04 Hidroplano en Txingudi

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1 El Casco Histórico ha sido muchas veces un observatorio desde donde contemplar los acontecimientos que se desarrollaban en el entorno. Pero pocas veces habrán estado Arma Plaza o las murallas tan repletas de público como aquellos tres días de 1912, en los que se pudo observar un espectáculo excepcional y novedoso: los primeros vuelos de un avión capaz de despegar y “aterrizar” en el agua. Era la primera vez que se vería evolucionar a un hidroplano en el estado. Entre el 13 y el 17 de abril de 1912, la bahía de Txingudi fue elegida por el famoso aeronauta francés Louis Paulhan para realizar unas prácticas con su hidroaeroplano Paulhan-Curtiss. El avión era un Curtiss de 1902 al que Paulhan había añadido un flotador central de 700 litros. Paulhan y un pasajero en el hidroplano de 1912 La Prensa nos relata que llegaron, incluso de localidades lejanas, trenes y automóviles llenos de gente deseosa de contemplar aquella novedad, y que “todos los puntos de observación, lo mismo en la costa francesa, como en la española, se veían invadidos por los curiosos”. Y cuenta –con toda la épica que rodeaba entonces a los pioneros de la aviación- que “fue interesantísima y muy emocionante la lucha que sostuvo el hidroplano con las olas (…) entusiasmando a la muchedumbre que contemplaba con gran curiosidad los movimientos del hidroplano”. El día 17, partió Paulhan para San Sebastián donde continuó con sus experiencias de vuelo. Y, lo que son las cosas, los manuales de historia de la aviación recogen que el primer vuelo de un hidroavión (hidroplano, entonces) en el estado tuvo lugar en la bahía de San Sebastián el 17 de abril de 1912. Ahora sabemos que esto no es exacto, porque tres días antes lo había hecho en Hondarribia…quizá habría que empezar a reivindicarlo. Cosas de Alde Zaharra 04 Hidroplano en Txingudi

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Publicación de la Asociación de Vecinos Harresi

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El Casco Histórico ha sido muchas veces un observatorio desde donde contemplar los acontecimientos que

se desarrollaban en el entorno. Pero pocas veces habrán estado Arma Plaza o las murallas tan repletas de

público como aquellos tres días de 1912, en los que se pudo observar un espectáculo excepcional y

novedoso: los primeros vuelos de un avión capaz de despegar y “aterrizar” en el agua. Era la primera vez

que se vería evolucionar a un hidroplano en el estado.

Entre el 13 y el 17 de abril de 1912, la bahía de Txingudi fue elegida por el famoso aeronauta francés Louis

Paulhan para realizar unas prácticas con su hidroaeroplano Paulhan-Curtiss. El avión era un Curtiss de 1902

al que Paulhan había añadido un flotador central de 700 litros.

Paulhan y un pasajero en el hidroplano de 1912

La Prensa nos relata que llegaron, incluso de localidades lejanas, trenes y automóviles llenos de gente

deseosa de contemplar aquella novedad, y que “todos los puntos de observación, lo mismo en la costa

francesa, como en la española, se veían invadidos por los curiosos”. Y cuenta –con toda la épica que

rodeaba entonces a los pioneros de la aviación- que “fue interesantísima y muy emocionante la lucha que

sostuvo el hidroplano con las olas (…) entusiasmando a la muchedumbre que contemplaba con gran

curiosidad los movimientos del hidroplano”.

El día 17, partió Paulhan para San Sebastián donde continuó con sus experiencias de vuelo. Y, lo que son las

cosas, los manuales de historia de la aviación recogen que el primer vuelo de un hidroavión (hidroplano,

entonces) en el estado tuvo lugar en la bahía de San Sebastián el 17 de abril de 1912. Ahora sabemos que

esto no es exacto, porque tres días antes lo había hecho en Hondarribia…quizá habría que empezar a

reivindicarlo.

Cosas de Alde Zaharra 04

Hidroplano en Txingudi

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Las dos curiosas fotografías que siguen atestiguan los vuelos de Mr. Paulhan en Hondarribia, aquel 13 de

abril de 1912.

Pero hay más. Tanto gustó aquello que el Ayuntamiento de Hondarribia, en sesión celebrada el 11 de abril

de 1914, decidió solicitar oficialmente ante el Ministerio de Fomento que la Escuela de Hidroaviones se

instalara en Txingudi “por reunir su hermosa bahía las mejores e indispensables condiciones para ello”.

Pero no pudo ser. La Escuela de Hidroaviones se instaló en Los Alcázares, en Murcia. Los Alcázares ofrecía

aguas tranquilas y 330 días de sol al año…contra esto Hondarribia no podía competir.

Tetxu HARRESI, 22 de febrero de 2012

Fuentes:

• Aramburu, J y Sagarzazu, J. (2006) “Paseos por la ciudad. Hondarribia”. Ayuntamiento de Hondarribia

• El Correo de Norte (1912), 14 de abril de 1912, p. 01

• El Pueblo Vasco (1912), 14 de abril de 1912, p.02

• Novedades (1912), 21 de abril de 1912, p. 16 y 17. De esta revista provienen las dos últimas fotografías