UNIVERsmAb DE--MÉXICOLos temas que el autor pre fiere son los que están conec tados con la...

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UNIVERsmAb DE-- MÉXICO29

terísticas gramaticales de losdiferentes redactores, a fin defacilitar su lectura. Y si en lossucesos no hay anacronismos,en cambio un mismo temple deánimo embarga a las plumas deépocas remotas. Tienen simi­lares puntos de vista, actitudesidénticas ante la vida, un crite­rio igual para juzgar las cosasde su época, así que caUSéln laimpresión de ser un solo testi­go puesto en un punto dd pa­sado, o más bien en un 'ureté­rito indefinido, y que los ar­caísmos son el ~ugar común. hlfuente retúrica en que se mI­tren.

La virtud mús des:\ rrollaelade Valle Arizpe es la cataloga­ción de las cosas de la NuevaEspaña, que ejerce con amory espíritu de oroen, Y divier­te a los lectores en su rebuscade hechos y sucedidos curiososque en la perspectiva de' tiem­po adquieren un carúcter ver­daderamente cómico.

El motivo principal de mu­chas de estas cartas es la des- .cripción de algunos festejospúblicos que tuvieron lugarpara asomhro de propios y ex­traños. Las cartas comienzanpor una dig-resión en la que seinforma sobre la salud de lafamilia, estado· de fortuna ootl-as nimiedades por el estilo,para luego entrar en materiahistórica. Por ejemplo. el Pa­seo del Pendón con el que secelebraba la victoria de los con­quistadores .españoles en la to­ma c!e la ('iudad de México, obien alguna fiesta re'igiosa. co­mo el Corpus. Desde luego,que el lujo de detalles es la C;¡­racterí stica principaL

En otras, se reviven antiguaspasiones políticas. Así Aele?d~­to Leb¡-i ja abunda en ad¡etl­vr.s peyor;¡tivos en con tra ,eleFernando vn, lo llama h1"1bon,menguado. ma rrajo y cobarde.y otras muchas cosas fjue cons­tituían el color Joca1 de mles­tro ielioma en el siglo XIX, Elcriollo Dil"'-o de Pastrana. srC'ueJ'a ~lel n~1 gobierno de losI • .Virreyes, se burla de la Inqt1l-sición V predice e' triunfo de lacausa c·kl cura Hidalgo Lis;¡n­ciro Ba1aro:o simnlemente sedivnte con las pragmáticas delvirrey Berenguer de Marqui­na. puritano que aplica todo elriaor de la lev ;¡ fjuienes bailan

" ." b'lel "jarabe gatuno, al e 1)()-

pujar fjue comparado con nues­tros bailes modernos resultainaenuo; pero que al Virrev lepa~-ecic') muv inmoral y c,di ficc'lsus 1llovimientos de: "impúdi­cos, agitaciones provocativas,al son de una musifjuilla Qulli­ciosa, a cuyo ritmo acelerado seacomodaban aquellos meneoslúbricos v mi! sacudimientosde homb~os v caderas. :1sí co­mo los grotescos ademanes,acompañados de mil ~csticu­

laciones chistosas ..." A lostr;:¡nsrrresores S" l('s conn('!l;;¡ha

c. V, G.

t,\1-, aunque sólo sea en su fue­ro interno, la fatalidad queabate la vida apasionada deloficial Redín, ni de aplatidir laentereza del mayor Máximo,personaje que merece ser elprotagonista, ya no de un ·cuen­to, sino de una ¡lOvela.

Por 10 general, en estoscuentos campea la miseri:l, quecon mucha frecuencia se com­plica con la embriaguez v quecasi siempre se resuelve enuna o más muertes, como su­cede con más regularidad quela debida en este tipo dlé pro­ducción de la literatura his­panoamericana. ¿ Será que es­tamos todavía tan dentro deuna etapa de violencias (lUe elcuento y la novela no puedenlibrarse de ella? ¿ Acaso nues­tras miserias se agotan ~ólo el1la muerte? ¿ O es que todasnuestras demás tragedias nosson perfectamente naturales?¿ Qué es lo que nos hace des­embocar en la muerte corno so­lución única y final?

El lector purista, no obstéln­te los méritos ele la obra pon­ará reparos a algunas expre­siones que el autor, en su él fÚI1de acercarse 10 más posible auna realidad vívida y trascen­dente, pone en boca de sus per­sonajes. Aparecen, por ejem­plo, en "El ardiente ,'erano",términos y aun construccionesque habráíl de condenarse. Pe­ro es que el autor los creenecesarios a fin de ofrecer entodos sus matices ese ambientehíbrido en que viven los com­patriotas arraigados de aquellado de la frontera y que, sien­do mexicanos por la sangre,aspiran a disfrutar de un sta­tus norteamericano y han creél­do una categoria étnica espe­cial de la que se enorgullecen,y que sólo abandonarían antela inminencia ele una catástro­fe. Tal vez no conocen el apo­tegma de Martí: "Hagél1ll0Snuestro vino, y si sale agrio,es nuestro vino ..."

ARTEMIO DE VALLE ARlZPE, Pa­peles amarillentos. Tradiciones,leyendas y sucedidos del Méxi­co virreynal. Editorial Patria,S. A. México, 1954, 248 pp.

Se trata de una serie de car'·tas apócrifas que creó la fan­tasía de Valle Arizpe apoyadaen su afecto por las tradicio­;nes, leyendas y docu!llen\:o~

históricos elel México ':i rreinaJ.Los corresponsales surgen dediversas épocas. La primeraepístola es la de un fraile fran­ciscano que escribe a su fami­lia en tiempos de la fundaciónde la ciudad de México. la úl­tirna la redacta un tal Adeoda­to Lebríja, quien se queja eleFernando VII. Pero el autornrl volull1cn i~ual;¡ las c;¡r;¡c-

t?~-ias de igllominia y explota­ClOl? En ellos se destaca, porencnna de todo, el carácter fir­me, austero, de enterezamasculina, pero también feu­dalista y cFUe!, de dos hacen­dados poderosos. En verdadsu tamaño se acerca mucho alas dimensiones de los perso­najes centrales, por el trazofil-me y sostenido con que es­tán dibujados y que les hacepredominar en cierto sentidosobre todos los demás. "Cuar­to año", "Las carretelas", "Elcaimán", "El héroe de Peñue­las". "T~ponaxtle" y "Leñaverde" tienen por eséenario aAguascalientes y a otras pobla­ciones pequeñas del centro clelpaís; todos tienen algo que vercon algún episodio ele la lucha,

. ron la Cónvcnción revolucio­naria o con la rebelión llamadade los cristeros,' es decir, to­dos ellos están dentro de la ór­bifa de la Revolución. En cam­bio, se sitúan en época poste­rior y podrían denominarse ur­banos "Estrellas de noviem­bre", "Pasos a mi espalda" y"Viernes Santo en IxtapaJél­pa" ; "El ar"diente verano" tie­ne su inspiración en la aventu­ra de los· mexicanos desarrai­gados ele su país que se insta­lan en Estados Unidos deN orteamérica y es, Junto conalgún otro, el único que pre­senta un deserilace feliz.

El mérito mayor del libroreside en la estructuración dela's narraciones. El autO!- do­mina la técnica del relato y tie­ne Un sentido.muy justo ele lasproporciones. Nunca queda laacción en el aire, ni oeja depesar esa conexión interna quepresta unidao a cada obra yque tan difícil es de a1canzal-,porque implicél el donlinio ca­bal ele los personajes y su ubi­cación exacta en la trama asícomo la intensidad y duraciónele los episodios. En este senti­do el control de la pluma escompleto, y ]0 niismo sucedeen la conclusión que en. cadacaso se siente en su lugar y queresuelve, cuando el desarrollodel cuento 10 exige así, las com­plicaciones que han ido sur­giendo al correr de la trama.. Entre los personajes hay ele

todo: ha<;endados de porte ycomportamiento señoriales,campesinos subyugados a unamo, o levantados en armas ouesufren el rigor del bautismo"defuego; maestros de escuela;alumnos a punto de salvar labarrera definitiva que separaa la niñez de la adolescencia,soldados de fortuna, bandole­ros, hombres de empresa, fon­deras y quincalleros, etc., 10que en cada caso presta varie­dad a las escenas aunque coin­cidan a veces los escenarios v,también, la dimensión espi~i­tual propia de cada personajeque· siempre· es determinante.Nadie puec1e oe,iar <le bm""-

MAURICro MAGDALENO, El ar­diente Verano.. Letras Mexi­canas, 17. Fondo de CulturaEconómica. México, 1954.238 pp.

Integran este volumen trececuentos, el primero 'de los cua­les cla su nombre al libro. Elnombre del autor está ya con­sagrado como novelista y cuen­tista, pues desde hace cosa deveinte años viene cultivando elrelato, con éxito parejo en susdistintas manifestaciones.

Los temas que el autor pre­fiere son los que están conec­tados con la Revolució.n mexi­cana, que tan copiosa biblio­grafía ha acumulado. Y comopara mostrar que el venero tie­ne aún mucho de utilizable, enocho de los cuentos agrupadosen este libro, Magdalena utili­za asuntos que giran alrededordel fenómeno revolucionario."Las víboras" y "Palo enseba­do" se desarrollan en los tiem­pos inmediatamente anterioresa la lucha armada, en ese cam­po tranquilO pero explotado, enque se escribieron tan!as his-

que ésta intuición es "a la parontológica y axiológica" y que" ... Contrastado con la poten­cia pasiva, el acto es 10 mejor,y tanto más cuanto menos ten­ga de aquella, de ~uerte que enel Acto Puro ser y valor seidentifican, arribos en su másalto momento". Quizá si nos­otros tuviéramos que hacer laelección a que se ha obligadoel Dr. GÓmez· Robledo, esco­¡{el'íamos la intuición dialécticade la que es corolario el Acto.PtL1~0.

No podía faltar en una tra­ducción Aristotélica efectuadapor pem:ador católico. la con­siguient:' ' acometida contraKant, que ha hecho " ... tragara los filósofos cosas enormesque jamás ha.brían engullidode habérnoslas dado' otro queun filósofo alelilán". Y estasenormidades son la confusión,s-egún nuestro comentado "en­tre el eudemonismo de Aris­tóteles y el hedonismo de Aris­tipo", y la de ser una "som­bría y grandiosa ética del De­ber", propia: de)a sociedadburguesa corrompida que no"ha conocido· otras vivenciasque la del placer sensual lleva­d;Q ,hasta la e.xasperación o ]adél "eber sin límites al servicio4~ \li\a comunidad que le recla­J1,)~,tºdo sin molestarse en per­,w3dir a la inteligencia". Es}#M1:esaria la apelación que~11t hizo de la libertacl y de'la necesidacl de Dios. que se­guramente, el Dr. Gómez Ro­h1edo ha CIuerido olvidar.

Volvemos a nuestro princi­pio para reiterar nuestro agra­decimiento por esta traducciónlimpia y legible, sin que olvide­mos que si los h01nbres son·amiqos, está de 1nás la justi­ClG-.