Post on 22-Jan-2020
Título:
Los textos discontinuos, una estrategia didáctica para el desarrollo de la lectura crítica en
el contexto educativo.
Autor(es):
Jorge Andrés Sapuyes Basante - Libia Quintero Córdoba
Institución:
Universidad de Nariño, Facultad de Educación, Maestría en Didáctica de la Lengua y la
Literatura Españolas, Segundo Semestre.
Correo Electrónico:
jasapuyes@iucesmag.edu.co, monitaquinteroc@hotmail.com
Resumen:
En esta propuesta se da especial relevancia a los textos discontinuos con un enfoque
didáctico dirigidos hacia la lectura crítica, haciendo reconocimiento de su trascendencia y
transversalidad en la actualidad como eje central para alcanzar la calidad educativa propuesta por
el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y teniendo en cuenta que dentro de nuestra cultura
se lee no solamente para dormir, recrearse, informarse sino también para analizar, comprender,
expresar, encontrar explicación a nuestro entorno y en algunas ocasiones para compartir una
crítica, se hace la siguiente pregunta: ¿Son los textos discontinuos una estrategia didáctica para
el desarrollo de la lectura crítica en el contexto educativo?
Partiendo de este interrogante y considerando que este es un tema que varía de acuerdo al
espectador, se busca hacer un ambiente que motive al estudiante a la producción de nuevos
textos a través de la lectura y la escucha de los textos discontinuos, como lo plantea Jean Luc
Nancy en su concepto de imagen que va más allá del simple hecho de ver.
En este proceso se busca que los estudiantes lean y argumenten de forma crítica sobre
diferentes temas utilizando como estrategia didáctica los textos discontinuos y haciendo uso de la
transversalidad de los conocimientos disciplinares en la formación de individuos alfabetizados
activos y críticos que practiquen y mejoren su expresión oral y escrita no solo desde su campo
disciplinar sino también desde el ejercicio de una ciudadanía responsable.
“la Imagen hace resonar en ella una sonoridad del mutismo ( la cual cuando es música,
hace por su parte refractarse en ella una visualidad de lo invisible)” (Nancy, J. 2006)
Fuente 1: Imagen tomada por Sapuyes J.
Palabras clave:
Textos Discontinuos, imagen, Lectura Crítica, Estrategia Didáctica, Contexto Educativo.
Introducción:
Expresamos nuestro agradecimiento a los organizadores del “IV Simposio Internacional
de Evaluación de los Aprendizajes”, por brindarnos la oportunidad de compartir nuestra
experiencia dentro del proceso de investigación que llevamos a cabo sobre los textos
discontinuos como estrategia didáctica para el desarrollo de la lectura crítica, como requisito
para optar el título de Magister en Didáctica de la Lengua y la Literatura Españolas, y a cada uno
de los asistentes que han elegido acompañarnos.
Decir que las imágenes despiertan emociones, las cuales permiten viajar sin desplazarse
de un lugar a otro, evocan recuerdos, situaciones o momentos que permiten experimentar nuevos
horizontes, además despiertan la conciencia crítica necesaria para trasmitir conocimiento, por
medio del uso del lenguaje visual, el cual invita a ser visto desde toda perspectiva; desde un
aviso, letrero, pancarta o cualquier grafico expuesto al público que ínsita a consumir, porque la
publicidad así lo comunica hasta los temas que se abordan dentro de un cuadro sinóptico o
infograma educativo; todo esto y más involucra hacer lectura crítica, dando lugar a la reflexión,
muchas veces sin saberlo los textos discontinuos, han estado presentes en aquellas imágenes que
nos hablan sin palabras pero que están ahí esperando por un público que las lea..
Para todos aquellos que les cuesta trabajo descifrar una imagen, descubrir su mensaje o
simplemente expresar su crítica, está dirigida la siguiente ponencia.
Cuerpo Central:
Según el módulo de Prueba de Lectura Crítica establecido por el Ministerio de Educación
y ejecutado por el ICFES para las Pruebas Saber Pro (PSP), se evalúa tres competencias: (1)
identificar y entender los contenidos locales que conforman un texto; (2) comprender cómo se
articulan las partes de un texto para darle un sentido global; y (3) reflexionar a partir de un texto
y evaluar su contenido. Estas competencias representan, de manera general, las habilidades
cognitivas necesarias para ser un lector crítico. Las dos primeras se refieren a la comprensión del
contenido de un texto, ya sea local o global, y la tercera a la aproximación propiamente crítica.
Ahora bien, las competencias se evalúan mediante textos que difieren en su tipo y propósito. La
razón es que, si bien la lectura crítica de todo texto exige el ejercicio de las competencias
mencionadas, éstas se ejercitan de diferentes maneras en función de las características
particulares del texto que se trate. (ICFES, 2015)
De acuerdo a la tipología textual que presenta en la prueba, se encuentran los textos
continuos como los narrativos, expositivos y argumentativos y los discontinuos que son textos en
los cuales la información se presenta en forma de cuadros o gráficos, tablas, diagramas, mapas,
formularios o imágenes. Son los textos que aparecen en un folleto informativo o publicitario, en
el envasado de un producto, una factura, un vale, una entrada, una invitación, una advertencia, un
contrato, un certificado, etc. Todo aquello que es susceptible de ser leído, interpretado,
comprendido y criticado se concibe como texto y como tal admite que el lector pueda hacer
tantas lecturas como sean necesarias y ellas pueda construir su propia significancia de acuerdo a
su cosmovisión y a su contexto. Así entonces podemos leer y significar una obra de arte, un
poema, una fotografía, una publicidad, etc.
En el quehacer cotidiano de un docente se encuentran varias situaciones o circunstancias
que motivan de manera total el día a día en el aula o fuera de ella; una de las situaciones con la
que nos enfrentamos o a la que estamos expuestos es la lectura, esta actividad fascinante pero a
la vez marcada con el signo del fatalismo tanto para los estudiantes como para nosotros mismos.
Pero ¿Qué es leer? Como docentes pensamos, creemos y nos sentimos seguros de “esa habilidad
que consideramos”, dominamos, de tal suerte que inducir a un grupo o cautivarlo para ser
conducido por el camino de la lectura no es una tarea fácil, es una gran hazaña, una proeza,
donde no sólo el estudiante aprende sino también quien enseña.
Como lo expresa Eduardo Gutiérrez en su artículo: Leer digital: la lectura en el entorno
de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación: “La lectura ya no puede
reducirse a la decodificación del sistema alfabético, tanto porque no basta con descifrar para leer,
como por el hecho de que el código alfabético no es el único sistema de signos que es susceptible
de ser leído”(Gutiérrez, 2009, p. 146). Es así como el texto también puede estar diseñado con
imágenes, serie de símbolos, esquemas, aquí también podemos hablar de la lectura que le
hacemos a una obra de arte llámese una pintura, escultura o una pieza teatral. Leer entonces
significa entre otras definiciones: la posibilidad que tenemos para decodificar lo que de manera
muy sutil y perfectamente elaborada, el autor nos desea compartir. De ahí que podemos
manifestar que a un texto le podemos hacer varias lecturas y que siempre encontraremos
mensajes ocultos que en su momento no desciframos.
Nos encontramos frente a las diversas posibilidades que nos brinda la lectura, de ahí que
anteriormente se expresaba que nos enfrentamos a diferentes situaciones en este campo.
Desarrollar la habilidad de la lectura va más allá de la función particular que la palabra expresa,
es la actitud y aptitud que adoptamos frente a esa vivencia que tenemos en el ejercicio de leer. Es
que la acción de leer nos permite encontrarnos con nosotros mismos, con el otro, ese “otro” del
que tanto habla Octavio Paz en El Arco y la Lira, el que quizá está ahí mirándonos sin darnos
cuenta, ese “otro”, que espera para ser leído, ser encontrado, ser descifrado, esto también ocurre
con la realidad, la cotidianidad en la que vivimos, de la cual es necesario y urgente hacer una
lectura y como todo texto busca también que decodifiquemos su mensaje.
Este proceso de decodificación o comprensión es la habilidad que se debe desarrollar no
solo desde una asignatura en particular, sino de manera general desde el conjunto de las áreas
que conforman el currículum de una institución, dependiendo del contexto, del espacio
geográfico, del aspecto sociocultural, la acción de leer requiere del aprendizaje de una serie de
habilidades propias para cada discurso como lo manifiesta Daniel Cassany en Tras las líneas,
sobre la lectura contemporánea:
“Aprender a leer requiere no sólo desarrollar los mencionados procesos
cognitivos, sino también adquirir los conocimientos socio culturales particulares
de cada discurso, de cada práctica concreta de lectoescritura.
Además de hacer hipótesis e inferencias, de descodificar las palabras, hay que
conocer cómo un autor y sus lectores utilizan cada género, cómo se apoderan de
los usos preestablecidos por la tradición, cómo negocian el significado según las
convenciones establecidas, qué tipo de vocablos y lógicas de pensamiento maneja
cada disciplina, etc.” Cassany, (2006, p.2)
En el camino que recorremos se evidencia que en la acción de leer se involucran muchos
aspectos o circunstancias que entran a marcar o que inciden en el proceso, tal es el caso de la
motivación o el interés que denota el lector, esto tendrá incidencia total en el resultado, ¿Qué
esperamos luego de leer?, ¿Qué sentimientos nos evocará lo leído?, ¿Cómo me enfrento a esa
nueva experiencia?, son interrogantes que se formula el lector directa o indirectamente cuando se
enfrenta a esta acción maravillosa, estos interrogantes dan lugar a la comprensión de la lectura y
las incidencias que ésta tiene en el modo como el individuo relacionada lo leído con su entorno y
como lo transforma (Sánchez M., Emilio y otros. 2010., p. 45). Con lo anterior llegamos a
convertirnos en “individuos alfabetizados” capaces de codificar y decodificar los mensajes que
nos envía un texto y en general el entorno que busca ser transformado.
La comprensión lectora requiere entonces que el lector realice una suerte de compromiso
“oculto” que lo conduzca por las instancias de generación de conocimiento y del pensamiento…
para ir hacia la transformación, en esa búsqueda incesante del saber para ofrecer soluciones a
problemas reales (Gutiérrez Ríos, 2013. p.102). Esa es nuestra misión como educadores, permitir
que los educandos desarrollen al máximo su potencial conectándose con la realidad y con su
entorno en busca siempre de su mejoramiento y progreso. A partir del lenguaje analizamos,
criticamos y proponemos alternativas de solución frente a los hechos cotidianos comunes e
inesperados que se suscitan en el entorno (íntimo y social). El mundo necesita ser entendido
(leído), la realidad circundante, los sucesos, los rostros, los símbolos requieren ser leídos,
interpretados, juzgados, criticados, esto es, aprender significativamente y en contexto; la
sociedad necesita sujetos críticos, reflexivos pero también sujetos propositivos, con ideas
innovadoras que posibiliten, agilicen y ejecuten acciones que permitan la renovación de la
sociedad. En este espacio tiene lugar la lectura crítica, claro está que aprender a leer críticamente
no solo debe ser una tarea de una asignatura en particular sino que requiere del concurso y la
intervención de las demás áreas del conocimiento que se conjuguen y coadyuven para
desarrollar, fijar y argumentar el pensamiento de los sujetos (Rodríguez Luz, Lozano Carlos, p.
11) de manera definitiva.
La formación en lenguaje permite entonces que, hombres y mujeres estén en condiciones
de conceptualizar la realidad, de comprenderla e interpretarla, de comunicarse e interactuar con
sus congéneres y de participar en la construcción de un país, más solidario, tolerante y diverso,
un país para todos. Así que para nadie es oculto o lejano que la lectura crítica y el pensamiento
crítico van de la mano y que todo lo escrito no sea explícitamente aquello que dicen los signos,
sino que es el medio y el arte de comunicar - conectar con letras el portal a la imaginación, la
comprensión y el aprendizaje. Para un lector hay diferentes caminos e interpretaciones, depende
de su contexto, ambiente o sociedad en la que este vive, y ha formado sus conceptos, los cuales
le darán a posterior la capacidad de viajar por los significados y significantes alternos a su
entorno. Cabe aclarar que de acuerdo con Cassany (2006. p. 28) los escritos no tienen que decir
explícitamente todo lo que los lectores entendemos. “La comunicación humana es inteligente y
funciona de manera económica y práctica; basta con decir una pequeña parte de lo que queremos
comunicar para que el interlocutor comprenda todo; con producir unas pocas palabras bien
elegidas podemos conseguir que el lector infiera todo”. Si bien la cita nos ubica en relación con
un aspecto fundamental de la lectura: el aporte del lector, ya que el autor no necesita darnos toda
la información para que comprendamos los mensajes, tampoco podemos ser tan ingenuos para
compartir con Cassany que el lector comprende todo. Entonces, no habría malentendidos.
Además, la lectura crítica nos permite inferir aspectos de la lectura que el autor no tiene la
intención de comunicar, mediante este tipo de pensamiento, el lector tiene la potestad de viajar y
conocer todo terreno en el texto e interpretarlo de mil formas ya que no hay verdades absolutas
como lo decía Nicolás Berdiaeff. “Mas no existen, en principio, verdades absolutas; hay, en
realidad, una sola verdad absoluta, a saber: que no hay verdad absoluta entre sí.” De aquí que
también puede haber miles de interpretaciones y todas podrían ser válidas dependiendo del
contexto y del lector.
Con todo lo anterior reconocemos que la lectura es una oportunidad para aprender,
reflexionar y transformar y en esa medida recordamos a Roberto Ramírez que así lo manifiesta
en: Lector, Leer, Lectura y Pedagogía: “La lectura se la puede entender como la oportunidad
para sumar, dividir y multiplicar oportunidades simbólicas…es la forma y el prodigio que
suministra herramientas para ampliar el panorama de abstracción de la realidad” (2013, p.5) y
por consiguiente la posibilidad de crear una propia cosmovisión del mundo circundante.
En función de los niveles de lectura (una primera lectura global para identificar el tipo
textual, el género, el tema, la intención comunicativa y los destinatarios; una lectura formal para
conocer las características estructurales y de contenido del texto, así como los sentidos y
significados de la información; una última lectura que permite una comprensión completa del
texto, que permite formular reflexiones y hacer evaluaciones) y los procesos cognitivos
asociados a los mismos para las diferentes clases de lectura que se puede aplicar de acuerdo a las
necesidades, intereses y requerimientos del lector y para el caso que nos ocupa destacamos la
lectura crítica entendida como aquella lectura que además de comprender lo que se dice en un
texto determinado, se intentará analizar lo expresado para verificar sus aciertos, sus errores y los
modos en que se presenta la información. (Vía Definicion.mx: http://definicion.mx/lectura-
critica/). Es un proceso que ofrece la oportunidad de aumentar la efectividad de la lectura,
implica la perfección de relaciones entre el texto y el contexto. Al realizar una lectura crítica se
asumen determinadas posiciones que llevan al lector a aceptar o refutar, creer o dudar, cambiar o
mantener.
En el Diccionario de lectura y términos relacionados, se define la lectura crítica como:
1. El proceso de hacer juicios en la lectura: evaluar la relevancia y la idoneidad de lo que se
lee.
2. Un acto de lectura que utiliza una actitud interrogadora, el análisis lógico y la inferencia
para juzgar el valor de lo que se lee de acuerdo a un estándar establecido.
La lectura crítica se refiere a entender los puntos de vista del autor, haciendo el
seguimiento a su argumento y buscando la evidencia que soporte dichos puntos de vista; está
asociada a una comprensión cabal de la información que permita al lector enjuiciar críticamente
la obra: señalar los aciertos y desaciertos.
Entre las habilidades identificadas para hacer juicios en la lectura crítica están las que
tienen que ver con la intención o propósito del autor; con la exactitud, lógica, confiabilidad y
autenticidad del escrito; y con las formas literarias, partes constitutivas y los recursos de la trama
identificados por medio del análisis literario. Según N. Bernabeu Morón (2002), la lectura crítica
es un proceso complejo en el que hay que poner en práctica diferentes habilidades:
Descifrar el texto: Para ello, se señalan todas aquellas palabras o expresiones desconocidas y se
utilizan los diccionarios y libros de consulta necesarios. Hay que ser capaz de traducir el texto.
Contextualizar: Es preciso situar los textos en su contexto: autor, época y circunstancias en que
se escribieron, ideología dominante, propósito del autor, entre otros aspectos. Será necesario
también reconocer las causas de los hechos que se trasmiten, así como poder prever las
consecuencias, si las hubiera.
Relacionar y extrapolar informaciones: Una vez que se ha identificado el contenido del texto
se debe relacionar la información que ofrece con los conocimientos precedentes, y adoptar
perspectivas y puntos de vista diferentes a los que se sugieren en el texto.
Valorar el texto, teniendo en cuenta: la fiabilidad de las fuentes de información, el tema que
trata, los argumentos que defiende, su calidad y rigor, y lo que aporta su lectura, así como los
intereses y las emociones que el texto provoca en el receptor.
Relación entre lectura crítica y pensamiento crítico:
Entre la lectura crítica y el pensamiento crítico se establece una estrecha interrelación: el
pensamiento crítico permite que el lector haga seguimiento a su comprensión a medida que lee;
si percibe que las aseveraciones del texto son ridículas o irresponsables, lo examina con mayor
atención para poner a prueba su propia comprensión. Y viceversa, una persona puede pensar
críticamente sobre un texto, únicamente si lo ha comprendido. Se puede elegir el aceptar o
rechazar, pero se debe saber por qué. Se tiene una responsabilidad no solo consigo mismo, sino
con los demás, de identificar las cuestiones o problemas en los que se está o no de acuerdo.
Solamente así se podrán entender y respetar los puntos de vista de otras personas. Para poder
reconocer y entender esos puntos de vista se debe estar en capacidad de leer críticamente: solo
cuando se comprende un texto en su totalidad, desentramando el mensaje implícito del
contenido, más allá de lo literal, es posible evaluar sus aseveraciones y formarse un juicio con
fundamento (tomado de https://www.ecured.cu/Lectura_cr%C3%ADtica). Cassany en Tras las
líneas(2003:114) manifiesta que una persona crítica es en definitiva: “La que mantiene una
actitud beligerante en la consecución de sus propósitos personales, a través de la lectura y la
escritura, pero también la que participa de modo constructivo en el desarrollo de una comunidad
plural, respetuosa y progresista”. Además, que la lectura crítica es la más exigente y compleja
que nos podamos imaginar, porque requiere un nivel de interpretación más elevado, así como
habilidades y conocimientos previos para realizarla. En la comprensión Lectora – Lectura Crítica
se hace necesario la integración de todos los saberes aprehendidos, donados en la academia, en
su cotidianidad, es en la comprensión donde se pone al descubierto qué clase de individuo que
es, que ha hecho de él su entorno y cómo integra lo aprehendido a su realidad.
La semántica y su presencia en los textos discontinuos.
Fuente 2:
https://www.google.com.co/search?q=imagenes+de+textos+discontinuos
Leer hoy es saber gestionar cantidades, fuentes y soportes de información cada vez más
complejos, ya sea por la diversidad que le otorga el carácter multilingüe y multicultural de la
sociedad actual, como por la cantidad y rapidez de producción que brindan las nuevas
Tecnologías de la Información y la Comunicación. Para el caso que nos ocupa sobre los textos
discontinuos resultan fundamentales para desarrollar prácticas sociales del lenguaje en los
diversos ámbitos de la vida contemporánea, regida por un uso cada vez más especializado de
todos los tipos y formatos textuales. La lectura de textos con este formato supone el empleo de
los procesos cognitivos de identificación, interpretación y reflexión de información en textos que
pueden resultar poco familiares para los estudiantes, por ejemplo, las gráficas con resultados de
estadísticas, lo cual implica el conocimiento de convenciones tipológicas que no siempre resultan
claras ni fáciles de manejar para los estudiantes o lectores en general. Este formato se trabaja
tradicionalmente poco en el campo educativo, pero en el presente ha ido adquiriendo una
importancia e interés progresivos, vinculados con el flujo constante y creciente de información
fragmentada que caracteriza a nuestra sociedad actual. “Las diversas esferas de la actividad
humana están todas relacionadas con el uso de la lengua. Por eso está claro que el carácter y las
formas de su uso son tan multiformes como las esferas de la actividad humana”. Bajtin, M (1982
[1962]). Desde esta perspectiva se ha abordado los textos discontinuos como una forma de
expresión, considerando que hablar de ellos, es mencionar toda aquella información que se
presenta a partir de gráficos, mapas conceptuales, infogramas, anuncios publicitarios, imágenes
cotidianas, que no necesariamente nos transmiten una información detallada, concreta, explícita
en ocasiones, sino que su objetivo primordial es permitir que el lector: académico, obrero,
estudiante, den significancia a “eso” con lo que diariamente se encuentra en su camino y lo hace
parte de su cotidianidad.
Así entonces, encontramos que a cada texto discontinuo se permite tener tantos
significados y tanta significancia como lectores, puesto que cada lector le dará el significado y el
sentido de acuerdo a su propia vivencia, contexto y necesidad. “El sentido reivindica la
estructura discursiva, está en función de lo no evidente, de aquello que es menester inferirlo,
deducirlo o inducirlo de acuerdo a las circunstancias, es la parte visible del signo, el alma de las
estructuras comunicativas” Ramírez, R (1999)
La lectura del texto discontinuo se podría decir que es una lectura más íntima, más
personal, puesto que involucra la propia vivencia del lector, su propio contexto, la cosmovisión
del lector entra a formar parte del mismo texto, de ahí que las interpretaciones sean tan ricas en
conocimiento tanto de saberes comunes como científicos, los cuales se apoyan mutuamente para
conformar el corpus del mensaje.
En búsqueda de dar significado a las diferentes expresiones lingüísticas, se ve pertinente
tomar los textos discontinuos en el desarrollo del lenguaje, asumiendo que estos tengan una
función en el discurso con sentido, el cual a su vez permita una versatilidad al signo. La
semántica está presente en los textos discontinuos, puesto que las imágenes se hacen palabras
para ser leídas y el lector es quien les da sentido, significancia, contexto, razonamiento, lógica y
criticismo a todo aquello que hace parte de su cotidianidad y que requiera ser traducido en
palabra.
Ramírez y Alvares (2006) en su texto Aproximación a un análisis pragmático del refrán.
Hacen referencia a la pragmática cognitiva y que “El procesamiento pragmático del enunciado
se inscribe en el sistema central del pensamiento más que en el sistema especializado
lingüísticamente”. Desde esta perspectiva, la interpretación se fundamenta en el acto de habla
que hace posible concretar una idea con sentido a partir de un texto discontinuo, el cual da pie a
inferencias, deducciones que adquieren fuerza, vida, energía cuando se argumenta desde un
discurso con sentido. El lector es quien facilita el vínculo entre lo fantástico y lo real,
convirtiéndose éste en un ejercicio de eterno retorno, donde siempre el punto de partida es el
texto y el lector es el lugar donde la palabra habita y se transforma, generando diferentes
concepciones desde su punto de vista, entorno o contexto.
Lo anterior nos permite enunciar la “teoría de la receptividad, donde el lector o receptor
recupera un papel activo como intérprete de los enunciados. Concede al lector una implicación
atractiva y una noción dinámica al texto, que sólo alcanza sentido final ante un lector, un crítico,
un público co-creador… el proceso de lectura se inscribe en la dinámica de la búsqueda del
significado pluridimensional y se cuenta con un lector no neutral, porque reúne prejuicios,
formas de obras anteriores y expectativas determinadas” (Tejero,1992 p.308). El lector necesita
asirse de los recursos que le presente su contexto para llegar a la interpretación, comprensión y
valoración de un texto y en esa búsqueda de significados, Gadamer (1998, [1966]): en “la
universalidad del problema hermenéutico” manifiesta la presencia de los horizontes textuales
que son los medios que nos permiten acercarnos a un texto y que se encuentran representados en
tres niveles así:
1. Pre–comprensión o los prejuicios: Entendido como la orientación previa de nuestra
capacidad de experiencia. Son anticipos de nuestra apertura al mundo, condiciones para que
podamos percibir algo, para que eso que nos sale al encuentro nos diga algo.
2. Lejanía temporal - Historia de los efectos y fusión de los horizontes: Es interpretar,
estar en relación a un tiempo con la misma “cosa”. Conciencia histórico efectual, se realiza
dentro del lenguaje como articulación del mundo.
3. La explicación y la dialéctica dialógica de “pregunta y respuesta”: (La Mayéutica,
método socrático): comprender, explicar, aplicar, son los tres momentos del trabajo
hermenéutico. “Tenerse en pie”, es la experiencia humana del mundo en general, es estar seguro
de algo, estar familiarizados, es lo que permite salir de los malentendidos.
La hermenéutica entonces permite comprender el malentendido y se constituye en la
comprensión de la realidad social a través de la interpretación del texto y el comprender en un
acontecimiento y éste en el ejercicio que reconoce la huella infinita de la lengua. Cada texto
tendrá tantas lecturas como lectores en su camino y cada lectura será válida tanto la expresada
por académico como la del obrero, porque cada una es vista desde una propia perspectiva, una
propia experiencia y quizá una propia necesidad (lectura en contexto).
Los textos discontinuos como estrategia didáctica
Tanto para las (PSP) como para las pruebas PISA, La lectura de textos con este formato
supone el empleo de los procesos cognitivos de identificación, interpretación y reflexión de
información en textos que pueden resultar poco familiares para los estudiantes, por ejemplo, las
gráficas con resultados de estadísticas, lo cual implica el conocimiento de convenciones
tipológicas que no siempre resultan claras ni fáciles de manejar para los estudiantes o lectores en
general.
Frente al desbordante uso de la imagen en la actualidad ¿Es pertinente hacer un alto y
oírla?
Escuchar una imagen parece algo descabellado pero deberíamos replantearnos ese
llamado.
Muchas veces no sabemos cómo interpretar un diagrama, foto, infograma, mapa o grafica en
general; porque en nuestro contexto escolar se nos ha creado el concepto de que la imagen es
para verla y nada más. Pero la imagen va mucho más allá. Según Jean Luc Nancy la imagen viaja
de adentro hacia afuera y puede ser escuchada para describir y ser plasmada de forma escrita.
Desde este punto, la propuesta toma los textos discontinuos como herramienta didáctica para el
aprendizaje de un proceso determinado de lectura; en nuestro caso va dirigido a la lectura crítica.
A través de esta herramienta se analiza diversos tipos de información que se presentaran desde
diferentes perspectivas para que el estudiante haga una reflexión y argumente desde su posición
en contexto. Para tal propósito es necesario tener en cuenta la estrategia QQQ, la cual permite
descubrir las relaciones que existen entre las partes de un todo (entorno o tema) a partir de un
razonamiento crítico, creativo e hipotético.
Qué veo?
Qué no veo?
Qué infiero?
Fuente 3: Imagen tomada por Sapuyes J.
Se caracteriza por tener tres elementos:
Qué veo?: es lo que se observa, se conoce o reconoce del tema.
Qué no veo?: es aquello que no está comprendido explícitamente en el tema, pero que puede
estar contenido.
Qué infiero?: es aquello que se deduce de un tema.
Información disponible en: http://tcnicaqqq.blogspot.com.co/2012/05/tecnica-qqq.html
Es aquí donde se hace útil esta herramienta de enseñanza; puesto que a pesar de la masiva
presencia de imágenes, fotografías y obras de arte en los manuales escolares, los alumnos no
cuentan con las herramientas para comprender y aprender de ellas y como docentes damos por
hecho de que los estudiantes ya conocen ese proceso.
Conclusión
El mundo mediado en el que cohabitamos requiere del desarrollo de la conciencia estética
y la conciencia histórica las cuales se complementan para interpretar la realidad, es por esto que
es de vital importancia que nuestra acción educativa esté orientada hacia la lectura crítica y por
medio de los textos discontinuos se constituya en una estrategia didáctica que no solo fortalezca
la enseñanza y el aprendizaje de la lengua, sino también que inviten a formar individuos capaces
de pensar y repensar su aquí y ahora, además que es fundamental para toda persona: “ leer para
aprender, para disfrutar y, en definitiva, para saber vivir” (Achugar,2012, p.30). Es pertinente
la apropiación de estrategias encaminadas al uso adecuado de los textos discontinuos como
herramienta, medio, para la formación del pensamiento crítico del profesional y del ciudadano
competente que la sociedad requiere, capaz de liderar cambios y transformaciones que le
permitan vivir en comunidad bajo la aceptación de la diferencia.
“Leer, más que oralizar, más que decir el texto, es construir un significado personal para la
información que vehicula. Dicho significado está enraizado en el texto, pero no se deduce
necesariamente de éste”. Isabel Solé
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