Tamame Descanso En Primavera

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Tamame: un buen pueblo para descansar en primavera

Amador Pérez Viñuela

Nunca fui ducho en el artede coplas a mi gente contar,pero gustan de romances y, a ellos se lo voy a dedicar.

En pleno mes de abrilme fui al pueblo a descansar,pues tenía buena fama, para holgar, dormir y reposar.

Sentado en el patio estabaviendo a la gente pasar,hacia un sol de primavera se oían pájaros cantar.

A lo lejos la abubillacon su trombón celestialal compañero retaba de otra abubilla rival.

Todo invitaba a la paz,y la armonía alcanzar,buen sitio he elegido,para unos días pasar.

De repente el pescaderose puso a mi puerta a gritar, un dios furibundo era,compitiendo con Satanás.

Oigan las amas de casay los hombres del lugar, que las gambas que yo traigo,son lo mejor de la mar.

Pescadillas y merluzas,mero, atún, águila de mar.Salmón, arenques, caballa,Las sardinas vivas están.

Rodaballo, pez martillo,perca, caballitos de mar.Pez sierra, pez espada,Salmonetes y fletán.

Tiburones y delfines,Y, ¡Ballenas! ¿No traerá?este hombre es capaz de venderel peñón de Gibraltar.

Luego una fuerte voz anunciójudías tiernas y lechugascebollas, tomates, pimientos,recién cogidos están.

Cómprelos, buena señora,que no se arrepentiráno tienen colesteroly el azúcar no subirá.

No había acabado de marchar

cuando llegó el panadero

anunciando su mercancía

al son del Porrompompero.

Mil campanas repicando

a lo loco sin parar

esquilón de Barandales

furioso haciéndolo sonar.

Retumbaban los cristales

Crujían vigas y columnas

Chirriaban los cimientos

Se puso la casa a temblar.

Palabras como: sonar,

repiquetear, rechinar,

metidos en mi cabeza,

empezaron a danzar.

Un famoso muy nombrado

Se puso en la radio a berrear

Goooool, goool, goool

De no se que capitán.

Enseguida un forastero

también se puso a bramar,

bien merecido lo tienen

por mofarse del rival.

Piojos y descaradosllaman siempre a los demás,que son unos metepatas,y con esto callarán.

Aturdido y despistadosalí corriendo, no más,asustado de que el loquerovenga a mi puerta a llamar.

Amador Pérez Viñuela