muro que conform la siguiente te-rraza); el escombro de ese recorte se reutilizpara rellenar el espacio creado entre el muro decontencin inicialmente levantado y el propiocerro (fig. 7).

    Los 423 m liberados estn interrumpidos poruna escalera con alfardas que conduce a una delas tres entradas hasta ahora conocidas de Xo-chicalco (fig. 8).

    W Fig. 6 Muro de contencin en Loma Sur.

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    W Fig. 7 Corte del muro de contencin en la primera terraza.

    0 .50 1 2 m

    Roca madre

    Relleno entre cerroy muro de contencin

    Relleno al interiordel muro de contencin

    W Fig. 8 Muro de contencin interrumpido por escalinata. Se observan los dos bastiones y las unidadeshabitacionales.

    XOCHICALCO 84-86

    BASTION

    BASTION

    Escala 1:200

    0 5 10 15 m

  • 143EL CARCTER DEFENSIVO DE XOCHICALCO (650-1100 D.C.)

    pectos no solo de diseo y forma arquitectni-ca, sino tambin sobre la situacin sociopolticadel espacio y tiempo en que se encuentra, ade-ms de los indicadores arqueolgicos.

    Se ha establecido que un muro o muralla nopodra tener una funcin defensiva dada la au-sencia de parapetos, como lo han sugerido Topicy Topic (1987: 48) para los sitios de los Andes.Si bien este elemento arquitectnico pudo ha-ber sido de gran utilidad para mejorar la defen-sa y proteccin del defensor, no creemos quehaya sido indispensable, dado que la propia altu-ra de estos muros constituye un factor que re-presenta una ventaja en relacin con un ataqueofensivo, dada la diferencia en altura entre elnivel del piso y la siguiente terraza.

    Foso

    Es una excavacin ancha y profunda que circun-da una fortaleza (Gendrop 1997: 198). En la Lo-ma Sur de Xochicalco, el foso de localiza a 30 mde distancia del muro de contencin y a 13 pordebajo del nivel del arranque del mismo muro;en otras partes donde se halla este foso, se en-cuentra pegado al propio muro. El foso se excaven la roca del propio cerro, recubriendo sus mu-ros con grandes piedras calizas (fig. 9).

    Durante los trabajos de exploracin fue im-posible determinar la profundidad mxima delfoso; no obstante, alcanz hasta tres metros deprofundidad, sin poderse llegar al fondo. Sinembargo, suponemos que su forma es en Vdado que en la parte alta alcanz los 1.80 m deancho, reducindose conforme se haca ms pro-fundo, hasta tener 80 cm.

    La presencia de este elemento constructivoasociado a murallas o muros de contencin com-plementa la concepcin de un sitio defensivo.Segn Armillas (1991: 235-236), el foso halla-do en Xochicalco se trataba de un foso seco, untipo de foso muy caracterstico de las fortalezasmesoamericanas, a los que posiblemente se lesrellenaba con plantas espinosas.

    Si bien es cierto que no se ha podido definirla longitud de este elemento dada la falta deexploracin en la parte baja del cerro (con ex-cepcin de lo hecho en los trabajos de 1984 y

    1986), se sabe que el foso rodea toda la parte sur,este y norte de la elevacin principal (fig. 4).En el cerro de La Bodega, localizado al este deXochicalco tambin se han encontrado eviden-cias de un foso que rodea la parte alta de dichocerro, as como un tramo de otro foso que con-tina hacia la barranca que lo separa de LomaLarga.

    Por otra parte, Togno (1892: 8) observ a lolargo y en el fondo del foso la presencia de hila-das de piedras ubicadas a una distancia de ochometros en direccin transversal; esto ha suge-rido que dichos alineamientos hayan servidocomo represas para el control del abastecimien-to del agua; sin embargo, hasta la fecha esa in-formacin no se ha confirmado.

    En la actualidad es posible observar fosos re-cortados en la roca en distintos puntos de la ciu-dad, sobre todo hacia la ladera este del cerro,justo en la entrada actual al sitio arqueolgico(fig. 4).

    W Fig. 9 Foso excavado en la roca misma del cerro,con las paredes recubiertas de piedras calizas.

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    Bastiones

    Se refieren a un tipo de resguardo que mantie-ne a los defensores cubiertos del ataque, mien-tras que les permite al mismo tiempo dispararsus armas a travs de espacios abiertos. Estetrmino no es en realidad el ms adecuado parareferirnos al grupo de cuartos flanqueando lasentradas de Xochicalco, sin embargo, el primeroen utilizarlo es Seler (1888) al describir la en-trada principal al sur, en donde menciona que selevantan dos fuertes bastiones cuadrangulares.

    De lo que se trata, es de un conjunto de dosestructuras que flanquean la entrada principala la ciudad en Loma Sur, desde la parte alta delmuro de contencin (fig. 8). Segn Keeley et al.(2007: 66), este tipo de accesos son universal-mente populares, aunque no se puede afirmarque tengan una funcin militar o estrictamentedefensiva. Sin embargo, consideramos que s-tas representan tanto un aspecto de defensa,como de regulacin de trfico pacfico a travsde puertas custodiadas. Siendo las entradas lospuntos ms dbiles y vulnerables en una ciudadamurallada, generalmente es donde se pone ma-yor inters en la proteccin (Garza, 1993: 9).

    Los trabajos arqueolgicos de la temporada1984 (Gonzlez et al., 1984) permitieron deter-minar que los bastiones se construyeron sobreel relleno que cubra el espacio formado entre elmuro de contencin y el mismo cerro, y la posi-ble funcin de cada uno de estos edificios, yaque presentan diferencias tanto en su formaconstructiva, como en los materiales arqueol-gicos hallados en su interior, lo cual se describea continuacin.

    Bastin Este. Consiste en un basamento deplanta cuadrangular en cuya parte superior seencuentra un edificio de dos habitaciones enpiedra y adobes. Su acceso es a travs de tresvanos conformados por dos pilares; lo ms pro-bable es que por la forma general del cuarto,ahora que se conoce ms sobre la arquitecturadel sitio, el techo hubiese sido de mamposte-ra. Entre los materiales arqueolgicos halladosen el interior destacan 20 figurillas en piedraverde y 450 cuentas del mismo material, ms-caras y pendientes de piedra, incrustaciones y

    pendientes de concha, y dos excntricos deobsidiana. A partir de esto, se infiere que la fun-cin de este espacio se centraba en la recau-dacin de bienes o productos necesarios paratener acceso a la ciudad.

    Keeley et al. (2007: 67) sugieren que una delas funciones principales de las cmaras ubica-das en las entradas principales, fue justamentela de de vigilar y cobrar la entrada a todo aquelque pasara por ella, como se propone para el Bas-tin Este de Xochicalco, en cuyo interior sehallaron estas cuentas de piedra verde, de lascuales pensamos que se utilizaban como mo-neda para poder tener permitida la entrada a laciudad.

    Bastin Oeste. A diferencia del bastin este, laplataforma no present muros que contuvieranel relleno, por lo que ms bien se trata de unterrapln sobre el que se localiza un patio ro-deado por cinco habitaciones en tres de sus la-dos. Hacia el Oeste se encontr un pasillo quesepara a este grupo de tres conjuntos habitacio-nales.

    Entre los materiales arqueolgicos encontra-dos, se distinguen instrumentos de trabajo co-mo siete cinceles, plomadas, seis hachas, trespunzones de hueso; adems de 22 cuentas depiedra verde, dos incrustaciones de conchas,grandes tinajas y cazuelas, cntaros, ollas y 33tiestos reutilizados, entre otros ms. La presen-cia de un material menos suntuoso nos ha per-mitido sugerir que este espacio pudo haber sidohabitado por un grupo de personas dedicadasal mantenimiento de la entrada y muro de con-tencin, as como a la posible defensa de laentrada.

    Es importante destacar el hallazgo de unsillar localizado en una escalera de uno de losgrupos residenciales localizados en la parte pos-terior al Bastin Oeste. La piedra de 20 x 20 x16 cm, tiene en dos de sus lados la misma ima-gen en la que se representa el numeral tres so-bre el que se encuentra el glifo casa y en laque descansa una mano asiendo una flecha (fig.10). Garza (1996: 54) ha dado la lectura de es-ta imagen como tres casa cargador de flechas.La autora ha asociado este glifo con uno de loshabitantes del conjunto habitacional que esta-

  • 145EL CARCTER DEFENSIVO DE XOCHICALCO (650-1100 D.C.)

    ra encargado de cuidar las armas y defenderesta entrada.

    Durante las ltimas investigaciones realiza-das en el ao 2009 se trabaj en el Sector L, mis-mo que se reconoci como un segundo puntode control por el lado oriente de la ciudad, cons-tituyendo una antesala para el paso directo alcentro de Xochicalco (figura 4). Para nosotrosel Sector L fue un paso obligatorio que refor-z el control de la circulacin encabezado porlos Bastiones al este de La Bodega.

    Prticos

    Son estructuras aisladas de mltiples accesosque se consideran puntos de control en la cir-culacin del interior de la ciudad y por lo gene-ral anteceden una plaza. Su planta rectangularpresenta muros en forma de corchetes [ ] ensus extremos y pilares o columnas en ambas fa-chadas (Salomn y Garza, 1994: 46-47; Gon-zlez et al., 1993-1994: 41). En algunos casosestos edificios presentan escaleras en los ex-tremos, claro indicador de que los techos tam-bin se utilizaron para una mejor visibilidad ycontrol (Salomn y Garza ,1994: 47) (fig. 11).

    Los prticos encontrados hasta ahora en elcentro de la ciudad se liberaron durante los tra-bajos de campo de 1993 y 1994 (Gonzlez et al.,1993-1994). Aunque en este caso particular el

    material arqueolgico hallado al interior de estosedificios no es relevante para poder determi-nar la funcin de estas estructuras, los autoresnos centramos en mayor medida en su localiza-cin estratgica dentro de Xochicalco, dado quedicho material se refiere ms a la forma de aban-dono de la ciudad que a su funcin. Hasta la fe-cha se han liberado nueve prticos a lo largo yancho de la ciudad, todos ellos anteceden a lasplazas ms importantes: la Plaza principal yla Plaza de la estela de los dos glifos (fig. 12).Sin embargo, son los tres prticos ubicados alextremo oeste de la ciudad, en el espacio quecomunica ambas plazas, donde resulta ms claroel uso de los prticos como puntos importantepara el control de la circulacin.

    Casi al final de la vida de Xochicalco, alrede-dor de los aos 1000-1100 d.C., se clausuran,reducen y se estrechan importantes accesos, pr-ticos, reas de almacenamiento y de habitacinen el centro de la ciudad, transmitiendo un claromensaje de incremento en el control y dominiode paso y circulacin desde el acceso sur hastalas reas al interior de la ciudad (fig. 11).

    Sector L

    En el ao 2009 se iniciaron las labores de exca-vacin y liberacin en este sector ubicado en laparte este del sitio, justo a un costado de la ac-

    W Fig. 10 Representacin del glifo 3 casa cargador de flechas.

  • 146ARQUEOLOGA 43 z enero-abril 2010

    tual entrada al sitio (fig. 4). El inters por exca-var esta rea surgi a partir de la idea de queera una de las otras tres entradas que permitenel acceso al centro de Xochicalco.

    Este espacio est formada por una plaza de56.4 x 38.9 m, rodeada de edificios por el norte,sur y este, mientras que por el oeste hay unaplataforma que sostiene otros edificios y queoriginalmente daba acceso a una escalera cen-tral que comunicara a la siguiente terraza (fig.13). No vamos a entrar en detalles de cada unode los edificios, para el objetivo de este trabajo

    nos enfocaremos en el ubicado en el lado orien-te y en los hallazgos dentro de ste.

    La Estructura 3 presenta una planta rectan-gular con una longitud de 46.66 m en la que seencuentran distribuidas tres habitaciones queno presentaron vanos de comunicacin entre s.Dado que el edificio est en una terraza quearranca a partir del foso que corre por ese mis-mo lado, flanqueando el cerro hacia el sur hastallegar a Loma Sur, el extremo este del edificioestaba totalmente derrumbado (figs. 4 y 13).Los datos arqueolgicos mostraron que pudo ha-ber existido un pasillo exterior que permitierala comunicacin entre las habitaciones a travsde vanos de acceso en el lado oriente de todo eledificio. Del mismo modo, tambin se pudoidentificar que originalmente la plaza se encon-traba flanqueada por dos estructuras en su ladoeste y separadas por un espacio de 11.70 m quedaba acceso a la Plaza.

    La Estructura 3 debi ser la nica forma depoder entrar al centro de la ciudad desde eloriente siguiendo el camino que rodea al cerroLa Bodega (descrito antes). Este camino con-fluye en el foso del que se desplanta la terrazadel Sector L, por lo que debi existir un puen-te quiz de material perecedero para po-der llegar hasta la escalera que permita subir ala terraza y cruzar la Estructura 3. El nico va-no del edificio de 2.11 m de ancho fue resulta-do de una modificacin tarda que tuvo que vercon el estrechamiento de accesos, mismos quegeneraron una alteracin completa en la plantadel edificio, conformndose los tres cuartos fi-nales que hoy da se perciben.

    Durante la liberacin de la estructura, se en-contr una gran cantidad de cantos rodados ubi-cados entre la capa negra y la capa del techo demampostera del edificio (fig. 14). En total serecuperaron 2,500 cantos de entre cinco y 15cm de dimetro. Una de las hiptesis que sehan manejado dentro del proyecto es que hayansido proyectiles listos para usarse (fig. 15). Elmaterial se est analizando, pero a grandes ras-gos se ha determinado que 90% no presentanhuellas de uso. Es importante sealar que en lostrabajos realizados en la ciudad de Xochicalcodesde 1984 hasta la fecha, se recuperaron cerca

    W Fig. 11 Prticos encontrados al interior de Xochicalcocon sus respectivas modificaciones.

    0 2 10

  • 147EL CARCTER DEFENSIVO DE XOCHICALCO (650-1100 D.C.)

    de 8,000 cantos rodados, de los cuales 32% apa-reci en este edificio.

    Discusin

    No existe informacin concreta que pueda de-finir exactamente qu es lo que sucedi desdeque Teotihuacan comenz a perder el controlde su hegemona. La hiptesis ms aceptada esque los teotihuacanos abandonaron la ciudad y

    se establecieron en lugares alejados del gran cen-tro rector, fundando nuevas ciudades siguiendoun mismo patrn de asentamiento consistenteen el establecimiento de los centros urbanos enla parte alta de los cerros. Sitios con ocupacionesanteriores a la cada de Teotihuacan, se restable-cen en reas cercanas sobre cerros y modificansu estilo constructivo cindose a la defensade su territorio. A diferencia de fortificacioneshalladas en otras regiones de Mesoamrica ySudamrica, el sitio de Xochicalco se constru-

    W Fig. 12 Plaza de la Estela de los Dos Glifos con los prticos antecediendo el rea. En el extremo superior izquierdose sealan los prticos que se necesitan cruzar para entrar a la Plaza Principal.

    0 10 20 50 m

    Foso

    Est

    ruct

    ura

    3

  • 148ARQUEOLOGA 43 z enero-abril 2010

    W Fig. 13 Sector L. del lado derecho se localiza la Estructura 3.

    W Fig. 14 Corte en el que se muestra el hallazgo de los cantos sobre la capa del techo Sector L.y desde un inicio como una fortificacin. Lasmurallas y los fosos que le circundan no se hi-cieron de manera imprevista y endeble, muyal contrario. La muralla/muros de contencinque circundan la ciudad denotan una gran inver-sin en tiempo y mano de obra; se conjugaronla planeacin y la construccin para crear un sis-tema de proteccin ex profeso para la vigilan-cia y salvaguarda de la ciudad, creando una forta-leza imposible de expugnar, con elementos decarcter defensivo universalmente identifica-dos (Demarest et al., 1995, 1997; Arkush y Sta-nish, 2005; Webster, 1980; Reyes, s/f: 123-124,Rice y Rice,1981). Lo contrario sucede en laregin de la Pasin en la zona Maya, donde loselementos defensivos claramente se llevaron a

    cabo en un momento posterior,hacia finales de la construccin dela arquitectura pblica, identifi-cando la naturaleza defensiva delas murallas en el final del Clsi-co, entre el 760 y 830 d.C. (Dema-rest et al., 1997: 230-231, 235,238). No obstante, Rice y Rice(1981: 271) indican que las mura-llas y los trabajos monumentalesen tierra como los fosos, palizadaso muros de piedras, son un fen-meno arquitectnico raro en lastierras bajas mayas y por lo gene-ral se interpretan como elemen-tos fronterizos.

    La evidente inversin de tiempo empleadopara la construccin de todo el sistema defen-sivo en Xochicalco comprueba el poder ejerci-do del gobierno xochicalca sobre comunidadesaledaas a cambio quiz de proteccin, o reve-la que la poblacin misma de la ciudad fue tannumerosa que sta haya aportado nicamentelas horas necesarias para el levantamiento detoda la ciudad y su propia fortificacin. Segnla estimacin de Hirth (2000: 146, Tabla 7.7;2003: 282) para poblacin de Xochicalco en lafase Gobernador es de 9,002 a 14,967 habitan-tes. Por tanto, suponemos que la poblacinxochicalca, junto con el apoyo de otras comu-nidades, contaron con la cantidad de mano deobra neceria para justificar la cantidad de horas

    Tierra negra

    Techo

    Piso

    0 5 10 30 cm

  • 149EL CARCTER DEFENSIVO DE XOCHICALCO (650-1100 D.C.)

    hombre invertidas en la empresa de construirla ciudad.

    Rice y Rice (1981: 272) sugieren que los ras-gos de frontera y los sistemas de muros o fososfuncionaron para: definir y proteger el espaciosocial, delinear simblicamente el espacio sa-grado, controlar el comercio y el trfico humanoo para restringir el acceso a las zonas adminis-trativas las de la elite o ambas, sin que ningunode estos posibles usos se excluyan mutuamen-te. Incluso se ha sugerido que cualquiera deestas posibilidades puede tambin tener un as-pecto defensivo (Arkush y Stanish, 2005: 11-12 y Brown, 2009: 262).

    Las caractersticas propias de Xochicalco per-miten proponer el uso de la ciudad como unafortaleza, pareciendo ser sta su funcin pri-mordial. Nosotros no sugerimos que Xochicalcohaya vivido en un estado de guerra constantecon otras ciudades del centro de Mxico o deotras regiones; sabemos que su origen se dio encircunstancias difciles que propiciaron la fun-dacin de una ciudad con las caractersticas yasealadas. Sin embargo, hay que tomar en cuen-ta que un patrn de asentamiento diferente, elfrecuente abandono de sitios, la sustitucin de

    W Fig. 15 Estructura 3 y algunos de los 2 500 cantos encontrados.la poblacin, la ubicacin en tierras econmi-camente marginales y la destruccin y quemafrecuente de sitios, adems de la arquitectu-ra defensiva (como parapetos, bastiones, cons-truccin de muros enfilados, ubicacin elevadao difcil acceso, entradas diseadas defensiva-mente, construcciones apresuradas de muros yel encierro tardo de una pequea porcin delsitio) son posibles indicadores de guerra, comolo sealan Arkush y Stanish (2005: 15).

    Si bien es cierto que algunos de estos aspec-tos citados se encuentran presentes a lo largode la vida de Xochicalco, s creemos que quiztodos los elementos arquitectnicos de carc-ter defensivo aqu expuestos contrario a lo quesuponen Arkush y Stanish (2005: 20) funcio-naron como un smbolo de poder e imposicindentro del paisaje (intentando desalentar unataque), ms que el funcionar como una protec-cin en caso de una batalla. Como argumentanKeeley et al. (2007: 56), debemos de considerarque no todos los sitios amurallados eran fortifi-caciones, ni que todas las caractersticas tpicasencontradas y reconocidas en las fortificacionestenan funciones meramente militares; la arqui-tectura defensiva no es un indicador implcito

  • 150ARQUEOLOGA 43 z enero-abril 2010

    de que una fortificacin se utilizara para los fi-nes con los que fue diseada.

    En el ltimo momento de Xochicalco es evi-dente la clausura o estrechamiento de accesoso reas de almacenamiento o de la habitacindel grupo rector, lo cual justifica el temor ini-cial que tuvieron los fundadores de la ciudad yque siglos ms tarde tendra una repercusinopuesta a la originalmente esperada. La ciudadestaba preparada para todo, menos para un con-flicto interno.

    Consideraciones finales

    Xochicalco dej de existir como ciudad alrede-dor del ao 1100 d.C. Posterior a esta fecha, laciudad no volvi a ser ocupada salvo con pe-queas construcciones aisladas que se fecha-ron para el Posclsico tardo y que no represen-tan ninguna ocupacin mayor en toda la ciudad(Gonzlez et al., 2008: 136).

    Hasta ahora se han planteado por lo menosdos lineamientos para explicar las causas delabandono de Xochicalco. La primera es la pro-puesta de K. Hirth quien afirma que Xochicalcofue atacado y conquistado militarmente (Hirth2000, 2003: 294-295; 2009: 43, 48 y 53; Webb yHirth, 2003: 41), apoyndose en la evidenciade edificios quemados y la forma en la que en-contr los restos materiales atrapados por lostechos cados, por lo menos en el rea que tra-baj dentro de la ciudad: la zona residencial.Para Webb y Hirth (2003: 30), en los sitios quese abandonaron por conflictos violentos, se pue-den encontrar los objetos dejados en contextosen los que se usaban o almacenaban, dado quelos habitantes no tenan planeada una salida.Para explicar el ataque externo, Hirth estable-ce que Xochicalco form parte de una confe-deracin regional como centro rector (Hirth,1995: 247; 2000: 246-249; 2003: 296; 2008: 438;Webb y Hirth, 2003: 31), adems se inclina apensar que el ataque a Xochicalco se debi auna ruptura de esta confederacin, llevando ala destruccin simultnea de los sectores cere-moniales y residenciales del sitio.

    La otra propuesta, dada por Gonzlez y Gar-

    za (1994: 74), se basa en los resultados arroja-dos por las investigaciones realizadas desde1984 a la fecha. Los datos obtenidos fueron cla-ve para determinar el origen y la forma de aban-dono de la ciudad. La evidencia seala que den-tro del centro urbano se vivi una revueltainterna que implic el enfrentamiento entre losdos grupos elite que gobernaban la ciudad enla poca final de Xochicalco. Este enfrenta-miento no parece haber provocado un abando-no inmediato y repentino, pues se tuvo el tiem-po necesario para destruir todos losmonumentos relevantes y significativos de laciudad, en donde se saquearon e incendiaronedificios pblicos deliberadamente y se aven-taron y destruyeron objetos pertenecientes alos grupos ms beneficiados de la sociedad. Losdatos arqueolgicos recuperados en la zonahabitacional y la parte central de la ciudad, ob-tenidos por el Proyecto Xochicalco (Gonzlezet al., 1984, 1986, 1995, 1994-1995) sealan unpatrn de destruccin y abandono diferente. Enlos conjuntos habitacionales explorados enLoma Sur (Gonzlez et al., 1995), el abandonoparece haber sido inmediato como ya lo habasealado Hirth. No hubo indicadores de incen-dios o actos violentos dentro del rea, los obje-tos de uso diario quedaron in situ dado que fue-ron atrapados por el derrumbe de los techos,tal y como lo justifica el armado de una grancantidad de vasijas: 525 piezas completas dearcilla ya catalogadas provenientes de este sec-tor.

    Sin embargo, la incorporacin y comparacinde la informacin de la parte alta de la ciudad yla de la zona habitacional, es un fiel indicadordel conflicto dado entre los grupos selectos deXochicalco y su repercusin en los grupos me-nos amparados y por tanto, ms temerosos dela situacin imperante entre sus gobernantes.

    Aunado a esto, los datos arqueolgicos recu-perados durante las temporadas 1984-1986 enLoma Sur, no reflejan que la ciudad haya sufri-do un ataque extramuros, indicando indudable-mente que el trabajo invertido en su defensafuncion al mximo sin que ningn grupo pu-diera expugnar esta gran fortaleza.

    Es contundente la inexistencia de datos que

  • 151EL CARCTER DEFENSIVO DE XOCHICALCO (650-1100 D.C.)

    confirmen el ataque o la conquista de otro pue-blo o ciudad. Consideramos que de haber habi-do una conquista militar como lo sugiere Hirth(2000; 2003: 294-295, 2009: 43, 48 y 53; Webby Hirth, 2003: 41), el grupo agresor se hubieraestablecido o reutilizado las excelentes insta-laciones de la ciudad para aumentar su territo-rio y obtener una alta reputacin al derrotar auna de las ciudades de mayor importancia de lapoca en el centro de Mxico.

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