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XIMENA NAZALPAISAJISTA

Ximena Nazal Manzurxnazal@viverosangabriel.cl

Ingeniero Agrónomo,

Universidad Católica de Valparaíso, 1989Postítulo Arquitectura y Manejo del Paisaje,

Pontificia Universidad Católica de Chile, 1996

Actividad Profesional

1997Desarrollo de los 27 hoyos de golf en Marbella

Resort y Country Club y de los jardines alrededor del Club House. 40 há

2001Asesoría en la producción de especies

y paisajismo en los nuevos hoyos de golf y desarrollo inmobiliario de Las Brisas

de Chicureo.

2002Diseño y construcción de los jardines

de la Universidad Adolfo Ibáñez en Peñalolén, Santiago (Primera Etapa).

2003-Diseño y construcción de los jardines de la

Universidad Adolfo Ibáñez en Peñalolén, Santiago (Segunda Etapa).

2004Diseño y construcción de los jardines de la

Universidad Adolfo Ibáñez en Peñalolén, Santiago (Tercera Etapa).

2005Diseño y ejecución de parque privado

“Maitén Gigante” en Buin, 3 ha.

Diseño de parque privado “Las Margaritas” en Villa O´Higgins XI región,

con una superficie de 1000 ha.

Diseño de Áreas verdes para Casinos de Calama, Coyhaique y Coquimbo

2006Diseño de Áreas verdes para el nuevo

Casino de Coquimbo.

Diseño y ejecución de 10 ha, para el Mausoleo del Parque “El Cerrito” en Los Andes

23cuadernosDE ARQUITECTURA DEL PAISAJE

Actividad Docente

1995-1998 Profesora Titular de la cátedra de Control de Malezas en la Universidad de las Américas.

2000Participación en el curso de Xerojardinería organizado por el Dpto. de Agricultura del Desierto, Universidad Arturo Prat, Iquique.

2000Participación como expositora en el I Congreso de Especies Ornamentales para el Desierto y II Congreso Internacional de Agricultura en Zonas Áridas, organizado por el de departamento de Agricultura del desierto, Universidad Arturo Prat, Iquique.

2002Participación en la Conferencia anual para Horticultura en el desierto. Tucson, Arizona.

2002Charla sobre las similitudes entre el paisaje semiárido chileno y el de Arizona. Universidad de Tucson, Arizona.

2004Organización del seminario Internacional "Líneas de Luz y Movimiento" en la Universidad Adolfo Ibáñez.

2005Participación como charlista en el Simposium "Plantas en Situaciones Extremas" organizado por la Universidad Bayerische Landesanstalt fuer Weinbau und Gartenbau realizado en Veitshoechheim, Alemania.

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25cuadernosDE ARQUITECTURA DEL PAISAJE

Formación

Estudié inicialmente Química, aunque acabé como Ingeniero Agrónomo. Del estudio y posterior enseñanza de plantas herbáceas (malezas) pasé a realizar un postgrado de paisajismo en la Universidad Católica de Santiago. Pero a fin de cuentas me conside-ro autodidacta. Sobre todo por lo que res-pecta al paisaje.

Profesión

Creo que la base fundamental para el ejerci-cio del paisajismo es, aunque parezca una perogrullada, el conocimiento del material vegetal. Estoy cansada de ver ejemplos del mal uso de la vegetación en la construcción de jardines y parques. Incluso en espacios mucho más grandes, donde la naturalización y el dominio sobre el paisaje es mucho más interesante, como puede ser un campo de golf, la monotonía y la simpleza se impone siempre sobre el estudio de la flora propia de cada región, que, no solo es la más ade-cuada para cada lugar, sino que puede darle una identidad al lugar proyectado.

Experiencia personal

De la identidad de cada lugar y de la rela-ción de la gente del lugar con el carácter de ese lugar es de donde intento conseguir mi propia experiencia personal como paisajista. Mi pasión es explorar los lugares y los luga-reños. Es la única vía para aprender paisaje del paisaje. Y esa habitual ausencia de co-nocimiento acerca de las identidades del paisaje es lo que convierte a casi toda la ac-tividad paisajística en monótona y aburrida. Siempre las mismas plantas, los mismos ár-boles, los mismos tapices de césped, etc. ¿Cuánto sabe realmente un jardinero o un paisajista acerca de lo que está utilizando? ¿Qué expectativas de vida tiene lo que está plantando? ¿Cuánto de cierto tiene su inte-rés por el desarrollo futuro de lo ejecutado y por aquéllos que deberían disfrutarlos du-rante muchos años? Y eso cuando está in-terviniendo un jardinero o un paisajista. En muchos casos ni siquiera se les reclama, y el desconocimiento de los materiales y de su uso es aún mayor y más impredecible. Afortunadamente la experiencia de aquellos países donde existe una larga tradición del paisajismo profesional, está comenzando a

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“exportarse”, con mayor o menor fortuna, aun teniendo muchas veces que vencer la oposición de quienes se sienten molestos por esta supuesta invasión.

Los clientes

A todo ello habría que añadir que quien soli-cita el trabajo, el cliente, ya sea privado o un agente de la administración, carece también del más elemental conocimiento acerca de lo que está demandando. Y, para terminar de arreglar la situación y cerrar el ciclo, las em-presas de mantenimiento se limitarán a re-gar y segar. Si no construyes directamente todo con césped para regar y segar, ya se encargarán de que muera lo que molesta para facilitar su labor. Resumiendo, que en este mundo del paisaje y del paisajismo hay muchos más aficionados que profesionales, por lo menos en el mundo paisajístico que conozco y en el que me muevo, si bien es cierto que se va viendo cada vez más la pre-sencia de profesionales que quieren y bus-can la manera de trabajar adecuadamente con el paisaje y para la sociedad.

Los paisajistas en Chile

No existe actualmente en Chile un claro po-sicionamiento social del paisajista. Y tampo-co mantengo muchas relaciones sociales con las asociaciones profesionales, porque las veo más inclinadas a la defensa de inte-reses particulares que colectivos. Además, prefiero pasar mi tiempo explorando nuevos paisajes y buscando nuevas plantas para re-producir en mi vivero.

Es curioso pero el ser paisajista y viverista simultáneamente suele causarme algunos problemas, al considerar el cliente que apro-vecho para los proyectos las plantas que produzco, sin más rigor que el comercial, desconociendo el gran trabajo de investiga-ción subyacente a cada decisión. Es muy importante la labor que tenemos pendiente respecto a la educación y concienciación de nuestros clientes acerca de cuestiones tan importantes como la sostenibilidad. Esa moda ya tan antigua del mal interpretado jardín inglés, reducido a un tapiz de césped acompañado de algunos árboles elegidos sin criterio alguno y situados con menos cri-terio todavía, está provocando la pérdida y

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el olvido de otros jardines más nuestros, con identidad de lugar y, por supuesto, más sos-tenibles.

Los jardines en la ciudad

Respecto a los jardines urbanos y a los pe-queños parques urbanos las consideracio-nes son distintas. En estos casos la rigidez de la trama urbana, incluso el modelo de vida y de movilidad, exigen un tratamiento posiblemente más racional. Sería algo así como transportar la estructura de los gran-des jardines franceses a la ciudad. Desde el parterre cuidado y geométrico más próximo al palacio, hasta el casi bosque que limita con el bosque natural, hay una transición gradual y sin brusquedad del orden y de la composición. Creo que es un buen modelo, donde el cuidado del borde urbano, de la in-terfase entre la ciudad y su entorno exige un tratamiento riguroso y muy bien estudiado.

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Eso no quiere decir que los jardines del cen-tro rico de la ciudad deban cuidarse y los periféricos abandonarse. Suele ser habitual en muchas grandes ciudades, encontrar en la periferia un paisaje abandonado y sin es-peranza, que acompaña en su devenir diario al trabajo a las clases menos favorecidas. Si nuestros trayectos diarios no van acompaña-dos del paisaje adecuado, estamos perdien-do la capacidad de contribuir a una mejora calidad de vida, que al final se traduce en una disminución del nivel de la salud pública.

La firma

Tenemos una gran obsesión por pasar a la posteridad. Eso se traduce en la lamentable intención de dejar nuestra firma en todos los trabajos de paisajismo. Es el jardín el que debe absorber nuestro interés, independien-temente de quien lo firme. Además, este in-tento de perpetuarnos suele inferir trabajos

sin durabilidad, que a los pocos años no conservan ni la vegetación, ni la funcionali-dad ni la firma del autor, porque los intentos de inventar lo inventado, de transcendentali-zar lo obvio y complicar hasta la saciedad lo simple, no conllevan mas que al fracaso.

El manejo del territorioTodo lo dicho para los jardines, los parques y los paisajes, sirve también, a otra escala, para la gestión del territorio. Hasta que no superemos esa visión de ampliación de es-pacio solo para edificar y conducir entre edi-ficios, los errores cometidos en el paisaje y en los jardines, serán igualmente cometidos, por supuesto a una escala mayor y también más grave, en el territorio.

La zonificación del parque

Los espacios públicos, más o menos verdes, deben ser eso, públicos. Donde todos pue-

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dan estar, convivir y gozar, sin más ataduras que el respeto al entorno y a los demás. Me molesta mucho esa manía de proyectar los parques creando zonas acotadas para cada grupo social o de edad: niños aquí, abuelos allá, parejitas acullá. Algún día añadirán zona de mujeres, zona de adúlteros, zona de timadores, etc. Me parece una limitación absurda y clasista.

Las enseñanzas familiares en los días de excursión

Recuerdo mucho la experiencia de las ex-cursiones familiares. Son vivencias que pos-teriormente, con mayor o menor consisten-cia, se incorporan a los proyectos y a las de-cisiones tomadas al trabajar. Es una asigna-tura difícil de impartir en una escuela de pai-sajismo, evidentemente, pero todos tienen esa experiencia educativa, en mayor o me-

nor grado, y es fundamental su considera-ción para aprovecharla de la mejor manera posible en el trabajo de diseño. Es como la transmisión oral de los cuentos y de las vie-jas leyendas. En definitiva, el paisajista tiene un cometido social que va mucho más allá del embellecimiento de parques y jardines. Debería tomársele más en serio, y éstos to-marse también mucho más en serio su pro-fesión.

FuturoEstudiar teatro y geografía.

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