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-Una famila de familias-

Metodología del Centro del Muchacho Trabajador CENTRO DEL MUCHACHO TRABAJADOR UNA FAMILIA DE FAMILIAS Quito-Ecuador VERSIÓN PRELIMINAR

Investigadora Principal:Nidia RodríguezInvestigadoras asociadas:Corinne DuhaldeLucía RojasFotógrafa:Lorena van Bunninger

© Centro del Muchacho Trabajador, 2008

Trabajo encargado por el Directorio del Centro del Muchacho Trabajador:

Presidente:R.P. Federico María Sanfelíu, S.I.

Directores GeneralesJuan J. Halligan, S.J.Madre Mary Miguel Conway, B.V.M.DirectoresJorge Borja PaucarCarlos Antonio Gómez LunaGiuliana Hidalgo OttolenghiMarco Efraín Polo CerdaMadre Cindy Ann Sullivan, B.V.M.Susana Yépez Miño

Investigadora PrincipalNidia RodríguezInvestigadoras asociadas:Corinne DuhaldeLucía RojasFotógrafa:Lorena van Bunninger

Contraparte en el CMTOficina de DesarrolloDiseño Gráfico: Juan Diego Aguilar FeijoóImpresión: CRISSAN COLOR Industria Gráfica

Portada:Trabajo de una niña de la escuela del CMT

Auspicios:ALBOANCentro MagisCompañía de Jesús en el EcuadorFundación Mariana de JesúsProvincia de Loyola

Nuestro agradecimiento a todas las personas de que colaboraron con la producción y edición de este folleto. Especialmente, a los directores, personal administrativo, niños, niñas, adultos del Centro del Muchacho Trabajador que compartieron sus vidas, esperanzas y logros con nosotras.

Agradecimiento

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En el transcurrir de los años, del trabajo y experiencia, este principio central de lealtad-amor se complementa con otros que se identifican como imprescindibles para lograr el objetivo real de mejorar las condiciones de vida emocionales y materiales de los niños y sus familias: Formación Personal, Familia, Educación-Instrucción, Religión, Trabajo, Economía, Salud, Vivienda y Recreación que aparecen explicitados y definidos en el “Reglamento Interno del Centro del Muchacho Trabajador”. La importancia de analizar los “diez valores cristianos para una ética familiar y social” radica en que hay una estrecha relación entre los diversos programas del CMT y estos valores éticos que se consideran fundamentales en la vida de una familia cristiana. Desde el punto de vista analítico, los diez valores permiten visualizar con mayor claridad cómo se concibe, opera y realiza la metodología del CMT (Testimonios, ibid., p. 17). 4.1.1 Lealtad: Es la base de todos los valores éticos. Las familias que se integran

al CMT con frecuencia llegan cargadas de expectativas asociadas a conveniencias y prejuicios, más que a ideas de una sana conciencia de superación y servicio compartido. Durante el curso de orientación, cada familia, antes de firmar su “contrato moral de compromiso”, reconoce que el CMT es un proceso de formación, con derechos y deberes, libremente escogido por ella. Se compromete a identificarse como parte de esta Familia de Familias participando en la búsqueda e invitación al Centro de otras familias aptas.

4.1.2 Formación Personal: Los adultos y los jóvenes, en grupos de 15 a 20 personas, participan semanalmente en diálogos con plena libertad de opinión. También se requiere que cada persona contribuya con dos horas semanales de trabajo comunitario en el Centro.

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“Una creencia del CMT es que no se puede legislar en la conciencia del otro. Entonces la persona tiene que decidir por sí misma, a conciencia. Y por eso decimos, bajo el valor de la lealtad: cada miembro debe comprometerse a conciencia, queriendo decir que ha pensado y ha decidido por si mismo” (Madre Miguel Comvay BVM)

A los miembros más profundamente comprometidos se les invita a integrarse al grupo de “lideres”, quienes se esfuerzan por servir más y mejor a los demás. Con esta actividad se promociona en cada joven y adulto, esfuerzos específicos que son su

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aporte a la prosperidad de todos. Así, se espera que se abran campos más amplios de iniciativas y contribuciones que reemplacen el hábito arraigado de considerarse víctimas inactivas de las circunstancias de la vida: un rasgo psicológico que dificulta salir de la pobreza. 4.1.3 Familia: El CMT trabaja con familias para fortalecer el desarrollo de los valores morales, sólo se afilia al niño trabajador si se incluyen todos los miembros de su grupo familiar, es decir, todas las personas que viven con él. Cada miembro del grupo familiar tiene un rol y una responsabilidad que cumplir en su familia y en el CMT que es considerado una “familia de familias”. Este procedimiento ayuda a forjar la conciencia del valor de la preservación de la familia como soporte y apoyo de sus miembros y de la sociedad. Los programas del Centro que han sido diseñados con las familias abarcan diversos niveles de participación. Se invita a las familias a comprometerse en las actividades de una manera progresiva y con un acompañamiento continuo de otras familias o del equipo técnico. Los compromisos de las familias incluyen:

• Asistencia diaria de todos los miembros de la familia. Nadie vive en el Centro, pero cada persona tiene sus obligaciones diarias;

• Obtención de los documentos de identificación, estado civil y nivel escolar; • Capacitación sobre el desempeño del rol que le corresponda, ya sea de

padre o de hijo; y, • Consejería sobre las relaciones entre padres e hijos.

En el CMT se aborda un problema social complejo: la pobreza en todas sus dimensiones y consecuencias. Tomando en cuenta la interacción dinámica que se produce entre los miembros de la familia y entre ellas, el CMT basa su accionar en la totalidad de la vida con todas sus dimensiones: económicas, sociales, espirituales, de vivienda, etc. y asume que los cambios en uno o varios de los miembros produce cambios en la familia y los cambios en las familias propician transformaciones en las otras familias que se encuentran en el Centro. Además el CMT considera que se necesitan “suministros”: información, alimentación, servicios de salud, educación, inversión, para que se puedan producir “resultados”: trabajo, vivienda, equidad, no violencia. 4.1.4 Educación/Instrucción:

“La infancia, que significa mucho más que el tiempo que transcurre entre el nacimiento y la edad adulta, se refiere al estado y la condición de la vida de un niño: a la calidad de esos años”. (Amnistía Internacional)

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El Centro se concibe como un movimiento de formación integral para la vida cristiana. En este sentido, todos sus programas y actividades tienen un trasfondo educativo. Se prefiere para el área educativa “la instrucción realista” que capacite a los niños, niñas, jóvenes y adultos para realizar un trabajo altamente calificado. “Aprender haciendo y hacerlo bien”. Para estos fines existe en el CMT una actividad educativa formal, reconocida por el Estado que se la realiza en aulas, rincones y talleres y otra informal que se da en el convivir diario y que fortalece las aptitudes, posibilidades y responsabilidades, compartidas por todos los miembros del Centro.

4.1.6 Economía: Cada familia aprende la forma de hacer un presupuesto familiar unificado, considerando los ingresos y egresos de cada uno de sus miembros. Se pide a todas las familias que planifiquen el financiamiento de su vivienda propia. También se instruye en el manejo de negocios pequeños y de préstamos para empresas familiares. Se hace hincapié en que la actividad de planificación en el uso del dinero es la base de la responsabilidad económica de la familia. Los programas que apoyan este componente económico son: cursillos sobre contabilidad y presupuesto familiar, seguimiento de las cuentas de ahorro obligatorias y cursillos sobre manejo de negocios y préstamos.

La educación formal comprende la educación preescolar, escolar y la educación técnica –en siete especialidades- para aprender una profesión. Los programas educativos están legalizados por los Ministerios de Inclusión Social, Educación, Trabajo y Recursos Humanos y la Junta Nacional de Defensa del Artesano del Ecuador, respectivamente.

En el CMT la educación rebasa las aulas, esta se encuentra presente en los corredores, la cocina, la cancha, la capilla, en cada persona y en cada acto de los individuos y las familias. Es una educación para la vida y a lo largo de la vida que se transforma permanentemente y por tanto necesita incorporar nuevos conoci-mientos, actitudes y prácticas coherentes a las necesidades de las familias y la sociedad.

4.1.7 Trabajo: Se ve la imperiosa necesidad de recuperar el respeto que el trabajo humano merece como contribución de cada persona para la prosperidad de la sociedad. El Centro demanda a todos los miembros de la familia a prepararse para tener un

4.1.5 Religión: Se motiva a la familia para que asista a Misa diariamente y se da énfasis en el vivir en Cristo, como modelo de servicio a los demás. Se invita a partici-par de la fe católica, pero no se obliga ni se excluye a las personas que profesan otras religiones. Las actividades complementarias se relacionan con la preparación para los sacramentos, actividades propias de cada temporada litúrgica, fiestas reli-giosas y sesiones voluntarias de expresión de fe y oración.

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empleo bien remunerado. También se defiende el derecho del trabajo de los niños. Se considera al trabajo como un bien social y personal y no un castigo. Las cifras del Censo INEC, 2006 que señalan los resultados generales de la Segunda Encuesta Nacional sobre Trabajo Infantil ocultan las cifras de los niños, niñas y adolescentes trabajadores de la calle.

NIÑOS NIÑAS Y ADOLESCENETES SEGÚN CONDICION DE ACTIVIDAD

ECUADOR: NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES SEGÚN CONDICION DE ACTIVIDAD

* Incluye ocupados, sub ocupados y subempleados. Fuente: INEC, SIEH-ENEMDU 2006. Elaboración: PCTIE

Al contrario de las cifras de la encuesta INEC, donde la escolaridad decrece con la edad de 92% para el grupo entre 5 y 9 años, a 88% para el grupo de 10 a 14 años, a 64% entre los adolescentes de 15 a 17 años, el 64,40% de los miembros del CMT siguió otros estudios después de concluir su formación técnica en la institución, llegando a obtener un nuevo titulo el 75% de dicho universo, en total paridad de género.

4.1.8 Salud: Se promociona el cuidado de la salud personal a través de las activi-dades que se reseñan: 1) Seguimiento del baño diario, 2) Trabajos de limpieza del

Desocupados

Las cifras de correlación entre las variables de escolaridad con trabajo infantil muestran que el CMT sobrepasa largamente la asistencia a centros educativos de niños, niñas y adolescentes trabajadores respecto de la media nacional.

Los programas diseñados para crear capacidades laborales son: 1) Seguimiento del trabajo de todos los varones desde la escuela, 2) Instrucción práctica, en la cual se aprenden y se respetan las varias profesiones, y, 3) Orientación profesional y colocación en empleos.

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Centro por turnos de los miembros, 3) Participación de tres comidas diarias, 4) Atención de salud preventiva y curativa y 5) Tratamiento médico especializado. El Centro facilita y propicia el baño diario a todos los miembros. Se mantiene una campaña continua para contar con el aseo ambiental. Se enseña la importancia de hervir el agua para diversos usos y la responsabilidad de conocer las causas de las enfermedades.

4.1.9 Recreación: El Centro enseña la diferencia entre varias actividades que generalmente se confunden: recreo, descanso, escape, celebración y otros. Por medio de diferentes actividades, se promueve la planificación de recreos sanos para fortalecer la amistad, la unión y el respeto mutuo, especialmente dentro del grupo familiar.

El impacto de la estrategia del CMT en materia de vivienda se aprecia en los datos que recoge Calle del V Censo de Vivienda – 2001 – cantón Quito y los obtenidos de los egresados del CMT. Tenencia Censo cantón Quito Egresados del CMT Arrendada Prestada

Las estrategias de apoyo a estas actividades son:

• Programas de mingas para mejorar o construir viviendas, • Banco de materiales y herramientas de construcción, y, • Concienciación de la necesidad de contar con una vivienda digna.

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Maria Augusta Calle, Evaluación del Programa de Atención Institucional, 2007

4.1.10 Vivienda: Las familias del Centro planifican las visitas que realiza el equipo técnico a sus hogares en los distintos barrios en que residen. Se capacita y se anima a las familias a realizar acciones de reparación y mejora de las viviendas arrendadas o para construir sus propias viviendas. Una iniciativa interesante que ha tenido el CMT para lograr este objetivo es recuperar la institución kichwa de la minga comu-nitaria. Calle reporta que desde 1994 al 2005 se realizaron 886 mingas, con partici-pación promedio de 10,7 personas en cada una, beneficiando a 336 familias (Calle, ibid., p. 26).

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Con el afán de maximizar los resultados obtenidos a través de estas actividades, los Centros funcionan todo el día, de lunes a sábado, y a ellos llegan una gran cantidad1 de muchachos y sus familias. Una característica del CMT es que con el trabajo de toda la familia se obtiene la realización como ser humano de cada uno de sus miembros, el trabajo constituye su aporte positivo a la sociedad. Finalmente, se procura inculcar que el cristianismo es seguir a Jesús, sirviendo a los demás como El sirvió (Testimonios, ibid., pp. 17-24).

4.2. El Amor Cristiano: el cimiento del CMT

1 “Para el 2005, mas de 5.000 familias de niños trabajadores han mejorado su calidad de vida, dejando atrás para siempre la pobreza” (Revista Jesuitas, Centro del Muchacho Trabajador, Edit., CEAFAX, Curia Provincial de la Compañía de Jesús, Ecuador, 2005, p. 5). 2 Humberto Maturana, Emociones y Lenguaje en Educación y Política, Edit., Dolmen Ensayo, décima edición, Chile, 2001, pp. 5-8.

Los creadores del CMT tuvieron el acierto de adoptar la metodología del amor dece-nios antes de que apareciera el ilustrativo texto de Maturana pero mucho después de que fuera enunciado en la Biblia. Este tardío reconocimiento, proveniente de la “ciencia” biológica -ni siquiera de la ciencia social siempre preocupada de ser

Un mandamiento nuevo os doy que os améis los unos a los otros como yo os he amado" (Juan 13, 34).

“Nuestros actos nos revelan”, señala el biólogo Humberto Maturana en su libro “Emociones y Lenguaje en Educación y Política”2. En el libro mencionado y que aparece a luz pública en el 2001, el autor categoriza como r elaciones sociales solo aquellas relaciones que se establecen en el amor, las demás, son relaciones de subordinación, jerárquicas, de explotación, etc. porque las r elaciones sociales, entonces, las relaciones que se fundan en el amor, tienen la cualidad de respetar y ver al otro como un igual, como alguien que merece estimación y afecto a pesar de grandes o pequeñas diferencias que pudieran existir entre los sujetos implicados en ella. El desafío de construir relaciones sociales que “…acaben con la pobreza, con el sufrimiento, con las desigualdades y con los abusos” radica en que las diferencias, cualquiera que ellas sean, no nieguen, no invisibilizen, ni pongan como ideal de relación aquella basada en la competencia: “la competencia no es ni puede ser sana porque se constituye en la negación del otro… la victoria de uno surge de la derrota, de la negación del otro” (ibid., p. 4).

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considerada ciencia, en consecuencia, ajena a las llamadas subjetividades provenientes de la emoción -, relativo al rol fundamental de las emociones en la constitución del social, estuvo presente y sin discusión desde los ’60 al interior del grupo creador del CMT. Estas personas sabían por su experiencia y formación espiritual, que: “Las interacciones recurrentes en el amor amplían y estabilizan la convivencia [en cambio] las interacciones recurrentes en la agresión interfieren y rompen la convivencia” (ibid., p. 10).

Esta “teoría” se acerca y comparte más de un rasgo con las propuestas teóricas formuladas, entre otras, con el nombre de: “teoría de la acción y participación”. La teoría de “transformación cordial” (CMT) “más bien, trata de responder de manera eficaz a los contextos y realidades de la gente, a sus necesidades” (ibid.). Se trata pues, de una propuesta conceptual abierta y flexible que centra la atención en dar una oportunidad con la gente y no par a la gente. Con la gente, significa que el trabajo transformador no está pensado en términos asistencialistas: “la transformación no puede venir, según Halligan, de que se les de ropas y comida, incluso formación sin que ellos tomen en sus manos su destino y quieran salir de su situación de marginación” (Testimonios, ibid., p. 31).

4.3 Elementos metodológicos de la teoría de transformación cordial Hasta aquí hemos revisado las categorías teóricas y metodológicas generales adoptadas por la teoría y metodología del CMT. Ahora quisiéramos puntualizar los elementos que dan cuerpo a dicha metodología y que se constituyen en la clave del éxito alcanzado por los programas del CMT. A continuación presentamos algunas características de la educación en el CMT. 4.3.1 La transformación, para que ocurra de manera significativa, debe ser realizada desde un acto de voluntad consciente que se genere por medio de la educación.

1 Comunicación oral, entrevista realizada por Nidia Rodríguez, CMT, Quito, Agosto, 2008.

Es muy probable que el lector acucioso se pregunte por la teoría detrás de esta metodología, así opera nuestra formación occidental y entendemos la preocupación. En entrevista realizada a uno de los directores del CMT, este revela que: “… la metodología educativa y de promoción social no sigue una línea teórica determinada”1. Así es. Vimos que recién en el 2001 aparecen escritos como los de Maturana que llamamos: “teoría social basada en emociones humanas”. Sin embargo, la misma entrevista revela, de manera explicita, que la teoría sustentada por el CMT, si bien no tiene un nombre formal, de manera provisional la llamaremos: “teoría de transformación cordial”.

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¿A qué propósitos o para qué sirve la educación? La noción de servir es una noción relacional; algo sirve para algo en relación a un deseo, nada sirve en sí. En el fondo la pregunta es ¿qué queremos de la educación? El CMT concibe la educación no solamente como la transmisión de información, sino como un instrumento permanente para construir una vida digna, feliz y saludable. Desde esta perspectiva, la educación implica un proyecto de responsabilidad social, en el cual el CMT y las familias se asignan el compromiso de ser partícipes de la construcción del país y del bienestar de la comunidad nacional que cada uno contribuye a construir como miembro de ella. El ejercicio de este proyecto educativo incluye todos los momentos y espacios de la vida de las familias, las cuales se educan y educan a las demás. El proceso de educación está presente en las mingas, la atención médica, la preparación y distribución de alimentos, el trabajo de niños y niñas, adolescentes, padres y maestros/as al interior del CMT y fuera de él. La minga fue adoptada a partir de la década de los ’80 como un instrumento de solidaridad y participación de las familias afiliadas para llevar adelante la construcción y mejoramiento de sus viviendas (Rev., Jesuitas, ibid., p. 9). 4.3.2. El hacer. El núcleo de la acción transformadora a través de la educación es el hacer. Niños/as, adolescentes y adultos aprenden trabajando, jugando, observando, conversando y sobre todo, del ejemplo de los adultos que es el mejor mecanismo para el aprendizaje. El CMT brinda un ambiente amigable, sin violencia y con amor que les servirá para la vida, para tener confianza y seguridad, eliminar la timidez y desarrollar un auto concepto saludable. Es relevante señalar que en el CMT las familias adquieren sus habilidades haciendo en el marco de los valores cristianos.

“Vine al CMT hace unos 40 años, yo limpiaba zapatos en la Plaza Grande, vino el padre Halligan, se hizo limpiar los zapatos y me invitó al Centro a comer y a jugar, mis amigos de la esquina de la Cruz, me mandaron a ver de que se trataba, yo fui y vi que era verdad, al día siguiente fuimos todos. Lo que más me atrajo fue la comida y el juego, era lo que yo más quería en ese momento, después vino la educación y el afecto” (Entrevista N. Rodríguez, Julio 2008).

Para el CMT la educación es un acto de amor, un proceso de acción transformadora, en el cual están involucradas las familias, trabajadores, maestros/as, personal de salud y directores.

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4.3.3 Derechos y necesidades de los niños. Vimos, en la parte del fundamento teórico del CMT que la teoría detrás del “hacer” trata de responder de manera eficaz a los contextos y realidades de la gente, a sus necesidades. Además de lo dicho sobre la educación, se debe tener en cuenta las necesidades de los niños y niñas, pues a medida que crecen se amplían y diversifican así como la comprensión de las normas sociales y la capacidad que tienen para integrarse a la vida de la comunidad y familia. Los derechos de las niñas y los niños se establecen en una serie de pautas universales que aseguran un crecimiento feliz y un desarrollo adecuado de sus capacidades físicas, de conocimiento y sicológicas. Lo fundamental de la propuesta de los derechos humanos y, en particular, de los derechos de niños y niñas, es el respeto hacia aquellos elementos propios de la cultura, siempre y cuando estos no atenten contra la integridad física y mental del niño. Jean Piaget distinguió cuatro períodos de desarrollo en los niños, cada uno de los cuales tiene características y en consecuencia necesidades especiales. El niño pasa de una etapa a otra cuando logra un equilibrio entre su mundo interno y el medio exterior.

El período senso-motor es la etapa de desarrollo que va desde el nacimiento del bebé hasta los dos años de edad. En este período los niños y las niñas realizan cons-tantes descubrimientos que hacen que sus movimientos ya no sean instintivos y accidentales, sino prácticos. Sus necesidades básicas son comer, dormir, moverse o tener compañía y sobre todo afecto.

En el CMT, se motiva a las madres a permanecer con sus hijos/as al menos el primer año de vida, se fomenta el apego y la lactancia materna y se brinda al bebé, a su madre y al resto de la familia alimentación y atención de salud oportuna y eficiente durante este tiempo. A partir del año de edad se atiende a niños y niñas en el Centro Infantil y las madres pueden ir a trabajar fuera de casa. Los niños y niñas reciben estimulación, alimentación, atención de salud y recreación en un ambiente relajado y seguro. En el CMT, que no es una entidad fuera de las familias, sino una familia de familias se trata de satisfacer las necesidades básicas de los niños/as y sus familias. Los dere-chos de los niños y las niñas se cumplen.

Periodo Pre-Concreto, es la segunda etapa y va desde los dos hasta los siete años, niños y niñas interactúan con el mundo de modo que van aprendiendo las cualidades de

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las cosas, comienzan a tener un gran dominio sobre el lenguaje. Incorporan a su repertorio los roles que observan a su alrededor, de ahí la necesidad de socializar con otros niños y adultos para representar los roles aprendidos. En el CMT se inicia la etapa de trabajo, generalmente limpiar zapatos para los niños y actividades artesanales dentro del plantel para las niñas. Simultáneamente comienza la educación en la escuela en este período.

Desde los 11-12 años en adelante, los niños y las niñas pueden comenzar a manejar abstracciones. En las etapas anteriores el niño actuaba solo sobre los objetos, ahora es capaz de actuar y comprender los enunciados verbales y las hipótesis. Esto es, no actuar solamente sobre los acontecimientos que puede tocar, sino pensar en el futuro, en los supuestos y en las relaciones lógicas. Para llegar a esta etapa, los niños y las niñas tienen que haber saturado sus necesidades de utilizar y jugar con objetos concretos. En el CMT se fortalece una visión de su propio futuro: trabajo, ahorro, estudio, familia, en esta etapa de la vida de los niños. De acuerdo a esta periodización del desarrollo de los niños, niñas y adolescentes se puede observar que sus necesidades varían y se renuevan en distintas etapas. El movimiento y el afecto son aspectos que atraviesan la totalidad de las etapas implicadas en el crecimiento sano de una persona y que han sido ampliamente consideradas en los programas del CMT. Los derechos y las necesidades van siempre de la mano. Sin embargo, los derechos son regulaciones que se mantienen estables sin importar la cultura, el género, la nacionalidad o la edad de los niños y las niñas. Mientras tanto, las necesidades de los niños y las niñas tienden a variar de acuerdo a su edad, sexo, situación económica y cultura a la que pertenecen.

Posteriormente en el período concreto, que va desde los ocho hasta los 11 o 12 años, los niños y las niñas comienzan no solo a “copiar” lo que ven a su alrededor sino a reflexionar sobre aquello que observan. En el CMT los niños y las niñas de esta edad interactúan intensamente con objetos y con personas de manera espontánea, adquieren responsabilidades cada vez mayores en su trabajo y en la escuela. Aprenden y se involucran con las normas del CMT progresivamente y sin inconvenientes.

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4.3.4 El Trabajo necesario y creativo.

La mayoría de niños que llegan al Centro ya han iniciado su trabajo en la calle en condiciones precarias y sin protección. Lo que hace el Centro, al acoger al niño y su familia, es valorar y fortalecer con sus programas, esta iniciativa que los niños trabajadores enfrentan solos y sin posibilidad de crecimiento, es una “oportunidad” para revertir una vida constreñida a la pobreza por otra en amor y dignidad. En el CMT se complementa el trabajo infantil con educación, alimentación, atención en salud, recreación, vivienda y de ninguna manera la carga horaria del trabajo, que se diminuye sustancialmente al ingreso, impide la realización de estas otras actividades. Cuando preguntamos si el Centro ha recibido criticas, algún tipo de amonestación o problemas de orden judicial por propiciar supuestamente el trabajo infantil, la respuesta es categórica: “ningún problema, ni de tipo judicial, ni ético. El trabajo de betuneros les da mucha independencia y movilidad, les gusta más que cualquier otro trabajo”, “nosotros lo vemos como un derecho del niño el poder trabajar”. (N. Rodríguez, entrevista P. Halligan, ibid.).

El CMT reconoce a los niños y niñas como actores sociales, sujetos sociales, económicos y políticos de derechos. Los niños y niñas son actores plenos, y por lo tanto tienen derecho de trabajar, a realizar tareas apropiadas que les puedan aportar habilidades y responsabilidades, intervenir positivamente dentro de las decisiones de la familia y aportar a su desarrollo. Se concibe al trabajo como una oportunidad para aprender, producir y liberarse de las ataduras de la miseria espiritual y material.

No existe contradicción entre las normativas nacional e internacional con los programas que se realizan en el CMT respecto del Trabajo Infantil.

El criterio del CMT en relación al trabajo de niños en edad escolar se funda-menta en dos supuestos de base: 1) Existe una exigencia de la vida, no del Centro, para que los niños varones se inicien en el trabajo remunerado como betuneros u otra actividad acorde a sus posibilidades físicas, sicológicas y de tiempo. Los niños varones junto a su familia, con el apoyo del CMT se convierten en autores de su propia renovación, y, 2) La convicción filosófica del Centro que alude al hecho de “… la verdad de que Dios respeta la libertad moral y la libertad de auto-determinación de cada persona, sin esperar nunca que Él pueda ayudar a una persona que no se ayuda a si misma” (Testimonios, ibid., p. 33).

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“La limitación de edad señalada en el artículo 82 no se aplicará a los trabajos considerados como prácticas ancestrales formativas, siempre que reúnan las siguientes condiciones:

1. Que respeten el desarrollo físico y psicológico del adolescente, en el sentido de asignárseles solamente tareas acordes con sus capacidades y etapa evolutiva;

2. Que contribuyan a la formación y desarrollo de las destrezas y habilidades del adolescente;

3. Que transmitan valores y normas culturales en armonía con el desarrollo del adolescente; y,

4.

1. En minas, basurales, camales, canteras e industrias extractivas de cualquier

clase; 2. En actividades que implican la manipulación de substancias explosivas,

psicotrópicas, tóxicas, peligrosas o nocivas para su vida, su desarrollo físico o mental y su salud;

3. En prostíbulos o zonas de tolerancia, lugares de juegos de azar, expendio de bebidas alcohólicas y otros que puedan ser inconvenientes para el desarrollo moral o social del adolescente;

4. En actividades que requieran el empleo de maquinaria peligrosa o que lo exponen a ruidos que exceden los límites legales de tolerancia;

5. En una actividad que pueda agravar la discapacidad, tratándose de adolescentes que la tengan;

6. En las demás actividades prohibidas en otros cuerpos legales, incluidos los instrumentos internacionales ratificados por el Ecuador; y,

7. En hogares cuyos miembros tengan antecedentes como autores de abuso o maltrato (Astrid Marschatz, Informe Nacional de los Resultados de la Encuesta de Trabajo Infantil en Ecuador, OIT, Junio 2005, pp. 4,5).

El trabajo infantil es un hecho que ocurre en todos los países del mundo, tanto en la zona urbana como rural y que permite a niños/as y adolescentes sobrevivir en un

Es primordial recalcar que el CMT fundamenta largamente su metodología del trabajo infantil en menores de 15 años bajo condiciones laborales establecidas en el Art. 86 del Código de la Niñez y la Adolescencia, en vigencia desde julio de 2003, que se presenta las prohibiciones y limitaciones al empleo de personas meno-res de edad que se señalan en el párrafo siguiente:

Que se desarrollen en el ámbito y beneficio de la comunidad a la que per-tenece el adolescente o su familia

Por otro lado ninguna de las actividades realizadas por los estudiantes del CMT se encuentra entre las descritas como prohibidas en el Art. 87 del mismo código:

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modelo económico y político opresor. A nivel mundial unos 350 millones de niños/as son trabajadores a pesar de la legislación nacional e internacional vigente en contra del trabajo infantil y demás leyes que amparan los derechos del los niños y las niñas. (Informe Nacional de los Resultados de la Encuesta del Trabajo Infantil en el Ecuador de la OIT, 2005) En términos generales los Estados califican como dañino al trabajo infantil y lo criminalizan sin proporcionar alternativas adecuadas de vida a los niños/as y peor aún consultarlos. Frente a las precarias condiciones de explotación laboral a los niños, niñas y adolescentes y a su desprotección, muchos se han organizado, desde los ’70, en un gran movimiento mundial de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (NATs) cuya finalidad es:

• Impulsar formas de trabajo digno • Luchar para ser reconocidos como sujetos sociales de derecho • Ser escuchados • Trabajar por una sociedad digna, justa, solidaria y equitativa

Una visión de la filosofía NATs se aprecia en el siguiente postulado:

El Ecuador y Uruguay son los dos únicos países en donde no existe este movimiento de defensa de los derechos de niños y adolescentes trabajadores, pero en el Ecuador existe la inquietud y el germen organizativo nacional con el claro objetivo de adscribirse a este movimiento mundial. El CMT proporciona condiciones óptimas e integrales a niños y adolescentes trabajadores en lugar de mantener un criterio punitivo del trabajo infantil, concebido como la prohibición y castigo que de ninguna manera soluciona los problemas diarios de pobreza, explotación y maltrato de los niños y niñas trabajadoras que no han perdido esta condición por el mero hecho de estar escrita en la legislación.

Sí al trabajo DIGNO, no a la explotación! Sí al trabajo PROTEGIDO, no al maltrato y al abuso! Sí al trabajo RECONOCIDO, no a la exclusión ni marginación! Sí al trabajo HUMANIZANTE, no a las condiciones indignas! Sí al TRABAJO CON LIBERTAD, no al trabajo forzado Los niños, niñas y adolescentes trabajadores no somos el problema… somos parte de la solución.

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4.3.5 La Oportunidad. Como se ha señalado, un aspecto fundamental de la propuesta del CMT es que no se trata de una entidad de caridad, sino de un movimiento que ofrece una oportunidad para personas y familias que quieren mejorar sus condiciones de vida. El CMT no se considera a si mismo como una institución, sino más bien como un movimient o, constituido por micro-sistemas: es una f amilia de f amilias . Este postulado es el que elimina toda acción paternalista, en el sentido de proveer y proteger a los que se ubicarían en una escala subordinada. La relación del CMT con las familias es, por el contrario, horizontal y recíproca. Lo que brinda es una oportunidad, que sumada al esfuerzo propio, tiene como resultado un profundo proceso de transformación familiar y social. La oportunidad que brinda el CMT es la de cubrir las necesidades básicas de una familia, en lo que respecta a alimentación, vivienda, salud, educación, recreo y espiritualidad en el momento adecuado. Al estar estas necesidades cubiertas, tanto los adultos como los niños pueden desarrollar sus capacidades al máximo, en busca del mejoramiento de sus oportunidades de participación en la sociedad, ya sea en el trabajo, en las relaciones familiares, en el desarrollo espiritual y en el crecimiento educativo.

El desarrollo como libertad tiene otra consecuencia que resulta determinante en el trabajo del CMT; que los agentes pasivos pasan de ser simples receptores de ayuda a ser participantes activos en los procesos de transformación social. De ahí que se deba proponer también la noción de movimiento.

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Cómo opera el CMT

5. ¿Como opera el CMT?

Se describe el ciclo de vida de las familias y los programas que se desarrollan en el CMT con el propósito de hacer comprensivo dicho proceso. Cada persona y familia tiene un tiempo y desarrollo diferente de acuerdo a su propia realidad, a sus necesidades y preferencias. En el transcurso del tiempo cada niño, niña, joven, adulto, familia ensaya y decide sobre sus actividades y objetivos con respeto y responsabilidad.

5.1 El ciclo de las familias en el CMT

La familia que ingresa al CMT sabe que su tiempo de participación y permanencia en los programas ofrecidos por la institución tiene un plazo limitado que, al cumplirse debe abandonar. El momento en que los niños terminan el proceso de formación y adquisición de capacidades profesionales-laborales, es el momento en que ellos y sus familias salen del CMT para dar cabida a una nueva familia. Las etapas por las que atraviesan las familias del CMT se dividen en tres momentos:

1. Integración 2. Desarrollo y 3. Salida

5.1.1 Etapa de Integración: El trabajo del CMT está orientado hacia la familia como unidad social primordial ya que: “Es evidente que los familiares del niño que trabaja enfrentan las mismas necesidades y carencias del niño”, consideración que caracteriza al CMT como un movimiento innovador de cambio social (Rev., Jesuitas, ibid., p. 7) En ese sentido, se inicia el proceso con la totalidad de los miembros que forman la unidad familiar.

Un resumen general de los elementos metodológicos hasta aquí expuestos, muestran que el proceso educativo que implementa el CMT implica “la comprensión, interiori-zación y aplicación permanente de una metodología REALISTA-ACTIVA-PARTICIPATIVA que contribuya al proceso de construcción individual y colectiva desde una educación para la autogestión” (Testimonios, ibid., p. 24).

Describimos las etapas por las cuales pasa la mayoría de familias que ingresa al Centro. Es un ejercicio didáctico realizado con el fin de ordenar el concepto general, pues cada individuo y familia adopta y se integra a los programas que considera pertinentes y necesarios a su situación presente.

Todos los integrantes se comprometen a asumir las responsabilidades que implican el proceso de transformación. A este período se le denomina etapa de integración.

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La familia nueva que ingresa al CMT generalmente lo hace por referencia de otra familia amiga y por la invitación de voluntarios y promotores del CMT en diferentes barrios marginales cercanos al Centro. En esta etapa la familia nueva se acerca hacia la propuesta del CMT y realiza un trabajo de comprensión de su responsabilidad. Se trata de una decisión libre que, una vez tomada, significa el compromiso con los reglamentos y directrices de la institución. El único requisito para que la familia se integre es que cuente con un niño trabajador. Toda la familia tiene entonces acceso a los programas del CMT que intentan suplir las necesidades básicas de la familia e impulsar su desarrollo. La familia en conjunto estudia el reglamento interno del CMT, y cuando lo ha comprendido decide si desea integrarse o no. Se considera que el período de adaptación dura aproximadamente dos años. Unos seis meses después del primer contacto, la familia firma su contrato de ingreso. Durante todo este tiempo la familia puede asistir al CMT, lo que quiere decir que en el período de integración también se le ofrece alimentación, salud y educación como a los demás miembros. Durante este tiempo otras familias con más experiencia en el CMT o miembros del equipo realizan un acompañamiento cercano para apoyarla en sus dificultades y animarle a cumplir sus compromisos. Es el periodo de mayor flexibilidad disciplinaria. El significado que esta experiencia inicial imprime a las familias aparece expresado en la voz de una de ellas a través del relato de vida de José y sus hijos. El concepto de familia desde el punto de vista deseable para el CMT es la unidad social básica formada por el padre, madre e hijos, sin embargo, “en vista de los cambiantes procesos por los que pasan las familias, agravados en los últimos tiempos por el trágico hecho de la migración, debemos considerar también familia a un hombre con sus hijos, a una mujer, una abuela o incluso una persona sin relación consanguínea a cargo de niños, como una familia. Al fin, hemos llegado a considerar

El relato de José llama la atención sobre su estado de angustia inicial por reunir a sus hijos y procurarles condiciones suficientes de protección, en ausencia de presencia materna y de otras personas: “Desde que ent r e acá ha s ido un alivio… puedo ir a t r abaj ar y se que mis hij os est án bien”. José, apenas un mes después de su ingreso al CMT, se siente emocionalmente tranquilo para “salir a buscar trabajo”.

Cómo opera el CMT

familia, a todas aquellas personas que comparten un mismo techo y mesa” (Entrev. N. Rodríguez, ibid.).

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“Mi nombre es José. Soy tapicero. Hace unos veinte años vivía con mi señora en Santo Domingo donde fui a trabajar. Tuve seis hijos. Después de eso me separé de ella. Regresé a Quito y me volví a casar, porque necesitaba alguien que me acompañe y me sirva. Con mi segunda mujer, Gladys, tuve cuatro hijos, que viven ahora conmigo. Cuando me fui a trabajar a la costa Gladys se hizo de otro compromiso y dejó regalando a mis hijos donde unos hermanos de ella y entregó a la más pequeña a las monjitas. Mi hija menor estaba en adopción, entonces, me regresé de Machala y empecé a recogerles poco a poco. Hice papeles y le localicé a la mujer (Gladys) para que me entreguen a mis hijos.

Hace un mes que llegamos al CMT. Yo fui a hacer un trabajo de unos muebles y ahí estaba un muchacho carpintero que vio mi situación y me dijo: “Yo me eduque ahí, mi hermano incluso fue a la universidad, yo lo que soy ahora es a través del CMT”. Me dijo: “vaya”, me indicó de qué se trataba y me vine acá. Y comenzamos a estudiar el folleto, donde decía que teníamos que asumir las responsabilidades, ser leal. Me gustó bastante, aunque mi hijo mayor no quería venir. Yo le expliqué cómo es y entonces él aceptó. Yo estoy haciendo todo lo humanamente posible para salir adelante. Doy gracias a Dios que ahora no nos falta nunca un platito de comida. Recién aquí mi hijo va a acabar la escuela. Se me están abriendo las puertas. Mi pequeña está en el jardín, otro en quinto de básica y otro en séptimo. Mi hijo está entre computación y electricidad, él ya se despertó de eso de no querer estudiar. Él está trabajando conmigo, me esta ayudando en la tapicería. Pienso poner el taller con mi hijo. Yo le dije a mi hijo: “pongámonos el taller” y él me dijo: “bueno papi”. Tengo esos proyectos. Desde que entré acá ha sido un alivio. Ahora ya estoy mas cuerdo, puedo ir a trabajar y sé que mis hijas están bien, no están solitas. Puedo ir tranquilo a buscar trabajo.

Cómo opera el CMT

En un breve período de tiempo, José y sus hijos encuentran en el CMT un espacio donde las r elaciones sociales, establecidas como tales son propicias para salir de la pobreza: un sentido de vida, un proyecto de vida –“Pienso poner el taller con mi hijo”- y un esfuerzo compartido, en la convicción de que el trabajo y los desvelos cotidianos, no son para enriquecer a otro a costa de su explotación, sino para la prosperidad familiar y de la sociedad a la que pertenecen.

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5.1.2. Etapa de Desarrollo: En este período el trabajo se diversifica, debido a que las necesidades de cada uno de los miembros de la familia son distintas. Esta es la etapa del desarrollo, en la cual los niños, niñas, adolescentes y adultos se integran a programas diferenciados de acuerdo a su potencial y necesidades. “Karina” y su familia ofrecen el testimonio de una experiencia que condensa de manera tangible cómo, la metodología del CMT, opera de manera favorable en relación a constituirse en un eficaz instrumento de ayuda a las familias que, en un acto consciente, deciden ayudarse a si mismas en colaboración comunitaria. Hay que recordar que la teoría, detrás de la metodología, es el “hacer con amor”, donde el “hacer con amor” significa, haber asumido plenamente el valor de la lealtad. Lealtad hacia los principios cristianos, del Centro, hacia si mismo, la familia y la colectividad. El relato de Karina ofrece elementos en acción de la metodología del CMT, expresados, por una parte, en el trasfondo de valores emocionales constantemente presentes en ella: el afecto cercano con el que el P. Halligan sigue el proceso de desarrollo familiar cuando se refiere a los hijos de Karina… “ellos sí saben trabajar”, el afecto que reciben de sus compañeros, “ellos se hicieron de amiguitos, les regalaron cajones de betún” y por otra, los valores del trabajo, “al día siguiente salieron a trabajar”, del ahorro “los varoncitos ahorran desde el primer grado al tercer grado, 25 centavos y después 3 dólares por semana. A futuro, ellos pueden invertir su dinero. “Nosotros igual comenzamos a ahorrar. Mi esposo compró un terreno y yo compré otro. Ahí estamos construyendo nuestra casa”. El lector puede percibir que los elementos expuestos implican los valores de la vivienda propia, educación, familia, compromiso, disciplina y otros, cruciales para salir de la condición de marginalidad y desestructuración familiar en la que se encontraban antes de su inserción a los programas del CMT. La familia de Karina se compone de catorce miembros, cada uno de sus doce hijos estudia, trabaja, se encuentra en buenas condiciones de salud, con proyectos y esperanzas a futuro. Los niños declaran estar contentos y que no reciben maltrato físico o psicológico. Les gusta jugar, comer, trabajar y estudiar. 5.1.3. Etapa de salida: Finalmente, cuando se han cumplido las expectativas y alcanzado la meta, la familia, nuevamente en conjunto, decide su salida del CMT. Una evaluación profunda del impacto en las familias después de su paso por el CMT lo proporciona el trabajo de investigación realizado por Maria Augusta Calle a través de entrevistas y trabajo con grupos focales aplicada a egresados. Los resultados que obtiene la autora, de su trabajo con “egresados” -término con el que se refiere a las familias en etapa de salida-, es que:

Cómo opera el CMT

“… son personas, en su mayoría, ausentes de complejos y se sienten seguros de sus posibilidades. El CMT fue el espacio de respuesta a sus aspiraciones

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Es interesante anotar la recurrencia del concepto de “éxito” que manejan los egresados indistintamente de la etapa en que tuvieron una relación con el CMT… Al éxito lo perciben como sinónimo de desarrollo personal, de familia consolidada y de superación de la pobreza desde el trabajo digno” (M. A. Calle, ibid., p. 36-7).

El éxito personal de los egresados es el éxito de la metodología del CMT. El trabajo realizado de manera digna y no ignominiosa, como anotamos en la introducción de este texto, es la clave para entender la incidencia positiva del trabajo de los niños siempre que este ocurra bajo parámetros de amor y respeto a la autodeterminación de cada uno de ellos. Lo que se recoge de los egresados es que su paso por el CMT ha sido determinante en el éxito de sus vidas, particularmente para las mujeres quienes por primera vez lograron autonomía económica y capacitación: “María trabajó durante largos y tóxicos años cuidando carros en la calle, ahora es promotora de salud y trabaja en la Cruz Roja como auxiliar de laboratorio” (Comunicación personal, Coordinadora de Salud) Un vínculo indisoluble une el valor del trabajo con el valor del ahorro: “Para una buena parte de los egresados el ahorro y la planificación del presupuesto es algo absolutamente necesario y los incorporan dentro de sus rutinas familiares y personales” (ibid.).

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y les permitió pensar que es posible tener nuevas proyecciones que rebasen la pobreza y la marginalidad no solo como condición económica sino como acti-tud de vida.

El testimonio de Magdalena habla de cómo la incorporación a la vida familiar del valor y práctica del ahorro le permitió cumplir su objetivo: “Mi meta era esa; que mis hijos sean graduados y tener mi casa. Esa oportunidad me dieron aquí” (Entrevista N. Rodríguez, Lucia Rojas, Quito, Agosto, 2008).

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“Tengo 48 años, me llamo Magdalena. Tengo 5 hijos. Mi esposo es guardia, yo soy ayudante de cocina. Somos de Esmeraldas, hace 25 años que vivimos en Quito. Yo me enteré del CMT por una cuñada mía. Ella me dijo: “vamos al centro del muchacho”, yo le pregunto: “qué es eso” y me dice: “es bueno, vámonos a ver”. Le dije a mi esposo: “vamos” y me dijo: “no”. Entonces yo le dije: “yo igual voy a ir y digo que soy soltera”. Llegamos aquí hace unos 16 años. Aquí estuve 9 años yo. Mis hijos trabajaban e iban a la escuela. En este momento ya no formamos parte del Centro. Mis hijos se graduaron y nuestra vida ha cambiado mucho. Aquí nos enseñaron a ahorrar, a ser responsables. Nosotros nunca hemos tenido problemas. Para mi fue algo maravilloso. Trabajamos aquí yo y mi esposo. Los dos también nos hemos capacitado aquí en el Centro. Mi esposo aprendió a leer y tiene su diploma de panadería, yo me gradúe de costura. Todos nos metimos a estudiar, es una oportunidad que uno no puede dejar. Nosotros nos fuimos a vivir al principio en una casa de triplex, ahora es de loza. Ahorramos para construir nuestra casa y ahora tenemos un hogar totalmente distinto. Mejoramos hartísimo. El rato que mis hijos se graduaron yo dije voy a dejar este espacio libre para que otras familias vengan. Mi meta era esa; que mis hijos sean graduados y tener mi casa. Esa oportunidad me dieron aquí” (Entrevista Lucia Rojas, ibid.).

El aporte individual es el voluntariado. El voluntariado se realiza una vez por semana durante todo el tiempo de permanencia en el Centro. Cada voluntario realiza tareas de acuerdo con sus posibilidades y habilidades. Se trata de tareas rotativas, que incluyen la limpieza de los ambientes, la cooperación en el funcionamiento del comedor, la cocina, etc. Además, las familias realizan un aporte como conjunto. También se debe mencionar que dentro del personal que labora en el CMT muchos pertenecen o han pertenecido a las familias usuarias. Estos trabajadores se ubican en la mayor parte de áreas y niveles, y, en algunos casos ocupan puestos de dirigencia.

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Cómo opera el CMT

5.2 Programas y Servicios

5.2.1 Educación Centro Infantil: Los niños y niñas menores de seis años tienen la posibilidad de asistir al centro infantil mientras sus padres trabajan. El aprendizaje de los niños menores de 6 años está enfocado a temas de medio ambiente, manejo de los desperdicios, salud y cuidado personal. Los centros infantiles tienen la capacidad de recibir 255 niños y niñas menores de 5 años. Escuela Primaria: De los seis años en adelante los niños y niñas ingresan a la escuela en una cifra de 513 alumnos reportada hasta septiembre del 2008. En el caso de que los niños provengan de otras escuelas, se les ubica en un nivel correspondiente a sus conocimientos. Además de las asignaturas generales establecidas por el Ministerio de Educación, reciben formación complementaria dos veces por semana en las áreas de: religión, inglés, música, arte, educación física y biblioteca. Existe también la posibilidad de nivelación pedagógica y programas para niños con necesidades especiales.

El grupo de chicas cuenta con un programa especial de trabajo para ellas, pues no salen a realizar trabajos en el exterior del CMT.

Los chicos salen a trabajar 3 mañanas o tardes a la semana, durante un tiempo aproximado de tres horas diarias. El fruto del trabajo de los niños se destina por una parte al aporte en la economía familiar y a solventar sus necesidades personales y por otro lado, al ahorro. El CMT incentiva el ahorro de los niños con una determinada cantidad de dinero de acuerdo a su edad. Este ahorro será devuelto en el momento de su egreso. Los jóvenes que egresan generalmente invierten sus ahorros en la constitución de sus propios negocios. Incentivar el valor del ahorro es central en el aspecto educativo del CMT. Se pre-tende no solo el dinero en si, cuanto adquirir la disciplina del ahorrista. A lo largo

La escuela primaria funciona en dos jornadas, matutina y vespertina. La escuela es mixta.

La asistencia a la escuela significa para los varones también el comienzo del trabajo. Las familias que ingresan al CMT ya cuentan con un niño trabajador, por lo cual los niños ya tienen experiencia en este ámbito.

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del devenir de su vida, el ahorro le permitirá planificar y lograr ciertas metas que solo se obtienen a través de esta práctica. El ejemplo más claro es la adquisición de una casa propia, instalación de un negocio, etc. Paralelamente a la escuela, existe un programa de nivelación académica que permite suplir algunos de los vacíos de la educación anterior que han recibido los niños, sobre todo los procedentes de escuelas rurales multigrado. La nivelación se da en el séptimo grado, para que el nivel del ciclo básico de la educación secundaria sea adecuado. Ciclo Básico Técnico Artesanal:

El sistema de educación técnica del CMT se basa en la complementación entre la teoría y la práctica. Esta metodología de aprendizaje se denomina “aula-taller” o “aprender haciendo” y se desarrolla en tres espacios: a) las clases teóricas, b) los talleres del CMT y c) las pasantías que realizan los alumnos en talleres externos, según el área de especialidad.

Los dos primeros años los estudiantes trabajan fuera del aula en talleres, de mecá-nica, carpintería, etc.; en la tarde regresan al CMT, se bañan y toman su merienda para luego integrarse a sus clases hasta las nueve de la noche donde se forman en

El objetivo principal del ciclo básico artesanal del CMT, es la preparación de los adolescentes en áreas técnicas que les permita una mejor inserción laboral y de calidad de vida. Pero también resalta la importancia de que puedan realizar un trabajo que cumpla con sus deseos y les sea placentero. Por esta razón, antes de elegir entre las propuestas técnicas del colegio, los adolescentes inician un programa de orientación vocacional. Este programa incluye una rotación de seis meses en todos los talleres ofertados, lo cual se complementa con reuniones semanales con los psicólogos y los padres de familia. Con esta modalidad, se asegura una decisión sólida sobre la especialidad adecuada, que no vaya en contra de las expectativas del adolescente y de la familia. Además, este proceso presenta otra ventaja: la baja incidencia de abandono o cambio de especialidad.

El ciclo básico-artesanal, en concordancia con el programa del Ministerio de Educación, dura tres años. No existen restricciones de edad, por lo que en el CMT participan 380 jóvenes de entre 13 y 23 años de edad. Ofrece las especialidades de mecánica automotriz, mecánica industrial, carpintería, belleza, corte y confec-ción, plomería, soldadura, panadería, comercialización y ventas e instalaciones sani-tarias. El promedio de alumnos y alumnas que se gradúa de este programa es de 100 por año (ibid., p. 11).

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Cómo opera el CMT

materias relativas a la preparación en el área técnica y conocimientos generales.

Este trabajo guarda una relación directa con la especialidad escogida. Los puestos de trabajo no siempre son gestionados por el CMT, sino que los obtienen los adolescentes por sí mismos, en muchos casos son los que ocupaban antes de integrarse al Centro.

En el tercer año la educación es intensiva. Esto quiere decir que se elimina el trabajo exterior de los muchachos y se trabaja en jornada completa dentro del CMT. El objetivo del tercer año es brindar a los jóvenes una práctica dirigida encaminada a una profesionalización acuciosa que les permita estar en mejores condiciones de prosperidad personal y de servicio a la sociedad. Bachillerato técnico de IRFEYAL: Los jóvenes del CMT tienen también la posibilidad de continuar su educación secundaria y obtener un bachillerato técnico, a través de un convenio con IRFEYAL (Instituto Radiofónico Fe y Alegría).

Todos los planes y programas del CMT están debidamente legalizados en el Ministerio de Educación y la Junta de Defensa del Artesano y anualmente reciben visitas de supervisión y evaluación del Ministerio de Educación. Capacitación de adultos La meta con los adultos, padres de familia, es que concluyan su educación básica y obtengan una capacitación en un oficio. Todos los padres de familia que no hayan terminado la primaria, se incorporan al programa de capacitación de adultos. Sin embargo, la primaria no es el límite; luego de concluir este ciclo que dura dos años, los padres de familia pueden acceder, en el tercer año, a la educación técnica en distintas áreas y se les otorga un certificado de participación. (Rev. Jesuitas, ibid., p. 11). En el 2007 este programa acogió a 180 estudiantes (Calle, ibid., p. 18). Uno de los programas más innovadores que ha desarrollado el CMT en este sentido es el de formación de Promotores de Salud Comunitaria, avalado por la Pontificia Univer-sidad Católica del Ecuador y que se viene desarrollando desde 1998. Este es un espa-cio en el que participan sobre todo las madres de familia que han concluido con su edu-cación primaria. Hasta la fecha se han graduado 128 promotoras de salud. Su capaci-tación lleva adelante un proceso de aprendizaje en salud que permite adquirir a los líderes y liderezas de las comunidades, conocimientos básicos sobre tópicos de salud relacionados con actividades de promoción, prevención y educación para la salud de sus barrios. Es un proceso de formación activo participativo que implica una interac-ción dialéctica entre los promotores, su quehacer diario y la dinámica de

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Cómo opera el CMT

participación social al interior de sus sectores. Este proceso debe potenciar las expresiones de solidaridad comunitaria, orientadas a conservar la salud individual, familiar y de sus entornos. El equipo del área de educación es el más numeroso, está compuesto por 1 coordinador general, 1 coordinador pedagógico, 1 coordinador de educación de adultos, 4 directores de escuela, 37 profesores de educación técnica, 25 profesores de escuela, 19 en los centros infantiles, 2 en centros de recursos, 2 secretarias, 5 en educación de adultos y 2 en biblioteca (99).

5.2.2 Salud: Toda la familia participa de manera integral en los servicios de salud que son concebidos para prevenir, promocionar y entregar una atención adecuada. La salud se entiende como un estado de bienestar más que como ausencia de enfermedad. El programa de salud del CMT incluye:

• Atención clínica médica, odontológica y laboratorio clínico. • Un programa para niños con necesidades especiales, que además de los

servicios generales de salud ofrece rehabilitación física y sicológica. • Prevención de las enfermedades: inmunizaciones, mejoramiento de

viviendas, prevención de violencia intrafamiliar y maltrato, higiene personal y comunitaria, alcoholismo, drogadicción, etc.

• Promoción para la Salud: educación para la adquisición de estilos de vida saludables.

• “Gota de Leche” dirigido a niños menores de tres años con desnutrición o en riesgo de desnutrición, a quienes se ofrece leche diaria, suplementos nutricionales, controles médicos y capacitación a las madres de familia.

• Formación de Promotoras Comunitarias de Salud. • Referencia y contra referencia de pacientes que requieren atención de

segundo y tercer nivel, que corresponde a un 5% de la población total del CMT.

• Capacitación a los estudiantes en temas de seguridad laboral e industrial. El departamento médico atiende un promedio de 8222 consultas anuales y el departamento odontológico atiende 2214 consultas al año (año 2007). Para la atención de segundo y tercer nivel se han establecido convenios de cooperación con diferentes entidades estatales y privadas, estableciéndose una exitosa racionalización en el uso de los recursos y un costo eficiencia muy alto, es decir resolución exitosa de problemas a un muy bajo costo humano y económico.

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Cómo opera el CMT

Se da un proceso educativo continuo en salud a través del acompañamiento diario y en todas las actividades del CMT como un eje transversal. El equipo de salud esta integrado por 4 médicas, 3 odontólogos/as, 4 enfermeras, 1 psicóloga clínica, 3 promotoras de salud, 1 laboratorista, 1 asistente de laboratorio y 1 coordinadora general de salud (18). 5.2.3 Alimentación Iniciar el proceso de transformación familiar hacia la adquisición de valores espirituales y de profesionalización requiere tener las necesidades alimenticias resueltas. Conscientes de la supremacía de la alimentación como la base sobre la cual se asegura la salud física y psicológica de la familia el Centro tiene como una de sus estrategias metodológicas fundamentales brindar alimentación gratuita a cada una de ellas. La familia no debe pagar con dinero la comida, pero si retribuir con trabajo solidario en la cocina.

Para las familias, la cocina es el espacio de socialización por excelencia. Mientras se hace el pan o se prepara la sopa, la vida del Centro y sus personajes se actualiza y socializa a la vez que se hace real el concepto del Centro de ser una Familia de Familias. Se motiva a la familia a encontrarse al momento de la comida para estar juntos y compartir sus diarias vivencias. El Centro proporciona diariamente tres comidas a los 2.000 afiliados: desayuno, almuerzo, merienda y dos refrigerios a los niños menores de 6 años. Se cuida que la alimentación sea balanceada para asegurar una dieta nutritiva, con refuerzos nutritivos para los grupos en riesgo y madres embarazadas.

5.2.4 Recreación El esparcimiento familiar también se aprovecha para crear hábitos de disciplina y de discernimiento entre lo que es la recreación sana y buena para conocerse y estrechar lazos de amistad, diferenciándola de aquella que puede llevar al desperdicio del tiempo productivo.

Al revisar las entrevistas a las familias se percibe que niños y adultos responden sin excepción que lo que más les gusta del Centro son las actividades sociales. El Centro cuenta con canchas de juego y entrenamiento, parque con instalaciones de columpios y áreas verdes donde juegan y se entrenan niños y adultos.

Las clases de arte son vistas como una actividad recreativa. Cuando lo pedimos, los niños de 8 años de una clase de arte de la tarde accedieron gustosos a dibujar y hacer escenarios, con plastilina representando lo que más les había gustado de lo vivido

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Cómo opera el CMT

durante el día. Por las fotos de sus trabajos se puede apreciar que la comida y el juego están en un lugar preponderante. Aprovechamos este breve espacio para agradecer las obras que hicieron: Virginia, Ángel, Nelly, Francheski, Mirka, Patricio, Emilia, Lorena, Camilo y Amaranta. Los servicios de alimentación y recreación son las actividades que más éxito tienen en las familias que acuden al Centro; la razón hay que encontrarla en el hecho de que, por primera vez en la vida, la alimentación y el juego, esos bienes tan escasos antes de la llegada al CMT, se vuelven de acceso seguro y continuo y se convierten en la base sobre la cual se encumbran para la transformación de su vida desde el trabajo y la educación.

5.2.5 Producción El área de la producción es el espacio en donde los miembros del CMT encuentran la culminación de su profesionalización y la etapa final de estadía en el CMT. El Centro N°2 es el establecimiento que alberga, desde el año 1981 los talleres y negocios de carpintería; plomería; corte y confección; belleza; restaurante; panadería, pastelería y repostería; y el almacén de venta de los artículos producidos en los diferentes talleres. El taller de metalmecánica funciona en el CMT No. 1. (Testimonios, ibid., p.42).

Lucia: 6 años Segundo de básica Le gusta jugar, barrer, ayuda a lavar, Le gusta el CMT, pasa contenta

Lorena: 10 años Quinto de básica Juega, estudia, come Le gustan las clases, quiere a la profesora No gana dinero No habla en la clase No le pegan

Marcelo: 11 años Sexto de básica Está en el CMT desde los seis años Vino con la mamá le gusto el comedor y el parque Ahora trabaja en la Avenida Occidental, limpia unos doce pares de zapatos al día y ahorra $ 0,50 lunes, miércoles y viernes. La mamá utiliza ese dinero para ropa Le gusta matemáticas y estudios sociales Le gusta el CMT y sus reglas Está contento No le pegan

Los talleres de producción y servicios, son negocios a pequeña escala que tienen la doble finalidad didáctica de ofrecer a los estudiantes un espacio de observación sobre

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Cómo opera el CMT

la importancia de la educación técnica a la vez que generar recursos que aporten al desarrollo de los programas sociales (Calle, ibid., p. 19)

La misma autora reporta que después de 42 años de trabajo con más de 5.000 familias, la institución ha puesto en la industria local más de 4.000 técnicos calificados, de los cuales un 64,40% siguió otros estudios una vez obtenido el titulo en el CMT, un 75% se graduó en ramas afines a las seguidas en el Centro lo que demuestra el éxito de la metodología pedagógica de la institución (ibid., pp.17 y 32). El área de producción cuenta con un

equipo de profesionales integrado por 5 maestros de carpintería, 6 maestras de la confección, 6 en didáctica, 3 en panadería y 5 en metalmecánica (25).

5.2.6 Comercialización y ventas: Almacén, sala de belleza, restaurante Como complemento a la fase de producción de los talleres de profesionalización, se

implementó la “Escuela de negocios” para que los productos elaborados puedan ser comercializados en mejores condiciones y de acuerdo a los estándares de demanda del mercado ( ibid., p. 17). El equipo de profesionales que apoya la capacitación de los estudiantes en el componente de comercialización y ventas esta integrado por 3 personas a cargo del almacén, 1 encargada del salón de belleza y 5 del restaurante (9).

Fabián: 15 años A los 9 años ingresó al CMT Una señora le informó a su papá del CMT y los trajo a todos de la Costa La otra escuela era diferente: uniforme, no había comida, pasaba hambre, iba caminado Ahora trabajo en un taller de torno y suelda y gano 160 al mes Va a seguir estudiando hasta sexto curso y luego irá al SECAP a estudiar mecánica industrial

Rebeca: 13 años Primer curso Belleza Ingresó al CMT a los diez años Le gusta estudiar, bañarse No le gusta hacer voluntariado Se ha hecho peleona Está feliz No le pegan

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Sostenibilidad social, Técnica-Administrativa y Financiera

6. Sostenibilidad Social, Técnica-Administrativa y Financiera En los 44 años de vida, el CMT ha tenido un crecimiento sostenido tanto en la infraestructura como en el desarrollo de programas para responder a las necesidades de los grupos beneficiarios. Los programas y servicios son de carácter gratuito para los beneficiarios, quienes asisten diariamente, se involucran en los programas educativos, tienen acceso a los servicios de salud y alimentación, colaboran con servicio voluntario en diversas actividades y participan en un proceso de formación en valores comprometiéndose a modificar su estilo de vida y a ser agentes de cambio de su propio desarrollo, de su prosperidad y de la de su comunidad. Las 2 bases de operación con las que cuenta el CMT (en el centro y noroeste de Quito y el edificio del programa Gota de Leche que recibió como donación en el año 2002) están valoradas en $ 2,606.163.24 y cuentan con una inversión de $ 806,873.18 en equipamiento y una capacidad de atención a 2000 personas en el CMT y 200 menores de 3 años en el programa Gota de Leche. 6.1 Sostenibidad Social

Actualmente los beneficiarios de esta obra son 400 familias con 5 integrantes en promedio, quienes se forman con disciplina, tenacidad, capacitación para el trabajo y con espíritu de fraternidad cristiana, y, mediante un cambio de actitudes

1Fuente: cuadros estadísticos de matriculados y egresados del programa educativo del CMT

El CMT ha constituido una respuesta para la clase excluida de nuestro país, la familia del niño trabajador. Su accionar apunta hacia el desarrollo integral de este grupo poblacional consolidando la estructura de miles de familias a través de la educación, el cuidado de la salud, la afirmación de valores y la potencializa-ción de su capacidad económica para lograr un desarrollo armónico de la unidad social.

Un aporte importante a la sociedad son los 4.7501 egresados de educación técni-ca que se han incorporado a la industria ecuatoriana.

Se considera que alrededor de 5000 familias de niños trabajadores que se han formado en el CMT han superado su situación de pobreza tanto material como espi-ritual. Esta cifra es producto de evaluaciones permanentes que se realizan interna-mente y ha sido confirmada por el estudio externo de impacto realizado en el año 2007.

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1 Fuente: Registros del departamento de Recursos Humanos

Sostenibilidad social, Técnica-Administrativa y Financiera

Es importante mencionar que el Plan Estratégico del CMT 2003-2013 contempló la reingeniería administrativa, a fin de revisar y mejorar los procedimientos adminis-trativos, optimizar los recursos y contar con información suficiente y oportuna para la toma de decisiones, actividad que se llevó a cabo durante el año 2003. El producto final de la reingeniería administrativa fue la auditoria externa

6.2 Sostenibilidad Técnica-Administrativa

fortalecen su dignidad, salen de la marginalidad y dejan de ser pobres para siem-pre convirtiéndose en agentes de cambio y de prosperidad en su comuni-dad.

En los 44 años de vida del CMT, ha recibido reconocimientos por parte del Gobierno Nacional, del Gobierno local, de la Iglesia, de UNESCO y otros orga-nismos como una obra innovadora de desarrollo humano.

El equipo directivo del CMT está conformado por quince miembros, 5 religiosos y 10 seglares, quienes conforman un equipo técnico sólido de trabajo. La toma de deci-siones, la elaboración y aprobación de presupuestos, el desarrollo de las actividades, la realimentación y evaluación de los programas y servicios son procesos que están bajo la responsabilidad del directorio. Es un grupo formado y preparado para dirigir el CMT.

Un segundo grupo, dentro del organigrama, corresponde a egresados del CMT, líde-res voluntarios, que tienen la función de operativizar los distintos progra-mas y hacer el acompañamiento o tutoría con las familias a más de la participa-ción activa en los talleres de formación.

El personal del CMT está constituido por 229 personas. Más de la mitad de este contingente de colaboradores corresponde a maestros, maestras, instructo-res técnicos y profesionales de salud, el 70%1 está vinculado por más de cinco años a la obra, lo que da cuenta de su compromiso con la población beneficiaria y con los objetivos del CMT.

Adicionalmente, la administración cuenta con los servicios de secretaría, jurí-dico, contabilidad, recursos humanos, bodega general, servicios generales, además de un contingente de voluntarios extranjeros de diferentes nacionalidades que anualmente se integran a las diversas actividades del Centro aportando con sus conocimientos y, especialmente, aprendiendo de las realidades sociales menos favorecidas de la sociedad local.

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6.3 Sostenibilidad Financiera

Con una inversión de $1,90 diarios por persona, inversión mucho menor al costo de un almuerzo promedio en la ciudad de Quito, se cubren los servicios de alimentación, educación, salud y otros que hacen parte del bienestar de las personas. El CMT se financia a través de convenios y proyectos con organismos nacionales e internacionales (35%) y con el aporte de una base importante de alrededor de 6000 donantes particulares locales y del exterior (45%). Se destaca la solidaridad proveniente de varias parroquias católicas del mundo y de familiares y amigos de los voluntarios que han prestado sus servicios al CMT. Al momento la auto-generación de recursos llega a cubrir del 15 al 20% del presupuesto de los programas sociales con la comercialización de los productos que se fabrican en los talleres de producción. El déficit operacional que ha sufrido el CMT no ha superado el 10% ni en los períodos más difíciles, como fue el año 2004 en que llegó casi a 8%.

Sostenibilidad social, Técnica-Administrativa y Financiera

elaborada cada año a partir de 2003 con informes positivos en lo relacionado con el manejo contable y administrativo de la obra.

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Conclusiones

7. Conclusiones

El principio metodológico operativo que guía el trabajo del CMT es el “hacer para la transformación” desde el amor como emoción humana sinequanon. Transformación que debe ser asumida y ejercida por cada miembro que ingresa al Centro, desde un acto consciente de querer mejorar su condición de vida material y espiritual. La operatividad de la metodología le brinda al afiliado la “oportunidad” de iniciar el proceso transformador que quiere alcanzar, es decir, pone a su disposición una variedad de programas que se consideran imprescindibles para lograr el fin: amor, educación, salud, alimentación, vivienda, trabajo y apoyo incondicional frente a cualquier adversidad surgida en la ruta emprendida. El trabajo de los niños/as, adolescentes y adultos no está reñido con la formación escolar, profesionalización y adquisición de valores éticos para la vida, la metodología del Centro en materia educativa aprovecha al máximo las capacidades y la voluntad consciente de transformación de la familia distribuyendo de manera eficiente el uso del tiempo cotidiano dando incluso cabida a la recreación. La sostenibilidad de los esfuerzos por la continuidad y ampliación de la obra del CMT depende en gran parte de la integración de sus temas y metodología en las agendas de diferentes instituciones gubernamentales y de la cooperación abocada a este universo de solidaridad social. El tema del trabajo infantil y adolescente está estrechamente ligado a los temas de educación, salud y pobreza, por lo cual debería formar parte de diferentes programas de desarrollo socioeconómico del Estado teniendo como referente los probados principios éticos y técnicos con que el CMT realiza su magna obra.

La metodología del CMT se fundamenta en los valores cristianos del amor, solidaridad y compromiso con las familia menos favorecidas económicamente de la sociedad, siempre que en su núcleo constitutivo se encuentre al menos un niño trabajador.

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Glosario

8. Glosario de términos

Trabajo Infantil: Las definiciones de trabajo infantil aceptable e inaceptable han sido elaboradas por la Oficina Internacional del Trabajo -OIT-, adoptadas por el Estado de Ecuador y ellas plantean lo siguiente:

Trabajo aceptable: Es aquel realizado por niños, niñas y adolescentes de 12 años y más, que no afecta su salud ni su desarrollo personal, ni interfiere en su escolarización. Se incluyen en esta categoría las actividades laborales realizadas por parte de adolescentes de 15 años o más, y el trabajo liviano y de pocas horas que pueden realizar de manera protegida los niños y niñas de entre 12 y 14 años.

Trabajo aceptable para el CMT: Es aquel que reconoce el derecho de los niños, niñas y adolescentes a tener una remuneración por su trabajo, es realizado entre los 6 y 17 años. Para que sea aceptable debe estar acompañado de educación, salud, ahorro, pertenencia a una familia, alimentos, vivienda, recreación, valores cristianos y el cumplimiento de diez principios éticos. Es la clave para la transformación de la vida en la pobreza a la vida en dignidad.

Trabajo inaceptable para el CMT: Es aquel que se realiza en condiciones de explotación laboral, jornadas de más de 8 horas, fuera de contextos familiares, al margen de la educación, del acceso a la salud, alimentación, vivienda, espiritualidad, apoyo afectivo, sentido individual trascendente y colectivo.

Pobreza: Condición psicológica negativa en la vida del sujeto, que reproduce un estado de abandono emocional y material expresado en ausencia de esperanza, proyectos de vida y voluntad consciente para evaluar y salir de ese estado.

Trabajo inaceptable: Es aquel que vulnera los derechos esenciales de los niños, niñas y adolescentes, amenazando su acceso y permanencia en la educación, el descanso y la recreación, además de poner en riesgo su normal desarrollo psicológico y social. Dentro de esta definición se incluyen el trabajo de niños y niñas de 11 años y menos; el trabajo de niños y niñas de entre 12 y 14 años que no estudien; el trabajo de niños y niñas de entre 12 y 14 años que implique más de 14 horas laborales a la semana; el trabajo de adolescentes de entre 15 y 17 que implica no asistencia a la escuela y cuya jornada excede las 21 horas semanales; el trabajo en la calle; el trabajo nocturno; y el trabajo ilegal (adolescentes que trabajan más horas que las permitidas legalmente, es decir, más de 49 horas).

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Bibliografía

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