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Fecha de presentación: 3/1/2013
Fecha de publicación: 11/1/2013
Religión y Derechos:
la Misión Indígena de Tacaaglé y la inspección de José O. Dowling (Formosa, 1918)
Gabriela Dalla-Corte Caballero (*)
TEIAA – Universitat de Barcelona
dallacorte@ub.edu
Introducción
Desde inicios del siglo XX, los Misioneros Franciscanos de la Diócesis de Santa Fe1 se
encargaron de “reducir” los indígenas guaycurúes en la Misión Religiosa del Pilcomayo, este
último bautizado posteriormente Misión San Francisco Solano de Tacaaglé en virtud de su
traslado al Riacho El Porteño del Territorio Nacional de Formosa. El entonces Presidente Julio
Argentino Roca firmó el 13 de Julio de 1900 el Decreto que autorizó a los Misioneros del
Convento de la Merced de Corrientes a incorporar a los tobas y pilagás.2 El convenio firmado
entre el Poder Ejecutivo y la Congregación de Misioneros Franciscanos estableció la entrega de
las tierras a los indígenas después de diez años de residencia en la Misión. El propósito, según
los clásicos documentos históricos de la época, era la redención del indígena, su conversión a
(*) Licenciada en Historia (1991) y Magister en Estudios sobre Género (1995) de la Universidad Nacional de
Rosario (UNR). Es Doctora en Historia de América (1999) y en Antropología Social y Cultural (2000) por la
Universidad de Barcelona, y Profesora Titular de Historia de América de la UB. Autora de: Vida i mort d’una
aventura al Riu de la Plata. Jaime Alsina i Verjés, 1770-1836, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, Barcelona,
2000; Casa de América de Barcelona (1911-1947), LID, Madrid, 2005; A las puertas del Hogar. Madres, niños y
Damas de Caridad en el Hogar del Huérfano de Rosario (1870-1920), Prohistoria Ediciones, Rosario, 2006 (con
Paola Piacenza); Lealtades firmes. Redes de sociabilidad y empresas: la Carlos Casado S. A. entre la Argentina y
el Chaco paraguayo (1860-1940), Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Madrid, 2009; La
Guerra del Chaco, Ciudadanía, Estado y Nación en el siglo XX. La crónica fotográfica de Carlos de Sanctis,
Prohistoria Ediciones y TEIAA/UB, Rosario, 2010, libro reproducido por Editorial Intercontinental, Asunción,
Paraguay (2010); La conquista y ocupación de la frontera del Chaco entre Paraguay y Argentina; los indígenas
tobas y pilagás, y el mundo religioso en la Misión Tacaaglé del Río Pilcomayo (1900-1950), UB-AECID-TEIAA,
2011 (con Fabricio Vázquez); Empresas y Tierras de Carlos Casado en el Chaco Paraguayo. Historias, negocios y
guerras (1860-1940), Editorial Intercontinental, Asunción, Paraguay (2012); La frontera argentino-paraguaya ante
el espejo. Porosidad y paisaje del Gran Chaco y del Oriente de la República del Paraguay (con Eva Morales,
Fabricio Vázquez y Arturo Landeros), Publicacions de la Universitat de Barcelona, 2012; Socialistas y Socialismo
en Santa Fe. La organización que venció al tiempo (con Gustavo Álvarez y Marcela Prosperi), Prohistoria
Ediciones, Fundación Estévez Boero, Rosario, 2012; Mocovíes, Franciscanos y Colonos de la zona chaqueña de
Santa Fe (1850-2011). El liderazgo de la mocoví Dora Salteño en Colonia Dolores, Prohistoria Ediciones, TEIAA,
Rosario, 2012; y, finalmente, Cultura y negocios: el americanismo catalán de la Revista Comercial Ibero-
Americana MERCURIO (Barcelona, 1901-1938), Edicions Casa Amèrica Catalunya Kilómetro 13.774,
Barcelona, 2012.
1 Dalla-Corte Caballero, G., Mocovíes, franciscanos y colonos de la zona chaqueña de Santa Fe (1850-2011) El
liderazgo de la mocoví Dora Salteño en Colonia Dolores, Prohistoria Ediciones-TEIAA, Rosario, 2011. 2 Carrasco, Gabriel, Cartas de viaje por el Paraguay, los territorios nacionales del Chaco, Formosa, Misiones y las
provincias de Corrientes y Entre Ríos, Imprenta Litografía y Encuadernación de Jacobo Peuser, Buenos Aires-La
Plata, 1889.
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la religión católica, y su nacionalización al compás de la ampliación del Estado Nacional
argentino.3
La declaración de caducidad de la Misión de Tacaaglé se originó con la visita que hizo
en el año 1916 el Gobernador de Formosa, el militar Juan José Comas (1916-1921). A partir de
agosto de 1918 se produjeron diversos dictámenes e informes oficiales de los inspectores, que
fueron presentados ante el Ministerio de Agricultura y ante el Ministerio de Culto como parte
de la inculpación iniciada contra uno de los Misionero Franciscanos de la Misión Tacaaglé: Fr.
Serafín Iturralde. Para historiar dicho conflicto, nos servimos de la documentación conservada
en la Biblioteca y Archivo Históricos de la Provincia Franciscana de San Miguel, del Museo
Conventual de San Carlos Borromeo (BACSC) ubicado en San Lorenzo, Provincia de Santa
Fe. Se trata de la “Carpeta Tacaaglé” (Caja 47), la cual unifica la documentación jurídica entre
la Orden Franciscana y el Gobierno Nacional argentino desde 1900 a 1932. La copia de este
extenso expediente fue solicitada en Buenos Aires por Fr. Pedro Iturralde, el antiguo Prefecto
de Misiones Generales, quien acarreó dicho expediente al Convento San Carlos Borromeo con
la intención de leer los informes y escribir la defensa de la Misión San Francisco Solano. Este
conflicto entre la Orden Franciscana (representada por el entonces Prefecto de Misiones Fr.
José Zurflüh) y el Poder Ejecutivo, integra el Expediente Nº 93.033 del Ministerio de
Agricultura y del Ministerio de Culto, con las respuestas presentadas por Fr. Pedro Iturralde
desde San Lorenzo, Provincia de Santa Fe.4 Sugestivamente, la defensa de la Misión del
Pilcomayo se gestó en el contexto del estallido de la Guerra del Chaco entre Paraguay y
Bolivia (1932-1935) que afectó directamente a los aborígenes de la zona del Pilcomayo.5 La
intención de salvaguardar la Misión Tacaaglé y la vida de los indígenas tobas y pilagás del
Riacho Porteño, fue parte de este proceso histórico reconstruido por los Misioneros
Franciscanos.
El hecho de historiar el nacimiento y el fin de la Misión Tacaaglé forma parte del
interés que ha generado en los últimos años la investigación sobre la suerte de los Territorios
Nacionales de la República Argentina.6 El espacio menos conocido en la actualidad es
precisamente el Territorio Nacional formoseño, en el cual convivieron las Misiones
Franciscanas de Laishí7 y de Tacaaglé,
8 el primero en manos del Colegio de San Carlos
Borromeo de San Lorenzo, y el segundo bajo la dirección del Colegio de la Merced de la
Provincia de Corrientes. Cabe señalar que la Misión Nueva Pompeya de los indígenas matacos
del Territorio Nacional del Chaco,9 por su parte, dependió del Colegio Apostólico de San
3 Quijada, Mónica (ed.), De los cacicazgos a la ciudadanía. Sistemas políticos en la frontera, Río de la Plata, siglos
XVIII-XX, Gebr. Mann Verlag, Berlín, 2011. 4 BACSC, Caja 47: “Carpeta Tacaaglé”, carta de Fr. Pedro Iturralde, al Ministerio de Agricultura, Buenos Aires,
20 de mayo de 1932. 5 Dalla-Corte Caballero, Gabriela, La guerra del Chaco. Ciudadanía, Estado y Nación en el siglo XX. La crónica
fotográfica de Carlos de Sanctis, Prohistoria Ediciones-TEIAA, Rosario, 2010 (reedición Editorial
Intercontinental, Asunción, 2010). 6 Arias Bucciarelli, Mario; Jensen, Silvina, “La historiografía de los Territorios Nacionales: un campo en
construcción”, Anuario del Centro de Estudios Históricos Prof. Carlos S. A. Segreti, Año 8, N° 8, Córdoba
(Argentina), 2008, pp. 183-200. 7 Dalla-Corte Caballero, G., “Los misioneros franciscanos Pedro Iturralde y Buenaventura Giuliani en la Misión
Indígena de Laishí de Formosa (Argentina, primera mitad del siglo XX)”, Estudios Franciscanos, vol. 113, nº 453,
2012, pp. 193-224. 8 Dalla-Corte Caballero, Gabriela y Vázquez Recalde, Fabricio, La conquista y ocupación de la frontera del Chaco
entre Argentina y Paraguay. Los indígenas tobas y pilagás y el mundo religioso en la Misión Tacaaglé del Río
Pilcomayo (1900-1950), Publicacions UB, Barcelona, 2011. 9 BACSC, Lenguas Argentinas, Grupo Mataco-Mataguayo del Chaco, dialecto nocten, Pater Noster y apuntes por
el padre Inocencio Massei (orden seráfica), con introducción y notas por Samuel A. Lafone Quevedo M.A., en
Boletín del Instituto Geográfico Argentino, Tomo XVI, setiembre a diciembre de 1895, Cuadernos de 9 a 12;
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Diego (Convento San Francisco) de la Provincia de Salta. En el año 1914, siguiendo la
histórica transformación de la labor franciscana, la Orden fusionó los tres Colegios vinculados
a las tres Misiones Indígenas gestadas en los Territorios Nacionales de Chaco y Formosa, para
dar forma a la Comisaría Provincial de San Miguel Arcángel de Misioneros Franciscanos de la
República Argentina.
Gracias a la extensa documentación conservada en San Lorenzo, es posible analizar el
alegato contra la declaración de caducidad de la Misión Tacaaglé, originada en 1916 y
diseñada durante la inspección que hizo el ingeniero José O. Dowling dos años después. Por
ello, en el primer apartado describimos los traslados de la Misión del Río Pilcomayo,10
primero
a Tacaaglé y finalmente al Riacho El Porteño. En el segundo apartado analizamos el conflicto
surgido en el seno de la Misión a partir de la visita que hizo el Gobernador de Formosa, el
militar Juan José Comas, en el año 1916. El tercer apartado se centra en el significado de la
inspección formulada por el ingeniero José O. Dowling en 1918, y la difícil situación sufrida
por el Misionero Fr. Serafín Iturralde al ser trasladado a la capital de Formosa.
1.- Los traslados de la Misión Indígena Franciscana del Pilcomayo
La Misión Indígena fue establecida a inicios del siglo XX en el paraje Nococolda,
según el padre Zacarías Ducci (Ñocacolda, así definido por Fr. Serafín Iturralde después de su
llegada a la Misión hacia 1915), que en voz toba significa “matanza de los muchachos”. Dicha
Misión quedó ubicada a orillas del río Pilcomayo, en la frontera con Paraguay. En sus orígenes
recibió el nombre de Misión del Pilcomayo, y fue un centro de captación de aborígenes pilagás
y tobas del espacio paraguayo-argentino, los cuales, por entonces, eran utilizados en diversas
estancias fundadas por los llamados “colonos blancos”. Tanto los criollos, como los
inmigrantes recién establecidos en la República Argentina, fundaron diversas empresas
tanineras que aprovecharon el quebracho y el algodón, y dirigieron ingenios azucareros
utilizando siempre a los “indígenas salvajes” del Gran Chaco.11
Esta zona de 40.000 hectáreas
fue otorgada por el Poder Ejecutivo a la Orden Franciscana, la cual debía garantizar la
expansión territorial, productiva y comercial a través de sus “colonos indígenas”. Así, los
términos “paisano” y “colono” sustituyeron al concepto “indígena” para distinguir a los tobas y
pilagás de la Misión (Imagen 1).
incluye el Mapa Étnico de las tribus mataco-mataguayos del Gran Chaco, según carta del Padre Giomecchini y
mapas del Padre Corrado, p. 345. 10
Gordillo, Gastón, “Un río tan salvaje e indómito como el indio toba: una historia antropológica de la frontera
del Pilcomayo”, Desarrollo Económico, Revista de Ciencias Sociales, Instituto de Desarrollo Económico y Social
(IDES), Nº 162, vol. 41, julio-setiembre, Buenos Aires, 2001, pp. 261-280. 11
Gibral Blacha, Noemí M., “Reflexiones sobre la historia rural y la situación agraria de las economías extra-
pampeanas. El caso del Gran Chaco Argentino y la explotación forestal (1895-1930)”, en Bjerg, Mónica y
Reguera, Andrea (comp.) Problemas de la historia agraria, Nuevos debates y perspectivas de investigación, IEHS,
Tandil, 1995. Gordillo, Gastón. En el Gran Chaco, Antropologías e Historias, Prometeo, Buenos Aires, 2007.
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Imagen 1.- BACSC: Mapa de la Diócesis de Santa Fe, indica la ubicación de la Misión Nueva Pompeya
(Territorio Nacional del Chaco), Misión de Laishí (Territorio Nacional de Formosa), y especialmente la
Misión San Francisco Solano de Tacaaglé (Territorio Nacional de Formosa) en el Riacho Porteño de la zona
del Río Pilcomayo, a 25º 18´5´´, 58º 18´ W. El mapa también refleja la ubicación del Convento San Carlos
Borromeo de San Lorenzo en la Provincia de Santa Fe.
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Después de la inundación del Pilcomayo, la Misión fue reasentada a 260 km al noroeste
de la Capital de Formosa, en la zona que Fr. Ducci denominó Tacaaglé. El Gobierno Nacional
agregó 20.000 hectáreas a los 40.000 hectáreas otorgadas en 1900. En esos años el Misionero
principal era Fr. Antonio Paulón, que falleció en 1914 y fue sustituido por Fr. Serafín Iturralde.
Los Misioneros Franciscanos adjuntaron el nombre de Tacaaglé (Tacaag-lé, Takagale,
Tacaaggal´le, así como Tagalé según el ingeniero e inspector José O. Dowling) al ser una
palabra que proviene de la voz toba “del Chajá” o “multitud de Chajá”.
En Tacaaglé se estableció un centenar de indígenas que seguían al Cacique Doccidi, y
que se dedicaron al cultivo de maíz, poroto, maní, tabaco, batata, arroz, algodón, legumbres,
además de un buen número de animales vacunos. Fue entonces cuando los Misioneros
nombraron a San Miguel como patrono, habilitaron el bautismo y la confirmación de los
indígenas adultos, e instalaron un cementerio con una gran cruz de madera clavada en el
centro. La Misión del Pilcomayo pasó a denominarse Misión San Francisco Solano, con la
aprobación del Prefecto de Misiones Fr. Enrique Guamacini.12
En el año 1914, el entonces Prefecto de Misiones Fr. Pedro Iturralde solicitó al Gobierno
Nacional volver a la concesión de 40.000 hectáreas, pero en tierras con mejores condiciones
para las 140 familias (670 individuos) de tobas y pilagás a su cargo. La Dirección General de
Territorios Nacionales valoró negativamente la falta de recursos y de alimentos, así como la
pérdida de la cosecha por la seca de las sementeras. Se diseñó entonces el tercer traslado de la
Misión del Pilcomayo a la zona del riacho Porteño llamada Sataléc, cercano a la Laguna
Sataléc. La causa principal de dicho traslado fue la mala calidad de las tierras: de las 60.000
hectáreas que se le habían adjudicado, apenas había 1.000 utilizables, siendo lo demás esteros y
terrenos bajos, fácilmente inundables y aptos sólo para ganadería.13
Esta tercera ubicación se
redujo a 40.000 hectáreas por el decreto oficial de las Misiones Franciscanas de la zona
chaqueña de la República Argentina del 24 de agosto de 1914. El decreto de abril de 1915
permitió a la Misión Tacaaglé trasladarse a su zona del riacho Porteño llamada Sataléc, pero
sin gozar de los subsidios adjudicados a las Misiones de Laishí (Formosa) y de Nueva
Pompeya (Chaco) (Imagen 2).14
12
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta, 1914, “Autorizo este Libro de administración del ganado de la Misión de
San Francisco Solano de Tacagalé, hoy 2 de mayo de 1914, P. Enrique Guarnacini Ofici, Prefecto de Misiones”. 13
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1917-1918. Fr. Pedro Iturralde, Prefecto de Misiones, al Ministro del
Interior, Don Ramón Gómez, 3 de enero de 1917. 14
Dalla-Corte Caballero, Gabriela y Vázquez Recalde, Fabricio, La conquista y ocupación de la frontera del
Chaco entre Paraguay y Argentina: los indígenas tobas y pilagás y el mundo religioso en la misión Tacaaglé del
río Pilcomayo (1900-1950), Edicions Universitat de Barcelona - TEIAA, Barcelona, 2011.
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Imagen 2.- BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, División de Geodesia, Dirección General de Territorios
Nacionales (responsable Alejandro Calvo), Buenos Aires, 31 de marzo de 1915.
A partir de entonces, el Misionero principal fue Fr. Serafín Iturralde, y Fr. Pedro Iturralde
asumió como Prefecto de Misiones. La falta absoluta de medios de subsistencia forzó a los
franciscanos a despachar a 60 familias ya que la Misión Tacaaglé había recibido hasta entonces
sólo $ 21.500 m/n procedentes de la venta de productos y animales, del pequeño subsidio del
Ministerio de Culto y del Obispo de Santa Fe, así como limosnas individuales, cuando los
gastos habían excedido la suma de 36.000$.15
Abrumado, Fr. Iturralde insistió ante el Ministro
del Interior Ramón Gómez sobre el riesgo que suponía la expulsión de los indígenas de la
Misión Tacaaglé, por un lado, y la “caducidad de la obra de patriotismo y humanidad” de los
franciscanos, por el otro:
“Es triste que, indios animados de la mejor voluntad para incorporarse a la vida de
arraigo y civilización, se vean obligados, a pesar suyo, a continuar llevando en los
bosques una vida errante y miserable para ellos, al par que peligrosa para los pobladores.
El Excelentísimo Señor Presidente, que está dando pruebas del vivo interés que le
inspiran los menesterosos de las ciudades, no ha de mirar con indiferencia la angustiosa y
precaria situación de aquellos menesterosos del desierto, que son ciudadanos argentinos,
tanto más dignos de lástima cuanto más incapaces de alcanzar por sí mismos el
mejoramiento moral y material a que aspiran”.16
15
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1917-1918. Fr. Pedro Iturralde, Prefecto de Misiones, al Ministro del
Interior, Don Ramón Gómez, 3 de enero de 1917. 16
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1917-1918. Fr. Pedro Iturralde, Prefecto de Misiones, al Ministro del
Interior, Don Ramón Gómez, 3 de enero de 1917.
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2.- La visita del Gobernador de Formosa a la Misión Tacaaglé
El 31 de mayo de 1916, el responsable de la Dirección General de Territorios Nacionales
del Ministerio del Interior, Isidoro Ruiz Moreno,17
hizo llegar al Presidente de la Comisión
Financiera Honoraria de Reducciones de Indios, Dr. Rafael Herrera Vega, el informe de la
inspección presentado por el Gobernador de Formosa, el militar Juan José Comas, con motivo
de la gira que había hecho durante el mes anterior por el Territorio Nacional formoseño a su
mando. En efecto, entre los días 11 y 12 de abril el Gobernador Comas pasó por el puente del
Riacho Porteño y por el Estero Zastrow, y visitó los poblados de Laguna Blanca y Espinillo. El
día 13 le pidió al sub-Comisario Beterette de Laguna Blanca, que le acompañara a la Misión
Franciscana Tacaaglé. Según las descripciones que posteriormente hicieron los Misioneros Fr.
Serafín Iturralde y su Coadjutor Fr. Pablo Rossi ante el Prefecto de Misiones Fr. Pedro
Iturralde,18
el Gobernador sólo había permanecido media hora en la Misión Tacaaglé.19
En ese
breve lapso, el Gobernador observó al Fr. Serafín Iturralde; de regreso a la Capital de Formosa,
le escribió a Rafael Herrera Vega, el Presidente de la Comisión Financiera Honoraria de
Reducciones de Indios de Buenos Aires, para quejarse de la propia existencia de la Misión
Indígena.20
Fr. Pedro Iturralde declaró que la Misión se encontraba en situación de emergencia por la
sequía y el despido de familias obreras indígenas. Interesado en defender a Fr. Serafín
Iturralde, primero se quejó del escaso subsidio oficial de la Misión ($ 5.000 m/n anuales),21
para apoyar seguidamente al Misionero principal: “Francamente, no alcanzo a comprender el interés que puede tener para el Gobierno la
indumentaria, ni el color de ella, ni el de las barbas del padre; ni me doy cuenta, porque
habiendo fijado su atención, en esos detalles no la fijó también en el no menos importante de que
calzaba espuelas...¿es posible que, con esta suma, pueda costearse una Misión y costear,
además, los peones indispensables para trabajar, que los indios solos no pueden hacer? Lo dejo
librado al ilustrado criterio de la Honorable Comisión Financiera que ve, por experiencia
propia, lo que cuesta sostener las reducciones a digno cargo”.22
A pedido del Ministro del Interior Ramón Gómez, Fr. Pedro Iturralde elaboró un
informe sobre las reducciones de indios de las Misiones Franciscanas chaqueñas (Laishí,
Tacaaglé y Nueva Pompeya). Dicho informe respondió a las preguntas sobre los antecedentes,
17
Ruffini, Martha, “Ecos del Centenario. La apertura de un espacio de deliberación para los Territorios
Nacionales: la Primera Conferencia de Gobernadores (1913)”, Revista Pilquen, Sección Ciencias Sociales,
Dossier Bicentenario, Año XII, Nº 12, enero/junio, Viedma 2010. 18
BACSC, Caja 47. Tacaaglé, Carpeta 1918, Relación del Fr. Serafín Iturralde, a José O. Donling, Tacaaglé,
1918. 19
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1918, Informe de P. Fr. Serafín Iturralde al Gobernador por Misión de San
Francisco Solano de Tacaaglé, 1918. 20
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1916-1917, Copia fiel Nº 762 de I. Ruiz Moreno, Buenos Aires, al
Presidente de la Comisión Financiera Honoraria de Reducciones de Indios, Dr. Rafael Herrera Vega, Buenos
Aires, 31 de mayo de 1916, que reproduce el informe elevado por el Gobernador de Formosa con motivo de la
gira que practicó últimamente por el Territorio de su mando”. 21
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1917, “Fr. Pedro Iturralde solicita al Ministerio del Interior y al Ministro
Ramón Gómez, ayuda para la Misión de San Francisco Solano de Tacaaglé en situación de emergencia al
encontrarse en situación de emergencia por la sequía y despido de familias obreras indígenas, Formosa, 24 de
febrero de 1917”. BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1917, Rendición de cuentas de la inversión de la suma
$882 de la subvención que le acuerda el presupuesto general de la Nación, Tacaaglé, 1917. 22
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1916-1917, carta e informe de Fr. Pedro Iturralde sobre la Misión San
Francisco Solano Tacaaglé, al Presidente de la Comisión Financiera Honoraria de Reducciones de Indios, Rafael
Herrera Vega, Buenos Aires, 23 de junio de 1916.
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la fundación, el progreso y el estado de las Misiones, en base a los acuerdos fijados el 20 de
marzo y el 19 de junio de 1914, el Ministerio del Interior modificó los decretos del 10 de abril
y del 4 de mayo del año 1900, relativos a las misiones de Laishí y de Nueva Pompeya. Ante la
ausencia de Tacaaglé, desde el inicio de su informe Fr. Pedro Iturralde dejó claro que el
Ministro Ramón Gómez tenía el propósito de hacer caducar la Misión San Francisco Solano
del Pilcomayo (Tacaaglé), convencido de que los franciscanos no habían respondido a los fines
de su fundación. Frente a este claro intento del Prefecto Fr. Iturralde, el Ministerio a cargo de
Ramón Gómez aceptó dar una segunda oportunidad a los franciscanos. No obstante, como
señaló el propio Fr. Pedro Iturralde, lo hizo advirtiéndoles “de que no nos facilitaría recurso
alguno para ello y que nos desempeñáramos con nuestros propios recursos”.23
Fue
precisamente en ese momento cuando el rosarino Estanislao Severo Zeballos formuló una
intensa defensa de las Misiones Franciscanas del Territorio Nacional de Formosa, 24
a través de
un folleto que tituló Soñando con los niños del Chaco.25
Fr. Pedro Iturralde solicitó entonces ayuda para la producción de azúcar,26
y elevó un
informe al Presidente Hipólito Yrigoyen,27
en el cual defendió la vida y las costumbres de los
indígenas tobas28
y pilagás, estos últimos dedicados a la fabricación de azúcar que era,
precisamente, la función principal otorgada a los franciscanos en el seno del territorio
chaqueño argentino.29
En setiembre de 1917, Fr. Pedro Iturralde le hizo llegar al Director
General de Territorios Nacionales, Isidoro Ruiz Moreno, el comentario del Coadjutor Fr. Pablo
Rossi en la Misión San Francisco Solano: el mayor problema era “la incertidumbre respecto a
las seguridades que podemos ofrecer a los indios sobre la posesión y propiedad de las tierras
que cultivan”, afirmó Fr. Rossi (Imagen 3).30
23
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1917-1918, Fr. Pedro Iturralde, Prefecto de Misiones, al Ministro del
Interior, Don Ramón Gómez, 3 de enero de 1917. 24
Dalla-Corte Caballero, Gabriela, “Indígenas y franciscanos en las misiones de Laishí y Tacaaglé del Territorio
Nacional de Formosa. Estanislao Zeballos y los niños tobas del Chaco”, Confluenze, Rivista Di Studi
Iberoamericani, Vol. 4, Nº 1, Dipartimento di Lingue e Letterature Straniere Moderne, Università di Bologna,
2012, pp. 215-241. 25
Severo Zeballos, Estanislao, Soñando con los niños del Chaco, Buenos Aires, Talleres Gráficos L.J. Rosso y
Cía, 1918 (conservado en BACSC). 26
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1917, Solicitud de Fr. Pedro Iturralde de una ayuda para costear las
máquinas adquiridas para la fabricación de azúcar en la Misión de San Francisco Solano, Tacaaglé, 23 de
noviembre de 1917. 27
Ruffini, Martha, El tránsito trunco hacia la “República verdadera”. Yrigoyenismo, ciudadanía, política y
territorios nacionales”, Estudios Sociales. Revista Universitaria Semestral, Año XIX, Nº 36, Santa Fe, Argentina,
Universidad Nacional del Litoral, primer semestre del 2009, pp. 91-115. 28
Wright, Pablo, Ser-en-el-sueño: crónicas de historia y vida toba, Biblos, Buenos Aires, 2008. 29
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1917, Informe de Fr. Pedro Iturralde al Presidente Hipólito Yrigoyen,
sobre la vida y costumbres de los indígenas y el estado de las Misiones, 11 de noviembre de 1917. 30
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1916-1917, carta de Fr. Pedro Iturralde, Prefectura de Misiones
Franciscanas de la República Argentina, Buenos Aires, al Director General de Territorios Nacionales Isidoro Ruíz
Moreno, Buenos Aires, 11 de setiembre de 1917.
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Imagen 3.- BACSC, Caja 47: reubicación de la Misión Tacaaglé en el Riacho El Porteño, 1917
El 29 de enero de 1918 el Poder Ejecutivo presidido por Hipólito Yrigoyen decretó
sobre el futuro de la radicación de numerosas y pacíficas tribus indígenas, las cuales
“merodeaban en forma más o menos nómade” en las tierras públicas de las Misiones Laishí,
Tacaaglé y Nueva Pompeya. El Gobierno incentivó la promoción de la reducción de los indios
cuya tierra original, en especial las regiones abundantes en caza y pesca, había sido subdividida
y enajenada, forzando a los indígenas a producir “atentados a la vida y bienes de los
pobladores”. Para prevenir estos peligros, el decreto señaló que: “El medio más indicado es radicar a las diversas tribus en tierras públicas, para que las
usufructúen, a título de propiedad, con exclusión de toda otra persona extraña a ellos,
propendiendo en tal forma a apartarla de la vida errante que hoy llevan, a inculcarles el amor al
trabajo, en la tierra en que sepan que podrán radicarse definitivamente. Que no es conveniente,
sin embargo, acordar a los indígenas concesiones de tierra en la forma ordinaria, porque su
rudimentaria mentalidad no les permite tener ideas exactas sobre economía, propiedad, etc.,
debiendo por lo tanto limitarse la acción tutelar del gobierno o asignarles, por ahora,
extensiones suficientes de tierra, a fin de que una vez radicados definitivamente puedan
acordárseles los títulos de propiedad individualizados, sin perjuicio de la ayuda que pueda
prestárseles en otra forma y por otros medios. Que al radicar las diversas tribus, deberá tenerse
en cuenta que, por razón de odios ancestrales y de raza, hay varias que se tratan hostilmente”.31
31
BACSC, Caja 17: Notas remitidas por reparticiones oficiales, 1911-1940, Documento enviado por la
Gobernación de Formosa, Nota de la Dirección General de Territorios Nacionales, Decreto del Poder Ejecutivo
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Quedó en manos de los Gobernadores de Formosa y Chaco la tarea de contabilizar los
indígenas y de definir la ubicación de las “razas de pertenencia”, para proponer al Ministerio
del Interior, en manos de Ramón Gómez, las zonas más convenientes para radicar a los
indígenas de manera definitiva, cuidando que las tribus antagónicas permanecieran alejadas
unas de otras. Por ello, el 25 de febrero de 1918 le tocó el turno a Emilio Rodríguez Iturbide, el
inspector de Territorios Nacionales encargado del despacho de la Gobernación de Formosa,
quien designó al Jefe de Policía llamado Benigno A. de la Vega para cumplir con la normativa
del Poder Ejecutivo en las zonas indígenas chaqueñas.32
En el siguiente apartado analizamos la
inspección del ingeniero José O. Dowling.
3.- La inspección de José O. Dowling
La crítica contra la Misión Tacaaglé fue verdaderamente intensa a partir de la primera
inspección que hizo el ingeniero José O. Dowling junto a M. E. González el 7 de agosto de
1918, por mandato de la Comisión Inspectora de Tierras Fiscales en Formosa. Este primer
informe fue elevado al Teniente de Navío Don Domingo Castro, por entonces Jefe de la
Comisión Inspectora de Tierras Fiscales en el Territorio Nacional de Formosa, quien hizo
llegar la inspección sobre Tacaaglé al Ministerio en setiembre de 1918.
Seguidamente, José O. Dowling y M. E. González se presentaron en el Lote 3, en la parte
sur de la tierra ocupada por la Misión Franciscana, y encontraron a dos “colonos blancos”,
Félix y Miguel Lotto, que habían sido autorizados por Fr. Serafín Iturralde para ocupar la zona
desde julio de 1916, con la obligación de entregarle la mitad de los recursos obtenidos en la
cosecha. Los inspectores dibujaron la ubicación de las chacras otorgadas a los indígenas a
ambos lados del Riacho Porteño, en especial la zona de los potreros, la chacra en construcción,
el lugar en el que se estableció la zona del pueblo, la Escuela y la casa de la Misión, la quinta y
la carpintería, el almacén, la policía, el gallinero y la huerta. En el croquis se incluyó el espacio
ocupado por los hermanos Lotto. De acuerdo al ingeniero Dowling: “El verdadero fin que es hacerlos adoptar la civilización, especialmente en lo que se refiere a
moralidad y costumbres, el alma de nuestra civilización, parece haberse olvidado. El único
medio que se ha adoptado para retener a los indios ha sido la alimentación y el vestido, y cuando
estos han escaseado o faltado, la Misión se ha encontrado, como ahora, sin indios. Por eso digo
que había un olvido de los fines o una equivocación sobre la manera de llevarlos a cabo”.33
El inspector mencionó los problemas surgidos por la sequía de las tierras ubicadas en la
zona del río Pilcomayo, ya que durante la inspección comprobó que los Misioneros se habían
quedado “absolutamente sin un solo indio”. Para sostenerse, la Misión había invertido todos
sus recursos en la construcción y el traslado de sus costosas instalaciones. Según Dowling, la
Misión Tacaaglé contaba con máquinas abandonadas y edificios sin concluir. Agotada por los
gastos del traslado, también estaba pobre en recursos ante el descontento de los indígenas que
no podían ser alimentados y vestidos: “poco a poco los indios han vuelto a la vida salvaje,
relativo a la radicación de tribus indígenas en tierras públicas, al Presidente Hipólito Yrigoyen, Ministro del
Interior Ramón Gómez, Buenos Aires, 29 de enero de 1918. 32
BACSC, Caja 17: Notas remitidas por reparticiones oficiales, 1911-1940, Resolución del Inspector de
Territorios Nacionales, Encargado del Despacho de la Gobernación de Formosa, Emilio Rodríguez Iturbide, 25 de
febrero de 1918. 33
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, Informe del Inspector José O. Dowling y de M. E. González, Comisión, el
7 de agosto de 1918, elevado por el Jefe de la Comisión Inspectora de Tierras Fiscales en Formosa, Teniente de
Navío Domingo Castro.
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porque la civilización no se adapta a sus creencias y costumbres”, y por ello han resuelto “vivir
nuevamente desnudos y de la caza”: “El fracaso de la Misión de San Francisco Solano es, como se ve, indiscutible, aun cuando ha
tenido momentos de prosperidad, por lo cual se permite opinar que convendría que el Gobierno
Nacional, como primera medida, y sin perjuicio de las otras, que considere oportuno tomar,
imponga el traslado del actual Director, Fr. Serafín Iturralde, pues los hechos han demostrado
acabadamente que no es la persona indicada para el puesto y, tal vez, con su cambio y las
observaciones que formula el Superior Gobierno, pueda la Misión volver a atraer los indios y
llegar, en poco tiempo, a contar con las 125 familias que se le exigen... El sentimiento ambulante
es algo innato en el indio y puede permanecer como dormido, pero basta el menor acto para
despertarlo. Al recibir la orden de traslado, muchos recobran ese espíritu ambulante y
aprovechan la ocasión y se van sin que resuelvan trasladarse a la nueva posición. Tienen un
motivo para creer que la falta de estabilidad entra también en el sistema de trabajo de la
civilización”.34
El inspector Dowling se desplazó a las chacras, y observó el trabajo realizado por los
indígenas, el cual era parte de la construcción y modernización de la República Argentina.35
Según él, el núcleo principal de la Misión, situado sobre la margen izquierda del riacho El
Porteño, era uno de los mejores parajes formoseños en el camino obligado de Clorinda al
centro del Territorio Nacional, si no el mejor “como situación y campo de todos los que se
pudieran elegir dentro de las diez y seis leguas que forman la concesión, pues está situado en el
centro mismo del campo, con más que suficiente terreno apto para agricultura, como se
requiere para el fin que se persigue”. Seguidamente mencionó la ubicación de los estero
Bacaldá, Masap y Coinaláe, donde las costas del riacho El Porteño eran el único camino
transitable. Hacia el norte se encontraba la antigua zona de la Misión Tacaaglé que permaneció
allí hasta junio de 1916, y que los franciscanos abandonaron por el peligro y por la cercanía de
la primera napa de agua salobre. Como el propio inspector José O. Dowling señaló en su
informe agronómico, un buen número de ranchos estaban abandonados y sin familias
indígenas, por lo cual era necesario hacer caducar la concesión: “La indiscutible superioridad de la ubicación actual ha influido probablemente para su traslado
definitivo desde Tacagalé después de haber sido ya cambiada a este lugar, desde la costa del Río
Pilcomayo, siendo, por consiguiente, este el tercer lugar que se ha poblado. La traslación última,
que como obra fundamental tiene su defensa en las ventajas apuntadas al llevarse á cabo en
época no propicia y en manera brusca ha sido la causa principal. Mi criterio es la actual
decadencia de la Misión conjuntamente con una administración descuidada”.36
La gran denuncia del inspector se vinculó a la falta de indígenas para la producción
agrícola y de azúcar; así consta en el informe agronómico que llevaron adelante Dowling y
González: “Las poblaciones de los indios en muy mal estado. El Puesto al Sud del Porteño y las
poblaciones que fueron de los indígenas, en realidad no son sino taperas. Los capitales en
maquinarias y herramientas están abandonados y llenos de polvo, y muchos a la intemperie. Las
34
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, Informe del Inspector José O. Dowling y de M. E. González, Comisión, el
7 de agosto de 1918, elevado por el Jefe de la Comisión Inspectora de Tierras Fiscales en Formosa, Teniente de
Navío Domingo Castro. 35
Cesano, José Daniel y Muñoz, Dora Alejandra, Inmigración, anarquismo y sistema penal: los discursos
expertos y la prensa, Córdoba y Buenos Aires 1890/1910: protesta social, flujos migratorios y
criminalización, Alción, Córdoba, 2010. 36
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, Informe del Inspector José O. Dowling y de M. E. González, Comisión, el
7 de agosto de 1918, elevado por el Jefe de la Comisión Inspectora de Tierras Fiscales en Formosa, Teniente de
Navío Domingo Castro.
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poblaciones de Tagalé están abandonadas y los cercos no son seguros en general, por el
descuido lamentable de los encargados de refaccionarios. La lancha que figura en el inventario
está en Pilcomayo y en estado deplorable, por haber permanecido bajo el agua algunos meses.
El trapiche que se armó a nuestra llegada, está descarnado. Los motores y muchas máquinas no
se han utilizado y se hallan amontonados y llenos de polvo en galpones de palma sin revocar. En
resumen, el desorden más grande ha reinado, para inutilizar todo el capital allí reunido”.37
El 19 de setiembre de 1918 se produjo otra inspección de la Comisión Inspectora de
Tierras Fiscales, gracias a la solicitud que hizo el Prefecto General de Misiones Fr. Pedro
Iturralde. El extenso inventario general que llevaron adelante José O. Dowling y M. E.
González, señaló la edificación de la Misión Tacaaglé gracias a las maderas de palmas: el
almacén, los pozos y corrales, y la zona de la cocina para la producción diaria de comida que
se repartía entre los indígenas. También se describió el tipo de plantación (mandarinas,
limones, guayabas, durazno, naranjos, granados, moreras, mamones, chirimoya, mango, ananá,
higueras, paraísos, bananas y pié de vid, así como cosecha de algodón, porotos, maní y miel de
caña), y, el tipo de material de construcción, las herramientas de agricultura, herrería,
maquinaria y carpintería. Se mencionó también la casa destinada para escuela, que contaba con
30 pizarras chicas, 50 lapiceras, algunos libros de lectura y libros de higiene dentaria, así como
unos cuadernos de caligrafía. Finalmente, las armas del gobierno eran 18 Remington, 4 sables
bayoneta y 50 tiros Remington; mientras las armas de la Misión eran un Winchester, un
Mauser Paraguayo, dos Remington cortos y un Montecristo. Los Misioneros también gozaban
de aparatos meteorológicos del Ministerio de Agricultura nacional. Finalmente, el único
instrumento de música registrado fue un clarinete y, por ello, el trabajo realizado era
“sumamente deficiente y reducido”, y no había quedado “un solo indio en las mencionadas
poblaciones”, por lo cual “se muestra una falta absoluta de administración y de organización,
que bajo ningún concepto se puede consentir que continúe”.38
Al hacer referencia a la “atracción del indígena a la vida civilizada”, el inspector
mencionó el Decreto del Poder Ejecutivo del 18 de julio de 1902, que había obligado a los
Misioneros a establecer las tribus indígenas en una Misión “para atraerlos a la vida civilizada”.
Para Dowling, este fin no se había cumplido, ya que los indígenas sólo conservaban “ideas y
prejuicios arraigados, contrarios a la civilización”. Durante la “gira por los parajes en donde
existen las poblaciones abandonadas por los indios” tobas y pilagás, se concluyó que había
fracasado la producción de azúcar.39
Ante esta conclusión del inspector Dowling, quien recibió todas las críticas fue Fr.
Serafín Iturralde. Las denuncias identificaron a Fr. Iturralde como instigador y cómplice al
otorgar trabajo a personas de pésima actuación en la Misión, entre ellos a un tal Prudencio
Gómez que vivía con toda su familia en la casa principal. Dowling remarcó la necesidad de
suspender de manera inmediata a Fr. Serafín Iturralde. Mantenerlo en la Misión Tacaaglé,
según él, afectaba directamente al Prefecto de Misiones Fr. Pedro Iturralde. Por ello el
ingeniero de la Comisión Inspectora de Tierras sugirió “entregar a la justicia ordinaria a quien
37
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, Informe Agronómico sobre las características del campo, Inventario entre
el 29 de junio y el 19 de setiembre de 1918, Inspector José O. Dowling y M. E. González (croquis). 38
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, Inventario General de los bienes existentes en la Misión San Francisco
Solano, a cargo de los religiosos de la misma, 1918, Fr. Serafín Iturralde, Inspector José O. Dowling y M. E.
González. 39
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1917, “Copia fiel del expediente, tramitaciones e informes de la Inspección
Practicada en la Misión Tacaag-lé, por la Comisión Investigadora de Tierras en el año 1918”. Informe del
Inspector José O. Dowling, con firma del Prefecto General de Misiones Fr. Pedro Iturralde, 19 de setiembre de
1918, Misión de Tacaaglé, Territorio Nacional de Formosa.
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ha perjudicado tanto el buen nombre y la estabilidad de la Misión”, es decir, al Director de la
Misión Tacaaglé Fr. Serafín Iturralde. La acusación fue la siguiente: “Ha sido instigador cómplice, principal actor o encubridor en el delito de marcación de
animales que ha llegado a otros parajes animales de la Misión, sin rendición de cuentas...existen
en la Misión un corral oculto destinado a señalar terneros ajenos...que el mismo Fray Serafín
Iturralde ha favorecido la fuga de personas vindicadas como actores en algunos de los hechos
mencionados”.40
El Prefecto Fr. Pedro Iturralde se manifestó contrario a una denuncia, pero aceptó los
comentarios que hizo Fr. Pablo Rossi, el coadjutor de Fr. Serafín Iturralde. El Inspector
reconoció que no era posible constatar en forma jurídica la verdad de las denuncias formuladas
contra Fr. Serafín Iturralde, pero sugirió que era indispensable la suspensión inmediata en su
cargo de Director de la Misión. La conclusión a la que llegó el inspector fue que los indígenas
habían abandonado la Misión poco después de su traslado por el mal trato del Misionero Fr.
Serafín Iturralde:
“Porque no tenían alimentos suficientes, ni ropa, la que el P. Serafín daba en pago,
como preferencia, a los muchos peones cristianos que ocupaba para el servicio de la
Misión, contrariando las órdenes expresas que el mismo Padre Prefecto le había dado en
sus visitas de inspección, verbalmente y por escrito, siendo una de las causas principales
del descontento de los indios esa preferencia que el Padre Serafín tenía por dichos
peones”.41
Sobre esta base, el 4 de noviembre de 1918 se organizó la tercera inspección coordinada
por la Comisión de Investigación de Tierras, formada por el ingeniero José O. Dowling y M. E.
González, para elaborar el informe definitivo sobre la declaración que hizo el Misionero Fr.
Serafín Iturralde. Para este último, la Misión Tacaaglé incluía 44 familias indígenas y simples
trabajadores que se dedicaban a arar y sembrar la tierra, así como treinta niños y niñas
indígenas que frecuentaban la Escuela de la Misión. La documentación analizada incluyó su
declaración de defensa, en la que describió la evolución de la Misión Tacaaglé. En palabras de
Fr. Serafín Iturralde: “En 1901 se fundó la Misión sobre el mismo Río Pilcomayo, sin mensura previa y sin que el
Gobierno entregase los fondos que había acordado para practicarla o mejor dicho, para señalar
los cuatro ángulos del campo. Por este motivo se estableció un pueblo y se hicieron chacras, todo
con carácter provisorio. En 1903, debido a una inundación, cuyas aguas se mantuvieron durante
varios meses en nivel hasta de más de 0,50 centímetros más alto que los terrenos más altos, hubo
que trasladar todo a Tacaag-lé, que era el único punto habitable dentro del terreno concedido a
la Misión. Se hizo la delineación del campo como la del pueblo, en virtud de instrucciones
recibidas de la Dirección General de Tierras y Colonias, a la que fueron entregadas las
diligencias de la mensura. Ignoro la forma, condiciones y resultados, porque las misiones, en
aquella época, eran independientes entre sí, y cada una tenía un Prefecto autónomo, como consta
de los respectivos decretos de concesión de cada una de las Misiones. En 1913, al reunirse las
Misiones bajo la dirección y gobierno de un solo Prefecto, fui enviado por el nuevo Prefecto, P.
Enrique Guernaccini, para que estudiase el estado de la Misión e informase lo que convenía
hacer. Encontré que no había tierra útil y que sería inútil todo lo que se hiciera para dar impulso
a la Misión y radicar a los indios dedicándolos a la agricultura, mientras no se cambiase de
40
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, Informe del Inspector José O. Dowling con la declaración del Prefecto de
Misiones Fr. Pedro Iturralde, 19 de setiembre de 1918. 41
BACSC, Caja 47: Tacaaglé, Carpeta 1917, José O. Dowling, Inspección en la Misión Tacaaglé; Denuncia
contra Fr. Serafín Iturralde; Acta de la Declaración ante la presencia del Prefecto de Misiones Fr. Pedro Iturralde,
19 de setiembre de 1918.
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ubicación; y en este sentido informé al Padre Prefecto y al Padre Comisario. Este último
informó, a su vez, al Superior Gobierno, y solicitó el cambio de ubicación, a lo que accedió el
Gobierno, por decreto de 19 de abril de 1915. Nombrado Prefecto de Misiones, ese mismo año
traté de hacer práctico el cambio de ubicación y para ello delineé unas 40 chacras de 25
hectáreas en forma que pudiese delinearse otras sobre la misma base, dejando la superficie
necesaria para delinear el pueblo y el ejido para el servicio común de la población. En el decreto
de fundación de esta Misión, como en los de las de San Francisco de Laishí y de Nueva Pompeya,
se establecía que a cada familia se adjudicase un lote rural de cien hectáreas, porque así lo
disponía la Ley de Tierras y Colonización de 1876, y en cuya virtud se fundaron las Misiones.
Como la nueva ley de Tierras de 1903 establece que se dan a cada agricultor cien hectáreas
como máximo, dando margen a que se puedan conceder chacras de una superficie menor, solicité
que se modificase el decreto de fundación de la Misión de San Francisca del Laishí, en el sentido
que se adjudicase a cada familia, 25 hectáreas, en vez de 100, exponiendo los fundamentos de
esta solicitud. El Gobierno accedió, y más tarde, en fecha 24 de marzo de 1914, al modificar el
decreto de fundación, estableció que las chacras que se adjudicasen a los indios, fuesen de 25
hectáreas. En vista de esto y hallándose en tramitación un decreto análogo, modificando el de
fundación de la Misión de San Francisco Solano, es que hice la declaración...”.42
Con la intención de cumplir con las exigencias del contrato firmado entre la Orden
Franciscana y el Superior Gobierno Nacional, Fr. Serafín Iturralde fue expulsado de la Misión
Tacaaglé. Encarcelado en la Capital de Formosa, se le acusó de numerosos delitos comunes,
alguno de ellos por abigeato probado.43
El Prefecto de Misiones que acompañó al inspector
Dowling, Fr. Pedro Iturralde, nombró en su reemplazo a Fr. Ludovico Casali y a Fr. Bernardo
Virgili, los cuales se hicieron cargo de unos 400 indígenas tobas y pilagás para llevar adelante
la construcción de los primeros techos de palma de la Misión San Francisco Solano de
Tacaaglé en el riacho El Porteño. En 1919 el joven Fr. Casali también fue designado
Comisionado Especial del Registro Civil del Pilcomayo.44
Fr. Pedro Iturralde reconoció que los indígenas se habían retirado de la Misión, pero
defendió a los Misioneros al afirmar que “continúan su obra sin desmayo; porque saben que el
indio que ha gozado de bienestar en la Misión, volverá cuando ésta le ofrezca garantía”. Fue
entonces cuando se instaló el Fr. Pablo Rossi, Superior de la Misión Tacaaglé, acompañando al
responsable Fr. José Zurflüh.
En virtud de los ataques institucionales que sufrieron los Misioneros desde el momento
en que el Gobernador Juan José Comas visitó la Misión Tacaaglé en el año 1916, en 1927 Fr.
Zurflüh fue retirado temporalmente por los propios franciscanos para prevenir otra denuncia
similar a la de Fr. Serafín Iturralde, y obligado a sustituir a dos frailes, uno en San José de la
Esquina y otro en Cruz Alta.45
En una carta que envió el Misionero Fr. Zurflüh a Fr.
Buenaventura Giuliani, este último hasta entonces Misionero de la Misión de Laishí, aparece
precisamente la referencia a las injustas y terribles acusaciones que la Gobernación dirigió
desde 1916 al Poder Ejecutivo para eliminar a la Orden Franciscana del Territorio Nacional de
Formosa y de la vida de los indígenas tobas y pilagás:
42
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, Planilla Nº 1 a Nº 5, Fr. Serafín Iturralde, declaración ante los miembros
de la Tercera Sub-Comisión, 1918, que incluye los datos de las casi 40 familias indígenas instaladas en la Misión
Tacaaglé, así como los “simples trabajadores”. 43
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, Carta enviada al Ministerio de Agricultura por el Fr. Pedro Iturralde,
Buenos Aires, 20 de mayo de 1932. 44
BACSC, Caja 17: Notas remitidas por reparticiones oficiales, 1911-1940, Gobernador del Territorio Nacional
de Formosa, a Fr. Ludovico Casali, Tacagal-lé, 30 de marzo de 1919. 45
BACSC, Caja 34: Fr. José Zurflüh, San Lorenzo, a Fr. Buenaventura Giuliani, San Martín Norte, 28 de abril de
1928.
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“Me habían retirado de Tacaaglé porque yo seguía la misma conducta del P. Fr. Serafín
Iturralde. Esto me amarga el alma, y juré no colaborar en la más mínima con el actual gobierno,
suceda lo que sucediera, aunque tenga que salir de la Comisaría. Después de lo que he pasado
en Tacaaglé para rehabilitar aquella Misión, me pagan con esa calumnia; porque decir que he
sido otro Serafín significa muchas cosas, inclusive inmoral y cuatrero! De esto no me olvidaré.
Después vino otro consejero a pedir que retirara la renuncia, sino me destinaban a Sáenz Peña.
Les dije sí, para mí no había lugar en la Comisaría, que me mandaban a un pueblo donde no
había iglesia ni casa, y donde tendría que vivir en una fonda. Luego no he sabido nada más,
fuera de cierto rumor de que me mandarán a Quitilípi, total un punto que nunca figuró en las
listas como residencia”.46
Seguidamente, el Auxiliar Principal Mario R. Rey hizo un informe en la zona de Laguna
Blanca. Sólo identificó a 15 “indios chacareros” que trabajaban con sus familias. Por entonces
la colonización indígena era reducida, pero subsistía gracias a los Misioneros. Este
responsable, Mario R. Rey, concluyó en su informe que “en estos momentos, en que toda esa
zona está poblada de hacendados, hace falta para destinarla a la colonización mixta”. Para Fr.
Pedro Iturralde, la finalidad de estos informes institucionales era tendenciosa: además de
mentir en el número de indígenas que residían en la Misión, lo que sugirió el gobierno fue
hacer caducar la concesión de las tierras. La conclusión de Fr. Iturralde fue la siguiente: “Aquí se ve la influencia de los pobladores, que influyeron en el ánimo de la Comisión
Investigadora de 1918, y ahora influyen ante el Sr. Inspector Rey, persiguiendo el propósito de
siempre: desalojar a los Misioneros y a los indios, para posesionarse de sus tierras, práctica
antigua en el Chaco donde las Misiones del Colegio de Salta, situadas cerca de Rivadavia a las
que, a mediados del siglo pasado, asaltaron a mano armada, dando muerte a algunos peones e
indios, e hiriendo gravemente a otros, entre ellos a uno de los Religiosos. Y como lo intentaron
contra la de Nueva Pompeya y Tacaaglé, en repetidas ocasiones. Y sin ir tan lejos, en Formosa
sucedió lo mismo. Todos sabían allá que las tierras donde se estableció la Misión de Laishí, eran
altas y muy buenas, y lo sabían de tiempo atrás, pero nadie se había atrevido a ir a poblarlas, y
cuando fuimos los Misioneros, era voz y creencia general de que seríamos víctimas de los indios.
Pero como nada sucedió y los indios se radicaban y trabajaban, algunos pobladores se
aventuraron a ir, y al constatar personalmente la verdad sobre la bondad de la tierra, se
lamentaban de su cobardía anterior, y se creían con más derecho que los nativos para
ocuparlas”.47
Reflexiones finales
A sabiendas de que el Gobierno Nacional intentaba decretar la caducidad de la Misión
Franciscana de Tacaaglé, en pleno 1930 el Fr. José Zurflüh regresó al riacho El Porteño y
decidió enviar un crítico texto al Ministerio de Agricultura fechado el 4 de enero de 1931 que
coincidió con la llegada de algunos caciques pilagás interesados en incorporarse a la Misión
(Imagen 4). La lucha por los derechos de los indígenas formó parte, precisamente, de la labor
de que llevaron adelante estos Misioneros Franciscanos durante el siglo XIX48
y la primera
mitad del siglo XX. En ese mensaje, el Misionero Fr. José Zurflüh intentó defenderse cuando
los responsables del Ministerio decidieron subrayar en este conflicto la frase de Fr. José
Zurflüh:
46
BACSC, Caja 34: Fr. José Zurflüh, San Lorenzo, a Fr. Buenaventura Giuliani, San Martín Norte, 3 de mayo de
1928. 47
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, carta de Fr. Pedro Iturralde, Buenos Aires, al Ministerio de Agricultura,
Buenos Aires, 20 de mayo de 1932. 48
Barriera, Darío (coord.), Estudios sobre historia de la justicia en el Río de la Plata. Siglos XVI-XIX, Prohistoria
Ediciones, Rosario, 2010.
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“Hace diez años que estoy al frente de esta Misión, y treinta años que los Misioneros
Franciscanos estamos haciendo obra de progreso en esta zona de Pilcomayo, como pudo
constatarlo en su reciente gira el Sr. Gobernador del Territorio. La única causa de
incumplimiento que pueda aducirse será el número insuficiente de indios. Y es que la ley que
obliga a los Misioneros a tenerlos en las Misiones no obliga a los indios a la residencia en la
misma, y así puede salir y vagar libremente, respondiendo casi siempre a las sugestiones y
solicitaciones de afuera. Los indios educados en las Misiones han aprendido varios oficios
manuales y trabajos del campo, y son tanto muy solicitados de los pobladores. Y como son
viciosamente aficionados a las bebidas alcohólicas, tienen además la atracción de que en las
cercanías de los poblados se les expende, a espalda de la Ley, vinos adulterados y caña
paraguaya de contrabando. Tengo la convicción, Sr. Ministro, de que en las informaciones
producidas con anterioridad se ha insinuado alguna sugestión malevolente o interesada, cuya
filiación me es harto conocida. Por estas razones, y por los treinta años de acción civilizadora de
esta Misión Tacaaglé, suplico nuevamente a Su Excelencia se sirva para detener los efectos del
decreto y ordenar una nueva inspección. Sea cual fuere el destino que la Providencia reserve a
esta Misión, los Misioneros Franciscanos que desde tan largo tiempo hemos trabajado en las
inhospitalarias tierras de este zona lejana y desierta frontera, estamos orgullosos de haber
contribuido con muchos esfuerzos”.49
Imagen 4.- Fr. José Zurflüh con caciques y familias pilagás, entrada a Misión de Tacaaglé.
En febrero de 1931, el Ministro de Agricultura entregó a Fr. Pedro Iturralde las copias del
juicio llevado adelante contra la Misión Indígena que había fundado el Colegio de la Merced
de Corrientes en 1901. Esta documentación fue devuelta el 21 de setiembre de 1931 como
parte de la defensa de los Misioneros. Durante la lectura de las cartas, Fr. Iturralde se asustó
ante la carta enviada por Fr. Zurflüh el 4 de enero de 1931: al recibir las copias, observó la
frase discutible de Fr. Zurflüh, la cual habían subrayada: “tengo la convicción, Sr. Ministro, de
que en las informaciones producidas con anterioridad se ha insinuado alguna sugestión
49
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, carta de Fr. José Zurflüh, la Misión Franciscana Tacaaglé, Pilcomayo, al
Ministro de Agricultura de la Nación, Buenos Aires, 4 de enero de 1931.
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malevolente o interesada, cuya filiación me es harto conocida”. De acuerdo a Fr. Pedro
Iturralde, las palabras “indican cargos, y no será difícil que le pidieran que las explique. Se lo
aviso para que esté prevenido y también para que avise en sus expresiones que pueden ser mal
interpretadas”.50
El Fr. Pedro Iturralde incluyó la última carta defendiendo a la Orden
Franciscana frente al Gobierno Nacional con la esperanza de sostener las Misiones de Laishí,
Nueva Pompeya y, especialmente, Tacaaglé.
Entre marzo y abril de 1932, Fr. José Zurflüh dirigió una segunda carta más respetuosa al
Presidente Juan P. Justo con la intención de frenar la mala interpretación de la frase en
cuestión. Le suplicó que interviniese para evitar que se diese trámite a la caducidad, ya que
durante más de treinta años los Misioneros habían salvaguardado y civilizado a los indígenas
tobas y pilagás, y “la imposición de la bandera patria frente a la frontera del Chaco Paraguayo
fue un esfuerzo diario, callado, ignorado”.51
Como mencionamos en la introducción de este artículo, llegó precisamente en ese
momento la terrible Guerra del Chaco que enfrentó a Paraguay y Bolivia y produjo la muerte
de aproximadamente 90.000 soldados por la sed.52
El gobierno decidió entonces esperar un
mejor momento para firmar la caducidad de la Misión Tacaaglé establecida en la zona de
frontera entre Paraguay y Argentina. No obstante, en abril de 1939 Fray Zurflüh escribió a Fray
Pablo Rossi: “creo que la suerte de nuestras Misiones está echada; la gendarmería nacional
parece se quedará con toda la Misión Tacaaglé, es casi seguro. Todavía reservado. Y
convendrá tener nuestros asuntos y cuentas arreglados por las dudas”.53
En octubre de ese
mismo año le garrapateó a Fray Rossi: “Le acompaño sinceramente en el disgusto que experimentó en la investigación que me refiere.
Es un trago tanto más amargo cuanto que no se ha merecido. Por aquí todavía no ha llegado la
Comisión Investigadora, aunque la espero todos los días, porque hace tiempo que se anuncia. No
dudo que entre sus empleados está quien fomenta el movimiento de los indios, tergiversando las
causas. Conozco la canción y conozco la guitarra. Conozco también las maneras suaves,
hipócritas y traidoras. Esto, unido a varias cosas que tuve oportunidad de observar de palabra y
por escrito, y el evidente interés que algunos tienen en administrar `bienes indígenas´, han
formado la polvareda y la tormenta. ¡Paz y Bien!.54
Ahora bien, la Misión Indígena dejó de estar en manos franciscanas desde el momento en
que Formosa se convirtió en Provincia de la mano del Presidente Juan Domingo Perón en
pleno año 1955.55
Hoy día la localidad conserva precisamente el nombre de Misión Tacaaglé,
ubicado en el Departamento Pilagá a 260 km al noroeste de la capital formoseña. La
Municipalidad se hizo cargo de la casa parroquial,56
la casa de los Misioneros Franciscanos fue
50
BACSC, Caja 47: Carpeta 1922, carta de Fray Pedro Iturralde, San Lorenzo, a Fray José F. Zurflüh, Prefecto de
Misiones, Misión de San Francisco Solano de Tacaaglé, 6 de febrero de 1931. 51
BACSC, Caja 47: Carpeta Tacaaglé, segunda nota de Fr. José Zurflüh, Superior de la Misión Tacaaglé, al
Presidente Juan P. Justo de la República Argentina, Buenos Aires, 31 de mayo de 1932. 52
Dalla-Corte Caballero, Gabriela, “Fotografía, cine y novela en la Guerra del Chaco (1932-1935). El médico
Carlos de Sanctis y el relato de La Sed (Hijo de Hombre) de Roa Bastos”, Revista Densidades, Nº 9, mayo de
2012, Buenos Aires, ISSN 1851-832X (versión electrónica), p. 181-204. 53
BACSC, Caja 6: carta de José F. Zurflüh, Tacaaglé, a Fray Pablo Rossi, Laishí, 11 de abril de 1939. 54
BACSC, Caja 6: carta de José F. Zurflüh, Tacaaglé, a Fray Pablo Rossi, Laishí, 7 de octubre de 1946. 55
Además de las Provincias de La Pampa y Chaco, creadas en 1951, mencionamos la de Misiones en 1953; las de
Neuquén, Río Negro, Formosa, Chubut y Santa Cruz en 1955; y la de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur en 1990; véase Ruffini, M., “Peronismo, territorios nacionales y ciudadanía política. Algunas
reflexiones en torno a la provincialización, Revista Avances del Cesor, Universidad Nacional de Rosario, Año V,
Nº 5, 3005, pp. 132-148. 56
BACSC, Caja 16: Circulares de Superiores Religiosos, Fray Carlos Brollo, Director, San Lorenzo, 22 de mayo
de 1960.
Gabrie
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e Cab
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declarada Monumento Histórico Provincial en el año 1979, y seis años después se la reconoció
Monumento Histórico Nacional.
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