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TEORA Y PRAXIS DE LA BIOGRAFA: GREGORIO MARAN
M. Teresa del Olmo Ibez
www.ua.eswww.eltallerdigital.comUNIVERSIDAD DE ALICANTE
FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS
TEORA Y PRAXIS DE LA BIOGRAFA: GREGORIO MARAN
I
Tesis de doctorado Dirigida por
de M Teresa del Olmo Ibez el Dr. Pedro Aulln de Haro
2013
3
INDICE
INTRODUCCIN
INTRODUCCIN AL OBJETO Y AL MTODO . 7
PRIMERA PARTE
i. LA BIOGRAFA DENTRO DEL SISTEMA GENERAL DE GNEROS 15
El sistema general de gneros .. 16
El Ensayo, la Biografa y los gneros ensaysticos .. 18
Autobiografa y biografa . 24
ii. EL PERSONAJE COMO FUNDAMENTO DE LA BIOGRAFA .. 31
iii. ORIGEN Y EVOLUCIN DE LA BIOGRAFA COMO GNERO HASTA SU ESTADO MODERNO DESARROLLADOY PARADIGMTICO. EXAMEN DE LA BIBLIOGRAFA CRTICA Y
DOCTRINAL
1) Origen y evolucin del gnero . 67
a) Origen 69
b) Evolucin .. 77
2) Examen de la bibliografa crtica y terica desde sus primeras manifestaciones hasta el presente............................................................................... 111
a) Examen de antecedentes y estudios biogrficos .. 111
b) El pensamiento clsico contemporneo de contenido terico y doctrinal:
Wilhem Dilthey y Eugenio dOrs 137
iv CARACTERIZACIN GENRICA DE LA BIOGRAFA . 157
v PROPUESTAS TAXONMICAS .. 195
1) UNA PROPUESTA DE LA CRTICA CONTEMPORNEA .. 195
2) PANORAMA GENERAL DE LAS DIFERENTES PROPUESTAS TAXONMICAS
O DE DEFINICIONES TIPOLGICAS POR PARTE DE DIVERSOS AUTORES . 197
A. Los antecedentes fundamentales en sentido clsico Tipologa de las biografas griega, latina y medieval .. 197
a. Plutarco. La Biografa poltica .. 198
b. La Biografa literaria .. 202
Digenes Laercio: Vidas de los filsofos ilustres .. 202
La biografa literaria en Roma: Varrn, Nepote y Suetonio .. 204
Suetonio y las lneas jeronimiana y eusebiana .. 207
c. La Biografa bizantina 211
4
d. Los Viris Illustribus de la poca visigtica en Espaa. San Jernimo, San Ildefonso de Toledo . 218
e. La biografa patrstica fundada en Eusebio y San Jernimo .. 221
f. La hagiografa: 224
La hagiografa bizantina . 225
La biografa otoniana . 230
La hagiografa en el siglo XII: Pedro de Blois 231
g. La biografa carolingia y la biografa humanstica .... 232
B Tipologa de la biografa moderna 236
a. El relato de vida como ontognesis: la permanencia del modelo de la Bildung .. 236
b. Una propuesta segn el criterio de relacin entre biografa y sujeto .. 241
c. Dos criterios de la crtica reciente . 244 d. Las taxonomas segn criterios de procedimiento
en la primera mitad del siglo XX .. 246
e. La Biografa psicoanaltica o Biografa profunda . 247 f. Jaspers: La Biografa de la grandeza .. 263 g. Las aproximaciones desde la sociologa 266 h. La biografa de pueblos o naciones.
La Biblia como biografa del pueblo judo . 286
i. La biografa de ciudades 294 j. La falsa biografa 304 k. La biobibliografa ... 305
3) "El mtodo biogrfico" de Sainte-Beuve y otros componentes
metodolgicos o metodologizables ...... 307
4) La biografa didctica: Las biografas, las vidas ejemplares
y las hagiografas como modelos de conducta y moral .. 312
5) La biografa y las vidas ejemplares como instrumento pedaggico ... 318
6) La funcin biogrfica: las relaciones entre Biografa, Historiografa y Educacin . 325
SEGUNDA PARTE
FUNDAMENTOS DEL GNERO BIOGRFICO EN EL SIGLO XX.. 345
ANLISIS COMPARATISTA DE LA PRODUCCIN DE AUTORES CLAVE DE LA POCA
DE GREGORIO MARAN
AUTORES EXTRANJEROS
A) Maurois: La intuicin y el historicismo 351 B) Lewis Mumford: La empata con el pensamiento del personaje .. 370 C) Emil Ludwig: La biografa como historia del corazn humano ... 376 D) Stefan Zweig: La intuicin a partir de un detalle . 392
5
AUTORES ESPAOLES
A) Eugenio DOrs: La Biografa filosfica 413 B) Gmez de la Serna: La Biografa integral o artstica .... 466
TERCERA PARTE
LA PRODUCCIN BIOGRFICA DE GREGORIO MARAN
1. INTRODUCCIN CRTICO-BIOGRFICA 541
2. ESTUDIO GENERAL DE LA OBRA ENSAYSTICA Y LOCALIZACIN DE SUS APORTACIONES A LA TEORA DEL GNERO ... 561
2.1 Estudio general de sus ensayos . 565
2.2 La obra de Maran segn la crtica coetnea de la segunda mitad del siglo XX... 569
2.3 Aportacin poetolgica de Maran .. 587
2.4 La teora potica de Maran sobre la Biografa ... 603
2.4.1 Localizacin de su aportacin, en sentido amplio, de teora potica al gnero biogrfico . 606
2.4.2 Contenidos poetolgicos sobre el gneroen sus biografas .. 622
2.5 Determinacin de la doctrina biogrfica implcita en las obras . 641
La teora maraoniana y la biografa 641
Teora del personaje .. 641
La teora del personaje en la biografa de un pueblo
o una nacin como entidad ... 646
Caracterizacin genrica de la biografa. Concepto de biografa 648
La Presencia del autor ... 652
La funcin del bigrafo . 652
El procedimiento biogrfico .. 653
3. LAS OBRAS BIOGRFICAS MARAONIANAS EN RELACIN CON
LAS DE OTROS AUTORES CONTEMPORNEOS .. 657
4. DETERMINACIN DE LOS RASGOS DEFINITORIOS DE LA APORTACIN
MARAONIANA A LA CREACIN DE UN NUEVO SUBGNERO BIOGRFICO . 829
a. Determinacin de los rasgos de identidad .. 832 b. Examen de la sntesis y variantes ejecutados en la presentacin
del personaje por medio de las perspectivas histrica y psicolgica,
ms un innovador elemento psicosomtico 844
CONCLUSIONES 851
ANEXOS .. 903
El personaje de la biografa .. 905
Propuesta taxonmica del gnero biogrfico ... 907
6
Clasificacin emprica de las biografas de Gregorio Maran
segn criterio de extensin ..909
Clasificacin temtica de las biografas de Gregorio Maran
segn el personaje 917
BIBLIOGRAFA
1. Bibliografa general de Maran .. 923 Las Biografas ... 923
2. Bibliografa general citada 926
7
INTRODUCCIN
INTRODUCCIN AL OBJETO Y AL MTODO
En apariencia, el gnero biogrfico no presenta fuerte ambigedad, al punto de ser
definido como aquel que relata la vida de un personaje. Sin embargo, una observacin
detallada hace patente la dificultad que su delimitacin entraa, pues los posibles criterios
analticos se multiplican tanto como diversos puedan ser los aspectos a que pueden
aplicarse.
Los inicios del gnero biogrfico se entremezclan con los de la historiografa y,
desprovistos de verdadera tradicin terica. El intento de determinar su origen siempre ha
resultado en una reflexin comparatista entre los primeros historiadores y aquellos
autores a los que originariamente se atribuye la condicin de bigrafos, ya desde la
Antigedad. Sin embargo, la investigacin, segn se podr comprobar en lo que sigue,
pondr de manifiesto rasgos individuales los cuales permiten identificar diferencias, y
esto a veces, todo sea dicho, sobre nombres que tambin figuran en la nmina de
precedentes constructivos de la historiografa o en particular de la historia de la literatura.
La biografa, ya en principio, presenta por tanto un espacio de interseccin con el campo
historiogrfico, coincidiendo en torno a cronologas, anales, documentos oficiales, etc., es
decir materiales cuya finalidad originaria era recopilatoria y conservadora de la memoria
histrica y oficial de los pueblos o las ciudades.
La naturaleza del discurso biogrfico excede, al menos en un importante sentido, al
de la historia y oscila ampliamente, en sus extremos, entre obras de rgido carcter
histrico y otras de mayor libertad documental e interpretativa, o aquellas que relatan
hechos de forma novelada. Evidentemente existen biografas de propsito cientfico, as a
veces las destinadas con rigor a la interpretacin psicolgica o sociolgica de una
trayectoria vital; al igual que tambin abundan aquellas otras de rgimen propiamente
artstico, llegando a concebir al personaje como pretexto sobre el que elaborar su
recreacin potica; o las formas mixtas o bien aqullas de fuerte imaginacin o las que se
sirven de la presuposicin como procedimiento hermenutico a fin de acceder al sentido
esencial del biografiado. Veremos que se llega a tratar con metodologa biogrfica a
sujetos no humanos, como en la historia de los pueblos (en la Biblia y su identificacin
con la nacin juda), o de ciudades (cuyo origen es posible localizar en las crnicas
locales, las colecciones de monumentos o relaciones costumbristas); y que existen
biografas de naciones, elaboradas ya desde la actividad de la anticuaria griega. An
8
alcanzan los lmites del gnero hasta la creacin de falsas biografas. Por tanto, cabe
asumir anticipadamente la versatilidad de la Biografa, gnero que puede aparecerse como
ciencia, historia, poesa e incluso estricta o dominantemente artstico.
Nuestra investigacin ha diferenciado entre objetivos generales y particulares.
Como generales, en primer lugar se fija la posicin de la Biografa en la categora de los
gneros ensaysticos y, en sta, dentro de los memorialsticos, observando el equilibrio
entre los dos opuestos del binomio clsico de discurso potico frente a discurso
historiogrfico. En segundo trmino, el propsito es determinar con todas sus
consecuencias la Biografa en tanto que gnero, prestando atencin tanto a su origen
como a su evolucin y hasta alcanzar su estadio moderno desarrollado y paradigmtico. A
este fin, se har examen de la bibliografa crtica, la cual es monogrficamente escasa,
bastante dispersa y no de gran relevancia, a diferencia de lo que acontece con otros
gneros, contiguos o no. Especialmente, ser sometida a estudio, por una parte, la
produccin de la escuela psicoanaltica, desde los primeros discpulos de Freud, y, por
otra, la bibliografa de carcter propiamente terico y doctrinal, es decir que incluye lo
poetolgico. El examen tradicional de la Biografa permitir una aproximacin al
personaje biografiado, as como una taxonoma de base histrica del gnero. Todo esto
define por principio ciertas y evidentes orientaciones metodolgicas.
Naturalmente, el anlisis ms extenso y especfico ser el que se realice sobre la
obra ensaystica de Gregorio Maran, esto es especialmente sobre el conjunto de sus
biografas. Se trata de reconstruir su Potica, es decir su teora explcita, e identificar
asimismo su doctrina implcita a travs del estudio comparado de su obra biogrfica y sus
escritos ensaysticos. Se efectuar, adems, una descripcin del subgnero por l ideado,
la cual comprender la determinacin de los rasgos de identidad del mismo y un examen
de la sntesis y variantes en lo que se refiere a la presentacin de sus personajes. Ello
mediante conjugacin de las perspectivas histrica y psicolgica, a las cuales se aade el
elemento psicosomtico. Esta innovacin es la que dota de fuerte singularidad a las
aportaciones de Maran al estado general del gnero.
El ncleo fundamental de nuestra investigacin se inicia con la localizacin de la
Biografa en un Sistema General de Gneros, se desenvuelve mediante el tratamiento
histrico del personaje, los orgenes y evolucin del propio gnero (tan radicalmente
necesitado de reconstruccin), alcanza una propuesta taxonmica de la tipologa
9
biogrfica y, en ltimo trmino, concluye con cuatro epgrafes dedicados a aspectos
fundamentales relativos a la Biografa.
Como se podr comprobar, el trayecto que describe nuestra investigacin atae a la
cuestin de flexibilidad y versatilidad del gnero, as como a una gama de aspectos
cientficos, filosficos, sociolgicos o literarios. La evolucin del gnero de la biografa
hasta el siglo XX es un ejemplo ms de la mutabilidad de los subgneros ensaysticos y la
hibridacin que se opera dentro del marco de un Sistema General de los Gneros
literarios, en correspondencia a fin de cuentas con las profundas transformaciones
sociales, artsticas y del pensamiento de la poca.
Conviene aclarar que la progresin del personaje, la identidad del sujeto, sus pautas
relacionales y las consecuencias de todo ello en la transformacin del gnero biogrfico
son estudiadas en la primera parte de esta investigacin hasta el siglo XXI. Se tienen en
cuenta las primeras reflexiones (concretamente sociolgicas y centradas en los espacios
virtuales) que los abordan en su derivacin actual; si bien con la cautela debida en razn
de la proximidad temporal que impide todava una evaluacin objetiva del alcance de sus
consecuencias. En virtud de las modificaciones producidas por las nuevas tecnologas y la
posibilidad de acceso del individuo a los medios de comunicacin como plataforma de
proyeccin social, se ha considerado pertinente la inclusin de esas ltimas
manifestaciones biogrficas a fin de completar el estado de la cuestin hasta fecha de hoy.
No obstante, slo son tomadas en cuenta en la primera parte del trabajo, mientras que la
segunda y la tercera partes se limitan al siglo XX puesto que los autores objeto de este
estudio elaboran su obra en el arco cronolgico que cumple a mediados de esa centuria.
La metodologa de nuestra investigacin ser, naturalmente y en general, la propia
de la ciencia literaria, es decir, la correspondiente tanto al estudio terico, es decir
poetolgico y doctrinal, como al anlisis crtico de las obras y los instrumentos auxiliares
correspondientes.
La hiptesis consiste en el interrogante acerca de la posible definicin,
argumentacin terica y taxonoma del gnero de la biografa sobre la base, como no
poda ser de otro modo, de la consideracin de sus orgenes y las formaciones genricas
atingentes hasta alcanzar su constitucin paradigmtica contempornea en sus posibles
variedades, tomando como gran ejemplo la obra de Gregorio Maran.
Por lo dems, es de advertir que se adopta en buena medida un procedimiento
circular y progresivo, combinando el estudio de los materiales, tanto histricos como
10
crticos, con el examen de las obras de Maran y los dems autores tomados por objeto.
En la primera parte se intenta la determinacin de la teora general del gnero, para lo
cual definimos un criterio terico global, de fundamentacin histrica y enmarcado en el
discurso ensaystico; el anlisis y la determinacin de las variantes o subgneros de la
biografa a partir de las obras consideradas antecedentes o ejemplos referenciales; y el
estudio de la funcin biogrfica, en cuanto a las relaciones entre Biografa, Historiografa
y Educacin; con la correspondiente propuesta de una taxonoma del gnero. Adems se
tendr en cuenta una valoracin doble de la Biografa y las vidas ejemplares como
instrumento historiogrfico y de conocimiento, por un lado, y como recurso pedaggico,
por otro.
La segunda parte se aplica a la determinacin de las importantes variantes
extranjeras (Maurois, Mumford, Lewis y Zweig) y espaolas (Eugenio dOrs y Ramn
Gmez de la Serna), las de mayor relevancia durante el siglo XX, como muestra de la
renovacin que sufre el gnero en ese periodo; pero tambin para determinar los pivotes
con los que Maran comparte poca y espacio creativo.
La tercera parte est dedicada a la obra maraoniana, desde el estudio general de
sus ensayos y establecimiento de su aportacin, en sentido amplio, como dijimos, de
teora potica del gnero, anlisis de sus biografas y comparacin de stas con las de
otros autores contemporneos. Ello con el propsito de definir su paradigma biogrfico.
Finalmente, en las conclusiones, por una parte, se intentar elaborar una sntesis de
las ideas y los problemas as como un estado de la cuestin, y una definicin del gnero;
adems de una comparacin de las conclusiones sometidas a balance. Por otro lado, se
intenta la formulacin de una teora constructiva, descrita en un esquema representativo
de la estructura del gnero biogrfico y capaz de reflejar los caracteres y la retrica de la
Biografa, as como sumarizar las categoras del gnero. Finalmente, se pretende
establecer esquemticamente el paradigma biogrfico de Maran y sus rasgos.
Los grandes asuntos que surgen en el entorno de la Biografa son su posible
adscripcin a diversas disciplinas epistemolgicas, la complejidad del ser humano en sus
infinitas aristas; la cuestin del tratamiento del yo, comparadamente contemplado en la
Biografa y en la Autobiografa, as como la narrativizacin de la historia de vida; y la
funcionalidad del gnero biogrfico como cohesionador de grupos sociales o transmisor
de la memoria histrica. Pero tambin en tanto que instrumento de introspeccin para el
autor o el lector, al igual que la Autobiografa lo es, adems, para el propio sujeto. Son
ineludibles los problemas relativos a la subjetividad y el elemento ficcional,
11
especialmente el acuerdo de ficcionalidad para la Autobiografa por el reconocimiento
de un yo histrico que es diferente del yo autobiografiado. Esta consideracin procede
tanto de la explotacin sociolgica del relato autobiogrfico como del anlisis crtico
literario. De la misma forma, el elemento ficcional aparece en algunos subgneros
biogrficos, mientras que el componente subjetivo es constante tanto en los de mayor
pretensin cientfica como en los de concepcin artstica.
Nuestra investigacin no presenta sealadamente grandes dificultades
bibliogrficas. El inconveniente bsico, que precisamente da especial sentido a nuestro
trabajo, es la ausencia de teora de la Biografa, ausencia de teora potica. La dificultad
en trminos textuales y bibliogrficos ha consistido en la seleccin de obras de entre la
extensa tradicin dos veces milenaria.
Por otra parte, el criterio bibliogrfico, paradjicamente y en favor de la precisin
definitoria del campo de estudio, ha resultado un tanto restringido. La biografa atae a la
vida humana, lo cual implica o presupondra una bibliografa ingente. Pinsese en lo que
podra suponer el efectuar la expansin bibliogrfica dentro de nuestra investigacin en lo
que se refiere, por ejemplo, a campos como el de la antropologa general y filosfica.
13
PRIMERA PARTE
15
i LA BIOGRAFA DENTRO DEL SISTEMA GENERAL DE GNEROS
Uno de los objetivos generales de la investigacin que se presenta es situar la biografa
dentro del sistema general de gneros literarios y tal es el contenido de este primer
captulo. Teniendo como extremos las dos categoras principales de artsticos, por un
lado, y de cientficos, por otro1, su lugar natural corresponde a los ensaysticos; y, dentro
de stos, a los memorialsticos, es decir la serie que incluye la Utopa, el Proyecto, la
Autobiografa, el Diario o las Confesiones y la propia Biografa2.
Las posibilidades que a este respecto ofrece la propuesta de un sistema general de
gneros es evidente a fin de avanzar constructivamente hacia un propsito como el que
aqu nos planteamos, por lo dems relativo a series genricas hasta el presente
desprovistas de trazado terico tanto general como de fundamentacin crtica
individualizada3. Esto tambin requiere un cierto respaldo histrico del cual nos
serviremos4, as como de un trabajo especial y general acerca del personaje
5 y un estudio
que en realidad puede ofrecer una notable aproximacin taxonmica para el estudio del
gnero de la biografa6.
La primera gran divisin genrica es a este propsito la oposicin aristotlica de los
polos extremos del discurso potico frente al discurso historiogrfico7, punto de inicio
con el que asociar las aportaciones de autores posteriores; y de otra parte, finalmente, la
dicotoma hegeliana a partir de la cual, segn la actualizacin interpretativa a que la
somete Aulln de Haro, cabe determinar la posicin intermedia de los gneros
ensaysticos.
1 Para esto y lo que contina sigo desde un principio los estudios de P. Aulln de Haro. Vanse de ste en
primer lugar,Las categorizaciones esttico-literarias de dimensin gnero / sistema de gneros y gneros
breves / gneros extensos, Analecta Malacitana, XXVII, 1, 2004, pgs. 7-30; y Teora del ensayo como
categora polmica y programtica en el marco de un sistema general de gneros, Madrid, Verbum, 1992,
pp. 115-131. 2 P. Aulln de Haro y M. R. Mart Marco, Friedrich Schiller y la biografa, en Cuadernos dieciochistas,
Vol. 6, 2005, Salamanca, Universidad, p. 254. 3 P. Aulln de Haro, Teora del ensayo como categora
4 P. Aulln de Haro, Los gneros didcticos y ensaysticos en el siglo XVIII, XIX, y XX; Madrid,
Taurus, 1987. 5 P. Aulln de Haro, Teora general del personaje, Madrid. Asociacin Espaola de Eslavistas, 2001.
6 P. Aulln de Haro y M. R. Mart Marco, Friedrich Schiller y la biografa,, pp. 251-277.
7 Aristteles/Horacio, Artes Poticas, ed. de Anibal Gonzlez Prez, Madrid, Taurus, 1987.
16
EL SISTEMA GENERAL DE GNEROS
Segn el mencionado crtico8, en el estadio ms general, las diferenciaciones dentro del
Sistema general de gneros, por distincin y clasificacin fundamentadas en la
predominancia y el parentesco, deben establecerse segn morfologa y temtica,
teniendo en cuenta que, en una concepcin moderna no clasicistamente estabilizada,
puede o no darse coincidencia en los resultados de la aplicacin de dichos criterios
taxonmicos. Adems, esas pautas habrn de aplicarse sobre un objeto histricamente
formado o en formacin acerca del cual existe una conciencia cultural de produccin y
recepcin, y hasta probablemente de diversas consideraciones explcitas o incluso extensa
produccin de estudios crticos.
Por tanto, se trata de una fenomenologa cuyas condiciones morfolgicas deben
contemplar tambin la evolucin artstica, social, psicolgica, etc. Siendo el progreso de
lo general a lo particular, ms que una mera categorizacin general, se debera tener en
cuenta, desde un punto de vista funcional, dos ejes principales de coordenadas evolutivas,
por un lado, e hibridadoras, por el otro, ya que los gneros no son aislables de su
transformacin en el tiempo, ni de su exposicin a las variaciones lingsticas y
culturales. Esta concepcin permite un acceso crtico lingstico, psicoanaltico,
sociolgico y cultural, y debe ser considerada sincrnica y diacrnicamente y en trminos
paradigmticos y dialcticos. Esto es de importancia fundamental, sobre todo en el
estadio de la modernidad en el que la hibridacin se efecta entre los propios gneros. Y
tiene como consecuencia que la accin se simplifica hasta concretarse en la mera
necesidad de realizar una verdadera catalogacin de gneros.
Hay que entender los gneros como entidades reconocibles y definibles temtica y
formalmente, as como constitutivas de principios de evolucin y estructuracin. Un
Sistema global de Gneros debe ser una categorizacin organizada, de carcter histrico,
pero actualizada y convencionalmente establecida segn sus rasgos internos, formales y
temticos; que englobe todas las subclases posibles y las transformaciones resultantes de
las macroestructuras comunicativas en las que se producen; y que se trate de un sistema
holstico en el que las relaciones recprocas y transaccionales incluyan el conjunto de
textos que corresponda en cada una. Adems, es obligada una designacin terminolgica,
8 Puesto que en lo que contina tengo en cuenta los estudios citados de Aulln de Haro, omito nueva
referencia pormenorizada de los mismos.
17
puesto que ella materializa la especificacin de las diferentes subcategoras y establece
los grados de individualizacin genrica.
Sentadas las premisas anteriores, denomina globalmente a los constituyentes del
sistema de gneros productos textuales altamente elaborados. Por tales entiende el
conjunto de textos sujeto a prescripciones de secundarizacin, bien ideolgico-conceptual
o bien artstico-verbal por encima de las realizaciones de discurso de la lengua de uso
estndar, y seala la amplsima variedad de textos que esa consideracin abarca.
Para una categorizacin genrica, parte de la dicotoma hegeliana entre prosaicos
y poticos. Y para la actualizacin del concepto, incorpora un elemento intermedio entre
los dos opuestos hegelianos, de forma que renombra los gneros prosaicos como
cientficos y los poticos como artsticos o artstico-literarios, y convierte en triple la
segmentacin anterior al incluir entre ellos dos la nueva serie de gneros ensaysticos.
La identidad discursiva de cada uno de ellos evidencia el tipo de textos en los que se
desarrolla: Los se identifican en cuanto tcnico-formales y de
escasa relevancia propiamente lingstica, los como
ideolgico-literarios, y los ms puramente estticos.
Nuevamente recurre a una triparticin para establecer las subcategoras de los
gneros ensaysticos, aprovechando para su polarizacin las anteriores categoras
principales. Sita el punto medio de esta organizacin trimembre el Ensayo como
categora genrica asimiladora, a su vez, de mltiples variedades; y en los dos extremos
aquellos de aproximacin cientfica, por un lado, frente a los de aproximacin
artstica. Los textos de aproximacin cientfica constituyen los que requieren
especificacin temtica, por no encontrarse predeterminados en este aspecto, pero estn
dotados de valor emprico: el Discurso, el Artculo, el Informe, el Estudio, el Panfleto,
el Libelo, el Manifiesto, el Opsculo y el Folleto. Por su parte, los de aproximacin
artstica s que aparecen temticamente caracterizados: la Confesin, las Memorias, el
Diario, la Biografa, los Caracteres, la Autobiografa, el Libro de viajes y la Utopa.
Considera separadamente la Historiografa, que flucta entre ambos tipos segn la
subjetividad de cada autor. Y, por ltimo, seala que los gneros de aproximacin
artstica se acercan o alejan del Ensayo al margen de los procedimientos hibridadores de
superposicin e incrustacin, y las dimensiones adquiridas por stos, en la medida en que
describen, o no, estructuras ficcionales artsticamente convencionalizables, o simplemente
estructuras de procedimiento anlogo al ficcional.
18
Dejando a un lado los textos cientficos por evidente inadecuacin a la lengua
natural, resta pues un sistema de gneros, que no es sino la literatura en su conjunto cuya
composicin se reduce ahora a los gneros artsticos que comprenden la trada
tradicional, y a los gneros ensaysticos o ideolgico-literarios.
EL ENSAYO, LA BIOGRAFA Y LOS GNEROS ENSAYSTICOS
Contina Aulln de Haro describiendo la transformacin Ensayo desde su origen9 hasta
su estado actual, resultado del proceso de hibridacin intrnseco a la modernidad10
.
Evoluciona a la par que las corrientes anticlasicistas, tanto de la literatura como del
propio pensamiento prerromntico, desde el empirismo ingls y la ilustracin alemana del
siglo XVIII, hasta terminar el proceso de su convencionalizacin en la Segunda Guerra
Mundial. A partir de ese momento hasta la actualidad, destaca como ltimas
proyecciones del gran Idealismo el Existencialismo y la Fenomenologa, despus de las
cuales es posible reconocer una divisin en dos vertientes: por un lado, las tecnociencias
(Tras, 1991) y, en general, las corrientes neopositivistas; y, por otro, la representada por
un carcter artstico y literario, por un decadentismo, mejor neo-decadentismo,
conglomerante y dbilmente restaurador que puede ser adscrito a las recategorizaciones
de neo-realismo, neo-modernismo, neo-vanguardia u otros marbetes asimilables, en los
cuales es susceptible de ser integrada la generalidad de los productos actuales11
. No
reconoce ningn aporte innovador en la poca actual y determina el fin de la Modernidad,
precisamente, en el de la Vanguardia histrica, cronolgicamente coincidente con el de la
Guerra Mundial.
En la exposicin de su objetivo incluye una definicin implcita del Ensayo:
plantear la virtualidad del gnero Ensayo, es decir del libre discurso reflexivo, en
cuanto espacio natural y ms adecuado tanto para replegarse a la necesaria conjetura
especulativa e interpretativa como para proceder decisoriamente para efectuar las posibles
maniobras conducentes a las ideaciones del nuevo pensamiento. [] el libre discurso
reflexivo constituye el instrumento incorruptible y diversificable del que la cultura
9 P. Aulln de Haro, El ensayo, gnero humanstico moderno, Ob. cit., T II, , p. 308:
Naturalmente, y ya qued dicho, es posible rastrear aspectos del Ensayo desde los orgenes de la
cultura occidental, desde Gorgias y Platn, desde la mayor proximidad cronolgica, y adems
denominativa, de Montaigne y Bacon. Alfonso Reyes observ con perspicacia esa relacin presocrtica
y, a su vez, especific el gnero epidctico de entre el esquema aristotlico de los gneros retricos
(judicial, deliberativo y la derivacin del epidctico) como antecedente del Ensayo. 10
Ibid., p. 309: El Ensayo puede sealarse en tanto que gnero impuro y no marcado, o como el ms
puro gnero impuro. 11
P. Aulln de Haro, Teora del ensayo como, p. 21.
19
inagotablemente dispone, el instrumento originario de la convergencia del saber y el idear
con la multiplicidad genrica mediante la hibridacin fluctuante y permanente12
Establece una primera aproximacin al procedimiento y las transformaciones de los
gneros ensaysticos que estaran definidos por la amplitud de realizaciones
experimentales que transgreden e hibridan los originados en el mismo neorromanticismo
y tienen como resultado la subjetivizacin desde el punto de vista artstico y filosfico13.
Para completar los antecedentes a la especificacin del Ensayo, inicia su anlisis
determinando los lmites de los lenguajes ensaysticos en el punto en el que dejan de
serlo al convertirse en lenguaje formal, en una artificialidad o predominio de la
terminologa que deja de ser natural al ser humano14.
Para caracterizar el discurso de este gnero15
, compara los rasgos de los otros tipos
e identifica los que el Ensayo presenta de cada uno de ellos16
. Interesa esta comprobacin
para aplicarla tambin a los gneros ensaysticos y, en su momento, especficamente a la
Biografa. Descarta las caractersticas del discurso narrativo, as como del dramtico o
dialogstico. Aunque el Ensayo puede aparecer inserto en este ltimo y el desarrollo de
una cierta funcin dialctica reconocible en l permitira una aproximacin tambin al
dramtico. Con el discurso descriptivo se da la coincidencia del carcter imperfectivo y
de tiempo presente; pero no puede establecerse ms posicionamiento que uno
equidistante a la descripcin cientfica y a la artstica. Por presentar razonamiento
explcito, admite coincidencias con el discurso argumentativo, pero no en cuanto a los
12
Ibidem 13
Ibid., p. 22. 14
Ibid., p. 23. 15
Ibid., pp. 127 y ss. 16
Tambin en P. Aulln de Haro, El ensayo, gnero humanstico moderno, pp. 305-307:
Como no poda ser de otro modo, la dispositio retrica y la teora que alberga de las modalidades del
discurso no ofrece una clase de discurso susceptible de ser conducida al gnero del Ensayo. Narracin,
descripcin y argumentacin no pueden identificar, a no ser parcialsimamente, la forma del discurso del
ensayo. Ni realidad o accin perfectiva y conclusa de la narracin y sus consiguientes habilitaciones
verbales, ni accin imperfectiva e inacabada de la descripcin y asimismo sus consiguientes
habilitaciones verbales del presente y la continuidad, y, por ltimo, ni argumentacin declarativa,
confirmativa o refutativa fundada aristotlicamente en la prueba y la lgica del entimema son
modalidades del discurso del ensayo. En lo que sigue expondr cmo por dicha razn la cuestin ha de
ser centrada, segn es evidente, en la discriminacin, definicin y categorizacin del tipo de discurso
que produce el gnero del ensayo y distintivamente lo configura y articula dando lugar a esa realizacin
diversa de las correspondientes a la tradicin antigua y clasicista. Y aadir por lo dems que, desde
luego, no se habrn de confundir discurso y gnero []
El Ensayo representa, pues, el modo ms caracterstico de la reflexin moderna. Concebido como
libre discurso reflexivo, se dira que el Ensayo establece el instrumento de la convergencia del saber y el
idear con la multiplicidad genrica mediante hibridacin fluctuante y permanente. Naturalizado y
privilegiado por la cultura de la modernidad, el Ensayo es centro de un espacio que abarca el conjunto
de la gama de textos prossticos destinados a resolver las necesidades de expresin y comunicacin del
pensamiento en trminos no exclusiva o eminentemente artsticos ni cientficos.
20
procedimientos lgicos de la argumentatio, a la sistemtica del entimema, del silogismo
de los mtodos demostrativos o de prueba17
. La conclusin es que tanto el discurso del
ensayo como el propio gnero precisan una definicin. Descubre la necesidad del
discurso reflexivo, resultado de una hibridacin de los restantes, que proporcionara al
sujeto ensayista una mltiple va de acceso al mundo. Este discurso reflexivo se desarrolla
mediante la libre operacin reflexiva del juicio crtico, de la sensacin y la impresin,
pero tambin de la opinin y del juicio lgico.
El libre discurso reflexivo del Ensayo es [] el discurso sinttico de la pluralidad,
de la pluralidad discursiva unificada por la consideracin crtica de la libre singularidad
del sujeto. Se trata del proyecto de un difcil equilibrio a mantener sobre la oscilacin,
simplificada o complejificada, entre la autorreferencialidad del yo artstico y la
referencialidad del objeto teortico desde la conciencia del sujeto.
[] El personalismo y la experiencialidad [] reconocidos en el Ensayo tienen su
principal reflejo tanto en la libertad organizativa del discurso reflexivo y su disposicin
textual como en la libertad temtica. [] el Ensayo, que es gnero literario, posee la
libertad de tratar de todo aquello susceptible de ser objeto de la Literatura. [] el Ensayo
puede tratar acerca de todo, basta con que cualquier cosa acceda a la circunstancia de ser
focalizada durante la confrontacin del sujeto ensayista con el mundo.18
Y enlaza esto con dos de los rasgos definitorios del gnero Ensayo y de los restantes
gneros ensaysticos: la tematizacin de sus subgneros y la hibridacin, tanto en
trminos de poetizacin como en los de intensificacin teortica, tambin constituyen
elementos diferenciadores que, a su vez, los dotan de identidad. As, segn su
clasificacin, aquellos textos de mayor aproximacin cientfica requieren una
especificacin temtica; mientras que los de mayor aproximacin artstica se hallan
caracterizados y presentan una cierta intensificacin potica o teortica que da lugar a
modelizaciones extremas en uno u otro sentido segn los subgneros.
Una vez descritos los gneros ensaysticos, estudia su caracterizacin en Espaa en
los tres ltimos siglos. Estos estudios mantienen un objetivo comn puesto estn
concebidos con el mismo planteamiento de contenidos, mtodo y seguimiento
cronolgico del ensayo, que permita contrastar la evolucin del gnero, sus lneas, las
relaciones o rupturas entre ellas, las innovaciones y su situacin actual.
En primer lugar, es preciso comprender el significado del setecientos en s mismo y
con respecto a etapas anteriores y a la Modernidad. Con el siglo XVIII, despus de haber
17
P. Aulln de Haro, Teora del ensayo, p. 128. 18
Ibid., pp. 130 y 131.
21
intentado su recuperacin en los inicios, se cierra el clasicismo y ello permite la transicin
al pensamiento moderno. Por el carcter pragmtico y la intencin pedaggica del
momento, as como por las materias tratadas, parece ms adecuado hablar de gneros
didcticos y ensaysticos. Como lnea evolutiva del Sistema de Gneros, la poesa y la
novela quedan relegadas frente a los gneros de prosa crtica y didctica. stos permiten
la exposicin de contenidos en un entorno de crisis generalizada que culmina a finales de
siglo con el establecimiento definitivo del trmino Ensayo en la obra de Montaigne19
y
Bacon.
Al establecer entonces las bases del lenguaje de la crtica moderna, se estipulan las
de las variedades de los gneros didcticos y ensaysticos. Con ello, se moderniza el
discurso ideolgico, se reorganiza la prosa no artstica y desaparecen la escolstica, la
exegtica y la lengua latina en las obras de pensamiento cientfico, filosfico y religioso.
Aparece el inters por la claridad y la precisin; un predominio de la didctica, la crtica
satrica y el utilitarismo; la actualizacin de la historiografa, la filosofa y la ciencia, con
la consiguiente agilizacin lxica y fraseolgica; la asuncin de los lenguajes
divulgativos, periodsticos, polticos y pedaggicos; la regulacin normativa a partir de
1713 por la Academia y el Diccionario de Autoridades; y la influencia de la preceptiva
neoclsica en los gneros artsticos fundamentalmente. Todos estos factores contribuyen a
la formacin del Ensayo y del resto de las prosas ensaysticas, crticas y didcticas
modernas. Los textos costumbristas, las utopas, el proyectismo o los libros de viajes, las
autobiografas, la recuperacin del diario y la epstola, el informe, la memoria y el
discurso, la stira, el artculo periodstico de reflexin o divulgacin seria o el de simple
informacin directa tienen todos su parte de influencia en la conformacin del Ensayo.
Adems, la traslacin que se produce del didactismo a la prosa novelstica concluir en el
Romanticismo con una aproximacin de los discursos de ficcin e ideolgico, que se
traducir en un acercamiento entre prosa y poesa.
A partir de entonces, los gneros ensaysticos decimonnicos y contemporneos
son perfectamente articulables, sobre todo, con las anteriores series dieciochescas de la
19
P. Aulln de Haro, El ensayo, gnero humanstico moderno,, p. 300. Sobre el origen del ensayo en
relacin con las necesidades expresivas del ser humano: El gnero del Ensayo nace, en resumidas cuentas,
como expresin de la individualidad reflexiva que con genio vislumbr, sobre todo, Montaigne frente a
formas envaradas y rgidas cuya estratificacin retrica era preciso relegar por cuanto carecan de
posibilidad ante el nuevo horizonte del sentir y el pensar. Se trata, pues, de un nuevo ejercicio de la libertad
de pensamiento y por tanto de la autonoma moral de la persona, libertad necesariamente solidaria y
promotora, a la vez que al amparo, del establecimiento de la entidad de una ciudadana jurdica y
sociocultural.
22
prosa didctica o ensaystica, o sencillamente, tanto de pensamiento como de
configuracin erudita20
. El ensayo es siempre resultado de la actividad crtica de sectores
intelectuales, que no se cien al cientifismo, sino que actan por una necesidad expresiva
del pensamiento, al margen de la intencionalidad artstica. Adems, deriva en una
diversidad de gneros prossticos, aunque algunos aparecen versificados, que se mueven
hacia una finalidad concreta que no corresponde ni al uso estndar, ni al artstico, ni al
filosfico, ni al cientfico. Para concluir este periodo evolutivo del siglo XIX, hay que
recordar que esos textos pueden presentar elementos metodolgicos en su construccin,
aunque de manera explcita o implcita. Lo que los dota de virtualidad como gneros
modernos es la desaparicin de la intencin pedaggica que se apreciaba en la concepcin
clasicista del setecientos.
El recuento y catalogacin de los textos de esta etapa en Espaa, evidencian que la
filosofa y la reflexin de carcter cientfico se encuentran dispersos en variedades de
muy diversa ndole dentro del gnero ensaystico. La clasificacin que elabora el autor de
esas manifestaciones decimonnicas agrupa materias y autores en los siguientes
epgrafes: La crtica literaria de pervivencia neoclsica, En torno al liberalismo y la
Historiografa, Larra y la construccin del artculo moderno, Los grandes crticos
modernos, El pensamiento conservador, Socialismo utpico, psicologa, materialismo
y empirismo, Los poetas romnticos como crticos, Los hegelianos, El Krausismo,
Positivismo, evolucionismo y neokantismo, La crtica literaria de la poca realista. Los
novelistas como crticos, La polmica sobre la ciencia espaola, El
Regeneracionismo, La moderna escuela filolgica y Socialismo y anarquismo21
.
A partir de la especificacin de los textos de Montaigne y Bacon como ensayos, se
aplica el trmino, inicialmente en Inglaterra, a obras de amplia variedad. Queda as
habilitado para designar mltiples aproximaciones a diferentes cuestiones o materias, sin
un objetivo de exhaustividad, pero s con una intencin reflexiva. Estos rasgos aparecen
en la tradicin literaria espaola, de la cual hace una revisin en la que interesa destacar
la referencia a Gmez de Baquero22
y a su idea de la supremaca de un gnero literario en
cada poca histrica o cultural. As, al Siglo de Oro correspondera el predominio del
teatro, al siglo XIX la novela y el siglo XX sera la centuria del ensayo. Andrenio remonta
la tradicin ensaystica espaola hasta Sneca, pasa por Antonio de Guevara, Juan de
20
P. Aulln de Haro, Los gneros ensaysticos en el siglo XIX, p. 11. 21
Ibid., pp. 15-91 y ss. 22
E. Gmez de Baquero, (Andrenio), El renacimiento de la novela espaola en el siglo XIX, Madrid,
Mundo Latino, 1924, pp. 7-116.
23
Valds, Quevedo, Gracin, Fray Luis, el P. Feijoo y el P. Isla, y llega hasta Valera y
Clarn. De todos ellos, son los autores del XVIII, Feijoo, Cadalso, Jovellanos, quienes
muestran ms coincidencias con el concepto del ensayo espaol moderno, una vez
eliminado el didactismo enciclopdico. La continuidad de esa vertiente se extiende hasta
el siglo XX con la Generacin del 98, Eugenio dOrs y, sobre todo, con Ortega y
Gasset23
.
En el estudio del ensayo en el siglo XX24
, indica que la comparacin de ste con los
dos anteriores pretende concluir en la identificacin de las lneas de pervivencia, su
evolucin o desaparicin y en las innovaciones producidas en esta ltima etapa. A
grandes rasgos, destaca la aportacin de los autores del 98 a la configuracin definitiva
del ensayo moderno, proceso que culmina con la produccin de Ortega y Gasset. Los
mritos de los autores del 98 se resumen en la constitucin de una prosa desprovista de
retrica, usos, sintaxis y tono del siglo XIX que dispuso el lenguaje para que satisficiera
la expresin del hombre contemporneo.
En cuanto a la caracterizacin del ensayo en el siglo XX, reitera que son materiales
en prosa no artstica y expresin ideolgica imprescindible para el conocimiento de la
realidad literaria y el entorno en que se desarrolla. Realiza su tipificacin mediante la
delimitacin de los extremos del lenguaje artstico, de un lado, y los del cientfico, de
23
P. Aulln de Haro, El ensayo, gnero humanstico moderno,, pp. 310 y 311:
En la cultura espaola, como es sabido, las pautas que inmediatamente anteceden a la
constitucin del Ensayo son bsicamente localizables en el Teatro Crtico Universal y en las Cartas
Eruditas y Curiosas de Feijoo, en las Cartas Marruecas de Cadalso, en las publicaciones peridicas
dieciochistas como el Diario de los Literatos y El Censor. En Europa, de la manera ms estable,
Shaftesbury, Addison y en general los empiristas ingleses. Corresponde a Larra el honor de
consumar El gnero del Ensayo breve a la manera de artculo acorde con las necesidades de la
Espaa decimonnica. Eduardo Gmez de Baquero, Andrenio, sostiene que la literatura espaola
ofrece una larga tradicin de ensayistas perfectamente explicable en virtud de la tendencia tanto
moralista como discursiva que en ella es perceptible desde sus orgenes y que vino a llenar de
moralidades y de reflexiones incluso las novelas d El gnero picaresco. Esta tendencia espaola
prefigura en su vertiente didctica perfiles de cierto sesgo ensaystico involucrados en diversos
gneros artsticos, quiz muy especficamente en la poesa didasclica, pero es cierto que de manera
fundamental en la novela. Andrenio, siguiendo a Bacon, reconoce en las Epstolas de Sneca la obra
de un ensayista, y prosigue explanndose sobre un amplio y acertado elenco de autores espaoles:
desde Guevara y Fray Luis a Feijoo y el Padre Isla, y ya en tiempos modernos, Larra, Juan Valera,
Clarn y por supuesto extensamente los del Noventayocho. Por otra parte, escritos novelescos de
Eugenio dOrs como La bien plantada y La escenografa del tedio pueden ser considerados como
ensayos novelados. Y en direccin inversa se ha podido hablar de filosofa narrativa. Sea como
fuere, habra que asignar a Ortega no slo la cualidad reconocida de ensayista espaol por
antonomasia, sino tambin la de uno de los ms destacados modelizadores del ensayismo filosfico
europeo de su tiempo. Precisamente, dentro de la cultura europea en general cabra destacar la
encumbradsima tradicin del pensamiento alemn declaradamente asistemtico, desde Lessing a
Schiller, tradicin sta que culmina en ciertas obras de Schopenhauer, en Nietzsche y, por supuesto,
Kierkegaard. 24
Ob. cit.
24
otro; adems de los factores de extensin, estructura interna, disposicin, etc. Insiste en la
descripcin en tiempo presente, opuesta a la fabulacin de la prosa novelstica y a la
organizacin sistemtica del texto cientfico; y aade el rasgo de indeterminacin debida
a su situacin en el punto equidistante a la autorreferencialidad del texto artstico y a la
extrema referencialidad denotativa del cientfico. El criterio de extensin resulta difcil de
aplicar en un gnero cuyas cotas sita entre la inferior a la de un tratado y la superior a
unas cuantas pginas. La categorizacin de los subgneros incluidos en los ensaysticos,
aun partiendo de su manifiesta indeterminabilidad, es posible establecerla como lindante
por un lado con la lengua estndar y el panfleto y en el extremo superior con el estudio de
carcter cientfico y el tratado. Como propuesta taxonmica de los subgneros
ensaysticos para este siglo, plantea la inclusin de una serie de tipos: panfleto,
manifiesto, discurso, opsculo/folleto, artculo, estudio y tratado, junto a los que hay que
situar el Ensayo y considerar en todos ellos que El personalismo o la abierta relacin
objetividad/subjetividad que suele caracterizar la actitud del ensayista funciona en sentido
inverso a las pretensiones objetivistas y despersonalizadas del discurso cientfico.25
Concluye, a partir de la descripcin de Andrenio, que la formalizacin histrica del
Ensayo se constituye de manera irregular pero manteniene la interaccin entre el ensayo y
otros gneros bsicos, en la lnea general de ruptura superadora del sistema clsico a
partir del Romanticismo.
AUTOBIOGRAFA Y BIOGRAFA
Estos dos gneros presentan muchos elementos de coincidencia y en el desarrollo que
sigue se ver que es muy difcil separarlos. Contrariamente a la escasez de estudios sobre
la Biografa, la Autobiografa s que ha recibido amplia atencin por parte de la crtica del
siglo XX26
. Pero, en esto coincide con la Biografa, se trata de enfoques desde diferentes
disciplinas. Entre los anlisis terico literarios destacan dos obras de Jos M Pozuelo
Yvancos: Potica de la ficcin (1993) y De la autobiografa27
.
En el siglo XX los gneros memorialsticos (Diario, Memorias, Libro de viajes)
ocupan un lugar de importancia creciente. A la Modernidad le interesa el yo, en sus
manifestaciones sociales y en la definicin de su estatuto, como no lo haba hecho nunca
antes de los Essais de Montaigne (1580). Exceptuando las Confesiones de San Agustn o
25
Ibid., p. 104 26
S. Wahnn Bensusan, De la autobiografa. Teora y estilos, Revista Signa 17 (2008), UNED., pgs. 357-361. 27
J. M Pozuelo Yvancos, De la autobiografa, Barcelona, Crtica, 2006.
25
las de Rousseau y el libro de Su vida de Santa Teresa, el sujeto no se permite, hasta ese
momento, eliminar las fronteras definidas entre lo pblico, lo privado y lo ntimo. La
conformacin de la Autobiografa como gnero se desarroll en paralelo a la teora crtica
correspondiente, en especial, la contempornea.
Pozuelo la define como un gnero fronterizo, de estatuto complejo. No puede
considerarse ficcional porque responde a una funcin comunicativa social y pragmtica,
pero el yo autor es diferente del yo real y del yo de la narracin. Es un yo que opera por
un acto de memoria y que obtiene su identidad al pasar a la narracin.
Probado que el elemento del pblico es determinante en la formacin y evolucin
de los gneros28
, diversos autores atribuyen a la fractura del hombre moderno el xito de
la Autobiografa como restitutiva de su unidad. No obstante, Pozuelo matiza que muchas
de estas obras tienen como objetivo la deconstruccin genrica y del estatuto de su
personaje. La condicin de fronterizo le viene de su intencionalidad, desde las primeras
confesiones, de creacin de una identidad relacionada con unos hechos presentados como
reales. Como gnero participa de muchos de los rasgos de la ficcin, pero el autor no
considera que la autobiografa sea pragmticamente, y en su modo de ser acto
performativo y social, un gnero ficcional, incluso cuando pueda plantearse el carcter
complejo de su constitucin semntica y sintctica, y pueda admitirse por tanto que es un
gnero que traspasa muchas veces la frontera de la ficcin para instalarse en ese otro
territorio.29
Como ocurre tambin con la Biografa, el gnero con el que principalmente se
compara y relaciona la Autobiografa es la Novela, en este caso autobiogrfica, o con la
de formacin o autoformacin30
. E, igualmente, la bibliografa que se ocupa de su estudio
no es solo de Teora literaria, Historia o Teora de la historia, sino que abunda la
filosfica (y, como se ver, tambin la psicolgica y la sociolgica). Los asuntos de
discusin terica son las oposiciones entre verdad y ficcin; las cuestiones de la
referencialidad, del sujeto, de la narratividad como constitucin del mundo Y este
mltiple perspectivismo confirma el carcter fronterizo de la Autobiografa.
28
R. Senabre, Literatura y pblico, Paraninfo, Madrid, 1986. 29
J. M Pozuelo Yvancos, De la autobiografa, p. 17. 30
M. . Rodrguez Fontela, La novela de formacin. Una aproximacin terica e histrica al
desde la narrativa espaola, Universidad de Oviedo y Kassel, Edition
Reichenberger, 1996. Para esta autora, la autobiografa se encuentra en el origen de la Novela de
autoformacin.
26
Presenta estilos muy diferentes que le confieren un estatuto genrico, que es
multiforme, convencional e histricamente movedizo.31
Adems, tiene vnculos directos
con el encomio y la confesin o la epstola, que fue el nico medio de expresin del
individuo durante mucho tiempo. Al relegarse la prctica epistolar, qued un espacio para
la intimidad y espontaneidad autobiogrficas. Para definir la Autobiografa es preciso
esclarecer a qu tipo se hace referencia y a qu poca pertenece, y tener en cuenta las
interinfluencias que ejercen unos gneros sobre otros a lo largo de la historia. Para
Pozuelo, todos estos preliminares representan el estado del debate sobre la Autobiografa
en la actualidad y los lmites que presenta con la ficcin.
El punto de partida es su carcter mixto en el que un yo se presenta como historia
en el acto mismo de la construccin del texto. Es un discurso que es ms que discurso
porque hay un sujeto de la enunciacin que es al mismo tiempo enunciado. Esto no
plantea problema, pero s el que ese yo narre su vida como verdad de el que fue en el
pasado. El discurso autobiogrfico pretende ser autentificador para que se lea como la
imagen verdadera de s mismo que testimonia el propio sujeto. Esta es la situacin de la
que parten las dos posturas crticas principales en la actualidad. Por un lado, los autores
que consideran que cualquier narrativizacin del yo implica ficcionalidad por las mismas
condiciones retricas de la identidad y por ser una interpretacin del sujeto como parte
del discurso. Para Nietzsche, Derrida, Paul de Man, R. Barthes y la crtica deconstructiva
el gnero autobiogrfico contiene un carcter intrnseco de ficcin. Se adhieren a una
lnea tradicional defendida por Goethe, Proust o Valry que afirma que toda literatura es
autobiogrfica; y tienen que ver con la inversin deconstructiva de que toda autobiografa
es una literaturizacin. La segunda postura corresponde a Lejeune o E. Bruss, quienes
admiten que algunas novelas utilizan recursos autobiogrficos, pero niegan que siempre
haya ficcin en la autobiografa. Lo que se plantean es cmo encontrar la especificidad
discursiva para este gnero, sea pragmtica, histrica o dentro el Sistema de los gneros,
puesto que no se trata de novelas y muchas de ellas no se consideran siquiera obras
literarias. Seala Pozuelo que, precisamente, es la imposibilidad de definicin formal de
la Autobiografa la que permite aunar estas dos posiciones irreconciliables: las novelas
autobiogrficas y las autobiografas sin intencionalidad ficcional comparten los mismos
elementos formales.
31
J. M Pozuelo Yvancos, De la autobiografa, p. 21.
27
Pozuelo recoge de diferentes autores los rasgos de la Autobiografa. Seala como
incontestable la idea de Lejeune de que en la prctica social hay un identidad entre el
nombre y el autor, el narrador y el personaje de la narracin, que deja de ser narracin
para ser autobiografa. Esa identidad es posible por el pacto o contrato de lectura, que se
firma mediante la constancia del nombre propio y es parte de un contexto pragmtico de
referencialidad, es decir, pertenece a la categora de textos que son susceptibles de ser
verificados. No se trata de que los hechos relatados sean verosmiles, sino que el pacto de
lectura implica que son narrados y testificados por un sujeto que declara haberlos vivido
realmente. Cosa distinta es que lo sean de verdad, pero s que deben ser presentados como
verificables. Este pacto constituye el elemento diferenciador de la Autobiografa con
respecto a la ficcin autobiogrfica. sta presenta los mismos rasgos formales, pero no el
contrato de lectura, mientras que aqulla nunca es leda como ficcin.
El segundo rasgo alude a la construccin del yo autobiogrfico. Este yo no existe
sino por la elaboracin del texto. De esta manera, la autobiografa pierde su consideracin
de documento verificable y se entiende como proceso de bsqueda de identidad. A partir
del siglo XVIII adquiere incluso una capacidad salvfica para el sujeto, frente a los dems,
pero tambin frente a s mismo, y pasa a ser instrumento de construccin de la identidad.
As es considerada por lingistas, como Benveniste; filsofos del lenguaje, como
Cassirer; y psicoanalistas como Lacan, que observan la relacin entre lenguaje e
identidad, la narracin como falseamiento, la autodefinicin, etc.
La Autobiografa implica la sustitucin de lo vivido por la analoga narrativa que
crea la memoria, con su falsa coherencia y causal de los hechos, pero que
unas veces tal sustitucin ser una impostura y otras veces no, depender en ese caso de
su funcionamiento pragmtico.32
Paralelamente a la discusin terica, los autores de
autobiografas contemporneas, tienen en cuenta esta relacin entre yo y texto pero para
realizar la deconstruccin del primero, como Roland Barthes que establece un anti-pacto
autobiogrfico y pretende un juego de deconstruccin del yo como personaje. Ha sido la
insistencia de los estudios tericos sobre la crisis de identidad moderna, la que ha
propiciado que se recuperara el sentido especular de la literatura.
En tercer lugar establece que la Autobiografa tiene una doble funcionalidad, ya
aludida antes: por un lado es un acto de conciencia por el que el yo construye su
identidad; y, por otro, es acto comunicativo puesto que supone una justificacin ante los
32
Ibid., p. 34.
28
otros, ante los lectores. Ambos constituyen, segn Pozuelo, dos cronotopos inseparables
que son los que originan el gnero. La crtica deconstruccionista habra considerado la
Autobiografa como cronotopo interno, por la relacin del sujeto, a travs del texto, con
su propia vida; mientras que la crtica pragmtica se centra en el cronotopo externo de la
publicacin y lo escrito como medios de relacin con los otros, como contrato de lectura.
Toma de Batjin su descripcin de las dos lneas autobiogrficas a partir de las obras
clsicas33
. La primera sera la platnica de la Apologa de Scrates, que interpreta la vida
como bsqueda del conocimiento verdadero y que habra inspirado la forma
autobiogrfica filosfica del Discurso del mtodo de Descartes o de la autobiografa de
Bacon. La segunda vertiente sera la autobiografa retrica, basada en el encomio, que
pudo dictar el discurso en su propia defensa de Scrates. Para Pozuelo el origen de la
Autobiografa podra darse por la suma de estas dos concepciones: el relato de la vida
como va de conocimiento suele ir unido a una justificacin, una apologa implcita o
encomio que el sujeto hace de s mismo.
Otro rasgo de la Autobiografa es la presencia del t. Cita a G. Gusdorf34
que
describe la importancia del cristianismo en la conformacin del gnero. Las culturas
primitivas y clsicas no admitan la individualidad ni la funcin especular para enfrentar
la propia imagen. El cristianismo supone una nueva espiritualidad centrada en la persona
e introduce la prctica de la confesin, con el consiguiente examen de conciencia ante
Dios de manera sistemtica y obligatoria. Las Confesiones agustinianas seran respuesta a
ese mandato, pero con una gran carga retrica: apelacin al otro para presentar la verdad
contrapuesta a la imagen exterior del sujeto; un carcter reivindicativo de la verdad sobre
uno mismo. En la Autobiografa hay un principio de autojustificacin ante los dems que
propicia un dilogo con un t a fin de que se haga justicia. Lo mismo ocurre con
Rousseau, que tambin somete su texto a la retrica de la veracidad y responde al
principio de individuacin que origin los Essais de Montaigne. Con la misma finalidad
ejemplarizante operan las mltiples autobiografas de personajes burgueses sin relevancia
de la poca que encuentran su sentido en un pacto de sinceridad.
Por esto, en la Autobiografa adquiere mucha importancia la figura del narratario
puesto que es la que dota a la comunicacin de su dimensin de pacto. Se trata de un
pacto con el lector implcito, con un t intrahistrico y con un t citado como receptor
inmanente, que est en el texto codificado como receptor. El t narratario tiene carcter
33
Ibid., p. 54. 34
Ibid., p. 60.
29
textual pero sobrepasa la semntica del texto. Cuando ya est asentada la prctica de la
exposicin de la propia intimidad, no extraa; pero durante siglos haba existido un pudor
por la autoexhibicin, que haca preciso un t concreto al que explicar el relato de una
vida bajo la apariencia de la carta privada. Adems, una caracterstica de este narratario es
la de pertenecer a un grado jerrquico superior. De esta forma, se aminora el carcter
privado ya que se eleva mediante el pacto retrico y se refuerza la veracidad de lo
narrado por la respetabilidad del narratario. La presencia del t en la Autobiografa
constata el pacto de lectura y eso implica una dimensin retrico-argumentativa, tambin
apelativa.35
Recoge que, para Kaplan, este esquema retrico de la Autobiografa est en
su condicin de acto persuasivo que comparte con el gnero epidctico.
Tambin el olvido es parte de la Autobiografa. Ms que por la censura freudiana,
se justifica por una accin selectiva de la memoria36
que escoge las experiencias del
pasado de acuerdo al sentido profundo que se le da a la vida, incluso modificando la
interpretacin que se les atribuy en su momento. Pero el binomio memoria/olvido
responde a otras relaciones cuando se sita ante un tercer elemento que es la escritura.
Sigue el desarrollo de Derrida en su deconstruccin de los predicados fundamentales para
el concepto clsico de sta: hace ver que la marca de lo escrito es una forma significante
que no se constituye sino por su iterabilidad, por la posibilidad de ser repetida no solo en
ausencia de su referente sino tambin [] de un significado determinado o de la
intencin de significacin. La escritura es [] una marca de esas ausencias.37
Para Pozuelo, el objetivo es establecer una teora de la forma autobiogrfica por la
contraposicin de la memoria autobiogrfica frente a la forma del olvido que supone la
escritura. La autobiografa ser el remedio para atemperar ese olvido:
El fundamento de la escritura autobiogrfica es establecer la existencia, la presencia de
una voz que sustentando su verdad, en forma de testimonio directo, quiere trascender la
propia escritura. La lucha del narrador es por recuperar el espacio en el cual la escritura no se
35
Ibid., p. 64. 36
R. Senabre, Literatura y, p. 47. Habla tambin de seleccin Ricardo Senabre al referirse a la
autobiografa de Santa Teresa. Seleccin que no solo afecta a los hechos, sino tambin a los estados
anmicos de la Santa, muchas veces de aparente irrelevancia. Y junto a este procedimiento la llamativa
omisin, voluntaria y confesa, o imprecisin ocultadora, de muchos datos que parecen fundamentales a
juicio del lector. Segn el autor, su operar se adeca a los destinatarios a quienes parece dirigir sus escritos,
es decir, telogos y eclesisticos que pudieran actuar frente a posibles inquisidores.
Se tratara de una seleccin y omisin con objetivo de ocultamiento que se confirmara por el uso de
un lenguaje vulgar, incluso en el uso de trminos que sobradamente conoca. El origen hebreo de su familia
y la frecuencia de las acusaciones ante la Inquisicin por el simple hecho de desarrollar actividad intelectual
a muchos conversos hicieron previsible la oposicin a sus reformas. Por este motivo, Santa Teresa
vulgariz su estilo con un objetivo de ocultacin. 37
J. M Pozuelo Yvancos, De la autobiografa, p. 79.
30
ha liberado de la voz originaria, del hombre que la y cuya presencia en
forma de testimonio est constantemente convocada. Aqu radica una de las razones de la
dimensin fuertemente apelativa, conativa, de la escritura autobiogrfica, que pretende
recuperar el circuito primario, originariamente oral, de la comunicacin, salvando de ese
modo la grieta y la abstraccin que esa grieta impone- de la escritura como forma de olvido
y de silencio.38
Al lector actual la memoria autobiogrfica le permite introducirse en la escritura de
un autor que mantiene que su relato son experiencias reales de las que l mismo ha sido
testigo. Por esto, las sensaciones son tan evidentes en ella, porque materializan y
presencializan la experiencia y al sujeto a travs de su percepcin por los sentidos,
representados en multitud de detalles.
Otra consecuencia derivada de la escritura, y que la autobiografa pretende
combatir, es la ambigedad de la abstraccin. Esa ambigedad da paso a la diversidad de
interpretaciones. Sin embargo, la autobiografa busca precisamente un control de stas,
mediante la referencia a la veracidad, al testimonio del propio autor, y la imposicin
estilstica de una nueva temporalidad. Pretende reinstaurar la inmediatez con la
reproduccin puntual de los sucesos y su estrecha ligazn al tiempo de la lectura. Aunque
el relato se da en pasado, la escritura de la autobiografa se realiza en el presente: convoca
en el presente la presencia del pasado, por ello no se recuerda como un todo, sino siempre
como puntos sucesivos en el pasado. La temporalidad autobiogrfica est siempre al
servicio de la presencia: existe una interdependencia entre el hablar del yo
retrospectivo que escribe una autobiografa en el presente y de los varios
acerca de los que el autobigrafo escribe39
Lo ocurrido en el pasado contribuye al
sentido de lo por venir y ambos se unen en una presencia en el presente.
Por ltimo, seala tambin Pozuelo una capacidad simbolizadora que trasciende la
individualidad por la carga ejemplarizante que contiene. Lo interesante de la
autobiografa es el drama que supone el encuentro del hombre consigo mismo y con su
participacin en el acontecer histrico. La constitucin del sujeto como histrico,
verdadero, es inherente al acto autobiogrfico.
38
Ibid., p. 84. 39
Ibid., p. 87.
31
ii EL PERSONAJE COMO FUNDAMENTO DE LA BIOGRAFA
LOS CARACTERES. EL PERSONAJE EN EL ARTE Y EN LA LITERATURA
Se inicia esta aproximacin desde la idea de personaje segn los principios aristotlicos.
En su Potica, la principal divisin genrica entre Poesa e Historia contiene una
conceptualizacin implcita:
el historiador y el poeta no difieren por decir las cosas en versos o no (pues sera
posible poner las obras de Herdoto en verso y no sera menos una historia en verso que
sin l), sino que difieren en que uno dice lo que ha ocurrido y el otro lo que podra ocurrir.
Y por eso la poesa es ms filosfica y noble que la historia, pues la poesa dice ms bien
las cosas generales y la historia las particulares40
La construccin que se haga del personaje deber adecuarse a las caractersticas del
gnero para el que es concebido. Antes, en el captulo II, refirindose a los caracteres de
la tragedia y de la comedia, afirma que sta consiste simplemente en la mmesis de los
que actan, y stos necesariamente son gente de mucha o poca vala.41 En el captulo IV,
al explicar la fragmentacin producida dentro de la Poesa, en lo que afecta a los
personajes, indica que se efecta segn la forma de ser de cada uno: en efecto, unos
ms graves, mimetizaban acciones nobles y de gente noble; otros ms vulgares, las
acciones de gente ordinaria42
. Contina describiendo los caracteres en la comedia, como
mmesis de hombres inferiores, mientras que a la tragedia y la epopeya corresponde la
imitacin de la gente noble43
. Esta concepcin marca una lnea que es asumida por toda
la preceptiva clasicista hasta la Modernidad44
. Se trata de un personaje funcional al
servicio de la accin, puesto que el personaje de la fbula aristotlica est subordinado a
ella y se define por sus actos. Adems, est movido por la lgica, segn relaciones de
causa y efecto y debe ajustarse a la verosimilitud45
.
Si bien Aristteles no dedica espacio en la Potica ni al gnero biogrfico ni al
personaje, s que se ocupa de la naturaleza del ser humano en su Retrica46
, cuya
descripcin de sus elementos constitutivos resulta en una psicagoga. Su objetivo es la
explotacin de los recursos oratorios con una finalidad persuasiva, siendo entre ellos el
40
Aristteles, Ob. cit., cap. IX, pp. 75-77. 41
Ibid., p. 61 y 62. 42
Ibid., p. 65. 43
Ibid., caps. V y VI. 44
J. G. Maestro, Arte barroco y personaje literario (The Merchant of Venice y El coloquio de los perros),
Barroco, P. Aulln de Haro (ed.), Madrid, Verbum, 2004, pp. 521-566. 45
Ibid., p. 541. 46
Aristteles, Retrica, Introd., trad. y notas de Quintn Racionero, Madrid, Gredos, 1994.
32
discurso epidctico el que interesa a este trabajo como antecedente del gnero biogrfico.
Se dar cuenta de ello en el captulo de caracterizacin de la Biografa, por su adecuacin
al personaje biogrfico como psicologa real y por las muchas coincidencias que presenta
con las diversas disciplinas que explotan el gnero biogrfico en sus desarrollos
epistemolgicos.
El balance de Aulln de Haro sobre el tratamiento del personaje en la Potica de
Aristteles es como materia literariamente ya incardinada [], que de inmediato recogi
con otros propsitos Teofrasto mediante el concepto de caracteres que en la Retrica
aristotlica y clasicista permaneci limitadamente como estudio de stos y, por ello, a su
vez, perteneciente a la psicagoga.47 Y contina describiendo su evolucin para confirmar
la inexistencia de una tradicin terica. As, hasta el siglo XVII en el que la cultura
europea realumbr los caracteres como gnero literario, sobre todo a partir de la obra
prestigiosa de La Bruyre48
; y el XVIII, al que reconoce ser la poca, primero, del
sujeto idealista y del genio y, despus, del arte realista y sus grandes representaciones de
personaje49
, aunque la reflexin terica sobre el tema no aparece hasta el siglo XIX.
Maestro50
seala que desde la potica aristotlica pasa a la historia de la literatura
un personaje sometido a la fbula segn los dictados de la lgica, la causalidad y la
verosimilitud. El fondo de esta concepcin responde a una intencionalidad tica y
moralizante que se transmite en todas las preceptivas clasicistas hasta el Romanticismo.
Sin embargo, los personajes literarios ms relevantes en todas las pocas no responden a
esos planteamientos (Celestina, Melibea, Prmeno, Sancho Panza, los hroes de
Numancia, Don Quijote, Pablos, el rey Lear, Shylock), sino que suponen una
transgresin que se extrema en el Barroco. Es decir, el decoro es condicin preceptiva que
desaparece en los personajes literarios ya desde la Edad Media, cuyos planteamientos
narrativos, cmicos y polifnicos difieren de las normativas clsicas.
Para este autor, el personaje barroco representa la tensin entre el personaje
existencial, plural y libre de la Modernidad y el que se somete desde la Antigedad a un
sistema moral inmutable que lo trasciende y est cerrado a innovaciones. Antes del
Romanticismo, el personaje era agente de acciones para vencerlas, crearlas o sucumbir
ante ellas; las teoras idealistas introducen un nuevo sujeto en el que se busca aunar una
inteligencia y voluntad que superen la fbula y demuestren su autoconciencia por la
47
P. Aulln de Haro, Teora general del personaje, p. 17. 48
Ibidem. 49
Ibid., pp. 17 y 18. 50
J. G. Maestro, Ob. cit., pp. 524-537.
33
reflexin sobre sus propios actos. A partir de este momento el personaje deviene
ejercicio complejo, inacabable, caracterizado por la segmentacin o discrecionalidad, la
sntesis de sus elementos constitutivos. En este proceso histrico y evolutivo de
interpretacin, el personaje parece eludir toda formulacin final definitiva, crece en
calidad esttica y complejidad antropomrfica51
y asume en su significacin sus
pensamientos y sentimientos. El germen de la inversin categorial que eleva al sujeto por
encima de las acciones est en el personaje barroco, que empieza a cuestionar
racionalmente la moralidad y orden establecidos en el siglo XVII espaol desde una
posicin psico-lgica: Se pasa, pues, de una moral objetiva, lgica, especulativa,
pblica, a una moral subjetiva, personal, psico-lgica, individual, por relacin a la cual
los actos del sujeto adquieren un sentido que no viene impuesto por la lgica inmanente
de los acontecimientos.52
Desde el final del siglo XVIII fbula y sujeto son
reinterpretados y el personaje deja de ser agente de la accin para ser creador de sus
significados. La sntesis del personaje moderno consiste en la discriminacin entre Sujeto
y Fbula, personaje y accin y sus elementos constitutivos: el personaje tiene que
experimentar lo que est realizando en la accin.
En Teora general del personaje53
, Aulln de Haro ofrece un panorama del
tratamiento del mismo que abarca todas las artes. Aunque se tendr en cuenta aquellas
referencias a otras disciplinas que interesen por cuestiones atinentes a la biografa, nos
centraremos en lo concerniente a la teora y creacin literarias. Puede extraerse del texto
cinco rasgos que, aceptados como constitutivos de entidad, resultan en concepto de
personaje: Por principio, pertenece a la esfera del sujeto humano; adems: Un
personaje consiste en un sujeto presentado en cuanto persona y que es tomado como
objeto, en el plano que fuere, por algn o algunos sujetos, El personaje es persona,
ficticia o real, puesta en cualesquiera circunstancias a consideracin, separada,
diferenciada para un receptor que en algn sentido la toma como objeto, Constituye,
pues, el otorgamiento de un cierto tipo, cuando menos pragmtico, de individualizacin
y: As, fenomenolgicamente, un personaje es alguien que relevantemente aparece54
.
Todava completa la conceptualizacin con otros matices que incorporan a esta base los
componentes sociales y psicolgicos. As, un poco ms adelante, asume el planteamiento
jungiano segn el cual la individualidad de una persona implica el desempeo de un
51
Ibid., p. 528. 52
Ibid., p. 535. 53
Ob. cit. 54
Ibid., p. 21 y 22.
34
papel social, profesional o tantos otros; y subraya el elemento psicolgico implcito en la
etimologa latina de la palabra persona que remite al concepto de o
incluso 55
. Asimismo insiste en estos factores al declarar la
necesidad de una coherencia en su construccin y un emplazamiento temporal: Los
personajes [] tienen siempre una lgica, y un presente, un pasado [] y un futuro
posible []56
; e insiste en los elementos contextuales y psicolgicos: [] posee, ante
todo, un largo mundo cultural y un gran transmundo psquico.57
Por ltimo, es
fundamental resaltar un aspecto sin el cual quedara incompleta su pluridimensionalidad,
es decir, la trascendentalidad de todo sujeto: El personaje, [] es un asunto de
significacin, de significacin profunda. Tomado en su volumen superior de significado,
el personaje no es un mero signo, ni un actante ni cosa parecida, sino un smbolo en su
ms pleno sentido y con toda su carga de ambigedad58
.
Cabe incardinar aqu la conclusin de Castilla del Pino en cuanto a la ipseidad, y
hasta cierta inversin de papeles con respecto a su creador, que el personaje termina por
desarrollar, consecuencia de su trayectoria evolutiva y conductual y del inevitable dictado
por la receptividad del lector:
Hay una lgica del personaje a la que se ha de someter el autor si quiere hacer su
personaje, la situacin, verosmiles, porque el personaje es una criatura con su destino, y
la nica diferencia con el de la criatura real es que hay alguien, el autor, que lo conoce de
antemano. Pero ese destino va siendo ms y ms predictible gracias a la redundancia de la
narracin, esto es, a medida que se avanza en la lectura, de modo que, a partir de un
punto, ni el autor puede inventarse otro destino cualitativamente distinto ni el lector lo
tolerara desde todos los puntos de vista (moral, intelectualmente, pero sobre todo desde el
punto de vista de la eficacia narrativa).59
Procedente de la sociologa, pero con posible aplicacin a la biografa y que
Maestro descubre en la literatura, es el elemento que Jean Louis Le Grand60
aade cuando
plantea que la cuestin tica surge inmediatamente en los relatos de vida en cuanto que
conciernen a la vida de personas que pueden verse beneficiadas en su reconstruccin, ser
parte interesada de su creacin, o simplemente rechazar el verse etiquetadas. Como
consecuencia, dichas reservas ticas se van haciendo presentes de manera sistemtica en
55
P. Aulln de Haro, Teora general del personaje, p. 22. 56
Ibid., p. 25 57
Ibidem. 58
Ibid., p. 41. 59
C. Castilla del Pino, Ob. cit., en P. Aulln de Haro (ed.), Teora de la crtica literaria..., p. 343. 60
J.-L. Le Grand, Rationalits scientifiques et rcit biographique: deux logiques conflictuelles? en
Robin/Maumigny-Garban/Sotard, Le rcit biographique, Vol. I, Pars, LHarmattan, 2004, p. 52.
35
todas las ciencias sociales y especialmente en aquellas que trabajan con historias
personales.
EL PERSONAJE SEGN EL CONCEPTO DE BILDUNG
Por su asimilacin en la concepcin del sujeto en la cultura occidental y su influencia en
el personaje biogrfico, interesa aqu incluir la aportacin que supone la idea alemana de
Bildung. Asume sta la herencia de las Confesiones agustinianas y del pietismo
protestante, pero tambin es posible descubrirle antecedentes desde la Antigedad y la
crtica reconoce su prolongacin hasta el establecimiento de la Novela de formacin. Se
han tomado para este estudio dos obras de autores espaoles y dos de alemanes61
como
referentes de los estudios sobre este modelo narrativo de construccin biogrfica; y, en
tercer lugar, la aportacin de Delory-Monberger, desde una perspectiva sociolgica. No
obstante, en este punto se trata de lo que concierne exclusivamente a la creacin del
personaje. El desarrollo de los planteamientos de la Bildung se ha incluido en el captulo
correspondiente a la propuesta taxonmica de las clases biogrficas, puesto que estn
presentes en algunas de ellas.
Miguel Salmern62
estructura su estudio en dos partes. La primera se centra en la
exposicin del concepto de Bildung, por un lado y, por otro, de la Novela de formacin;
y, la segunda, en el estudio de una seleccin de autores y obras representativas en el
mbito germnico. En el caso Mara de los ngeles Rodrguez Fontela63
empieza por
definir los conceptos de gnero y de Bildungsroman, para desembocar en el estudio de la
estructura mtica y antropolgica de la Novela de autoformacin y su evolucin en la
Antigedad, la Edad Media, la Novela de caballeras, la Picaresca, la Autobiografa y la
Novela autobiogrfica, en las relaciones de la Novela didctica y pedaggica con la de
autoformacin, y su presencia en la Novela lrica.
En cuanto a los autores alemanes, Selbman, estudia el concepto y su discusin
crtica desde Blackenburg hasta Hegel. Intenta su determinacin como gnero a partir de
su problemtica y de la historia de la Bildung y de la Novela de formacin: en cuanto a su
gnesis, la sita en el siglo XVIII, representada por Schummel, Knigge, Wezel, Hegrad,
con especial atencin a Wilhelm Meister de Goethe, como modelo genrico, y al conjunto
61
R. Selbman, Der deutsche Bildungsroman, 2. berarbeitete und erweiterte Auflage, Stuttgart, Metzler,
1994.
O. Gutjahr, Einfhrung in den Bildungsroman, Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 2007. 62
M. Salmern, La novela de formacin y peripecia, Boadilla del Monte (Madrid), Antonio Machado
Libros, 2002. 63
M. . Rodrguez Fontela, Ob. cit.
36
de su obra como novela de formacin. La elaboracin de Bildungsroman en el siglo XIX
est representada por la novela individual y social de Mrike: Maler Nolten, Tieck: Der
junge Tischlermeister e Immermann: Die Epigonen; a mediados de siglo, con la novela de
formacin de Freytag: Soll und Haben, Keller: Der grne Heinrich o Stifter: Der
Nachsommer y Raabe con su Dr Hungerpastor, Stopfkuchen. En el siglo XX, se definen
dos lneas en la Novela de formacin: la primera, entre ideolgica y pardica, con autores
como Thomas Mann con Der Zauberberg y Musil con Der Mann ohne Eigenschaften; y,
en segundo lugar, la Novela de formacin socialista. Finalmente, descubre tambin
huellas de la Bildugnsroman en as obras actuales de Grass: Die Blechtrommel, Handke:
Der kurze Brief zum langen Abschied o Stra: Der junge Mann. Como punto
fundamental, sita la cspide del concepto de Bildung en W. von Humboldt y da cuenta
de su proceso evolutivo.
Por su parte, Gutjahr, tambin hace una breve introduccin sobre el concepto del
gnero y sobre la Novela de formacin de los siglos XVIII, XIX y XX-XXI. Estudia
asimismo a Wieland, Goethe y Keller, pero aborda la perspectiva de la formacin con una
distincin de gnero en la que considera la interculturalidad actual. Conviene sealar que
coincide con el autor anterior y dedica un espacio a Humboldt, el humanismo y la
formacin.
Para Salmern64
, desde las primeras novelas de este gnero (Parzival de Wolfram
von Eschenbach, inserta en la tradicin literaria del Grial), el inters por la psicologa de
los personajes va en progresivo aumento dando lugar a un nuevo tipo de hroe. Se
transforma el ideal caballeresco desde ser un mero soporte para la estructura poltica hasta
legitimar su poder mediante valores espirituales. El personaje ya no es solo el hroe
caballeresco en busca de aventuras para cumplir con las dualidades de generosidad-
lealtad, con respecto al rey, y de beneficio-servicio para con su dama. Su proceso es ya
una aventura interior 65
que le permitir conseguir el Grial. Se trata de conciliar el ideal
caballeresco de corte mundano, corts y guerrero, con el de caballero cristiano, acorde al
nuevo elemento de poder que supone la Iglesia a partir del siglo VII, de manera que, al
final del proceso formativo, sea capaz de cumplir con ambos compromisos. Puesto que
Dios solo se manifiesta mediante apariencias, el carcter cristiano del hroe nicamente
puede realizarse en su conciencia y el Grial se convierte en el smbolo de la perfeccin
64
Ob. cit., p. 67. 65
Ibid., p. 68.
http://es.wikipedia.org/wiki/Wolfram_von_Eschenbach37
que persigue la Iglesia militante y obtiene la triunfante66
. El proceso formativo del
personaje, que presenta elementos de interiorizacin psicolgica y reflexin, se cumple
conforme a tres fases que corresponden a las del ciclo cristiano universal: culpa, dolor y
salvacin67
. En este proceso es determinante la alteridad, representada, en este caso, por
la relacin con diferentes mujeres en momentos clave y con la figura de un hombre
adulto y experimentado68
.
Como rasgo del protagonista, seala Salmern que representa un alter ego de su
autor, con tres posibles vas de proyeccin69
: convertirlo en un ideal del yo que pueda
constituirse en un modelo con el que identificarse (Parzival de Wolfram, Ofterdingen de
Novalis o Drendorf de Stifter); como una rplica tenebrosa del yo del autor (Reiser de
Moritz, Vult de Jean Paul o Heinrich Lee de Keller); o mediante una representacin
caricaturesca (Karl Rossmann de Kafka y Simplicissimus de Grimmelshausen, 1621-
1676), con lo que ello revela de falta de confianza en la posibilidad de realizacin del
propio proceso formativo: El autor pone delante de s el espejo deformante del humor
para aliviarse y aliviar al lector de la amargura que le inspira su propio ser y su mundo,
As se explica el xito de la picaresca del barroco.70
Es modelo de esto el Simplicius
Simplicissimus (1668) de Grimmelshausen. Puesto que el paradigma barroco del ser
humano solo puede ser perfecto y transcendente, ms all de este mundo, y su salvacin
solo puede darse en lo ultraterreno, la perspectiva de autoformacin vital no es conciliable
con tales principios y en esta poca el gnero deriva de formativo a Novela de peripecia.
En el siglo XVIII la obra innovadora es, para Salmern, Geschichte des Agathon
(1767/1773/1794) puesto que es al hombre comn y sus experiencias y pensamientos a
los que otorga valor por s mismos. No se pretende ya suscitar sentimientos en el lector
mediante mtodos ensaysticos, sino reflexiones personales a partir de una narracin71
. Su
autor es Christoph Martin Wieland (5 de septiembre de 1733), de la generacin de
Lessing, Kant y Klopstock, un poco anterior a Goethe. Por la circunstancia de su
nacimiento en la ciudad de Biberach y de ser hijo de un pastor, crece entre disputas de
catlicos y protestantes. Su propia evolucin vital responde a una desilusin, no intil,
sino reconvertida en aprendizaje, a partir del cual adopta posiciones vitales72
exaltadas,