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Iturbide pro y contra
ESCUELA NORMAL SUPERIOR DEL ESTADO DE MICHOACAN
ITURBIDE
PRO Y CONTRA
ABSTRACT; en esta obra el michoacano Jesús Romero Flores presenta una breve reseña de Iturbide y los debates de los diputados del Congreso de la unión los cuales se dieron el 22 septiembre de 1921, cuando se pretendía retirar el nombre de Iturbide del recinto parlamentario.
Nombre de la Alumna: Margarita Reyes Rodríguez
Asesor: José de Jesús Tovar
Licenciatura en: Historia 8° Semestre.
TABLA DE CONTENIDOS
INTRODUCCION........................................1BIOGRAFIA..........................................................................................................2
EL HISTORIADOR Y MAESTRO JESÚS ROMERO FLORES (1885-1987)........2
ITURBIDE..........................................................................................................5
PRO Y CONTRA...............................................................................................5
SUS PADRES Y SU JUVENTUD...................................................................6
SU CONDUCTA COMO JEFE REALISTA..................................................8
SALE NUEVAMENTE A CAMPAÑA........................................................8
PLAN DE IGUALA................................................................................9
CAMPAÑA TRIGARANTE, TRATADOS DE CORDOBA................10
TRATADOS CELEBRADOS EN LA VILLA DE CORDOBA EL 24 DEL PRESENTE, ENTRE LOS SEÑORES DON JUAN DE O’DONOJU, TENIENTE GENERAL DE LOS EJERCITOS DE ESPAÑA, Y DON AGUSTIN DE ITURBIDE, PRIMER EJERCITO IMPERIAL MEXICANO DE LAS TRES GARANTIAS..................11
EL EMPERADOR AGUSTIN I......................................................11
PROCLAMACION DE LA REPUBLICA.......................................12
ITURBIDE PROSCRITO Y FUERA DE LA LEY..........................13
SU REGRESO Y SU MUERTE....................................................13
LOS CONSERVADORES CENTRALISTA EXALTAN SU MEMORIA....................................................................................14
DESENDENCIA DE ITURBIDE...................................................15
SESION DEL DIA 22 DE SEPTIEMBRE DE 1921.......................15
CONCLUSIONES........................................................................21
GLOSARIO..................................................................................22
INTRODUCCION
En el presente trabajo nos habla acerca de la vida de Iturbide desde cuando
nación la trayectoria de su vida, así como también de quienes fueron sus padres, a
que se dedicó a lo largo de su vida.
La vida de Iturbide fue muy cambiante ya que anduvo de un lugar a otro ya
que su familia era muy modesta y tenía que buscar trabajo como decía el para así
tener una fortuna.
Se habla de la conducta que tuvo Iturbide ya que no fue la adecuada ya
que en lugar de seguir una vida bien se dedicó a matar dentro de lo que fue la
independencia de México.
Él también bien participo en lo político ya que participo en la Constitución de
Cádiz, y en el plan de Iguala y en el tratado de Córdoba, también obtuvo el apoyo
por parte del virrey ya que le permitió estar al frente de las tropas del sur.
Iturbide fue jefe del movimiento separatista estuvo siempre al frente
enviando correos a los realistas e insurgentes que estaban en diversas zonas del
país. También estuvo al frente del ejercito Trigarante. Iturbide fue jefe del ejército
imperial mexicano de las tres garantías.
Iturbide a su regreso a México fue aprendido y fusilado el día 19 de julio de
1824 a las seis de la tarde muriendo instantáneamente, después fue sepultado en
la iglesia vieja.
Nos habla de la sesión del Congreso el día 22 de septiembre de 1921, en
donde se entra a discusión los derechos de Iturbide en donde se da un debate en
donde unos defienden a Iturbide y otros lo acusan.
BIOGRAFIA
EL HISTORIADOR Y MAESTRO JESÚS ROMERO FLORES (1885-1987).
Uno de los estudiosos del pasado que mayores aportaciones hizo la historia
de Michoacán en el siglo XX fue Jesús Romero Flores, personaje de múltiples
cualidades, de aguda percepción, extraordinaria memoria y fácil palabra que tuvo
la fortuna de encontrarse en la primera fila de los acontecimientos sociales donde
los primeros años de esta centuria hasta muy avanzado el tiempo, pues tuvo larga
vida: más de cien años.
En este tiempo fue seminarista en Morelia, profesor de educación primaria,
fundador de las primeras escuelas que se crearon en el régimen revolucionario
después de la caída de la dictadura, testigo y actor en los choques entre las
facciones al triunfo de la revolución constitucionalista, diputado constituyente,
poeta y divulgador de la cultura, maestro de escuela secundaria, funcionario del
Museo Nacional de Historia, Doctor Honoris Causa y Rector de la Universidad
Michoacana, Diputado, Senador de la Republica, autor de numerosos libros. Su
obra es inabarcable, difícil no solo de ser estudiada y juzgada sino aún de ser
clasificada, pues siempre quedara algo fuera, hay un sector de su obra que es
importante y que corresponde a su época creadora, en la que destaco como
investigador consciente y acucioso.
Él mismo el mismo dio el lugar y fecha de su nacimiento en la Piedad,
apellidada después “de Cabadas” en recuerdo de don José María Cabadas, un
cura benefactor de aquella ciudad limítrofe entre los estados de Michoacán,
Jalisco y Guanajuato, en las márgenes del rio Lerma. Allí nació Jesús Romero
Flores el 28 de abril de 1885, en la casa sin número de la calle del Salto (hoy
Gualatao). Sus padres: Jesús Romero Amezcua y Flavia Flores.
Con el título de profesor de instrucción de primaria regreso a la Piedad y en esa
ciudad, por iniciativa de algunos vecinos prominentes, instalo una escuela
particular católica a lo que puso el nombre de “León XIII”, que atendió con el
profesor jalisciense Daniel Arias, durante tres años. Luego con otros profesionistas
piedadenses fundo, en 1909, el Instituto Hidalgo, de muy corta duración. El 1910
se encontraba ya como director de la Escuela Oficial de Niños en la villa de
Tangancicuaro de Arista. En 1912 ya era director de la Escuela Oficial de Niños de
su ciudad natal.
Escribió acerca de don Vasco de Quiroga, el ilustre protector de los
indígenas. Lo publico en su pueblo natal en 1911, fue su primer trabajo
historiográfico, que habría de marcarle un rumbo.
Romero Flores incursiono en la política y publico otros opúsculos de
poemas: Pétalo en 1912. En 1916 fue electo diputado por la Piedad al Congreso
Constituyente que discutió y aprobó la Constitución vigente desde 1917. Después
de promulgar la constitución, Romero Flores fue secretario del General Francisco
J. Múgica en un cargo público. Fue regidor suplente (en funciones) del H.
Ayuntamiento de Morelia en 1915. Después en varios periodos, diputado del
Congreso de Michoacán y al de la unión, pero ente todo sobresalió como escritor.
Publico un volumen con sus artículos aparecidos en la prensa, al que puso
el nombre “Labor de Raza”, el 1916 y en el mismo año, la primera versión de “la
obra cultural de la Revolución” ambos editados en Morelia. Se daba su tiempo
para concurrir a Congresos.
Presento trabajos como: “El Gobernador de Michoacán Mariano Jiménez”;
“Don Melchor Ocampo”; “Conquistadores y Misioneros de la Nueva España”; “La
correspondencia entre don José María Mata y don Melchor Ocampo”; “Historia de
banderas heroicas”; “El porfirismo en Zacatecas” y “La Revolución de Ayutla”,
entre otros que después reunió junto con artículos periodísticos, en libros de
variados contenidos y dimensiones.
Sus trabajos históricos y literarios fueron apareciendo, al principio en forma
esporádica. En 1919, el Ateneo “Netzahualcóyotl”, de la ciudad de México, público
su poemario “El rosal romántico”, donde están recogidos sus poemas publicados
hasta entonces. Dos años más tarde público un resumen geográfico de
Michoacán, preparado para niños de tercer año elemental y dio a las prensas un
pequeño volumen de “páginas de historia”, una serie de ensayos sobre aspectos
poco divulgados de la rica historia Michoacana.
Los Anales de Romero Flores constituyen un estudio ordenado y
sistemático de los hechos de la Revolución. Publicó otros libros con el mismo
tema: Del Porfirismo a la Revolución Constitucionalista, 1960; La Constitución de
1917 y los primeros gobiernos revolucionarios, 1960; La obra constructiva de la
Revolución, 1960; La Revolución como nosotros la vivimos, 1963 y la historia de la
Revolución Mexicana, 1963. Historia de la Revolución en Michoacán, 1964.
En 1938 se cumplió el cuarto centenario de la fundación de la ciudad de
Tacámbaro de Codallos. Publicó: Tacámbaro en acción y sentimiento, 1939. Otras
ciudades sobre las que escribió, fue la capital del país: “México historia de una
gran ciudad”, 1948.
Casi desde sus inicios como escritor y publicista, encontramos trabajos en
ese Vega, la heroína de Pátzcuaro, 1938; Don Melchor Ocampo, el filósofo de la
Reforma, 1944; Don Miguel Hidalgo, padre de la Independencia Mexicana, 1945;
Francisco I. Madero y la Revolución Mexicana, 1966; El libertador Miguel Hidalgo y
su Colegio de San Nicolás, 1969; Morelos genio de América. Anales del
Generalísimo don José María Morelos, 1969; Iturbide: pro y contra. Colección de
documentos y testimonios, 1971; Lic. Benito Juárez, Benemérito de las Américas,
1972; Lázaro Cárdenas. Biografía de un gran Mexicano, 1972.
Tuvo una larga y fructífera vida, pues rebasó los cien años y falleció el 1 de
noviembre de 1987 en la ciudad de México. Un balance de los hechos de la vida
del profesor Jesús Romero Flores, pero algo si puede asegurarse: fue un
estudioso de la historia mexicana.
ITURBIDE
PRO Y CONTRA
La querella de los mexicanos entre liberales y conservadores lleva más del
siglo y medio, y casi estamos seguros de que nunca jamás habrá de terminar.
Religión y Ciencia: dos entidades del espíritu completamente diferentes; la
primera obedece al sentimiento, sea verdad o no sea verdad; la segunda obedece
a la razón y por científica tiene que ser verdadera, de otra manera no es
aceptable.
No podemos despojarnos de nuestro criterio para ser una biografía serena,
imparcial, como erróneamente lo pretenden algunos; el historiador nunca puede
ser sereno, nunca puede ser imparcial, porque jamás podrá despojarse de sus
particulares sentimientos y de sus propias pasiones.
SUS PADRES Y SU JUVENTUD
Eran don José Joaquín de Iturbide y Arregui originario de la villa de Peralta
en la Provincia de Navarra, España; su padre fue don José de Iturbide y sus
madre doña Josefa Arregui; su nacimiento aconteció en el año de 1739.
Como todos los jóvenes españoles de escasos recursos, vino en busca de
fortuna a la Nueva España en compañía de un pariente suyo llamado don Pedro
Antonio de Iturbide: ambos con el propósito de trabajar y hacerse ricos en breve
tiempo. Don Pedro Antonio pasó a radicarse al Real de Minas de Sombrerete,
Zac., y don José Joaquín vino a Valladolid (hoy Morelia) para acogerse al amparo
del señor canónigo Arregui, tío por parte de su madre.
Indudablemente que debido a su trabajo y honradez, don José Joaquín mereció la
confianza del clero y sea por sus méritos, por la recomendación de su tío el
canónigo o por ambas circunstancias, el hecho que sus ocupaciones fueron la
administración de ranchos y haciendas de propiedad de la iglesia, entre otras la de
Irapeo, cerca de Morelia y las de Tomendán y Taretan.
Don José Joaquín se casó en el pueblo de Santa Clara de los Cobres (hoy
Villa Escalante) con doña Josefa de Arámburu, pariente, por línea materna, de los
Villaseñor de Huango (hoy Villa Morelos).
Del matrimonio de do José Joaquín de Iturbide y de doña Josefa de
Arámburu nació el día 27 de septiembre del año de 1783 en la ciudad de
Valladolid (Morelia), don Agustín de Iturbide. Don Agustín de Iturbide tuvo dos
hermanos y dos hermanas: don Mariano y don Francisco, que murieron en la
infancia y doña Josefa y doña Nicolasa; esta no fue casada; afirman que la
pretendió el brigadier don Antonio López de Santa Anna, en los días de esplendor
de la corte de Agustín I; doña Josefa de casó con don José Manzanera.
Por lo que se ve la otra familia Iturbide, a los descendientes de don Pedro
Antonio el que fue a radicarse a Zacatecas, tuvo un hijo llamado don Francisco
Iturbide, que siguió viviendo en la misma población de Sombrerete; murió todavía
joven, dejando algunos hijos, los cuales pasaron a radicarse a Valladolid, al lado
de don José Joaquín, quien los educo.
A don Iturbide tampoco le interesaron los trabajos del campo; pero le
quedaba abierto otro horizonte. A Iturbide no interesándole la carrera eclesiástica
ni la agricultura, opto por la de las armas, de tal suerte, que desde muy joven
ingreso con el grado de alférez en el Regimiento Provincial de Valladolid (1797).
Cuando el cura don Miguel Hidalgo proclamo la Independencia en el pueblo
de Dolores, la madrugada del 16 de septiembre de 1810, al recibirse dicha noticia
en Valladolid, las autoridades se alarmaron extraordinariamente y su primer
impulso fue organizar tropas para resistir y para ellos hicieron algunos dispositivos
bélicos.
SU CONDUCTA COMO JEFE REALISTA
Las apreciaciones que sobre Iturbide han formulado los historiadores,
vamos a estudiar de este desde los siguientes aspectos: primero su exagerada
crueldad y su falta de sentimientos humanitarios como defensor de la causa
realista; segundo, su mala conducta como jefe de las fuerzas del Bajío; tercero su
falta de sinceridad al realizar lo que él llamo Independencia de México.
Siendo Iturbide un militar y un pequeño-burgués, su campo estaba en la
defensa de los intereses de estas clases sociales. Iturbide, que deseaba hacer
méritos y conquistar ascensos y honores, no tuvo más que seguir el ejemplo de
sus jefes y fusilar sin piedad, como lo afirman sus amigos y partidarios.
Iturbide fusilo a doña Tomasa Esteves, en Irapuato; fue esta una heroína de
la independencia, originaria de Salamanca; se dedicaba a seducir a la tropa para
que se pasara al bando insurgente.
Los primeros y más escandalosos fusilamientos que ordeno Iturbide fueron
en Salvatierra, cuando derroto al insurgente don Ramón Rayón y le hizo
trescientos prisioneros, a los cuales mando fusilar un viernes santo.
SALE NUEVAMENTE A CAMPAÑA
En aquella época Iturbide se encontraba en la flor de su edad, que era de
buen parecer, modelos cultos y agradables, de muy fina e insinuante
conversación, por cuya circunstancia era muy bien recibido en la sociedad.
La publicación de la constitución de Cádiz en el año de 1812 abrió los ojos
a muchas gentes, pues tenía principios liberales: suprimía la Inquisición, daba
libertad a la prensa, abolía la Compañía de Jesús, limitaba al poder del clero y
contenía otras determinaciones contrarias a los sistemas opresivos que habían
imperado hasta entonces en España y sus colonias.
La forma en que se efectuó la separación de México de la opresora España,
por Iturbide: forma mala, por que determinaba la entrega del país al rey absolutista
Fernando VII o algunos de sus hijos; pero en ese mal surgió un bien: la
independencia definitiva declarada por el Congreso mexicano, nulificando el Plan
de Iguala y los Tratados de Córdoba, que estipulaban aquella ominosa
dependencia.
El virrey confirió a Iturbide el mando de las tropas del sur, pues hablo
Gabriel de Armijo, que desempeñaba ese puesto desde hacía seis años, en los
cuales se había enriquecido extraordinariamente, renuncio, alegando motivos de
salud.
PLAN DE IGUALA
El día 1° de enero del año de 1820 el comandante del Batallón de Asturias
don Rafael del Riego proclamo la Constitución del año de 12 en un lugar llamado
Cabezas de San Juan, situado entre Cádiz y Sevilla. El 6 de marzo convoco al rey
a Cortes: convocatoria que no satisfizo a la opinión, pues el pueblo en masa asalto
el palacio real y obligo al monarca a restablecer la constitución.
Los insurgentes y sus partidarios en la capital del virreinato y demás
poblaciones, mostrándose grandemente regocijados, pues veían en aquel hecho
un estímulo y una facilidad para obtener lo que anhelaban desde hacía ya diez
años.
Pero entre tanto los grupos sociales que se sentían beneficiados por la
Constitución se entregaban a demostraciones de regocijo, o iniciaban una
campaña más o menos lenta a favor de la consolidación de sus conquistas.
El partido absolutista mexicano no podía aceptar jamás la Constitución; la
consideraba como un ataque a la soberanía del monarca, a quien juzgaba, y con
razón, de aceptarla mal de su agrado; la veía como un ataque a los derechos de la
Iglesia, pues abolía la Inquisición, limitaba las ordenes monarcas y extinguía a los
jesuitas y a otros frailes, y es más, creía que por la libertad de imprenta y de
asociación que garantizaba, iba a corromper y a desquiciar a la sociedad, a
destruir a la familia, el honor y la propiedad.
Iturbide el implacable defensor de la dominación española, el jefe militar
que tantas veces empaño el brillo de su acero con la sangre de sus compatriotas,
llegase a ocupar el puesto que el destino debió reservar a Hidalgo y a Morelos;
que él, tantas pruebas dio de adhesión al gobierno español, se decidiera a
proclamar la independencia.
Dueño Iturbide de la comandancia militar del sur, estableció un cuartel
general en Teloloapan y empezó a desarrollar el vasto plan que se proponía para
el logro de sus ambiciones.
El plan de iguala expedido en la población de ese nombre el 24 de febrero
de 1821 por el Brigadier don Agustín de Iturbide.
CAMPAÑA TRIGARANTE, TRATADOS DE CORDOBA
Siete meses escasos duro la campaña del Ejercito Trigarante (de marzo a
septiembre); fue aquella una especie de huelga de militares realistas, semejante
los que presenciamos un siglo más tarde a la caída del gobierno del señor
presidente Carranza, con motivo del “Plan de Agua Prieta”, en la que vimos que
hasta militares que habían sido sus inmediatos subalternos le volvieron la espalda.
El “Plan de Iguala” venía a formular promesas alagüeñas para todos los sectores
sociales.
Los más recalcitrantes realistas de la ciudad de México no podían ver con
serenidad los avances de los soldados trigarantes y atribuyeron los fracasos
realistas a la ineptitud del virrey don Juan Ruiz de Apodaca y sobre él cebaron sus
capaces esta clase
TRATADOS CELEBRADOS EN LA VILLA DE CORDOBA EL 24 DEL PRESENTE, ENTRE LOS SEÑORES DON JUAN DE O’DONOJU, TENIENTE
GENERAL DE LOS EJERCITOS DE ESPAÑA, Y DON AGUSTIN DE ITURBIDE, PRIMER EJERCITO IMPERIAL MEXICANO DE LAS TRES GARANTIAS
La entrevista en la villa de Córdoba el 24 de agosto de 1821, y con la
representación de su carácter el primero, y la del Imperio mexicano el segundo,
después de haber conferenciado el estado actual y las ultimas ocurrencias,
convinieron en los artículos siguientes, que afirmaron por duplicado para darles
toda la consolidación de que son de documentos, conservando un original cada
uno en su poder para mayor seguridad y validación.
Entre tanto, Iturbide y O’Donojú avanzaron hacia México e invitaron a
Novella a una junta, la que se celebró en un lugar inmediato a la villa de
Guadalupe llamada La Patera, el 13 de septiembre.
EL EMPERADOR AGUSTIN I
Un día después de la entrada del ejército trigarante de la ciudad del México,
a las nueve horas de la mañana del día 28 de septiembre se reunieron en el
antiguo palacio virreinal los miembros de la Junta Provisional Gubernativa que
Iturbide había designado para que sirviera de cuerpo Consultivo.
El 24 de febrero de 1822 se reunió en México el primer Congreso Nacional
formado por una mayoría de liberales entre los que figuraban quienes, andaban el
tiempo, serian personajes famosos en nuestra historia, tales como José Ma.
Fagoaga, el canónigo de Oaxaca don José de San Martin, don Carlos María de
Bustamante, que habían acompañado al señor Morelos en sus campañas, así
como don Francisco de Argandar y don José María Izazaga, michoacanos estos
dos últimos.
Como los diputados no podían no podían deliberar en medio de aquel
desorden, les fue preciso llamar al propio don Agustín de Iturbide para que con su
presencia se aquietara el populacho. Llego Iturbide y tras de él irrumpió una
abigarrada muchedumbre.
Este hecho de Iturbide, que fue imitado más tarde (1842) por otro dictador,
López de Santa Anna y un siglo después por el dictador Victoriano Huerta (1913),
causo gran escándalo, que se manifestó con mayor intensidad entre Congreso,
que redoblaron sus ataques al Emperador.
PROCLAMACION DE LA REPUBLICA
Para poner fin a tantas aberraciones con el Emperador Agustín de Iturbide
estaba cometiendo, y haciéndose de la opinión general del país, se pronunciaron,
proclamando la Republica el 6 de diciembre de 1822, en la ciudad y puerto de
Veracruz, los generales Guadalupe Victoria y Antonio López de Santa Anna.
Para combatir a Victoria y a Santa Anna salieron rumbo a Veracruz los
generales Echávarri, Cortazar y Lobato, quienes después de un ataque infructuoso
acabaron por ponerse de acuerdo con los republicanos y lanzar el llamado “Plan
de Casamata”, que en otro puntos pedía la reinstalación del Congreso disuelto por
Iturbide y el que no se atentara contra la vida de este.
Iturbide, instrumento de las clases negras del país y victima también de sus
propias ambiciones, de su mala educación y del pésimo ambiente en que se
formó, salió desterrado de su patria después de que el congreso, con fecha 7 de
abril de 1823, declaro que no había lugar a la abdicación de la corona, pues que
legalmente no había sido electo Emperador; que su designación había sido obra
de la violencia y de la fuerza, y, por consiguiente, nula por derecho; que Iturbide
tenía que salir cuanto antes del territorio nacional radicándose en algún lugar de
Italia; que se la asignaba una pensión anual de veinticinco mil pesos; por último el
propio Congreso declaro que eran nulos el Plan de Iguala expedido por Iturbide y
los Tratados de Córdoba celebrados estos últimos con el ultimo virrey don Juan
O’Donojú.
ITURBIDE PROSCRITO Y FUERA DE LA LEY
El primer Congreso mexicano, que fue electo en los días posteriores a la
entrada a México del Ejercito Trigarante, aquel Congreso que tuvo que ver con la
elevación de Iturbide al trono y también con su caída y destierro; aquel primer
congreso, algunos de cuyos miembros fueron encarcelados y que fue disuelto
luego por Iturbide, para volverlos a reinstalar, funciono casi dos años y cerro sus
sesiones el día 30 de octubre de 1823.
Para esa fecha había sido electo un nuevo Congreso, que tendría el
carácter de Congreso Constituyente, el cual fue integrado por algunas personas
que habían tomado parte de la Legislación anterior y por otras muchas que por
primera vez iban a figurar en el escenario político. El Congreso Constituyente que
expediría la Carta Magna de 1824, abrió sus sesiones el día 7 de noviembre de
1823.
Aquel congreso que decreto la muerte de Iturbide fue el que legó a México
la Constitución Política llamada Federalista, por la que fuimos gobernados durante
más de treinta años y no estaba integrado por individuos ignorantes, iletrados o
falta de sentido moral; lejos de eso, lo integraban personas que más tarde se
distinguieron por sus grandes luces en la ciencia o en la política y por patriotas
que habían servido a su país con un brazo y con su inteligencia.
SU REGRESO Y SU MUERTE
Iturbide vivió cerca de 20 años la vida militar; había nacido para militar, porque
tubo pasión en cuanto a la milicia se refiere y un hombre así no podía resignarse.
La patria llama con fuerza y a ella, además, lo empujaba su irresistible profesión
de soldado, sus ambiciones todavía insatisfechas, porque no era un viejo, los
movimientos militares que había se operaban en su favor y el llamado de todos
esos políticos inmorales e irresponsables que toman un hombre como pretexto
para lograr sus aviesos fines.
Próxima a terminar con la muerte trágica aventura de Iturbide, para su
relato vamos a seguir el Informe que el Gral. Don Felipe de la Garza rindió al
gobierno, sobre la captura y funcionamiento de aquel personaje.
Al llegar Iturbide, el Gral. De la Garza y la tropa a la población de Padilla,
aquel fue alojado, ya en su carácter de preso, en una estancia del cuartel. El día
19 de julio de 1824 estuvo deliberando el Congreso y a las tres de la tarde giro la
orden de que fuera fusilado. El Gral. De la Garza dispuso que la ejecución tuviera
lugar a las seis de la tarde del mismo día, en la plaza pública, donde, al efecto la
tropa formo el cuadro. Se le condujo al lugar que se le señalo; Iturbide iba con
mucha tristeza; se le vendo y se le ataron los brazos y dirigió al pueblo y a los
soldados una alocución en la que trato de librarse de la fea mancha de traidor.
Sonó la fatídica descarga y el cuerpo de aquel hombre se desplomo,
muriendo instantáneamente. Ahí se cumplieron exactamente las palabras que los
católicos le atribuyeron a Jesucristo: “El que a hierro mata, a hierro muere”.
Iturbide mato en un solo día (viernes santo) a trecientos insurgentes en
Salvatierra; mato a muchísimos más en todas las poblaciones del Bajío en donde
en donde fue comandante realista; en Michoacán y en donde quiera que estuvo.
Se amortajó el cadáver con el hábito de fraile franciscano, se veló con cuatro cirios
y al día siguiente, el P. Gutiérrez de Lara, el mismo Presidente del Congreso que
confirmo la sentencia de muerte, le celebro una misa de réquiem y fue sepultado
en la iglesia vieja, destechada, como a las ocho de la mañana del día 20 de julio
de 1824.
LOS CONSERVADORES CENTRALISTA EXALTAN SU MEMORIA
La lucha entre federales y centralistas, que ensangrentó a nuestro país
durante muchas décadas del siglo pasado, anoto un episodio infortunado para el
primero de dichos partidos, con motivo de la derrota que sufrieron las armas
conducidas por el gobernador de Zacatecas, don Francisco García Salinas, a
mediados del año de 1835.
El día 27 de septiembre de 1838 los habitantes de la ciudad de México
presenciaron el solemne espectáculo de la conducción de los restos del señor
Iturbide desde el templo y convento de San Francisco hasta la iglesia catedral, en
donde quedaron y se conservan hasta la fecha, los restos del jefe de Iguala.
DESENDENCIA DE ITURBIDE
Hijos de Iturbide:
Don Agustín Jerónimo fue educado en el Colegio de Amplefoth, cerca de York, en
Inglaterra.
Don Salvador casó con doña Rosario Marzán y falleció en Tepic.
Don Felipe formo parte de la Comisión de Límites con los Estados Unidos.
Don Ángel casó en Washington con doña Alicia Green.
Doña María de Jesús, doña Juana y doña Sabina fallecieron en Filadelfia.
SESION DEL DIA 22 DE SEPTIEMBRE DE 1921
Los reaccionarios se atreven a presentar a Iturbide como el verdadero
libertador de México y los mexicanos honrados y consientes debemos oponernos
a ese crimen contra la santidad de la historia.
Don Agustín de Iturbide nació en Valladolid, hoy Morelia, el 1° de octubre de
1783 y comenzó a figurar siendo ya cadete de las fuerzas provinciales,
denunciando una conspiración de los partidarios de la Independencia mexicana
encabezada por el teniente don José Mariano Michelena.
La Gaceta de 12 de junio de 1812, que citan varios autores, un parte oficial
de Iturbide, donde cuenta de la sorpresa que causo al enemigo en el Valle de
Santiago, diciendo: “No puedo formar calculo seguro de los que murieron, porque
como estaban en diversas calles, casa y plazas, es muy difícil, pero creo llegaran,
y tal vez excederán, de trecientos, con inclusión de más de cientos cincuenta que
mande pasar por las armas. El dolor de la muerte del granadero Avilés, a pesar de
que fue la única desgracia que tuvimos, y la precisión de hacer morir sin auxilios
cristianos a tantos miserables, lo que solo puede mandarse en casos igualmente
estrechos, han contristado terriblemente mi espíritu, sin embargo de la satisfacción
de un golpe tan afortunado por la utilidad pública y particularmente por la del
bajío”.
Con gran actividad se dedicó este jefe (Rayón) a fortificar el puente que
comunica ambas orillas del rio Grande, y que en la margen derecha termina en la
población nombrada. Y no eran inútiles sus precauciones, porque el teniente
coronel realista Iturbide, que marchando de Morelia a Guanajuato con una división
de mil hombres, supo la aparición de la tropa insurgente, no tardo en marchar en
atacarla, presentándose a la vista de Salvatierra el Viernes Santo, 13 de abril.
En esta vez Iturbide quito a su patria más de quinientos defensores de la
causa santa de que más tarde él debía tomar la jefatura; una vez que en primera
línea estaban siempre sus propias aspiraciones.
Hasta entonces, en los dos años transcurridos de frecuentes combates
entre realistas e insurgentes, no había habido ninguno de resultados tan fatales
como el que inicio el gran Morelos atacando a Valladolid en diciembre de 1813,
en que Iturbide, el mexicano Iturbide hirió de muerte la causa de la Independencia
que estuvo casi agonizante durante siete años, sin tener en ese largo periodo sino
muy raros movimientos de consoladora vitalidad.
Morelos, el 23 de diciembre, dirigió una intimación al teniente coronel
Landázuri, exigiéndose que se rindiese a discreción dentro de tres horas. Sin
esperar respuesta, ordeno a la división de Galeana que atacase la garita del
Zapote, y una vez tomada esta y dejando en ella a don Nicolás Bravo, avanzase
contra la ciudad misma. El intrépido Galeana arrolló la guarnición de la garita y
llego hasta las primeras calles de Valladolid, donde estuvo con los defensores de
la plaza un nutrido y formidable tiroteo.
Morelos, Matamoros, Galeana, Bravo y Sesma desplegaron entonces
heroico valor, a fin de evitar el desbandamiento de sus tropas: perdiéndose sus
voces de mando en el ronco estruendo de las armas y entre la ensordecedora
gritería de los combatientes, y la obscuridad nulificaba el prestigio que hubieran
alcanzado a la luz del sol su presencia y su ejemplo.
Morelos, con los restos de las tropas desmoralizados que le quedaron
después de la tremenda derrota, tuvo que detenerse en la hacienda de Puruarán,
a veintidós leguas de Valladolid, donde se traba nuevo combate muy desfavorable,
como tenía que ser para los independientes, en el cual perdieron los pocos
elementos que les quedaban.
El fusilamiento de Matamoros se verifico en Valladolid el 3 de febrero de
1814, no sin que Morelos hubiera ofrecido canjearlo por doscientos prisioneros del
batallón de Asturias, que Morelos tenía en lugar seguro, bien atendidos, en tanto
que el cura Matamoros fue puesto a la expectación pública en la plaza de
Pátzcuaro y tratado de la peor manera en todo el camino hasta llegar a Valladolid,
en donde se la fusilo.
Más afortunado el coronel Iturbide, llevo a cabo una importante correría en
los últimos meses de 1814, sembrando la desolación y la muerte por donde dirigía
sus pasos. En los primeros días de noviembre hizo que sus tropas efectuarse
diversos movimientos en las inmediaciones de Yuriria y Valle de Santiago, para
disfrazar su verdadero intento, que era el de sorprender en Puruándiro al
guerrillero Villalongín, allí situado con una fuerza considerable.
El Congreso, tras una permanencia de varios meses en Apatzingán, había
vuelto a establecerse en Ario, e Iturbide, ambicionando la gloria de dar un golpe
funesto a los independientes, pretendió y obtuvo el mando de una expedición
contra aquel grupo de esforzados patriotas que formaban el centro directivo de la
revolución.
La última campaña de Iturbide fue en 1816. “Reunidas diversas partidas,
dice Zarate, hasta el número de mil quinientos hombres, que mandaban huerta y
el presbítero don José Antonio Torres, fueron atacados y dispersos por Iturbide, y
para que la persecución se hiciera mejor, dividió sus tropas en secciones,
acosaron a los fugitivos y por espacio de algunas leguas.
“Guerrero”, afirma, apoyado en las crónicas de aquel tiempo, que “que
Iturbide, absoluto de culpa y pena de aquella acusación que tanto ruido hizo,
siguió viviendo en México como particular, entregado a una vida de las más
licenciosas, gastando a manos llenas aquel caudal que no le había costado más
trabajo que cogerlo de donde quiera que lo encontraba, y que solo llego a ponerse
un poco en juicio cuando entro a la conjuración de la Profesa, encabezada por el
canónigo Monteagudo, de quien aparentemente se dejaba conducir, lo mismo que
de su abogado Zozaya, a quien llamaba su consejero”.
La perfidia principal de Iturbide, ya que toda su vida fue ignominiosa,
consistió entonces no tanto en traicionar a la causa realista, a la que siempre
había servido, cuanto al virrey, que había depositado en él toda su confianza.
Iturbide comenzó a descubrir sus tendencias desde que en el año de 1808
entro a medias en la conspiración de Valladolid para pronunciarla y procuro
llenarse de riqueza en el Bajío, hasta que conspiró en La Profesa y llego a entrar
triunfante México encanados todos los actos como se ven para llegar a un fin bien
meditado.
Iturbide entró en posesión de Querétaro y comenzó a dar muestras de las
malas intenciones que llevaba, promulgando un decreto en que por primera vez
hizo uso de todas las siguientes apellidos: “Don Agustín de Iturbide y Arámburu,
Aguirre, Carrillo y Villaseñor, primer jefe del ejército imperial mexicano de las tres
garantías, etc., etc.”
Por último, Iturbide salió para Veracruz bien escoltado, y después de pasar
algunos meses en el extranjero, dice Zavala que “el Congreso recibió con sorpresa
una comunicación pidiendo volver al país para servirlo como soldado, lo cual se
acordó no contestar, y por el contrario, el diputado Lombardo hizo una proposición
para que en el caso de que Iturbide intentase regresar al territorio mexicano, se le
considerara fuera de la ley.
A mediados de julio, llego Iturbide a Soto la Marina bajo nombre supuesto,
se descubrió quien era, consultaron al Congreso las autoridades lo que debería
hacerse con él, disponiéndose que se aplicara la ley en cuya virtud fue pasado por
las armas el 20 de julio de 1824.
La reacción, encabezada por don Nicolás Bravo y por el citado don Miguel
Barragán, había hecho el primer intento en 1827, para adueñarse del poder. Hoy
volvía a hacer otro esfuerzo, esta vez mas sistematizado, valiéndose de los
mismos hombres, pero echando mano de procedimientos que por mejor
pensados, aseguraría mejor el éxito apetecido.
Honrar a Iturbide y a Santa Anna, esos dos gemelos de nuestra historia, era
honrar al pretorianismo, engendrador de cuartelazos y encumbrador de los
privilegios del clero y de la aristocracia; honrar a Iturbide y a Santa Anna, era
echar un velo sobre la felonía, sobre la perfidia, sobre el desprecio sistemático a la
fe jurada, para posternarse, como siempre saben hacerlo los partidos
conservadores, ante la fuerza coronada por el éxito, ante el poderoso o ante el
asunto que ha sabido triunfar.
Desconocimiento del Presidente Gómez Farías, 26 de enero de 1835;
decreto declarando benemérito de la patria a Antonio López de Santa Anna y
disponiendo que su nombre fuese inscrito con letras de oro en el salón de
sesiones: fue publicado por bando solemne el día 28 de mayo de 1835.
Decreto disponiendo igual cosa respecto del nombre “ilustre” de Iturbide: 20
de mayo de 1835. Entrada triunfal en México de don Antonio López de Santa
Anna, con la consiguiente celebración de un solemne Te Deum en la catedral: 21
de junio de 1835.
Frente a las figuras amorales de Iturbide y de Santa Anna, que todo lo
sacrificaban al éxito y que con tal de alcanzarlo hollaban el honor y la palabra
empeñada, hay que hacer surgir, en toda su grandeza, las personalidades de
aquellos de que, como Belisario Domínguez, dieron a la juventud revolucionaria y
a las generaciones que suceden a la nuestra, el trascendental ejemplo de
sacrificio todo, hasta la vida misma, en aras del ideal y del honor.
El Congreso declara beneméritos de la patria, en grado heroico, a los
señores don Miguel Hidalgo, don Ignacio Allende, don Juan Aldama, don Mariano
Abasolo, don José María Morelos, don Mariano Matamoros, don Leonardo y don
Miguel Bravo, don Hermenegildo Galeana, don José Mariano Jiménez, don
Francisco Javier Mina, don Pedro Moreno y don Víctor Rosales.
La figura de Guerrero todo es limpieza, todo es grandeza; es un brote de la
raza indígena, como Juárez; escaló desde soldado raso hasta general por riguroso
escalafón militar sus altos grados; luchó implacablemente; llego a estar con cuatro
o cinco compañeros que no le abandonaron en su vida trashumante, atravesó ríos
y tormentas, cruzando por selvas espesas, manteniéndose de raíces.
La mayor parte de los impugnadores de Agustín de Iturbide, de una manera
tan insidiosa como deliberada, han tratado de desvirtuar haciéndonos aparecer a
los defensores de él o, mejor dicho, a los opositores de la iniciativa en una
situación falsa; han recalcado la circunstancia de que Agustín de Iturbide ha sido
tomado como bandera, como emblema, como esencia de la causa que han
perseguido los enemigos de los hombres del partido que afortunadamente hoy,
como casi todo el tiempo de nuestra vida independiente , han tenido el poder en el
país.
“Guerrero e Iturbide consumaran la Independencia, y ambos con el pretexto
de que atacaban a un gobierno legítimo, expiraron a manos de sus mismos
conciudadanos”.
Iturbide no fue ni puede llamarse verdaderamente el consumidor de la
independencia; la verdad histórica, con poco que se ahonde, sin necesidad de
paradoja ni frases retoricas, la verdad histórica perfectamente comprobada en
muchísimos documentos y obras, es esta: las clases privilegiadas, viéndose
amenazadas con el restablecimiento de la Constitución de Cádiz, fueron las que
se apresuraron a unirse a los insurgentes para consumar la independencia.
No se volvió a tratar este asunto y en consecuencia quedo pendiente el
segundo punto resolutivo.
Quince años después, el 30 de noviembre de 1936 aparece en el “Diario
Oficial” decreto del congreso para que se inscriba con letras de oro en el recinto
de la representación nacional el nombre de Belisario Domínguez.
CONCLUSIONES
Este trabajo nos habló de la vida de Iturbide, Guerrero, don Miguel Hidalgo
de todo lo que realizaron en su así como su participación en la Independencia de
México. La vida de Iturbide es de la que se habla más por lo controvertido que fue.
Todo lo que nos habla este autor es muy interesante y los datos que nos da
son tal y como los encontró en documentos y en las cosas vividas en ese tiempo o
época.
Se basa en la escuela de la historiografía con un punto de una vista
positivista, descriptivo, anecdótico, histórico y etnográfico. Positivista por que tiene
partes positivistas en la narración que está dando, descriptivo por que describe tal
y como fueron los hechos transcurridos en esa época, anecdótico ya que nos
relata los hechos tal y como ocurrieron que nos pone en el texto es narración de
vivencias de las personas que estuvieron en esa época, histórico porque son
sucesos históricos que ocurrieron en ese tiempo y nos marca en que época y lugar
se dieron estos hechos.
Cada uno de estos sucesos fueron durante esta épocas relevante y lo más
importante de esta época y para la historia que hoy conocemos y transmitimos a
los demás.
GLOSARIO
Aberración: Disparate cosa absurda.
Apología: Discurso de palabras o por escrito en defensa o alabanza de personas
o cosas.
Brigadier: m. Grado que antiguamente equivalía al de general de brigada en el
ejército y al de contraalmirante en la marina.
Campaña: Conjunto de actos o esfuerzos para lograr determinado fin.
Pérfido: adj. Y s. que falta a la fe que debe; desleal, infiel, traidor. (Perfidia).
Profesa: adj. Y s. religioso que ha profesado.
Querella: Escrito de acusación presentado ante un tribunal.
Recalcitrantes: adj. Terco, reacio, obstinado en la resistencia.