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Paleoetnobotánica en el sitio arqueológico Casa Vieja
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Rev. peru. biol. 10(1): 33 - 43 (2003)© Facultad de Ciencias Biológicas UNMSM
Restos vegetales del sitio arqueológico Casa Vieja, Callango (Ica)
Plant remains of archaeological site Casa Vieja, Callango (Ica)
José Roque1, Asunción Cano1 & Anita Cook2
1 Museo de Historia Natural, Universidad NacionalMayor de San Marcos. Apartado 14-0434, Lima 14,Perú. e-Mail: peperoque@yahoo.com
2 Department of Anthropology, The CatholicUniversity of America. Washington, D. C. 20064.e-Mail: cook@cua.edu
ResumenSe da a conocer los resultados de un estudio paleoetnobotánico realizado en el sitio arqueológico
Casa Vieja, situado en Callango (sector inferior del valle de Ica), perteneciente al periodo HorizonteMedio. Se determinaron 23 especies, todas de la división Magnoliophyta, 18 (78%) en lasMagnoliopsida y 5 (22%) en las Liliopsida. La familia Fabaceae resultó la mejor representada a nivelespecífico, con 6 especies. La mayoría de las muestras analizadas correspondieron a semillas deGossypium barbadense “algodón”. El setenta por ciento de las especies fueron probablementeutilizadas para la alimentación; el 48% para la confección y construcción y el 52% para atendernecesidades de salud.
Palabras clave: paleoetnobotánica, restos vegetales, Ica, Casa Vieja, Callango, Perú.
AbstractA paleoethnobotanical study was carried out at the Middle Horizon archaeological site of Casa
Vieja, located in Callango within the Lower Ica Valley. A total of 23 species were identified, all determinedto be of the Magnoliopyta Division, 78 % (or 18 species) were Magnoliopsid and 22% (or 15 species)Liliopsid. The Fabaceae are the best represented family with 6 species. Most of the analyzed samplescorrespond to seeds of Gossypium barbadense “cotton”. Seventy percent of the species were probablyused as food; 48% for artifact-making and construction and 52% for medicinal and curative purposes.
Keywords: paleoethnobotany, plant remains, Ica, Casa Vieja, Callango, Peru.
Introducción
La identificación y análisis de restos vege-tales arqueológicos permite conocer lasinteracciones del hombre antiguo con el mun-do de las plantas. Este acercamientoarqueobotánico aporta información para múl-tiples disciplinas, dado que estas interaccionesproporcionan a la población humana una seriede recursos que afectan y modifican el desa-rrollo cultural (Hastorf & Popper, 1988;Johannessen, 1988).
El departamento de Ica ha sido una de lasmás notables regiones de la costa en cuanto
al desarrollo y asentamiento de pueblos y cul-turas precolombinos, cuyos más remotos indi-cios datan de hace aproximadamente diez milaños, desde el periodo Lítico hasta el Hori-zonte Tardío, con ocupación Inca y colonial(Cook, 1994, 1999; Rowe, 1961; Silverman,1985). Todas las culturas que se desarrollaronen esta zona utilizaron como medios de sub-sistencia los recursos que les ofrecía la natu-raleza, a la vez que aplicaban sus conocimien-tos empíricos, de agricultura y domesticaciónde animales (Towle, 1961; Yacovleff &Herrera, 1934).
Estudios con referencia a restos vegetalesrecuperados en sitios arqueológicos del Perú,principalmente de la costa, documentan el pa-pel de las especies vegetales en la vida delperuano precolombino. En 1934, Yacovleff &Herrera, basándose en fuentes históricas, bo-
Presentado: 21/04/03Aceptado: 19/05/03
Versión Online ISSN 1727-9933
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tánicas y arqueológicas, nos informan acercade las especies vegetales que interesaban anuestros antepasados antes de la Conquista yqué utilidad supieron darle a ellas; Towle(1961) da a conocer los resultados de sus in-vestigaciones realizadas con cerca de dos milespecímenes depositados en la Universidad deColumbia, EE. UU., entre especies silvestresy cultivadas procedentes de varios sitios ar-queológicos del Perú, principalmente de lacosta. En la década de los ochenta, Ugent etal. (1982, 1983, 1984, 1986) identifican y ana-lizan los restos arqueológicos de tubérculos yraíces tuberosas encontrados en varios sitioscosteños, principalmente del norte del Perú.Sandweiss (1992) analiza el sitio arqueológicodenominado “Lo Demás” perteneciente alHorizonte tardío (Inca) y situado en el extre-mo norte del valle de Chincha (Ica); en él dis-cute acerca del papel que las plantas desem-peñaron en un pueblo con una alta especiali-zación laboral. Silverman (1993) hace un aná-lisis de los restos vegetales recuperados enCahuachi (Ica) y los clasifica según la utilidadque tuvieron o podrían haber tenido. Sandweisset al. (1998, 1999), trabajando en QuebradaJaguay, costa sur del Perú, descubrieron res-tos de actividad pesquera que data desde hacetrece mil años hasta aproximadamente 9000años antes del presente, en donde, junto conrestos de recursos marítimos, aparecen res-tos de Lagenaria siceraria y Equisetum sp.,entre otros.
Entre 1988 y 1990, Cook (1994) dirigió unaprospección arqueológica en el valle bajo deIca con la meta de completar el trabajo dereconocimiento de sitios prehistóricos empe-zado en 1975 por el Instituto Nacional de Cul-tura (INC) y dirigido por Williams y Pazos.Uno de los objetivos era evaluar la evidenciade una expansión costera del imperio Wari yexaminar ciclos de complejidad política y eco-nómica en el valle a través del tiempo (Cook1989a; 1989b; 1990a, 1990b, 1990c, 1992a,1992b, 1994, 1999; De Leonardis n.d.1, n.d.2,2000). Entre los asentamientos identificadosdurante la prospección, el sitio de Casa Vieja
(PV62-D7) fue escogido para investigacionesmás intensivas. Los restos macrobotánicospresentados en este estudio es material reco-gido de las zarandas durante las excavaciones.
Área de estudio
El valle de Ica presenta un clima muy ári-do, con temperaturas medias entre los 18 oC y20 oC, en tanto que las temperaturas mínimasextremas no bajan de los 8 oC durante el in-vierno (IGN, 1989; Peñaherrera, 1969). Lasprecipitaciones son inferiores a los 15 mmanuales o prácticamente no se presentan; engeneral son de régimen de verano y en ningúncaso, salvo durante la presencia de eventosfuertes de El Niño, como el de 1998, se pre-sentan las precipitaciones de tipo invernal (ju-lio-agosto).
El sitio arqueológico Casa Vieja (PV62-D7) se encuentra situado en el distrito deCallango, en el sector inferior del valle (Fig.1). Este yacimiento se extiende desde el ríohasta los 350 m al este, donde se encuentraubicada una acequia moderna, lo que ha difi-cultado definir hasta dónde se extendió el sitiooriginalmente. La ocupación del sitio es prin-cipalmente Nasca tardío (fases 7-9), la quecorrespondería al fin del Intermedio Tempra-
Figura 1. Lugar de ubicación del sitio arqueo-lógico Casa Vieja, localizado en el distrito deCallango, provincia de Ica, Perú.
75° 15'
14° 45'
14° 30'
15 km
ICA
Casa ViejaCallango
OCEANO PACIFICO
Lima
75° 45'
Ocucaje
Santiago
LagunaHuacachina
NAZCA
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no y el Horizonte Medio 1, vinculado con in-fluencias serranas del Wari ayacuchano.
Material y Métodos
Los materiales y métodos empleados en lasidentificaciones empezaron con la formación deuna colección de referencia de plantas actualesdel valle, con la finalidad de servir como patrónde comparación. Asimismo, se utilizaron mues-tras arqueobotánicas comparativas existentes enel laboratorio de Florística del Museo de Histo-ria Natural. Para la observación y comparacio-nes respectivas se emplearon estereoscopio,
microscopio compuesto, pinzas finas y estiletes.Igualmente, se empleó bibliografía especializa-da, tanto de reconocimiento de restos vegetales(Pearsall, 1989; Stephens, 1970; Towle, 1961)como catálogos ilustrados de frutos y semillasde plantas actuales (Gunn & Ritchie, 1988;Martin & Barkley, 1961).
Los restos vegetales de Casa Vieja proce-dieron de dos tipos de fuentes: 1) muestras de5 litros de suelo que se separaron de cadacontexto arqueológico excavado. Un litro fueguardado para análisis futuros, dos litros fue-
Tabla 1. Restos vegetales de las plantas vasculares encontradas en el sitio arqueológico CasaVieja. El signo ? indica alguna duda en la identificación a ese nivel taxonómico.
Especie Nombre común Raíz Tallo Hoja Flor Fruto Semilla
Annona cherimola Chirimoya xArachis hypogaea Maní x x? Bunchosia sp. Cansaboca x xCanavalia sp. Pallar de los gentiles x xCapsicum sp. Ají x xCucurbita maxima Zapallo, Calabaza xCYPERACEAE xMAGNOLIOPSIDA x xFABACEAE x xGossypium barbadense Algodón x x x? Gynerium sagittatum Caña brava xInga feuillei Pacae x x x xIpomoea batatas Camote xLagenaria siceraria Mate x xManihot esculenta Yuca xLILIOPSIDA x x? Parkinsonia aculeata Mataburro xPhaseolus lunatus Pallar x xPhaseolus vulgaris Frejol x xPhragmites australis Carrizo x x? Pluchea chingoyo Toñuz xPOACEAE x x xProsopis sp. Huarango x x x? Sapindus saponaria Choloque, Boliche xSchoenoplectus sp. Junco x x? S. californicus Totora xSOLANACEAE xSolanum cf. tuberosum Papa xZea mays Maíz x x x x x
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ron flotados y dos litros han sido zarandeadosen seco a través de distintos tamaños de ma-lla (Cook & Parrish, en prensa); 2) muestrasque incluyeron todo el suelo excavado (me-nos las muestras de suelo). Este material pasópor una zaranda en el campo y los restos rete-nidos fueron analizados en el presente estu-dio. En otro artículo (Cook & Parrish, en pren-sa) se presenta los resultados de la flotaciónde las muestras de suelo recogidas en CasaVieja, para un mejor entendimiento de los con-textos arqueológicos.
Resultados
En el presente estudio se revisaron 118catálogos provenientes de cinco sectores deexcavación. El total de las muestras botánicas
correspondió a la división Magnoliophyta, distri-buidas en la clase Magnoliopsida, con 18 espe-cies (78% del total) y cinco especies (22%) enla clase Liliopsida (Tabla 1). Algunos otros res-tos fueron identificados sólo hasta los niveles defamilia y clase debido a la ausencia de caracte-res taxonómicamente significativos.
La mayoría de las muestras analizadas(Figs. 2_5) correspondieron a semillas sueltasde Gossypium barbadense “algodón” (72%),seguido de lejos por fragmentos de frutos ysemillas de Prosopis sp. “huarango” (8%),tusas de Zea mays “maíz” (6%) y tallos dePhragmites australis “carrizo” (5%). Lafamilia Fabaceae resultó la mejor representa-da a nivel específico, con seis especies, segui-
ALIMENTARIOAnnona cherimola f Lagenaria siceraria fArachis hypogaea s Manihot esculenta rtBunchosia sp. f Phaseolus lunatus sCanavalia sp. s Phaseolus vulgaris sCapsicum sp. f Prosopis sp. fCucurbita maxima f Schoenoplectus californicus dInga feuillei s Solanum tuberosum dIpomoea batatas r, t Zea mays gINDUSTRIALGossypium barbadense s Prosopis sp. tGynerium sagittatum t Sapindus saponaria f, sInga feuillei h, t Schoenoplectus sp. tLagenaria siceraria f S. californicus tParkinsonia aculeata h, t Zea mays tPhragmites australis tMEDICINALAnnona cherimola r, h, s Phaseolus lunatus sCapsicum sp. f, s Phaseolus vulgaris sCucurbita maxima s Pluchea chingoyo hGossypium barbadense h, s Prosopis sp. t, fGynerium sagittatum d, h Sapindus saponaria fIpomoea batatas h Schoenoplectus californicus dLagenaria siceraria s Zea mays g
Tabla 2. Uso probable y/o potencial (r=raíz, rt=raíz tuberosa, h=hoja, t=tallo, d=tubérculo orizoma, f=fruto, s=semillas, g=granos) de las especies vegetales encontradas en el sitio arqueo-lógico Casa Vieja.
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do por las Solanaceae, Cucurbitaceae yPoaceae, con dos especies cada una.
Discusión y Conclusiones
Si bien es cierto que se determinaron 23especies, existió un grupo de muestras quequedó identificado solamente hasta los nive-les de clase y familia. La identificación de losfragmentos de tallos, frutos, semillas y hojashasta niveles taxonómicos inferiores estuvodificultada por la ausencia de caracteres quepermitieran una determinación más precisa ydebido al estado de conservación (varios es-tuvieron carbonizados). Es importante seña-lar que casi todos los restos estudiados co-rrespondieron a material fragmentado, siendomuy pocos los casos, como frutos deCapsicum sp. y semillas de Gossypiumbarbadense, en donde el material se conser-vó entero.
La totalidad de las especies identificadasposeen alguna utilidad para el hombre. Lasnecesidades básicas de alimentación, vivien-da, vestimenta y salud fueron, aún lo son, cu-
biertas parcialmente por las plantas encontra-das en Casa Vieja (Tabla 2). Dentro del rubroalimentario se ubica la mayoría (70%) de lasespecies identificadas. En este grupo, Zea mays“maíz ” y Prosopis sp. “huarango” con susrestos de tusas y legumbres, respectivamen-te, destacan por ser las especies más cons-tantes en aparición en los catálogos estudia-dos. Otras especies presentes en menor gra-do son Lagenaria siceraria “mate” (fruto),Cucurbita maxima “zapallo” (semilla),Phaseolus lunatus “pallar” (legumbre y se-milla) y P. vulgaris “frejol” (legumbre y se-milla). Las raíces tuberosas y tubérculos hansido relativamente escasos, debido probable-mente a que son precisamente estos órganoslas partes comestibles. Un estudio más deta-llado de estos restos podría confirmar la pre-sencia de Bunchosia sp. “ciruelo del fraile” ySchoenoplectus californicus “totora”, aun-que este último parece haber sido utilizado comoalimento sólo en el altiplano peruano-boliviano(Heiser, 1979).
El segundo rubro en importancia es el in-
Figura 2. a) Gossypium barbadense, restos de pericarpo, fibras y semillas; b) Phragmitesaustralis, fragmentos de tallos.
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dustrial. Dentro de esta categoría están ubi-cadas aquellas plantas que sirvieron para lafabricación y manufactura de bienes que ayu-den a cubrir determinadas necesidades. Eneste grupo se ubican 11 especies (48%). Lassemillas de algodón, G. barbadense, se cons-tituyen como los restos de mayor abundanciay frecuencia, no sólo de este rubro sino detodo el grupo de restos recuperados de CasaVieja. Esto no viene sino a confirmar el papelpreponderante que cumplió esta especie en lasculturas prehispánicas peruanas, fundamental-mente por el empleo de sus fibras (Stephens& Moseley, 1974; Towle, 1961). Además delalgodón, el huarango y el carrizo aparecencomo las dos especies más importantes en esterubro. Restos de corteza y ramas, así comode madera carbonizada de huarango nos pue-den dar una idea del papel que cumplió comofuente de combustible, de la misma maneraque los troncos sirvieron como soporte de lasviviendas y demás construcciones(Horkheimer, 1973). Un papel análogo lo cum-plió el carrizo, representado principalmente por
sus cañas huecas, al servir como materia pri-ma para la construcción de las paredes de losedificios y, en menor medida, como combusti-ble. Otras especies que pudieron tener unafunción industrial son Inga feuillei “pacae”(madera), Lagenaria siceraria “mate” (re-cipientes) y Zea mays “maíz” (fibras). La cañabrava, Gynerium sagittatum, pudo haber sidoutilizada de manera similar que el carrizo, entanto que los frutos del choloque, Sapindussaponaria, por su contenido en saponinas,podrían haber sido aprovechados para la hi-giene personal, lavar las vestimentas y demás,así como las semillas en adornos u objetoslúdicos de los niños. Los tallos de algunasciperáceas, tales como Schoenoplectus sp.“junco”, se utilizaron para la confección decuerdas, de la misma manera como se realizaen algunos sitios en la actualidad (Heiser, 1979;León, 1993).
El tercer rubro considerado lo constituyenaquellas plantas que pudieron satisfacer ne-cesidades referentes a la salud, aunque en este
Figura 3. a) Zea mays, tusas, fragmentos de tallo, inflorescencia masculina, granos; b) Capsicumsp., frutos; c) Solanum cf. tuberosum, tubérculos, enteros y fragmentados.
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caso el análisis puede entrar en el terreno es-peculativo. El empleo actual que se les da aalgunas de las especies vegetales encontra-das en Callango nos puede dar cierta idea acer-ca del uso que pudieron tener (Sejuro, 1990;Soukup, 1987; Yacovleff & Herrera, 1934).En este grupo se encuentran algunas plantasya nombradas anteriormente, tales comoCapsicum sp., Cucurbita maxima, Gossypiumbarbadense, Lagenaria siceraria, Phaseoluslunatus y Zea mays, entre otras.
Es necesario indicar que casi todas las es-pecies identificadas en los restos vegetales delsitio Casa Vieja están presentes actualmente,en menor o mayor grado, en el valle (Tabla 3).No se ha logrado documentar la presencia decultivos de Annona cherimola “chirimoya”,Canavalia spp. “pallar de los gentiles” yManihot esculenta “yuca”, aunque por la dis-tribución de estos cultivos y las característi-cas geográficas y climáticas del valle, es posi-ble que existan más en menor escala. Otrasespecies, de las que no se posee ningún dato
sobre su presencia y se presume su ausenciaen el valle, son Arachis hypogaea “maní”,Schoenoplectus californicus “totora” yLagenaria siceraria “mate”.
En cuanto a las especies de “huarango”Prosopis juliflora y P. chilensis, cabe señalarque no están registradas para el departamentode Ica (Brako & Zarucchi, 1993), donde se en-cuentran los sitios arqueológicos Cahuachi, Nascay Huaca del Loro, lugares en donde han sidoencontrados, según Yacovleff & Herrera (1934)y Towle (1961); en lugar de aquéllas, las espe-cies P. pallida y P. affinis sí están registradas yen algunos lugares forman relictos de bosques,como en Nazca (León et al., 1997). Los frutosrecuperados en Casa Vieja no constituyendatos suficientes para determinar la especie,dado que las claves de identificación se basanprincipalmente en caracteres foliares, ausen-tes en este yacimiento.
La revisión del material vegetal compren-dió dos especies que han sido consideradas
Figura 4. a) Annona cherimola, semilla; b) Ipomoea batatas, raíces reservantes; c) Cucurbitamaxima, semillas; d) Lagenaria siceraria, semillas y pericarpo; e) Schoenoplectus sp., soguilla;f) Manihot esculenta, raíces reservantes.
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intrusivas. La primera fue una semilla enteray un fragmento de la testa de otra deMangifera indica “mango”. Al parecer, esteárbol frutal fue introducido al Perú recién enel siglo XIX (Soukup, 1987) y no existe ningúnindicio arqueológico o documentario acerca desu presencia en las culturas prehispánicas pe-ruanas. La segunda comprendió fragmentosde cáscara de Citrus sinensis “naranja”. Se-gún Cobo, citado por Soukup (1987), los pri-meros naranjos, junto con otros cítricos, llega-ron al Perú con los primeros españoles, a ini-cios del siglo XVI.
Finalmente, se debe indicar que el 61% delas especies encontradas en el sitio arqueoló-gico Casa Vieja ya eran cultivadas por enton-ces (600-1000 años d. C.), mientras que el 39%restante (Bunchosia sp., Gynerium sagittatum,Parkinsonia aculeata, Phragmites australis,Pluchea chingoyo, Prosopis sp., Sapindussaponaria, Schoenoplectus sp. y S.californicus) crecía silvestremente, como lo
siguen haciendo muchas de ellas en la actua-lidad, a lo largo de todo el valle del río Ica(Roque & Cano, 1999).
Agradecimientos
Debemos expresar nuestros sinceros agra-decimientos a la arqueóloga Susana Arce, di-rectora del Museo Regional de Ica y al C. P.C. Jorge Ramos, director en ese entonces delInstituto Nacional de Cultura-Ica, por brindar-nos las facilidades del Museo Regional parael estudio de los restos vegetales. Igualmente,a Guillermo “Piro” Morón, por su valioso apo-yo en el Museo Regional de Ica. A la Dra.Elida Carrillo por permitirnos revisar las co-lecciones depositadas en el Herbario SanMarcos (USM). Por la revisión crítica delmanuscrito y por sus acertados comentariosqueremos finalmente agradecer al Dr. DanielSandweiss.
Figura 5. a) Arachis hypogaea, pericarpo; b) Canavalia sp., pericarpo; c) Inga feuillei, semillasy fragmento de foliolo; d) Phaseolus vulgaris, semillas y pericarpo; e) Phaseolus lunatus, semi-llas y pericarpo; f) Prosopis sp., restos de tallos y frutos.
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