Teoría y praxis de la Biografía: Gregorio Marañón · manifestaciones biográficas a fin de...

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TEORÍA Y PRAXIS DE LA BIOGRAFÍA: GREGORIO MARAÑÓN M.ª Teresa del Olmo Ibáñez

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  • TEORA Y PRAXIS DE LA BIOGRAFA: GREGORIO MARAN

    M. Teresa del Olmo Ibez

    www.ua.eswww.eltallerdigital.com
  • UNIVERSIDAD DE ALICANTE

    FACULTAD DE FILOSOFA Y LETRAS

    TEORA Y PRAXIS DE LA BIOGRAFA: GREGORIO MARAN

    I

    Tesis de doctorado Dirigida por

    de M Teresa del Olmo Ibez el Dr. Pedro Aulln de Haro

    2013

  • 3

    INDICE

    INTRODUCCIN

    INTRODUCCIN AL OBJETO Y AL MTODO . 7

    PRIMERA PARTE

    i. LA BIOGRAFA DENTRO DEL SISTEMA GENERAL DE GNEROS 15

    El sistema general de gneros .. 16

    El Ensayo, la Biografa y los gneros ensaysticos .. 18

    Autobiografa y biografa . 24

    ii. EL PERSONAJE COMO FUNDAMENTO DE LA BIOGRAFA .. 31

    iii. ORIGEN Y EVOLUCIN DE LA BIOGRAFA COMO GNERO HASTA SU ESTADO MODERNO DESARROLLADOY PARADIGMTICO. EXAMEN DE LA BIBLIOGRAFA CRTICA Y

    DOCTRINAL

    1) Origen y evolucin del gnero . 67

    a) Origen 69

    b) Evolucin .. 77

    2) Examen de la bibliografa crtica y terica desde sus primeras manifestaciones hasta el presente............................................................................... 111

    a) Examen de antecedentes y estudios biogrficos .. 111

    b) El pensamiento clsico contemporneo de contenido terico y doctrinal:

    Wilhem Dilthey y Eugenio dOrs 137

    iv CARACTERIZACIN GENRICA DE LA BIOGRAFA . 157

    v PROPUESTAS TAXONMICAS .. 195

    1) UNA PROPUESTA DE LA CRTICA CONTEMPORNEA .. 195

    2) PANORAMA GENERAL DE LAS DIFERENTES PROPUESTAS TAXONMICAS

    O DE DEFINICIONES TIPOLGICAS POR PARTE DE DIVERSOS AUTORES . 197

    A. Los antecedentes fundamentales en sentido clsico Tipologa de las biografas griega, latina y medieval .. 197

    a. Plutarco. La Biografa poltica .. 198

    b. La Biografa literaria .. 202

    Digenes Laercio: Vidas de los filsofos ilustres .. 202

    La biografa literaria en Roma: Varrn, Nepote y Suetonio .. 204

    Suetonio y las lneas jeronimiana y eusebiana .. 207

    c. La Biografa bizantina 211

  • 4

    d. Los Viris Illustribus de la poca visigtica en Espaa. San Jernimo, San Ildefonso de Toledo . 218

    e. La biografa patrstica fundada en Eusebio y San Jernimo .. 221

    f. La hagiografa: 224

    La hagiografa bizantina . 225

    La biografa otoniana . 230

    La hagiografa en el siglo XII: Pedro de Blois 231

    g. La biografa carolingia y la biografa humanstica .... 232

    B Tipologa de la biografa moderna 236

    a. El relato de vida como ontognesis: la permanencia del modelo de la Bildung .. 236

    b. Una propuesta segn el criterio de relacin entre biografa y sujeto .. 241

    c. Dos criterios de la crtica reciente . 244 d. Las taxonomas segn criterios de procedimiento

    en la primera mitad del siglo XX .. 246

    e. La Biografa psicoanaltica o Biografa profunda . 247 f. Jaspers: La Biografa de la grandeza .. 263 g. Las aproximaciones desde la sociologa 266 h. La biografa de pueblos o naciones.

    La Biblia como biografa del pueblo judo . 286

    i. La biografa de ciudades 294 j. La falsa biografa 304 k. La biobibliografa ... 305

    3) "El mtodo biogrfico" de Sainte-Beuve y otros componentes

    metodolgicos o metodologizables ...... 307

    4) La biografa didctica: Las biografas, las vidas ejemplares

    y las hagiografas como modelos de conducta y moral .. 312

    5) La biografa y las vidas ejemplares como instrumento pedaggico ... 318

    6) La funcin biogrfica: las relaciones entre Biografa, Historiografa y Educacin . 325

    SEGUNDA PARTE

    FUNDAMENTOS DEL GNERO BIOGRFICO EN EL SIGLO XX.. 345

    ANLISIS COMPARATISTA DE LA PRODUCCIN DE AUTORES CLAVE DE LA POCA

    DE GREGORIO MARAN

    AUTORES EXTRANJEROS

    A) Maurois: La intuicin y el historicismo 351 B) Lewis Mumford: La empata con el pensamiento del personaje .. 370 C) Emil Ludwig: La biografa como historia del corazn humano ... 376 D) Stefan Zweig: La intuicin a partir de un detalle . 392

  • 5

    AUTORES ESPAOLES

    A) Eugenio DOrs: La Biografa filosfica 413 B) Gmez de la Serna: La Biografa integral o artstica .... 466

    TERCERA PARTE

    LA PRODUCCIN BIOGRFICA DE GREGORIO MARAN

    1. INTRODUCCIN CRTICO-BIOGRFICA 541

    2. ESTUDIO GENERAL DE LA OBRA ENSAYSTICA Y LOCALIZACIN DE SUS APORTACIONES A LA TEORA DEL GNERO ... 561

    2.1 Estudio general de sus ensayos . 565

    2.2 La obra de Maran segn la crtica coetnea de la segunda mitad del siglo XX... 569

    2.3 Aportacin poetolgica de Maran .. 587

    2.4 La teora potica de Maran sobre la Biografa ... 603

    2.4.1 Localizacin de su aportacin, en sentido amplio, de teora potica al gnero biogrfico . 606

    2.4.2 Contenidos poetolgicos sobre el gneroen sus biografas .. 622

    2.5 Determinacin de la doctrina biogrfica implcita en las obras . 641

    La teora maraoniana y la biografa 641

    Teora del personaje .. 641

    La teora del personaje en la biografa de un pueblo

    o una nacin como entidad ... 646

    Caracterizacin genrica de la biografa. Concepto de biografa 648

    La Presencia del autor ... 652

    La funcin del bigrafo . 652

    El procedimiento biogrfico .. 653

    3. LAS OBRAS BIOGRFICAS MARAONIANAS EN RELACIN CON

    LAS DE OTROS AUTORES CONTEMPORNEOS .. 657

    4. DETERMINACIN DE LOS RASGOS DEFINITORIOS DE LA APORTACIN

    MARAONIANA A LA CREACIN DE UN NUEVO SUBGNERO BIOGRFICO . 829

    a. Determinacin de los rasgos de identidad .. 832 b. Examen de la sntesis y variantes ejecutados en la presentacin

    del personaje por medio de las perspectivas histrica y psicolgica,

    ms un innovador elemento psicosomtico 844

    CONCLUSIONES 851

    ANEXOS .. 903

    El personaje de la biografa .. 905

    Propuesta taxonmica del gnero biogrfico ... 907

  • 6

    Clasificacin emprica de las biografas de Gregorio Maran

    segn criterio de extensin ..909

    Clasificacin temtica de las biografas de Gregorio Maran

    segn el personaje 917

    BIBLIOGRAFA

    1. Bibliografa general de Maran .. 923 Las Biografas ... 923

    2. Bibliografa general citada 926

  • 7

    INTRODUCCIN

    INTRODUCCIN AL OBJETO Y AL MTODO

    En apariencia, el gnero biogrfico no presenta fuerte ambigedad, al punto de ser

    definido como aquel que relata la vida de un personaje. Sin embargo, una observacin

    detallada hace patente la dificultad que su delimitacin entraa, pues los posibles criterios

    analticos se multiplican tanto como diversos puedan ser los aspectos a que pueden

    aplicarse.

    Los inicios del gnero biogrfico se entremezclan con los de la historiografa y,

    desprovistos de verdadera tradicin terica. El intento de determinar su origen siempre ha

    resultado en una reflexin comparatista entre los primeros historiadores y aquellos

    autores a los que originariamente se atribuye la condicin de bigrafos, ya desde la

    Antigedad. Sin embargo, la investigacin, segn se podr comprobar en lo que sigue,

    pondr de manifiesto rasgos individuales los cuales permiten identificar diferencias, y

    esto a veces, todo sea dicho, sobre nombres que tambin figuran en la nmina de

    precedentes constructivos de la historiografa o en particular de la historia de la literatura.

    La biografa, ya en principio, presenta por tanto un espacio de interseccin con el campo

    historiogrfico, coincidiendo en torno a cronologas, anales, documentos oficiales, etc., es

    decir materiales cuya finalidad originaria era recopilatoria y conservadora de la memoria

    histrica y oficial de los pueblos o las ciudades.

    La naturaleza del discurso biogrfico excede, al menos en un importante sentido, al

    de la historia y oscila ampliamente, en sus extremos, entre obras de rgido carcter

    histrico y otras de mayor libertad documental e interpretativa, o aquellas que relatan

    hechos de forma novelada. Evidentemente existen biografas de propsito cientfico, as a

    veces las destinadas con rigor a la interpretacin psicolgica o sociolgica de una

    trayectoria vital; al igual que tambin abundan aquellas otras de rgimen propiamente

    artstico, llegando a concebir al personaje como pretexto sobre el que elaborar su

    recreacin potica; o las formas mixtas o bien aqullas de fuerte imaginacin o las que se

    sirven de la presuposicin como procedimiento hermenutico a fin de acceder al sentido

    esencial del biografiado. Veremos que se llega a tratar con metodologa biogrfica a

    sujetos no humanos, como en la historia de los pueblos (en la Biblia y su identificacin

    con la nacin juda), o de ciudades (cuyo origen es posible localizar en las crnicas

    locales, las colecciones de monumentos o relaciones costumbristas); y que existen

    biografas de naciones, elaboradas ya desde la actividad de la anticuaria griega. An

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    alcanzan los lmites del gnero hasta la creacin de falsas biografas. Por tanto, cabe

    asumir anticipadamente la versatilidad de la Biografa, gnero que puede aparecerse como

    ciencia, historia, poesa e incluso estricta o dominantemente artstico.

    Nuestra investigacin ha diferenciado entre objetivos generales y particulares.

    Como generales, en primer lugar se fija la posicin de la Biografa en la categora de los

    gneros ensaysticos y, en sta, dentro de los memorialsticos, observando el equilibrio

    entre los dos opuestos del binomio clsico de discurso potico frente a discurso

    historiogrfico. En segundo trmino, el propsito es determinar con todas sus

    consecuencias la Biografa en tanto que gnero, prestando atencin tanto a su origen

    como a su evolucin y hasta alcanzar su estadio moderno desarrollado y paradigmtico. A

    este fin, se har examen de la bibliografa crtica, la cual es monogrficamente escasa,

    bastante dispersa y no de gran relevancia, a diferencia de lo que acontece con otros

    gneros, contiguos o no. Especialmente, ser sometida a estudio, por una parte, la

    produccin de la escuela psicoanaltica, desde los primeros discpulos de Freud, y, por

    otra, la bibliografa de carcter propiamente terico y doctrinal, es decir que incluye lo

    poetolgico. El examen tradicional de la Biografa permitir una aproximacin al

    personaje biografiado, as como una taxonoma de base histrica del gnero. Todo esto

    define por principio ciertas y evidentes orientaciones metodolgicas.

    Naturalmente, el anlisis ms extenso y especfico ser el que se realice sobre la

    obra ensaystica de Gregorio Maran, esto es especialmente sobre el conjunto de sus

    biografas. Se trata de reconstruir su Potica, es decir su teora explcita, e identificar

    asimismo su doctrina implcita a travs del estudio comparado de su obra biogrfica y sus

    escritos ensaysticos. Se efectuar, adems, una descripcin del subgnero por l ideado,

    la cual comprender la determinacin de los rasgos de identidad del mismo y un examen

    de la sntesis y variantes en lo que se refiere a la presentacin de sus personajes. Ello

    mediante conjugacin de las perspectivas histrica y psicolgica, a las cuales se aade el

    elemento psicosomtico. Esta innovacin es la que dota de fuerte singularidad a las

    aportaciones de Maran al estado general del gnero.

    El ncleo fundamental de nuestra investigacin se inicia con la localizacin de la

    Biografa en un Sistema General de Gneros, se desenvuelve mediante el tratamiento

    histrico del personaje, los orgenes y evolucin del propio gnero (tan radicalmente

    necesitado de reconstruccin), alcanza una propuesta taxonmica de la tipologa

  • 9

    biogrfica y, en ltimo trmino, concluye con cuatro epgrafes dedicados a aspectos

    fundamentales relativos a la Biografa.

    Como se podr comprobar, el trayecto que describe nuestra investigacin atae a la

    cuestin de flexibilidad y versatilidad del gnero, as como a una gama de aspectos

    cientficos, filosficos, sociolgicos o literarios. La evolucin del gnero de la biografa

    hasta el siglo XX es un ejemplo ms de la mutabilidad de los subgneros ensaysticos y la

    hibridacin que se opera dentro del marco de un Sistema General de los Gneros

    literarios, en correspondencia a fin de cuentas con las profundas transformaciones

    sociales, artsticas y del pensamiento de la poca.

    Conviene aclarar que la progresin del personaje, la identidad del sujeto, sus pautas

    relacionales y las consecuencias de todo ello en la transformacin del gnero biogrfico

    son estudiadas en la primera parte de esta investigacin hasta el siglo XXI. Se tienen en

    cuenta las primeras reflexiones (concretamente sociolgicas y centradas en los espacios

    virtuales) que los abordan en su derivacin actual; si bien con la cautela debida en razn

    de la proximidad temporal que impide todava una evaluacin objetiva del alcance de sus

    consecuencias. En virtud de las modificaciones producidas por las nuevas tecnologas y la

    posibilidad de acceso del individuo a los medios de comunicacin como plataforma de

    proyeccin social, se ha considerado pertinente la inclusin de esas ltimas

    manifestaciones biogrficas a fin de completar el estado de la cuestin hasta fecha de hoy.

    No obstante, slo son tomadas en cuenta en la primera parte del trabajo, mientras que la

    segunda y la tercera partes se limitan al siglo XX puesto que los autores objeto de este

    estudio elaboran su obra en el arco cronolgico que cumple a mediados de esa centuria.

    La metodologa de nuestra investigacin ser, naturalmente y en general, la propia

    de la ciencia literaria, es decir, la correspondiente tanto al estudio terico, es decir

    poetolgico y doctrinal, como al anlisis crtico de las obras y los instrumentos auxiliares

    correspondientes.

    La hiptesis consiste en el interrogante acerca de la posible definicin,

    argumentacin terica y taxonoma del gnero de la biografa sobre la base, como no

    poda ser de otro modo, de la consideracin de sus orgenes y las formaciones genricas

    atingentes hasta alcanzar su constitucin paradigmtica contempornea en sus posibles

    variedades, tomando como gran ejemplo la obra de Gregorio Maran.

    Por lo dems, es de advertir que se adopta en buena medida un procedimiento

    circular y progresivo, combinando el estudio de los materiales, tanto histricos como

  • 10

    crticos, con el examen de las obras de Maran y los dems autores tomados por objeto.

    En la primera parte se intenta la determinacin de la teora general del gnero, para lo

    cual definimos un criterio terico global, de fundamentacin histrica y enmarcado en el

    discurso ensaystico; el anlisis y la determinacin de las variantes o subgneros de la

    biografa a partir de las obras consideradas antecedentes o ejemplos referenciales; y el

    estudio de la funcin biogrfica, en cuanto a las relaciones entre Biografa, Historiografa

    y Educacin; con la correspondiente propuesta de una taxonoma del gnero. Adems se

    tendr en cuenta una valoracin doble de la Biografa y las vidas ejemplares como

    instrumento historiogrfico y de conocimiento, por un lado, y como recurso pedaggico,

    por otro.

    La segunda parte se aplica a la determinacin de las importantes variantes

    extranjeras (Maurois, Mumford, Lewis y Zweig) y espaolas (Eugenio dOrs y Ramn

    Gmez de la Serna), las de mayor relevancia durante el siglo XX, como muestra de la

    renovacin que sufre el gnero en ese periodo; pero tambin para determinar los pivotes

    con los que Maran comparte poca y espacio creativo.

    La tercera parte est dedicada a la obra maraoniana, desde el estudio general de

    sus ensayos y establecimiento de su aportacin, en sentido amplio, como dijimos, de

    teora potica del gnero, anlisis de sus biografas y comparacin de stas con las de

    otros autores contemporneos. Ello con el propsito de definir su paradigma biogrfico.

    Finalmente, en las conclusiones, por una parte, se intentar elaborar una sntesis de

    las ideas y los problemas as como un estado de la cuestin, y una definicin del gnero;

    adems de una comparacin de las conclusiones sometidas a balance. Por otro lado, se

    intenta la formulacin de una teora constructiva, descrita en un esquema representativo

    de la estructura del gnero biogrfico y capaz de reflejar los caracteres y la retrica de la

    Biografa, as como sumarizar las categoras del gnero. Finalmente, se pretende

    establecer esquemticamente el paradigma biogrfico de Maran y sus rasgos.

    Los grandes asuntos que surgen en el entorno de la Biografa son su posible

    adscripcin a diversas disciplinas epistemolgicas, la complejidad del ser humano en sus

    infinitas aristas; la cuestin del tratamiento del yo, comparadamente contemplado en la

    Biografa y en la Autobiografa, as como la narrativizacin de la historia de vida; y la

    funcionalidad del gnero biogrfico como cohesionador de grupos sociales o transmisor

    de la memoria histrica. Pero tambin en tanto que instrumento de introspeccin para el

    autor o el lector, al igual que la Autobiografa lo es, adems, para el propio sujeto. Son

    ineludibles los problemas relativos a la subjetividad y el elemento ficcional,

  • 11

    especialmente el acuerdo de ficcionalidad para la Autobiografa por el reconocimiento

    de un yo histrico que es diferente del yo autobiografiado. Esta consideracin procede

    tanto de la explotacin sociolgica del relato autobiogrfico como del anlisis crtico

    literario. De la misma forma, el elemento ficcional aparece en algunos subgneros

    biogrficos, mientras que el componente subjetivo es constante tanto en los de mayor

    pretensin cientfica como en los de concepcin artstica.

    Nuestra investigacin no presenta sealadamente grandes dificultades

    bibliogrficas. El inconveniente bsico, que precisamente da especial sentido a nuestro

    trabajo, es la ausencia de teora de la Biografa, ausencia de teora potica. La dificultad

    en trminos textuales y bibliogrficos ha consistido en la seleccin de obras de entre la

    extensa tradicin dos veces milenaria.

    Por otra parte, el criterio bibliogrfico, paradjicamente y en favor de la precisin

    definitoria del campo de estudio, ha resultado un tanto restringido. La biografa atae a la

    vida humana, lo cual implica o presupondra una bibliografa ingente. Pinsese en lo que

    podra suponer el efectuar la expansin bibliogrfica dentro de nuestra investigacin en lo

    que se refiere, por ejemplo, a campos como el de la antropologa general y filosfica.

  • 13

    PRIMERA PARTE

  • 15

    i LA BIOGRAFA DENTRO DEL SISTEMA GENERAL DE GNEROS

    Uno de los objetivos generales de la investigacin que se presenta es situar la biografa

    dentro del sistema general de gneros literarios y tal es el contenido de este primer

    captulo. Teniendo como extremos las dos categoras principales de artsticos, por un

    lado, y de cientficos, por otro1, su lugar natural corresponde a los ensaysticos; y, dentro

    de stos, a los memorialsticos, es decir la serie que incluye la Utopa, el Proyecto, la

    Autobiografa, el Diario o las Confesiones y la propia Biografa2.

    Las posibilidades que a este respecto ofrece la propuesta de un sistema general de

    gneros es evidente a fin de avanzar constructivamente hacia un propsito como el que

    aqu nos planteamos, por lo dems relativo a series genricas hasta el presente

    desprovistas de trazado terico tanto general como de fundamentacin crtica

    individualizada3. Esto tambin requiere un cierto respaldo histrico del cual nos

    serviremos4, as como de un trabajo especial y general acerca del personaje

    5 y un estudio

    que en realidad puede ofrecer una notable aproximacin taxonmica para el estudio del

    gnero de la biografa6.

    La primera gran divisin genrica es a este propsito la oposicin aristotlica de los

    polos extremos del discurso potico frente al discurso historiogrfico7, punto de inicio

    con el que asociar las aportaciones de autores posteriores; y de otra parte, finalmente, la

    dicotoma hegeliana a partir de la cual, segn la actualizacin interpretativa a que la

    somete Aulln de Haro, cabe determinar la posicin intermedia de los gneros

    ensaysticos.

    1 Para esto y lo que contina sigo desde un principio los estudios de P. Aulln de Haro. Vanse de ste en

    primer lugar,Las categorizaciones esttico-literarias de dimensin gnero / sistema de gneros y gneros

    breves / gneros extensos, Analecta Malacitana, XXVII, 1, 2004, pgs. 7-30; y Teora del ensayo como

    categora polmica y programtica en el marco de un sistema general de gneros, Madrid, Verbum, 1992,

    pp. 115-131. 2 P. Aulln de Haro y M. R. Mart Marco, Friedrich Schiller y la biografa, en Cuadernos dieciochistas,

    Vol. 6, 2005, Salamanca, Universidad, p. 254. 3 P. Aulln de Haro, Teora del ensayo como categora

    4 P. Aulln de Haro, Los gneros didcticos y ensaysticos en el siglo XVIII, XIX, y XX; Madrid,

    Taurus, 1987. 5 P. Aulln de Haro, Teora general del personaje, Madrid. Asociacin Espaola de Eslavistas, 2001.

    6 P. Aulln de Haro y M. R. Mart Marco, Friedrich Schiller y la biografa,, pp. 251-277.

    7 Aristteles/Horacio, Artes Poticas, ed. de Anibal Gonzlez Prez, Madrid, Taurus, 1987.

  • 16

    EL SISTEMA GENERAL DE GNEROS

    Segn el mencionado crtico8, en el estadio ms general, las diferenciaciones dentro del

    Sistema general de gneros, por distincin y clasificacin fundamentadas en la

    predominancia y el parentesco, deben establecerse segn morfologa y temtica,

    teniendo en cuenta que, en una concepcin moderna no clasicistamente estabilizada,

    puede o no darse coincidencia en los resultados de la aplicacin de dichos criterios

    taxonmicos. Adems, esas pautas habrn de aplicarse sobre un objeto histricamente

    formado o en formacin acerca del cual existe una conciencia cultural de produccin y

    recepcin, y hasta probablemente de diversas consideraciones explcitas o incluso extensa

    produccin de estudios crticos.

    Por tanto, se trata de una fenomenologa cuyas condiciones morfolgicas deben

    contemplar tambin la evolucin artstica, social, psicolgica, etc. Siendo el progreso de

    lo general a lo particular, ms que una mera categorizacin general, se debera tener en

    cuenta, desde un punto de vista funcional, dos ejes principales de coordenadas evolutivas,

    por un lado, e hibridadoras, por el otro, ya que los gneros no son aislables de su

    transformacin en el tiempo, ni de su exposicin a las variaciones lingsticas y

    culturales. Esta concepcin permite un acceso crtico lingstico, psicoanaltico,

    sociolgico y cultural, y debe ser considerada sincrnica y diacrnicamente y en trminos

    paradigmticos y dialcticos. Esto es de importancia fundamental, sobre todo en el

    estadio de la modernidad en el que la hibridacin se efecta entre los propios gneros. Y

    tiene como consecuencia que la accin se simplifica hasta concretarse en la mera

    necesidad de realizar una verdadera catalogacin de gneros.

    Hay que entender los gneros como entidades reconocibles y definibles temtica y

    formalmente, as como constitutivas de principios de evolucin y estructuracin. Un

    Sistema global de Gneros debe ser una categorizacin organizada, de carcter histrico,

    pero actualizada y convencionalmente establecida segn sus rasgos internos, formales y

    temticos; que englobe todas las subclases posibles y las transformaciones resultantes de

    las macroestructuras comunicativas en las que se producen; y que se trate de un sistema

    holstico en el que las relaciones recprocas y transaccionales incluyan el conjunto de

    textos que corresponda en cada una. Adems, es obligada una designacin terminolgica,

    8 Puesto que en lo que contina tengo en cuenta los estudios citados de Aulln de Haro, omito nueva

    referencia pormenorizada de los mismos.

  • 17

    puesto que ella materializa la especificacin de las diferentes subcategoras y establece

    los grados de individualizacin genrica.

    Sentadas las premisas anteriores, denomina globalmente a los constituyentes del

    sistema de gneros productos textuales altamente elaborados. Por tales entiende el

    conjunto de textos sujeto a prescripciones de secundarizacin, bien ideolgico-conceptual

    o bien artstico-verbal por encima de las realizaciones de discurso de la lengua de uso

    estndar, y seala la amplsima variedad de textos que esa consideracin abarca.

    Para una categorizacin genrica, parte de la dicotoma hegeliana entre prosaicos

    y poticos. Y para la actualizacin del concepto, incorpora un elemento intermedio entre

    los dos opuestos hegelianos, de forma que renombra los gneros prosaicos como

    cientficos y los poticos como artsticos o artstico-literarios, y convierte en triple la

    segmentacin anterior al incluir entre ellos dos la nueva serie de gneros ensaysticos.

    La identidad discursiva de cada uno de ellos evidencia el tipo de textos en los que se

    desarrolla: Los se identifican en cuanto tcnico-formales y de

    escasa relevancia propiamente lingstica, los como

    ideolgico-literarios, y los ms puramente estticos.

    Nuevamente recurre a una triparticin para establecer las subcategoras de los

    gneros ensaysticos, aprovechando para su polarizacin las anteriores categoras

    principales. Sita el punto medio de esta organizacin trimembre el Ensayo como

    categora genrica asimiladora, a su vez, de mltiples variedades; y en los dos extremos

    aquellos de aproximacin cientfica, por un lado, frente a los de aproximacin

    artstica. Los textos de aproximacin cientfica constituyen los que requieren

    especificacin temtica, por no encontrarse predeterminados en este aspecto, pero estn

    dotados de valor emprico: el Discurso, el Artculo, el Informe, el Estudio, el Panfleto,

    el Libelo, el Manifiesto, el Opsculo y el Folleto. Por su parte, los de aproximacin

    artstica s que aparecen temticamente caracterizados: la Confesin, las Memorias, el

    Diario, la Biografa, los Caracteres, la Autobiografa, el Libro de viajes y la Utopa.

    Considera separadamente la Historiografa, que flucta entre ambos tipos segn la

    subjetividad de cada autor. Y, por ltimo, seala que los gneros de aproximacin

    artstica se acercan o alejan del Ensayo al margen de los procedimientos hibridadores de

    superposicin e incrustacin, y las dimensiones adquiridas por stos, en la medida en que

    describen, o no, estructuras ficcionales artsticamente convencionalizables, o simplemente

    estructuras de procedimiento anlogo al ficcional.

  • 18

    Dejando a un lado los textos cientficos por evidente inadecuacin a la lengua

    natural, resta pues un sistema de gneros, que no es sino la literatura en su conjunto cuya

    composicin se reduce ahora a los gneros artsticos que comprenden la trada

    tradicional, y a los gneros ensaysticos o ideolgico-literarios.

    EL ENSAYO, LA BIOGRAFA Y LOS GNEROS ENSAYSTICOS

    Contina Aulln de Haro describiendo la transformacin Ensayo desde su origen9 hasta

    su estado actual, resultado del proceso de hibridacin intrnseco a la modernidad10

    .

    Evoluciona a la par que las corrientes anticlasicistas, tanto de la literatura como del

    propio pensamiento prerromntico, desde el empirismo ingls y la ilustracin alemana del

    siglo XVIII, hasta terminar el proceso de su convencionalizacin en la Segunda Guerra

    Mundial. A partir de ese momento hasta la actualidad, destaca como ltimas

    proyecciones del gran Idealismo el Existencialismo y la Fenomenologa, despus de las

    cuales es posible reconocer una divisin en dos vertientes: por un lado, las tecnociencias

    (Tras, 1991) y, en general, las corrientes neopositivistas; y, por otro, la representada por

    un carcter artstico y literario, por un decadentismo, mejor neo-decadentismo,

    conglomerante y dbilmente restaurador que puede ser adscrito a las recategorizaciones

    de neo-realismo, neo-modernismo, neo-vanguardia u otros marbetes asimilables, en los

    cuales es susceptible de ser integrada la generalidad de los productos actuales11

    . No

    reconoce ningn aporte innovador en la poca actual y determina el fin de la Modernidad,

    precisamente, en el de la Vanguardia histrica, cronolgicamente coincidente con el de la

    Guerra Mundial.

    En la exposicin de su objetivo incluye una definicin implcita del Ensayo:

    plantear la virtualidad del gnero Ensayo, es decir del libre discurso reflexivo, en

    cuanto espacio natural y ms adecuado tanto para replegarse a la necesaria conjetura

    especulativa e interpretativa como para proceder decisoriamente para efectuar las posibles

    maniobras conducentes a las ideaciones del nuevo pensamiento. [] el libre discurso

    reflexivo constituye el instrumento incorruptible y diversificable del que la cultura

    9 P. Aulln de Haro, El ensayo, gnero humanstico moderno, Ob. cit., T II, , p. 308:

    Naturalmente, y ya qued dicho, es posible rastrear aspectos del Ensayo desde los orgenes de la

    cultura occidental, desde Gorgias y Platn, desde la mayor proximidad cronolgica, y adems

    denominativa, de Montaigne y Bacon. Alfonso Reyes observ con perspicacia esa relacin presocrtica

    y, a su vez, especific el gnero epidctico de entre el esquema aristotlico de los gneros retricos

    (judicial, deliberativo y la derivacin del epidctico) como antecedente del Ensayo. 10

    Ibid., p. 309: El Ensayo puede sealarse en tanto que gnero impuro y no marcado, o como el ms

    puro gnero impuro. 11

    P. Aulln de Haro, Teora del ensayo como, p. 21.

  • 19

    inagotablemente dispone, el instrumento originario de la convergencia del saber y el idear

    con la multiplicidad genrica mediante la hibridacin fluctuante y permanente12

    Establece una primera aproximacin al procedimiento y las transformaciones de los

    gneros ensaysticos que estaran definidos por la amplitud de realizaciones

    experimentales que transgreden e hibridan los originados en el mismo neorromanticismo

    y tienen como resultado la subjetivizacin desde el punto de vista artstico y filosfico13.

    Para completar los antecedentes a la especificacin del Ensayo, inicia su anlisis

    determinando los lmites de los lenguajes ensaysticos en el punto en el que dejan de

    serlo al convertirse en lenguaje formal, en una artificialidad o predominio de la

    terminologa que deja de ser natural al ser humano14.

    Para caracterizar el discurso de este gnero15

    , compara los rasgos de los otros tipos

    e identifica los que el Ensayo presenta de cada uno de ellos16

    . Interesa esta comprobacin

    para aplicarla tambin a los gneros ensaysticos y, en su momento, especficamente a la

    Biografa. Descarta las caractersticas del discurso narrativo, as como del dramtico o

    dialogstico. Aunque el Ensayo puede aparecer inserto en este ltimo y el desarrollo de

    una cierta funcin dialctica reconocible en l permitira una aproximacin tambin al

    dramtico. Con el discurso descriptivo se da la coincidencia del carcter imperfectivo y

    de tiempo presente; pero no puede establecerse ms posicionamiento que uno

    equidistante a la descripcin cientfica y a la artstica. Por presentar razonamiento

    explcito, admite coincidencias con el discurso argumentativo, pero no en cuanto a los

    12

    Ibidem 13

    Ibid., p. 22. 14

    Ibid., p. 23. 15

    Ibid., pp. 127 y ss. 16

    Tambin en P. Aulln de Haro, El ensayo, gnero humanstico moderno, pp. 305-307:

    Como no poda ser de otro modo, la dispositio retrica y la teora que alberga de las modalidades del

    discurso no ofrece una clase de discurso susceptible de ser conducida al gnero del Ensayo. Narracin,

    descripcin y argumentacin no pueden identificar, a no ser parcialsimamente, la forma del discurso del

    ensayo. Ni realidad o accin perfectiva y conclusa de la narracin y sus consiguientes habilitaciones

    verbales, ni accin imperfectiva e inacabada de la descripcin y asimismo sus consiguientes

    habilitaciones verbales del presente y la continuidad, y, por ltimo, ni argumentacin declarativa,

    confirmativa o refutativa fundada aristotlicamente en la prueba y la lgica del entimema son

    modalidades del discurso del ensayo. En lo que sigue expondr cmo por dicha razn la cuestin ha de

    ser centrada, segn es evidente, en la discriminacin, definicin y categorizacin del tipo de discurso

    que produce el gnero del ensayo y distintivamente lo configura y articula dando lugar a esa realizacin

    diversa de las correspondientes a la tradicin antigua y clasicista. Y aadir por lo dems que, desde

    luego, no se habrn de confundir discurso y gnero []

    El Ensayo representa, pues, el modo ms caracterstico de la reflexin moderna. Concebido como

    libre discurso reflexivo, se dira que el Ensayo establece el instrumento de la convergencia del saber y el

    idear con la multiplicidad genrica mediante hibridacin fluctuante y permanente. Naturalizado y

    privilegiado por la cultura de la modernidad, el Ensayo es centro de un espacio que abarca el conjunto

    de la gama de textos prossticos destinados a resolver las necesidades de expresin y comunicacin del

    pensamiento en trminos no exclusiva o eminentemente artsticos ni cientficos.

  • 20

    procedimientos lgicos de la argumentatio, a la sistemtica del entimema, del silogismo

    de los mtodos demostrativos o de prueba17

    . La conclusin es que tanto el discurso del

    ensayo como el propio gnero precisan una definicin. Descubre la necesidad del

    discurso reflexivo, resultado de una hibridacin de los restantes, que proporcionara al

    sujeto ensayista una mltiple va de acceso al mundo. Este discurso reflexivo se desarrolla

    mediante la libre operacin reflexiva del juicio crtico, de la sensacin y la impresin,

    pero tambin de la opinin y del juicio lgico.

    El libre discurso reflexivo del Ensayo es [] el discurso sinttico de la pluralidad,

    de la pluralidad discursiva unificada por la consideracin crtica de la libre singularidad

    del sujeto. Se trata del proyecto de un difcil equilibrio a mantener sobre la oscilacin,

    simplificada o complejificada, entre la autorreferencialidad del yo artstico y la

    referencialidad del objeto teortico desde la conciencia del sujeto.

    [] El personalismo y la experiencialidad [] reconocidos en el Ensayo tienen su

    principal reflejo tanto en la libertad organizativa del discurso reflexivo y su disposicin

    textual como en la libertad temtica. [] el Ensayo, que es gnero literario, posee la

    libertad de tratar de todo aquello susceptible de ser objeto de la Literatura. [] el Ensayo

    puede tratar acerca de todo, basta con que cualquier cosa acceda a la circunstancia de ser

    focalizada durante la confrontacin del sujeto ensayista con el mundo.18

    Y enlaza esto con dos de los rasgos definitorios del gnero Ensayo y de los restantes

    gneros ensaysticos: la tematizacin de sus subgneros y la hibridacin, tanto en

    trminos de poetizacin como en los de intensificacin teortica, tambin constituyen

    elementos diferenciadores que, a su vez, los dotan de identidad. As, segn su

    clasificacin, aquellos textos de mayor aproximacin cientfica requieren una

    especificacin temtica; mientras que los de mayor aproximacin artstica se hallan

    caracterizados y presentan una cierta intensificacin potica o teortica que da lugar a

    modelizaciones extremas en uno u otro sentido segn los subgneros.

    Una vez descritos los gneros ensaysticos, estudia su caracterizacin en Espaa en

    los tres ltimos siglos. Estos estudios mantienen un objetivo comn puesto estn

    concebidos con el mismo planteamiento de contenidos, mtodo y seguimiento

    cronolgico del ensayo, que permita contrastar la evolucin del gnero, sus lneas, las

    relaciones o rupturas entre ellas, las innovaciones y su situacin actual.

    En primer lugar, es preciso comprender el significado del setecientos en s mismo y

    con respecto a etapas anteriores y a la Modernidad. Con el siglo XVIII, despus de haber

    17

    P. Aulln de Haro, Teora del ensayo, p. 128. 18

    Ibid., pp. 130 y 131.

  • 21

    intentado su recuperacin en los inicios, se cierra el clasicismo y ello permite la transicin

    al pensamiento moderno. Por el carcter pragmtico y la intencin pedaggica del

    momento, as como por las materias tratadas, parece ms adecuado hablar de gneros

    didcticos y ensaysticos. Como lnea evolutiva del Sistema de Gneros, la poesa y la

    novela quedan relegadas frente a los gneros de prosa crtica y didctica. stos permiten

    la exposicin de contenidos en un entorno de crisis generalizada que culmina a finales de

    siglo con el establecimiento definitivo del trmino Ensayo en la obra de Montaigne19

    y

    Bacon.

    Al establecer entonces las bases del lenguaje de la crtica moderna, se estipulan las

    de las variedades de los gneros didcticos y ensaysticos. Con ello, se moderniza el

    discurso ideolgico, se reorganiza la prosa no artstica y desaparecen la escolstica, la

    exegtica y la lengua latina en las obras de pensamiento cientfico, filosfico y religioso.

    Aparece el inters por la claridad y la precisin; un predominio de la didctica, la crtica

    satrica y el utilitarismo; la actualizacin de la historiografa, la filosofa y la ciencia, con

    la consiguiente agilizacin lxica y fraseolgica; la asuncin de los lenguajes

    divulgativos, periodsticos, polticos y pedaggicos; la regulacin normativa a partir de

    1713 por la Academia y el Diccionario de Autoridades; y la influencia de la preceptiva

    neoclsica en los gneros artsticos fundamentalmente. Todos estos factores contribuyen a

    la formacin del Ensayo y del resto de las prosas ensaysticas, crticas y didcticas

    modernas. Los textos costumbristas, las utopas, el proyectismo o los libros de viajes, las

    autobiografas, la recuperacin del diario y la epstola, el informe, la memoria y el

    discurso, la stira, el artculo periodstico de reflexin o divulgacin seria o el de simple

    informacin directa tienen todos su parte de influencia en la conformacin del Ensayo.

    Adems, la traslacin que se produce del didactismo a la prosa novelstica concluir en el

    Romanticismo con una aproximacin de los discursos de ficcin e ideolgico, que se

    traducir en un acercamiento entre prosa y poesa.

    A partir de entonces, los gneros ensaysticos decimonnicos y contemporneos

    son perfectamente articulables, sobre todo, con las anteriores series dieciochescas de la

    19

    P. Aulln de Haro, El ensayo, gnero humanstico moderno,, p. 300. Sobre el origen del ensayo en

    relacin con las necesidades expresivas del ser humano: El gnero del Ensayo nace, en resumidas cuentas,

    como expresin de la individualidad reflexiva que con genio vislumbr, sobre todo, Montaigne frente a

    formas envaradas y rgidas cuya estratificacin retrica era preciso relegar por cuanto carecan de

    posibilidad ante el nuevo horizonte del sentir y el pensar. Se trata, pues, de un nuevo ejercicio de la libertad

    de pensamiento y por tanto de la autonoma moral de la persona, libertad necesariamente solidaria y

    promotora, a la vez que al amparo, del establecimiento de la entidad de una ciudadana jurdica y

    sociocultural.

  • 22

    prosa didctica o ensaystica, o sencillamente, tanto de pensamiento como de

    configuracin erudita20

    . El ensayo es siempre resultado de la actividad crtica de sectores

    intelectuales, que no se cien al cientifismo, sino que actan por una necesidad expresiva

    del pensamiento, al margen de la intencionalidad artstica. Adems, deriva en una

    diversidad de gneros prossticos, aunque algunos aparecen versificados, que se mueven

    hacia una finalidad concreta que no corresponde ni al uso estndar, ni al artstico, ni al

    filosfico, ni al cientfico. Para concluir este periodo evolutivo del siglo XIX, hay que

    recordar que esos textos pueden presentar elementos metodolgicos en su construccin,

    aunque de manera explcita o implcita. Lo que los dota de virtualidad como gneros

    modernos es la desaparicin de la intencin pedaggica que se apreciaba en la concepcin

    clasicista del setecientos.

    El recuento y catalogacin de los textos de esta etapa en Espaa, evidencian que la

    filosofa y la reflexin de carcter cientfico se encuentran dispersos en variedades de

    muy diversa ndole dentro del gnero ensaystico. La clasificacin que elabora el autor de

    esas manifestaciones decimonnicas agrupa materias y autores en los siguientes

    epgrafes: La crtica literaria de pervivencia neoclsica, En torno al liberalismo y la

    Historiografa, Larra y la construccin del artculo moderno, Los grandes crticos

    modernos, El pensamiento conservador, Socialismo utpico, psicologa, materialismo

    y empirismo, Los poetas romnticos como crticos, Los hegelianos, El Krausismo,

    Positivismo, evolucionismo y neokantismo, La crtica literaria de la poca realista. Los

    novelistas como crticos, La polmica sobre la ciencia espaola, El

    Regeneracionismo, La moderna escuela filolgica y Socialismo y anarquismo21

    .

    A partir de la especificacin de los textos de Montaigne y Bacon como ensayos, se

    aplica el trmino, inicialmente en Inglaterra, a obras de amplia variedad. Queda as

    habilitado para designar mltiples aproximaciones a diferentes cuestiones o materias, sin

    un objetivo de exhaustividad, pero s con una intencin reflexiva. Estos rasgos aparecen

    en la tradicin literaria espaola, de la cual hace una revisin en la que interesa destacar

    la referencia a Gmez de Baquero22

    y a su idea de la supremaca de un gnero literario en

    cada poca histrica o cultural. As, al Siglo de Oro correspondera el predominio del

    teatro, al siglo XIX la novela y el siglo XX sera la centuria del ensayo. Andrenio remonta

    la tradicin ensaystica espaola hasta Sneca, pasa por Antonio de Guevara, Juan de

    20

    P. Aulln de Haro, Los gneros ensaysticos en el siglo XIX, p. 11. 21

    Ibid., pp. 15-91 y ss. 22

    E. Gmez de Baquero, (Andrenio), El renacimiento de la novela espaola en el siglo XIX, Madrid,

    Mundo Latino, 1924, pp. 7-116.

  • 23

    Valds, Quevedo, Gracin, Fray Luis, el P. Feijoo y el P. Isla, y llega hasta Valera y

    Clarn. De todos ellos, son los autores del XVIII, Feijoo, Cadalso, Jovellanos, quienes

    muestran ms coincidencias con el concepto del ensayo espaol moderno, una vez

    eliminado el didactismo enciclopdico. La continuidad de esa vertiente se extiende hasta

    el siglo XX con la Generacin del 98, Eugenio dOrs y, sobre todo, con Ortega y

    Gasset23

    .

    En el estudio del ensayo en el siglo XX24

    , indica que la comparacin de ste con los

    dos anteriores pretende concluir en la identificacin de las lneas de pervivencia, su

    evolucin o desaparicin y en las innovaciones producidas en esta ltima etapa. A

    grandes rasgos, destaca la aportacin de los autores del 98 a la configuracin definitiva

    del ensayo moderno, proceso que culmina con la produccin de Ortega y Gasset. Los

    mritos de los autores del 98 se resumen en la constitucin de una prosa desprovista de

    retrica, usos, sintaxis y tono del siglo XIX que dispuso el lenguaje para que satisficiera

    la expresin del hombre contemporneo.

    En cuanto a la caracterizacin del ensayo en el siglo XX, reitera que son materiales

    en prosa no artstica y expresin ideolgica imprescindible para el conocimiento de la

    realidad literaria y el entorno en que se desarrolla. Realiza su tipificacin mediante la

    delimitacin de los extremos del lenguaje artstico, de un lado, y los del cientfico, de

    23

    P. Aulln de Haro, El ensayo, gnero humanstico moderno,, pp. 310 y 311:

    En la cultura espaola, como es sabido, las pautas que inmediatamente anteceden a la

    constitucin del Ensayo son bsicamente localizables en el Teatro Crtico Universal y en las Cartas

    Eruditas y Curiosas de Feijoo, en las Cartas Marruecas de Cadalso, en las publicaciones peridicas

    dieciochistas como el Diario de los Literatos y El Censor. En Europa, de la manera ms estable,

    Shaftesbury, Addison y en general los empiristas ingleses. Corresponde a Larra el honor de

    consumar El gnero del Ensayo breve a la manera de artculo acorde con las necesidades de la

    Espaa decimonnica. Eduardo Gmez de Baquero, Andrenio, sostiene que la literatura espaola

    ofrece una larga tradicin de ensayistas perfectamente explicable en virtud de la tendencia tanto

    moralista como discursiva que en ella es perceptible desde sus orgenes y que vino a llenar de

    moralidades y de reflexiones incluso las novelas d El gnero picaresco. Esta tendencia espaola

    prefigura en su vertiente didctica perfiles de cierto sesgo ensaystico involucrados en diversos

    gneros artsticos, quiz muy especficamente en la poesa didasclica, pero es cierto que de manera

    fundamental en la novela. Andrenio, siguiendo a Bacon, reconoce en las Epstolas de Sneca la obra

    de un ensayista, y prosigue explanndose sobre un amplio y acertado elenco de autores espaoles:

    desde Guevara y Fray Luis a Feijoo y el Padre Isla, y ya en tiempos modernos, Larra, Juan Valera,

    Clarn y por supuesto extensamente los del Noventayocho. Por otra parte, escritos novelescos de

    Eugenio dOrs como La bien plantada y La escenografa del tedio pueden ser considerados como

    ensayos novelados. Y en direccin inversa se ha podido hablar de filosofa narrativa. Sea como

    fuere, habra que asignar a Ortega no slo la cualidad reconocida de ensayista espaol por

    antonomasia, sino tambin la de uno de los ms destacados modelizadores del ensayismo filosfico

    europeo de su tiempo. Precisamente, dentro de la cultura europea en general cabra destacar la

    encumbradsima tradicin del pensamiento alemn declaradamente asistemtico, desde Lessing a

    Schiller, tradicin sta que culmina en ciertas obras de Schopenhauer, en Nietzsche y, por supuesto,

    Kierkegaard. 24

    Ob. cit.

  • 24

    otro; adems de los factores de extensin, estructura interna, disposicin, etc. Insiste en la

    descripcin en tiempo presente, opuesta a la fabulacin de la prosa novelstica y a la

    organizacin sistemtica del texto cientfico; y aade el rasgo de indeterminacin debida

    a su situacin en el punto equidistante a la autorreferencialidad del texto artstico y a la

    extrema referencialidad denotativa del cientfico. El criterio de extensin resulta difcil de

    aplicar en un gnero cuyas cotas sita entre la inferior a la de un tratado y la superior a

    unas cuantas pginas. La categorizacin de los subgneros incluidos en los ensaysticos,

    aun partiendo de su manifiesta indeterminabilidad, es posible establecerla como lindante

    por un lado con la lengua estndar y el panfleto y en el extremo superior con el estudio de

    carcter cientfico y el tratado. Como propuesta taxonmica de los subgneros

    ensaysticos para este siglo, plantea la inclusin de una serie de tipos: panfleto,

    manifiesto, discurso, opsculo/folleto, artculo, estudio y tratado, junto a los que hay que

    situar el Ensayo y considerar en todos ellos que El personalismo o la abierta relacin

    objetividad/subjetividad que suele caracterizar la actitud del ensayista funciona en sentido

    inverso a las pretensiones objetivistas y despersonalizadas del discurso cientfico.25

    Concluye, a partir de la descripcin de Andrenio, que la formalizacin histrica del

    Ensayo se constituye de manera irregular pero manteniene la interaccin entre el ensayo y

    otros gneros bsicos, en la lnea general de ruptura superadora del sistema clsico a

    partir del Romanticismo.

    AUTOBIOGRAFA Y BIOGRAFA

    Estos dos gneros presentan muchos elementos de coincidencia y en el desarrollo que

    sigue se ver que es muy difcil separarlos. Contrariamente a la escasez de estudios sobre

    la Biografa, la Autobiografa s que ha recibido amplia atencin por parte de la crtica del

    siglo XX26

    . Pero, en esto coincide con la Biografa, se trata de enfoques desde diferentes

    disciplinas. Entre los anlisis terico literarios destacan dos obras de Jos M Pozuelo

    Yvancos: Potica de la ficcin (1993) y De la autobiografa27

    .

    En el siglo XX los gneros memorialsticos (Diario, Memorias, Libro de viajes)

    ocupan un lugar de importancia creciente. A la Modernidad le interesa el yo, en sus

    manifestaciones sociales y en la definicin de su estatuto, como no lo haba hecho nunca

    antes de los Essais de Montaigne (1580). Exceptuando las Confesiones de San Agustn o

    25

    Ibid., p. 104 26

    S. Wahnn Bensusan, De la autobiografa. Teora y estilos, Revista Signa 17 (2008), UNED., pgs. 357-361. 27

    J. M Pozuelo Yvancos, De la autobiografa, Barcelona, Crtica, 2006.

  • 25

    las de Rousseau y el libro de Su vida de Santa Teresa, el sujeto no se permite, hasta ese

    momento, eliminar las fronteras definidas entre lo pblico, lo privado y lo ntimo. La

    conformacin de la Autobiografa como gnero se desarroll en paralelo a la teora crtica

    correspondiente, en especial, la contempornea.

    Pozuelo la define como un gnero fronterizo, de estatuto complejo. No puede

    considerarse ficcional porque responde a una funcin comunicativa social y pragmtica,

    pero el yo autor es diferente del yo real y del yo de la narracin. Es un yo que opera por

    un acto de memoria y que obtiene su identidad al pasar a la narracin.

    Probado que el elemento del pblico es determinante en la formacin y evolucin

    de los gneros28

    , diversos autores atribuyen a la fractura del hombre moderno el xito de

    la Autobiografa como restitutiva de su unidad. No obstante, Pozuelo matiza que muchas

    de estas obras tienen como objetivo la deconstruccin genrica y del estatuto de su

    personaje. La condicin de fronterizo le viene de su intencionalidad, desde las primeras

    confesiones, de creacin de una identidad relacionada con unos hechos presentados como

    reales. Como gnero participa de muchos de los rasgos de la ficcin, pero el autor no

    considera que la autobiografa sea pragmticamente, y en su modo de ser acto

    performativo y social, un gnero ficcional, incluso cuando pueda plantearse el carcter

    complejo de su constitucin semntica y sintctica, y pueda admitirse por tanto que es un

    gnero que traspasa muchas veces la frontera de la ficcin para instalarse en ese otro

    territorio.29

    Como ocurre tambin con la Biografa, el gnero con el que principalmente se

    compara y relaciona la Autobiografa es la Novela, en este caso autobiogrfica, o con la

    de formacin o autoformacin30

    . E, igualmente, la bibliografa que se ocupa de su estudio

    no es solo de Teora literaria, Historia o Teora de la historia, sino que abunda la

    filosfica (y, como se ver, tambin la psicolgica y la sociolgica). Los asuntos de

    discusin terica son las oposiciones entre verdad y ficcin; las cuestiones de la

    referencialidad, del sujeto, de la narratividad como constitucin del mundo Y este

    mltiple perspectivismo confirma el carcter fronterizo de la Autobiografa.

    28

    R. Senabre, Literatura y pblico, Paraninfo, Madrid, 1986. 29

    J. M Pozuelo Yvancos, De la autobiografa, p. 17. 30

    M. . Rodrguez Fontela, La novela de formacin. Una aproximacin terica e histrica al

    desde la narrativa espaola, Universidad de Oviedo y Kassel, Edition

    Reichenberger, 1996. Para esta autora, la autobiografa se encuentra en el origen de la Novela de

    autoformacin.

  • 26

    Presenta estilos muy diferentes que le confieren un estatuto genrico, que es

    multiforme, convencional e histricamente movedizo.31

    Adems, tiene vnculos directos

    con el encomio y la confesin o la epstola, que fue el nico medio de expresin del

    individuo durante mucho tiempo. Al relegarse la prctica epistolar, qued un espacio para

    la intimidad y espontaneidad autobiogrficas. Para definir la Autobiografa es preciso

    esclarecer a qu tipo se hace referencia y a qu poca pertenece, y tener en cuenta las

    interinfluencias que ejercen unos gneros sobre otros a lo largo de la historia. Para

    Pozuelo, todos estos preliminares representan el estado del debate sobre la Autobiografa

    en la actualidad y los lmites que presenta con la ficcin.

    El punto de partida es su carcter mixto en el que un yo se presenta como historia

    en el acto mismo de la construccin del texto. Es un discurso que es ms que discurso

    porque hay un sujeto de la enunciacin que es al mismo tiempo enunciado. Esto no

    plantea problema, pero s el que ese yo narre su vida como verdad de el que fue en el

    pasado. El discurso autobiogrfico pretende ser autentificador para que se lea como la

    imagen verdadera de s mismo que testimonia el propio sujeto. Esta es la situacin de la

    que parten las dos posturas crticas principales en la actualidad. Por un lado, los autores

    que consideran que cualquier narrativizacin del yo implica ficcionalidad por las mismas

    condiciones retricas de la identidad y por ser una interpretacin del sujeto como parte

    del discurso. Para Nietzsche, Derrida, Paul de Man, R. Barthes y la crtica deconstructiva

    el gnero autobiogrfico contiene un carcter intrnseco de ficcin. Se adhieren a una

    lnea tradicional defendida por Goethe, Proust o Valry que afirma que toda literatura es

    autobiogrfica; y tienen que ver con la inversin deconstructiva de que toda autobiografa

    es una literaturizacin. La segunda postura corresponde a Lejeune o E. Bruss, quienes

    admiten que algunas novelas utilizan recursos autobiogrficos, pero niegan que siempre

    haya ficcin en la autobiografa. Lo que se plantean es cmo encontrar la especificidad

    discursiva para este gnero, sea pragmtica, histrica o dentro el Sistema de los gneros,

    puesto que no se trata de novelas y muchas de ellas no se consideran siquiera obras

    literarias. Seala Pozuelo que, precisamente, es la imposibilidad de definicin formal de

    la Autobiografa la que permite aunar estas dos posiciones irreconciliables: las novelas

    autobiogrficas y las autobiografas sin intencionalidad ficcional comparten los mismos

    elementos formales.

    31

    J. M Pozuelo Yvancos, De la autobiografa, p. 21.

  • 27

    Pozuelo recoge de diferentes autores los rasgos de la Autobiografa. Seala como

    incontestable la idea de Lejeune de que en la prctica social hay un identidad entre el

    nombre y el autor, el narrador y el personaje de la narracin, que deja de ser narracin

    para ser autobiografa. Esa identidad es posible por el pacto o contrato de lectura, que se

    firma mediante la constancia del nombre propio y es parte de un contexto pragmtico de

    referencialidad, es decir, pertenece a la categora de textos que son susceptibles de ser

    verificados. No se trata de que los hechos relatados sean verosmiles, sino que el pacto de

    lectura implica que son narrados y testificados por un sujeto que declara haberlos vivido

    realmente. Cosa distinta es que lo sean de verdad, pero s que deben ser presentados como

    verificables. Este pacto constituye el elemento diferenciador de la Autobiografa con

    respecto a la ficcin autobiogrfica. sta presenta los mismos rasgos formales, pero no el

    contrato de lectura, mientras que aqulla nunca es leda como ficcin.

    El segundo rasgo alude a la construccin del yo autobiogrfico. Este yo no existe

    sino por la elaboracin del texto. De esta manera, la autobiografa pierde su consideracin

    de documento verificable y se entiende como proceso de bsqueda de identidad. A partir

    del siglo XVIII adquiere incluso una capacidad salvfica para el sujeto, frente a los dems,

    pero tambin frente a s mismo, y pasa a ser instrumento de construccin de la identidad.

    As es considerada por lingistas, como Benveniste; filsofos del lenguaje, como

    Cassirer; y psicoanalistas como Lacan, que observan la relacin entre lenguaje e

    identidad, la narracin como falseamiento, la autodefinicin, etc.

    La Autobiografa implica la sustitucin de lo vivido por la analoga narrativa que

    crea la memoria, con su falsa coherencia y causal de los hechos, pero que

    unas veces tal sustitucin ser una impostura y otras veces no, depender en ese caso de

    su funcionamiento pragmtico.32

    Paralelamente a la discusin terica, los autores de

    autobiografas contemporneas, tienen en cuenta esta relacin entre yo y texto pero para

    realizar la deconstruccin del primero, como Roland Barthes que establece un anti-pacto

    autobiogrfico y pretende un juego de deconstruccin del yo como personaje. Ha sido la

    insistencia de los estudios tericos sobre la crisis de identidad moderna, la que ha

    propiciado que se recuperara el sentido especular de la literatura.

    En tercer lugar establece que la Autobiografa tiene una doble funcionalidad, ya

    aludida antes: por un lado es un acto de conciencia por el que el yo construye su

    identidad; y, por otro, es acto comunicativo puesto que supone una justificacin ante los

    32

    Ibid., p. 34.

  • 28

    otros, ante los lectores. Ambos constituyen, segn Pozuelo, dos cronotopos inseparables

    que son los que originan el gnero. La crtica deconstruccionista habra considerado la

    Autobiografa como cronotopo interno, por la relacin del sujeto, a travs del texto, con

    su propia vida; mientras que la crtica pragmtica se centra en el cronotopo externo de la

    publicacin y lo escrito como medios de relacin con los otros, como contrato de lectura.

    Toma de Batjin su descripcin de las dos lneas autobiogrficas a partir de las obras

    clsicas33

    . La primera sera la platnica de la Apologa de Scrates, que interpreta la vida

    como bsqueda del conocimiento verdadero y que habra inspirado la forma

    autobiogrfica filosfica del Discurso del mtodo de Descartes o de la autobiografa de

    Bacon. La segunda vertiente sera la autobiografa retrica, basada en el encomio, que

    pudo dictar el discurso en su propia defensa de Scrates. Para Pozuelo el origen de la

    Autobiografa podra darse por la suma de estas dos concepciones: el relato de la vida

    como va de conocimiento suele ir unido a una justificacin, una apologa implcita o

    encomio que el sujeto hace de s mismo.

    Otro rasgo de la Autobiografa es la presencia del t. Cita a G. Gusdorf34

    que

    describe la importancia del cristianismo en la conformacin del gnero. Las culturas

    primitivas y clsicas no admitan la individualidad ni la funcin especular para enfrentar

    la propia imagen. El cristianismo supone una nueva espiritualidad centrada en la persona

    e introduce la prctica de la confesin, con el consiguiente examen de conciencia ante

    Dios de manera sistemtica y obligatoria. Las Confesiones agustinianas seran respuesta a

    ese mandato, pero con una gran carga retrica: apelacin al otro para presentar la verdad

    contrapuesta a la imagen exterior del sujeto; un carcter reivindicativo de la verdad sobre

    uno mismo. En la Autobiografa hay un principio de autojustificacin ante los dems que

    propicia un dilogo con un t a fin de que se haga justicia. Lo mismo ocurre con

    Rousseau, que tambin somete su texto a la retrica de la veracidad y responde al

    principio de individuacin que origin los Essais de Montaigne. Con la misma finalidad

    ejemplarizante operan las mltiples autobiografas de personajes burgueses sin relevancia

    de la poca que encuentran su sentido en un pacto de sinceridad.

    Por esto, en la Autobiografa adquiere mucha importancia la figura del narratario

    puesto que es la que dota a la comunicacin de su dimensin de pacto. Se trata de un

    pacto con el lector implcito, con un t intrahistrico y con un t citado como receptor

    inmanente, que est en el texto codificado como receptor. El t narratario tiene carcter

    33

    Ibid., p. 54. 34

    Ibid., p. 60.

  • 29

    textual pero sobrepasa la semntica del texto. Cuando ya est asentada la prctica de la

    exposicin de la propia intimidad, no extraa; pero durante siglos haba existido un pudor

    por la autoexhibicin, que haca preciso un t concreto al que explicar el relato de una

    vida bajo la apariencia de la carta privada. Adems, una caracterstica de este narratario es

    la de pertenecer a un grado jerrquico superior. De esta forma, se aminora el carcter

    privado ya que se eleva mediante el pacto retrico y se refuerza la veracidad de lo

    narrado por la respetabilidad del narratario. La presencia del t en la Autobiografa

    constata el pacto de lectura y eso implica una dimensin retrico-argumentativa, tambin

    apelativa.35

    Recoge que, para Kaplan, este esquema retrico de la Autobiografa est en

    su condicin de acto persuasivo que comparte con el gnero epidctico.

    Tambin el olvido es parte de la Autobiografa. Ms que por la censura freudiana,

    se justifica por una accin selectiva de la memoria36

    que escoge las experiencias del

    pasado de acuerdo al sentido profundo que se le da a la vida, incluso modificando la

    interpretacin que se les atribuy en su momento. Pero el binomio memoria/olvido

    responde a otras relaciones cuando se sita ante un tercer elemento que es la escritura.

    Sigue el desarrollo de Derrida en su deconstruccin de los predicados fundamentales para

    el concepto clsico de sta: hace ver que la marca de lo escrito es una forma significante

    que no se constituye sino por su iterabilidad, por la posibilidad de ser repetida no solo en

    ausencia de su referente sino tambin [] de un significado determinado o de la

    intencin de significacin. La escritura es [] una marca de esas ausencias.37

    Para Pozuelo, el objetivo es establecer una teora de la forma autobiogrfica por la

    contraposicin de la memoria autobiogrfica frente a la forma del olvido que supone la

    escritura. La autobiografa ser el remedio para atemperar ese olvido:

    El fundamento de la escritura autobiogrfica es establecer la existencia, la presencia de

    una voz que sustentando su verdad, en forma de testimonio directo, quiere trascender la

    propia escritura. La lucha del narrador es por recuperar el espacio en el cual la escritura no se

    35

    Ibid., p. 64. 36

    R. Senabre, Literatura y, p. 47. Habla tambin de seleccin Ricardo Senabre al referirse a la

    autobiografa de Santa Teresa. Seleccin que no solo afecta a los hechos, sino tambin a los estados

    anmicos de la Santa, muchas veces de aparente irrelevancia. Y junto a este procedimiento la llamativa

    omisin, voluntaria y confesa, o imprecisin ocultadora, de muchos datos que parecen fundamentales a

    juicio del lector. Segn el autor, su operar se adeca a los destinatarios a quienes parece dirigir sus escritos,

    es decir, telogos y eclesisticos que pudieran actuar frente a posibles inquisidores.

    Se tratara de una seleccin y omisin con objetivo de ocultamiento que se confirmara por el uso de

    un lenguaje vulgar, incluso en el uso de trminos que sobradamente conoca. El origen hebreo de su familia

    y la frecuencia de las acusaciones ante la Inquisicin por el simple hecho de desarrollar actividad intelectual

    a muchos conversos hicieron previsible la oposicin a sus reformas. Por este motivo, Santa Teresa

    vulgariz su estilo con un objetivo de ocultacin. 37

    J. M Pozuelo Yvancos, De la autobiografa, p. 79.

  • 30

    ha liberado de la voz originaria, del hombre que la y cuya presencia en

    forma de testimonio est constantemente convocada. Aqu radica una de las razones de la

    dimensin fuertemente apelativa, conativa, de la escritura autobiogrfica, que pretende

    recuperar el circuito primario, originariamente oral, de la comunicacin, salvando de ese

    modo la grieta y la abstraccin que esa grieta impone- de la escritura como forma de olvido

    y de silencio.38

    Al lector actual la memoria autobiogrfica le permite introducirse en la escritura de

    un autor que mantiene que su relato son experiencias reales de las que l mismo ha sido

    testigo. Por esto, las sensaciones son tan evidentes en ella, porque materializan y

    presencializan la experiencia y al sujeto a travs de su percepcin por los sentidos,

    representados en multitud de detalles.

    Otra consecuencia derivada de la escritura, y que la autobiografa pretende

    combatir, es la ambigedad de la abstraccin. Esa ambigedad da paso a la diversidad de

    interpretaciones. Sin embargo, la autobiografa busca precisamente un control de stas,

    mediante la referencia a la veracidad, al testimonio del propio autor, y la imposicin

    estilstica de una nueva temporalidad. Pretende reinstaurar la inmediatez con la

    reproduccin puntual de los sucesos y su estrecha ligazn al tiempo de la lectura. Aunque

    el relato se da en pasado, la escritura de la autobiografa se realiza en el presente: convoca

    en el presente la presencia del pasado, por ello no se recuerda como un todo, sino siempre

    como puntos sucesivos en el pasado. La temporalidad autobiogrfica est siempre al

    servicio de la presencia: existe una interdependencia entre el hablar del yo

    retrospectivo que escribe una autobiografa en el presente y de los varios

    acerca de los que el autobigrafo escribe39

    Lo ocurrido en el pasado contribuye al

    sentido de lo por venir y ambos se unen en una presencia en el presente.

    Por ltimo, seala tambin Pozuelo una capacidad simbolizadora que trasciende la

    individualidad por la carga ejemplarizante que contiene. Lo interesante de la

    autobiografa es el drama que supone el encuentro del hombre consigo mismo y con su

    participacin en el acontecer histrico. La constitucin del sujeto como histrico,

    verdadero, es inherente al acto autobiogrfico.

    38

    Ibid., p. 84. 39

    Ibid., p. 87.

  • 31

    ii EL PERSONAJE COMO FUNDAMENTO DE LA BIOGRAFA

    LOS CARACTERES. EL PERSONAJE EN EL ARTE Y EN LA LITERATURA

    Se inicia esta aproximacin desde la idea de personaje segn los principios aristotlicos.

    En su Potica, la principal divisin genrica entre Poesa e Historia contiene una

    conceptualizacin implcita:

    el historiador y el poeta no difieren por decir las cosas en versos o no (pues sera

    posible poner las obras de Herdoto en verso y no sera menos una historia en verso que

    sin l), sino que difieren en que uno dice lo que ha ocurrido y el otro lo que podra ocurrir.

    Y por eso la poesa es ms filosfica y noble que la historia, pues la poesa dice ms bien

    las cosas generales y la historia las particulares40

    La construccin que se haga del personaje deber adecuarse a las caractersticas del

    gnero para el que es concebido. Antes, en el captulo II, refirindose a los caracteres de

    la tragedia y de la comedia, afirma que sta consiste simplemente en la mmesis de los

    que actan, y stos necesariamente son gente de mucha o poca vala.41 En el captulo IV,

    al explicar la fragmentacin producida dentro de la Poesa, en lo que afecta a los

    personajes, indica que se efecta segn la forma de ser de cada uno: en efecto, unos

    ms graves, mimetizaban acciones nobles y de gente noble; otros ms vulgares, las

    acciones de gente ordinaria42

    . Contina describiendo los caracteres en la comedia, como

    mmesis de hombres inferiores, mientras que a la tragedia y la epopeya corresponde la

    imitacin de la gente noble43

    . Esta concepcin marca una lnea que es asumida por toda

    la preceptiva clasicista hasta la Modernidad44

    . Se trata de un personaje funcional al

    servicio de la accin, puesto que el personaje de la fbula aristotlica est subordinado a

    ella y se define por sus actos. Adems, est movido por la lgica, segn relaciones de

    causa y efecto y debe ajustarse a la verosimilitud45

    .

    Si bien Aristteles no dedica espacio en la Potica ni al gnero biogrfico ni al

    personaje, s que se ocupa de la naturaleza del ser humano en su Retrica46

    , cuya

    descripcin de sus elementos constitutivos resulta en una psicagoga. Su objetivo es la

    explotacin de los recursos oratorios con una finalidad persuasiva, siendo entre ellos el

    40

    Aristteles, Ob. cit., cap. IX, pp. 75-77. 41

    Ibid., p. 61 y 62. 42

    Ibid., p. 65. 43

    Ibid., caps. V y VI. 44

    J. G. Maestro, Arte barroco y personaje literario (The Merchant of Venice y El coloquio de los perros),

    Barroco, P. Aulln de Haro (ed.), Madrid, Verbum, 2004, pp. 521-566. 45

    Ibid., p. 541. 46

    Aristteles, Retrica, Introd., trad. y notas de Quintn Racionero, Madrid, Gredos, 1994.

  • 32

    discurso epidctico el que interesa a este trabajo como antecedente del gnero biogrfico.

    Se dar cuenta de ello en el captulo de caracterizacin de la Biografa, por su adecuacin

    al personaje biogrfico como psicologa real y por las muchas coincidencias que presenta

    con las diversas disciplinas que explotan el gnero biogrfico en sus desarrollos

    epistemolgicos.

    El balance de Aulln de Haro sobre el tratamiento del personaje en la Potica de

    Aristteles es como materia literariamente ya incardinada [], que de inmediato recogi

    con otros propsitos Teofrasto mediante el concepto de caracteres que en la Retrica

    aristotlica y clasicista permaneci limitadamente como estudio de stos y, por ello, a su

    vez, perteneciente a la psicagoga.47 Y contina describiendo su evolucin para confirmar

    la inexistencia de una tradicin terica. As, hasta el siglo XVII en el que la cultura

    europea realumbr los caracteres como gnero literario, sobre todo a partir de la obra

    prestigiosa de La Bruyre48

    ; y el XVIII, al que reconoce ser la poca, primero, del

    sujeto idealista y del genio y, despus, del arte realista y sus grandes representaciones de

    personaje49

    , aunque la reflexin terica sobre el tema no aparece hasta el siglo XIX.

    Maestro50

    seala que desde la potica aristotlica pasa a la historia de la literatura

    un personaje sometido a la fbula segn los dictados de la lgica, la causalidad y la

    verosimilitud. El fondo de esta concepcin responde a una intencionalidad tica y

    moralizante que se transmite en todas las preceptivas clasicistas hasta el Romanticismo.

    Sin embargo, los personajes literarios ms relevantes en todas las pocas no responden a

    esos planteamientos (Celestina, Melibea, Prmeno, Sancho Panza, los hroes de

    Numancia, Don Quijote, Pablos, el rey Lear, Shylock), sino que suponen una

    transgresin que se extrema en el Barroco. Es decir, el decoro es condicin preceptiva que

    desaparece en los personajes literarios ya desde la Edad Media, cuyos planteamientos

    narrativos, cmicos y polifnicos difieren de las normativas clsicas.

    Para este autor, el personaje barroco representa la tensin entre el personaje

    existencial, plural y libre de la Modernidad y el que se somete desde la Antigedad a un

    sistema moral inmutable que lo trasciende y est cerrado a innovaciones. Antes del

    Romanticismo, el personaje era agente de acciones para vencerlas, crearlas o sucumbir

    ante ellas; las teoras idealistas introducen un nuevo sujeto en el que se busca aunar una

    inteligencia y voluntad que superen la fbula y demuestren su autoconciencia por la

    47

    P. Aulln de Haro, Teora general del personaje, p. 17. 48

    Ibidem. 49

    Ibid., pp. 17 y 18. 50

    J. G. Maestro, Ob. cit., pp. 524-537.

  • 33

    reflexin sobre sus propios actos. A partir de este momento el personaje deviene

    ejercicio complejo, inacabable, caracterizado por la segmentacin o discrecionalidad, la

    sntesis de sus elementos constitutivos. En este proceso histrico y evolutivo de

    interpretacin, el personaje parece eludir toda formulacin final definitiva, crece en

    calidad esttica y complejidad antropomrfica51

    y asume en su significacin sus

    pensamientos y sentimientos. El germen de la inversin categorial que eleva al sujeto por

    encima de las acciones est en el personaje barroco, que empieza a cuestionar

    racionalmente la moralidad y orden establecidos en el siglo XVII espaol desde una

    posicin psico-lgica: Se pasa, pues, de una moral objetiva, lgica, especulativa,

    pblica, a una moral subjetiva, personal, psico-lgica, individual, por relacin a la cual

    los actos del sujeto adquieren un sentido que no viene impuesto por la lgica inmanente

    de los acontecimientos.52

    Desde el final del siglo XVIII fbula y sujeto son

    reinterpretados y el personaje deja de ser agente de la accin para ser creador de sus

    significados. La sntesis del personaje moderno consiste en la discriminacin entre Sujeto

    y Fbula, personaje y accin y sus elementos constitutivos: el personaje tiene que

    experimentar lo que est realizando en la accin.

    En Teora general del personaje53

    , Aulln de Haro ofrece un panorama del

    tratamiento del mismo que abarca todas las artes. Aunque se tendr en cuenta aquellas

    referencias a otras disciplinas que interesen por cuestiones atinentes a la biografa, nos

    centraremos en lo concerniente a la teora y creacin literarias. Puede extraerse del texto

    cinco rasgos que, aceptados como constitutivos de entidad, resultan en concepto de

    personaje: Por principio, pertenece a la esfera del sujeto humano; adems: Un

    personaje consiste en un sujeto presentado en cuanto persona y que es tomado como

    objeto, en el plano que fuere, por algn o algunos sujetos, El personaje es persona,

    ficticia o real, puesta en cualesquiera circunstancias a consideracin, separada,

    diferenciada para un receptor que en algn sentido la toma como objeto, Constituye,

    pues, el otorgamiento de un cierto tipo, cuando menos pragmtico, de individualizacin

    y: As, fenomenolgicamente, un personaje es alguien que relevantemente aparece54

    .

    Todava completa la conceptualizacin con otros matices que incorporan a esta base los

    componentes sociales y psicolgicos. As, un poco ms adelante, asume el planteamiento

    jungiano segn el cual la individualidad de una persona implica el desempeo de un

    51

    Ibid., p. 528. 52

    Ibid., p. 535. 53

    Ob. cit. 54

    Ibid., p. 21 y 22.

  • 34

    papel social, profesional o tantos otros; y subraya el elemento psicolgico implcito en la

    etimologa latina de la palabra persona que remite al concepto de o

    incluso 55

    . Asimismo insiste en estos factores al declarar la

    necesidad de una coherencia en su construccin y un emplazamiento temporal: Los

    personajes [] tienen siempre una lgica, y un presente, un pasado [] y un futuro

    posible []56

    ; e insiste en los elementos contextuales y psicolgicos: [] posee, ante

    todo, un largo mundo cultural y un gran transmundo psquico.57

    Por ltimo, es

    fundamental resaltar un aspecto sin el cual quedara incompleta su pluridimensionalidad,

    es decir, la trascendentalidad de todo sujeto: El personaje, [] es un asunto de

    significacin, de significacin profunda. Tomado en su volumen superior de significado,

    el personaje no es un mero signo, ni un actante ni cosa parecida, sino un smbolo en su

    ms pleno sentido y con toda su carga de ambigedad58

    .

    Cabe incardinar aqu la conclusin de Castilla del Pino en cuanto a la ipseidad, y

    hasta cierta inversin de papeles con respecto a su creador, que el personaje termina por

    desarrollar, consecuencia de su trayectoria evolutiva y conductual y del inevitable dictado

    por la receptividad del lector:

    Hay una lgica del personaje a la que se ha de someter el autor si quiere hacer su

    personaje, la situacin, verosmiles, porque el personaje es una criatura con su destino, y

    la nica diferencia con el de la criatura real es que hay alguien, el autor, que lo conoce de

    antemano. Pero ese destino va siendo ms y ms predictible gracias a la redundancia de la

    narracin, esto es, a medida que se avanza en la lectura, de modo que, a partir de un

    punto, ni el autor puede inventarse otro destino cualitativamente distinto ni el lector lo

    tolerara desde todos los puntos de vista (moral, intelectualmente, pero sobre todo desde el

    punto de vista de la eficacia narrativa).59

    Procedente de la sociologa, pero con posible aplicacin a la biografa y que

    Maestro descubre en la literatura, es el elemento que Jean Louis Le Grand60

    aade cuando

    plantea que la cuestin tica surge inmediatamente en los relatos de vida en cuanto que

    conciernen a la vida de personas que pueden verse beneficiadas en su reconstruccin, ser

    parte interesada de su creacin, o simplemente rechazar el verse etiquetadas. Como

    consecuencia, dichas reservas ticas se van haciendo presentes de manera sistemtica en

    55

    P. Aulln de Haro, Teora general del personaje, p. 22. 56

    Ibid., p. 25 57

    Ibidem. 58

    Ibid., p. 41. 59

    C. Castilla del Pino, Ob. cit., en P. Aulln de Haro (ed.), Teora de la crtica literaria..., p. 343. 60

    J.-L. Le Grand, Rationalits scientifiques et rcit biographique: deux logiques conflictuelles? en

    Robin/Maumigny-Garban/Sotard, Le rcit biographique, Vol. I, Pars, LHarmattan, 2004, p. 52.

  • 35

    todas las ciencias sociales y especialmente en aquellas que trabajan con historias

    personales.

    EL PERSONAJE SEGN EL CONCEPTO DE BILDUNG

    Por su asimilacin en la concepcin del sujeto en la cultura occidental y su influencia en

    el personaje biogrfico, interesa aqu incluir la aportacin que supone la idea alemana de

    Bildung. Asume sta la herencia de las Confesiones agustinianas y del pietismo

    protestante, pero tambin es posible descubrirle antecedentes desde la Antigedad y la

    crtica reconoce su prolongacin hasta el establecimiento de la Novela de formacin. Se

    han tomado para este estudio dos obras de autores espaoles y dos de alemanes61

    como

    referentes de los estudios sobre este modelo narrativo de construccin biogrfica; y, en

    tercer lugar, la aportacin de Delory-Monberger, desde una perspectiva sociolgica. No

    obstante, en este punto se trata de lo que concierne exclusivamente a la creacin del

    personaje. El desarrollo de los planteamientos de la Bildung se ha incluido en el captulo

    correspondiente a la propuesta taxonmica de las clases biogrficas, puesto que estn

    presentes en algunas de ellas.

    Miguel Salmern62

    estructura su estudio en dos partes. La primera se centra en la

    exposicin del concepto de Bildung, por un lado y, por otro, de la Novela de formacin;

    y, la segunda, en el estudio de una seleccin de autores y obras representativas en el

    mbito germnico. En el caso Mara de los ngeles Rodrguez Fontela63

    empieza por

    definir los conceptos de gnero y de Bildungsroman, para desembocar en el estudio de la

    estructura mtica y antropolgica de la Novela de autoformacin y su evolucin en la

    Antigedad, la Edad Media, la Novela de caballeras, la Picaresca, la Autobiografa y la

    Novela autobiogrfica, en las relaciones de la Novela didctica y pedaggica con la de

    autoformacin, y su presencia en la Novela lrica.

    En cuanto a los autores alemanes, Selbman, estudia el concepto y su discusin

    crtica desde Blackenburg hasta Hegel. Intenta su determinacin como gnero a partir de

    su problemtica y de la historia de la Bildung y de la Novela de formacin: en cuanto a su

    gnesis, la sita en el siglo XVIII, representada por Schummel, Knigge, Wezel, Hegrad,

    con especial atencin a Wilhelm Meister de Goethe, como modelo genrico, y al conjunto

    61

    R. Selbman, Der deutsche Bildungsroman, 2. berarbeitete und erweiterte Auflage, Stuttgart, Metzler,

    1994.

    O. Gutjahr, Einfhrung in den Bildungsroman, Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 2007. 62

    M. Salmern, La novela de formacin y peripecia, Boadilla del Monte (Madrid), Antonio Machado

    Libros, 2002. 63

    M. . Rodrguez Fontela, Ob. cit.

  • 36

    de su obra como novela de formacin. La elaboracin de Bildungsroman en el siglo XIX

    est representada por la novela individual y social de Mrike: Maler Nolten, Tieck: Der

    junge Tischlermeister e Immermann: Die Epigonen; a mediados de siglo, con la novela de

    formacin de Freytag: Soll und Haben, Keller: Der grne Heinrich o Stifter: Der

    Nachsommer y Raabe con su Dr Hungerpastor, Stopfkuchen. En el siglo XX, se definen

    dos lneas en la Novela de formacin: la primera, entre ideolgica y pardica, con autores

    como Thomas Mann con Der Zauberberg y Musil con Der Mann ohne Eigenschaften; y,

    en segundo lugar, la Novela de formacin socialista. Finalmente, descubre tambin

    huellas de la Bildugnsroman en as obras actuales de Grass: Die Blechtrommel, Handke:

    Der kurze Brief zum langen Abschied o Stra: Der junge Mann. Como punto

    fundamental, sita la cspide del concepto de Bildung en W. von Humboldt y da cuenta

    de su proceso evolutivo.

    Por su parte, Gutjahr, tambin hace una breve introduccin sobre el concepto del

    gnero y sobre la Novela de formacin de los siglos XVIII, XIX y XX-XXI. Estudia

    asimismo a Wieland, Goethe y Keller, pero aborda la perspectiva de la formacin con una

    distincin de gnero en la que considera la interculturalidad actual. Conviene sealar que

    coincide con el autor anterior y dedica un espacio a Humboldt, el humanismo y la

    formacin.

    Para Salmern64

    , desde las primeras novelas de este gnero (Parzival de Wolfram

    von Eschenbach, inserta en la tradicin literaria del Grial), el inters por la psicologa de

    los personajes va en progresivo aumento dando lugar a un nuevo tipo de hroe. Se

    transforma el ideal caballeresco desde ser un mero soporte para la estructura poltica hasta

    legitimar su poder mediante valores espirituales. El personaje ya no es solo el hroe

    caballeresco en busca de aventuras para cumplir con las dualidades de generosidad-

    lealtad, con respecto al rey, y de beneficio-servicio para con su dama. Su proceso es ya

    una aventura interior 65

    que le permitir conseguir el Grial. Se trata de conciliar el ideal

    caballeresco de corte mundano, corts y guerrero, con el de caballero cristiano, acorde al

    nuevo elemento de poder que supone la Iglesia a partir del siglo VII, de manera que, al

    final del proceso formativo, sea capaz de cumplir con ambos compromisos. Puesto que

    Dios solo se manifiesta mediante apariencias, el carcter cristiano del hroe nicamente

    puede realizarse en su conciencia y el Grial se convierte en el smbolo de la perfeccin

    64

    Ob. cit., p. 67. 65

    Ibid., p. 68.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Wolfram_von_Eschenbach
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    que persigue la Iglesia militante y obtiene la triunfante66

    . El proceso formativo del

    personaje, que presenta elementos de interiorizacin psicolgica y reflexin, se cumple

    conforme a tres fases que corresponden a las del ciclo cristiano universal: culpa, dolor y

    salvacin67

    . En este proceso es determinante la alteridad, representada, en este caso, por

    la relacin con diferentes mujeres en momentos clave y con la figura de un hombre

    adulto y experimentado68

    .

    Como rasgo del protagonista, seala Salmern que representa un alter ego de su

    autor, con tres posibles vas de proyeccin69

    : convertirlo en un ideal del yo que pueda

    constituirse en un modelo con el que identificarse (Parzival de Wolfram, Ofterdingen de

    Novalis o Drendorf de Stifter); como una rplica tenebrosa del yo del autor (Reiser de

    Moritz, Vult de Jean Paul o Heinrich Lee de Keller); o mediante una representacin

    caricaturesca (Karl Rossmann de Kafka y Simplicissimus de Grimmelshausen, 1621-

    1676), con lo que ello revela de falta de confianza en la posibilidad de realizacin del

    propio proceso formativo: El autor pone delante de s el espejo deformante del humor

    para aliviarse y aliviar al lector de la amargura que le inspira su propio ser y su mundo,

    As se explica el xito de la picaresca del barroco.70

    Es modelo de esto el Simplicius

    Simplicissimus (1668) de Grimmelshausen. Puesto que el paradigma barroco del ser

    humano solo puede ser perfecto y transcendente, ms all de este mundo, y su salvacin

    solo puede darse en lo ultraterreno, la perspectiva de autoformacin vital no es conciliable

    con tales principios y en esta poca el gnero deriva de formativo a Novela de peripecia.

    En el siglo XVIII la obra innovadora es, para Salmern, Geschichte des Agathon

    (1767/1773/1794) puesto que es al hombre comn y sus experiencias y pensamientos a

    los que otorga valor por s mismos. No se pretende ya suscitar sentimientos en el lector

    mediante mtodos ensaysticos, sino reflexiones personales a partir de una narracin71

    . Su

    autor es Christoph Martin Wieland (5 de septiembre de 1733), de la generacin de

    Lessing, Kant y Klopstock, un poco anterior a Goethe. Por la circunstancia de su

    nacimiento en la ciudad de Biberach y de ser hijo de un pastor, crece entre disputas de

    catlicos y protestantes. Su propia evolucin vital responde a una desilusin, no intil,

    sino reconvertida en aprendizaje, a partir del cual adopta posiciones vitales72

    exaltadas,