La Honestidad

El respeto hacia las pertenencias ajenas

Encontrar objetos ajenos y devolverlos

Estar en todo momento con Dios

El séptimo mandamiento declara el destino y distribución universal de los bienes, el derecho a la propiedad privada; el respeto a las personas, a sus bienes y a la integridad de la creación. La iglesia encuentra también en este mandamiento el fundamento de su doctrina social

Quedarse con pertenencias ajenas, sabiendo

de quien pertenece el objeto

Hacerse de amigo/a de una persona, solo por

interés y luego robarle sus cosas

No pensar en Dios, cuando nos impulsamos a

cometer actos malos, como robar

Quien tenga bienes no puede usarlos a su

capricho, sino que debe hacerlos producir para

que beneficien a otros

El séptimo mandamiento ordena hacer buen uso

de los bienes terrenos, y prohíbe todo lo que

atente a la justicia en relación a esos bienes.

Cuando aquel muchacho se acerco a Jesús

preguntándolo que debería hacer para ir al cielo,

el señor le respondió “ cumple los mandamientos”.

Y al señalar a continuación que ya lo hacia desde

niño, Jesús le dijo:” una cosa te falta: ve, vende lo

que tienes y dalo a los pobres y así tendrás un

tesoro en el cielo

El séptimo mandamiento prohíbe los

actos externos contrarios a la justicia

y al derecho de la propiedad, como

son el hurto, el robo, el fraude, la

usura, el plagio, la retención injusta, el

daño injusto, la cooperación injusta, y

cualquier otra acción voluntaria que

cause daño al prójimo en sus bienes

Ya conocen la generosidad de cristo Jesús,

nuestro señor, que siendo rico, se hizo pobre

por ustedes para su pobreza los hiciera ricos (

Cr: 8,9)

Pero Zaqueo dijo resueltamente, a Jesús:

“Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los

pobres, y a quien lo haya exigido algo

injustamente le devolveré, cuatro veces mas”

(Lc: 19,8)

El les contestaba “El que tenga dos capas,

que de una al no tiene, y el que tenga de

comer, hago lo mismo (Lc: 3,11)

Retención: no devolver una cosa

Plagio: copiar ideas o palabras ajenas,

dándolas como propias