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Lectura Orante

para Educadores

PARTIENDO DE NUESTRA VIDA

Se invita a contemplar la imagen de Jess y los nios del Va Christi de Junn de los Andes (Anexo 1). Detenerse en las miradas, la actitud de Jess, las sonrisas de los nios

Se propone hacer memoria de alguna presencia educativa en la propia vida: Recordar alguna experiencia educativa significativa que te acompa cundo fue cmo te sentiste que te aport a tu identidad de educador/a

UN ENCUENTRO QUE TRANSFORMA

Se comparte la lectura personal y/o grupal del encuentro de DB con BartolomGarelli del P. Luis Timossi (Anexo 2)

A continuacin, se invita a releer de manera personal el encuentro, para poder responder las preguntas

Finalizado este tiempo, se convoca nuevamente el grupo para que pueda compartir las resonancias

CELEBRAMOS EL ENCUENTRO

(Se puede ambientar colocando en el centro un aguayo, una velita y la Palabra, la imagen de Jess y los nios)

Se invita a agradecer por los chicos a quienes acompaamos. Se motiva para nombrar a los Bartolom Garelli de hoy

Se proclama el Evangelio: Mt.11, 25-27.

Se finaliza con el video: Si quieres te acompao en el camino (con las imgenes de la pelcula deDB)

Si es posible se le entrega a cada educador/a la imagen

RECURSOS

Imagen del Via Christi en grande para ambientar y otras pequeas para entregar de Recuerdo(Anexo 1)Video Si quieres te acompao en el camino: http://youtu.be/xnz30JaHnPkTexto de la lectura orante (Anexo 2) AguayoVelaPalabra

www.bicentenariodb.org.arContacto: [email protected]

ANEXO

Lectio Bartolom Garelli

Memorias del Oratorio. [40] La fiesta de la Inmaculada Concepcin y el principio del Oratorio festivo

(Traduccin de Luis Timossi)

1. El Texto

Apenas entr en la Residencia Eclesistica de San Francisco, me encontr de inmediato con una escuadra de jovencitos que me seguan por calles y plazas y hasta la misma sacrista de la iglesia del Instituto. Pero no poda ocuparme directamente de ellos por falta de local. Un simptico incidente me ofreci la ocasin para intentar llevar a la prctica el proyecto en favor de los jovencitos que vagabundeaban por las calles de la ciudad, especialmente, los salidos de las crceles.

El da solemne de la Inmaculada Concepcin de Mara (8 diciembre de 1841) a la hora establecida, me estaba revistiendo con los ornamentos sagrados para celebrar la santa misa. El clrigo encargado de la sacrista, Jos Comotti, al descubrir en un rincn a un jovencito, lo invita a que me ayude la misa.

- No s, respondi l, todo mortificado.- Ven, replic, quiero que ayudes la misa.- No s, repuso el jovencito, no lo he hecho nunca.- Sos un animal (bestione), afirm furiosamente el sacristn; si no sabs ayudar misa a qu vens a la sacrista?Mientras deca esto, agarr el mango del plumero y empez a golpear en la espalda y en la cabeza de aquel pobrecito, mientras este echaba a correr.- Qu hace? -grit yo con fuerza-. Por qu le pega de ese modo? Qu ha hecho?- Por qu viene a la sacrista, si no sabe ayudar misa?- Pero usted ha hecho mal.- Y a usted qu le importa?- Me importa mucho; es un amigo mo. Llmelo inmediatamente, necesito hablar con l.- Tonto, tonto (tuder, tuder1) se puso a llamarlo corriendo tras l; y asegurndole que lo tratara mejor, lo trajo a mi lado.El muchacho se acerc temblando y llorando por los golpes recibidos.- Oste ya la misa?, le dije con el cario (la amorevolezza2) que me fue posible.

1 Tuder, tuder!, en piamonts es un trmino despectivo, que tiene equivalentes en alemn y lombardo (de donde pas al piamonts), para decir de una persona que es tarda, bruta, que no entiende nada. Poda ser para un italiano de los aos de la dominacin austraca en Lombarda (1814 al 1859): alemn, tedesco. Aqu, en un sentido popular, se puede traducir como zoquete, tarugo, tonto, estpido, menso, maleta, etc... Ferrero Ernesto, Dizionario Storico dei Gerghi Italiani, pg. 367. Fernando Peraza, MO, Nota n 160.

2 Primera y nica vez que usa DB esta palabra en las MO.

- No, respondi.

- Ven a orla; despus me interesara hablarte de un asunto que te va gustar. Me lo prometi. Mi deseo era mitigar el disgusto de aquel pobrecito y no dejarlo con aquella mala impresin hacia los responsables de esa sacrista.

Celebrada la santa misa y practicada la debida accin de gracias, traslad a mi candidato a un corito. Con el rostro sonriente (con faccia allegra) y asegurndole que no deba temer ms bastonazos, comenc a preguntarle de esta manera:

-Mi buen amigo, cmo te llams? -Me llamo Bartolom Garelli.-De qu pueblo sos? -De Asti.-Vive tu padre? -No, mi pap muri.-Y tu madre? -Mi mam tambin muri.-Cuntos aos tens? -Tengo diecisis.-Sabs leer y escribir? -No s nada.-Fuiste ya admitido a la primera comunin? -Todava no.-Te confesaste alguna vez? -S, pero cuando era pequeo.-Ahora vas al catecismo? -No me atrevo.-Por qu? -Porque mis compaeros ms pequeos saben el catecismo; y yo, tan mayor, no s nada. Por eso me da vergenza ir a las clases.-Si te diera el catecismo aparte, vendras a escucharlo? -Vendra con mucho gusto.-Vendras con agrado a esta habitacin? -Vendr con mucho gusto, siempre que no me den bastonazos.-Quedate tranquilo, que nadie te maltratar. Al contrario, vos sers mi amigo, tendrs que tratar slo conmigo. Cundo quers que comencemos nuestro catecismo? -Cuando usted quiera. -Esta tarde? - S. -Quers ahora mismo? -S, tambin ahora; con mucho gusto.Me levant e hice la seal de la santa cruz para comenzar, pero mi alumno no la haca porque no saba el modo de hacerla.

En aquella primera leccin de catecismo me entretuve en ensearle a hacer la seal de la cruz y en hacerle conocer a Dios Creador, junto al fin para el que nos cre.

Aunque de floja memoria, dada su asiduidad y atencin, en pocos das festivos logr aprender las cosas necesarias para hacer una buena confesin y poco despus su santa comunin.

A este primer alumno se unieron algunos otros; y durante aquel invierno me limit a atender a algunos mayores que tenan necesidad de una catequesis especial y, sobre todo, a los que salan de las crceles.

Fue entonces que constat (che io toccai con mano): que estos jvenes salidos del lugar de castigo si encuentran una mano benvola que se ocupe (si prenda cura) de ellos, los asista en los das festivos, les busque un lugar de trabajo con un buen patrn, yndolos a visitar alguna vez durante la semana, estos jovencitos reemprendan una vida honrada, olvidaban el pasado, y se transformaban en buenos cristianos y honrados ciudadanos.

Este es el origen de nuestro Oratorio, que con la bendicin del Seor creci tanto, como nunca entonces hubiera podido imaginarlo.

2. Lectura orante:Apenas entr en la Residencia Eclesistica de San Francisco, me encontr de inmediato con una escuadra de jovencitos que me seguan por calles y plazas y hasta la misma sacrista de la iglesia del Instituto. Pero no poda ocuparme directamente de ellos por falta de local.

DB empieza a residir, por primera vez en su vida, en la gran ciudad. Vive como interno en el Convitto, pero tiene tiempos de accin pastoral y posibilidades de recorrer y conocer la capital del reino que estaba en franca expansin. Junto con el crecimiento numrico de sus habitantes, comenzaban a instalarse los enormes desafos de la nueva pobreza urbana. Es llamativo que no ms llegar ya afirme: me encontr de inmediato con una escuadra de jovencitos que me seguan por calles y plazas y hasta la misma sacrista de la iglesia del Instituto. Qu haba en l que casi como por un misterio de atraccin magntica, se le pegaban inmediatamente cantidades de chicos que vagaban por las calles? Es una atraccin recproca. Eso se llama carisma

Y comienza a sentir uno de los primeros planteos que va a ser reiterativo durante varios aos, hasta llegar a Valdacco, la tierra prometida: la falta de un lugar donde reunir a sus chicos. Un espacio donde (l todava no lo saba), construir un hogar, una casa de familia para sus chicos.

Un simptico incidente me ofreci la ocasin para intentar llevar a la prctica el proyecto en favor de los jovencitos que vagabundeaban por las calles de la ciudad, especialmente, los salidos de las crceles.

Como buen narrador que es, DB despierta el inters del lector de sus Memorias: qu ser este simptico incidente? Qu tendr de carga sorprendente como para despertar el deseo de continuar leyendo para averiguarlo? Lo importante es que l mismo afirma que ser la ocasin para llevar a la prctica su proyecto largamente soado y elaborado en su mente y en su corazn. A este episodio simptico se le atribuye por tanto una densidad histrica nica. Y deja por ensima vez muy claro, que el proyecto se refiere a los jovencitos que vagabundeaban por las calles de la ciudad, se trata de una escuadra (siempre son muchos para Don Bosco) de los chicos ms pobres y abandonados, llegados normalmente de pueblos e incluso pases cercanos. Pero dentro de este colectivo hay una preferencia mayor: los salidos de las crceles. Los jvenes que han probado la humillacin y la deshumanizacin ms grandes. Los ltimos

El da solemne de la Inmaculada Concepcin de Mara (8 diciembre de 1841)

No debe pasar desapercibido para nadie esta puntualizacin cronolgica que hace Don Bosco del hecho. Si bien l afirma que ser un simptico episodio el que est por narrar, por su contextualizacin temporal en una fecha tan querida de la Virgen, como es el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepcin de Mara, comienza a rodear el hecho de una significatividad casi sobrenatural (da solemne); como que todo va a suceder bajo el amparo, quizs la inspiracin de la misma Sma. Virgen. Y esto conecta directamente con el sueo de los 9 aos,

con la Maestra que le ensea a vivir el carisma. Sin Ella no se dar nada en la vida de Don Bosco. El Oratorio es necesariamente obra suya (de Ella).

A la hora establecida, me estaba revistiendo con los ornamentos sagrados para celebrar la santa misa.

Luego de ubicarnos en el tiempo, Don-Bosco-narrador sita al Don-Bosco-personaje en un contexto espacial. El hecho sucedi, (o quiso que se desplegara), en el escenario de una sacrista. l est revistindose de los ornamentos sacerdotales. No cabe ninguna duda que el personaje es un sacerdote, y que en funcin de tal ministerio, actuar en el simptico episodio. La sacrista, el estar revestido de los ornamentos, el estar por salir a celebrar la eucarista, dan un marco eminentemente eclesial, si lo hay, para proyectar lo que nos quiere decir con este episodio. Estamos por presenciar el surgimiento de un nuevo tipo de sacerdote, para la construccin de una forma superadora de ser iglesia para aquel tiempo.

El clrigo encargado de la sacrista, Jos Comotti, al descubrir en un rincn a un jovencito, lo invita a que me ayude la misa.

Aparece en escena un personaje: el sacristn, con nombre y apellido, pero quizs ms simblico (proyectivo) que real. Es precisamente l quien descubre al nio acurrucado en un rincn y lo hace saltar a la luz de la escena, invitndolo a ayudar al sacerdote que est por salir a oficiar la misa. Todo sacerdote, en la poca, deba celebrar asistido de algn monaguillo.

Y as ya queda planteada la figura de los tres protagonistas que intervendrn en el episodio.

- No s, respondi l, todo mortificado. - Ven, replic, quiero que ayudes la misa. - No s, repuso el jovencito, no lo he hecho nunca. - Sos un animal, afirm furiosamente el sacristn; si no sabs ayudar misa a qu vens a la sacrista?

Mientras deca esto, agarr el mango del plumero y empez a golpear en la espalda y en la cabeza de aquel pobrecito, mientras este echaba a correr.

El jovencito, an sin nombre, comienza a actuar respondiendo con una palabra que se repetir en sus labios muchas veces durante el relato, la palabra no, no s. El sacristn empieza a levantar presin, a exigir, y luego a insultar, y finalmente a emprenderla a golpes con el pobre muchacho. Don-Bosco-narrador marca con este personaje un contraluz que permite acentuar, justamente por contraposicin, las bondades del sistema preventivo con el que actuar el sacerdote Don Bosco. Frente a un pobre chico ignorante, el sacristn, representa el estilo de una iglesia rigurosa, severa, exigente, ritualista que expulsa a los jvenes que no encajan con ese modelo

- Qu hace? -grit yo con fuerza-. Por qu le pega de ese modo? Qu ha hecho? - Por qu viene a la sacrista, si no sabe ayudar misa? - Pero usted ha hecho mal. - Y a usted qu le importa? - Me importa mucho; es un amigo mo.

El alboroto hace que Don Bosco abandone su concentracin previa a la Eucarista y fije su mirada y su inters en lo que est aconteciendo a su lado. El rito puede esperar, lo importante y primero

es la persona del joven. Interviene casi impulsivamente y con fuerza (como al inicio del sueo de los 9 aos), pero esta vez para evitar que los jvenes sean golpeados. Ha aprendido la leccin: no con golpes La reaccin del sacristn es tambin descorts y hasta ofensiva. Esa pregunta:y a usted qu le importa? suena a un no se meta, en lo que no es suyo ofreciendo una astuta habilitacin a la respuesta que Don Bosco quera calzar aqu, como clave de la nueva relacin que va a establecer: me importa porque es mi amigo. Es la categora de relacin que Jess le traz en el sueo: a estos tus amigos, debers ganarlos. Don Bosco lo aplica con Garelli. Todo joven, cualquier joven, especialmente los marginados, los difciles, son antes que nada, potenciales amigos para ganar.

- Llmelo inmediatamente, necesito hablar con l. - Tonto, tonto, se puso a llamarlo corriendo tras l; y asegurndole que lo tratara mejor, lo trajo a mi lado.

El muchacho se acerc temblando y llorando por los golpes recibidos.

Don Bosco acta con autoridad y manda al sacristn a buscar al chico. Misin nada fcil luego del trato recibido y que el texto remarca en las palabras del servidor de la sacrista y en la descripcin del muchacho: temblando y llorando. El que tiene ahora Don Bosco delante suyo, es un chico golpeado, asustado, sufrido Cmo se las arreglar para establecer una corriente de confianza?

- Oste ya la misa?, le dije con el cario (la amorevolezza) que me fue posible. - No, respondi.- Ven a orla; despus me interesara hablarte de un asunto que te va gustar. Me lo prometi. Mi deseo era mitigar el disgusto de aquel pobrecito y no dejarlo con aquella mala impresin hacia los responsables de esa sacrista.

Comienza a establecerse el vnculo. Una pregunta, pero dicha de un modo muy especial: cargada de cario, de todo el cario del que era capaz en ese momento el corazn de DB. Y Don-Bosco-narrador escoge para decir esto la palabra italiana: amorevolezza, en la que concentrar una dosis semntica difcil de traducir en otros idiomas. De alguna manera la define l mismo (y la seguir describiendo en los distintos aspectos de este mismo relato) como: todo el cario (amor manifestado) del que uno es capaz. Esta amorevolezza ser la puerta de entrada de todo su sistema educativo. Ser, sobre todo para los chicos sufridos, difciles, heridos en el corazn el punto de partida, sin el cual es imposible cualquier intento de abordaje a una propuesta educativa o evangelizadora.

A la pregunta amable, que tiene como respuesta otro no, se suma la invitacin corts, acompaada de una promesa que despierta el inters y la curiosidad propias de los chicos: despus me interesara hablarte de un asunto que te va gustar. Logr el enganche. La afirmacin: me lo prometi, indica una respuesta positiva, un primer s tcito, que est a indicar un movimiento de acercamiento por parte del chico.

Y sigue una confesin de lo que senta DB en su interior en ese momento: mi deseo era mitigar el disgusto Lo habitaba un sentimiento de misericordia, de samaritano, que era el verdadero motivo de su modo de actuar.

Celebrada la santa misa y practicada la debida accin de gracias, traslad a mi candidato a un corito. Con el rostro sonriente y asegurndole que no deba temer ms bastonazos,

Don Bosco no dice nada de la misa, slo que la celebr y que al final hace la accin de gracias imperada. Pero podemos suponer que durante esa eucarista y esa oracin, su pensamiento habr girado en torno al episodio que haba presenciado y a su intervencin. Su corazn estara orientado hacia ese chico que tena ahora junto a s y al que pensaba abordar despus de la celebracin. Qu habr rezado? Qu le habr pedido al Seor por ese chico? Qu le habr solicitado para que l mismo pudiera recuperar el corazn lastimado de ese chico?

Busca un espacio tranquilo donde poder hablar en intimidad: un corito cercano. Y describe otro elemento que caracteriza el modo de vincularse por medio de la amorevolezza: la cara alegre. Es la tarjeta de presentacin de todo salesiano. Es el gesto visible, el primero que percibe el chico, an antes de hablar. Lo describir muy bien en su libretita de apuntes un huerfanito del clera que Don Bosco va a recoger al Convento de Santo Domingo donde haban refugiado temporalmente a unos 100 de estos nios. Pedrito Enra escribir sobre la primera vez que lo vio y qued como enamorado de l (no saba que era Don Bosco) aquel cura sonrea, y se haca amar an antes de comenzar a hablar. La tradicin de los orgenes plasmar en una frase-rima, esta identidad: faccia allegra, cuore in mano, ecco fatto il salesiano: cara alegre (sonriente), corazn en la mano, este es el salesiano.

Comenc a preguntarle de esta manera: -Mi buen amigo, cmo te llams? -Me llamo Bartolom Garelli. -De qu pueblo sos? -De Asti. -Vive tu padre? -No, mi pap muri. -Y tu madre? -Mi mam tambin muri. -Cuntos aos tens? -Tengo diecisis. -Sabs leer y escribir? -No s nada. -Fuiste ya admitido a la primera comunin? -Todava no. -Te confesaste alguna vez? -S, pero cuando era pequeo. -Ahora vas al catecismo? -No me atrevo. -Por qu? -Porque mis compaeros ms pequeos saben el catecismo; y yo, tan mayor, no s nada. Por eso me da vergenza ir a las clases.

Luego de la aproximacin por vas de la amarevolezza, comienza una tarea de conocimiento emptico: se trata de entrar en la realidad, en la situacin de vida en la que se encuentra el chico. Las preguntas no son un interrogatorio, sino que (avaladas por la sonrisa y el cario) expresan un inters por entrar en el mundo (por ahora desconocido) del muchacho. l se siente decir ante todo por este cura: mi buen amigo. Esta es la categora relacional que recorre todo el texto. Se trata por tanto de descubrir en qu consiste la amistad: Es un modo de amar que implica necesariamente correspondencia, reciprocidad, confianza, sinceridad, intimidad No es cualquier tipo de caridad, no es simple beneficencia, ni solidaridad, ni promocin, ni compasin si bien todos estos elementos de alguna manera quedan incorporados en la propuesta. El amor-salesiano es amor de amistad. Es por tanto de ida y vuelta, ama y busca ser amado, crea vnculo. Una de las mejores descripciones de este modo de amar-educar- evangelizar a los jvenes a travs de la amistad, se encuentra en la Carta de Don Bosco de Roma de 1884. Vale la pena darle una relectura.

Es notable que las preguntas, luego de pasar por su nombre, pueblo de origen y edad, que perfilan los rasgos fundamentales de la persona, incursionan sobre las tres instituciones que

todo ser humano tiene como mbitos de pertenencia y desarrollo: la familia, la escuela y la iglesia. En todas ellas Bartolom responde nuevamente no, no tiene pap, no tiene mam, no tiene escuela, no tiene participacin en la iglesia. Podemos decir que es un chico no, un chico nada, un chico nadie. Sin ningn vnculo que le d pertenencia. Estos elementos describen la realidad del ABANDONO. Bartolom es un chico abandonado, marginado. DB no dice concretamente que haya estado en la crcel, pero por la introduccin al episodio y por todo el contexto, podra muy bien suponerse: Un simptico incidente me ofreci la ocasin para intentar llevar a la prctica el proyecto en favor de los jovencitos que vagabundeaban por las calles de la ciudad, especialmente, los salidos de las crceles

A mi modo de ver, ms all de que Bartolom Garelli fuera un chico verdaderamente histrico, o un nombre que Don Bosco invent (como planteamos en la introduccin), lo verdaderamente importante es que en l se describen los rasgos del tipo de joven a los que Don Bosco se quiso dedicar, al marcar el inicio y el sentido del Oratorio. El Oratorio funcionar mejor si se dedica a esta tipologa de jvenes. El Oratorio est hecho para estos chicos abandonados, pobres y en peligro.

Sabs silbar?

-Si te diera el catecismo aparte, vendras a escucharlo? -Vendra con mucho gusto. -Vendras con agrado a esta habitacin? -Vendr con mucho gusto, siempre que no me den bastonazos. -Quedate tranquilo, que nadie te maltratar. Al contrario, vos sers mi amigo, tendrs que tratar slo conmigo. Cundo quers que comencemos nuestro catecismo? - Cuando usted quiera. -Esta tarde? -S. -Quers ahora mismo? -S, tambin ahora; con mucho gusto.

Y del conocimiento y la empata, pasa inmediatamente a la propuesta. El amor-salesiano se compromete con el amigo recin ganado. Ya mismo se hace compaero de camino. Es un amor concreto, operativo, que no deja las cosas como estn sino que se implica para ayudar a dar un salto de calidad en la vida. Es un amor que entrega tiempo, conocimientos, dedicacin Y la propuesta es Un Catecismo, as llamaba tambin Don Bosco al Oratorio en los primeros tiempos. El amor-salesiano se hace catequesis personalizada, espacio eclesial de crecimiento y vnculo que lleva al conocimiento y al encuentro ms intenso con Dios.

Siempre la garanta est en la amistad: vos sers mi amigo.

Me levant e hice la seal de la santa cruz para comenzar, pero mi alumno no la haca porque no saba el modo de hacerla.

En aquella primera leccin de catecismo me entretuve en ensearle a hacer la seal de la cruz y en hacerle conocer a Dios Creador, junto al fin para el que nos cre.

Comienza con lo ms bsico y Bartolom ni siquiera sabe la seal de la cruz El regalo que le hace DB para integrarlo, y hacerlo crecer, es ensearle el camino del encuentro con Dios, el Padre creador, el Dios que lo mueve a l a hacerse pap de ese chico y dedicar su vida misma a hacerlo sentir hijo.

Aunque de floja memoria, dada su asiduidad y atencin, en pocos das festivos logr aprender las cosas necesarias para hacer una buena confesin y poco despus su santa comunin.

La descripcin de BG se enriquece con este pequeo comentario final de DB. El chico sin familia, sin escuela, no tena tampoco buena memoria; al no haberla ejercitado, su capacidad seguramente se habra atrofiado un poco. Pero en cambio, era tenaz y pona voluntad, caractersticas tambin de un chico que haba tenido que luchar en la vida.

A este primer alumno se unieron algunos otros; y durante aquel invierno me limit a atender a algunos mayores que tenan necesidad de una catequesis especial y, sobre todo, a los que salan de las crceles.

Garelli es como la semilla del rbol del Oratorio, el inicio, el punto de partida, por eso mismo no se cierra todo en l. La definicin de primer alumno, da a entender que es el primero de muchos que vendrn. El horizonte est abierto al infinito. El clima rgido del invierno de Turn (Habr entrado Garelli a la sacrista buscando un lugarcito donde estar un poco ms calentito?) le reduce a DB las posibilidades de lanzarse ms, y por eso se limita a atender a algunos mayores. Jvenes justamente que por la edad no encajaban en los esquemas eclesiales de la catequesis de comunin, quedando por tanto muchas veces marginados de toda educacin religiosa.

Y Don-Bosco-narrador cierra el texto como lo inici marcando esa caracterstica de los jvenes hacia quienes senta una inclinacin del todo especial y por quienes haba optado con predileccin: sobre todo, a los que salan de las crceles. La experiencia de las visitas a las crceles, guiado por Don Cafasso, haban pegado muy fuerte en l. Su proyecto principal era evitar que esos chicos que tanto haban sufrido ya, vuelvan a reincidir y regresar a un lugar tan deshumanizante y envilecedor. La PREVENCIN se juega con todo en este tipo de chicos, porque el riesgo de llegar tarde, de que un joven se pierda casi irremediablemente es tan apremiante que necesita una accin rpida y eficaz. El sistema preventivo comienza a hacerse no slo actitud prctica, sino tambin criterio de seleccin del joven en riesgo, y por tanto opcin de campo.

Fue entonces que constat (che io toccai con mano): que estos jvenes salidos del lugar de castigo si encuentran una mano benvola que se ocupe (si prenda cura) de ellos, los asista en los das festivos, les busque un lugar de trabajo con un buen patrn, yndolos a visitar alguna vez durante la semana, estos jovencitos reemprendan una vida honrada, olvidaban el pasado, y se transformaban en buenos cristianos y honrados ciudadanos.

El episodio se cierra con un comentario a modo de reflexin. Por algo Don Bosco lo pone. Porque no est slo contando historias, sino tratando de formarnos a los que venimos detrs, en las mismas convicciones y proyecto de vida. De la experiencia misma del contacto con estos jvenes constata (toca con la mano), es decir, aprende de la realidad. Esto supone que en l reside una actitud reflexiva ante la misin educativo-pastoral, est discerniendo: verificando si el proyecto que se haba hecho con anlisis de causas y propuestas de solucin, que tocan la

problemtica tan delicada del sufrimiento deshumanizante de los jvenes, funciona o no, es provechoso o no.

El punto de partida es la realidad concreta de los jvenes en riesgo: estos jvenes salidos del lugar de castigo

El punto de llegada, verificado, es que: estos jovencitos reemprendan una vida honrada, olvidaban el pasado, y se transformaban en buenos cristianos y honrados ciudadanos. Que es la meta, el objetivo a lograr: sanar el pasado y construir el futuro tanto a nivel espiritual como humano-social.

Hay en el medio, un proceso de transformacin, de cambio cualitativo de vida, de adquisicin del sentido pleno de la existencia, operado por una praxis impregnada de amorevolezza: es la metodologa de la pedagoga de la bondad, que Don Bosco describe aqu en sus rasgos esenciales:

Parte de hacerse mano benvola, es decir casi caricia, amor concreto manifestado con expresiones de alegra y simpataNo slo se hace gesto inicial que capta, sino que se compromete: se ocupe (si prenda cura) de ellos. Este los cuide o los tome bajo su cuidado, implica un hacerse cargo de, un custodiar, un atender, un defender como propiosUn tercer momento es: los asista en los das festivos. Notar el verbo: asistir que para nosotros salesianos conlleva un sinnmero de tonalidades educativas y se refiere especialmente a un estar con, un acompaar con amor preventivo, liberador. Los das festivos: son los tiempos de mayor riesgo. Cuando los jvenes no tienen trabajo y no saben qu hacer, son la ocasin del juntarse en patotas, en maras, con compaeros que a veces arrastran a los ms dbiles, y son ocasin del desbarranco de muchos. DB presta atencin a los momentos de la vida de los jvenes donde se puede poner en juego su deterioro y por lo tanto exigen un empeo de mayor prevencin e iniciativas de contencin.Otro recurso educativo, que encarna el hacerse cargo, propone: les busque un lugar de trabajo con un buen patrn, yndolos a visitar alguna vez durante la semana. El cuidar del muchacho implica buscar que se sienta til, que tenga un inters, algo por lo que vivir, est ocupado, aprenda un oficio con el que ganarse la vida y darle un sentido Al mismo tiempo no dejarlo librado a su suerte, sino que con las visitas durante la semana, sienta que su amigo lo acompaa, lo sostiene, se acuerda de l, es un referente en el que ahora puede confiar.

Este es el origen de nuestro Oratorio, que con la bendicin del Seor creci tanto, como nunca entonces hubiera podido imaginarlo.

El mismo DB atribuye a este episodio el inicio del Oratorio. A lo largo de su vida, y en los ltimos aos cada vez con ms carga idealizadora, volver a este momento como un momento de fundacin. Lo indicar ms an como el inicio no slo del Oratorio, sino de la misma Congregacin Salesiana.

Dir: todo comenz con esa Avemara, rezada

3. Aterrizando a nuestra vida:

Narro mi experiencia fundante del Oratorio: cundo y cmo empez para m el Oratorio?Quines son mis Bartolom Garelli de hoy, los jvenes especialmente salidos de las crceles que me toca acompaar?Cules son mis actitudes preventivas para evitar el sufrimiento deshumanizante de los jvenes que la Divina Providencia me confa? Trato de aplicar a mi experiencia de educador/a, animador/a, el estilo de vnculo que DonBosco propone en la relacin con Garelli.