, » Mt 5,7

E R M A N I TA S D E L O S P O B R E S

Enero-Abril 2016 Núm. 218

«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia»

Mt 5,7

Núm. 218Enero-Abril 2016

Hacia la VidaBOLETÍN CUATRIMESTRAL DE LASHERMANITAS DE LOS POBRESwww.hermanitasdelospobres.esColaboracionesCtra. Virgen del Espino, 1 - T. 91 855 16 8028460 Los Molinos (Madrid)[email protected] provincialesZurbarán, 4. 28010 MadridLuis Montoto, 43. 41018 SevillaPlaza Tetuán, 45-49. 08010 Barcelona

Dep. legal: B. 5.687-1960Producción: Impresión Offset Derra. Joan d’Àustria, 66. 08005 Barcelona

CRÉDITOS DE IMÁGENES: Páginas 7-9: Mazur-Catholic News.org cc;

Página 33: Jean Louis Mazieres cc

EDITORIALLa misericordia y la fidelidadse encuentran ....................................................................1

IGLESIAAño Santo de la Misericordia ........................2Sínodo de la Familia .................................................7¡Visita sorpresa! ..........................................................10

CONGREGACIÓNCapítulo General ......................................................13

VIDA CONSAGRADAAño de la Vida Consagrada ......................... 17Testimonios .................................................................... 18Vocaciones .......................................................................25

JÓVENESJóvenes de corazón grande ............................27

CONGREGACIÓNMálaga, crónica de 150 años .......................28

ACTIVIDADESII Gran Belén Viviente .......................................30

SUMARIO

¡SANTO Y FELIZ AÑO 2016!

Fechas claveEnero-Mayo

JUBILEO DE LA MISERICORDIA

1

4

3

5

2

19

20

24

27

10

25

22

ENERO

FEBRERO

MARZO

ABRIL

MAYO

Apertura de la Puerta Santa de la Basílica de Santa María la Mayor.Jubileo de cuantos organizan las peregri-naciones y sirven en los santuarios.Celebración ecuménica en la Basílica de San Pablo Extramuros.

Jubileo de la Vida Consagrada y Clausura del Año de la Vida Consagrada.Envío de los Misioneros de la Misericor-dia en la Basílica de San Pedro.Jubileo de la Curia Romana, del Governa-torato y de las Instituciones que dependen de la Santa Sede.

«24 horas para el Señor». Celebración pe-nitencial la tarde del viernes 4 de marzo.Domingo de Ramos. Jornada diocesana de los jóvenes.

Domingo de la Divina Misericordia. Jubileo para los devotos de la espirituali-dad de la Divina Misericordia.Jubileo de los adolescentes (13-16 años).Profesar la fe y construir una cultura de la misericordia.

Solemnidad de la Ascensión del Señor.Vigilia para todos los que tienen necesi-dad de consolación.Corpus Christi en Italia.Jubileo de los diáconos.

HACIA LA VIDA Enero-Abril 2016 1

E D I T O R I A L

«La misericordia y la fidelidad se encuentran...»

Un nuevo año comienza, pero no es un año cualquiera; la Iglesia nos ofrece un tiempo de gracia, un

tiempo de misericordia. El día de la Inma-culada Concepción el papa Francisco, el mismo día que cumplía 1.000 días de pon-tificado, inauguró para toda la Iglesia este Año Santo de la Misericordia, un año «para crecer en la convicción de la misericordia» como él mismo afirmaba en esta jornada.

El Año de la Vida Consagrada que ter-minará el próximo 2 de febrero, se entre-laza providencialmente durante un poco más de dos meses con el Jubileo de la Mi-sericordia. Y es justamente esto lo que han vivido los santos a lo largo de la historia de la Iglesia. En su vida han contemplado sin cesar la misericordia de Dios y a ella han respondido con constante fidelidad.

La imagen que vemos en la portada de este número de Hacia la Vida, obra de Nick Parrendo, es una de las vidrie-ras de la capilla de la casa de las Her-manitas de los Pobres en Pittsburgh (EE.UU.). Aquí vemos claramente re-presentado cómo en la vida de santa Juana Jugan, la fundadora de las Her-manitas de los Pobres, Dios la ha espe-rado en el Pobre; ella le ha encontrado y reconocido en el Pobre. Dejémonos a lo largo de estos meses impregnar de la misericordia divina para ser también nosotros testigos de la misericordia.


2 Enero-Abril 2016 HACIA LA VIDA

En la tradición católica, el Jubileo es un gran acontecimiento reli-gioso. Es el año de la remisión de los pecados y de sus penas. Es el año de la reconciliación, de la conversión y de la penitencia sacra-mental. El Año Jubilar es ante todo el Año de Cristo, portador de la vida y de la gracia a la humanidad.

Sus orígenes se remontan al Antiguo Testamento. La ley de Moisés había determinado para el pueblo hebreo un año particular: «Declara-réis santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y cada cual regresará a su familia. Este año cincuenta será para vosotros un jubileo; no cortaréis ni segaréis los rebrotes, ni vendi-miaréis la viña que ha quedado sin podar, porque es el jubileo que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que el campo dé de sí. En este Año Jubilar recobraréis cada uno vuestra propiedad» (Lev 25,10-13).

La trompeta con que se anunciaba este año particular era un cuer-no de carnero padre, que se llama «yobel» en hebreo, de ahí la pala-bra «Jubileo». La celebración de este año llevaba consigo, entre otras cosas, la restitución de las tierras a sus antiguos propietarios, la re-misión de las deudas, la liberación de los esclavos, y el reposo de la tierra. En el Nuevo Testamento, Jesús se presenta como Aquel que lleva a su cumplimiento el Jubileo antiguo, ya que Él ha venido a predicar el año de gracia del Señor (cf. Is 61,1-2).

El día en el que cumplía dos años de pontificado, el papa Fran-cisco anunció la convocatoria para este Año Santo Extraordi-nario de la Misericordia. Lo hizo durante la homilía que dio

inicio a la 2ª edición de la jornada «24 horas para el Señor».

Año Santo de la MisericordiaEl recién estrenado Año Santo de la Misericordia, tiene como lema «Misericordiosos como el Padre». En este artículo queremos acercarnos a su significado, su historia, su alcance.

¿Qué significa vivir un año jubilar?


A Ñ O S A N T O D E L A M I S E R I C O R D I A

La Iglesia católica inició la tradición del Año Santo con el papa Bonifacio VIII, en el año 1300. Este previó la realización de un jubileo cada si-glo. Desde el año 1475, para permitir a cada ge-neración vivir al menos un Año Santo, el jubileo ordinario comenzó a espaciarse al ritmo de cada 25 años. Un jubileo extraordinario, en cambio, se proclama con ocasión de un acontecimiento de particular importancia.

El rito inicial del jubileo es la apertura de la Puerta Santa, un símbolo que expresa que du-rante el tiempo jubilar, se ofrece a los fieles una vía extraordinaria hacia la salvación.

año jubilar, un poco de historia

¿por qué un año santo de la misericordia?

En la fiesta de Jesucristo Rey del

Universo, 20 de no-viembre, se conclui-

rá este Jubileo?

La gracia de la Indulgencia Plenaria propia del Jubileo, también puede ser

aplicada a los difun-tos como signo de amor hacia ellos?

¿Sabía usted que... La Misericordia ha sido hasta el momento el eje central de la predicación del papa Francisco. En la Bula de convocatoria del Jubileo Misericordiae Vultus (M.V.), explica que en estos momentos de nuestra historia «estamos llamados a tener la mi-rada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre».

Él desea, lo indica en la carta enviada a Mons. Fi-sichella, «que el Jubileo sea experiencia viva de la cercanía del Padre, como si se quisiese tocar con la mano su ternura, para que se fortalezca la fe de cada creyente y así, el testimonio sea cada vez más eficaz».

El 8 de diciembre, día en que fue abierto este Jubileo Extraordinario de la Misericordia, se cum-plió el 50 aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II, un evento del que «la Iglesia siente la necesidad de mantener vivo» (MV4).

Este Año Jubilar Extraordinario es el 29º en la historia de

la Iglesia?

Por primera vez en la historia la pri-mera Puerta Santa abierta no fue la de la Basílica de San

Pedro, sino la de la catedral de Bangui,

Centroáfrica?

¿Sabía usted que...




¿cómo ganar la indulgencia en este año jubilar?

Peregrinación

Confesión

Eucaristía

Profesión de fe

Oración por el Papa

Indulgencia-etapas

12345

«Para vivir y obtener la indulgencia los fieles es-tán llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como sig-no del deseo profundo de auténtica conversión.»

«Es importante que este momento esté uni-do, ante todo, al Sacramento de la Reconcilia-ción y a la celebración de la santa Eucaristía con una reflexión sobre la misericordia.»

«Será necesario acompañar estas celebracio-nes con la profesión de fe y con la oración por mí y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo.»

Así de claro explica el papa Francisco el modo de ganar las indulgencias. También se dirige a los enfermos y personas ancianas y solas, y para ellos indica que «será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento como experien-cia de cercanía al Señor que en el misterio de su pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a la soledad. Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participan-do en la santa misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de co-municación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar».

A los presos el Papa también ha querido «que a todos ellos llegue realmente la misericordia del Padre», por eso ganan indulgencia «cada vez que atraviesen la puerta de su celda, diri-giendo su pensamiento y la oración al Padre».

Los presos pueden ganar la

indulgencia jubilar en las capillas de las cárceles

además de poder obtenerlo en sus

celdas?

Los «misioneros de la misericordia»

serán enviados durante la Cuares-ma, para ser signo

vivo de cómo el Padre acoge a cuantos están en busca de su

perdón?

¿Sabía usted que...




«Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre». Con esta afirma-ción tan clara como verdadera, comienza la Bula de convocatoria para este Jubileo. Toda la Iglesia comienza este cami-no jubilar, pero ¿hacia dónde nos lleva?

El Santo Padre lo indica con el co-razón abierto en el documento que acabamos de citar: «¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de mi-sericordia para poder ir al encuentro de cada perso-na llevando la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y le-janos, pueda llegar el bálsamo de la miseri-cordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros».

«La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia». Por tanto, cada uno de los miembros de la Iglesia debemos contem-plar continuamente el rostro misericordioso de Jesús para poder ser así testigos ante todos de la misericordia del Padre, practi-cando las obras de misericordia corpora-les y espirituales. No olvidemos la enseñanza de S. Juan de la Cruz: «En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor».

¿hacia dónde nos encamina este año jubilar?



AÑO SANTO DE LA MISERICORDIAMisericordiosos como el Padre

El logo se presenta como un pequeño compendio teológico de la misericordia.

Muestra al Hijo que carga sobre sus hombros al hombre extra-viado, recuperando así una imagen muy apreciada en la Iglesia antigua, porque indicaba el amor de Cristo que lleva a término el misterio de su encarnación con la redención.

El dibujo se ha realizado de manera que se destaque el Buen Pas-tor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida.

El Buen Pastor con extrema misericordia carga sobre sí la huma-nidad, pero sus ojos se confunden con los del hombre. Cristo ve con el ojo de Adán y este lo hace con el ojo de Cristo. Así, cada hombre descubre en Cristo, nuevo Adán, la propia humanidad y el futuro que lo espera, contemplando en su mirada el amor del Padre.

La escena se coloca dentro la mandorla que es también una figu-ra importante en la iconografía antigua y medieval por cuanto evoca la copresencia de las dos naturalezas, divina y humana, en Cristo.

Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el exterior, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte.

La profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona.

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✓«Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la Misericordia.

Es fuente de alegría, de serenidad y de paz».Papa Francisco


Más de dos años de tra-yectoria sinodal sobre el tema de la familia.

La Iglesia, porque le importa la familia y porque ama la fami-lia, ha vivido este largo periodo reflexionando sobre esta estruc-tura fundamental de nuestra sociedad. La Iglesia, porque es madre, una Iglesia de puertas abiertas, se siente en el deber de buscar y curar a las parejas heri-das con el aceite de la acogida y la misericordia.

Unos ocho me-ses después de su elección, el papa Francisco anun-ciaba este sínodo que tendría una preparación es-pecial con el sí-

nodo extraordinario, que tuvo lugar el año 2014 (cf. Hacia la Vida 215 p. 16).

Del 4 al 25 de octubre pasado, un total de 270 padres sinoda-les, 18 familias, 24 expertos, 14 delegados fraternos (de otras religiones) y 51 auditores, re-flexionaron a la luz del Espíritu Santo, verdadero conductor de esta asamblea. Como recordaba Francisco al comenzar, «el Sí-nodo no es un parlamento, don-

de para alcanzar un consenso o un acuerdo co-mún se recurre a la negociación, al acuerdo o a las componendas , sino que el único método del Sí-

Sínodo de la Familia2014-2015

L A F A M I L I A


nodo es abrirse al Espíritu Santo con coraje apostólico, con hu-mildad evangélica y con oración confiada» porque sólo así puede ser —continúa el Papa— «la Igle-sia que camina unida para leer la realidad con los ojos de la fe y con el corazón de Dios».

Una vigilia de oración por el Sínodo abrió en cierto modo estas tres semanas. En su homi-lía el Pontífice afirmó una rea-lidad que muchas veces pasa desapercibida: «cada familia es siempre una luz en medio de la oscuridad del mundo». Invitó a todos los participantes a con-templar, como lo hizo Charles de Foucauld, «el misterio de la Familia de Nazaret, en su vida escondida, cotidiana y ordina-ria». Siguieron las jornadas de

trabajos tratando de los temas inherentes de la familia en los que, como afirmó Francisco en el discurso de clausura, se «ha tratado de iluminarlos con la luz del Evangelio, de la Tradición y de la historia milenaria de la Iglesia, infundiendo en ellos el gozo de la esperanza sin caer en la cómoda repetición de lo que es indiscutible o ya se ha dicho».

Debemos tener claro que, tanto doctrina como disciplina sobre el matrimonio y la familia, perma-necen tras el Sínodo inalteradas. Después de este tiempo de «cami-nar juntos», pastores y fieles están convidados a acercarse cada vez más a la entera y compleja reali-dad familiar actual con mayores entrañas de misericordia, discer-niendo las distintas situaciones.

L A F A M I L I A


Un momento importante en estos días fue el domingo 18 de octubre. En esa jornada tuvo lu-gar la canonización de cuatro beatos: Vicente Grossi, Madre María de la Inmaculada Concep-ción, religiosa de nacionalidad española, junto a Luis Martin y a María Celia Guérin, padres de santa Teresa de Lisieux, primer matrimonio santo, no mártir, en la historia de la Iglesia. Una vez más la Iglesia nos quiere decir, como afirmó el papa Francisco que «cada uno de nosotros, en cuanto bautizado, participa del sacerdocio de Cristo; los fieles laicos del sacerdocio común, los

sacerdotes del sacerdocio minis-terial. Así, todos podemos reci-bir la caridad que brota de su Corazón abierto, tanto por noso-tros como por los demás: llegan-do a ser “canales” de su amor, de su compasión, especialmente con los que sufren, los que están angustiados, los que han perdi-do la esperanza o están solos».

«Hoy es tiempo de misericordia» fue el mensaje final que el Papa quiso dejar al clausurar este XIV Sínodo Ordinario de los Obispos.

Ahora esperamos, si el Santo Padre así lo desea, un documen-to sobre la familia, porque la fa-milia sí que importa, ¡y mucho!


I G L E S I A

¡VISITA SORPRESA!El 19 de septiembre el papa Francisco comenzaba un viaje pastoral a Cuba que seguiría en EE.UU. finalizando en Filadelfia con la celebración del Encuentro Internacional de las Familias. Las Hermanitas de los Pobres presentes en EE.UU. desde hace casi 150 años, nunca hubieran podido imaginar la sorpresa que les esperaba durante esta visita papal.

El martes 22 de septiem-bre Francisco se despedía emocionado y agradecido

del pueblo cubano. Unas horas más tarde llegaba

a Washington. El día siguien-te, la jornada comenzó con la ceremonia de bienvenida en los jardines de la Casa Blanca. Ahí se encontraban varias religiosas de diferentes Congregaciones y algunas de ellas tuvieron la ocasión de saludar al papa Fran-cisco personalmente, entre ellas una Hermanita. Muy emocio-nada besó su anillo y le aseguró

las oraciones de los Ancianos y Hermanitas del mundo entero, a lo que él respon-dió: «Por favor, recen por mí, tengo necesidad de oraciones». Fue ahí que re-

cibieron la primera noticia del deseo del Santo Padre de visitar «Mi casa» unas horas más tarde.

A primera hora de la tarde iba a tener lugar la Santa Misa y canoni-zación del beato Junípero Serra en el Santuario nacional de la Inmacu-lada Concepción de Washington, muy cerca de la casa de las Her-manitas, y muchas de ellas estaban invitadas para asistir. El grupo del noviciado de Queens (Nueva York), ya estaba allí cuando de repente un mensaje en el móvil les advertía que ¡era posible que el Papa vinie-ra a casa después de la Misa! Pero ¿cómo salir? ¡La Basílica ya estaba cerrada! Mientras rezaban se con-solaron al ver llegar hacia ellas a una Hermanita con un agente que las hizo salir rápidamente.

La canonización del fraile espa-ñol, la primera celebrada en suelo americano, fue seguida por todos los moradores de «Mi casa» de Washington a través de la televi-

I G L E S I A


sión. Una vez terminada, enseguida las Hermanitas se reunieron en la Capilla para esperar al Santo Padre. El helicóp-tero y los coches de policía anunciaban su llegada... Fue acogido en el jardín por la Madre Superiora de la casa y acto seguido se dirigió a la Capilla.

Ahí se encontraban unas 44 Hermanitas. El Papa dio la vuelta saludando una por una per-sonalmente e intercambiando siempre alguna palabrita con cada una. Las novicias estaban juntas con una futura postulante. Cuando se las presentaron Francisco las contó: «Una, dos, tres, cuatro» y graciosamente exclamó: «¡Es un mila-gro!». El momento más emotivo fue el tiempo de oración que el papa Francisco pasó delante de sor Florence, una Hermanita que está enfer-ma y que no pudo reaccionar; rezó ante ella y la bendijo. Tuvo un diálogo encantador con sor Marie Mathilde, ¡que tiene 102 años! Ella se pre-sentó en español como «una hija de Colombia». El Santo Padre le preguntó si le gustaba beber un poco de vino. «No, ¡café!» respondió. «A mí también, me gusta el café colombiano», dijo Francisco, y bromearon un poco más. A conti-nuación el Papa se co-locó en el centro para dirigirse al conjunto, echando una mirada alrededor de él, y pa-rándose especialmente en el grupo del Novi-ciado. Las Hermanitas nos narran lo vivido en esos escasos minutos:

I G L E S I A


«El Santo Padre, por su intér-prete, nos dijo cómo apreciaba nuestra obra cerca de los An-cianos ya que es un trabajo que no es valorado por la sociedad. “El mundo en el que vivimos les considera inútiles y muchos son descartados, abandonados. Ustedes salvaguardan la memo-ria de la familia de la Iglesia, la memoria de la fe”. El sucesor de Pedro pidió a las Hermanitas de recordar siempre que es a Jesús al que cuidan en el anciano. Nos exhortó: ”Estén cerca de ellos, cuando recen con ellos; cuando les manifiesten la ternura, es a Cristo a quien lo hacen”.

Antes de bendecir al grupo, pidió a Mons. Milles, que hacía de intérprete, que empezara un Ave María en inglés. Después nos dijo adiós y la Madre Su-periora le entregó una carta de la Madre General asegurándole

una vez más de la oración de los Ancianos y Hermanitas por sus intenciones. De nuevo él pidió que rezáramos por Él ya que, añadió: “tengo una tarea difí-cil”. Mientras salía de la Capilla entonaron el canto de Gabaraín Ven con nosotros al caminar».

El padre Federico Lombardi, director de la Sala de prensa de la Santa Sede, explicó en su comuni-cado de prensa de la tarde, que, con su visita, el Santo Padre que-ría manifestar su apoyo a una con-gregación religiosa implicada en un proceso con la Administración Obama en relación a la nueva ley sobre la asistencia sanitaria, que incluye que sean cubiertos los gas-tos de contracepción y de aborto. «Este es un signo evidente de su apoyo hacia ellas —dijo el padre Lombardi—. Fue una visita breve que no estaba programada, pero pienso que tiene un importante

significado en este momento». Una vez más la acción de gracias brotaba de cada uno de los co-razones de todas las Hermanitas por es-tos quince minutos de visita sorpresa del papa Francisco.


Capítulo General de la Congregación

Setenta y una Hermanitas de los Pobres, representando los 31 países en donde la Congregación está implantada, se encontraron en la casa madre, La Tour St. Joseph, a finales de agosto.

Momento de gran im-portancia en la vida de todo Instituto Re-

ligioso, el Capítulo General, es la asamblea representativa de todos los miembros de la Con-gregación y se reúne cada seis años. Se prepara a lo largo de un año en la oración y la reflexión, a nivel personal, comunitario y provincial.

Setenta y una Hermanitas, re-presentando los 31 países donde la Congregación está implantada, se die-ron cita en la Casa Madre, La Tour Saint Joseph, a fina-les de agosto.

El día 30, con gran alegría cele-braron la Solemni-dad de Santa Juana Jugan. La capilla se encontraba ver-

daderamente bella, repleta de Hermanitas de toda raza, lengua, pueblo y nación (cf. Ap 5,9).

Al día siguiente comenzaba para las participantes al Capítu-lo General un retiro de seis días, como preparación inmediata a este gran acontecimiento.

Celebrado como un verdadero encuentro de familia, marcado por un clima de oración, de libre expresión y confianza mutua, el Capítuto analiza las síntesis so-

bre la vida de cada Provincia y de la si-tuación de la Con-gregación a nivel de todos los países. Reflexiones e inter-cambios se realizan en asambleas ple-narias o parciales a partir de documen-tos que son fruto del trabajo de to-

C O N G R E G A C I Ó N


Décima Superiora General de las Hermanitas de los Pobres, Sor María del Monte Auxiliadora, sevillana, es bien conocida por muchos de los que formamos la familia de santa Juana Jugan en España y Portugal. Realizó su Profesión Religiosa en 1982, en el noviciado de Los Molinos, Madrid. Antes de ser elegida para el Consejo General en 2009, Madre María del Monte sirvió de varios modos la Congregación, pero siempre con la sencillez, humildad y el amor a María que la caracterizan. Destacamos el tiempo que sirvió en la formación, siendo maestra de novicias en el noviciado arriba mencionado y seguidamente superiora en las provincias de Madrid y Sevilla.

das las hermanitas y están orientados a dar un nuevo impulso a la realización de nuestra misión en la Iglesia.

La primera tarea de las hermanitas ca-pitulares, tras varios días de oración, si-lencio, reflexión y consultas, es la de ele-gir a la Superiora General. Esta elección tuvo lugar en la fiesta de la Natividad de la Virgen María, el 8 de septiembre.

Después de la Misa votiva del Espíri-tu Santo celebrada en la Cripta, en don-de reposan los restos mortales de nues-tra Santa Madre Fundadora, tuvo lugar la elección de la nueva Madre General.

Guiadas por el Espíritu Santo, las Hermanitas capitulares eligieron a la Madre María del Monte Auxiliadora como Superiora General de la Congre-gación, de nacionalidad española. Sor María del Monte Auxiliadora se con-vierte así en la primera Madre General de habla y origen español en la historia de la Congregación.

Como era de esperar, la noticia fue aco-gida con mucha alegría y en la acción de gracias, especialmente en nuestras latitu-des; dio enseguida la vuelta al mundo.

Al día siguiente fueron elegidos el resto de los miembros del nuevo Con-sejo General. Las seis Hermanitas apor-tarán a su misión la riqueza de su país de origen, el de su país de adopción y su diversa experiencia en el campo apos-tólico durante los próximos seis años, hasta el próximo Capítulo General.



Una vez hechas las elecciones, el Capítulo General entró en su fase de trabajos con asambleas generales y parciales a partir de los documentos de base, fruto de un año de preparación a nivel personal, comunitario y provin-cial. Los intercambios se benefi-ciaron de la traducción simultá-nea en francés, inglés y español, confiado a un equipo de seis Hermanitas. El secretariado del Capítulo, también internacional, aseguró la traducción de los tex-tos en las tres lenguas.

Después del 3 de octubre, fecha en que tuvo lugar la clausura, las Hermanitas participantes se fueron dispersando poco a poco a los cuatro ángulos de la tierra.

En estos tiempos que son los nuestros, la Congregación, uni-da indefectiblemente a la Iglesia, tiene que afrontar numerosos de-safíos. Estos hacen que cada uno de sus miembros centre su cora-

zón y su voluntad especialmen-te en la consigna de santa Juana Jugan: «Sean pequeñas, bien pe-queñas, bien humildes». Como podemos leer en las Constitu-ciones de las Hermanitas de los Pobres, Juana Jugan «Enseña a sus hijas que la imitación de Cris-to manso y humilde de corazón, es su característica en la Iglesia y la condición para sobrevivir». La humildad de corazón es la piedra angular de todo cristiano, pero especialmente de cada Herma-nita, llamada al humilde servicio hacia los más pobres.

«...la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes», leemos en la en-cíclica La alegría del Evangelio.

La visita del papa Francisco a la casa de las Hermanitas de Washington durante su visita a EE.UU., ha sido para cada una de las Hermanitas, un signo venido del cielo, animándonos

a continuar nuestro tra-bajo junto a los pobres y defender la vida hasta su fin natural.

Tumba de santa Juana Jugan, en la Cripta en La Tour Saint Joseph.



He aquí el nuevo Consejo General de la Congregación de las Her-manitas de los Pobres; como pueden ver, es muy internacional.

• Sor María del Monte Auxiliadora, española. Madre General.• Sor Celine de la Visitation, americana. Ha sido Madre General

desde 1996. Ella es ahora la primera Asistenta Vicaria General.• Sor Patricia Ivonne del Espíritu Santo, chilena. Ha sido reelegida.• Sor Nicole Emmanuel, francesa.• Sor Joseph Christine, escocesa.• Sor Maria Clarette, srilankesa.• Sor Benoîte de Ste. Bernadette, francesa.

«Nuestra felicidad está en ser una Hermanita de los Pobres»

Santa Juana Jugan

V I D A C O N S A G R A D A


AÑO DE LA VIDA CONSAGRADADel 30 noviembre 2014 al 2 febrero 2016

El Año de la Vida Consa-grada que convocó el papa Francisco está llegando a su

fin. Comenzó el 30 de noviembre del año 2014 y terminará dentro de pocos días, el próximo 2 de fe-brero, día de la Vida Consagrada.

En la carta que el Pontífice es-cribía a los consagrados para la ocasión, encomendaba a María, la Virgen de la escucha y la con-templación este Año jubilar.

A lo largo de estos meses los números editados de esta revista han querido dar voz a diversos testimonios de Hermanitas que, con toda sencillez y entusiasmo, han compartido con nosotros la experiencia de la vocación, del seguimiento del Señor en la Con-gregación de las Hermanitas de los Pobres. Estos nos ayudan a agradecer al Señor de la historia su llamada a tantas y tantas per-sonas que la acogen con genero-sidad. A través de ellas Él sigue consolando, curando, porque prolongan el misterio de la mise-ricordia de Cristo, que pasó ha-ciendo el bien.

T E S T I M O N I O S


«Soy africana, nacida en Machakos (Ke-nia) y estoy en España desde hace ya

unos 16 años. Puedo decir que he encontra-do una riqueza enorme en todos los lugares donde he estado destinada: Madrid, Anda-lucía y Cataluña.

Vengo de una familia numerosa, humilde, trabajadora, profundamente cristiana y prac-ticante. Desde que era muy pequeñita apren-dí que en la oración y en la meditación de la Biblia está el camino de la salvación. Jesús se convirtió así en el compañero de mi vida. Mi madre me animaba a guardar esta palabra del evangelio: “Nadie tie-ne amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13); nosotros fallamos pero ÉL nunca falla. Puedo decir que mi madre era la levadura que nos daba la vida y nos ayudaba a crecer desde dentro. Puedo afirmar que mi familia fue mi primera Iglesia y sagrario.

Cuando tenía 8 años, y durante un periodo de 3 años para preparar-me a mi primera comunión, tenía que caminar unos 30 km en la selva para poder llegar a la Iglesia. En el camino encontraba animales peli-grosos: serpientes, búfalos, etc., pero Dios me protegió siempre. Una vez encontré un búfalo, me tiré al suelo mientras rezaba el salmo 22 “El Señor es mi Pastor nada me falta”. El búfalo pasó corriendo a mi lado pero no me vio. Las niñas a partir de los 8 años pertenecíamos a la asociación de Hijas de María que una vez al año hacíamos una pro-mesa a la Virgen para guardar la pureza. No era fácil pues tenía que luchar mucho en este sentido en la manera de vestir...; estaba atenta a las cosas de Dios. Cuando sabía que había algún trabajo social para ayudar a los pobres me apuntaba, esto me hacía mucho bien.

A los 12 años mis padres me pusieron interna en el colegio de las Hermanas de San José, una Congregación local de Kenia; dos hermanas mías más pequeñas me siguieron. Desde pequeña sentí el deseo de ser religiosa. Me encantaba ver a las Hermanas con sus há-bitos, con su alegría y su entrega total. A los 15 años pedí permiso

Sor Marie Jeanne Chantal



Sor Marie Jeanne con sus padres en La Tour Saint Joseph, 1992.

a mis padres para poder participar en un encuentro vocacional. Yo era la más joven de todo el grupo. Cuan-do me llamó la Madre General me dijo: “No pierdas tu tiempo, vete a tu casa porque no tienes vocación”. Con esta respuesta cogí mi maleta y salí llorando. Al llegar a casa le dije a mi madre que no podía continuar en esta situación ya que mi corazón estaba demasiado inquieto. Al día si-guiente fui a ver al párroco para con-

tarle mi inquietud, no sabía cómo expresarme. Primero me confesé y aproveché para pedir consejo y hablar de todas mis inquietudes. Él me dijo: “Hija mía Dios te ama mucho, no tengas miedo; si es su voluntad todo se hará, confía en su gracia”. Durante los años de secundaria tuve que luchar mucho. Recuerdo cuatros años muy tre-mendos, muy duros pero Dios me acompañaba siempre.

A los 18 años vi un anuncio en mi parroquia de un retiro para chi-cas en la casa de las Religiosas de Loreto. Muchas congregaciones estaban ahí representadas, cada una tenía un puesto con la informa-ción de cada instituto. El último estand era el de las Hermanitas de los Pobres. Recuerdo que había un póster de santa Juana Jugan con el cesto de la colecta colgado del brazo. Las Hermanitas contaron una anécdota que me llamó mucho la atención: “un día teniendo sólo comida para los Ancianos, las Hermanitas fueron al refectorio, pero no había nada para comer. En este momento sonó la campana. Era alguien que traía todo lo necesario para la comida de las Herma-nitas”. Llevé algunos folletos conmigo a la Iglesia para meditarlos delante del sagrario. Hice un día de retiro, me quedé para la Misa y ayuné pidiendo al Señor su gracia para discernir su voluntad.



Esa misma noche soñé con el evangelio, cuando Jesús curaba a los enfermos; veía mis manos haciendo los mismos gestos que Jesús. Sin decir nada a nadie, busqué la casa de las Hermanitas de los Po-bres. No sabía dónde estaba, pero preguntando llegué.

Al ver a los Ancianos me emocioné mucho, sobre todo al verlos en las sillas de ruedas y comprobar que eran feli-ces. Me recibió una hermanita joven y alegre. Me preguntó si necesitaba algo, y terminé hablando con la Madre Supe-riora. Le expliqué que sentía la llamada del Señor; ella me invitó a ir dos sema-nas para hacer una experiencia junto a la comunidad. Sentí que la paz y la ale-gría me inundaban de nuevo.

Entré como aspirante en septiembre de 1983 en Mombasa y allí permanecí hasta enero de 1985, fecha en que me fui a Inglaterra para comenzar la formación religiosa. Realicé mi Profesión Religiosa en 1987 y el SÍ definitivo a Jesús en La Tour Saint Joseph en 1992.

Estos 28 años de votos transcurridos los resumiría como una res-puesta gozosa y agradecida a esta llamada gratuita del Señor, en la sencillez de una vida entregada a Dios en el humilde servicio a los Ancianos pobres; intentando ser para ellos testigo del amor de Dios, en particular en el apostolado de la colecta, que es la misión que Dios me ha confiado dentro de la congregación.

La Vida Consagrada exige una profunda mirada de fe para descubrir a Cristo en los pobres. Como es un don, le pido a cada instante que au-mente mi fe para ser un instrumento de paz. Ser signo del Amor y Bon-dad de Dios, que hacen la vida bella para uno mismo y para los demás.

Me dirijo ahora a los jóvenes que puedan leer este testimonio. Si quieres ser feliz cree en Jesús, es el mejor Amigo que nunca falla. Ten confianza en ÉL, os digo la verdad, ¡no tengáis miedo! Esta manera de seguir a Cristo es apasionante y divertida, me gustaría contagiaros esta locura a vosotros jóvenes tan deseosos de dar un sentido a vuestra vida; la respuesta está en Jesús.

Hora del almuerzo en lacasa de Mombasa, Kenia.



La alegría renace en una situación concreta, en la misión que Dios nos confía, en las periferias, en la misión, como dice el Santo padre Francis-co. Quiero animaros a que no os conforméis con lo fácil, no os encerréis en vosotros mismos ni en vuestro pequeño mundo; más bien, debéis atreveros a vivir con alegría y entusiasmo. Atre-veos, lanzaos a buscar una razón para vivir, comprometeos en cambiar el mundo, para hacerlo más humano, más valioso, más tolerante, más justo. Tened la capacidad del asombro, de disfrutar de las cosas sencillas, de ser solidarios con los que están cerca y con los que están o vienen de lejos.

¿Cómo podré agradecer al Señor todo el bien que me ha hecho?»

Sor Marie Jeanne renueva con alegría su Profe-sión en el 25 aniversario.

Sor María Dolores de la Concepción

«El 8 de agosto de 2015 celebré la ac-ción de gracias al Señor por mis 25

años de Profesión Religiosa como Herma-nita de los Pobres. Fue una celebración sen-cilla, pero llena de afecto y detalles de parte de todos los que formamos la gran familia de santa Juana Jugan.

Doy gracias al Señor por su fidelidad que me ha hecho llegar a este día. Él ha sido y

es el fiel compañero de mis días, el que, con su providencia, vela por cada uno de mis pasos.

A lo largo de estos 25 años, siempre he sido feliz. Esto no quiere decir que no haya habido momentos de dificultades y sufrimiento, felicidad y sufrimiento no se contraponen. Como cristiana y esposa de Jesucristo puedo afirmar que Jesús siempre ha estado ahí mos-trándome su amor misericordioso.



Hubo un momento en mi vida en el que tuve que renovar fuerte-mente mi SÍ al Señor. Fue cuando mi madre murió repentinamente. Ahí tuve que hacer nuevamente el sacrificio de dejar a mi padre enfermo y a mis hermanos sumidos en el dolor. Ahí me abandoné y abandoné a todos los míos en los brazos amorosos de Dios Padre, el único que sabría velar de verdad por cada uno.

Doy gracias a mi congregación que siempre me ha cuidado como una verdadera madre; mi pertenencia a ella se fortalece en el reconoci-miento agradecido por todo lo que he recibido y recibo cada día de ella. Gracias a mi Madre Fundadora Santa Juana Juagan, que ha querido que yo fuera una de sus hijas. Ojalá sea una de sus humildes hijas.

Gracias a mi familia que siempre me ha sostenido y arropado con su cariño. La distancia nunca nos ha separado, pues en el corazón de Dios siempre estamos unidos.

Gracias a mi comunidad que completa todo lo que a mí me falta. Juntas en fraternidad, buscamos el bien de los Ancianos en fidelidad a nuestra vocación de Hermanitas de los Pobres.

Gracias a tantas y tantas personas que he ido encontrando en mi camino, todas están en mi corazón. Pues en el corazón de una her-manita cabe el mundo entero, está hecho para amar y se hace más grande cuanto más ama.

Soy feliz de ser hermanita. Esta bella vocación a la que el Señor me llamó sin ningún mérito propio. Yo me ofrecí al Señor para ir no importa dónde y para hacer no importa qué. Gracias Señor por tu Providencia que ha marcado siempre mi vida.

Gracias por tus mi-sericordias, gracias Señor.

Sor María Dolores acompañada por al-gunos de sus fami-liares y amigos el día de su 25 aniversario.



Sor Teresa Elena

«A mis 18 años no podía imaginar que tenía vocación religiosa. Es verdad que era pia-

dosa, me gustaba la vida, los niños, pensaba fun-dar una familia, como todas las jóvenes de mi tiem-po; pero el Señor iba preparándome para mi futura misión poniendo en mi corazón un amor grande a los mayores.

Recuerdo que cuando tenía 19 años, participé con mi madre en unas misiones de unos 15 días que daban en mi parroquia (Valladolid) los Padres Jesuitas. Asistíamos todos los días al Rosario de la aurora, reci-tado por las calles... Recibí la llamada del Señor los últimos días de esta misión. Recuerdo que el sacerdote repetía con insistencia: “HAY QUE SALVAR ALMAS. HACEN FALTA OBREROS”. Poco a poco estas pa-labras hicieron eco en mi interior y se grabaron en mi corazón con tanta fuerza que pregunté a Jesús: “¿y por qué yo no?”. Desde ese momento comenzó a crecer en mí el deseo de entregarme al Señor para siempre.

Hablé con el sacerdote comentándole lo que pasaba dentro de mí, la llamada que estaba sintiendo. Le dije que quería ir al Carmelo. Aunque no las conocía de nada, un buen día allí me presenté. Me dijeron que el convento estaba al completo. Eso fue una respuesta del Señor, porque comprendí que no era ahí donde Él me quería.

Tampoco conocía de nada a las Hermanitas de los Pobres. Alguien me dio las señas de la casa y fui a hacerles una visita. Al primer contac-to comprendí que era ahí donde el Señor me quería, que este sí que era mi lugar. Lo que más me llamó la atención fue la sencillez, la bondad, y sobre todo la alegría comunicativa que veía en los rostros de todos.

Los años de formación a la Vida Religiosa los viví en la sencillez, procurando ser fiel a las luces que el Espíritu Santo me iba dan-do y vivir más íntimamente con el Señor para así ser una verdadera Hermanita de los Pobres, como santa Juana Jugan. Afir-mo con alegría que si volviera a nacer, sería de nuevo Hermanita de los Pobres.



He estado 47 años en el extranjero, y este tiempo ha sido para mí una experiencia muy rica de comunión fraterna; el convivir con personas de muy diversas nacionalidades y culturas... ¡Siempre he sido muy feliz! Las dificultades están ahí, pues son inherentes a nuestra condición de huma-nos y pecadores, pero se van superando día a día, poniendo siempre la confianza en Jesús; así, segura de su gracia y su amor misericordioso.

Hace 4 años que he vuelto a España y fue toda una sorpresa. Es un poco como si tuviera que empezar de nuevo, pero intento vivirlo con generosidad, para no apropiarme del SÍ para siempre que un día dije al Señor. Los Ancianos están en todas nuestras casas y el Señor también y ¡esta es mi felicidad!

Hace unos meses que he celebrado 50 años de Vida Religiosa. Es un privilegio que haya coincidido con el Año de la Vida Consagra-da. ¡Doy gracias al Santo Padre Francisco por esta iniciativa! Lo es-toy viviendo como una llamada a evaluar el camino recorrido hasta ahora, en clave de acción de gracias, confianza, alegría, segura del amor que Jesús me ofrece. Para vivirlo en la contemplación, el servi-cio de los más pobres, los Ancianos. En el Evangelio Jesús nos dice:

“Os aseguro que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicis-teis”. Esto me llena el corazón de felicidad, de alegría y deseo comunicarlo en el apostolado de la colecta, que es lo que el Señor quiere de mí en este momento.»

Durante la celebración de 50 años de Profesión Religiosa de varias Hermanitas (arriba).Sor Teresa Elena con los más pequeños de la familia (abajo).


V O C A C I O N E S


Amar es darse

La Tour St. Joseph (Francia)

Bolinao (Filipinas)

Cotonou (Benin)

Bangalore(India)

Durante décadas, y todavía qui-zás aún también hoy, resuena en nuestras celebraciones eucarísti-

cas esta canción que comienza con las palabras que dan título a este artículo: «Amar es darse a todos los hermanos...». Este canto de V. Mateu nos ayuda a comprender el don que han realizado de ellas mismas las Hermanitas que han hecho Profesión Religiosa en los varios noviciados que la Congregación tiene en diversos lugares del mundo.

Se han dejado cautivar por el Amor del Señor, lo han acogido con un corazón verdaderamente abierto. Ahora quieren responder a tanta generosidad de parte de Dios, quieren responder con Amor a su llamada. Y lo hacen en el seno de la Congregación de las Hermanitas de los Pobres. Ahí tendrán, a lo largo de sus vi-das, la oportunidad de vivir el espíritu evangélico expresado por Jesús en las bienaventuranzas, siguiendo los pasos de santa Juana Jugan. Ella, que hizo res-plandecer en su vida de manera especial la humildad de corazón y esto le permi-tió entregarse en la sencillez, a la alegría de la hospitalidad con los más pobres.

Pedimos esta gracia para cada una de las nuevas Hermanitas de los di-versos continentes. ¡Que la Virgen las acompañe!

Nueva York (EE.UU.)


V O C A C I O N E S

La alegría del don

Recibiendo la futura misión

Encuentro festivo con las familias

Momento de pronunciar la Profesión

El día 9 de agosto en la Casa Madre de la Congregación de las Hermanitas de los Po-

bres, La Tour Saint Joseph, en este año dedicado a la Vida Consagra-da, se vivió una gran jornada de alegría. El Arzobispo de Rennes, Dol y Saint-Malo, celebró la Euca-ristía con una asistencia muy nu-merosa que representaba a varias nacionalidades de las 18 Herma-nitas que pronunciaban en ese día su sí para siempre al Señor. Desta-camos que dos Hermanitas son de nacionalidad española. Monseñor Pierre d’Ornellas, como hace a me-nudo cuando predica en ese lugar tan querido para todos, levantó los ojos y señaló la tribuna en donde Sor María de la Cruz gustaba re-zar y recordó cuántas veces debió meditar ella estas palabras de Je-sús: «Yo también os he amado». Concluyó su homilía deseando a cada una de ellas «que la alegría de Jesús sea hoy vuestra alegría».

Unos instantes después todas reci-bieron sus nuevos destinos de misión, y hacia ellos fueron para ser ahí tam-bién misioneras de la misericordia.


J Ó V E N E S

JÓVENES de corazón GRANDEClarine, el testimonio que presentamos a continuación, es una joven norteamericana que estudia durante algunos meses en nuestro país. En medio de estos quehaceres, los Ancianos y Cristo tienen un lugar especial.

M i nombre es Clarine y tengo 21

años. Soy de Chicago, y estoy estudiando unos meses en Madrid. En mi familia, somos cuatro hermanos y mis padres.

Siempre he oído hablar de la Congregación de las Hermanitas de los Pobres. En efecto, cuando mi madre estudiaba, por los años 80, ella también vino aquí a Ma-drid, y tuvo la oportunidad de pasar unos 10 días al servicio de los Ancianos en el noviciado de Los Molinos. Esa experiencia la marcó siempre. Al presentarse la oportunidad de venir aquí durante estos meses de estudios, me animó encarecidamente a ir a ayudar a «Mi casa». Es eso lo que he hecho todo este tiempo.

Siempre me ha gustado ayudar, es el motivo por el que estoy estu-diando para ser fisioterapeuta. En-cuentro en los Ancianos una gran riqueza, ellos tienen generalmente

una actitud tranqui-la, serena. Sus vidas están llenas de expe-riencias, de sabiduría y, por eso me interesa mucho aprender de ellos. No es simple cu-riosidad, sino que esto

me llena, me ayuda de verdad.A veces me veo como un «bicho

raro» entre mis amigos, porque a ellos les gusta mucho salir, etc... Pero a mí me llena dar parte de mi tiempo a los Ancianos ayudándo-los, escuchando sus historias.

No siempre es fácil darse a los demás, cuando necesito ayuda la encuentro en Jesús, y en los consejos que Juana Jugan daba a las novicias «No olviden nunca que el Pobre es Nuestro Señor». Su actitud de humilde servicio hacia los más pequeños me da seguridad y me empuja a seguir haciéndolo. Pido al Señor que Él me ilumine en el discernimien-to de mi vocación: «Señor, ¿qué quieres de mí?»



Málaga, crónica de 150 años

Desde que la congregación de las Hermanitas de los Pobres llegó a nuestro querido país, las fundaciones no dejaron de multiplicarse a lo largo

de los años. Ahora ha sido el turno de Málaga, que ha celebrado con gran entusiasmo los 150 años de presencia en la ciudad.

«Corre la segunda mitad del siglo XIX. España se encuentra bajo

el reinado del rey Alfonso XII. Málaga, la ciudad portuaria, sonríe ante el futuro. Su posición marítima, su terreno y su clima, auguran pro-greso y mejoría en su bienestar.

La revolución industrial apor-tó bienestar para muchos pero también una gran pobreza para otros. El aflujo de campesinos para trabajar en las fábricas con-llevó la presencia de muchos Ancianos solos y abandonados. Ante esta realidad, varios empre-sarios que conocían a las Herma-nitas de los Pobres en Granada, pidieron a la Casa General de la Congregación que hicieran una fundación en Málaga.

La solicitud fue atendida el 18 de marzo de 1865. Dos Herma-nitas llegaban a Málaga siendo acogidas por las religiosas de San Vicente de Paul, en la Goleta.

Desde allí, empezaron a buscar un lugar para acoger a los Ancia-nos. Varias familias se pusieron a su disposición para ayudarlas. Apareció una casa vacía en el nº 11 de la calle Peligros, hoy calle Trinidad Grund.

El día 3 de abril, seis Herma-nitas procedentes de Granada se unían a ellas. La pequeña comu-nidad se instaló, provisionalmen-te en unos almacenes cedidos por la familia Heredia. Mientras tan-to, iban terminando los prepara-tivos para acoger a los Ancianos en el edificio de la calle Peligros. El viernes de Dolores ya vivían allí y recibían a las dos primeras ancianas. El día de Pascua eran cinco las acogidas y a finales del año 1865, la casa contaba con 30 ancianas y 70 ancianos.»

Hasta aquí la crónica de los primeros pasos de las Hermani-tas en la ciudad de Málaga.

mirando la historia



A lo largo del verano y hasta octubre el ambiente de la casa estuvo muy animado con la ce-lebración de esta efeméride. En efecto, tres concursos pusieron en movimiento a los residentes, familias, empleados y colabora-dores. En julio, el concurso ver-saba sobre la historia de la casa y de la Congregación. En agos-to, sobre las fotos antiguas de los residentes; en septiembre sobre los vestidos de la época.

Los ganadores tuvieron como premio un viaje a Madrid y Se-villa, con habitaciones de hotel incluido, ofrecido por uno de los hoteles de Málaga.

Ya el 17 de octubre, el cardenal Fernando Sebastián Aguilar, pre-sidió la Eucaristía en la Catedral, acompañado de 18 sacerdotes, con una asamblea de numerosos

amigos, bienhechores, religiosos, empleados; las autoridades civiles también estaban representadas, y todos los residentes que su salud les permitió estar presentes.

Para los Ancianos que no ha-bían podido desplazarse, otra celebración eucarística festiva tuvo lugar el sábado siguien-te en la casa, animada por una hermosa coral y seguida de una tarde de animaciones muy apre-ciadas por todos.

La Providencia, manifestada a través de tantas almas generosas a lo largo de los tiempos, siem-pre ocupa un lugar de excepción en todas las fundaciones de las casas de las Hermanitas.

En 1869, la víspera de S. José, las Hermanitas y residentes de-jaron los locales de la calle Pe-ligros y ocuparon gozosos el

nuevo edificio construido a las afueras de la ciudad. Estos fue-ron bendecidos el día de S. José por el cura párroco de la Iglesia de San Juan.

Desde la fundación hasta hoy, unos 4.000 ancianos han sido acogidos y han disfrutado del espíritu de familia que ha reina-do siempre en la casa.

mirando el presente

Momento de la celebración.


A C T I V I D A D E S

En la casa de las Hermanitas de los Pobres de Madrid, calle Dr. Esquerdo, los días anteriores a

la Navidad tuvieron un sabor espe-cial. Del 16 al 19 de diciembre tuvo lugar en el jardín de la casa el «II Gran Belén Viviente», en el que par-ticiparon directamente casi un cente-nar de personas: residentes, colabora-dores, personal asalariado de la casa, familiares, amigos, etc... Fue organi-zado y protagonizado en gran parte por agentes de la Policía Nacional del distrito de Salamanca. Más de 3.500 niños provenientes de varios colegios visitaron con gran admiración y ale-gría este Belén solidario.

II Gran Belén Viviente¡La que se armó! Por segundo año consecutivo, en la calle Dr. Esquerdo, nº 49, la Policía del Barrio de Salamanca, junto con las Hermanitas de los Pobres, organizó este Gran Belén viviente.

El rey Herodes y su esposa a la puerta de palacio.

Representación de La Anunciación del Ángel

a la Virgen María.


A C T I V I D A D E S

Dado el gran éxito alcanzado en su primera edición, la organización vio la necesidad de ampliar los días y el horario, dentro de las posibili-dades. Por ello, además de los tres días de horario matinal, más pro-picio para acoger niños de los dife-rentes colegios, el sábado 19 de di-ciembre también fue posible visitar este gran Belén, que fue visitado en total por unas 12.000 personas, lo que permitió a numerosas familias poder prepararse así a vivir las fies-tas navideñas que se acercaban con un carácter más cristiano.

También en esta ocasión Sus Ma-jestades los Reyes Magos de Orien-te recibieron las cartas de los niños que así lo desearon. Muchos de ellos llevaron sus juguetes ahí para la asociación «Ningún niño sin son-risa», que colabora con Sus Majesta-des los Reyes Magos de Oriente en su reparto anual.

Ofreciendo castañas bien calientes (arriba). El alfarero (izq) y la

hilandera (dcha).

El Misterio de Belén (izq). Los Reyes Magos con una residente (dcha).

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SEMANA SANTA 2016

Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre

20 marzo

Hermanitas de los PobresCtra. Virgen del Espino, 1 28460 Los Molinos (Madrid)[email protected] - Tel. 91 855 16 80Contactos: Sor Peter y Madre María Dolores

Oración

FraternidadLiturgia

Servicio a los Ancianos

Para chicas de 16-35 años

Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser

misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.

Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.

Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una

creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición,y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.

Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:

¡Si conocieras el don de Dios!

Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con

el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti,

su Señor, resucitado y glorioso.

Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera

compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se

sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un

año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los

pobres, proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con

el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN PARA EL AÑO SANTO DE LA MISERICORDIA

Papa Francisco

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