03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

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Capítulo 8 LA COLONIZACIÓN PORTUGUESA DEL BRASIL, 1500-1580 La Europa bajomedieval hacía tiempo estaba vinculada con Asia por tenues ru- tas terrestres, como lo habían estado Asia y América a través del Pacífico; pero no fue hasta que el empuje portugués penetró en el Atlántico, a principios del siglo xv, que el último gran vacío oceánico en la intercomunicación del globo vino a ser ce- rrado. Paradójicamente, la primera alteración en lo que se iba a convertir el impe- rialismo de la Europa moderna, emergió de una sociedad en contracción. Portugal, como el resto de Europa, había sufrido un grave descenso de población a mediados del siglo xiv; el consiguiente abandono de las tierras marginales, junto con la des- población de ciudades y pueblos, había creado una clásica «crisis feudal» en los al- tos estratos de una sociedad económicamente oprimida por la pérdida de muchas de sus rentas habituales. En otras partes de Europa, esta crisis tuvo el efecto de lanzar a miembros de la nobleza en expediciones de pillaje en busca de botín y nuevas fuen- tes de ingresos; la conquista portuguesa del puerto marroquí de Ceuta en 1415 (el mismo año de la victoria de Enrique V en Azincourt), debe considerarse con aten- ción dentro de este aspecto. Pero Ceuta y la visión complementaria de un sugesti- vo imperio del Norte de África, resultó ser un callejón sin salida. Se demostró la imposibilidad de intentar de nuevo la reconquista peninsular de Marruecos: la po- blación beréber era excesivamente resistente, demasiado profundamente arraigada en sus creencias islámicas; la población portuguesa era demasiado pequeña, sus re- cursos militares demasiado escasos. En cambio, el empuje portugués se desvió hacia el oeste, adentrándose en el mar y bajando la costa de África. Aquí la resistencia fue mínima. Durante siglos barcos de pueblos pesqueros a lo largo de la costa sur de Portugal (Algarve) habían sido arrastrados hacia la costa marroquí por la acción natural de los vientos y corrientes de esa parte del Atlántico y allí encontraron una gran riqueza pesquera. Ahora, con las presiones internas para una creciente expansión exterior, estos viajeros se sin- tieron estimulados a investigar las oportunidades para comerciar y saquear atraídos por las playas cercanas. La aproximación tradicional a estas exploraciones se ha atribuido (al menos an- tes de 1460) casi exclusivamente a la inspiración del príncipe Enrique «el navegante» 204 HISTORIA DE AMÉRICA LATINA (1394-1460), cuyas proezas dirigiendo estos descubrimientos eran rápidamente pre- servadas en crónicas, las cuales le otorgaron un status cuasi heroico. Pero, aunque Enrique fomentara estos descubrimientos para crear un appanage ultramarino para sí mismo, implicaba también a otros miembros de la familia real, además de nume- rosos seguidores de su corte. Igualmente importante fue la participación de miem- bros de la comunidad mercantil italiana en Lisboa (naturalizados o no), que aporta- ron al proceso su pericia y conexiones mediterráneas. En efecto, ellos muy bien pueden haber sido el factor decisivo para la transformación de estas tempranas in- cursiones para la pesca y pillaje a lo largo de la costa africana, en organizadas ex- pediciones para el comercio. Sin embargo, la acometida exterior portuguesa no se limitó a bajar la costa oes- te de África, aunque finalmente se probó su importancia. Estas navegaciones les lle- vaban inevitablemente a entrar en contacto con las islas del Atlántico, cerca de Ma- deira y las islas Canarias primero, con las Azores y Cabo Verde después. Fue la experiencia portuguesa aquí, incluso más que en África, la que creó el modelo em- pleado después en la colonización de Brasil. Estas islas, consideradas en conjunto, incluyendo las Canarias que gradualmente cayeron en la esfera española, formaron una especie de «mediterráneo en el Atlántico», un conjunto de tierras cuya econo- mía estaba vinculada por el mar. La existencia de Madeira era conocida en época tan temprana como el siglo xrv, pero no fue explotada hasta el xv. Fue la ocupación francoespañola cerca de Cana- rias en 1402, que estimuló a los portugueses a iniciar una exploración seria, dirigi- da al asentamiento y agricultura. Esto empezó entre los años 1418-1426, bajo el li- derazgo de dos señores terratenientes allegados al príncipe Enrique y un noble italiano de la corte de su hermano, don Juan. El desarrollo de las Azores quedó re- zagado de Madeira por varios años. Descubiertas o redescubiertas en 1427, las Azo- res empezaron a colonizarse sólo en 1439. Finalmente, bastante más tarde, Cabo Ver- de fue explorado entre los años 1456 y 1462 pero su desarrollo y colonización progresaron más lentamente. Según se encontraron estas islas o grupos de islas, fueron incorporándose pro- gresivamente dentro de un sistema económico centralizado en Lisboa, que era diri- gido conjuntamente por la corte portuguesa y los ricos comerciantes (algunos de ori- gen italiano) de la capital. Este proceso de incorporación pasó por lo menos por tres fases bien definidas, las cuales configuran ciertos aspectos del desarrollo económi- co de Brasil en el siglo siguiente. Ya que las islas estaban deshabitadas cuando fueron descubiertas, la primera fase de su explotación fue necesariamente extensiva. En los primeros años, cuando ha- bía pocos o ningún colono, desembarcaron animales para que se reprodujeran rápi- damente en los nuevos alrededores. Lo que hacía posible que se reuniera periódi- camente el ganado para proceder a su matanza y embarcar los productos derivados a Portugal para su venta. El desarrollo de Madeira empezó en esta fase y sus pri- meros habitantes llevaron consigo ovejas, cerdos y vacas, si no fuera efectivo —como parece— que ya los habían desembarcado para propagarse por sí mismos. Igualmente fueron desembarcadas ovejas y cabras en Azores en 1431, para que se multiplica- ran a voluntad, cuatro años más tarde del descubrimiento inicial. Los primeros co- lonos llegaron más tarde, en 1439, y durante varios años se dedicaron a atender los rebaños existentes antes de pasar hacia la siguiente fase de desarrollo, alrededor de

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Cap

ítulo

8

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204

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dur

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la s

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e ga

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e ex

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tens

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ente

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nzad

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nom

bre

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rigo,

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perio

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enos

eso

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an la

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sulta

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con

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na p

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ión.

Seg

ún ib

a ex

-te

ndié

ndos

e la

pob

laci

ón, l

a riq

ueza

del

sue

lo, s

in e

mba

rgo,

iba

desc

endi

endo

con

las

suce

sivas

cos

echa

s, lo

s co

stos

de la

pro

ducc

ión

de tr

igo

aum

enta

ron,

los

bene

-fic

ios

com

erci

ales

dism

inuy

eron

y la

s in

vers

ione

s ca

mbi

aron

hac

ia o

tros

prod

ucto

sm

ejor

rem

uner

ados

.En

Azo

res,

la se

gund

a fa

se o

fase

de

culti

vo d

e ce

real

es e

mpe

zó h

acia

144

2, u

nos

quin

ce a

ños

desp

ués

del d

escu

brim

ient

o de

l arc

hipi

élag

o, y

a m

edid

a qu

e la

s ex

por-

taci

ones

de

trigo

de

Mad

eira

des

cend

iero

n, e

n co

mpe

nsac

ión,

las

de la

s A

zore

s su

-bi

eron

. Aqu

í, en

el c

iclo

tem

pran

o de

l trig

o, la

s co

sech

as s

e ap

roxi

mab

an a

aqu

e-lla

s de

Mad

eira

—de

40

a 60

vec

es s

uper

ior

a lo

sem

brad

o— s

egún

las

crón

icas

. A

dife

renc

ia d

e M

adei

ra y

las

Azo

res,

las

islas

de

Cabo

Ver

de, n

o pa

saro

n de

la f

ase

de g

anad

o a

la d

e ce

real

es. M

ás b

ien,

aqu

í la

fase

sub

sigui

ente

fue

la d

e ar

roz,

al-

godó

n, f

ruta

y a

zúca

r —

clar

a ev

iden

cia

de q

ue e

stas

islas

esta

ban

real

men

te s

itua-

das

fuer

a de

l ám

bito

del

«M

edite

rráne

o en

el A

tlánt

ico»—

y fo

rmab

an e

n ca

mbi

o un

are

gión

de

trans

ició

n en

tre la

eco

logí

a de

Mad

eira

y la

eco

logí

a tro

pica

l de

la c

osta

afric

ana.

Fina

lmen

te, a

pare

ció

una

terc

era

fase

de

agric

ultu

ra c

apita

lista

, per

o só

lo e

n M

a-de

ira. S

egún

fuer

on d

ecay

endo

las

cose

chas

de

gran

o, e

l cap

ital t

endi

ó a

mov

erse

haci

a lo

s cu

ltivo

s de

azú

car

y vi

no. D

esde

145

0 en

ade

lant

e, e

mpe

zaro

n a

prol

ife-

rar l

os v

iñed

os y

cañ

aver

ales

. La

prod

ucci

ón d

e az

úcar

ant

erio

r a la

de

Mad

eira

es-

taba

cen

traliz

ada

en e

l orie

nte

próx

imo,

Sic

ilia

y Es

paña

; es

casi

segu

ro q

ue s

e in

-tro

dujo

en

la is

la d

esde

Sic

ilia.

Las

Azo

res,

sin e

mba

rgo,

deb

ido

a la

s co

ndic

ione

scl

imat

ológ

icas

, nun

ca ll

egar

on a

alc

anza

r esta

fase

. Des

pués

de

Mad

eira

, la

gran

áre

apa

ra e

l azú

car s

ería

Bra

sil. N

o ob

stant

e, d

esde

ese

mom

ento

la p

rolif

erac

ión

del c

ul-

tivo

de a

zúca

r com

enzó

a d

ecae

r, lo

que

ocu

rrió

sólo

des

pués

de

una

gene

raci

ón in

i-ci

al d

uran

te la

cua

l la

tierr

a fu

e ex

plot

ada

segú

n la

s fo

rmas

des

crita

s, no

la p

rime-

ra o

fase

del

gan

ado

en la

s isl

as a

tlánt

icas

, sin

o m

ás b

ien

el s

istem

a de

fact

oría

s qu

e,en

treta

nto,

los p

ortu

gues

es h

abía

n de

sarr

olla

do a

lo la

rgo

de la

cos

ta o

este

de

Áfri

-ca

dur

ante

el p

erío

do p

oste

rior

a 14

49.

Los p

ortu

gues

es h

abía

n ev

itado

, por

nor

ma,

cua

lqui

er in

tent

o de

col

oniz

ació

n sig

-ni

ficat

iva

a lo

larg

o de

la c

osta

: la

pob

laci

ón n

ativ

a er

a de

mas

iado

den

sa p

ara

ser

dom

inad

a fá

cilm

ente

, y la

zon

a er

a po

co a

tract

iva

ecol

ógic

amen

te. P

ara

expl

otar

la

206

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

costa

, elig

iero

n en

cam

bio

un m

odel

o qu

e ad

opta

ron

de la

s ci

udad

es c

omer

cial

es it

a-lia

nas

med

iterrá

neas

de

fines

de

la E

dad

Med

ia. A

quí l

a cl

ave

cons

tituc

iona

l era

lafa

ctor

ía (

feito

ria)

o fo

rtale

za c

omer

cial

. Ésta

está

def

endi

da p

or la

gua

rnic

ión

del

casti

llo e

ncab

ezad

a po

r un

cab

alle

ro y

adm

inist

rada

por

un

fact

or {

feito

r) o

age

nte

com

erci

al e

ncar

gado

de

las c

ompr

as a

los

com

erci

ante

s na

tivos

o je

fes.

La m

erca

n-cí

a fij

ada

se al

mac

enab

a en

la fa

ctor

ía y

se v

endí

a de

spué

s a lo

s cap

itane

s po

rtugu

eses

de la

s flo

tas

com

erci

ales

, que

per

iódi

cam

ente

visi

taba

n la

fac

toría

. És

tos,

sin e

m-

barg

o, e

ran

atac

ados

con

frec

uenc

ia p

or p

irata

s ex

tranj

eros

que

se a

pode

raba

n de

los

barc

os y

mer

canc

ías

cuan

do n

o ha

cían

inte

ntos

dire

ctos

de

rom

per

el f

rági

l m

ono-

polio

por

tugu

és d

el c

omer

cio

con

los

nativ

os. L

a co

rona

por

tugu

esa

solía

res

pon-

der c

on p

atru

llas

guar

daco

stas

para

ale

jar

a lo

s ba

rcos

sin

lice

ncia

, mie

ntra

s qu

e ju

-ríd

icam

ente

sol

icita

ba y

reci

bía

el re

cono

cim

ient

o de

sus

der

echo

s de

mon

opol

io e

nun

a se

rie d

e bu

las

papa

les

(143

7-14

81)

que

conf

orm

aron

los

mod

elos

par

a la

asi

g-na

ción

pos

terio

r de

der

echo

s ex

clus

ivos

en

Am

éric

a, p

ara

Espa

ña y

Por

tuga

l.1

De

este

mod

o, h

acia

150

0, lo

s po

rtugu

eses

hab

ían

elab

orad

o do

s m

odel

os b

ási-

cos p

ara

el im

perio

en

el A

tlánt

ico

sur,

un r

eper

torio

par

a ap

licar

lo c

omo

fuer

a ne

-ce

sario

fre

nte

a lo

s pr

oble

mas

que

deb

iera

n af

ront

ar:

prim

ero,

las

isla

s de

shab

ita-

das

que

juríd

icam

ente

con

sider

aban

com

o ex

tens

ione

s de

su

rein

o co

ntin

enta

l, se

cedí

an a

los

seño

res

com

o do

naci

ones

real

es (

doag

des)

sim

ilare

s a

las

que

se h

acía

na

los n

oble

s en

el c

ontin

ente

, y q

ue se

rían

pobl

adas

por

inm

igra

ntes

por

tugu

eses

usa

n-do

el s

istem

a de

col

oniz

ació

n cu

yos

mét

odos

fuer

on a

dopt

ados

de

la R

econ

quist

a m

e-di

eval

; seg

undo

, a lo

larg

o de

la c

osta

afri

cana

, do

nde

enco

ntra

ron

pueb

los

nativ

os,

opta

ron

en c

ambi

o po

r el c

omer

cio

sin c

olon

izac

ión

basa

do e

n el

sist

ema

de f

acto

-ría

em

plea

do e

n el

Med

iterrá

neo

a fin

ales

de

la E

dad

Med

ia.

Fina

lmen

te, c

uand

o lle

garo

n a

la In

dia

(Vas

co d

e G

ama,

149

8) e

l sist

ema

que

los

portu

gues

es im

pusie

ron,

fue

el «

afric

ano»

. Enc

ontrá

ndos

e co

n un

a cu

ltura

en

su «

edad

de o

ro»,

difí

cil

de p

enet

rar

o co

nqui

star

, re

curr

iero

n a

la im

plan

taci

ón d

e un

«im

-pe

rio»

basa

do e

n fa

ctor

ías,

defe

ndid

o po

r pat

rulla

s m

aríti

mas

par

a co

ntro

lar l

os b

ar-

cos

sin li

cenc

ia q

ue n

aveg

aban

en

su z

ona.

Bra

sil,

«des

cubi

erto

» en

el c

urso

del

se-

gund

o vi

aje

a la

Indi

a, p

rese

ntab

a un

a im

agen

más

am

bigu

a. G

eogr

áfic

amen

te t

enía

sem

ejan

za c

on la

s isl

as a

tlánt

icas

, per

o co

mo

la c

osta

afri

cana

esta

ba p

obla

da p

orsa

lvaj

es q

ue lo

s pr

imer

os p

ortu

gues

es s

olía

n lla

mar

«ne

gros

». S

olam

ente

en

post

e-rio

res

expl

orac

ione

s se

fue

mos

trand

o gr

adua

lmen

te la

aut

éntic

a na

tura

leza

de

Bra-

sil.

Trat

ado

de la

mism

a m

aner

a qu

e la

cos

ta a

frica

na e

n su

s pr

imer

os 3

0 añ

os, s

eco

loni

zó p

oste

riorm

ente

seg

ún e

l mod

elo

de la

s isl

as a

tlánt

icas

.

DES

CUBR

IMIE

NTO

Y P

RIM

ERA

EXP

LORA

CIÓN

Vas

co d

e G

ama,

tras

su

reto

rno

de la

Indi

a en

149

9, s

egún

con

ocem

os, a

lega

n-do

can

sanc

io, r

ecom

endó

que

la s

igui

ente

exp

edic

ión

de 1

500

fuer

a co

nfia

da a

Pe-

dro

Alv

ares

Cab

ral,

un h

idal

go y

mie

mbr

o de

la c

orte

. La

flota

de

Cabr

al c

ompu

esta

por

13 b

arco

s sig

uió

la ru

ta d

e G

ama

desd

e Li

sboa

, por

Can

aria

s a

Cabo

Ver

de, p

ero

desp

ués

de c

ruza

r la

zona

de

las

calm

as e

cuat

oria

les

fue

empu

jado

haci

a el

oes

te p

or

1.

Cha

rles

-Már

tial

de W

itte,

Les

Bul

les

pont

ifica

les

et ¡

'exp

ansió

n po

rtuga

ise

au x

v¿. s

ié-

cle,

Lou

vin,

195

8.

Page 3: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DEL

BR

ASI

L, 1

500-

1580

2

07

los

vien

tos

y co

rrie

ntes

del

Atlá

ntic

o su

r y ll

egó

a av

ista

r la

cos

ta b

rasi

leña

, cer

cade

l act

ual P

orto

Seg

uro,

el 2

2 de

abr

il de

150

0. L

os o

cho

días

que

pas

aron

ref

res-

cánd

ose

en B

rasil

pro

porc

iona

ron

un p

rimer

y b

reve

enc

uent

ro e

ntre

dos

civ

iliza

-ci

ones

, una

que

reci

ente

men

te h

abía

em

pren

dido

un

impe

rialis

mo

agre

sivo

, la

otra

situa

da c

ultu

ralm

ente

en

la e

dad

de p

iedr

a, p

ráct

icam

ente

fuer

a de

l tie

mpo

, viv

ien-

do e

n la

apa

rent

e in

ocen

cia

del e

dén.

Los

det

alle

s de

est

os p

rimer

os c

onta

ctos

fue

-ro

n m

inuc

iosa

men

te n

arra

dos

por e

l esc

riban

o de

la fl

ota,

Per

o V

az d

a Ca

min

ha, e

nun

a la

rga

carta

al r

ey M

anue

l de

Portu

gal (

el «

certi

ficad

o de

nac

imie

nto»

de

Bra

sil,

segú

n la

fras

e fe

liz d

e C

apis

trano

de

Abr

eu)

que

cont

inúa

sie

ndo

nues

tra p

rinci

pal

fuen

te d

e in

form

ació

n re

spec

to a

l des

cubr

imie

nto.

El

1 de

may

o la

flot

a de

Cab

ral

levó

anc

las

haci

a su

des

tino

final

, la

Indi

a, p

ero

el b

arco

de

apro

visio

nam

ient

o ba

joel

man

do d

e G

aspa

r de

Lem

os fu

e de

staca

do p

ara

lleva

r no

ticia

s in

med

iata

men

te a

la

cor

te p

ortu

gues

a de

l «m

ilagr

oso»

des

cubr

imie

nto.

El r

ey M

anue

l I (1

495-

1521

),no

tific

ó rá

pida

men

te e

l des

cubr

imie

nto

a su

s pa

rient

es c

aste

llano

s, Fe

rnan

do e

Isa-

bel,

poni

endo

énf

asis

en e

l val

or e

strat

égic

o pa

ra P

ortu

gal

com

o es

taci

ón d

e pa

sopa

ra la

s flo

tas

haci

a la

Indi

a, y

org

aniz

ó un

a ex

pedi

ción

par

a el

año

sig

uien

te p

ara

una

expl

orac

ión

más

det

enid

a de

«Is

la d

e la

San

ta C

ruz»

de

Cam

inha

.2

Esta

seg

unda

flot

a de

13

cara

bela

s pa

rtió

de L

isboa

en

may

o de

150

1 ba

jo e

l man

-do

de

Gon

calo

Coe

lho,

llev

ando

a b

ordo

com

o cr

onist

a a

Am

éric

o V

espu

cio.

Nue

s-tro

s co

noci

mie

ntos

bás

icos

sob

re é

ste,

así

com

o de

l últi

mo

viaj

e de

150

3-15

04, p

ro-

vien

en d

e la

plu

ma

fútil

, cua

ndo

no fa

lsa, d

e V

espu

cio,

que

ha

lleva

do a

intri

ncad

ose

inte

rmin

able

s pr

oble

mas

his

torio

gráf

icos

. Ba

ste d

ecir

que

la e

xped

ició

n de

1501

-150

2 ex

plor

ó y

dio

nom

bre

a m

ucho

s pu

ntos

a lo

larg

o de

una

s 50

0 le

guas

(c.

3.20

0 km

) de

la c

osta

bra

sile

ña, d

esde

Cab

o Sa

o Ro

que

al n

orte

has

ta c

erca

de

Ca-

nané

ia a

l sur

; ésto

s pro

nto

fuer

on i

ncor

pora

dos

al m

apa

de C

antin

o, d

e 15

02. A

pes

arde

que

la s

ensib

ilida

d m

erca

ntil

de V

espu

cio

no s

e de

sper

tara

por

lo q

ue v

io, «

...se

pue

de d

ecir

que

no h

emos

enc

ontra

do n

ada

de p

rove

cho,

exc

epto

una

inf

inid

adde

árb

oles

de

palo

bras

il, c

añaf

ístul

as .

.. y

otro

s pr

odig

ios

natu

rale

s qu

e re

sulta

ríate

dios

o de

scrib

ir ...

»,3 e

sta s

egun

da e

xped

ició

n tra

jo a

Lisb

oa la

s pr

imer

as m

uestr

asde

pal

obra

sil

(cae

salp

ina

echi

natá

), qu

e no

sól

o di

o no

mbr

e a

la «

Isla

de

la S

anta

Cruz

» (B

rasil

), sin

o qu

e ta

mbi

én fu

e la

úni

ca r

azón

con

vinc

ente

par

a su

futu

ra e

x-pl

otac

ión.

Este

seg

undo

via

je s

ólo

sirvi

ó pa

ra e

stabl

ecer

la ru

ta m

aríti

ma

entre

Por

tuga

l y

Bras

il pa

ra e

l res

to d

el p

erío

do c

olon

ial.

Los b

arco

s qu

e za

rpab

an d

e lo

s pue

rtos

por-

tugu

eses

, sol

ían

hace

rlo h

acia

las

islas

Can

aria

s (d

onde

a m

enud

o se

det

enía

n a p

es-

car)

y lu

ego

poní

an ru

mbo

hac

ia la

s de

Cab

o V

erde

par

a ap

rovi

siona

rse

de a

gua

fres-

ca y

com

ida;

nor

mal

men

te e

sta e

tapa

del

via

je s

olía

dur

ar m

ás o

men

os d

e 15

a 2

0dí

as, d

epen

dien

do d

e la

s co

ndic

ione

s at

mos

féric

as.

De

Cabo

Ver

de, l

os b

arco

s se

dirig

ían

haci

a el

sur

por

el s

uroe

ste p

ara

cruz

ar la

zon

a de

las

calm

as e

cuat

oria

les,

una

agot

ador

a y

difíc

il ta

rea

que

podí

a fa

llar

con

faci

lidad

, lle

vand

o a

la fl

ota

a se

rem

puja

da h

acia

arr

iba

por

la c

orrie

nte

sure

cuat

oria

l in

trodu

cién

dola

en

el C

arib

e,

2.

En el

deb

ate ap

arente

men

te in

term

inab

le, co

ncern

iente

a la

«inten

ciona

lidad

» de

la ar

ri-ba

da d

e Ca

bral,

véa

se el

juic

io e

xper

to d

e Sa

mue

l Elio

t Mor

rison

, The

Eur

opea

n di

scov

ery

of A

mer

ica:

the

sout

hern

voy

ages

, 14

92-1

616,

Nue

va Y

ork,

197

4, p

. 224

.3.

Ca

rlos M

alheir

o D

ías, «

/l Ex

pedi

gOo

de 1

501-

1502

», e

n H

isto

ria

da c

olon

izac

áo p

or-

tugu

esa

no B

rasi

l, ed

. C. M

alheir

o D

ías, P

orto

, 192

4, v

ol.I

I,p.

202

.

208

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

com

o le

ocu

rrió

al g

ober

nado

r Lu

is de

Vas

conc

elos

en

su v

iaje

de

ida

en 1

571.

Una

vez

atra

vesa

das

ileso

s la

s ca

lmas

ecu

ator

iale

s, lo

s ba

rcos

vira

ban

haci

a el

oes

te,

arra

stra

dos

natu

ralm

ente

(co

mo

Cabr

al) e

n es

a di

recc

ión

por

los

vien

tos

y co

rrie

n-te

s, ha

sta q

ue to

caba

n Br

asil

en c

ualq

uier

pun

to e

ntre

Cab

o Sa

o Ro

que

y Ca

bo S

anto

Ago

stinh

o, d

esde

don

de p

odía

n se

guir

la c

osta

hac

ia e

l sur

has

ta R

ío d

e la

Pla

ta. D

i-ga

mos

que

un

viaj

e de

Lisb

oa a

Bah

ía r

eque

ría u

n m

es y

med

io s

i tod

o m

arch

aba

bien

. De

no s

er a

sí (c

omo

con

el p

adre

Car

dim

en

1583

), el

via

je d

e id

a po

día

du-

rar d

os m

eses

o m

ás, i

nclu

so s

in d

eten

erse

en

las

isla

s C

abo

Ver

de. L

os b

arco

s qu

evo

lvía

n a

Portu

gal t

omab

an ru

mbo

nor

te d

esde

el c

abo

de S

ao R

oque

has

ta q

ue e

n-co

ntra

ban

las

Azo

res,

de a

hí n

aveg

aban

en

dire

cció

n oe

ste

hasta

Lis

boa.

Est

a tra

-ve

sía, n

orm

alm

ente

era

más

larg

a qu

e el

via

je d

e id

a, a

men

udo

de d

os m

eses

y m

e-di

o o

más

.

EL

PERI

OD

O D

E LA

S FA

CTO

RÍA

S

Una

ve

z co

mpl

etad

a la

fa

se

inic

ial

de d

escu

brim

ient

o y

reco

noci

mie

nto

(150

0-15

02)

la c

oron

a po

rtugu

esa

tuvo

que

afro

ntar

el p

robl

ema

de c

ómo

inve

ntar

un s

istem

a de

exp

lota

ción

par

a la

s tie

rras

reci

én d

escu

bier

tas.

En e

l con

text

o de

las

expe

rienc

ias

ante

riore

s at

lánt

icas

por

tugu

esas

, la

natu

rale

za d

e Br

asil

era

ambi

gua.

En m

ucho

s as

pect

os, p

odía

apa

rece

r sim

plem

ente

com

o ot

ra is

la a

tlánt

ica,

per

o co

n-tra

riam

ente

a M

adei

ra o

Azo

res,

esta

ba p

obla

da p

or n

ativ

os s

alva

jes

aunq

ue a

ma-

bles

. El m

odel

o de

las

islas

de

dese

mba

rcar

gan

ado

para

su

prol

ifera

ción

ant

es d

equ

e lle

gara

n lo

s pr

imer

os c

olon

os e

ra im

posib

le e

n B

rasi

l, ya

que

los

anim

ales

era

npr

onto

víc

timas

de

los i

ndio

s. En

luga

r de

ese

mét

odo,

los p

ortu

gues

es s

e vi

eron

obl

i-ga

dos

a tra

tar a

los

bras

ileño

s co

mo

a lo

s de

la c

osta

afri

cana

, ex

plot

ándo

los

por e

lsis

tem

a de

las

fact

oría

s co

mer

cial

es.

Para

el d

esar

rollo

de

los

poco

s pr

oduc

tos

com

erci

ales

que

se

podí

an e

ncon

trar

(pal

obra

sil,

mon

os, e

scla

vos

y lo

ros)

, la

coro

na o

ptó

por

arre

ndar

Bra

sil a

un

con-

sorc

io d

e co

mer

cian

tes

de L

isboa

enc

abez

ado

por

Fern

áo d

e N

oron

ha, q

ue e

ra y

aim

porta

nte

en lo

s m

erca

dos

de Á

frica

y la

Indi

a. D

esgr

acia

dam

ente

, el c

ontra

to e

nsí

mism

o no

sob

revi

vió,

per

o ev

iden

cias

indi

rect

as p

arec

en in

dica

r que

era

par

eci-

do a

aqu

él p

or e

l cua

l se

arre

ndó

el c

omer

cio

de G

uine

a en

Áfri

ca,

en 1

469,

al c

o-m

erci

ante

Fer

náo

Gom

es p

or u

n pe

ríodo

de

cinc

o añ

os. E

l gru

po, s

egún

se

sabe

, te-

nía

la c

once

sión

de u

n m

onop

olio

com

erci

al d

uran

te 3

año

s sin

pag

o al

guno

a la

coro

na d

uran

te e

l prim

er a

ño, u

na se

xta

parte

de

los b

enef

icio

s al

segu

ndo

y un

a cu

ar-

ta p

arte

al t

erce

ro. A

cam

bio,

el g

rupo

aco

rdab

a en

viar

6 b

arco

s ca

da a

ño p

ara

ex-

plor

ar 3

00 le

guas

(c.

1.9

00 k

m) a

lo la

rgo

de la

cos

ta y

la c

onstr

ucci

ón a

llí d

e un

apl

aza

forti

ficad

a pa

ra e

l com

erci

o, o

fac

toría

.Te

nem

os n

otic

ia d

e do

s flo

tas

que

fuer

on e

nvia

das

por

el c

onso

rcio

. Los

det

a-lle

s so

bre

la p

rimer

a so

n su

perfi

cial

es:

nave

gand

o ba

jo e

l man

do d

e un

cap

itán

des-

cono

cido

, par

tió d

e Li

sboa

en

agos

to d

e 15

02, a

rribó

a B

rasil

cer

ca d

el c

abo

Sao

Ro-

que,

vis

itó la

zon

a de

Por

to S

egur

o y

regr

esó

a Li

sboa

en

abril

del

año

sig

uien

te,

traye

ndo

un c

arga

men

to d

e pa

lobr

asil

y es

clav

os in

dios

. El s

egun

do v

iaje

es

mej

orco

noci

do, g

raci

as a

Ves

puci

o qu

e es

taba

al m

ando

de

uno

de lo

s 5

barc

os. É

l ha

de-

jado

un

rela

to d

el v

iaje

(su

terc

ero

y úl

timo)

en

sus

«Car

tas»

. Par

tiend

o de

Lisb

oael

10

de ju

nio

de 1

503,

la e

xped

ició

n tro

pezó

con

una

tem

pesta

d, c

erca

de

la is

la

Page 4: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DEL

BR

ASI

L, 1

500-

1580

209

de F

erna

ndo

Nor

onha

(lla

mad

a as

í por

el p

rinci

pal c

omer

cian

te d

el c

onso

rcio

). Fu

eaq

uí d

onde

el b

arco

de

Ves

puci

o, ju

nto

con

el d

e ot

ro c

apitá

n pe

rdie

ron

la fl

ota.

Am

-bo

s fu

eron

junt

os h

asta

Cab

o Fr

fo e

n Br

asil

dond

e pe

rman

ecie

ron

cinc

o m

eses

par

aer

igir

la fa

ctor

ía q

ue s

e ex

igía

en

d co

ntra

to y

que

gua

rnec

iero

n co

n 24

hom

bres

.4

En ju

nio

de 1

504,

los

2 ba

rcos

vol

vier

on a

Lis

boa

con

una

carg

a de

pal

obra

sil.

Espr

obab

le q

ue e

l con

sorc

io d

ispus

iera

un

terc

er v

iaje

en

1504

-150

5, p

ero

ning

una

evi-

denc

ia d

e es

te h

echo

ha

sobr

eviv

ido.

5

Se d

esco

noce

la re

ntab

ilida

d de

esto

s vi

ajes

, per

o cu

ando

el c

ontra

to d

el g

rupo

expi

ró e

n 15

05, h

ay s

igno

s ev

iden

tes

de q

ue la

cor

ona

asum

ió d

irect

amen

e el

con

-tro

l com

erci

al d

e B

rasi

l, ta

l com

o hi

cier

a al

mism

o tie

mpo

con

res

pect

o al

com

er-

cio

de la

Indi

a.6 R

esta

blec

ido

de e

ste m

odo

el c

ontro

l dire

cto

de B

rasil

por

par

te d

ela

cor

ona

en 1

506,

dur

aría

has

ta 1

534,

cua

ndo

de n

uevo

las

tierr

as fu

eron

arr

enda

-da

s, no

com

o en

un

prin

cipi

o, a

mer

cade

res

para

com

erci

ar, s

ino

más

bie

n a

los

se-

ñore

s de

la ti

erra

con

el p

ropó

sito

de

colo

niza

r.D

uran

te lo

s añ

os d

e in

terv

enci

ón r

eal e

n la

exp

lota

ción

(15

06-1

534)

, la

coro

napo

rtugu

esa

cont

inuó

aju

stánd

ose

al m

odel

o qu

e ha

bía

func

iona

do e

n Á

frica

dur

ante

el s

iglo

xv,

por

eje

mpl

o, m

ante

nien

do la

s fa

ctor

ías

real

es e

n un

núm

ero

de p

unto

ses

traté

gico

s a

lo la

rgo

de la

cos

ta (P

erna

mbu

co, ¿

Bahí

a?, ¿

Porto

Seg

uro?

, Cab

o Fr

ío,

¿Sao

Vic

ente

?), p

ero

conc

edió

lice

ncia

s a

barc

os p

rivad

os p

ara

com

erci

ar c

on lo

sna

tivos

baj

o su

s au

spic

ios.

Nin

guna

de

las

esta

dísti

cas

anua

les

de e

ste c

omer

cio

haso

brev

ivid

o, a

sí c

omo

tam

poco

disp

onem

os d

e ni

ngún

doc

umen

to d

e la

may

or p

ar-

te d

e es

tos

viaj

es.

Ha

quer

ido

la b

uena

for

tuna

, si

n em

barg

o, p

rese

rvar

nos

un in

-fo

rme

rela

tivam

ente

det

alla

do d

e un

a ex

pedi

ción

, la

del B

reto

a en

151

1, q

ue re

ve-

la la

nat

ural

eza

esen

cial

del

sist

ema.

El b

arco

fue

finan

ciad

o po

r un

gru

po, q

ue d

enu

evo

incl

uía

a N

oron

ha, a

hora

aso

ciad

o co

n Ba

rtolo

meu

Mar

chio

ne, u

n im

porta

nte

com

erci

ante

flor

entin

o as

enta

do e

n Li

sboa

que

ya

habí

a de

sarro

llado

act

ivid

ades

en

el c

omer

cio

del a

zúca

r en

Mad

eira

. El B

reto

a, ll

evan

do a

bor

do u

na d

otac

ión

de c

in-

co o

ficia

les

y 31

trip

ulan

tes,

parti

ó de

Lisb

oa e

n fe

brer

o lle

gand

o a

Bahí

a en

abr

il,do

nde

perm

anec

ió d

uran

te u

n m

es. E

n m

ayo

puso

rum

bo a

l sur

par

a ca

rgar

pal

obra

silen

la fa

ctor

ía e

stabl

ecid

a en

150

4 ce

rca

de C

abo

Frío

. La

fact

oría

fue

situa

da e

n un

ais

la, a

poc

a di

stanc

ia d

e la

cos

ta (

para

pro

tege

rla d

e lo

s at

aque

s in

dios

), y

el c

on-

tact

o en

tre lo

s tri

pula

ntes

y n

ativ

os s

e pr

ohib

ió e

stric

tam

ente

, sie

ndo

el p

erso

nal d

ela

fact

oría

el ú

nico

pun

to d

e co

nexi

ón e

ntre

am

bos.

Uno

s 5.

000

tronc

os fu

eron

cor

-ta

dos

y tra

nspo

rtado

s a

la f

acto

ría p

or in

dios

tupí

, que

fuer

on p

agad

os p

or s

u tra

-ba

jo c

on b

arat

ijas

y ut

ensil

ios

insig

nific

ante

s. A

los

mie

mbr

os d

e la

trip

ulac

ión

sele

s pe

rmiti

ó co

mer

ciar

por

su

cuen

ta; e

nton

ces,

adem

ás d

el c

arga

men

to p

rinci

pal d

em

ader

as ti

ntór

eas

traje

ron

de v

uelta

35

indi

os tu

píes

com

o es

clav

os y

un

núm

ero

ele-

vado

de

anim

ales

exó

ticos

. Se

hici

eron

a la

mar

a fi

nale

s de j

ulio

lleg

ando

a L

isboa

a fin

ales

de

octu

bre.

La

rent

abili

dad

glob

al d

el c

omer

cio

con

Bras

il no

pue

de c

al-

cula

rse

con

prec

isión

en

este

via

je e

n co

ncre

to, p

ero

debi

ó se

r lo

sufic

ient

emen

te lu

-cr

ativ

a co

mo

para

atra

er a

inve

rsor

es o

casio

nale

s, es

peci

alm

ente

aqu

ello

s qu

e ya

es-

4.

El p

unto

de

part

ida

hacia

Hyt

hlod

aeus

en

la U

topí

a, d

e M

oro.

5.

Max

Jus

to G

uede

s, «A

s prim

eiras

exp

edicd

es p

ortu

gues

as e

o r

econ

hecim

iento

da

costa

bras

ileira

», R

evist

a Po

rtugu

esa

de H

istor

ia,

12/2

(19

68),

pp. 2

47-2

67.

6.

Rola

ndo

A. L

agua

rdia

Tría

s, «C

hrist

óvao

Jaq

ues e

as a

rmad

as G

uard

a-Co

sta»,

en

His-

toria

Nav

al B

rasil

eira

, ed.

M. J

. Gue

des,

Río

de

Jane

iro,

1975

, vol

. I, p

. 275

.

210

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

taba

n im

plic

ados

en

el c

omer

cio

impe

rial o

que

tení

an m

erca

do e

n A

mbe

res,

com

ohi

zo N

oron

ha.

Sin

emba

rgo,

el i

nter

és p

or B

rasil

no

era

excl

usiv

amen

te d

e tip

o ec

onóm

ico.

Re-

pres

enta

ba ta

mbi

én u

n pr

oble

ma

geop

olíti

co p

ara

los p

oder

es ib

éric

os. S

i, co

mo

mu-

chos

pen

saba

n, e

ra u

na is

la re

alm

ente

gra

nde

(aun

que

rela

tivam

ente

pob

re),

¿se

po-

dría

insp

ecci

onar

su

cont

orno

en

busc

a de

un

paso

hac

ia e

l oes

te, h

acia

las

islas

de

las

espe

cias

de

las

Indi

as O

rient

ales

, muc

ho m

ás lu

crat

ivas

? A

unqu

e to

do e

l mun

-do

esta

ba d

e ac

uerd

o en

que

la m

ayor

par

te d

el te

rrito

rio b

rasi

leño

que

daba

den

trode

la e

sfer

a po

rtugu

esa

com

o se

def

inió

en

el T

rata

do d

e To

rdes

illas

(149

4), ¿

las d

e-se

mbo

cadu

ras

del A

maz

onas

y d

el R

ío d

e la

Pla

ta (

las

ruta

s m

ás p

roba

bles

den

trode

l Bra

sil) q

ueda

ban

en e

l lad

o po

rtugu

és o

esp

añol

de

la lí

nea?

La

búsq

ueda

de

res-

pues

tas

se c

entra

ron

ampl

iam

ente

en

La P

lata

dur

ante

la m

ayor

par

te d

e la

seg

unda

déca

da d

el s

iglo

. Una

exp

edic

ión

portu

gues

a (la

Fró

is-Li

sboa

, fin

anci

ada

por C

hris

-tó

vao

de H

aro,

de

orig

en c

aste

llano

, jun

to a

otro

s) h

abía

real

izad

o el

prim

er d

escu

-br

imie

nto

del R

ío d

e la

Pla

ta e

n 15

11-1

512;

Cas

tilla

resp

ondi

ó co

n la

exp

edic

ión

deSo

lís d

e 15

15. E

sto a

su v

ez p

rovo

có e

l fun

cion

amie

nto

de la

s pat

rulla

s gu

arda

cos

tas

portu

gues

as c

read

as p

roba

blem

ente

en

1516

por

Chr

istov

áo J

acqu

es.7 E

sto,

sin

em

-ba

rgo,

no

impi

dió

que

Espa

ña e

nvia

ra a

Mag

alla

nes

a Br

asil

en u

na p

rimer

a et

apa

en b

usca

de

un p

aso

haci

a el

oes

te e

n 15

19. E

l con

sigui

ente

des

cubr

imie

nto

de u

naru

ta q

ue c

ircun

nave

gara

«Br

asil»

hac

ia la

s es

peci

as, a

unqu

e co

nstit

uyó

una

proe

zapa

ra la

nav

egac

ión,

no

fue

de n

ingu

na u

tilid

ad p

ara

Cas

tilla

. La

ruta

dem

ostró

ser

exce

siva

men

te la

rga

para

ser

prá

ctic

a; m

ient

ras

tant

o, C

orté

s ha

bía

dist

raíd

o a

los

espa

ñole

s co

n su

des

cubr

imie

nto

de la

s riq

ueza

s az

teca

s. Tr

as a

ños

de n

egoc

iaci

o-ne

s in

term

itent

es E

spañ

a de

puso

su re

clam

ació

n so

bre

las I

slas

de la

s Es

peci

as, s

ien-

do e

ntre

gada

s po

r Mag

alla

nes

a Po

rtuga

l, a

cam

bio

de 3

50.0

00 d

ucad

os (T

rata

do d

eZa

rago

za,

1529

) y

las

pres

ione

s es

paño

las

sobr

e Br

asil

qued

aron

def

initi

vam

ente

zanj

adas

.

Más

impo

rtant

e qu

e el

resu

ltado

fina

l de

los

sond

eos

espa

ñole

s bo

rdea

ndo

Bra-

sil,

fue

la il

egíti

ma

intro

misi

ón d

e lo

s fra

nces

es e

n el

com

erci

o de

pal

obra

sil.

Las

prue

bas

sobr

e es

te te

ma

son

fortu

itas:

un b

arco

apr

esad

o aq

uí, u

na re

clam

ació

n al

lí,pe

ro e

stos

hech

os ib

an e

n au

men

to, d

irigi

dos

por c

omer

cian

tes

que

oper

aban

fue

rade

los p

uerto

s de

l nor

te d

e Fr

anci

a en

Nor

man

día

y Br

etañ

a. E

n el

inte

nto

de u

n ba

r-co

fran

cés

por p

enet

rar e

n el

mer

cado

de

la In

dia,

com

o C

abra

l, fu

e ar

rastr

ado

fuer

ade

la ru

ta h

acia

la c

osta

de

Bras

il en

150

4, d

onde

per

man

eció

par

a ca

rgar

pal

obra

-sil

regr

esan

do a

Hon

fleur

. D

espe

rtado

s lo

s ap

etito

s, lo

s co

mer

cian

tes

franc

eses

de

otro

s pu

erto

s (D

iepp

e, R

ouen

, Féc

amp)

em

peza

ron

a pr

ocur

ar m

ader

as ti

ntór

eas

enB

rasi

l. N

o in

tent

aron

esta

blec

er f

acto

rías

segú

n el

mod

elo

portu

gués

, per

o co

mer

-ci

aron

dire

ctam

ente

des

de s

us b

arco

s en

vian

do a

gent

es a

viv

ir en

tre lo

s in

dios

, con

quie

nes

desa

rrolla

ron

unas

bue

nas

rela

cion

es. L

a co

mpe

tenc

ia fr

ance

sa n

o só

lo p

rivó

a la

cor

ona

portu

gues

a de

ingr

esos

, sin

o qu

e hi

zo b

ajar

el p

reci

o de

pal

obra

sil,

in-

crem

enta

ndo

los

sum

inist

ros

en e

l mer

cado

de

Am

bere

s. A

dem

ás, l

os e

mba

rgos

e

inca

utac

ione

s fra

nces

es a

bar

cos

portu

gues

es e

levó

los

costo

s ha

sta ta

l pun

to, q

ueca

da v

ez e

ra m

enor

el n

úmer

o de

com

erci

ante

s qu

e es

tuvi

eran

disp

uesto

s a

arrie

s-ga

rse

en e

ste ti

po d

e co

mer

cio.

La re

spue

sta in

icia

l por

tugu

esa

fue

aplic

ar la

s tá

ctic

as q

ue ta

n bi

en h

abía

n fu

n-

7.

O «

Jaqu

es»

com

o pr

efer

ía L

agua

rdia

Tría

s, op

. ci

t.

Page 5: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DEL

BR

ASI

L, 1

500-

1580

211

cion

ado

en e

l océ

ano

índi

co: e

nvia

r un

a flo

ta p

ara

patru

llar

el m

ar c

on in

stru

ccio

-ne

s de

apre

sar

o de

strui

r los

bar

cos

extra

njer

os s

in li

cenc

ia. L

a ex

pedi

ción

de

Chi

s-tó

váo

Jacq

ues,

envi

ada

a la

cos

ta b

rasi

leña

en

1516

, fue

la p

rimer

a re

acci

ón d

irec-

ta d

e la

cor

ona

en d

efen

sa d

e Br

asil.

Ten

emos

poc

a in

form

ació

n so

bre

las

activ

idad

esde

Jac

ques

dur

ante

los

tre

s añ

os q

ue e

stuvo

pat

rulla

ndo

la c

osta

con

su

flota

(1

516-

1519

), pe

ro s

abem

os q

ue e

stabl

eció

una

fac

toría

rea

l en

Pern

ambu

co8 y

tal

vez

inte

ntar

a un

lim

itado

ase

ntam

ient

o pa

ra p

rodu

cir

caña

de

azúc

ar (

si pu

ede

uno

fiars

e de

un

docu

men

to —

hoy

desa

pare

cido

— c

itado

por

Var

nhag

en).

Sin

emba

rgo,

esta

prim

era

expe

dici

ón g

uard

acos

tas

no p

uede

con

sider

arse

com

o un

éxi

to, p

orqu

ede

spué

s de

152

0 hu

bo u

n no

tabl

e in

crem

ento

de

la p

irate

ría fr

ance

sa,

la c

ual n

o só

lose

lim

itaba

a B

rasi

l. Lo

s co

rsar

ios

franc

eses

se

desp

lega

ban

en p

unto

s de

inte

rsec

-ci

ón e

stra

tégi

cos,

tale

s co

mo

Azo

res y

el e

strec

ho d

e G

ibra

ltar p

ara

apre

sar l

os b

ar-

cos

espa

ñole

s y

portu

gues

es. U

n re

cien

te c

álcu

lo a

prox

imad

o de

los

barc

os p

ortu

-gu

eses

apr

esad

os p

or l

os f

ranc

eses

, ar

roja

un

resu

ltado

de

20 b

arco

s al

año

por

térm

ino

med

io, d

uran

te la

déc

ada

de 1

520-

1530

. Hay

dat

os e

vide

ntes

sob

re la

per

-sis

tenc

ia p

ortu

gues

a en

el i

nten

to d

e co

nten

er e

sta a

men

aza

con

patru

llas

guar

daco

stas

(pro

babl

emen

te e

n 15

21-1

522;

y p

uede

que

en

1523

-152

5). E

n to

do c

aso,

Jac

ques

fue

envi

ado

de n

uevo

a B

rasil

en

1527

al m

ando

de

una

flota

de

6 ba

rcos

, con

ór-

dene

s de

elim

inar

a lo

s in

truso

s a

toda

cos

ta. I

nter

vini

endo

un

carg

amen

to f

ranc

ésde

pal

obra

sil e

n Ba

hía,

apr

esó

sus

3 ba

rcos

, fue

ron

ahor

cado

s o

ente

rrado

s vi

vos

nu-

mer

osos

trip

ulan

tes

proc

edie

ndo

segu

idam

ente

a b

arre

r la

costa

has

ta C

abo

Frío

. Las

cons

igui

ente

s pr

otes

tas

de la

cor

te f

ranc

esa

traje

ron

cons

ecue

ncia

s de

cisi

vas.

En c

ontra

ste c

on lo

s ca

stella

nos

que

acep

taro

n la

s ba

ses j

uríd

icas

de

las

recl

a-m

acio

nes

portu

gues

as y

cuy

as d

iscus

ione

s ve

rsab

an s

olam

ente

ace

rca

de la

s lin

des,

los

franc

eses

con

stitu

ían

un d

esaf

ío f

unda

men

tal p

ara

los

dere

chos

exc

lusiv

os d

e Po

r-tu

gal s

obre

Bra

sil.

Ésto

s re

posa

ban,

com

o en

Áfri

ca,

en la

s bu

las

papa

les

que

en-

carn

aba

la tr

adic

ión

cano

nista

med

ieva

l so

bre

la ju

risdi

cció

n un

iver

sal

del p

apad

oso

bre

el m

undo

, un

conc

epto

for

mul

ado

clás

icam

ente

por

Hos

tiens

is y

Aug

ustin

usTr

ium

phus

en

el s

iglo

xra

. Éste

dab

a al

pap

a au

torid

ad le

gítim

a pa

ra a

signa

r de

re-

chos

de

mon

opol

io s

obre

des

cubr

imie

ntos

de

mar

es y

tier

ras

a aq

uello

s go

bern

an-

tes

que

empr

endi

eran

la ta

rea

de e

vang

eliz

ació

n al

lí. P

ero

pron

to lo

s con

cept

os d

elsig

lo x

m fu

eron

ata

cado

s po

r crít

icos

tom

istas

, cuy

as id

eas

habí

an s

ido

reci

ente

men

-te

reaf

irmad

as p

or e

l res

urgi

mie

nto

rena

cent

ista

del D

erec

ho R

oman

o, e

spec

ialm

ente

del C

ódig

o de

Just

inia

no. E

s in

duda

ble

que

la p

osic

ión

papa

l no

era

ya a

cept

ada

por

los

espe

cial

ista

s pr

ogre

sist

as in

clus

o en

Iber

ia (

com

o Fr

anci

sco

de V

itoria

). A

rma-

dos

ahor

a co

n un

con

cept

o m

ás «

mod

erno

» de

impe

rio b

asad

o en

la le

y se

cula

r de

las

naci

ones

(ex

iure

gen

tium

), la

cor

te fr

ance

sa i

nsist

ió e

n su

s der

echo

s pa

ra c

omer

-ci

ar li

brem

ente

y d

eclin

ar to

do re

spet

o a

cual

quie

r de

rech

o qu

e no

estu

vier

a av

ala-

do p

or u

na o

cupa

ción

efe

ctiv

a. L

os f

ranc

eses

con

sider

aban

a s

us b

arco

s y

com

er-

cian

tes

libre

s pa

ra t

rafic

ar e

n cu

alqu

ier

zona

de

Bras

il qu

e no

estu

vier

a ve

rdad

e-ra

men

te o

cupa

da p

or l

os p

ortu

gues

es l

o qu

e sig

nific

aba,

de

hech

o, p

ráct

icam

ente

toda

la c

osta

. Ba

jo p

resio

nes

cons

tant

es d

uran

te la

déc

ada

de 1

520,

los

portu

gues

es t

uvie

ron

que

retir

arse

de

casi

todo

s lo

s fre

ntes

. Le

s re

sulta

ba im

posib

le e

xpul

sar

a lo

s fra

n-

8.

Segú

n La

guar

dia

Tría

s, sim

plem

ente

tras

ladó

la fa

ctoría

que

Ves

pucio

habí

a esta

ble-

cido

en C

abo

Frío

(o R

ío d

e Ja

neiro

) a P

erna

mbu

co.

212

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

cese

s co

n la

s pa

trulle

ras,

el m

ar a

bier

to q

ueda

ba le

jos

y lo

s re

curs

os re

ales

era

n de

-m

asia

do e

scas

os. J

uríd

icam

ente

, las

bul

as p

apal

es y

el T

rata

do d

e To

rdes

illas

era

nre

cono

cido

s só

lo p

or C

astil

la; l

a pe

rspi

caci

a in

tele

ctua

l de

los j

urist

as fr

ance

ses

hací

ase

ntirs

e in

segu

ro a

l rey

de

Portu

gal.

Inca

paz

de p

ersu

adir

al re

y de

Fra

ncia

de

sus

dere

chos

lega

les

(incl

uso

llegó

a a

rgum

enta

r, co

n un

mat

iz d

e de

sesp

erac

ión,

que

tant

o él

com

o su

s pr

edec

esor

es h

abía

n «c

ompr

ado»

Bra

sil c

on v

idas

y d

iner

o de

los

portu

gues

es, g

asta

do e

n la

s pr

imer

as e

xped

icio

nes)

, Jua

nIII

(152

1-15

57)

recu

rrió

tem

pora

lmen

te a

sob

orna

r a

Cha

bot,

el a

lmira

nte

de F

ranc

ia, e

n su

inte

nto

de c

on-

trola

r la

pira

tería

fra

nces

a (1

529-

1531

).Es

to p

ropo

rcio

nó u

n co

rto re

spiro

y la

pol

ítica

por

tugu

esa

evol

ucio

nó e

nton

ces

rápi

dam

ente

. Por

el a

ño 1

530

Juan

IIIy

sus

cons

ejer

os l

lega

ron

a la

con

clus

ión

dequ

e de

bía

ser i

mpl

anta

da a

lgun

a cl

ase

de c

olon

ia p

erm

anen

te e

n B

rasi

l. Es

te e

s un

ode

los p

ropó

sitos

de

la e

xped

ició

n de

Mar

tim A

fons

o de

Sou

sa (1

530-

1533

). Su

flot

a de

cin

co b

arco

s lle

vand

o un

os 4

00 c

olon

os te

nía

real

men

te tr

es o

bjet

ivos

dis

cern

i-bl

es, y

en

sus

varia

das

orie

ntac

ione

s m

iran

entre

am

bos,

haci

a at

rás

en la

pol

ítica

prim

itiva

de

los

guar

daco

stas

real

es, a

sí c

omo

haci

a ad

elan

te e

n la

pró

xim

a so

luci

óna

travé

s de

la c

olon

izac

ión.

El p

rimer

com

prom

iso

de S

ousa

—pa

trulla

r la

cos

ta-

reve

la q

ue la

cor

ona

aun

no h

abía

aba

ndon

ado

por

com

plet

o su

s id

eas

sobr

e la

de-

fens

a de

sus

inte

rese

s en

Bra

sil,

cons

isten

tes

espe

cial

men

te e

n de

spej

ar l

os m

ares

de b

arco

s ile

gale

s, m

ient

ras

que

su se

gund

o ob

jetiv

o, e

stabl

ecer

una

col

onia

real

(Sao

Vic

ente

, 15

23) a

trav

és d

e co

nces

ione

s re

voca

bles

(no

her

edita

rias)

a lo

s co

lono

s,an

unci

aba

la a

paric

ión

de u

na n

ueva

pol

ítica

en

Bra

sil;

final

men

te m

ient

ras

se p

ro-

cedí

a a

la c

olon

izac

ión,

se

orde

nó a

la e

xped

ició

n ex

plor

ar la

s de

sem

boca

dura

s de

los

ríos

Am

azon

as y

La

Plat

a, p

ara

dete

rmin

ar, e

ntre

otra

s co

sas,

su p

roxi

mid

ad a

lm

erid

iano

de

Tord

esill

as.

Las a

mbi

güed

ades

de

la p

olíti

ca p

ortu

gues

a fu

eron

res

uelta

s cu

ando

Sou

sa e

sta-

ba a

ún e

n B

rasi

l. Po

r ini

ciat

iva

de D

iego

de

Gou

veia

, el d

irect

or p

ortu

gués

del

co-

legi

o de

Sai

nte

Barb

e en

Par

ís, t

uvo

luga

r un

cam

bio

fund

amen

tal

en la

pol

ítica

, por

el q

ue la

líne

a po

rtugu

esa

de d

efen

sa r

etro

cedi

ó de

l mar

a la

tier

ra. E

n lu

gar d

e in

-te

ntar

man

tene

r ale

jado

s a

los

barc

os fr

ance

ses

de la

cos

ta b

rasi

leña

, los

por

tugu

e-se

s, en

cam

bio,

esta

blec

iero

n as

enta

mie

ntos

par

a ev

itar

que

la p

obla

ción

indi

a tu

-vi

era

un c

omer

cio

dire

cto

con

los

franc

eses

. A

l mism

o tie

mpo

, esto

s as

enta

mie

ntos

daba

n re

spue

stas

a la

am

enaz

a ju

rídic

a fra

nces

a: a

hora

Por

tuga

l pod

ía r

ecla

mar

la«p

oses

ión

efec

tiva»

de

Bra

sil.

Ces

aría

el m

anda

to r

eal d

irect

o; e

n ve

z de

una

sol

aco

loni

a re

al e

n Sa

o V

icen

te, u

na p

lura

lidad

de

asen

tam

ient

os p

rivad

os c

ubrir

ía la

cos

-ta

des

de e

l Am

azon

as h

asta

el R

ío d

e la

Pla

ta. L

os e

sfue

rzos

cre

cien

tes

por

incr

e-m

enta

r los

ingr

esos

a la

cor

ona

en e

sta é

poca

hiz

o ne

cesa

rio tr

asla

dar

los

costo

s de

una

colo

niza

ción

tan

exte

nsa

a m

anos

de

inve

rsor

es p

rivad

os, m

uhos

de

los

cual

esha

bían

exp

resa

do y

a su

inte

rés

en a

dqui

rir s

eñor

íos

en e

l Nue

vo M

undo

, con

el o

b-je

to d

e cu

ltiva

r la

cañ

a de

azú

car.

La d

eman

da d

e az

úcar

esta

ba e

n aq

uello

s añ

os e

nal

za y

la p

rodu

cció

n se

hab

ía e

xten

dido

reci

ente

men

te c

on a

mpl

itud

en la

isla

de

Sao

Tom

é. L

as p

rimer

as p

rueb

as e

xper

imen

tale

s co

n el

azú

car e

n Br

asil

(Per

nam

buco

,15

16, y

Sao

Vic

ente

, 15

32)

habí

an d

emos

trado

la id

onei

dad

clim

átic

a y

topo

gráf

i-ca

de

la la

rga

y es

trech

a co

sta b

rasi

leña

.

Page 6: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DE

L B

RA

SIL,

150

0-15

8021

3

EL P

ERÍO

DO

DEL

ASE

NTAM

IENT

O D

E PR

OPIE

TARI

OS

Se h

icie

ron

conc

esio

nes

a un

gru

po d

e do

ce p

rinci

pale

s pr

opie

tario

s qu

e ib

an d

es-

de so

ldad

os d

e fo

rtuna

que

se h

abía

n pr

obad

o a

sí m

ismos

en

Orie

nte

(Dua

rte, C

oel-

ho, F

ranc

isco

Cou

tinho

), ha

sta u

n ci

erto

núm

ero

de b

uróc

rata

s in

cluy

endo

un

his-

toria

dor h

uman

ista

de a

lta d

istin

ción

inte

lect

ual (

Joáo

de

Barro

s). L

o qu

e te

nían

todo

sen

com

ún e

ra lo

s co

ntac

tos

con

la c

orte

, esp

ecia

lmen

te c

on A

nton

io d

e A

taid

e, e

lve

edor

de

la te

sore

ría (

Vedo

r da

Faze

nda)

qui

en d

irigi

endo

y c

oord

inan

do la

em

pres

aco

loni

al p

ortu

gues

a, d

esem

peñó

un

pape

l sim

ilar

al d

el o

bisp

o Fo

nsec

a en

Cas

tilla

hasta

la m

uerte

de

Fern

ando

en

1516

. El h

echo

de

que

ning

uno

de e

llos

proc

edie

rade

la a

lta n

oble

za n

o de

be c

ausa

r so

rpre

sa (

com

o al

guno

s hi

storia

dore

s ha

n he

cho

supo

ner)

. Jua

nIII

era

el h

ered

ero

de la

nue

va m

onar

quía

, cre

ada

por J

uan

U y

Ma-

nuel

I, y

pre

fería

con

fiar

el p

oder

y o

torg

ar re

com

pens

as e

ntre

los u

nive

rsita

rios

(le-

trado

s) y

los

serv

idor

es d

e la

cor

ona

en m

ovili

dad

asce

nden

te, c

ualq

uier

a qu

e fu

e-ra

su

naci

mie

nto.

Los

12 c

once

siona

rios

reci

bier

on 1

4 pu

esto

s de

cap

itaní

a en

15

lote

s (u

na c

api-

taní

a te

nía

2 se

ccio

nes,

y 2

conc

esio

nes

tení

an d

os c

apita

nías

cad

a un

a) p

or «

dona

-ci

ón»

real

(do

agaó

) —de

ahí

los

térm

inos

«ca

pitá

n do

nata

rio»

y «c

apita

nía

dona

ta-

ria».

La

insti

tuci

ón p

roce

día

liger

amen

te m

odifi

cada

por

las

circ

unsta

ncia

s de

una

típic

a co

nces

ión

real

de

seño

río d

e fin

ales

de

la é

poca

med

ieva

l por

tugu

esa.

Con

-sis

tía fu

ndam

enta

lmen

te e

n la

con

cesió

n he

redi

taria

de

una

gran

par

te d

e la

juris

dic-

ción

rea

l sob

re u

n te

rrito

rio c

oncr

eto

y su

s ha

bita

ntes

a u

n se

ñor

que

actu

aría

, en

adel

ante

, com

o un

locu

m te

nens

del

rey

has

ta d

onde

alc

anza

ra lo

que

se

expr

esab

aen

la d

onac

ión.

En

un s

entid

o co

nstit

ucio

nal,

las

tierr

as b

ajo

el c

ontro

l dire

cto

dela

cor

ona

(reg

ueng

o) se

con

virti

eron

en

un s

eñor

ío (

senh

orio

), do

nde

los

dere

chos

real

es e

staría

n en

tonc

es re

strin

gido

s a

cier

tos

atrib

utos

de

«may

or s

eñor

ío».

Las

doc

eco

nces

ione

s er

an s

imila

res

en lo

ese

ncia

l, lo

que

sirv

ió a

Dua

rte C

oelh

o pa

ra p

oder

expl

icar

las

toda

s el

las.

Coel

ho re

cibi

ó la

cap

itaní

a de

Per

nam

buco

com

o un

a po

sesió

n he

redi

taria

, de

laqu

e ta

nto

él c

omo

sus

suce

sore

s se

rían

«cap

itane

s» y

«go

bern

ador

es».

La

cues

tión

here

dita

ria e

ra m

ás g

ener

osa

que

en la

pen

ínsu

la:

no s

e re

cono

cía

la e

xclu

sión

delo

s hi

jos

natu

rale

s, lo

s pa

rient

es tr

anve

rsal

es o

col

ater

ales

(la

Lei

Men

tal).

Coe

lho

tení

a el

der

echo

de

nom

brar

not

ario

s, es

crib

anos

y o

tros

ofic

iale

s su

bord

inad

os e

nsu

cap

itaní

a; t

anto

a é

l com

o a

sus

ofic

iale

s se

les

habí

a co

nced

ido

la m

ayor

par

tede

la ju

risdi

cció

n ci

vil y

crim

inal

, exc

epto

en

cier

tos

caso

s o

pers

onas

res

erva

dos

a la

cor

ona,

com

o ev

iden

cia

de s

u «m

ayor

señ

orío

». T

ambi

én s

e le

con

cedi

ó el

de-

rech

o de

fund

ar c

iuda

des

e in

spec

cion

ar la

s el

ecci

ones

de

sus

func

iona

rios.

Ade

más

de e

stos p

oder

es ju

rídic

os, C

oelh

o se

con

virti

ó en

señ

or d

e la

tier

ra, g

raci

as a

la d

o-na

ción

de

10 le

guas

de

costa

(di

vidi

da e

n va

rias

parc

elas

), de

las

que

era

prop

ieta

-rio

dire

cto.

Par

a at

raer

a lo

s co

loni

zado

res,

el re

sto

de la

s tie

rras

las

volv

ió a

con

-ce

der

a lo

s co

lono

s, en

régi

men

de

prop

ieda

d ab

solu

ta, c

on la

úni

ca o

blig

ació

n de

paga

r el

die

zmo

a la

Ord

en d

e C

risto

. Fin

alm

ente

, com

o ca

pitá

n, t

enía

el d

erec

hode

aut

oriz

ar to

das

las

mej

oras

prim

ordi

ales

, tal

es c

omo

las

que

se p

rodu

cían

en

los

mol

inos

par

a m

oler

cañ

a; e

stos

eran

los

«der

echo

s tri

vial

es»

que

los

seño

res

feud

a-le

s po

seía

n ge

nera

lmen

te d

uran

te to

da la

Eur

opa

med

ieva

l.En

cua

nto

a la

s re

ntas

del

cap

itán,

se

com

poní

an d

e im

pues

tos

que

norm

alm

en-

te s

e hu

bier

an d

estin

ado

al re

y: u

na d

écim

a pa

rte d

el d

iezm

o, la

mita

d de

la d

écim

a

214

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

parte

equ

ival

ente

en

pesc

ado

capt

urad

o po

r lo

s co

lono

s, un

a dé

cim

a pa

rte d

e to

das

las

rent

as re

ales

obt

enid

as e

n la

cap

itaní

a; y

una

vig

ésim

a pa

rte d

e lo

s ben

efic

ios

depa

lobr

asil

corta

do; e

ste ú

ltim

o se

obt

enía

gen

eral

men

te d

el d

onat

ario

y s

e ha

llaba

bajo

dom

inio

dire

cto

del r

ey. E

stru

ctur

alm

ente

, esta

s do

naci

ones

no

se d

istin

guía

nde

sim

ilare

s co

nces

ione

s de

la a

utor

idad

rea

l que

se

hací

an e

n Po

rtuga

l, as

í com

oen

las

islas

atlá

ntic

as a

fina

les d

el p

erío

do m

edie

val,

y de

ben

cons

ider

arse

com

o ad

ap-

taci

ones

de

ésta

s. Lo

s in

tent

os q

ue s

e ha

n he

cho

para

for

zar

a la

insti

tuci

ón h

acia

cate

goría

s id

eoló

gica

s (fe

udal

es o

cap

italis

tas)

sim

plem

ente

indu

ce a

con

fund

ir su

com

pren

sión

.9

La c

arta

de

dona

ción

al c

apitá

n se

com

plem

enta

ba c

on u

na e

spec

ie d

e_ p

eque

ñaco

nstit

ució

n (fo

ral)

para

su

seño

río. É

sta

expr

esab

a co

n de

talle

las

rela

cion

es e

ntre

los

colo

nos

y el

cap

itán,

así

com

o lo

s der

echo

s de

la c

oron

a. E

n el

Por

tuga

l med

ie-

val,

el p

ropi

o se

ñor p

rom

ulga

ba e

ste d

erec

ho fo

ral a

sus c

olon

os, p

ero

la N

ueva

Mo-

narq

uía

ya a

prin

cipi

os d

el s

iglo

xvi

, hab

ía re

cupe

rado

sus

der

echo

s de

los

dona

ta-

rios

y lo

s ha

bía

conv

ertid

o en

rea

les.

El d

erec

ho f

oral

de

Coel

ho e

xim

ía a

los

habi

tant

es d

e la

sisa

y d

e ot

ros

impu

esto

s re

ales

, per

o la

cor

ona

se re

serv

aba

su m

o-no

polio

ant

erio

r so

bre

el c

omer

cio

de p

alob

rasi

l así

com

o su

der

echo

sob

re la

déc

i-m

a pa

rte d

e la

pes

ca c

aptu

rada

, una

qui

nta

parte

de

los

min

eral

es e

xtra

ídos

y u

nadé

cim

a pa

rte d

el c

omer

cio

efec

tuad

o de

ntro

y fu

era

de la

cap

itaní

a. E

l com

erci

o co

nla

s ca

pita

nías

era

abi

erto

tant

o pa

ra p

ortu

gues

es c

omo

para

ext

ranj

eros

, pe

ro ú

ni-

cam

ente

el c

apitá

n y

los

portu

gues

es r

esid

ente

s es

taba

n au

toriz

ados

a c

omer

ciar

con

los

indi

os. F

inal

men

te, e

l rey

se

rese

rvó

el d

erec

ho d

e no

mbr

ar a

los

func

iona

rios

dire

ctam

ente

rel

acio

nado

s co

n la

rec

auda

ción

de

sus

rent

as e

n la

cap

itaní

a.Só

lo d

iez

capi

taní

as s

e ha

bían

esta

blec

ido

en e

l sig

lo x

vi;

2 (C

eará

y S

anta

na)

fuer

on a

band

onad

as p

or s

us s

eñor

es. D

e la

s 10

esta

blec

idas

, úni

cam

ente

2 (S

ao V

i-ce

nte

y Pe

rnam

buco

pod

ían

calif

icar

se c

omo

genu

inam

ente

pró

sper

as a

ntes

de

1550

.D

e la

s 8

rest

ante

s, 5

podí

an c

onsi

dera

rse

mod

erad

amen

te p

rósp

eras

, por

lo m

enos

dura

nte

algú

n tie

mpo

(Sa

nto

Am

aro,

Ita

mar

acá,

Esp

irito

San

to, P

orto

Seg

uro,

II-hé

us),

mie

ntra

s qu

e la

s 3

resta

ntes

pro

nto

pudi

eron

con

sider

arse

com

o un

rot

undo

fraca

so (

Sao

Tom

é, M

aran

háo-

Río

Gra

nde

y Ba

hía)

. Esa

s dife

rent

es f

ortu

nas

se p

ue-

den

atrib

uir

en p

arte

a la

s ap

titud

es i

ndiv

idua

les

de lo

s ca

pita

nes;

en e

ste s

entid

oD

uarte

Coe

lho

se d

esta

có e

n Pe

rnam

buco

por

su e

xcep

cion

al c

apac

idad

, mie

ntra

s que

vno

suce

dió

así c

on F

ranc

isco

Per

eira

Cou

tinho

en

Bahí

a. S

in e

mba

rgo,

la c

apac

idad

o in

clus

o la

pre

senc

ia d

el c

apitá

n pu

ede

que

no h

aya

sido

el fa

ctor

dec

isiv

o, y

a qu

eM

artim

Afo

nso

de S

ousa

nun

ca s

e to

la m

oles

tia d

e vi

sita

r su

con

cesió

n de

Sao

Vic

ente

y,

sin e

mba

rgo,

sal

ió a

dela

nte,

baj

o la

dire

cció

n de

un

capa

z lu

garte

nien

-te

, lle

gand

o a

ser

una

de la

s do

s m

ás p

rósp

eras

de

toda

s. Ev

iden

tem

ente

, más

im-

porta

nte

que

el c

arác

ter

del d

onat

ario

, era

la c

apac

idad

par

a at

raer

a lo

s co

lono

s y

el c

apita

l ne

cesa

rio p

ara

cons

egui

r el

éxi

to y

som

eter

a lo

s in

dios

loc

ales

.N

o er

a fá

cil

cons

egui

r su

ficie

ntes

col

onos

; la

pobl

ació

n po

rtugu

esa

en la

déc

a-da

de

1530

no

supe

raba

el m

illón

y m

edio

de

habi

tant

es a

lo s

umo,

disp

erso

s en

uno

s87

.500

Km

2 ) de

terr

itorio

(c.

11,

5/17

hab

itant

es p

or k

m2 ).

Con

tan

esca

so e

mpu

jepa

ra la

em

igra

ción

, a m

enud

o ha

bía

que

busc

ar c

olon

izad

ores

ent

re lo

s deg

reda

dos,

o ex

iliad

os, q

ue p

odía

ser

cua

lqui

era,

des

de u

n in

fract

or p

olíti

co a

un

delin

cuen

te

9.

Véa

se H

. B. J

ohns

on,

«The

don

atar

y ca

ptai

ncy

in h

istor

ical

per

spec

tive:

por

tugu

ese

back

grou

nd t

o th

e se

ttlem

ent

of B

razi

l», H

AHR,

52

(197

2), p

p. 2

03-2

14.

Page 7: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

216

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

com

ún. C

on p

ocas

exc

epci

ones

, en

conj

unto

era

n in

dese

able

s, y

muc

hos

de lo

s ca

-pi

tane

s se

que

jaba

n de

ello

s, al

guno

con

acr

itud.

Coe

lho

los

llam

aba

«este

ven

eno»

e in

tent

ó, e

n ca

mbi

o co

n éx

ito c

onsi

dera

ble,

atra

erse

a v

igor

osos

cam

pesin

os d

e su

mism

a re

gión

del

Min

ho. L

a fa

lta d

e ca

pita

l era

otra

de

las

dific

ulta

des

que

podí

are

sulta

r fa

tal.

Alg

unos

cap

itane

s te

nían

un

buen

res

pald

o ec

onóm

ico.

Per

o de

Gói

s(S

ao T

omé)

fue

apo

yado

por

Mar

tín F

erre

ira,

un h

ombr

e de

neg

ocio

s de

Lis

boa,

mie

ntra

s qu

e Co

elho

tení

a re

laci

ones

con

com

erci

ante

s flo

rent

inos

, y J

orge

de

Fi-

guei

redo

Cor

reia

(Ilh

éus)

, esc

riban

o de

la te

sore

ría p

udo

hace

r un

llam

amie

nto

a lo

sG

irald

i, un

a fa

mili

a de

com

erci

ante

s ita

liano

s as

enta

dos

en L

isboa

. Cua

ndo

Cor

reia

y G

irald

i tuv

iero

n pr

oble

mas

par

a ha

cer q

ue lo

s in

dios

ayu

dara

n a

culti

var

las p

lan-

taci

ones

de

azúc

ar e

n Ilh

éus,

pudi

eron

impo

rtar

400

jorn

aler

os a

sala

riado

s y

escl

a-vo

s de

Gui

nea

dura

nte

los

años

154

5-15

49 p

ara

defe

nder

las

col

onia

s y

culti

var

las

tierr

as.10

Tal

es re

serv

as a

men

udo

repr

esen

taba

n la

dife

renc

ia e

ntre

el é

xito

y e

l fra

-ca

so. P

or e

l con

trario

, otro

s co

mo

Pero

de

Cam

po T

ourin

ho, a

pena

s po

dían

reu

nir

la c

antid

ad n

eces

aria

par

a em

peza

r y

no te

nían

a n

adie

a q

uien

rec

urrir

cua

ndo

las

circ

unst

anci

as s

e to

rnab

an a

dver

sas.

Sin

emba

rgo,

los

may

ores

des

afío

s no

pro

ve-

nían

de

los

prob

lem

as d

e ad

apta

ción

de

los

euro

peos

a u

na ti

erra

virg

en, s

ino

sobr

eto

do d

e la

hos

tilid

ad d

e lo

s in

dios

cos

tero

s de

hab

la tu

pí y

, en

men

or m

edid

a, d

e la

pobl

ació

n in

dia

de h

abla

ge.

Dur

ante

el «

perío

do d

e la

s fa

ctoría

s» (

1502

-153

4)*

las

rela

cion

es p

ortu

gues

as c

onlo

s in

dios

hab

ían

sido

gene

ralm

ente

am

isto

sas.

Prov

eyer

on a

los

indi

os d

e ar

tefa

c-to

s te

cnol

ógic

os q

ue in

crem

enta

ron

inm

ensa

men

te lo

s ni

vele

s de

pro

duct

ivid

ad d

esu

eco

nom

ía tr

adic

iona

l, m

ient

ras

en re

cipr

ocid

ad lo

s in

dios

pro

porc

iona

ron

la m

ano

de o

bra

nece

saria

par

a ta

lar

y tra

nspo

rtar

el p

alob

rasi

l que

se

carg

ó en

los

barc

ospo

rtugu

eses

, así

com

o lo

s al

imen

tos

nece

sario

s pa

ra e

l per

sona

l de

la fa

ctor

ía.

Las

incu

rsio

nes

franc

esas

en

esta

red

com

erci

al p

udie

ron

habe

r sid

o m

uy m

oles

tas

para

los

portu

gues

es, p

ero

no p

ertu

rbar

on s

eria

men

te s

us r

elac

ione

s co

n lo

s in

dios

.La

col

oniz

ació

n, s

in e

mba

rgo,

cre

ó un

a sit

uaci

ón d

ifere

nte.

Dad

o el

pro

pósit

ode

cas

i tod

os lo

s ca

pita

nes

para

cul

tivar

pla

ntac

ione

s de

azú

car,

los

dere

chos

de

los

indi

os s

obre

sus

tier

ras

fuer

on n

eces

aria

men

te i

nfrin

gido

s. A

unqu

e la

s te

nden

cias

mig

rato

rias

de la

soc

ieda

d in

dia,

tend

ían

a di

scul

par

esto

a lo

s po

rtugu

eses

, los

in-

dios

pos

eían

un

sent

ido

gene

ral d

e la

terr

itoria

lidad

que

las

plan

taci

ones

por

tugu

e-sa

s vi

olab

an.11

Aún

más

impo

rtant

e er

a qu

e la

s pl

anta

cion

es y

los

mol

inos

de

azú-

car

requ

ería

n un

eno

rme

y cr

ecie

nte

pote

ncia

l de

man

o de

obr

a qu

e lo

s co

lono

s no

tení

an c

apac

idad

de

prop

orci

onar

aun

que

lo h

ubie

ran

dese

ado,

lo c

ual n

o er

a as

í. En

-to

nces

, el ú

nico

recu

rso

era

la m

ano

de o

bra

indi

a. P

ero

dado

que

esta

cla

se d

e tra

-ba

jo q

ue e

ra n

eces

ario

par

a po

ner

en fu

ncio

nam

ient

o un

a pl

anta

ción

azu

care

ra,

sede

scon

ocía

en

la c

ultu

ra in

dia

y (p

orqu

e el

hor

ario

que

ent

raña

ba e

ra d

emas

iado

rí-

gido

) era

con

traria

a é

sta,

las

dos

cultu

ras

—co

n el

con

trast

e de

sus d

os v

ision

es d

elm

undo

— e

ntra

ron

en c

onfli

cto

dire

cto.

Los

hom

bres

tupí

esta

ban

de a

cuer

do s

obre

la ta

la d

e ár

bole

s y

no tu

vier

on d

ificu

ltad

en s

atisf

acer

las

nec

esid

ades

por

tugu

esas

dura

nte

el «

perío

do d

e pa

lobr

asil»

, per

o tra

baja

r lo

s ca

mpo

s er

a un

a tra

dici

ón r

eser

-va

da a

las

muj

eres

ind

ias;

los

hom

bres

se

nega

ron

a ha

cerlo

. Era

n pr

ofun

dam

ente

antim

ater

ialis

tas

y po

co a

mbi

cios

os,

y en

cua

lqui

er c

aso

los

colo

nos

poco

pod

ían

10.

As G

avet

as d

a To

rre

do T

ombo

, Lisb

oa,

1962

, vol

.II,

p. 5

83.

11.

As G

avet

as d

a To

rre

do T

ombo

, Lisb

oa, 1

969,

vol

.VIII

,p. 5

12.

Page 8: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DE

L B

RA

SIL,

150

0-15

80

21

7

ofre

cerle

s pa

ra q

ue e

l tra

bajo

en

las

plan

taci

ones

les

valie

ra la

pen

a. D

ada

la te

naz

resis

tenc

ia d

e la

fuer

za d

e tra

bajo

, los

col

onos

por

tugu

eses

pro

nto

se v

iero

n em

pu-

jado

s a

escl

aviz

ar a

los

indi

os p

ara

que

traba

jara

n en

el c

reci

ente

núm

ero

de p

lan-

taci

ones

y m

olin

os (

enge

nhos

). La

esc

lavi

tud,

des

de lu

ego,

era

ya

una

insti

tuci

ónco

noci

da p

or la

cul

tura

tupí

, per

o es

taba

am

plia

men

te re

laci

onad

a co

n el

can

ibal

is-m

o rit

ual.

Se e

scla

viza

ba a

indi

os d

e la

s tri

bus p

róxi

mas

que

era

n ev

entu

alm

ente

sa-

crifi

cado

s, lo

que

con

ducí

a a

una

decl

arac

ión

de g

uerr

a po

r la

s fa

mili

as d

e lo

s qu

eha

bían

sid

o es

clav

izad

os. E

n es

te c

onte

xto

natu

ral n

o es

difí

cil

com

pren

der

por q

uéel

aum

ento

del

cul

tivo

de a

zúca

r y

la e

scla

vitu

d su

poní

an la

cre

ació

n de

un

esta

dode

con

flict

o pe

rman

ente

con

la p

obla

ción

de

la z

ona

cost

era.

Los

indi

os e

staba

n sie

mpr

e en

des

vent

aja

en s

u lu

cha

cont

ra l

os p

ortu

gues

es.

Mie

ntra

s lo

s in

vaso

res

disp

onía

n de

arc

abuc

es, e

spad

as y

a v

eces

cañ

ones

, los

in-

dios

tení

an q

ue re

spon

der

con

arco

s y

flech

as (

que

en s

us m

anos

era

n ar

mas

for

mi-

dabl

es),

hach

as d

e m

ader

a, a

sí co

mo

cual

quie

r astu

cia

o so

rpre

sa q

ue p

udie

ran

añad

iren

el a

taqu

e. A

ntes

de

que

la e

nfer

med

ad s

e co

brar

a su

s ví

ctim

as, l

a m

ayor

fue

rza

de lo

s in

dios

res

idía

en

su n

úmer

o. A

lgun

as v

eces

, sen

cilla

men

te a

rrolla

ban

a lo

spo

rtugu

eses

, qui

enes

tení

an q

ue r

efug

iars

e en

las

torr

es f

ortif

icad

as q

ue f

orm

aban

el c

entro

de

muc

hos

de s

us a

sent

amie

ntos

col

onia

les;

ent

once

s, al

guna

s ve

ces,

po-

dían

baj

ar a

l ser

des

gasta

dos

por

el h

ambr

e. P

or o

tro la

do, s

i los

por

tugu

eses

con

-se

guía

n re

sistir

el t

iem

po s

ufic

ient

e (c

omo

suce

dió

con

frecu

enci

a), n

orm

alm

ente

lle-

gaba

n a

sent

irse

frustr

ados

y s

e m

arch

aban

. Otra

de

las

táct

icas

por

tugu

esas

era

el

terr

or: u

tiliz

ando

la v

enta

ja d

e su

tecn

olog

ía, a

men

udo

los

ater

rorri

zaba

n ha

sta s

o-m

eter

los,

com

o hi

zo Je

róni

mo

de A

lbuq

uerq

ue e

n Pe

rnam

buco

: «...

des

pués

de

ave-

rigua

r cu

ales

fue

ron

los

hom

icid

as d

e lo

s bl

anco

s, lo

s m

andó

pon

er e

n la

boc

a de

las b

omba

rdas

y d

ispa

rarla

s a

vista

s de

los d

emás

, par

a qu

e lo

s vi

eran

vol

ar h

echo

spe

dazo

s ...

».12

Otra

de

las

arm

as e

ra e

l fue

go q

ue p

odía

ser

dev

asta

dor

cont

ra lo

s tec

hos

de p

al-

mas

de

las

mal

ocas

indi

as, c

omo

dem

ostró

Mem

de

Sá c

uand

o co

nsig

uió

paci

ficar

a lo

s ind

ios d

e lo

s alre

dedo

res

de B

ahía

, que

man

do 6

0 de

sus p

obla

dos a

l poc

o tie

mpo

de ll

egar

. Fin

alm

ente

, ade

más

del

fueg

o y

la p

ólvo

ra, l

os p

ortu

gues

es te

nían

el a

rma

del s

obor

no: l

os in

dios

, que

tras

ser

der

rota

dos

se so

met

ían,

era

n re

com

pens

ados

con

arte

fact

os e

urop

eos,

tale

s co

mo

anzu

elos

, gua

daña

s y

hach

as d

e m

etal

.D

ada

la in

men

sa e

xten

sión

de la

cos

ta b

rasil

eña

que

los

portu

gues

es i

nten

taba

nco

loni

zar,

desd

e Ca

bo S

anto

Ago

stinh

o al

nor

te h

asta

Can

anéi

a al

sur

, esta

s lu

chas

eran

sie

mpr

e lo

cale

s. La

inca

paci

dad

de lo

s in

dios

par

a su

pera

r la

s riv

alid

ades

in-

tertr

ibal

es, h

izo

posib

le q

ue lo

s por

tugu

eses

los d

ivid

iera

n y

los d

omin

aran

fác

ilmen

-te

; hac

er u

na a

lianz

a co

n un

a tri

bu e

n co

ntra

de

una

segu

nda

y de

pone

r a

los

anti-

guos

alia

dos

más

tard

e er

a un

a tá

ctic

a qu

e lo

s po

rtugu

eses

em

plea

ban

norm

alm

ente

.D

uran

te lo

s 10

prim

eros

año

s qu

e sig

uier

on a

su

llega

da, l

os c

olon

os p

ortu

gue-

ses t

uvie

ron

gene

ralm

ente

la c

oope

raci

ón d

e lo

s ind

ios

o la

s ven

taja

s en

la lu

cha

con-

tra é

stos

. Per

o en

las

zona

s do

nde

la c

olon

izac

ión

no h

abía

con

segu

ido

el a

rraig

o su

-fic

ient

e y

era

toda

vía

frági

l, la

res

iste

ncia

nat

iva

resu

ltó s

er d

esas

trosa

, co

mo

laol

eada

de

luch

as q

ue a

zotó

la c

osta

a m

edia

dos

de lo

s añ

os 4

0 (B

ahía

, 1S

4S; S

aoTo

mé,

154

6; E

spiri

to S

anto

, c.

1546

; Por

to S

egur

o, 1

546)

, que

pud

o pr

ovoc

ar u

nde

sast

re. E

fect

ivam

ente

des

truyó

las

colo

nias

de

Bahí

a y

Sao

Tom

é, d

añan

do g

ra-

12.

Frei

Vice

nte

do S

alvad

or, H

isto

ria

do B

rasi

l. 15

00-1

627,

Sao

Pau

lo, 1

9756 , p

. 121

.

218

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

vem

ente

las

de

Espi

rito

Sant

o y

Porto

Seg

uro.

Tan

sól

o Sa

o V

icen

te,

Ilhéu

s y

Pern

ambu

co-It

amar

acá

perm

anec

iero

n in

tact

as, a

pes

ar d

e qu

e es

ta ú

ltim

a es

tuvo

se-

riam

ente

am

enaz

ada

en 1

547-

1548

. Hac

ia 1

548,

los d

años

era

n pa

tent

es; y

la d

esa-

paric

ión

de u

n co

ntro

l efe

ctiv

o po

rtugu

és e

n ce

ntro

s im

porta

ntes

com

o Ba

hía

y ot

ros

luga

res,

expu

so a

Bra

sil a

la s

iem

pre

crec

ient

e am

enaz

a de

incu

rsio

nes

e in

tent

os d

ees

tabl

ecim

ient

os f

ranc

eses

. Com

o Lu

is de

Gói

s, he

rman

o de

l con

cesio

nario

de

Sao

Tom

é, r

esum

ía la

situ

ació

n en

una

car

ta d

irigi

da a

l rey

(15

48):

«Si v

uest

ra M

ajes

-ta

d no

ayu

da e

n br

eve

a es

tas

capi

taní

as y

cos

tas

de B

rasil

...

Uste

d po

dría

per

der

las

tierr

as».

Enf

atiz

ando

la

reno

vada

am

enaz

a de

inva

sión

franc

esa,

con

tinua

ba d

i-ci

endo

: «Pe

ro e

n ta

nto

las

capi

taní

as e

stén

en p

ie c

on s

us p

obla

dore

s y

la a

yuda

y

favo

r de

Vue

stra

Alte

za, e

l mar

y la

cos

ta s

e ve

rán

libre

s de

ello

s».13

Jua

nIII

re-

cibi

ó el

avi

so d

e G

óis

y rá

pida

men

te d

ecid

ió e

l env

ío d

e es

a «a

yuda

y f

avor

».

EL ESTABLECIMIENTO DEL GOBIERNO REAL

La d

ecisi

ón d

e la

cor

ona

al e

nvia

r un

gobe

rnad

or re

al a

Bra

sil n

o se

pro

poní

a ab

o-lir

las

conc

esio

nes

dona

taria

s. La

may

or p

arte

de

ella

s se

man

tuvi

eron

dur

ante

todo

el s

iglo

sig

uien

te y

alg

unas

de

ella

s ha

sta e

l sig

lo x

vm. M

ás b

ien,

lo q

ue e

l rey

in-

tent

aba

era

recu

pera

r pa

rte d

e la

aut

orid

ad q

ue ta

n ge

nero

sam

ente

hab

ía c

once

dido

,en

un

tiem

po e

n qu

e lo

s re

curs

os r

eale

s se

ago

taro

n y

se b

usca

ba u

n rá

pido

fom

en-

to d

e és

tos.

El h

isto

riado

r bra

sile

ño, S

ergi

o B

uarq

ue d

e H

olan

da, h

a re

laci

onad

o el

esta

blec

imie

nto

del g

obie

rno

real

con

el d

escu

brim

ient

o es

paño

l de

plat

a en

Pot

osí

(154

5); o

tros,

com

o Fr

éder

ic M

auro

, lo

han

visto

com

o un

a de

cisió

n po

r la

que

el

azúc

ar b

rasil

eño

susti

tuirí

a al

dec

aden

te c

omer

cio

de la

s es

peci

es d

el e

stado

de

In-

dia.

Por

otro

lado

no

debe

ría o

lvid

arse

que

la re

anud

ació

n de

finiti

va d

el c

ontro

l rea

lfu

e un

a pr

áctic

a no

rmal

de

las m

onar

quía

s de

l «an

tiguo

régi

men

» y

el a

rren

dam

ien-

to d

e lo

s de

rech

os r

eale

s a

men

udo

un e

xped

ient

e te

mpo

ral.

Este

hab

ía s

ido

el c

aso

del c

omer

cio

de la

mad

era

tintó

rea,

cul

tivad

a en

tre 1

502-

1505

e in

terv

enid

o po

r la

mon

arqu

ía e

n 15

06; e

l cas

o se

repe

tía a

hora

, con

resp

ecto

a la

s co

loni

as q

ue s

e ha

-bí

an c

read

o en

tre 1

535-

1548

. Des

pués

de

que

la in

icia

tiva

priv

ada

pavi

men

tara

el

cam

ino,

la b

uroc

raci

a re

al p

asó

a ap

ropi

arse

de

una

empr

esa

que

se h

alla

ba e

n fu

n-ci

onam

ient

o. U

na m

irada

a lo

s cas

os p

aral

elos

esp

añol

es e

s ins

truct

iva:

tran

scur

riero

nta

n só

lo 1

4 añ

os e

n M

éxic

o en

tre la

con

quist

a de

Cor

tés

y la

lleg

ada

del p

rimer

vi-

rrey

; en

Perú

, el p

erío

do e

ntre

la c

onqu

ista

priv

ada

y la

cre

ació

n de

una

adm

inis-

traci

ón re

al n

o so

brep

asó

los

12 añ

os. S

i las

cap

itaní

as d

onat

aria

s se

cont

empl

a co

mo

una

fase

de

«con

quist

a pr

ivad

a» e

n Br

asil,

la ll

egad

a de

un

gobi

erno

real

14

años

más

tard

e se

aju

sta p

erfe

ctam

ente

al m

odel

o ge

nera

l ibé

rico.

En

un s

entid

o cu

ltura

l más

exte

nso,

pue

de c

onsi

dera

rse

la in

terv

enci

ón r

eal d

e am

bos

impe

rios

com

o un

a ex

-pr

esió

n en

el N

uevo

Mun

do d

e la

s va

rias

«clá

usul

as»

que

se p

rodu

jero

n en

la E

uro-

pa c

atól

ica

haci

a la

mita

d de

l sig

lo x

vi: l

a fo

rma

defin

itiva

que

el d

ogm

a ad

quiri

óen

Tre

nto;

la e

xclu

sión

gene

ral d

e la

tole

ranc

ia e

rasm

iana

; el e

stabl

ecim

ient

o de

fi-ni

tivo

de la

Inq

uisi

ción

, m

ás e

spec

ífica

men

te e

n Po

rtuga

l en

154

7. E

n ot

ras

pala

-br

as, p

odría

con

sider

arse

com

o pa

rte d

e un

a re

acci

ón c

ontra

la a

mbi

güed

ad,

aper

-tu

ra y

exp

erim

enta

ción

de

la p

rimer

a m

itad

del s

iglo

, un

mov

imie

nto

haci

a la

rigi

dez

13.

Segú

n cit

a Se

rafun

Leit

e, N

ovas

pág

inas

de

hist

oria

do

Bras

il, S

ao P

aulo,

196

6, p.

261

.

Page 9: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DEL

BR

ASI

L, 1

500-

1580

219

y co

dific

ació

n, u

na e

xclu

sión

de a

ltern

ativ

as, d

emos

trand

o un

a nu

eva

atm

ósfe

ra d

eto

ma

de d

ecisi

ones

def

initi

vas

que

se ll

evar

on a

cab

o fin

alm

ente

. Cu

alqu

iera

que

sea

la in

terp

reta

ción

gen

eral

pre

ferid

a, l

os m

otiv

os d

e la

mon

ar-

quía

(r

egim

entó

) qu

e ac

ompa

ñaba

n al

nu

evo

gobe

rnad

or,

Tom

é de

So

usa

(154

9-15

53),

otro

par

ient

e pr

óxim

o de

Ant

onio

de

Ata

íde,

el v

eedo

r de

la T

esor

e-ría

. En

prim

er lu

gar,

esta

ba e

ncar

gado

de

defe

nder

las

capi

taní

as m

ás d

ébile

s de

po-

sible

s at

aque

s y

revi

taliz

ar la

s qu

e es

taba

n fa

lland

o. E

stos

fraca

sos

en to

do c

aso

ha-

bían

sid

o el

res

ulta

do d

e lo

s at

aque

s in

dios

, y n

o de

las

conq

uista

s fra

nces

as;

con

todo

, com

o ha

bía

escr

ito L

uis

de G

óis,

la a

men

aza

franc

esa

pers

istía

y la

s ca

pita

-ní

as d

ebili

tada

s po

r lo

s at

aque

s in

dios

era

n lo

s pr

imer

os o

bjet

ivos

par

a un

pos

ible

asen

tam

ient

o fra

ncés

. En

seg

undo

luga

r, na

tura

lmen

te la

cor

ona

quer

ía i

ncre

men

-ta

r sus

rent

as d

esde

Bra

sil; e

l rey

no

sola

men

te e

staba

sie

ndo

priv

ado

enga

ñosa

men

tede

lo q

ue s

e le

deb

ía, s

ino

que

adem

ás la

s ca

pita

nías

poc

o pr

oduc

tivas

no

le p

ropo

r-ci

onab

an la

s re

ntas

que

esp

erab

a de

su

expl

otac

ión.

Para

bus

car

la s

oluc

ión

a es

tos

prob

lem

as, J

uan

IIIel

igió

a 3

impo

rtant

es f

un-

cion

ario

s: e

l prim

ero,

un

gobe

rnad

or p

ara

defe

nder

y re

forz

ar a

los

capi

tane

s in

e-fic

aces

e in

stau

rar

una

polít

ica

gene

ral

para

trat

ar c

on lo

s in

dios

; el

seg

undo

, un

prov

edor

-mor

de

la T

esor

ería

par

a vi

gila

r la

rec

auda

ción

de

las

rent

as d

e la

cor

o-na

; y e

l ter

cero

, un

capi

tán

may

or d

e la

cos

ta p

ara

deja

r se

ntad

a la

pol

ítica

del

lito

-ra

l. Ba

hía

fue

desig

nada

com

o pl

aza

del g

ober

nado

r; er

a la

loca

lidad

cen

tral c

on u

nric

o po

tenc

ial e

n su

hin

terl

and.

Y, d

ebid

o a

que

los

últim

os d

onat

ario

s ha

bían

fra

-ca

sado

en

sus

trato

s co

n lo

s in

dios

, fue

pos

ible

vol

ver

a co

mpr

ar la

cap

itaní

a a

sus

here

dero

s y

rein

corp

orar

la a

l reg

ueng

o (ti

erra

s ba

jo e

l con

trol

dire

cto

de la

cor

o-na

). To

de S

ousa

(el

prim

er g

ober

nado

r) re

cibi

ó in

struc

cion

es d

etal

lada

s pa

raco

nstru

ir un

a ci

udad

de

pied

ra y

arg

amas

a, lo

caliz

ada

en u

n fu

erte

ine

xpug

nabl

e, u

ndi

gno

refle

jo d

e la

reso

luci

ón r

eal d

e pe

rman

ecer

en

Bra

sil.

Los

inge

nios

de

azúc

ar,

cent

ros

saté

lites

baj

o co

ntro

l por

tugu

és, s

e ar

mar

ían

y fo

rtific

aría

n co

ntra

pos

ible

sat

aque

s. U

na v

ez q

ue la

pos

ició

n de

l gob

erna

dor

se h

izo

fuer

te e

n Ba

hía,

hub

o de

visit

ar l

as o

tras

capi

taní

as p

ara

valo

rar

sus

nece

sidad

es y

pro

porc

iona

rles

ayud

am

ilita

r.Si

el i

ncre

men

to d

el p

oder

mili

tar

era

una

parte

de

la s

oluc

ión

del p

robl

ema

in-

dio,

el o

tro a

spec

to c

onsis

tía e

n la

ela

bora

ción

de

una

polít

ica

indi

a ef

icaz

. Por

úl-

timo,

esto

pod

ría s

er la

con

secu

enci

a, c

omo

en e

l im

perio

esp

añol

, de

cier

tas

deci

-sio

nes j

uríd

icas

fund

amen

tale

s to

mad

as p

or la

cor

ona.

Bra

sil h

abía

sid

o in

corp

orad

aa

la c

oron

a po

r vo

lunt

ad d

e M

anue

l I,14

per

o lo

s in

dios

nat

ivos

(ge

ntío

) no

se c

on-

virti

eron

aut

omát

icam

ente

en

subd

itos

de la

cor

ona,

ni s

iqui

era

por

dedu

cció

n. E

nco

ntra

ste

con

la s

ituac

ión

espa

ñola

, don

de C

arlo

s I s

impl

emen

te s

uced

ía e

n lo

s tro

-no

s qu

e ha

bían

dej

ado

vaca

ntes

los

empe

rado

res

azte

cas

e in

cas,

los

portu

gues

es n

opu

dier

on e

ncon

trar

estru

ctur

as c

ivili

zada

s en

la s

ocie

dad

tupí

, par

ecía

n de

spro

vis-

tos

de le

yes

iden

tific

able

s e

insti

tuci

ones

rel

igio

sas.

Por

cier

to, e

sa m

isma

inoc

en-

cia

indu

jo a

Per

o V

az d

e Ca

min

ha, e

n un

prin

cipi

o, a

con

side

rarlo

s ad

ecua

dos

para

la d

omin

ació

n y

conv

ersi

ón, y

aho

ra r

esul

taba

ser

un

obstá

culo

fru

stran

te.

La o

r-ga

niza

ción

soc

ial t

upí n

o en

caja

ba e

n ni

ngun

a de

las

cate

goría

s qu

e lo

s po

rtugu

eses

pudi

eran

com

pren

der;

de a

quí l

a co

nfus

a in

deci

sión

de la

cor

ona

para

def

inir

el s

tatu

sde

los

indi

os. E

n va

no s

e pu

eden

bus

car

docu

men

tos

cont

empo

ráne

os q

ue a

firm

en

14.

As G

avet

as d

a To

rre

Do

Tom

bo, L

isboa

, 19

67, v

ol.V

I,p.

122

.

220

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

ineq

uívo

cam

ente

que

el g

entio

se

com

poní

a de

sub

dito

s re

ales

. En

resu

men

el p

ro-

blem

a de

l sta

tus

de lo

s in

dios

bra

sile

ños,

dent

ro d

e la

soc

ieda

d co

loni

al p

ortu

gue-

sa, e

staba

toda

vía

por

reso

lver

.Ta

n pr

onto

com

o se

pro

dujo

el v

iaje

del

Bre

toa

(151

1), l

a co

rona

aco

gió

a lo

sin

dios

baj

o su

pro

tecc

ión

lega

l, y

el re

gim

entó

dad

o a

Tom

é de

Sou

sa h

abía

pue

sto

hinc

apié

en

que

nadi

e le

s hi

cier

a da

ño a

lgun

o, s

iem

pre

que

fuer

an p

acífi

cos.

Era

esen

cial

que

reci

bier

an b

uen

trato

si i

ban

a se

r eva

ngel

izad

os. E

sta e

ra la

just

ifica

-ci

ón ju

rídic

a pa

ra to

da la

em

pres

a, y

a se

a po

r em

anar

de

las

bula

s pa

pale

s, o

de la

ley

de la

s nac

ione

s de

Vito

ria. P

or o

tro la

do, l

os in

dios

rebe

ldes

que

se re

sistía

n an

tela

cris

tiand

ad e

ran

com

para

dos

con

mus

ulm

anes

de

Áfri

ca y

, por

con

sigu

ient

e, p

o-dí

an h

acer

se e

scla

vos.

De

mod

o qu

e, g

radu

alm

ente

, se

desa

rrol

ló e

n B

rasi

l, co

mo

en e

l im

perio

esp

añol

, la

disti

nció

n de

finiti

va e

ntre

indi

os p

acífi

cos,

men

ores

de

edad

nece

sitad

os d

e la

pro

tecc

ión

de la

cor

ona

mie

ntra

s ib

an s

iend

o gr

adua

lmen

te c

ultu

-riz

ados

has

ta a

lcan

zar l

a ci

udad

anía

com

plet

a co

mo

cris

tiano

s, y

los

indi

os b

elic

o-so

s co

ntra

los

cual

es «

sólo

la g

uerra

» po

día

libra

rse,

qui

enes

pod

ían

ser

asen

tado

snu

evam

ente

por

la fu

erza

si f

uera

nec

esar

io y

por

últi

mo

escl

aviz

ados

par

a se

r usa

-do

s po

r lo

s co

loni

zado

res.

Lo e

senc

ial d

el c

aso,

indu

dabl

emen

te, e

ra lo

eco

nóm

i-co

. La

escl

avitu

d in

disc

rimin

ada

(sal

tos)

era

en

otra

s la

prin

cipa

l cau

sa d

e la

resi

s-te

ncia

indi

a, y

est

o, a

su v

ez, h

acía

impo

sible

el d

esar

rollo

eco

nóm

ico.

En

cual

quie

rca

so, l

a m

ano

de o

bra

indi

a er

a fu

ndam

enta

l pa

ra e

l des

arro

llo d

e la

indu

stria

azu

-ca

rera

, y s

olam

ente

los

escl

avos

pod

rían

prop

orci

onar

los

traba

jado

res

nece

sario

s.La

sol

ució

n a

esta

con

tradi

cció

n er

a un

a dé

las p

rinci

pale

s ta

reas

de

la n

ueva

gen

e-ra

ción

de

adm

inis

trado

res.

El r

ey e

ligió

a l

os je

suíta

s co

mo

sus

agen

tes

para

con

verti

r y

paci

ficar

a l

osin

dios

, la

ord

en m

isio

nera

que

hab

ía s

ido

fund

ada

tan

sólo

hac

ía n

ueve

año

s(1

540)

, pro

nto

atra

jo la

ate

nció

n de

Die

go d

e G

ouve

ia e

n Pa

rís. E

l prim

er g

rupo

de

seis

(incl

uyen

do a

l pa

dre

Man

uel

de N

óbre

ga),

salió

con

Tom

é de

Sou

sa;

otro

sre

fuer

zos

llega

ron

en v

iaje

s po

ster

iore

s. Pe

ro s

u nú

mer

o to

tal e

ra e

scas

o; s

ólo

128

para

el p

erío

do q

ue c

ubría

has

ta 1

598.

Las

num

eros

as c

arta

s co

noci

das

que

envi

a-ro

n a

Euro

pa r

evel

an (

tant

o co

mo

ocul

tan)

su

traba

jo e

n B

rasi

l. H

asta

158

0 la

sac

tivid

ades

de

los j

esuí

tas

pued

en d

ivid

irse

en c

inco

eta

pas

gene

rale

s: u

n pe

ríodo

inic

ial

de e

xper

imen

taci

ón (

1550

-155

3);

un i

nter

valo

de

esta

ncam

ient

o (1

553-

1557

); la

épo

ca f

lore

cien

te d

e su

col

oniz

ació

n o

siste

ma

de a

ldei

a (1

557-

1561

); la

cris

is d

e la

gue

rra

de C

aeté

y l

a co

nsig

uien

te o

la d

e en

ferm

edad

es y

ham

bre

(156

2-15

63);

y un

per

íodo

fina

l de

ajus

te a

l con

secu

ente

des

cens

o de

la p

obla

ción

indi

a (1

564-

1574

).El

per

íodo

inic

ial t

erm

inó

coin

cidi

endo

exa

ctam

ente

con

el f

inal

del

man

dato

del

prim

er g

ober

nado

r re

al; f

uero

n añ

os d

e ev

alua

ción

y e

xper

imen

taci

ón. E

l ob

jetiv

ode

los j

esuí

tas

fue

la c

onve

rsió

n, p

acifi

caci

ón y

acu

ltura

ción

: la

resp

uesta

de

los

in-

dios

, des

pués

de

una

curio

sidad

y a

cept

ació

n in

icia

l, fu

e la

eva

sión,

hos

tilid

ad y

rein

-ci

denc

ia. L

a ac

titud

de

los j

esuí

tas

ante

su

tare

a —

la tr

ansf

orm

ació

n de

sal

vaje

s de

la e

dad

de p

iedr

a en

cam

pesin

os c

asi e

urop

eos

vivi

endo

en

alde

as c

olon

izad

as y

pra

c-tic

ando

la re

ligió

n de

una

soci

edad

agr

aria

—, v

arió

de

un te

naz

optim

ismo

a un

a co

m-

pasi

ón p

esim

ista

. A d

ifere

ncia

de

Las

Cas

as, p

ocos

de

ello

s se

ntía

n re

spet

o e

incl

i-na

ción

por

sus m

ision

es. N

óbre

ga c

ompa

ró a

los t

upí c

on p

erro

s y c

erdo

s, y

Anc

hiet

alo

s de

scrib

ió c

omo

más

par

ecid

os a

ani

mal

es q

ue a

hom

bres

. Sin

em

barg

o, a

dife

-re

ncia

de

los

colo

nos,

creí

an e

n la

pos

ibili

dad

de c

ambi

ar la

soc

ieda

d in

dia.

La

re-

Page 10: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DEL

BR

ASI

L, 1

500-

1580

2

21

puta

ción

de

los j

esuí

tas

esta

ba e

n ju

ego,

y s

e ap

licar

on e

n su

em

peño

con

una

reso

-lu

ción

mili

tar.

Al p

rinci

pio

sigui

eron

los

mét

odos

de

los

franc

iscan

os, q

ue p

refe

rían

siem

pre

ca-

tequ

izar

a lo

s in

dios

in s

itu s

in im

porta

rles

lo le

nta

que

fuer

a la

tare

a. S

in e

mba

r-go

, los

jesu

ítas

pron

to d

escu

brie

ron

que

los

indi

os q

ue c

reía

n ha

ber c

onve

rtido

du-

rant

e su

prim

era

visit

a a

la a

ldea

hab

ían

vuel

to a

su e

stado

nat

ivo

cuan

do re

gres

aron

.Pa

ra a

cele

rar e

l pro

ceso

y p

rese

rvar

sus

logr

os, d

ecid

iero

n m

ovili

zar a

los

indi

os d

esu

s pue

blos

nat

ales

y re

stabl

ecer

los

en a

ldea

s cu

ya e

xten

sión

esta

ba d

eter

min

ada

por

la e

scas

ez d

e jes

uíta

s qu

e hi

cier

an d

e su

perv

isor

es. A

llí, l

os tu

pí p

odría

n re

cibi

r un

adoc

trina

mie

nto

inte

nso.

Nób

rega

arti

culó

el p

lan

de la

s al

deia

s en

155

0, p

onié

n-do

se a

pru

eba

la p

rimer

a ce

rca

de B

ahía

en

1552

. Fue

ron

un r

otun

do f

raca

so;

los

indi

os s

e es

capa

ban

a m

enud

o, c

omo

pece

cillo

s se

des

lizab

an a

trav

és d

e la

acu

ltu-

raci

ón je

suíta

. Aun

así

, los

resu

elto

s sa

cerd

otes

hab

rían

insis

tido

a pe

sar d

e lo

s obs

-tá

culo

s po

lític

os.

Los

colo

nos

nunc

a ap

oyar

on to

talm

ente

las

alde

ias j

esuí

tas,

que

quita

ban

tant

osin

dios

a la

fuen

te p

oten

cial

de

escl

avos

, y p

ront

o en

cont

raro

n un

pod

eros

o al

iado

en

la p

erso

na d

el p

rimer

obi

spo

de B

rasi

l, D

on P

edro

Fer

nand

es S

ardi

nha.

A la

dec

i-sió

n de

la c

oron

a de

cre

ar u

n go

bern

ador

real

le si

guió

poc

o de

spué

s (1

551)

la c

rea-

ción

de

una

dióc

esis

para

Bra

sil,

situa

da e

n Ba

hía,

la e

xten

sión

en la

s co

nqui

stas

dela

fusió

n m

etro

polit

ana

entre

tron

o y

alta

r. Si

n em

barg

o, la

ele

cció

n de

l obi

spo

por

el re

y de

mos

tró n

o se

r tan

afo

rtuna

da c

omo

la e

lecc

ión

de g

ober

nado

r. Sa

rdin

ha s

epr

esen

taba

con

una

s cre

denc

iale

s ex

cele

ntes

: for

mad

o co

mo

hum

anist

a en

la S

orbo

na(d

onde

ens

eñó

a Lo

yola

en

el c

oleg

io d

e St

. Bar

be, p

redo

min

ante

men

te p

ortu

gués

),su

s pr

imer

os s

ervi

cios

com

o vi

cario

gen

eral

en

Goa

hab

ían

sido

sum

amen

te s

atis

-fa

ctor

ios.

Los

prop

ios j

esuí

tas

se lo

reco

men

daro

n al

rey.

Per

o, u

na v

ez e

n B

rasi

l,el

con

tact

o co

n lo

s sa

lvaj

es t

upí p

arec

e qu

e de

sper

tó s

us r

ígid

as te

nden

cias

mor

a-lis

tas.

No

sin ra

zón,

no

com

partí

a la

cre

enci

a de

los j

esuí

tas

sobr

e la

cap

acid

ad d

eco

nver

sión

de lo

s in

dios

; ins

istió

en

una

com

plet

a ac

ultu

raci

ón a

ntes

de

baut

izar

los.

Tam

poco

apr

obab

a la

tend

enci

a sin

crét

ica

de la

eva

ngel

izac

ión

jesu

íta, e

l sim

ple

bar-

niz

cris

tiano

sob

re la

obs

tinad

a cu

ltura

indi

a, p

or e

jem

plo:

la

tole

ranc

ia q

ue s

upo-

nía

la d

esnu

dez

de lo

s in

dios

en

la ig

lesi

a, la

s ca

ncio

nes

y ba

iles

indi

os m

ezcl

ados

con

la li

turg

ia, e

tc. M

ient

ras

los

indi

os f

uera

n cu

ltura

lmen

te m

enor

es d

e ed

ad, n

opo

dían

par

ticip

ar e

n la

vid

a cr

istia

na o

rgan

izad

a. E

n re

sum

en, c

once

bía

una

soci

e-da

d du

al e

n B

rasi

l, de

l tip

o qu

e ha

bía

cono

cido

en

la In

dia,

con

una

peq

ueña

«re

pú-

blica

» po

rtugu

esa

gobe

rnan

do u

n ex

traño

mun

do d

e na

tivos

, en

su m

ayor

ía p

agan

os.

Su in

dife

renc

ia h

acia

los

indi

os la

com

pens

aba

con

la a

tenc

ión

que

dedi

caba

a la

sco

stum

bres

de

los c

olon

os. L

a ap

roba

ción

gen

eral

izad

a de

las

costu

mbr

es in

dias

por

parte

de

los

colo

nos,

com

o un

a es

peci

e de

irón

ica

cultu

rizac

ión

inve

rsa,

que

pro

dujo

los

cono

cido

s in

dios

Joa

o Ra

mal

ho e

n Sa

o V

icen

te y

Car

amur

ú en

Bah

ía, l

e em

pu-

jaro

n ha

cia

una

exal

taci

ón p

urita

na.

Sin

emba

rgo,

los

colo

nos

enco

ntra

ron

que

suac

titud

hac

ia lo

s in

dios

y s

u fa

lta d

e ap

oyo

a lo

s jes

uíta

s co

ngen

iaba

n co

n su

s in

te-

rese

s. El

con

flict

o en

tre e

l obi

spo

y lo

s jes

uíta

s le

s di

o la

opo

rtuni

dad

de c

ontin

uar

escl

aviz

ados

e h

izo

prác

ticam

ente

impo

sible

que

el s

egun

do g

ober

nado

r, D

uarte

da

Costa

(15

53-1

557)

, eje

rcie

ra s

u au

torid

ad d

uran

te s

u m

anda

to. C

omo

la h

ostil

idad

de S

ardi

nha

impe

día

su la

bor e

vang

élic

a, n

i tam

poco

est

aba

apoy

ada

efec

tivam

ente

por

el g

ober

nado

r, qu

e lo

s ac

osab

a, lo

s jes

uíta

s tra

slad

aron

pro

nto

el c

entro

de

suac

tivid

ad a

la c

apita

nía

de S

io V

icen

te, a

l sur

don

de lo

s in

dios

tupi

niki

n re

sulta

ron

222

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

ser m

ás re

cept

ivos

y m

alea

bles

. Aqu

í, ex

pand

iero

n el

sist

ema

de a

ldei

as, c

once

bi-

do p

rimer

amen

te e

n to

rno

a Ba

hía,

y e

stab

leci

eron

en

1554

una

impo

rtant

e co

ngre

-ga

ción

indi

a (a

ldei

a) e

n Sa

o Pa

ulo

de P

iratin

inga

. El l

ugar

situ

ado

al b

orde

de

la m

e-se

ta i

nter

ior

dom

inab

a la

cue

nca

del

río T

ieté

y f

orm

aba

el n

úcle

o or

igin

al d

e la

futu

ra c

iuda

d de

Sao

Pau

lo.

La n

otic

ia d

el c

onfli

cto

entre

el g

ober

nado

r y e

l obi

spo

de B

ahía

mov

ió a

la c

o-ro

na a

llam

ar a

este

últi

mo

a Li

sboa

(15

56),

pero

su

barc

o na

ufra

gó e

n la

s co

stas

de B

rasil

don

de, i

róni

cam

ente

, suf

rió m

artir

io, m

urie

ndo

y sie

ndo

devo

rado

a m

a-no

s de

los

indi

os c

aeté

, a q

uien

es h

abía

des

deña

do ta

n in

tens

amen

te. E

l man

dato

de

Dua

rte d

a C

osta

term

inó

el a

ño s

igui

ente

(15

57),

y co

n el

nue

vo g

ober

nado

r, M

emde

(155

7-15

72),

y un

nue

vo o

bisp

o, D

om P

edro

Lei

táo,

la c

onso

lidac

ión

real

por

-tu

gues

a en

Bra

sil e

ntró

en

una

nuev

a fa

se.

Sá e

ra, s

obre

todo

, un

cola

bora

dor v

olun

tario

so y

ent

usia

sta d

e lo

s jes

uíta

s, qu

evo

lvie

ron

a co

ncen

trar

sus

activ

idad

es e

n lo

s al

rede

dore

s de

la c

iuda

d re

al d

e Ba

-hí

a. C

on e

l ejé

rcito

del

gob

erna

dor

a su

dis

posi

ción

, hi

zo im

porta

ntes

inc

ursi

ones

en la

s zo

nas

dond

e ha

bita

ban

indi

os p

agan

os a

finan

do la

dist

inci

ón, y

a in

dica

da, e

ntre

indi

os re

beld

es q

ue p

odía

n se

r esc

lavi

zado

s, y

los

indi

os p

acífi

cos,

a qu

iene

s se

acu

l-tu

rizab

a y

anim

aba

para

que

ace

ptar

an la

pro

tecc

ión

de la

s al

deia

s. D

e ah

í que

el p

ri-m

er p

erío

do d

e la

rgo

man

dato

de

Sá, f

uera

la

époc

a do

rada

de

las

alde

ias.

Ento

n-ce

s, au

men

taro

n de

2 o

3 a

no

men

os d

e 11

en

1561

, con

una

pob

laci

ón t

otal

de

34.0

00 h

abita

ntes

a p

rinci

pios

de

1562

.15

Dos

aco

ntec

imie

ntos

int

erru

mpi

eron

esta

exp

ansió

n. E

n pr

imer

lug

ar, e

n 15

62M

em d

e Sá

dec

laró

una

«gu

erra

justa

» co

ntra

los

caet

é, q

ue h

abía

n m

artir

izad

o al

obisp

o Sa

rdin

ha 6

año

s an

tes,

decl

aran

do a

bier

ta la

tem

pora

da e

n to

da la

nac

ión

in-

dia.

Com

o de

sagr

avio

por

la m

uerte

del

obi

spo

ésta

lleg

aba

un p

dco

tard

e; p

roba

-bl

emen

te e

sta «

ley»

cont

ra lo

s ca

eté

se h

abía

con

cebi

do p

ara

apac

igua

r a

los

colo

-no

s, fu

rioso

s po

r el c

reci

mie

nto

de la

s al

deia

s de

los j

esuí

tas,

que

se ll

evab

an ta

ntos

indi

os d

e la

fuen

te d

e es

clav

os. D

esgr

acia

dam

ente

, la

guer

ra d

e lo

s ca

eté

desb

ordó

hasta

las

más

insig

nific

ante

s co

ndic

ione

s im

pues

tas

por

Sá; l

os c

aeté

s no

sol

amen

-te

fue

ron

pren

dido

s in

situ

, sin

o ta

mbi

én e

n la

s al

deia

s je

suíta

s, en

las

que

se h

a-bí

an re

fugi

ado

conf

iand

o en

las p

rom

esas

de

prot

ecci

ón d

e lo

s jes

uíta

s. El

efe

cto

enla

s al

deia

s fu

e de

sastr

oso

y rá

pida

men

te S

á re

vocó

su

«ley

», p

ero

ya e

ra d

emas

iado

tard

e; e

l dañ

o es

taba

hec

ho.

En la

zoz

obra

de

esta

gue

rra in

cont

rola

ble

sobr

evin

o ot

ra c

risis

que

flag

eló

a la

colo

nia:

la e

nfer

med

ad.

Lleg

ó en

dos

ole

adas

: la

prim

era

llegó

en

1562

y a

tacó

a

los i

ndio

s en

la z

ona

ento

rno

a Ba

hía;

la se

gund

a, e

n 15

63, f

ue m

ás e

xten

dida

. Jun

tas,

debi

eron

elim

inar

apr

oxim

adam

ente

ent

re u

n te

rcio

y la

mita

d de

la p

obla

ción

in-

dia,

que

nat

ural

men

te c

arec

ía d

e to

da in

mun

idad

con

tra la

s en

ferm

edad

es e

urop

eas,

tale

s co

mo

tube

rcul

osis

, grip

e, v

iruel

a y

sara

mpi

ón, t

raíd

as p

or lo

s po

rtugu

eses

y

otro

s. El

con

sigui

ente

des

cens

o de

pob

laci

ón in

dia

no s

ólo

redu

jo e

l núm

ero

de a

l-de

ias,

de 1

1 a

5, s

ino

que

tam

bién

inte

nsifi

có l

a co

mpe

tenc

ia e

ntre

los

colo

nos

por

cons

egui

r m

ano

de o

bra

entre

los

supe

rviv

ient

es.

Una

con

secu

enci

a fu

e la

tran

sfer

enci

a de

l con

trol f

ísico

sob

re la

s ald

eias

que

que

-da

ban,

a «

capi

tane

s sit

uado

s» e

n lo

s añ

os s

igui

ente

s (c

. 15

64-c

. 15

72).

Este

cam

bio

fue

prop

icia

do p

or e

l gen

eral

de

la O

rden

de

los

Jesu

ítas

en R

oma,

a q

uien

nun

ca

15.

Alex

ande

r M

arch

ant,

From

barte

r to

sla

very

, Ba

ltim

ore,

194

2, p

. 10

8.

Page 11: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DEL

BR

ASI

L,15

00-1

580

22

3

habí

a ag

rada

do la

inte

nsa

parti

cipa

ción

de

los j

esui

tas

en la

adm

inist

raci

ón c

otid

ia-

na d

e la

s ald

eias

. En

térm

inos

prá

ctic

os, s

e tra

taba

de

crea

r un

tipo

de «

repa

rtim

iento

»de

la m

ano

de o

bra

indi

a (a

nter

iorm

ente

rec

haza

do p

or N

óbre

ga)

en o

rden

a ra

cio-

nar s

us s

ervi

cios

ent

re lo

s re

clam

ante

s po

rtugu

eses

. Al m

ismo

tiem

po, e

l ham

bre

que

habí

a se

guid

o a

las

plag

as o

blig

ó a

muc

hos

indi

os a

ven

ders

e a

ello

s m

ismos

o a

sus

parie

ntes

a lo

s co

lono

s pa

ra o

bten

er a

limen

tos

o m

anut

enci

ón. E

stos

hech

os f

orza

-ro

n a

la c

oron

a y

a lo

s jes

uita

s a

cent

rar

su a

tenc

ión

en lo

s pr

oble

mas

fun

dam

enta

-le

s de

la p

obla

ción

indi

a de

l Bra

sil c

olon

ial.

Muc

has

cues

tione

s am

bigu

as, q

ue h

a-bí

an q

ueda

do s

in r

espu

esta

dur

ante

año

s, em

peza

ron

a de

stac

arse

: ¿b

ajo

qué

cond

icio

nes

exac

tas

podí

a es

clav

izar

se a

los

indi

os «

justa

men

te»,

si e

s qu

e po

dían

escl

aviz

arse

? ¿C

ómo

debí

a tra

tars

e a

los

indi

os fu

gado

s (ta

nto

de la

s al

deia

s co

mo

de lo

s in

geni

os d

e az

úcar

)? ¿

Podí

an lo

s in

dios

ven

ders

e le

galm

ente

a s

í mism

os o

a

sus

parie

ntes

com

o es

clav

os?

Se d

ice

que

el d

ebat

e co

men

zó e

n 15

66, c

on la

Jun

ta e

ncar

gada

por

el r

ey p

ara

hace

r re

com

enda

cion

es s

obre

la p

olíti

ca in

dian

a en

Bra

sil.

Parti

cipa

ron

en la

mis

-m

a M

em d

e Sá

, el o

bisp

o Le

itáo,

los j

esui

tas

Gra

o y

Aze

vedo

así

com

o lo

s jue

ces

de la

cor

ona

(ouv

idor

es m

ores

oid

ores

may

ores

).16 S

obre

las

base

s de

las

reco

men

-da

cion

es tr

abaj

osam

ente

ela

bora

das

por e

sta Ju

nta,

el r

ey S

ebas

tiáo

(155

4-15

78),

de-

cret

ó un

a le

y en

157

0 so

bre

el s

tatu

s de

los

indi

os. I

nclu

so lo

s na

cido

s lib

res p

odía

nse

r esc

lavi

zado

s en

dos

situ

acio

nes:

(1) e

n el

cur

so d

e un

a «g

uerra

justa

» de

clar

ada

por e

l rey

o su

gob

erna

dor;

(2) s

i era

n so

rpre

ndid

os p

ract

ican

do e

l can

ibal

ism

o. E

lsis

tem

a de

res

gate

—la

prác

tica

prim

itiva

por

la q

ue se

resc

atab

a o

redi

mía

a lo

s in

-di

os c

aptu

rado

s en

las

guer

ras

inte

rtrib

ales

y a

los

cond

enad

os a

mue

rte, i

mpo

nién

-do

les

a ca

mbi

o un

a se

rvid

umbr

e de

por

vid

a en

ben

efic

io d

el re

dent

or—

fue

dec

la-

rada

ileg

al. S

e ha

bían

com

etid

o m

ucho

s ab

usos

: se

inci

taba

a la

s tri

bus

a lu

char

una

cont

ra o

tra p

ara

cons

egui

r ca

utiv

os, y

pro

nto

cual

quie

r in

dio

apre

sado

y h

echo

es-

clav

o po

r los

por

tugu

eses

era

nom

inal

men

te «

redi

mid

o». A

unqu

e la

ley

del r

ey S

e-ba

stiáo

pod

ía s

er y

era

, de

hech

o, in

terp

reta

da m

uy li

bera

lmen

te, l

os c

olon

os to

da-

vía

envi

aban

vio

lent

as p

rote

stas

a Li

sboa

, com

o lo

hic

iero

n lo

s pe

ruan

os d

espu

és d

ela

s «l

eyes

nue

vas»

de

1542

. Por

lo ta

nto,

la le

y de

157

0 fu

e re

voca

da y

reem

plaz

a-da

en

1574

por

un

códi

go m

odifi

cado

sob

re la

esc

lavi

tud

indi

a. D

e nu

evo,

los

res-

gate

s es

taba

n pe

rmiti

dos,

pero

todo

s lo

s in

dios

esc

lavi

zado

s se

gún

el c

ódig

o de

bían

regi

stra

rse

en la

alfá

ndeg

as (

adua

na).

Sin

emba

rgo,

la re

aliz

ació

n fin

al d

e un

mod

us vi

vend

i con

la p

obla

ción

indi

a, p

ro-

vení

a no

tant

o de

las

leye

s pr

omul

gada

s en

Lisb

oa, c

omo

de la

evo

luci

ón y

los c

am-

bios

de

la p

ropi

a so

cied

ad c

olon

ial.

De

ésto

s, el

más

impo

rtant

e fu

e el

incr

emen

tode

esc

lavo

s ne

gros

impo

rtado

s de

Áfri

ca.

Se d

esco

noce

cuá

ndo

llega

ron

los p

rime-

ros

escl

avos

de

Áfri

ca a

Bra

sil;

algu

nos

prob

able

men

te lo

s tra

jero

n lo

s co

lono

s en

el p

erío

do in

icia

l de

las

dona

cion

es. A

prin

cipi

os d

e la

déc

ada

de 1

540,

está

cla

roqu

e és

tos

cons

tituí

an u

n gr

upo

cons

ider

able

. En

1570

, uno

de

los

prim

eros

hist

oria

-do

res

de B

rasi

l, M

agal

háes

Gan

davo

, est

imó

que

habí

a en

tre 2

.000

y 3

.000

neg

ros

en B

rasi

l; di

ecis

iete

año

s de

spué

s, Jo

sé d

e A

nchi

eta

los

estim

ó en

14.

000.

Aun

que

en c

ierto

s es

tado

s lo

s es

clav

os in

dios

toda

vía

sobr

epas

aban

en

núm

ero

a lo

s af

rica-

nos

a fin

ales

del

sig

lo,

la c

reci

ente

con

fianz

a en

los

esc

lavo

s ne

gros

—co

n re

s-

16.

Nóbr

ega

podr

ía h

aber

par

ticip

ado,

per

o se

enco

ntra

ba en

tonc

es en

Sao

Vice

nte.

Más

tarde

exp

resó

sus o

pini

ones

por

esc

rito

en u

n Ap

unta

men

to:

Leite

, Nov

as p

ágin

as, p

. 120

.

224

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

pect

o de

qui

enes

hub

o po

cos

o ni

ngún

esc

rúpu

lo m

oral

y n

ingu

na le

gisla

ción

rea

l-at

enuó

larg

a y

grad

ualm

ente

la u

tiliz

ació

n de

esc

lavo

s in

dios

. Por

otra

par

te, l

os a

ños

de a

taqu

es a

la s

ocie

dad

tupí

que

lanz

aron

los j

esuí

tas,

los

gobe

rnad

ores

y lo

s col

o-no

s, ha

bían

dej

ado

su h

uella

; la

cultu

ra tr

adic

iona

l ind

ia s

e fu

e de

sinte

gran

do e

n la

szo

nas

colo

nial

es d

e la

cos

ta. E

l res

to s

e ha

bía

trans

form

ado

en u

n nu

evo

prol

etar

iado

de «

mam

eluc

os»

mes

tizos

, o b

ien

se h

abía

n re

fugi

ado

en e

l int

erio

r, el

úni

co lu

gar

dond

e ab

rigab

a la

esp

eran

za d

e pr

eser

var

su id

entid

ad c

ultu

ral.

La d

istan

cia,

sin

em

-ba

rgo,

no

prop

orci

onab

a un

a se

gurid

ad a

bsol

uta.

A ñ

nale

s de

l sig

lo, l

as p

rimer

as«e

ntra

das»

oca

siona

les

haci

a el

inte

rior

fuer

on a

dqui

riend

o po

co a

poc

o el

car

ácte

rde

exp

edic

ione

s or

gani

zada

s en

bus

ca d

e es

clav

os (

band

eira

s), q

ue m

ás ta

rde

iban

a de

staca

r co

mo

uno

de lo

s te

mas

pre

dom

inan

tes

de la

his

toria

bra

sileñ

a de

l sig

losi

guie

nte.

Con

una

fre

cuen

cia

crec

ient

e, lo

s go

bern

ador

es d

ecla

raba

n la

s «g

uerra

sju

stas»

a lo

s in

dios

del

ser

tdo,

o ti

erra

s de

l int

erio

r, y

auto

rizab

a lic

enci

as p

ara

res-

gate

s, co

mo

desc

ribe

gráf

icam

ente

el p

adre

Vic

ente

do

Salv

ador

en

su re

lato

sob

reel

gob

erna

dor

Luis

de B

rito

(157

2-15

78):

... d

io el

gobe

rnad

or la

s lice

ncias

que

le pe

dían

man

dar t

raer

indi

os d

el in

terio

r por

med

io d

e lo

s mam

eluco

s, lo

s cua

les n

o iba

n tan

conf

iados

en

la el

ocue

ncia

com

o pa

rano

lleva

r muc

hos s

olda

dos b

lanco

s e in

dios

conf

eder

ados

y am

igos

, con

sus f

lech

as y

arm

as, c

on la

s cua

les, c

uand

o no

querí

an pa

cífica

y po

r las

buen

as, l

os tr

aían

con

guer

ray

por l

a fu

erza

. M

ás o

rdin

ariam

ente

bas

taba

con

las p

alabr

as d

e lo

s mam

eluco

s, qu

eles

hab

laban

de l

a ab

unda

ncia

de p

eces

y m

arisc

os d

e mar

de l

os q

ue ca

recía

n, d

e las

liber

tades

de

que

habr

ían d

e go

zar,

las c

uales

no

tendr

ían s

i se

resis

tían

en p

ie d

egu

erra

.Co

n es

tos en

gaño

s y co

n alg

ún dá

diva d

e rop

as y

herra

mien

tas q

ue da

ban

a los

prin

-cip

ales y

res

sate

s qu

e les

dab

an p

or lo

s pre

sos

que

tenían

atad

os p

ara

com

erlo

s, sa

-cu

dían

aldea

s ent

eras

y lle

gand

o a l

a vi

sta d

el m

ar, a

parta

ban

a los

hijos

de l

os p

adre

s,lo

s her

man

os d

e lo

s her

man

os, e

inclu

so, a

lgun

as v

eces

, la

muje

r de

su m

arid

o, ll

e-vá

ndos

e un

os el

cap

itán

de lo

s mam

eluco

s, ot

ros

los

sold

ados

, otro

s lo

s arm

ador

es,

otro

s los

que

solic

itaba

n las

lice

ncias

, otro

s qui

enes

las c

once

dían

, y to

dos s

e ser

vían

de el

los

en su

s hac

ienda

s y

algun

os lo

s ven

dían

, dec

laran

do, s

in e

mba

rgo,

que

eran

indi

os d

e con

scien

cia, y

que e

llos n

o lo

s ven

dían

, sin

o su

serv

icio,

y qu

ienes

los

com

-pr

aban

, por

la p

rimer

a fal

ta o

huid

a qu

e ha

cían,

les m

arca

ban

con

hier

ro la

car

a, d

i-cie

ndo

que l

e cos

taron

su d

iner

o y

eran

sus c

autiv

os. R

ompía

n lo

s pul

pito

s los

pred

i-ca

dore

s por

esto

, per

o er

a pr

edica

r en

el d

esie

rto.17

En r

esum

en, l

as e

pide

mia

s, la

esc

lavi

tud

y el

pro

selit

ism

o re

ligio

so d

e lo

s bi

enin

tenc

iona

dos j

esuí

tas,

destr

ozar

on e

fect

ivam

ente

la c

ultu

ra y

las

soci

edad

es in

dias

,pe

rmiti

endo

a lo

s su

perv

ivie

ntes

que

se

fuer

an r

eint

egra

ndo

en u

na s

ocie

dad

colo

-ni

al e

stru

ctur

ada

en lo

s té

rmin

os p

ortu

gues

es.

Los

franc

eses

, la

otra

am

enaz

a a

la p

erm

anen

cia

portu

gues

a en

Bra

sil,

no p

re-

sent

aban

nin

guna

de

las

com

plic

acio

nes

relig

iosa

s y

mor

ales

aso

ciad

as c

on lo

s in

-di

os. A

pes

ar d

e qu

e lo

s at

aque

s fra

nces

es a

bar

cos

portu

gues

es c

ontin

uaro

n de

spué

sde

153

5 (c

omo

indi

ca la

cre

ació

n de

un

capi

tán

may

or p

ara

la c

osta

en

1548

), la

sca

pita

nías

don

atar

ias

impi

dier

on e

fect

ivam

ente

que

los

franc

eses

int

enta

ran

colo

ni-

zar l

as z

onas

de

asen

tam

ient

o po

rtugu

és. S

in e

mba

rgo,

los

franc

eses

no

habí

an a

ban-

17.

F.V

.do

Salv

ador

, His

tori

a do

Bra

sil,

pp. 1

80-1

81.

Page 12: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DEL

BR

ASI

L,15

00-1

580

225

dona

do la

idea

de

fund

ar u

na c

olon

ia, y

su a

tenc

ión

crec

ient

e se

diri

gió

a un

em

pla-

zam

ient

o ex

traor

dina

riam

ente

atra

ctiv

o (im

porta

nte

dura

nte

muc

ho ti

empo

en

el c

o-m

erci

o de

pal

obra

sil),

situ

ado

en e

l ext

rem

o no

rte d

e la

cap

itaní

a de

Sao

Vic

ente

,qu

e lo

s po

rtugu

eses

nun

ca h

abía

n oc

upad

o: R

ío d

e Ja

neiro

.Fu

e aq

uí d

onde

Nic

olás

Dur

and,

cab

alle

ro d

e V

illeg

agno

n, d

ecid

ió e

stabl

ecer

suco

loni

a de

Fra

nce

Anta

rctiq

ue. L

as c

reci

ente

s lu

chas

relig

iosa

s en

Fra

ncia

, hac

ia e

l15

50, h

abía

n pr

oduc

ido

grup

os (

com

o en

Ing

late

rra,

más

tard

e) q

ue v

eían

al N

ue-

vo M

undo

com

o el

luga

r per

fect

o pa

ra u

na n

ueva

man

com

unid

ad, b

asad

a en

una

re-

ligió

n «j

usta»

y li

bre

de la

s in

trinc

adas

cor

rupc

ione

s de

la s

ocie

dad

euro

pea.

Par

aun

em

pres

ario

am

bici

oso

com

o V

illeg

agno

n, n

acid

o en

un

fam

ilia

burg

uesa

, pe

roqu

e lle

gó a

ser v

icea

lmira

nte

de B

reta

ña, e

stos

disid

ente

s re

ligio

sos

form

aban

el n

ú-cl

eo m

ilagr

oso

de e

spon

táne

os in

mig

rant

es p

ara

sus p

ropó

sito

s. Pr

esen

tó s

u pl

an a

lal

mira

nte

Col

igny

, mie

mbr

o de

la a

lta n

oble

za q

ue s

e ha

bía

pasa

do a

la Ig

lesia

Re-

form

ista

y és

te, a

su v

ez, s

olic

itó e

l apo

yo d

el re

y, E

nriq

ueII

.Con

el r

espa

ldo

adi-

cion

al d

e lo

s co

mer

cian

tes

norm

ando

s y

bret

ones

, que

ya

habí

an c

omer

ciad

o co

n pa

-lo

bras

il ha

cía

tiem

po,

Vill

egag

non

y su

gru

po p

artie

ron

en 1

555

en tr

es b

arco

s,lle

vand

o 60

0 pe

rson

as h

acia

la F

ranc

e An

tarc

tique

. Aun

que

Vill

egag

non

daba

la im

-pr

esió

n de

tene

r pr

efer

enci

a po

r lo

s pr

otes

tant

es c

uand

o re

clut

aba

a su

s col

oniz

ado-

res,

se v

io o

blig

ado

a ac

epta

r a c

atól

icos

así

com

o hu

gono

tes

para

com

plet

ar s

u ex

-pe

dici

ón, y

a a

lgun

os e

x-co

nvic

tos

tam

bién

. D

espu

és d

e un

via

je d

ifíci

l lle

gó a

laBa

hía

de G

uana

bara

, don

de fi

nalm

ente

con

struy

ó un

fuer

te, y

una

col

onia

peq

ueña

en la

isla

de

Serig

ipe.

Los

indi

os lo

cale

s re

sulta

ron

ser

amis

toso

s, de

bido

al t

rato

cond

esce

ndie

nte

de lo

s fra

nces

es y

la a

usen

cia

de d

ispu

tas,

pero

el g

obie

rno

rigu-

roso

de

Vill

egag

non

creó

el d

esco

nten

to e

ntre

los

colo

nos,

muc

hos

de lo

s cu

ales

loab

ando

naro

n ye

ndo

haci

a el

con

tinen

te p

ara

fund

ar H

enry

ville

en

el lu

gar d

onde

hoy

está

situ

ado

Río

de J

anei

ro. S

u po

sició

n pr

ecar

ia, y

el p

elig

ro d

e un

ata

que

portu

-gu

és h

icie

ron

que

Vill

egag

non

solic

itara

a C

alvi

no, e

n G

ineb

ra, u

n se

gund

o re

clu-

tam

ient

o de

inm

igra

ntes

; ent

re e

llos

esta

ba J

ean

de L

éry

que

nos

ha d

ejad

o un

o de

los

mej

ores

rel

atos

de

la c

olon

ia, a

sí c

omo

de la

cul

tura

tupí

en

gene

ral.

Esto

s re

-ci

én ll

egad

os f

uero

n la

sem

illa

para

la d

estru

cció

n fin

al d

e la

col

onia

. Tra

ídos

di-

rect

amen

te d

esde

Gin

ebra

, era

n do

gmát

icos

, ríg

idos

y e

staba

n em

buid

os d

e un

a fé

-rr

ea v

olun

tad

calv

inis

ta, p

ront

o em

puja

ron

al g

rupo

a d

isput

as te

ológ

icas

sob

re la

natu

rale

za d

e la

Euc

aris

tía: p

ara

Léry

y s

us c

orre

ligio

nario

s, la

adh

esió

n de

los

ca-

tólic

os a

la tr

ansu

bsta

ncia

ción

en

med

io d

e un

a so

cied

ad d

e sa

lvaj

es c

aníb

ales

era

pedi

r de

mas

iado

. Vill

egag

non,

enc

oler

izad

o po

r las

act

ivid

ades

des

truct

ivas

de

los

calv

inis

tas,

cuya

resis

tenc

ia e

ra in

capa

z de

rom

per,

se c

onvi

rtió

de p

ront

o a

un c

a-to

licism

o or

todo

xo, a

band

onan

do la

col

onia

y z

arpa

ndo

de v

uelta

a F

ranc

ia e

n 15

59do

nde

acab

ó su

s dí

as c

omo

mie

mbr

o de

l par

tido

ultra

cató

lico

de G

uise

s.

La F

ranc

ia a

ntar

tica

repr

esen

taba

una

ser

ia a

men

aza

para

el B

rasil

por

tugu

és, u

naba

se d

esde

la c

ual l

os fr

ance

ses

podí

an a

poya

r la

opo

sició

n de

los

indi

os, e

xten

der

su c

ontro

l has

ta e

l Río

de

la P

lata

y la

pos

ibili

dad

de a

taca

r las

ruta

s m

aríti

mas

por

-tu

gues

as a

la In

dia.

Par

a co

ntra

rrestr

ar e

sta a

men

aza,

el g

ober

nado

r M

em d

e Sá

, tan

pron

to c

omo

pudo

resta

blec

er e

l ord

en e

n Ba

hía,

vol

vió

su a

tenc

ión

haci

a R

ío. T

ras

reci

bir

ayud

a na

val d

e Po

rtuga

l, re

unió

una

fuer

za d

e al

iado

s in

dios

y p

artió

hac

iala

bah

ía d

e G

uana

bara

a p

rinci

pios

de

1560

. La

forta

leza

isle

ña fu

e to

mad

a po

r asa

ltoy

los

supe

rviv

ient

es f

ranc

eses

se

vier

on f

orza

dos

a hu

ir en

bus

ca d

e re

fugi

o a

los

pobl

ados

indi

os d

e lo

s al

rede

dore

s de

la b

ahía

. Per

o Sá

car

ecía

del

per

sona

l y m

a-

226

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

teria

l nec

esar

ios

para

reco

nstru

ir y

ocup

ar e

l fue

rte, d

e m

aner

a qu

e lo

aba

ndon

aron

con

muc

ha p

reoc

upac

ión

por p

arte

de

Nób

rega

, que

per

cibí

a la

impo

rtanc

ia d

e un

ape

rman

ente

pre

senc

ia p

ortu

gues

a en

el l

ugar

. Com

o se

lo te

mía

n, u

na v

ez q

ue lo

spo

rtugu

eses

se

mar

char

on, l

os s

uper

vivi

ente

s fra

nces

es v

olvi

eron

a in

stala

rse

en la

sisl

as d

e la

bah

ía,

nece

sitán

dose

una

seg

unda

exp

edic

ión

para

des

aloj

arlo

s de

allí

.Es

te s

egun

do a

taqu

e fu

e di

rigid

o po

r Está

cio

de S

á, s

obrin

o de

Mem

de

Sá, q

uelle

gó a

Bah

ía e

n 15

63, a

l man

do d

e ot

ra f

lota

env

iada

des

de P

ortu

gal.

Reun

iend

olo

s re

fuer

zos

loca

les

de E

spiri

to S

anto

y S

ao V

icen

te, E

stác

io n

aveg

ó ha

cia

Río

en15

65, e

stab

leci

ó pr

imer

amen

te u

na b

ase

mili

tar

—el

germ

en d

e la

futu

ra c

iuda

d de

Río

de J

anei

ro—

al p

ie d

e la

mon

taña

del

Pan

de

Azú

car.

Su p

osic

ión

era

lo s

ufi-

cien

tem

ente

fue

rte c

omo

para

rep

eler

los

inte

ntos

fra

nces

es p

ara

desa

loja

tle,

pero

insu

ficie

nte

para

tom

ar la

ofe

nsiv

a ha

sta q

ue ll

egar

on re

fuer

zos

adic

iona

les

de L

is-

boa,

baj

o el

man

do d

e Ch

risto

váo

de B

arro

s, el

hijo

de

Ant

onio

Car

doso

de

Bar

ros,

dona

tario

de

la c

apita

nía

aban

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da e

n Pi

aui y

, m

ás ta

rde,

prim

er p

rove

dor-

mor

de

la c

oron

a en

Bra

sil.

Tan

pron

to c

omo

Barro

s lle

gó, E

stáci

o at

acó

a lo

s fra

nce-

ses

en la

oril

la o

este

de

la b

ahía

(la

act

ual p

laya

de

Flam

engo

) co

n un

rot

undo

éxi

-to

. Sá

resu

ltó h

erid

o en

com

bate

y m

urió

poc

os d

ías

desp

ués,

pero

su

tío M

em d

eSá

tuvo

aho

ra ti

empo

par

a fu

ndar

una

col

onia

por

tugu

esa

perm

anen

te, s

ituad

a en

el

actu

al R

ío. S

e no

mbr

aron

func

iona

rios

mun

icip

ales

, la

bahí

a y

la re

gión

circ

unda

nte

se a

isla

ron

de S

ao V

icen

te, c

onvi

rtién

dose

la z

ona

en la

seg

unda

cap

itaní

a re

al d

eB

rasi

l. Co

n el

nom

bram

ient

o de

Sal

vado

r C

orre

ia d

e Sá

, otro

sob

rino

de M

em d

eSá

, com

o go

bern

ador

rea

l, co

men

zó a

llí la

pro

long

ada

e ín

tima

asoc

iaci

ón e

ntre

Río

y la

fam

ilia

Sá, q

ue p

erdu

raría

a lo

larg

o de

gra

n pa

rte d

el p

erío

do c

olon

ial.

SOCI

EDA

D Y

ECO

NO

MÍA

, C.

1580

Con

el fi

nal d

el h

eroi

co g

obie

rno

de M

em d

e Sá

(152

7) te

rmin

an lo

s añ

os d

e in

-ce

rtidu

mbr

e pa

ra B

rasi

l. H

abie

ndo

sobr

eviv

ido

a 2

reto

s pe

rman

ente

men

te e

xist

en-

tes

—in

tern

amen

te la

resis

tenc

ia d

e lo

s in

dios

nat

ivos

, ext

erio

rmen

te la

am

enaz

a de

la c

onqu

ista

franc

esa—

la

«con

quist

a» p

ortu

gues

a de

Am

éric

a ha

bía

emer

gido

inta

cta

de s

u in

fanc

ia p

reca

ria.

Aun

que

ning

uno

de lo

s do

s pr

oble

mas

des

apar

ecie

ron

por

com

plet

o (lo

s fra

nces

es i

nsist

ían

de v

ez e

n cu

ando

en

su in

tent

o de

est

able

cer c

olo-

nias

en

zona

s de

pob

laci

ón e

scas

a o

de p

oca

dens

idad

, y la

resis

tenc

ia in

dia

simpl

e-m

ente

se tr

asla

dó a

l int

erio

r), s

in e

mba

rgo

desp

ués

de 1

580

ning

uno

de lo

s do

s pro

-bl

emas

se

prod

ujer

on c

on la

fuer

za s

ufic

ient

e co

mo

para

pon

er e

n te

la d

e jui

cio

laex

isten

cia

de u

n Br

asil

portu

gués

.Lo

s co

lono

s, lib

res

de e

stas

pre

ocup

acio

nes,

entra

ron

en su

prim

er g

ran

«cicl

o»ec

onóm

ico,

bas

ado

en la

exp

ansió

n de

la in

dustr

ia a

zuca

rera

con

el c

onsig

uien

te c

re-

cim

ient

o de

la p

obla

ción

así

com

o de

l des

arro

llo s

ocia

l y a

dmin

istra

tivo.

Est

e ca

m-

bio

de u

na p

reoc

upac

ión

por l

a su

perv

ivie

ncia

a u

na c

once

ntra

ción

en

la c

onso

lida-

ción

y c

reci

mie

nto

está

cla

ram

ente

refle

jado

en

las

fuen

tes

hist

óric

as. L

os p

rimer

os70

año

s de

his

toria

bra

sileñ

a ap

orta

n po

cos

dato

s qu

e pu

edan

inte

rpre

tars

e es

tadí

s-tic

amen

te. M

ás b

ien,

su

hist

oria

dep

ende

de

narr

acio

nes

prec

isas

de

acon

teci

mie

n-to

s, de

scrip

cion

es d

e la

s in

stitu

cion

es c

read

as y

ded

ucci

ones

con

cern

ient

es a

la p

o-lít

ica

real

. Per

o de

sde

1570

en a

dela

nte,

nue

stros

con

ocim

ient

os s

obre

la c

olon

izac

ión

se v

en a

mpl

iam

ente

enr

ique

cido

s po

r la

apar

ició

n de

una

ser

ie d

e tra

tado

s de

scrip

-

Page 13: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DEL

BR

ASI

L,15

00-1

580

227

tivos

, es

crito

s pr

inci

palm

ente

par

a su

scita

r el

int

erés

en

la c

olon

izac

ión

de l

as n

ue-

vas

tierr

as.

Hac

iend

o us

o de

est

os t

rata

dos

con

preo

cupa

ción

y c

iert

a to

lera

ncia

por

la i

nexa

ctitu

d co

n qu

e se

com

pusi

eron

, no

sól

o no

s of

rece

n nu

estr

a m

ejor

inf

orm

a-ci

ón s

obre

las

vic

isitu

des

de l

as p

rim

eras

col

onia

s, s

ino

adem

ás p

ropo

rcio

nan

una

info

rmac

ión

esta

díst

ica

impo

rtan

te,

por

ejem

plo:

est

imac

ione

s ap

roxi

mad

as,

capi

-ta

nía

por

capi

taní

a, d

e la

pob

laci

ón p

ortu

gues

a ad

emás

de

estim

acio

nes

circ

unst

a-ci

ales

, men

os e

xact

as, s

obre

los

indi

os y

afr

ican

os;

y ca

ntid

ades

apr

oxim

adas

del

nú-

mer

o de

eng

enho

s (i

ngen

ios

de a

zúca

r) e

n ca

da c

apita

nía

(véa

se c

uadr

o l)

.18 U

na

CUA

DRO

1.

Bras

il co

loni

al: P

obla

ción

bla

nca

e In

geni

os, 1

570y

c. 1

585

Capi

tanía

(ciu

dade

s Po

blac

ión

1570

T Po

blac

ión

c. 1

585

r ,,

Inge

nios

prin

cipa

les)

bl

anca

* bl

anca

*Ita

mar

acá

(Con

ceisa

o)60

0(2

,9%

)1

(1,7

%)

300

(1.0

%)

3(2

,5%

)Pe

rnam

buco

(Olin

da, I

gara

cú)

6.00

0(2

8,9%

)23

(38,

3%)

12.0

00(4

1,0%

)66

(55,

0%)

Bahí

a(S

alva

dor,

Vila

Vel

ha)

6.60

0(3

1,8%

)18

(30,

0%)

12.0

00(4

1,0%

)36

(30,

0%)

Ilhéu

s(S

ao Jo

rge)

1.20

0(5

,8%

)8

(13,

3%)

900

(3,0

%)

3(2

,5%

)

Porto

Seg

uro

(P. S

egur

o, S

anta

Cru

z,Sa

nto

Am

aro)

1.32

0(6

,4%

)5

(8,3

%)

600

(2,0

%)

1(1

,0%

)

Espi

rito

Sant

o(V

itoria

, Vila

Vel

ha)

1.20

0(5

,8%

)1

(1,7

%)

900

(3,0

%)

5(4

,0%

)

Río

de Ja

neiro

(Sao

Seb

astiá

o)84

0(4

,0%

)0

900

(3,0

%)

3(2

,5%

)

Sao

Vic

ente

(Sao

Vic

ente

, San

tos,

Sant

o A

mar

o, It

anhá

em,

Sao

Paul

o)

3.00

0(1

4,4%

)4

(6,7

%)

1.80

0(6

,0%

)3

(2,5

%)

Tota

les

20.7

60(1

00)

60 (100

)29

.400

(100

)12

0(1

00)

* Ca

lcul

ado

sobr

e la

bas

e de

seis

pers

onas

por

fam

ilia

(fogo

). FU

ENTE

S: Pe

ro d

e M

agalh

aes G

ándo

va, T

rata

do d

a té

rra

do B

rasi

l e hi

stor

ia da

prov

inci

a de S

anto

C

ruz (

c. 15

70);

Fern

áo C

ardi

m, I

nfor

mac

áo d

e pro

vinc

ia d

o Br

asil p

ara

noss

o pad

re (1

583)

; Fer

nao

Card

im, N

arra

tiva E

pist

olar

(158

3); J

osé d

e Anc

hieta

, Inf

orm

acáo

do B

rasi

l e de

sus c

apita

nías

(158

4);

Gab

riel S

oare

s de S

ousa

, Tra

tado

des

crip

tivo

do B

rasi

l em

158

7.

18.

Mie

ntra

s que

en se

ntid

o est

ricto

, la p

alab

ra en

genh

o se

refe

ría so

lam

ente

al m

olin

o par

am

oler

la ca

ña d

e azú

car,

el té

rmin

o se

aplic

ó a

toda

la u

nida

d ec

onóm

ica:

el p

ropi

o m

olin

o, lo

sed

ifici

os, l

os ca

mpo

s de c

aña,

pas

tos,

los a

loja

mie

ntos

de l

os es

clav

os, c

asa,

etc.

El t

érm

ino

«plan

-ta

ción

» lo

s por

tugu

eses

v e

spañ

oles

de

esa

époc

a no

lo u

saba

n.

228

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

mira

da r

ápid

a a

las

cifra

s de

la

pobl

ació

n in

dica

n qu

e, d

e la

s 8

capi

taní

as,

3 —

Pern

ambu

co, B

ahía

y R

ío d

e Ja

neiro

— c

recí

an, m

ient

ras

que

el re

sto

esta

ban

enva

rias

fase

s de

des

cens

o, P

orto

Seg

uro,

Ita

mar

acá

y Sa

o V

icen

te, b

asta

nte

rápi

da-

men

te; I

lhéu

s y

Espi

rito

Sant

o m

ás g

radu

alm

ente

. El r

esto

de

las

capi

taní

as e

fect

i-va

men

te h

abía

n sid

o ab

ando

nado

s. ¿C

ómo

se p

rodu

jero

n es

tos

cam

bios

en

la fo

rtuna

?Es

pirit

o Sa

nto

conc

edid

a a

Vas

co F

erna

ndes

Cou

tinho

, un

antig

uo m

ozo

y ca

ma-

rada

de

Dua

rte C

oelh

o en

la In

dia,

que

hab

ía p

rosp

erad

o en

un

prin

cipi

o, p

onie

ndo

en fu

ncio

nam

ient

o un

os c

uatro

inge

nios

de

azúc

ar e

n 15

40. P

ero

en e

ste p

unto

, por

razo

nes

no m

uy c

lara

s, el

don

atar

io d

ecid

ió v

olve

r a

Portu

gal,

deja

ndo

su c

olon

iaa

carg

o de

sus

sub

ordi

nado

s qu

e de

mos

traro

n se

r inc

apac

es d

e sa

carla

ade

lant

e de

s-pu

és d

e la

ole

ada

de a

taqu

es in

dios

que

esta

llaro

n a

med

iado

s de

la d

écad

a de

154

0(lo

s na

tivos

tupí

alia

dos

con

los

fero

ces

tapu

ia g

oitic

azes

que

ya

habí

an d

estru

ido

Sao

Tom

é). C

uand

o fin

alm

ente

con

sigui

ó re

gres

ar,

Cot

inho

se

enco

ntró

con

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om

ás d

e un

a pe

queñ

a co

loni

a de

sup

ervi

vien

tes

en e

stado

de

cons

tant

e as

edio

. Vie

-jo

, enf

erm

o y

ya e

mpo

brec

ido,

fue

inca

paz

de re

med

iar l

a sit

uaci

ón. L

a co

loni

a lle

vóun

a po

bre

exist

enci

a ha

sta 1

560,

cua

ndo

Mem

de

Sá, e

l nue

vo g

ober

nado

r, de

cidi

óen

viar

a s

u hi

jo F

erná

o, c

on s

eis

barc

os y

200

hom

bres

par

a so

met

er a

los

indi

ose

inco

rpor

ar la

cap

itaní

a a

la c

oron

a. F

erná

o pe

rdió

su

vida

luch

ando

, per

o su

pri-

mo

Balta

sar d

e Sá

, con

tinuó

la c

ampa

ña y

pac

ificó

la re

gión

. Aun

que

la c

olon

ia n

unca

pare

ció

capa

z de

atra

er a

muc

hos

colo

nos

(ver

dade

ram

ente

su

pobl

ació

n de

scen

dió

en u

n 25

por

100

entre

157

0 y

1585

), su

indu

stria

azu

care

ra s

e ex

pand

ía rá

pida

men

te,

y en

los

años

158

0, lo

s co

lono

s qu

e se

que

daro

n di

sfru

taro

n de

una

de

las

rent

a pe

rcá

pita

más

alta

s en

Bra

sil.

La c

apita

nía

de P

orto

Seg

uro,

inm

edia

ta a

l nor

te, c

once

dida

a P

ero

do C

ampo

Tour

inho

, un

cons

umad

o m

arin

o de

Via

na d

o C

aste

lo, e

mpe

zó d

e m

aner

a pr

omet

e-do

ra. S

in e

mba

rgo,

tam

bién

suc

umbi

ó a

la c

risis

gen

eral

de

la d

écad

a de

154

0 qu

eaq

uí to

la fo

rma

de «

golp

e de

pal

acio

», s

obre

la c

uesti

ón d

e or

todo

xia

del d

ona-

tario

. Tou

rinho

, que

era

impo

pula

r en

tre lo

s co

lono

s, fu

e ac

usad

o de

her

ejía

y b

las-

fem

ia p

or u

n ca

bild

o de

clé

rigos

, sie

ndo

expu

lsado

apr

esur

adam

ente

a L

isboa

(154

6)pa

ra s

omet

erse

a p

roce

so a

nte

la In

quis

ició

n. A

unqu

e re

sultó

abs

uelto

,nun

ca m

ásre

gres

ó a

Bras

il. D

esde

ent

once

s su

col

onia

fue

adm

inist

rada

por

age

ntes

real

es. D

es-

pués

de

su m

uerte

en

1556

pas

ó a

man

os d

e su

hijo

Fer

náo,

y m

ás ta

rde

a su

hija

,Le

onor

. A

ésta

se

le c

once

dió

una

licen

cia

real

par

a ve

nder

la a

l prim

er d

uque

de

Ave

iro, q

uien

ya

tení

a un

inge

nio

de a

zúca

r allí

, con

virti

éndo

lo e

n ví

ncul

o pa

ra e

lse

gund

o de

sus

hijo

s. Si

n em

barg

o, d

uran

te e

l nue

vo p

roce

so d

e de

sarr

ollo

de

la in

-du

stria

azu

care

ra, l

os a

gent

es d

e A

veiro

ext

erm

inar

on o

exp

ulsa

ron

a la

may

oría

de

los

nativ

os tu

pí, e

xpon

iend

o la

zon

a a

las

incu

rsio

nes

muc

ho m

ás te

mib

les

de lo

s ta

-pu

ia a

imor

és. É

stos

ate

rror

izar

on a

los

colo

nos

de ta

l man

era

que

sólo

que

daba

en

pie

un in

geni

o en

158

5, y

dos

(San

to A

mar

o y

Sant

a Cr

uz) d

e la

s 3

ciud

ades

que

se

habí

an f

unda

do q

ueda

ron

prác

ticam

ente

vac

ías

de c

olon

os.

Ilhéu

s, sit

uada

ent

re P

orto

Seg

uro

y Ba

hía,

tam

bién

com

enzó

fel

izm

ente

aun

que

el d

onat

ario

, Jor

ge d

e Fi

guer

eido

Cor

reia

, se

cret

ario

de

la H

acie

nda

(esc

rivá

o da

fa

zend

á),

nunc

a se

mol

estó

en

visit

ar s

u co

nces

ión

pers

onal

men

te. M

ás b

ien,

se

li-m

itó a

llev

arla

a tr

avés

de

un a

gent

e ca

stella

no, F

ranc

isco

Rom

ero.

Aún

sie

ndo

dign

ode

crít

icas

, Rom

ero

esta

blec

ió re

laci

ones

efic

aces

con

los t

upíe

s e

incl

uso

obtu

vo su

ayud

a en

la c

onstr

ucci

ón d

e nu

mer

osos

ing

enio

s de

azú

car.

Tras

la m

uerte

de

Co-

rreia

en

1552

, sus

her

eder

os v

endi

eron

la c

apita

nía

(156

1) a

un

com

erci

ante

cap

i-

Page 14: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DEL

BR

ASI

L, 1

500-

1580

229

talis

ta d

e Li

sboa

, Luc

as G

irald

i, qu

e ya

pos

eía u

na c

once

sión

de te

rren

o (s

esm

aria

) en

la c

olon

ia. A

pes

ar d

e un

a se

rie

de a

cont

ecim

ient

os p

arec

idos

a lo

s ocu

rrid

os en

el v

ecin

o Po

rto

Segu

ro (a

niqu

ilació

n de

las

trib

us tu

pí, a

brien

do e

l pas

o a

los a

ta-

ques

de

los

aim

oré

que

expu

lsaro

n a

muc

hos d

e lo

s co

lono

s), l

a in

dustr

ia a

zuca

rera

logr

ó so

brev

ivir

en

las

islas

cos

tera

s de

Tin

haré

y B

oipe

ba e

n el

ext

rem

o no

rte

dela

col

onia

. Así

en 1

S87,

Gab

riel S

oare

s de

Sous

a, p

udo

llam

arla

toda

vía

una

tierr

a«r

ica e

n az

úcar

».En

el e

xtre

mo

sur

de la

efe

ctiv

a oc

upac

ión

port

ugue

sa (l

a ca

pita

nía

de S

anta

naha

bía

qued

ado

deso

cupa

da),

Sao

Vic

ente

, jun

to c

on e

l enc

lave

de

Sant

o A

mar

o, e

s-ca

pó d

e la

cri

sis d

e m

edia

dos d

e 15

40 p

ráct

icam

ente

iles

a. A

unqu

e su

capi

tán,

Mar

-tim

Afo

nso

de S

ousa

, nu

nca

volv

ió a

visi

tarl

a, d

espu

és d

e su

exp

edic

ión

de15

30-1

533

que

hizo

épo

ca, l

a co

loni

a pr

ogre

só b

ajo

la a

dmin

istra

ción

de u

na se

rie

de lu

gart

enien

tes

com

pete

ntes

, in

cluye

ndo

a Br

ás C

ubas

, el

fun

dado

r de

San

tos

(154

3). E

n 15

48, L

uis d

e Gói

s, pu

do d

escr

ibírs

elo a

l rey

con

orgu

llo, c

omo

un a

sen-

tam

iento

que

con

taba

con

una

pob

laci

ón d

e 60

0 po

rtug

uese

s, un

os 3

.000

esc

lavo

sy

6 in

geni

os d

e az

úcar

. Sin

emba

rgo,

des

de e

nton

ces

la e

xpan

sión

deca

yó. S

io V

i-ce

nte

era

la m

ás le

jana

de

toda

s las

col

onia

s eur

opea

s y es

taba

situ

ada

en u

na re

gión

de c

lima

duro

, men

os a

decu

ado

para

el c

ultiv

o de

l azú

car.

Por

cons

igui

ente

su ec

o-no

mía

se

fue

orien

tand

o ca

da v

ez m

ás h

acia

las c

olon

ias

del i

nter

ior

de S

ao P

aulo

,el

cen

tro

de u

n te

rrito

rio d

e tr

igo,

ceb

ada

y vi

ñedo

s qu

e pr

onto

se

conv

irtió

en

laba

se p

rincip

al d

e ex

pedi

cion

es d

e es

clav

os h

acia

el in

terio

r. El

des

cens

o qu

e se

pro

-du

jo en

el se

ctor

expo

rtado

r y

la co

ntra

cció

n de

la ec

onom

ía, j

unto

con

una

tend

encia

hacia

la ag

ricul

tura

de c

uasi-

subs

isten

cia p

rodu

jo u

na d

ismin

ució

n añ

adid

a de

la sa

lud

y la

pob

lació

n. E

clips

ado

al p

rincip

io p

or P

erna

mbu

co y

la re

anim

ada

Bahí

a, su

s pri-

mer

os lo

gros

no

se m

anife

staro

n ha

sta 1

570.

Qui

nce

años

más

tard

e, sin

emba

rgo,

su p

obla

ción

hab

ía d

esce

ndid

o ca

si a

la m

itad

y el

val

or d

e su

s re

ntas

a la

cor

ona

no e

ra m

ayor

que

el d

e la

jove

n co

loni

a de

Río

de

Jane

iro, q

ue d

espu

és d

e la

ex-

pulsi

ón d

e lo

s fr

ance

ses

en 1

565,

flor

eció

baj

o la

ate

nció

n re

al y

una

seri

e de

com

-pe

tent

es c

apita

nes

de la

fam

ilia

Sá.

A d

ifere

ncia

de

esta

s zo

nas

de c

olon

izac

ión

las

cual

es, e

xcep

to R

ío d

e Ja

nei-

ro, e

staba

n en

dec

aden

cia o

esc

asam

ente

se

soste

nían

a s

í mism

as, e

l últi

mo

cuar

-to

de

siglo

fue

par

a Ba

hía

y Pe

rnam

buco

un

perí

odo

de é

xito

inca

lific

able

: es

tas

capi

taní

as s

e co

nver

tiría

n en

los

pun

tos

cent

rales

de

Bras

il du

rant

e el

sig

lo s

i-gu

ient

e.Ba

hía

fue

colo

niza

da e

n 15

35 p

or F

ranc

isco

Pere

ira C

outin

ho, u

n vi

ejo

sold

ado

que

habí

a lu

chad

o en

Orie

nte,

dond

e sir

vió

com

o ca

pitá

n en

Goa

. La

Bahí

a de

To-

dos

los

Sant

os y

a er

a el

hog

ar d

e Ca

ram

urú,

un

náuf

rago

por

tugu

és q

ue ju

nto

con

los

algu

nos

otro

s, tu

vier

on u

na p

ront

a ac

ogid

a en

tre

grup

os u

xori

loca

les

tupí

de

laco

sta.

De

ahí q

ue C

outin

ho co

ntar

a co

n la

ayu

da d

e ex

pert

os, a

l men

os a

l pri

ncip

io,

para

esta

blec

er b

uena

s rela

cione

s co

n lo

s in

dios

de

la re

gión

. Al a

ño si

guien

te (1

536)

se o

cupó

de

cons

trui

r su

cap

ital,

Vila

Per

eira,

y h

acia

154

5 ha

bía

cons

egui

do fu

n-da

r 2 m

olin

os d

e az

úcar

(eng

enho

s). N

o ob

stant

e, su

vec

ino

del n

orte

, Dua

rte C

oel-

ho, l

o de

scrib

ía d

emas

iado

vie

jo y

enf

erm

o co

mo

para

man

tene

r la

disc

iplin

a ne

ce-

saria

en u

na co

loni

a ef

icie

nte.

Y cu

ando

la c

risis

de

med

iado

s de

la d

écad

a de

154

0az

otó

a Ba

hía,

la co

loni

a su

cum

bió;

muc

hos d

e lo

s col

onos

huy

eron

a D

héus

en 1

545.

Cou

tinho

los a

com

pañó

, y so

lam

ente

fue

indu

cido

a re

torn

ar a

Bah

ía p

or lo

s in

dios

que

le m

atar

on a

trai

ción

en 1

547.

El c

olap

so d

e Bah

ía, e

xpue

sta a

serv

ir d

e im

por-

230

HIS

TOR

IA D

E A

MÉR

ICA

LA

TIN

A

tant

e fo

ndea

dero

par

a lo

s at

aque

s fra

nces

es,

fue

una

de la

s ra

zone

s im

porta

ntes

por

la q

ue s

e de

cidi

ó a

esta

blec

er a

llí u

na p

laza

de

adm

inist

raci

ón r

eal.

Y d

espu

és d

e15

49, l

a hi

stor

ia d

e Ba

hía

se c

onvi

erte

, en

efec

to, e

n la

adm

inist

raci

ón r

eal d

e B

ra-

sil.

Con

la o

rgan

izac

ión

y el

apo

yo r

eal,

Bahí

a se

reco

nstru

yó; h

acia

el

1585

tení

aya

suf

icie

nte

pobl

ació

n (1

2.00

0 bl

anco

s) p

ara

man

tene

r 9

parr

oqui

as y

36

mol

inos

de a

zúca

r.M

ás im

pres

iona

nte

aún

que

la r

esur

recc

ión

de B

ahía

, era

el c

aso

de P

erna

mbu

-co

. Jun

to c

on s

us c

olon

ias

saté

lites

de

Itam

arac

á, m

arcó

el l

ímite

nor

te d

e la

col

o-ni

zaci

ón e

fect

iva

portu

gues

a an

tes

de 1

580.

Par

aíba

no

se o

cupó

has

ta 1

580,

Río

Gra

nde

do N

orte

en

los

1590

: la

costa

nor

te p

erm

anec

ió s

in c

onqu

ista

r ha

sta

prin

-ci

pios

del

sig

lo x

vi. D

uarte

Coe

lho

llegó

a P

erna

mbu

co p

erso

nalm

ente

en

mar

zo d

e15

35 c

on u

na m

ultit

ud d

e se

guid

ores

, con

gra

n op

timis

mo,

deb

ido

a su

con

cesió

nde

«N

ueva

Lus

itani

a» y

leva

ntó

su p

rimer

a co

loni

a m

uy c

erca

de

la a

nter

ior

fact

o-ría

real

. Coe

lho

expl

oró

post

erio

rmen

te s

u te

rrito

rio e

n bu

sca

de u

n lu

gar m

ás c

én-

trico

, que

enc

ontró

en

Olin

da e

n 15

37. A

llí, c

onstr

uyó

una

torre

par

a de

fens

a en

cas

ode

ase

dio,

junt

o co

n ot

ros

edifi

cios

fun

dam

enta

les,

y de

spué

s re

aliz

ó un

via

je d

e in

s-pe

cció

n po

r su

cap

itaní

a (c

asi u

n «p

rogr

eso»

real

) par

a ex

pulsa

r a c

ualq

uier

intru

sofra

ncés

que

pud

iera

enc

ontra

r y

para

pac

ifica

r a

los

indi

os c

aeté

de

la z

ona.

Su

po-

lític

a ha

cia

los

indi

os f

ue d

e fir

mez

a, e

jerc

iend

o un

con

trol

abso

luto

sob

re e

llos,

com

p di

ce V

icen

te d

o Sa

lvad

or, c

itand

o a

Maq

uiav

elo

«más

por

tem

or q

ue p

or b

uena

volu

ntad

». S

e su

pone

que

lo q

ue h

izo

que

su p

olíti

ca fu

ncio

nara

fue

el d

omin

io ig

ual-

men

te fi

rme

sobr

e lo

s co

lono

s po

rtugu

eses

, la

otra

face

ta d

e su

des

taca

do é

xito

po-

lític

o. L

a cr

isis

de m

edia

dos

de la

déc

ada

de 1

540

no p

erju

dicó

a P

erna

mbu

co, y

esto

fue

deci

sivo

para

su

perv

iven

cia

y pr

ospe

ridad

. H

acia

154

6, s

e ha

bían

cre

ado

cin-

co m

olin

os d

e az

úcar

(co

mpa

rado

con

dos

en

Bahí

a y

seis

en S

ao V

icen

te p

or e

saép

oca)

y h

abía

otro

s en

con

stru

cció

n. C

uand

o Co

elho

mur

ió e

n 15

54, l

egó

a su

s 2

hijo

s la

mej

or c

olon

ia f

unda

da e

n B

rasi

l; de

hec

ho, s

e ha

llaba

tan

bien

esta

blec

ida

que

esta

ba e

xent

a de

cua

lqui

er i

nter

fere

ncia

del

gob

erna

dor

real

que

hab

ía ll

egad

ore

cien

tem

ente

a B

ahía

. En

1570

Per

nam

buco

riv

aliz

aba

con

Bahí

a co

mo

la c

olon

iam

ás a

vanz

ada;

hac

ia 1

585

la h

abía

sup

erad

o cl

aram

ente

, por

lo m

enos

en

lo e

conó

-m

ico,

dob

land

o la

rent

a pe

r cá

pita

a la

de

la p

laza

del

gob

erna

dor.

Indu

dabl

emen

-te

, la

opul

enci

a de

la s

ocie

dad

de P

erna

mbu

co e

ra u

na le

yend

a: c

uand

o lo

s se

ñore

sde

los

mol

inos

de

azúc

ar (

senh

ore

do e

ngen

ho) i

ban

a la

ciu

dad

esta

ban

acom

paña

-do

s por

una

mul

titud

de

cria

dos,

tant

o in

dios

com

o af

rican

os. S

e al

imen

taba

n de

pro

-du

ctos

impo

rtado

s de

Por

tuga

l (pa

n de

trig

o, a

ceite

de

oliv

a y

vino

) en

vez

de m

an-

dioc

a, a

ceite

de

palm

a y

ron,

que

con

stitu

ía l

a ra

ción

de

un c

olon

o co

mún

, y

seen

orgu

llecí

an d

e su

con

spic

uo c

onsu

mo,

sin

hac

er m

enci

ón d

e lo

s esp

ecta

cula

res

ves-

tidos

de

sus m

ujer

es. D

e he

cho,

se tr

atab

a de

la p

osib

ilida

d (o

por

lo m

enos

la c

reen

-ci

a en

tal p

osib

ilida

d) d

e co

nseg

uir u

n m

odo

de v

ida

opul

ento

, lo

que

cons

tituí

a un

ade

las

may

ores

atra

ccio

nes

para

la m

ayor

ía d

e lo

s in

mig

rant

es q

ue ll

egar

on d

uran

teel

últi

mo

cuar

to d

e si

glo.

La m

ayor

ía d

e es

tos

inm

igra

ntes

era

n na

tura

lmen

te p

ortu

gues

es, p

ero

tam

bién

po-

dían

enc

ontra

rse

en B

rasil

otro

s eu

rope

os,

italia

nos

en s

u m

ayor

ía.

Y a

dife

renc

iade

l sig

lo x

v, c

uand

o la

s isl

as d

el A

tlánt

ico

pare

cían

atra

er e

l gru

eso

de su

pob

laci

ónde

la p

rovi

ncia

mer

idio

nal

del A

lgar

ve, l

a m

ayor

ía d

e lo

s em

igra

ntes

por

tugu

eses

a Br

asil

en e

l sig

lo x

vi v

enía

n de

la p

opul

osa

prov

inci

a se

pten

trion

al d

el M

inho

, así

com

o de

la re

gión

inte

rior

de L

isboa

, que

por

ent

once

s ha

bía

supl

anta

do a

l Alg

ar-

Page 15: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLON

IZAC

IÓN

POR

TUGU

ESA

DEL

BRA

SIL,

150

0-15

80

231

ve c

omo

cent

ro d

el im

perio

.19 E

stos

inm

igra

ntes

, se

agru

paro

n en

una

s 16

o 1

7 co

-lo

nias

con

solid

adas

que

se

espa

rcía

n a

lo la

rgo

de la

cos

ta d

el e

ste d

e Br

asil

(sól

oSa

o Pa

ulo

esta

ba s

ituad

a en

el i

nter

ior)

. Cad

a ca

pita

nía

tení

a al

men

os u

na c

iuda

dpr

inci

pal,

y al

guna

s in

cluí

an v

aria

s co

mun

idad

es s

atél

ites,

aunq

ue e

n la

s ca

pita

nías

en d

ecad

enci

a es

taba

n di

smin

uyen

do.

Por

ejem

plo,

San

ta C

ruz

y Sa

nto

Am

aro

enPo

rto S

egur

o. L

a m

ayor

par

te d

e es

tas

ciud

ades

las

habí

a fu

ndad

o el

prim

er d

ona-

tario

, com

o se

esti

pula

ba e

n la

céd

ula

real

. Éste

con

cedí

a lo

tes

urba

nos

a ca

da c

o-lo

no c

on ti

erra

s pa

ra c

ultiv

ar (

sesm

aria

s) e

n el

terr

itorio

circ

unda

nte

{tér

min

o), u

naré

plic

a de

l sist

ema

utili

zado

par

a po

blar

las

zona

s re

conq

uist

adas

en

el s

ur d

e Po

r-tu

gal,

a fin

ales

de

la E

dad

Med

ia. E

l cap

itán

norm

alm

ente

tení

a el

pod

er d

e no

m-

brar

a lo

s m

iem

bros

del

con

cejo

mun

icip

al, p

or lo

men

os a

l prin

cipi

o; d

espu

és, d

eac

uerd

o co

n la

s or

dena

nzas

rea

les,

los

conc

ejal

es (

form

alm

ente

, al

men

os)

debí

anse

r el

egid

os p

or lo

s ci

udad

anos

pro

piet

ario

s {v

izin

hos)

, aun

que

el d

erec

ho d

el c

api-

tán

a su

perv

isar

el p

roce

so p

roba

blem

ente

sig

nific

aba

que

su in

fluen

cia

toda

vía

pre-

dom

inab

a. E

n la

s ca

pita

nías

de

la c

oron

a (B

ahía

, Río

de

Jane

iro)

los

func

iona

rios

mun

icip

ales

era

n no

mbr

ados

cas

i sie

mpr

e di

rect

amen

te p

or la

cor

ona.

Cada

ciu

dad

colo

nial

se

prov

eía

de g

ran

parte

de

sus

alim

ento

s lo

mism

o qu

e de

traba

jado

res

dom

éstic

os d

e lo

s in

dios

de

las

alde

as (a

ldei

as)

indi

as d

e lo

s al

rede

do-

res,

que

habí

an s

ido

paci

ficad

os y

cris

tiani

zado

s (a

l men

os, s

uper

ficia

lmen

te),

y cu

yaex

isten

cia

desc

ribie

ron

cuid

ados

amen

te la

may

oría

de

los

escr

itore

s, co

mo

una

dela

s fo

rmas

prin

cipa

les

de ri

quez

a de

las

capi

taní

as. L

os c

olon

os q

ue n

o vi

vían

con

cará

cter

per

man

ente

en

las

ciud

ades

, se

enco

ntra

ban

en la

s hac

iend

as a

zuca

rera

s, pe

-qu

eñas

com

unid

ades

en

sí m

ism

as, d

onde

el s

eñor

{se

nhor

) de

l «m

olin

o» (

enge

nho)

esta

ba ro

dead

o y

regí

a so

bre

sus t

raba

jado

res,

libre

s o

escl

avos

, ind

ios

o ne

gros

que

habí

an s

ido

impo

rtado

s de

Áfri

ca e

n nú

mer

o cr

ecie

nte.

Com

o ce

ntro

s pr

oduc

tivos

de la

col

onia

, esta

s hac

iend

as e

ran

más

impo

rtant

es q

ue la

s ci

udad

es y

tend

ían

a ecl

ip-

sarla

s. Es

reve

lado

r, po

r eje

mpl

o, q

ue lo

s clé

rigos

per

tene

cien

tes

a la

cap

illa

de u

naha

cien

da e

staba

n in

varia

blem

ente

mej

or p

agad

os q

ue lo

s qu

e se

rvía

n en

las

igle

sias

de la

ciu

dad.

Rea

lmen

te, e

l cre

cim

ient

o en

el n

úmer

o de

hac

iend

as a

zuca

rera

s en

una

capi

taní

a es

pro

babl

emen

te u

n bu

en in

dica

dor d

e su

s «é

xito

s» in

clus

o m

ás q

ue e

l cre

-ci

mie

nto

de p

obla

ción

en

las

ciud

ades

, por

que

sin lo

s en

genh

os n

o ha

bía

razó

n pa

raqu

e lo

s co

lono

s vi

vier

an y

se

qued

aran

.D

esde

157

0 a

1585

la p

obla

ción

bla

nca

pasó

apr

oxim

adam

ente

de

20.7

60 a

uno

s29

.400

(véa

se c

uadr

o 1)

con

una

tasa

bru

ta d

el 2

,7 p

or 1

00 al

año

, apr

oxim

adam

ente

.D

uran

te e

l mism

o pe

ríodo

, el n

úmer

o de

inge

nios

se

dupl

icó,

pas

ando

de

60 a

120

,in

crem

entá

ndos

e as

í con

una

tasa

del

6,6

por

100

anu

al.

Así

com

enzó

el ú

ltim

o au

ge a

zuca

rero

de

final

es d

el s

iglo

xvi

y e

l cre

cim

ient

orá

pido

de

la re

nta

per

cápi

ta d

e lo

s bl

anco

s en

Bra

sil.

La p

rinci

pal f

uent

e de

ingr

e-so

s de

la c

oron

a, lo

s di

ezm

os r

eale

s, un

10

por

100

de tr

ibut

o so

bre

todo

lo q

ue la

tierr

a pr

oduj

era

—az

úcar

, m

andi

oca,

plá

tano

s, pa

tata

s, ov

ejas

, ce

rdos

, ga

llina

s,etc

.— y

des

tinad

o te

óric

amen

te (

aunq

ue n

o sie

mpr

e en

la p

ráct

ica)

al m

ante

nim

ient

ode

la ig

lesi

a, n

os p

erm

ite,

Io cal

cula

r el p

rodu

cto

brut

o (m

enos

los

serv

icio

s) d

e la

econ

omía

cris

tiana

(o

colo

nial

); ad

emás

, 2o la

rent

a pe

r cá

pita

de

la p

obla

ción

co-

loni

al, c

apita

nía

por

capi

taní

a, a

sí c

omo

la d

e B

rasil

en

su c

onju

nto.

El c

uadr

o 2,

19.

Orl

ando

Rib

eiro

, Asp

ecto

s e

prob

lem

as

de e

xpan

süo

Portu

gues

a,

Lis

boa,

195

5, p

p.24

-27.

232

HIS

TORI

A D

E A

MÉR

ICA

LAT

INA

CUAD

RO 2

. Bra

sil c

olon

ial:

prod

ucto

br

uto,

159

3* (

en m

uréi

s y

porc

enta

je)

Itam

arac

á10

.600

$000

5Pe

rnam

buco

116.

000$

000

56Ba

hía

56.0

00$0

0027

Ilhéu

s6.

670$

000

3,2

Porto

Seg

uro

1.80

0$00

0<1

Espi

rito

Sant

o6.

000$

000

2,9

Río

de Ja

neiro

5.00

0$00

02,

4Sa

o V

icent

e5.

000$

000

2,4

Para

iba

1.400

S000

<1To

tal20

8.47

0S00

010

0

* C

alcu

lado

sobr

e la

base

de l

os d

iezm

os r

eale

s de l

a pr

oduc

ción

(exc

epto

los s

ervi

cios

) del

sect

or«c

rist

iano

» de

la e

cono

mía

.FU

ENTE

S:

Fran

cisc

o C

arne

iro,

«R

elac

áo de

tod

as as

ren

das d

a co

roa

que

nelle

se a

rrac

adao

de q

uepr

oced

em, m

odo e

luga

r em

que

se p

agáo

», ed

. Fra

ncisc

o M

ende

s da

Luz,

Bole

tim d

a Bib

liote

ca d

a U

ni-

vers

idad

ede

Coim

bra

(194

9), p

p. 1

01-1

02.

CUAD

RO 3

. Bra

sil c

olon

ial:

Prom

edio

de

rent

a pe

r cá

pita

en

1593

(Bl

anco

s) (

en m

itréi

s)

Pern

ambu

co9.

660

Ilhéu

s7.

410

Espi

rito

Sant

o6.

660

Río

de Ja

neiro

5.55

0Ba

hía

4.66

0Po

rto S

egur

o3.

000

Sao

Vice

nte

2.77

0Pr

omed

io6.

750

FUEN

TE :

véas

e cu

adro

2.

basa

do e

n el

die

zmo

real

de

1593

, ind

ica

el p

rodu

cto

brut

o ca

pita

nía

por

capi

taní

a,y

el c

uadr

o 3,

el p

rom

edio

de

los

ingr

esos

(de

los

blan

cos)

per

cáp

ita (

en m

uréi

s)po

r ca

pita

nía

(exc

eptu

ando

Ita

mar

acá,

par

a la

que

los

dato

s no

son

ade

cuad

os).

Esta

s ca

ntid

ades

las

conf

irman

tod

os lo

s re

lato

s co

ntem

porá

neos

de

la c

olon

ia,

que

desc

riben

a P

erna

mbu

co c

omo

la m

ás r

ica

de la

s ca

pita

nías

, mie

ntra

s co

loca

na

Sao

Vic

ente

en

últim

o lu

gar,

debi

do a

l baj

o pr

omed

io d

e in

gres

os d

e la

pob

laci

ónen

la c

olon

ia d

e Sa

o Pa

ulo,

en

el in

terio

r. En

cabe

zand

o la

esc

ala,

el s

alar

io a

nual

de M

em d

e Sá

com

o go

bern

ador

ent

re 1

557-

1572

era

de

600$

000

mitr

éis

y Fe

rnáo

Card

im i

nfor

que

«más

de

100»

pro

piet

ario

s de

inge

nios

de

azúc

ar e

n Pe

rnam

-bu

co te

nían

uno

s in

gres

os a

prox

imad

os d

e 2.

000$

000

mur

éis

por

año.

En c

ontra

ste c

on e

l ráp

ido

crec

imie

nto

de in

gres

os e

fect

ivos

exp

erim

enta

do p

orm

ucho

s de

los

colo

nos

en e

l últi

mo

cuar

to d

el s

iglo

xvi

, la

coro

na p

ortu

gues

a pa

-re

ce h

aber

par

ticip

ado

muc

ho m

enos

en

el d

esar

rollo

de

Bra

sil.

Util

izan

do lo

s da

-to

s so

bre

los

ingr

esos

de

la c

oron

a re

copi

lado

s po

r V

itorio

Mag

alhá

es G

odin

ho, e

s

Page 16: 03Leslie Bethell - Historia de América Latina Tomo 1 cap 8

LA C

OLO

NIZ

AC

IÓN

PO

RTU

GU

ESA

DEL

BR

ASI

L,15

00-1

580

23

3

impo

sible

det

erm

inar

que

Bra

sil,

en su

tota

lidad

pro

porc

iona

ba u

n 1

por

100

de lo

sin

gres

os d

e la

cor

ona

a pr

inci

pios

de

siglo

(150

6) c

ompa

rado

con

el 2

7 po

r 10

0 ap

ro-

xim

adam

ente

, que

pro

cedí

a de

la In

dia

en la

mism

a ép

oca.

88

años

más

tard

e, e

n15

88, B

rasil

con

taba

toda

vía

con

no m

ás d

e un

2,3

5-2,

5 po

r 10

0 de

ingr

esos

de

laco

rona

,mie

ntra

s qu

e la

Indi

a to

daví

a ap

orta

ba a

prox

imad

amen

te u

n 26

por

100

.20

Si s

e tie

ne e

n cu

enta

el c

oste

del

man

teni

mie

nto

del c

ontro

l so

bre

la c

osta

bra

sile

-ña

, así

com

o lo

s ga

stos

nece

sario

s pa

ra s

omet

er a

los

indi

os y

exp

ulsa

r a

los

fran-

cese

s, tie

ne q

ue h

aber

hab

ido

défic

it du

rant

e la

rgos

per

íodo

s de

tiem

po.

De

ahí q

ue re

sulte

difí

cil d

e ac

epta

r exp

licac

ione

s ec

onóm

icas

sim

ples

, bie

n po

rel

tena

z co

mpr

omiso

de

la c

oron

a co

n Br

asil

dura

nte

el s

iglo

xvi

, o p

or s

u pr

ogre

-sió

n a

travé

s de

las

4 fa

ses

de u

n co

mpr

omiso

con

tinuo

y c

reci

ente

: des

de e

l arr

en-

dam

ient

o de

la ti

erra

(15

02-1

505)

, a s

u ex

plot

ació

n di

rect

a po

r m

edio

de

fact

oría

sco

mer

cial

es r

eale

s (1

506-

1534

), a

las

conc

esio

nes

otor

gada

s a

seño

res

prop

ieta

rios

para

col

oniz

ar (

1534

), cu

lmin

ando

fina

lmen

te c

on la

cre

ació

n de

una

adm

inist

raci

ónre

al c

onsu

mad

a (1

549)

. En

cam

bio

esta

s fa

ses

son

más

con

vinc

ente

s vi

stas

sólo

com

ore

spue

stas

muy

nec

esar

ias

para

enf

rent

ar l

as a

men

azas

de

la p

érdi

da te

rrito

rial.

Una

vez

que

Bras

il se

inco

rpor

ó a

la c

oron

a po

rtugu

esa,

ya

nunc

a se

aban

donó

fáci

lmen

te,

a pe

sar

de la

car

ga e

norm

e qu

e po

día

supo

ner.

Joáo

de

Bar

ros,

histo

riado

r de

l im

-pe

rio y

don

atar

io d

e M

aran

háo,

res

ume

la a

ctitu

d de

la c

oron

a en

sus

Déc

adas

, «.

..par

a un

prín

cipe

que

se

enor

gulle

ce d

e cr

ears

e un

a re

puta

ción

por

hab

er h

echo

glor

iosa

s ha

zaña

s, na

da, n

i siq

uier

a el

aum

ento

de

las

rent

as d

e su

rein

o, n

i la

cons

-tru

cció

n de

gra

ndes

y m

agní

ficos

edi

ficio

s, pu

eden

com

para

rse

con

el e

ngra

ndec

i-m

ient

o de

la c

oron

a de

su

rein

o, o

al a

ñadi

r al

gún

nuev

o tít

ulo

a su

Esta

do».

21

La c

oron

a po

rtugu

esa,

fund

amen

talm

ente

de

cará

cter

señ

oria

l en

sus

actit

udes

,en

cont

ró s

us re

com

pens

as b

rasi

leña

s en

las

post

rimer

ías

del s

iglo

xvi

, no

tant

o en

la e

sfer

a ec

onóm

ica,

sin

o m

ás b

ien

en la

del

sta

tus

y el

pre

stig

io. I

ndud

able

men

te,

cons

ider

ando

la h

isto

ria p

ortu

gues

a de

l per

íodo

com

plet

o, lo

que

sor

pren

de a

l his

-to

riado

r no

es a

lgun

a «n

eglig

enci

a» h

acia

Bra

sil c

on la

que

tan

a m

enud

o se

ha

acu-

sado

a P

ortu

gal,

sino

más

bie

n la

tena

cida

d co

n la

que

este

peq

ueño

paí

s eu

rope

osu

jetó

sus

pos

esio

nes

en e

l Nue

vo M

undo

, cuy

os v

alor

es fu

ndam

enta

les

fuer

on t

anam

plia

men

te d

esco

noci

dos,

cuan

do lo

s prin

cipa

les

esfu

erzo

s co

loni

ales

se

habí

an re

a-liz

ado

en la

Ind

ia y

el l

ejan

o or

ient

e.

20.

V.M

. God

inho

, Ens

aios

II,L

isboa

, 195

8, p

p. 5

7-65

-67.

En

1953

, Fra

ncisc

o Ca

r-ne

iro ca

lculó

que B

rasil

cont

ribuí

a co

n un

3,3

por

100

de l

as re

ntas

de l

a cor

ona.

F. C

arne

i-ro

, «Re

lacSo

de to

das a

s ren

das d

a co

roa

deste

reyn

o de

Por

tuga

l que

nell

e se

arra

cadS

o de

que p

roce

dem

, mod

o e l

ugar

em qu

e se p

agSo

», ed

. F. M

énde

z da

Luz,

Bole

tim d

a Bi

blio

te-

ca d

a U

nive

rsid

a de

Coi

mbr

a, 5

3 (1

949)

, p. 1

01.

21.

Joáo

de B

arro

s, As

ia, p

rim

eira

déc

ada,

ed.

Ant

onio

Baiá

o, C

oim

bra,

1932

, p. 2

16.

ENSA

YO

S BI

BLIO

GRÁ

FICO

S

1. M

esoa

mér

ica

ante

s de

151

9

Una

com

plet

a bi

blio

graf

ía c

once

rnie

nte

a la

arq

ueol

ogía

y a

la e

tnoh

istor

ia d

e M

e-so

amér

ica

y no

rte d

e M

éxic

o, d

esde

151

4 a

1960

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