07 Llorar en La Sopas

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Biblioteca Premios Cervantes Elena Poniatowska Llorar en la sopa CUENTOS www.elboomeran.com

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Biblioteca Premios CervantesElena PoniatowskaLl o r a r e n l a s o p aCUENTOSPoniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 3 13/03/14 13:26www.elboomeran.comElena PoniatowskaLl orar enl as opacuentosPoniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 5 13/03/14 13:26www.elboomeran.comPoniatowska, ElenaLlorarenlasopa.Cuentos/ElenaPoniatowska.Madrid: FCE, Universidad de Alcal de Henares, 2014194 p. ; 23 15 cm (Colec. Biblioteca Premios Cervantes) ISBN: 978-84-375-0706-41. Cuentos Siglo XX 2. Literatura mexicana Siglo XX I. Ser. II. t. LC PQ7298Dewey M863 P649llPrimera edicin:abril de 2014D. R. 2014, Elena Poniatowska D. R. 2014, Fondo de Cultura Econmica de Espaa, S. L.Va de los Poblados 17, 4-15; 28033 MadridTels. 91 763 50 44/28 00www.fondodeculturaeconomica.eseditor@fondodeculturaeconomica.esUniversidad de Alcal. Servicio de PublicacionesPlaza de San Diego, s /n; 28801 Alcal de HenaresTel. 91-885-4066 www.uah.esDiseo de portada:Teresa Guzmn RomeroImpresin y encuadernacin:Tecnologa Grfca, s. l.Se prohbe la reproduccin total o parcial de este libro,sea cual fuere el medio, electrnico o mecnico, sin elconsentimiento por escrito de los editores.ISBN 978-84-375-0706-4DL: M-5319-2014Impreso en EspaaPoniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 6 13/03/14 13:26www.elboomeran.com[7]ndiceEl recado9Chocolate13Cine Prado31De noche vienes39El inventario61Coatlicue75La felicidad89Mtase, mi Prieta, entre el durmiente y el silbato95Los bufalitos121Tlapalera135El rayo verde145El corazn de la alcachofa 155Canarios163La identidad167Estado de sitio169Poniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 7 13/03/14 13:26www.elboomeran.com8ndiceLa jornada171Las lavanderas173Cancin de cuna177Esperanza nmero equivocado181La casita de sololoi185Poniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 8 13/03/14 13:26www.elboomeran.com[9]El recadoVine, Martn, y no ests. Me he sentado en el peldao de tu casa, recargada en tu puerta, y pienso que en algn lugar de la ciudad, por una onda que cruza el aire, debes intuir que aqu estoy. Es ste tu pedacito de jardn; tu mimosa se inclina hacia afuera y los nios al pasar le arrancan las ramas ms accesibles En la tierra, sembradas alrededor del muro, muy rectilneas y serias veo unas flores que tienen hojas como espadas. Son azul marino, parecen soldados. Son muy graves, muy derechas. T tambin eres un soldado. Marchas por la vida, uno, dos, uno, dos Todo tu jardn es slido, es como t, tiene una recie-dumbre que inspira confianza.Aqu estoy contra el muro de tu casa, as como estoy a ve-ces contra el muro de tu espalda. El sol da tambin contra el vidriodetuventanaypocoapocosedebilitaporqueyaes tarde. El cielo enrojecido ha calentado tu madreselva y su olor se vuelve an ms penetrante. Es el atardecer. El da va a decaer. Tu vecina pasa. No s si me habr visto. Va a regar su pedazo de jardn. Recuerdo que ella te trae una sopa de pasta cuando ests enfermo y que su hija te pone inyecciones Pienso en ti muydespacito,comositedibujaradentrodemyquedaras all grabado. Quisiera tener la certeza de que te voy a ver ma-ana y pasado maana y siempre en una cadena ininterrumpida Poniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 9 13/03/14 13:26www.elboomeran.com10Elena Poniatowskade das; que podr mirarte lentamente aunque ya me s cada rinconcito de tu rostro; que nada entre nosotros ha sido provi-sional o un accidente.Estoyinclinadasobreunahojadepapelyteescribotodo esto y pienso que ahora, en alguna cuadra donde camines apre-surado, decidido como sueles hacerlo, en alguna de esas calles por donde te imagino siempre: Donceles y 5 de Febrero o Ve-nustianoCarranza,enalgunadeesasacerasgrisesymono-cordes rotas slo por el remolino de gente que va a tomar el camin,hasdesaberdentrodetiqueteespero.Vinenada ms a decirte que te quiero y como no ests te lo escribo. Ya casi no puedo escribir porque ya se fue el sol y no s bien a bien loquetepongo.Afuerapasanmsnios,corriendo.Yuna seora con una olla advierte irritada: No me sacudas la mano porquevoyatirarlalecheYdejoestelpiz,Martn,y dejo la hoja rayada y dejo que mis brazos cuelguen intilmen-te a lo largo de mi cuerpo y te espero. Pienso que te hubiera queridoabrazar.Avecesquisierasermsviejaporquelaju-ventud lleva en s la imperiosa, la implacable necesidad de re-lacionarlo todo al amor.Ladraunperro;ladraagresivamente.Creoqueeshorade irme. Dentro de poco vendr la vecina a prender la luz de tu casa; ella tiene llave y encender el foco de la recmara que da hacia afuera porque en esta colonia asaltan mucho, roban mu-cho. A los pobres les roban mucho; los pobres se roban entre sSabes,desdemiinfanciamehesentadoasaesperar, siempre fui dcil, porque te esperaba. Te esperaba a ti. S que todas las mujeres aguardan. Aguardan la vida futura, todas esas imgenes forjadas en la soledad, todo ese bosque que camina hacia ellas; toda esa inmensa promesa que es el hombre; una granada que de pronto se abre y muestra sus granos rojos, lus-trosos; una granada como una boca pulposa de mil gajos. Ms tarde esas horas vividas en la imaginacin, hechas horas reales, Poniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 10 13/03/14 13:26www.elboomeran.comEl recado11tendrn que cobrar peso y tamao y crudeza. Todos estamos oh mi amor tan llenos de retratos interiores, tan llenos de paisajes no vividos.Ha cado la noche y ya casi no veo lo que estoy borronean-do en la hoja rayada. Ya no percibo las letras. All donde no le entiendas en los espacios blancos, en los huecos, pon: Te quiero No s si voy a echar esta hoja debajo de la puerta, no s. Me has dado un tal respeto de ti mismo Quiz aho-ra que me vaya slo pase a pedirle a la vecina que te d el recado; que te diga que vine.Poniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 11 13/03/14 13:26www.elboomeran.com[163]CanariosLo primero es la jaula, adentro dos temores amarillos, dos mie-dos a mi merced para aadir a los que ya traigo adentro. Respi-ran conmigo, ven, escuchan; estoy segura de que escuchan por-quecuandopongoundisco,yerguensupescuezo,alertas. Al amanecer, hay que destaparlos pronto, limpiar su jaula, cambiar-les el agua, renovar sus alimentos terrestres. Luego viene la vaina que como el berro debe conservarse en un gran pocillo de agua; si no, se seca; el alpiste compuesto, las minsculas tinas, el palo redondito y sin astillas en forma de percha sobre el cual pueden pararse, la lechuga o la manzana, lo que tenga a la mano. Nadie me ha dado a m el palo en el que pueda parar mis miedos.Tiemblan su temblor amarillo, hacen su cabecita para ac y para all; frente a ellos debo ser una inmensa masa que tapa el sol, una gelatina opaca, un flan de smola para alimentar a un gigante, alguien que ocupa un espacio desmesurado que no le corresponde. Me hacen odiar mi sombrota redondota de oso que aterroriza.Lo que pesa es la jaula, ellos tan leves, tienen ojos de nada, un alpiste que salta, una micra de materia negra, y sin embargo lan-zan miradas como dardos. No debo permitir que me intimiden.Sonperspicaces,vuelvenlacabezaantesdequepuedayo hacergirarmisebosacabezahumana,miblancorostroque Poniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 163 13/03/14 13:26www.elboomeran.com164Elena Poniatowskadesde que ellos llegaron pende de un gancho de carnicera. Trato de no pensar en ellos. Ayer no estaban en mi diario trajinar, hoy puedo fingir que sigo siendo libre, pero all est la jaula. La primera noche la colgu, tapada con una toalla, junto a la enorme gaviota de madera a la cual hay que quitarle el polvo porque a todos se nos olvida hacerla volar. La segunda noche busqu otro sitio. El gato acecha, se tensa; alarga el pescuezo, todo el da permanece alambre de s mismo, su naturaleza exas-perada hasta la punta de cada uno de sus pelos negros. Lo corro. Regresa.Vuelvoacorrerlo.Noentiende.Yanotengopa-ciencia para los que no entienden.La segunda noche escojo mi bao; es ms seguro. Tiene una buenapuerta.A lahoradelcrepsculo,loscubroyellosse arrejuntan, bolita de plumas. Cuando oscurece soy yo la que no puede entrar al bao porque si prendo la luz interrumpo su sueo. Qu dirn de la inmensa mole que se lava los dientes con un estruendo de caera? Qu dirn del rugir del agua en ese jaln ltimo del excusado? Qu dirn del pijama en el que yallevotresdas,ridculamenterosaypachn,conparches azules? He de parecerles taxi con tablero de peluche y diaman-tina. Y ahora qu hago? Dios mo, qu horrible es ser hom-bre. O mujer. Humano, vaya. Ocupar tantsimo espacio. Mil veces ms que ellos. Duermo inquieta: de vez en cuando me levanto y, por una rendija, cuelo mi mano bajo la toalla para asegurarme de que all siguen sus plumas hechas bolita, su cabe-cita anidada dentro de sus hombros. A diferencia ma, duermen abrazados, como amantes.A la maana siguiente, los devuelvo a la terraza, al sol, al aire, a la posible visita de otros pjaros. No cantan, emiten unos cuan-tospos,delgadsimos,dbiles,entristecidos.Nolesgustala casa. A medioda, mi hija advierte:Se escap uno.Por dnde?Poniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 164 13/03/14 13:26www.elboomeran.comCanarios165Entre los barrotes de la puerta. Que no te dije que pusieras la puerta contra la pared?Ninguna puerta da contra un muro, las puertas dan a la calle. Tendras que haber colgado la jaula con la puerta contra la pared. Ay,mam,laspuertassonparaabrirse.Adems,cmo voy a atenderlos? Tengo que meter la mano para cambiar su agua, darles su alpiste responde con su voz de risa atronadora.Ya se fue recuerdo con tristeza.Pues es ms listo que el que se qued.Como es joven, para ella morir no es una tragedia. Cuando le digo: Partir es morir un poco, le parezco cursi. Ay, mam, sintonzate. Algo aprendo de ella, no s qu, pero algo. Y aa-do en plena derrota: Estospjarosnotienendefensas;estnacostumbradosa que uno les d en el piquito.Busco con la mirada en el jardn, no quiero encontrarlo sobre la tierra.Hacia dnde volara? pregunto desolada. Y aado, l-gubre: la vida no tiene sentido.Claroquelotienetrompeteamihija.Eslonico que tiene sentido. Cul?Tiene sentido por s misma. Cuando oscurece meto al canario que no supo escapar. A pe-sar mo, siento por l cierto desprecio; lento, torpe, perdi su oportunidad. Cobijo la jaula.Aldasiguientelosacoalaluzenesteritualnuevo,im-puesto por mi hija. Es tu pjaro. Trato de chiflarle pero casi no puedo. Lo llamo bonito mientras cuelgo la jaula del clavo, un poco suspendida en el aire para que el prisionero crea que vuela. Regreso a mis quehaceres, las medias lacias sobre la silla, Poniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 165 13/03/14 13:26www.elboomeran.com166Elena Poniatowskael fondo de ayer, el libro que no leer, los anteojos que van a rayarse si no los guardo, qu fea es una cama sin hacer. A qu amanec? De pronto, escucho un piar vigoroso, campante, unos trinos en cascada; su canto interrumpe la languidez de la ma-ana. Gorjea, sus agudos arpegios llenan la terraza, la plaza de la Conchita; qu msica celestial la de sus gorgoritos; es Mozart. Otros pjaros responden a sus armonas. Al menos eso creo. Es laprimeravezquecantadesdequelocompr.Esporsu compaera de plumas ms oscuras que atiborra el espacio de risas?Tratodenoconmoverme.Cmounacosaasapenas amarillitalograalborotarunrbol?Denia,cuandotragaba alguna pepita, mam deca: Te va a crecer un naranjo aden-tro. O un manzano. La idea me emocionaba. Ahora es el ca-nario el que me hace crecer un rbol. Resueno. Soy de made-ra.Sucantohalogradodesatoraralgo.Esunacasatriste,la ma, detenida en el tiempo, una casa de ritos montonos, or-denadita; ahora suelta sus amarras; estoy viva, me dice, mra-me, estoy viva. Su canto logra que zarpe de mis ramas una nave diminuta, elvientoquelaempujaesenergapura,ahoras,eltiempo fluye, me lanzo, hago la cama, abro los brazos, me hinco, re-cojo, doblo, voy, vengo, ya no puedo parar, su canto me ani-ma a ser de otra manera, salgo a la terraza a ver si no le falta nada, camino de puntas, no quiero arriesgar esta nueva felici-dad por nada del mundo, cunto afn, lo saludo, bonito, bo-nito,gracias,gracias,bonito,bonito,gracias,gracias. ro sola, me doy cuenta de que hace meses no rea, entre los muros el silencio canta, inauguro la casa que canta, el canario es mi corazn, tiembla amarillo, en su pecho diminuto silba la luz del alto cielo.Poniatowska_Llorar_en_la sopa_PDF_imprenta_YMG.indd 166 13/03/14 13:26www.elboomeran.com