iasdversur.orgiasdversur.org/download/ministerio_personal/dr._j._omar... · Web viewAdemás, la...

22
LOS PREDICADORES ADVENTISTAS Y SU COMPROMISO CON LA PREDICACIÓN ESCATOLÓGICA J. Omar Velázquez C. D.Min. Universidad de Montemorelos, México [email protected] 1.INTRODUCCIÓN Una de las indicaciones precisas de Jesús fue “Escudriñad las Escrituras” (Jn.5:39). 1 Cuando se sigue éste mandato, su estudio, puede “hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Ti. 3:15) a todo aquel que la escudriña con devoción. Además, la meditación y análisis de los diversos temas que se encuentran en la Biblia pueden ser de gran ayuda espiritual para el ser humano. Entre los grandes temas que contienen las Escrituras están los que tienen que ver con la escatología. El estudio de estos temas siempre ha sido de especial interés para los estudiantes de la Biblia. Hay que recordar que, precisamente, el estudio de los temas escatológicos fue el detonante para el gran movimiento adventista del siglo XIX. Posteriormente, entre los Adventistas del Séptimo Día, su estudio, 1 Todos los textos bíblicos citados serán tomados de la Santa Biblia versión Reina-Valera 1960. 1

Transcript of iasdversur.orgiasdversur.org/download/ministerio_personal/dr._j._omar... · Web viewAdemás, la...

LOS PREDICADORES ADVENTISTAS Y SU COMPROMISO CON

LA PREDICACIÓN ESCATOLÓGICA

J. Omar Velázquez C. D.Min.Universidad de Montemorelos, México

[email protected]

1. INTRODUCCIÓN

Una de las indicaciones precisas de Jesús fue “Escudriñad las Escrituras” (Jn.5:39).1 Cuando se sigue éste mandato, su estudio, puede “hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Ti. 3:15) a todo aquel que la escudriña con devoción. Además, la meditación y análisis de los diversos temas que se encuentran en la Biblia pueden ser de gran ayuda espiritual para el ser humano.

Entre los grandes temas que contienen las Escrituras están los que tienen que ver con la escatología. El estudio de estos temas siempre ha sido de especial interés para los estudiantes de la Biblia. Hay que recordar que, precisamente, el estudio de los temas escatológicos fue el detonante para el gran movimiento adventista del siglo XIX. Posteriormente, entre los Adventistas del Séptimo Día, su estudio, fue un factor clave que le dio identidad a la naciente iglesia, porque según Knight, “desde el comienzo mismo el adventismo se ha visto a sí mismo como un pueblo llamado con una visión profética. . . Esa interpretación, precisamente, ha dado ímpetu al movimiento adventista.”2 La iglesia Adventista del Séptimo Día, en la actualidad, se considera el remanente que guarda los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Ese

1 Todos los textos bíblicos citados serán tomados de la Santa Biblia versión Reina-Valera 1960.2 George R. Knight, La visión apocalíptica y la castración del adventismo. (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2009), 31.

1

remanente anuncia la llegada de la hora del juicio, proclama la salvación por medio de Cristo y pregona la proximidad de su segunda venida.3 Por esta razón, esta iglesia “amonestará al mundo, diciendo que la hora del juicio de Dios ha llegado, y preparará a otros para que se encuentren con su Señor próximo a venir. Estará empeñada en una misión mundial destinada a completar el testimonio divino ante la humanidad.”4

Siendo que las profecías y los mensajes bíblicos sobre el tiempo del fin forman parte del evangelio eterno que se debe proclamar a los moradores de la tierra (Ap. 14:7), todo predicador adventista debe tener un compromiso con la predicación escatológica. Su predicación sobre estos temas debe despertar las mentes de aquellos que, como dice el profeta Sofonías, “reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal” (Sof. 1:12). Además de advertir a los oyentes sobre el tiempo del fin, los mensajes de todo predicador adventista, siempre deben estar impregnados de esperanza (Ro. 15:4). Mucho más en estos días, de tanta confusión, cuando ha surgido un marcado interés en los temas apocalípticos, alentado por una avalancha de películas, libros, predicaciones e infinidad de folletos con mensajes alarmistas y distorsionados sobre estos temas en particular.

En medio del marcado interés de la sociedad actual en temas sobre el fin del mundo, y conscientes del compromiso con la predicación escatológica, se deben recordar las orientaciones de Elena White respecto a la predicación de los predicadores. Ella dijo: “El objeto de predicación no es solamente transmitir información, no meramente convencer el intelecto. La predicación de la palabra debe dirigirse al intelecto, e impartir conocimiento, pero debe hacer más que esto. Las palabras del ministro deben alcanzar los corazones de los oyentes.”5 Por ésta razón, la predicación escatológica del pastor adventista debe desafiar el intelecto y presentarse con tal convicción y 3Asociación Ministerial de la Asociación General de la Iglesia Adventista del séptimo Día, Creencias de los Adventistas del Séptimo Día (Nampa, ID: Publicaciones Interamericanas, 2006), 180.4 Ibíd., 191.5 Elena G. de White, Testimonios para los ministros (Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1977), 62.

2

pasión, de tal manera que mueva los corazones a favor de Cristo, los confronte ante la realidad inminente de su segunda venida y los anime a estar preparados para el juicio final de los seres humanos.

2. LA IMPORTANCIA DE LA PREDICACIÓN

Antes de señalar algunos conceptos básicos sobre la predicación escatológica que se deben considerar cuando se presentan este tipo de sermones, es bueno recordar algunos elementos que resaltan la importancia de la predicación, en general, en el desarrollo espiritual de los oyentes. Todo predicador adventista, sin importar el tipo de sermones que presente, debe tener en mente las siguientes verdades.

Cuando el Señor Jesús llamó a sus discípulos lo hizo con dos objetivos en mente: “Para que estuviesen con él y para enviarlos a predicar” (Mr. 3:14). Este registro sagrado pone en relieve el gran compromiso con la predicación que tiene todo aquel que es llamado al ministerio pastoral. El apóstol Pablo reconoció este compromiso en particular. El dijo: “Yo fui constituido, predicador, apóstol y maestro de los gentiles” (2 Ti. 1:11; 1 Ti. 2:7). De igual manera, se espera que todo pastor considere de vital importancia la tarea de la predicación en el ejercicio de su ministerio pastoral. Refiriéndose a los pastores adventistas, H.M.S. Richards puntualiza lo siguiente: “Si la predicación no es la tarea principal en la vida de un hombre, la ordenación de éste hombre está fuera de lugar.”6

Sin embargo, se tiene que reconocer que no siempre es fácil mantener el compromiso con la predicación. Cecilio Arrastía señala éste problema en la vida del pastor. El advierte: “Un marcado hincapié en el activismo, la planificación y la administración, todos elementos importantes, ha convertido a la predicación en un accidente curricular y al sermón en un apéndice obligado de lo que llamamos servicio divino o culto de adoración.”7

6 H.M.S. Richards, Apacienta mis ovejas (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2008), 111.7 Cecilio Arrastía, Teoría y práctica de la predicación (Nashville,TN: Caribe, 1993), 15.

3

Cuando un pastor cae en la trampa de descuidar la predicación, el pueblo de Dios carece de alimento sólido para nutrir su vida espiritual. Porque se debe tener consciencia de que “la predicación no es un ejercicio de oratoria del predicador, sino un elemento esencial en el crecimiento espiritual del cuerpo de Cristo.”8

Por otra parte, cuando se asume el compromiso pastoral con la predicación y las Escrituras se presentan como la base de los mensajes y la obra de Jesús como su tema dominante, el mismo Espíritu Santo que la inspiró, obra con poder para liberar al hombre del pecado. En relación a esto, Gustaf Wingren, catedrático luterano de teología de la universidad de Lund, considera que los seres humanos son esclavos del pecado, la culpa y la muerte y ve a la predicación como el medio de liberación para ellos. El afirma: “La palabra del predicador es un ataque a la prisión en que se mantiene el hombre.”9 De acuerdo a Wingren, la predicación abre la prisión, en que se encuentra el ser humano, y lo libera. Sobre todo cuando el verdadero Libertador de los pecadores se presenta a la congregación. El señala: “Es la predicación la que provee los pies sobre los que Cristo camina al acercarse a nosotros y alcanzarnos.”10

El pastor adventista, en particular, cada vez que se disponga a predicar, debe recordar por lo menos las siguientes funciones que debe desempeñar en su predicación. En primer lugar, como maestro, debe enseñar la palabra de Dios con claridad, siguiendo el ejemplo de Jesús de quien se dijo: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre! (Jn. 7:45). En segundo lugar, como pastor, debe abrir la Biblia y presentar los mensajes de Dios con pasión y convicción, para alimentar al pueblo de Señor. Recordando que cuando Jesús presentaba las Escrituras algunos decían: “¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?” (Lc. 24:32). Finalmente, el pastor adventista, al predicar, debe ejercer su función de profeta. Esto implica que debe reprender, llamando al 8 John MacArthur Jr., El ministerio pastoral (Barcelona, España: Clie, 2005), 308.9 John R. W. Stott, La predicación, puente entre dos mundos, (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2000), 103.10 Ibíd.

4

arrepentimiento. Además, debe anunciar los peligros de los últimos días “porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Ap. 12:12). También debe proclamar con solemnidad que la hora de su juicio ha llegado, pero sobre todo, presentar con alegría y con palabras saturadas de esperanza la bienaventurada promesa del Salvador “¡He aquí, vengo pronto!” (Ap. 22:7).

Se reconoce que hay diversos tipos de sermones que los pastores adventistas presentan. Éstos pueden ser, entre otros, doctrinales, devocionales, de consagración, promocionales, evangelísticos y escatológicos. No importa el tipo de predicación que se presente, las Escrituras siempre deben ser su fundamento porque solo ella es la fuente del alimento espiritual que el ser humano necesita.11

En el contexto del presente trabajo se debe enfatizar que, cuando se presenten sermones sobre el tiempo del fin del mundo, esa predicación escatológica, además de ser bíblica, también puede y debe ser cristocéntrica. En medio de cualquier asunto profético que se aborde, la Biblia debe ser el fundamento. Porque la encomienda de Dios es: “Que prediques la palabra” (2 Ti. 4:1). No las profecías de los mayas12 o las de Nostradamus. 13 Además, Cristo deber ser, la nota tónica, el centro de todo mensaje escatológico. Este énfasis contrarrestará el temor y llevará esperanza al corazón de los oyentes. Además, se debe recordar que todo mensaje sobre el fin del mundo debe contener llamados a la preparación para el encuentro glorioso con aquel que prometió: “Vendré otra vez” (Jn. 14:3).

3. LA PREDICACIÓN ESCATOLÓGICA EN LA IGLESIA ADVENTISTA

11 MacArthur, 305.12 Actualmente circulan muchos libros basados sobre este tema. Por ejemplo, Armagedón 2012: Las profecías mayas del fin del mundo, de Adrián Gilbert publicado en Barcelona por la editorial Planeta en el año 2008. 13 Su verdadero nombre era Michel de Notre- Dame (14 de diciembre 1503 – 2 de julio de 1566), de origen judío quien es considerado uno de los más renombrados autores de profecías y eventos futuros. Sus profecías respecto al fin del mundo han cobrado mucha circulación en estos días.

5

Según Orlando Costas, “la predicación es un acto escatológico, por cuanto atañe a los últimos tiempos y es el instrumento por excelencia del Espíritu para la salvación de los hombres.”14 Sin embargo, Arrastía señala que “las llamadas iglesias históricas, por lo general han desterrado la escatología de su predicación. Por otro lado, algunos grupos independientes, carismáticos, neopentecostales, lo subrayan hasta la exageración. La primera clase de predicación se limita mucho a la historia, olvidando lo que está más allá de la historia. La segunda olvida la historia de aquí, para dibujar las bellezas y los horrores de la historia < más allá>.”15

En medio de estos polos extremos de la predicación, los que omiten todo mensaje escatológico y los que son fanáticos en sus presentaciones, se espera que todo predicador adventista cumpla con el compromiso de presentar sermones escatológicos, de tal manera que contribuyan a llevar a los creyentes a una relación personal y salvadora con Jesucristo a fin de estar listos para su segunda venida. Knight, en su libro La visión apocalíptica y la castración del adventismo advierte sobre los peligros de que los adventistas se olviden de la predicación escatológica o la presenten de manera desprovista de esperanza. El dice: “Si yo fuese el diablo, tentaría a los adventistas y a sus pastores para que se limitaran a ser buenos evangélicos y se olvidaran de cosas tan repulsivas como la apocalíptica. Y si eso no funcionaba, los tentaría para que se dedicaran a una predicación zoológica que se centrase en los detalles, en lo esotérico y en los extremos. Me encargaría de que discutiesen entre ellos sobre el 666 y la identidad de los 144,000. Y si eso no funcionaba, lograría que se entregasen a lo emocional y a la inculcación de miedos.”16

El mismo autor, tratando de poner en relieve la predicación escatológica en la iglesia adventista, sostiene que “no es pecado predicar apocalíptica o doctrinas en sábado. Es preciso que recordemos que las verdades que 14 Arrastía, 23.15 Ibíd., 24.16 Knight, 63.

6

atrajeron a las personas al adventismo remozarán su visión y avivarán su fe. Pero, por favor, recuérdese que cuando presentamos esos temas desconectados de Cristo y del amor de Dios, el mensaje es bestial.”17 El problema no está en determinar si se debe predicar temas escatológicos, ilustrados con bestias, en sábado o no se debe hacer. El verdadero problema radica en no señalar al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Jn.1:29) y que pronto regresará como el Rey de reyes y Señor de señores (Ap. 19:16).

Si el pastor adventista, en sus sermones escatológicos, no presenta a Cristo como la esperanza de gloria (Col. 1:27), es muy fácil que, en lugar de producir un sentimiento de gratitud por lo que Dios ha hecho, hace y hará para salvar al ser humano de este mundo de aflicción a causa del pecado, se produzca un sentimiento de inseguridad ante la perspectiva del fin del mundo. Si no levanta a Cristo como el Salvador del mundo en éste tipo de sermones, en lugar de alentar en el corazón de los oyentes, la esperanza bienaventurada en la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Tit. 2: 13), puede producir en ellos angustia, temor y expectación de las cosas que sobrevendrán a la tierra (Lc. 21:25,26).

Aunque se reconoce que la predicación y la enseñanza de los temas escatológicos han sido una especialidad, por así decirlo, de la iglesia Adventista, y se espera que todo mensaje escatológico que se comparta siempre este impregnado de esperanza, tristemente, se tiene que reconocer, que esto no siempre ha sido así. Por ejemplo, cuando mi hija mayor estaba en sus primeros años de su educación primaria, un día regresó a casa muy pensativa. Preguntó sobre la persecución que vendrá sobre los que guardan el sábado como día de reposo. Esa noche no se podía dormir de lo asustada que estaba por la clase de Biblia que había recibido en la escuela. Pasó varios días con ese sentimiento de temor y como padres tuvimos que completar el estudio bíblico incompleto que recibió para contrarrestar sus miedos. Le recordamos que en esos días 17 Ibíd., 66.

7

difíciles que anuncian las profecías, Dios estará con sus hijos como estuvo con Daniel en el foso de los leones y con sus amigos en el horno de fuego. Cuando se le recordó que “el ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende” (Sal. 34:7), y sobre todo se le aseguró que Jesús es nuestro Defensor y Protector, solo entonces pudo experimentar lo que el salmista escribió al decir: “En paz me acostaré y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me harás vivir confiado” (Sal. 4:8).

Los adventistas reconocemos que estamos viviendo en medio de las escenas finales de la historia de esta tierra y que las profecías se están cumpliendo rápidamente. Por esta razón, el mensaje del pronto regreso de Cristo debe resonar en fervientes palabras de advertencia.18 Elena White señala que “todo discurso debe darse bajo el sentido de los terribles juicios que pronto han de caer sobre el mundo. El mensaje de verdad ha de ser proclamado por labios tocados por un carbón vivo del altar divino.19

Es muy cierto, que la predicación escatológica de todo pastor adventista debe advertir que la hora de su juicio ha llegado (Ap. 14:7), pero también es cierto que debe anunciar: “¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!”(Mt. 25:6). Esta invitación debe darse con emoción, confianza y seguridad porque “no tenemos nada que temer en lo futuro, excepto que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido y sus enseñanzas en nuestra historia pasada”20

4. RESULTADOS DE UNA ENCUESTA SOBRE PREDICACIÓN ESCATOLÓGICA

En septiembre del año 2012 se aplicó una breve encuesta de opinión entre líderes laicos, ancianos y pastores de dos campos locales de la Unión Mexicana del Norte. Dicha encuesta tenía el propósito de descubrir la frecuencia de los diferentes tipos de sermones que estas personas

18 Elena G. de White, Consejos para la iglesia (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, s\f), 647.19 Elena G. de White, Joyas de los testimonios (Mountain View, CA: Publicaciones Interamericanas, 1953), 3: 220.20Ibíd., 443.

8

acostumbran predicar. Además, trató de identificar el grado de frecuencia de los diferentes temas escatológicos presentados en la predicación de los servicios de adoración de los sábados.

Los tipos de sermones que se incluyeron en la encuesta para determinar la frecuencia con que las personas encuestadas los predican fueron: Doctrinales, Devocionales, Consagración, Promocionales, Escatológicos y Evangelísticos. A cada uno de los tipos de sermones señalados, se le añadió una breve descripción del mismo para facilitar la comprensión del sermón indicado.

Los temas escatológicos que se pusieron en la encuesta para determinar la frecuencia con que se abordan en la predicación semanal, fueron los siguientes: La segunda venida de Cristo; El mensaje de los tres ángeles; Los 144,000 y la gran multitud de redimidos; El fin del tiempo de gracia; La lluvia tardía y el fuerte pregón; El sellamiento de los hijos de Dios; El juicio investigador y El ministerio de intercesión de Cristo en el santuario celestial.

Para medir la frecuencia de los tipos de sermones presentados, como también para medir la frecuencia de los temas escatológicos considerados en la predicación de los sábados, en la encuesta aplicada se usó la siguiente escala: 1=Hace más de un año; 2 =Una vez en el último año; 3 =Una vez cada seis meses; 4=Una vez al mes. A continuación se presentan algunas graficas que muestran algunos resultados obtenidos.

9

De acuerdo a la media obtenida, en los púlpitos de los campos que participaron en la encuesta, los tipos de sermones que se presentan tienen el siguiente orden de frecuencia: En primer lugar están los sermones de consagración con un 3.79. El segundo lugar lo tienen los sermones devocionales con un 3.56. En tercer lugar lo ocupan los sermones de tipo doctrinal. Este tipo obtuvo un 3.35. El cuarto lugar es para los sermones de tipo evangelístico con 3.30. En quinto lugar están los sermones de tipo escatológico con una media de 3.11. Finalmente, el sexto lugar lo tienen los sermones de tipo promocional con 2.64 obtenidos.

De acuerdo a los resultados obtenidos, se puede notar que en los púlpitos de las iglesias adventistas encuestadas la predicación escatológica ha perdido su frecuencia en sus cultos semanales. Esto difiere de lo que ocurría en los primeros años de la historia de la iglesia. Adventista. En ese tiempo, la predicación escatológica era la nota tónica en los sermones presentados. Actualmente, la encuesta revela que los tipos de sermones que más se presentan son similares a los que se escuchan en las iglesias evangélicas como son los de consagración y los devocionales.

10

Entre los diversos temas escatológicos que se presentan en la predicación de los sábados, el resultado obtenido indica lo siguiente: En primer lugar, el tema favorito de la predicación escatológica dentro de las iglesias encuestadas es la segunda venida de Cristo con una media de 3. 49. En segundo lugar lo tiene el tema del ministerio intercesor de Cristo en el santuario celestial con un 2.81. El tercer lugar lo ocupa el tema del fin del tiempo de gracia con 2.69. En cuarto lugar está el tema del mensaje de los tres ángeles conforme lo expresa Apocalipsis 14 con un 2.60. El quinto lugar lo tiene el tema del juicio investigador con un 2.47. El sellamiento de los hijos de Dios ocupa el sexto lugar con un 2.45. La lluvia tardía y el fuerte pregón están en séptimo lugar con un 2.30. Finalmente, el tema escatológico que menos se predica en esos campos locales es el de los 144,000 y la gran multitud de redimidos. Éste tema obtuvo una frecuencia media de 1.84.

Es interesante notar que la encuesta revela que el tema de la segunda venida de Cristo, sigue siendo el favorito en la predicación escatológica en los púlpitos adventistas. Ésta encuesta también dice que temas controversiales como los 144,000 se abordan muy poco en los sermones de los servicios de adoración de los sábados.

11

Entre los laicos que contestaron la encuesta se obtuvieron los siguientes resultados en relación al porcentaje de ellos que predican sobre la segunda venida de Cristo y la frecuencia con que abordan ese tema escatológico en la predicación de sus iglesias. Un 12 por ciento de ellos dice que en sus iglesias no predica sobre la segunda venida de Cristo ni una sola vez al año. Un 7 por ciento dice que se predica sobre este tema una vez al año. Un 16 por ciento informa que se predica sobre este tema una vez al semestre. Un 40 por ciento de los laicos encuestados afirma que en sus iglesias se predica sobre la segunda venida de Cristo una vez al trimestre. Y un 25 por ciento de los laicos dice que en sus iglesias se predica sobre este tema escatológico favorito de los adventistas una vez por mes.

12

5. CONCLUSIONES

Es muy cierto que en algunos sectores del mundo evangélico la predicación escatológica ha perdido su relevancia. Pero también se debe reconocer que en otros grupos evangélicos la predicación sobre la segunda venida de Cristo se sigue dando. MacArthur, un pastor evangélico, dice que escuchó a un predicador decir: “Nunca hablo acerca de la segunda venida de Cristo, hay demasiada confusión acerca de ese asunto.” Y añade que quizá es una bendición para los miembros de su iglesia que no lo haga porque no tiene caso agregar más confusión a la que ya existe.21

Por su parte, el mismo MacArthur afirma: “Toda iglesia que está verdaderamente comprometida a ser lo que Dios quiere, debe ser consciente de que Cristo viene. [Y agrega] Saber que Cristo viene me da a mí un sentido de urgencia en cuanto a comunicar las buenas noticias del evangelio a otros. . . Cuando me doy cuenta del juicio de Dios que viene, no puedo hacer otra cosa que persuadir a los hombres para que se reconcilien con Dios (2 Co. 5:20).”22 Llama la atención que este pastor evangélico tenga bien claro su compromiso de predicar sobre la segunda venida de Cristo y el juicio divino que viene sobre la humanidad. Ante este testimonio, con mayor razón, se debe reconocer que los predicadores adventistas deberían continuar abordando estos temas escatológicos y otros, que se describen en la profecía bíblica, con fervor y convicción, plenamente conscientes de que la venida de Cristo pronto será una feliz realidad.

Es importante señalar que, de acuerdo a la encuesta que se aplicó para la elaboración del presente trabajo, se nota que en la actualidad la predicación escatológica, dentro de la Iglesia Adventista, está perdiendo su frecuencia, en algunos púlpitos, de las Asociaciones donde se aplicó el instrumento de investigación. Esto debe despertarnos ante el peligro que implica. Porque, según lo señala Knight, “si el adventismo llega a perder su visión

21John MacArthur, El plan del Señor para la iglesia (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 2005), 104. 22 Ibíd.

13

apocalíptica, habrá perdido su razón de existir ya sea como iglesia o como sistema educativo.”23

Para evitar que el predicador adventista descuide la predicación escatológica, y por otro lado, para animarle a renovar su compromiso con ese tipo de predicación se sugiere se tomen en cuenta las siguientes recomendaciones:

1. Presentar series de evangelismo público con temas basados en las profecías.

2. Predicar en los sermones del culto de adoración sobre temas escatológicos con mayor frecuencia.

3. Verificar que en las iglesias de su distrito los laicos prediquen sermones de tipo escatológico sistemáticamente.

4. Programar el estudio de temas sobre escatología en los grupos pequeños.

Se reconoce que en este tiempo algunos manifiestan indiferencia hacia los temas sobre escatología bíblica, y otros inclusive se burlan diciendo: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (2 P. 3:4). Sin embargo, a pesar del ambiente de indiferencia o burla que se vive respecto a los temas sobre el fin del mundo, es necesario que el pastor adventista renueve su compromiso con la predicación escatológica, tanto personal, como la que predican los laicos en los púlpitos de las iglesias que tiene bajo su responsabilidad.

Elena White desafía a la iglesia de la siguiente manera: “Resuene el mensaje del pronto regreso de Cristo en fervientes palabras de advertencia. Persuadamos a hombres y mujeres por doquiera a arrepentirse y huir de la ira venidera. Despertémoslos para que se preparen inmediatamente. . . Salgan los ministros y los miembros laicos a los campos que maduran para

23 Knight, 11.

14

decir a los despreocupados e indiferentes que busquen al Señor mientras puede ser hallado.”24

Como pastores adventistas recordemos que los temas proféticos que anuncian el fin del mundo, han sido una nota tónica del evangelio eterno que ha caracterizado la predicación de nuestra iglesia. Por tal motivo, se debe renovar el compromiso con la predicación escatológica que anuncie con alegría, emoción y seguridad que “nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.” (Fil. 3:20).

24 White, Consejos para la iglesia, 647.

15