40 Páginas de Cultura Taurina

Año Vil - ENERO - FEBRERO - MARZO 2003

-13 de Noviembre de 2002-Círculo Cultural Taurino Internacional hizo entrega (tal vez,en uno de los homenajes más emotivos que se vienen cele-

brando), de dos (aJmfrm (Ü fjrífft. número 81 alExcmo. Sr. D. Santiago Estrada Sáiz, y número 82 aD. Juan Barranco Posada. (Paginas 20, 21, 22 y 23amplio reportaje de este acontecimiento.)

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Número 29

S-A.JÍ. Doña María de las Mercedes de Barbón y deQrleáns, Condesa de Barcelona, recibe de

D. Salvador Sánchez Marruedo, Presidente del CaradoCultural Taurino Internacional, ej primer homenaje

a-'V,' L. -? -I.

• , '

SUMARIOENERO-FEBRERO-MARZO 2003

EN PORTADA13 de Noviembre de 2002

Círculo Cultural Taurino Internacionalanota en su "Libro de Oro" los últimos homenajes del año,

haciendo entrega de su (<jícn/f.ra (M Cít"i(i> 81 y 82al Excmo. Sr. D. Santiago Estrada Saiz y D. Juan Barranco Posada.

¡ENHORABUENA!

^rafía de esta publicación, puede serque se cite: nombre del Autor y de la Revista. SECCIONES

Personalidades poseedoras de la "f§>aa/era c/effártio "y su significado... 2

1913 Tauromaquia sobre tarjetas postales... BERROCAL LIBROS ANTIGUOS 4-5"

Menas para Taurófilos... «HERENCIA» DE D. F™. VÁZQUEZ TIRADO 6

El Tributo de la Gloria... D. DIEGO ALFONSO LEDESMA 7

Córdoba, sus Plazas de Toros... D. JUAN SILVA BERDÚS 8-9"

Anecdotario Taurino... D. PABLO RAMOS COLORADO 10Santa Coloma - Buendía... D. JUAN CARLOS NAVAS GÓMEZ 11-Historia del pasodoble - ^Y>-> ¿]/«/rioí ftíí '('jorco 12

"Suspiros de España"... D. LORENZO GALLEGO CASTUERA 13

"Pepete" - Escuela Cordobesa... D. RAFAEL CARVAJAL RAMOS 14-15"

El toro enmaromado de Benavente... D. DANIEL DAUDET 16-17

"Martincho" - Segunda parte... D. BENJAMÍN BENTURA REMACHA 18-19

Homenajes del Círculo Cultural. CRÓNICA Y REPORTAJE GRÁFICO 20-21-22-23A Don Rafael Sánchez Pipo... D. HiGiNio-Luis SEVERINO CAÑIZAL 24-25-26

¿Sabe Usted Esto, Aquello y lo Otro?... K-ALAMARES 27"

... Y Salvador se hizo hombre... D. JOSÉ JULIO GARCÍA 28

Sólo unos versos y Escritores T. Siglo XIX... D. GALO SASTRE MARTÍNEZ 29

Pinacoteca Taurina... D. JOSÉ MIGUEL PALACIO 30-31-

Mitología, Religión y Toros... DNA. ADELA H. HERRANZ 32-33

Museo Taurino de Hellín... D. CÉSAR PALACIOS 34-35

El Puro y los Toros... D. ENRIQUE DELGADO CONTRERAS 36-37Agradecimientos y Enhorabuenas... 38-39

Placas - Homenajes a nuestros amigos y colaboradores... 40

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Redacción y Administración

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NOTA DE REDACCIÓNLas opiniones y datos reflejados en

esta revista de información cultural-taurina,son responsabilidad de sus autores.

DirectorSalvador Sánchez Marruedo

Asesor BibliográficoBerrocal Libros Antiguos

Asesor ArtísticoJosé Miguel Palacio

Asesores TaurinosDaniel Daudet

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Asesor LiterarioGalo Sastre Martínez

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Asesor MaquetaciónSalvador Sánchez VegaÓscar Barrios Suárez

FotografíaRubén Vega Baena

Miguel Ángel Palacios Marín

Colaboradores (Amigos del CírculoCultural Taurino Internacional)

José Ramón Romay TejeroFrancisco Vázquez Tirado

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Lorenzo Gallego CastueraEnrique Delgado ContrerasJuan Carlos Navas GómezAlberto Lopera "Loperita"

K-AlamaresJosé Belmente

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Coordinador GeneralPoul Christiansen de Querol

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Por

Don FranciscoVázquez Tirado

Menas para taurófilosLo que les vamos a contar forma parte de una

unidad de varios comentarios que a vuelapluma estamos escribiendo sobre las deno-

minaciones de los platos en la carta de los restau-rantes.En otro lugar, manifestamos nuestra severa críticaa las ridiculas expresiones que en algunos sitiosutilizan al redactar su minuta. En ellas, preten-diendo notoriedad y exquisitez, se suele caer aveces en la más pura cursilería, por falta de dono-sura, chispa o sentido comercial, o de todo ello ala vez.Pero ahora nos resulta muy grato hacer la críticaopuesta, es decir, muy positiva, al referirnos a uncaso en concreto, en que aquellas denominacio-nes, están pensadas con salero, buen gusto y opor-tunidad de acuerdo con el lugar y la ocasión, quees lo que corresponde. Nos estamos refiriendo a«El Figón», que así se llama el Restaurante delHotel Wellington de Madrid, en donde se preparauna carta especial para el mes de mayo, en que secelebra la Feria Taurina de San Isidro. Esta contie-ne siete menas, uno para cada día de la semana,especialmente dedicados a su variopinta clientelataurófila, que en esas fechas se da cita allí. Todoslos platos llevan nombres que de alguna manera,hacen referencia a la fiesta de los Toros. El «res-ponsable» de esta ingeniosa ambientación que,año tras año, se propone a los clientes es José LuisLucas, Maítre del establecimiento.Estos menas son siempre acogidos con agrado,tanto por los aficionados al arte de Cuchares,como por los que lo son a la pura gastronomía,que también es un arte, es decir el arte de hacerespecialmente placentera la necesidad fisiológicade alimentarse. Allí nadie tiene problema en hacerrealidad ese deleite. Además, toros y gastronomía,siempre estuvieron muy relacionados. Así pues, loscomensales, pueden encontrarse con un «Alberocon frutos del mar», que no es otra cosa, que undorado volovan, o «vol-au-vent», que sería lacorrecta manera de escribirlo, rellena de fresquísi-mo marisco con su agreste y fino sabor marino.Así de natural.Otra representación de la cocina del pescado, sonlas «Banderillas de rape y langostinos». Plato deli-cado y de vistoso colorido que consiste en un par depinchos, colocados en posición cruzada, conpequeñas porciones de rape y langostinos enteritos,alternativamente ensartados. También aquí, elgenuino sabor del océano se conserva plenamente.¡Gloria bendita! La «cocina botánica», como la lla-maría nuestro admirado Néstor Lujan, está presen-te en la minuta, bajo la fórmula de la «Sopa tenta-dero». Festiva y apetecible sopa de verduras,especiada en su punto justo que, por su verdosaapariencia, podría situarnos ante la pradera de un

tentadero. Desde luego, echándole un poco de ima-ginación o más bien, mucha. Pero suena bonito.Si nuestras preferencias se orientan hacia la carne,podemos pedir una «Chicuelina de ternera», y nosservirán dos tiernos y delicados escalopines de ter-nera, colocados más o menos en posición vertical,en sorprendente equilibrio, queriendo simular doscapotes con el «aire de la chicuelina». Alta la ima-ginación, y también alta la calidad de este gustosoplato. Más contundente resulta, el «Solomillo altercio de varas», que el lector, ya acostumbrado aimaginar, habrá podido «fácilmente» deducir quese trata de una sangrante brocheta de solomillo y«bacon», gloriosamente presentado. Plato serio yfastuoso, para los devotos de la buena carne. Igual-

:

mente suculento, pero más elaborado, resulta el«entrecot al tuétano de asta». Aquí es el tuétano delos huesos largos del toro, y no precisamente delasta, el que tiene su protagonismo, comunicandouna textura melosa al conjunto. Muy agradable decomer. Hay que aclarar que si bien el asta de toro,tiene en su interior, cierto tejido, que puedecomerse, éste no es apropiado para un Restauran-te. Naturalmente no podía faltar en un menú tau-rino, el típico rabo de toro o «Cola» como la lla-man en Sevilla, que aquí lo preparan con setas. Elcomensal puede leer un clarísimo «Rabo de Torocon Setas». Sin fantasía alguna. Rotundo y clásico,como un buen rabo de toro se merece. Es el plato

estrella que Julián Rodríguez, el Jefe de cocina,prepara laboriosamente, después de haberle tenidoen maceración durante varios días en vino tinto yverduras para quitarle el «bravio» o tufillo caracte-rístico, que no le conviene al guiso. Opíparo esto-fado para sibaritas del buen comer.Y así podemos seguir con la «Ensalada larga cam-biada», los «Huevos al Campillo», «Crema de aveal desplante», «Filetes de Lenguado Verónica» o«Merluza al quiebro», entre otras cosas. Todo parachuparse los dedos. Pasando a los postres, puedentomarse una «Sangre de Toro». Ciertamente alar-mante esta cruenta expresión. Pero si lo piden, lessacarán una inocente y suave tarta de hojaldre, concrema y fresones, sobre lecho de frambuesa. Unagolosina.Otra opción para finalizar la comida son los «Cor-netes astifinos a la crema». Castiza y torera mane-ra de llamar a unos pasteles de hojaldre, con for-ma de asta de toro puntiaguda, que van rellenos decrema. Les vendrán muy bien antes del café.Y si no les preocupan las calorías, tómense los«Buñuelos burracos». Su color es bronceado, puesestán tostaditos. Vienen rellenos de nata montada,y salpicados por encima con salsa de chocolate,con lo que se consigue una sutil imitación de laapariencia del toro burraco. Buena idea.También pueden finalizar la comida con la «Torti-lla burladero», la «Copa alternativa» y las corres-pondientes «Natillas de confirmación», o si lo pre-fieren un cremoso «Arroz con leche de Érala», queya es echarle complejidad al arroz, condicionán-dolo a que la vaca que nos proporciona la leche,tenga menos de dos años. ¡Vaya ocurrencia, aun-que sea en broma!Pero no deben alarmarse nuestros lectores, más delo que ya pueden estarlo, por lo mucho que se hanalargado estos «comentarios a vuela pluma» que lesanunciábamos al empezar. Ya terminamos. Sóloun brevísimo punto, a modo de apostilla, antes delotro punto, es decir, del punto final.Lo que verdaderamente importa en todo esto delos fantásticos nombres taurinos, no es tanto lamedida en que el aspecto de los platos, puedasugerir una faceta de la Fiesta que, en el mejor delos casos, juzgando con objetividad, siempre serámínima, sino la sutil y calculada promoción deventa del producto que con ellos se consigue.Esta simpática y garbosa oferta de los menús, esmuy bien recibida por el comensal, y le predispo-ne a disfrutar de la comida. Bueno, también hayalgo más que le agrada y recibe encantado que esnaturalmente la cocina creativa y de calidad queJulián Rodríguez oficiante en sus fogones, preparacada día con imaginación y sabiduría. La combi-nación es perfecta. No puede pedirse más.

(La entrega que don Francisco Vázquez Tirado,nos dejó para su publicación en el próximo núme-ro, trata sobre «Rabo de Toro Estofado».)

EL tributo de la gloría...Por

Don Diego Alfonso Ledesma

T ras la muerte de Isidro Santiago Llano, «Barragán», ocurri-da el 4 de abril de 1851, de la que di cuenta en el númeroanterior, acaece la del matador chiclanero, Miguel Jiménez

Meléndez, «El Cano», ocurrida en Madrid el 23 de julio de 1852,tras ser corneado de consideración en el muslo derecho el 12 dejulio anterior, al entrar a matar a «Pavito» del duque de Veragua.El 5 de mayo de este mismo año, dejaría de existir en el HospitalGeneral de Madrid, José Fernández de los Santos, «Bocanegra»,quien actuando a las órdenes de José Redondo, «El Chiclanero»,sufrió mortal cogida en dicha capital el día 3 anterior, producidapor una res de la ganadería de Duran.Sería la plaza de toros de El Puerto deSanta María testigo de la mortalcornada que sufriera el picadoralicantino Carlos PuertoSantos. El 25 de juniodel año 1852, figu-rando en la cuadri-lla de Julián Ca-sas, «El Salaman-quino», últi-mo espada aquien sirviera,fue a torearcon el citadodiestro en supueblo de adop-ción, El Puertode Santa María.El quinto toro,de don AnastasioMartín, de nombre«Medialuna»; colorado,cornialto, careto, algo salpi-cado y ojo de perdiz, salióabanto y con muchos pies, empren-diendo una dura pelea con la gente de acaballo. Carlos Puerto lo citó en corto, instante enque el Presidente dio la señal para que se arrease al caballo quemontaba Puerto. Castigada la cabalgadura, ésta se atravesó delan-te del toro, que arremetiendo con violencia, desmontó de la silla aljoven varilarguero, ensartándolo en su cuerno derecho; campa-neándolo y arrojándolo con furia sobre la arena.Al decir de cronistas de la época, la herida fue horrible. El cuernopenetró por la ingle derecha y salió por un costado, afectándoleseriamente al vientre y algunas costillas. Cuatro días después detan horrenda cornada, el joven Carlos Puerto Santos, fallecía a laedad de 39 años el día 29 de junio.

Prácticamente transcurren tres años sin que afortunadamente seregistre muerte alguna en el mundo de los toros, hasta que, el 29de abril de 1855, celebróse en Madrid una corrida de toros en laque «Cuchares», Manuel Arjona y «Pucheta» lidiaron un encierrode Félix Gómez. Al finalizar el festejo, el público solicitó y obtu-vo la lidia de un toro de gracia, para cuya lidia ofreciéronse Gon-zalo Mora como espada y «El Cabo» y Antonio Fernández «Oli-va» como banderilleros; y al pretender este último, que al parecerse encontraba un tanto embriagado, colocar un par de banderillasa «Pantalones», de la divisa de Bañuelos, fue corneado en el vien-

tre, tan gravemente, que falleció en la tarde delsiguiente día en el Hospital General

madrileño.El 24 de junio de 1857, al tra-

tar de capotear a una resde ganadería no deter-

minada, fue cornea-do y muerto el

banderillero An-tonio Verdes«Chilailas»,en la plazade toros deTolosa.Otro modes-to banderi-llero, el gra-

nadino Gre-gorio Loja Jura-

do, fue cornea-do mortalmente

en la plaza de torosde Valencia, al preten-

der colocar un par debanderillas. Ocurría tan des-

graciada cogida el 14 de noviem-bre de 1858, a resulta de la cual fallece-

ría el siguiente día 21 en un hospital de lamencionada ciudad levantina.Nuevamente sería la plaza de toros de El Puerto de Santa Maríaescenario de una mortal cornada, la que le infirió una res de lavacada de Francisco Arjona, «Cuchares», el 24 de julio de 1859, alpicador Manuel Payan Jiménez, a resulta de la cual falleció el día27, siguiente.Y cerramos el resumen de las cornadas mortales recogidas en estenúmero, con la que sufriera el picador Antonio Navarrete, «Tri-quiñuelas», a resulta de la cual fallecería en Sevilla, el 11 dediciembre de 1859.

7 - X - 1970

Patrocinador de los Trofeos Taurinos"Feria de San Isidro"

de Mayor Tradición en Madrid

Don Juan Silva Berdús

A mi entrañable y queridoamigo Salvador SánchezMarruedo.

A buen seguro que todoslos buenos aficionados cor-dobeses debieron sentir unaenorme tristeza y desola-ción cuando vieran apareceren la prensa cordobesa, ellacónico y sombrío anuncio:«Adiós al viejo coso de"Los Tejares"».

Uno de esos descorazo-nados aficionados cordobe-ses que diría adiós con lágri-mas en lo ojos, a la viejaplaza de toros de «Los Teja-res, a qué dudarlo,

D. Rafael S. Pipo, con su hijo Salvador y el matadorde toros Agustín Parra «Parrita» antes del paseíllo.

Vista general de laya desaparecida plaza de «Los Tejares», (foto Ladis)

sería mi buen amigo Salvador SánchezMarruedo. La demoledora piqueta de laespeculación, acabaría derribando yreduciendo a escombros, al más impor-tante testigo de la historia taurina de laciudad de los Califas,

Para Salvador, seguro estoy, el viejocoso de «Los Tejares», era algo más que120 años de historia de la tauromaquiacordobesa. Para Salvador, era el sancta-sanctórum taurino donde, de la mano desu padre, el popular y siempre recordadoRafael Sánchez, «El Pipo», presenció,siendo un niño, sus primeros festejos tau-rinos.

Fue construida en 1846, en el solarque hoy ocupa «El Corte Inglés», bajo lapromoción del tipógrafo don Juan Man-té, que fundó una Sociedad a tales efec-tos. Las obras iniciáronse en 1844, bajola dirección del arquitecto don ManuelGarcía del Álamo, quien la ideó con for-

ma poligonal de 16 lados;tres pisos; 45 palcos; 270barandillas; 214 barreras, yel resto, hasta completar unaforo de 8278 localidades,entrada general. El diámetrodel redondel era de 52metros.

Organizáronse tres corri-das en fecha 31 de mayo, 2 y3 de junio de 1846, cuandoaún no se habían concluidolas obras, teniendo lugar lainauguración oficial el 8 deseptiembre de dicho año,día en que José Redondo,«El Chiclanero» e Isidro

D. José Sánchez, hermano de D. Rafael S. Pipo, Agustíny Salvador que mira a su padre en la corrida «Festival»pro-monumento a Manolete el día 4 de enero de 1948.

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ESPAÑA

sus plazas de toros

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Santiago «Barragán»,lidiaron 8 toros de doñaIsabel de Montemayor,antiguos «Lesaca». Unincendio ocurrido el 15de agosto de 1866, obligóa su reconstrucción, rei-naugurándose el 20 deenero de 1868 con unacorrida a cargo de ManuelFuentes, «Bocanegra» yRafael Molina, «Lagarti-jo», con reses de la ganade-ría cordobesa de don RafaelJosé Barbero.

Permaneció en activo has-ta el 18 de abril de 1965, enque cierra sus puertas al públi-co, tras celebrarse en ella elúltimo festejo de su historia;una novillada en la que intervienen losdiestros Agustín Castellano, «El Puri»,Antonio Sánchez Fuentes y José MaríaSusoni, encargados de estoquear seisnovillos de doña Enriqueta de la Cova.

Agustín, amigo de la familia, con el matador de toros mexicanoManuel Capetillo y Salvador en el patio de cuadrillas de la vieja

plaza de toros de Los Tejares.

En la actualidad, Córdoba cuenta conuna moderna, amplia y confortable plazade toros, con un aforo capaz para 16.900espectadores. Sus obras dieron comienzoen junio de 1963 en el paraje denomina-

do «Huerta de la Marquesa»,sito en el cruce de Gran VíaParque con la carretera dePalma del Río.

Fue inaugurada el 9 demayo de 1965 con una corri-da a beneficio de la Asocia-ción Española de la Luchacontra el Cáncer, organiza-da por el diestro ManuelBenítez, «El Cordobés»,en la que intervinieron,además del torero de Pal-

; ma del Río, los diestrosJosé María Montilla yGabriel de la Haba,

«Zurito», lidiando seis toros delos Señores Herederos de don CarlosNúñez.

La plaza, conocida desde su inaugu-ración, como la plaza de Ciudad Jardín,ha pasado a llamarse, posteriormente,por la empresa propietaria, Plaza deToros de «Los Califas».

Añoranza, y solo añoranza, desprende esta nostálgica vista de la fachada principal de«Los Tejares», (foto Ladis)

Vista aérea del nuevo coso cordobés de «Los Califas», (fotografía «Paisajes Españoles»)

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En cierta ocasión se mandó hacer «El Espar-tero» un terno amarillo, fiado de que estecolor le daba buena suerte.

Pero ocurrió que en la misma tarde que lo estre-naba sufrió tantas cogidas, que salió de la Plazacompletamente molido y sin ganas de bromas.No obstante, una vez en el hotel, los amigosempezaron a dirigirle frases más o menos irónicasa propósito de la «buena suerte» del trajecito ama-rillo, hasta que el diestro acabo por reír y excla-mar:La verdad es que me he pasao toda la tarde tapan-do goteras en las nubes.A lo que hubo de replicar su banderillero Malaver:Pero ¡cómo no habías de pasarte volando toda latarde, si ibas vestido de canario!

Por

Don Pablo Ramos Colorado

De regreso de uno de sus viajes a América, desembarcó enCádiz el espada gitano Manuel Díaz, «Laví». Ponderaba eltorero los éxitos que había logrado y, sobre todo, los agasa-

jos y homenajes de que había sido objeto.Para dar idea del entusiasmo que los americanos que le habían vis-to torear tenían por él, solía decir, acompañando sus palabras deextremosos gestos:«Si no me voy de aquellas tierras, me "jasen emperaó", como alNapoleón de los franceses.»

Cuando en el año 1 924 fue a torear a Roma elbanderillero Fermín Verneda, «Valentín», for-mando parte de la cuadrilla de «Pedrucho»,

llevaba una sortija tan reluciente que quitaba el sen-tido, y que el buen torero exhibía satisfecho, alhajaque la patrona o dueña de la pensión miraba con nodisimulada codicia siempre que tenía ocasión.Hasta que un día, indicándole la misma, hubo depreguntarle:—¿E de lei? (¿Es suya?)A lo que «Valentín», creyendo que le preguntaba siera de ley, hubo de contestar:—No, señora; chapadita nada más.

El picador Andrés Castaño Becerra. «Cigarrón», de lacuadrilla de Emilio Torres, «Bombita», murió, des-graciadamente en la Plaza de toros de San Sebastián

—La anterior al Chofre— a consecuencia de la caída que leprodujo el toro «Naranjito», de Saltillo, allá por el año 1901.Y cuando leía la noticia en un periódico otro torero de mar-cada pronunciación andaluza, se hallaba escuchando la lec-tura el también picador Rafael Alonso, «el Chato», quien, aloír que la muerte de su compañero la originó un «colapso»,entendió que lo que el lector decía era un «colazo», y nopudo por menos que hacer esta dolorosa reflexión:-¡Marditos toros. Hasta con la cola matan!

No se conocían «Pepe-Hillo» y Pedro Romero cuando enel año 1777 torearon juntos en Cádiz por primera vez,donde el segundo no había actuado todavía y el prime-

ro, en cambio, contaba con numerosos y entusiastas adeptos.Amaneció nublado y lluvioso el día de la corrida, y el temor deuna suspensión llevó al ánimo de todos el consiguiente disgus-to, dado que era difícil volver a reunir a los dos contrincantes.Para que tal cosa no ocurriese, mandó «Hillo» celebrar una misa yencendió abundantes lamparitas ante una imagen de la Dolorosa.Y cuéntase que, al enterarse Pedro Romero, hubo de exclamar:¡Ese ya huele a difunto!¡Y habrían de transcurrir veinticuatro años hasta que se cum-pliera la profecía!

Las corridas de la feria de abril en Sevilla correspondien-te al año 1891 las torearon los diestros «Cara-Ancha»,«Espartero» y «Guerrita», y durante las misma se lució

extraordinariamente el puntillero Antonio Ruiz, «el Sargen-to», que pertenecía a la cuadrilla del «Espartero», pues con lostres toros que tuvo que rematar hizo el alarde de tirar la pun-tilla desde la cola de los mismos, y como marrara una vez,colocó un sombrero sobre la cabeza del astado, y tal aciertotuvo al arrojar el arma, que atravesando dicha prenda, dio enel punto vulnerable, cuya hazaña comento así un revistero:

«Antonio, yo encuentro malque seas solo sargento,

pues quien hace ese portentomerece ser general.»

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Por Don Juan Carlos Navas Gómez(Presidente Plaza de Toros de Avila.)

El Conde de Santa Coloma fue unganadero que a principios de siglologró un encaste propio que, con el

paso de los años, iría determinando unaforma de embestir y una forma de com-portarse en el ruedo.La historia de la ganadería comienza enDolores Monge, viuda de Murube, la cualadquiere la ganadería fundada por ManuelSuárez Cordero, en 1868, aumentándolacon reses de José Arias Saavedra, de lo máspuro Vistahermosa.La ganadería de Murube, a la muerte de lamadre, se divide en dos partes, una que selleva Joaquín Murube, que continúa conlos famosos toros de Murube y la otra par-te, que se lleva su hermano Felipe, el cualpor problemas económicos vende aEduardo Ibarra en 1884, aunque le ayudóa Ibarra a llevar la ganadería.Eduardo Ibarra en 1904 hace dos lotes,uno que vende a Fernando Parladé y otroa Manuel Fernández Peña, el cual vende laganadería al Conde de Santa Coloma en1905. Una vez en sus manos los toros deIbarra, el Conde compra a su primo elMarqués de Saltillo la tercera parte de laganadería, sacando precisamente de los deSaltillo los sementales, porque le gustabala movilidad de ese toro, y de esa alquimiade sangres Ibarra y Saltillo, logró unencaste propio, que perpetuaría posterior-mente Joaquín Buendía que, en 1932,adquiere la ganadería.Previamente el Conde de Santa Colomahabía vendido en 1912 a su hermano elmarqués de Albaserrada que se había lle-vado lo más asaltillado en 1916 a AndrésSánchez Coquilla, que lograría en tierrascharras un encaste propio, los «coquillas»,en 1920 vendió a Graciliano Pérez Taber-nero, el cual con dos sementales comoMesonero y Cristalino logró un encaste de

gran predicamento y excelente bravura:«los gracilianos».Joaquín Buendía compra en 1932 lo quele quedaba al Conde, si bien él ya eraganadero, pues en 1921 había compradocon su padre y su padrino Felipe Bartolo-mé la ganadería de Surga.Actualmente la ganadería lleva 70 años enmanos de los Buendía. D. Joaquín, trasmucha selección, logró quitar el venenoque tenían aquellos toros, habiendo sidoel semental Rivero que vivió 17 años, yque entró de rastra con la madre, cuandocompró la ganadería, uno de los que ele-varon el nivel de la misma, así como Cale-sero, Olivero o Lisito y posteriormenteTramillero o Pescador.Otra de las cosas que hizo Buendía fuelograr un toro más armónico, la ganaderíadaba mucha cara y logró un fenotipo de

cuernos más en corona y menos cara achi-cando los pitones. Actualmente el toro deSantacoloma es un toro brevilíneo de per-fil, subcóncavo, con ojos grandes y salto-nes, de escasa papada; dorso y lomos rec-tos y grupa redondeada; extremidades delongitud media, predominando los pelajesnegros, cárdenos y entrepelaos, con diver-sas variedades de manchas blancas encabeza o tronco, resultando los careros,luceros, girones, calceteros, coliblancos,etc. y teniendo variaciones de fenotipoentre las diferentes líneas de Santacoloma.Encaste que, en la actualidad, no se encuen-tra en buen momento si bien es de esperar larecuperación del mismo al que alguna figu-ra del toreo como el maestro Paco Caminotuvo en gran estima y que le supuso nume-rosos triunfos, dado su gran conocimientodel comportamiento de esos bravos toros.

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Revista Cultural Taurina

Título:Música y Letra: Antonio Rodríguez SalidoArreglos instrumentación: Pedro Alvarez RíosFecha registro S.G.A.: 6 de febrero de 2002Presentación: 3 de octubre de 2002, con ocasión de la entrega Tro-feo «Escalera del Éxito» núm. 80

Estreno: Su estreno tuvo lugar en la Plaza Monumental de LasVentas, durante la corrida celebrada el día 5 de octubrede 2002. Fue interpretado por la Banda de Música titularde dicha plaza, dirigida por el maestro Don LorenzoGallego Castuera.

Cartel taurino: Toros de «Alcurrucén» (3) y Núñez del Cuvillo(3), para los diestros: Francisco Rivera Ordóñez, Eugeniode Mora y David Fandila, «El Fandi».

Programación pasodobles: El maestro Don Lorenzo Gallego Cas-tuera programó para tan señalada corrida los siguientespasodobles:

Vicente Barrera Gallego CastueraS^os <§fa6ios det^Woreo Rodríguez Salido -Alvarez RíosClub Taurino de Madrid De la Vega - Gallego CastueraDora J. LitoAlma Hispana Gallego CastueraVamos «pá Cádiz» Gallego CastueraAzabache Gallego Castuera

¿dos <§fa6io$ def^Woreo, fue interpretada, pues, tras el arrastre delprimer toro de la tarde, y como preludio a la salida del segundotoro, donde Eugenio de Mora tras una importante lidia, obtuvopetición de oreja dando la vuelta al ruedo.

Días después de su estreno oficial de las Ventas, el 26 de octubre,nuestro pasodoble fue estrenado en Algeciras por la Banda de Músi-ca «Amando Herrero», dirigida por D. Alfredo Ramos, en un Con-cierto de Música Taurina Comentada, organizado por el Club Tauri-no Cultural «La Perseverancia 2001» de aquella localidad gaditana.En opinión de nuestro Colaborador Don Juan Silva Berdús, comenta-rista de dicho Concierto, el pasodoble SQs <§fafios def'JSoreo, por sugarboso aire torero se hizo acreedor y mereció el aplauso unánimedel público asistente a tan novedoso como original Concierto. Suinclusión en un Programa plagado de bellísimas partituras toreras fueun acierto por parte de los organizadores, a quienes desde estas pági-nas queremos hacerles llegar nuestro más sincero agradecimiento.Fue interpretado en sexto lugar, y con él se ponía broche de oro ala primera parte del concierto, en la que ya habían sido interpreta-dos «Gallito», Churumbelerías, «Ragón Falez», Nerva y La Entra-da. Todos unos «clásicos» del repertorio taurino.Tras él, y al iniciarse la segunda parte, se interpretaron pasodoblestan famosos y umversalmente conocidos como: La Giralda,«Cagancho», Marcial, ¡eres el más grande!, Domingo Ortega,«Manolete» y Suspiros de España.Nada alegra más a esta Dirección y Colaboradores de esta Revista, quesu pasodoble, «Los Sabios del Toreo», se haya estrenado con tanto éxi-to, codeándose con la flor y nata del repertorio de música taurina.¡Felicitémonos! y felicitemos, muy sinceramente, a sus autores, losmaestros, Antonio Rodríguez Salido y Pedro Alvarez Ríos.

Nuestro presidente recibiendo, del muestro A. RodríguezSalido, la partitura del pasodoble.

"LOS SABIOS DEL TOREO"A. Rodrípicz Salido (Fasodoble Torero)

(Pasodoble Torero)

Con la experiencia que te dan los añosy con la ayuda de tus propios méritos,se va logrando con valor y redañossubir los peldañosde la «(oseauim cui&rito».

En una noche ¡Oh qué maravilla!dibujé en una cuartilla,lo que yo vi en aquel sueño...Una hermosa «escalerilla»de espiral su barandillay un ángel la iba subiendo.

Con el apoyo de un grupo de amigosiniciamos el camino y conseguimos crear,el Círculo Cultural y Taurinoel más genuino e Internacional.

ESTRIBILLO

Son c

una gran Revista Taurina,que premia con su trofeoa quien triunfa en la vida.

Salvador Sánchez Marruedo¡torbellino!, juncal Presidentede ese Círculo Taurinode sabia y de buena gente.

Letra y música:Antonio Rodríguez Salido.

DATOS PARA LA HISTORIA

Por Don Lorenzo Gallego Castuera (Director de la Banda de Música de Las Ventas de Madrid)

He aquí un pasodoble consideradocomo el mejor dentro de su género,difícilmente superable. No se trata

de un pasodoble torero por naturaleza, aun-que sus compases hayan sonado muchasveces en los cosos españoles e, incluso,hayan festoneado y alegrado alguna que otrafaena torera recogida en cine y vídeo. Paramuchos profesionales de la música constitu-ye una pieza musical única e inimitable porla exquisitez de sus melódicos giros, a la vezque por la delicadeza de su singular estilo.¿Cómo surgió tan conocido pasodoble,años más tarde dedicado por su autor alExcelentísimo Ayuntamiento de Cartagena?Corría el año 1897 cuando el maestroÁlvarez Alonso llega a Cartagena al frentede una Compañía de Zarzuelas. Compa-ñía que, cinco años más tarde, se disuelve,decidiendo el músico de Martos (Jaén)afincarse definitivamente en Cartagena,donde cada noche actúa en el Café Espa-ña, interpretando al piano escogidos yselectos Conciertos, acogidos con agradopor todos los asistentes.Corre el año 1902, cuando una noche sesuscita entre los contertulios del mencio-nado local, la polémica acerca de «la inspi-ración artística». Y, claro está, hubocomentarios y opiniones para todos losgustos, hasta que alguien se atrevió a opi-nar que resultaría imposible a cualquiercompositor crear una obra en el tiempo ylugar que él designara. Concretamente enel citado café y aquella misma noche.El maestro Álvarez Alonso, dándose poraludido, asumió el reto y se comprometióa componer y estrenar una partitura musi-cal al final del concierto, para lo cual lebastaría con los dos intermedios de 15minutos cada uno, de que disponía cadanoche. En total media hora.Y así lo hizo. Sentado ante un velador, aje-no a cuanto le rodeaba, principió a escri-

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bir. Operación que repitiría una vez másdurante su segundo y último intermedio.Cuando se levantó para continuar con latercera parte del concierto, al pasar pordelante de los contertulios que habrían dedar fe de su hazaña, esgrimiendo en alto elpapel pautado, les anunció: «señores, ten-go la satisfacción de mostrarle el pasodo-ble prometido, totalmente terminado.

Pasodoble que me complaceré interpretaral final de mi actuación de esta noche».Y así, entre el asombro y admiración detodos los asistentes, el maestro ÁlvarezAlonso fue desgranando en el piano lasseñoriales y garbosas notas de un pasodo-ble que, como todo recién nacido, aflora-ba al mundo de la música, sin nombre.Sería aquella misma noche, cuando elmúsico, acompañado de sus incondiciona-les y sorprendidos amigos, al pasar frente auna confitería y detenerse ante su escapa-rate, fijó sus ojos en una bien surtida ban-deja de una especie de bartolillos rellenosde crema, auténtica especialidad de la casa,cuyo letrero indicador del precio y nombrede tan llamativa golosina, los anunciaba alpúblico con el muy sugerente y evocadornombre de «Suspiros de España». El com-positor, dando prueba una vez más de suagudo ingenio y espontaneidad, dirigién-dose a sus amigos les dijo resueltamente:«¡ya está...!; ¡ya lo tengo...!, ...el pasodoblelo titularé: «Suspiros de España».El maestro Álvarez Alonso vio estrenadaoficialmente su obra el día de CorpusChristi del año 1902, cuando en la Plazade San Sebastián, de Cartagena, sonaronlos compases de esos «Suspiros de Espa-ña» interpretados por la Banda de Músicadel Regimiento de Infantería de Marina,por aquellas fechas dirigida por otro nomenos célebre músico y compositor, elmaestro Ramón Roig, autor del pasodoblede «La gracia de Dios».Se cumplen, pues, en este año de 2002, los100 años de su estreno.Digamos, finalmente, que el maestro valencia-no Manuel Penella, rindió sentido homenajede admiración al músico de Martos, cuandoaños después de su fallecimiento, compusopara la inolvidable Concha Piquer, el paso-doble titulado: «En tierra extraña», basadoen el leit-motiv de «Suspiros de España».

Rincón de Ortega Cano I, II y IIIEspecialidad:

Tortas de JamónGran Selección

de Embutidos Ibéricosy Quesos de Oveja

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Por

Don RafaelCarvajal Ramos"Columnista"Presidente "Tertulia Manolete"y del "Rincón de los Artistas" CORDOBESA

UN TORERO TODOCORAZÓN «PEPETE»D e igual forma que existen

nombres ligados a dinas-tías toreras (Bejarano,

Molina, Guerra, Litri...), existenotros que llevan consigo la orlafatídica y trágica de la muerte.A José Rodríguez «Pepete», lecupo en suerte el ser iniciador dela dinastía de Manolete (del queera tío-abuelo), y el triste y des-graciado honor de ser el iniciadorde la saga de toreros muertos porasta de miuras (El Espartero,«Dominguín», Faustino Posadas,Pedro Carreño...Manolete).Nace en Córdoba el 12-12-1824y tuvo afición por ser torero des-de su infancia. Sus ascendentesfueron toreros; fue un diestro deauténtica sangre torera y amorpropio; como todos los cordobe-ses que le precedieron, continuóel estilo de la escuela cordobesa,sencilla y ruda, plena de valor ypundonor, por encima de la téc-nica y el arte.Dice uno de los biógrafos: ...«Desde bien joven ejercitóse enlas novilladas por los pueblosvecinos de Córdoba en las cuadri-llas de Luque el "Cámara" y otrostoreros cordobeses. Al inaugurar-se en 1846 la plaza de toros cor-dobesa, figuró en el cartel y enella toreó mucho tiempo y com-partió, con los más famosos ban-

derilleros sevillanos, trabajo yaplausos...»En 1848 torea en Madrid en lacuadrilla de Luque; el 11 dejunio, toreando en Córdoba untoro del Marqués de Guadalcázar,«de muchos pies y receloso» fueherido de gravedad al pasar demuleta.En 1850 ingresa en la cuadrilla de«El Chiclanero», y considerándo-se en condiciones de ser matador,el 12 de agosto se doctora en Sevi-lla de manos de Juan Lucas Blan-co, quien le cedió el toro «Gami-to» de la ganadería de Concha ySierra. Torea en Madrid la corridade Beneficencia el 4 de julio de1852; fue la corrida organizadapor el Gobernador Civil de laCorte, en la que se lidiaron 14toros de varias ganaderías, en laque intervinieron (todos ellos gra-tuitamente) «Cuchares», «Chicla-nero», Juan Jiménez «El Cano»,«Pepete» (que estoqueó dos), JoséMuñoz, «Pucheta», Antonio Gil,«Don Gil» y Antonio Fernández«Oliva». «Pepete» estoqueó a«Cabrillo», castaño, de Juan JoséFuentes, y a «Corzo», albinegro,de Elias Gómez; ninguno de losespadas alternantes le cedió lostrastos para confirmar su alterna-tiva, así que no es hasta 1853, el27 de junio, que la confirma, demanos de Cayetano Sanz y JuanTrigo de testigo, en una corrida

con ganados de Gaviria, Muñoz, Hidalgo,Barquero y Benjumea; el toro de la confir-mación se llamaba «Lagartijo», retinto, delmarqués de Gaviria. Torea en Ronda con loshermanos Carmona (los «Panaderos»), ydeja bien sentado su valor y arrojo, hasta elpunto de ser solicitado de todos los ruedosde España.Gustaba en la Corte, y actuó en ella duran-te 1855-1856. Por provincias toreó mucho yfiguraba en los principales carteles junto alos más famosos espadas. Es contratado enMadrid en 1860.En 1862 fue nuevamente contratado enMadrid para la temporada e incluido en elcartel de la inauguración de ella en compa-ñía de Cayetano Sanz para matar reses deAgustín Salido (3) y Antonio Miura (3). Enel segundo, «Jocinero», berrendo en negro,capirote, botinero y alunarado... Pero deje-mos a D. José Carmena, director del «Bole-tín de Loterías y Toros», testigo presencial dela corrida, que nos lo cuente: ... «Serían másde las cinco de la tarde de hoy —20 de abrilde 1862— cuando salió de los chiqueros untoro de D. Antonio Miura, nominado «Joci-nero», que fue segundo de la media corridaextraordinaria celebrada hoy. A poco de pre-sentarse el toro en el redondel, dirigióseveloz hacia «Pepete» quien le corrió, saltan-do el callejón de la barrera por debajo de lapuerta fingida y dando frente al tendido 13,dejando un poco de capa colgada en labarrera, a cuyo engaño dio el toro variosderrotes instantáneos, pero que el espada novio, porque le hablaron varios aficionadosque se hallaban en el referido tendido. Elbicho se fue hacia los centros de la plaza ydespués se paró en los tercios, frente al ten-dido 14, a donde fue a buscarle el picadorAntonio Calderón, a cuyo caballo acometióy empezó a suspender, tirándole por últimoy cebándose en él, quedando Calderón aldescubierto. «Pepete», que aun se hallabaconversando con los del tendido, vuelve lacara, ve expuesto a un picador, y corre alibrarle por el terreno de afuera, llevando enel brazo izquierdo el capote, sin duda con elobjeto de dar un recorte al bicho si le aco-metía antes de llegar a hacer el quite. Elcodicioso toro, según nuestra opinión, vio aldiestro correr cuando se dirigía por encimade donde se hallaba el caballo; sin tener encuenta en aquel momento la salida naturaldel toro, ni las reglas de la tauromaquia, y síel deseo de evitar una desgracia, recibió aaquel con un puntazo con el cuerno dere-

cho, se lo echó en la cuna, en cuyo acto seagarró el diestro de un cuerno, le infirió otropuntazo en la tetilla izquierda, destrozándo-le el pulmón y partiéndole el corazón.Levantándose el diestro con fatiga se lleva lamano a la cara para quitarse la arena, luegola dirige hacia el corazón, da diez o docepasos, y cae para no volverse a levantarjamás, en medio del silencio sepulcral de laplaza.«Pepete» vestía aquella tarde un terno ama-ranto y oro, y la faja fue rota en pedazos,repartiéndose éstos varios amigos del infor-tunado diestro, que murió en el apogeo desus facultades.El parte facultativo que se redactó, decía: ...«El profesor de cirugía de esta enfermería,da parte a la empresa de la plaza de toros deque el espada José Rodríguez "Pepete" hafallecido en el acto de hacerle la curación dela herida penetrante que ha recibido en laregión mamaria izquierda, en la función deesta tarde. -Madrid, 20 de abril de 1862-Dr. José M.a González.»Eran las 5 y 10 minutos de la tarde. El cadá-ver fue trasladado al Hospital General, y aldía siguiente recibió sepultura en la Sacra-mental de San Luis y San Ginés.El sepelio fue una manifestación de duelo,en cuya presidencia figuraban los espadasCayetano Sanz, Ángel López «Regatero» yGonzalo Mora. El féretro era portado porlos picadores Antonio Calderón, MarianoCortés, Bruno Azaña y Antonio Osuna.Formaban el duelo todos los toreros residen-tes en Madrid, relevantes figuras de la polí-tica, el arte y el periodismo, así comomuchos aficionados de la capital y de Cór-doba expresamente llegados con este fin.El estremecimiento que produjo la muertede «Pepete», dio origen a que, en la sala delas Cortes, el diputado D. Salustiano Olóza-ga pronunciara un discurso en contra de lascorridas de toros, lo que produjo durantemuchos días una apasionante e interesantepolémica en la prensa nacional con la inter-vención de prestigiosos escritores y periodis-tas.De «Pepete» dijo un escritor de la época: ...«Se le puede tachar de irreflexivo, de obce-cado, pero de cobarde, ¡jamás! La eleganciaestuvo reñida con él, porque a su toreo, todofacultades, todo bravura, todo poder, lecorrespondía la exacta aplicación de "diestrobasto".»Aquel que en la pila bautismal se llamó JoséRafael Miguel Francisco Dámaso, hijo de

José Rodríguez y María del Rosario Rodrí-guez, llenó el país de coplas y romancespopulares, y en su Córdoba natal ¡ni serecuerda su nombre!

A ti, Pepete, va hoy mi homenaje.

Recio Tauro, ligero como el viento,duro acero de espada y de coraje,como ellos eres grande en el tormentodel corazón torero que con fe entregaste¡José Rodríguez «Pepete»!flor de alamares que en oroborda Córdoba, que al torosueña en robarte a la muerte.Gloria parca en la miradatoreo basto, brazo fuerte,de tanto lidiar la suerteestá tu suerte cansada.Hoy la muerte opaca el brillode tus dorados caireles,y en rojo vivo clavelderrama tu sangre y vida,al volar desde el tendidotu corazón, decididoen su busca, al redondel.La vida se te rompía—sin vencerte el desconsuelo—como un cristal, en pedazos;arte y fama se fundieron—ellas sí, desconsoladas—por el luto en un abrazo,pues, agotada tu suerte,en las astas de un miurate venció, José, la muerte.

Rafael Carvajal

A LA MUERTEDE UN CORAZÓN

TORERO

Por

Don Daniel Daudet

Las raíces del Toro Enmaromado deBenavente se pierden en la leyenda yen la tradición. En la leyenda que

relata como una condesa zamorana sufrió lapérdida de un hijo en las astas de un toro desu ganadería. Mandó sacrificar la res y

ordenó que se donara todos los años unejemplar de su vacada para que, enmaroma-do, corriera por las calle de la villa castella-na en víspera del Corpus, En la tradición, yen la continuidad de un festejo que arrancaen 1690 y se prolonga hasta la actualidadcon tan sólo algunas interrupciones, la másnotoria aquella que dejó el lugar sin Toro,

de 1909 a 1939. Se conservan multitud dedocumentos de los siglos XVIII y XIX yentre estos archivos que son parte de la His-toria escrita de la comarca, cabe destacar lacuriosa iniciativa popular que logró la cele-bración del Toro de Cuerda, cuando eldinero destinado a las fiestas fue desviado aprestar ayudas por la guerra de 1848.Unas cinco mil personas apretadas en la Pla-za Mayor participan del rito preludio delacontecimiento: la petición del ToroEnmaromado. La fecha recae en el lunes dela segunda semana de Pascua, día de la fes-tividad de la patrona de Benavente, la virgende la Vega, popularmente conocida como la«Veguilla». La Plaza corea frenéticamentelas consignas al uso y une sus voces a gritosde ¡Toro!, ¡Toro! para verse otorgado simbó-licamente el cornápeta por las autoridades.Faltan cincuenta días para la exaltación de laEucaristía, el Corpus Christi, y el morlacosaltará a las calles de la Ciudad. Mientrasque los mayores lucen traje de gala para laocasión, los más jóvenes convierten la citaen una fecha de pantalón vaquero, camisetay pañuelo rojo» como si de la propia fiestadel Toro Enmaromado se tratara.El lunes de la semana del Corpus Christieste mismo escenario de la gran Plaza aca-ba de nuevo consumado de público, reple-to de benaventanos y forasteros prestos aldisfrute. A las ocho y media de la tarde,expresado el mandado de diversión delAlcalde, las miradas siguen sin perder devista la trayectoria ascendente del cohete, yarrancan las fiestas al estruendo anunciadordel chupinazo. La ciudad se convierte enun jolgorio con las peñas como principalesprotagonistas, completándose el desfileinaugural con las carrozas de las reinas, losgigantes y cabezudos, y las charangas en elprimero de los espectáculos de calle de laSemana Grande del Toro Enmaromado.

Al día siguiente, martes, Benavente enterasale a recibir al Toro. Con puntualidad, alas siete de la tarde, una bomba anuncia lallegada de la caravana que acompaña elToro y el Torito del Alba. Una hora despuésambos pueden ser contemplados en la pla-za de toros.El día grande, «Miércoles del Toro», elastado es embarcado hacia las cinco y mediade la tarde destino al toril de la calle Valen-zuela. Cuatro enmaromadores son losencargados de encordar al animal, un buenmozo de cinco años o más, que saldrá atadoa la base de su cornamenta por una maro-ma de propipopileno, antiguamente era decáñamo, que mide ciento treinta metros ypesa la friolera de sesenta y nueve kilos.Como manda la costumbre local, un primerartefacto suena al filo de las siete, y le suce-den otros dos a quince minutos de interva-lo, el último y definitivo pregonando la salí-

da del morlaco a las siete y inedia en pun-to. Es entonces cuando se puede comprobarel juego que ofrece el ejemplar. Los toros,bien lo dice el refrán: «Al igual que el melón,como salen son». Benavente vibra con suToro Enmaromado mientras permanece porsus calles, y es que la carrera alcanza a veceslas tres horas de duración. A su paso dejaráheridos por asta, pocos, aunque, por logeneral, sí múltiples accidentados con con-tusiones y esguinces. El público que abarro-ta el recorrido resulta ser el principal anta-gonista del festejo. Bien a pesar de quenumerosos y experimentados corredoresvigilan que la carrera se desarrolle de la másortodoxa de las maneras. Existe incluso a talefecto un código de conducta al que losmozos recurren para paliar las situaciones depeligro más frecuentes. A la voz de ¡Maro-ma! saben que deben aflojar la marcha lossituados delante de aquellos que dan la voz.Esta advertencia indica que el toro se hadetenido o ha disminuido su velocidad. A lainversa, ¡Toro! avisa que el animal arrancade nuevo, o acelera, teniendo los corredores

que hacerse al cambio de ritmo. A su vez, lavoz de ¡Esquina! pide que se lleve la maro-ma a la acera contraria para evitar roces conalgunas de las paredes del circuito. El toro sebeneficia de algunos ratos de descanso y sele refresca en las tres plazas que jalonan elrecorrido. Muchos aprovechan estosmomentos para citarle y es cuando se pro-ducen las mayores cogidas. Las primerascarreras son lógicamente impetuosas, la resgana mucha maroma y por ello desde susalida del toril no se le debe dejar muy suel-ta. Es preciso aguantar firme, sino es mejorno agarrar la cuerda. Pero cierto es que pasa-do ese trance, el festejo benaventano estáfundamentalmente abonado al toro trotón,sobrado cumplidor de su condición de«gayumbo» que se exige de él, para que losmozos corran y los espectadores lo vean, agusto. Cómodamente, de principio a final,sin prisas ni pausas, hasta el matadero muni-cipal donde, al concluir el trayecto, es sacri-ficado a manos de un matarife profesional.Además, Benavente cultiva la cantera y ofre-ce aquel miércoles por la mañana el Toritodel Alba, con verdadera y entusiasta partici-pación de centenares de pequeños que ani-

mados por sus mayores disfrutan agarrándo-se a la maroma y viendo de cerca al becerro,cuyas tarascadas provocan más de un susto alos chavales, bajo las atentas miradas de unossufridos pero orgullosos padres.El amplio programa festivo copa todavía laatención de los presentes en los días sucesi-vos, proponiendo un sinfín de actividadesde las cuales destacan los toros de fuego, losconciertos, las corridas de toros, los encie-rros, los fuegos artificiales y los concursosinfantiles. La misa y la procesión del Cor-pus dan por clausuradas las celebraciones elDomingo por la tarde.El Toro Enmaromado de Benavente gozaya del reconocimiento que le otorga sucondición de Fiesta de Interés TurísticoRegional, que cada año convoca a más detreinta mil personas, venidas de todos losrincones de nuestra geografía. La ciudad sevuelve la casa de todos, y nadie se sienteforastero compartiendo la alegría, la tradi-ción y el regocijo con cuantos quieran par-ticipar ai lado de las peñas, que ponen lanota colorista y jovial, siendo no cabe dudael alma y corazón de estas fiestas.

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Por

Don BenjamínBentura RemachaPeriodista... yFundador de la Revista«Fiesta Española»

(Segunda parte)

SCUELA ARAGONESAEL PRIMER MATADOR

DE TOROS CONROSTRO, BIOGRAFÍA EHISTORIAL PROFESIONAL

Figuró en los carteles de Madrid, Pamplona, Zaragoza y otras muchas plazasEste apasionante artículo (Iparte) tuvimos el placer depublicarlo en nuestra ante-rior Revista n. ° 28 (Octubre-Noviembre-Diciembre 2002)

ue entre 1665 y1764, en el vallede Oyarzun no fue

nadie que se lla-mara Martín Barcaiztegui,ni nadie (hombre o mujer)que llevara el apellido Bar-caiztegui u otro similar. Queen Deva, Guipúzcoa, nomurió Martín Barcaiztegui.Que en Tudela no apareceningún hacendado que sellamara Ambrosio de Men-dialdúa. Y remata GarcíaDueñas: «En conclusión, sobre Martín Bar-caiztegui solo existen bellas páginas literariassin un solo dato documental que las avale».«El único Martincho, el que tantos añostoreó en Pamplona, y en Madrid, y en Zara-goza; el «célebre», «el no bastante aplaudi-do», el «inimitable» y «más sobresalientelidiador de su país» que recuerdan Moratín,Daza y De la Tixera no es otro que Antonio

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ncho» poniendo banderillas.

Ebassun, el de Farasdués, que fue el inspira-dor de Goya en varios aguafuertes de su«Tauromaquia». «Fue el único Martincho.Otro no ha existido». Falta en esta relaciónel retrato «El Torero» que está en el museode Oslo, Noruega, y que es ese primer tore-ro aragonés de renombre nacional, como lodemuestra la iconografía de los famosos gra-bados.

s. a. preíimpresiónCARTAGENA, 43-1 .Q • 28028 MADRIDTeléfono 91 725 71 1 1 • Fax 91 355 88 99e-ma¡l: proclu€c¡on(a)monocomp.conri

ftJac@monocomp.com

Y añado yo: Martincho, elúnico, el auténtico, no esfamoso porque lo pintaraGoya. Más bien Goya lotomó de modelo de variasestampas de su «Tauroma-quia» y del retrato al óleoporque era famoso, el ídolode su juventud. Su memo-ria gráfica, la de Goya, hizolo demás.Hay otras muchas cosas enla obra de García Dueñas:la descripción del entornofamiliar, los oficios deAntonio, su padre y herma-nos, la familia de RamonaMena, los hijos del matri-monio, las cartas del toreropara pedir su contratación,

la vida en los pueblos de mediados delXVIII y muchas otras que definen detallada-mente al héroe descrito. La lástima es queapenas quedan ejemplares de la admirableobra de Felipe García Dueñas, aunque pien-so que la buena semilla de sus conocimien-tos ha caído en tierra abonada, en mentesprivilegiadas, y no volverá a crecer la cizañade la fábula creada por Velázquez y Sánchez.

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Y aunque Antonio Ebassun Martincho seaaragonés y ello lleve emparejada la indife-rencia de sus paisanos.Ignacio Baleztena, «Premín de Iruña», inves-tiga en el archivo de Pamplona en 1930 yencuentra abundante documentación sobreun torero que se apoda Martincho y cuyoverdadero nombre es el de Antonio Ebas-sun, avecindado en Ejea delos Caballeros y que torea enPamplona desde 1747 a1767. El mismo que actuóen Madrid desde la inaugu-ración de la plaza de la Puer-ta de Alcalá, que debutó enMonzón en 1734, que parti-cipó en la corrida real cele-brada en Zaragoza en la pla-za del Mercado en 1759 conmotivo de la llegada de Car-los III, aunque el monarcaque venía de Ñapóles noacudiera al festejo, y el queactuó en el coso de Pignate-lli en 1764 o fue a Tafalla en1762. Todo revuelto perodocumentado, como el queen los últimos años actuara acaballo con la vara larga o elrejón porque se ganaba másy ya no tenía facultades físi-cas para realizar sus alardes y«cosas ridiculas», esas quereflejó Goya en sus grabados,que lo contaron FernándezMoratín, José Daza, picadorantes que, escritor, y José dela Tixera. Este último decíaque Martincho era el únicoque podía competir conMelchor Calderón.Y como se trata de hablar detoreros y no de toros no pro-fundizaré en las razones porlas que Martincho fue tore-ro, además de seguir lasinclinaciones de su padre yhermanos; el gran número Rde reses bravas que en el sigloXVIII y principios del XIX se criaban en lasCinco Villas, en Ejea de los Caballeros, conD. Diego Bentura, el primero que fue aMadrid, en 1760, y dos de la misma familia,Francisco y la viuda de Fernando Benturaque lo hicieron en corridas reales, la de lacoronación de Carlos IV y la de los esponsa-

les de Isabel II. Es curioso que FranciscoBentura tiene la antigüedad de 1789 en laPlaza Mayor y otra en la Puerta de Alcalá.García Dueñas, además, nos da detallesfamiliares para completar la biografía deAntonio Ebassun Martincho. Sus padres,Martín y María, ella de Faradués, él proce-dente de Navarra la baja, zapatero de oficio,

'ato de Antonio Ebassun "Martincho». Museo de Oslo, Noruega.

se casaron en 1700. Antonio nació en 1708y en 1713 la familia se fue a vivir a Ejea delos Caballeros. En julio de 1752, Antonio,que estaba en Zaragoza, ante el notario Gas-par Borau de Letus dio poderes para que secelebrara su matrimonio con Ramona, hijade Tomás y Francisca, de 20 años. El tenía

44. La ceremonia se celebró en octubre y aldía siguiente llegó el torero y se volvió arepetir la función para que no quedara nin-guna duda. El 30 de abril de 1753 nació suprimer hijo, al que se bautizó en el Salvadorcon los nombres de Francisco Antonio.Tuvieron tres hijos más y el primero no fuede «penalty» porque entonces no se jugaba

al fútbol. Ahora dicen queno hay hijos de «penalty»porque ya no es falta.Su padre, Martín, murió el 4de julio de 1745 y Antoniocontinuó con su oficio dezapatero, el mismo que ejer-cieron el rondeño FranciscoRomero y el sevillano Pepe-Hillo. Pero a partir de 1752Antonio Ebassun figura como«Ministro de Rentas Genera-les y Lanas» y «Ministro de laReal Aduana» de la villa deEjea. Murió el 10 de agostode 1772 como consecuenciade la peste que dio lugar al«Día del voto de la Inmacula-da Concepción» que todavíaestá vigente, y fue enterradoen la iglesia del Salvador.Demostrado queda que no setrata de un nombre sin rostroo de una leyenda inventadacomo es el caso del Martin-cho de Deva. Solo hubo unMartincho, el de Farasdués, yese es el que conoció e inmor-talizó Goya, aunque ya de porsí fuera famoso. También loera la duquesa de Alba, la deOsuna y la condesa de Chin-chón. Pero también tuvieronla suerte de que las retrataraGoya. Y los Romero, Costilla-res, Pepe-Hillo, el indioCeballos y el picador Rendón.Y Martincho, después demuchos años, que un día, aun cura recién «escudillado»se le ocurriera ir a vivir a Faras-

dués. Loado sea.En nuestras próxima revista número 30(abril, mayo, junio 2003), Don BenjamínBentura Remacha, nos hablara: CuarentaMatadores de Toros Aragoneses... y, en elsiglo XVIII, las ganaderías más importantesde España.

Dos Toreros muy distintos

L a ceremonia de entrega de la (rjSfíafera (íel&ito, el día 13 del pasado mes de noviembre, tuvo como protagonistas a dos personajes muydiferentes, ambos toreros, al fin y al cabo, ya que todos lo somos en la vida. Pero dos casos muy especiales. Uno, Juan Barranco Posa-da, en los carteles «Juan Posada», diestro de alternativa, vistió de luces y fue figura, el primer triunfador oficial de la Feria de San Isidro,

como atestigua el capote de paseo, regalo del Ayuntamiento, que ganó en aquella lid. Ahora es crítico taurino, Jefe de la sección del diario LaRazón. Otro, Santiago Estrada Sáiz, un militar muy especial: afable, humano e intelectual. Ambos padres prolíficos, han dejado amplia simien-te, con numerosos hijos y nietos.Por orden de veteranía, os escribiré primero sobre Santiago, cuya amplia experiencia debería reflejarse en un libro. General del Cuerpo de Inge-nieros, Doctor en Ciencias, Estadístico y Catedrático de Matemáticas. Eso en el aspecto técnico. En cuanto a cargos, ha sido Delegado de laPolicía Municipal en Madrid, Gerente de la Empresa Municipal de Transportes, Delegado de Circulación del Ayuntamiento y en la actualidades el Ingeniero Jefe de la Oficina de Coordinación de Actos Públicos del Ayuntamiento de Madrid. Está en posesión de múltiples e impor-tantes distinciones oficiales, medallas, cruces, etc. Pero la mayor consideración, es la de las personas que han trabajado con él, de una u otraforma, aquellas a las que ha tratado a nivel profesional. Generoso y formal. Su charla es enriquecedora, por su amplia preparación y las situa-ciones que ha vivido en sus cargos. Dio una pequeña muestra de ello en el mismo restaurante donde se le entregó el trofeo, que a partir de aho-

El economista D. Carlos Díaz Porgeres, D. Rafael Serrano GarcíaDtor. U. M. La Fuencislay el empresario D. Enrique Delgado Contreras.

El bibliógrafo D. Rafael Berrocal Rodríguez, «frjitfawm» n." 70,Dña. Adela H. Herránz dpto. Protocolo del Ayuntamiento de Madrid y

el homenajeado Sr. Estrada mirando su trofeo.

D. Salvador SámH. Herránz, D. j

con lo

El escritor y periodista D. José Julio García Sánchez y el matador de torosD. Juan Barranco Posada («Juan Posada») *(<j$cH/m<» n. ° 82 intervienen,

para los asistentes, con sus interesantes comentarios.

D. José Esteban Manchado, socio de Sport-Cigar, con D. Mariano PérezMorterero <* (r¿ífvtwr(i» n. ° 27y D. Jesús Santos Hernando, presidente y

vicepresidente, respectivamente, de Sport-Cigar.

Elpintinterviene e

El matador de toros D. Miguel Flores, « (%<w6m» n. ° 35, también quisointervenir alabando a los homenajeados.

El Sr. Cebollas Acha hace una semblanzamaravillosa sobre D. Juan Posada, antes de

hacerle entrega de su

Pte. Colegio Of. Aparejadores.Flores, matador de toros,

ra lleva un texto clarísimo, en tinta negrita, evitando ese grave problema de los premios y placas, ilegibles, ya que los grabadores se limitan sim-plemente a marcar palabras. Quien pretende leer lo que pone tiejie que volverse loco y voltear las inscripciones buscando la luz mas propia porsu reflejo para adivinar lo que pone. Ahora en la ¿§sc<mra ctefSeito, no. Don Santiago contó que en el sótano de ese mismo local, en razón desu cargo, clausuró numerosos túneles, ya que, había sido logia masónica y estaba comunicado con todos los sitios claves del Madrid antiguo,incluido el Palacio Real.En cuanto a Juan es un claro ejemplo de superación. No tuvo inconveniente en cambiar su papel social, pasar de ser torero famoso a estudianteanónimo en la Universidad Complutense, para terminar la carrera de Periodismo. Después ha escrito numerosos libros taurinos, que han reci-bido múltiples premios. También es otro rico conversador, de amplio anecdotario. Pero persona dura, exigente, como debe correponder a uncrítico serio. Hay que decir, explicar muchas cosas. No es una profesión agradable ni reconocida en España como se debiera. No regatea loselogios, pero tampoco las censuras. Según él lo primero para ser cualquier cosa en la vida es... querer serlo, dedicarse a ello en cuerpo y alma.El sacrificio es el camino del éxito. Y no engañarse a uno mismo. Como dicen los chinos: «No presumas de lo que te gustaría ser... sélo».Dos ejemplos maravillosos de superación y humanidad. Duros y exigentes, pero comenzando, eso sí, por predicar con el ejemplo, por uno mismo.

José Luis Carabias

Presidente de La Alberca D. Laurentino Pérez Montejo con el abogadoD. Juan Carlos Escola.no Bello (Casino Gran Madrid).

Presidente Bosques Naturales D. Ángel Briones Nieto, D. ManuelRodríguez Ferreiro, abogado; D. Vicente Ordiñana García gran

aficionado y amigo y la Srta. María Victoria Ramírez Huguet, abogado.

iarmedo, Dña. Adela\ntonio Ceballos Acha'.enajeados.

El escultor-pintor D. Fernando González Calisalvo, el constructorD. Julián Castillo García y el arquitecto D. Ignacio Gonzalo Hernández.

El pintor^ D. César Palacios, el abogado D. Higinio-Luis Severino«§&ctí/era* n. ° 69, D. Diego Alfonso Ledesma, matador^ de toros,

y nuestro gran colaborador D. Juan Silva Berdús «(SsmJwer» n. ° 80.

tardo González Velayos, D. MiguelVidal Pérez Herrero, creador

i Taurina.

El matador de toros y periodista D. Juan Barranco Posada con su mujerDña. Margarita Hernando Tosal escuchando las semblanzas que

pronuncia D. J. L. Carabias.

El periodista D. José Luis Carabias inicia los homenajescon la presentación del Sr. Estrada en presencia del Presidentedel Círculo Cultural Taurino Internacional Sr. S. Marruedo.

21

-13 de Noviembre de 2002-

Brindan dos buenos amigos:D. Evaristo Pérez Hernández,pte. Hispano-Europeade Tabacos y el empresarioD. Fernando Gato Latorre.

D. Sergio Daza del Castillo,Marqués de Casa León,

con el presidentede La Correduría de Seguros

D. Elü

Srta. María Victoria Ramírez, abogado; dtor. financiero D. Julián López Ruiz Moyana;D. Elias Rubio Mayo y la directora de Mundicongres Srta. Jacqueline D. Crescendo Lozano, dctor. comercial; y D. Antonio ]. Vela Ballesteros abogado y secr. del consejo,

Álvarez Rodríguez, también fundadora de este Círculo Cultural. directivos de Bosques Naturales.

El abogado D. Miguel CidCebrián * ('íintícm» n." 44 ;el empresario D. Estevan Rivas'Sica/era* n." 9 con el granmatador de torosD. Jaime González «El Puno».

Dos buenos amigos,dos grandes

periodistas y mejoresaficionados D. José

Julio GardaSánchez y D. JuanPalma Hernández«(S&w/em* n.° 41.

D. José Luis Santa María, directivo de Bosques Naturales, y D. FelipeTomé Moreno, dtor. general de E Tomé S. A.

Srta. Laura CéspedesMazur, empresaria,y prometida delMarqués de CasaLeón; con el granabogado laboralistaD. Mario MartínezRueda.

D. Félix Herránz Rodríguez,dtor. Bankpyme Ponzano; con

D. Poul Christiansen deQuero I, dtor. de Teletrofeo; y

D. Carlos SantiagoDíaz-Valero, asesor literario

de esta revista y amigode la infancia del director

D. Salvador SánchezMarruedo.

D. José María Mingúela, ejecutivo BSCH, con D. Ángel Díaz Arroyo,dtor. comercial de Teletrofeo.

Los empresarios, y asiduos asistentes a estos homenajes: D. Antonio SalasSantaana, D. Antonio Ochoajordi y D. José Antonio García Quiñones.

El aficionado, y mejor amigo, Joaquín Alonso Fernández; D. PedroBlázquez González, dtor. de MonoComp; y otro gran amigo, D. Fernando

González Calisalvo.

D. Fernando Martínez Arroyo,matador de toros; el empresarioD. Modesto Rodríguez García;el constructor D, Ángel GarcíaPastor; y el abogado D. GaloSastre Martínez, asesor literariode <%

El ganadero, que más satisfacciones profesionales ha tenido este año,D. Javier Sánchez Arjoña «fí-tcaícra» n.° 68 y el químico, empresario,

D. Antonio Iglesias García.

Los empresariosD. Atanasio CandelasMoreno y D. José Luis

Ybañez Creus, Marquésde Somosancho, con el

ahogado D. HiginioSeverino Vega.

Un grupo de amigos que tuvieron el placer de asistir por primera vez: D.Feo. Béjar Camargo, D. Feo. Benjumea Jiménez, Dña. Covadonga Galle

Blanco y D. Carlos Lalanda Fernández.

Tres bellos y emotivos momentos"ecogidos en estas tres fotografíaspara el recuerdo de todos losque tuvimos el honor y placerde asistir a las entregas de la

«$SfM/etw»: 81 y 82,Sres.:

D. Juan Barranco Posada yExcmo. Sr. D. Santiago

Estrada Sáiz

Por

Don Higinio-LuisSeverino Cañizal(fáscafern r/ef ¿jríto número 69)

Rafael Sánchez Ortiz«EL Pipo»

Dedicatoria: A mi fraternal y viejoamigo Salvador Sánchez Marrue-do, como recuerdo y homenaje a

su queridísimo padre, socio y amigo delalma del firmante.Conocí a Rafael en la década de los 50, un16 de agosto en la feria de la Virgen delSocorro de mi pueblo natal: Vitigudino,coincidiendo posteriormente en los festejostaurinos de Lumbrales, Barrue-copardo y Salamanca y así ini-ciamos una relación que durósiempre. Me contó su amistadcon Manolote y Cámara y elseguimiento que, como aficio-nado, hizo por la geografía espa-ñola al hijo de Doña Angustias.Ese invierno coincidimos enuna cena en el Tablao flamen-co Las Brujas de la madrileñacalle Norte (que era propiedadde nuestro entrañable MiguelGallardo), a la que. habíamossido invitados por las anfitrio-nas Hermanas Bronchalo (nues-tras comunes amigas Lupe Sinoy Luchy)... parecía que el desti-no quería que consolidáramosnuestra incipiente amistad. Sehabló de Manolote y de la tar-de fatídica de Linares y Lupefue contundente: «Una manonegra de jinete desbocado conaires sureños, impidió la boda en artículomortis, pedida y deseada por mi novio, elmoribundo matador, y por mi... ». Todosquedamos en profundo silencio.... hastaque mi paisano el «cantaor», «Calderas deSalamanca» se arrancó por un fandangoque cambió el signo de la conversación yque remató su hermano Rafael Fariña(¡Amigo de tantas noches con el PríncipeGitano y conmigo!) con «Las Campanasde Linares» y «Salamanca, Tierra Mía», laque cariñosamente me dedicó, por conocerque era el punto débil del firmante.

Desde entonces nunca perdimos el contac-to, y al haber subarrendado la plaza detoros de Córdoba para el verano de 1960,mi gran amigo Gonzalo San Juan y yo, metrasladé a la ciudad de los Califas y lo pri-mero que hice fue llamar por teléfono a miquerido Rafael, quedando citados en el«elitista» bar Dunia, donde tenía su Peñahabitual con nuestros comunes amigos los

8 de agosto de 1960. Para celebrar el triunfo de «El Cordobés» el bodeguero montillanoFrancisco Solano, organizó «una perola» (comida campestre típica cordobesa) en suchalet de la sierra del Brillante. En la foto: Higinio Luis Severino, Manuel Benítez

«El Cordobés», Rafael Sánchez «El Pipo», el anfitrión Gonzalo San Juan y SalvadorSánchez Marruedo

matadores de toros José María Martorell yManuel Calero «Calentó», los ganaderosCurro Amián, Joaquín Natera y RamónSánchez y el secretario del Gobierno CivilD. Ángel García, y después de una sabrosatertulia nos fuimos a almorzar mano amano al Hotel Regina (mi residencia allí) yme contó la ilusión que tenía con su nuevolanzamiento: un muchacho de Palma delRío que estaba convencido podía ser unrevolucionario del toreo, que no era otroque Manuel Benítez Pérez, al que el genialapoderado le suprimió el apodo de «El

Renco». Y lo bautizó para la historia como«El Cordobés», de quien ya se hablaba confuerza por aquellas tierras, pues el 15 demayo en una novillada sin picadores delganadero Francisco Amián Costi, y alter-nando con Edmundo Juárez «El Argenti-no» y el venezolano Ramón Montero«Maravilla», había tomado un gran «Lío».Nos veíamos a diario en el Dunia y otras

veces en su marisquería de lacalle de la Plata (que regentabasu hermano Salvador hasta queel 18 de julio con motivo de mipresentación como ganaderoen Córdoba en una novilladaque toreaban mi poderdante ygran amigo José Luis Lozano,el gaditano Pepe Luis Villodresy el local José María Montilla,le regaló dos barreras a Rafaelque asistió al festejo con elGobernador Civil.Y a ambos los invité al siguien-te día a una cena que organiza-ron mis amigos los Duque deAldama (ella Casilda, hija delos Duques de Medinaceli y él,Alfonso, hijo del Conde deFloridablanca) en su chalet dela finca El Patriarca, en la sierradel Brillante de la ciudad de losCalifas (histórico taurinamentepor ser el lugar donde Lagarti-

jo dio la primera lección al Guerra).Y allí dejamos concertada la nueva actua-ción de su torero para el 31 de julio, en unfestejo mixto donde se lidió ganado mío:cuatro novillos con picadores para ManuelRodríguez (de Lora del Río) y Paco Raigón(el ídolo de Montilla que debutaba con losdel castoreño), y dos novillos sin picadorespara «El Cordobés».A pesar del calor reinante, fue mucha gente ala plaza, pues en Montilla se vendieron 3.000entradas y en Lora otras 1.500... hasta ago-tarse el papel por la fuerza del Cordobés.

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Entrevista realizada en 1963, publicadaen la revista «Fiesta Española»

El resultado fue exitoso: los novillos bue-nos; Rodríguez, tosco y valiente; Raigón,genial en su toreo agitanado (¡¡¡Un brin-dis por un torero con ángel!!!) y «ElCordobés» conmocionó a su manera,provocando el delirio en los tendidos,hasta tal punto que esa misma nochedejamos preparada la repetición del dies-tro de Palma del Río para el día 7 deagosto, como único espada para la lidia ymuerte de cuatro novillos de AlvaroDomecq Diez (que tenía yo en los corra-les desde primeros de julio. Festejo quedimos Rafael, Gonzalo y yo en sociedad,poniendo el cartel de no hay billetes.A partir de esa fecha organizamos con-juntamente diversas novilladas en toda laprovincia, excepto en Pozoblanco, dondeGonzalo y el articulista en una reñidasubasta consiguieron quedarse con laplaza, anunciando en su feria septembri-na tres espectáculos: Una corrida detoros con reses de Antonio EscuderoCalvo (Albaserrada, hoy Victorino) y losmatadores: Cesar Girón (que apoderabaese gran caballero y amigo que fue Fer-nando Gago), Victoriano de la Serna (alque pusimos por nuestra estrecha rela-ción con su padre y su tío Pablo) y JoséMartínez «Limeño», y dos novilladascon «El Cordobés», la primera mano amano con el local Rafaelete y la rejonea-dora portuguesa Gina María (que apode-raba otro gran amigo y paisano: DionisioRecio) y la segunda con Rafaelete y lafigura de los novilleros de esa temporada:«Terremoto de Málaga» (al que dirigíami querido compañero José MaríaRecondo), con la presentación de Alvari-to Domecq, ambas con novillos míos ypor si el primer día no salían buenos, enlos programas puse dos nombres (comose puede ver en el cartel adjunto): Higi-nio Luis Severino (la 1.a) y Luis S. Cañi-zal (1.a y 2.a), lo cual no hubiera sidonecesario pues salieron todos muy bue-nos y propiciaron un gran éxito artístico.En esta última novillada fue tal la expecta-ción que, aunque la plaza tenía un aforo de6.000 localidades y ante la masiva afluen-cia de público de toda Andalucía, tuvimosque vender 2.500 entradas más y ello fuepor no dejar en la calle a tantos espectado-res desplazados e ilusionados con el even-to... solo os diré que no pudo entrar en laplaza ni la Banda de Música y se pudohacer así gracias a que las entradas estabansin numerar. Fue un éxito inenarrable y lasprotestas por el hacinamiento se acallaronpor la triunfal tarde de los actuantes y elmayoral que salieron a hombros.

Al siguiente día el Gobierno Civil notuvo más remedio que ponermos unamulta de 25.000 ptas., por el exceso deaforo vendido, y Gonzalo y yo además depagar la multa regalamos otras 40.000ptas. para el Asilo de pobres de la ciudad.El invierno de 1965 residimos Rafael y yoen el Hotel Tamanaco de Caracas durantecinco meses, donde además de nuestrosapoderamientos, fuimos empresarios enesas calendas de muchas plazas de toros detodo Sudamérica.En otra ocasión, en una corrida de torosen Dax (Francia) actuaron los matadores:José Ramón Tirado (mejicano dirigidopor Rafael) y César Faraco (venezolanoapoderado por mí) y estando en ese feste-jo el crítico taurino de Radio Interconti-nental de Madrid, José María Gaona «ElTío Canillitas» nos negamos a pagarle lacantidad pretendida por considerarla abu-siva, y montó en cólera ante nuestra deci-sión. Pero la sorpresa nos la llevamos nos-otros cuando a los pocos días, recibimosdos anónimos idénticos en nuestrosdomicilios que decían:

Si vas a Dax,y no das,

en Madrid lo pagarás.Creo que en la historia taurina del sigloXX, ha existido un poker de apoderados deuna categoría verdaderamente irrepetible:Mi maestro, Emilio Fernández (Litri, JuanAntonio Romero, Gregorio Sánchez y sugran creación, el excepcional Manolo Gon-zález); Fernando Gago (César y CurroGirón); Rafael Sánchez «El Pipo» (ManuelCáscales, José Ramón Tirado, José Fuen-tes, Curro Vázquez y su gran invento: «ElCordobés»)... y el que completa el poker,permitidme que me reserve su nombre,pues al estar todavía en este mundo, no legustaría que lo mencione, por ser personasumamente discreta y retirada hace tiem-po de los avalares taurinos.Cuatro taurinos diferentes de acusadapersonalidad con estilo propio... con ellosse rompió el molde... y lo de ahora, nadatiene que ver en ningún aspecto.América y España, fueron testigos de unaamistad inquebrantable. Así era mi ami-go: espléndido, desprendido, bohemio,vividor y amigo de sus amigos, y a quienel mito que creó le pagó con esa ingrati-tud tan común en el mundo taurino.Mi queridísimo Rafael: Si leyeras desdeel otro mundo estas historietas bien sabesque hay mucho más y de más enjundiapero que por recato no se pueden trans-cribir y quedan solamente en tu retina yla mía. ¡¡¡Dios te guarde, hermano!!!

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Sabias que... el 16 de junio de 1960,el diestro Antonio Mejías, «Bienvenida»intentó la proeza de estoquear seis toros dediferentes ganaderías por la tarde y otrosseis por la noche. Tras matar al tercero bajola luz de los focos, de la ganadería de doñaEusebia Calache, hubo de pasar a la enfer-mería aquejado de un agarrotamiento delos músculos de ambas piernas, lo que leimpidió continuar la lidia.

Sabías que... que el 14 de mayo de1964, en la explanada de la plaza de torosde Las Ventas fue inaugurado un busto,obra del escultor Sáinz Campos, dedicadoal descubridor de la penicilina doctor Ale-xander Fleming.

Sabias que... en Palma de Mallorca,en la corrida celebrada el 16 de agosto de1981, reapareció el,diestro Antonio Ordó-ñez, quien se resintió dé una pierna duran-te la lidia de uno de sus toros. Una voz sali-da del tendido, gritó: «¡Señor Presidente,nos ha dado usted siete cojos!: ¡Los seistoros y el viejo Ordóñez!».

El cartel lo integraban el rejoneador Anto-nio Cañero y los espadas Marcial Lalanda,Vicente Barrera-; 'Pepe Amorós, DomingoOrtega, Pepe Bienvenida y Luis Gómez,«El Estudiante».Durante la faena de Marcial Lalanda al pri-mer toro de la tarde, el público pidió toca-se la música para amenizar la faena, inter-pretándose el pasodoble a él dedicado. Porel contrario, la faena antológica que Domin-go Ortega realizara al cuarto toro, la ejecu-tó sin que sonase la música; hecho éste queprotestaron ruidosamente los partidariosdel diestro de Borox.Fue a partir de entonces cuando se acordódejase de sonar la música durante las faenasrealizadas en la Monumental de Las Ven-tas.

Sabías que... el 19 de junio de 1962fue inaugurada la nueva plaza de toros deBilbao, con capacidad para 16.781 espec-tadores. El primer toro que pisó el ruedoatendía por «Limonero», de la ganadería deJuan Pedro Domecq. La corrida fue unconcurso de ganaderías, y en ella tomaronparte los diestros Antonio Ordóñez, CésarGirón y Rafael Chacarte. La primera orejaconcedida fue la del toro «Cajero» de donAntonio Pérez de San Fernando, y lo fue aldiestro Antonio Ordóñez. Sabías que... el motivo de que la Ban-

da de Música de la plaza de toros deMadrid no toque durante las grandes fae-nas se debe a un curioso suceso ocurridodurante la celebración de la llamada «Corri-da de la Victoria», celebrada el 24 de mayode 1939, primer festejo taurino que secelebraba en dicha plaza después de la Gue-rra Civil.

Sabías que... A 16 de octubre de1966, veintisiete años después de que deja-se de sonar la música en la Monumental deLas Ventas, de Madrid, sonó de nuevo enhonor del matador de toros Antonio Me-jías, «Bienvenida».En aquella ocasión actuó como único espa-da y tras banderillear al sexto toro de la tar-de con tres soberbios pares de banderillas,brindó la muerte de su último toro a suhermano Pepe, y la Banda de Música, conel permiso del señor Presidente, interpretóun torero pasodoble.

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Don José JulioGarcía SánchezEscritor-Periodista

EL niño de ayer,el hombre de hoy

D e buenos mimbres está hecho Salva-dor Sánchez Marruedo, mimbresarrancados de las márgenes verdes

del Ebro y el Guadalquivir,

Plaza Toros «Las Ventas», 1944.

la fotografía adjunta, nosmuestra, en una tarde de Torosde Madrid al hijo de Rosario yRafael, Salvador Sánchez Marrue-do, todo un chorro de gracia y ter-nura, propio de su niñez, cogido dela mano del matador de Toros, cañí JuanCalvez y un amigo, entre el bullicio delgentío, y al fondo, la filigrana arquitectónicaneomudéjar de la Monumental de Las Ven-tas. Presenciaría un festejo más, de los que yahabía sumado en su verde primavera, mien-tras la afición taurina penetraba en su ser contemprano envite. Aquellas pioneras presen-cias en los cosos fue una premonición para elfuturo, que llegó sin hacerse esperar. En ple-na juventud, se le abre a Salvador la auroradel mañana. Ha de enfrentarse a la realidadde la vida adulta, que tiene sombras y perfi-les, y ha de saber lidiar al cotidiano quehacercon gesto varonil e inteligencia para quedarcomo los buenos, con laureles. Y Salvador sehizo hombre.Ya se sabe que las mejores, o más apreciadasfotografías, traen añoranzas de un tiempopasado, que llenan de nostalgia. Es hermososoñar con el recuerdo y mañana será otro día,maravillosa esperanza entre la esencia y lasorpresa de la vida. Lo bueno es una paz deamor en el camino.Un padre fecundo en su actividad, soñador yemprendedor, imaginativo y trabajador, mar-có el buen rumbo familiar. A la frondosasombra de ese roble paternal, árbol de lahumanidad caliente y doliente, guardián dela familia desde la alborada al ocaso, crecenSalvador y sus hermanas. Del negocio maris-quero, la admiración por «Manolete», a la

gestión profesional en el siempre procelosomundillo del negocio taurino, Rafael Sán-chez Ortiz «Pipo», con trajín deseado cumplejornadas y años. Acierta a pregonar, siempresonriente, con gracia y fantasía, el toreroairoso, ceñido y de enorme valentía, de supoderdante Manuel Benítez «El Cordobés»,con su hijo Salvador al lado, iniciándose en labrega diaria. Correspondió el torero de Pal-ma del Río con el embrujode su valor y

Manuel Rodríguez«Manolete» con Salvador,

1947.

apartar el grano de paja, afanándose en sutarea con rara experiencia para sus años juve-niles, dentro de los asuntos de la Tauroma-quia, lo que se dice, «placearse». Para estelogro sólo requirió fijarse en los modos deproceder de su padre y maestro. Fue aleccio-nándose de seriedad, palabra formal y cum-plimiento de lo pactado, esto adornado conrespeto, amabilidad, simpatía y generosidaden el trato. Salvador, joven despabilado,pronto asimiló aquella enseñanza para desen-volverse en el farrogoso y complicado mun-danal empeño de cada jornada, de gestión ynegocios, que a muchos angustia y estreme-ce. La presencia de un buen director, o ges-tor empresarial conforta el ánimo, máxime

cuando se le considera y respe-

Viendo una corrida de torospara su poderdante, 1964.

El Cordobés» y Salvador, 1960.

ta. Es entonces cuando alegrerepica la campana de la empre-sa en ambiente de acierto, quepremia el nuevo día y gana elhorizonte de la misma.Así es la aventura de la vidadel niño de la foto, que de lamano lo llevan a los toros... yse hizo hombre.

I

entrega sin trampa, nicartón, volando sobre latorería sorprendida,entre un eco de pasionesclamorosas. La campa-na del éxito cordobecis-ta echada al vuelo, ySalvador despertandoy abocado dulcementeal ambiente taurino.Con tino, prudencia,discreción, educa-ción, entiende y sabe

Por

Don Galo Sastre Martínez

SUEÑOSBELLOS...

Con su hatillo de almohada,sin colchón su cuerpo,dormían dos niños,más de hambre que sueño,que habían venidoa la feria del pueblo,¡qué querían ver,torear al maestro!Hermano: la luna...gritó el más pequeño,despertando a su hermano,justo en el sueñoque, con dos orejas,daba vuelta al ruedo.Tomando su hatillo,salieron corriendoque, a sólo una legua,pastando en silencio,vieron una dehesacon cien toros negros,cuando caminabana la feria del pueblo.

Entre los jarales,colgada del cielo,la luna redonda,hacía mil quiebros,mientras que los torosrumiaban despiertos.Llegan a la dehesa,justo en el momento,que dos nubes negrasencapotan el cielo,y ahuyentan la lunacon fuerte aguacero.Se quedaban rotos,entre aquellos truenos,los pases soñadoscon los cien toros negros,¡y llorando de rabiapatearon el suelo!

TRISTESSUEÑOS...

Debajo de una encinatomaron asiento.Les pudo el cansancio,y un poco el miedo,y, así sentados,se durmieron de nuevo...Y de pronto, un gritorompió aquel silencio,dejando en la nochecomo un triste eco...¡Era el eco amargode un mismo sueño!Despertaron ambos,se miraron luego,y, en un fuerte abrazo,fundieron su cuerpos...Habían burladoa aquel toro negro!¡¡y estaban vivos,no estaban muertos!!

Este novelista, autor dramático y poeta, nació enSevilla el 6 de diciembre de 1821, y murió enMadrid en la noche del 5 al 6 de diciembre de

1888, su primer libro de poesías lo publica a loscatorce años y, con apenas 17, aparece en 1838 suprimera novela titulada «El doncel de D. Pedro deCastilla». De su prodigiosa fecundidad literariapodríamos decir lo que el propio Rubén Daríodijo de sí mismo en aquella hermosa frase:«cuando una musa me da un hijo quedan encin-ta las otras ocho». Esta extraordinaria fecundi-dad fue, sin duda, su peor enemiga al supeditaren muchos casos la calidad a la cantidad. Cuentana este propósito que, cuando sus mentores y apro-vechados editores le pedían un nuevo original, lesdecía con su habitual gracejo: «De qué lo quiere Vd., ¿dehistoria, de guante blanco, de bandidos...? Y en base a esto seestablecían también sus emolumentos.Pero si le traemos hoy a nuestro escaparate de autores taurinos delsiglo XIX, es para recordar su faceta como escritor y amante de la fies-ta de los toros. En 1879 publica su libro «Las glorias del Toreo», en laque pretende divulgar las biografías de diestros notables: Juan y PedroRomero, «Costillares», «Pepe-Hillo», Jerónimo J. Cándido, CurroGuillen, «el Morenillo», Juan León, «el Sombrerero», R. Miranda,

F. Montes, «Cuchares», «el Chiclanero» y «Pepete I». Den-tro de sus 581 páginas, fiel a su fantasía, teje una nove-

lada historia amorosa, de la que es protagonista elpropio Coya. Y es la fantasía, ciertamente, lo que

prevalece, en su obra, sobre la realidad de los pro-pios hechos. Relacionadas con los toros escribióotras dos novelas: «Torosy Cañas» y «El mocitode la Fuentecilla», publicada en La Lidia en1884. Si no podemos ensalzarle como historia-dor tenemos que agradecerle el haber puesto sutalento literario al servicio de sus aficiones tauri-

nas, con frases como ésta: «¿Y quién duda, ni hapodido dudar, que las corridas de toros eran, son

y serán el mayor enaltecimiento de nuestra Patria?Esto no admite discusión». Así de exaltada era la afi-

ción de este prolífico autor que triunfó en el mundo delas letras con más de cien novelas y más de veinte obras de

teatro, amén de sus poesías, cuando paseaban, también, sus triunfosen los ruedos: «el Gordito», «Bocanegra», «Lagartijo», «Frascuelo»,«Currito», «Cara-ancha», etc.Murió, como hemos dicho, en Madrid, en la más triste miseria, des-pués de haber ganado, según confesión propia, más de un millón depesetas de aquellos tiempos, y de haber contado, como secretario, ensus últimos días, al gran novelista Blasco Ibáñez.

Por

Don José MiguelPalacioPin to r-Escu lío r

I nventó el cubismo, merodeó por elsurrealismo, el expresionismo, elabstracto, se permitió un paréntesis

neo-clásico... Pablo Ruiz Picasso pintor,dibujante, escultor, ceramista... se atreviócon todas las facetas del arte moderno enmás de 20.000 obras.Nacido en Málaga el 25de octubre de 1881, fir-mó sus primeros trabajosa la temprana edad deocho años. En La Cora-na, donde su padre fuenombrado profesor dedibujo, recibió una for-mación clásica en laescuela de Bellas Artesque completó, a partir de1895, en la Academia deBarcelona, donde desta-có por su brillantez enlos exámenes de ingreso.Dentro de la magnitudde la obra del insigneartista andaluz sobresa-len dos temas predilec-tos: la mujer y los toros.Esposa, amante, amiga opersonaje imaginario lamujer fue una inagotablefuente de inspiración para el artista. Enparalelo, Picasso vio en la Fiesta Nacio-nal una emocionante supervivencia delculto a Mitra, una divinidad masculinaque llegó a Occidente con los griegos ylos romanos procedente de Oriente, yque siempre fascinó al pintor. Pablo Ruizasistió muy de niño a su primera tarde de

toros y el hechizo de la afición no leabandonó nunca. Su primera obra cono-cida, «El Picador Amarillo», fue un óleosobre tabla que recuerda su época mala-gueña o coruñesa, cuando de la mano desu padre iba a ver a Mazzantini y Lagar-

tijo. Esta primera escena recoge en acti-tudes sarcásticas un varilarguero carica-turado. Al año siguiente, 1890, un dibujoa lápiz lleno de realismo retrata un ban-derillero corneado, con un sorprendentesentido del detalle para un autor que con-taba entonces con sólo nueve años. Elmaestro confesaría un día a su amigo

Luis Miguel Dominguín que de nohaber sido pintor le hubiera encantadoser picador. Se abre ahí un paréntesispara el tema taurino que Picasso retomaen 1900 con la famosa agua fuerte «ElZurdo», otra vez con el motivo del pica-

dor. Este mismo varilar-guero que le inspira en1903 su primera escultu-ra, «Cabeza de picadorcon nariz aplastada».Picasso tuvo un día unacélebre frase que veníasegún él a reflejar elnexo entre lo ritual, losagrado, el toro y elsexo: «...En España, seva a misa por la mañana,a los toros por la tarde yal burdel por la noche...»Para el genio, los torosmantenían estrechoslazos con la religión y,de hecho, Cristo aparecea veces en sus cuadrosde temática taurina. Ade-más, solía asociar elsacrificio del animal enla plaza a la crucifixión.Los toros se asimilaban

para él a una metáfora de la vida dondeintervienen la lucha por el poder y el éxi-to, la vida y la muerte, la seducción en unenfrentamiento casi erótico del triánguloToro-Torero-Caballo. A través de estasobras la fiesta de los toros se presenta asu vez como un enigma y una solución.«Sólo el ojo del toro que muere en la pía-

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za ve», acostumbraba decir. MientrasPicasso recorre con asiduidad las plazasde toros de la península, los años 1933 y1934 concentran la mayoría de los traba-jos inspirados por la tauromaquia. «Torocorneando a un caballo», «Toro moribun-do», «Corrida», «Toro destripando a un

Barca de Náyades y fauna, 1937.

caballo» son algunos de los más notableslienzos vinculados al tema tauromáquicode nuestra alta figura del arte universal.De este ciclo destaca «La muerte deltorero», con un detalle que no pasa des-apercibido, los tendidos están repletos debanderas republicanas. Hasta en el exilio,sigue asistiendo a festejos taurinos en elsur de Francia, con especial predilecciónpara la localidad de Ceret, y por estapasión común por los toros surge suamistad con Eugenio Arias, su barbero.El cuadro más famoso y de mayor con-

Mdtadory mujer desnuda, 1970.

troversia del siglo XX es el «Guernica»,plasmado en 1937 y única obra históricadel artista. La enorme cabeza del toro dehocico descomunal encarna el mal abso-luto, mientras el caballo de picar destri-pado simboliza la eterna víctima inocen-te, en este emblema del rechazo de laviolencia y la guerra que simboliza laobra. Cabe recordar que siendo jovenPicasso asistió a corridas de toros antesdel uso generalizado del peto protectordel equino. De esta época anterior a 1928

Pablo Ruiz reflexiona: «...Olor, pestilen-cia y horror de los destripes... un puebloque busca con sus manos la verdad queescapa de las entrañas del caballo y delcorazón del toro...»La tauromaquia inspira también sus pri-meras obras de cerámica. Las piezas sonredondas, al igual que una plaza de toros,y en su centro destaca la figura del toro,al tiempo que la presencia del sol nosdevuelve el evocado culto de Mitra.El Minotauro se convierte en uno de los

La muerte del torero, 1933.

temas emblemáticos de la obra del maes-tro malagueño, inseparable de los moti-vos taurinos. Nuestro genio trasladabasus angustias y su atormentada vida pri-vada a su visión surrealista del mitológi-co monstruo, y admitió que soñaba con

reencarnarse en esta bestia fabulosa,mitad hombre-mitad toro. «Si se señala-ran en un mapa todos lo itinerarios quehe recorrido, y si se les uniera con unalínea, quizás apareciera un minotauro»confesaba el insaciable creador. La esen-cia del hombre transmutado en toro, alcual se identificó plenamente, reproducela bestialidad primitiva y el amor, el ver-dugo y la víctima, y establece lazos entreel mito griego y la fiesta de los torosespañola. Su primer minotauro estáfechado de 1928 y desde entonces la apa-rición del monstruo veludo y sanguinarioocupará un sitio de privilegio en la obra

del maestro. La figura del minotaurotambién evolucionó para el artista,pasando a simbolizar la juventud, lainconsciencia y el ardor sexual en unaprimera época, a la cual tomó relevo unperíodo dedicado a la violencia con laviolación como telón de fondo, para ter-

Torero goyesco, 1970.

minar con la época más oscura para elminotauro picassiano, de finales de losaños 30 y de los cincuenta, más livianosy descargados de contenido, cuandoinfluidos por el clima de guerra en Euro-pa los minotauros lucen cabezas descar-nadas o aparecen como esqueletos en lasnaturalezas muertas del pintor. El mino-tauro fue sin duda alguna el principal«alter ego» de Picasso.Luis Miguel Dominguín lució trajespicassianos en su última época corres-pondiendo a la admiración mutua que

II!Arles el ruedo delante, 1960.

compartían los dos artistas. A su maneraPicasso le homenajeó brindándole sustrabajos para la obra «Toros y Toreros».El polifacético Pablo Ruiz Picasso gozóde prestigio y fama que le sitúan comouno de los mayores artistas del siglo XX,y su legado se debe considerar como lamayor influencia de la pintura moderna.Aunque no se pueda negar que utilizaraante todo el simbolismo de la Fiesta,nadie pone en duda su auténtica afición alos toros. Falleció en la localidad france-sa de Mougins en 1973.

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Doña AdelaH. HerránzLicenciadaen Historia Mitología,

E l culto al dios egipcio Apis pro-cede de la ciudad de Menfis.Se atribuye su institución a

Menés, primer faraón hacia el 3000 a.c. quien unificó el Alto y el Bajo Egip-to, y lo logró en parte aprovechando laadoración común al toro Apis.Todo lo que vive en la tierra ha dadoforma a las divinidades. En cuanto serefiere al tema que abordamos en estecapítulo, el Apis, podemos afirmarque aquel toro dios Apis ha sido origi-nalmente reconocido como la encar-nación de los dioses Ptah y Osiris,

siendo venerado como tal. Ptah fue eldios símbolo de energía creativa de lanaturaleza, de la fuerza del Universo,y patrono de los arquitectos, los alba-ñiles, los herreros, los escultores y losdibujantes. En cuanto a Osiris, quehabía inventado la agricultura, cuandomurió los egipcios creyeron que sualma había pasado al cuerpo de unbuey, animal indispensable para loslabores del campo.

Los sacerdotes identificaban el toroelegido como Apis con un total de 29señales divinas: capa de color negrocon una mancha blanca y triangularen la frente, parecida al lucero, man-chas blancas evocando una águila enel lomo, una figura de media luna ensu costado derecho, el dibujo de unescarabajo en la lengua...

El dios Apis, según la creencia proce-día de una vaca fecundada por elmencionado dios Ptah, que se habíamanifestado a ella bajo la aparienciadel fuego celestial. Esta vaca una vezparido Apis no podía volver a pro-crear. La hembra también se benefi-ciaba de un espacio en el santuario dePtah, y una vez muerta recibía sepul-tura en el Iseum de Saqqarah.

El becerro elegido y agraciado con lascaracterísticas divinas, se veía adula-do en el mismo sitio donde se habíahallado, e in situ se construía para élun establo de gran lujo, orientadohacia levante. Allí, se le alimentabade leche durante cuatro meses. Lue-

go, era conducido a Nicópolis paraser entregado al cuidado de mujeres,únicas que gozaban del derecho deverlo, siendo servido, alimentado,bañado y perfumado por ellas duran-te cuarenta días, acorde con su nuevorango de Dios. Diodoro de Siciliarelata que las sirvientas mantenían lacostumbre de levantar sus faldas alhallarse ante él para que les concedie-ra fecundidad el Toro-Dios.Cumplido el mencionado plazo, lo ins-talaban en un brillante navio y en un

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viaje pleno de emociones para los egip-cios, que esperaban su paso a lo largode las riberas del Nilo, era llevado aMenfis, siendo recibido por los másaltos dignatarios y sacerdotes en olorde multitudes. El rey Psamnitichushabía edificado en esta ciudad un tem-plo en su honor, y en este lugar sagra-do colocaban al buey Apis frente a laspuertas de los diferentes establos.Según se decidiera poruna u otra puerta, el cle-ro interpretaba si losaugurios serían favora-bles o adversos.El astado divino eraentronizado en su esta-blo sagrado, el Apieón,donde quedaba confina-do al amparo de sumadre y rodeado de suharem al cuidado exclu-sivo del clero. En oca-siones festivas teníaapariciones públicasdurante las cuales escu-chaba los ruegos. Susmovimientos al recibir ofrendas eraninterpretados como augurios.Cuando cumplía un determinadonúmero de años, catorce por lo gene-ral, debía ser sacrificado. Entoncesera llevado a las orillas del Nilo, ycon grandes ceremonias y señales derespeto le sumergían en el agua hastaque se ahogara.A su muerte se convertía en un Osiris,era momificado y se producía un entie-rro masivo de toros, dándole sepelio allado de sus predecesores en la necró-polis de Saqqarah, edificada a talefecto bajo el reino de Ramsés II, del

1301 a 1235 a. c. Uno de los hijos deRamsés II, el gran sacerdote Khae-mouaset, restauró el lugar y cavó gale-rías subterráneas que el egiptólogofrancés Augusto Mariette descubrióen 1851 encontrando en el santuario,bautizado Serapeum, las sepulturasde veintiocho Apis en sarcófagos degranito negro de setenta toneladas depeso cada uno. Testigo de la devoción

popular consentida, numerosas ofren-das fueron halladas en el sitio: figuri-tas, estatuillas y oushebtis.Una vez consumado un corto períodode duelo, los sacerdotes emprendíanla búsqueda de un nuevo Apis quesucediera a su desaparecido predece-sor y el ciclo se cumplía de nuevo.En la época del Nuevo Imperio, Apisse vinculó al dios Re, del cual adqui-rió el disco solar que luce entre loscuernos, aunque muchas veces ha apa-recido representado con una cobrareal entre las astas. En la Baja Épocafue a veces representado en los sarcó-

fagos como un toro al galope que lle-va a lomos una momia. Su carrera, a lavez que evocaba la vuelta de las inun-daciones, de ahí también su vínculocon la fertilidad, conducía el difuntohasta su tumba. El astado era ademássímbolo de potencia sexual, de fuerzafísica y de fecundidad, curiosamenteen unión de la vaca Hator, que des-empeñaba el papel de diosa de la

maternidad, del amor yde la alegría.Por lo tanto el toro Apissimbolizaba las tres ca-ras esenciales de lo divi-no: la creación (Ptah),la vida (Re) y la muerte(Osiris). La asociaciónde Apis y Osiris logra-ría la aparición de unnuevo dios Helleno-Egipcio: Serapis, diosde los muertos y dioscurandero. En la épocaGreco-Romana se ins-tauraría en Alejandría elculto al toro Serapis,

asociación de Plutón, Apolón y el torodifunto pasado a ser Osiris.Alejandro El Magno, nada más con-quistar Egipto en 330 a. c., tuvo queacudir a Menfis a una ceremonia consacrificio incluido en honor al toroApis, trámite imprescindible paraconseguir que fuera aceptado comonuevo faraón, y hasta el traje delmonarca egipcio incluía el adorno deuna cola de toro.El fervor religioso por los toros sagradosse expandió por todo el mediterráneoasentándose con el mitraísmo, y sólosucumbió al triunfo del cristianismo.

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Don Cesar PalaciosPintor

D esde «Los Sabios del Toreo» vamosa ofrecerles un recorrido por elrecuerdo, a través de los testimo-

nios de la cultura taurina que albergan losmuseos taurinos. Sumamente curiosos, sona veces el resultado del fruto de toda unavida de trabajo y apasionada dedicación,como es el caso que nos ocupa en esta pri-mera entrega.

A su vez, los amantes del arte de «Cucha-res» pueden encontrar en el museo taurinode este lugar de la Mancha todo cuanto sehaya podido conservar sobre la historia tau-rina de esta localidad y su plaza de toros. Suincansable y animoso director, D. RafaelLópez Morales, «Cañamón», se afana enrecopilar toda pieza, objeto o documentodedicado al pasado taurino hellinero.

Hellín sorprende a propios y extrañoscuando sin cesar, del jueves Santo hasta emediodía del Viernes, la famosa Tambora-da protagoniza un misterioso y portentosorito en una de las manifestaciones demayor relieve de la provincia de Albacete.

En 1974, D. Rafaelse propuso realizaruna maquetaescayola del cosotaurino de Hellín. Nuestroamigo no sospechaba que aquel pasa-

tiempo, motivado por su afición a los torosy a su pueblo, desembocaría con los añosen una exposición monográfica perpetua,basada exclusivamente en los aconteci-mientos taurinos presenciados en su ciu-dad.Manifiesta que el reto le ha supuesto pasar-se media vida en los archivos, motivadopor esta ansiedad de encontrar más datossobre Hellín, y ha rescatado por ejemploen la hemeroteca municipal de Madrid loscarteles inaugurales del ruedo hellinero,con las actuaciones de Francisco Arjona,

«Cuchares» y Francisco Martín.La bonanza económica gene-

rada por el negociodel espar-to posibi-

litó que enlos años cua-

renta el ayun-tamiento pu-

diera ofrecerseel lujo de con-

tratar a las másdestacadas figu-

ras. Esta épocade oro de la histo-

ria taurina de lavilla logró que tan

ilustres diestros co-mo Domingo Orte-

ga, Marcial Lalanda,Pepe Luis Vázquez,

Dominguín... acudie-ran con frecuencia a «la

plaza pequeña de lascorridas grandes» como

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TABERNA ANDALUZADIRECCIÓN:

Manuel Barrios Moreno

dijo con acierto el escritorSerrano Anguila.Entre la numerosanómina de diestrosque se anuncian en loscarteles que salpicanlas paredes del museo,destacan dos nombres,dos matadores que porla trascendencia de susactuaciones en este re-dondel merecen capítuloaparte. Nos referimos aManuel Rodríguez, «Mano-lete», y Dámaso GonzálezCarrasco. Cada uno ha lle-nado los tendidos y colmadolas expectaciones de esta afi-ción manchega, con su per-sonal forma de concebir eltoreo. Si sobran comentariospara recordar «El Monstruo»,«Cañamón» recalca el tirón deeste rey del temple que ha sidoDámaso, en este rincón de su tie-rra con una auténtica legión departidarios, y que sumó aquímás de veinte actuaciones concasi tantos clamorosos triun-fos. El museo custodia tam-bién dos preciosas capillascuyo encanto nunca ha deja-do indiferentes a los diestros y afi-cionados que las han visitado, mien-tras que la metamorfosis constantede la plaza queda reflejada en cien-tos de fotos desde su fundación en1862. El picador Juan Cantos tienededicada una vitrina con trajes,trastos de torear a caballo y recuer-dos de este célebre representantede la dinastía de los «Pimpi deAlbacete».La presencia en una de las salas deAntonio Martínez Torrecillas,Paco Falcón, el novillero «No seve» y el piquero Joaquín García,«El Gordo», reiteran que Hellín ha sidosiempre tierra de toreros. «Pedrés» y Man-zanares han tenido la deferencia de regalarsendos trajes para el museo. El primeromotivado por los vínculos que le unen aesta afición, delante de la cual prácticamen-te debutó y terminó su carrera, y el últimoquizá influido por el hecho de que su mujerfuera natural de Hellín.El esmero de «Cañamón» ha logrado reu-nir colecciones de «El Ruedo», «Dígame»,«Torerías», «Aplausos» y tantas otras publi-

caciones, en una sala quecumple sobradamente conlas funciones de hemerotecaconsagrada a la tradicióntaurina hellinera y nació-nal.Si algún día se acercan aconocer esta original exhi-bición, a buen seguro queel entrañable Rafael leabrirá las puertas de su«casa» y disertará congusto sobre el rico anec-dotario que casi cientocincuenta años de toroshan legado a Hellín.Les contará como un

empresario local pagó eltraje de luces de la alternativa

de «Chicuelo II», para a cambiopoder utilizar el nombre del

matador en las etiquetas del anísque comercializaba. Les recordará

que este diestro actuó por penúlti-ma vez en España en «su» plaza,

antes de encontrar un trágico finalvolando para hacer las Américas. Les

desvelará que un tal Juan Collao fueen 1734 el primer torero profesional

de una provincia de Albacete tan pro-pensa en aportar toreros a la fiesta. Y les

enseñará el cartel inédito de laanunciada actuación de «Manole-te» en la feria de septiembre de1947.En 1989, nuestro cabal aficionadoinstauró el trofeo «Cañamón»,galardón que otorga al triunfadorde la corrida celebrada cada añocoincidiendo con la festividad de laVirgen del Rosario. Destacados

¡O maestros como Ortega Cano y José,; Mari Manzanares, por citar algunos

de ellos, han sido premiados con eldistintivo.Carteles, esculturas, pinturas, maque-tas de plazas de toros y trajes de lucesconfiguran una de las coleccionestaurinas de mayor abolengo referidas

a un solo ruedo español, y que se puedadestacar dentro del panorama actual. Laafición mueve montañas, ¿verdad querido«Cañamón»?

Museo taurino de HellínPaseo de la Estación, 16Hellín (Albacete)

Feliz 2003,

^l/antoba ilustra a la perfección una frase de Anto-nin Caréme: "Las Bellas Artes son cinco: la pintura,la escultura, la poesía, la música y la arquitectura, lacual tiene como rama principal la pastelería". Lásti-ma que el ilustre cocinero muriera 33 años antes de1856, año de su fundación, si no, seguro que Carémemismo hubiera hablado de Fantoba.

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Ipuroy los toros

Por Don ENRIQUEDELGADOCONTRERAS

El tabaA partir del descubri-/-\ miento de América

J. Ase incorpora el taba-co al comercio como un pro-ducto demandado, si bienno se incorpora en la formaen que hoy se consume. Ini-cialmente el tabaco se pro-ducía en Cuba, en los moli-nos de polvo en las afuerasde La Habana, en Matanzas,que posteriormente y comoconsecuencia de los altosimpuestos se trasladaron a laprovincia de Pinar del Río.En España la fabricación depolvo de tabaco o rapé seinicio en la Real Fábrica deTabacos de Sevilla, hoy Uni-versidad, de forma que tantolas fábricas de Cuba comolas fábrica de Sevilla actua-ban como proveedores ofi-ciales y exclusivos de la Coro-na de España, disputándoseel privilegio del suministro,siendo los más famosos yapreciados, el Polvo Sevilla-no y el Polvo de Matanzas.El tabaco se populariza y seconvierte en un producto demandado, siendouno de los productos objeto de contrabando,a pesar de estar fuertemente vigilado por serun producto monopolizado a través de lasdisposiciones de la Corona con el Estanco delTabaco, siendo los tres productos sensiblesmonopolizados el Tabaco, la Sal y la Plata.

pintura

Rápidamente los contrabandistas burlanlas barreras e inician la venta de tabaco enEuropa, esencialmente en las cortes reinan-tes, donde el tabaco se incorpora como unanovedad; entonces el tabaco no se fumabasino que inicialmente se utilizaba para serpulverizado como si de polvos de talco se

InformaciónAtención al cliente:

91 492 00 50Las autoridades sanitarias advierten que el tabaco perjudica seriamente la salud

tratase encima de la ropa;posteriormente se inició lacomercialización del rapé otabaco para aspirar «snuff» einmediatamente se incorpo-ró al consumo el tabaco parafumar en pipas.Es así como el tabaco seincorpora a la vida cotidia-na y se convierte en unhábito que inicialmente seinicia por las clases altas yque casi inmediatamente escopiado por el pueblo llano.La pintura suele ser un ins-trumento que además deproporcionarnos una emo-ción estética nos da infor-mación preciosa de losutensilios y formas de vidade la época, por esta razónel tabaco no aparece en lapintura hasta el siglo XVIIen el famosos retrato de JanSteen que se expone en elmuseo Frans Haals en Haar-lem (Holanda) en dicho cua-dro vemos al pintor inician-do a su hijo en el arte defumar la pipa.

A partir del 1613 en Haarlem aparecengrabados relativos al tabaco en los que ya seincorpora a las tabernas y donde se reflejanya escenas habituales de gente bebiendo,fumando y jugando a las cartas, en el gra-bado de Suijderhoeff (1613-1686), se obser-va cómo también en esa época aparece en

la taberna una mujer acompañandoa un hombre, ambos bebiendo, y unapipa reposa en la mesa ya como ele-mento habitual.A partir de entonces los artistasplásticos holandeses incorporan lapipa como elemento decorativo enlos cuadros de naturalezas muertasy tanto en la acuarela de Joh KrisFohl de 1780 como en el óleo deVan Schooten de (1590-1655), seobserva cómo la pipa ya pertenecea los objetos cotidianos que se en-cuentran incorporados a la vida ypor lo tanto retratados por los pin-tores.En el óleo de Willem Buijtewegh(1591-1624) se ve una reunión denobles que están degustando unaspipas, el hecho de que se retratenasí indica que ya entonces se consi-deraba una actividad de élite y que

se hacía en momentosplacenteros como algo quepermitía celebrar algúnacontecimiento o simple-mente como una activi-dad socializante.La mayoría de los artistasplásticos encontraron enal tabaco un motivo aincorporar en las natura-lezas muertas; también seencuentra el tabaco pre-sente en los mosaicos ycerámicas realizadas enDelft en colores azules so-bre fondo blanco que danlugar a objetos tales como ceniceros, taba-queras para tabaco en rama y en hebra, pipasde cerámica, etc.El siglo XVIII ha recreado a famosos per-sonajes con sus tabaqueras y así los cuadrosde Louis de Nain y de Teniers encontraroninspiración en el interior de los cabarets ykermesses. El genial pintor Francisco deGoya refleja ya en sus tapices en La Guar-da del Tabaco, el comercio del tabaco porla Corona de España.Los impresionistas retoman el tema deltabaco y es Van Gogh el precursor y maes-tro de impresionistas quien pinta su auto-rretrato, con un sombrero y su inevitablepipa. También hay que destacar de la escue-la impresionista el autorretrato de Courbetllamado «El hombre de la Pipa» y el retra-to de Manet de Teodoro de Banville asícomo el retrato de Louis Pascal realizadopor Toulouse Lautrec.Paul Cezanne fue el pintor que quizás pin-tó más fumadores, la pipa era para él unelemento indispensable. Entre sus cuadrosdestacan el del «Fumador» y el cuadrogenial de los «Jugadores de cartas fuman-do».

Por último tenemos que citar, obligatoria-mente, a los pintores cubistas de los quePicasso en su cuadro «El Fumador datadoen 1914 retrata genialmente con un colla-ge cubista así como en su cuadro «Periódi-co, vasos y paquete de cigarrillos». JuanGris, Braque, Fernand Leger, Vlamink hansido pintores famosos que se han sentidoatraídos por el tema del tabaco y que lohan incorporado en sus cuadros con supeculiar estilo.Con los toros ocurre igual que con el taba-co con la diferencia de que la fiesta taurinaestaba ya incorporada a la cultura populary por no citar una colección de nombressolo diremos que el genial Francisco deGoya en su Tauromaquia refleja con maes-tría inigualable las suertes de torear queson en sí mismas una lección de cómo setoreaba en esa época y que nos ha legadoun tratado gráfico inigualable.Pablo Picasso también sintió una atracciónprofunda por los toros y en el cuadro másimportante de nuestro siglo «El Guernica»el toro mugiendo ante el horror de la gue-rra tiene el motivo central compartido conla mujer y su hijo muerto desgarrada a gri-

tos por el horror de lamuerte.Picasso realiza una seriede aguafuertes en la seriedel Minotauro dondecombina el erotismo mez-clado con la fortaleza deltoro centauro, mitad toromitad hombre, poseyen-do a la mujer en un ritode posesión y muertegenial.Entre los escultores quehan sentido la suerte tau-rina hay que citar esen-cialmente a Mariano Ben-

lliure quien esculpió la suerte con inigualablemaestría.Y finalmente hay que citar al genial pintorBotero en su tauromaquia particular consus figuras hinchadas con su personalísimavisión de los personajes, pero que se acercacon una profundidad a la fiesta que pocospintores han conseguido en sus cuadros.

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Enhorabuenas

Amigo Vicente, te agradezco a través de nuestra Revista, el envío de tusdos últimos catálogos, donde se recogen tus recientes obras, que, como siempre, son fiel

reflejo de una pintura, como la tuya, llena de colorido, imaginación y gran maestría.Al propio tiempo, te agradezco al igual que lo hacen los amigos-colaboradores, denuestra revista, tus sinceras palabras que me permito transcribir: «Querido amigo

Salvador: Enhorabuena portu Revista y los artículos taninteresantes que contiene,

sobre todo, a nivel histórico».

A las cinco de U tarde.

ADon José Julio García por hacernos llegar dos de sus últimos libros:«La Torería Gitana» y «Del Muletilla a la Escuela de Tauromaquia -

Marcial Lalanda». Obras magníficamente documentadas y de ungran interés, como no podía ser menos, tratándose, como se trata, de un

auténtico erudito en materia Taurina.

BIOGRAFÍADon José Julio García Sánchez, madrileño, madrileñista, licenciado en derecho yperiodismo. En diciembre de 1953 publica su primer artículo taurino en la revista

Torerías. Después forma parte de la redacción de la revista radiofónica taurina«Entrebarreras», de la cadena RATO. Escribe en «Escenarios», de Valencia; «El

Taurino», de alicantes en la sección taurina de la revista «Radiocinema». De1959 a 1969 realiza crítica taurina, como titular de la sección en el diario j

«España», de Tánger. Colabora en el semanario «7 fechas». El 18 denoviembre de 1969 ingresa por oposición en los Servicios Informativos de TVE,

desempeñando la información municipal y provincial de Madrid; simultáneamente ocupasu cargo en la redacción del gabinete de prensa de Presidencia del Gobierno. Esporádicamente ha

realizado hasta su jubilación crónica taurina y reportajes para el Telediario y el programa territorial de Madrid y el de Castilla-La Mancha. Está en posesión de la condecoración al Mérito Agrícola Premio Ondas y otros premio periodísticos. Durante una breve

temporada dirigió el programa taurino de Radio España, de Madrid. Ha colaborado en la revista Mejicana «Época», en «Cisneros», revista de la diputaciónProvincial de Madrid. Habitualmente participa en el anuario taurino de la Asociación de la prensa de Madrid y en el fascículo que edita la Comunidad, de

Madrid con motivo de la Corrida de la Beneficencia. Ha pronunciado conferencias sobre temas diversos y tiene publicado los libros: «La Monumental de lasVentas y su Circunstancia», «Historia de la Tauromaquia», «La Torería Gitana», «Alberto Aguilera, Alcalde de Madrid en el Toreo», «Aparicio y Litri en elCincuentenario de su Alternativa». Actualmente tiene encargada la crítica taurina en la revista «Troesma», de la empresa de la plaza de toros de Madrid.

ADon Diego Rojano Ortega, por su libro «Fulgor y Tragedia de la Fiesta»; un verdaderocompendio de artículos, conferencias, tertulias y anécdotas taurinas. Obra muy

interesante y de gran valor para nuestra revista.Así mismo le agradecemos las sentidas palabras que nos hace llegar en su carta y que

textualmente dice: «Amigo Salvador: he recibido las dos últimas Revistas *£(gf É&éi'es eGTWomo ".De ser posible, me gustaría poder disponer de los números anteriores. Está bellamente editada».

BIOGRAFÍADon Diego Rojano Ortega, nació en Jaén, en la década de los cuarenta. Cursó estudios de Derecho y

Filosofía y letras en las Universidades de Madrid, Oviedo y Granada. Abogado y colaborador en las páginasde opinión de Diario Jaén. Ha realizado programas para la Cadena SER y la COPE. Es autor entre otros

libros de: La España del 98, con el escritor Juan Eslava Galán; Nombres, hombres y paisajes; Luces ysombras del toreo y Galería de Políticos y Abogados de la España Contemporánea. Sus conferencias sobre

temas gastronómicos y vinícolas recogidos en el volumen Los vinos de Montilla-Moriles en Jaén. Hapronunciado numerosas conferencias. Es miembro de la Academia Andaluza de Gastronomía y del Vino.

Sus artículos aparecen en Tendido 1 y El Olivo, entre otras revistas.

AgradecimientosDon Vicente Arnás por todos los éxitos que viene

cosechando, año tras año.

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las bases del concurso:

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En la conmemoración del 5 1 aniversario

de la creación del "Club Taurino" y con

el patrocinio de la Fundación Dávalos-Fletcher

se convoca el

XII CONCURSO INTERNACIONAL

DE FOTOGRAFÍA TAURINA

•

Don Laurentino Pérez Montejo, gran aficionado a los toros, que año tras año acude a la Feria de San Isidro,además, se desplaza a la de Santander, y, por supuesto, a la de su querida tierra de toros, Salamanca; y

asiduo asistente a los homenajes-tertulias del Círculo Cultural Taurino Internacional <Laurentino: gracias por invitarme y permitirme estar contigo en ese merecidísimo homenaje que tu hijo Javier, en

unión de tus otros hijos y directivos de tu Empresa, y rodeado de tus amigos-clientes, hemos podido celebrar el 30 Aniversario de«La Alberca», Empresa fundada por ti, cuyo eslogan, con el que me identifico plenamente, «30 Años de Trabajo Merecen un

Homenaje-El Compromiso se Mantiene», que nos hiciste llegar impreso en tu entrañable invitación.

De izquierda A derecha: D. Adolfo Bernaklo (Sanitario del Valle), D. Javier Ruiz (Asesor fiscal de La Alberca, S. A.), D. Raúl García (Mutual Cyclops), Hno, PorfirioBlanco (Colegio Meneadnos), D. Alfredo Álvarez (Casino Gran Madrid), Srta. Mariló Ledesma (La Alberca, S. A.), D. Juan Carlos Ledesma (Casino Gran Madrid),

D. J. Ramón Sánchez (Clínica La Luz), D. Joaquín Bmquetas (Clínica La Luz), D. Laurentino Pérez Montejo (Fundador de La Alberca, S, A.), D. Salvador Sánchez(Mutual Cyclops/Teletrofeo), Srta, M." José Pérez (Consejera-Delegada de La Alberca, S, A.), D. José Luis García (Clínica Salvia), Srta. Yolanda Herreros (Inverlasik),

D. Juan Carlos Pérez (Consejero-Delegado de La Alberca, S. A,), D. Juan Carlos Escolan» (Casino Gran Madrid), D. Feo. Martin Cabrera (El Corte Inglés), Srta. M." LuzFernández (La Alberca, S. A.), D. Ángel M." Escolan» (Casino Gran Madrid), I). Ángel Berriobeña (Slaeí, S. A.), I). Javier Pérez (Consejero-Delegado de La Alberca, S. A.),

D. J. Miguel Estévez, D. Fernando Marco (Colegio Notarial de Madrid) y D. Jaime Martínez (Inverlasik).

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In memoriam In memoriam In memoriamD. Rafael Ruiz Serrano D. J. Ramón Romay Tejero D. Freo. Vázquez Tirado

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